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La chicha
ni se destruye,
no muere
slo se transforma
Jaime Bailn1
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dossier
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de profesin2. Los fines de semana Lorenzo se Sufrir llorar para qu, son discos representati-
cachueleaba animando fiestas familiares y vos de esta vertiente. La otra lnea temtica de
actividades sociales (polladas, festividades re- sus canciones esta compuesta por discos co-
ligiosas). Este primer vnculo con el pblico mo Soy obrero y Soy provinciano que narran las
lo ira alentando para ir entrando de a pocos peripecias del migrante que busca adaptarse a
al mundo de la msica. la gran ciudad. Este ltimo tema, autora de
Su carisma con el pblico y su voz ronca Juan Rebaza, es posiblemente una de las can-
(pareca que haca grgaras con vidrio) hicie- ciones ms importantes del gnero tropical
ron que la cumbia ahuaynada adquiriera un andino y fue grabado en el ao 1978 para el
tono ms agresivo. A fines de 1977, Chacaln sello Horscopo:
era reconocido como el dolo de los choros.
Los parroquianos iban a sus fiestas a desfogar Soy muchacho provinciano
penas y frustraciones. Ese desfogue los lleva- me levanto muy temprano
ba a ingerir licor en cantidades industriales. para ir con mis hermanos
Con el alcohol en sus cabezas y el pico de una ayayayay a trabajar
botella en la mano derecha, los asistentes eran
No tengo padre ni madre
capaces de transformar en cuestin de segun-
Ni perro que a mi me ladre
dos un chichdromo en un verdadero campo
slo tengo la esperanza
de batalla. ayayay de progresar.
Chacaln, animado por el guitarrista Jos
Luis Carvallo, decidi fundar su propia agru- Busco una nueva vida
pacin: La Nueva Crema. ste conjunto sera en esta ciudad
el representativo de un tipo de fiesta chicha: donde todo es dinero
la achorada costea, que estableci una dis- y hay maldad
tancia definitiva con la cumbia elegante con la ayuda de Dios
(Destellos, Girasoles, etc.) de fuertes races se que triunfar
colombianas. y junto a ti mi amor
La chicha achorada costea fue creacin que feliz ser.
de migrantes con un proceso de aclimata-
cin de mayor tiempo de duracin. Los inte- Con el correr de los aos, esta cancin se
grantes de estas agrupaciones eran en su ma- constituy en el himno de los provincianos
yora hijos de provincianos acostumbrados que liaron sus brtulos y se instalaron en la
casi toda su vida a la ciudad. Muchos slo te- capital. Chacaln haba logrado definitiva-
nan referencia del universo andino a travs mente imponer un estilo basado en su talen-
de los nostlgicos relatos de sus padres. to interpretativo, pero tambin en su peculiar
La empata de la Nueva Crema con un manera de vestir.
sector de su pblico -el lumpen de extraccin La puesta en escena del show del Faran
provinciana- se explica por las letras de sus de la cumbia, el pap de la cantina (sobre-
canciones y por la presencia visual de Loren- nombres con que tambin se conoca a Cha-
zo Palacios. caln) se sustentaba en la vestimenta del pro-
Las letras de los hits de Chacaln estn pio Palacios, llena de reminiscencias del pop
cargadas de un destino trgico, cercano al bo- de los aos setenta, que no abandono hasta el
lero cantinero (Ivn Cruz, Guiller, Lucho Ba- final: pantaln acampanado y ceido a la cin-
rrios). Por ella, la botella, Lagrimas de amor, tura, camisa multicolor y pelo largo. Su as-
cendencia andina le marc un estilo en su
forma de cantar. Estas huellas se mezclaron
2 Chacaln se ufanaba de arreglarse l mismo su larga
caballera y confeccionarse los trajes para sus presenta-
con su contacto con la produccin musical de
ciones. la capital (pop y tropical) que determinara
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un tipo de instrumentalidad y la temtica de dad. Su voz con sabor a pregn de mercado se-
sus letras. gua desatando emociones primarias. Los chi-
Chacaln fue al mismo tiempo afirmacin cheros bravos continuaban celebrando su lle-
y negacin de lo andino (su manera de vestir gada haciendo aicos botellas en las pista de
y sus ademanes eran netamente urbanos). A baile de un chichdromo perdido entre los ce-
pesar de esto era uno de los artistas ms soli- rros de Lima. Algunas veces la vigencia de
citados para animar la celebracin de las fies- Chacaln se tornaba dramtica. Piraitas (ni-
tas en pueblos y asociaciones serranas. os de la calle) confiesan que algunos compa-
De alguna manera, Chacaln fue la sntesis eros bajo el efecto del terokal y la msica de
de un nuevo tipo de limeo en los 70: el acho- Chacaln se chucean (cortan) el cuerpo.
