Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Diccionario Filologico

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 20

Revista de Investigacin Lingstica,

El Diccionario filolgico n 11 (2008);


comparado pp. 45-64
de la lengua castellana de Matas Calandrelli
ISSN: 1139-1146
Universidad de Murcia

EL DICCIONARIO FILOLGICO COMPARADO DE LA LENGUA


CASTELLANA DE MATAS CALANDRELLI

MAR CAMPOS SOUTO1


UNIVERSIDADE DE SANTIAGO DE COMPOSTELA
JOS IGNACIO PREZ PASCUAL2
UNIVERSIDADE DA CORUA

Resumen: Este artculo ofrece, en primer lu- Abstract: First, the article at hand briefly looks
gar, un breve examen de la utilizacin de di- into how Joan Corominas has put diverse 19th
versos diccionarios etimolgicos del XIX por century etymological dictionaries to use.
parte de Joan Corominas. Adems, supone un Moreover, this work is also provides the reader
primer acercamiento a un diccionario with a first approach to another 19th century
decimonnico escasamente conocido, el de dictionary that is hardly known, that of Matas
Matas Calandrelli; despus de una breve sem- Calandrelli. After a brief biographical sketch
blanza de la vida y obra de este lexicgrafo on the life and work of this Argentinian
argentino de procedencia italiana, analizamos lexicographer of Italian descent, we analyze
su diccionario y comprobamos sus fuentes y his dictionary and look into his sources as
el modo de trabajo. well as his working method.
Palabras clave: Lexicografa, Diccionario Keywords: Lexicography, Etymological
etimolgico, Calandrelli, Corominas, etimolo- Dictionary, Calandrelli, Corominas, etymology.
ga.

1 Dpto de Lingua Espaola. Facultade de Humanidades. Universidade de Santiago de


Compostela. Complexo docente. Campus universitario, s/n. 27002 Lugo. mdomar.campos@usc.es
2 Dpto de Filologa Espaola e Latina. Facultade de Filoloxa. Campus da Zapateira, s/n.
Universidade da Corua. 15071 A Corua. ppascual@udc.es

Revista de Investigacin Lingstica, n 11 (2008); pp. 45-64. ISSN: 1139-1146 45


Mar Campos Souto y Jos Ignacio Prez Pascual

1. LA LINGSTICA HISTRICA Y LA LEXICOGRAFA


ETIMOLGICA DEL ESPAOL

Este trabajo que presentamos es un adelanto de un estudio ms amplio en


el que pretendemos examinar algunas fuentes del trabajo lexicogrfico de
Corominas y el impacto que han tenido en su magna obra. En un primer
momento decidimos acercarnos a los diccionarios etimolgicos realizados a lo
largo del XIX y que podan haber sido utilizados por el fillogo cataln.
No nos pareci fuera de lugar en este primer acercamiento, aunque
finalmente los resultados obtenidos hayan podido decepcionarnos, examinar un
diccionario, el realizado por Calandrelli, publicado en Amrica. Tngase en
cuenta que esta obra se aparta de lo habitual en la Lexicografa hispanoamerica-
na de fines del XIX, ms centrada en aspectos normativos, en la que abundan los
estudios acerca de las caractersticas del castellano de aquellas latitudes, conside-
rndolas, las ms de las veces, una suerte de vicios3 , postura que se ver
sustituida ms adelante por la consideracin de las caractersticas propias del
territorio como una especie de autoafirmacin frente al castellano peninsular4 .
Sin embargo, la obra a la que nos vamos a aproximar se encuadra, ms
bien, dentro del marco de los estudios de Lingstica histrica, tan pujante en la
Europa de la segunda mitad del XIX. No vamos a incidir ahora en hechos bien
conocidos, pero no est de ms recordar que la Lingstica se constituy como
ciencia autnoma en el ese perodo, precisamente como Lingstica histrica.
Sus fundadores, Rask, Bopp y Grimm, pusieron a disposicin de los
estudiosos un mtodo, el comparativo, que permita demostrar la relacin
gentica entre idiomas; los lingistas trataron de establecer el parentesco gentico
entre ciertas lenguas para reconstruir un prototipo comn que permitiese
explicar sus semejanzas; su planteamiento metodolgico se asentaba en la

3 Vid. Lozano Andrs (2002) y Werner (1991).


4 As, por ejemplo, si prestamos atencin a los primeros esbozos lexicogrficos publica-
dos en la Argentina en el XIX, podremos comprobar que, dejando aparte el diccionario del que nos
ocupamos hoy, algunos de los restantes (el Vocabulario rioplatense de Francisco Javier Muiz, de
1845, el Vocabulario Rioplatense Razonado, de Daniel Granada, de 1890, y el glosario de Vocablos
extranjeros en el Argentino contenido en El idioma nacional de los argentinos, de Luciano Abeille, de 1900)
se inscriben en esa lnea descriptivo-normativa.

46 Revista de Investigacin Lingstica, n 11 (2008); pp. 45-64. ISSN: 1139-1146


El Diccionario filolgico comparado de la lengua castellana de Matas Calandrelli

comparacin lingstica y, si bien algunos casos las semejanzas eran evidentes,


en otros no lo eran, sino que se remontaban a estadios antiguos de los que no
siempre haba testimonios escritos. Se haca necesario pues, partir de la compa-
racin para reconstruir los eslabones perdidos de la cadena de la evolucin
lingstica hasta llegar al hipottico tronco comn; de ah la orientacin hist-
rico-comparativa de sus actuaciones. Como seala Lyons, fue la reconstruccin
del protoindoeuropeo y de las diversas protolenguas intermedias de las subfamilias
indoeuropeas lo que proporcion la motivacin y la metodologa de la Lings-
tica histrica tal como la conocemos ahora5 . Y, como se observa con facilidad,
el estudio cientfico, en palabras de F. von Schegel, ha de ser histrico: Si se
pretende estudiar la lengua y su origen cientficamente, es decir, con mtodo
rigurosamente histrico...6 .
Para no reiterar testimonios casi idnticos7 , nos fijaremos nicamente en
el de Hermann Paul, para quien la lengua, como cualquier otro producto de
cultura, es, ante todo, un objeto de investigacin histrica:

Objectaram-me que h outro mtodo cientifico de estudar a lngua, alm do histrico.


Tenho que negar esto. Aquilo que se considera como un mtodo no histrico, e contudo
cientfico, de estudar a lngua, no no fundo mais do que um mtodo histrico incomple-
to, incompleto em parte por culpa do observador, em parte por culpa do material de estudo
(1983: 28).

