Exégesis Bíblica Catolica
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1 Introduccin
3 Hermenutica
4 Retrica sagrada
5 Historia de la exgesis
El exgeta no pregunta cules son los libros que constituyen la Escritura, ni investiga
cules textos son autnticos, ni tampoco estudia su doble autora. l acepta los
libros que, de acuerdo al testimonio concurrente de la historia y
la autoridad eclesistica, pertenecen al Canon de las Sagradas
Escrituras. Obediente al decreto del Concilio de Trento, l considera la Vulgata como
la versin latina autntica, sin descuidar los resultados de la crtica textual sobria,
basado en las variantes que se encuentran en las otras versiones aprobadas por la
antigedad cristiana, en las citas bblicas de los Padres y en los manuscritos ms
antiguos. En cuanto a la autora de los libros sagrados, tambin, el exgeta sigue la
enseanza autorizada de la Iglesia y las opiniones prevalecientes de sus telogos
sobre la cuestin de la inspiracin bblica. No es que estas tres cuestiones sobre el
Canon, el texto autntico y la inspiracin de las Sagradas Escrituras no influyan en la
exgesis bblica: a menos que un libro forme parte del Canon, no ser sujeto de la
exgesis en absoluto; slo las lecturas de su texto mejor demostradas sern la base
de su explicacin teolgica, y se encontrar que la doctrina de la inspiracin con sus
corolarios lgicos tiene una incidencia constante en los resultados de la exgesis.
Sin embargo, la exgesis, como tal, no se ocupa de estos tres temas; el lector los
encontrar en los artculos Canon del Antiguo Testamento, Canon del Nuevo
Testamento, crtica textual e Inspiracin de la Biblia.
Los primeros reformadores solan afirmar que el texto autntico de los libros
inspirados y cannicos es auto-suficiente y claro. Esta afirmacin no debe su origen
al siglo XVI. Las palabras de Orgenes (De princip., IV), San Agustn (De doctr.
christ., I-III), y San Jernimo (ad Paulin., ep. LIII, 6, 7) muestran que entre los
pseudoeruditos de la Iglesia primitiva existieron puntos de vista similares. Los
resultados exegticos derivados de la supuesta claridad de la Biblia se pueden inferir
del hecho de que un siglo despus del surgimiento de la Reforma Bossuet poda dar
al mundo dos volmenes titulados "A History of the Variations of the Protestant
Churches. Un telogo protestante, S. Werenfels, establece la misma verdad en un
epigrama diciendo:
Sentido literal
1. Qu es el sentido literal
Orgenes (De princ., IV, XI), puede ser considerado como la nica excepcin
a esta regla; puesto que considera algunas de las leyes mosaicas ya sea
absurdas o imposibles de mantener, l niega que deban tomarse en su
sentido literal. Pero incluso en su caso, se ha intentado darle a sus palabras
un significado ms aceptable (cf. Vincenzi, "In S. Gregorii Nysseni et
Origenis scripta et doctrinam nova recensio", Roma, 1864, vol. II, cc. XXV-
XXIX). El gran doctor de Alejandra distingue entre el cuerpo, el alma y
el espritu de las Escrituras. Sus defensores creen que l entiende por estos
tres elementos su sentido propio, figurativo y tpico, respectivamente. Por lo
tanto, puede negar con impunidad la existencia de algn sentido corporal en
un pasaje de la Escritura, sin perjuicio a su sentido literal. Pero se admite
ms generalmente que Orgenes se extravi en este punto, porque sigui
muy fielmente la opinin de Filo Judeo.
(6) Acomodacin
Sentido tpico
Vea artculo tipos en la Escritura.
(b) No se debe referir el antitipo por su propia naturaleza. Esto impide que la
similitud sirva como tipo, a causa de su semejanza antecedente a su objeto.
(c) Dios mismo debe haber establecido la referencia del tipo con su anti-tipo; esto
excluye a los objetos que estn naturalmente relacionados con otros.
El Padre Perrone (Prl. theol. dogm., IX, 159) cree que es la opinin
comn de los telogos y comentaristas que ningn argumento teolgico
puede basarse en el sentido tpico. Pero si hablamos del sentido tpico
que se nos ha revelado como tal, o que se ha probado como tal ya sea
a partir de la Escritura o de la tradicin, transmite el sentido deseado por
Dios, no menos verazmente que el sentido literal. Por lo tanto,
proporciona premisas slidas y confiables para las conclusiones
teolgicas. Los mismos escritores inspirados no dudan en discutir el
sentido tpico, como se ve en Mt. 2,15 (cf. Oseas 11,1) y Heb. 1,5 (cf.