rado, es decir, un serrano acriollado que hace
una imitacin grotesca de la vestimenta occi- Es que a veces se est enamorado de una
dental. Esta deformacin probablemente germa, escuchas a Chacaln y fua, fua, te
responda en un inicio a un intento desespera- chuceas. Cuando escuchas la cancin por
do de adaptacin, para posteriormente consti- ella, por ella, si tan slo por ella yo reviente bo-
tellas y fua (Fredy 13 aos).
tuirse en una marca de diferencia. Otra carac-
terstica que definira al achorado es su parti-
cular manejo del lenguaje; el uso del chamullo
(palabreo) debe adquirir en cualquier momen- El epicentro de la chicha
to el poder de una punta (pual corto). se encuentra en Huancayo
Hasta el ao de su desaparicin (1994),
Chacaln, con ms de veinte aos en el movi- Las manifestaciones de violencia en las fiestas
miento tropical y casi cincuenta aos a cuestas, chicha, peleas entre fanticos de grupos riva-
era todava una de las personalidades ms fuer- les que terminaban la mayora de las veces en
tes de la chicha. Para muchos resultaba inexpli- batallas campales, fueron acontecimientos
cable la popularidad y vigencia de su arte que que determinaron que cierto sector de la ca-
no conoca de renovacin pero s de autentici- pital estigmatizar a los chicheros como gen-
te de mal vivir. Esto, segn versin de Jos
Irey -gerente general de radio Inca-, hizo que
la chicha se refugie en Huancayo (sierra cen-
tral). Coincide con esta opinin Jorge Chvez
Malaver director del grupo Maravilla:
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musical en todo el pas. go Montoya- nos ofrece la pista para descu-
El valle del Mantaro y su adyacente, el va- brir las particularidades especficas de la m-
lle de Yanamarca, se constituyeron desde sica chicha. Los nuevos instrumentos abriran
principios de siglo en el espacio geogrfico de un abanico de nuevas posibilidades que al-
encuentro entre los ritmos nativos de la zona canzaran su punto de mayor difusin 20
con los gneros musicales occidentales. aos despus.
La relativa riqueza econmica de la regin
con respecto al resto del pas, permiti su r-
pido ingreso a la modernidad, lo que signifi- El boom de la chicha: Los Shapis
c una asimilacin acelerada de sus activida-
des ldicas a la industria cultural. La moder- El boom de la msica tropical andina se ini-
nidad para el pueblo huanca estuvo signada ci en 1981, para ser ms exactos, el mes de
por una reterritorializacin de las corrientes junio, cuando un grupo procedente de Huan-
musicales forneas. cayo grab su segundo 45 para el sello Hors-
Ral Romero, en su estudio de la msica copo y lo titul El Aguajal.
en el Per, resea que este clima de apertura El conjunto debut el 14 de febrero de
a corrientes musicales forneas fue conse- 1981 animando un baile en la calle Loreto de
cuencia del surgimiento de la banda militar. Huancayo, en un local llamado Coliseo Re-
En las primeras dcadas del presente siglo, es- gional que hoy no existe. Se pusieron Sha-
te tipo de orquesta compuesta por instru- pis porque ese vocablo designaba en el Per
mentos de viento adquiri gran aceptacin en precolombino a los bravos guerreros de Chu-
toda la regin andina del Per: paca. Jaime Moreyra, lder y primera guitarra
del grupo, se llama en realidad Venturo Mo-
En la dcada del 30 la banda de Acolla (va- reyra Mercado. Naci en Juliaca (Puno), vino
lle de Yanamarca) interpretaba gneros cos- a Lima con su familia desde pequeo, insta-
mopolitas de difusin internacional como el lndose en el barrio de Independencia. Desde
tango, el fox-trot y el one-step, y ms tarde
pequeo se hizo fantico de la guitarra gracias
en la dcada del 60 introduce la cumbia en lo
a un regalo de su to Paulino. En su barrio in-
que viene a ser el antecedente de la posterior
tegr el grupo Los Elios con quienes viajo a
aceptacin de la cumbia andina o como ms
comnmente se conoce en los medios capita- mediados de los aos 70 a Canta, Huancave-
linos: la msica chicha (Romero lica y Huancayo. En 1976 regres a Huanca-
1991:250-251). yo con el grupo Meloda que tena como can-
tante a Vico. En esas circunstancias conoci a
En los aos sesenta, era comn -segn Julio Emundo Simen, Chapuln el dulce,
confesin de Berardo Hernndez (lder de por ese entonces vocalista de los Ovnis.
