Diccionario Filologico
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Diccionario Filologico
Resumen: Este artculo ofrece, en primer lu- Abstract: First, the article at hand briefly looks
gar, un breve examen de la utilizacin de di- into how Joan Corominas has put diverse 19th
versos diccionarios etimolgicos del XIX por century etymological dictionaries to use.
parte de Joan Corominas. Adems, supone un Moreover, this work is also provides the reader
primer acercamiento a un diccionario with a first approach to another 19th century
decimonnico escasamente conocido, el de dictionary that is hardly known, that of Matas
Matas Calandrelli; despus de una breve sem- Calandrelli. After a brief biographical sketch
blanza de la vida y obra de este lexicgrafo on the life and work of this Argentinian
argentino de procedencia italiana, analizamos lexicographer of Italian descent, we analyze
su diccionario y comprobamos sus fuentes y his dictionary and look into his sources as
el modo de trabajo. well as his working method.
Palabras clave: Lexicografa, Diccionario Keywords: Lexicography, Etymological
etimolgico, Calandrelli, Corominas, etimolo- Dictionary, Calandrelli, Corominas, etymology.
ga.
Por ello, no nos puede sorprender que este enfoque historicista se tradu-
jese en la publicacin de un cierto nmero de diccionarios espaoles que se
presentan como etimolgicos, aunque ninguno nos pueda satisfacer hoy; en
efecto, Haensch y Omeaca afirman con discrecin que Tampoco son muy
satisfactorios los diccionarios etimolgicos del siglo XIX (2004: 142) y citan los
de Cabrera, Echegaray, Monlau y Barcia. Coincide en la mencin de estas obras
Garca Platero, quien destaca entre ellos el de Roque Barcia, al que dedica una
treintena de lneas. En definitiva escribe Garca Platero, no nos encontra-
5 Vid. Lyons (1984: 164). Aade este autor que toda la Lingstica, entendida como
disciplina independiente y cientfica, se origin en esa bsqueda del protoindoeuropeo durante el
siglo XIX.
6 Arens (1975: 224).
7 Puede verse un rico panorama en Michelena (1985).
mos con unos diccionarios etimolgicos que se puedan comparar con los
actuales, ni mucho menos, dada la poca rigurosidad de los planteamientos
(2003: 274); con todo, Puche Lorenzo considera que no deben ser por ese
motivo desatendidos y olvidados, porque a travs de ellos podremos conocer
cmo ha ido evolucionando nuestra disciplina, cmo ha ido variando la activi-
dad etimolgica en nuestro pas, cmo son los primeros pasos de una nueva
prctica lexicogrfica (2002: 190).
Algunos de estos ttulos fueron utilizados por Corominas, quien los reco-
ge en su bibliografa e incluso los comenta brevemente. Adelantemos ahora
que el ms utilizado por el fillogo cataln ha resultado ser, paradjicamente, el
ms antiguo de estos diccionarios, el Diccionario de etimologas de la lengua castellana
de Ramn Cabrera y Rubio (1837). Y es que, a pesar de las reticencias que
manifiesta en sus Indicaciones bibliogrficas escribe Corominas que de
todos los diccionarios etimolgicos castellanos publicados, ste, aunque muy
anticuado y parcial, es el nico que conserva todava cierto valor en algn
caso, lo cierto es que ha recurrido a Cabrera en numerosas entradas; y no lo
hace slo para documentar cronolgicamente ciertas voces o acepciones, como
por ejemplo abrigar, alijar II, amistad (s. v. amar) amargo, astillero, avestruz, bandullo,
baqua, behetra, boda, buche II, cauce, o su utilizacin en determinados lugares,
como por ejemplo en acotar, almofa, destrazar (s v. atarazar) o bren, sino que
recurre a l al discutir numerosos timos, como los de acerico, acipado, ahechar,
almadn, almiar, amn, apurrir, armuelle, arsenal, atondar (s. v. atuendo), balsa II, barceo,
bisoo, bcaro, calmo (s. v. calma), cantueso, capota (s. v. capa) o cecial.
