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/ctfiEL P A N E G R I C O

D E P L I N I O

EN CASTELLANO,
PRONUNCIADO EN EL SENADO

EN ALABANZA DEL MEJOR PRINCIPE

T R A J A N O AUGUSTO,
SU FILOSA PjOLTICA MORA
Y ECONMICA:

TRADUCIDO D E L LATN

POR EL LICENCIADO DON FRANCISCO


de Barreda : ilustrado con varias notas, y diez
discursos que sirven como de ensayo al
mismo Panegrico.

CON L I C E N C I A .

E n Madrid : En la Imprenta de D. Antonio


Espinosa. Ahonde 1787.

V v
V I D A*

LINAGE , Y ESCRITOS
\ D LINIO E L MENOR. -
si .-,. - . ^i

Ksayo Plinto segundo Cecilio, comunmente llama*


do el menor con respecto P linio el mayor su.,
to; natural de, Verona , y Autor de. la;Historia.
Natural^ naci\\de un$. hermana,de, ste en la,
nueva Ciudad de Como , en el Ducado de Miln*,
Adoptle por hijo el mismo Plinio su tio quien,
9

tuvo por, maestro como asimismo 4 Quintilian \


y al sofista Nicetas. Hizo admirables, progresos 0

con su .talento ,->y fue un, elocuentsimo Abogado',,


Trajano que imperaba entonces-, en Roma, le cobr
grande aficin , la que le conserv hasta su muer*
t acaecida los ltimos aos de su Imperio. Pre?
mi su sabidura, y eloqiiena nombrndole Cnsul
hiemal en Roma en el ao ciento del nacimientq
del Sefwr ; ochocientos cincuenta y tres .de la/un?
dacin de esta Ciudad, y en el tercero de su Rey*
nado.' Adems de eso le honr confirindole la
potestad de Cnsul e la Provincia .de Bitnia * des*
de donde escribi, al Emperador una carta, que se
-halla entre las otras suyas,elogiando en ella las
costumbres de. Jos Christianosy concluyendo, co#
i4ecir que el nico delito que conceptuaba en ellos
era
era el que se mantenan tenaces .en su superstu
cion , caracterizando de esta suerte impamente la
firmeza que,mostraban en la creencia de la reli-
gion Christiana.
Compuso varias obras de que hace mencin Fa-
bricio en stc BifrtecLatira ipero de'ellas so-
lo se conservan, adems del Panegrico de Trajano*,
una coleccin.'de'cartas varias personas , y cu-
tre ellas ste mismo Emperador, quien tambin,
le escribi "diferentes-, y-forman-una obra dividi-
da en diez libros, muy apreciada de- losErud-*
tos por su eloqencia amena ingeniosa.
* - Despus de su nombramiento al Consulado bien->
nal de Roma , compuso por orden del Senado> y
en nombre de todo el Imperio el Panegrico de)
Trajano ; el que pronunci en su presencia y la de
wi Senado numeroso en la poca arriba citada. Es?
ta oracin se ha conceptuado siempre por una exr,
'clente produccin en su clase , y por una ' de las
^preciosidades literarias que nos_ dex la antige*
dad, para qu nos sirviese de modelo de la pu?
reza de la 'diccin'latina y de'la elegancia del es*
tilo. "' /v.> . ; / ". . . .
Los pensamientos de este Panegirista en lamis-
tra oracin Vtf&,~ como- dice la Enciclopedia fraft
cesa, bellos , slidos, muchos , y parecen men-'
do enteramente nuevos. Sus expresiones', bien que
"bastante sencillas, nada tienen de baxo, nada que
- '' -:
' '. n<>
;
tfo convenga al asunto , y dexe de sostener la dig*
mdadde l. Las descripciones que hace son expresi-
vas , naturales, y estn circunstanciadas y sembrar
das de pinturas tan propias , que ponen los obje-
tos la vista , y los hacen palpables. Finalmente,
todo el Panegrico est lleno de ^mximas , y afec-
tos dignos- del Principe, que en l se elogia. El
mismo Autor asegura en la Epstola 17 Celer,
que no omita medio alguno para limar sus Obras,
hacindose cargo de que era empresa ardua el es-
cribir para elpblico , y conseguir el agradar 4
todos y en todos tiempos.
; Dexando ahora aparte el hacer mencin di
las traducciones que en varios idiomas se han he-
cho de las Epstolas de este Autor, diremos sola-
mente en quanto al Panegrico , asunto actual
nuestro, que se halla traducido en Italiano., Fran-
cs , Ingls , Dinamarqus ', y en nuestra lengua
por. Don Francisco. de Barreda , Jurisconsulto^
que dio luz esta traduccin en el ao 1 6 2 2 , ,.y
la dedic al Excelentsimo Seor Don Gaspar de
Cuzman , Conde de Olivares , Sumiller de Corps,
Gentil-hombre de Cmara del Rey , Alcayde de
los Alczares Reales de Sevilla, y Comendador de
Vvoras en la Orden de Calatraba. Observa en ella
gran pureza en el lenguage , energa en las expre-
siones , elegancia en el estilo, y fidelidad en
conservar puntualmente los pensamientos del ori-
ginalmostrndose por semejante mrito digno
traductor de un Autor- de la antigedad tan cele*
Irado en la Repblica literaria. - ' '
Sintiendo el Editor de esta Obra , que u%
escrito de tan inestimable gusto y tan precioso es*
tuviese olvidado , as como otros nuestros ogl"
hales y traducciones), le da nuevamente luz H

adornndole con unos discursos sobre el mismo-


Panegrico , escritos por el mismo Traductora
como asimismo con una lamina que representa ,
Plinio, pronunciando este Panegrico en el Senado
y presencia del Emperador Trajano'.
Siguiendo la idea , si gusta (como lo espera
v

y lo tiene ofrecido ) formar una coleccin de los


mas preciosos monumentos de Autores antiguos, -fia,
hiendo lo hecho ya con las Obras de Cayo Salustio
Crispo , las quatro elegantsimas Oraciones de CU
cern contra Catilina., y las Obras de Veleyo Pa-
trculo 5 guardando en todos uniformidad en eltat
mao.

LEO
. LECTOR.

l i a humana prudencia tiene su Oriente en la F i -


losofaPoltica, Moral, y Econmica. L a poltica
nos da luz para gobernar las Ciudades, gentes^
y Provincias. L a moral para moderar nuestros
afelos, y enderezar nuestras costumbres. L a
econmica para gozar en duracin y paz nues-
tras familias. L a ocupacin de qualquiera dees-
vtos cuidados ha menester un nimo grande y he-
ibycoj la de todos tres, casi divino, y mayor que
humano. Este tuvo Trajano Augusto , ilustre
jen todos los monumentos de la Prudencia. Este
alaba Plinio en .su Panegrico , no s si para
aconsejrselos, si para aplaudrselos; con la li-
cencia deXenofonte, que en la persona deCy--
ro fingi todo lo perfecto d un Rey ; sea ste
aquel el m o t i v o , la doctrina es grande,
prudente, severa, y digna de la adopcin del
Castellano idioma.. Debase el honor de la
-lengua de Espaa un Espaol Prncipe, en
correspondencia de haberla honrado. Pues
Claudiano le alaba por adorno suyo:
-Quid dignum memoraretuis Hispnia terris^,
, . Vox humana valetYprimo labataquore solem,
India: tu fesos exaca luce jugles
Proluisyinam tuo resfu'ant. sidera fiuctu. ,
Di-
Dives equisJ, frugumfacMs,pretios'a metalliu
Principibus fecunda piis tib sacula debent
TRA3ANM.
L a vida de un Prncipe jusfco , doctrina es
de Prncipes, que no reciben la enseanza de
los preceptos, como los dems hombres, sino
de los exemplos. No se olvida de juzgarse ma-
y o r que el Prncipe , quien se toma la sobera-
na de darle consejos. No ha de parecer qfe
los recibe el R e y sino del mismo Dios. Vincu-
laron la Mag estad Real este decoro los p r i -
meros Monarcas. Moyss recibiendo de Dios
las leyes de m oderar su pueblo. Nio de Belo
primer dolo de los Gentiles. Numma de-Ege-
ria Diosa. Con esto los preceptos se llevaban
-la obediencia en los. mismos caracteres;' porqtcg
reverenciaban .Dios en cada precepto , ima-
ginndole autor. Plinio, pues aguarda esta. d*, r

cenca, que no parece que aconseja sino qua


alaba: porque advertir con nombre de maesi
t r o , lleva delante el desagrad , y hace rebel*
-de la docilidad; pero aconsejar lo que se ha de
hacer, con voz de que se ha hecho; sella el
consejo al lado de la estimacin, y hcle apo-
sento el amor propio. Es el. estilo Asitico,
venusto, numeroso, Heno de juventudes-poti-
c a s , y atrevimientos felicsimos en las loen-,
- ... co-
clones, y muy: dlgnd del gnero'que los retri-
cos llaman demostrativo; tiene an mas almas
que voces. He procurado no. pierda en nuestro
hospedage algo de su lustre; no solo en el sen-
tido^ como es deuda, pero ni en los tropos y
figuras de la elegancia, para dar experiencia %

quan poco debe la lengua Castellana, la


copia, sonoridad, .y hermosura de la Latina.
Los discursos son.ensayos del,mismo Paneg-
rico, mas atrevidos que dichosos. Uno y otro
t

es peligro de un ingenio ,que si hubiere acerta-


do le valdr alientos y esperanzas para empe-
os mayores; y si hubiere errado ( como te-
mo ) lo descontar con silencioy modestia,
aprovechndose del peligro.

ER-
ERRATAS* -

3Pg. 1 4 . lin. 15* ciudadana, lee ciudadana


Pg. 2 0 . lin. 10 honrr, lee honr.
Pg. 2 5 . not. marg. ln. j. Trztano,leeTrajanoi
Pg. 4 9 . cit. al cale. lin. 1 . Emperador, lee
Emperador. ''
Pg. 8 4 . not. marg. lin. 5. Cosl, lee Cnsul.:
Pg. 2 5 8 . lin. antepenlt. cuepo, lee cuerpo.
Pg. 2 9 7 . lin. 17. charpa, lee, harpa.

TA-
T A B L A

e lo contenido en este Volumen.

Panegrico de Plino pronunciado en


el Senado en alabanza del Emperador
Trajanoi . * < f . *. . . . .". . . . Pag.i.

DISCURSOS
SOBRE E L P A N E G R I C O .

Discurso I. Del lustre de la eloqen-


cia en la edad de los Romanos, y ra-
zones de su obscuridad en la nuestra.. 143
Discurso II. D e la Modestia en las
honras y dignidades 154.
Discurso III. Noticia de los cargos y
dignidades de los Romanos, de que se
hace mencin en el Panegrico. . . . 1 6 4 .
Discurso I V . Del Ocio , y entrete-
nimiento honesta w. . . . 173.
Discurso V . D e la Justicia y Clemen-
cia 192.
Dis-
Discurso V I . De la Liberalidad de Tra-
jano. .. . . . . . . . . . . . . . 206.
Discurso V I L D e la justa eleccin que
hizo Nerva en Trajano y Trajano,,^
" e n sus Ministros. . 218.
Discurso VIII. Del premio de las Letras. 2 3 3 , .
Discurso IX> Invectiva las Comedas
que prohibi Trajano, y Apologa
por las n u e s t r a s . . . . . . . . . .. . ..... 2 4 9 *
Discurso X . De la Cortesa y Agrado. . 294.

Ek
E L PANEGRICO

P LINIO
AL EMPERADOR TRAJANCv

Justa y sabiamente establecieron nuestros. Consejoes


, . . . , ^ . de Xenofoi-
mayores , que como el principio de todas t C t

las acciones,..humanas , el.de la oracin tam-


bin'fuese* con religiosas invocaciones:; por-
que sin la veneracin de los Dioses inmor-
tales, , sin su consejo y . socorro y no se, pue-
de : emprender obra alguna con acertada pro-
videncia.,, y piadosa ceremonia. Tan santa
costumbre dnde puede hallar el hospedage
que en un Cnsul? O en qu tiempo c -
mo quando el Imperio, del Senado, y la au-
toridad de la Repblica nos despiertan
dar las gracias al mejor Prncipe? Hay c o -
sa mas excelente ? .Hay don derlos-Dioses;
::

tan admirable Gomo \i Prncipe casto , san-;


t o , y tan-l; jirpagen suya ?- Si an hasta;
; ;

ahpra se, dudara, de cuya liberalidad era hi-


A |0
2. T R A J A K O
iqi el clon del' Imperio ~, si 'de la- d Frtttrrf
1

, s i de la de.D.Qs VJo, lo rnnqs/hoy hxfc


biera tan licenciosa duda > antes confesara la
misma vps^iexjd[a4 que .nuestro Prncipe
recibi de Dios su Principado , no por ocul-
^fuef^a d^ los h|dos sinorfpor cjara eles|-
cion de Jpiter , pues' la hizo/entre sus raV
y altares, donde est sentado , y tan pre-
sent corno al cielo y estrellas. Por 'eso (
J p i t e r , autor un tiempo > y conservador
ahora del I m p e r i o ) mayor r a z n , mayor
: religin me 'obliga suplicarte que sea.mi
oracin digna -de--un- Cnsul , digna ;de un
Tres vir- Senado-i dtena d un Prncipe , que qua-s
tudesqueha '. 0 r
' * A
f

de tener la to dixere sea con libertad , verdad y , c r e - s


alabanza. dito*;, y que est tan lexps de parecer adu~
hfcion '"mi alabanza qantct * l a sta de ne*
esidad 'rf' adular! A mi opinin , , no solo'
;

u* Cnsul nas< quaiquier plebeyo, ha de'


procurar" no de.cir d nuestro Prncipe c o -
sa " que pueda-quadrar-'-otro.'As qie rW
1

mudezcan aquellal voces'" que pronunciaba eV


miedo-j
' po sacrifiquemos-lisonjas como an-
t e s V puesine padecemos; horrores como an-
t e s ^ no digamos; ;dl Prncipe en pblico l o
ef* ^primero', pues no le murmuramos en
secreto coino primero. Diferenciemos en mies-
I -
v
tas
A XT GV S T.O. ;3
tras, alabanzas > los .tiempos , y^. del mismo
gnero de dar gracias, s entienda quien-
yquando se, dan.. Hasta ahora c o m o )eyv
jfectts&:dptariL v mas hoy eoma hombre
lasohemos.ide dar >, porque rio alabamos al-
4gun tyrho , sino, un ciudadano; no algn
dueo,, ?
sino /.un. padre.^El se tiene por
itnjj ^dft iTiaso!tfps^ y .esl mas- eminente y le-
:

^ n adpGpojEvtejiej.se . por uao de nosotros;


y . n Q se acuerda menos de que es hombre,
gue 4fi Que gobierna, hombres. Reconozca-
mos ,,pues, -gl bien que tenemos y hagmo-
nos. dignos., de gozarle> Contemplemos , si
e-s razn rendir mas corts obediencia los
prncipes <$ue. gustan de la .servidumbre de
J#s :ciji(iadan0s , que tos ,que. se alegran
dc-su.libertad. L a Romana plebe festeja nuesr
tro. amado.Prncipe y y con la consonancia
que celebraba la hermosura, de otro re-
suena celebrando la fortaleza de ste v y con
las aclamaciones que aplauda al movimien-
t o lascivo , y mmica de otro (b), aplaude
la piedad , abstinencia y mansedumbre de s-
A 2 te.

(a) P e Domciano , de quien dice Suetonio que


era elegante de rostro*
' (1} fre 'tferoi. v.
i ? ; !
.
C4 i T 11 A J A N O '\

tet Pues qu nosotros.' ? solemos\celebrar


,1o divino, de nuestro. Prncipe r su huma-
v

ntdad templanza, y'. blandura: , c o m o > o s


lo dicta ek amor y el- gozo ?! Q u apiaus
tan de la Ciudad , tan del Senado como el
renombre que le dimos de Bueno l E l quaak
hizo particular y propia de este $a arro-
gancia y soberbia de lqs otros Prncipes. Qu
alabanza, tan pblica y tan justa- c o m o acla-
marle dichoso , aclamarnos dichosos ? de*
sear con, encendido, afecto , que haga- esto-j
que escuche esto * porque no lo diremos
si no-lo hace. Yacos que le llaman, lgri-
mas y vergenza , porque conoce que se le
dicen l como quien e s , no como %
Prncipes E l modo , pues , que todos ei
aquel repentino, incendio de amor guarda-
mos^ conservemos ahora prevenidos cada uno
de por s , y sepamos que. no hay gnero
de alabanza tan- honesto, tan bien recibido;,
como, el que: imita aquellas aclamaciones que
aun no tuvieron lugar de mentir lsonjas
Y o , en quarrto es de mi p a r t e , procurar
templar mi oracin cor* la modestia del Prn-
cipe , y no considerar menos fe que permiten;
sus odos,; que lo que se debe . sus virtudes..
| 0 grande, peregrina gloria de Prn-
ci-
A V G tr s TIOC $

icip c(ac habiendo.de dare" gracias V no


temo tent que me tenga >por corto ,. co-
in por-largo en sus alabanzas 1 Solo- este
uyddo, sola sta dificultad ine cerca, qu
alabar 4 quien l o merece , empresa es f-
cil , pues no hay peligro de que quando re-
presente sil humanidad y pse_ que le acm.
so su soberbia 5 o^iandk> sutemplanza , s\*
regalo ; quando su clemencia , su rigor ; guari-
do su liberalidad, su avaricia; quando su agr*
do, si envidia; quando su continencia, su livian-
dad; quandOvsu trabajo, su pereza; quando sil
fortaleza, su temor. Ni tampoco temo pareeejr
ingrato , agradecido , segn fuere c o r t o , o
largo-y porque considero que los mismos D i e -
ses admiten con mas serena frente , la pure-
za y amor de quien los adora , q u e la eloqen*-
cia de sus ruegos; y les es mas agradable
l que consagra; en sus templos un alma
tersa y limpia $ que el que numerosos ver-
sos. Pero es fuerza obedecer al decreto del
Senado , que por publica utilidad orden, que
de la voz de un C n s u l , t o n ttulo de da*
gracias , los-;buenos Principes, conociesen 1
que hacan, y los malos to que deban ha-
cer. Y esto ahora es mas solemne y nece-
sario -y porque nuestro Prncipe no.admite
ala
6 3t?R.* A J A N O
aabanpas^partielare,^, ni aun" se hallara'
las pblicas : si permitiera - su cuello le-
vantarse contratos,decretos, del-,Senado.JEn
lo-upp y -lo .tjL^8ndg: modesto, Cesar A u -
r

gusto , .en |io permitir <que (te .-alaben? eo otra


parte , y. en permitir que te alaben aqui.
jorque n j o p r ^ ^ a s t ; i e s t a ; ; h g n ^ , npsqtr#s
7 f

e la jprocu4|3?os. l^ndgsfce ijueslros afec-


?

tos,; ni t nos f u e r z a s ' que te .alabeuio^,


;

nosotros ;te forzamos,, que nos escuches.


MUQ^-^^:-^^^Ub\fQ. , ;qual y quai
grande deba - ser; tun.cPdncipe ,c cuyo Im
|>erio , cuyo mudo: consentimiento gobernad
e las tierras, los m a r e s , la paz y la guer-
ua. Y pintndole y formndole tal. qual conf
-venia para tener poder igual al de los Dio- ;

ses inmortales . nunca , ni aun con el d e


r r

seo pude pintarle semejante al que vemos,


Resplandeci alguno, en la guerra , pero pbs T

anecise en la -paz. i A otro honr la toga,


pero no la celada. Aquel tendi lazos la
reverencia con terror. Otro al amor con
humildad.' Aquel la gloria que . gan en su
casa , perdi en da Repblica; i y-ste la que
gan en la Repblica, perdi en su casa.
Finalmente , hasta hoy nadie ha habido , eu+
yas> virtudes ,no' se manchasen .con alguna
ve-
rcein^adl: detMvicies^. Eero :ins.troj Pirocipe^
f-qa jconcordia
r
qu i ^jsnancia. tiene .de
toda -.alabanza:, .de'., toda gloria k (Sm& qu
la firmeza !< Qu la proceridad del- cuerpo,
y decoro del rostro! Dems de esto la ens
terez- d la i edad 3 .aun:: no.fatigada 1; Ha^
biendse apresurado las insignias Idt la y e s
j e z , no sin cierto don de los Dioses , ador-
nando el cabello para entronizar la. Mages-
tad - por ventura; no dicen :dedS' lexps qujsi
es Prncipe ? Tal convenia que flese aquel
que no guerras .civiles, no la Repblica o p r i -
mida con armas , sino la paz . y; adopcin,
y las Deydades , despus de 'muchos me*
gos dieron al:wmundo* 'Fuera sjusto que n a
hubiera diferencia entre el' Emperador qua
hiciesen, los hombres y el quecos Diosesa
cuyo favbr.:y 1wotos.c|:esplan,decLf
1
ai;punto^)
Cesar Augusto , -quando te partas paraJV
exrcito , y .con o tusado indicio i pdrque
los. de ms Prncipe aniicilos j conp larga
sagrDde- las 'vctimas ^ siniestro viiejbt d a
las' aves i as subiendo ^ edmo es co*tumbse$
al Capitolio 'las vbces de los ciudadanos, bien
que on otrfr f k i * t -fecibionj como Prn4
cipe. Pues fue a s , que abriendo las puer-*
faVpa<- qW -ti ^e'r?e3ses, td'-'la turba* que
T U A J A N O

estaba al umbral te aclam Emperador; que


si bien saludaba Jpiter Emperador r el su-
ceso muestra; que te salud t por; Empe-
rador ; ni hubo alguno que no entindese
as el agero 5 fi no, le quisiste entender^
porque; rehusabas - el: Imperio ; rehusbase
indici felo de /que . l e habas de gobernar
en destreza. A s que hubieron de forzarte,
y aun eso no pudieran i,, si no es con el pe-
ligro de I la patria y riesgo de la Repbli-
ca t pues no recibieras el imperio , si no fue-,
ra por guardarle j, y as imagino yo que su-
cedi aquel mismo,furor y .rnotin de la hues<
te i porqueapar vencer; tu modestia era.me-
fiestei' gran Violencia., gran terror : y de la
manera que los torbellinos y tempestades ha-
cen mas agradable la templanza del mar y
c i e l o , as c r e o , que para realzar la gracia
y hermosura de tu p a z precedi aquel al-
v

boroto. Esto tiene la fortuna de los morta-


l e s , que se conoce lo adverso por lo favo-!
rabie v lo favorable por l o adverso. Oculta
Dios la razn de lo uno y lo otro ; y las
mas. veces las causas de los bienes y de
los males engaan escondidas en diferente,
f o r m a . - .. .: ,
Grande ultraje nuestro, siglo, , herida
' ' A t r c v sf.'0. "9
grande seimprimi A la Repblieav, le Empe-
rador! y padre, de las gentes cercado y cau-
tivo y encerrado i tiranizada al clementsimo
viejo la potestad de guardar los hombres:
defraudado al prncipe lo mas feliz del Piin*
cipado.\ quedesno ser forzado para nada
Pero' fue por sola sta razn de acercar-
te al timn de la Repblica, estoy por de-
cir que no nos sales caro. Rota estaba la
disciplina, militar., porque t a vinieras a cor-
regirla y enmendarla* I>ise un m a l exem-
plo para que nos le dieses m e j o r ; fue fi-
nal-mente apremiado un Prncipe a m a t a r l o s
que quera favorecer, para darnos iin Prn-
cipe que n pudiese ser apremiado. Mucho
fea que merecas ser adoptado.; pero no su-
piramos lo que t e deba el Imperio, si an-
tes lo hubieras sido. 1
Esperse 'tiempo: en
-que se echase de ver , que no recibas
merced , si no que la hacas; acogise
t seno la Repblica maltratada, y di-
t la voz de Emperador el Imperio que se
arruinaba sobre el Emperador. Fuiste implo-
rado por adopcin , y llamado de la ma-
nera que"antiguamente llamaban para socor-
rer la patria los- grandes Capitanes, ocu-
pados en guerras peregrinas. As hijo y pa-
B dre
IO T R A J A NO

dre os favorecisteis el uno .al; otro genero-


samente: l: te; di^el ;Imperio^ <y jt ise le
volviste. Solo t hasta nuestros tiempos re-
muneraste don tan alto' ^recibindole; y #un
obligaste de nuevo quien tte-'le dios-por-
gue .siendo de los? dos el' Imperio te hicis*
te mas solcito + y "l risas seguro) ['O nul>
vo y nunca oido camhio' para ,el Principa-
do ! No propia- ambicin'v? propio- miedo ;. si*
no ageno i provecho; j i :agenos: temor . t<- hizb
:

Prncipe. A!iffiqe:pkrec'! que' has alcanzav


!

do lo mas ,que hay entre los hombres , ms


dichoso estado dexaste; dexaste de -ser; paiv
ticul'ar..em: tiempo ' d e , buen Prncipe. pReei*
biote por compaero de cuidados y traba*
j o s ; y no lo alegre y prspero de esta dig-
nidad , sino lo spero y: duro t oblig a
recibirla. Aceptaste' el Imperio quando' otro
estaba arrepentido de haberle aceptado, Nin-
guna obligacin , ningn parentesco tenia
el adoptado con quien* le adoptaba ; mas
y de ser ambos buenos v .y digno el vino de
ser elegido v e l otro de elegirle. As que
fuiste adoptado , no como, antes uno y otro
por halago de la mugir; ;porque te recibi por
hijo , no cmo, padrastro , sino como Prn-
cipe ; y con el mismo-afecto se hizo tu
pa-
A> T. G S T ' O . 1)1
padre Nerva , con que lo era -de todos; ni
de otra manera conviene que adopte un hi-
j o , ; ? ! le adoptare el Prncipe. Habiendo de
confiar uno los exrcitos, --las Provincias,
los compaeros del Senado y pueblo Roma-
no , ^darsles succesor quitado del regazo de
tu muger ? ^Buscars solo dentro de tu casa
el heredero del mayor poder ? No rodea-
rs con los ojos toda la Ciudad ? No juz-
gars por mas .cercano pariente el que halla-
res mejor ^ y mas semejante los. Dioses?
Eljase entre todos el que todos ha de
mandar; que no es esto dar dueo tus
siervos para que te contentes como con herede-
t b forzoso, sino dar c o m o E m p e r a d o r , Prn-
cipe los ciudadanos/ Soberbia , y verdade-
ramente real cosa fuera, si no adoptaras aquel
de quien ests cierto que haba de Impe-
rar , aunque no le adoptases. Hizo esto hier-
va , imaginando que no hay/diferencia de
engendrar elegir los hijos , si se adoptan
sin eleccin , como se engendran ; si no es
que llevan mejor los hombres quien en-
gendr el Prncipe poco dichosamente , que
- quien eligi mal. As que con cuidado
evit esto ; y llam consejo, no solo el
juicio, de los hombres sino tambin el de
B2 los
T t A S> & -

los Dioses. Y tu adapcin se hizo no en su


!

aposento , si no en el T e m p l o ; no delante
;
del regalado lecho y sino delante del trono
de Jpiter n > que al fin , no nuestra Ser-
vidumbre, sino nueistra- libertad , salud y se-
guridad se fundaba-.. D e aqu e s , que se lle-
varon los Dioses toda la ' g l o r i a s u y a ;
fu
la o b r a ' s u y o - - e l ' Imper-io. Nerva solamen-
te ;fe ministr.-El-uno- y el otro obede*
:

deei j as el que adopto, como t que eras


l -adoptado. Habante trado; de. Pannonia
una corona de> laurel f traza; fue: de los Di>
s e s p a r a que adornasen^ - victoriosas insignias
l principio de un Emperador invicto.. Es-
ta haba- consagrado- . Jpiter el Emperador
Nerva quando sin'pensar:, habiendo invocado
T
!

la presencia de los Dioses y de los hombres*,,


mas Augusto y mayor que nuncat, t e recibi
por hijo^ quiero- decir, por nico- favor para la ;

cansada Repblica. Desde, entonces alegre-, co-


mo sacudida de sus ombros el Imperio T con
qu seguridad con .qu g l o r i a , (porque
qu: diferencia hay de;dexar . partir, el Im-
perio , sino que esto- es mas- dific ?. ); con-
valeci, como quien estr.iba.ba en t,,. susten-
tndose s ,. y la patria en tus ombros,
en tu fortaleza,. en tu juventud? Luego c^-
i SO
A V G V S T O. 13
i todo aquel estruendo; no fue esta hazaa
de la adopcin , si no del adoptado; y aun
fiera temeridad adoptar Nerva otro, fa-
senos olvidado, cmo poco h , no se ac- ado j|"Jj2
b el motin con la adopcin , si no que an- ba Pisn,
tes empez ? Irritara esto las iras , encendier
ra el alboroto., si no cayera en t. Quin
duda que no pudo dar Imperio el Empe-
rador quien ya haban perdido el respeto?
L a autoridad lo hizo de aquel quien se
daba. A un tiempo hijo , un tiempo fuis-
te Cesar , luego Emperador y compaero
de la potestad de los Tribunos , y todas
las: cosas juntamente que poco antes solo ua
padre verdadero habia dado otro hijo. Gran-
de indicio, fue este de tu templanza, que Vespasiana
no solo agradaste para succesor del Imperio, s^ro " * 8 1

si no tambin para compaero > que aun-


que no quieras has de tener succesor , no cornr
paero , si no le quieres. Creer por ventura
la posteridad que un hijo de un Patricio, Con- e f hTo'de
sul , y triunfador gobernando un exrcito tan Senado*,
fuerte T tan grande , y que tanto le que-
ra r no le hizo Emperador el exrcito?
C r e e r , que l mismo , mientras presidia
en Alemania, le enviasen de R o m a , e l t-
tulo de Germnico? Creer que no hicie-
se
14 T R A J N O

se diligencia alguna para ser Emperador?


Q u no hiciese mas diligencia de mere-
cerlo , y obedecer ? Obedeciste , Cesar y lie?
gaste al Principado por obediencia ; y nada
has hecho con mas sujecin , que empezar
mandar ; ya eras C e s a r , ya Emperador,
ya Germnico , ausente y descuidado de ello;
y despus de tantos renombres ,- en quanto
era de tu parte , particular. Mucho pare*
ciera si yo dixese , que no supiste que ha-
bas de ser Emperador ; mas digo , que eras
E m p e r a d o r , y aun no lo sabias., Pero lue-
go que te lleg el mensagero de tu fortu-
na , mas quisieras ser lo que habas sido ; pe-
ro no podas ; siendo ciudadana , no habas
de obedecer al Prncipe ? Siendo Legado^
no al Emperador ? Siendo hijo, n o al pa-
dre? Dnde estaba la disciplina? Dn-
de la costumbre enseada de los mayores , 1

de obedecer con nimo igual y dispuesto


qualquiera cargo que el Emperador encomen-
dase ? Qu hicieras si te enviara de unas
Provincias o t r a s , y de unas guerras otras?
Imagina que tiene el mismo poder para
traerte al Imperio , que para enviarte al
exrcito ; y que no hay diferencia en man-
darte ir por legado,, volver por Prnci-
pe;
A U G U S T O , 5

p e ; si no es que resulta mas gloria.de obe-


decer- en aquello que se apetece menos^Ha-
ca mayor la i autoridad de quien l o man-
daba t el haber llegado su autoridad al l-
timo trance i y el' ver , que otros obede-
can menos ai Emperador, te oblig obe-
decerle mas. Dems de esto oas el con-
sentimiento del Senado y del pueblo. No fu
aquel voto , no aquella ' eleccin solo de
Nrva v qu a todos los, hombres del mun-
do debas deseos ; l no hizo, mas que pre-
venir como Prncipe la eleccin los otros
y hacer l primero lo que haban de hacer
los dems y ni me persuado que. agradara !

despus de hecho , si antes que se hiciera


!

no hubiera agradado.
Mas, j justos Dioses! c o n qu m o -
destia templaste 'tu' poder y fortuna ! E m -
;

perador eras en los ttulos , imgenes r in<~


signias 5 pero en la modestia ,. trabajo ,. y
vigilancia * Capitn y Legado y soldado pues
marchabas delante de tus guilas y estan-
dartes , sin honrarte de aquella adopcin
mas que con la piedad de hijo r con la obe-
diencia de hijo v y con desear larga edad
este n o m b r e , larga gloria. Y a te habia le-
vantado la providencia" de los Dioses al pri-
mer
l6 f H A J A N O
raer lagar ; y t aun deseabas defenderte j
y envegecer en el segundo. Por particular
te tenias en tanto que. otro fuese Empera-
d o r ; logrronse tus ruegos ; mas como con-
venia aquel justsimo y santsimo viejo ,
quien los Dioses se llevaron al cielo, porque
no hiciera otra obra mortal y humana, des-
pus de aquella inmortal y divina. Debase
i aqueja grande obra .esta veneracin; que
fuese la ltima, y que al punto fuese su au-
tor consagrados porque algn da entre los
venideros se dudase, si era ya Dios quand
la hizo. De este modo aquel por ningn ttulo
mas padre pblico, que por serlo t u y o ; gran-
de en la gloria , grande en la. fama, sabien-
do ya quan bien poda descansar sobre tus
ombros el Imperio, te dex el mundo, te de-
x para el mundo. Amado de todos, digno
de perpetuos deseos, porque tuvo cuy dado
de hacer que no le deseasen. A l qual t pri-
mero honraste con lgrimas ley de hijo,
despus con templos; ro imitando aquellos
que hicieron lo mismo, mas con otro fin.
Dedic al cielo Tiberio Augusto; pero por
persuadirse deydad de la Magestad; Nern
Claudio; pero por desprecio; Tito Vespa-
siano; Domicano a T i t o ; pero aquel por
pa-
A V G W S f O. 'VJ
parecer' hijo de un D i o s , este por parecer
1

hermano. T pusiste t padre entre las es-


trellas, no para miedo de los ciudadanos,
no por desprecio de las Deydades, no por
tu honra , sino porque le juzgas Dios. Me-
nos es esto r quando lo hacen los que se tie-
nen por Dioses; mas aunque le veneras con
aras , templos y sacerdotes , con nada le
apruebas, y haces Dios , mas que con ser
qual eres* Que en el Prncipe que muere,
habiendo elegido succesor , nico y cierto, in-
dicio es de divinidad, ser bueno el succesor.
Acaso,pues, imprimite alguna arrogancia la
inmortalidad de tu padre ? Imitas estos
mas cercanos antecesores, soberbios y des-
cuy dados con la divinidad de los suyos ;
aquellos ancianos , y antiguos que ganaron
este mismo Imperio , que poco ha acome-
tieron , y despreciaron los enemigos , de cu-
ya huyda y vencimiento no haba otra seal
inas cierta , que el triunfo? (c) Tenan, pues,
lozano el nimo, y sacudido el yugo ; no
peleaban ya con nosotros sobre su libertad,
C si

( c ) Domlcia*o sola comprar cautivos para celebrar


el triunfo , porque no habia ganado despojos con que
celebrarle. Tac. in Agrie.
i8 srn A A a
ai no sobre; nuestra ..servidumbre:;,. ni aua? - se
trataban; treguas i 4 conciertos;;, "si no es. cori
iguales, condiciones.. Mas. ahora ya se lps.-vuel--
v e ei t e r r o r e l miedo, y deseo de. obede*
c e r ; , porque; ven Un ^Capitn iRomanosvunO/
de.! aquellos; antiguos, y. primeros,.;.::!! quiera:
daban el. nombre de Emperador, los. campos;
cubiertos; con, las muertes y los mares: man-
chados, con las; victorias ; recibimQ&rrerienes,,
:

po- las, conapramps l b c o j ^ e ^ m o s , a, costa-


de. graves daos y da dones, inmensos.. Ven-
cidos ruegan suplcau 5 . concedemos:,. ng&-
mos:; ; uno. y. otro; pori la.,Mgesfcad,deL:Inv-
.perip... Daaos; gracias, los .que lc-anarons
no se. atreven, quejarse los que no> alcan>
;zaron. .Qu es atreverse ?, Si saben quel cerd-

easte los.: lugares; mas; feroces r


:
en. el tiempo,
mas apacible; -.paran<eS-.^ ms spero, para',
nosotros;; (d}.. quando. .el Panubio^iunta.con.
,el yelo. las, riberas, y endurecido con ta.
escarcha: pasa: v, la otra parte innumerables,
exei'citos.; Quando, las- fieras gentes no. se ari-
mana tanto; con las; l a n z a s : c o m a con. su, cie*--
LA

Los--Alemanes; acos>tumbi?ados al frio-rde *quel


efima' se tienen pon bien* armados con l pensando
110 le sufrir ninguna otra nacin.
A>IT G tj S T o; 9

lo' y-su norte. Mas quando ya te acercabas^


como s se mudaran los tiempos $ ellos se
encerraban en sus cuevas , nuestros, exrci-
tos deseaban correr las riberas , y si die*
ras licencia , usaran de su invierno contra los
Brbaros.
En esta veneracin te tienen los enemi-i
gos; en qul los soldados? Cmo acau-
dalas te esta admiracin Sufriendo ellos con-
tigo el hambre y la sed ; mezclando t en
el exercicio campal el Imperial sudor-* y el
polvo con las militares qadrillas ; no di-
ferencindote en nada de los dems* sino
en la excelencia y fortaleza ; y en libre ba-
J ; J De este
talla ya vibrando bastas, ya recibiendo las xerccloia
vibradas de brazo agerto ; alegre con el es- ^ ^ d e s -
fuerzo de tus soldados , todas las veces que t. Rain,

caa algn grave golpe sobr tu escudo


celada. Honrabas los que te heiian , dbaslos
atrevimientos i, y atrevanse, vindote juez
y arbitro de los que travaban singular cr^
t a m e n ; componas las armas , examinabas
las lanzas; y si alguna, pareca: pesada, t la
jugabas. ^Pues que. quando; alentabas los dan-:
sadosy y favorecias los enfermos ?: Notacos*
tumbrbas irte tu tienda sin rodear pri-
mero las d e los compaeros. Ni dar desean*
' - Cz so
flO Tm?A 3> A: V;Q,
o al cuerpo,,; si o .es despus que todos. De
estos asombros , no: me pareciera digno un
Emperador , si fuera, tal :entre Fabricios, E s *
cipienes y Camilos:; porque entonces, el ar-3
$or de la imitacin.,, y ; siempre algn o t r a
m e j o r , le inflamara. Pero despus el cuidai
do de las arm.5 se pas de .las manos
los ojos ; ;del . .trabajo ai deley te.
c
Despus?
que nuestros exercicios no asiste por Maes*-
Mural se ' ldadp viejo , quien honrr las sie-
t r o s
:

daba al prl- nes corona Mural , ; Cvica sino un T

mero que . ' ...


asaltaba el vieg vil n o es gra& maravilla;., que
m
? r o
c
e
. r
n u n o
entre todos'se'acuerde de las costuro-
c a
J
a i bres y de la virtud de la patria l No te-
hbraba la hiendo , quien imitar ni exemplo que se-
Ciudad del. , ^ r
. r
^
cerco con-s guir , competir consigo mismo, y de la ma-<
llb"-f* n e r a
9 u e
es solo en el... gobierno , serio e
Hazaas de merecerle ? No fue esta tu crianza , Ce-
de'x^ano! s a r
' Y t u s
principios ? pues en los de tu
edad soldado, aumentabas ya con el lau-
rea ganado de .los Partbos , la gloria, de tu
padre , y el nombre de Germnico. No en-
frenaste con gran terrn, antes, ,de llegar,
la;fercidad ;y soberbia de los Parthos 2 N o
cercaste con; la- fama .de tus maravillas" el :

Rin y Euphratres ? No rodeaste el orbe


de la tierra y no mas con tus. huellas ,. que
. ; . con
A V G V STlO. 21
con tus' alabanzas r Siempre mayor y mas
ilustre en la opinin de los que despus te
vieron ; y aun no eras Emperador , ni hi-
jo de un,Dios? Guarnecen y dividen Ale-
mania grande nmero de gentes, grande an-
chura de despoblados ,. el Pyrineo , los A l -
pes y otros montes, que comparados pa-
recieran inmensos. Guiando, pues , tus legio-
nes por todo este espacio, por mejor de-
cir , arrebatndolas (tanta era tu velocidad)
nunca volviste los ojos carro caballo.
All el mas veloz , no para alivio del ca-
mino , mas para aparato de la guerra , te
segua con otros ; como de quien no usa-
bas , si no es quando algn dia de los que
tiende sus reales la hueste , quisieses fatigar
el vecino campo con alegre ligereza , con
carreras y polvo. Admirar el principio del
trabajo , el fin ? Mucho fue perseverar ; pe-
ro mas fue no temer no poder perseverar.
Wi dudo que aquel que te sac de Espaa para . .
las guerras de Alemania , como valeroso
presidio , si. bien poco soldado ; envidioso
de tu fortaleza , aun quando la habia me-
nester, no sin algn t e m o r , te admir tan-
t o como Euristeo al hijo de J p i t e r , quan- AHrculcs.
do le contaba sus trabajos, de todos victorioso.
Mas
22 T A J ANO
Mas siendo Tribuno , aun en tus tier-
nos aos , varn, en firmeza, rodeaste las:
tierras mas apartadas; previnindote la for-
tuna desde entonces v que despacio apren-
dieses de todo punto l o que despus habas
de ensear; ni te contentaste con ver el
exrcito y breve milicia , c o m o de paso;
de manera hiciste el oficio de Tribuno, que
"podas luego .ser Capitn , sin que para el
tiempo de ensear te quedase algo por .aprenr
der. Conociste ganados no mas de diez
.sueldos, costumbres de gentes , sitios de re-
giones , .comodidades de lugares ; y acos-
tumbrstete sufrir diferentes templanzas de
cielo y a g u a s , como las fuentes, y estre-
lla de tu patria. Quntas veces mudaste
caballos! quntas veces las jubiladas armas'.
V e n d r , pues., tiempo en que los venide-
ros codicien ver y ensear , sus descen-
dientes , qu campo bebi tus sudores; qu
rboles te daban sombra para comer ; qu
peascos para dormir. Finalmente , qu
casa llevabas c o m o tan gran husped ; co-
mo (entonces te mostraban t, en los lu-
gares mismos las huellas de los grandes Ca-
pitanes. Mas esto entonces. A l presente quat-
quier soldado algo antiguo te tuvo por com-
pa-
A U G U S T O ; 23

paero ; qu quat hay de quien; no hayas


sido antes, compaero , que Emperador ? D e
ai es ,. que casi todos, los llamas por su
nqmbre; que cuentas las fuertes hazaas de , :

cada uno-; ni tienen que contarte, heridas


recibidas por la Repblica pues t se las.
alabaste y fuiste testigo de ellas.. Tambin,
me hace publicar tu. templanza , que; siendo
:
criado, en las alabanzas- del-la guerra ,, amas
la paz ;;. y n o p o r no tener padre triunfar
dor,;ni.por haber consagrado una.corona, de
t Laurel. Jpiter -.Capitolino- el d i a . de t
adopcin,, de qualquiera ocasin, solicitas,
triunfos., No- temes,.; ni provocas la. guerra;,
'maravillaes (Emperador Augusto )',. maravilla
es; estar . la ribera. deL Danubio;,, seguro^ l.
triunfo si le pasas,. y no- desear, pelear con
los que lo rehusan. L o uno; es; efecto d
fortaleza..'Lo otro .de; templanza.. Porque no>
querer t pelear, de tu templanza n a c e ; no.
xjuerr tus enemigos ,>de tu. fortaleza., - ''"
R e c i b i r p u e s ,; algn, da. el. Capitolio' Tales eran'
carros no vacos , ni. simulacros de mentida, los de Do-
victoria ; sino un iimperaaor ,, que: vuelva con
^pura .y verdadera gloria:,, paz tranquilidad;,
y obediencias tan confesadas de; los enemi-
gos , que no haya habido, a quien, vencer.,
:

Mas
$4 ' t R i A s a
Mas hermoso es este que todos los triunfos;
porque nunca , si no es por menosprecio de
.nuestro Imperio , hemos tenido ocasin de
Dicelo vencer, Pero si algn Rey Brbaro Mega-
poi-Deceba- j.^ tai f u r o r , tal insolencia , que me-
l , Rey de " . . \
Dacia con- rezca tu ira , t.u indignacin ; en .-vano: se de*
*iaqmenpe- fi jenc e c o n e j m r enmedio , inmensos ri-
leo despus, , . . . . .
segn Dion o s - , o con precipitantes monjes ; porque
C a s w
' echar de ver , que todo esto es tan humil-
de, tan obediente tu v a l o r , que parez-
ca que se le han humillado los montes , seca-
do los ros , quitado de enmedio el mar,
y que le persiguen no solo nuestras arma-
das , sino tambin las mismas tierras Ya
me parece que yeo un triunfo, cargado, no
de los despojos de las Provincias , no del
oro defraudado los compaeros, sino de
las armas enemigas y de las cadenas de ios
Reyes cautivos. Y a me parece que voy re-
legraba el conociendo los grandes renombres de los Ca-
niunfo. pitanes , y los cuerpos iguales los renom-
bres. Y a me parece que miro los triunfales
carros cargados de Brbaros despojos, y
cada uno entregado al castigo de sus atre-
vimientos , atadas las manos. Luego t le-
vantado , apresurando el paso las dems
gentes. Delante del carro los escudos que
hu-3
A V G U S T O. 2$
hubieres destrozado. Tampoco te faltarn
despojos de valor, si se atreviere algn Rey
venir las manos. Y no solo el arrojar
de tus lanzas , mas el de tus ojos y ame-
nazas estremezer todo el campo contrario.
Mereciste con.la templanza pasada , que to-
das las veces que l dignidad del Imperio
te forzare guerra, defensa, se eche
de ver que no venciste por triunfar , sino que
triunfaste porque venciste. Polica mi-
D e unas cosas me ocurren otras. Qu litar de Tra-
jatio.
gallarda fue reformar la disciplina de los
Reales ya despreciada y decada! Quitan-
do el dao de los tiempos pasados , la
floxedad , rebelda y tibieza en obedecer;
segura cosa es grangear reverencia , segura
merecer amor. Ningn Capitn teme el No teman
odio amor de los soldados ; y as l o d l
' P or

1
que no se
igualmente seguros de ofensa favor, daba Trata-
apresuranse en sus obras, asisten los " * . f a I s a s

r
. " acusaciones;
exercicios militares, acomodan armas , mu- o temian
rallas, varones; porque no es el Prncipe qu^no^os
tal , que tema que se amenaza y pie- apellidaran
. p o r Prnci-
viene contra e l , lo que contra los enem- p e s t e n i n-e

gos. A esto se persuadieron los que ha- d T i a


' " a

ciendo obras de enemigos , temieron tam-


bin obras de enemigos. E n aquel tiempo,
D pues,
2.6 T K A J A NO

pues , se holgaban de que desmayasen loa


cuidados de la guerra. Y no solo los ni-
mos , sino tambin los > cuerpos se enflaque-
ciesen , y que aun los aceros con eL descui-
do se embotasen ; y nuestros Capitanes no
teman tanto las asechanzas de los Reyes
enemigos , - c o m o las de sus Prncipes, ni
el acero y manos de los contrarios, co-
mo las de los compaeros. Es. propio de
las estrellas obscurecerse, las pequeas con
la presencia de las mayores. As con la
venida del Emperador, se obscurece la dig-
nidad de los legados. ..Pero t aunque eras,
mayor que t o d o s , lo eras sin prdida de
ninguno. La misma autoridad tenia cda !

uno en tu presencia , que en tu ausencia;


y aun muchos se les creca la reverencia,
porque t tambin los reverenciabas; y as
eras tan querido de los poderosos como de
los humildes, as habas mezclado el ser-
Emperador y compaero. Dichosos aque-
llos cuya legalidad,, industria aprobaste,
no por mensageros. intrpretes , sino
por tu misma persona ; no por tus .oidos,
sino por tus ojos. D e ai les vino , que es-
tando ausente , nadie dieras mas crdito
de los ausentes que t mismo.
Ya
A TJ G IT S T O. 2,7
' Ya los deseos de los ciudadanos te traan; Modo de
f ya el amor de la patria venca al de la d e

guerra ; fue el camino apacible y modesto,


como si vinieras de la paz. No pondr en-
tre tus alabanzas , que no atemoriz tu ve-
nida ningn ^adre , ningn marido ; afec-
tan otros castidad, mas en t es natural. No
hubo alborot en prevenir el carruaje, no
enfado en hospedages; comida la que los de- ^
ms , y el acompaamiento breve y obedien-
t e . Pareca que iba algn Capitn ,* principal-
mente que ibas t' la guerra. Tan poca dife-
' rencia.haba entre l Emperador elegido,,
antes de serlo. jQun diferente fue la jor-
nada de otro Prncipe , poco h ! si fue
jornada, no destruccin , aquella donde roba- j) e Dona-

ba los huspedes , y lo dexaba todo tan abra- ciano.


s.ado , -como si alguna violencia , los mis-
mos Brbaros de quien vena huyendo , lo
hubieran destruido. Era necesario persuadir
las Provincias, que aquel modo de cami-
nar era de Domiciano , no de Prncipe. Y
a s , no tanto por tu alabanza , como
55
por
provecho c o m n , publicaste por edicto lo
gastado con cada uno de vosotros. Acostm-
brese el Emperador mirar lo que gasta. As
salga las jornadas, as vuelva de ellas, c o -
D 2, mo
2% T R A J A S O

mo quien ha de dar cuenta. Publique lo


Poco gast que gasta , que as no gastar , de manera
ii ios eami- . ,, ... ,
ios. *I u e l e
de vergenza el publicarlo. Sepa
dems de esto los venideros Prncipes,
quieran no quieran , quanto cost tu jor-
nada , quanto la del otro. Y teniendo, de-
lante de los ojos estos dos exemplos, acur-
dense con cuidado , que ser tal la conje-
tura de los hombres acerca de sus cos-
tumbres , quai fuere su eleccin de estos
aquello. N o merecias por tales y tan-
grandes mritos, nuevos ttulos, honores nue*
vos ? Pues con todo eso reusabas el nom-
bre de Padre de la P a t r i a ; |qu larga pe-
lea fue la nuestra con tu modestia ! \ qu
tarde vencimos ! Aquel renombre que otros
tomaron el primer dia de su Principado!,
como el de Cesar y Emperador , tu le di-
lataste , hasta tanto que t mismo, con
ser juez tan medido de las buenas obras
que haces, confesases que le merecas. A s ,
que solo t te sucedi ser padre de la
patria y antes de tener el ttulo porque lo
eras- en nuestros juicios y en nuestros nimos;
ni le pareca la piedad pblica , que era
ce importancia el nombre; si no es que se
acusaba de ingrata en llamarte Emperador
y
A U G U S T O . 2,9

y Cesar , habindote hallado padre. Con qu


amor , con qu aficin usas este nombre!
C m o vives con tus ciudadanos , qual un
padre con sus hijos I j Cmo volviendo E m -
perador , habiendo sido particular , conoces
y eres conocido ! Por los Inismos nos tie-
nes , te tienes por l mismo , igual todos}
y solo eres mayor en ser mejor.
Quanto lo primero, qu dia aquel
en que esperado y deseado entraste en la Ciu- Entrad*
dad! Y esta entrada ? qu maravillosa! qu.ale- de .Trajino
, T ' , .. e n
Roma >
gre ! Los antecesores entraban, no digo en amado de
carro de quatro caballos blancos, sino en los A l e m a n i a
* para socor-
ombros de los hombres; cosa que era mas rerJerva.
arrogante j t con sola la proceridad de tu
cuerpo , mas levantado y excelso que los
dems 5 no triunfaste de nuestra paciencia,
sino de la soberbia de los Prncipes. No de-
tuvo nadie la edad , poca salud , sexo,
para acercarse llenar los ojos de tan no
acostumbrado espectculo. Arrojbase la in-
fancia c o n o c e r t e ; la juventud osten-
tarte > la vejez aplaudirte; los enfermos,
menospreciando el orden de sus Mdicos , ca-
minaban verte como su propia salud.
D e aqui unos decian , que harto haban vi-
vido, habindote visto y recibido. Otros, que
por
3 o
I R A J A S O
por eso haban de vivir mas. Vena las>
.mugeres mas gozo de su fecundidad, quan-
d o veian para que Principe haban parido
ciudadanos ; para que Emperador soldados.
Vieras cubiertas las casas, y casi para caer,
.que no tenan, ni aquel lugar vacio que
no; sufra huella , sino suspensa y poco es-
table. Llenos por todas partes los caminos,
jque . solo t e . quedaba una angosta senda. El
, .pueblo .alegre de aqu y all. E n todas pas-
r, tes igual aclamacin i igual gozo ; tan igual
fue la alegra de tu venida para todos, co.-
mo ie ella, para todos. Creci el regoci-
jo con tu entrada.; y casi con cada paso
tuyo se haca: mayor. Agradaba todos,
verte recibir al Senado con amorosa ceremo-
conesia^del na, y el verte despedir. Agradaba verte nom-
Prncipe. Jjrar cada uno de los Caballeros con su
honor y decoro , sin informarte de nadie;
.agradaba ver , que no solo te adelantabas
saludar tus subditos, sino que anadias al-
gunas seales y muestras de familiaridad ; pe-
ro mas que todo , el andar despacio quan-
to convenia para que te viesen todos ; que
ocurriendo todo el pueblo, de tropel ,
; te
embarazaba tambin .t el camino y aun
t principalmente. ,Que luego .el primar
ir

dia
A t G TJ S T O. $1
da fiabas tu lado de todos; porque no Hnmani-
. , , dady Uane-
bas cercado con la guardia , sino rodeado za delPrn-
de una v otra parte , ya con la-flor-del Se- c l
P e eil
e l