grupo Manzanita y conjunto)- que las bandas En 1981, Moreyra propone a Chapuln
conocidas como banda folklrica tropical formar la agrupacin Los Shapis, teniendo co-
(denominadas actualmente como banda mo integrantes a msicos que provenan de
show) empezaran a interpretar msica tropi- Juliaca, Trujillo, Chupaca, Huancayo, Tarma
cal al lado de los tradicionales huaynos. En y Junn. En 1982, Radio Moderna de Lima
las retretas de provincias las bandas hacan su los premia con la Antena de Oro por El Agua-
guarachita (Hurtado 1991:11). jal. La gnesis de ste, su disco xito, resulta
En 1963 un conjunto de la zona denomi- ilustrativo para comprender las caractersticas
nado Los Pacharacos, interpretaron el huayno ms importantes del texto musical chicha.
Ro del mantaro, que era inusualmente rpido
para el gusto de la poca, con el aadido in- Moreyra recuerda que se trat de un arreglo
confundible del uso del saxo y guitarras elc- de la clebre composicin -un evidente huay-
tricas. Este huayno moderno - segn Rodri- no andino- de Teodomiro Salazar. Pero la
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composicin de Salazar se llamaba El alizal. que hoy en da envuelve el gusto musical de
Lo que sucedi -dice Moreyra- es que no los limeos. Cada gnero musical por separa-
analic bien la palabra. Por mis viajes a la sel- do conformaba una parte importante del ca-
va conoc la tpica fruta llamada el aguaje y pital cultural de un individuo:
como el lugar en que se encuentran los agua-
jes se llama el aguajal, de ah naci el ttulo Para m Chacaln es como mi padre, donde
de la cancin. Escuch el huayno lo vi boni- va l, voy yo. Yo no soy como esas rockeras
to y tuve que acomodar los compases para el que saltan como monas, yo soy chichera
ritmo folktropical. Sali ms bailable y ca- (Bailn 1993).
dencioso (Hurtado 1995b).
En un clima de tensin propio de un enfren-
tamiento futbolstico chocaron la salsa y la
En el nombre de la chicha chicha. Las huestes salsera y chichera se pro-
feran insultos como si fueran las barras bra-
En los aos 1985 y 1986 se desat la fiebre vas de dos equipos rivales. Los salseros re-
chicha. Por lo menos medio milln de pe- presentaban a los sectores populares criollos
ruanos bailaban este ritmo todos los fines de de Lima. El estereotipo del salsero estaba sig-
semana. Playas de estacionamiento, terrenos nado territorialmente por espacios urbanos
sin construir, y hasta carpas de circos abando- ubicados de preferencia cerca al mar (el puer-
nados se convirtieron de la noche a la maa- to del Callao es reconocido como el lugar
na, merced a las inescrutables leyes del merca- donde se realizaron las primeras audiciones
do, en chichdromos. Precisamente en 1986 de msica salsa en el Per). Y tnicamente ha
ocurri uno de los choques ms sonados en el sido importante la ascendencia afro, aunque
ambiente tropical, el encuentro entre Los la mayora de los seguidores de este gnero
Shapis y Alegra en el Estadio de Alianza Li- eran hijos de migrantes andinos acriollados.
ma: alrededor de 7.000 personas acudieron a La msica chicha era considerada bsica-
observar el primer clsico musical verdade- mente como msica de provincianos. A pesar
ramente multitudinario. Sera slo el proleg- de tener tambin una matriz tropical, los sal-
meno de lo que vendra despus. Ese mismo seros no se sentan en absoluto como parte del
ao se realizara el mano a mano entre Los movimiento tropical de Los Shapis o Vico.