2 Sam. 7,14). Textos cuyo sentido tpico es slo probable proveen slo
conclusiones teolgicas probables; tal es el argumento para
la Inmaculada Concepcin basado en Ester 15,13. Si Santo
Toms (Summa, I, Q. I, a. 10, ad 1um; Quod-lib., VII, a. 14, ad 4um) y
otros telogos difieren de nuestra posicin a este respecto, su opinin
se basa en el hecho de que la existencia de los tipos mismos debe ser
primero probada teolgicamente, antes de que puedan servir como
premisas en un argumento teolgico.
Hermenutica
La interpretacin de un escrito tiene por objeto encontrar las ideas que
el autor pretende expresar. No consideramos aqu la llamada
interpretacin autntica o la propia declaracin del escritor en cuanto al
pensamiento que pretendi transmitir. Al interpretar
la Biblia cientficamente siempre se debe tener en cuenta su doble
carcter: es un libro divino, en la medida en que tiene a Dios por su
autor; es un libro humano, en la medida en que est escrito
por hombres para hombres. En su carcter humano, la Biblia est sujeta
a las mismas reglas de interpretacin que los libros profanos; pero en su
carcter divino, se le da a la custodia de la Iglesia para que la mantenga
y la explique, por lo que precisa de las normas especiales de
la hermenutica. Bajo el primer aspecto, est sujeta a las leyes de la
interpretacin gramtico-histrica; en virtud del ltimo, est obligada por
los preceptos de lo que podemos llamar la explicacin catlica.
Interpretacin histrico-gramatical
La interpretacin gramtico-histrica implica tres elementos: en primer
lugar, el conocimiento de los diversos significados de la expresin
literaria a ser interpretada; en segundo lugar, la determinacin del
sentido preciso en el que se emplea la expresin literaria en cualquier
pasaje dado; en tercer lugar, la descripcin histrica de la idea as
determinada. Lo dicho en los prrafos anteriores muestra
suficientemente la diferencia entre el significado y el sentido de una
palabra o una frase. La importancia de describir una idea histricamente
puede ser ejemplificada por las sucesivas sombras de sentido
inherentes al concepto de Mesas o de Reino de Dios.
(a) Lenguajes sagrados: San Agustn (De doctr. christ., II, XI; cf. XVI)
nos advierte que el conocimiento de lenguajes es el gran remedio
contra los signos desconocidos. Los hombres de habla latina necesitan
otros dos idiomas (el hebreo y el griego) para un conocimiento profundo
de las Divinas Escrituras, de modo que pueda recurrir a las copias
antiguas, si la infinita variedad de traductores latinos ocasiona
alguna duda. El Papa Len XIII, en la Encclica Providentissimus
Deus, concurre con el gran doctorafricano al instar al estudio de los
lenguajes sagrados. "Es muy apropiado", escribe, "que los profesores
de Sagrada Escritura y los telogos dominen las lenguas en las que
fueron escritos los libros sagrados originalmente; y sera bueno que los
estudiantes de la Iglesia tambin los cultiven, sobre todo aquellos que
aspiran a grados acadmicos. Y se deben hacer esfuerzos para
establecer en todas las instituciones acadmicas ---como ya se ha
hecho laudablemente en muchas---ctedras de otras lenguas antiguas,
especialmente la semita, y de otras materias relacionadas con ellas, en
beneficio principalmente de los que estn destinados a profesar la
literatura sagrada." Tampoco puede argirse que para el intrprete
catlico la Vulgata es el texto autntico, que puede ser entendido por
cualquier estudioso del latn. El pontfice considera esta excepcin en la
encclica ya citada: "Aunque la Vulgata traduce substancialmente el
significado del hebreo y del griego, no obstante, siempre dondequiera
que haya ambigedad o falta de claridad, el examen de las lenguas
antiguas, para citar a San Agustn, ser til y ventajoso." El recurso al
texto original est considerado como el nico enfoque erudito a
cualquier gran obra de la literatura. Una traduccin no es nunca una
reproduccin perfecta del original; ninguna lengua puede expresar
plenamente los pensamientos transmitidos en otra lengua; ningn
traductor es capaz de captar los matices exactos de todas
las verdades contenidas en cualquier obra, y en el caso de las versiones
bblicas, a menudo tenemos una buena razn para dudar de la
autenticidad de sus variantes.