Tambin cita Corominas en las Indicaciones bibliogrficas el Diccionario
etimolgico de la lengua castellana de Pedro Felipe Monlau (1856), al que califica con
trminos muy similares a los que haba utilizado para Cabrera incurriendo,
por tanto, en una cierta contradiccin:
Este y los dems diccionarios etimolgicos castellanos, todava peores, que ya no cito en esta
Bibliografa, carecen de todo valor actual; el de Monlau es el nico de ellos que tiene cierto
inters, aunque slo para la historia de la etimologa castellana (1980: LVI).
(as sucede en el caso de cccix, dermatosis, dinmico, dos, echar o epitelio), aunque en
alguna ocasin examina tambin sus tesis etimolgicas (as en barlovento, campe-
chano, ciguato, coger, regoldar o semilla).
Uno y otro diccionario estaban presentes en el proyecto cientfico que
rega la obra de Corominas desde un principio; de hecho, en una carta que
dirige a Menndez Pidal el 16 de diciembre de 1943, en la que le expone su plan
de trabajo y las etapas que se ha trazado, la metodologa que ha adoptado y las
principales fuentes de las que dispone, detalla los distintos diccionarios
etimolgicos que indica que tendr a la vista durante la redaccin y le aclara
que en cuanto a obras espaolas slo citar sistemticamente a la Academia8 y
a Garca de Diego9 ; prescindo de los llamados diccionarios etimolgicos caste-
llanos, aunque extractar Cabrera y tal vez Monlau (Pascual y Prez Pascual
2006: 130).
Curiosamente, no cita Corominas, ni en esa carta ni en sus Indicaciones
bibliogrficas los otros dos diccionarios etimolgicos del XIX que se suelen
mencionar, el Diccionario general etimolgico de la lengua espaola, de Eduardo de
Echegaray10 y el Primer diccionario general etimolgico de la lengua castellana, de Roque
Barcia11 . Lo cierto es que Corominas no parece haberse servido del diccionario
de Echegaray, un compendio del de Barcia, pero s del de este ltimo, como lo
muestran algunas menciones que hemos encontrado en su magna obra; as puede
comprobarse, por ejemplo, en las entradas calabozo, campechano, escarceos o sufrir.
8 Alude a las diversas ediciones utilizadas del Diccionario de la Real Academia Espaola; a
lo largo de su correspondencia con Pidal va dando cuenta del momento en que obtiene algunas de
las ediciones. Si en un carta de 23.5.1940 se quejaba de la escasez de materiales bibliogrficos de
que dispona en Mendoza (y aun el diccionario vulgar de la Academia nos faltaba hasta hace unas
semanas, Pascual y Prez Pascual 2006: 109), en el momento de comenzar la redaccin del
diccionario tiene siempre a mano dos ediciones de la Academia (1936 y 1884 [] (carta de
5.5.47, Pascual y Prez Pascual 2006: 1076), pues han fracasado todos mis esfuerzos (que han sido
muchos) para hacerme con otras [] y veo que hay poca esperanza de que esto cambie (carta de
18.12.47, Pascual y Prez Pascual 2006: 187), si bien algo ms tarde consigue hacerse con la
edicin de 1843 (carta de 23.4.48, Pascual y Prez Pascual 2006: 205); y, en efecto, son estas
ediciones de 1843, 1884, 1936, junto con la de 1817, las que se han consultado casi siempre en la
elaboracin del diccionario etimolgico.