Por ello, no nos puede sorprender que este enfoque historicista se tradu-
jese en la publicacin de un cierto nmero de diccionarios espaoles que se
presentan como etimolgicos, aunque ninguno nos pueda satisfacer hoy; en
efecto, Haensch y Omeaca afirman con discrecin que Tampoco son muy
satisfactorios los diccionarios etimolgicos del siglo XIX (2004: 142) y citan los
de Cabrera, Echegaray, Monlau y Barcia. Coincide en la mencin de estas obras
Garca Platero, quien destaca entre ellos el de Roque Barcia, al que dedica una
treintena de lneas. En definitiva escribe Garca Platero, no nos encontra-

5 Vid. Lyons (1984: 164). Aade este autor que toda la Lingstica, entendida como
disciplina independiente y cientfica, se origin en esa bsqueda del protoindoeuropeo durante el
siglo XIX.
6 Arens (1975: 224).
7 Puede verse un rico panorama en Michelena (1985).

Revista de Investigacin Lingstica, n 11 (2008); pp. 45-64. ISSN: 1139-1146 47


Mar Campos Souto y Jos Ignacio Prez Pascual

mos con unos diccionarios etimolgicos que se puedan comparar con los
actuales, ni mucho menos, dada la poca rigurosidad de los planteamientos
(2003: 274); con todo, Puche Lorenzo considera que no deben ser por ese
motivo desatendidos y olvidados, porque a travs de ellos podremos conocer
cmo ha ido evolucionando nuestra disciplina, cmo ha ido variando la activi-
dad etimolgica en nuestro pas, cmo son los primeros pasos de una nueva
prctica lexicogrfica (2002: 190).
Algunos de estos ttulos fueron utilizados por Corominas, quien los reco-
ge en su bibliografa e incluso los comenta brevemente. Adelantemos ahora
que el ms utilizado por el fillogo cataln ha resultado ser, paradjicamente, el
ms antiguo de estos diccionarios, el Diccionario de etimologas de la lengua castellana
de Ramn Cabrera y Rubio (1837). Y es que, a pesar de las reticencias que
manifiesta en sus Indicaciones bibliogrficas escribe Corominas que de
todos los diccionarios etimolgicos castellanos publicados, ste, aunque muy
anticuado y parcial, es el nico que conserva todava cierto valor en algn
caso, lo cierto es que ha recurrido a Cabrera en numerosas entradas; y no lo
hace slo para documentar cronolgicamente ciertas voces o acepciones, como
por ejemplo abrigar, alijar II, amistad (s. v. amar) amargo, astillero, avestruz, bandullo,
baqua, behetra, boda, buche II, cauce, o su utilizacin en determinados lugares,
como por ejemplo en acotar, almofa, destrazar (s v. atarazar) o bren, sino que
recurre a l al discutir numerosos timos, como los de acerico, acipado, ahechar,
almadn, almiar, amn, apurrir, armuelle, arsenal, atondar (s. v. atuendo), balsa II, barceo,
bisoo, bcaro, calmo (s. v. calma), cantueso, capota (s. v. capa) o cecial.
Tambin cita Corominas en las Indicaciones bibliogrficas el Diccionario
etimolgico de la lengua castellana de Pedro Felipe Monlau (1856), al que califica con
trminos muy similares a los que haba utilizado para Cabrera incurriendo,
por tanto, en una cierta contradiccin:

Este y los dems diccionarios etimolgicos castellanos, todava peores, que ya no cito en esta
Bibliografa, carecen de todo valor actual; el de Monlau es el nico de ellos que tiene cierto
inters, aunque slo para la historia de la etimologa castellana (1980: LVI).

Con todo, hemos podido comprobar que si Corominas utilizaba con


relativa frecuencia el diccionario de Cabrera, emplea, en cambio, a Monlau slo
en algunas entradas y casi siempre lo menciona como primera documentacin

48 Revista de Investigacin Lingstica, n 11 (2008); pp. 45-64. ISSN: 1139-1146


El Diccionario filolgico comparado de la lengua castellana de Matas Calandrelli

(as sucede en el caso de cccix, dermatosis, dinmico, dos, echar o epitelio), aunque en
alguna ocasin examina tambin sus tesis etimolgicas (as en barlovento, campe-
chano, ciguato, coger, regoldar o semilla).
Uno y otro diccionario estaban presentes en el proyecto cientfico que
rega la obra de Corominas desde un principio; de hecho, en una carta que
dirige a Menndez Pidal el 16 de diciembre de 1943, en la que le expone su plan
de trabajo y las etapas que se ha trazado, la metodologa que ha adoptado y las
principales fuentes de las que dispone, detalla los distintos diccionarios
etimolgicos que indica que tendr a la vista durante la redaccin y le aclara
que en cuanto a obras espaolas slo citar sistemticamente a la Academia8 y
a Garca de Diego9 ; prescindo de los llamados diccionarios etimolgicos caste-
llanos, aunque extractar Cabrera y tal vez Monlau (Pascual y Prez Pascual
2006: 130).
Curiosamente, no cita Corominas, ni en esa carta ni en sus Indicaciones
bibliogrficas los otros dos diccionarios etimolgicos del XIX que se suelen
mencionar, el Diccionario general etimolgico de la lengua espaola, de Eduardo de
Echegaray10 y el Primer diccionario general etimolgico de la lengua castellana, de Roque
Barcia11 . Lo cierto es que Corominas no parece haberse servido del diccionario
de Echegaray, un compendio del de Barcia, pero s del de este ltimo, como lo
muestran algunas menciones que hemos encontrado en su magna obra; as puede
comprobarse, por ejemplo, en las entradas calabozo, campechano, escarceos o sufrir.

8 Alude a las diversas ediciones utilizadas del Diccionario de la Real Academia Espaola; a
lo largo de su correspondencia con Pidal va dando cuenta del momento en que obtiene algunas de
las ediciones. Si en un carta de 23.5.1940 se quejaba de la escasez de materiales bibliogrficos de
que dispona en Mendoza (y aun el diccionario vulgar de la Academia nos faltaba hasta hace unas
semanas, Pascual y Prez Pascual 2006: 109), en el momento de comenzar la redaccin del
diccionario tiene siempre a mano dos ediciones de la Academia (1936 y 1884 [] (carta de
5.5.47, Pascual y Prez Pascual 2006: 1076), pues han fracasado todos mis esfuerzos (que han sido
muchos) para hacerme con otras [] y veo que hay poca esperanza de que esto cambie (carta de
18.12.47, Pascual y Prez Pascual 2006: 187), si bien algo ms tarde consigue hacerse con la
edicin de 1843 (carta de 23.4.48, Pascual y Prez Pascual 2006: 205); y, en efecto, son estas
ediciones de 1843, 1884, 1936, junto con la de 1817, las que se han consultado casi siempre en la
elaboracin del diccionario etimolgico.
9 Garca de Diego (1923).
10 Echegaray (1887-1889).
11 Barcia (1880-1883).