Los escritores inspirados relacionaron con sus palabras las ideas que
ellos mismos posean, y que saban que eran inteligibles para sus
contemporneos. Cuando hablaban de una casa, expresaban una
habitacin a la que sus contemporneos estaban acostumbrados, no a
un artificio usado por los brbaros. Por lo tanto, con el fin de llegar al
sentido preciso de un pasaje hay que tener en cuenta su contexto
histrico, hay que consultar el testimonio de la historia.
El verdadero sentido de la Biblia no se puede encontrar en una idea o
un pensamiento histricamente falso. Por lo tanto, el comentarista debe
estar bien familiarizado con la historia y arqueologa sagradas, a fin
de conocer, hasta cierto punto al menos, las
diversas costumbres, leyes, hbitos, prejuicios nacionales, etc. bajo
cuya influencia los autores inspirados compusieron sus respectivos
libros. De lo contrario, ser imposible para l comprender las alusiones,
las metforas, el lenguaje y el estilo de los escritores sagrados. Lo que
se ha dicho sobre la interpretacin histrico-gramatical de
la Escritura est resumido, por as decirlo, en la encclica ya citada:
"Cuanto ms nuestros adversarios argumenten al contrario, tanto ms
solcitamente nos debemos adherir a los cnones de interpretacin
recibidos y aprobados. Por lo tanto, mientras sopesamos los
significados de las palabras, la conexin de ideas, el paralelismo de los
pasajes, y similares, debemos por todos los medios hacer uso de tales
ilustraciones como las que pueden extraerse de la erudicin apropiada
de una clase externa."
Interpretacin catlica
Dado que la Iglesia es el custodio oficial e intrprete de la Biblia, su
enseanza sobre las Sagradas Escrituras y su sentido genuino debe ser
la gua suprema del comentarista. Las inferencias que se derivan de
este principio son en parte negativas, en parte positivas.
Retrica sagrada
La enseanza autntica de la Sagrada Escritura es til para todos, pero
pocos tienen el tiemponecesario para investigarla. Es por esta razn
que los estudiantes de las Escrituras expresan sus resultados por
escrito con el fin de compartir su luz con el mayor nmero posible. Sixto
Senensis [Bibliotheca sancta (Venecia, 1575), I, pp 278 ss.] enumera
veinticuatro diversas formas en que se pueden expresar tales
explicaciones bblicas. Pero algunos de estos mtodos ya no estn en
uso, mientras que otros pueden ser reducidos a menos y ms generales
encabezados. De acuerdo al fin que el escritor tenga en mente, pueden
ser divididos en tratados tericos y prcticos o histrico-dogmticos
y morales. Considerando las personas para las que fueron escritas, son
exposiciones ya sea populares o eruditas; pero si la divisin se hace a
base de su forma literaria, que es el principio comn y ms racional de
la divisin, hay cinco tipos de la exgesis bblica: la versin, la
parfrasis, la glosa y escolio, la disertacin y el comentario.
(1) La versin:
(2) La parfrasis
(4) La disertacin
(5) El comentario
Historia de la exgesis
La historia de la exgesis muestra sus comienzos, crecimiento,
decadencia y restauracin. Seala los mtodos que se pueden
recomendar de forma segura, y advierte contra aquellos que ms bien
corrompen que explican las Sagradas Escrituras. En general, podemos
distinguir entre la exgesis juda y la cristiana.
Exgesis juda
La interpretacin juda de las Escrituras se inici casi en la poca
de Moiss, como puede deducirse a partir de vestigios encontrados
tanto en los libros cannicos ms recientes como en los libros apcrifos.
Pero los judos palestinos diferan de los helensticos en su mtodo de
interpretacin.
Rabboth (plural de Rabba) es una serie de Midrashim que explica los libros
individuales del Pentateuco y los cinco Megilloth o los cinco Hagigrafa que
se lean en las sinagogas; el sentido alegrico, anaggico y moral es
preferido al literal, y se valoran altamente las fbulas y dichos de los rabinos;
Yalqut contiene anotaciones sobre todos los libros del Antiguo Testamento.