9 Garca de Diego (1923).
10 Echegaray (1887-1889).
11 Barcia (1880-1883).
2. MATAS CALANDRELLI
Son muy pocas las noticias que hemos podido espigar acerca de este
autor, pero contribuyen a ofrecernos un retrato, sin duda sugerente, de un
intelectual comprometido con la enseanza. Nacido en 1845 en Salerno (Italia),
curs estudios de Letras en la Universidad de Npoles, donde se especializ en
Filologa clsica y en snscrito con los reputados profesores piamonteses
Giacomo Lignana y Michele Kerbaker. All comenz su actividad docente en
1868, pero ya en 1871 se traslada a Argentina, acudiendo a la llamada del
Presidente de la Repblica, Domingo Faustino Sarmiento, quien buscaba cola-
boradores para su misin de renovacin educativa. En su nueva patria, tras
impartir una serie de conferencias sobre Literatura comparada, Crtica literaria,
Filosofa de la historia, etc., en el Colegio Nacional de Buenos Aires, fue
nombrado profesor de Historia antigua en 1872 por Juan Mara Gutirrez,
rector de la Universidad de Buenos Aires. Al ao siguiente Calandrelli es
profesor de latn en la citada universidad, en la que ocup desde 1874 y hasta
la nacionalizacin de la universidad en 1882 la Ctedra de Filologa clsica
(latn y griego comparados), creada por iniciativa del nuevo rector, Vicente
Fidel Lpez. Cuando se fund la ciudad de La Plata, en 1882, Calandrelli fue
designado rector del Colegio Nacional, cargo que ocup hasta 1888; tambin fue
profesor del Colegio Nacional de Buenos Aires. Se retir de la docencia en 1897.
A lo largo de su vida Calandrelli realiz toda una serie de publicaciones
vinculadas con su tarea docente; as, en 1872, aparecen sus Lecciones de historia, al
ao siguiente su Gramtica filolgica de la lengua latina y, algo despus, una Gram-
tica comparada de las lenguas latina y griega (1875), diversos volmenes con ejercicios
de traduccin, un Tratado de ortografa castellana, un Manual de literatura, latina y
griega y varios folletos sobre la enseanza de las lenguas clsicas. Pero, sin duda,
su obra ms importante fue la que en esta ocasin es objeto de nuestra
atencin, el inacabado Diccionario filolgico comparado de la lengua castellana (1880-
1916), que dedic a los dos rectores que le haban apoyado en su carrera, Juan
Mara Gutirrez y Vicente Fidel Lpez.
Al margen de su obra pedaggica y cientfica, public obras de creacin12 ,
as como una ingente obra periodstica, tanto en las publicaciones de la emigra-
cin italiana (LOperaio Italiano, LItalia al Plata, La Patria degli Italiani) como en
diarios de la importancia de La prensa, en el que colabor ms de veinte aos;
all public sus Informaciones gramaticales y filolgicas de La Prensa. Podemos
aadir, adems, casi a ttulo de curiosidad, que escribi el himno escolar Dios y
patria13 , poema al que Giacomo Puccini que ya era el autor de La Bohme,
Tosca y Madame Butterfly puso msica durante su estancia en la Argentina, en
1905. Falleci en Buenos Aires, en 1919.
12 Como Mi novela del ao 1000, La liebre del profesor Mller y La sociedad y sus vctimas (escenas
bonaerenses).
13 Transcribimos el comienzo y el final del poema Un nimbo de gloria/De luz y de
flores,/En esos albores/De mi juventud./Corone las sienes/De vrgenes almas:/Merecen las
palmas/Candor y virtud/ []/La Patria y Dios/Me han dado el ser,/Mente y saber/En galardn.
/Cumple adorar,/En el altar/Del corazn.