Revista de Investigacin Lingstica, n 11 (2008); pp. 45-64. ISSN: 1139-1146 49


Mar Campos Souto y Jos Ignacio Prez Pascual

En cambio, s menciona Corominas en sus Indicaciones bibliogrficas,


al lado de estos diccionarios conocidos por la crtica, algn otro ttulo de cierta
envergadura que, sin embargo, no ha sido objeto de atencin por parte de los
estudiosos; nos referimos al inacabado Diccionario filolgico-comparado de la lengua
castellana, de Matas Calandrelli, objeto del siguiente comentario de Corominas,
poco afecto al elogio desmedido: esfuerzo loable, pero el autor no tena
preparacin adecuada y sus materiales raramente son de primera mano; contie-
ne citas de clsicos espaoles y comparacin etimolgica con las dems lenguas
europeas (1980: XLII).

2. MATAS CALANDRELLI

Son muy pocas las noticias que hemos podido espigar acerca de este
autor, pero contribuyen a ofrecernos un retrato, sin duda sugerente, de un
intelectual comprometido con la enseanza. Nacido en 1845 en Salerno (Italia),
curs estudios de Letras en la Universidad de Npoles, donde se especializ en
Filologa clsica y en snscrito con los reputados profesores piamonteses
Giacomo Lignana y Michele Kerbaker. All comenz su actividad docente en
1868, pero ya en 1871 se traslada a Argentina, acudiendo a la llamada del
Presidente de la Repblica, Domingo Faustino Sarmiento, quien buscaba cola-
boradores para su misin de renovacin educativa. En su nueva patria, tras
impartir una serie de conferencias sobre Literatura comparada, Crtica literaria,
Filosofa de la historia, etc., en el Colegio Nacional de Buenos Aires, fue
nombrado profesor de Historia antigua en 1872 por Juan Mara Gutirrez,
rector de la Universidad de Buenos Aires. Al ao siguiente Calandrelli es
profesor de latn en la citada universidad, en la que ocup desde 1874 y hasta
la nacionalizacin de la universidad en 1882 la Ctedra de Filologa clsica
(latn y griego comparados), creada por iniciativa del nuevo rector, Vicente
Fidel Lpez. Cuando se fund la ciudad de La Plata, en 1882, Calandrelli fue
designado rector del Colegio Nacional, cargo que ocup hasta 1888; tambin fue
profesor del Colegio Nacional de Buenos Aires. Se retir de la docencia en 1897.
A lo largo de su vida Calandrelli realiz toda una serie de publicaciones
vinculadas con su tarea docente; as, en 1872, aparecen sus Lecciones de historia, al
ao siguiente su Gramtica filolgica de la lengua latina y, algo despus, una Gram-

50 Revista de Investigacin Lingstica, n 11 (2008); pp. 45-64. ISSN: 1139-1146


El Diccionario filolgico comparado de la lengua castellana de Matas Calandrelli

tica comparada de las lenguas latina y griega (1875), diversos volmenes con ejercicios
de traduccin, un Tratado de ortografa castellana, un Manual de literatura, latina y
griega y varios folletos sobre la enseanza de las lenguas clsicas. Pero, sin duda,
su obra ms importante fue la que en esta ocasin es objeto de nuestra
atencin, el inacabado Diccionario filolgico comparado de la lengua castellana (1880-
1916), que dedic a los dos rectores que le haban apoyado en su carrera, Juan
Mara Gutirrez y Vicente Fidel Lpez.
Al margen de su obra pedaggica y cientfica, public obras de creacin12 ,
as como una ingente obra periodstica, tanto en las publicaciones de la emigra-
cin italiana (LOperaio Italiano, LItalia al Plata, La Patria degli Italiani) como en
diarios de la importancia de La prensa, en el que colabor ms de veinte aos;
all public sus Informaciones gramaticales y filolgicas de La Prensa. Podemos
aadir, adems, casi a ttulo de curiosidad, que escribi el himno escolar Dios y
patria13 , poema al que Giacomo Puccini que ya era el autor de La Bohme,
Tosca y Madame Butterfly puso msica durante su estancia en la Argentina, en
1905. Falleci en Buenos Aires, en 1919.

3. EL DICCIONARIO FILOLGICO COMPARADO DE LA LEN-


GUA CASTELLANA

Calandrelli incluye en la portada de los doce volmenes de su obra una


enumeracin de aquellos aspectos a que ha atendido en la elaboracin de su
repertorio; ste contiene, segn su propia declaracin

1. La clasificacin gramatical de las palabras;


2. Su etimologa, comparndose no solamente los elementos de las palabras castellanas con
las races de las dems lenguas indo-europeas, sino tambin las palabras mismas con las de
las lenguas neo-latinas que tienen el mismo origen;
3. El estudio de todas las palabras que derivan del rabe y dems lenguas semticas;

12 Como Mi novela del ao 1000, La liebre del profesor Mller y La sociedad y sus vctimas (escenas
bonaerenses).
13 Transcribimos el comienzo y el final del poema Un nimbo de gloria/De luz y de
flores,/En esos albores/De mi juventud./Corone las sienes/De vrgenes almas:/Merecen las
palmas/Candor y virtud/ []/La Patria y Dios/Me han dado el ser,/Mente y saber/En galardn.
/Cumple adorar,/En el altar/Del corazn.

Revista de Investigacin Lingstica, n 11 (2008); pp. 45-64. ISSN: 1139-1146 51


Mar Campos Souto y Jos Ignacio Prez Pascual

4. La explicacin de los vocablos vascuences y americanos aceptados en la lengua castellana;


5. El significado de las palabras y sus diferentes acepciones, corroboradas con ejemplos de
autores clsicos espaoles;
6. La coleccin de las frases y refranes usados con ms frecuencia en castellano;
7. Los principales sinnimos con sus correspondientes ejemplos y explicaciones (1880:
Portada).