Saadya Gaon (n. 892; m. 942), en el Fayum, Egipto, tradujo todo el Antiguo
Testamento al arbigo y escribi comentarios sobre el mismo.
Moiss ben Samuel Ibn Chiqitilla, de Crdoba, explic la totalidad del Antiguo
Testamento en arbigo, entre los aos 1050 y 1080 d.C.; slo se conservan
fragmentos de su obra.
Rab Salomn ben Isaac, conocido tambin bajo los nombres de Rashi y
Yarchi (naci alrededor de 1040, en Troyes; m. 1105), explic la totalidad del
Antiguo Testamento, excepto Crnicas y Esdras, segn su sentido literal,
aunque no descuid el alegrico; mostr una tendencia anti-cristiana.
Rab Abraham ibn Ezra, a menudo llamado Aben Ezra (naci alrededor de
1093 en Toledo, Espaa, y muri en 1167 en la isla de Rodas). Entre sus
muchas otras obras dej un comentario incompleto sobre el Pentateuco y
otras partes del Antiguo Testamento; tradujo el sentido literal fielmente sin
excluir el alegrico, por ejemplo, en el Cantar.
Rab Isaac Abrabanel (m. 1508 ), explic el Pentateuco, los libros profticos
y Daniel, y a menudo aadi material irrelevante y argumentos en contra
la revelacin cristiana.
Rab Elas Levita (m. despus de 1542), es conocido como uno de los
mejores gramticos judos, y como autor de la obra "Tradicin de la
Tradicin", en la que da la historia de la crtica masortica.
Rab Jacob ben Rubn (siglo XII), que escribi escolios breves sobre todos
los libros de la Escritura;
Rab Aarn ben Joseph (m. 1294), autor de un comentario literal sobre el
Pentateuco, los primeros profetas, Isaas, los Salmos y el Libro de Job;
Exgesis cristiana
En aras de la claridad podemos distinguir tres grandes perodos en la
exgesis cristiana: el primero termina alrededor de 604 d.C., el segundo
nos lleva hasta el Concilio de Trento y el tercero abarca el tiempo
despus del Concilio de Trento.
(A) Primer periodo: hasta el 604 d.C.: perodo patrstico:
Los escritores griegos que vivieron entre los siglos VI y XIII compusieron
en parte comentarios, en parte recopilaciones. Los obispos de Cesarea,
Andreas y Aretas, que son variamente asignados a los siglos V y VI, o al
VIII y IX, explicaron el Apocalipsis; Procopio de Gaza (524) escribi
sobre el Octateuco, Isaas y Proverbios; Hesiquio de Jerusaln escribi
probablemente para fines del siglo VI sobre Levtico, Salmos, Isaas, los
Profetas Menores y la concordancia de los Evangelios; Anastasio
Sinata (m. 599) dej doce libros de comentarios alegricos sobre el
Hexameron; Olimpiodoro (m. 620) y San Mximo (m. 662) dej ms
explicaciones sobrias que Anastasio, aunque no estn libres de
alegorismo; San Juan Damasceno (m. 760) tiene muchas explicaciones
bblicas en sus obras dogmticas y polmicas, adems de escribir un
comentario sobre las Epstolas Paulinas, en el que sigue a Teodoreto y
a San Cirilo de Alejandra, pero especialmente a San Crisstomo. Focio
(m. 891), Oecumenio (siglo X), Teofilacto (m. 1107) y Eutimio (m. 1118)
fueron seguidores del Cisma Griego, pero sus obras exegticas
merecen atencin. Las antedichas compilaciones se denominan
tcnicamente catenae. Ofrecen explicaciones continuas de varios libros
de la Escritura de tal manera que despus de cada texto dan las
diversas explicaciones patrsticas, ya sea en pleno o por medio de un
resumen, y por lo general aaden el nombre del Padre particular, cuya
opinin se transcribe. Varias de estas catenae han sido impresas, como
Nicforo, en el Octateuco (Leipzig, 1772), B. Corderius, en los Salmos
(Amberes, 1643-1646); A. Schottius, sobre Proverbios (Lyon, 1633);
Angelo Mai, sobre Daniel (Roma, 1831); Cramer, sobre el Nuevo
Testamento (Oxford, 1638 a 1640).