. 1 s
, acompana-
nado , ya con la orden de los caballeros; miento,
segn los unos y los otros eran mas. Seguas
tu guardia , que iba con silencio y quietud;
porque los soldados no se diferenciaban de
la plebe en hbito, en tranquilidad y en mo-
destia. Mas luego que empezaste subir al
Capitolio ; j qu alegre fue todos la me-
moria de tu adopcin ! qu particular el
gozo de los que primero te. haban saluda-
do por Emperador en aquel mismo lugar!
Y aun c r e q u e el misma Dios tom en-
tonces gozo particular de su obra ; y lue-r
go que pisaste las mismas huellas que tu p- ;

dre r quando haba de declarar aquel gran


secreto de los Dioses; j qu gozo e de ls r

circunstantes { q u novedad de voces I qu


;

dia tan semejante- aqul que engendr es-


te da! qu- lleno de altares y copiosas vc-
timas todo lo del Imperio c m o ofrecan
todos v o t o s , por tu salud sola - entendien-
do que pedan para s , y para sus-hijos
lo que para t pedan. D e alli fuiste pa-
lacio ; pero con tal semblante , con tal mo-
destia , como si fueras una casa particu-
lar;
32 T R A J A N O
lar; los dems sus casas , cada uno con
intento de repetir la lealtad del gozo , don-
de no era necesario mostrarle. Soberbia die-
ra otro esta entrada; t cada dia eres
mas admirable y mejor ; t a l , finalmente, c o -
mo otros Prncipes soto prometen ser. Solo,
pues, t te hace mas digno de estimacin
el tiempo. Juntaste y mezclaste dos cosas
muy distantes y diferentes ; seguridad , como
si hubiera mucho que imperabas ; y modes-
tia , como si empezaras imperar. No der-
ribas tus pies los abrazos de los ciudada-
Modesta nos , ni pagas el beso con la mano ; te
. Trajano. q U e ( j ^ ^
0 u n s j n d o Emperador, la humanidad
e

que antes. Andabas pie? tambin ahora


andas. Te holgabas de trabajar ? tambin te
huelgas. Todo aquello tienes contigo ; nada
te mud la fortuna. Libertad hay , quando
sale el Prncipe en pblico, de pararse,
pasar adelante ; acompaarle , dexarle.. An-
das entre nosotros ; no por novedad ; te
dexas ver sin hacernos carg de ello ; est
tu lado qualquiera que llega; da fin la
pltica la vergenza de cada uno , no tu so-
berbia. Nos gobiernas, y estamos sujetos ; pe-
ro como las leyes; porque ellas mode-
ran nuestros deseos y facilidades ; pero con
no-
A V G IT S T O. 33
nosotros estn, entre nosotros andan. Eres emi-
nente, eres'aventajado como el honor, como el
poder; que aunque son sobre los hombres, son
de los hombres. Los Prncipes tus antecesores,
por enfado de nosotros y por algn temor de
igualdad, haban, perdido el uso de los pies.
'As los ombros y cervices de los esclavos
fes llevaban/ ellos sobre nuestros rostros;
*k t 4a fama, . t J a gloria,. t la pie-
dad de los ciudadanos , t la libertad
te levanta sobre los mismos Prncipes; la
tierra te pone sobre las estrellas; tan comune*
y mezcladasjson tus huellas con las nuestras.
* ,{e) Ncr temo parecer largo, pues se ha de
desear grandemente que tas cosas porque se
dan gracias a l Prncipe, sean muchas. Mayor
reverencia fuera, mas d e c o r o , reservarlas
enteras y aun no tocadas , para vuestros
pensamientos ; que ceirlas breve y sucinta-
mente ; porque casi siempre sucede que
las cosas que se callan, parecen tan grandes
como son; (f) si ya no es que gustis de
E que
(e) De la liberalidad.
(f) Haba prometido ciertas raciones al Pueblo , f
un donativo los soldados ; y no bastando el Era-
rio para pagar uno y otro por entonces , dio lue-
go
34 I R A J A S O

que toque brevemente como se enrique-


cieron los Tribus , y el don magnfico que se
dio al pueblo , y como se le dio entero,
dando parte del donativo los ; soldados
F u e obra de poco nimo pagar de presen*
te por entero quien mejor podas negr-
selo ! Aunque en esta diferencia aun hubo
igualdad. Iguales fueron con el pueblo los
soldados ; porque aunque se les pag sola
una parte , fueron primeros Igual fue el
pueblo con ellos ; porque aunque fue des-
pus , recibieron su merced entera. Pero
con qu benignidad se reparti ! qu cuida-
dado tuviste de que nadie fuese vacio de tu
liberalidad! Participronla tambin aquellos
que despus de tu edicto haban sido bor-
r a d o s ; y fueron iguales los dems , aun-
;

que no se entenda con ellos la promesa. Fal-


taban algunos ; qual detenido con negocios*
qual con enfermedad ; ste, en el mar , aquel
en los rios ; y se esper y proveyse de ma-
nera que nadie estuviese enfermo, nadie ocu*
pado , nadie lexos; que viniese cada uno quan-
do
go los soldados la mitad de su promesa , y des-
pus al pueblo entera ; as fue igual la liberalidad?
fue liberal con los soldados en el tiempo 3 con el
pueblo en la suma.
:A V G T S T O. 35
ido* quisiese , quando pudiese. Cbra fue,
Cesar , magnifica y tuya , casi juntar las
tierras mas apartadas con la traza de tu
magnificencia ; ceir con tu. liberalidad in-
mensos espacios ; amparar las cadas; ir
la mano la fortuna ; y estribar con toda
fuerza en que .ninguno de la Romana pie-
be sintiese quando hacas estos bienes, que
eras mas hombre que un ciudadano. Llegado
el dia de la distribucin, solan aguardar
que saliese el Prncipe informarse por don-
dte ; ocupaban el camino los enxambres de
tos recien nacidos, y los que haban de ser
del pueblo Romano. Tenan los padres que
hacer en mostrar los nios, y puestos so-
bre sus cuellos ensearlos veces blandas y
palabras aduladoras ; decan ellos las que les
ensayaban. Y muchos , vueltos .vanos los rue-
gos , molestaban los sordos odos del Prn-
cipe ; y sin saber lo que se pedan , r.i lo
que les dexaban de d a r , se estaban deteni-
dos hasta saberlo de cierto. T aun no de-
saste que te rogasen; que aunque era agra-
dable: tus ojos saciarte de ver la genera-
cin Romana , mandaste que antes que te
vieran te oyeran , los pagaran y escribie-
ran en la tabla de los ciudadanos, para que
'' E 2 des-
fl T R A J A NO

desde la niez empezasen reconocerte por


padre pblico con a merced que les hicis-
te para sir crianza ; porque creciesen tu
costa pues crecan para t , y con tus ali-
mentos, legasen tus gajes 5 y tanto te d-*
biesen todos t solo , como cada tino d
ellos su padre. Q u bien haces , C e s a r , en
dilatar tu costa la esperanza del nombre
Romano l porque no hay gasto tan digno
de un gran Prncipe , y merecedor de in-
mortalidad, c o m o el que se hace para los
venideros. A ios ricos solicitan fecundidad,
grandes premies iguales penas. Para cria*
los pobres, solo hay un remedio j un buea
Prncipe. Si .-te no fomenta con larga ma-
no ,. sino ampara y abraza los que fueron en-
gendrados en confianza suya, acelera la muer-
t e del Imperio r 'ct fin de la Repblica. E n
vano es uno Prncipe menospreciando la
plebe,,que una cabeza sin cuerpo , es fuer- :

za que con el instable peso amenace siem-


pre ruina.. Bien se dexa entender el gozo
que te d a r a , quando. te recibiese el clamo*
de padres' y hijos, viejos , infantes./ Esta fu
la primera voz que de los pequeuelos
ciudadanos lleg tus odos ; quienes t,
habindolos de dar alimentos, esto los dis-
te
VGV S T ov 37

t e prinio ', que no tuviesen que rogar/ V e r *


tajas hace todo , que seas tal", que en
tu tiempo es de gusto y de provecho te-
ner hijos. Y a ningn padre teme en su hijo, si
no es los casos de la humana fragiliiad. Ni
se. cuenta entre las enfermedades incurables la
ira del Prncipe. Grandemente ayuda la crian-
za de los hijos, engendrarlos con esperanza de
alimentos , con esperanza de mercedes; pero
mas que todo , engendrarlos con esperanza
de libertad , con esperanza de seguridad. Y
es de manera , que aunque n o d nada el ;

Prncipe, con tal que no le q u i t e ; aunque


no alimente , con tal que no mate y no~ fal-
tar quien quiera tener hijos ; pero al con--
trrio , d y q u i t e , aliment y mate $ que-
yo le aseguro queen breve tiempo obli-
gue arrepentimientos T no solo de haber
engendrado hijos ; pero aun de haber nacido/
Por lo qual nada alabo en tu liberalidad,
como el hacei' mercedes de bienes tuyos; da
alimentos de bienes tuyos ; que no crias los:
hijos de los ciudadanos como los hijos de.
las fieras con sangre y muertes. Y lo que es-
;

mas agradable los que reciben, saben que se


les da cosa que no se ha quitado nadie. Y
que habindose enriquecido tantos, solo el
Prk.
38 T U A J A N O

Prncipe se ha hecho pobre; aunque ^un


ese tampoco; que aquel cuyo es lo que es de
todos, tanto tiene como tienen todos.
, A otra parte me llama tu numerosa glo-
ria. A otra parte ? como si hubiera venera-
do y admirado bastantemente , que el haber
derramado tanto dinero , no fue para apar-
tar la ma'a fama de algn murmurador, que
saba insultos tuyos, t i para detener la tris-
te murmuracin de los hombres con mas
alegre pre a. Kinguna culpa redimiste con
tus magnficos .dones.^flmguna crueldad con
tus aumentos; ni fue en t la causa de hacer
bien, porque lo que habas hecho mal, quedar
se sin castigo; amor ganaste con este gasto,
no perdn ; y fue-e el pueblo Romano de tu
Tribunal, obligado, no rogado. Gozoso ofre-
ciste esta merced gozosos, seguro seguros.
Y lo que antes los Prncipes arrojaban los
hinchados nimos para ablandar el odio ; tu
lo diste tan inocente al pueblo, como l lo
recibi, Poco menos de cinco mil hombres
fueron P. C. los que llam , junt y gran-
ge: la liberalidad de nuestro Prncipe. Es^i
tos como socorro de la guerra y adorno
de la p a r , se mantienen con gastos p-
blicos , y aprenden amar la p a t r i a , .no-
so-
A U G U S T O ; 39

solo como patria , sino tambin como ma-


dre de leche. De estos se llenarn los
Tribus y los reales.; de estos nacer algn
dia gente que no haya menester alimen-
tos Dente $ Cesar-, los Dioses la edad que
mereces, y gurdente el, nimo que te die-
ron. Y quanto mayor turba de Infantes ve-
rs escribir una vez y o t r a ! porque se au-
menta cada dia y c r e c e , no porque son mas
amados los hijos de los padres , sino por
serlo los ciudadanos del Prncipe. Hars mer-
cedes , si quisieres 5 dars alimentos si quisie-
r e s ; pero ellos por t hacen. '
Por merced perpetua tengo tambin la
abundancia del trigo j cuyo cuidado alguna
vez dio no menos gloria P o m p e y o , , que
el delito.'de-la ambicin echado del exrci-?
to ; que el enemigo desterrado del mar ; que
el Oriente y Occidente rodeados con triunfos.
Ni l con mas polica que nuestro Prn-^
cipe, con autoridad, consejo, legalidad,abri
los caminos ,'descubri los Puertos ^restitu-
y los caminos la tierra , el mar las
riberas , las riberas al Mar. Y as mezcl
distantes naciones con el comercio ; que lo Prov
'^e>-
. ' , -i ca en los
que naca en qualqier p a r t e , pareca natii- comercios,
ral de todas. No se ve como sin dao de
al-
4p T R A ' J A J O

alguno e s el ao sobrado para nuestras


necesidades? Que no >sq. quitan las mi*
ses como robadas al enemigo , y que ha-
ban ,de perecer,en fcroxes , buscndolas en
vano los compaeros ; traen ellos lo que
engendr.la tierra , lo que cri el cielo, lo
que llev el ao ; ni oprimidos con nuevas
*Nocom- P m o s
^o
c n e s
.-faltan los antiguos.. tributos,
prabaelFis- $ Compra el Fisco; todo lo que parece que,
:

n o ' pagaba compra d ( ? ac


L li n a c
- I a
muchedumbre , de
el precio; aqui el trigo en que s conciertan compra-
compaba"! ^ Y . 4^9li> de aqui la copia y aban,
v Qn

porque da- dancia por largos siglos,


baeste ttu- '.' " ' *' -

loa su vio- Gloribase E g i p t o , que para concebir


leticia. ^ crecer sus mieles , no debia naia las
lluvias ni al Cielo 5 porque baada siem-
pre con su caudaloso rio , no acostumbra-
da fertilizarse con otro gnero de aguas
que con las suyas, de tantas mieses se ves-
ta que competa invencible con las tierras
mas fecundas.
Secse con no pensada sed , hasta este-
rilizarse i porque perezoso el Nilo sali de
madre , mansa y flacamente , no por eso
menor que los mayores dos, De aqui, gran
parte de la tierra que solia baarse en su
torrente arrebatado, qued abrasada, con
.:. al-
A. t 6 II 5 T. Oi 4t
toftpoHteibEq/.danfiH Egypto,\ dese en ton
Icesjj. lnbV^dos;.9 v o m i t ; abiCieio^ pues o el
padre de surfertilidad ;coh el mismo a'pri-
4;v .);eprmii
; la fecundidad' de aquel ano
g^Sqcailal};pro^ik. ^Qr<$ue: no- solo aqe*-
:

caminadora :ypeapaci.osa corriente :se<ha^


bia * embraizado j entre .los dallados ganados
p o r ; ei.usQ;^ mas, aun se habia hurtado con
blando y, I apacible, jd&svo; al; sediento suelo
:

defraudada., pues,, la, Provincia de. la inun-


dacin , digo , . de la abundancia- , invoc
el favor, ^e. Cesar > qual. suele el de su rio.
No se detuvo: mas tiempo su calamidad,
que el.,.a viso 4 tan veloz es tu poder , C e -
sar , tan, presta tu bondad y aparejada;pa-
ratodo , que para el remedio de los tris-
tes, sucesos de tus tiempos, basta que los se-
gas, Tengan, ojal todas las gentes frtiles
aos , agradecidas tierras; pero creo que con
este, pstado ,de Egyptp , quiso experimentar
la fortuna tus fuerzas y acrisolar tu vigi-
lancia ; porque mereciendo t prosperidad en
todos tus sucesos , no es cosa clara que
quando te.sucede alguna adversidad , es pa-
ra .abrir campo y materia para tus virtudes
y:.alabanza^?:..Siendo as que las prosperida-
des .examinan los dichosos, y las adversida*
-.i* !
F des
/ja T R A J A X' o

des los ana^nnimpsii Pensaban- antiguamente


q;ue no et, pdi n STSTIRTAIF nuestra' Ciudad
sin los socorros de Egyptio v ferisoberbeciase
aquella nacin insolente Y llena' de arogan-
ca del; que susitentbai);nuestro -pueblo^
aunque vencedor^ y de-que EN SU ira V
sus manos estaba nuestra abundancia nues-
tra hambre. Pagamos al Nilo> SUS SOCORROS,

recibi el; trigo. que nosinabia enviado, VOL-

vi: .llevar;las. mss .que: habia traidot


Aprenda,, j.I pues,i, y crea E g y p t o CON ta
experiencia v que* no nos da sustento , sino
tributo, .sepa^, qu& o le ha' menester 'EL,
! ! 1

pueblo Roman y srvale con todo -eso. D e


1

aqu adelante estse , si quisiere,, el -Nl- EN


:

svi' madre', guarde los trminos de ro ; que


no le 'importa nada l Ciudad , ni an ;
Egypto v si rio es para' qu vengan de all
naves vacas , semejantes las que solan vol-
v e r , y de ac opulentas,. como las que so-
lan v e n i r ' j y vuelto al 'revs el oficie del
v :

mar , se deseen en la otra 'parte los vientos


r

en popa y breve carrera.. Maravilla, C e -


sar , pareciera , sino sintiera Roma la falta
de Egypto s y quiebra del' N i l o v la qual
con tus socorros, con tu cuidado , tuvo tan-
TAS sobras , QUE SE ech bien DE VER QUE
no-
di xr firjs-T o. -^43
iosotrps j o d i a m o s vivir sin Bgypto ; mas
v

no> Egy^to.sih^TisotrQS. Perecido: hubiera


^inijdud) aiju^ffecand.isut^3AGENTE.:,i!SIFOE*-
j ; . Aftrss. J>3Beaiap vergenza de verla esterii-
. dadc nocacostumbrada'; y no menos padeca
cdlcffes:de;jlaa.hambie; ^jqu.' tormentos v iquanr*
O juntaaitente^ spoorriste sur! vergenza y . sus
pecesidadesi) Quedbanse.} atnitos :los labran
dojces. de ver llenas las; trojes que no ha-
ban llenado dudaban de qu campos se
. hablan 'cogido aquellas^rfljesss'v tr qu par-
te de' Egypto : habla otro rio. A s por tu
buena obra su t i e r r a , aunque jams escasa,
y el Nilo , '.aunque muchas veces obediente
E g y p t o : : ? nuncampeif,; corri mas libe-,
ral; en ."nuestra: alabanzas | Qu gusto reciben
todas las Provincias de haberse sujetado
nuestro Irnperiol despus que han venido^ i
tener - un Prncipe que lleva , y vuelve aqui
y alli la ;
fecundidad , como el tiempo y
la necesidad lo pide! jQu sustenta y ase-
gura la gente esparcida por el mar , como,
si fuera alguna parte del pueblo plebe
Romana 1 El cielo aun no es tan favorable,
que juntamente fertilice todas las tierras; s-
te: igualmente t o d a s , sino en la esterili-
dad , por lo menos las desvia los daos de

F2 la
la esterilidad. Este'4 tnoc$ex'li^&q-i>FCSXO
aneRos; reparte.)bienes: de fertilidad^: ste ^ con
coatiiiiias navegaciones: hl sz&>ids Oriente - y
Occidente y de jramr^5Yq$&fdv^a*>
t o : nace en todas -partes !
y quanto- -apet*
cen t o d o s , se.icomupica rJk>s- unos los
otros y.echan td v e E ^ : qantoiiras ut
es, 'los subditos;: t e n e r . h a . ^ quin, sirvan^
que libertad discorde-:?:!porqu entre los. que-
viven apartados ,. los/niales propios no s4
lem >de; cada ouno -j-/:^ro;e1*fcrerJofc .$u- vives*
Uidos, y) tompanados ,< los:! males partcula-
res , ninguno-, los .bienes de:todos, perteti
necen toios.. Mate: si tienen alguna' Dey-?
dad- las? 'cierrasi^: (ky.& aigim Genio; los. r05
aquella-', tierra ;y aquel rio ruego que con-
tento con esta benignidad del Prncipe, es-
conda las- simientes en su blando regazo-, muil-
tpdkad'as.:- tas TestityawNo "pedimos logro.;?
pero con todo, e s o , piense t que le ha de^
1

pagar , y escuse en todos los siglos y aos


venideros- la mentirosa lealtad de ste ; tan-.
'
' "i C , :0...:.] :7> ; V'. ' .' . . tO;

.'(y ' Provechos te t Monarqiav .


l

. (/;). Genios l'lamabane los antiguos. los Dioses me-


nores atribuanlos el gobierno de fuentes y ros
Eran como custodios entre nosotros. Lactancio, 1UV
a. de orlg: erro. c. i j . ' ' "'i -
A'-tr G ~v s t . 45
td 'rri'as . quait;r ' fienos---' ped-inos?
- J

; Bastantemente se mir por el provecho


de los soldados y:ciudadanos. Vise de all
- p o d h espjctcul ,-nO lascivo^ no obs-
i

ceno , ni tal : que ablandase y afeminase los


? 5

corazones de los hombres ;. antes los anima*


ba hermosas heridas , y a desprecios- de
la muerte; Pues atiri en los cuerpos de sier-
vos y facinerosos (i) se vio ambicin de
alabanza y deseo de victoria. -Qu libera-
lidad us despus! Q u justicia en los -fue-
r s ' d ^ l - lucha 1 No tocado victorioso
de toda pasin; alcanzse lo que se le pi-
di ; ofreci lo que no se le pedia'; con-
vidbanos la eleccin d este , aquel lu*
chador; y as hubo-mil cosas no pensadas,-'
mil cosas repentinas. Qu libre la afi-:
ion de los circunstantes! Qu seguro el fa*'
vor ; ninguno*" se hall= acusado, como solia,
d poco decoro por haber despreciado
quien favoreci el Emperador, (kj Ninguno
de
-(J Salan ludar en este espectculo , cau-
tivos j gente que por sus delitos habia sido con-
denada " esta pena
(&) Llevaban pendientes de una escarpia los que
(juedaban muertos, en la pelc'a ; esto es purgar con
4P* T R A J A N O

de los que miraban , purg hecho espect-


culo el miserable gusto con fuego y escar-
pia. L o c o fue aquel ignorante^ de: la ver-
dadera honra , que tv p o r , ofendida - sft
Magestad en el anfiteatro ; y por despre,
ciada* si los luchadores sus favorecidos, no
fuesen venerados. Interpretaba , que- s rse ;

le decan los; oprobios que, se decan 4 ellos


y que violaban su Deydad j porque pensa-
ba que l era Ip mismo que los D i o s e s , y
los luchadores lo mismo, que l.
j Qu hermoso espectculo nos ;mostrasr.
istigo de * i Cesar , en vez de aquel aborrecible I V i -
e

calum- n o s \ anfiteatro el castiao de los ca-


e n c
lotes. , p

lumniadores , como unos salteadores , como,


unos ladrones. Jo lo eran ellos en los des-
poblados , sino en el templo, en los Tri-
bunales, No habia ya testamento seguro ; no
estado cierto ; no aprovechaba tener no
tener hijos; habia aumentado este dao la>
avaricia de los Prncipes. Abriste los ojos,
y como antes al e x r c i t o , as pacificaste al
Tribunal j cortaste un mal de largas raieesj
. . y
escarpia ; con fuego era de dos thaeras , antes '
de la lucha , quando espoleaban con fuego a los co-
bardes , despus quando lo hacan para ver $i
estaban muertos.
A U G U S T O . 47

y con prvida severidad ordenaste de mane-


ra , que no pareciese que se arruinaba con
leyes la Ciudad fundada con leyes. Aunque
es verdad que t liberalidad y tu fortuna nos
dio (muchas cosas que ver ^ como nos las
li; ya grandes esfuerzos:'de hombres ,
iguales nimos ; ya braveza defieras; ya
mansedumbre jams vista ; ya aquellas secre-
tas y escondidas , y slo en un tiempo c o -
munes riquezas ; con todo eso nada ha sido
tan agradable , nada tan digno de este siglo
como llegar ver en a k o los rostros de
Lamayor
los denunciadores descubiertos , y los cuellos liberalidad
torcidos. Conocimoslos , y dbanos gozo. . - d e u n P n n

^ J
o 7
cipe es, cas-
quando como vctimas del cuidado pblico- ligarlos qae
sobre la sangre de ios facinerosos T muertos" l o m e r e c e n
*
en la arena ,* los llevaban los perezosos
castigos y mas graves penas. Pusironlos en
navios arrebatadamente buscados, para que
cmo dedicados las tempestades;, se fue-,
ran y i huyeran las tierras destruidas con
sus calumnias; y si algunos reservasen las on-
das para los peascos , viviera en desnudas
peas , y- en ribera no habitable ; tuviera
<lura y ansiada v i d a ; entristecirase dexando
atrs la seguridad de todo el gnero huma-
no. E r a de ver la armada de los denun-
cia-
4$ I R A J A .N. Q

ciadares; entregada todos lo> . vientos


:
y
forzada abrir- las velas las i-tempestades
y seguir las ayradas ondas qualesquiera
Clemencia peascos que los giiiasen. Era. giistp Mnirar
deTrajano. ^ myios -ya;. apartados;; d e l ; . p u e r t o ^ . y - C S r
;:

tando en e-l mismo mar dar las gracias; al


Prncipe., que sin mengua de su clemen-
cia , encomendaba la venganza de los hom-
bres y de las .tierras , ios i Dioses del
u^ar. Entonces;, se ech de ver: prticula-
m e n t e , quanto puede la diferencia de los
tiempos ; pues en las, mismas islas peas-
cosas, donde solan encerrar al mas ino-
cente , ^encerraban al mas facineroso. Izas-
islas llenas un tiempo de Senadores , lo es*
toban ya de. los falsos, acusadores ,~. quien
no solo por ahora ; mas paira siempre en-
frenaste cercndolos con. mil penas. Soli-
citan genos bienes ? pierdan los suyos. So_
licitan despojarlas familias de sus casas? sal-
gan, de las suyas. (/) Ni como antes den la
frente de yerro y sin vergenza:, para que
en vano se la sellen con cifras , y ellos se
ran de ellas; si no teman daos iguales sus
'<..: '< ' V pl'C^

, -"(/) Por la ley Rcmmia los sellaban la frente con '


esta letra K, que significa Kalumnia.
AV G v $ r o. 49
premios, y no tengan mas esperanzas que
miedos, y teman tanto como eran temi-
dos, (m) Con grande' nimo habia mirado
por nuestra seguridad y venganza el sacro
Tito ; y por eso fue igualado los Dioses;
I pero quinto mas digno sers t del Cielo,
que hiciste tantas -obras mas que aquellos,
por que le hicimos Dios? Cosa que tuvo
mas dificultad , respecto de que Nerva , Em-
perador dignsimo de tal hijo , de tal succesor,
haba aadido .mucho al edicto de T i t o ; por
lqual no parece que te'dexaba que aadir
t; que pensaste tanto de nuevo , como si-
no se hubiera antes intentado nada. L o qual
ordenada cada cosa de por s , qunta ala-
banza t diera ? Pero t todas las derramas-
te juntas con el sol y el dia , que no
una parte , ni uno solo da luz; sino to-
do entero se dexa ver de todos. Q u gus-
t o es ver el tesoso pblico con silencio y
quietud ; y c o m o antes que hubiera denun_
dadores ! Ahora es templo , ahora es Dios. ^ ^
no despojador de los ciudadanos, ni sagra, el Templo
do cruel de presas sangrientas. No hay en , d e S a t u r n o

* ' el tesoro pu-


G t - blico.

(t) El Empetador Tito trat de enfrenar esta co-


dicia. Suet. cap. 8.
5 T-<R A J A ,N>0
todo el orbe, con tan buen Prncipe.lugar don- -
de sean los buenos menos bien librados que los;
malos.. Qudase contado; esc* cabal eldecorob
de las leyes ; no se ha descrecida:nada, l a uti-^
lidad pblica; ni se haperdonado nadie pena
alguna, antes se ha aadido venganza; y sola se
ha mudado .-.que ya mo< son -temidos los denun-
ciadores , sino :las leyies.. Pues i qu no; enfre-
nas con la misma'.severidad a l fisco ,que al
tesoro- pblico L antes con tanto, mayor, quan-
t a piensasi'que. tienes imas p o d e r . . e n l o que 1
es tuyo (ra) que' en lo- pblico.. .Dcesele,ali
actor , y ttt-Fiscal- t Ven. juicio, sigeme."
%

al Tribunal; porque, tambin ,eL Tribunal in


ventado' para tormento , has; hecho igul'. lo>
dems,. si n a e s e n la grandeza del litigan-'
te ; la urna.,, la suerte seala' juez: al Fisco.
Hay libertad de recusarlos y clamar ,, Na quie-
ro: este ; es,temeroso, y: entiende:pocote! bien\quer.
tenemos en esta siglo- Aqiiel;quiera que: ama:, al,
Cesar fuer temiente.. D e un mismo fuero usan el
poder y la libertad ;. y l a que resulta en mas,
gloria tuya *- empr t\ Fisco e&.ei; venci-
do; cuya causa nunca .esi.rnala. :sinojigierir ;

do bueno- el Prncipe. Grande mrito es; es-


te;
(ni) Poca codicia. I;I . >-.
A V ,G tr.s T o. 51
,te 5 mayor::aquel queitene- tales (Fiscales, que
.tas: mas veces.los litigantesnoi quieren otros
tjuece's 5 ,mas tiene libertad el litigante de
decir no le quiero elegir ; que no pones fuer-
z a en tu .mercedes + como 'quien- sabe que
jen las mercedes que 1 diaden^os Prncipes',; la
mayor es , dxar libertad de no aceptarlas.
:

Las cargas del Imperio obligaron que


se echasen nuevos..tributos..,.tanto p o r la uti-
lidad pblica^ como c o n dao de los;, par-
ticulares.. (0) Para esto se invent la vig-
sima ,. tribut tolerable y fcil , solo para
los herederos extraos; pero para los pro-
p i o s , grav.y pesado, i Y as se impuso aque-
ilos , y se perdon estos. Porque'era cierto
con quanto dolor haban de sufrir , por
mejor decir v i l o , sufrir los hombres., que se
lea quitase parte de aquellos bienes q u e por
sangre;, por ser' de un (tronco * por ha-
ber mezclado las familias , se les deba; y
de aquellos que habian* recibido , no como
genos y esperados., .sino-comopropios su-
>:,. '. U; : : G 2, ' ;
P y OS

(o) Augusto para los gastos de la guerra carg


estej tributo, que se debiese de veinte partes una de
las herencias*,,J|stc. te^mpl, r N e r v a y despus Tra,.
jano', tipsi. ad lib. 13 .Ann. Tac. lc. ib. 3 dis-
cut c. Porslier ' b." 1 cap 31 hum. i i .
;
52, T A J ANO
yos y siempre posedos , y con esperanza
de transferirlos sus mas cercanos. Guard-
base esta mansedumbre de la ley , solo Con
los ciudadanos antiguos ; pero los nuevos,
ya lo fuesen por haber alcanzado desde sus
Colonias derecho de ciudadanos , ya por
merced del Prncipe viniesen serlo , si jun-
tamente no alcanzaban que gozasen de los de-
rechos del parentesco , eran tenidos por muy
extraos y apartadosde ^aquellos con quien
tenan ms cercana. As la mayor merced
se transformaba en grandsima injuria; y as
alcanzar la Ciudad Romana era como al-
canzar odio y discordia y ser hurfanos , pues
les quitaban las prendas mas amadas, con
ttulo de piedad; y con todo eso hubo gen*
te tan ambiciosa de nuestro nombre , 'que
tenia por, justa Recompensa de la Ciudad
Romana , no solo la prdida, d aquella
parte , sino el dao de los parentescos; pe-
jo mas de valde deba salir estos , que
la apreciaban en-jtanto, ,As..,: :que tu padre
estableci , que aunque no hubieran alcan-
zado el derecho del. parentesco , habiendo
alcanzado el de l C i u d a d , no se debiese
parte de las herencias que yinisen de la
madre los hijos, de los hijos la ma-
dre.
AUGUSTO. 53
dre. L o mismo concedi al hijo en los bie-
nes de su padre , con tal que estuviese en
su poder ; parecindole cosa insolente in-
justa , meterse en esto el cobrador , y que
no sin grave culpa se cortaban los santsi-
mos parentescos , como entrando de por
medio aquel tributo. Y ningunos tributos
haban de poder tanto que hiciesen extra-
os los hijos y los padres. Esto hizo l;
aunque acaso anduvo menos liberal que de-
ba , como buen Prncipe , mas no como
buen padre , que habiendo de adoptar un hijo
tan bueno , en esto tambin anduvo rega-
lador ; que contento con gustarla , pox
mejor deck mostrarla , te dex largusima
materia de que hacer bien. Luego , pues,
acumul tu liberalidad la suya , que de
la manera que el hijo no debia nada de la
herencia del padre , no la debiese el pa-
dre de la del hijo ; y que no dexase de
ser lo que haba s i d o , al punto que de-
xaba de ser padre. Con r a z n , C e s a r , no
sufres, que las lgrimas de los padres sean
tus tributarias. Posea el padre enteramente
los bienes del h i j o ; y no tenga compae-
ro en la herencia , quien, no le tiene en el
llanto. Nadie llame cuentas quien tiene

la
54 T R A J A N O

la falta del hijo reciente; ni fuerce al pa-


dre saber lo que dexa. el. hijo. Por ma-
yor pondero la liberalidad del Principe, quan-
do muestro que tuvo razn de hacerla; amr
bicion ,, jactancia, derramamiento cosa as
se ha de llamar, no liberalidad , la que n o
se funda en razn. Cosa digna s de tu man-
sedumbre ., Emperador , cortar los daos
del quedar sin hijos, y no sufrir que quien
perdi su hijo tenga otro dolor que sentir;
que as tambin, es cosa harto miserable ser
el padre nico heredero de su hijo; qu
-ser si recibe , y no de su hijo., compae-
ro en la herencia? Dems de esto , habien-
ido establecido el sacro N c r v a , que no de-
biesen parte los hijos de los bienes de sil
padre , forzoso era conceder lo- mismo
los padres en los bienes de los hijos; qu
razn h a y , para que se favoreciese mas los
hijos que los padres? O p o r q u no voU
ver tambin acia atrs la equidad misma?
T , Cesar n quitaste aquella condicin que
pedia , que estuviese el hijo en la patria po-
testad ; pienso , que atendiendo la ley de
la naturaleza * que mand que estuviesen
siempre los hijos debaxo de la jurisdiccin
del padre ; que o dio los hombres j co-
mo
A TJ, G; TJ S T O. ' 55
mo las bestias, el Imperio los mas ro-
bustos. Y no contento con haber quitado
aquel tributo del primer grad*.,le; quit;
tambin, del segundo y y orden que los? her-;
manos succediesen libres las hermanas , y
stas aquellos ; y el abuelo T la abue-
la los nietos y ellos los abuelos. Lo
mismo concedi los que habiendo, vivido
en las Colonias vinieron ser ciudadanos
y los dex todos sus parentescos' entera-
mente.,, conforme: naturaleza lo qual los
primeros Prncipes queran que se les roga~
se y pidiese primero , mas cons nimo de
negarlo; que de concederlo.. D e aqu se pue-
de echar de ves: de quanta benignidad r de
qn grande nimo fue ceir enlazar y man-
dar , que casi renaciesen los- parentescos que:
;

andaban esparcidos y mal parados. Convi-


dar con lo que; antes se negaba;, y. dar
todos juntos, lo que apenas;: uno poda a l - 1

canzar: Y finalmente quitarse a s mismo


tantas ocasiones; de hacer mercedes. Tan nu-
merosa, materia; de obligar y poner en cuen;
t a l Pienso que le pareci indigna cosa que !

se pidiese un hombre lo que dan los Dio-


ses. Hermanas sois y hermano ? Abuelo' y
nietos ? Porqu habeis de pedir por merced
;

que
56 T R A J A N O

que lo seis ? Para vosotros lo sois. Segn


es su templanza , por tan aborrecible tiene
dar la herencia , como quitarla. Pretended,
pues, honores alegres; recibid la Ciudad;
nadie dexar esta quiebra de parentesco,
como cortado, y tronco. Las mismas prendas
que antes gozarn todos, y mas enobleeidos. !
Y a ningn grado , por apartado que sea y,
de mas olvidada afinidad , estar obligado
pagar tributos de qualquiera cantidad; porque
determin nuestro comn padre Numma que
pudiese sufrir cobrador. No pagar esta par-
te la pequea y flaca herencia; y s le pa-
reciere al heredero agradecido , gurdese to-
da para el sepulcro, toda para el entierro;,
no habr ningn Censor , ningn Juez en
eso. Qualquiera herencia que le venga, acpte-
la seguro , posala quieto. Tal condicin se
ha puesto en 'la vigsima , que si -no es en-
riquecindose ; nadie puede tener peligro de
pagarla. Convirtise la injusticia en agradeci-
miento , la injuria en deseo ; desea el here-
dero deber l tributo. Aun mas se aadi:
que los que le debiesen hasta el dia del edic-
to , y no le hubiesen pagado , quedasen
libres. Aun los Dioses no pueden favorecer
y remediar lo pasada; eon todo eso, t hi-
cis-
A xr c u s -T o. 57
ciste,de manera , que quedase libre todo he-
redero , que no se haba de obligar despus..
Tambin hiciste de manera , que no hubi-
ramos tenido malos Prncipes. Con qu in-
dustria, si lo permitiera la naturaleza , con
qu deseo * volvieras la sangre y los bienes, k,
tantos desposedos, tantos destrozados! Im-
pediste la: cobranza de lo, que no se habia e m -
pezado deber en tus tiempos. Otro carg
este tributo por tener ocasin de enojarse
con los rebeldes, y multarles con el doblo,
quatrotanto. T piensas que es igual mal-
dad cobrar lo que no se debe justamente, <
introducir que se deba.
E n verdad , Cesar , que tengo, de ha-
cer mi oficio, y mirar por la Repblica;
que quando considero que perdonaste ddi-
vas, que pagaste donativos , que ofreciste
mercedes v que desterraste acusadores , que
templaste tributos ; es fuerza preguntarte,
^si has hecho bien la cuenta con las rentas
del Imperio? si la cordura y medida del
Prncipe basta para tan grandes cargas y
tan graves gastos? Porque en qu va , que
otros , robndolo todo y guardndolo,
les falta para todas las cosas, como si no
hubieran robado. ni guardado uada ? Y t;
H pa-
$8 T I A JAN O
para todo te sobra , no quitando n a d a , y
dando tanto ? Nunca, falt los Prncipes
quien con rostra grave ,, con triste c e o , re-
beldemente mirase por los, provechos del Fisw
c o ; y los mismos Prncipes de suyo se eran-
codiciosos, y amigos de tomar r que no ha-
ban menester maestros.. Con todo, eso. mu-
cho aprendieron de nosotros , contra noso-
tros.. Pero cerraste los odos . todo "g-
nero, de adulaciones-\ principalmente las
avaras.. Callan-, pues,, y detienense , y des-
pus que rio hay [ quien, aconsejar,,. no. hay
quien- aconseje.. D e donde - nace que aunque
te debemos mucho, por tus costumbres, mas.
t e debemos por las nuestras., Enriquecan ai
Fisco- y ai tesoro pblico no tanto \s& le-'
yes Julias y Voconias corno el delito ni-
c o y solo de la Magestad ofendida,, de
aquellos que no la teman.. Quitaste este
miedo de todo punto ^ contento con tu gran-
deza ; la qual ningunos tuvieron menos , que.
los qu sacaban por pley t o su magestad. Resti-
tuyse los amigos la fe , los hijos, la pie~
dad , los esclavos la obediencia ; reveren;
cian , obedecen y tienen dueos ; que no son-
ya nuestros esclavos amigos del Prncipe , sino
nosotros. N o se muestra el padre de la pa-
tria
A U G U S T O . 59

tria mas agradable los esclavos v que sus


ciudadanos. Libraste todos de acusador
domstico , y con un blasn de SALUD PU-
BLICAquitaste aquella (digmoslo as) ser-
vil guerra , en que hiciste tanto bien los
dueos , c o m o los siervos ; que aquellos
hiciste seguros y estos buenos. jSo quieres
que te alaben por e l l o , ni es r a z n ; pero
es agradable los que se acuerdan de aquel
Prncipe ., que sobornaba i o s esclavos contra
las cabezas de sus dueos, y los industria-
ba en los delitos , que c o m o denunciados
castigaba; de m o d o , que se tena por gran-
de m a l , inevitable., y que tantas veces se
habia de experimentar , quntas- alguno tu-
viese siervos semejantes al Princip. E n el
mismo gnero se ha de poner , que nuestros
testamentos estn seguros, que no es uno
heredero de todo. No eres llamado por nin-
gunos testamentos falsos injustos ; ningu-
na i r a , impiedad furor se acoge t;
ni eres heredero por lo que otro desmere-
ci , sino por lo que t mereciste ; hcen-
te su heredero los amigos; olvidante los ex-
traos ; no hay mas diferencia en t , sien-
do Prncipe , siendo particular, sino que
ahora eres amado de muchos m a s ; porque
H 2 amas
60 f i AJ A s b
amas muchos mas. Sigue , Cesar, este c a -
mino '* y se echara de ver pdr experiencia*
si importa mas no solo para la alabanza,
sino tambin para el provecho del Prnci-
pe , quererle los hombres de su voluntad por
heredero , que : tenerle forzados. Mucho les
idi tu padre ; mucho les diste j muera al-
jguno poco agradecido ; con: todo eso dexa
quien goce sus bienes . y de ellos o : te re-
sulta mas que gloria ; porque el deudor; agra.4
decido hace liberalidad roas agradable; el
ingrato , mas noble. Pero;-; quin antes que
t ' antepuso la alabanza. al dinero ?; Qul
y

Prncipe nO tuvo por propio . en nuestros


patrimonios, aun aquello que tenamos del
suyo? No parecan las mercedes de los C-
sares , corno fueron las de los Reyes , an-
zuelos cargados de pesca , laos rodeados de
c a z a ? pues como si se hubieran gastado y
consumido en? mercedes particulares , retira-
ban para s qunto tocaban.
O qunto aprovecha , quinto importa
para usar bien de la prosperidades, haber
llegado ellas por las desdichas) Viviste con
-nosotros, peligraste, temiste, que era la vi-
"da que entonces tenan los 'inocentes. Sabes
y has experimentado , qunto. aborrecen
los
A TT G U ' S O. 6l
los'malos Prncipes , aun aquellos que los
hacen malos. Acuerdaste lo que solias de-
sear con nosotros, y de lo que te quejabas;
haces el oficio de Prncipe , como le ima-
ginabas quando eras particular. Y aun te
muestras mejor t , que deseabas otro pa-
ra t ; y estamos tan mal acostumbrados,
que los que ya nos contentramos con un
Prncipe algo mejor que muy malo , no le
podremos ya sufrir sino muy bueno. N o hay
nadie , pues , que tan poco se conozca
s mismo ; que-tan poco te conozca t
que desee tu lugar despus de t. Mas f-
cil cosa es poder ser tu snccesor, que que-
rerlo ser y porque quin tomar de buena
gana la carga de tus cuidados ? Quin no
se estremecer de compararse t ? T mis^
mo has experimentado , quan peligrosa cosa
es succeder un buen Prncipe , y dabas por
excusa el ser. adoptado. .Son cosas peque-
as y fciles de imitar? Que nadie compra
la seguridad con torpeza todos tienen se-
gura la vida , y la dignidad de la vida ; ni
es ya entendido y cuerdo el que pasa sus
aos en tinieblas j los mismos premios se
dan las virtudes en tu t i e m p o , que en
el de la libertad ; no es ya premio de las
obras
62 T R AJ A O
justiciadis- 0 bras excelentes, solo ,el saberlo su autor.,
tributiva de ^ t

este Prnci- Amas la constancia y iortaleza.de;los ciu-i


pe
* dadnos; no atropellas ni oprimes c o m o otros,
los reotos y valientes nimos, antes los fa*
voreces y levantas. Aprovecha ser buenos,
bastando, no daar *, estos ofreces los ho-*
o r e s , estos los sacerdocios, estos las
Provincias; stos florecen con tu amistad,
stos con tu prudencia 5 alimntanse con el
premio de su Ingenio y de su entereza. A n i -
mas iodos , buenos y malos ; porgue el
premio de los b u e n o s h a c e buenos los
malos 5. c o m o el d e los. malos hace malos
:

los buenos. Pocos hay de tan valiente y


constante natural,, que ;no apetezcan hu-
yan lo honesto, lo t o r p e , segn aprove-
cha no 4 los dems ; que quando ven.que
el premio del trabajo se da la floxedad;
el de la vigilancia al s u e o , y el de la c o r -
dura la demasa $ siguen lo mismo c o n
el artificio que ven que aprovech los
o t r o s ; y quieren parecer lo que son los
otros j y queriendo padecerlo,lo son. Los pri-
meros Prncipes, excepto tu p a d r e , y uno
Augusto y dos ( y aun dixe mucho ) mas se alegra-
T i t o
ban con los vicios que con las virtudes de
los ciudadanos. L o uno , porque agradaba
A tr G U S T o. 63
cada uno su natural en otro. L otro,
porque tenan por mas. sufridos de servidum-
bre los que eran tales,, que no merecan ser
sino esclavos,. E n el seno de estos lo junta-
ban t o d o ; mas los buenos v escondidos y
casi sepultados en ocio no los restituan
la luz. y al da,, si no es con testimonios y
peligros. Tu escoges amigos, entre los: mejo-
res ;. y en verdad que conviene que sean
mas amados: de un buen. P r n c i p e , los que.
fueron mas aborrecidos d un malo. Sabes,
que c o m o hay diferencia entr ei Seoro y
Principado ;: asi nadie agrada tanto el
Prncipe ,, c o m o los. qu se enfadara del S e -
or;, 7 stos ,. pues levantas y ostentas; c o -
mo muestra y exefnplar del modo de vida
y gnero d hombres que te agrada;, por
eso no has admitido hasta hoy censura,. t
prefectura de las costumbres; porque te pa-
rece mejor examinar nuestros; naturales con De la cett*
mercedes,, que cort remedi ;, y fnejra de eso r ei^ cux>4
S

no s si importa mas para las costumbres, en el fin.,


e Prncipe que consiente buenos , que l que
lterza^' serlo ;; fciles; nos dexamos llevar . , ,,,,
del Prncipe qualquiera parte ( y digmos-
lo as ) le seguimos ;, porque deseamos, serle
amables y aprobados y cosa que ere vaso es-

pe-
6jf\ I I AJAN O A
geran lo que no le parecen. Y tanto gra-L
do llegamos con la continuacin de la obe-*r
diencia, que casi todos los.hombres vivimos;
con las costumbres de uno que no est tan
firmemente establecido,, que los que pode-;
tinos imitar al mal Prncipe , no podamos,
imitar al bueno. Prosigue , C e s a r , y ten-
drn fuerza y efecto de censura tu prop-
sito, tus obras ; porque la vida del Prnci-
pe , censura e s , y perpetua. A esta nos en-
derezamos j esta nos volvemos. Ji tene-
mos tanta necesidad de Imperio, cpmo de
exemplo^ que el miedo es infiel maestro;
de lo justo i mejor se ensean los hombres
con exemplos, que tienen gstp bueno so-
bre todo , que prueban que se puede hacer
lo que mandan, Qu terror pudiera haber:
hecho lo que hizo ti* respeto? Alcan-
z alguno del pueblo Romano que pas-
. f - ra, porque se quitasen los espectculos
de los representantes., pero n o . q u e gustase
. de ello ; rogronte t con la obediencia
que otro forzaba ; y empez ser merced
Y -Y lp que habia sido necesidad. Ni. alcanzaron
Dlos oay-
les lascivos de t con menos concordia el quitar Jos re-
presentantes, que de tu padre el volverlos
introducir. Uno y otro justamente , por-
que
A TJ G ir S T o. 65
qu convena restituir lo que habla quita
d o un mal Prncipe, y quitar ios ya resti-
tuidas i porque en las cosas que aciertan los
-malos, este orden se ha de guardar, que
parezca que &\ autor desagrad, no la obra.
Aquel pueblo, pues, que algn tiempo mi-
raba y aplauda al entretenido Emperador; ^j^*
ahora tambin en los representantes aborre-
ce f condena las afeminadas artes y cuida-
dos indignos de tal siglo. D e donde se echa
de ver , que aun el vulgo toma las cos-
tumbres del Prncipe ; pues si el Prncipe
hace lina cosa severa y g r a v e , la hacen t o -
dos. Blasona , C e s a r , con este trofeo de
tu gravedad , pues has alcanzado que las
que antes se llamaban fuerzas Imperios,
se llamen hoy costumbres. Dieron castigo
sus vicios los mismos que le merecan, y
corrigironse los mismos que haban de ser
corregidos; as que nadie se queja de tu se-
veridad , y pueden quejarse sin miedo. Y
aunque es as , que de ningn Prncipe se
quejan los hombres menos que de aquel de
quien pueden con libertad quejarse ; con to-
do eso en nuestro siglo no hay cosa que
no d gozo y alegra todo gnero de gen-
tes ; los buenos se adelantan ; los malos ni
I te-
66 T J A J A N O

temen, ni son temidos ( q u e es el estado mas


tranquilo d e ' la Repblica ) 5. das remedis>
los yerros ^. pero quien te le pide ; y
todos los; que haces buenos ,, aades- esta ala*
banza ,.; que, no. parezca que los- forzaste*': |
Qu dir de tu vida t, j. Q u dej la s > cas* !

tumhres de tu juventud , que como Part-


cipe la ordenas l j Cmo honras los Orado-
"Honrade- res!; jQu dignidad das1 los sabiosl C -
leuas bUenaS m o C O D r a r o n t n
t e s p i r i t s a n g r e y patria
los, estudios ,. que la fiereza de los, tiempos
pasados castigaba con, destierros!; Porque el
Prncipe que se conocia sus. vicios,, dester-
raba las artes sus contrarias, no mas por odio
que por rezeio :; mas. t las tienes en tus bra-
zos ,. en tus ojos , en tus odos ;, obedeces,
lo. que te aconsejan , y tanto* las amas,, co^
mo ellas te aprueban. Hay acaso algn doc-
t o en estudios de humanidad - que no- cer-
lbre, todas tus. obras ? y entre ellas ,, en
primer lugar\ la facilidad de tus audiencias?
Con grande nimo t u padre r ste que
antes que fueseis Emperadores llamaban AL-
CZAR , le mand llamar PALACIO PU-
BLICO , pero, fuera en: vano , si no hubiera
adoptado quien pudiera habitarle como puf
blico. jGomo vienen tus costumbres con es-
ta
A V G'V, S T . O . 67
ta inscripcin! aunque lo haces t o d o , co-
mo si otro no hubiera puesto este ttulo.
| Qu Tribunales ,
; qu, Templos estn tan
abiertos No el Capitolio;, n o aquel lugar
r

mismo de tu adopcin, es mas pblico 5 mas


de todos ; no hay estorbos, no afrentas la
entrada; no aquellos embarazos terribles que
solan hallarse despus de haber ganado mil
puertas. Grande quietud hay antes de tu qua-
d r a , grande despus d ella, mayor en ella;
tanto silencio hay en toda p a r t e , tan pro-
funda modestia , que toman exemplo de quie-
tud y sosiego de las cosas del Principe , las
pequeas familias y cortos albergues. ] Cmo
los recibes todos ! como te facilitas 1 c-
m o pasas la mayor parte de los dias, c o -
mo por g u s t o , en los cuidados del Impe-
rio ! As que ya no te buscamos atnitos
como en otro tiempo , y qual si nos fue-
ra la vida en la tardanza; sino alegres y
seguros quando tenemos lugar ; y si dando
audiencia el Principe , tal vez tenemos c o -
sa que nos detenga en casa ( como mas ne-
cesaria ) siempre estamos excusados; no te*-
nemos que excusarnos ; porque sabes que
cada qual le importa verte y freqentarte,
y por eso das este gusto mas liberal y fre-
I 2, qen-
68 T R A J A N O
qtientemente. N i despus de saludarte todos
las maanas , nos vamos y te dexamos
solo; detenmons como en casa comn, que 1