Shapis y la orquesta salsera de Anbal Lpez. Cuando Los Shapis hicieron su aparicin en el
Era la primera vez que los dos gneros rivales gramado del estadio Alianza Lima, sus segui-
chocaban. Por esos aos, Lima viva tambin dores izaron los colores del arco iris (la bande-
la efervescencia de la msica salsa, sobre todo ra del Tawantinsuyo) y lanzaron vivas por Los
de la llamada salsa sensual o ertica. Se abrie- Shapis, pero fueron acallados por un grito to-
ron infinidad de salsdromos (las clebres dava ms ensordecedor: lrguense chiche-
Mquinas del sabor). Y se realizaban con ros!, chicheros regresen a su pueblo!.
cierta regularidad grandes conciertos (todava Por esa poca el trmino chicha comen-
son recordadas las histricos presentaciones z a masificarse, aunque los propios msicos
de Hctor Lavoe, Oscar de Len y Celia Cruz e intrpretes de la rica msica eran renuentes
en la Feria del Hogar). El locutor Luis Delga- a utilizarlo por la fuerte carga peyorativa que
do Aparicio (Sarava) organizaba caravanas ca- los sectores criollos urbanos le otorgaron3 .
llejeras donde bailaban miles de personas al Para stos la msica chicha era un producto
ritmo de los salseros locales.
En ese contexto se organiz este concierto 3 Los grupos culturalmente hegemnicos de todas las
tendencias en un principio condenaron a la chicha.
que tuvo el carcter de un enfrentamiento en- Los folkloristas tradicionales -de fuerte raz andina e
tre gneros rivales y completamente extraos. ideologa izquierdista- calificaron a la chicha como un
Por aquellos aos no exista el eclecticismo producto que responda a la enajenacin de las capas
ms lumpenizadas de la poblacin migrante.
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La tecnocumbia y todos los actores involucrados en esta movida vienen dando
una leccin de un adecuado dilogo intercultural, generando un intercambio ldico
y creativo de las matrices culturales locales y globales: acabar con los purismos de
todo cuo es un primer paso contra la exclusin.
Una vez que las promotoras o las disqueras ob- La chicha no estaba muerta
tienen la grabacin original (matriz) en sus estaba de parranda
propios estudios de grabacin a un costo apro-
ximado de mil dlares, empieza el proceso de Pero toda la energa y vitalidad desplegada
copiado y distribucin del material discogrfi- por los actores del movimiento chichero, sur-
co. Los discos inmediatamente se distribuyen gido en las entraas de la informalidad, no
a sus vendedores mayoristas y minoristas de iba a desaparecer con tanta facilidad. Los gru-
los mercados callejeros de Lima y provincias. pos chicha haban enfrentado un rgimen de
El lanzamiento es simultneo y se dejan en- exclusin meditico muy severo. La mayora
tre 200 y 300 cds y casetes por lugar. Algunas de medios de comunicacin, a pesar de la
promotoras grandes tienen sus propios pues- enorme aceptacin de la chicha en los secto-
tos de venta en los mercados. Como los pro- res populares, se negaban a difundir su msi-
ductores no pagan impuestos, los precios de ca y Radio Inca no fue la excepcin. Los due-
los discos son nfimos (un dlar en promedio). os de la radio no apostaron desinteresada-
mente por esta nueva corriente musical; los
Se agu la chicha? promotores de los grupos tenan que alquilar
los espacios (una hora diaria tena un costo
Con el efectivo control de los canales de dis- aproximado de tres mil dlares mensuales).
tribucin discogrfica local y una radio dedi- Mientras que los interpretes de otros gne-
cada ntegramente a propalar la rica msica, ros musicales, la msica criolla y los novel
el futuro de la chicha en las postrimeras de los rockeros nacionales se quejaban de la falta de
aos 80 pareca asegurado, pero no fue as. apoyo de la radio y televisin, los chicheros se
Los interpretes y grupos saturaron el mercado fueron masificando, creando novedosas estra-
con productos de escasa calidad, la chicha no tegias para acercarse a su pblico. A pesar de
abandono su ritmo monocorde y una produc- la enorme arremetida de los grupos extranje-
cin musical muy elemental. Entre 1990 y ros, los chicheros sobrevivieron a travs de sus
1991, las transnacionales del disco inundaron canales alternativos de difusin. Pero esto no
el mercado latinoamericano con la salsa erti- debe engaarnos. Los chicheros nunca busca-
ca y el pop mexicano. El movimiento chiche- ron ser un grupo de resistencia o contestata-
ril empez a languidecer, reduciendo su radio rio. Su meta era entrar al mercado y tomarlo
de accin a los migrantes andinos ms pobres a cualquier precio. Comenzaron paulatina-
de la ciudad. Si bien la chicha nunca capto el mente a variar sus recursos musicales y a rea-
inters de otros pblicos (los sectores medios lizar tmidas fusiones con los ritmos de moda.
y altos de las capital le tenan un absoluto re- El grupo Guinda, puriiita calidad, empez
chazo), el paulatino abandono del sector mi- a jugar con los sintetizadores y sac su cum-
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bia rap. Pero la autntica renovacin del g- Bella, todas estas bandas tienen como protago-
nero tendra otros protagonistas. nistas a mujeres jvenes de agradable anatoma.