Esta relacin nos sita ante una obra de naturaleza hbrida, que persigue
un doble objetivo; por una parte, los usuarios hallarn un diccionario general
monolinge, y, por otra, un estudio etimolgico, dirigido a un pblico ms
restringido14 . Alberto Navarro Viola, discpulo de Calandrelli, expone ya en un
artculo publicado en 188015 , esta doble funcin del repertorio:

El trabajo del Sr. Calandrelli es la vez un diccionario de la lengua castellana, que todos
pueden y deben consultar como tal, porque su texto pertenece la Academia espaola, y un
diccionario de lingstica, en que est escrito y aplicado la lengua castellana, todo lo que se
conoce de esa ciencia hasta el momento en que lo escribe. El que no supiere ni deseare saber
la maternidad y fraternidad del idioma que hablamos, se servir del diccionario para conocer el
significado de las palabras, independientemente de la doctrina filolgica cifrada en la palabra
etimologa. Los hombres de letras que quisieren, por el contrario, darse cuenta del sentido ntimo
de cada palabra y del orgen del idioma de que se sirven para pensar, hablar y escribir, hallarn
todos los detalles que la lingstica proporciona sus iniciados. Tiene, pues, el Diccionario dos
aplicaciones distintas. Una para la generalidad de los estudiosos, otra para una clase privilegia-
da de hombres que no se contentan con saber el significado ordinario de las palabras y desean
profundizar el sentido ntimo que entraan (1880: 159).

La microestructura del Diccionario filolgico-comparado est, por lo tanto, de-


terminada por esas dos aplicaciones que menciona Navarro Viola. En parte,
los artculos lexicogrficos presentan una organizacin similar a los del DRAE-
1869, dado que la seleccin de voces no es original, sino que reproduce la
nomenclatura de la duodcima edicin del repertorio acadmico. Podemos
observar, no obstante, ciertas modificaciones, debidas tanto a la presencia de
dos apartados novedosos (los dedicados al origen de las voces y a inclusin de
sinnimos), como a una deliberada reordenacin de los materiales acadmicos.

14 Esta caracterstica parece ser comn a buena parte de los diccionarios etimolgicos del
siglo XIX, como se puede comprobar, por ejemplo, en el Diccionario general etimolgico de Roque
Barcia (vid. Igualada Belch 2002).
15 Reproducido posteriormente en el tomo VI del Diccionario filolgico comparado (1907: IV).

52 Revista de Investigacin Lingstica, n 11 (2008); pp. 45-64. ISSN: 1139-1146


El Diccionario filolgico comparado de la lengua castellana de Matas Calandrelli

As, tras el captulo etimolgico (precedido por la abreviatura ETIM. y ubicado


tras el lema y una informacin bsica de carcter gramatical, relativa a la clase o
subclase de palabras), Calandrelli reproduce, en una seccin encabezada por la
abreviatura SIGN., las definiciones del DRAE-1869, ilustradas con citas extra-
das de autores clsicos espaoles, como l mismo afirma en la portada. No
obstante, las citas tampoco proceden de un vaciado directo de los textos, sino
que llegan a nuestro repertorio a travs del DA16 :
DFCLC DRAE-1869 DA
A-bad. [...] ABAD. m. El superior de ABAD. s. m. El Superir y primro entre
SIGN. 1. El superior de un un monasterio. || El los Monges. Usan de este titulo los
monasterio: superior o cabeza de Superiores de las Ordenes de San Basilio,
algunas iglesias colegiales. San Benito, San Bernardo, y otras
Tambien por esta razon y
[...]|| En Galicia, Navarra y Monachales. Viene del lat. Abbas, tis.
dificultad pueden los monjes
otras provincias, el cura MARIAN. Hist. de Espaa, lib. 6, cap. 9. En
prender a su Abad. Bobad.
prroco. [...] pl. ABADEJO en este nmero fu uno San Ildefonso Abad
Pol. 1. 2, e. 21.
su tercera acepcin. Algaliense. BOBAD. Pol. Lib. 2, cap. 21.
2. El superior cabeza de Tambien por esta razon y dificultd pueden
algunas iglesias colegiales: los Monges prender su Abd.
Agora es iglesia colegial con ABAD [2] se llama tambien el Superior y
Abad y Cannigos. Ambr. Cabeza de algunas Iglesias Colegiales, como
Mor. L. 16, c. 28. [...] la de Alcal la Real, Lerma y otras: y
4. En Galicia, Navarra y otras asimismo se da este nombre y ttulo de
provincias, el cura prroco: Abad los superiores de algunas Iglesias, en
Mas encuentros que los dados, que sirven Cannigos Reglares, como las de
mas ofrendas que un Abad. San Isidro de Leon, Santa Maria de Arbas,
Esteb. Fol. 387. [...] Covadonga y otras. Lat. Abbas, tis. Ambr. de
Mor. lib. 16, cap. 38. Agra es Iglsia
Colegil con Abad y Cannigos. Gong. letra
burl. que empieza: Que haya gustos en la
villa, &c.
Si el Abad de poca renta
a fuer de obispo pasa
con lacayos de libra
ahorrada en la pimienta, &c.
[...]
ABAD. [7]. Antiguamente sin distincin ni
diferncia se llamaba assi el Cura, o
Parrocho de alguna Iglesia; pero con el
tiempo solamente ha quedado el uso de esta
voz en este significado en Galicia, Asturias,
Portugal, y Catalua. Lat. Prochus, i. Curio,
onis. ESTER. fol. 387.
Mas encuentros que los dados,
mas ofrendas que un Abd.

16 Pese a ello, Navarro Viola encarece la importancia de este asunto: An considerado


como el Diccionario simple de la Academia, contiene algo ms que todos los diccionarios ya

Revista de Investigacin Lingstica, n 11 (2008); pp. 45-64. ISSN: 1139-1146 53


Mar Campos Souto y Jos Ignacio Prez Pascual

Pero el DA no se emplea tan solo como una rica cantera de la que extraer
citas, sino que, en ocasiones, suministra tambin la definicin de la voz analiza-
da por Calandrelli:
DFCLC DRAE-1869 DA
A-bada. f. [...] ABADA. f. RINOCERONTE. ABADA. s. f. La hembra del
SIGN. La hembra del Rhinoceronte17.
rinoceronte.

Las modificaciones efectuadas por Calandrelli derivan, como hemos di-


cho, de la aplicacin de un diferente esquema organizativo a los artculos del
repertorio acadmico. El primer cambio afecta al lema, pues parece proponerse
ofrecer al usuario el anlisis de los constituyentes inmediatos de cada palabra,
aunque esa interpretacin morfo-etimolgica de la voz exige efectuar un cotejo
con su familia lxica y resulta, a veces, un tanto incoherente y onerosa para el
lector: A-bad, Abad-esa, Abad-ia, Abad-ia-do; Abaja-miento, A-bajar, A-bajo; A-fabili-
dad, Afabil-simo, ma, A-fa-ble, A-fa-ble-mente; etc.
Por otra parte, la microestructura del Diccionario filolgico se caracteriza por
consagrar un apartado especfico (presidido por la abreviatura Fr. y Refr.) a los
refranes, que en el DRAE-1869 se contemplan como subentradas, del mismo
modo que las expresiones pluriverbales del tipo abad mitrado o abad bendi-
to; pese a la abreviatura empleada por Calandrelli, solo los refranes gozan de
un apartado propio18 . Por ltimo, ciertos artculos presentan, tras la abreviatura
SIN.-, una breve relacin de sinnimos de la voz analizada, cuyas diferencias
de significado se diseccionan pormenorizadamente de acuerdo con la doctrina
de Pedro M. Olive.