Invectiva aquella disforme bestia- haba rodeado poco


c o n t r a
^ ^ e
* * terror ; quando como encerra-'
a n

qaiisxi^cer- da en- alguna c u e v a , ya lama la sangre de


*S to^Q " 1 0 S U S
P - ^ ^ Y*
31 13 8 s e
largaba muertes y
extragos de los ciudadanos, mas excelentes.
Defendan la.entrada fas amenazas y el hor-
ror ; y tenan tantos miedos los admitidos
como los despedidos. Dems de esto era l
en el recibirlos y miraslos y terrible.. Derra-
mbase por su frente, soberbia; i r a , por sus
ojos - femenilmente eran, plidos el cuerpo
T

y el rostro T desmentida coro colores la des-


vergenza.. N o se atreva hablarle nadie,
que estaba siempre en lugares ocultos y te-
nebrosos ; ni sala jams de su soledad, si-
no para hacer soledad; mas con* todo, eso
encerr; Dios y por vengador de sus mal-
dades ; encerr engaos y trayciones entre
las paredes, donde pensaba guarecerse. Apar-
t y atropello^ las guardias el castigo; rom-
pi pos la angosta y rebelde entrada, c o -
mo si se le convidaran las puertas abiertas;;
salile en vano sit divinidad, frustrronsele
sus ocultos y crueles apartamientos en que
por
A V G V- ST O. " 69"
por t e m o r , por soberbia , por odio de los
hombres-, estaba escondido,, -Qunfeo mas se-
gura , quhto> mas defendida est ahora la
misma casa , despus que se defiende no con*
despojos & crueldad , smo de amor y a o
con soledad y clausura , sirio con gloriosa!
freqencia de ciudadanos! No vemos y a p o c
experiencia y que la. mas fiel, y leaB guardia*
dei. Pxncipe* es su. inocencia?. Este: es Alcan-
zar inaccesible', esta es- defensa inexpugnai-
ble,. no< tener necesidad de defensaen- vas-
no- se; rodea, de- terror , quiere no se; cerca-
lie de a m o r ; porque unas armas- irritan, otras.-
P o r ventura gastas nuestros- jos y Humanda*
em nuestra presencia solo> las horas cuerdas?, este Ptncl*
f No tienes en las horas del descanso la mis- pe-
na freqencia y la> misma eompai? No
comes delante de todos ? :No es tu mesa
para todos ?. No recibes recproco- gusto de
nuestra conversacin ? No das principio i
plticas,., y respondes ellas ?. Y el tiem-
po de tus cenas ,. que abrevia tu templan-
za , no> le dilata tu humanidad ? T e ha-
la acaso el medio- da tari ocupado de lat
cena y que sirvas solo er* la; comida de' cen-
surar y notar tus convidados f O embara>
?ad de manjares ligeros * no tanto parece
:

que
70 T.R A 3 ANO.
que pones; platos los que convidas, co->
mo que los arrojas no tocando ellos? O
llevando mal este soberbio .modo de parecer
que,comes, vuelves : la escondida y retirada-
destemplanza .1 No admiramos el oro , platas
nL exquisitos aparatos de- tus cenas, sino tu ;

suavidad y agrado ^ que no admiten bar tur-


ra ; siendo ; todo { como es ) . puro , ver-'
dadro , y adornado de gravedad. N o hay.
Modestia & n
^ as m e s a s
Prncipe obscenas demasas
en ascomi- lascivas msicas, sino convite apacible, bur-
^Cordura ^ c u e r d a s h o n o r de, los estudios ; luego:
as

aun en las te aguarda medido y breve sueo ; y es tan-


mismas bur- , .
l .
as to el amor que nos tienes , que no hay pa-
Pocaava- j-a t peor rato que el que ests sin no-
ncu.
- : sotrps.
y participando todos de tus c o s a s ; las
nuestras, qu propias, qu nuestras son 1 Que
no ocupas por fuerza todo prado de recrea-
cin , todo estanqu, todo lago , echando
de l al dueo ; no sirven los m a r e s , los
rios y las fuentes solo los ojos de uno.
Mas qu v e d Cesar que no sea suyo? F i -
nalmente, mayor es el Imperio del Prnci-
pe , que el patrimonio ; porque traslada mu-
chas cosas del patrimonio al Imperio, que
tomaron los pasados Prncipes; no por go-
zar-
' ATJ.G TI'S T O. 71
ao> .-ellos: . sino porque otrosKnot:lo..'gpza>
r

'Sen,! Gfctipari 'tpues pas- casas:-"f-ihuellas .d


-sus; nobles mayores sus: nobles descendien-
tes N o habitan ya los Palacios.de los v a -
rones excedentes tus Mayordomos rsticos
m< se arruinan . p o r n a (habitados j muestran-
t e sin rezelo hermosos Alczares , elegan-
tes , claros eminentes;; esto tienen que agra-
decerte no solo los hombres , pero aun las
mismas casas;, que detienes las) r u i n a s * q u e
no las dexas yermas que libras de cada
y destruccin magnficos edificios * reedifi-
cndolos y restituyndolos, con el nimo que
se edificaron*., Mudos, son y sin alma mas
parece que sienten y se huelgan de resplan-
decer . de ser freqentados, de haber em-
pezado algn tiempo a ser de dueo n o
servil.. . ,
Por toda Roma anda en nombre del C e -
sar una larga memoria de cosas que quiere
, ,, , . r Avaricia <ie
vender 5 para que se condene la avaricia de Bomiciano-
aquel que apeteca-tanto sobrndole tanto.
Causa d destruccin era para con el Prn-
cipe ste la casa opulenta, aqul los
(

jardines amenos. Ahora e l Prncipe' 'busca


duosr para estas msmasv c o s a s ; l los so-
licita* Aquellos mismos huertos' qu otro
tiem-
J2 .'T RA J A SO
tiempo fueron de.mrgrawfee emperador; aqtt-*
lias heredades que nunca fueron sino del,Ce-
sar , concertarnos ahora , compramos, posee-
mos^ tanta es la mansedumbre del prncipe,
tanta la seguridad de los tiempos, que l nos
tiene por dignos de las corsas; de los BrnQipesj
nosotros no tememos aparecer dignos de ellas.
Y no solo abres la puerta i tus ciudada-
nos para que compren pero tambin les
das de .gracia machas cosas de recreacin y
regalo. Das aquello para que fuiste escogi-
do -y adoptado ; das lo que recibiste por
eleccin ; y NADA -tienes por tuyo , como
lo que tienes en tus amigos. Dems de es-
t o , tan medido eres en edificar , como cui-
dadoso en conservar, As,, que no tienablaa
las casas como antes , con la trada de ter-
ribles- peascos seguras estn las casas , no
Provden- tiemblan los templos. Bstate t con ha-
edificios y ^ e r s u c c e c
^ 0
* U H
Prncipe tan moderado,
obras p.bli- y aun lo tienes por demasa ; quitas algo
cas
* mas de lo que l c o m o necesario y forzo-
so te dex. Templaba algo tu padre de lo
que le habia dado el Imperio ; t , del pa-
trimonio que te dex tu padre.
jQu magnifico res en las obras publi-
cas ! Apresrame con oculta presteza, aqu
ar-
A'-IT GV S T O. 73
arcos Y all templos; de modo . q u e jno pa-
rece que se han edificado , sino que se han presten-,
trado de otra parte. All el teatro inmen-
so desafia la gallarda de los t e m p l o s , lu- Ei teatro
quereedifi-
gar digno del pueblo vencedor de las gen- co Trajano;
t s , y no menos digno de admiracin que D l o a

los juegos que en l se hacen. Digno de ad-


miracin por la elegante f o r m a , y por la
igualdad del Prncipe con la plebe. Todo
en torno igual y continuo ; no hay lugar
sacado mas afuera para el Prncipe, que pa-
ra los dems ; ni tiene mas cercana los
espectculos , que la que ellos mismos le dan,
acercndose ms para sus Luchas aquella
parte , que otra. Podrn ,, pues , tus ciu-
dadanos verse u n o s otros j concedrse-
les h , que pblicamente vean, n o el apo-
sento del Prncipe , sino el mismo Prnci-
p e , sentado entre el pueblo, quien aa-
diste cinco mil lugares ; poique habas au-
mentado el nmero con la liberalidad de los
gajes que habas dado ; y haba salido por fia-
dora tu liberalidad d que crecera mas en
adelante.
Si 'hubiera hecho algn otro qualquiera
obra de estas, ya tuviera diadema, en la cabe-
za, y asiento de oro marfil en medio de los
K Dio-
74 T'R A JA N O -

Dioses; yale irivocran,,eiktmagstps^s;:ai9.s$


y con mayores-. ydtimasL oTiw ;i si i eataso en?
el; templo ^ j,es, para11 dorn:; los Dioses;;.
mayor honra; es velar en los templos y asis--
tir.' sus .puertas.. De esta: manera veneras y.
reverencias mas asios-. Dio,ses:, no haaindoteL
Dios. Y as' solo?viemos t a l qual estatua;
r

tuya , y esa de:metal la entrada del tem-,


po de Jpiter ; pero a n t e s . h s gradas,y la
1

entrada.y; todo ,el .vaco- del templo estaba-


resplandeciente hcori estatuas de plata y oro;,
por mejor d e c i r , estaba manchado ; por-
que los simulacros:: de los Dioses., mezcla-,
dos con las estatuas ?del; incestuoso Prncipe^;
perdan su pureza ; ests , pues , de metal;
y p o c a s , permanecern y durarn lo que el
mismo t e m p l o ; y aquellas innumerables de
oro fueron destrozadas y arruinadas en sa-
crificio con gozo pblico. Gustaban de desn
:

pedazar en el suelo: los soberbios semblan-


tes , herirlos con aceros , destrozarlos con.
alabardas;' como si cada herida..scase sah-?t
!

gre , causase dolor. Nadie era de tari tem-,


piado g o z o , de tan perezosa alegra , que,
no tuviese por venganza ver ;los miembros
destrozados, troncos los cuerpos; finalmen-
te las Horribles -y: feroces imgenes - abrasa-'
das
Ai Vi GVST O. 7$
dais ren llamas poique de aquel terror y
menzs se ;mudasen, con-el^ifuego, en uso
-y Ideleytei 'denlosA Kombres. oPrj'la misma re-
ferencia, y religin;, uo permites que las gra-
cias de tu bondad se den; tu Genio , sino
:

Jpiter , que l teidebenios , quanto


te;-debemos y> elser Jt;.;tan >bueno , don
es r suyo, Otras veces ,< quando iban copio-
sos ganados para sacrificios por la plaza al
Capitolio , antes que all llegasen , se quita-
iban; la mayor, parte para las estatuas del
Prncipe;;; porque con tanta sangre de vc-
timas, se reverenciaba su atroz imagen , quan-
ta l. derramaba de hombres.
Todo quanto; digo -rhe dicho de los
dems. Prncipes y; es para mostrar quan por
largo uso , torcidas y depravadas costumbres
del Principado , corrige y reforma nuestro
-Prncipe;; porque; de otra manera ninguna
-cosa se alaba bastantemente, si no se c o m -
para con otras ; dems de que la principal
obligacin de los ciudadanos que gozan buen
Prncipe,: es< vituperar los que no lo fueron.
Q u e ; no<. pueden amar' bastantemente los
-buenos Prncipes , los que no aborrecen los
-malos bastantemente. M a s , que nuestro Prn-
cipe -no--tiene ' 'prenda de estimacin mayor,
K a que
76 T * A J As O
que dexar libertad de murmurar los malos
Veng Do- Prncipe?. Hsenos acabado, por dicha, la.
miciano la , t ., , . , X T

muerte de pena de queo se - v n g a s e l a m u e r t e d e .Ne-


Neron.Sue- j.. J 5 i
y o n pienso-yo , que el que veng
eri

miciano,. c >su. muerte permitira que se ultrjase su vida


y fama > porque no pareciese dicho contra
l, lo que: contra* e l : tr<b se decia. Por eso,
C e s a r , en todos tus dones te comparo
todos ; te antepongo muchos, porque con-
viene,, que aun en l o pasado nos venguemos
de los malosESmperadores,, y aconsejemos
los-, dems con .ste exemplo T que no hay
lugar ni tiempo en- que las reliquias de los
muertos Prncipes descansen de las maldicioi-
nes de k venideros.rPbrque con mas cons-
tancia publiquemos nuestros dolores y nues-
tros gozos y alegrmonos de lo que goza-
mos,. lloremos lo que padecamos; uno y otro
se ha de hacer en tiempo.de un buen Prn-
cipe. Esto'hagan nuestros secretos:,; esto nues-
tras plticas r esto- las acciones de gracias;
y acurdense ,. que se alaba mejor un E m -
perador justo, s reprehenden los que no
lo fueron. Porque OJIANDO la posteridad
no acusa los vicios del pasado Prncipe , se-
al es de que el presente no est libre de
ellos. Qu modo faltaba de miserable adu-
la-
A V G V S Y O 77
-Jacion ? pues se celebraban las alabanzas de los L a s K 3 0 n
] s
a

r
- que ensena-
Emperadores con fiestas y banquetes, se bay- baelroiedcuj
faban , se repartan todo juego , y con
v o c e s , modos y acciones afeminadas se pro-
fanaban ; y lo que peor e r a , que en un
mismo tiempo los alababan el representante
y el Cnsul,, en la comedia y en el Sena-
do. T apartaste de tu culto las artes risi-
bles ; y as t e veneran cnerdos versos y y
honor eterno de los Anales ; . no aquella bre-
:

ve y vergonzosa alabanza; antes con tanta


mayor conformidad se levantarn los mismos
.teatros tu veneracin ,. quanto mas te ca-
llaren las comedias. Mas qu me admiro
de esto , si los mismos honores que te ofre-
cemos los tocas escasamente, los des-
pides de todo punto ! Antes n se trata-
ba en el Senado cosa tan vulgar, tan peque-
r a , que no se detuviesen en alabanza de
los Prncipes los que salan sealados para
determinarla.- los consultaban para decretar
sobre el acrecentamiento del nmero de lu-
chadores , sobre la i n s t i t u c i n c o l e g i o y
-cuerpo de artfices j y cmo sise hubieran di-
latado los trminos del Imperio $ ya levan-
tbamos soberbios arcos y blasones que ex-
cedan las cumbres de los templos j. ya con-
78 R A JAHO
sagrbamos los meses al nombre eje l o s ' C -
sares 5 pasaban por; ello y se holgaban c o -
mo si lo merecieran ; pero ahora , qul d
!

nosotros , como olvidado de lo que-le propo-


nen , gasta el' oficio de dar su voto en ala-
bar al Prncipe r A tu modestia debemos
nuestra entereza. Te reverenciamos; porque
no nos juntamos consejo , porfas de adu-
laciones , sino exercicios de justicia ; tu,
llaneza debemos' y tu verdad , el creer qu
tus palabras responden fielmente tus sen-
timientos ; empezamos y acabamos nuestras
junta?, dnde no se podan empezar y aca-
bar , antes ; porque muchos dieron de ma-
no muchas de las honras que se les ofre-
can; mas ninguno 'fue tal , que pudisemos
creer de l , que no gustaba de que se las
ofrecieran. Esto tengo por mas glorioso que
todos los ttulos; pues no se graba tu nom
bre en columnas ni en mrmoles , sino en
monumentos de eterna alabanza. Pasar los
siglos venideros, que hubo un Prncipe,
quien siendo vivo y bien afortunado, nunca
se le dedicaron honras , sino pequeas; y
las ms veces , ningunas. Y o confieso que si
queremos competir con la necesidad de los
'pasados tiempos, quedaremos vencidos; que
es
A V G V ST O. 79
. * ... Destrezas
es, mas, ingeniosa, para inventar la mentira i e a a u l a ,
que la verdad ; la servidumbre que la li- cion.
bertad ; el miedo que el amor. Estando tan
gastado todo gnero de invencin y nove-:
dad en las lisonjas de los pasados, no nos
queda otra nueva honra que hacerte ;, sino-
tener atrevimiento de no celebrarte. Y si al-,
gima vez nuestro amor rompi el silencio,
y venci tu modestia , no rehusas las mode-
radas honras que te ofrecemos; porque se
echa de ver, que no desvias los honores magn-
ficos por soberbia y enfado, pues recibes'
los mehores; mejor parece esto, Cesar, que
si los rehusaras, todos. Que . rehusarlos todos
es d e . ambicin ; admitir los moderados es
de templanza; con lo,qual aprovechas; no-
sotros;, y al tesoro pblico; porque le p o -
nes tasa en los gastos, como quien no los
ha de suplir con bienes de inocentes. Estn,
pues,: hoy tus retratos, como antiguamente
se dedicaban a los particulares , por exce-
lentes obras que haban hecho por la Rep-
blica. Mranse las estatuas del Cesar del me-
tal que las de los Brutos * y Camilos ; ni
es diferente la causa , porque aquellos echa-
ron de sus murallas los Reyes , y el enemi-
go vencedor j este aparta y desva el mis-
mo
3,0 T R. A J A K 9
rao R y n o , y qunto engendra otra servi-
dumbre ; y tiene la silla de Prncipe r por
no dar lugar que le tenga Seor, Pero
quando yo miro tu sabidura, no tengo por.
tan grande maravilla que desprecies tem-
ples estos ttulos mortales y caducos ; por*
que sabes en que consiste la verdadera
averdade- inmortal gloria del Prncipe $ quales son los
u a p r c - honores contra quien , ni las llamas
8
ni la,
pe. vejez ni lps suceesores nueden. ser licencio-
sos ; porque los arcos y estatuas, aras y
templos, ios derriba y obscurece el olvido,
los murmura y desprecia la edad futura;
pero el nimo que menosprecia la ambicin,
bra?digna d o
Y i-fren* P
m a
inmenso, con
l o d e r

de espritu i a misma vejez florece ; y nadie le alaba


Chris.ianpj " .. ,. , .
mas , que quien tiene menos necesidad de
alabarle. Fuera de esp , luego que uno es
Prncipe, su fama puede peligrar dudas de.
buena m a l a ; mas lo menos es eterna.
No ha de desear , pues , el buen Prncipe
fama perpetua * que sta , aunque no quie-
ra le aguarda ; sino buena ; y esa no se di-
lata con imgenes y estatuas , sino con vir-
tudes, y mritos. Que aun lo mas leve , co-
Comose di- c , n ,
lata la bue- m
rostro y forma de Principe , no re-
o e l

na fama. presenta y guarda tambin el oro plata,


co-
A U G U S T O . 8l

c o m o el amor de los hombres; de que tii


ests opulento y rico ; cuyo sereno rostro
y apacible semblante est en la lengua de
todos los ciudadanos, en los ojos en el ni-
T

mo. Pienso que habris advertido mucho h T

cmo no elijo que referir ; porque ten-


go intento de alabar al Prncipe , no las obras
del Prncipe ; porque obras loables tambin
las hacen los malos; mas l mismo no pue-
de ser alabado , sino siendo bueno. Por lo
q u a l , Emperador Augusto , ninguna gloria
tuya es mayor , que no tener que encubric
ni olvidar los que te alabaren. Porque qu
hay en tu Principado , que las voces de un
orador puedan lisonjear con olvido, obli-
gar con silencio ? Qu punto de tiempo
hay estril de buena o b r a , vaco de ala-
banza ? No son todas tus obras , tales, que
parece que sale con haberte alabado digna-
mente , el que fielmente las refiriere ? D e
donde nace , que se dilata mi oracin como
en inmenso campo ; y aun no hablo mas
que de dos aos.
Quanto he dicho de tu modestia! Quan-
t o me falta que decir i C o m o es el haber
recibido segundo Consulado , porque te le
daban tu Prncipe y tu padre. Mas despus
L qus
T AJAS6
que los Dioses trasladaron en t la alteza
del Imperio, y con l el de t mismo; (j?)
rehusaste el tercero Consulado, pudiendo ha-
cer tan buen Cnsul, (#) Mucho es dilatar el
honor , pero mas la gloria. Admirar el Con-
sulado que administraste, el que no acep-
taste Administrado no en este ocio de
la Ciudad ntima seno de la p a z , sino
entre Brbaras gentes, como aquellos que
solan mudar la Pretexta en Paluda ment,
(r) y seguir con victoria tierras no cono-
cidas. Imperio fue hermoso , glorioso para
t, verte tus compaeros y tus amigos en
, sus lugares y en su patria. Grave aparato era
Magestad
de Trajano del Cnsul un Tribunal fabricado de verdes
^ ^ f^'cspedes
0 despus de muchos siglos, rodea-
d o , no solo de v a r a s , sino tambin de has-
tas insignias. Aumentaban la magestad del
Presidente diferentes trages de los que pedan
justicia , voces disonantes, y rara oracin
sin intrprete. Cosa es magnfica dar leyes
los Ciudadanos ; <qu ser los enemi-
gos? Cosa es. admirable reprimir cierta par-
te
(/) Modestia en las dignidades.
(3) Del oficio, del Cnsul , vase el discurso 4.
(*) Paludamente era adorno de la guerra. Pre-
texta de la paz.
A V G IT S T O. 83;
te de la, plaza ; qu ser refrenar los hor-
;

ribles; campos en silla Consular , y con,


huellas de vencedor amenazar seguro y quie-
to las playas amenazadoras del Rhin y
del Danubio ?, iau;ser-,-enfrenar los barba-
tos bramidos; y el contrario t e r r o r , no so-
l con la ostentacin de las armas , sino
de la toga ? A s , que no te saludaban en tus
imgenes, sino t mismo , y atento 5 y
el nombre que otros merecieron domando
los enemigos , . t le mereciste desprecin-
dolos. . ' .
- Esta es la .alabanza de haber administra-
do el Consulado; sta , la de no haberle acep-
tado : que estando al principio de tu I m -
uerio rehusaste el Consulado , como excu-
sado con los muchos cargos que habas te-
nido ; el qual solan tomar para s los nue-
vos Emperadores ,. aunque estuviese prome-
tido otro. Y aun hubo quien al fin de
su Principado , quitase por fuerza el Con- ^ s t 0
^ i z o

.sulado, que l mismo habia provedo, es- tonio c. 43,


tando ya administrada la mayor parte de
su trmino. Esta honra , pues , que los Prn-
cipes que empiezan y que acaban , desean
tanto que la quitan o t r o s ; t la dexaste
los particulares , estando ociosa y vaca.
h 2 Des-
84 T A J A $f O
Despertaba por dicha ceos, tercer Con-
sulado, en t ' , ' como particular , primero
como Prncipe ? Porque el segundo , bien,
que en vida de otro E m p e r a d o r , le empe-
zaste administrar-, sindolo t tambin;
pero no se te puede contar por honra ni
tomar por exemplo , sino tu obediencia. A s ,
que en la Ciudad que sola dar uno so-
lo el oficio, de Cnsul cinco seis veces,
no de aquellos que estando ya para morir
vase Ci^ la libertad, se elegan por violencia y albo-
cerondese- joto , sino de aquellos que estando ausen-
neetute. ^ ^ apartados sus granjas les enviaban
las elecciones; en esta C i u d a d , pues, sirw
do Prncipe del gnero humano , rehusaste
el tercer Consulado , como muy pesado*
^ K o eres mas templado , que los Papirios,
y Quincios, siendo Augusto , y Cesar, y
,' . . - Padre de la patria? Si ellos los llamaba
Fapirio fue r

Cousul cn- la Repblica , no te llam t ? No te


^ ! ! * llama t el Senado , y el mismo Consu-
lado ; que le parece que podr estar cre-
cido y levantado en tus ombros ? No te
comparo aquellos que con la continuacin
en este o f i c i o , hacan un gnero de aos
largos, y sin diferencia ; aquellos te com-
paro , que aunque es verdad que le tuvie-
ron
A TJ'-G T T S T O. 85
ron muchas veces , fueron rogados. Cnsul
estaba entonces en el Senado , que lo ha-
ba sido tres veces , quando t rehusabas
serlo. Habia pensado el Senado cierta tra-
za pesada para tu vergenza ; que fueras
Cnsul el tiempo de Prncipe tantas veces,
como un Senador lo fuese tuyo. Mas tal es
tu modestia , que aun siendo particular lo
rehusaras. Un hijo de un triunfador , y Con-?
s u l , adelantar por ventura en algo , quan-
do le ofrezcan el tercer Consulado ? No
se le debe ? No le merece , aun por su
generoso linage ? Aconteci , pues , que los
particulares daban principio al ano , y se
escriban en los fastos 5 y aun se tenia por
indicio de la libertad restituida, que fuese
Cnsul otro que el Cesar. As desterrados
los Reyes empez el ao libre. As la li-
bertad antiguamente desterrada de la Ciu-
i , . Escribanse
dad , introduxo nombres de particulares en los en los fastos
fastos. O miserables ambiciosos! que de * nombres s

^ de los Con-
tal manera eran siempre Cnsules, que eran sules.
Prncipes siempre 5 aunque tanto parece en-
vidia y mala intencin , poseer todos los
aos , y luego no dexar aquella lustrosa hon-
ra de la prpura , sino es gastada y des-
lucida. No s que admire primero , tu mag-
na-
86 T R A J A N O
nanimiiad , tu modestia , tu mansedum-
bre ? Magnanimidad fue negarte honor
siempre deseado; modestia , dexarte vencer;
mansedumbre , que lo gozasen otros por t .
Mas ya es tiempo de darte el Consulado,
para que recibindole y administrndole , le
hagas mayor ; porque rehusarle muchas ve-
ces , tiene interpretacin dudosa ; y mas
parece que lo haces por tenerte por des-
igual ; y t por grande lo rehusaste ; pe-
r o eso no lo creer nadie, sino es que al-
gn dia no le vuelvas rehusar , quando
nos ruegas que excusemos arcos , trofeos
y estatuas; perdn merece tu modestia ; por-
que todo aquello se te consagra t ; pe-
ro no quando te pedimos que ensees
los futuros Prncipes , dar de mano la
-floxedad , dexar poco poco los regalos,
y vestir la ropa que ocupan, pudiendo dar-
la como despiertos por algn tanto de aquel
sueo de la felicidad ; andar en la silla que
embarazan ; y finalmente ser lo que desea-
ron , y no querer ser Cnsules , solamente
por haberlo sido. Otro Consulado adminis-
traste , ya lo s ; pero ese , le puedes po-
ner en cuenta los exrcitos ; ese las
Provincias ; pero no nosotros. Omos, que
ha-
A TJ G "IT S T . 87
habas cumplido, el oficio de Cnsul ; pe- Admins-
ro lo omos. Dicen que fuiste muy justo, euerra!" ^
miy humano , muy sufrido; pero lo dicen;
razn ser , que alguna vez creamos nues-
tro juicio y nuestros ojos , no siempre a
la fama y rumores. Hasta quando nos he-
mos de alegrar ausentes de un ausente ? E x p e -
rimentemos , si te caus alguna soberbia
aquel segundo Consulado. De gran fuerza
es el tiempo de entre Consulado y Consu-
lado , para mudar las costumbres de los
hombres , y mas para las de los Prncipes.
Bien sabemos , que quien tiene una virtud
las tiene todas ; pero queremos experimen-
tar , si ahora tambin es una misma cosa,
buen Cnsul , que buen Prncipe ; porque
aunque por s es dificultoso tomar juntos
dos cargos y tan grandes, fuera de eso tie-
nen entre s alguna diferencia ; porque el
Prncipe ha de ser muy diverso del Cnsul,
Bien veo , que la principal razn porque
no le aceptaste el ao pasado , fue porque
no le podas servir , estando ausente ; pe-
ro habiendo ya vuelto la Ciudad y
los deseos pblicos; con qu puedes pro-
bar mejor , qual y quan grande es lo que de-
sebamos? Poco es venir al Senado , si no lla-
mas
88 TRAJANO
Todo esto m a s para el Senado; ni estar en el Senado,
era cuidado . . . . ~ .
del Cnsul. s l n o
presides en e l ; ni or los votos , si
no se los preguntas. Quieres restituir
su grandeza aquel (algn tiempo) mages-
tuoso trono de los Cnsules? Sube e l;
^quieres que est en pie la reverencia de los
Magistrados , la autoridad de las leyes, la
modestia de los litigantes r Llega. D e la m a -
nera que si estuvieses en los tiempos de la
antigua Repblica, no solo te desearan por
Cnsul ( aunque es la suma alteza ) sino tam-
bin por Senador, porque la aprovecharas
mas con tus sentencias ; as ahora , aunque
seas Prncipe ( q u e no hay mas que s e r )
quieren que Cnsul tengas autoridad en el
Senado ; de que nos resulta tanta provi-
dencia. P o r tantas y tan fuertes razones,
aunque batall mucho la modestia de nues-
t r o Prncipe , finalmente fue vencida ; . y
de qu manera ? No ' para hacerse igual
los particulares, sino para hacer los par-
ticulares iguales s ; porque recibi el
tercer Consulado para darle. Conoca la
templanza de los hombres; conoca la ver-
genza ; que no haban de permitir ser
tres veces Cnsules, sino es con quien tres
veces lo habia sido. Este Consulado se da-
ba
A U G U S T O . 89

ba antiguamente los compaeros de la


guerra , que tambin lo eran en los peli-
gros ; mas se daba con moderacin ; t le
diste varones particulares que te haban
servido bien y fielmente en la paz ; que-
daste obligado al Cuidado y vigilancia de
uno y otro , Cesar Augusto ; pero en un
Prncipe rara es y no usada c o s a , que se
tenga por obligado ; si se tiene por obli-
gado , gustar de ello ; debes pues, Cesar,
y premias. Mas quando haces tres veces Cn-
sules , no te pareces gran Prncipe , sino
amigo no ingrato. Fuera de eso muchos
merecimientos moderados de tus ciudada- -
Gene
nos ensalzas con las fuerzas de tu for- modo
tuna 5 porque haces que parezca que h o n r a r
*
te dio tanto cada uno , como recibe.
Qu te desear por tantos favores ? Sino
que siempre obligues, que siempre te obliguen,
y hagas caso de duda , si les importa mas .
tus ciudadanos deberte, que tenerte obligado. Pa-
recame que contemplaba aquel Senado
antiguo , quando veia , que uno tres veces
C n s u l , pedia el voto otro otras tantas
sealado. \ Qu magestad la de aquellos!
Qu magestad la tuya ! Las cosas grandes
y excelsas , si se acercan otras de mayor
M al-
'90 * R A J A N O

altura , descrecen , as las mas altas digni-


dades de los ciudadanos , comparadas con
tu cumbre , parece que se humillan , y
quanto ms cerca suben de tu grandeza,
parece que se derriban de la suya. Pero t,
ya que no pudiste , aunque lo procuraste,
igualarlos t , los pusiste en tan alto asien-
t o , que pareciesen tanto mayores que los
dems , como t lo eras que ellos. Gran-
deza fuera de nimo si dieras el tercer Con-
sulado uno en el mismo ao del tuyo.
QUE ASI como es felicidad poder quanto
quieras, es grandeza querer quanto puedas.
Digno es , por cierto , de alabanza aquel
que mereci tercer Consulado ; pero mas
aquel en cuyo tiempo le mereci ; gran-
de y memorable es quien recibi tal pre-
mio. Qu dir pues de haber honrado con
tanta dignidad dos juntamente compaeros tu-
yos en el tercer Consulado? Porque nadie du-
dase , que la principal causa que tuviste de
Por honrar extender el trmino de tu Consulado , fue
dos Cnsu- p 0 r abrazar los Consulados de dos Cnsu-
les , siendo r
- 1 1
compaero les , y ser companero de uno. Ambos ha-
, a m b o s
' bian sido poco h Cnsules elegidos por tu
dilato Traja- r
o r
no el trmi- p a d r e q u e es decir , lo fueron menos gra-
Consulado!" veniente , por no haberlos elegido t. A m -
bos
A IT G tr S T O. 9f
Bos andaban sin las varas, poco antes' dexa-
das. Y a no oa ninguno de ellos aquel so j
lemne estruendo de los lictres > quando t
fuiste autor de que se les volviese la pr-
pura y silla ; como antiguamente , quando
el enemigo estaba cercano , y la Repbli-
ca amenazada del ltimo peligro , pedia un
varn experto para los cargos, NO SE DA-
BAN los Consulados los mismos hombres,
sino los hombres mismos los Consulados
Tanta fuerza y poder tienes de hacer bien,
que es mula de tu largueza la necesidad.
Antes haban desnudado la prpura? vul-
vanla vestir. Habianseles quitado los lic-
tres ? vuelvan acompaarlos. Habanse
entibiado los amigos en el decoro ? vuelvan
guardrsele. Es humano este ingenio ? E s
humano este poder? Renovar los-gozos,.TCST
tituir la aleeria , no dar ocio al asradecimien- Presteza
' proveer
t o , ni tardar mas en volver dar los Con- oficios.
sulados que lo que tardan en acabarse ? Oh
suceda as siempre ! oh nunca se canse en
esto tu nimo la fortuna ! des muchos
terceros Consulados , y sobren siempre mas
quien debas darlos. DE TODAS las mer*
cedes que se hacen los benemritos , tan-
to gozo resulta los que les son semejan-
M 2. tes,
92 T R. A J A N O
t e s , como ellos mismos. Principalmente del
Consulado de estos fue tanta la alegra , que
rio solo alguna parte , sino todo el Senado
recibi , que les parece todos que ellos
mismos se han dado y recibido la misma
honra. Qu mucho! Son estos de los que
el Senado , tratando de escoger el mas digno
para moderar los gastos pblicos, eligi en
primer lugar. E s t o es pues , esto lo que los
x

entra en la aficin del Cesar. Hemos vis-


t o , acaso , pocas veces , que el favor del
Senado hace bueno mal oficio para con el
Cesar? Habia antes cosa mas daosa que
aquella imaginacin del Prncipe ; Esta aprue-
la el Senado , este quiere el Senado r Aborreca
los que nosotros queramos , y nosotros los
que l quera ; ahora entre el Prncipe , y el
Senado hay competencia en honrar al que mas
Concordia * * Nombramos el u n o , los que el
m e r e c e

del Prncipe o t r o ; aprobamos el uno , los que el otro. Y


con su Con- ... - i j > v
sejo en las (^ * l J
u e
seal de amor reciproco)
e s m a o t

lecciones, unos mismos queremos unos mismos. Favo-^


reced pues claramente , amad constantemen-
te 5 no hay para que disimular el amor,
porque no dae ; ni para que encubrir el
odio , porque no aproveche ; lo mismo
aprueba y reprueba el Cesar, que el Sena-
do;
A TJ G IT S T O. 93
do ; l os tiene presentes , y tambin ausen-
tes en su consejo. Tercera vez hizo Cnsules,
los que vosotros habais elegido , y con el
mismo modo que vosotros lo habais ordenado.
Cosa grande e s , amar mas que otro los
mismos que sabe que amis con extremo,
no preferirles otro , aunque le ame mas. C o a
esto se han puesto premios los viejos,
exemplos los mozos ; lleguen , freqiienten
las casas seguras y patentes ; el que favo-
rece los varones aprobados por el Senado,
merece mas el amor del Prncipe > porque
estima por deuda suya el amparo de estos;
Y NO tiene por gloria ser mayor que todos,
si no son muy grandes aquellos de quien es
mayor. Persevera siempre, Cesar , en este
parecer y y tennos por tales como fuere
nuestra opinin ; en esto ocupa tus odos,
en esto tus ojos. NO repares en los parece-
res secretos, ni en las murmuraciones i que 1 ) 3 1 1 0
, d e I a s

' . consultas y
nadie tienden lazos mas que quien las pareceresse-
oye. Con mas razn se cree todos , que p " ^ ^ I o s

uno otro ; que estos pueden engaar,


y engaarse ; pero nadie enga todos,
nadie engaaron todos.
Vuelvo ya tu Consulado; aunque hay
algunas cosas que pertenecen al Consulado,
y
94 TS AJAKO
y fueron antes de l. Quanto lo prime-
ro, el haberte hallado en la sala con la
ropa candida y lustrosa , no solo por razn
del Consulado, sino por inmortalidad, glo-
ria y exemplo , que siguiesen los buenos
Solemnida- Prncipes , y admirasen los malos. Te vio
f i l i a d o " ^ P k l Romano en aquel antiguo asien-
100 e u e

to de.su potestad. Esperaste aquel largo can-


t o de la junta , tardanza ya no sujeta des-
precios. Y as te hicieron Cnsul, como
uno de nosotros , quien haces Cnsules.
^ Qu Prncipe de los antecesores honr as
al Consulado , al pueblo?^ No espera-
ban otros desmayados con el sueo , y ocu-
pados con la cena de la noche antes , las
nuevas de su eleccin ; otros , si demasia-
Invectiva es
contra Ne- do vigilantes y desvelados en sus retretes;
dao " con todo eso maquinaban destierros y muer-
I ) o m i

tes- los mismos Cnsules que les daban las


nuevas de Cnsules? Oh necia y depravada
ambicin de la verdadera magestad , desear
la honra que desdeas ! desdear la honra
que deseas! Que teniendo tan cercana la sa-
la, que la ves desde tus vecinos jardines,
ests tan ausente como si te apartaran el
Rhin y el Danubio ! Que te den en ros-
tro los votos esperados para tu honra! \ Y
que
A v G v s T or 95
que contento con haber mandado que te
publiquen Cnsul, no guardes, ni aun cum-
plimientos la ciudad libre ! Encerrado y
escondido, como si no te dieran alli el Con-
sulado, sino que te quitaran el Imperio! E s -
ta persuasin tenan los soberbios dueos,
que les pareca que dexaban de ser Prnci-
pes , si hacan algo como Senadores. Otros
se apartaban , no tanto por soberbia , quan-
to por un cierto miedo. Habanse de atre-
ver, sabiendo de s sus incestuosas noches,
manchar los ageros, y violar el sacro
campo con sus lascivas huellas ? no despre-
ciaban tanto los Dioses y los hombres, que en
aquel espacioso asiento de los hombres y
de los Dioses, pudieran llevar y sufrir los
ojos de todos ? A t al contrario , te per-
suadi tu modestia y bondad que te mostra-
ses la religin de los Dioses y juicio de
los hombres. Otros merecieron el Consula-
do antes de recibirle ; t , aun en el mis-
mo acto de recibirle , le mereciste. Haban-
se acabado ya las solemnidades del Senado,
ya se- habia inquietado toda la turba, quan- T o d a s e s t a s

do t , con maravilla de todos, llegas la eran solem-


silla Consular , y te muestras sujeto los n i d a d e s c o n

7
' ' que se celc-
j.uramentos que nunca supo Prncipe , sino braba el
Consulado.
es
$6 R A J ASO
es tomndolos otros. Ves si import no
rehusar el Consulado ? no pudiramos imagi-
nar que habas de hacer esto , si le rehusa-
ras. Asombrme; no creo bien mis ojos
ni mis odos ; y una vez y otra me pre-
gunto , si lo vi , si lo o. E l Emperador
p u e s , Cesar , y A u g u s t o , el Pontfice M -
ximo estuvo en pie delante de un Cnsul?
Qu se estuvo sentado el Cnsul, estando
en su presencia el Prncipe en pie? Qu se
estuvo sentado sin turbacin ni terror, c o -
mo si se hubiera usado otra vez ? Y que
dems de eso , sentado le tom juramento,
y l jur , pronunci , declar palabras, en
que si sabindolo las engaase , consagraba
la ira de los Dioses su cabeza y su casa?
Grandiosa es, Cesar , igual tu gloria; h-
ganlo no lo hagan los futuros Prncipes.
Hay alabanza bastantemente igual, que hi-
ciese lo mismo al tercer Consulado, que
al primero! Lo mismo siendo Prncipe,
que siendo subdito! Lo mismo Empera-
dor , que particular! L o mismo Empera-
dor , que sujeto Emperador ! No s ya,
no s si fue mas maravilloso y digno de
atencin , que jurases no habiendo jura-
do otro primero ; jurar mandndotelo
otro
A "IT G tr S T . 97
otro Cnsul. Tambin en el Senado , con
igual religin te sujetaste las leyes; las
leyes, Cesar, que nadie escribi los Prn-
cipes. Pero t no quieres que te sea lcito
mas que nosotros ; de donde es que te
queremos mas. Qu oigo de nuevo ? qu
aprendo de nuevo? No tiene el Prncipe po-
der sobre las leyes, sino las leyes sobre el~Prn-
cipe. L o mismo se le niega un Cesar Cnsul,
que los dems; jura conforme las leyes,
estando atentos los Dioses; Que quien
lo han de estar mas que al Cesar ? Jura,
dando exemplo los que han de jurar lo
mismo. Sabiendo bien , que fuera de eso,
nadie ha de guardar el juramento mas re-
ligiosamente que aquel quien mas que
todos importa no perjurarse. Y as, quan-
do te despediste del Gonsulado, juraste que
no habas hecho cosa contra las leyes. Gran-
deza fue prometerlo , mas fue cumplirlo;
vuelve ya otras tantas veces al Senado; fie
qenta aquel lugar inaccesible para la so-
berbia de los otros Prncipes ; recibe aqui,
y dexa Magistrados. Quanto mas digno,
y qun diferente eres de aquellos , que re-
nunciaban por cartas el Consulado , admi-
nistrado pocos dias, por mejor decir, no
N ad-
9$, T R A J A S o\
administrado !. Y esto ,erj .ve. del jrmen-j
tp y junta del Senado ,
: porque viniese .el i
fin con el principio; y porque se echase de [
ver, que haban sido Cnsules,, solo. en. qu.
otros no lo haban .sidp. ,< ; : ;

i No he contemplado atropelladamente el
Consulado de nuestro Prncipe 5 mas he que-
rido poner en un lugar, todo lo que haba,
qijte decir acerca del juramento,' Que, no era 5

razn, que repitisemos, y esparcisemos


una misma alabanza en una misma materia,
como si fuera estril. Habia amanecido el
La adminis- f
. -
tracion del primer da de tu-Consulado., quando.'ha-.-
Consulado. t> nclo entrado en
e el Senado persuadas
todos juntos, y cada uno de por s, Qie
volviesen, su- Uiertaa 'i-.que. tomasen:-pobre - sus
1

ombros hs cuidados del Imperio como, comunes^


giie levantasen los nimos ; que velasen por la
utilidad pblica. Todos los que lo fueron-an-
tes de t, dixeron lo mismo; pero nadier
se dio crdito 1 antes que t.. Tenamos de^
lante de los ojos los naufragios de muchos,
que, levantados con traydora tranquilidad,
Esto acusa habia tragado un improviso: remolin. Q u .
Suetomo en m tan i infiel como los halagos de
a r n a

Pomiciano , J
#

cap. 11. aquellos Prncipes, cuya facilidad, cuyo en-


gao1 fue; t a n t o , que era, mayor felicidad te-
-} ) \- ner-
F
AV G:tr S.T o. 99
nerlos ayrdos que favorables?! Ar-.it, empe-
ro , ligeros y segurosJ:e: seguimos donde nos
llamas. Mandas que seamos libres? lo sere-
mos. Mandas que. digamos claramente lo
que sentimos? lo diremos; que hasta ahora
o lo hemos dexado de; hacer por floxedad
ni entendimiento nativo; el t e r r o r , el mi- P u e r z a e l

do , aquella msera prudencia hecha de pe- terror que


ligros nos aconsejaba que apartsemos los nf
1 a rta
a s ju * St
l

ojos, nimos y odos de la repblica ( y no d e l b i e n


^
-habia ninguna repblica). Mas ahora, fiados . a - C >
R c p
" b l i
"
y fundados en tu diestra y en tus prm- i
sas, enterrada aquella continua servidumbre,,
-abrimos l-boca (desatamos la lengua en-
frenada con-tantos males; porque quieres que
seamos tales como mandas. Que no hay en
tus consejos .cosa afectada , cosa engaosa,
;

cosa que'finalmente trace engaos quien la


creyere , o sin peligro del engaador; por-
que nunca fue engaado Prncipe alguno , si-
tio el que prifftro -hubiese engaado. ; A
tai bien me parece que he-desenvuelto ste
mismo sentido d nuestro pblico Padre, as s f g u r " " ^ 6

de su oracin como de su misma pronun- Prncipe, en


elacin. Qu gravedad de sentencias aquella! movhnTento
1

tQu verdad de palabras tan poco afectada'! <l ue B O s e a

" * . , vestido de
Qu firmeza en la v o z ! Qu segundad- 'en oos,
f , N 2 el
100 .T Ti A J A H O
el semblante! Qu fe en los ojos, en el
rostro, y finalmente en todo el cuerpo!
Cumplir pues siempre quanto prometiere;
y sabr, que quando usremos de la libeiv
tad que nos: dio , le obedecemos. Y no hay
que recelarnos de. que nos tenga por poco
prevenidos, si usamos constantemente de a
fidelidad de nuestros tiempos; si sabe que
vivamos diferentemente en tiempo de otros
Prncipes.
Solamos hacer sacrificios por la eterni
Sacrificios . t *
porTrajano. dad del Imperio, y por la. salud de los
ciudadanos; y mas por la de los Prncipes,
por su causa;, y por la perpetuidad del Impe-
rio. Los que se hacan por nuestro Imperio, es
de notar que eran, por estas palabras: Sigober*
nares la Repblica., bien > y en provecho de todos.
Ohvotos,dignos de hacerse siempre,y de cum-
plirse siempre! T r a t , siendo t A u t o r , con
los Dioses la Repblica que te aventajaran
seguro y libre, si tu aventajases los dems;
pero si n o , que ellos tambin apartaran los
ojos de la guarda de tu cuerpo y te des-
amparasen , atentos los votos que menos
pblicamente se hiciesen. Los dems desea-
ban, y hacan por vivir mas que la Rep-
blica; t aborreces tu salud, sino se mez-
cla
A TJ G U S T O. IOI
ca con la de la Repblica. No sufres que
te deseen nada, sino es en favor de los que
te lo desean, y todos los aos juntas con.
i se jo los Dioses, y los pides que revoquen
la sentencia, si no eres tal como te eligieron;
pero con gran conocimiento de t mismo
haces este concierto con los Dioses; por-
que sabes, si mereces que nadie te conoz-
c a , como los Dioses. Y no lo: echis de
ver Vosotros, P. C. que no piensa en otra
cosa de dia y de noche? * Yo'por cierto, si * Armando
importara la utilidad pblica, armara al Pre- da^eeremo-
fecbo contra m; pero no pido la ira descuir " ia u n
^~ re

1 1 , T\' t feCt
da n
'*
do de los Dioses; antes les ruego y hago je* dol desnu-
ces, que nunca ofrezca por m votos contra su * | f x
C y

voluntad la Repblica-, si los ofreciere contra re justo, vi-


<M voluntad, que no la .obliguen. Recibes J^l^ nolo
pues, Cesar, el glorioso fruto de tu salud fuere, con-
y tranquilidad, por consentimiento de los C a s i o , ' * I ya0

Dioses; porque quando pones por condicin


que te guarden si gobernares la Repblica
bien y en provecho de todos, seguro esr
tas de que la gobiernas bien, pues te guar-
dan. A s , que alegre y seguro dia ser pa-
ra t , aquel que daba cuidado y pena los
otros Prncipes. Quando suspensos todos,
atnitos y mal fiados de nuestra paciencia.
es-
; 103. T A JARO
esperaban de aqu y de all rriensageros. Y
si algunos se detenan por causa de los ros,
.nieves vientos, pensaban que haba suce-
dido lo que merecan. No se diferenciaba el
;pavor; porque como el mal Prncipe teme
ipor succesor qualquiera que es mas bene-
mrito; como todos lo son, teme todos.
N o dilata tu seguridad , morosidad de men-
isageros, ni tardanza de cartas; sabes que
.en todas partes te juran, porque juraste
para todos; todos lo hacen por su prove-
cho. Verdad e s , que t e amamos como me-
reces; pero ho lo hacemos por amor de t,
sino por amor de nosotros. Oh, no amanezca
d a C e s a r , en que haga sacrificios la cor-
tesa debida los Prncipes, y no el pro-
vecho debido tus obras! F E A es? aquella
' ofrenda por salud del Prncipe, cuya fuer-
z a se pueden dar las gracias. Deseo" saber,
p o r que no nos acechan y escuchan nuestros
secretos todos los Principes, sino solo los
aborrecidos; que si los < buenos y los malos
cuidasen de esto; qu admiracin hallaras en
todas partes de tus virtudes! qu gozo! qu
'alegra 1 qu plticas d todos con sus mu-
<ger.es;, hijos y criados en sus casas! A f-,
< que haban de aprender no melindrear ala-
ban-
V,G TJTS T .'!* IO31

barizas tus 'delicados oidos. Y fuera d esto,!;


cpn ser contrarios el odio y el amor; en
esto se parecen mucho, qu entonces ama-?
mos mas destempladamente los buenos Prhv.t
cipes , quando mas liberalmnte aborrece- i
mos los malos. -1 .'.:<
Hallaste i experiencia de nuestro deseo, y .
aficin la mayor que entonces pudiste, aquel BENIGNIDAD, -

dia en que miraste por el cuidado y ver-! lo$-.PRE-, c o n

: * tensores,
guenza de los pretensores; de manera, que
no turbara el . gozo del uno , la tristeza
del otro. Unos.fueron con alegra, y otros
con esperanza. Hubo muchos quien dar'
parabienes; nadie quien consolar. Y no
por eso mas floxamente animaste la juven-
tud Romana, que rodeara el Senado, y le
suplicara. Y que no esperase cargos del Prn-'
c i p e , sino es pidindolos al Senado; don-i
de aadiste , que si alguno tenia necesidad
de exemplo, que te imitase. Dificultoso
xefnplo, Csar, y que no puede imitarle 1

ninguno, as de los pretensores, corri de


los Prncipes ; porque qul pretensor , r c - ;

verendo ni un dia al Senado como t? Lo>


uno, toda tu vida; lo o t r o , en aquel mismo
tiempo en; que los juzgas. Por ventura
otro respeto que el que tienes al Senado,.
al-
104 RAJAKO
alcanz de t , que los mancebos de las
mas claras prosapias honrases con mercedes,,
y antes que se las debieras B Finalmente el
Prncipe, no obscurece, sino ilustra la no-
bleza. Y a no d a temor el Cesar, ni le re-
cibe de los nietos de aquellos excelentes,
varones, de aquellos succesores de la lber-
Favor d los t a (
* pero apresurndoles las honras, antes
Robles. de tiempo l o s levanta, c r e c e , y hace c o -
mo sus mayores. Si hay en alguna parte
ramos de tronco antiguo; si hay reliquias
de aquella primera nobleza; esta abraza,
favorece, y saca luz para que gobiernen,
la Repblica; estn en el honor de los
hombres, en el honor de la fama grandes
nombres, libres de las tinieblas del- olvido
con el favor del C e s a r , . cuya intencin es
hacer y conservar nobles.
Un Qestor de los pretendientes, sien-
do Presidente de una Provincia , fund en
ella prudente ingeniosamente las rentas
de una ciudad populossima. Referistelo al
Senado ; porque qu razn hay , para
que siendo Prncipe t , que aventajaste con
tu virtud la gloria d e tu estirpe, fuesen de
peor condicin los que merecan tener no-
bles descendientes, que los que haban te-
-
A V 6 tr s o . 105
nido npbl padres ? Oh digno de referir
siempre tales obras de nuestros Magistrados,
y de hacer muchos buenos, no con casti-
gos de los malos, sino con premios de los
buenos! Inflamse la juventud, y vindose
alabada levant los bros para nobles em- Fuerza Jel
laciones de los que vea alabar. No hubo . v r d e l

alguno que no tuviese, este pensamiento^


sabiendo que todo quanto loable se hacia
en las Provincias, lo sabias t. T I L ES
y de importancia grande, Cesar, > los 1

Presidentes de las Provincias , tener esta


confianza ,que les est prevenido su ente-
reza su industria , gran premio , el jui-
cio del Prncipe, el voto del Prncipe. Has-
t a ahora los ingenios mas rectos y vallen- -
t e s , si no torca, lo menos mellaba una mi-
serable, pero verdadera sospecha: Ya ves t

que si hiciere alguna cosa derechamente, n<*


lo sabr el Cesan si lo sabe no lo dir al
Senado. As aquella , negligencia mali-
cia de los Prncipes , perdonando lo mal
hecho, y no premiando lo bien acertado;
no atemorizaba aquellos por su delito, y
desesperaba estos de su gloria. Mas ahora
si alguno gobierna bien su Provincia, cono-
cida su virtud, le ofrecen mayor cargo;
Q por-
Io6 I I A J A N O

porque hay campo abierto para todos de


honra y alabanza. P e hoy mas pida cada
uno lo que desea 5 y alcanzndolo, dse
s mismo las gracias. Con esto, tambin
quitaste las Provincias el miedo de las
injurias y la necesidad de tener que acu-
sar; porque si son justos y tienen su re-
compensa, no tendrn de que quejarse. Y
fuera de eso, nada aprovecha tanto un
* De que se ministro para los siguientes oficios, * como
los" buenos * o s
P asa
dos bien administrados. C O N UN
ministros pa- Magistrado se pide otro ; con una honra
ra pasar ade- ^ . , , ,
lante. otra. Deseo yo , que el que gobern la
Provincia, na alegue solamente cartas de
amigos, ni ruegos sacados por lisonja de
algunos de la ciudad, sino decretos de los
pueblos y testimonios de las ciudades, por-
que no se d el gobierno de las ciudades,
pueblos y gentes , solo por el voto de los
ste es el Cnsules; el mas eficaz modo de favor
mayor abo- n . . . .. ->
T . . ,
no \ por que P * lstiO, q
a r a
* Provincia don-
e m l n e s u e a

nace de mu- de lo ha sido , d gracias al Senado que


cbos ojos.
le eligi.
la honra Dems de esto, con qu g o z o , con que
oTmnSros a
P l a i l 0
del Senado, ocurras abrazar al
recienclegi- ministro que habias honrado, baxado de tu
trono, y como uno de los que te daban
las
A V GV S T O. IO7
-las gracias! Te admirar? O afear aquellos
que hicieron, porque esto pareciese dema-
sa ? Quando como clavados en sus sillas Nern , jt
- ' ' , . , r Domiciano.
solamente daban la mano, y esa por tuer-
za y perezosamente, como si hiciesen mer-
ced en darla besar. Vieron pues nuestros
ojos un espectculo jams visto ; al Prncipe
y al ministro iguales , y juntamente en
pie. Vieron al que daba la honra , igual
los que la reciban. C o n qun verdadera
aclamacin fue celebrada de todo el Sena-
do esta accin! Tanto mayor, tanto mas
Augusto. Que quien no puede levantar mas
su c u m b r e , solo de un modo puede cre-
c e r , que es humillndose, seguro de su
grandeza. Que de ningn peligro est mas
lejos la fortuna de los Prncipes, que de
la humildad. No me pareci m tan ma-
ravillosa tu humanidad, como el afecto de
mostrarla; quando dabas la oracin los
ojos, la v o z , y la mano. Y estabas tan
en los puntos de dar parabienes, como si-
n o fueras t e l , autor de aquellas honras. C e r e m o n I a s

* eran con que


Y quando conforme la costumbre usada, honraban, y
los Cnsules que primero dieron su voto l o " * ^ "
1

por los provedos , salan recibirles con elegidos p - a

tanto decoro y honra, t salas entre ellos t r a d o s ^ 815

O2 y
I8 T R A J ANO
y se oa el voto del Senado de la boca
del Prncipe ; y lo que nos alegraba, que
era oir como se refera al Prncipe quales
eran los benemritos; ahora lo omos referir
al mismo Prncipe. Quando los dabas el
renombre de buenos, tambin los hacas
buenos; y no solo aprobabas su v i d a , sino
tambin el voto del Senado. Y alegrbase de
que era gloria suya aquella, como lo era
de los elegidos que alababas. Y lo que
rogaste los Dioses, que el voto que o r -
denaba el que presidia en dar oficios aquel
ao, Que aquella misma junta sucediese siem-
pre bien y felizmente nosotros, y la Re-
pblica y ti; no es t a l , que nos obliga,
mudar este orden de los ruegos, y rogar
los Dioses, que quanto haces hicieres, suceda
j)t'speramente para t, para la Repblica, y
para nosotros; para hacer mas- breve el
v o t o , P A R A T I SOLO ? En quin estamos
nosotros, y la Repblica ? Hubo tiempo
(y no fue breve ) en que el Prncipe ha-
cia sacrificios por la ruina^ del Senado , y
el Senado por la muerte del Prncipe. A h o -
ra pedimos que se mezcle nuestra fortuna
con la tuya, alegre desdeosa; que ni
podemos ser dichosos, sin t 9 ni t sin no-
so-
A TJ G TJ S T 109
Oi
stros. Si pudieras, aadieras al fin de los
ruegos, que no viniesen en ellos los Dio- EI amor del
ses , si no perseverases en merecer nuestra P p r i n c j e

. . susCiudada-
voluntad j tan cierto es que no estimas co- sos.
s a , como el amor de los ciudadanos; que
primero deseas nuestro a m o r , y en segun-
do lugar el de los Dioses, y ste, con
condicin que te amemos nosotros. Y es
c i e r t o , que el fin de los primeros Prncipes
ense, qu aun los Dioses no amaban, si-,
no es quien amasen los hombres. Dificil
era igualar estos votos con tus alabanzas;
pero f que los igualamos; qu incendio
de amor 1 qu estmulos! qu hachas encen-
didas nos pusieron
;
tus aclamaciones! N a
fueron aquellas voces hijas de nuestro in-
genio , sino d tus virtudes y mritos;
que no las invent tales jams, adulacin
alguna - no las pronunci tales, ningn ter-
7

ror. A quin temimos tanto , que le adul-


semos tanto? A quin amamos t a n t o , que
le confesramos tanto ? Bien sabes, qun-
t o se sujeta la servidumbre. Quando oista
cosa semejante? O quando la dixiste? Mu-
chas lisonjas inventa el miedo , y muy her-
mosas; pero se las echa de ver el aeyte, y
que se dixeron por fuerza. Diferente in-

ge-
IIO T AJ ANO
genio tiene el cuidado, que la seguridad
diferente invencin es la de los tristes, que
-la d l o s alegres; no se puede fingir lo uno
ni lo otro. Tienen sus palabras los desdicha-
d o s , y las suyas ios dichosos. Y aunque
los unos digan las de los otros , las dicen
diferentemente.. T mismo eres, testigo de
la alegra que mostraban todos en los sem?
blahtes; nadie tenia el vestido ni el hbito
. , , que poco antes habia sacado. Resonaban
Alegras del 71 r

pueblo. con las voces; los artesonados del Senado.