No poda ser de otro modo. Un ingrediente
esencial de la tecnocumbia es el baile, comple-
Del infierno... su tecnocumbia jas coreografas donde las cantantes y sus coris-
tas se mueven a un ritmo frentico, simulando
Desde la selva se estaba preparando otra arre- en algunos casos complejas danzas brasileas
metida musical, dispuesta a sacudir a todo el (las lideresas del movimiento provienen en su
Per. Rosa Guerra Morales, una joven nacida mayora de zonas fronterizas con Brasil).
en Madre de Dios (localidad fronteriza con Para 1999, como si se tratara de un hechi-
Brasil), migr a la capital y se present a una zo amaznico, todo el pas se mueve a ritmo
audicin del grupo tropical Biochips. Su di- de tecnocumbia. Rossy War y sus huestes con-
rector, Tito Mauri, la escuch y decidi con- siguieron algo que los hroes de chicha ochen-
tratarla de inmediato. Poco tiempo despus tera nunca alcanzaron: penetrar en el gusto de
emprendieron giras por el interior del pas. los sectores medios y altos de la poblacin.
En estos viajes, el sonido del grupo cambia. Si bien esto es mrito de las protagonistas,
Mauri percibi el gusto por el pop mexicano existi un contexto internacional que favoreci
y quiere ensayar nuevos sonidos con sus Bio- esta aceptacin. Argentina desarroll un movi-
chips. La experiencia colectiva no durara miento tropical que tuvo el empuje de msicos
mucho tiempo. El talento de Rosa Guerra es y productores peruanos que emigraron a ese
aplastante y Mauri decide convertirla en solis- pas a principios de los 90 (huyendo de la cri-
ta y seora esposa. All empez su transfor- sis econmica y la cada de la chicha local).
macin. La chica selvtica adopt nueva ves- Asimismo, muchos msicos viajaron y clona-
timenta, muy parecida a los artistas patroci- ron bandas en ese pas. Aparecieron grupos co-
nados por Televisa (sombrero de vaquero, mo Maravilla, Karicia, Malagata que animaron
pantaloncitos cortos y botas altas) y adems las noches de bailanta en lares gauchos. La po-
un nombre gringo, Rossy War. Con su ape- derosa industria musical argentina exportara
lativo de combate empez a sitiar la capital luego sus propios cantantes chicha al Per, pe-
por los conos (distritos populares alrededor ro acondicionados a los estndares de calidad
del casco urbano tradicional de Lima), despa- internacional -no olvidemos que la msica chi-
cio, convencida que el terreno estaba ya pre- cha peruana tena una produccin artesanal,
parado. Lima no era la ciudad de los aos 70 muy descuidada-. Esta retroalimentacin em-
y 80, de gustos musicales excluyentes y habi- pez a generar un gusto en sectores que no es-
tantes con marcas y territorios claramente di- cuchaban a los chicheros locales. Otro punto
ferenciados. Es otra ciudad y otro mundo, con importante es que a partir de la dcada del 90
identidades mltiples, que se atraviesan y tras- los purismos en el campo musical, y en la pro-
lapan todo el tiempo. Rossy War sera la ex- duccin simblica en general, comenzaron a
presin de esa nueva realidad. Con su marido desaparecer. Vivimos la era del eclecticismo y
y director musical hicieron del cruce y la fu- la mediatizacin, es decir, la articulacin de to-
sin de gneros y estilos su marca de fbrica. das las instituciones sociales con los medios de
comunicacin. Todo el orden social se impreg-
na a niveles hiperblicos de dispositivos ma-
Tecnocumbia una manifestacin qunicos de estetizacin o culturalizacin de la
local de la tecnocultura realidad; a esto el filsofo brasileo Muniz So-
dr va denominar tecnocultura.