publicados: contiene ejemplos de autores clsicos para corroborar el significado y acepcin de cada
palabra. La importancia de los ejemplos se revela al advertir que en ellos estn condensadas las
diferentes construcciones de que se han servido los modelos del clasicismo espaol, y sobre las
cuales han fundado los gramticos las reglas que se siguen al escribir y hablar nuestro idioma
(1880: 160).
17 Aunque en el DA se ofrece un ejemplo tomado de Gngora, Calandrelli no lo recoge,
probablemente porque se muestra bastante reacio a incluir ejemplos en verso.
18 Calandrelli refina en algunos puntos la ordenacin del DRAE-1869; as, por ejemplo,
la corporacin incluye al final del artculo dedicado a abad la siguiente observacin: pl. ABADEJO en
su tercera acepcin, en tanto que en el Diccionario filolgico esta anotacin se incluye como ltima
acepcin de la voz, antes de las expresiones pluriverbales y de la seccin consagrada a los refranes.

54 Revista de Investigacin Lingstica, n 11 (2008); pp. 45-64. ISSN: 1139-1146


El Diccionario filolgico comparado de la lengua castellana de Matas Calandrelli

Tras la Introduccin de Vicente Lpez, Calandrelli dispone en el primer


tomo una serie de piezas liminares; hemos de dirigir ahora nuestra atencin a
dos de ellas: las tituladas Obras y autores citados en este tomo y Obras que
se han consultado, el principal documento de que disponemos para indagar
sobre las fuentes de que se sirvi Calandrelli. El primer inventario (obras y
autores citados) posee escaso inters, dado que, como hemos comprobado, los
ejemplos llegan al Diccionario filolgico con la mediacin de la Academia19 . No
obstante, Calandrelli haba determinado adornar su repertorio tambin con
citas de los clsicos argentinos, afn de indudable inspiracin patritica20 , al que
habr de renunciar posteriormente, tal como confiesa al inicio del cuarto tomo:

Habame propuesto extractar de las obras de los ms ilustres autores argentinos las frases y
ejemplos necesarios para corroborar las diferentes acepciones de las palabras estudiadas en
este tomo, cumpliendo as lo prometido en la Advertencia que precede al tomo anterior;
pero la falta de proteccin mi obra por parte del pblico y razones de otro rden que no
creo del caso enumerar, me obligan desistir por ahora de esta nueva y pesada tarea, y
esperar circunstancias ms favorables para poderla llevar concienzudamente cabo (Al
lector, 1882: tomo IV, p. III).

La lectura del catlogo de obras consultadas nos permite identificar, pues,


algunos de los ttulos a que acudi Calandrelli, al menos en los primeros aos
de redaccin del diccionario. Es evidente que la morosidad con que se publica
el diccionario (pinsese que transcurren veinticinco aos entre los tomos cuarto
y quinto, de 1882, y el sexto, de 1907) obligara a su autor a ampliar el catlogo
de ttulos empleados; as, por ejemplo, existen pruebas irrefutables de que

19 Ya Corominas adverta que sus materiales raramente son de primera mano (1980:
XLII).
20 Pongo trmino a esta corta Advertencia, anunciando al lector que en el tomo siguien-
te, autores y literatos distinguidos de la Repblica Argentina figurarn al lado de autores y
literatos clsicos espaoles, al corroborar con ejemplos extractados de sus obras las diferentes
acepciones de las palabras estudiadas en mi Diccionario. Manifiesto de tal manera el homenaje
que merecen la patria de mi adopcin y el talento de sus hijos, cuyos nombres quedarn por
siempre vinculados al de mi obra, que, si al presente se publica en la mayor indiferencia por
parte del pblico, por carecer ste de suficiente preparacin clsica, llegar en un tiempo no
lejano ser el centro alrededor del cual se agruparn los que se interesen por el desarrollo de la
literatura patria, por el estudio del idioma de su pas y por el cultivo de las lenguas clsicas
(Advertencia, 1881: tomo III, p. XI).

Revista de Investigacin Lingstica, n 11 (2008); pp. 45-64. ISSN: 1139-1146 55


Mar Campos Souto y Jos Ignacio Prez Pascual

Calandrelli manej el DRAE-1899 y, quizs, el DRAE-1884, a partir de su fecha


de publicacin, pese a que no se citen, por motivos obvios, en el inventario del
primer volumen de su obra (de 1880), en que s se mencionan el Diccionario de
la lengua castellana (Madrid, 1726-1729) y el Diccionario de la lengua castellana
(Madrid,1869):

DFCLC DRAE-1884 DRAE-1899


En-aguas. f. pl. [...] Enaguas. (Del mejicano naguas). Enaguas. (Del mejicano naguas).
ETIM.- Segn la Academia, del f. pl. Vestidura que usan las f. pl. Vestidura que usan las
mejicano naguas, que significa lo mujeres, y cubre desde la cintura , mujeres, y cubre desde la
mismo. Es de advertir que naguas donde se atan, hasta los pies [...] cintura, donde se atan, hasta los
es corrupcin del espaol en-aguas, pies [...]
que las mujeres mejicanas han
adoptado, siguiendo el uso de las
espaolas.
Enta. adv. 1. Enta. adv. l. ant. Hacia, para, Enta. (Del r. [...] enda). adv. l.
ETIM. Del rabe enda ant. Hacia, para, con.
con.
(Academia), cerca de, junto ,
entre, , de, en, con, par de, por.
Cfr. rabe mod. anda, inda, unda,
por, con, hacia, para; raz and, con,
(and ilh, con Dios). [...]