Esta relacin nos sita ante una obra de naturaleza hbrida, que persigue
un doble objetivo; por una parte, los usuarios hallarn un diccionario general
monolinge, y, por otra, un estudio etimolgico, dirigido a un pblico ms
restringido14 . Alberto Navarro Viola, discpulo de Calandrelli, expone ya en un
artculo publicado en 188015 , esta doble funcin del repertorio:
El trabajo del Sr. Calandrelli es la vez un diccionario de la lengua castellana, que todos
pueden y deben consultar como tal, porque su texto pertenece la Academia espaola, y un
diccionario de lingstica, en que est escrito y aplicado la lengua castellana, todo lo que se
conoce de esa ciencia hasta el momento en que lo escribe. El que no supiere ni deseare saber
la maternidad y fraternidad del idioma que hablamos, se servir del diccionario para conocer el
significado de las palabras, independientemente de la doctrina filolgica cifrada en la palabra
etimologa. Los hombres de letras que quisieren, por el contrario, darse cuenta del sentido ntimo
de cada palabra y del orgen del idioma de que se sirven para pensar, hablar y escribir, hallarn
todos los detalles que la lingstica proporciona sus iniciados. Tiene, pues, el Diccionario dos
aplicaciones distintas. Una para la generalidad de los estudiosos, otra para una clase privilegia-
da de hombres que no se contentan con saber el significado ordinario de las palabras y desean
profundizar el sentido ntimo que entraan (1880: 159).
14 Esta caracterstica parece ser comn a buena parte de los diccionarios etimolgicos del
siglo XIX, como se puede comprobar, por ejemplo, en el Diccionario general etimolgico de Roque
Barcia (vid. Igualada Belch 2002).
15 Reproducido posteriormente en el tomo VI del Diccionario filolgico comparado (1907: IV).
Pero el DA no se emplea tan solo como una rica cantera de la que extraer
citas, sino que, en ocasiones, suministra tambin la definicin de la voz analiza-
da por Calandrelli:
DFCLC DRAE-1869 DA
A-bada. f. [...] ABADA. f. RINOCERONTE. ABADA. s. f. La hembra del
SIGN. La hembra del Rhinoceronte17.
rinoceronte.
publicados: contiene ejemplos de autores clsicos para corroborar el significado y acepcin de cada
palabra. La importancia de los ejemplos se revela al advertir que en ellos estn condensadas las
diferentes construcciones de que se han servido los modelos del clasicismo espaol, y sobre las
cuales han fundado los gramticos las reglas que se siguen al escribir y hablar nuestro idioma
(1880: 160).
17 Aunque en el DA se ofrece un ejemplo tomado de Gngora, Calandrelli no lo recoge,
probablemente porque se muestra bastante reacio a incluir ejemplos en verso.
18 Calandrelli refina en algunos puntos la ordenacin del DRAE-1869; as, por ejemplo,
la corporacin incluye al final del artculo dedicado a abad la siguiente observacin: pl. ABADEJO en
su tercera acepcin, en tanto que en el Diccionario filolgico esta anotacin se incluye como ltima
acepcin de la voz, antes de las expresiones pluriverbales y de la seccin consagrada a los refranes.
Habame propuesto extractar de las obras de los ms ilustres autores argentinos las frases y
ejemplos necesarios para corroborar las diferentes acepciones de las palabras estudiadas en
este tomo, cumpliendo as lo prometido en la Advertencia que precede al tomo anterior;
pero la falta de proteccin mi obra por parte del pblico y razones de otro rden que no
creo del caso enumerar, me obligan desistir por ahora de esta nueva y pesada tarea, y
esperar circunstancias ms favorables para poderla llevar concienzudamente cabo (Al
lector, 1882: tomo IV, p. III).
19 Ya Corominas adverta que sus materiales raramente son de primera mano (1980:
XLII).
20 Pongo trmino a esta corta Advertencia, anunciando al lector que en el tomo siguien-
te, autores y literatos distinguidos de la Repblica Argentina figurarn al lado de autores y
literatos clsicos espaoles, al corroborar con ejemplos extractados de sus obras las diferentes
acepciones de las palabras estudiadas en mi Diccionario. Manifiesto de tal manera el homenaje
que merecen la patria de mi adopcin y el talento de sus hijos, cuyos nombres quedarn por
siempre vinculados al de mi obra, que, si al presente se publica en la mayor indiferencia por
parte del pblico, por carecer ste de suficiente preparacin clsica, llegar en un tiempo no
lejano ser el centro alrededor del cual se agruparn los que se interesen por el desarrollo de la
literatura patria, por el estudio del idioma de su pas y por el cultivo de las lenguas clsicas
(Advertencia, 1881: tomo III, p. XI).