Otros grupos de la movida tropical apostaron Dentro de este campo, la identidad deja
tambin por los radicales cruces de la War. Ruth de sealar lo idntico, para transformarse en
Karina, Euforia, Ada y la Nueva Pasin, Agua un concepto ms bien mvil, que acompaa
ICONOS 61
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procesos de transformacin. El cuerpo huma- ldico y creativo de las matrices culturales lo-
no forma parte de estos procesos. No es ca- cales y globales.
sualidad que los iconos mediticos de los 90 Adems, la tecnocumbia ha demostrado
sean la encarnacin de este nuevo concepto su vitalidad y fuerza para competir con pro-
de identidad. ductos patrocinados por las grandes transna-
cionales de la msica. Queda evaluar si estos
Baudrillard designa tres modelos tecnocul- agenciamientos propuestos por el fenmeno
turales : 1) Cicciolina -los largos cabellos pla- de la tecnocumbia pueden converger y trasla-
tinados, los senos modelados, las formas parse con las propuestas de otros movimien-
ideales de una mueca inflable, el erotismo tos sociales. Pero nuestra apuesta por la tec-
liofilizado de historieta o de ciencia ficcin y,
nocumbia es incondicional: acabar con los
principalmente, la exageracin en el discurso
purismos de todo cuo es un primer paso
sexual (nunca perverso, nunca libertino)... ;
contra la exclusin. Los msicos chicha y su
2) Madonna -virgen producto del aerobismo
y de una esttica glacial, sin ningn encanto inmenso auditorio nos estn enseando que
o sensualidad , androide musculosa... ; 3) no existen fronteras ni lmites para nuestros
Michael Jackson -mutante solitario, andrgi- deseos de ser los mismos y otros.
no y frankensteiniano, precursor de un mes-
tizaje perfecto por ser universal, la nueva ra- Bibliografa
za posrazas (Sodr, 1998:77).
Bailn, Jaime, 1993, Consu-mis-ma Chicha, en
En el Per, la prensa chicha y los artistas de la Perfiles N3, Universidad de Lima, Per.
tecnocumbia son los que mejor vienen articu- Bailn, Jaime, 1999, La distincin de la chicha. An-
lando esta nueva nocin de identidad. Los lisis esttico de la produccin musical chicha en la
primeros utilizan imgenes de cuerpos feme- ciudad de Lima. Tesis de la Facultad de Ciencias
de la Comunicacin de la Universidad de Lima.
ninos construidos con siliconas como recurso
Bolaos, Csar, 1995, La msica nacional en los medios
para captar lectores. Las modelos preferidas
de comunicacin electrnica de Lima metropolitana,
son las rubias cosmticas (pelo teido y ojos
Facultad de Comunicaciones, Universidad de Lima.
azules con lentes de contacto). Un proceso de Fuezalida, Fernando, 1993, La cuestin del mestizaje
transformacin similar ocurri con las can- cultural y la educacin en el Per de nuestros das,
tantes de tecnocumbia: ostentan cabelleras Pontificia Universidad Catlica del Per, Lima.
(rubio, rojo, rosado) y ojos de diversos colo- Hevia, Julio, 1988, El limeo como estereotipo, Uni-
res. Aqu no existe la preocupacin porque el versidad de Lima, Facultad de Comunicaciones,
cambio pase desapercibido; por el contrario, Lima.
se busca que la transformacin sea notoria Hevia, Julio, 2002, Lenguas y devenires en pugna. En
(un implante de senos o glteos puede ser no- torno a la postmodernidad, Fondo de desarrollo
ticia de primera plana). Editorial de la Universidad de Lima, Per.
Al finalizar el siglo pasado, una encuesta- Hurtado, Wilfredo, 1995a, Chicha Peruana. Msica
de los nuevos migrantes, Grupo de Investigaciones
dora seal a la Chola Chabuca, un travesti
econmica, Lima.
animador imbuido de la esttica tecnocum-
Hurtado, Wilfredo, 1995b, La msica chicha en los
biera, como la mujer ms popular del Per. Y
90, en Mrgenes N13-14, Lima.
Carlos Cacho, conductor gay de televisin, Huarac, Nilber, 1987, Los precursores de la
fue declarado el cuero (hombre apuesto en chicha, en La Tercera (suplemento Rica Chi-
el sociolecto limeo) del ao. Estos son nues- cha del 6 de mayo), Lima.
tros iconos tecnoculturales ms clebres. Sodre, Muiz, 1998, Reiventando la cultura. La co-
Ancdotas aparte, la tecnocumbia y todos municacin y sus productos, Editorial Gedisa, Bar-
los actores involucrados en esta movida vie- celona.
nen dando una leccin de un adecuado dilo- Vergara, Antonio, 1992, Ike y la chicha, Editorial Ta-
go intercultural, generando un intercambio huantinsuyo, Lima.
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