Pese a que Calandrelli utiliza profusamente los repertorios acadmicos, en


la Advertencia que precede al tomo III censura la actitud de la corporacin,
que no ha atendido, en la fijacin de la ortografa, a los datos etimolgicos, con
lo que ha inducido a no pocos errores a los estudiosos de esta materia:

Creo fuera de propsito traer tela de juicio los errores cometidos por los antiguos
etimologistas, que procedian las ms veces sin bases ni principios, sin reglas ni doctrina en la
investigacin de las etimologias. Cmpleme, solamente, manifestar que los efectos alcanza-
dos en su tarea fueron superiores sus fines, en atencin los medios de que podian
disponer, pues que ya principios del siglo XVIII pudo la Real Academia Espaola llevar
cabo su monumental Diccionario de la lengua castellana, sirvindose de los estudios anterior-
mente practicados y fijando como ley de la ortografa los resultados etimolgicos ya alcan-
zados por autores anteriores y los que la misma Academia consiguiera en sus estudios
investigaciones. Lo extrao para mi, sin embargo, es que desde el ao de 1726, en que la
Academia public su primer Diccionario, hasta hoy, no ha tenido ste, en punto ortografia,
el progreso que ciento cincuenta y cinco aos reclamaran a una Corporacin de hombres
ilustres fundada con el principal propsito de compilar un diccionario de la lengua castella-
na. Existen en la ltima edicin del Diccionario de la Academia los mismos errores que se

56 Revista de Investigacin Lingstica, n 11 (2008); pp. 45-64. ISSN: 1139-1146


El Diccionario filolgico comparado de la lengua castellana de Matas Calandrelli

cometieron en la primera pesar del progreso que en estos ltimos aos ha alcanzado la
ciencia del lenguaje (1881: V-VI)21 .

Otra muestra de que Calandrelli maneja ms fuentes que las apuntadas en


esas lneas se percibe en el artculo ensuyar (ETIM.- Tiene dos significados:
comprender, en ant. gallego, (cfr. Dicc. Gall. de Cuveiro Piol) y emprender, en ant.
esp. [...]), en que se refiere al Diccionario gallego de Juan Cuveiro Piol, de 1876,
ausente de la lista de obras consultadas.
Calandrelli incluye en esa relacin, en cambio, el Diccionario de sinnimos de la
lengua castellana de Pedro Mara de Olive; y cierto es que el apartado de sinni-
mos del Diccionario filolgico constituye una reproduccin casi literal de la obra de
Olive, con quien Calandrelli parece compartir la idea de que la semejanza de
significacin de las palabras viene hallarse solo en la idea principal que
enuncian, mas no en las accesorias que cada autor varia su modo (Olive 1873:
II). En realidad, Calandrelli se limita a podar los frondosos y prolijos artculos de
Olive, como podemos comprobar en el ejemplo de la pgina siguiente.
En este sentido, Calandrelli parece seguir el camino emprendido por otros
diccionarios etimolgicos del periodo decimonnico, como el Diccionario general
etimolgico de Roque Barcia, cuyo autor, con un estilo metafrico, vago y
articiosamente literario (en palabras de Igualada Belch 2002: 144), explica las
diferencias de significado de voces sinonmicas mediante la combinacin de
materiales propios y ajenos (fundamentalmente, los repertorios de Jonama,
March, el Conde de la Cortina y Mora, aunque tambin reproduce algunos de
Olive y su continuador, Lpez Pelegrn)22 . No obstante, el repertorio de
Barcia no figura en el catlogo de obras consultadas23 ; de hecho, el Diccionario

21 As, por ejemplo, se lamenta de que habran podido evitarse las etimologas peregrinas
propuestas para voces como boda, bodigo o barniz si se hubiese empleado su verdadera ortografa.
22 Vid. Igualada Belch (2002: 145).
23 En un trabajo publicado en 1884 (extracto de un artculo publicado en 1883), Navarro
Viola efecta una comparacin exhaustiva de las principales palabras del diccionario de Barcia
con las del tomo V de la obra de Calandrelli con el fin de mostrar la, a su juicio, innegable
superioridad de la obra de su maestro; sus conclusiones no ofrecen resquicio a la duda: El
diccionario de Barcia es una traduccin del de Littr; y cuando en ste no se hallan las palabras
espaolas por ser esclusivas del idioma castellano, el seor Barcia escribe disparates que ni los

Revista de Investigacin Lingstica, n 11 (2008); pp. 45-64. ISSN: 1139-1146 57


Mar Campos Souto y Jos Ignacio Prez Pascual

DFCLC DSLC
En-ajenar [...] ENAJENAR. ? VENDER. Enajenar es trasferir la
SIN. Enajenar. . Vender. propiedad, entregar una cosa otro por donacion, venta
Enajenar es transferir la propiedad, trueque.
entregar una cosa otro por donacion,
En sentido metafrico es hacer de modo que uno salga,
venta trueque.
por decirlo as, de s, y que se prive del uso de los sentidos, de
En sentido metafrico es hacer de la razon y del juicio.
modo que uno salga, por decirlo as, de s, La relacion de este sentido con el resto es bien remota y
y que se priva del uso de los sentidos, de no fcil de hallar, como las siguientes: enajenacion, que significa
la razn y del juicio. distraccin, falta de atencin la cosa; embelesamiento en otra;
enajenacion de la mente, que es como prdida del sentido y
La relacin de este sentido con el
especie de demencia.
rocto [sic] es bien remota y no fcil de
Vender es dar, traspasar, ceder la propiedad de una cosa
hallar, como las siguientes: enajenacin, que
mediante un precio convenido: es venalidad la disposicin de
significa distraccin, falta de atencin la
una cosa persona a ser vendida, dejarse vender: y as se llaman
cosa; embelesamiento en otra; enajenacin
venales los jueces y empleados que estn dispuestos dejarse
de la mente, que es como prdida del
cohechar y sobornar.
sentido y especie de demencia.
La diferencia esencial entre la enajenacion y la venta consiste
Vender es dar, traspasar, ceder la
en que esta es siempre interesada , por precio convenido, por
propiedad de una cosa mediante un precio
mutuo beneficio; y la otra ni la supone, ni la exige, pues suele
convenido; es venalidad la disposicin de
ser voluntaria, desinteresada, generosa y en provecho solo del
una cosa persona ser vendida, dejarse
que lo recibe.
vender: y as se llaman venales los jueces y
Todo lo que tiene cualquiera valor se vende, como muebles,
empleados que estn dispuestos dejarse
mercancas, heredades y hasta las virtudes se venden, pues que se
cohechar y sobornar.
dejan sobornar y corromper; esto es, pervertir y destruir.
La diferencia esencial entre la
La enajenacin corresponde propiamente los derechos,
enajenacin y la venta consiste en que esta es
herencias, rentas, privilegios, etc.
siempre interesada, por precio convenido,
Todo lo que nos separa, aleja de lo que poseamos,
por mutuo beneficio: y la otra ni le
disfrutbamos, gozbamos, nos enajena de ello. Se enajen del
supone, ni le exige, pues suele ser
mundo, del trato con las gentes; se enajen de s mismo. Y en
voluntaria, desinteresada, generosa y en
ninguno de estos casos podremos valernos de la palabra vender
provecho solo del que lo recibe.
por su diferente significacin y su muy diferente aplicacin.
Todo lo que tiene cualquiera valor se
Solo de aquello de que somos dueos podemos enajenarnos,
vende, como muebles, mercancas,
pero veces vendemos lo que no es nuestro; aquello de que no
heredades y hasta las virtudes se venden,
podemos, ni debemos enajenarnos, lo que suponemos ser
pues que se dejan sobornar y corromper;
nuestro, que lo ser al tiempo convenido.
esto es, pervertir y destruir.
Se vende lo que se compra; se enajena lo que otro adquiere.
La enajenacin corresponde propia-
mente los derechos, herencias, rentas,
privilegios, etc.