No habla cosa cerrada bastantemente, para
tantos clamores. Quin no sali entonces
de su paso concertado? Quin mir o que
-haca Mucho hicimos por propia voluntad;
pero mucho mas por cierto instinto im-
perio ; porque tambin el gozo tiene vir-
tud de forzar. Y veamos ahora ; le puso tasa
ni aun tu modestia ? Porque quanto mas
nos templabas , mas ardamos. No es me-
nosprecio , Cesar , sino que como est en
tu mano que nos alegremos; no lo est en
la nuestra que sea con medida. Aprobaste
la desdoblez y llaneza d nuestras aclamacio-
nes, con la verdad de tus lgrimas. Vimos
hmedos tus ojos, y baxo el semblante de
contento ; y tanta sangre en el rostro v co-
mo
A TJ G 17 S T O. III
mo vergenza en el alma. Y con esto nos
encendimos para rogar los Dioses que
nunca te faltase tal ocasin de lgrimas;
que nunca te limpiases los ojos. Pregunt?
moslo stos asientos, como si nos hubieran
de responder, si han visto alguna vez lgri-
mas de Emperador ? Del Senado s , que
las vieron hartas veces. Pusiste obligacin
los dems Prncipes, y aun nuestros des-
cendientes ; porque estos pedirn sus Prn-
cipes que merezcan or lo que t , y aque-
llos se enojarn, porque no lo oyen.
No puedo decir cosa tan propiamente
como - lo que dixo el Senado : O DICHOSO
TU! Al decir e s t o , no admirbamos tus
riquezas, sino tu nimo ; que finalmente
LA VERDADERA felicidad es parecer T

Laverdade-
digno de ella. Entre las cosas que aquel dia ra felicidad,
se dixeron sabia y elegantemente, esta fue .
grande; Fia de nosotros, fia de t'u Con gran
confianza nuestra; pero con mayor seguri-
dad t u y a , lo diximos. Uno bien puede ser
que engae otro ; pero s mismo nadie
se engaa; meta la mano en su pecho; de-
senvuelva su. vida, y pregntese, que me-
rece ? Por eso acreditaba nuestras voces con
el Prncipe, lo mismo que solia desacredi-
tar-
I l I S A J A J O
tari as con o t r o s ; que aunque solamos ha-
cer lo que los que quieren 'bien; ellos no
fiaban de s , que los queramos bien. Dems
de eso rogamos, Que as te amasen los Dio-
ses , como t nosotros* Quin- dixera esto
de s , , Prncipe que amara moderada-
mente? Por nosotros mismos fue aquel el
mayor v o t o , Que as nos amaran, los Dioses.,
como t nos; amas. .. .Fue verdad., que enton-
ces clamamos : ' 0 dichosos-:nosotros \ -Quin.-es
mas feliz que nosotros ? Que ya no tene-
mos que desear que nos ame el Prncipe;-
sino que los Dioses, como eL Prncipe, L a
ciudad consagrada la Religin , y que
siempre mereci piadosamente los halagos de
los Dioses , no piensa que puede haber
, cosa que aumente su felicidad , como que
los Dioses imiten al Cesar.
Mas para que sigo y cio particula-
En los ridades? Como si pudiera enlazar con mi
^fbfa^^las o r a c
^ o n
' alcanzar con m i ; memoria las
obras de los-que vosotros; porque no hurtara alguna el
r^T^ Justo olvido, mandasteis escribirlas entre los hechos
Lipsio", sup... pblicos, y grabar en bronce. Antes sola-
f. Annal. c
. .
Taciti. Eran-mente las oraciones de los Principes se so-
j
m a l d
lian eternizar con este modo de monumen-
c l o n e s

que formaba
el dolor. tos ; pero nuestras aclamaciones se queda-
ban
ATJGffSTO. 113
ban entre las paredes del S e n a d o ; porque
haba algunas de que no poda gloriarse el
Prncipe ni el Senado.; pero estas prove-
cho pblico fue , dignidad fue pblica qu
saliesen al*vulgo , y durasen para los veni-
deros. L o primero , porque todo el orbe
supiese , y fuese testigo de nuestra piedad.
L o segundo , porque se echase de ver que
nos atrevamos hablar de los buenos y
malos Prncipes, no solo despus de ellos.
Finalmente , porque se conociese por ex-
periencia que los tiempos- atrs no he*-
mos sido desagradecidos, sino desgraciados];
que no hemos tenido antes ocasin de mos-
trarnos agradecidos. Mas con qu contien.
da, con qu insistencia , con qu voces
te pedimos: Que n-o-permitieses -que. se obs-
cureciesen con. t tiempo nuestros' afectos , y
tus. merecimientos y y que mirases por los ve-
nideros , dndoles este exemplol Aprendan los
Prncipes conocer las aclamaciones falsas
y las verdaderas ; y este don tengan tuyo,
que n o puedan ser engaados. No han de J^ ^^
6

abrir ellos el camino para a buena fama; banzas.


mas tampoco ie han cerrar. No han de des-
pedir la adulacin ; pero tampoco la han
de llamar; que si lo hacen, muestra tie-
P nen
114 I R A J A O

nen para lo que han .de hacer , y; para lo


que han ie-or*! .Que pedir' los Dio4
ses por el S e n a d o d e s p u s de lo que les
ped con el Senado? Sino que no se aparte
de tu pecho el gozo que entonces mostras-
t e en los ojos- Prezcate bien aquel da,
y con todo eso tengas otro mejor ; me*
rezcas nuevas; alabanzas , oigas nuevas ad-
miraciones pues no se pueden decir las
mismas .alabanzas yisno e s , por las' mismas
obras. [Qu lo antiguo qu lo Cn-
sul fue haber tres das Senado con tu exem-
po i N o haciendo entonces cosa que no fue-
se de Cnsul. Pregunt cada uno
; lo que
le pareci y (*) hubo libertad en los v o -
en los jue- t o s ; pidieron el de todos contaron los
"uidad e ^
S
todos $ venci e l parecer m e j o r , no el
tiempo de primero.: Antes' quien, se atreva hablar,
justoPnncj- q U e n se atreva abrir.la b o c a * fuera de
los desdichados, quien, se les preguntaba
primero? los dems con.qu dolor del ni-
m o -y con . qu horror 4e, todo el : cuerpo,,
sufran'aquella fuerza muda que les obliga-
ba consentir fuera de opinin ? U n o - s o -
lo daba su voto , que aprobaban y conde**
naban todos , y ninguno tanto cmo el mis-
mo que le daba primero. En tanto gra-
do
do no hay cosa que desagrade todos, co-
mo la que se h a c e , como que agrada to-
dos. Acaso el Emperador se sola vestir de
modestia para entrar en el Senado^ pero en
saliendo luego se desnudaba de ella, y VOIT

va ser Prncipe ; dexaba, menosprecia- Modestia e


ba y olvidaba todas las cargas del Consu- l a d i
g n i d
ad.
l a d o ; mas l as fue Cnsul ., 'Como si no
fuera mas que Cnsul. Nada tenia por sut
inferior., sino lo que era al oficio de Cn-
sul. Quanto lo primero , -sala de casa
. ^ L , T 1 Modestiaen
sin algn aparato de arrogancia Imperial; l acompa- e

o le detenia ningn alboroto de acom- A a m i e n t o


-
paamento delante. Solamente se detena
en el umbral lo que .tardaba en consul-
tar las aves ^ y en' ireverenciar los avisos
de los Dioses. A nadie perturbaba, na-
die- apartaba ; tanta quietud ,, tanta modes-
tia era la de su acompaamiento., que
tal: vez le obligaba , pararse la turba age-
na , con ser Cnsul, y Prncipe ; tan mo-
derado , tan templado fue en su oficio,
que pareca uno de aquellos antiguos .Con-
sutes en tiempo de Justo,- Prncipe. A n d a - 1

ba muchas : veces. por la plaza ; pero ms


freqentemente por el campo , porque acu-
da las juntas, de los Cnsules. Y toina-
P x ba
**6\ ' i A i
j j^"? ^ '
1 5 b a t a
^ gust de dar las buenas nuevas;
dad del Ce^ , D 1

sar co los como haba tomado de hacerles las mercedes/


pretend*- Estaban los Pretendientes delante de la sU
Ua del; Prncipe , c o m o . l l o haba esta-,
do delante de la del Cnsul ; y los obliga-
ba las palabras en que poco antes ha-*:
bia jurado el mismo Prncipe y que pone
tanta virtud en el juramento , que tam-
Modesta:en ^ien ^ e
toma los dems. L o dems del
el Tnbimal, dia se daba al Tribunal; pero a l l i , qu
tjacion^de Religin de la equidad I qu reverencia de
justicia. las leyes! IJegbasle alguno c o m Prn-
cipe ? responda que era' ConsuL Ningn
derecho de Magistrado y ninguna autoridad
descreci por , y mucha c r e c i ; porque
1

muchos negocios remita los Pretores; y


de manera que ios llamaba Compaeros,
no por agasajo de quien lo o a , sino por-
Sucontinua- ^ u e
* pensaba as. Tanta honra- pona al
eion en el cargo,, que no pensaba que era algo mas
Tribunal. ^ q a ].g U n o . s e l i m a s e compaero del Prn-
cipe >- que ser Pretor. Dems de esto era
Pesada obli- ^ m c n
* m o 6 n
^ Tribunal, que: parece
gacon de que *se rehaca y se' reparaba con el tta-
Ps ^lun^i bajo. Q u l - d nosotros tenia > tl cuidado*
los ojos ce- | ] dor! qul s da tanto los cargos '
a S

tuna. que pretende, qul es bastante! , Y en ver- 1

^ dad
A 17 G TJ S T O. 117
dad que es justo que aventaje tanto los
dems Cnsules , quien los hace.; porque
no siendo as , la misma fortuna le pa-
reciera caso injusto que diera cargos v e
l
que . no los poda tener. Ensee el que ha D e I ^
de hacer Cnsules , y persuada los que ^ Consula-
ban de aceptar tan alta honra, que sabe n ^ e T
^ " 1

lo que les d a ; que as sabrn ellos lo que


reciben. Por lo qual con mas justa causa Mandselo
el Senado te rog y mand que recibieses e l S e n a i o
*
quarto Consulado. Quieres ver como es T a n . o b ^
imperio, y no adulacin? obedece > que diente era al
en ninguna otra cosa debes, ni obedecer f i y ^ s ^ J e n
tanto al Senada, ni el hacer tan fuerte lo e r a l a s
. , . , , . misnta-s- le-
mstancia ;. porque de la manera que la vi- v e s #

da de los dems hombres es breve y fr-


gil , as tambin lo es la d aquellos Prn^-
cipes, que se tienen por Dioses 5 y as
es razn que el mas justo y bueno estri-
be mucho en aprovechar la Repblica,
aun para despus de sus das, con exenv
plos y memoria de su justicia y modes-
tia > los quales puedes dexar clebres sien-
do Cnsul. Siempre ha sido tu intencin
reducir y restituir la libertad; pues qu
honra tienes obligacin desear m a s , qu
'nombre recibir mas veces, que el que pri-
:t%' me-
Il8 T R. A J A N O
Despus mera invent I libertad recuperada ? Ni es
ro de aque-
l m
modestia ser juntamente Prncipe y
e n o r

lia serv- Cnsul, que Cnsul solamente. Mira tanv?


dumbre que , . , , ,. , , -
habia sella- P modestia de tus companeros
D i e n o r a

do la sober- Companeros digo ; que asi los llamas y


bia de los ; r
' , .
Reyes, se in- quieres que los llamemos. Pesada sera pa-
vento el ofi- r acordura la memoria de que han acep-
s u

co de Con- _ .
sul. tado tercer Consulado , mientras no te
vieren Cnsul; porque no puede dexar de
parecer demasa en los particulares, lo que
es moderado en el Prncipe. T , Cesar, que
sueles ayudar nuestras oraciones con las fru-
yas , aydalas a h o r a ; ahora que te pedi-
mos lo que est en tu mano. Concdenos
lo que pedimos , no los Dioses, sino
t, y que pende de t. Acaso te parece
que te basta el tercer Consulado ; pero
para nosotros tanto menos basta. E l nos
ense y aconsej que te desesemos por
Cnsul, una vez , y otra. Mas remisamen-
t e lo solicitramos, si an no supiramos qual
habas de ser ; mas tolerable fue negarnos
tu experiencia, que el uso de ella. Podre-
mos ver otra vez aquel Cnsul ? oir?
responder las palabras que poco antes?
da ranos quant alegra l tomare?- presi- 1

dir al gozo pblico su autor y causa?


;in-
A U G U S T O . 119

intentar enfrenar como suele nuestros afec-


tos , y no podr ? y aquella dichosa y
admirable pelea entre la piedad del Senado
y la modestia del Prncipe, v e n z a ,
sea vencida? Y 6 espero un regocijo nun-
ca visto , y mayor que el pasado ; que
quin hay de tan flaco ingenio que no es-
pere tanto mejor Cnsul, quanto mas ve-
ces lo fuere ? Otros recrean sus trabajos con
ocio y quietud , si ya no los truecan en
floxedad y deleyte j ste desnudo de los
trabajos de Cnsul , volvi tomar los de
Prncipe , tan advertido en su templanza,
que ni apeteca los cuidados de Cnsul sien-
do Prncipe, ni los de Prncipe siendo Con-i
sul. (*) Vemos c o m o ocurre los deseos
de las P r o v i n c i a s , y los ruegos de las i b i i i ^ d y
c
Pa

ciudades; ni tienen dificultad en hablarle, agrado en el


- gobierno.
ni el tardanza en responder. Llegan luego; su presteza
despdense luego. Finalmente no tiene cer- ^ ^^es^
cadas sus puertas el Prncipe, dexando afue- pachos y en
ra la turba de las e m b r i d a s . Pues en to- ? l A u d i e B
"
dos los juicios, qu blanda severidad! qu Severi-
clemencia tan no licenciosa 1 no te asien- bknduwse-
tas en el Tribunal por enriquecer el fisco; vera en los
, " , . juicios,
ni tienes otro precio en tus sentencias que
haber juzgado bien.>.*2stn delante de t los
li-
I20 T R A J AN Q

litigantes , solcitos no de su hacienda, si-


El precio n o . d e tu estimacin ; no rezelan tanto qu
mayordesus s <J e n como de SUS COStum-
e s e s u e a u s a
senienaas.
bres. j Oh obra verdaderamente de Prncipe
y de Cnsul! reconciliar las mulas ciuda-
des , reprimir los hinchados pueblos , mas
Cuidados con razn que con imperio. Ir la ma-
de un justo n o insultos de los ministros, v hacer
Principe. ' -, % t
J

ninguno quanto hicieron injustamente. Pir


nalmente, como velocsima estrella, verlo
todo , oirlo todo , asistir y estar presen-
te como D i o s , donde quiera que te invo-
can. De esta manera pienso que el mismo
Padre del Universo le gobierna, con solo
un menear de cabeza. Si alguna vez
ech los ojos la tierra, y se dign de
contar entre sus obras divinas los hechos
de los mortales; de los quales ahora est
libre por t , y desocupado; solo trata de
las, cosas del cielo despus que nos dio
tal Prncipe, que representa su persona con
todo gnero de ^ r i b r e s ; representaste , y
bastas para lo que te encomienda ; pues
no hay , dia en que no resulte provecho
Del ocio , _ , . , * .
y entreteni- Repblica , y alabanza a tu prudencia.
miento ho- p e r o ig s d te dieron treguas los
a U n a

nesto del . .
Prncipe. demasiados negocios r e a s por alivio va-
riar
A U G U S T O , 121

riar el trabajo. Q u e ocio tienes, sino c o -


ronar las selvas; espantar las fieras de sus
albergues; domar inmensos collados de los
montes ; subir por horribles peascos, sin
ayuda de alguna mano alguna huella?
jY en medio de todo esto acudir los Exerclclos
templos con religioso corazn y ofrecerte ^* l a c a z a

las deidades? Antiguamente esta era la
experiencia de la juventud ; ste el entre-
tenimiento ; con estos exercicios se criaban
los que haban de ser Capitanes ^ c o m p e -
tir con las veloces fieras en velocidad, con
las atrevidas en fuerza , con las cavilosas en
industria. Y no era pequeo decoro de la paz
impedir las fieras los rompimientos de los
campos, y librar el trabajo de los labra-
dores de un gnero de cerco. Usaban es- j j j ) i ] . e o m c a

ta gloria tambin aquellos grandes Prnci- no cuenta


. / 1 1 esto Sueto-
p e s , que no podan m o r i r ; mas usbanla H 0 >

para cazar las fieras, quebradas ya las fuer-


zas en sus encerramientos; y echadas des-
pus fuera con fingida sagacidad para des-
precio de ellos mismos. A ste , el mis-
mo sudor le cuesta el seguirlas , que el al-
canzarlas ; y es igualmente grande y apa-
cible el trabajo de hallarlas. Si alguna vez De la nave*'
gusta de mostrar en el mar el mismo es- & K l 0 n
-
Q fuer-
122 T RA J A O K

f u e r z o , no sigue las corrientes velas con


los ojos con las manos ; mas ya asiste
a los timones, ya compite con el .mas.-va-.,
lente de los.compaeros en romper las.on-
das , domar los vientos rebeldes, y pasar
con los remos los embarazosos mares. Qun
diferente de aquel que no podia. sufrir el ;

ocio del estanque Albano , ni el entumc-


ADomcU- cimiento y silencio del Bayano 1 No el t o -
ne afea en es- a p e n a s ^ n Q [ son{ Q e \os remos,
sin asombrarse cada golpe con feo es-:
panto. Y as lexps de todo sonido sin mo-
verse guiaban su navio atado y encadena-
do como algn sacrificio de los que sue-
len arrojarse al m a r , porque nadie los to-'
que.. Feo. espectculo quando el Empera-*
dor del pueblo Romano segua ageno cur-
so y ageno marinero , como suelen hacer
las naves cautivas; que no perdon su de-;
formidad siquiera los ros. Solo el Rhin,
y el Danubio gustaban de traer esta nues-
tra afrenta sobre sus crespos ombros , no
con menor vergenza del Imperio de que
lo mirasen las guilas Romanas , insignias
Romanas , y Romana ribera , que si lo
miraran las de los enemigos , que acos-
tumbran robar con naves, y d o m a r na-;
dan-
A U G U S T O . 123
dando los ros quando mas fuera de ma-
dre r y quando mas helados. No alabo yo
mucho la dureza del cuerpo y de los ner-
vios por s sola ; pero si los gobierna un
nimo mas valiente que todo el cuerpo,
quien no ablanden las caricias de la for-
tuna , ni las grandezas de Prncipe tuer-
zan floxedad y v i c i o ; entonces se exr-
cite en el mar en la tierra ; admira-
r el cuerpo ligero con el exercicio , y
los miembros fornidos con los trabajos. Por-
que veo que antiguamente los esposos de
las Diosas hijos de los Dioses resplan-
decan tanto con estas artes, como con la
magestad de las bodas. Tambin suelo pen-
sar quando veo que estos juegos deleytan,
qales sern aquellos cuerdos de la Filo-
sofa , que se suele dar atenta y amo-
rosamente. Juegos son, pero juegos quien se Ocio -sabio
da crdito de la gravedad, santidad y templan- de los estu-
c a de cada uno. Qu quien hay tan des- ffiavs*"
atado , que no tenga con cuidados algu- el discurso
11a manera de severidad ? el ocio nos des- " l i a n t 0
"
xubr. Otros Prncipes no daban este tiem-
po al juego ^estupros-, gulas , y deleytcs?
'aflxbanse de los cuidados para enlazarse
en los vicios. Esto tiene notable a gran-
Qa de
124 IRAJANO
" de fortuna ,," que no sufre nada encubier-
Todo es p? to ni oculto. Pero los Prncipes no so-
p'ikclos * * P l * > * mismos aposen-
o s a a c o s m a s o s

tos y ltimos retretes abre de par en par


y declara la fama todos sus secretos. Pe-
Hasta aqui ro nada le est tan bien a tu alabanza, c o -
de la Pob'ti- * Excelentes son por
rao q u e t e v e a n t o d o s

ca de este cierto las obras que sacas en pblico; p e -


fhVrempfc- r 0 n o s o n
menores las que detienes del
zalaEccm- umbral a d e n t r o ; obra es magnfica repri-
m i c a
" mirte y apartarte de toda cercana de vi-
cios ; pero mas es reprimir y apartarlos
de tu casa. Q u e quanto es ms difcil ren-
dir otros que s mismo;, tanto es mas
loable siendo t el mejor , hacer todos

Pi udencia " ^ j A muchos va


O S e t U a S a t U S s e m e a n t e s

de Tra*ano roes ilustres fue ocasin de afrenta t o -


en su matri- / .
mono m
muger con poco consejo , o retener-
la con mucha paciencia. As los esclare-
ces Mximas cidos ac fuera destrua la infamia de> su
eran los que c a s a y dexaban de ser los mayores i ciu-
tenian su
cargo el cul- dadanos, por ser los menores maridos. Tu
todesuRch- ] i t e muger, que es tu decoro y tu hon-
e e g s

gicn, y ele- ^ '


glan muge- r a ; quin es mas santa? quin mas no-
res de atenta w ? s j p Mximo ( * ) hubiera o n t f i c e

castidad, por v
'
mas decoro.de elegir muger, n o eligiera s t a , su
tes. Sm I>10
"-semejante ? pero dnde la hallar ? j con
qu
J
AUGUSTO. 125
qu prudencia no toma para s, rilas qu
el gozo ! c o n qu constancia^ reverencia^
no tu p o d e r , sino tu persona ! L o ; mis*
mo sois entre los d o s , que antes fuisteis;
Nada os aadi la felicidad , sino slo obediencia 1

que empezasteis : saber quan bien sabis de la muger


* A
, al marido.
ambos llevar la felicidad. !Qu moderada Su constar-
en su adorno l qu medida en su acom- c i a
*
paamiento ! qu ciudadana en el andar',
obra es de su marido,, que la instruy y
ense as. Que la muger la basta por S u m 0 ( j e r a -

gloria la obediencia. Si te ve que no te ci


n e n
el
^ . . . ... adorno, en el
acompaa ningn t e r r o r , ninguna ambicin, a c o m p a a-
no ha de andar ella tambin con sil en- miento.
co ? y si v andar pie su marido,
no le ha de imitar, quanto permite el
decoro de - muger ? Esto parece bien en
ellaaunque t no lo hagas, as. Siendo
tan modesto su marido , qunto decoro
debe como casada su marido , como
muger s misma! ,Tu. hermana y ! cmo Alabanzas
.se acuerda que lo es ! cmo se conoce de Mariana,
hermana de
en ella tu llaneza ! tu pureza ! tu verdad! Trajano.
de manera , que si alguno la compara
tu muger ^ ser fuerza que dude qual es
mas eficaz, para vivir bien : ser bien en-
seadas , nacer : dichosamente l N o hay A
'
co-
120 T R A. J A N O
coga .tan peligrosa para pendencias como
la; ^emulacin*; principalmente -entre muge-
rejsri y $sta nace ..particularmente de la cer-
;i

cana , crase con la igualdad, encindese


{ r , l o c.ori la ^envidia:J : cuyo remate
; r es el odio.
i^.yiv-J> Ho;esto. e.s mayor ; maravilla ^ que
; viviendo
W-.--ufta.-rmisma casa dos mugeres con igual
fortuaa v no hay ninguna competencia, nn*
guh; desyio; : revrncianse la ;uria la otra,
tndense) v e n t a j a s y .amndote ambas derra-
r .,. madamente 4; no piensan que las importa na*
da que ames mas la una que la otra.
E l mismo propsito , la misma forma de
: vida tienen ambas no tienen cosa en que
Igualdad y ^
amor de mu-se eche de ver que son dos ; porque de^
geryherma- grandemente imitarte y seguirte ; y la
na de Traja- .
o. una y la otra tienen unas, mismas costum-
bres * porque ; ambas tienen las tuyas 4 de.
aqu las nace su modestia y - su perpetua
seguridad ; qu' no pueden peligrar de ve-
nir ser -particularest, las que no. lo d-
dad h U r n a n !
* * a o f t
<* - ser. i Ofrecilas el -Seriado el ttu-
e

- ;lo de Augustas ; y ellas le rogaron que


no se las diese, quando t rehusaste el
Su modestia, de Padre de la patria : acaso porque
pensaban , que era' mas llamarse muger'y
hermana tuyas, que no Augustas. Pero
qual-
A IT G TJ S T O. 2J

qalquiera razn que sea la que las acon-


sej^ tal modestia:, son mas dignas de que
nuestros nimos las tengan por Augustas , por-
que no se lo llaman. Q u hay mas qu Verdadero
alabar en las mugeres , que poner el ver- h o n o r d e l a s

* * mugeres.
dadero honor , no en el resplandor de los
ttulos sino en los juicios de los hombres?-
y hacerse merecedoras de grandes nombres,
aun quando los desprecian?
Ya se haba olvidado en los nimos de
los particulares la amistad/antigu bien de
los mortales ; y en su lugar se haban ave-
cindado las lisonjas, los halagos, y la peor
que el odio, disimulacin. Solo el nombre
de la amistad desnudo andaba en los pa-
lacios de los Prncipes, despreciado y ocio-
so j qu amistad puede haber entre aque- La ams-
llos , de los quales unos se tenan por due- * quiere.
a d

igualdad.. ,
os , y otros por esclavos ? t la restitus-
te quando andaba desterrada y vagando. Tie-
nes amigos; porque eres amigo. Que no se Quiere cor-
fuerza el amor como las dems cosas los 1
'f P s o n d e n
-
cia.
subditos ; ni hay afecto tan levantado y li- Libertad,
_ . r del amor. ,
b r e , ni que menos suira imperios, ni mas
T

pida correspondencias. Bien pueden aborre-


cer algunos injustamente al Prncipe , aunque,
l no los aborrezca ; pero no pueden amar-
le
12.8 T U A y AS O
le , si l no los ama. Amas , pues, siendo
correspondido; y pones toda tu gloria en
que nos est bien todos ; que siendo su-
perior te humillas todas las leyes de la
amistad , y siendo Emperador te haces sub-
dito de tu amigo ; y entonces eres nas
.Emperador, quando de Emperador te ha-
ces amigo. Porque teniendo tanta necesi-
dad de muchas amistades la fortuna de los
Prncipes; la principal obra , el cuidado
(!}Anst- mas solcito del Prncipe ha de ser gran.
teles dice, g e a r a m m O S , .Qh siempre seas, de este na-
que aun es 1 A A

mas agrada- r e c e r , y entre las dems virtudes tengas


ble amar constantsimamente ! Oh nunca te per-
qu ser ama-
t
l r
dosinamar. suadas que hay otra cosa humilde en el P'rn-
lib.8. Ethi- .' . , , . , T

cor. c. 8. P >
a
* aborrecimiento. L o mas agra-
e s i n o e

* Aurelio dable, de la vida es el ser amado ; pero


Vctor dice, " ' , ,
que tuvo es- no 1 es menos el amar, (t) D e lo uno y
trechaamis- i ep <j tal suerte ,. que aun-r
0 o f c r o 0 z a s e

tad con Sa- . .


burano;s- que amas ardentsmamente , aun mas ardien-
te .entiende t ; eres amado. L o primero , porque es
t e m e n e

iypsio, que r s 1

es el que mas fcil amar uno que muchos; lo.


riT'finezas ' P l
o t r o
<l P g *
o n u e t i e n e s t a n t o C O n ae b l i a r

quando le tus amigos , que nadie puede dexar de amar-


ubil sus , .
cuidados, y te mas , si no es ingrato.
le concedi Razn es referir que disgusto tomaste,
ocio en su f

pauia. por no negar nada a tu amigo. * Envias-


te
AUGUSTO. 129
te un .varn excelmte ,jyiiqueo^nQ.amabas;-
triste y t:u pesar;i; como iquiera^no.ipQ-
dia detenerle* Diste muestra de i. que le
deseabas dexndote vencer ,. y sintiendo su
ausencia ; as. que como el<; uno^ y el orno
o concordaseis :,:pasaste;ypr JaHrivxaia'itad,
de otli} amgjQi^rfQh;; CJSO:,-digno:qdt) eterna
L

memoria , y de inmortales, letras elegir el


Prefecto, del-. Pretorio , iq. .de. los que se
;

convidaban sino.; j de. IQS que lo rehusaban!


y restituir suvcigacuielr quien'?constan-i
temente amaba ; y que,estando tan ocupa-
do c Jos cuidados del Imperio , no ten-
n

gas o envidia; , la quietud , d 4 h i d i e J Bien


entendemos;;.,. 'Cesar , quanto . te < debemos
por el desvelo de centinela que usas ; pues
t e piden, y das,ocio* como, la. cosa^ mejor-
de la vida* tQu turbacin; rae dicen. due v ;

, . . . El ocio lo
tuviste -:quando se parta i y; le seguas l ;se-,, mas agrada-
:

gustele , no te pudiste templar para dexar ^ s e n e c "


de abrazarle en la i : playa. Estuvo e l , pesar, de bre vit.
{

en aquella^ atalaya! rsut; aniis.tad^ y r o g 4 r


c a p
"
al mar que apresurase , gustando su amigo,,
su yuelfea ni pudo dexar de. seguirle quan-.
dO.'se :partia.,;con; tierno, sentimieritp. D e
tu. liberalidad; nq dgOi nada
c ; : poique qu^
:

mercedes] i g u a l a n e s t e cuidado , esta.


R pa-
13o T HA J A HO
paciencia v por qiiien, mereciste que el . o t r o
se t-uviese p o r omuy fuerte;, ;y casi duro}
No dud si.) penss -Corts% si'torcerla el
tmon;. y l o hiciera v sino porque es casi
mas feliz y mas- agradableque acompaar
i Prncipe:,, desear al Prncipe ; y as l
igual- eU provehoi de> administra* l cargo,
con el gusto de dexarle ; mas. tu con la
facilidad de enviarle , diste entender que
n -queras detener ^ na^ie contra s v -
!

Inrttadi,VMu<lha> razn^r ,;-y muy de un'


! 1 4

Padre pblico no hacer violencia alguna , y


pensar siempre que -no s t podia dar r

nadie dignidad > tan altaj^que^ n estimase;


5

mas su libertad* Digno- e r e s C e s a r , de man-


dar deponer los cargos quien los desea;
y de dar oci ,. bien que con poco gusto,
los -qu te< le pidieren ; pues- aunque
contra tu voluntad , - libras' de los' cargos
quien te pide libertad de ellos. Y no pienses
que los amigos que lo piden, lo hacen por -de-
xirt , y por hallar quin dar empleos sil-
io , y quin dar oci ^ sus empleos. Voso- 1

tros tambin quien nuestro Prncipe mira con


rostro ameno, favoreced establemente el juicio
que tiene de' vosotros. Est' e Vuestra - Obliga-> :

cin ; que el* Prncipe dando entender en*


:

- ; uno
A v G xr.s T o. - 131
uno que sabe amar r no tiene culpa si ama
menos otros. Pero,, .. [ quin, le ha de
r ;

amar con. mediana ? que no da leyes y Con-


diciones de amar ; antes las recibe. Este
quiere ser amigo presente; aquel ausente.
Sanlo .ambos como quisieren 5 ninguno, se
enfade con la presencia irni! con la ausen-
cia se olvide.; E s ^ uno.siempre e n el
lugar que una vez mereci. Y es mas f-
cil que se aparte, de sus ojos e l ; semblante
del ausente., que el amor de su pecho. ; ,
.Muchos Principes , siendo seores/de sus
ciudadanos eran siervos de sus criados. R e -
ganse por sus consejos., por sus, seas-, por
ellos ojian j,;:por: ellos hablaban , y ellos ad-
ministraban las Preturas , Consulados y Sa-
Modera-
c e r d o c i o s y aun se les pedan. T mucho ion en las
c

honras tus criados , pero como i criados; P^anzas.


y te parece que les basta, si los tienen por
leales y buenos. Sabes que el mayor indi-
cio de que no es grande el Prncipe , es
ser grandes los criados ; y sobre todo
ninguno pcupas en oficio , si no es aproba-
do por tu eleccin , de tu padre , de
algn otro gran Prncipe. Y estos cada da
de all, adelante loslabras de manera, que
no se miden; por tu fortuna , sino .por la
R 2 su-
$2 '5 8 A J N
suya; y son tanto mas dignos'de que los
honren / quant mens lo han menester.-' ;r j

; 1
Tuv'o' rzbn e l ' S e n a i b y pueblo' lfomano 5

de llamarte'-el BEN; (j-)' palabra es vulgar, y


que la saben todos; pero nueva. Bien claro es-
(t) El ma- t que -no'la na merecido trO antes' que t,
maVJku- P '<lun'M lachan dadb ^Fr mejor 11a-
l,es f

do fue el marte dichoso , que es mas de la fortuna que


de las costumbres? Fuera mas acertado llamar-
te^ grande ,^que;tien&mas de aborrecimiento
que" de hermosura* <Eeadbpt'jn, buen Prnb-
pe con el nombr suyo ; y el Senado con el
nombre de Bueno ; tan propio es tuyo: s-
te , como l^qeqte dex'-tu padrev Ni- te:
nbrhbr mas aclara; y distintamente cquien.,te
1

llama Trajano^ qiie quien- te llama el Bue*


no; como antiguamente se declaraban por
la cordura los Pisones, por la sabidura los
Lelios , por la piedad los Mtelos ; las qua?
les virtudes se cien con este nombre. Qu
no puede parecer bueno , sino quien es ex-
celente en todo gnero de alabanzas. Con
razn , pues , despus de-Ios* dems ttulos
te aadieron ste , como mayor. Porque
menos es ser Emperador y Csar, y Augus-
to!', que ser mejor [ue - todos los Em'pera-
?: ; :

brs'',, Csares'' y- Augustos.; Por eso o re ve*


:!

!>;
-.. ' > ren-
AUGUSTO. I33
rendamos aquel padre de los dioses y
de los hombres ; llamndole bueno en pri-
mer lugar, y. despus , grande. Por dpnde
iviene ser mas excelente tu alabanza ; pues
se echa de ver que no eres menos bueno,
que grande. Un renombre has alcanzado que
no puede pasar otro , sino es que se eche
de ver , en el buen Prncipe que es age-
n o ; en el m a l o , que es falso. Y aunque
despus lo usen todos , siempre se conocer
por tuyo. Que de la. manera que con el p e n s a

nombre de Augusto siempre nos acordamos ban los gen-


, , * tiles que los
de aquel a quien se consagro primero; g desCa-
ran

as ste de bueno , nunca volver sin t pi.tanes,des-


ia memoria: de los hombres.. Y todas las mt^e r t os
veces que nuestros succesores fueren forzar ocupaban el
lugar mas
dos llamar alguno: bueno , se acordar de vecino alas
quien lo mereci. Oh sacro Nerva ! 5 qu i f ! . s t r l a s ;
1 1
. < 1 1 Tulio 1 n
gozo tendrs ahora viendo que es bueno, smno Sci-
y que se lo llaman , aquel quien elegis Macrobio.
?
7

te por bueno! j qu alegra ser para t pa^


deeer victorias comparado tu hijo J . Que
en nada: se aprueba la grandeza, de tu ni-
mo , como en no haber temido siendo buet
no , elegir otro mejor. Y tambin t joh
padre, Trajano 1 ,(jque. tambin t ^ si no los
astros gozas. el lugar mar cercano los as?
tros)
I3+ I R A J A S O

t r o s ) qu glorias acaudalas quando miras,


Emperador tan gra/ide , tan grande Prnci-
pe , aquel tu Tribuno, aquel tu soldado!
Y en apacible competencia peleas con aquel
que le adopt : si es mejor haberle engen-
drado tal , haberle elegido. Igualmente
merecis gracias de la Repblica , i quien
disteis tantos dones. Y aunque os dio vues-
tro hijo al uno carro triunfal, el cielo ,al
otro ; no es menor est alabanza por ha-
berla merecido vuestro hijo , que si hubie-
ra sido por vosotros mismos.
Bien s , Padres Conscriptos , que los
ciudadanos y particularmente los Cnsules,
deben tener tal aficin , que se tengan por
obligados mas con el bien pblico que con
el particular. Porque de la manera que es
mas defendido , y parece mejor aborrecer
los malos Prncipes por las injurias pbli-
cas que por las particulares ; as los bue-
nos son mas queridos por lo que hacen por
el gnero humano, que por lo que por cada
uno d los hombres.-Pero porque es cos-
tumbre que los Cnsules reconozcan y pu-
bliquen lo. que particularmente deben los
Prncipes -acabada la oracin pblica ^dad-
me licencia para que use este oficio , as
por
A U G U S T O . 135

por m , como por Tertlo , mi compae-


ro ,/ varn, excelentsimo. Por qu no he
de dar - gracias por aquel,, por quien no es-
toy menos obligado ? principalmente habien-
do el magnnimo Emperador usado su mag- .
niicencia en ambos con nuestra concordia;
d manera que aunque la hubiera usado con
solo* Uno de los d o s , nos hubiera obligado
ambos igualmente.. Aquel robador y car-,
nicero de todo varn justo nos habia anega-
do haciendo estragos, en- nuestros amigos, y
arrojando rayos al mas cercano. Con unos
mismos amigos nos gozbamos, y llorba-
mos unos mismos amigos. Y como ahora
es cmun la'esperanza y el gozo as en-
tonces lo era el miedo y el dolor. Haba
tenido- tanta atencin estos peligros el sa-
cro Nerva,: que nos quiso-honrar c o m o bue-
1

nos aunquehd nos'hubieran tenido por t a -


les ; porque fuera seal de que se muda-
ban los tiempos , el florecer de aquellos
cuyo principal cuidado y deseo era no ser
conocidos del Prncipe. N o habamos cum-
plido aun dos aos en urt oficio el ma-
yor y mas trabajoso , quando tu el mejor
de los Emperadores , y el mas ' fuerte de
los Capitanes , nos" ofreciste l Consulado;-
aa-
I$6 T R A J A N O f
aadiendo esta suma honra r el gozo de-
la presteza. Tanta diferencia hay entre, t
y. aquellos, Prncipes que con la dificultad
del dar las mercedes , solicitaban gracias y
pensaban que eran mas. agradables quien
las reciba, si primero se las transformaban!
en cierta afrenta ' y vergenza , la. desespe-f.
:

racin y enfada; y la tardanza, que casi:


se tenia por despedida. -La vergenza no,
me permite que diga lo que- nos honras; l:
que nos igualas en el amor de la Justicia,,
en el amor de la Repblica , aquellos;
primeros Cnsules. Con razn dudo deter-
minarme por ria ni otra parte. Porque de-1
rogar lo que afirmas , no es acierto ; pues
confesarlo, es cosa que nos obliga mu- >
cho. Principalmente habiendo dicho de no-;
so tros obras .tan magnficas. T , empe-,
ro , eresLi digno de hacer Cnsules de
quien puedas decir esto. Perdona si entre
las mercedes con que nos obligas es la mas;
agradable para nosotros el. habernos vuel-
t o hacer compaeros.' As' lo pedia nues-
tro igual amor ; as nuestro concorde mo-
do de vivir; as 'nuestros propsitos; ende-?
rezados con nahmisma razn; cuya fuerza^
es tanta ,jqu;e la; semejanza de las cosfum-'
bres
w
(A t J S t f S. T Q.
r
I3;7?
bies* quita la alabanza Ja concordia, y ha-
ce tan maravilloso el diferenciarse qualqtera ;
de nosotros del voto del compaero ,' co-
mo si se apartara del suyo mismo.
No e s , pues ^ nuestro oficio temporal,
ni limitado ; que cada uno de nosotros go-
za el Consulado del compaero, c o m o si
fuera propio. Solo es la diferencia, que los
que son elegidos otra vez Cnsules se obli-
gan dos veces , pero en diferente tiempo..
Nosotros dos -Consulados, recibimos, junta-
mente ; juntamente los administramos; y el
uno en el otro somos Cnsules ; mas una
vez sola , iguales. Pero qu gran maravi-
lla ' aquella1 - que siendo* osotros Prefectos
del Erario , nos diste el Consulado antes
que succesor. Aumentaste una dignidad con
otra. Y no solo se continu , pero tambin
se dobl la honra , y sali ai camino al fita
de la otra dignidad , como sino bastara sa-
lina recibir. Tanta confianza tuviste de
nuestra entereza , que no te pareci que " n ^ f ^
cumplias con tu cuidado si permitieras que Prncipe,
quedsemos particulares , despus de tan
grande oficio. Qu dir , pues , de, haber-
nos hecho Cnsules en tu mismo ao i eh
S la
138 M A J A N O
la-misma hoja , pues ,: estaremos que t ; y ;
1

nuestros nombres se aadirn en los mis-


mos fastos que. el: tuyo.. T;. presidiste;:en
nuestras elecciones-, y te ;dignaste de ; orar
el primer dia. Por tu voto somos Cnsu-
les , y por tu boca nos publicaste. Porque
t que; nos habas dado el voto en el Senado,
nos honrases tambin publicndole en el
campo. ] Qun grande dicha fue para no-
sotros habernos elegido en el mes que ador-
na el dia de tu nacimiento! que- celebrare-
mos con. pregn y c o n espectculos aquel
ai j >t- dia alegre con tres gneros de alegras. Pues
Alude a las -.o o o
sokmnida- nos quit el peor Prncipe , nos.le dio bue^-
feclebraba n o
'"Y engendr .otro mejor. Recibirnos
la eleccin tus ojos otro carra m s Augusto. Llevar-
del Cnsul, ,, . . r ...
como queda flo&
" a
entre los ageros relices , y votos
dicho. q u e 4 porfa te ofrecen , y dudosos in-
ciertos acia qu lado es mayor el ruido.
Sobr., todo., es* muy de advertir que sufres
que sean Cnsules, los que t hiciste. P o r -
que ningn peligro , ningn miedo del Prn-
cipe , debilita y quebranta los nimos-de
los Cnsules. No hemos de or. , no hemos
-de determinar cosa contra nuestro parecer.
Tiene y tendr su veneracin nuestro car-
go.
A TJ G ti S T O.
go. No perderemos la seguridad por ad mi- ;

"histrarle' bien ; y si alguna vez se humilla- ;f

re algo la magestad Consular , nuestra se-


r l a culpa ,' no de nuestro siglo. Lcito s
en qnto toca al Prncipe, lcito es admi-
nistrar los Consulados como antes que hu-
biese Prncipe. Podremos darte gracias igua-
les tantas mercedes , sino es con tener
' atrtiori:& queche mos sido Cnsules , y Ci-
;

,;
sules tuyos ? Pensemos y entendamos en obras
dignas de Cnsules ; de tal manera gober-
nemos la Repblica, que pensemos, que la
hay. No retiremos nuestros socorros, y nues- - ;

tros' consejos. N o nos tengamos por .tari


apartados, y - c o m o deseslabonados <iel Con-
sulado , sino por ceidos y encadenados.
:
Tengamos el< mismo extremo de desvel y
cuidado , que tenemos de magestad y re-
verencia.
Dioses Presidentes y guardas del Impe-
rio , por remate de mi oracin os suplico
y r u e g o , como Cnsul,. por las cosas hu-
manas. Y t principalmente , Jpiter Ca-
p tolino , que nos favorezcas con tu ampa-
ro , y que ilustres con eternidades tan-
tas mercedes*. Giste lo . q u e . te pedamos
S 2 por
140 T R A J A tr o
por un mal Prncipe ; oye lo que te roga-
mos por uno bueno,; No te cansamos con
ruegos , (que no te pedimos paz , v
no
concordia ,_ no seguridad , no riquezas , no
dignidades ) : nuestro ruego no. es . mas que
uno que lo cie todo , la salad del Prncipe.
No te ponemos nuevos cuidados ; que ya
t le recibiste en tu amparo , desde que
le libraste de la .garganta de aquel robador
, "hambriento::'.-que ~no fue sin tu favor haber
* las pala- f . ,
bras de que quedado este en pie , siendo mas alto que
t o m a b a n todos quando toda altura se echaba por
ageros, r

aunque las el suelo. Olvid el.peor Prncipe quien


} 1
V s
.
e n
no pudo olvidar el mejor. * T nos en-
hombres,las r
. . .
atribuan viaste declarados indicios de tu voluntad,
TrTja^d. q u a n
do en tu partida para el exrcito le
Pontfice., ilustraste . c o n tu honra y tu nombre. T ;

fu^on"ici-diciendo con la voz de Emperador lo que


tambin los sentas, elegiste Hijo para Nerva , Padre pa-
demsPrn- i r ., x A " ,
cipes; por- a nosotros y Pontfice. Mximo para ti;
que se tema p lo qual con mayor confianza , y con los
O F

por la ma- r
* , .
yor dign mismos ruegos;--que l quiere.que oremos,
fl^que^te" t e
n i e
S :
SI'-gobernare la Repblica bien -y y
nia mas al- en provecho de todos., lo primero que le guar-
en* tu^affi ^ e s
P a r a
nuestrosnietos y viznietos..Luego
ion. que .en calgun ,tiempo,ile des : succesor .que 1

.. .: l
AUGUSTO. 141
l engendrar y criare- semejante s ; y
si le niega sto el hado , que asistas su
consejo quando. le. elija , y le muestres al-
guno que convenga adoptar, en el. Capito-
lio. : L o que os de yo vosotros , Padres
'Conscriptos r escrito est; tambin en los
Anales pblicos ; vosotros hallasteis abonos
de mi quietud en el oficio de Tribuno ; de
mi modestia en el de Pretor ; di muestra^
de mi amor en el oficio de Abogado con
que me honrasteis para defender nuestros
compaeros ; vosotros aprobasteis la elec-
cin de mi Consulado con tales aclamacio-
nes , que pienso abrazar este vuestro con-
sentimiento , y aumentarle cada dia ; por-
que no se puede echar de ver si uno me-
rece no el oficio , quando le acepta. Fa- ^gnid"^/
voreced mi intento ahora , y fiad de m; hace meri-
. , , , , cion el mis-
Si levantado apresuradamente por la mano m o pu n 0

de aquel traydor Prncipe , antes que abor- lib


- 3^Pa-
reciese los buenos , me apart despus que
los ,aborreci ; y viendo los malos medios
con que brevemente se alcanzaban las hon-
ras , escog camino mas largo ; si me con-
taban en los tiempos adversos entre los
tristes y temerosos; y en los favorables me
cuen-
142 T R A JA N ~
cuentan entre los gozosos y alegres ; : s i - f i -
5

nalmente amo tanto ai mejor Prncipe , quan-


t o me aborreci el peor ; yo os reveren-
ciar siempre, de manera que no m e ' ten*
ga por Cnsul ahora , ni despus por hom-
bre que lo ha sido ; sino por pretendiente
del Consulado.