Creo fuera de propsito traer tela de juicio los errores cometidos por los antiguos
etimologistas, que procedian las ms veces sin bases ni principios, sin reglas ni doctrina en la
investigacin de las etimologias. Cmpleme, solamente, manifestar que los efectos alcanza-
dos en su tarea fueron superiores sus fines, en atencin los medios de que podian
disponer, pues que ya principios del siglo XVIII pudo la Real Academia Espaola llevar
cabo su monumental Diccionario de la lengua castellana, sirvindose de los estudios anterior-
mente practicados y fijando como ley de la ortografa los resultados etimolgicos ya alcan-
zados por autores anteriores y los que la misma Academia consiguiera en sus estudios
investigaciones. Lo extrao para mi, sin embargo, es que desde el ao de 1726, en que la
Academia public su primer Diccionario, hasta hoy, no ha tenido ste, en punto ortografia,
el progreso que ciento cincuenta y cinco aos reclamaran a una Corporacin de hombres
ilustres fundada con el principal propsito de compilar un diccionario de la lengua castella-
na. Existen en la ltima edicin del Diccionario de la Academia los mismos errores que se
cometieron en la primera pesar del progreso que en estos ltimos aos ha alcanzado la
ciencia del lenguaje (1881: V-VI)21 .
21 As, por ejemplo, se lamenta de que habran podido evitarse las etimologas peregrinas
propuestas para voces como boda, bodigo o barniz si se hubiese empleado su verdadera ortografa.
22 Vid. Igualada Belch (2002: 145).
23 En un trabajo publicado en 1884 (extracto de un artculo publicado en 1883), Navarro
Viola efecta una comparacin exhaustiva de las principales palabras del diccionario de Barcia
con las del tomo V de la obra de Calandrelli con el fin de mostrar la, a su juicio, innegable
superioridad de la obra de su maestro; sus conclusiones no ofrecen resquicio a la duda: El
diccionario de Barcia es una traduccin del de Littr; y cuando en ste no se hallan las palabras
espaolas por ser esclusivas del idioma castellano, el seor Barcia escribe disparates que ni los
DFCLC DSLC
En-ajenar [...] ENAJENAR. ? VENDER. Enajenar es trasferir la
SIN. Enajenar. . Vender. propiedad, entregar una cosa otro por donacion, venta
Enajenar es transferir la propiedad, trueque.
entregar una cosa otro por donacion,
En sentido metafrico es hacer de modo que uno salga,
venta trueque.
por decirlo as, de s, y que se prive del uso de los sentidos, de
En sentido metafrico es hacer de la razon y del juicio.
modo que uno salga, por decirlo as, de s, La relacion de este sentido con el resto es bien remota y
y que se priva del uso de los sentidos, de no fcil de hallar, como las siguientes: enajenacion, que significa
la razn y del juicio. distraccin, falta de atencin la cosa; embelesamiento en otra;
enajenacion de la mente, que es como prdida del sentido y
La relacin de este sentido con el
especie de demencia.
rocto [sic] es bien remota y no fcil de
Vender es dar, traspasar, ceder la propiedad de una cosa
hallar, como las siguientes: enajenacin, que
mediante un precio convenido: es venalidad la disposicin de
significa distraccin, falta de atencin la
una cosa persona a ser vendida, dejarse vender: y as se llaman
cosa; embelesamiento en otra; enajenacin
venales los jueces y empleados que estn dispuestos dejarse
de la mente, que es como prdida del
cohechar y sobornar.
sentido y especie de demencia.