nios de primer ao de preparatorios serian capaces de cometer. [] Y no obstante, lo que


verdaderamente da pena es que mientras Barcia ha colocado toda la edicion de su diccionario en
condiciones muy ventajosas para su peculio, el de Calandrelli debe contar solamente con la
suscricin oficial y con la proteccion de los gobiernos. Espero que stas no le falten para no
quedarnos con una obra trunca que costar su autor doce quince aos de trabajo rduo y
penoso sin otra recompensa que la satisfaccin de haber contribuido al aumento de la literatura
arjentina con una obra nica en su jnero y la primera que se publica en las lenguas modernas
(1884: 36-37).

58 Revista de Investigacin Lingstica, n 11 (2008); pp. 45-64. ISSN: 1139-1146


El Diccionario filolgico comparado de la lengua castellana de Matas Calandrelli

etimolgico de la lengua castellana de Pedro Felipe Monlau es el nico exponente de


la lexicografa espaola del XIX que Calandrelli incopora en esta relacin24 .
Al lado de los diccionarios de Pedro Labernia (Novsimo diccionario de la
lengua castellana con la correspondencia catalana, Barcelona, 1866), de Manuel Larramendi
(Diccionario trilinge castellano, vascuence y latin, San Sebastin, 1853), de Marcel
Devic (Dictionnaire timologique de tous les mots dorigine orientale, Pars, 1878, suple-
mento al de Littr), de Friedrich Diez (Etymologisches Wrterbuch der Romanischen
Sprachen, Bonn, 1869), o un diccionario indito de V. F. Lpez sobre los
quechuismos, ocupan un lugar esencial en este catlogo las obras de Emile
Littr (Dicionnaire de la langue franaise, Paris, 1875) y de Noah Webster (An
American Dictionary of the English Language, Springfield, Mass., 1876), puesto que
Calandrelli parece haber seguido la senda abierta por estos lexicgrafos, si bien,
como apunta Domingo Faustino Sarmiento, el Diccionario filolgico se nos ofrece
como una obra excepcional y, en su opinin, superior a las citadas: no conoce-
mos todava el que de igual gnero le preceda en las otras lenguas europeas;
pues el de Littr, en francs, y el de Webster en ingls, no han llegado
incorporar las races del snscrito y las semticas en la etimologa de las palabras,
de sus respectivos idiomas (1879: 111)25 .
La proclama de Sarmiento nos sita ante la faceta del Diccionario filolgico
que suscit ms alabanzas; como afirma Vicente F. Lpez, el autor de la
Introduccin al primer volumen, esta obra solo poda realizarla alguien dota-
do de vastos conocimientos en la Lingstica, familiarizado con todos los
adelantos de la ciencia nueva (1880: v). En las palabras de este ilustre americanista

24 Sin embargo, en el informe emitido por la comisin de acadmicos de la Facultad de


Humanidades y Filosofa de la Universidad de Buenos Aires sobre el mrito del Diccionario filolgico,
se lanza una crtica poco piadosa contra el repertorio de Monlau: el ensayo del Dr. Monlau y los
trabajos anteriores en lengua espaola, aunque son buenos, son en suma poca cosa (1907: XVII).
25 Olegario Andrade sostiene una postura similar: Ninguna nacin posee un diccionario
arreglado al plan seguido por el seor Calandrelli. Los dos nicos diccionarios muy completos que
se ocupan de etimologa, son el de Webster para el ingls y el de Littr para el francs. El primero
prescinde del anlisis comparativo de las races y de la historia de las transformaciones de los
elementos del lenguaje, pues apenas cita las palabras de las lenguas teutnicas que tiviesen un
origen comn; el segundo se contenta con buscar las palabras francesas el origen inmediato que
casi siempre es el latn, el cltico el teutnico, pero ni se ocupa siguiera del estudio comparado
(1907: XVI). Vid. tambin Konrfeld y Kugel (2000).

Revista de Investigacin Lingstica, n 11 (2008); pp. 45-64. ISSN: 1139-1146 59


Mar Campos Souto y Jos Ignacio Prez Pascual

y en otros juicios crticos sobre el diccionario se destila todava la admiracin


ante el descubrimiento de Jones sobre el parentesco del snscrito, la lengua
clsica de la India, con el latn, el griego y las lenguas germnicas; as Sarmiento
afirma

Hasta los extraos caracteres que representan las letras del snscrito, incorporadas en el texto
del diccionario para mostrar la raz de una de nuestras palabras, traen la idea de fsiles de las
lenguas humanas, desenterrados debajo del terreno de acarreo que les han acumulado
encima los siglos, y sirven hoy para explicar, como los huesos del mastodonte, la filiacin del
elefante actual (DFCLC, tomo VI, 1907: X)26 .

Aunque en esta ocasin no podemos adentrarnos en un anlisis detallado


de las fuentes que Calandrelli emplea en el captulo etimolgico, hemos de
destacar que en la nmina de obras consultadas destacan los ttulos de los
comparatistas. Diversas obras de Franz Bopp (Glossarium comparativum linguae
sanscritae, Berln, 1867; Grammatica critica linguae sanscritae, Berln, 1829-1832;
Grammaire compare des langues indo-europennes, Pars, 1866-1874), Michel Bral
(Mlanges de Mythologie et de Linguistique, Pars, 1878), Georg Curtius (Grundzge der
Griechischen Etymologie, Leipzig, 1869; Studien zur Griechischen und Lateinischen
Grammatik, Leipzig, 1866-1869), August Fick (Vergleichendes Wrterbuch der Indo-
germanischen Grundsprache, Gottinga, 1868), Jakob Grimm (Geschichte der Deutschen
Sprache, Leipzig 1848), August Friedrich Pott (Etymologische Forschungen auf dem
Gebiete der Indogermanichen Sprachen, Lemgo, 1833-1836), August Schleicher
(Compendium der vergleichenden Grammatik der Indogermanischen Sprachen. Zweite Auflage,
Weimar, 1866), y sobre todo, de Max Mller27 se entienden como herramientas
al servicio de la indagacin etimolgica, puesto que, como seala Navarro
Viola:

El espaol pertenece, segn queda indicado, la familia indo-europea, y contiene adems


gran nmero de palabras semticas, como rabes, hebreas, fenicias; y palabras vascuences y

26 En este tomo se reproduce el artculo que Sarmiento haba publicado originalmente en


El Nacional, el 30 de enero de 1880.
27 Autor de Lectures on the Science of Language, cuya sexta leccin traduce Caladrelli en el
tomo sexto del Diccionario, para dar respuesta a la innumerable serie de cartas que se me envan
referentes la utilidad de mi obra y los principios en que est fundada (1908: III).