DIS
343

DISCURSOS
SOBRE E L PANEGRICO

DE P L IN 10.
DISCURSO PRIMERO.

Del lustre de la Eloqencla en> Id


edad de tos. Romanos ; y razones da
su obscuridad en la nuestra.

H a b a iir decreto del; Senado en la R e -


pblica Romana , que ; con cnerda provi-
dencia ordenaba que se diesen las gracias
Jos Emperadores de las buenas obras y ex-
celentes, virtudes que hubieran mostrado en
utilidad del Imperio. Y aunque no siem-
pre habia por qu darlas , siempre se da-
ban ; porque los buenos Prncipes mirasen
en ellas lo que haban hecho , y los ma-
los lo que deban hacer. Y porque la ala-
banza peligra su decoro quando el que la
di-
144 DISCURSOS ,
dice no es tal que merezca alabanza, y lle-
ga ser sospecha de lisongera quando se
acompaa del temor la codicia , era cos-
tumbre que el Orador fuese un Cnsul; que
en aquellos tiempos no era - imposible ha-
llarle docto y premiado ; porque el mayor
|usti"e que adornaba los varonas, columnas- de
la paz . era la eloqencia , grande maestra de
las acciones ,^izam'consejera de los aciertos.
E r a Cnsul entonces Plinio ; gloria de aque-
lla edad , asombro de sta. Empese en
el adorno de su Prncipe , or en el Sena-
do como Cnsul y como Orador ; como
Cnsul grave y sentencioso ; como Orador
galn y florido. Traza fue del Cielo pro-
ducir a un mismo tiempo el mas justo Prn-
cipe y el Orador mas eloqente ; para
que las mejores obras se adornaran con las.
mejores palabras 5 para ensearnos quan
prvido es en las alabanzas, pues con tan-
ta igualdad apenas reconoce mritos quando
previene honras. Es la alabanza el norte
de los grandes nimos. que esto tienen de
grandes sobre todo , que no se contentan
-con premios menos que inmortales. Qu fa-
vor , qu esplndida merced se arm as
de
AL P A N E G R I C O . 145

de oro y diamante que resistiese al tiem-


p o , que no temiese muerte! Solo la alaban-
za vuela de lengua en* lengua , y hace tiros
al tiempo y la muerte. Esta inmortaliza los
hombres , mejor que la lisonja el mie-
do que consagraba altares los que mere-
can ser vctimas. Nadie me llore , dice En-
nio en su sepulcro, porque si esta es hon-
ra que se debe los muertos , yo vivo
vuelo por la boca de los hombres. Oh bla-
sn grande de la eloqiienca ! labrar virtu-
des , inmortalizar varones , animar gallardas,
coronar grandezas. No se alabe el Empe-
rador mas Augusto de que decreta triun-
fos , que da laureles, que levanta estatuas
los varones valeroros , que viste de pr-
pura , que cie de oliva los prudentes;
que los unos y los otros estn desmintien-
do la grandeza de ese aparato , y le tie-
nen por falso viendo su poca duracin;.
la alabanza , la eloqencia remite.n sus
virtudes para aplacar la sed de su ambicin.
No se contenta el Senado con permitir triun-
fos Trajano , y triunfos sin mas modera-
cin de la que quisiese dar al nmero su
modestia ; solo descansa el amor en este
mas alto trono de las honras , en la ala-
T ban-
146 D I S C U R S O S . V _ ?

banza sonora y eterna. Y quando el Prn-


cipe quien se consagraba , no tenia va*
so , (-digo mritos *fn que recibirla) era
fuerza que acusase su floxedad , y que la
pusiera en cuenta tan grave prdida. En-
cantadora, llama Platn la eloqencia. Nd
es atrevimiento * porque de la manera que
los encantos desenlazan, como dice Virgilio,
el veneno de las serpientes ; as tambin
las palabras numerosamente amigas, despo-
jan del veneno el pecho mas venenoso. Mis-
teriosamente llamaron Catn Gramtico
Sirena Latina ; que si aquellas , como di-
c e Homero ^ conducan s con dulce vio-
lencia la atencin de los sentidos ; la elo-
qencia no hace menos. D e aqui es que los
Filsofos antiguos imaginaban que habia lina
Musa-en. cada estrella errante ; porque as
como atribuan toda la jurisdiccin de.su*
acciones los movimientos de las estrellasj
tambin las Musas., Y aquella ingeniosa
credulidad , que todas las cosas de mas
que humana ostentacin consagraba altares,
se le consagr la eloqencia con el nom-
bre de suada suadela , que en el idioma
Latino significa- consejera. Pirro , Rey de
los Epirotas sola blasonar, de que haba
do-
AL PANEGRICO. I47
domado mas gentes con la lengua que con
la espada. Mas porque no se profanase la
autoridad del Orador Consejero ; fue tam-
bin providencia de los antiguos, que fue-
se entero de costumbres y a o s ; porque el
Orador que no-facilita con su exemplo lo
que ensea con su oracin , es como esta-
tua muda. Los Espartanos tenan por maes-
tros universales los viejos , y les daban
licencia para que enseasen con lengua y
manos. De aqu vino el proverbio Griego
que decia , que solo en Esparta era bueno
ser viejos. Porque como el consejo nace
de la prudencia , y sta como dice Afranio
Poeta es hija del uso y de la memoria ;
nadie se debe tanto crdito como los vie-
}os. Miserable y sangrienta llama Plauto es-
ta sabidura , que est en pie puras ca-
das ; mas no hay otra tan firme. Estmpa-
se mejor aquel consejo que nos cost mas.
A esta causa simbolizaban los antiguos la
eloqencia por el Cisne , que solo canta en
el invierno ltimo de sus das ; dando en-
tender que los hombres solo en la vejez,
haban de aconsejar.
Quintiliano ( s i no es Tcito el autor de
aquel culto dilogo) pregunta la causa del
T a des-
148 D I S C U R S O S " < "
W

desmayo d l a eloqencia de su siglo. Si-


glo resplandeciente por lo menos con las
luces de Sneca, Plutarco , Plinio , Tcito,
y otros muchos , que si bien defendan la
cada , con todo eso estaba algo corva en
aquella edad , acordndonos de la de Tu-
lio y otros. Piensa Plutarco que importa mu-
cho para la acertada crianza de los orado-
res , la buena eleccin d las madres de
leche. Aprendilo de Platn que en su R e -
pblica no las admite fcilmente , si no son
de desbastadas palabras y natural limado*
Pues como en nuestros tiempos se delega
el oficio de madre t o n tan poca conside-
racin de estas partes , de ah nacen mu-
v

chos vicios en la eloqencia. De esta opinin


es Quintiliano en aquel libro donde para
formar un Orador perfecto le toma en sus
brazos desde la cuna ; y no quiere fiarle
sino es de ayos muy advertidos. E l uno y
el otro no aridan sin bculo. Pues cuenta
Livio de Rmulo y Remo , que bebieron
la ambicin con la lech de la loba de quien
mamaron; y Justino de Ciro , que se le que-
daron en la boca las costumbres de la per-
ra que le dio los pechos. De Ags cuenta
el mismo historiador, que se le bax los

pies
AL PANEGRICO. I49
pies la leche que mam de una cierva, de for-
ma que corria como la mas veloz. Si se par-
t e , pues, el oficio de madre, y se fia cuidado
menos amoroso la parte mas difcil de la
formacin de los hijos ; ,j qu maravilla que
no salgan perfeccionados ? qu razn hay,
dice G e l i o , para que quien aliment en su
vientre con tanto embarazo quien no c o -
noca ; de quien dudaba si saldria mons-
truo , muerto ; no le crie despus que
que le conoce ; despus que los dolores la
encomendaron la estimacin?
No es de menos consideracin la alti-
vez humildad de las cosas que se tratan
en la oracin ; porque como dice Quinti-
liano , las cosas levantadas levantan el es-
pritu , y las humildes le derriban. Que es
imposible que sea elegante y culta la ora-
cin , si no lo es la cosa de que t r a t a ; y
si acaso hubiese ingenio tan gallardo que
amplificara ilustrara el asunto humilde , has-
ta hacerle excelso ; pecara en los fueros de
la eloqencia.. Alababan Agesilao , Rey
de Macedonia , un Orador que engrandeca
cosas muy pequeas ; y dixo : no tuviera
yo por buen zapatero al que me hiciera
el calzado mayor que el pie ; dando en-
ten
150 DISCURSOS s
w
tender que la oracin se haba de cortar
medida de la materia. Llevbannos, pues,
esta ventaja los Oradores antiguos; tuvieron
esta felicidad; tuvieron vaco en que exten-
der Las alas. Que no ganaron tanta honra
las Oraciones -de C i c e r n , y Demstenes
que defendan casos pequeos, c o m o las
que casos grandes* Un A n t o n i o i r a Catili-
na , un ~ Yerres,, un Archas , dieron gloria
y alabanza Xulio; y la dieran otro
menos prevenido de afectos y elocuciones.
Los casos de nuestro siglo no son tan gra-
ves , l menos no se tratan con la
magestad de aquel estilo antiguo. Ahora el
Orador jaaas nervioso piensa que cumple con
lo que debe , .alegando largo exrcito de
escritores que prueben lo que l dice ; an-
tes era de poco decoro socorrerse de auto-
ridad agena. Y aun es precepto que no las
debemos mas obediencia que las razones
en que se fundan ; de forma que si esas lo
merecen , nos rendirn esas ; mas no el nom-
bre del escritor. Fuera de eso los casos de
grande cuerpo no desean preceptos; la mis-
ma necesidad los ensea. Bruto concit el
pueblo Romano contra Tarquino , sin haber
visto la escuela de los Griegos. Marco Va-
le-
\0 A L P A N E G R I C O . 151

lerio amans el motn de la plebe Roma-


na que se habia retirado al Monte Sacro.
Lleva la necesidad esta ventaja la preven-
cin ; que se empea mas. Dems de esto,
la licencia que tenan los antiguos era mas
larga que la nuestra 5, estbase Cicern e
el exordio media hora , ya contando la
obligacin que tenia al litigante ; ya la pe-
sadumbre que le daba el contrario; y du-
raba la oracin tres horas. Hoy no se usa
eso ; ni se admiten afectadas exclamaciones,
sino breves y verdaderas. Finalmente en nues-
tra edad no tiene la eloqencia las coro-
nas que en aquella. Pas risa el aplauso,
y enfado la admiracin. P o r esta causa
hay pacos que se adornen de sus resplan-
dores. Y la verdad es , que.ni entonces ni
ahora ha llegado colmo. Tulio lo dice,
j Tan difcil es esta facultad , tan derrama-
da y larga ! Los Griegos alcanzaron todas
las ciencias con gran perfeccin , primero que
la eloqencia; que antes de los tiempos de
Tucydides , y Percles , que florecieron mu-
chos aos antes de la fundacin de Atenas,
no se halla ningn escrito elegante ; pues aun-
que Pisstrato , Soln y Clstenes tuvieron gran
fuerza en el decir muchos aos antes, no fue
efec-
I $2, DTsctru sos ^J!
efecto del arte; sino de la necesidad en unos,- y
en otros de la ambicin. De manera que los
primeros Oradores Griegos fueron Percles,
y luego Temstocles, Cleon , Alcibiades, Cr-
elas , Termenes; y aun en estos tiempos no te-
nia la eloqencia las mocedades y lozanas
que hoy t i e n e , hasta que Iscrates la dio
.mas perfeccin , y fue el primero que re-
dujo los periodos cierto nmero. Curio-
sidad que olvid Cicern ; parecindole que
era agraviar al odo , juez arbitro de toda
accin s o n o r a , si se cometiese tan agudo
oficio los dedos, que por estar mas le-
xos de la cabeza , es fuerza que sepan
menos. Pero quin la ha de comprehen-
der enteramente , si dice Aristteles que
es una facultad de inventar y disponer quan-
to puede persuadir en qualquier caso ? Si
dice Cicern que el perfecto Orador ha. de
saber todas las ciencias y facultades para
merecer este nombre ? Si Quintiliano pri-
mero que nos lleve su escuela nos man-
da rodar por la de los Msicos, Poetas,
Aritmticos, Gemetras, Astrnomos, His-
toriadores, Filsofos, Jurisconsultos, y T e -
logos ? Si finalmente todos dicen que no
puede ser Orador sino el varn justo , sa-
ca-
AL F A N s a i m c o .

Gado d la escuela de Scrates r Y que


aunque es v e r d a d que muchos han escrito es-

t e a r t e , y eruditsimamente;to quiere Pla-


tn que se llamen Oradores ; porque dice
que son como los artfices de los instrumen-
tos msicos que los saben labrar , pero no
usar de ellos. Esta dificultad , pues, ca-
si imposible , ocasiona miedos para que na-
die se atreva, engolfarse en ta confuso
pilago.
154 'B'i s c XJ R so s a

DISCURSO I L .
. Modestia en las Motivas y dignidades,'

Suelen lps grandes: artfices; quando se dan


las,, gracias de, alguna obra magnfica ,.!ya
perfecta, poner en. la fachada el primor
de su arquitectura. Alli adelgazan las mol-
duras., all realzan el arte , alli con im-
genes de marmol piden admiraciones. Lo
mismo hace Plinio en este gran teatro de
Trajano , que para que se eche de ver
con quanta razn le admira , y quan dig-
no es de advertida atencin, nos pone lue-
go en el umbral de sus maravillas, el pri-
mor de ellas, la modestia, gran madre de
todas. Viendo pues la portada Plinio
labor tan ingeniosa , tan fuera de toda
esperanza , tan sobre todo deseo , como
es un hombre que le ruegan con el Im-
perio del mundo, con la mayor magestad,
y no quiere aceptarlo. Y o fio, dice , que
est bien labrado; grande examen es este;
l nos sustentar en tranquila paz. La con-
jetura es muy defendida. Nacen , dice el
-=' : !
Fi-
AL PANEGRICO.
yor fortuna ! No hay que remitirse los
premios. Qujanse los hombres doctos de
mal premiados , y piden el premio como
por justicia ; y aun acusan la providen-
cia blasfemamente. No son doctos los que
esto hacen ; que si lo fueran , echaran
ige ver que si dieron desvelos la Filoso-
ella se los pag esntndidamente
feries el plato de las maravillas de
za , dulce nctar del alma; si
ja, se lo compens con diferen-
^anto * o s
dems hombres como
Wst diferencia de los brutos ; si la
Prudencia virtud m o r a l s e los satisfizo
con domarles los v i c i o s , y haceiks ami-
gos de las virtudes; si la Teologa, fue
prdiga en el p r e m i o ; pues contra la ley
de mortalidad les dio oficio de ngel,
antes que se desnuda^" de los estorbos
de hombre. * Jurisprudencia y 1 M i -
a

licia son desdichadas; porque trabajan para


otros, y despus de eso tienen el pemio
en las manos de otros. Estas solas son las
que pueden le-vantar la voz y pedir jus-
ticia. No son gracias las mercedes que se
prometen los varones excelentes en es-
tas profesiones no son gracias ; justicia
es
X5.8 fciscVRsos
es distributiva , y que se debe con todo
rigor al mas digno , al mas excelente. Pues
si se defrauda la satisfaccin al que dio
sus aos al estudio de las leyes , al que
dio su sangre al trabajo de las batallas,
qu premio les queda , qu gozo de ha-
ber dado el tiempo y la sangre ? Las de^
ms virtudes dexaban ventajas sus
nos , y pagaban el hospedage soLj
ocuparle; estas no hacen tal ;,
en hacer bien otros , en jf
Repblica, en dilatar sus t r ^ , ^ ^
grave detrimento suyo. E r j # e s u s m ^
dixo, Pytgoras^OTComas habas ; que des-
pues fue adagio entre los Griegos, como
dice Erasmo. Desembzale Plutarco , y dice
que comer habas llama el Filsofo admi-
nistrar la Repblica; porque los votos con
que se elegan los ministros, se denotaban con
No hay cosa , dice o , d j ^ como 0

vivir para s } lexos de toda altura don-


de descargan los rayos sus amenazas. No
hay vida, dice el Poeta Filsofo, como
la que se contenta con breve albergue, con
terminado campo. Tan solo , que ni la
envidia le busca por opulento , ni la lascivia
por poderoso. Donde BQ le saben las li-
son-
AI PAHEGIRCO, *i 59
snjas el camino ; porque nunca salieron de
entre dorados alczares y ricos palacios.
Quando no tuviera otro nial el poder que
ser siempre lisonjeado , bastaba j>ara ac-"
bardar al mas ambicioso. Fltanle los ami-
gos , porque se convierten en lisonjeros;
acobardados del t e m o r , animados de
la codicia. Fltale el propio conocimien-
to , en que fund un Orculo toda la sa-
bidura ; pues no le puede t e n e r , si de
afuera no le desengaan. Esto es l o - q u e ad-
miran los naturales; que recibe mejor nues-
tra fantasa , y guarda mas nuestra me-
moria el rostro ageno que el nuestro pro-
pio , aunque nos le encomiende muchas
veces el espejo. Dos bienes son estos qu no
acaban de encarecer los. Sabios, hasta lla-
marlos los mayores. Solo el melindre de
escribir cartas oblig Seluco d e c i r , que
si hallara la Corona en el suelo no la levantara;
^qu dixera si considerara que es oficio de cen-
tinela, como dice Plinio de Trajano ; que es'
Cuidado de pastor, como dice Homero de Aga;-
merion ; que es bien engaoso, como dice el
Trgico , por Edipo ? Pero lo que oblig
Trajano levantarla', aunque saba e s t o , fu'
verla derribada; 'que en "tales trances cb-
bar-
l6o DISCURSOS
bardia e s , no modestia, dexarla. Fuera de
eso , peligraba el decoro d e su templanza
si no la aceptara. Que tanta ambicin y va-,
nagloria es , como dice Sneca , solicitar
con demasiado cuidado eximirse de los car-
gos , como buscarlos con sediento deseo.
Envi Alcibiades Ateniense u don mag-
nfico Scrates, Decale Jantpe su mu-
ger , que no le recibiese; y replic e l
Sabio: mayor vanidad mostrar yo en no
recibirle, que Alcibiades en darle. Del mismo
Scrates se cuenta, que haciendo ostenta-
cin Antstenes Cnico del descuido d e su
vestido , como glorindose de sectador d e
Digenes, dixo: por las roturas de tu ves-
tido te veo la vanidad. Que tari grande lo
es afectar moderacin por ganar fama, c o -
mo esplendor, por acaudalar aplauso. Ha-
ca alarde de su paciencia Diogenes moja-
do acaso al pasar.por una calle. Tenan
todos compasin de l , y Platn que se
hall al espectculo dixo los que le cer-
caban ; si queris tener compasin de Dioge-
nes , no le deis admiraciones notando deseo de
alabanza en l ; que holgndose de que le
mirasen , mas fue aquella dicha que desdi-
Cha. Entrara bien l a compasin , si n o l e
mi-
W Ai P A N E G R I C O . -l6l
-mirarn, ni le admiraran. D e aqui con>-
dena Plutarco los hombres entendidos , que 1

por no parecer ambiciosos dexan de ha-


blar con los Prncipes ; y dice , que aquel
n o querer parecer ambiciosos, es mayor ambi-
c i n que serlo. No podemos dexar de ha-
cer alto en este pensamiento de Plutarco;
porque he visto un decreto del Senado R o -
biano r que desterr de su ciudad este g
.ero de discretos encogidos , que antigua-
mente se llamaron Filsofos , y que signi-
fica deseosos de saber ; mas el abuso de
la palabra, no nos permite que los llame-
mos hoy as ; y un moderno escribe que
los Turcos no los admiten en su Repbli-
ca; y otro los acusa de insolentes y so-
berbios contra los Prncipes y sus Minis-
tros , y aaden que son causa de motines
y disensiones, como lo fue Pitgoras. S-
neca por lo que le t o c a , toma la causa muy
su cargo. Yerra ( d i c e ) quin piensa que
los que fielmente s dan la Filosofa sott
tebeldes y contumaces con los Prncipes y
Magistrados; que nadie los estima como
ellos , ni c on mas razn ; porque para na-
die son de tanto provecho , como para aque-
llos que gozan de ocio tranquilo ; as que
X es
l6 D I S C IT R S O S W
es fuerza que los que hallan entrada en la
seguridad/pblica para vivir bien., reveren-
cien el autor:, de tanto, bien , como pa-
dre ; mucha mas que los que administran
cargos, pblicos , que deben: mucho los
Prncipes ; pero se .lo pagan. Gente para cu-
ya ambicin no hay liberalidad, que baste,
poique es hidrpica ;.y al fin.quien solo pien-
sa en recibir i,, es fuerza .qu se . olvide de
lo? recibido. $ o .tiene .culpa la ambicioni,
como el ser ingrata.- Dems de esto ningu-
no de qnantos tratan de la Repblica , mi-
ra los que vence en riquezas 5 sino los
que l vencen Ui Y no, tiehe tanto gus-
to de v e r l o s atrasados ,cjomo tormento d
ver los que le adelantan. Esta falta tiene la
ambicin , no vuelve atrs, la cabeza, Y
no solo la ambicin es instable , sino tam?
bien, qualquier dese que empieza siempre
en el fin. Pero l varn sincero y puro que
para casos de mas importancia se aparta de Pat-
riados , Tribunales , y t o d a : administracin,
de Repblica , estima y adora aquellos por
quienes tiene libertad de hacer esto. Y l solo
es agradecido y los debe una grande, obli-
gacin ;, sin saberlo ellos. Que de la ma-
nera que reverencia los maestros, aquel que
con
\mt A PAJEGIRrCO. l6$
con su doctrina se limpi de los vicios;
as quien con el socorro de los Ministros
pudo tratar de e s o , los venera y estima.
X: si Pitgrs concit el >p:uhl>,: fu pata
desterrar de l la. tirana ; y hablando mas
en nuestros tiempos-, qu virtud hay que
iguale .. . este-cuerdo encogimiento ; . si es
l freno que finge Platn para la libertad de
los dseos ;' si,desmiente la misma natura-
leza , como respondi Scrates- al Phisig-
nomo que le pronosticaba enormes vicios
por los enigmas del rostro ; si <i consue-
;

lo e las adversidades , como respondi D i o -


nisio el menor los que vindole -despc*
jado de su Reyno , le preguntaban de qu
le haba servido la Filosofa de Platn su
Maestro'; si es ley inmortal, que aunque
faltasen las civiles gobierna los nimos jus-'
ta y santamente como dixo Aristpo; por-
que-tienen la razn qu les guia y ense-
a r" Y si el Senado Romano los desterr
de su ciudad , fue porque en aquellos tierna
pos enseaban preceptos torpes y viciosos , 1

como fue un Epicuro y sus Sectadores. Qu


si hubieran de desterrar los Senadores a todos
los Filsofos , tambin se desterraran s
mismos; pues como dice Ephrates Ftlso-
4 :
X a fo,
164 . DISCURSOS 1
\ ^
fo , tambin es Filosofa la administracin
de la Repblica.

DISCURSO III.
Noticia d los cargos y dignidades de
ios Romanos, de que se hace mencin
en el panegrico.

Todas las naciones del mundo desde sus


principios se gobernaron por Reyes,. dice-,
lo Justino en sus historias ; porque segn
Aristteles , la misma naturaleza cuidadosa
de su conservacin los solicitaba. Pues c o -
mo el cuerpo humano no pudiera vivir sin
la cabeza juez de sus acciones , as las ciu-
dades sin Rey. Todas las veces ,. pues,
que se hallaban los hombres agraviados de
la injusticia tirana de otros , acudan al
mas excelente en virtud, como dice Tulio,
para que los conservase en paz ; pero des-
pus que el deseo de mandar se apoder
de los hombres, hicieron varios tiros la
razn.
L a i Monarqua R o m a n a , , dichosa en las
. .;. me-
\ AL P A N E GIT.IC O. 165
memorias ya por su justo gobierno , ya por
sus doctos Escritores, tuvo su principio
en Rmulo. Este fund la ciudad con le-
yes y murallas. Seal cien Senadores, cien
varones ancianos ilustres de donde tomi
alma y nombre el Senado. Naci Rmu-
lo del poder insolencia, y de esta temor;
y as para la guardia de su persona insti-
tuy los Cleres, .as llamados por la ce-
leridad y presteza con que le hacan lugar.
Y los Lictores , que eran ciertos Soldados
que llevaban, delante unas segures , envuel--
t o el acero de ellas en manojos de mimbres;
para denotar el poder de la Magestad Real
la clemencia de su justicia ; pues para
executar el,golpe del acero , habia de ha-
ber dilacin forzosa en desatar los manojos;
y en esa dilacin, consejo maduro. Invent
el oficio de Qestor , que era la guarda del
Tesoro pblico que estaba en el Templo de
Saturno. Mud con. el tiempo el cuidado; y
vino serlo de fiestas pblicas , de aloja-
mientos y otros ministerios. Guibase por
succesion de parentesco la
: dignidad Real,:
quando le habia ; y quando no , por elec-
cin , como en las dems Monarquas. La
soberbia de Tarquino tronc Roma , y
la
l66 D I S C IT R S O S .
la hizo creer qaie poda vivir sin cabeza. Des-
terrados los.Reyes se eligieron dos Cnsu-
les , con las mismas insignias y potestad que
los. R e y e s m a ' templronles con el tiempo
la soberbia; v duraba un ao : no se haba
entonces: abierto puerta la juventud ni la
plebe para las dignidades. Nobleza, virtud, y
edad de quarenta y tres aos; los hacia Cn-
sules. . E r a s u poder> superior e -paz y en
;

guerra ; sus pareceres leyes. Juntaban Sena-


do , consultbanle de lo que convenia; to-
maban sus votos y los ejecutaban. Andaban ves-'
tidos con ciertas ropas de prpura, y en unas
sillas, insignias del Consulado.^ Derribles la ma-
gestad Valerio Publicla , quando por ha-
lagar al pueblo promulg ley de que pu-
diese apelar de su sentencia qualquier ciuda-
dano. Desde entonces levant Roma el cue-
llo impaciente del yugo ; desde entonces se
destempl' el acero del Consulado. Y as
se eligieron los Dictadores ; porque habien-
do movido guerra los Latinos los Roma-
n o s , llegando prevenir exrcito de la ple-
be los < Cnsules la hallaron -inslente y-
rebelde ; porque los ilustres les molestaban
demasiado por sus deudas. Sali pues un d-'
creto que ordenaba que los Cnsules depu-
sie-
Swr AL PANEGRICO. 167
siesen su oficio y se eligiese l Dictador
con mayor poder ; hzose a s , y enfren-
se la rebelda del pueblo. Eligise pues el
Dictador por uno de los Cnsules. Tenia
entera potestad en paz y en guerra. Y en aca-
bando; sil; trmino yolvia el Senado ele-
gir Cnsules. Este oficio no siempre ayu-
daba la Repblica , ni se elegia siempre^
sino solo, quando el peligro lo pedia. Apren-
dironlo de los;Griegos, como dice Teofras-
to en sus Historias, que los Mitilneos tam-
bin eligieron Pitaco para el mismo efecto.
A l principio no poda ser. Dictador , sino
quien fuese noble;; despus envilecila ple-
be est c a r g o , como los dems. Julio Ce-
sar fue el, primero que goz, la Dictadura
-perpetua consintindolo el pueblo, .-por mi?
do por lisonja. De. aqu. tuvo origen el im*
perio R o m a n o , y el oficio de Emperador
empez ser la dignidad mas alta. Entr
Augusto por adopcin en la herencia de Cesar.
Y como ,un le duraba al pueblo el temor,
muerto Cesar, ofrecile el Imperio. No quiso
Augusto afear la potestad con nombre de
-Rey,, tan aborrecido entre los Romanos por
la soberbia de uno ; llamse 'Emperador, ofi-
ci entonces como el de Capitn general
aho-
i68 D I S C U R S O s W.

ahora ; endulz los nimos con blandura*


aprisionlos con liberalidad , y transfiriron-
le por la ley Regia todo el poder. Desde
entonces volvi ser Monarqua la que
era Democracia, y se suceedieron unos otros*
por respeto del pueblo, por amor. Esa
es la razn porque Nerva adopt Traja-
no por hijo. Que como ya el tiempo ha-
bia domado los ciudadanos ; en este de
Nerva , bastaba elegirle por hijo para
tenerle por Emperador. A l principio de la
Monarqua con modestia y blandura se gana-
ba el Imperio; vemos la industria que le cost
Tiberio, y la hipocresa que Nern; y
que hasta Calgula ninguno se atrevi lla-
marse Seor. Representaba la adopcin y
supla la naturaleza; y as los que no te-
nan hijos naturales, los hallaban civiles; y
los que no tenan descendencia de su
cuerpo , la buscaban de su discurso. Y
juzgaban por iguales prendas , las que da-
ba el cuerpo , y las que escoga el alma.
La adopcin era de dos maneras : una de
los hijos que estaban en poder de sus pa-
d r e s , y sta se llamaba propiamente adop-
cin ; otra d los hurfanos, y esta ario-
gacion. Haca el Pretor la adopcin, fin-
gien-
"* AL PANEGRICO 169

giendo el padre legtimo que venda su hi-


jo al adoptivo; y esta ficcin se represen-
taba tres veces. L a arrogacin la haca et
pueblo , teniendo atencin los aos del
que adoptaba, si era tal que pudiese te-
ner hijos , y si podia tenerlos en su po-
testad; porque corno la adopcin es imagen
de la naturaleza, buscaban en el padre fin-,
gido las calidades del verdadero ; tenia
una forma prolixa en la arrogacin , mas
que en la adopcin , que refiere Gelio , en
que mostraban que el padre adoptivo acau-
dalaba la misma potestad que el natural en
el adoptado. Los dems oficios invent l
necesidad en diferentes tiempos ; el de Tri-
buno de los soldados , cargo que tuvo T r a -
jano , se llam as , porque le elegan los
tribus en que dividi la Ciudad Rmulo,
como dice Pomponio ; despus que por la
sangrienta avaricia de sus acreedores se amo-
tin la plebe al Monte sacro , eligi dos
Tribunos como' frenos' para el poder del Se-
fiado y domar su aspereza, vindose defrau-!
dada del remedio de la apelacin Con los
Dictadores; Plutarco en sus problemas no
los admite por Magistrados, porque ni usa-
ban de la silla Consular , ni de la prpura
Y qu
f. f^O f JXfln S. C :1J B. Si 0 S '.
-que los" dems usaban ni tenan lietrf,
ni deponan su potestad quando se legia
;Dictadov, deponiendo la suya todos ios. de-
ms Magistrados. Macrobio cuenta que fue
costumbre entre ios Romanos , que las ca-
sas de los. Tribunos estuviesen siempre abier-
tas como amparo de todos los peligros, y
A r a de sus trabajos; por donde como di-
ce Cicern , los llamaban sacrosantos, Sa
oficio finalmente no era juzgar, sino tem-
plar lo que juzgaban otros speramente , co-
mo refiere Gelio. Escribieron sus leyes para
la plebe , que por haberse escrito en el Mon-
te Sacro , se llamaron, sagradas ; de que
hace mencin Valentino Forstero, Ensober-
becise la plebe introducida en dignidades
pblicas desenvolvise, pedir que se mez-
r

clasen con ios matrimonios , ios nobles con


los plebeyos ; contra la ley de los diez ya-?
roes intrpretes de las de Soln que lo
prohiba, Hzose as; derogse aquella ley
por Cayo Canuleyo Tribuno entonces dla
v

plebe ; sali mas fuera de s , qunto fuera, de


su natural habla salido , y pidi al Senado
que se eligiesen Cnsules. plebeyosanadia
la ambicin Retorica., exemplos de Numa*
que siendo no solo no ciudadanosino Sabi-
no,
AL r A V E:G I ->R I C O.
f V
I^I
flOy fue; su- Rey. De Lucio ,Tarqumi\ que ;

lo fue. 'tambin siendo peregrino , no solc*


r

c- l Cuidad , ms de la; Provincia. De, Ssr-


wio; Xlio.qu leyn .siendo hijo- d una? es* :

elava. Deca que era estar, desterrada den*


tro de. las; murallas la p l e b e , si no . se
lograban ere las/dignidades, los.que peligran
ban en los trabajos. Vise apretada dajno>
bleza Romana y lleg concierto que se
eligiese un Tribuno de los soldados con
potestad de Cnsul , ya plebeyo , ya pa-
tricio. Hzose as ; eligieron tres Tribunos.
Su oficio era diferente de los Tribunos del
pueblo ; porque solo atendan las cosas
de la guerra , y su razn de estado; es-
te oficio tuvo Trajano , como dice nuestro
Orador. En este tiempo tuvo principio la
Censura ; porque los Cnsules no se tenan
por bastantes para el gobierno de la Ciu-
dad ; eligironse , pues , los Censores ; uno
de los nobles , y otro de los plebeyos : su
oficio , segn Tulio, era templar las costum-
bres de los Romanos, y velar por el bien co-
mn. Que ningn hombre de facinerosa
vida viviese en Roma , que se propagase
la generacin Romana con justos matrimo-
nios. Plutarco cuenta de Catn que fue Cen-
" - ..
A
Y 2 sor
1 B I S C TJ R S O S
sor diez aos, despus que Cnsul 5 de doni
de colige ser mas alta dignidad la Censura.
Tenan autoridad para privar los Senadores
de sus Magistrados , si los hallaban viciosos
6 menos limpios. .Finalmente , eran los maes>
tros universales de toda buena razn de vi*
vir bien. Duraba este cargo dos aos, c o m o
escribe Livio.:

PIS-
Al H S E G U I C O . I73

D I S C U R S O IV.
Ocio y entretenimiento honzsto.

D e x o admiraciones de grandes veras ert


este.Prncipe 5 dexo grandes preceptos que
pudieran ser consejeros en los casos mas
graves de paz y guerra ; levante el espritu
sobre ellos quien tuviese alas. Mas luciente
prpura ,pide el honor de dar consejos, mas
levantado trono. Que fuera de que es so-
berbia , como dice Plinio en una epstola*
aconsejar los Prncipes i peligra el crdito
de quien aconseja , si no le abona la au-
toridad. Na llego, pues , considerar las
acciones de este Prncipe , quando est ert
el campo militar, quando en el Capitolio,
mas quando se humana y se derriba de s
mismo; quando se permite al ocio , quan-
do consulta varones de buenas letras, quan-
do sale caza ; entonces que se dexa ver
de todos, no es mucho que se me permi-
ta verle y admirarle. Bien puede ser qii2
POS engae con excelentes obras un hom-
bre
bre de natural depravado ; bien puede ser
<Jhe- os 'enga ^nffrs^lB 'xef C4fc" V por-
;

que dndolas el, cuidado con. atencin , no


le queda "alvedro "en tarto ^ para hacer lo
que le manda su,natural. Mas rio puede
sep ^ueMmientts eiWbcis^ftos i^gae^-alli
f

con libertad brota su. ponzoa , alli vuelve


k . sus vicios ,V. sueltowde otros 'cuidados que
pudieron embarazarle; E l QQO :hos descui
jbre , dice P l i n i o ; no tanto pnes hemos
de llamar examen el tiempo en que es>
tuvo ocupado- alguno y Como el tiempo en
que no e s t u v o ' o c u p a d o ; !
o testifica'! t a i
claramente que hace r como " lo que de-
1

xa de hacer. Y a hemos visto la misma


falsedad haci|>; obras
!
fieles ya la envidia
obras ; apacibles^ por necesidad pt \i
sohja - por codicia^' Mas en' k'-" ociosidad
ninguno engaa ; porque est libre de t-
dos <-'respe-tos-.* E l ociles tan necesario' pa-
ra el esfuerzo de ;crpo y animo \ 1
como
el exereicib - de cuerpo -y aniino; D c b , em-
pero , ser' templado el ocio ; porque de
otra manera , ser destruccin lo qu era
socorro. Afemnase el nimo siempre o c i o - 1

so*';.: olvidase de sus- fuerzas y' no exercitn-


dlas/; como el acer se pierde , siempre
en-
A L 1P.A W- RS I RICO. 75
erivaynado-, y la corriente del rio siempre
detenida , gana olores desapacibles, cria
feas sabandijas.. Soln fue de opinin.que se
habian de castigar con graves penas los hom-
bres siempre 'ociosos; ociosos llam tambin
los que se ocupan en artes torpes , y en
cosas no importantes. Temi el sabio le-
gislador los daos que habian de' engendrar.
L e y hubo, de Dracon en; que castigaba los
ociosos con pena de muerte. Eliano escri-
be que los Sardos tuvieron costumbre de-
preguntar qualquier ciudadano e l arte ;

xercicio-. en que"s ocupaba ; y en hallan-


dol ocioso le desterraban , sin qu basta-
sen apadrinarle las riquezas. Porque no
tanto , pensaban: ellos v que se 'habian d !

procurar las artes y exercicios para sus*


tent del cuerpo , como para defensa del
alma. Y a k r i Mximo, cuenta de- los A t e -
nienses V 'qufi' castigaban"' los hombres: floxos^
como facinerosos. -El ocio , pues , cuerdo^
ha de ser de provecho para la paz ,
para la guerra. Para la paz es de provecho
el de la humanidad , el' de las alegras p-i
Micas.; el d los estudios ; para la guerra
el de la c a z a , el d la mansa navegacin,
el de la gineta , el de la lucha y esgrima.
Los
I76 D I SC TJ R. S O S
Los dems peligran de enemigos pata lo
uno y para lo otro. Tratemos de cada uno
de por s, con exemplos de - Trajano , y
abonos de Plinio. D e qu provecho es que
un Prncipe, cuya Magestad est atento
el atrevimiento para lograrse en vindola
menos grave, se derribe obras tan poco
magestuosas , como ir cenar las casas
de sus amigos , y hacerles banquete en la
suya ? cmo puede coronarle provocar con
motes la libertad para que se los digan
No fuera mejor ocupar este tiempo en
otros exercicios ? Mas hace as ocioso el
discreto Prncipe , que si asombrara los ay-
res con el horror de instrumentos blicos;
mas qu si enarbolra los temidos estandar-
tes en genos Imperios; gana as volunta-
des, doma corazones, prende al mismo amor;
afecto , , cuya libertad describieron los an-
tiguos pintndole: con .-.alas ; cuya Magestad,
llamndole Dios. Esto no pudieran las fuer-
zas de tus mquinas horribles , ni de tus
soldados valerosos* Pudieran estos . arruinar
:

Ciudades , derramar largos arroyos de san-


gre humana, rendir el cuello las Provincias,'
mas cercadas de los bramidos del m a r , y
de las ardientes arenas. Mas no pudieran cau-.
ti-
L P A N E G R I C O . T7.7

ti vares la voluntad. Si es mas poderoso


el que posee prendas mayores en la estima-
cin que el nmero ; mayor poder , ma-
yor grandeza ostenta este Prncipe que se
hace dueo de las almas , que el que redu-
ce su prisin con violenta mano nume-
rables cuerpos. No es , pues , deslustre de
la Magestad ; adorno es. No es humildad;
altivez es de nimo la que se emplea en
empresas tan generosas. No sabe el amor de
y u g o ; no teme amenazas; no sufre horro-
res. Solo se rinde apacibles solicitudes,
ambiciones alegres ; halla hospedage all
muy conforme su natural ; es tierno , blan-
duras le enamoran ; es corts , cortesas le
enlazan. Miedos , asombros , amenazas, des-
pdenle, dnle mas alas. No puede tener
humildades la fortuna de los Prncipes ; de
nada est tan l e x o s , quien est tan cerca
de las estrellas. Traza es antes , dice Plinio,
:

para crecer y levantarse , humanarse , ren-


dirse de este modo. Porque perseverando en
la Magestad que tienen , no pueden crecer
mas. Estn ya:en la ltima cumbre. E s , pues,
el remedio , que ellos mismos se humillen
para volver crecer. Hizo espectculos de
grande admiracin. Llam que le confc-
Z s-
17^ DISCURSOS
sran obediencia las bestias mudas: de:mas.'
apartadas regiones; hizo ostentacin del ar-s
tificio de sus ciudadanos , en comedias y
danzas; todo con aplauso pblico. Aun aho-
ra tiene puesta la c e l a d a , aun ahora est
vibrando el acero. Venciendo est volunta-
d e s , dueo se est haciendo de gentes que
tienen su ascendencia en los C i e l o s ; dlas
almas se hace seor , que nunca le cono-
cieron sino es por eleccin suya. Los de-
ms espectculos en que se cambia la ale-
gra con tanto dolor , con tanta sangre, no
s que puedan servir de grangear amor. Quin
vio las tinieblas liberales de luces ? cmo
ha de engendrar gusto tanto dolor , cmo
a m o r , tanta injuria? Los antiguos defienden
sus juegos Circenses y Olmpicos , por en-
sayos de la guerra , por muestras de los
grandes esfuerzos, y porque con el premio
crecan los brios ; nada de esto apadrina
los juegos de toros , que tan costa d e
sangre nos dan alegras. Los estudios son
el mayor adorno del ocio , sin quien como
dice S n e c a , es muerte y sepulcro de hom-
bre vivo. Este es aquel ocio de Escipion
Africano , que nunca estaba menos ocioso,
que quando estaba o c i o s o ; nunca menos so-
lo,
A L P ANEGIR I C O. JJ9
lo , que quando solo. V o z , como dice Ci-
cern , magnfica y digna de varn sabio,
que declara que en el ocio pensaba en los
negocios , y en la soledad hablaba consi-
go ; de manera que nunca cesaba , y ve-
ces no tenia necesidad de que otro le ha-
blase. De esta forma dos cosas que suelen
melancolizar los dems ,-. ocio y soledad,
le alegraban l. Dice Quintiliano , que aun-
que es verdad qu la misma naturaleza nos
aconseja abrazos de las virtudes , no pode-
mos alcanzarlas fcilmente sin los estudios;
porque al parecer de Sneca no se dexan
hospedar, si no es de un nimo docto y
galn con luces del ingenio; no porque es-
t o baste para darnos la virtud ; mas porque
previene 'y prepara el 'nimo para recibirla.
Importa , pues , darnos los estudios con
ambicin sedienta; mas aquellos estudios
que pueden ayudar la virtud ; esto es lo
que llama Cicern gozarlos. Aprovecharse
de manera con ellos , que: la virtud gran-
geada testifique los desvelos; no que estos
abonen la virtud. No me agradan , dice
Mario , en Salustio, aquellas letras qu
no socorrieron k sus profesores, antes der-
ribaron muchos ; porque fiados en ellas
Z 2. no
l8o D I S C U R S O S

no permitieron al deseo dar paso adelant


.en busca de las dems virtudes ; porque les
parece que bastan las; letras solas, para
esmalte y adorno de su, nimo , para em-
bozo y afeyte de sus vicios. Ha de s e r , pues,
la sabidura t e m p l a d a ; porque corno dice
S n e c a , es gnero de demasa querer saber
mas de lo necesario;, y como piensa Eschi-
k> T r g i c a , no sabe mucho el que sa-
be muchas cosas ; sino el que sabe lo pro-
vechoso- Muchas veces, dice Lactancto Eir-
miano., es mas sabio el vulgo , porque sa-
be lo que ha menester. Alaba Tcito en
Agrcola qu- siendo ardientemente ambicio^-
so de saber , tuvo templanza en la sabidu-
ra^ Esta templanza en los. Prncipes se de-
be entender, que ni lo sepan t o d o , ; m ~ l o
ignoren todo. No es r pues , de^ alabar,1a sen4
tencia de Luis. X I , que privando su hijo
de todos los resplandores de los estudios^
aada por disculpa que lo haca, porque
no fuese con. la confianza propia;, tenaz y
rebelde en tomar consejos ; y consigui su
efecto ; porque llegando ser R e y , le go-
bernaron dos tres hombrecillos;, y le traan
sus pareceres sin resistencia, alguna , y no
sin grave dao de los subditos.. Qu es-
tu-
A L P A N E G R I C O . 181

tudios , pues , sern; necesarios ? E n Livio


he ledo que Servio Tulio , que despus fue
R e y , se dio las artes con que se des-
piertan los ingenios para el culto de la> gran-
de fortuna. :Estas, unas, sirven pasa el esplen-
dor , otras para la prudencia, y otras pa-
ra la virtud.. Del primer gnero son la elo-
q enca, y noticia de lenguas* D e estas tie-
nen necesidad ,, - en las embaxadas, en
los consejos r - en lase oraciones; pblicas.
Mas qul eloqencia es mas decente ? la
que dice Tcito que tenia Augusto , pron-
ta y fcil, no aquella: embarazosa y afectai-
da , que lleva --im cuidado en cada silaba.
La de Tiberio admite Lipsio que ordenaba
las palabras con dos c a r a s , como dice T-
1

cito ; .particularmente en; el esto de la edad


del Prncipe ,. como aquella galante en su
primavera. D e las lenguas hoy tiene el Prin-
tipado la L a t i n a , y es> comn; toda la
Europav; est Basta: para< todas las arte;
y i puesto que la Gramftieaes- puerta" de-las
Ciencias , no hemos de. pararnos en ella
demasiado , como tampoco nos pararnos en
las puertas. Es entrada ,r no albergue. - Es
paso , no asiento ; ni hay humildad cmo la
de algunos ingenios , que se quedan .la.
puer-
?.Z DI SiC V R S OS

puerta de Ja sabidura.',, tropezando, en los


umbrales con los.acentos de las slabas, con
y

la pronunciacin de las palabras , con la so-


noridad aspereza de las v o c e s ; y en es-
to . gastan toda la vida , y se atreven com-
petir con los, mas doctos , que estn ya en
los ltimos retretes de la sabidura. La len-
gua Griega' ha tenido siempre la estimacin
que. merece j porqu el primor de las ar-
tes,iicmoi^e criaron.len'!Grecia \ estn tam-
bin en esta lengua ; mas hoy no es nece-
saria:, , porque aunque -confesemos Justo
Lipsio queJa^tradc'cibnfes"' pierden mucho
de la pureza y elega'ncia de los! originales
porque como son los idiomas diferentes en
una lengua que en "otra, no .pueden jretratari
se; cor p e r f e c c i n ; es ;sin) r duda o- que,los tra-
ductores que; hty. tenemos.) entre manos ide
;

los mas excelentes Griegos ,. Filsofos , His>


toriadores y Poetas , aprendieran con pro*
funda atencipru la.,ylenguaGriega > y . tengo
por imposible-qweiilosrqe Pernos de acudir
otros cuidados , ya de ciencias ya de ne-
gocios , lleguemos igualarlos. Dieron aqu-
llos .c lo ms de su i vida este ministerio.
Nosotros, si damos dos aos , lo llamamos
perdicin. Dmosles, pues, crdito , y agr-
AL P A N E G R I C O . 183
dezcamos su trabajo gozndole dichosamen-
te. A la prudencia sirven la9 Historias y la
poltica. Muchos , dice Tcito , aprenden
con los sucesos de otros. Estos representa
la historia , vida de la memoria, como di-
ce T u l i o ; porque todos los exemplos estu-
vieran sepultados en tinieblas , si no los ilus-
trase el resplandor de las letras. Diodoro
1

Sculo la llama guarda fiel de la virtud de


los Ilustres varones ; testigo de los insultos
de los malos ; y agradecida todo el gnero
humano. Esta es luz de la verdad aade Tulio,
y maestra de la vida. Adorna como en espe-
jo , mirndote en ella tu vida con atencin
de las agenas virtudes ; en quien esto prin-
cipalmente hay provechoso ,- mirar los xem-
plos de todo documento , y tomar de all
que imitar para t , y para tu Repblica;
y escarmentar con ellos de emprender cosa
fea de principios, fea de fines. E l Empera-
dor Alexandro daba singular crdito los ;

Consejeros , quien habia hecho prudentes


la historia. Pero elegantemente > dice Justo
Lipsio , que como no todas las tierras son
fecundas de oro ; as tampoco no ? todas las
historias son frtiles de prudencia , sino so-
lo aquellas que tienen estas* tres seales: Ver-
dad,
f 84 . D I S CU R SOS

dad , claridad , y juicio. Verdad , dice que


ha tener la historia , refiriendo con puntua-
lidad los casos corno sucedieron , sin dorar-
los con lisonja , ni afearlos., con envidia ; que
es la primera virtud que pide Luciano. Cla-
ridad es , que no solo declare los sucesos,
sino tambin las causas y razones porque
sucedieron ; y esto con buen orden y cla-
ro estilo i que es lo que piden T c i t o , y
Polibio, Juicio es , que 4 su voto los
consejos y determinaciones que se refieren;
que alabe estas y condene aquellas como de
paso ; que es lo que dice Tcito que es el
principal cargo de los anales; porque no se
callen las virtudes, y porque teman la pos-,
teridad;los.-malos dichos y hechos. Son pues
los historiadores en quienes mejor se hallan es-
tas tres virtudes y partos de la prudencia,
entre los Griegos Tucdides, que si bien n o
escribi muchas cosas; n variedad y gran
deza lleva sin duda la palma quantos se
entronizaron en hechos y acciones levantadas.
Es grave y breve en las elocuciones, es liberal
en las sentencias, seguro en los, votos , ensea
siempre: y endereza la vida. Polibio lleg
tronco nuestra edad, con harto dao nues-
tro. Es igual Tucdides en la prudencia y
Al. P A N E G R I C O . i8c

juicio , ensena despacio, tiene suave estilo.