La diferencia esencial entre la enajenacion y la venta consiste
Vender es dar, traspasar, ceder la
en que esta es siempre interesada , por precio convenido, por
propiedad de una cosa mediante un precio
mutuo beneficio; y la otra ni la supone, ni la exige, pues suele
convenido; es venalidad la disposicin de
ser voluntaria, desinteresada, generosa y en provecho solo del
una cosa persona ser vendida, dejarse
que lo recibe.
vender: y as se llaman venales los jueces y
Todo lo que tiene cualquiera valor se vende, como muebles,
empleados que estn dispuestos dejarse
mercancas, heredades y hasta las virtudes se venden, pues que se
cohechar y sobornar.
dejan sobornar y corromper; esto es, pervertir y destruir.
La diferencia esencial entre la
La enajenacin corresponde propiamente los derechos,
enajenacin y la venta consiste en que esta es
herencias, rentas, privilegios, etc.
siempre interesada, por precio convenido,
Todo lo que nos separa, aleja de lo que poseamos,
por mutuo beneficio: y la otra ni le
disfrutbamos, gozbamos, nos enajena de ello. Se enajen del
supone, ni le exige, pues suele ser
mundo, del trato con las gentes; se enajen de s mismo. Y en
voluntaria, desinteresada, generosa y en
ninguno de estos casos podremos valernos de la palabra vender
provecho solo del que lo recibe.
por su diferente significacin y su muy diferente aplicacin.
Todo lo que tiene cualquiera valor se
Solo de aquello de que somos dueos podemos enajenarnos,
vende, como muebles, mercancas,
pero veces vendemos lo que no es nuestro; aquello de que no
heredades y hasta las virtudes se venden,
podemos, ni debemos enajenarnos, lo que suponemos ser
pues que se dejan sobornar y corromper;
nuestro, que lo ser al tiempo convenido.
esto es, pervertir y destruir.
Se vende lo que se compra; se enajena lo que otro adquiere.
La enajenacin corresponde propia-
mente los derechos, herencias, rentas,
privilegios, etc.
Hasta los extraos caracteres que representan las letras del snscrito, incorporadas en el texto
del diccionario para mostrar la raz de una de nuestras palabras, traen la idea de fsiles de las
lenguas humanas, desenterrados debajo del terreno de acarreo que les han acumulado
encima los siglos, y sirven hoy para explicar, como los huesos del mastodonte, la filiacin del
elefante actual (DFCLC, tomo VI, 1907: X)26 .
DFCLC Glossaire
A-balor-io. m. ABALORIO, pg. avelorios (conterie, grains de
ETIM. Viene del rab. ballr, cristal, vidrio. El verre), sembre ter une altration de larabe [...]
artculo arbigo al se redujo la a- que le (al-ballr), du cristal.
precede como simple prefijo. Ballr, bilur, bllaur
ballur, segun quiera pronunciarse la palabra
arbiga, significa no solamente cristal, vidrio, sino
tambien berilo agua marina. [...]
Afice. m. ant. HAFIZ, [*haiz, afice] (inspecteur de limpt
ETIM. Viene del rabe hfidh, que significa sur la soie Grenade), de [...] (hfidh) qui
generalmente inspector. Escribise tambin signifie en general inspecteur [...]
hafiz y haiz. [...]
4. CONCLUSIN
El libro del Sr. Calandrelli, juzgar por lo que de l se ha publicado, promete ser un
monumento filolgico levantado la lengua castellana, estudiada en sus elementos cons-
titutivos. No es ni puede ser una obra original, y en eso consiste su mrito. Es una obra de
laboriasa [sic] y paciente compilacin, de anlisis seguro, de crtica severa, en que, em-
pleando todos los recursos de la ciencia y del estudio, pone al alcance de todo el mundo,
algo ms que la ciencia misma, y son sus resultados prcticos, usuales, tiles, haciendo
entrar en la corriente general las nociones que vivifican el lenguaje hablado, y dilatan el
crculo de ideas, vulgarizndolas, enriqueciendo con ellas los dominios del sentido comn
(DFCLC, 1907: XVI).
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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