Plutarco es el mas digno de las manos de
un Prncipe , porque mezcla con la narracin
mucha Filosofa , siempre.va con cuidado de
ensear, no refiere cosa de que no d fran-
ca luz. Xenefonte escribi la vida de Giro,
no tanto con verdad c o m o con doctrina.
Puso un exemplo que siguiesen despus los de-
ms Principes no ; historia de lo que habia
sido; 'Ciro'"; ni por eso merece desprecio;
en las dems historias es apacible y de suelto
estilo ,.tiene pocas sentencias , no las .mani-
fiesta,; m asi tiene muchas; si se i descortezan
;

sus historiase Ncets Chniates., bien que po-


c o conocido , merece mucho trato ; tiene flo-
rido estilo y casi vecino al de4os Poetas;; su
narracin- e breve y 'fiel \ tiene muchos y
r

graves' consejos, es gran Poltico. Nicforo


Grgoras , merece los ojos por la freqencia
de sus juicios; bien que en lo dems no es
el mejor. Dejlos Latinos ^ Cornelia Tcito
merece; el primer lugar eft la prudencia. VENT-

ele L i vio en la elegancia ; ste dex en sus


historias ayos los Prncipes , Cnsules las
Repblicas, leyes a l a justicia, olivas a l a paz^
; :

'laureles la *gura. Salustio merece el mis-


mo elogio que Tcdides ; porque le imita
Aa con
i86 - B seu a so?
con determinada porfa. Quinto C u r d o tie-
ne dichosa facilidad en las narraciones, es del-
gado y claro , verdadero en sus juicios , agu-
do en sus sentencias.' Cayo Cesar es .junta*
mente modesto y libre ; pienso que < tienen
sus libros algunos pedazos de diferente ma-
no ; est escondida la prudencia mas en sus
hechos que en sus palabras.. Amiano Mar-
celino es claro en la narracin - y seguro en
las sentencias D e los nuestros r el Arzobisr
po don Rodrigo es el mejor que pudo ilustrar
aquella, edad. Gernimo Zurita &. esplndido;
elegante, claro y y prudente.ELPadre Ma-
riana el que mejor ha; imitado los antiguos
y los ha adelantada .pesar de la edad.Pau-
lo Emilia , Francisco Guiciardino
; v Pau?
lo Jobio , y l B e m b o , bien que- no- tie?
nen mucha admiracin en la, opinin de L i p -
sio , aun no merecen olvido. La Poltica en-
sea Aristteles, ayudndole la Repblica y
leyes de Platn en ninguna parte mas dir
v i n o , y el Giro de ;Xenpfonte; La pruden; r

ca militar advierte el Emperador Len en


,un libro que escribi de esto> Polibio es
el mas copioso; particularmente ilustrado cpn ;

Justo Lipsio. A la misma prudencia sirve la


Fsica , Geografa , Astronoma, y Geome-
AL PANEGRICO. 187
tra. Todas son necesarias , mas no obligan
que las bebamos todas , sino que hagamos
la salva. L a Fsica levanta el entendimien-
to los cielos , no le permite embarazos
de humildes admiraciones. Hcele desprecia-
dor de cosas poco estables, entretiene el
alma superiormente , y encomindala estima-
ciones, de s misma. Este es el ocio que
desea Sneca en el sabio. L o mismo hace la
Astrologa. Esta ciencia ha sido perseguida
con grande enojo en este siglo , por el mal
uso de la codicia que la ha profanado y ven- .
did. Mas es de gran consideracin la. con-
sulta de esta mquina celestial, para muchas
cosas. Ni me puedo persuadir que tanta ar-r
monia de estrellas est ociosa ; pues para
luz bastaba el Sol. Por lo menos es bueno
no ignorarla, por no dar crdito muchos
delirios que fundados falsamente en esta cien-
cia pronostican algunos, particularmente pa-
ra convencer l a supersticin de las dems
Artes divinatorias, Geomanca , Piromanca,
Aereomanca , Chiromanca, Hydromanca;
que es fea facilidad darlas el crdito que al-
gunos las dan por falta de aquella ciencia
en que quieren fundar esta vanidad. Final-
mente la ciencia natural nos hace Cronis-
Aa a tas
$88 DISCURSOS
tas de Dios, y que tratemos de sus maravillas.
No nos permite dudas ni temores de las
constelaciones que arman diferentes fuegos en
el ayre ; ni la supersticin que la ignoran-
cia habia persuadido con los rayos la an-
tigedad ; la de las menguas de la Luna que
antiguamente se tuvieron prodigio, y pen-
saban que encantos mgicos: la desencajaban
de los cielos y la traan humedecer las hier-
bas. Escribe Plutarco de Perkles que tuvo
por maestro Anaxgoras que le ense la
ciencia de las cosas sublimes y celestiales;
con que no solo fue de nimo levantado,
mas de oracin excelsa , lexos de la plebeya
y vana eioqencia ; ni solo dice , le dio
este: provecho, la compaa de Anaxgoras;
mas tambin le libr de toda; supersticin,
que imprime tenor los ignorantes de las
cosas del ayre y del cielo ;, desnuda aque-
lla supersticin la ciencia natural.* y en vez
de la amenazadora inquieta > supersticin*
nos ensea tranquila Religin con. .buena = esv
peranza. L a Geografa , fuera de que es de-
ley table , importa para la noticia de las Re-
giones , los sitios -do. las tierras , 1 a - grandeza
y distancia , los puertos , , las , entradas , los
r i o s , los mares , los montes; todo l o . qual
AL -PANEGRICO. 189
importa mucho para asegurar los consejos de
la guerra. La Astronoma , para saber los
movimientos de los astros. A que se aade
la navegatoria , con la noticia de los vien-<
tos y sus. Calidades. La Geometra para tender
los reales , establecer los lugares , acomodar
las mquinas. De todo esto basta la noti-
cia , sin buscar el fondo ; basta que sea en-
tretenimiento sin que sea desvelo. No hemos
d e alabar al Rey Don Alonso como Rey,
aunque le alabemos como, gran Matemti-
co ; que no es alabanza de un Rey ser gran
Matemtico'; bien que lo es de un Mate-
mtico serlo como aquel Rey. Ni hemos de
admitir otras Artes de los umbrales de pa-
lacio adentro , que las que sirven para una
d las tres grandezas que;,vamos examinando.
No ha de hallar acogida aqu el cuidado de
Nern ; de quien dice Tcito que desde los
primeros aos se entreg todo la pintura
y msica , de manera que no le qued que
dar la prudencia del Imperio. Son estas
A r t e s , bien que liberales, indignas de un gran
Prncipe , cuyo principal cuidado, como di-
ce Virgilio , es gobernar sus Reynos,; y ende-
rezar est Arte todos los dems. Las A r -
tes del tercer gnero que miran la. virtud,
,1 son
IOQ I S C TJ U S O S
son la Ethica, y Poesa ; aquella porque tie-
ne su cuidado la constancia del nimo, la
hidalgua del corazn , la liberalidad, la mo-
destia , la justicia; finalmente todas las vir-
tudes que enderezan la vida ; sta , porque
tambin tiene por fin el ensear con estilo
apacible. Las dems Artes que miran al de-
ley te mas que al p r o v e c h o , son ociosas; y
, no solo no dignas de un Prncipe, mas de
ningn hombre libre. E l ocio justo que en-
tretiene y promete nrios para la guerra , es
la caza ; s t e , siga con denuedo los ani-
males feroces, con celeridad los fugitivos;
aseste con destreza al vuelo incierto de
los que gallardean por 1 ayre ; stos y
aquellos llame su prisin con engao ya
de reclamos-, ya de lazos-, es fiel imagen de
la guerra; aqui aprende el atrevimiento de-
seos de victoria;, y gozar victorias ; aqui
se rompen cobardas., aqui con el exercicio
bebe almas el c u e r p o , traza estratagemas
como en la guerra, hcese las inclemencias
de agua y polvo , naturalzase en inquietu-
des , es dueo de los caballos con mas con?
fianza. Que puesto que fuera peligrosa maes-
tra la experiencia aprendida en los sangrien-
tos trances de la guerra , es de suma impor-
tan^
AL PANEGRICO* I9I
tanda en la c a z a ; porque en ella sin temor de
peligros se rompen temores y se ensean des-
trezas. L a gineta es parte de la caza y pe-
dazo de la guerra ; obliga al mismo cuida-
do que aquellas. L o mismo la: esgrima y to-
da lucha ; en que no solo se hace ostentacin
del esfuerzo del cuerpo , mas promesa segu-
ra de que sin mas ensayos romper con los
enemigos provocado , quien sin enojo lucha
cpn los amigos. L a pelota tiene esta misma
defensa; desembaraza el cuerpo de perezas,
hcele veloz y ligero , fuerte y animoso. L o s
juegps del naype mas parecen ensayos de c o -
dicia , que entretenimientos; n a s cmo pue-;
den serlo. _Mas como al que naci inclinado
matar y robarle sirve gustos el empleo,,
por feo, y:yil que s e a ; puede ser que la ma-
la, inclinacin aconseje estimaciones de este;
juego. E l es por lo menos guerra c i v i l , ro-
bo entre amigos , y violencia apacible.

DIS-
192 ... D I S C V RS O S

DISCURSO V.
Justicia y demencia.

i i s o n j e los ojos del pueblo el generoso


Prncipe (dice Plinio) con nuevo y grato es-
pectculo , en que hizo Ostentacin bizarra-
de su justicia, de su clemencia , de s man-'
sedumbre , de su liberalidad , de su pruden-
cia ; todo esto con el- castigo ;de los falsos-
acusadores. Fue just Ostentarla, en el Aufi-
teatro , lugar dedicado la alegra pblica;'
pues era alegra pblica ver el castig de
aquellos de cuya lengua no habia'Jnenciaf
defendida. Hizo , pues , ostentacinde ^sut'
justicia castigando el delito ; d su "cemeri-
r !

cia templando la pena; de su mansedum-


bre quitando las hachas que podan encen-
der su enojo ; de su liberalidad arrojando
al mar los lazos con que pudiera ser avaro
como Domiciano ; de su prudencia aconse-
jando con el exemplo, temor al pueblo. Y e r -
ran algunos en diferenciar la justicia de la
clemencia ; porque no es justicia la que no
es clemente , ni clemencia la que no es justa.
De-
AL P A N E G R I C O . 193

Determina la, justicia ciertas penas los de-


litos ; templa la clemencia esas penas. Mas
no por eso deroga la justicia . antes ia
es conforme ; porque llevando la razn por
norte examina el caso ; atiende la per-
sona , al lugar, al tiempo , la causa f af
modo ; y hallando en alguna de. esas cir-
cunstancias tal razn , que si la justicia le-
gisladora de la pena la hubiera advertido , no
la diera as rigurosa ; sino que antes la tem-
plara al peso de la disculpa. Hace el ofi-
cio de la justicia, lo mismo que ella haba
de hacer si entonces estuviera estableciendo
la ley. No es , p u e s c o n t r a r i a ; una misma
cosa son , una alma misma. L o que no es
clemencia, es uno de dos extremos: cruel-
dad , misericordia. No es la justicia cruel-
dad , ni la clemencia misericordia. L a cle-
mencia y la justicia son una misma virtud;
un medio entre la crueldad , que como de-
fine Sneca , e s ; una inclinacin lo mas s-
pero ; v y - la. misericordia , que es un dolor?
de genos males, los padezcan con razn,
!

sin ella. El primer extremo peca contra


la naturaleza.'del hombre ; pues siendo la na-
turaleza universal tan advertida , de tantos
ojos como tiene estrellas, el cielo errantes

Bb v
194 DISCURSO s
y fixas , de tanta consonancia y armona,
de tanta hermosura, solo para inmortalizar-
se engendrando animales y plantas ; va con-
tra sus desvelos quien siendo hijo suyo es
su. parricida; ensangrentndose en pedazos su-
y o * , , en obras suyas , en quien ella misma
est viviendo por no desampararlas. Dems
de esto , descans su vigilancia encomendando
la guarda de las cosas v asi animadas como
desiertas de alma , sus semejantes ; de aqui
nacieron las'grandes maravillas de la simpata,
que pone Alberto Magno por primera basa
de la Magia natural; tan escandalosas, tan
fuera de todo pensamiento , que muchos doc-
tos las han defraudado ef crdito. Crece la
palma con portentosa eminencia la vista
de su semejante ; parece-que se envan almas,
la una la otra* L a yedra abrazando/ el la-
mo en quien halla cercanas de suv natural,"
osa competir con Pirmides de Cipreses.
Fuerza es de la semejanza,, quien dex el cui-
dado la naturaleza para la duracin y emi-
nencia de sus obras.. En los anmales se veri
portentos- mayores 5 este es notable, aunque
pierde la admiracin por conocido : que nun-
ca ios animales de un gnero , emplean su
ferocidad en los de su mismo gnero; por-
que
AL PANEGRICO. 195
que los hace amigos entre; s el. tener una.
misma naturaleza, una misma f o r m a , unas
mismas calidades. Solo el hombre es enemi-
go de s mismo; solos los hombres toman
.armas entre s , y se procuran destrozos. Y
siendo as que debiera estar en ellos la natu-
raleza menos dormida , con e l . despertador
de la razn y con las luces - del entendi-
miento ; est mas torpe ., menos ingeniosa
en su conservacin ; y en los brutos donde
tiene mas embarazos , logra mejor sus deseos,
mira por sus. eternidades., no sufre estragos ni
derramamientos de sangre. Dientes son de la
misma hambre los denuedos del lobo; qul
se ha visto: tan hambriento que divirtiese las .
uas en o t r o l o b o r Smbolo es>del poder
soberbio , el lon\ qul vibr imperios sobre,
el cuello de otros leones ? Las serpientes ve-
nenosas si se descuidaron con el enojo y y le
dieron licencia para que usase sus fuerzas en-
t r e ellas mismas ,'.no se matan con, el veneno-;
vuelve el paso atrs la muerte que iba en
l escondida, en reconociendo sangre su seme-
jante. Solo la soberbia del hombre , animal
sin yugo , pudo atreverse desmentir la mis-
ma naturaleza , luchar con ella , y apos-
tar esfuerzos deshaciendo sus hechuras, arrui-
Bb 2, nan-
I9*> D I S'C TI U S O S '
nando sus maravillas. No es otra cosa aque-
lla guerra de los gigantes que quisieron dar
asalto al cielo., y quitar el Imperio las estre
lias ; no sufren superioridades ,-al mismo cie.
lo se atreven, la misma naturaleza con-
tradicen con arrojado enojo. Preciptase, di-
ce Horacio , la humana gente por los imposi-
bles; emplase en las resistencias; entrgase
las dificultades; esto llaman grandeza ; esto
llam/deidad la lisonja antigua. Entreg la
furia de los leones Lismaco aquel Rey que
tuvo nombre de Magno ; y n le pareci que
s

podia asegurarle sino es de sta forma. Yerras


Alexandro , engaado ests; la grandeza nie-
la enfrenar tu ira , viendo que te despeaba
d e j a cumbre. de hombre la humildad de
fiera. Regalan los labios las fieras con pre-
sas palpitantes; lo mismo emprendes; t quie-
res despedazarle con tus dientes:, pues lo in*
tentan los leones con t u imperio. Flaqueza s
de nimo , no fortaleza , dexarte vencer del
enojo. L a grandeza fuera perdonarle , y aun
animarle con premios su clemencia. Era el
enojo con Lismaco , segn Justino , porqu
teniendo -preso Alexandro Calsthenes Fi-
lsofo , y atormentndole cada dia con feos
y lamentables modos de tormentos, entre-
te-
AL r A NEGIUICO. 9?
tenindole la vida para crecer la muerte, por*,
que no le habia querido adorar por D i o s ; el
piadoso Lysmaco compadecido de tantos nui-
les , dile veneno, porque los acabase con
la vida. As se enojaba el fiero Prncipe coa-
Lismaco , porque habia quitado la lea en
que se cebaba el fuego de su i r a ; es pues
enfermedad del nimo la crueldad que le hu-
milla acciones mas que fieras. L a miseri-
cordia segundo extremo , no es ( como al-y
gunos prensan ) lo mismo que la clemencia;
;
es mas piadosa que ella, llega ser afecto;
porque toma dolor demasiado del mal age-
no. D e la manera que es falta en los ojos,
ser tan poco fuertes, que las cortedades de
la luz que ven en otros , los haga cortos de
l u z ; as es flaqueza de nimo , tomar los
afectos que considera en otro. Esta fue opi-
nin de los E s t y c o s , y la defiende Sneca
.con grandes bros ; que si bien es verdad que
debemos socorros los infortunios que dan
dolor o t r o s , y aunque la ley natural de
los hombres nos obliga desmentir la tris-
teza del que por ella vive desesperadas ho-
ras ; todo esto puede ser sin que tomemos
aquella pasin ; bien qu no puede ser que
dexemos de sentir aquel dolor , de manera
que
I98 DISCURSOS
que nos obligue al s o c o r r o ; mas este sen-
timiento as templado, no e* afecto , ni se
llama misericordia. Doctrina es de Arist-
t e l e s , que tanta fiereza es no sentir ni los
primeros colores de> los afectos, como dd~
xarse llevar de ellos con mano violenta. D e -
ms de esto, la misericordia perdona del todo
los delitos, los castiga con pena menos
grave. L a clemencia no perdona, ni da pena
desigual; pesa las penas con los delitos , c o -
mo la misma justicia. Solo es la diferencia
que est siempre hecha ojos para absolver si
hllase por' donde. L a justicia es mas seve-
ra ; mira con igual semblante las causas que
pueden animar el castigo , que las que pue-
den desmayarle. La- clemencia es muy in-
geniosa ; sabe mucha dialctica, y de las
circunstancias y razones nuevas hace Silogis-
mos que corrigen las leyes antiguas. L a jus-
ticia toda es memoria ; y est firme y fiel.
Antiguamente descuidaba con escribir en.doce
tablas de metal sus leyes. L a clemencia tiene
mucha llaneza ; no repara en las solemni-
dades del j u i c i o ; olvida todo lo que no
es la verdad. L a justicia es mas escrupulosa;
en todo repara, en todo es puntual; y hubo
tiempo en que por el descuido de una s-
la-
A L v PA N E G I R ' I C O. 199
Jaba , condenaba,-, resueltamente. Finalmente
la clemencia es, siempre justa ; y tanto , que
pone en razn la misma justicia ; mas la
misericordia , es injusta ; porque no dando
igual c a s t i g o l o s d e l i t o s , provoca atrev*
t> mientos; no satisface a g r a v i o s a n t e s los ayu-
da con nuevas injurias. Y de la manera que l j
Religin adora y reverencia D i o s , y la su-
persticin le olvida ; asila clemencia, es cul-
;

t o de la justicia, y descuido la misericorr


dia. Tanta crueldad , dice Sneca , es per-
donar todos ,, c o m o no perdonar ninguno;
porque del perdn licencioso',, nace la liber-
tad de pecar ; y es crueldad general la que ;

suelta la rienda contra todos. Esta es la vir-


tud mas conforme al hombre,, la palabra lo
d i c e ; solemos llamarla humanidad ; y no solo
para los que pusieron su felicidad en hacer
Jbin otros , mas tambin para los que la
pusieron en su propio gusto y tranquilidad;
porque estos pasan vida ms serena y tran-
quila con la seguridad y; amor que les gran-
gea la clemencia ; mas nadie importa tan-
to como os Prncipes. Es el Prncipe en
sus Rey nos , lo que Dios en todo el Univer-
so , lo que el marinero en el navio , lo qu el
alma en el c u e r p o ; una alma es que anima
y
200 SIS CURSOS
y da vida todo el cuerpo de su Reyno.
Y de la manera que nuestra alma partici-
pa de los afectos de dolor y miedo , quan-
do padece alguna parte del cuerpo ; as el
Prncipe que es alma de todos sus Reynos,
ha de condolerse de verter la sangre de los
hombres , que son partes de este cuerpo. T o -
das las virtudes son necesarias todo gne-
ro de hombres; mas algunas resplandecen
mas en unas personas que en otras. L,a gran-
deza de nimo , lustre es de los Prncipes.
Grandeza es de nimo estar siempre con una
frente, una serenidad ; levantarse sbrela
misma fortuna , y despreciar c o m o de un
alto alczar todas las pasiones de ira y eno-
jo. Mugeril accin es enfurecerse con la ir.
No es de animales generosos la pertinacia.
Los Elefantes y Leones no emplean las uas
en los animales que hallan derribados. No
parece que es aventajado aquel quien
se iguala con el enojo. Ni es de fortuna
excelsa mostrarse en estragos y ruinas. P u e -
de un cuchillo , una vbora quitarnos la vi-
da ; no se muestra en eso la Magestad. No
puede darnos la vida sino es Dios ; esa
es la grande fortuna. Mas se ostenta en las
buenas obras. E l oficio de Dios tiene en la
AL PANEGRICO. 201
tierra el Prncipe. Tenga su modo de go-;
bierno , favorezca los buenos porque lo
son, dexe otros para nmero, huelgese de
que haya aquellos , sufra que haya estos; por-
que si con severa ley hubiera de castigar
quantos lo merecen, quedara solo en sus Rey-
nos. Qu hombre hay tan inocente que no
merezca castigos , pues aun la misma ino-
cencia se camina por yerros y pecados! Fal-
taran rayos Dios , dice Ovidio, si hubie-
ra de enviar. un rayo cada culpa. Y de
la manera que la serenidad del cielo alegra
al m u n d o , dora los c a m p o s , hermosea los
orizontes , y parece que con los rayos del
Sol resplandeciente envia regocijos que ;obe-,
decen los hombres , fieras y aves ; y hasta
los rboles y plantas. dan muestra de agr-;
decimientos, y festejan sus favores con ale-?
gres seas ; mas quando se arma de pardo
ceo , .quando el estruendo de los truenos
y el resplandor de los rayos parece que ame-,
naza guerras todo el Orbe , y le eneo T

j en cobardes miedos ; detieaen el cursQ


los rios con temor elado , erizan sus hojas,
los rboles con el horror que anda ntrelos
v i e n t o s , sepltanse las fieras en sus hondas
cuevas , pierden sus .fueros las aves , perdo-

Gc nan
202 DISCURSOS
nan la regin transparente, humllanse sus
obscuros nidos, tiraniza el dia el t e m o r , hr-
tale horas la noche , todo es asombro , t o -
do es tristeza ; as la serenidad y agrado del
Prncipe , cielo cuyo movimiento obede-
cen todos , serena los corazones de todos^
algralos , ufnalos , gallardean todas las c o -
sas ' no hay vida que parezca larga , no hay
y

quejas, todo es tranquilidad; mas quando


se embravece , como es alma de este cuer-
po , tiembla todo el cuerpo , peligra , llora
jQu alegra fue la que mostr Roma
la venida de Trajano 1 qu de fiestas la
publicaron 1 corta le parece su eloqencia
Plinio para referirla. Qu mucho si ven
sereno el cielo , ven un Prncipe todo cle-
mencia y agrado! eso los hace alegres y agra-
dables. Menos grave es el enojo en los par-
ticulares ; es menos general, y fuera de eso
disculpan su venganza porque si no la exe-
cutaran, pareciera cobarda falta de fuer-
zas. En el Prncipe , no es falta , es sobra
de nimo despreciar las injurias ; porque
u. pueden llegar su cumbre , porque no
es por miedo ni flaqueza olvidar la vengan-
za. Su poder le asegura, su magestad le"
defiende. Dems de e s t o , el palacio delPrn-
ci-
AL P A N E G R I C O . 203
fcpe est lleno de ojos. Andan sus acciones
en la lengua de la fama ; no hay descuido
suyo , que no sea cuidado en los Hstoria-
dores ; qualquera parte que vaya , lleva
esplndido nmero de testigos ; y en esto
tambin se parece Dios . que no puede
ser menor. Siempre est cercado de su pom-
pa ; por donde con mayor recato debe ce-
ir en s mismo los afectos; porque en aso-
mndose la boca los ojos se hacen
pblicos. No hay este peligro en los parti-
culares ; cada uno es espectculo y audito-
rio de s mismo. Es la ira de los grandes
Prncipes c o m o la del rayo ; que cayendo
solo para estrago de nno , atemoriza to-
dos. No pierde su seguridad Trajano , aun-
que se desarma de todo horror ^ de toda
violencia ; porque la mas fiel guardia de
los Prncipes es el amor ; ste tiene de su
parte ganado con su clemencia. No hay
miedo que le rodee de largo nmero de sol-
dados quando sale en pblico; la guardia
le acompaa, mas no mas que por acompa-
arle. Infiel alczar es el miedo. No hay
puerta tan de bronce que no la rompa el
castigo ; y quando no la rompa , no est
libre quien est tan encerrado por temores.
Ce 2. La
204 I S CV R s O s
La mayor defensa es no tener necesidad de
defensa. Muchos ttulos invent la eloqen-
cia antigua para agradecimientos de las obras
de sus Prncipes 5 honroso fue el nombre
de grande ; agradable el ttulo de dichoso;
ilustre el de Augusto ; mas el que enamo-
r mas al pueblo fue el de Padre de la
Patria; porque deseaban en el Prncipe la
clemencia de padre. Castiga el padre con
la voz y con el azote al hijo ; castga-
le pero sin enojarse , que esa fuera cruel-
dad ; castgale , mas por corregirle , que si
no fuera venganza. As ha de ser la clemen-
cia del Prncipe , que es Padre de la pa-
tria. Castigue , mas no por enojo suyo ; que
nadie agravia tanto quien as castiga c o -
mo s mismo. Castigue, mas solo para
corregir. Nunca el Mdico corta miembro
que puede curarse ; escasea , aun quando .le
corta , que no Heve consigo parte que*.pu-
diera vivir sana. Mdico es de s mismo el
Prncipe y pues son los hombres miembros
de su cuerpo. Quin fue prdigo en su
sangre? Quin se corta una mano menos
que amenazado de la muerte ? Maestro es de
los subditos el Prncipe , y con su exemplo
lo fue Trajano. .Qu maestro mata para en-
'
' ' se-
AL P A S ' E G I R I C O. 20$
sear? El castigo ha de ser despertador.no
escandaloso , no fiero. Mas para qu le con-
jeturamos por los ttulos la clemencia ? E l
mismo ttulo de Prncipe , es ttulo de cle-
mente. Cri Reyes la naturaleza para in-
mortalizarse , para dilatar sus obras , para
la duracin de sus partos. Con la misma elec-
cin nos da entender que los quiere cle-
mentes y piadosos ; porque no siendo as,
fueran mas en destruccin que en socorro
suyo. Dinoslo- entender en las abejas, qui-
tando el aguijn- su Rey. No ha menester
armas la magestad 5 mas segura est con la
clemencia ; ' mas castiga , castigando menos;
porque quando son muchos los castigos y
muy sangrientos, pasa la paciencia ofendi-
da furor , y desesperacin l a vergen-
:

za. Dems de esto, facilita las culpas con*


los castigos ; porque el ver que hay mu-
chos *"quien castigar por; un delito , hace
mas disculpado aquel delito ; y toma bros;
la libertad de los muchos exemplos que se
declaran con los muchos castigos.

DK-
206 D I SC R SOS J

DISCURSO VI.
Liberalidad de Trajano..

R e p a r la Filosofa Gentil en que la cegue-


dad en la fortuna era como el veneno en las
serpientes v dicen los naturales que nunca
se volvi contra su dueo , siempre vibra
el enojo en los dems; y entonces mas va-
liente , quando le emplea en. sugeto de tem-
peramento contrario al suyo. No es la for-
tuna ciega para establecer su estado y guiar
sus favores quien la es amigo ; solo es cie-
ga contra aquellos en .quien, no halla retra-
tos, de sus costumbres; terceros que facili-
ten su amistad ; sabe que si los hombres que
nacieron con natural generoso tuvieran su
mano los dones que ella , no hubiera nin-
guno quejoso de sus irs; nadie la recono-
ciera vasallage ; ni aquella lisongera edad
la levantara altares, ni consagrara vctimas;
porque los repartieran con tanta providen-
cia , con tanta igualdad , que no quedara
nadie vaco de su fragrancia , ni.ocasionado
lgrimas y blasfemias ; himnos con que se
- re-
AL P A N E G R I C O . 2.0*]
reverencia la necia diosa. Esfuerza el vene-
no la desemejanza antipatia; con estos se
enoja , y con nadie con mas razn ; por-
que son de calidades contrarias. Que tiene
que ver la locura de la fortuna , con la
discrecin de la liberalidad r Parcense en
los ojos? no por c i e r t o ; aquella los tiene
con pardo enojo encogidos y escaseando lu-
c e s ; sta , con franca alegria vertiendo res-
plandores. Parcense en las manos ? Aque-
lla las tiene cortas , y sta , largas. Qu
mucho , pues , qu sea su enemiga , si no
est en su mano dexar de serlo , con estar
tanto en su mano? De aqui nace , que si
algn dia mal aconsejada de la perplexa luz
de sus ojos dio la mano algn nimo gran-
de , en reconocindole vuelve las espaldas,;
y dice: no podemos vivir juntos. Su amis-
tad mas fundada y defendida es con la ava-
ricia , con la baxeza y humildad de nimo.
Conoce all pedazos suyos ; mira alli su re-
1

t r a t o ; tinela por su persona misma. Esta se-


gura vive de su veneno con tenerla mas cerca;
porque la semejanza la da resguardo , y la ase-
gura l miedo. Traza, pues, ha sido de s so-
berbia para establecerse honores imperios
permitirse, quien no la desperdicie ; quien,
co-
2C8 DISCURSOS
como dice Justino de los Reyes del Asia, au-*
mente su estimacin y magestad , no dexando
que la vea alguno ; porque si se hubiera da-
do al valor de un varn prudente , la vulga-
rizara y repartiera todos con atencin Geo-
mtrica segn el vaso que labraban cada uno
sus mritos ; de manera que no quedara oro
para sus estatuas, plata para sus altares, mr-
moles para sus templos. Traza fue tambin-
de su descanso; porque poniendo; sus honras,
sus dignidades, sus riquezas, y el alvedrio de
disponer de ellas en hombres de corto nimo,
no tenia que estar mas advertida ; con eso
descansaba sus rezelos ; no habia que temer
que de aquellas manos pasasen sus dones ,
otras , que por merecerlo, obscureciesen sus
glorias y defraudaran sus aprecios.. Que aque-
llas y estos funda en la desigualdad; l a p a -
rece que no se tendrn por bienes suyos, c o -
mo la tienen por loca,. si no es los que vire-
mos mal dispensados. De aqui n a c i , que una
vez que se,dex engaar ,. (creyendo que era
algn brbaro por verle siempre entre las ar-
m a s ) escogi, por su Mayordomo Trajano.
Florecieron" con honras y premios las. virtu-
d e s , ensacronse las letras , animronse las.
armas, repartironse las dignidades y riquezas
en-
AL P A N E G R I C O . 209
entre" los merecimientos, desahog Roma los
ombros de tributos , alivi la pobreza con
mercedes , sold la quiebra que habia hecho
l Nilo Egipto , aument el nmero de los
ciudadanos , alegrlos con espectculos y fies-
tas , levant suntuosos edificios., repar los
antiguos, ilustr la excelsa ciudad , puso mu-
ro las leyes autorizando sus ministros; y fi-
nalmente como otras veces con la desacertada
eleccin de uno solia la fortuna agraviar to-
d o s ; al contrario , entonces con la acertada
eleccin de Trajano , favoreci todos. Ya
lo vemos en este elegante teatro de sus obras,
cuyo lustre se debe su liberalidad. Para pro-
mulgar fueros de la liberalidad , dexemos
Aristteles,' dexemos Cicern , dexemos
Sneca; basta Plinio , que mas entendido que
todos , con mas nuevo ,'mas levantado estilo,
sin mas libros que las obras de Trajano, dice
como ha de ser la liberalidad para que merez-
ca este nombre; aquella es liberalidad, que mi-
ra merecimientos. Quantas hizo este Prncipe
lo ensean as: derram grande suma de dine-
ro ; pero fue para pagar la sangre de sus sol-
dados , de cuyo derramamiento l habia sido
testigo , para grangear nuevos corazones que
favoreciesen su ciudad. Ley es tambin de la
Pd U-
2,10 ' D I S C tf R S 0 S
liberalidad, que sea presta y acelerada; mucho
pierde de su opinin el nimo que duda. Pre-
cio e s , no largueza la que cuesta largas es-
peranzas; paga e s , no ddiva la que tiene
por executoria la vergenza de haberla pro-
metido. L a mayor; liberalidad es ahorrar c o -
lores quien la espera. L a mayor grandeza
no permitir que cueste lisonjas 5 cara es la
dignidad por alta que sea , que cuesta tan-
ta humildad , que nos quita tanto esplendor;
encogimiento es , no largueza , la que se de-
tiene dudosa. No quiso Trajano, aun el tiem-
po en precio de su liberalidad; sin dilacin
la exercita. Qu mucho I por s lo h a c e ;
porque el nimo generoso no est en su esfe-
ra mientras no hace buenas obras;, violento
est en el encogimiento , gime por derramar-
se , no sufre tardanzas; c m o las ha de su-
frir , si sabe que no le va menos que imitar
Dios ? no hay .por donde solicitar su amis-
tad tan seguramente ; que si la semejanza
promete su amistad , la liberalidad asegura
su semejanza. Prudencia es de la liberalidad
que repare en los fines ; no es liberalidad el
derramamiento que tiende lazos la castidad,
la justicia ; avaricia e s , si vence; porque
no da el precio qu merecen estas virtudes;
fue-
A L E A K E G I R I C O . 11
fuera de que las leyes no permiten que se
vendan las cosas sacrosantas. Liberalidad es
la que est atenta al provecho honesto de
quien la recibe ; y si ese resultase en prove-
cho de m u c h o s , sera mucho m a y o r ; tal
fue esta de Trajano ; por acaudalar esfuerzos
Roma la h a c e ; por dilatar las generacio-
nes premia los matrimonios; y habiendo de
ser liberal con todos los descendientes, pri-
mero lo es consigo mismo; para s grangea
estos nimos,, s mismo se hace las mer-
cedes. Todas las virtudes tienen esta nobleza,
que nunca dexan quejoso su dueo; mas
ninguna como la liberalidad , en quien ( re-
probando Symndes) advierte el Filsofo
que nos serena el alma por todos caminos.
Porque de este animoso desprecio de las
fortunas, nace aquella tranquilidad que en-
comienda Epicteto , no nos altera la pr-
dida de la joya de oro , no el incendio de
la casa , no la destruccin de los cam-
pos , no el miedo de los enemigos , no
las calumnias de los contrarios , no acu-
samos la serenidad del c i e l o , ni cambia-
mos sus aguas con las de los ojos. Grangea-
mos amigos, templamos enemigos, vivimos res-
petados ; y lo que es mas glorioso de los
Dd a mor-
213 DISCURSOS
mortales , queridos con decoro y respeto.
Socorrmonos con facilidad de la necesidad
que nos amenaza. Acreditamos la vida-; que
el mayor testimonio de que es justa es ser
poco codiciosa. As lo conjetur Plinio de
T r a j a n o , viendo que tan opulenta codicia,
como es la de un Imperio , no le haba des-
envuelto de su modestia. As que con nadie
es tan liberal la liberalidad como con los
mismos que la profesan. Todos los vicios son

necios al contrario , ingratos ; mas unos se


declaran mas que o t r o s ; Unos tienen menos
lisonja c o n q u e embozarse que otros;. la las-
civia engaa con halagos , la. ira con aparen-
te honra , la ambicin con falsa magestad.
Solo la codicia no tiene disculpa ; es im-
prvida ^despreciase s misma , ayuna, te-
me , se desvela, anda desnuda, afrentada, y
lo que peor es , aborrecida. Justamente es
el vicio mas aborrecible ; porque como la
liberalidad sale por fiadora de las dems vir-
tudes , la avaricia asegura todos los dems
vicios. Quin hay que no tenga parentes-
co con la codicia, con la ambicin? que
vileza no aconseja el deseo demasiado de es-
te dolo? ste padre de los miedos , todo
sospechas y cobardas? P i x o un poeta que
an-
AL PANEGRICO. 213
andaba el oro amarillo , de temor de que
le robasen. Tambin es de considerar la per-
sona quien se favorece. Repara muy bien
Sneca que es locura , que los que exami-
namos si es agradecida , si es de .buen na-
tural no la tierra para fiarla mieses; no
cuidemos de los mritos y agradecimientos
de aquellos quienes favorecemos, depositan-
do en ellos tan resplandecientes prendas de
amor ; que es lo que merece mas cilko hos-
pedage. No es .la liberalidad gracia , o
es gracia la que es tan licenciosa; la libe-
ralidad es justicia. Y de la manera que pre-
miando los buenos, ensea serlo muchos;
as si premiara los malos, enseara muchos
serlo. Debe , pues, tener esta cordura la libe-
ralidad ; porque no suceda que siendo libera-
lidad' para uo , venga ser' avaricia para
todos. Ser avaricia para todos , quando
alentando al que no lo merece , aconseja
que'nadie lo merezca. Y o no diera l ge-
neroso blasn de Magno: Alexandro-, 'Rey
de Mcedonia , despus que Plutarco me di-
xo que sus derramamientos eran con gente
de risa y pasatiempo. No es grandeza , ba-
xza es de nimo alentar sus deleytes ; te-
nerle levantado y fuerte , no fuera liberal
con
2 T 4 DISCURSO*
con ellos ; conociera que hacia tiro su
prudencia , que era escaso en su alabanza.
Ni basta la ambicin que tuvo de seorear
el mundo, para este nombre; que c o m o di-
cen los Fsicos que aquel calor natural es
mas constante y fuerte en nosotros, que no
nos inquieta demasiado para su duracin con
hambre ni sed , ni nos pide manjares muy
freqentes 4 as aquel nimo merece nombre
de grande , para cuya quietud y tranquili-
dad no son necesarios muchos dones de for-
tuna. Flaqueza e s n o valenta de nimo
estar siempre sediento, hambriento siempre;
y no contentarse con la tierra ni el mar*
Lisonja de los escritores quien soborn
con ddivas le dio aquel n o m b r e ; qu mu-
cho si ense la codicia darle el de Dios,
adorarle por D i o s , levantarle estatuas como
Dios 1 Quiso comprar su alabanza con su pro-
digalidad ; cubrir su pecho con sus manos*
y dorar sus yerros con sus riquezas; y an-
duvo corto en el precio ; que no hay ala-
banza tan falsa que no merezca mas oro,
que no sea mejor que el oro ; mrese en
la duracin; aquel se acaba , y est sujeto
violencias ; sta dura , y durar eternamen-
te ; y olvidada de sus principios, crecer
ufa-
AL PAIJEGIRKO. 2,15
ufana por todos los siglos. No importa que
se los diese la lisonja 5 que ya hemos visto *
nacer de fea y tosca pea una clara fuen-
te ; y desatando arroyuelos crecer dichosa^
sin que la memoria de su madre', la..aman-
se el ruido , la enfrene la corriente, la en-
mudezca la libertad. Siembra esfuerzos Tra-
jano , mas en gente de cuyos nervios se pro-
mete esfuerzos ; esto es mirar la tierra en
que se siembra. Dems de esto , como el
liberal merece mas menos alabanza , segn
fuere su caudal ; porque si fuere opulento,
y repartiere pobremente , no la merece; mas
si fuere moderado, la merece con igualdad,
aunque lo sea tambin en la franqueza ; as
de parte del que recibe las mercedes, ere,,
ce descrece su estimacin, segn fuere
no fuere crecido de mritos; porque fa-
vorecer con mediana quien merece con
extremo , no ser liberalidad , sino secreta
tirana. Esta es la causa porque los hom-
bres doctos y entendidos siempre estn ri-
endo con su fortuna ; quejndose de me-
nospreciados de ella , aunque tengan muchas
riquezas y honras; por qu es la quejar
porque sienten en s muchos mas mritos; y
no hay premios tan liberales que puedan sa-
tis-
l6 DISCURSOS
tisfacerlos ,, por mas que se alarguen.
;
No
tienen razn ; porque qu mayor fortuna,
que merecerla ? Mas liberal anduvo con aquel
quin dio mritos , que con aquellos
quienes dio opulencias. El premio no es mas
que testimonio de la virtud; qu importa
que nos olvide el testimonio de quien no
puede darle sino es falso? lo mas es po-
seer' las mismas virtudes , y los mismos m-
ritos. Aquellas son mas excelentes obras , que
prometen mas duracin ; porque quando no
rompen al tiempo la paciencia que la tiene
tan d e vidrio; seal es que las aprueba por
buenas ., y dignas de la vida y de la memo-
ria. Aquella liberalidad ser mas entendida,
que mirare por su: perpetuidad. Aquella, cu-
yos ecos escuchen , cuyas huellas adoren los
venideros siglos. Tales son las que hace Tra-
jano en la descendencia del Romano pueblo,
y as las aprueba Plinio por prudentes. Ta-
les son las que levantan templos , engran-
decen Palacios , sin olvido del provecho
pblico. No es de menos cuidadoso examen
saber.de donde salen estas riquezas con que
ha de resplandecer la liberalidad. Qu fuera
si stas con que se quieren labrar g o z o s , salie-
ran de entre llantos ? si stas.con que se quie-
ren
AL PANEGRICO. 17
ret ganar agrados , salieran de entre enojos?
Tales son las riquezas que con mano Imprvida
se quitan quien no las debe , para darlas
quien no se debe ; y aunque se deba ; la mayor
glora , dice Plinio , de parte de quien re-
cibe las mercedes r es saber, que no se han
quitado o t r o s ; que no traen consigo el
despego con que salieron de las manos de
su justo dueo. Dos veces yerra contra la
liberalidad, quien la profesa as : la prime-
ra recibiendo violentamente; lo qual con-
dena Aristteles por avaricia ; la segunda
dando lo que recibi a s ; porque no es ca-
bal la liberalidad de prendas llorosas aun de
parte del que: las recibe ; y defrauda la me-
moria del primer dueo el gusto que- po-
dan d a r , sino hubieran sido violentadas.

Ee DIS-
3.lt DI S CU R S OS

DISCURSO VIL
Susta eleccin que hizo Nerva en
Tr ajano , y Trajano en sus ,
Ministros.

N o basta que sea poderoso y opulento el


Prncipe , si no es prudente. Porque, como
dice Oracio , el poder y opulencia sin con-
:

sejo , con su mismo peso se arruinan. Es


la prudencia el alma de la Magestad , ella
la anima , da vida y duracin ; ella la acre-:
cien ta y levanta ; no hay animal, dice S-
neca , mas, feroz que el hombre; y as
pide mas prudencia su trato ; mas industria
su yugo. Contra nadie , segn Xenofonte,
desenvuelve sus rebeldas tan sin trmino , c o -
mo contra la superioridad imperio ; por
donde advierte Aristteles, que es la Pru-
dencia la mas propia virtud, la mas cer-
cana al Gobernador. Mas heryeos hechos,
dice Tcito , se acaban con los consejos que
con las manos; mas debemos sus perfeccio-
nes la razn y discursos , que al poder
y
At- P A N E G R I C O , 2jg

y denuedo. Orculo es aquel de Eurpides: Un


discurso prudente vence muchas manos. La
prudencia se halla en los hombres de dos
maneras: Unos hay , que por s mismos des-
enlazan' Idees- de su ingenio , las que acier-
tan' en -sus intentos; o t r o s , que dciles las
reciben de maestros, libros y consejeros;
ambos da ttulo de prudentes el mas flori-
do de los historiadores; mas Cicern po-
kie en primer grad los primeros, y en se-
gundo los segundos. No pueden los grandes
Prncipes tener l primer gnero d pruden-
cia i porque no hay ojos que no pierdan
los rayos en espacios inmensos. Toda forma
y orden de enderezar la vida (dice Cicern)
pide socorros los hombres ; na pue-
de ninguno por s solo vivir , ni aun para
si<solo ; qu ser vivir para muchos , go-
bernar muchos ? No e s , pues, poca pru-
dencia saber lo que dice Tcito , que no
puede haber tan grande y dilatada sabidu-
ra en el Prncipe que pueda abrazarlo todo,
alumbrarlo todo. Y lo que dice Veleyo , que
grandes negocios piden socorros grandes. Van-
se con la; memoria ,' dice el mismo Histo-
riador , todos los siglos. Pocas veces se ha-
llar que haya habido grandes varones, sin
Ee 2 ayu-
,2.20 DISCURSOS
; ayuda de grandes varones. Este modo' de
prudencia alaba Plinio en Trajano: Obedeces
lo que te aconsejan./Soberbia es , dice Livio,
por mucho que sepa el Prncipe abalanzar-
se por s solo todo el cuidado del gobierno.
P o r lo qual sabiamente dice nuestro Orador,
que el principal y primero desvelo del Prn^
cipe ha de ser prevenir Ministros; porque
no hay mejor instrumento para <un buen Im-
perio , que los buenos Ministros. Este fue el
primer consejo que dio el prudente Yetro
su yerno Moyses , vindole ya en el gol-
fo del gobierno. No los exrcitos, no los te-
soros { decia aquel Africano ) son presidios
del Reyno, sino los fieles Ministros. Dos cui-
dados hay en su eleccin: el primero e s , que
tengan las; virtudes y mritos ' f o r z o s o s e l se-
gundo, saber quales son los que estn as apa-
drinados y ambos rompe el cordel nuestro
Orador y Cnsul con el exemplo de la elec-
cin de Nerva en Trajano , y de Trajano en
sus Cnsules. 3 Qules son, p u e s , las partes
que les desean los Polticos ? Nobleza , y vir-
tud. L a nobleza no es forzosa en todo ge-
ner de oficios v sino sol en aquellos que
estn en eminente grado ; aquellos que tie-
en la soberana de mandar o t r o s , y el
- . re-
AL P A N E G I R I C O. ' 22 f
remedo del Principado. Estos quiere Arist-
teles que sean Nobles , y aun Ilustresy por-
que la misma razn ensea , que sea mejor
que los dems, el qu ha de mandar los
. dems. Argumento es (dice Plinia ) d. que no
1

es grande el Prncipe , serlo sus criados; por-


que es facilidad de nimo permitir lo ms
glorioso de su Principado los mas viles de
su Principado. Mas quando estos tienen al-
guna virtud generosa que los haga nobles,
no perdern sus mritos. Porque, como dice
Veleyo , el que es mejor que todos en bon-
d a d , es mas noble que todos.en sangre. L a
nobleza se advierte, porque es indicio de buen
natural que parece que se hereda de la as-
cendencia noble, que las imgenes y blir
sones de los herycos ascendientes imprimen
cierto valor y nimo en los descendientes,
para imitarlos y no obscurecer ni desmen?-
tir aquellos resplandores; mas quando la virtud
desembozadamerit acredita un hombre,
ociosidad parece andar caza de conjetu-
ras y argumentos. As nos lo ensea Tra-
jano en sus elecciones. Y defindele Plinia
diciendo: \ Qu razn hay para que siendo Prn-
cipe t , que aventajaste con tu virtud la glo-
ria ds tu estirpe , fuesen de peor condicin los
que
S D I S C U R S O S
que. merecan tener nobles descendientes que los
qu.e- hablan tenido ascendientes nobles? As nos
lo ensea Nerva en la eleccin de Trajano.
Parientes tenia quien: ilustraba la vecindad
de la Magestad; mas a^lta <; y con todo eso
J

adoptla Trajano por hijo , para Padre de


la patria. Ninguna obligacin, ningn paren
iesco tenia el adoptado con quien le adoptaba^
mas \ d ser- ambos- buenos ; y\ dgita el uHo de
ser elegido el otro de elegirle^ Eljase entre
muchos el que ha de mandar muchos. La
virtud que ha de apadrinar un buen Minis-
tro se:]considera y lo primero en la Religin;
Sin esta-, dioe nuestro O r a d o r , na se pue*
de emprender obra alguna con acertada providen*
ca. Advirti "esta virtud Nerva en. Trajano,
rde quien dice Plinjo; T si entras en los tejih
!

pos^ es para adorar a los J)oss y tu mayor


honra es velar en los templos y asistir sm
puertas* E n los Gentiles era esta virtud na-
tural , que los mismos Prncipes aconseja-
ban por sus leyes para lg conservacin de la
Repblica; porque les pareca que la reve-
rencia de los Dioses y* aquella supersticin
4 imaginarlos vengativos pondra temor y
vergenza la libertad de los hombres. N-
tanse tambin los mritos en la pruden-
cia;
AL I A N E G I R I C O . 23
c a ; s t a , nace del desvelado estudio de
las leyes y letras divinas y humanas; de
la noticia de los nimos quin se gobier-
na ; porque , como dice Tlio ,-pfa gober-<
nar la Repblica, la cabeza es conocer la
Repblica ; de la edad ; porqu* desea Sa-
lustio que el cuerpo est menos fuerte con
los aos, y el ingenio mas robusto con la 1

sabidura. L a juventud est expuesta mu-


chos engaos; es apresurada y poco preve-
nida ; de la experiencia de la fortuna ; p o r
aquella voz de Mitridtes: En cambio de los
bienes que me llev , medex prudencia la for-
tuna. Todos estos replandores celebra Plinio
en Trajano, quando dice su estudio entre Ora-
dores y Filsofos , que es la primera basa'
de la prudencia. Fortalecila con la experien-'
cia siendo soldado. Conociste ( d i c e Plinio)
costumbres de gentes , sitios de Regiones , co-
modidades de lugares. Cuidado es ste que se*
s

deba mezclar en todo gnero d oficios y


dignidades. E s gran maestra la experiencia;
aventaja todos los maestros, en ser nas
fiel; tiene mas crdito; porqu si otros Maes- *
tros ensean por el o d o , ella por los ojos;
sentido mas l e a l , mas seguro. Tuvo tam-
bin edad cuerda ; de quarenta y dos aos

di-
224 D I S C U R S O S

dicen los Historiadores que era quando se


acerc al timn de la Repblica. Tuvo tam-
bin experiencia de la inconstancia de la for-
tuna ; haba aprendido su Astronoma con
sus trabajos. Oh qunto aprovecha qunto
importa usar bien de las dignidads , y haber lle-
gado d ellas por jas desdichas ! Viviste con no-
sotros .., peligraste temiste , dice Plinio; y en
esto funda su prudencia. Entre las dems vir-
tudes, la que primero campea es la justicia;
sta sola basta despus de la Religin y pru-
dencia , para criar buenos Gobernadores; por-
que la fortaleza sirve la justicia ponindo-
la la espada en la m a n o , animndola , dan-
do la libertad y esfuerzo ; la templanza la de-
fiende denlas cadas que poda tener en la
codicia , en el enojo , en la ambicin , y
otros afectos que suelen turbarla y des-
eo mponerla I ) e manera, que todas las veces
f

que jamremos un; hombre justo hemos de


;

entender, ,que, lo. es con toda esta gente de


guardia,; porque en faltndole qualquiera de
estas virtudes morales , es imposible que lo
sea. Veamos, p u e s , -si fue justo Trajano,
y cmo lo fue. Guard la justicia conmuta-
tiva en el oficio de Cnsul; la distributiva
en el de Emperador. Amas la constancia (dice
el
AL P A N E 6-1 R I C O.
el O r a d o r ) y fortaleza de los ciudadanos^
n atropellos ni oprimes como otroslos rectos
y valientes nimos; antes ios favoreces y levan-
tas ; aprovecha ser buenos , bastando no daara
estos ofreces los honores , . estos los Sacerdo-
cios , estos las Provincias.' Y cmo se va-
le de la fortaleza ? l mismo la aconseja al
Senado , y le d i c e : que levante el nimo,
que vele por la utilidad pblica ; l le per-
mite que d su voto con libertad ; porque
o fuera justo el v o t o , Si no fuera libre. Do&
columnas de paz dice Tcito que tuvo Roma
en dos excelentes varones', Capitn , y L a -
beon ; ambos eran prudentes , ambos justos.
Deslustr empero Capitn la fcil obedien-
cia que daba los poderosos. Fue Labeon
mas celebrado , porque fue mas libre. Habia
juntado Augusto el Senado para elegir un
Triumviro. E r a entonces Marc Lpido va-
rn de grandes prendas para aquel oficio;
pero era enemigo de Augusto ; con todo
eso le ense la libertad hacer justicia.
Dio, pues, su voto por Marco Lpido. Re-
plicle el enojado Prncipe : no hay otro
quien dar esa dignidad ? Respondi l con
nimo constante : No mi parecer. Oh
grande alczar de justicia , quien no el

Ff mi-
22,6 -DISCURSOS
miedo , no la ambicin pueden dar saco Fal-
t Augusto,, en, el Senado, otro dia , cpnjn-,
ustria y; deseo de\que disuadiese el Senado
Labeon la -temeridad de su voto , y le re-
prehendiese cek aire y i miento. Emprendilo
as; dixole qan ppca; 'prudencia era; npm-,
Brar para aquella, dignidad Lpido tan
riesgo de la suya , que Augusto se la qui-
tara enojado si perseveraba en aquella p o r n

fia ; que,: mirase; que-jera?; fuerte el enemigoj


qu se haba d pasar por algn m a l , por
escapar de otro mayor ; que menor dao era
que viviese Lpido desterrado , que no L a -
beon ; que no estaba tan alcanzado de fortuna,
que no pudiese vivir sin el Triumvirato; que
para esta dignidad habia otros que si no la
merecan t a n t o , lo menosla merecan. .Estas
y otras-razones le pni.) el Senado delante
de los ojos para cegarle mas el jiisto va-
rn que tenia los ojos en la justicia , p i -
diendo licencia y silencio*, or. a s : Con-
fieso , P . C. qu tiene Lpido poderoso* ene-
migo ; confieso que tiene enemigo - cuyo
alvedrio se dispensa toda Magestad. Mas
es la qestion esa ; la qestion es , si merece
Lpido el Triumvirato , no le merece ,f de-
cs que le merece. Tenis:larga experiencia
de
AI* P A JT E GHR.IC'O.
de su justicia . de su prudencia'; sabis .que
ha gobernado las: Provincias que le, habis
entregado justa y fuertemente ;= no ha habido:
quejas contra su gobierno ; . nadie acusa ; su
justicia. Si es esto as, i por qu se le sus-
pende el premio? p o r qu tiene fuerte ene-
migo ? qu Orculo , qu prudencia del de-
recho ensea que no pueda tener dignidad,
quien tuviere fuerte enemigo r que quien no
le tuviere* no puede tener dignidad , yo ase-
guro que lo aconseja , si no el derecho , el
alma del derecho ; poco fuerte es quien no
tiene enemigos fuertes. Vosotros sabis, P. C .
vosotros sabis qu Lpido gan este ene-
migo por su constancia, por su fortaleza^
por su: ajusticia. Vosotros sabis que no ha
1

hecho cosa contra l sin decreto del Senado;


ha hecho justicia , y la ha hecho por con-
sejo y mandato de Superiores j si os enoja
porque ha hecho justicia , tomad venganza
en quien se la mand hacer ; si no os' no T

ja, premiadle. Si os acordis de que tiene fuerte


enemigo , acordaos por que le tiene?y echas,
res de ver si i merece la^ dignidad. -Pesemos,
p u e s , los mritos d cada uno de los pre-
tendientes. Venga Lpido'con los suyos; mas
no ponga en balanza su prudencia , su jus-
Ffa ti-
22,8 D ISCtf USOS
ticia , su religin , su sabidura ; todo sobra,
no lo ha menester para calificarse ; solo quie-
ro que por compendio de mritos pongan un
fuerte enemigo. Este e s , P. C. ste es el
mayor testimonio de sus virtudes ; ste
que le embaraza el premio en vuestros co-
razones , es el mayor padrino ; ste que os
enoja, es el mejor tercero y ste que os le
aparta de vuestros o j o s , de vuestras memo-
rias , es quien hace mas gallarda ostentacin
de sus abonos. Decs que temis su enemigo;
que lo ser vuestro si le favorecis no le fa-
vorecis en el Triumvirato ; no le favorecis,
no le hacis gracia ajusticia le hacis; justicia
es distributiva , que obliga su observancia
con mas atencin que la conmutativa. Esta
aunque tiene por blasn dar cada uno lo
que es s u y o ; no es as ; no da sino lo que
es de la fortuna. Nacimos desnudos de aquellos
bienes ; los que vinieron con la vida nuestro
p o d e r , prestados son de la fortuna, no da-
dos. No dais, p u e s , cada uno lo que es
suyo quando mandis guardar los conciertos}
lo que. es de la fortuna les dais. Aquella que
reparte los premios las virtudes, en quien
no tiene imperio la fortuna porque nacimos
con una alma rica de estos bienes; aque-
Al 5AlEGI*IC O. 229
lia nos quita lo que es nuestro todas las ve-
ces que defrauda el premio nuestras vir-
tudes. Luego que un hombre es justo, sa-
bio y prudente, es dueo de la dignidad
que se debe varones justos, sabios y pru-
dentes ; todo el tiempo que se dilata la pose-
sin de ella ; tiranizada e s t , violenta est.
Dueo es del Triumvirato L p i d o , antes que
se le deis; por sus virtudes le gan ; su-
yo es* Vosotros no hacis mas que declarar
que es suyo ; no se le dais , ni podis dr-
sele ; no os debe gracias; s mismo se
las debe , que naci con mritos , que cre-
ci en mritos. Mirad que la dignidad se
debe al mas digno ; y que estuvieron tan
cuidadosos de esto nuestros piimeros Padres,
que en el mismo nombre encerraron la ley;
dignidad la nombraron , para decirnos que
era del mas digno ; el que de vosotros no
mirare en mritos , no los tiene para la
dignidad que tiene. Sin duda que lleg
ella desnudo de virtudes, quien cree que la
puede ocupar hombre desnudo de virtudes.
Mirad que todo el orbe de quien sois ca-
beza, tiene puestos los ojos en vuestros exem-
plos.; por ellos se gobiernan todas las Ciu-
dades , gentes y Provincias ; y tienen por

ley
23O D I S C TJ R S OS
ley aun lo que es en .vosotros necesidad y;
no eleccin. Mirad que; enseis injusticia,-
quien piensa que aprende justicia , porque
la usis vosotros; y que es dao tanto m.4
nos remediable , quanto mas escondido. To-?
dos saben que vive desterrado Lpido , por,
que fue justo ; si no tenis libertad, no seis
Senadores.; que no podis , serlo. Pudo tanta
esta oracin , que anim. al Senado v y con-
tra el voto de Augusto dio el suyo, L a -
pido. Defendise tambin este, Prncipe pa-
ra ser justo , con la templanza en todos
los afectos : en la codicia pues no venda
sus sentencias. No tienes otro .precio, por tus
sentencias (le. dice Plinio) qu haber juzgado
lien. Valise tambin de la templanza en
facilidades licenciosas.: Tan natural era ert l
la castidad que no le parece que merece
alabanza. No pondr ( d i c e ) entre tus alabanzas
que no atemoriz tu venida .ningn padre,
ningn marido. Afectan otros castidad,mas
en t es natural. No. le embaraz ra soberbia*
le miremos Prncipe, juez ; ni pudiera
ser justo, si fuera soberbio. Gomo pudiera
hacer justicia , si no oyera despacio quieri
se la pedia r Si desesperara al dolor con el
desagrado, si dificultando las audiencias
oye-
AL PANEGRICO. 231
oyera en vano y tarde ?> Vivia en un Pala-
cio en cuya portada , en vez de blasones,
trofeos insignias le ilustraba esta letra: PA-
LACIO PUBLICO ; como blasonando mas
de- facilitarse . los ojos de todos , que de
ser Emperador Augusto , vencedor y triun-
fador ; porque gobernar y domar muchas
naciones puede ser con tirana 5 mas gober-
narlas en un Palacio pblico oyendo t o -
dos , imperio es l e g t i m o , y digno de es-
culturas de bronce y blasones de oro. Qu
tribunales (dice hablando de este Palacio) , qu
templos estn tan abiertos ?; no el. Capitolio , no
aquel lugar mismo de tu adopcin es mas pr
blico , mas de todos ; no hay estorbos, no hay
injurias la entrada,. no aquellos embarazos ter-
ribles ( del tiempo de Domiciano y Nern)
que solan hallarse
1
y despus de haber ganado
milpuertasi Repar Nerva tambin en su po-
ca ambicin , y dice nuestro Orador , que
la. mejor y mas clara seal que tenia de jus-
t o Gobernador , era rehusar ser Gobernador.
Su clemencia , su a g r a d o , piden otro lugar.
Vamos lo segundo c m o se ha de c o -
nocer el\ buen Ministro ? Dos preceptos da
Plinio con el exemplo de Trajano. Es el pri-
mero , que no se guie el Prncipe de uno
otro
2,32 DISCURSOS
otro parecer s e c r e t o , sino es de persona
que tenga pesados los mritos de los preten-
dientes , con entera noticia. No repares en los
pareceres secretos ( d i c e ) ni en las murmuracio-
nes ; que nadie tienden lazos. mas que quien
las oye ; con mas razn se cree todos. que
uno otro ; que estos pueden engaar y en-
gaarse j pero nadie enga todos ; nadie
engaaron todos. Este primer precepto mira
dar noticia segura al Prncipe de los m .
ritos de los Ministros. E l segundo mira
drsela los Consejeros que los han de pro-
poner al Prncipe :. Nada aprovecha (dice) tan-
to aun Ministro para los siguientes oficios, co-
mo los pasados bien administrados. Con un Ma-
gistrado se pide otro ; con una honra , otra. De-
seo yo que el que gobern la Provincia , no
alegue solamente cartas de amigos, ni ruegos sa-
cados por lisonja de algunos de la Ciudad; si-
no decretos de los pueblos, y testimonios de las
Ciudades; porque no se d el gobierno de las
Ciudades, pueblos y gentes, solo por el voto
de los Cnsules ; d mas eficaz modo de favor
para el Ministro , es, que la Provincia donde
lo ha sido , d gracias al Senado porque le.
eligi.

DIS-
AL PANEGRICO. 33

DISCURSO VIIL
Premio de las Letras,

Tres edades gozo la Monarqua L a t i n a ; cla-


ros y eminentes' ingenios as en lumbres de
prudencia como de elegancia ; tres edades;
solas fueron las que los coronaron , y en t o -
das tres se debieron las gracias los Prn-
cipes que entonces florecan; fue la prime-
ra en la quietud de su libertad , quando los
varones fuertes sobre cuyos ombros descan-
saba aquella Repblica , no se preciaban me-
nos de la toga que del arns. Un Casio
B r u t o , Filsofo, un prudente Catn , un elo-
qente C e s a r , un Mtelo , un Cayo Leiio,
un Lucio Furio , un Mario , un Catlo,
un Africano animaron entonces; un Cicern,
un Cayo Graco , un Hortensio , un Ennio,
un Archias, un Cecilio , un Plauto , un Mar-
co Varron , un Lelio , un Terencio , un
L u c r e c i o , , un Publio Syro , un Tito Livio.
Fue la segunda edad la de Octaviano Augusto,
y Tiberio. De aquel cuenta Suetonio , que
desde sus primeros aos se dio la eloqen-
Gg cia
2-34 ' -D I S* C TJ R'S O S
cia y estudios liberales ; y de este Tcito,
que de manera s enamor de las leccio-
nes de. ambas lenguas: QriegJy;;Latina , que
lleg ser culpa la demasa. Estos en-
riquecieron todas las ciencias , toda la ar-
mona de las Musas con generosos premios.
D sta" edad f ue ' Sneca , grande alczar
de la Filosofa estoica ; aunque su fortuna
(que pocas veces es favorable en t o d o ) le
dilat la vida hasta la de Nern , aquella
furia de la muerte. E n este tiempo levan-
t Virgilio las Musas sobr la frente del mis-
mo Apolo ; dex la Poesa leyes que ob-
servar, asombros que admirar, luces que se-
guir ; la eloqencia , agudos puales en
vaynas doradas. Entonces brotaron las flores
de Horacio suaves fragrancias ; entonces el
torrente de Ovidio desat bulliciosos cris-
tales. L a ltima edad y mas bien lograda
fue la de Trajno 'admirronle mas los de-
;

seos , porque habi muchos aos que esta-


ban mudos los lycos y teatros; pue en
tiempo de Nern , y Domiciano se haban
desterrado de Roma las manos derla pru-
dencia ; porque , cmo dice Tcito;, no des-
envolvieran sus vicios. Lleg Trajano al Im-
perio , varn prudente ; ser menester decir
que
A L P A N E G R I C O . 235

que. fue religioso de las letras ? Bastaba, ha-


berle- dado este ttulo Plinio;, mas- con; to-
do eso se declara m a s , y le celebra A u -
relio Vctor. En este tiempo renacieron las
buenas letras, y comoj dice, nuestro Ora-
dor , cbraxQp:, tfpfcitii $ i sangre- y ; patria.oju-
venal publica lo mismo ; Suidas cuenta que
sola traer en su carroza , saliendo en pbli-
co , Dion; Sofista rCOniOL tp mando igalr
;

mente gusto, y alabanza de honrar los hom-


bres quienes primero habian abonado los
estudios. Esta aficin del Prncipe la sa-
bidura, grange muchos de los. ingenios de
aquella edad : la de Plinio autor de este P a T

negrico de quien dice Lipsio que no le igua-


l Griego ni Latino , por mas emulaciones
que le armaron ; la de Cornelio Tcito,
cuyas historias son elogios de la misma na-
turaleza , no solo por su misteriosa elegan-
cia en que se muestra felicsimo , mas tam-
bin por la severidad de sus. sentencias ; la
de Fabio Quintiliano , donde las leyes de la
eloqencia de Cicern (que ya se sepulta-
ban entre sus mismas cenizas) renacieron
con iguales resplandores ; la de Plutarco,
.Maestro suyo en la Filosofa; la de Mar-
cial , y Juvenal, cada uno de los quales en
Gg 2, su
16 B I' S*C U l ' S o s
su genero 'fueron tan excelentes que decla-
raron bien y- que tenan
;
quien con -sus fal
vores les levantase el nimo ; dexo otros
muchos. Basta saber que la razn por qu
n o resplandecen cada da maravillas nuevas
1

de- claros ingenios , no es porque se cansa


la naturaleza de producirlos , que cada dia
los produce ; sino porque se crian desampa-
rados tal vez , d manera que les hace creer
la humildad de su fortuna , que aun es de
temer en las obras del ingenio ; aunque , c o -
mo dice Apuleyo , no estn-sujetas su ju-
risdiccin. L o mismo se ver si hacemos alar-
d de todas las naciones del mundo; demos
confianza la memoria con el exemplo de
algunas : Grecia , primera madre de las le-
tras v (digan \o que quisieren los Egipcios)
mientras tuvo Prncipes y poderosos dados
ellas , fue fecundsima de sabios. Tnga-
se atencin los tiempos de Soln , E p a -
minondas v Licurgo , Temstocles, Dion , y
Alcibiade ; un Dionisio , Rey de Sicilia^
debemos las reliquias de Platn. El favor
de Alexandro , Rey de Macedonia dio brios
Aristteles para atreverse los mas escon-
didos secretos de la naturaleza ; sacar
luz sus partos; llamar examen sus obras;

A L 1? A.S B G I 1 I C O , 237
apostar con ella; qual haca mas , ella en
l fbrica de tan hermosas maravillas , l
en el entendimiento y discurso d ellas. Mien-
tras tuvo Francia Garlos el Magno no me-
nos por las letras que-por las armas , tuvo
sabios cuyos ombros le ayudaron para el cui-
dado de Atlante del nuevo Imperio. Castilla
nunca tuvo Legisladores que emulasen los
Romanos , hasta que un Sabio Rey Don
Alonso los produxo con su exemplo, los
alent con su favor. Lbranse t o d o s , dice
Claudiano , segn la imagen de los Prnci-
pes y grandes Seores ; aquello les parece
perfecto y digno de desvelada imitacin , que
ven en ellos. No es el yerro muy ciego,
si lo menos tienen menos estorbos para
ser perfectos, y mas obligacin desearlo.
Fuera de q u e , nos parece que donde em-
pez la naturaleza mostrar su franca ma-
no con dotes exteriores ^no hay que temer-
la escasa en los interiores. Traa Alexandro
torcido el rostro , por descuid de na-
turaleza por yerro de costumbre ; y los
que mas deseaban parecer bien, dieron en
torcer la cabeza un lado , pareeindoles
que no estaba bien puesta si no seguan las
leyes de la de su Prncipe. Dionisio el ti-
ra-
238 DISCURSOS
rano de Sicilia miraba nacamente por en*
fermedad de los ojos ; y toda Sicilia,: dio
en eso mismo ; de manera que no parecan
.ojos hermosos , sino es los que parecan
enfermos. Si las cabezas de Jos grandes Se-
ores andan torcidas y no se enderezan la
sabidura , peligro corren las de todos; mien-
tras su luz ( que es el entendimiento ) fuc-
ile ciega , y no penetrare los archivos de
las letras , todos sern ciegos Diferenciase
la naturaleza del hombre de la de.los bru-
tos , en el alma. Alma digo aquella aura
celestial, que quando alienta el cuerpo , se
llama alma propiamente ; quando emplea la
voluntad , nimo ; quando se acuerda de lo
pasado , memoria ; quando juzga , razn;
quando contempla, espritu; quando siente,
sentido entendimiento; sta , la compa-
remos segn Aristteles una tabla virgen
de lineas y colores , un campo frtil
rppr naturaleza r segn Tulio ; dice Averres,
. que^para que llegue perfeccin es menes-
ter pincel arado que la perfeccione, y cul-
tive. Esto hacen las ciencias; porque no bas-
ta (siguiendo el exemplo de Tulio) que un
campo sea frtil por s , y que prometa
grande copia de f r u t o s , si no le acuerda el
ara-
AL PANEGRICO.
arado y atenta codicia del labrador, que los
pague. Y de la manera dice Aristteles , que
la vista recibe la luz del ayre dcrramado
en tornos; as nuestro entendimiento, de la
dctrin(i y ciencias liberales. De forma que
aquel ser mas perfecto , en quien la parte
ms propia del hombre (que es el a l m a ) lo
fuere tambin. Por eso dice Tullo, que aquel
primer esmalte , aquel luciente resplandor
que consiste en el conocimiento de la verdad,
es lo mas propio de la naturaleza humana.
Mucha crueldad es esta; luego no llamare-
mos entendido quien no hubiere ganado
estos privilegios del alma en los Museos y
Academias ? pues varones se han visto de
grande prudencia , sin ese socorro. Cicern
lo confiesa diciendo , que puede mas el lus-
troso natural por s solo , desnudo de doc-
trina , que la doctrina por s sola , desnu-
da de natural; pero aade , que esos mis-
mos que slo con su natural han lucido , si
le hubieran engalanado con doctrina, hubie-
ran sido asombros. De manera , que nunca
son ociosos los estudios , siempre perfeccio-
nan y llevan colmo el alma. Pues no pue-
de tener otras virtudes que la den lustre?
pues parece que las- ciencias y artes libe-
ra-
4 D I S C T T R s o s

rales , solo sirven la prudencia ? Aristte-


les d i c e , que fuera de que esta virtud es
la mayor de todas , es tambin madre de
todas , y puerta por donde entran al hos-
pedage del alma. D e aqui es., que com>
dice Tulio , todos tenemos naturalmente den-,
tro de nuestros pechos un ardentsimo de-
seo de saber , y todos ponemos en esto la
iuayor honra. En la Historia sacra se cuen-
ta que era delito capital llamar otro ne-
cio. Hermosamente lo dixo Marcial: Nadie
hay que se d por vencido en el ingenio;
en lo dems facilrnente reconocemos venta-
jas. Salomn dice , que la antepuso los
Jleynos, Justados, y Opulencias,; y que es
mejor que quanto puede desear la codicia,
por liceuciosa que sea : Y finalmente Scra-
tes dixo , que habia tanta diferencia del sa-
bio al ignorante , como del hombre al bru-
t o . Esta es aquella exeeutria de hidalgua
que nos privilegia el nimo de afectos hu-
mildes ; tributo que pagan los idiotas la
ignorancia. Este es aquel bien inmortal que
aconsejaba Platn que dexase sus hijos un
zeloso padre. Este es el que ponen en pri-
mer lugar los Peripatticos quando dividen,
ios bienes en los del alma , del cuerpo , y;
de
AL A N E G I R I C O.
'de la fortuna. Este es el que se atreve con-
tra la fortuna ; quien se burla de sus enojos,
de sus codicias , de sus engaos , como di-
c e Boecio. Este es bien propio nuestro 5 los
dems-prestados del. tiempo , como dixo
iBiante: Filos oon huy-ndo. del saco que da-
ban los enemigos su patria'; que sacando
todos los Ciudadanos consigo lo mas precio-
so de sus fortunas:, y. aconsejndole que hi-
icieseplo mismo;/}: .dixo/: y o ' conmigo llevo
mis bienes, i Esta es la mayor maravilla que
nos engrandece , como dixo aquel gran Fi-
lsofo , que .siendo propuesta en un convi-
te, de Filipo.iRey de Macedonk 4 entre Fi-
lsofos esta qiiestion , qul era la mayor
cosa del mundo diciendo uno que el agua,
por la copia de mares, ros , fuentes, arro-
yos j- estanques,- lagos , y pozos ; otro , que
el mont Olimpo 4 cuya cabeza s levanta-
ba sobre la regin del a y r e , y descubra
todo el mundo ; otro , que el famoso Atlan-
te., sobre cuyo sepulcro le serva de pir-
mide un monte de altura inmensa ; o t r o , que
el gran Poeta Homero , que en vida fue tan
clebre , y como dice. Cicern , en su muerte
tuvieron larga contienda' sobre guardar.sus
cenizas los Gbos , Colophonios, Salaminios,
Q.if'i. DISCURSOS
y otros pueblos; venci la sentencia de aquel
que dixo , que la mayor cosa de que po-
da preciarse el mundo entre las que le her-
mosean y adornan , es de un hombre sabio y
docto. Este es el Imperio cuyos fines ; co-
mo dice P t o l o m e o , aun no terminan los
astros; que ellos mismos reconocen vasalla-
ge al sabio. Esta es aquella excelencia que
quan to puede nos. hace .semejantes Dios,
como dice;:Tulio; Aristteles dice , que el
hombre por medio de la ciencia se acerca
-Dios. Seris como Dioses , dixo aquel es-
pritu nuestra primera m a d r e , aconsejn-
dola profanase l rbol de la sabidura; es-
ta es la aurora que asegura el alma de los
bramidos pesar de Breas y Aquilones;
este es el Favonio que serena las tempesta-
des de los afectos. Con esta atencin los
mayores Monarcas del m u n d o , los de ms
acertada y dichosa ambicin , para colmo
de sus gloras solicitaron sta de sabios. C e *
lebran las historias Soln Legislador de
A t e n a s , que con la codicia de saber, pere-
grin la mayor parte del mundo ; y es-
tando para morir , como oyese hablar cosas
de erudicin levant la cabeza, diciendo que
quera saber lo que decan para morir mas
doc-
AL PANEGRICO. 243
docto. Por maravilla de la Filosofa ensal-
za Justino Epaminondas; de Filipo y Ale-
xandro bastante abono son sus maestros. A
Filopomen alaba Plutarco , que aprendi de
la Filosofa quanto importaba para su go,~
bierno. D e Romulo y Remo dice el mis r

m o que aprendieron todos las ciencias libe-


rales ; Numa Pompilio bebi el espritu de
Pitgoras su maestro. E l senado Romano con-
fiesa su estabilidad por deuda de Marco Ca-
tn Uticense. Por Cesar hablan hoy sus mis-
mos escritos. D e Octaviano cuenta Sueto-
nio , que se dio la eloqencia y estudios
liberales desde su primera edad. Marco An-
tonio mereci el nombre de Filsofo; y en
la Repblica Christiana el Emperador Teo-
dosio de manera estimaba los libros, que
dando el dia los cuidados del Imperio , hur-
taba la noche al sueo para drsela. Qu
dir de un Cario M a g n o , de un Alberto
y Alfonso Reyes de aples? Y llegando
los nuestros la Reyna Doa Isabel nico exem-
plo de prudencia, la arm con mucha doc-
t r i n a , como dice Lipsio ; nombre de pru-
dente dieron estos cuidados Carlos Quin-
t o y Felipe Segundo. Aun entre los br-
baros Prncipes hubo quien venciese la in-
Hhn ele-
244 D I S C R S OS

clemencia de aquellos* climas y lo grueso "de


aquellos ayres , y se diese los estudios.
Mitridates Rey del P o n t o , fuera de ser doc-
tsimo en medicina , supo veirte y dos len-
guas ; Csroas Rey de Persia fue Retrico
y Filsofo. La misma razn hizo muchos
Prncipes venerar los excelentes ingenios; O c -
taviano Augusto hizo celebrar el dia del na-
cimiento de Virgilio > Escipion Africano en-
riqueci Ennio vivo , y le levant esta-
tua , muerto ; otra levantaron los Romanos
Josefo historiador; ochocientos talentos dio
Alexandro Aristteles. Ovidio dice , que
la razn porque dieron Ulises en compe-
tencia de Ayax Telamn las Armas de Aqu-
les fue por la ventaja que le haca en el in-
genio. Y si los que con obras herycas quisie-
ron poner su nombre sobre las estrellas no
tuvieran eloqentes historiadores, que con
su pluma les socorrieran el vuelo , queda-
ran sepultados en el olvido. Deben los va-
rones ilustres toda su gloria tanto los es-
critores como sus obras ; que como la
providencia dispensa por segundas manos di-
versos dones , el de la inmortal alabanza
( que es el mayor ) quiere que vaya por las
de los ingenios excelentes, que son las me-
jp-
AL JA N i G i m e o. 45
jores. En vano levanta pirmides el ambi-
cioso Prncipe para acercar sobre ellas su
memoria aquella esfera donde no hay muer-
te ; pues fuera de ser mudas y estn sujetas
los destrozos del tiempo. Admiracin die-
ron la tierra aquellas de Egipto ; mirba-
se y no se conoca viendo sobre s aque-
lla inmensa pesadumbre, y pensaba si se-
rian los montes Olimpo , Hemo , y Pind.
Vealos en otra p a r t e ; creca la suspensin;
hasta que arruinndolas el tiempo J a desen-
ga que eran artificio de manos; mortales,
no Obra de la naturaleza. Cay aquel mons-
truo de bronce atalaya de Rodas. Oh quantas
lenguas cuentan la cada de la torre de Babi-
lonia! No acierta la ambicin que se fia de mr-
moles ni bronces; fiese de plumas, que tienen
velocidad para escaparse de las manos de
la muerte. Solictelas con honras y premios;
que no hay alczar que as conserve su me?
mora. Cuenta Cicern que se enterneci
Alexandro viendo el sepulcro de Aqules; en-
vidindole la fortuna e haber tenido Ho-
mero por timbre de sus hazaas. Parecale
al generoso Prncipe que importaba poco
domar el mundo con sus armas , sino tenia
quien lo celebrase. Con este cuidado dice
el
el mismo Tulio , que traa siempre cerca de
su persona varones doctos y eloqentes, como
archivos de la duracin de su memoria; y
que sus mayores liberalidades fueron con ellos.
D e aqui es-, que eternamente ha sido in-
mortalizado con pomposo nmero de ala-
banzas; excediendo tanto los dems. Mo
narcas en esta gloria, quanto los excedi en
e l cuidado de .asegurarla. No se contentaba
con esto , Cesar 5 por sus propias manos se
tomaba los laureles d su esfuerzo ; l de-
posit sus obras en su p l u m a ; es sin duda
que dos hechos excelentes tienen este norte
de la inmortalidad. No puedo creer , dice
Tulio , que aqullos filustres varones que en
armas y letras asombraron,sal mundo con
animoso denuedo, con desvelo a t e n t o , me-
nospreciaran su quietud y su vida , si pen-
saran que se habia de acabar con .ella su
alabanza. L a esperanza, de inmortalizarse dio
paciencia Hrcules para tantos trabajos;
nimo Teseo para tantos peligros ; arro-
j Empedocles en el volcan del monte
Etna. Esta , da esfuerzo , sta sufrimiento,
sta perseverancia ; sta debemos quantas
obras maravillosas hicieron los hombres. A l
contrario , la tibieza de algunos aventajados
AL P A N E G R I C O . 247
varones, no solo no les vali' alabanza el. ha-
berlo sido en algunas eminencias de nimo, si-
n o oprobio y desprecio en la posteridad; tie-
nen su mano los.historiadores las glorias, los
timbres y . blasones de las obras fuertes y.ani-
mosas ; distribyenlos /quien, les parece jy
! ;

de la manera que advierte Tcito, que la


lisonja ensea muchos., hyprboles licen-
ciosos , sea temor ,amor quien 'se la in-
fluye.; as Vbbrrecimiento nacido de este des-
pejo y desvo, disminuye y encubre muchas
obras que estampadas pudieran honrar sus due-
os. Y no solo defrauda la alabanza, mas mu-
chas veces aade largos desprecios, acaso mal
fundados. N o falta quien diga que elEmpera-
dor Nern fue menos cruel , menos; derr*
mado en vicios de lo que .refieren.: los hsi
toriadores. Quien le. afe demasiado, fue el
enoj y desagrado que tuvo siempre con
los estudios y sus profesores. L o mismo se
nota en Domicano. C m o han de honrar
las letras quien las deshonra ? C m o hanv
de inmortalizar quien las sepultar C m o
favorecer quien las persigue ? Cmo l e -
vantar quien las derriba r Grado es forzoso
para levantarse con la perpetuidad de las
l e t r a s , eternizar las letras ; vase en Tra-
ja-
248 D I S CXI 11 SOS
jano : Honra-los.profesores de los estudios
liberales ? Pues d e aqu es (aade Plinio)'que
ellos le honran; que no hay varn eloqen-
te cuyo mas dichoso ensayo no sea la ala-
banza ;d.ieste ;pfncipey^ de aqui. es que t o -
dos: le: vinculan i alabanzasen'iss^ historias.
Vase Diri Casio , Eutropio , Suy-
das;; no parece que pintan su vida como
historiadores:),: sinonrque t c o m o Poetas, imitan
: p arfia. la o d e Q un- p erfecto" Paineip es A es*
to les: persuada solo saber que gustaba de
las letras' y ide los escritores. N a busquemos
( dicen ) escrupulosamente i las obras: de est
Prncipe* para - sacar conjetura 'de su ala^
banza ; no hay que examinarle por sus ac- 1

ciones ; demos crdito una virtud, que sa-


le':-pot>i fiadora^ d? todas ;. prudente es : sa
6io , migode -pr-udentes y -s&biosv; pcsf
;

no hay que dudar ; varn es prfectsimo;


y para dexar monunientos de su vida ,
1
no
preguntemos-por sus obras curisamnte. Con-
sultemos '.", I prudencia quales s o n , las que :

hacen un Prncipe perfecto; y en dicn-


dolo , escribmoslas por suyas, que suyas
SOn. -. ;.,./. \ .; . . r:,' .. : :

DIS-
A L P A H E G I R I C O. 249

DISCURSO IX.
Invectiva a las Comedias que, pro-*
hibi Trajano , y Apologa por
... , as nuestras....

e los Aplogos del gracioso y sabio Grie-


g o que escondi entre la risa la severidad,
y entre, apacibles flores enojadas flechas; fue
aqul celebrado por el mas diestro , en que
dice que los hombres tienen una bolsa de-
lante del pecho , y otra > las espaldas ; y
que ponen en l primera los descuidos y fal-
tas agenas y y por eso las ven fcilmente;
y en la segunda las suyas propias , y por
eso las dificultan los ojos. Tiene cada uno
cierta enemistad consigo mismo, quien los
Griegos llamaron Fiiucia ; y Horacio, cie-
go amor de s mismo ; que nos pone nues-
tras faltas las espaldas , para ^que no
vindolas enarbolemos . las ruedas sin emba-
razo , y viendo las agenas con que nos li-
sonjea, nos estimemos por mas aventajados.
JEsf. es el..*mayor, 4 e
.los,males ; ste el que
, : Ii da
2.$0 - DI S C t R s o;s '
da saco los sentidos , de suerte que aun
no echamos de ver si nos m a t a ; . c o m o los
que teniendo pasmado y desierto del alma
algn miembro , no acusan la enfermedad,
porque no les da priesa el dolor. E s t o ate-
soraba aquella fbula de la hechicera que
traa dentro de su casa los ojos en ima ca-
xa , como suelen los anteojos los que ayu-
dan con ellos la vista ; y que los que den-
tro haban estado ociosos y dormidos T al
salir de casa puestos ,, eran mas atentos que
los del milano quando registra cobardas de
los plmelos.. Scrates deseaba mucho- ha-
llar quien le amedrentase el atrevimiento al
amor propio. Platn le llama el mayor ene-
migo. Dio cuidado la misma Filosofa, y
ios primeros religiosos de ella , viendo
que el desengao desnudo y no limado te-
nia consigo alguna aspereza que nos ha-
ba de hacer melindrear , y que ola im-
perio y superioridad; cosa que sufre mal
la confianza por su demasiada soberbia ; deter-
min dorarle y pulirle de forma que fuese
mas agradable , no tan desapacible. De
esto sirvi la divina poesa; y si volvemos
los ojos los primeros siglos veremos
un Apolo , un O r f e o , un Anfin , un Mu-
seo,
wAL P A N E G R I C O . 251

-seo , grandes; Filsofos y Poetas. Introduce


Aristfanes Eschlo preguntando Eur-
pides la causa porque admiramos los poetas;
y que responde; que porque enmiendan
los hombres. D e Dracon , legislador de A t e -
nas v cuenta Plutarco , que promulg leyes
5 para aquella Repblica en tres mil versos; y
q Pitaco Mytilneo Tirano , que en
seiscientos. Los Druydas adornaron s T e o -
loga con esta numerosa dulzura. E l sabio
J o b inmortaliz su prudencia de la misma
forma. Tyrto , poeta y . Capitn de los L a -
c e d e ^ onios , inflam sus nimos para la guer-
ra con Ja vehemencia ardiente de sus ver-
sos ; de suerte que les puso el alma en las
manos , y vencieron una bien dudosa bata-
lla. .Yendo, vengar el agravio de Mene-
kOo Agamenn Rey de Micenas , dex
por guarda de la castidad de Clitemnestra,
un sabio poeta que la defendi con su dul-
c e armona de los halagos y poder de Egis-
t o , de manera que hasta que perdi la vi-
da , no perdi la presa. Us la poesa di-
ferentes instrumentos , segn eran las perso-
nas quienes daba preceptos. L a pica la-
braba generosos Reyes y fuertes Capitanes.
L a Lrica cantaba las alabanzas de sus Dio-
Ii 2 ses,
2^2, DI S CV1 S O S

ses , y con ellas persuada su imitacin. Pe-


ro nunca acert tanto facilitar el finque
deseaba, como quando invent la comedia',
tragedia, y stira , que entonces eran poemas
diversos , bien que parecidos en *er todos
en dilogo ; ms hoy son un mismo cuer-
po , un mismo espritu. Estas tuvieron su
nacimiento en Atenas , como tambin la mis-
ma Filosofa ; porque libres los Atenienses
del trabaj del dia , recreaban los sentidos
de noche con varios juegos ; decanse unos
otros agudos m o t e s , y con color de bur-
la se afeaban ios descuidos que notaban los
unos en los o t r o s ; porque cada uno en s
mismo, parecia imposible. A imitacin de
e s t o , los poetas inventaron la tragedia , c o -
media , y stira ; en que n solo se atrevan
los plebeyos , sino tambin loS Prnci-
pes y poderosos ; porque en la tragedia cas-
tigaban con severidad los vicios de los ma-
yores ; en la comedia los del pueblo con
desprecio; y en la stira unos y otros con
desatada risa. Solo era la diferencia que eran
mas libres y mas obscenas , porque las re-
citaban en la persona de un Stiro , Sue-
no , Fauno ; esto en Grecia. En Roma
despus que Livio Andrnico imit los Grie-
gos,
A I P A N E G R I C O . 253

gos , parecile al Senado aadir jueces


las costumbres y hacer fiscal la ?vergen>7
za afloxando la rienda la libertad de las
comedias. Bien podia el noble enmudecer
con semblante bravo el zelo del Cnsul; bien
podia el rico defenderse icn escudos de oro
alas amenazas de la justicia; mas no de las
comedias , que como rayos se vibraban en
la- mayor resistencia. No atemoriz i .Ne- :

vio cmico la prpura de Mtelo Cnsul,


el arns de Escipion, Capitn Romano ; por-
que tenia en aquella edad el mismo imper
rio que en la siguiente tuvieron los Censor
res ; era su jurisdiccin suprema ; correga
las mismas leyes , y atrevase las cabezas.
Adulter el tiempo las comedias ; pas en-
vidia el zlo , y la reprehensin agravio;
y por esta causa perdieron su estimacin. Res-
guardo hallaba el vengativo para vengarse su
salvo con atrevidas injurias en la dulzura
de los versos con que las deca ; como si bas-
tara para limpiarlas el veneno. Proverbio
era ya para significar mucha licencia en alguno,
decir que hablaba desde el c a r r o ; porque se
representaban en unos carros aquellas tris-
tes alegras. Violo aquel Senado , qu todo
era o j o s ; amanslas con leyes los atrev.

men-
2-54 DISCURSOS
mientos 5 mas no dur, mucho. Fue a s , que
en cierta peste que se derramaba por Ro?-
ma sin perdonar vida alguna , acudi dar
satisfaccin la ira .de sus Dioses ; y en?
tre otros > juegos .con que quiso adularlos,
aerado mucho; el de los Pantomimos His-
trlones, as nombrados porque vinieron de
Histria Etruria. Hacan estos lengua todo
-el cuerpo) con lascivos. meneos, para: reme-
dar las acciones que. les captaban al son- de
dulces instrumentos ; parecile buena la tra-
za la comedia para volver emplear el
mal uso que la haba enseado la libertad^
puso su ponzoa en aquellas canciones 5 di-
las lugar entre un acto y otro , como ahora
los bayles. Esta daosa cercana conci-
t el enojo de la prudencia antigua contra
las comedia"' Y as cuenta Tcito que las
echaron . ios muros Tiberio , N e r n , y
Domiciano. Contra stas levanta la voz Tu-
lio ; : contra, stas el piadoso L a c r a n d o , lla-
mndolas lascivas; contra stas Tertuliano,
San Cipriano , San Gernimo , San Agustn,
San Gregorio Nacancno, San Juan Chri-
sstomo , y otra sagrada esquadra de San-
tos D o c t o r e s , que dieron nervios Paulo
Comitolo, enojado enemigo de las comedias.

- No
A L P A S E S R-I C O. :
2.$$
;:N es con ellas la pendencia* con los T

bayles.es , necia afrenta del gusto ; que na-


die ha habido tan sordo la razn , que
rn eche d ver qartto las -debe4$pruden-
cia ; pues si ensalzan la historia 'sobre los
cielos , porque con exemplos nos facilita
luces la vida para asegurar aciertos qun-
t o mas lo merece la comedia , que nos los
representa , no ya feos , no imprvidos , c o -
mo lo hace la historia , forzada de la ver-
dad ; sino acertados y seguros r Prudencia
de la poesa, que no pinta los;varones c -
mo fueron sino como han de ser. Si lla-
man santa la Filosofa moral , si la ado-
ran por sus sentencias; en la comedia est;
y no escondida ni m a l t r a t a d a s i n o - b l r a y
;

lustrosa. No pierda pues sus aprecios^ N-


tese en T c i t o , y en nuestro Orador , que
qtlando tratan de estos'espectculos , (bien
que como nota Lpsio -no guardan * el ^rigor
de las palabras) usan de la de Pantomimo
las mas veces > para decirnos que ellos oca-
sionaron el castigo. Con razn por cierto
(diga Luciano lo qu quisiere y muestre
sii eloqencia en realzarlos quien supo mos-
trarla alabando la m o s c a ) que yo no hallo
<en ellos cosa que entretenga la paciencia.
^2.^6 ] ; D I S C TJ B, SOS
Que furor es desmentir nuestra naturaleza
con movimientos lascivos ! Nunca esto lle-
g tanta insolencia como ahora. Por don-
de i muchas .veces- ha. peligrado la comedia,
c o m o antiguamente por los Pantomimos qu
ha menester la comedia bayles para ser entre-
4enida? y mas en estos tiempos en que se pue-
jde alabar Espaa .qye lia vencido Ja mis-
iiia Grecia , madre de las Musas, Entre otras
.maravillas que solicitan la alabanza de Pll-
nio de parte de Trajano. aquella le lleva
Jos ojos v por quien le da caicas de favor
;

la dificultad. Quit al esquadiqn de la las-


civia sus mayores armas ; y tan poca cos-
ta de violencias y terrores , que los mismos
ciudadanos le convidaron con. la obediencia,
y llamaron favor lo que pocos aos antes
t habian llamado agravio. Esto les aconseja-
ba a seguridad que. tenan de que aquel E m p e -
rador no despeda obra de sus manos, que
no fuese, p^ra aliento de [a Repblica. No
prohibi , pues , Trajano las comedias , sino
los bayles- de ellas. Muchos han tomado ar-
mas contra las. [nuestras..;; particularmente alv
gunos crticos' que no teniendo obra con que
apagar la sed de su ambicin y darse cono-
cer , usan de este artificio ; para que la misma
. ."> : ad-
AL PANEGRICO. 2,$J
admiracin de su desalumbramiento hable por
ellos , y los d duracin en las memorias.
Las naciones extrangeras vibran los mismos
rayos , condenando por faltas de arte todas
las comedias que no se arriman la anti-
gedad v que ellos llaman imitacin. Descor-
tecmoslo despacio; E l arte' que dicen des-
ampara nuestras comedias , consta de los
preceptos de Aristteles, de la imitacin
de los c micos antiguos. Aquel , ni estos
no acertaron : ( soberbia parece.) luego mal
nos acusan. Es el; arfe una observancia aten-
ta de exemplos graduados por la experien-r
cia y reducidos mtodo y magestad de
leyes. Su principio es la curiosidad. Vese en
la medicina : advertan i los., hambres quales
remedios aprovechaban , quales daaban; qual
enfermedad desesperaba de la salud , qiial la.
prometa cercana; y de est atencin hicieron
preceptos y que reducidos mtodo, llama-
mos arte. L o mismo en l Retrica , y lo
dems. Aristteles no pudo darnos el arte que.
no tenia. No le tenia; porque en.: su; tiem-
po , confiesa l mismo que no habian lle-
gado colmo estos poemas.. Pues si rio habian
;

llegado colmo , ^ quin le hizo el arte de;


ellas Aristteles ? | de qu; exemplos ob-:
Kk ser-
258 D I S C TJ H SOS
serv qul era decente, qul impropio.. si
de los imperfectos y mal limados, ;. imper-
fecto y mal limado es su arte. D e dos ma-
neras puede defenderse Aristteles; dicien-
do que tuvo por exemplo Homero que
le dex esplndido de tragedias en la Ilia-
da , y en la Odysea de comedias ; que
en la Filosofa le ense razones con que
darlas f o r m a e n lo. uno y en lo otro, anda
maneo: luego mal se defiende. No basta por
exemplo Homero, para sacar de l precep-
tos ; porque Platn le condena, con justa
causa por poco prudente en sus poemas , p o -
c o atento en los decoros,. poco mirado en
las, personas.. Elegantemente; dice Escaligero:
no hemos de reducir el arte Homero^, sino
Homero al arte. Qu impropiedad mas es-
candalosa . ni que mas merezca el destierro
de la Repblica de Platn ^ que fingir per-
sonas; divinas: con, afectos, humanos y
;
lasci-
vos ? y un Hroe c o m o Aqules hacer-
le afeminado en el estrado de Deydmia con
galas mugeriles ? y cruel y soberbio con el
enemigo ya vencido y muerto ? Uno y otro
quando dice que no quiso dar el cuepo> de
Hctor sino cambiado oro., Y si en la Ody-
sea quiso ponernos tabla que imitar para las,
Co-
A L PANEGRICO. 259
Comedias , por qu mezcla en ella ac-
ciones tristes y llorosas ? Esto oblig eno-
j Platn contra las comedias , viendo el
maestro que haba tenido. Perdone aquel Prn-
cipe de los Poetas , y contntese con el
laurel de ser inventor. Si como Filsofo di-
ce que aquellas luces de su ingenio , quien
no se defendieron los peces mas engolfados
del mar , los animales mas enclaustrados de
la tierra, pudo llamar examen las comedias,
enmendar lo mal laureado de la experiencia,
y laurear lo aun no experimentado; porque la
razn .que es aquel resplandor celestial que
est aposentado en nuestros cuerpos, no tie-
ne respeto nadie por ser quien e s , ni re-
para en que otro apruebe condene , para
condenar aprobar; esa misma opinin dis-?
culpar mi modestia , s con razones resplan-
decientes intentare atrepellar su autoridad. Y
porque lleguemos las manos, examinemos
los preceptos que l funda en razn , y no-
sotros no obedecemos ; y echarse de ver
quanto puede mas la experiencia que su agu-
deza. Advirtiendo primero que las come-
dias que hoy gozamos dichosamente , son un
orbe perfecto de la Poesa que encierra y
cine en si toda la la diferencia- de poemas^
JKk; cu-
2.6o DISCURSOS
cuyas especies ( aun repartidas )dieron lus^
tre los antiguos. Hay en las Comedias nes-,
tras la magestad, el esplendor y grandeza
del poema pico ; tienen sus fbulas, sus
episodios, y tal vez su verdad de historia*
como el pico. Hay. tambin las flores y
dulzuras sonoras del Lrico,, las veras y se^.
veridad del Trgico , las burlas y risas del C -
mico , los saynetes y sales del Mmico , la
gravedad y libertad de la Stira. De mane-
ra , que en nuestros tiempos no puede ser
perfecta la comedia que no coronare toda la
poesa. Y aquel ser excelentsimo Poeta, (sin
mas examen) que acertare las.'. comedias de
esta forma. Esta variedad de poemas en nes-;
tra comedia est muy defendida; porque sien-
do la comedia pincel de las. acciones , hay
muchas que tienen de todos afectos> y de
manera todos * que ha menester ayudarse de
la traza de todos los poemas para vestirlos.
B a x e m o s , pues, a l a lucha. Parcele Arisr
tteles, que la tragedia y la comedia han
de ser diferentes y apartadas * no mezcladas
y conformes , como nosotros las usamos. Hay
hombres tan supersticiosos de la antigedad,
que sin,; mas abono de que h muchos aos
que uno dixo Una c o s a , la siguen tenazmen-
, . te,
AL P A N E G R I C O . 2,6t.
t e , y sobre eso harn traycion su patriaj
siendo as que debemos dar mas crd to :

los modernos, porque esos vieron los anti-


guos , y la aprobacin enmienda de los
tiempos, cuya hacha encendida debemos la
luz de todas las cosas. Pec en esto un moder-
no , que traslad el arte de, Aristteles , y
ultraj nuestras comedias como extraas. E s
la poesa, dice Horacio, como la pintura,
porque peleemos con sus armas, Aristteles
concisamente la define , diciendo que es imi-
tacin. Para ser perfecta una pintura bs-
tala ser fiel ; hay , pues , acciones entre
los hombres que mezclan serenidad y borras-,
ca en un mismo punto , en Una misma per-;
sona. Juega la fortuna con nosotros ; somos
teatro de su gusto ; y no se tiene por bien
reverenciada y temida, si no est dando cada
instante muestras de su poder. E l poema, pues,
que retratare esta accin fielmente, habr cum-
plido con el rigor de la Poesa ; esto ha-
cen nuestras comedias con Suma atencin:. lue-
go son perfectsimas. E l norte de la poesa
es la imitacin ; mientras nuestra comedia
imitare con propiedad , segura corre , no hay
mas arte ; no hay mas leyes quien suje-
tar el cuello , esta es epilogo de todas, que
imi-
DISCURSOS
imit ; en obedecindola , cumple con todas.
Porqu no se han de mezclar pasos ale-
gres con los tristes, si los mezcla el cielo?
Esta Comedia no es retrato de aquellas
obras ? pues si es retrato, claro est que ha
de referir su imagen. Esto mereca agrade-
cimiento en nosotros , que pura fuerza d
razn nos hemos atrevido los preceptos an-
tiguos , y quitado la piedra en que ellos tro-
pezaron. La misma quiebra padece aqul pre-
cepto , que manda que la accin no sea mas
que una. Esto est mal entendido d los Cr-
ticos, que piensan que s ha d considerar en"
que no sea mas de una persona qu llaman
fatal, la que d el alma al poema. Yerran
en esto algunos Cmicos de nuestros tiem-
pos , que hacen comedias d toda la vida d
un hombre; diciendo que es una accin ro
mas. Una accin se debe entender *un cas
solo ; y esto obedecen los que aciertan en
E s p a a ; ste caso puede tnr muchas per-
sonas casi de igual cuidado en el poema; 1

como son dos competidores de un Reyno;


dos amantes de una d a m a ; pues si sucede
que en un caso haya muchas personas que
con igualdad intervienen ; p o r q u la co^
media que retrata ese caso , no le retrata
r
AL PANEGRICO. 263
r con esas personas igualmente L a impro-
piedad fuera no retratarle as. Dice tam-
bin que la Comedia y Tragedia para- imi-
tar con propiedad ,. no han de ceir mas
caso que el que pudiera suceder en un dia,
en el tiempo que se representaba. Y ame-
drent tanto este precepto los antiguos,
que los hizo- caer en mil faltas por guar-
darle. Esto es decir que en un naype no
se puede retratar un gigante ; puede re-
tratarse un esquadron de ellos. Segn eso,
quin impide que en dos horas de la
representacin se pinten largas historia s Re*
trat Arqumedes en poco> vidrio toda la m-i
quina d los cielos con tanta propiedad, que
aun no perdon al alma de ellos;;, movase
el ingeniosa artificio- como si le guiaran en?
torno Inteligencias,. Qu mucho* que en un
Poema se pinte: elr caso mas. dilatado P i n -
t o r hubo que ert. un anilla retrat las oncer
mil Vrgenes , fingiendo' dos puertas de uri
templo y que sala por cada una de ellas
una virgen , supliendo lo dems con nume-
rosa confusin d frentes* Esto hace la poe-;
sia , porque es pintura ; suple con relacio-
nes lo que no puede mostrar los ojos.
Y a s que es consejo de Horacio , que es
me-
2,6.f Bisctru sos
mejor que salga al teatro la misma accin, que
no que nos la digan por relacin; mas tambin
es precepto suyo que lo que no fuere decente,
no salga sino es en relacin. Esto han acertado
los nuestros; todo aquello que puesto en el tea-
tro fuera floxo poco decente , cfranlo en re-
laciones. Esto es seguir el alma de la l e y , n o
v

las palabras; esto es entender el a r t e , ha-


cer todo aquello que conviene al arte. Dganlo
no lo digan los antiguos , los sucesos no
han menester tiempo ? pues imitmoslos co-;
mo sucedieron , sea breve largo.; Y para;
que se vea que el no obedecer Arist-
teles , no es olvido de sus preceptos ; m-
rense obediencias suyas en las Peripecias, ert-
las agniciones , y . perturbaciones , y en t o -
dos los afectos que l ensea. Estos aprue*
ban y siguen los nuestros , porque es pare-
ce que importan la imitacin;; aquellos no,
porque les parece que no. importan. No ha-
llando , pues , el arte en Aristteles ; pre-
guntemos la imitacin de los Cmicos an-i
tiguos, si ha atesorado preceptos para dar-
nos arte , de los aciertos de sus mejores. in-
genios r La imitacin de los antiguos , no
basta, no es acertada de la forma que
la hacen los modernos. Aseguremos, lo uno
t

y
, A L' A N E G I R I C O. 26$

y. lo otro. No bastan las comedias de la


venerable antigedad para establecernos ar-
te ; poique examinndolas desde su naci-
miento , las de Epicarmo t que en Grecia
fueron las primeras , como en Roma las de
Livio Andrnico , ya se sabe que fueron
desnudas de aparato r de poca traza , poca
modestia % y demasiada libertad ; de la mis-
ma destemplanza acusan las de Gecilio el
Prncipe de los Cmicos Latinos; las de En-
nio y de Lucilio r Afranio , y Pacubio , y
todas las dems de su infancia entre los L a -
tinos. Mas estos no tienen obligacin dar-
os preceptos, porque no fueron maestros;
fueron discpulos de los Griegos , - y muchos
no hicieron mas que traducir Comedias Grie-
gas en el idioma Latino. Lleguemos los
sabios de Grecia , cuyos nombres aun hoy
nos acobardan y piden respeto y obedien- :

cia. Determinmonos hacer una Tragedia


como manda Aristteles; y para no peligrar
aconsejmonos con los Trgicos. Pregunte-
mos Eschlo el decoro que se debe las
personas , que es el principal 'cuidado de las
Tragedias. Este , consultando las suyas, nos
aconsejar que no reparemos en eso ; sino
que mezclemos risa y llanto , personas hur
; Ll mil-
2.6 5 DISCURSOS 1

mudes ,y magestuosas. Preguntmosle el boa-


to y grandeza que ha menester;, l fue quien
la entroniz y con todo; eso se contenta-
r con menos alteza r que la que la damos;
Preguntmosle la forma que han de tener
los coros ; si vemos su Agamenn y nos di-
r que los alarguemos demasiado. Sepamos
de Sphocles qu asunto hemos de tomar
en ellos; porque nos han dicho que se ha
de cantar en alabanza de la obra mag-
nfica que poco antes.se represent' en el tea-
tro , han de contemplar los sucesos y trances
de fortuna que se representan v han de ani-
mar los desmayos de los temores en fe de la
mudanza del tiempo- N o se acuerda, de esto*
aquel Trgicos Preguntmosle Thesprs
quien debe la Tragedia su espritu; qu tra-
za la hemos de dar ; qu colores para que
parezca bien ; son las suyas sin traza , sin
colores.' Sepamos s es cierto que la Trage-
dia se ha de fundar en alguna verdadera
historia. Las. Tragedias de Eschlo nos ha-
rn creer que n o ; la de Prometho parti-
cularmente y donde sabiendo. el Trgico que
le habia librado Hrcules del monte Cuca-
so r le introduce muerto la ira de un ra-
yo en el mismo monte. Sepamos tambin
qual
AL PANEGRICO. 267

qual ha" de ser el principal asunto de la


Tragedia - si triste, si alegre. No se puede
y

conjeturar de las suyas; igual es en ellas la


tristeza y la alegra. Acaso nos lo dir E u -
v

rpides , con quien dice Aristteles que mu-


ri el esplendor del poema Trgico. Ve-
moslo en su Electra , en su Elena ; igua-
les andan en ellas los juegos y los cuidados,
las burlas y las veras. Erraremos , pues, las
tragedias , si obedecemos ,sus mayores Prn-
cipes. Veamos s podemos hacer una come-
dia conforme al arte de los Griegos , siguien-
d o sus mejores cmicos.- Lleguemos Epi-
c a r m o ( q u e es el m a y o r ) para que nos acon-
seje el decoro. Pirdele ste i las personas
que saca el teatro ; y solo le guarda al vul-
go. Solo acierta en sus lisonjas. Profana lo
sagrado de- la poesa , la ultraja, hcela ser-
vil , la quita los adornos; y con lengua las-
civa introduce feos espectculos. Del mismo
desalumbramiento, arguyen Menandro ; es
licencioso en la alegra pasa locura. De
manera , que de los Griegos de la primera
edad , ni de los Latinos no podemos so-
correr nuestras dudas. Veamos la Tragedia
nueva v limada ya , y vestida con toda per-
feccin. Su ostentacin mas alta es en las
Ll 2 de
- u o
DISCURSOS
de Sneca ; alli con levantado coturno lle-
ga al cielo , tiene alteza de conceptos , pu-
reza y magestad de estilo y lengua , gran-
de fondo de sentenciase Estas q u e se labra-
:

ron de los desvelos antiguos, no tendrn que


enmendar, porque tuvieron tiempo para ha-
cer eleccin de lo mejor pensado y mas bien
advertido. Hagamos sin mas consulta una Tra-
gedia su imagen > como hace Plauto en
sus comedias-, hagamos una traduccin, que
no se descuide ni en una voz. Salga nues-
tro teatro lo dilatado de sus soliloquios , exa-
minen nuestra paciencia. Salga la poca va-
riedad de pasos , y la demasiada dilacin en.
cada uno ;, el poco cuerpo de la historia
que representa ;. el poco adorno , pompa y
gallarda que. pide aquel poema , y escasea
Sneca ; no ser la melancola del audito-
rio de escuchar cosas tristes , sino de que se
representen tan tristemente. Mas bien lograda
est hoy la tragedia ; sea tragicomedia ,
tragedia; que eso es disputar sobre el nombre;
mas levantado trono la realza , mas pompa la
acompaa, mas decoro la corona, mas variedad
la enriquecis Dignas son de veneracin las de
Sneca ; mas nose acuerdan que la poesia no
basta que ensee, si no deleyta. Olvidse
su
AL PANEGRICO. 2.69
su severidad de lo segundo. No niego qu
la invencin de los coros es excelentu-inia;
que merece imitacin, y que les demos hoy
el lugar que tienen tiranizado los bayles, tan
costa de la modestia. V e a m o s , pues , si
la comedia nueva escarment en los yerros
de la antigua , y liego perfeccin. Plau-
t o y Terencio son los que se han librado
del hambre de los aos5 sus comedias son
las que llaman nuevas , porque pulieron y
desconcertaron lo rstico y mal advertido
de las antiguas. Terencio sigui Plauto;
ste Menandro; y as cayeron todos don-
de el que los guiaba. Miraron mucho pof
el aplauso del pueblo , hicironle arbitro de
sus glorias , juez de sus esfuerzos; pusieron
en sus manos sus laureles ; y por solicitar-
los , le lisonjearon el gusto ; le hablaron en
su lengua , se humillaron para dexarse tra-
tar ; y con todo eso hgase altar de la gra-
ciosidad y urbanidad de P l a u t o , que empe-
todos los nervios en ella ; mrese sin la
veneracin que suele persuadir la antige-
dad , sin la estimacin que la envidia ha-
ce de los muertos para obscurecer los vi-
vos ; reparando que como dice Marcial , si-
varon Menandro y se rieron de Home
10
3.^0 IS C U R S O S
ro quando florecan , porque es traza de la
envidia , que el dia que- se descuida en es-
timar alguno , ha de ser muerto ; porque
no se estime nadie sino es para desprecio de
otro ; y se echar ,d ver lo que debemos nues-
tro siglo Y quando no hubiera otro testi-
monio de que hay en l mayor realce que
jams hubo en la poesa, bastaba ver tan
alerta la envidia , tan armada de. lenguas,
tan hecha ojos cargados de r a y o s , tan levan-
tada de odos, Qu es esto sino haber vis-
to desde la Atalaya > fuerte enemigo.? Ha
visto en el mayor trono la poesa ; previe-
ne mas armas que nunca y porque ve mas
murallas que nunca Y no entiendo que ese
afectado cuidado con que quiere .obscurecer-
la tan desvelada , tan empeada en eso , des-
cubre los resplandores mas esparcidos, mas
serenos ;.y que como en la pintura las som-
bras sirven de realce las luces , as la
envidia las virtudes. Parece el Sol mas
hermoso quando sale de entre pardos enojos
de las nubes *, stas que le quieren detener-
que no arroje dias por la b o c a , le dan
beber luces. Y si es traza de Sneca para
envainar el enojo al enemigo , darle en-
tender que no nos agravia , porque viendo
que
AL PANEGRICO. 271
que no logra su intencin , perdone sus ar-
mas ; sepa la envidia para que se canse de
cansarse , que no solo no nos agravia , mas
que antes nos favorece , y da laureles mas
honrosos , con mas aplauso que pudiera A t e -
nas ; que aquellos pudieran ser sospechosos
de lisonja ;. mas estos, no. Esta es aproba-
cin nunca falsa ; ste es el crisol , maestro
de las grandes virtudes. Plauto pues, en el
Anfitrin (bien que acert en atreverse mez-
clar el asunto trgico con el cmico) peca en
el decoro , porque introduce al mas justo de
sus dioses en el mas injusto vicio de los hom-
bres, violando ageno tlamo; engaando la reli-
gin del matrimonio. Ceguedad que derrib
los mas de los antiguos; porque dan mal exem-
plo con la facilidad de los mayores , introdu-
cindolos con acciones torpes* En la traza h*
parecida de mayor agrado esta comedia que
la antigua* Mas la hemos vencido f y aven-?
tajado mucho mas que ella la antigua* Fue-
ra de eso es larga, en los soliloquios , p o -
c o rica de variedad , poco hermosa de flo-
res , muy humilde en las personas, muy t i -
bia en las sales. Y t a l , que s se represen
tase ahora f no pudiramos sufrira ; porque
nos tiene mal enseados la gallarda , pure-
za
ay-j-2. D I S C U R S O S

za y magestad de las nuestras. Terencio, cla-


ro est que si se ha defendido del fuego,
ha sido apadrinado de las flores de su ele-
gancia ; quimil los modernos dan mas la
aficin, que la propiedad y decoro. Son
sus comedias demasiado humildes, no poco
lascivas, y libres sin freno. No son estos los
mas excelentes trgicos y cmicos? No son
estos los mas acertados legisladores de estos
poemas ? De su imitacin no se fabrica el
arte? Qu arte haremos , pues , de descui-
dos y delirios ? Apenas se halla un antiguo
que haya acertado estos poemas; con perfec-
cin y no es mucho , porque son los mas
difciles. Bien lo conocieron Aristteles y
Horacio , que emprendiendo" dar preceptos
para toda la poesa , se embarazaron solo
en las comedias , olvidando todos los de-
ms poemas por fciles, y de poco cuidado..
Probemos ,< pues , mirar estos antiguos me-
drosamente. Hagamos lo que Italia , que te-
r-i?ndo tan claros ingenios, pierde por obe-
diente de la edad pasada , la gloria que la
prometa la venidera ; no se atreven salir
de aquellos claustros ; son inviolables aque-
llos muros ; no es acertado en su opinin lo
que no s imitado ; y no echan de ver que
si
AL PANEGRICO. 273
si ios mismos quienes 'tan atados imitan!, riu>
"biean sido cobardes y hubieran guardado las
huellas de los primeros;'quedaran cortos c o -
mo ellos. Crece el arte con el tiempo ; l
e alienta ., l le cria'; l sobre sus ombros
l e > pone en la cumbre d la perfeccin ; de-
posita sus tesoros en el atrevimiento. Atreva-
monos, dice Qurntiliano, que estelos dispensa;
4 : ste debemos la -mverrcion de Jos >studios li-
terales ; este hace grados de lo inventado de
otros para adelantarse todos. Grande ingenio
prometen de sus autores-el-.Pastor Fido , y la : ,

Aminta ; grande , . : y rdigno-.de. admiracin*


pero temeroso y acobardado.' No "tuvieron
;

nimo para sacudir el yugo de la antige-


dad ; no se atrevieron caminar sin guia
& dar'paso sin-Luces/No es religin , supers-
:

ticin es del arte : la escrupulosa imitacin;


no es gallarda , cobarda es. N o aciertan,
:

pues , en condenar lo que merece abonos.


No- aciertan en. descubrir su propio miedo,
despreciandoi lnageno^ valor ; . sta, tan pun-
tual imitacin llama Ora ci servil, rindo-
se de ella. Quintiliano dice , que no hay
cosa que mas' estrague' la 'elegancia , que .'su
avaro fren. Erasmo la . reprueba ; todos la
acusan de corta de nimo. Y a que en ninguno
Mra de
274 DISCURSOS
de los antiguos podemos aquietar la con-
fianza ; veamos si en todos ellos juntos hay
cosa que la d asiento.. Los Poetas , dice
Oracio , quieren aprovechar , deleytar;
mas aquellos se coronarn de laurel que hi-
cieren lo uno y lo otro ;, esto no hicieroa
los antiguos ; luego no pueden con razn pe>
dirnos" que les sigamos los pasos.. N o mere-
cen que los imitemos para el deleyte y en*.
tretenimiento; porque aunque confesemos que?
en sus tiempos fueron de gusto aquellas c o -
medias y tragedias suyas , su traza , su agu-
deza: , sus veras , prudencia y decoro ; hoy
no lo fueran. Porque como ha crecido el inge-
nio de los hombres, y con los ojos del tiempo
ha descubierto mayores agrados, 110 se conten-
tara con aquellos. Salga hoy al teatro la
mas g r a c i o s a , la mas aliada,' la mas her-
mesa comedia de P l a u t o ; la mas elegante
de Terencio, reducida nuestra lengua ; y
tendr tantos acusadores c o m o ojos la mi-
raren. La acusarn todos con el;.ceo d;de T

sabrida y mal. aliada , de poco entretenida;,


porque ha llegado tiempo, en que el atrevir
miento dichoso de un ingenio de Espaa^
adorno de este siglo , la ha engalanado nue-
vamente , la ha hecho discreta y entreteni-
da;
AL Al E G I R ICO. 275
d a ; y c o m o abeja que labra dulcsimo pa-
nal de la quinta esencia de las flores, las
ha labrado con los esmaltes de todo gnero de
agudeza ; sacando de la Filosofa natural lo
mas sublime , de la moral lo mas pruden-
te , de las Historias lo mas conforme , de
las fbulas descortezadas lo mas provecho-
so , de la eloqencia lo mas puro ; todo con
apacible estilo -, desnudo de la severidad y
aspereza con que nos las dexaron los anti-
guos. Finalmente ha aventajado las come-
dias antiguas con las suyas 3 de manera , que
ya no parecen aquellas sino diseos som-
bras de estas. Tampoco el provecho de las
comedias antiguas nos encomienda su imi-
tacin ; porque como condena Platn en
Homero, las fbulas d e q u e hacia fuste para
sus comedias , eran escandalosas y de sinies-
tro exemplo. Dexo la humildad de algunas,
donde con tanto fraude de la vergenza del
auditorio , se representaban -mugeres y hom-
brecillos de descarada vida ; y donde las pa-
labras , por ser vestido de aquellas obras, eran
tan lascivas como aquellas obras. A las f-
bulas miro partos de los mas entendidos in-
genios , que las dexaron vinculadas la poste-
ridad para tragedias comedias., togadas
Mm 2 pa-
paliadas ^ donde habiarcatrno. ^ y gallarda;
de accionis y voces ,. alteza de concepto,,
estilo y decoro grave;. stas pecan, de. blas^
f e m a s p o r q u e : delineando personas, divinas,,
las acomodan. acciones humanas y aun: bru-
tas ; ni. se escapan del delito de La mages-
tad ofendida ,. las que pintando Hroes y
generosos Prncipes , los. derriban . Iiechos.
mas que plebeyos. L a libertad antigua tam-
poco puede, aprovechar a h o r a n i hay pa-
ra, que el. teatro, se. haga tribunal pul-
pito en siglo que es tan dichoso, en lo>
uno y en. lo otro. Basta que, aconseje c o -
mo amigo , sin que amenace corno juez ; y
no s si. puede mas. el apacible semblante de:
aquel, que el horrible de. ste.. Mas permi-
ta mosot; algunas d e las antiguas el ttulo
de acertadas.; y tanto-, que pudiesen, esta-
blecer leyes al arte, con su exempLo.. Aun,
no> nos. obligar , su observancia i porque
es ley de la: ley que se mude y borre con-
el tiempo.. Este cuyo imperio baxa la c a r

beza. todo. el. Universo ,, tiene magestad de.


derogar las. leyes de los. mas poderosos Prnr
cipes y mas sabios legisladores - porque con
y

la velocidad d su curso, descubre, cada, dia,


nuevas; razones , que persuaden Lo. contrario;
que
A L PANEGRICO. 277
que las primeras. No basta, pues , n o , para su
duracin el nombre de. leyes preceptos; pues
no hay ninguno quien haya dado privilegios:
de eternidad el tiempo. Hemos de derogarlas
quando l nos descubriere razones diferentes..
Y a lo ha hecho ; disculpados estamos.
He dicho como no basta la imitacin de
los antiguos para laurear el arte.;. ahora di-
go que no, la aciertan, los que piensan, que
la abrazan. No aciertan . imitar estos so-
berbios , que ambiciosos de ostentacin, no,
leen linea alguna que les parezca bien logra-
do trabajo , si no lo saben todos ; en todas
sus obras derraman esta soberbia todas van.
preadas hidrpicas de esta vanidad. Son
las palabras pinceles de las obras ; su in-
vencin fue para declararlas.. Los Poetas an-
tiguos las usaron, con la misma, pureza que,
los historiadores. En su tiempo nadie se que-
j de que no los entenda ; porque con es-
ta atencin de que los versos se hacan para
retratar el. concepto del alma , los hacan
perspicuos , claros y entendidos pues si no
fuera de esta forma ,. no consiguieran el fin
que. deseaban.. Todos los Poetas y Oradores
ponen la. perspicuidad en el primer lugar
de. La eloqencia. La razn d no entender
no-
278 DISCURSOS
nosotros los antiguos , e s , porque con la
variedad de las naciones y tiempos se varan
tambin las frases y modos de hablar. En
Espaa nos remos del que trae un prover-
bi propsito ; y en Grecia era el mayor
adorno de la oracin. No es , p u e s , afec-
tada novedad ni gallarda en ellos, no de-
xarse entender de nosotros ; que claro est
fue su mas privado cuidado el darse en-
tender ; sino que el ser diferentes en edad
idioma nos hace pensar que aquello es es-
quisito y afectado ; no e r a , pues, aquel es-
t i l o , sino trivial y comn todo gnero de
gentes , doctas y menos doctas. Para esfuer-
zo de esto es de advertir , que aunque los
muy Telogos piensan por autoridad de los
Estycos ( quien remeda Cicern ) que los
antiguos significaban por las fbulas de sus
dioses muchos misterios de la Filosofa na-
tural y moral ; y que con este favor han
durado hasta hoy en nuestras memorias; (fue-
ra de que no pasa por ello Lactancio Fir-
miao , antes piensa que muchas de ellas no
tenian mas que la corteza, y que eran ver-
daderas historias de los delirios de sus dio-
ses) con todo eso , por no luchar ahora cor
tanto esquadron de Filsofos y P o e t a s , pase-
mos
AL PANEGRICO. 27O
mos por que son historias mezcladas con f-
bulas , que es lo que con singular desvelo
allan Natal Comit;. por lo menos es cier-
to que aquellos antiguos adoraban por dio-
ses las personas de estas fbulas , Saturno,
Jpiter , Marte , y los dems. Los Caldeos
nos quieren hacer creer que esta adoracin
no era personas mortales , sino aquellas es-
trellas errantes que por ser su naturaleza con-
forme la de aquellos hombres, los significaban
con el nombre de aquellos hombres. Como
tambin fabricaron nombres los signos de
diferentes animales , por ser estos conformes
en naturaleza aquellos animales ;, porque
no declarndola con lineas imgenes de que
pudiesen ser capaces los sentidos , fuera im-
posible darla entender. Luciano fue de es-
ta opinin , y puede conjeturarse de Ma*
crobio > mas no responden la idolatra de un
Hrcules , un R m u l o , una Ceres , Miner-
va , y otros sin nmero que no tienen nom-
bre entre las estrellas ; de forma que sin du-
da los tenian por dioses i n m o r t a l e s y no
solo el ignorante vulgo , mas tambin los
Filsofos y sabios de aquella edad. De la mis-
ma forma falsamente crean ellos que Hrcu-
les era un dios que haba librado el mun-
do
2?0 DISCURSOS
do de varios trances peligrosos , ya de la*
drones ya de fieras ya de tiranos , como n o -
sotros con verdad creemos que Santiago es
wn santo , con cuyo amparo es Espaa la mas
catlica de las naciones ; y tan vulgar era
aquello entre ellos, como esto entre noso-
tros. Crean tambin que Geres era una dio-
sa cuyo alvedrio estaban los partos de la
tierra ; que Neptuno un Dios en cuya ma-
no estaba el vibrar de las ondas; que Miner-
va una Diosa que espiraba el aura celestial
de la sabidura. Creyendo , pues , sto los
Poetas por metonimia , queriendo significar
la tierra tomaban la voz de Geres; querien-
do decir el m a r , la de Neptuno, querien-
do mostrar las letras, ia de Minerva. No
se obscurecan en ninguna manera con alte-
rar as las voces ; porque como digo eran
vulgares estas fbulas. Los modernos, pues,
que imitan esto , yerran dos veces: L a pri-
mera , porque se obscurecen , y en esto, no
los imitan; pues ellos se daban entender
con facilidad todas gentes de aqul modo;
y estos escasamente se dexan ver sino de los
muy curiosos y advertidos en estas fbulas.
La segunda , porque no creen , antes saben
de cierto que aquellos dioses son falsos , y
, que
AL PANEGRICO. 28l
que no se 'les debe esta honra. Hagamos, por
e x e m p l o m e t o n i m i a n esta oracin : Justo
fuera entregar al fuego los Poetas antiguos.
Para hacer la metonimia v pondr en lugar
de la voz fuego , la < de rVulcano ; esto no
puede s e r ; porque yo no tengo Vulcano
por autor del fuego; y si los antiguos ha-
blaron de esa forma , fue -porque crean in-
violablemente que- aquel era causa -de este',
efecto , y por eso entendan el efecto nom-
brando la causa , que es lo que ensea aquel
selima. Dirn los Poetas , que esto se sal-
va porque es imitacin de los antiguos. No:
es imitacin; imitacin es hacer yo con quan-
ta semejanza puedo , lo que otro hace. Aqui
no hago lo que los antiguos; segn e s o , no
los imito. No hago U> que los antiguos; por-
qu si ellos hadan est metonimia tomando
la-causa por l efecto en los exemplos di-
c h o s , era entendiendo que eran causas de
estos efectos ; mas yo rio SQIO no creo que
es as ; ms s de cierto que es falso: lue-
r

go mal los imito. Por esta misma razn no


aciertan imitar los que en sus poemas in-
vocan A p o l o y Minerva', sin mas funda-
mento de que lo hicieron los antiguos. No
es buena la razn ; porque el uso de las invo-
Nn ca-
2.$2. D I SC V Ti S OS
caciones hall entrada en la Poesa para pe
dir socorros. Quiere tratar Virgilio; en sus
Gergicas de la cultura del campo . y cre-
yendo que el Dios Pan , Sylvano-, y otros,
le tenan su cargo ; los invoca para tratar
de l. Si yo , tratando de ensear la agri-
cultura , invocara estos Dioses , no creyendo
que son dueos de este cuidado , no imitara
Virgilio en esto ; porque si l los invo-
ca , si los pide favor , es , porque piensa que
se le pueden dar ; yo s que no pueden dr-
mele : luego no les pido favor. Piden hoy los
predicadores gracia quien, saben que est
llena de ella. Claro est que no la pidieran,
si no lo entendieran as. Con que afecto Clau-
diano habiendo de describir el robo de P r o -
serpina , pide, Pluton socorro^ para decir
los horrores de la isla tenebrosa l Crea que
era dueo de ella ; quin le podia discul-
par , si no lo creyera? Invocaron los antiguos
A p o l o para pedir furor divino ; fue por-
que crean que le reparta. Mas nosotros he-
mos desembozado su credulidad; no pode-
mos hacer lo mismo. Mejor, lo hicieron A l -
cimo , A v i t o , Juvencio , Aurelio Pruden-
c i o , y Paulino, que habiendo de pedir fa-
vor para sus versos, invocan Dios. Poetas
son
AL PANEGRICO. 283
son estos y y. excelentes; fbulas saben ; mas*
tienen prudencia , y reparan, en lo que di-
cen. Esta es imitacin propiamente ; que si
los antiguos pedin socorro , le,pidamos t a m -
;

bin ; si quien entendan que le reparta/


quien sabemos que le reparte. E l mismo
peligro amenazan aquellos tropos en que se
toman las patrias por los dueos ; como
los que llaman al vino Lieo , y Yenus
Berecintia. Hicieronlo los antiguos; mas era
vulgar entre ellos, que estas eran patrias de
aquellos dioses. Mas no entre nosotros , que
ni los muy advertidos se acuerdan de eso;
por lo q u a l , no acertamos en esa imitacin.
L o mismo en la antonomasia; lo mismo en
los perfrasis; y finalmente en todo gnero
de metforas y alusiones que se acuerdan de
la religin falsa de los. antiguos. Como si yo
llamara al signo de Aquario , Garzn de Ida;
disculpado quedara quien no me entendie-
se. Pues los antiguos no le llamaban as,
porque pensaron que Ganimdes (un hermo-
so mancebo de Ida ) fue transformado en aquel
signo para servir la copa Jpiter ? No im-
porta ; que aquellos le pudieron llamar as,
porque era vulgar entre ellos la fbula y pa-
tria de aqul Garzn; no ser pues acerta-
Nn 2, da
284. D I SC U R S OS
da la imitacin de aquel perfrasis. No quiero
yo negar que son de provecho las fbulas;,
bien s , que contienen algunas , grandes,
secretos de la Filosofa;, lo que digo es,;
que no saben aprovecharse de ellas algunos
Poetas imitando sus alusiones , como pen-,
san que las imitan. Qu disculpa defende-;
r muchas prosopopeyas, en que algunos
fingen que les habla el dios Apolo , in-
troducen personas de la gentilidad ? Pues los
antiguos (dicen ellos) no usaron prosopope-
yas ,. y. mas licenciosas ? No est Luciano
Heno de ellas, con ser Orador y no P o e -
t a ? N o . las. gradan los. maestros del arte
de la eloqencia , Aristteles ,. Cicern , y
Quintiliano? Aquellos las-usaron, de esafor-^
rna 1, porque imaginaban que esos dioses p o -
dan hacer lo. que fingan: que hacan. Fingan,
pues, lo que imaginaban posible; en su opi-
nin ; de manera que si no lo entendieran asi,
no lo fingieran. Gomo si ahora un cmico
-en la comedia introduxese un hombre que
vea sin ojos , sin milagro ; claro est que
desatramos la risa ; p u e s por qu? sta
no es comedia r no es ficcin sta ? l no
nos la da por verdad , sino por fbula ; de
qu es la risa ? aunque sea ficcin ha de pa-
AL PANEGRICO. 285
rcerse la verdad, como el retrato al ori-
ginal. Finge cosas que no pueden s e r ; locu-
ra parece ; lo mismo sucede en estas pro-
sopopeyas ; ya sabemos que son ficciones; ya
lo saban los antiguos ; admitilas el atrevi-
miento de la eloqencia para persuadir en-
comendando con ellas la atencin , por
su vehemencia por su novedad; ivas aun-
que sean ficciones y pinturas , han de ser
propias ; y tales , que si puede ser engaen
los ojos, que este fue el mayor blasn de
la pintura. Las. de aquellos tiempos no pe-
caban de impropiedad , porque pensaban que
podia ser. Nosotros sabemos que no puede
ser; segn eso , no est bien acertada esa
imitacin. No. aciertan tampoco' los-que pien-
san que imitan los Epitafios antiguos , hacin-
dolos pomposos y graves, muy costosos de
mrmoles y bronces, y aadiendo: que en
aquella urna, pirmide , pira yacen las ce-
nizas de un varn ilustre ; remata aconse-
jando al caminante que le sacrifiquen llan-
tos. Esto c m o puede sufrirse ? dicen qu
- es imitacin de los antiguos; traen mil exem-
plos de inscripciones de sepulcros que guar-
dan esta forma ; epigramas de poetas Latinos,
que siguen este estilo en este poema. Qui-

,..:.i sie*
2?6 ; D I S C TT R S OS -i i
siea que me dixeran estos Poetas por qu
razn los antiguos sealaban sus sepulcros con.
esta inscripcin epitafio ? Son muy doctos,
y dirn que antiguamente no se enterraban los
cuerpos difuntos de los nombres como aho-
ra, sino que se quemaban y guardaban las
cenizas en unas piras, que los. mas podero-
sos levantaban p i r m i d e s c o m o hicieron los
Egipcios con asombro del mundo ; que otros
levantaban estatuas, y otros columnas ; que
estos sepulcros pobres opulentos, eran
en el c a m p o , y que por eso tenan los epita-
fios aquel boato de mrmoles y bronces; y
hablaban con el caminante , porque estaban
al paso. Otra pregunta: y si entonces no se
usara eso; s i n o se quemaran los cuerpos^
si no se sepultaran en el campo , hicieran as
esa inscripcin ? claro est, que dirn que no;
pues por qu causa hoy que se entierran
y no se queman los cuerpos , en la Igle-
sia , no en el campo f en tierra, no en pi-
ras , si no es algn poderoso ; y debaxo de
losas, no de pirmides; hemos de hablar
con el caminante, y decirle que en aquellas ur-
nas piras descansan las cenizas de un muer-
to ? E s imitacin de los antiguos. No es
en ninguna forma;: que los antiguos descri-
ban
A I I A S E 6 I R C O. 287
bian esto como era entre ellos; y para imU
tarlos nosotros," hemos de describirlo como
es entre, nosotros. Si les imitramos tambin
las obras, era justo imitarlos las palabras; mas
no las imitamos : luego no debemos este cui-
dado. Fltanos la verdad sobre que se fun-
da el epitafio. Ellos tuvieron por verdade-
ra toda aquella pompa; nosotros no la te-
nemos : luego no los imitamos. Qu pa-
ciencia sufrir la que llaman imitacin de
un Epitalamio ? Invocan Hymeno dios de
las bodas : pdenle alegria y paz para los ca-
sados ; y no hacen mucho ; que se lo man-
da Escalgero muy de veras. Y si pregun-
tsemos su soberbio ingenio , por qu
da este preceptor* Responder que por imi-
tar la antigedad , que siempre nos est
advirtiendo respeto y cuidado de sus huellas.
Dime docto varn : los antiguos por qu
le invocaban ? porque entendan que era una
deydad de cuya mano se desenlazaba la paz,
el g o z o , el gusto de las bodas, la conso-
nancia de las voluntades, el yugo del ma-
trimonio ; de manera, que si no lo enten-
dieran as no le invocaran ? claro est. Pues
hagamos lo que hicieran , si fueran lo que
somos j pues sabemos que no hay tal dios;
si
2.88 , DISCURSOS .
si no esperarnos tales dones de sus manos;'
para qu le hemos de llamar en, nuestros
Epitalamios? d e qu sirve acordarnos d
l , y hacer lo que ellos no hicieran si fue-
ran lo que somos? Finalmente no aciertan
en la imitacin de las tragedias los que tra-
tan al pueblo como nio , representndole
espantos; martirizando al teatro con tramo-
y a s , y todo para los ojos sin que haya mas;
que la corteza. S a c a n , pues, al teatro la
diosa Venus, Juno , y Palas , por tener oca-
sin de engalanarle con muchas flores. Di-
ce aili Venus el imperio que tiene sobre nues-
tros corazones ; Juno el que tiene sbrelos
mismos Imperios ; y Palas sobre las batallas,
que es el fin de esta representacin. A qu
efecto salen con este razonamiento en un
teatro cuerdo ? Dicen que imitan los an-;
tguos; estn tan lexos de imitarlos , que an-
tes van contra su estilo , contra su intento.
E i de los antiguos siempre fue ensear ; s-
te es el principal oficio de la poesa, como
hemos dicho. Bien es verdad que inventaron
modos de mucho g u s t o , grandes Saynetes,
agudas novedades; mas sto fue para ves-
tir el fin principal, que es la doctrina. Y
de la manera que yendo yo buscar un amk

go,
A L J A S E G I R I C O. 289
g , y no hallndole en casa fuera necia
respuesta decirme: Fulano quien buscis,
no est en casa, pero aqui est un sombrero
suyo ; as es necia la poesa que en vez de
mostrarnos el c o n c e p t o , la alteza, el. alma
que buscamos en ella , no nos muestra, si-
no el vestido y adorno; y no el mas ga-
ln , sino el mas ordinario y de menos cos-
ta de ingenio. No muestra , pues , mas que
galas esa imitacin falsa. Mas : en el espect-
culo dicho los antiguos creyendo que aque-
llas eran diosas , queran persuadir al pue-
blo su veneracin representndole su poder.
Tan lexos estn como d i g o , de imitarlos;,
qu los contradicen. Aquellos, ensean bue-
nas costumbres; estos malas. Aquellos tratan
de aprovechar ; estos solo de deleytar; y
no haba razonamiento de los antiguos , en
ste exemplo , tan descuidado que no pu-
diera ser ayo de las costumbres ; mas hoy
f qu aprender el pueblo de ver y de or
esto ? 1 aprender idolatrar Venus, J u -
no , y Palas? No aprender, porque es Chris-
t i a n o ; pero no podr aprender otra cosa,
si trata de aprender. L desdicha es que aun no
deleytan , empendose en eso solo ; porque
como no admira ni agrada la pintura * que
Oo no
290 DISCURSOS
no es fiel quien retrata ; as no lo son
estos espectculos. Pecan en la . impropiedad.
Pobreza es de ingenio vestir galas agenas,
estilos genos , trages de diferente nacin,
edad , y gnero. Otra imitacin han empren-
dido , con que defienden sacar personas di-
vinas al teatro. Fndanse en que lo hicie-
ron los antiguos. Esta es verdadera imitacin;
yo lo confieso ; pero no todas las acciones
son dignas de imitacin ; y mas las que ha-
llamos reprobadas por los mas sabios, quan-
do no bastara la razn. Platn en su Rep-
blica castiga estas introducciones ; pecan es-
tos contra toda piadosa religin , bien que
introducen personas divinas, como son vidas
de Santos, y. algunas historias de la escri-
tura sacra; pecan en el decoro ; porque c o -
mo pueden colores humanos, sin grande agra-
vio , retratar luces divinas? yerran en la pro!*
piedad; porque no habiendo afectos en aque*
los sugetos sacrosantos, sino purezas y tran-
quilidades ; los representan con afectos ya
de enojo ya de temor. Que si bien es ver-
dad , que es forzoso ; no por eso dexa de
ser poca veneracin. Tropiezan estos Poetas
en la lisonja. Saben que ha de agradar la
ignorancia del vulgo, que como bruto se con-
ten-
AL PANEGRICO. 291
teta con las cortezas:; y sguenle el gusto,
porque saben que solo en l podrn hallar
aplausos. No aciertan, pues , ninguno de es-
tos imitadores. Caen como hemos dicho: en
dos faltas bien escandalosas : de obscuridad
y de impropiedad. Era entonces la Teolo-
ga de los gentiles, noticia de las fbulas
de sus falsos dioses; su Biblia , el libro de
Hesiodo en la Theogonia ; crean aquello uw
dubitable y firmemente; y los de mas alto
y bien limado estilo , se dexaban entender
de todos usando de sus,frases y alusiones
sus fbulas; porque todos lo saban como
artculos de su falsa religin , como vidas
de santos , nosotros. No fuera desalumbra-
miento traer por los cabellos , palabras nue-
vas y y raras veces conocidas, los que so-
lo trataban de declarar sus conceptos , y
ensear con entendida luz ? No eran , pues,
palabras nuevas aquellas , ni aun para el vul-
go , como lo son h o y , no sin martirio de
algunos ingenios; no eran sino muy usadas
y comunes ; y por eso se ayudaban de ellas.
Esta es la causa , porque en nuestra edad
no todos entienden la poesa ; debiendo ser
clara para imitar los antiguos , quienes
piensan imitan, hacindola obscura; la falta es-
O02, t
292 D I S C TJR S O S .'
t en los Poetas , que llevados de la ambi
cion de dar entender que saben , dar
entender que no saben imitar; y no se dan
entender. Quieren hablar como Gentiles
entre Christianos , como Latinos entre E s -
paoles , cmo los han de entender ? No
se acuerdan que la razn por qu llamaron
Apolo al Sol , Autor de la poesa , es
por su esplndida luz y derramada claridad.
Mientras la poesia no fuere clara como el
Sol , no es poesia 5 enigma e s ; ni se alabe
de que tiene su ascendencia en el Sol , si-
no en alguna esfinge. Queda, pues, mi pa-
recer , bastantemente defendida nuestra cor-
tesa , en no hacerla los antiguos, ni obe-
decerles n; las comedias , no bastando el
arte de Aristteles , ni los exemplos de los
cmicos; no la imitacin, porque no la acier-
tan. Bien s que peligra mi crdito , por-
que escribo cosa que nadie hasta hoy ha pen-
sado ; bien s que ha de parecer novedad
quitar piedra en que tantos han tropezado
sin reparar en ella ; mas no basta eso para
acobardarme , teniendo de mi parte las ra-
zones que he dicho. Vergenza es que tenga
tanto imperio la imitacin , que no hemos
de mudar el pie sin que nos den la mano.
Qul
^ Qul ser , pues, el arte de las comedias,
que parece qu hemos destruido los que po-
dan serlo.? Un precepto, solo basta , que los
cie todos rSabt qu todo peia es imi-
tacin. A q u e l , pues , ser perfecto sin mas
l e y e s , que imitare la accin que retratare
con puntual propiedad} esto ha hecho Es-
pana excelentemente: luego guarda el arte.
XiO uno y lo otro queda bien defendido

DIS-
294 BIS CV R s OS

DISCURSO X.
Cortesa y grado.

e todas las acciones de este justo y pru>


dente Princip , es como esmalte la cortesa
y agrado con que las hace. Sirve de Tribuno
al Imperio , gobierna sus soldados; y entre el
estruendo horrible de las armas , entre el
confuso polvo de los encuentros, entre el se-
vero adorno de la celada , sale su agrado y
cortesa con sereno semblante. No le embara-
zan , no le turban su tranquilidad los hor-
rores y borrascas de la guerra ; acude al so-
corro de sus soldados. visita los reales, no
se fia del sueo , si primero no sabe que
descansan t o d o s ; y en medio del alboroto de
la batalla, aun no puede divertir este cui-
dado ; socorre las heridas de sus soldados;
no perdonando , como dice Dion C a s i o ,
su mismo vestido , de l haca vendas para
detener la sangre. Saba que la prpura
mas ilustre con que poda adornarse un E m -
perador era aquella que se habia teido con
la
AL PANEGRICO. 295

la sangre de sus soldados , mientras trata-


ba de detenerles la vida; no la de aquel
sangriento Prncipe que como lobo hambrien-
to , la haba manchado con muertes y vio-
lencias suyas. Viene al Imperio ; entra en
Roma con la mayor grandeza que lisong
Prncipe; no por los arcos artificiosamen-
te ricos ; no por el adorno de las calles,
porfa esplndido ; no por la pompa , con
cuidado numerosa con emulacin bizarra y
grave ; mas por el aplauso del pueblo , por
el amor que en los ojos y en las bocas de
todos le salia recibir; y aun no le di-
vierte esta magestad ; tan humano y tan apa-
cible como antes hace cortesas al Senado,
le abraza , se permite al lado de qualquie-
ra que gusta de hablarle. Mas entonces no
fue de admiracin 5 porque se lo estaban ad-
yirtiendo las aclamaciones que le llamaban
el BUENO ; lo. que mas admira es , que Ren-
gando ser Cnsul , cargo de severidad y
desabrimiento , inventado para castigos y
amenazas ; aun est blando y apacible , ,
est en la guerra entre naciones extrange-
ras , est en Roma entre sus ciudadanos.
Todo es p o c o ; aquella admiracin se lleva
tras s todo el sentido, que usando lomas alto,
lo
3,96* D I S C V R S OS
lo mas feliz del Principado ( q u e es hacer
mercedes) aun no se despide de su modes-
tia. El mismo anima los pretendientes , l
los aconseja el modo con que lograrn sus
deseos, l publica los que ha elegido y Con-
suela los que no ha elegido , l alaba en p-
blica oracin los benemritos , l los ensalza
y honra con su aprobacin, y se facilita
los que quieren hablarle. Estn liberales
sus puertas como su pecho , todo ruego*
todo deseo ; sea traza y sea natural , no
se le puede escapar la alabanza de sabio
de bueno. De aqui le naci el amor del pue-
blo ; de aqui el renombre que siempre vi-
vir en las memorias ; de aqui su seguridad.
Persuasiones son del miedo el encerrarse en
altos y fuertes alczares , en laberintos por-
fiados , ceirse de larga esquadra de alabar-
das. No tiene este Prncipe miedo que se
lo aconseje ; porque no ha hecho obra qu
no merezca amor. Libre y seguro se mues-
tra todos en las fiestas p b l i c a s s a l e ca-
da dia al lado de t o d o s , da audiencia
todos , y nunca se hace mas dueo de t o -
dos , que quando parece que los sirve. Ha-
zaa es d su agrado , de su cortesa; est
es aquella cadena de oro que pinta Alciato,
con
L P A N t ' 5 ' i H E C O . 2$J:.

con que el fuerte Hrcules traa de los on!


dos que engazaba en ella , t o d o el mundo >
tras s. La blandura es de las. palabras
quien no hay resistencia. Pudiera aquel ro-
busto asombro de todas las edades, prender:
aquella muchedumbre confusa con fuertes
prisiones, y domarlas solo con la sombra
de su robusta clava ;i mas no se da por
vencedor, si.no vence las voluntades y si no
aprisiona los corazones ; para estos no bas-
tan las armas 5 las palabras s. Por eso fin-
ge la pintura que penda de s boca aque-
lla cadena de oro , prisin apacible. De
aqui bebi el alma el otro Geroglfico , que
para delinear la fuerza del agrado , pinta-
ba Hrcules- que colgaba en el templo de
Apolo su arco de la charpa de Anfin. E s
el harpa smbolo del agrado y conformi-
dad ;' colgando , pues, Hrcules su arco de
ella, quiso darnos entender , que las vic-,
torias , cuyo instrumento era el arco , esta-!
ban pendientes del agrado apacible. Eso es
ser seor y dueo del mundo; as se ganan
los Principados , no pareciendo seores ni
Prncipes en la gravedad , sino iguales y ami-
gos en el agrado. Cuentan los Mitolgicos'
que vindose corrida Venus de que aquel
Pp hi-
208 D I S'C/U R S O S r
hijo suyo y seor del Universo', no- ere-.;
cese en el cuerpo como creca en el p o -
der , fue consultar el. orculo de Themis
para saber de - ella el modo con que pudie-
ra crecer el A m o r ; la piedad de los ce-.
l o s ( dixo Venus ) me hizo madre; de un ni-
o tan hermoso , que es dueo de todas las
perfecciones ; su imperio
:
estn quntas
bellezas han nacido ; no lo s o n , las que no
se dan por suyas ; venranle con temerosa
religin, no solo Chipre donde yo tengo
altares,. mas todas las Naciones. No hay re-
gin tan fuera de yugo v que pueda levan-
tar el cuello y llamarse libre ; . n o hay ani-
mal tan. hurtado las luces del;cielo , que
se defienda con el terror de su: cuevas ; n o
hay pez tan entregado las aguas., que se
libre con el bramido de sus movimientos;
no hay ave tan seora del ayre , que se es-
cape con sus alas; crece el hum de las ar-,
mas que en todas,partes le consagran; levan-.:
tanse obscuros globos que hacen embarazo'
al S o l ; aun el cielo olvida emulaciones, y
le ofrece lisonjas. Este con ser mas viejo
que el-tiempo , porque naci en el mismo
chaos (de donde le quedaron sus confusiones)
aun se est nio en cuerpo y semblante.
Ya
A L P A N E GIRICO. 20 9
- Y a sabes quanto importa la magestd de
< tari grande prncipe la proceridad ' y gall ar-
:

da del cuerpo $ olvidase la estimacin , pir-


dese el decoro los que no-la'tienen es-
t o temo- en mi hijo ; < dese i conservarle en ;

su potestad ; . yo s que t , eon sert Dio-


s a , aun le has menester. Lisonjale, pues,
"gnale por tuyo , con decirme que ; traza
bastar pr qu crezca -en el cuerpo.
;
Res-
;
pohdi' -la Sabia breve y"' sentenciosamente:
:

Busca otro a m o r , criarlos juntos y crece-


rn ambos. Nadie , dice nuestro Orador,
puede amar; mucho "sin ser amado. No pue-
de dice aquel Orculo , crecer el amor sin
otro amor ; esto e s s i n correspondencia.
No se fien d su poder los Grandes Seo-
>' res "quando 'desean ser queridos' y estimadoi;
; que es imposible que lo sean , si no quie-
ren y estiman. Un amor crece y levanta
otro, un agrado otro , una cortesa otra.
Smbolo es. de la conformidad! lalyra;- Pa- ;

ra que sea; sonora es. menester-igualar los


-sonidos de las cuerdas ; disuenan^ pierden
la dulzura , - no estando as templadas. Si
quiere e l poderoso tener conformidtd y cort-
^cordia con los subditos V ha d
:
templarse
con ellos, - igualarse con ellos; qu es ley
Ppa de
$00 B I S C1J U S O S
de ,1a amistad que no puede .vivir sino,; entre
iguales. Noldiida Trajano ;de.igualarse sus
amigos y torcer la llave su magestad , aflo-
xar su grandeza .por templarse, con la hu-
mildad del pueblo y; \merecer su. amor. L e -
.yes recibe de, sus amigos,;; poique aunque
es legislador , no tiene imperio en ellos;
.es igual), no puede ponerlos leyes. No o l -
..videmos los, Filsofos* Si ^1 amor nace de
:1a: hermosura y perfeccin (jcomo ensearon
los antiguos ) fingindole, hijo de Venus la
f mas perfecta de las deydades.; qu. perfec-
cin < hay que amar ,;.qu hermosura-que ad-
fnirai donde no hay agrado. y^ cortesa ?: $i
por las seales del rostro hemos de conje-
turar JaSjvirtudes para estimar al dueo;
preguntemos. & Aristteles ,;.>qu'r. prometen
-los ojos atrevidos y bravos ,hqtialsson los
del desagrado y descortesa ? y dir que son
.indicio'de grandersoberbia y crueldad. .Quin
ha dersrami^nde estos,afectos ,:sidhos
^enemigQ^de?s;:.mismQ:? ardanor..dice:;, que
los vicios: mas; feos, nacen; de-a melancola.
Festejemos,! pues,, los hombres rmelartcli-
.eos . , se,vero$ . y graves ; n o hay; r&zon :por
; v ( ;

: que; n,Q sean .aborred0S,


c r , > 1QS> ' que.o tf&i >el
mismo aborrecimiento en el semblante; ame-
, . , na-
Al T A S E G I R J C O. 30I
nazando estn con l ; rompiendo estn las
paces que habia hecho la naturaleza entre
los hombres ; desafiando estn , y pidiendo
armas. Natural cosa e s , dice Alexandro Afro-
disp , que los ojos enfermos inficionen
quien los mira.; el que tuviere los ojos man-
chados de ira , manchar forzosamente la
vista que los mirare. Pone Aristteles en
u n libro que hizo de las maravillas, que no
hallaba pie el. discurso , ; en que hubiese una
serpiente en Tesalia que con el vibrar de
sus ojos y con sus silvos amedrentaba y po-
.nja en larga, .fuga, todas las dems serpien-
tes i con ser animales , quien hace tercera
.la semejanza .para ser amigos; y no repa-
~r en que hacia lo mismo qualquiera hon?-
cbre i-desagradable , ' descorts ' sebero con
:

-los denlas hombres, solo con asomar el c o -


irazon los ojos - la b o c a , con la vis-
ita : las palabras. Serpiente es de Tesara;
i todos, huyenbde; los, >
' rayos de sus, o j o s , de
das amenazas de.^'suso voces..;Oh quanto im-
ipor^a;;. dices Piinio , ' caminar por las des-
dichas las prosperidades ! Peligraste siert-
,do ? pJrljicular , y temiste ; condenaste la^ so-
-berbiaj'y presuncin, de.aqu$h"Prncipe , pa-
:

dre de ,estos .miedos. Conociste, quan abol-


(

re-
302, DI SCURSOS '
recible es la soberbia; de ai te nace t hu-
manidad , t mansedumbre y modestia. Quie-
re la divina Providencia poner el amparo
de Egipto en un hombre ; - y le forma an-
tes de trabajos y miedos. Hace esclavo J o -
seph ; mtele en una prisin:cruelmente obs-
cura ; no fuera mejor darle el cargo quan-
do estaba mas adornado de magestad con
las galas que le habia puesto i su padre , tan
costa de la envidia de sus hermanos? P-
:
rece que no ; porque entonces la buena for-
tuna le tenia soberbio; sobase {estrella , y
adorado. Fue necesario' que< s .desnudase d
aquella felicidad y que < en- las desdichas
aprendiese ser humano, viendo quan abor-
recibles eran del pueblo los Prncipes se-
veros. De la crcel sale para l/gobierno
d Egipto , como si le sacaran de la escue-
la d Atenas ; all se aprende tenazmente
;

la mansedumbre , all la modestia y huma-


nidad, ^columnas del Principado. E l mismo
-exemplo nos muestra"el Rey> D a v i d ; quiso
-Dios alentar su pueblo y! con darle un'justo
-Prncipe; muchos varones tenia poderosos
- < quien honrar con la magestad' del Ryno.
N o le permtei su : amor fiarle d; ellos y la-
:

bra , pues , de huev un-varn justo ; y pa-


ta
ra que aprenda ser amoroso y apacible,
(que es lo que mas importa para el Rey-
no ) hcele pastor , y scale del cayado al
cetro. Quin pensara que un pastorcillo que
habia sido juego de los ayres , risa del Sol,
y entretenimiento de un manso ganado, se
Criaba para mandar y gobernar hombres? Eran
aquellos exercicios , ensayos de R e y ; que
teniendo tanta necesidad de amigos los Re-
yes , (como dice nuestro Orador) el cui-
dado, de mas desvelo que han de tener es
grangear amor ; esto no. puede ser sino es
teniendo amor. Embarazado se hall Moy-
ses, (aquel grande maestro de gobernadores)
vindose .desabrido de lengua ; no le pare-
ca que podra acaudalar obediencias apaci-
bles con la aspereza de la suya. Era ma-
gestuoso de semblante.; traa escrito en la
frente el exercicio ; temia que se desagra-
daran los. Hebreos de tanta superioridad; y
lo: primero que hizo antes de empearse en
su gobierno , fue templar su severidad con
el agrado de Aron. Tenia aquel Sacerdote,
mucho amor en la lengua ; era facundo y
agradable. Dio leyes para su pueblo Dios
-Moyses , y antes que las publicase le en-
se un monte de fuego; qu querr ad--
ver-
vertirle al Legislador? L o que importa pa-
ra la obediencia de aquellas leyes. E s el
fuego smbolo del amor ; mostrando , pues,
tanto fuego Dios Moyses , le advierte que
;

tenga amor si quiere


' ser obedecido; que
!

sea apacible ; no lo era Moyses; tenia eno-


jos determinados ; era necesario que le tem-
plase )ios cada instante. No" desprecia
Roniulo la mayor monarqua ^vindole vest--
do de pieles ; saba que haba sido pastor,
y que habia aprendido* ser apacible. <No
desprecian los Asiros Ciro , aunque sa-
:

ben que se cri humildemente/;-, porque n-i


tienden que ser modesto, industriado en su
moderada fortuna. E l primer Emperador de
Roma , Augusto, amans la aspereza de
libertad , puso yugo: a gente que se precia- i
ba deponerle . las dems gentes \ solo con
su-agrado y modestia; Cenaba con los ami-
gos , deca los motes y esperaba el retorno.
No les pareca seor y sino padre; no Em-
perador sino amigo. Disimul el amor: el
imperio, y enga las rebeldas. Aristteles
dice , que el gobierno de una Repblica ha
de ser como, el de una casa ; el Rey es pa-,
dre de la familia ; dueo . es el. padre d e ;

su casa y familia , pero con amor y man-


se-
AL PANEGRICO. 3O5
sedumbfe; con agrado y blandura. No im-
porta que seas juez y dueo de la Rep-
blica , para tomar licencia de ser. desapaci-
ble y severo ; "que has de ser como padre
cort su familia. Cinco aos disimul Nern
sus vicios con su agrado ; que no puedo creer
que fuese vicioso tiempos , quien con tan-
tas races lo era. Cinco aos incestuosos y
feos hermose con la falsa alegra de su
semblante. No les parecia los Romanos que
podia haber vicio en tanta blandura ; des-
rnentian algunos rumores que su pesar
les decan algo -feo del Prncipe. Tan pro-
pio es de justos gobernadores el ser apaci-
bles , que sol con serlo se hicieron Reyes
muchos tiranos. Tirano fue Dionisio de Si-
cilia ; Pisstrato , de Atenas ; Pitaco de Mi-
tilene ; mas pudo tanto el agrado con que
lo fueron , que engaaron las gentes sbdir
t a s . : Justo Rey. esquen l o e s apacible ( de-
c a n ) ; no es Rey , sino amigo , quien
lo es con tanto agrado ; no hay que amo-
tinarnos de verlos en los reales tronos. D u -
r, la obediencia mientras dur el agrado;
conocieron ,1a tirana quando vieron el de-
sabrimiento. No. es justo, ni legtimo Rey
(dixeron) quien \o es spero y desapacible,

Q<3 Ma-
306 DIS CURSOS
Mat Dion Dionisio el segundo , dice js^
t i n o , por su soberbia y desprecio ; pronos-
ticlo Aristteles en su Poltica. Dos cosas,
dice , descubren la tirana y derriban los ti-
ranos : el aborrecimiento y el desprecio. Bien
s que importa la magestad en las personas
poderosas para fundar respetos. Herodoto
d i c e , que los Prncipes de Persia jams sa-
lian en pblico , por aumentar el decoro*
La antigua lisonja en las Repblicas mas
justas, los consagraba vctimas. Los Indios
del Japn tienen dos R e y e s , como escribe
Juan Mtelo: el uno para las honras , y
el otro para los juicios. L a Magestad del
primero es t a n t a , que le adoran como
Dios ; no ha de tocar el pie- en la tierra, 1

pena de perder la dignidad; L a Magestad


que se desea en l semblante y persona d
los grandes Seores , no es otra cosa que
un indicio y seal de grandeza de nimo*
E l semblante agradable y apacible n pier^
de la magestad ; no desmiente la alteza del 1

pecho ; antes las seala con argumentos for-


zosos. Grandeza de nimo es tenerle sose-
gado y sereno; de ai les vino los Prn*'
cipes el ttulo de serensimos , que es el
mayor blasn de grandeza. E l agrado , la

apa-
AL PANEGRICO. 307
apacibilidad y blandura , clar est que es
muestra de serenidad y quietud de nimo.
Preguntmoslo al cielo y al mar : el cielo
quando est sin los afectos de tempestades,
de vientos y aguas , sereno se muestra y
apacible ; espira alegras el Sol todas par-
tes ; aun no basta la obscuridad de la no-
che entristecer al cielo *, desenlzanse agra-
dos de las estrellas; diciendo estn con len-
guas de oro , la quietud que gozan. El mar
mientras no le ensoberbece la hinchazn de
los vientos , ni levanta montes de espuma
ni brama ; quieto est y mudo ; halganse
las aguas , forman las ondas blanda risa. In-
dicio es de humildad , no de grandeza de
nimo , mostrar semblante severo y grave.
Poca tranquilidad hay quando embarazan eno-
josas nubes los ojos de los cielos ; quando
descomponen bramidos temerosos la quietud
del mar. Esta es la mayor magestad , no
ostentarla. Esta es la mayor grandeza , des-
preciar grandezas. Los aos de Nerva habian
encorbado su magestad con su cuerpo ; atre-
visele el pueblo; peligr cadas. Qu gran-
deza , qu magestad , qu decoro bastar
enfrenar un pueblo ya desenfrenado ? Bast
la de Trajano sin mas riesgo, sin mas ar-
Qq 2 mas
30,8 D s c v u s -s
ms que la presencia de su semblante. s* :

te no era apacible , no era todo agrado -, hu-


manidad y mansedumbre? Nada celebra tan
de veras nuestro Orador; luego sta es la
mayor magestad , sta la mas firme gran-
deza , ste el mas mirado decoro. P e este,
pues , han de adornar los Prncipes su per-
sona; de este se han de valer para ser que-;
ridos y respetados.

F I N,

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