60 Revista de Investigacin Lingstica, n 11 (2008); pp. 45-64. ISSN: 1139-1146


El Diccionario filolgico comparado de la lengua castellana de Matas Calandrelli

de lenguas americanas. De manera que el estudio etimolgico de nuestra lengua es ms


difcil que el de cualquiera otra de la misma familia (1880: 165)28 .

Por otra parte, Calandrelli habr de lidiar con un escollo aadido en el


estudio de los timos rabes, pues, como subraya Sarmiento, sera tarea ardua
reducir sus elementos primitivos una lengua que no ha tenido an su Bopp
(1907: VIII); para salvar las dificultades, el Diccionario filolgico se apoya en ocasio-
nes en el Glossaire des mots espagnols et portugais drivs de larabe de Dozy y
Engelmann:

DFCLC Glossaire
A-balor-io. m. ABALORIO, pg. avelorios (conterie, grains de
ETIM. Viene del rab. ballr, cristal, vidrio. El verre), sembre ter une altration de larabe [...]
artculo arbigo al se redujo la a- que le (al-ballr), du cristal.
precede como simple prefijo. Ballr, bilur, bllaur
ballur, segun quiera pronunciarse la palabra
arbiga, significa no solamente cristal, vidrio, sino
tambien berilo agua marina. [...]
Afice. m. ant. HAFIZ, [*haiz, afice] (inspecteur de limpt
ETIM. Viene del rabe hfidh, que significa sur la soie Grenade), de [...] (hfidh) qui
generalmente inspector. Escribise tambin signifie en general inspecteur [...]
hafiz y haiz. [...]

4. CONCLUSIN

El proyecto del Diccionario filolgico comparado de la lengua castellana, cuya


publicacin se vio ralentizada por problemas econmicos y tcnicos de diversa
ndole (la carencia, por ejemplo, de tipos de imprenta apropiados para reprodu-
cir los vocablos snscritos), se trunca definitivamente a la muerte de Matas
Calandrelli. Aunque, a juicio de Corominas, su escasa originalidad y la deficiente
formacin de su autor hayan dejado esta obra en la penumbra de la historia de
la lexicografa, es indudable que actu como un autntico revulsivo en la

28 Olegario Andrade comulga con Calandrelli en la idea de que la ciencia lingstica se


encierra en los lmites de esos nombres: El que inaugur la ciencia del lenguaje fue Bopp, con la
obra sistema de la conjugacin indo-germnica, y la ltima palabra pertenece Schleicher y Max
Mller, escribiendo aqul la gramtica comparada de las lenguas indo-germnicas y ste las leccio-
nes de la ciencia del lenguaje (1907: XVI).

Revista de Investigacin Lingstica, n 11 (2008); pp. 45-64. ISSN: 1139-1146 61


Mar Campos Souto y Jos Ignacio Prez Pascual

lingstica argentina, como demuestra la expectacin que suscit en su poca y


los diversos escritos que lingistas, poetas o intelectuales de diverso cuo le
consagraron; concluiremos con las palabras de Bartolom Mitre

El libro del Sr. Calandrelli, juzgar por lo que de l se ha publicado, promete ser un
monumento filolgico levantado la lengua castellana, estudiada en sus elementos cons-
titutivos. No es ni puede ser una obra original, y en eso consiste su mrito. Es una obra de
laboriasa [sic] y paciente compilacin, de anlisis seguro, de crtica severa, en que, em-
pleando todos los recursos de la ciencia y del estudio, pone al alcance de todo el mundo,
algo ms que la ciencia misma, y son sus resultados prcticos, usuales, tiles, haciendo
entrar en la corriente general las nociones que vivifican el lenguaje hablado, y dilatan el
crculo de ideas, vulgarizndolas, enriqueciendo con ellas los dominios del sentido comn
(DFCLC, 1907: XVI).

REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS

ARENS, Hans (1975): La lingstica. Sus textos y su evolucin desde la antigedad hasta
nuestros das. Madrid, Gredos.
BARCIA, Roque (1880-1883): Primer diccionario general etimolgico de la lengua caste-
llana. Madrid, Establecimiento Tipogrfico de lvarez Hermanos.
BLECUA, Jos Manuel y Gloria CLAVERA (1999): La lexicografa castellana,
antes y despus de Joan Coromines en Joan Sol, ed., Lobra de Joan
Coromines. Sabadell, Fundaci Caixa de Sabadell; 29-43.
CABRERA Y RUBIO, Ramn (1837): Diccionario de etimologas de la lengua castella-
na. Madrid, Calero.
CALANDRELLI, Matas (1880-1916): Diccionario filolgico comparado de la lengua
castellana. Buenos Aires, Obras Clsicas, Talleres Grficos Optimus y otros
[DFCLC].
COROMINAS, Joan y Jos Antonio PASCUAL (1980-1991): Diccionario crtico
etimolgico castellano e hispnico. Madrid, Gredos.
COROMINAS, Joan (1954-1957): Diccionario crtico etimolgico de la lengua castellana.
Madrid, Gredos.
DOZY, Reinhart P. A. y Wilhelm H. ENGELMANN (1982): Glossaire des mots
espagnols et portugais drivs de larabe. msterdam, APA-Oriental Press [facs-
mil de la edicin de Leyden, 1869].

62 Revista de Investigacin Lingstica, n 11 (2008); pp. 45-64. ISSN: 1139-1146


El Diccionario filolgico comparado de la lengua castellana de Matas Calandrelli

ECHEGARAY, Eduardo de (1887-1889): Diccionario general etimolgico de la lengua


espaola. Madrid, Imprenta lvarez Hermanos.
GARCA DE DIEGO, Vicente (1923): Contribucin al diccionario hispnico etimolgico.
Madrid, Centro de Estudios Histricos.
GARCA PLATERO, Juan Manuel (2003): La lexicografa no acadmica en los
siglos XVIII y XIX en Antonia M. Medina Guerra, coord., Lexicografa
espaola. Barcelona, Ariel; 263-280.
HAENSCH, Gnther y Carlos OMEACA (20042): Los diccionarios del espaol en
el siglo XXI. Salamanca, Universidad de Salamanca.
IGUALADA BELCH, Dolores Anunciacin (2002): Sobre la tcnica
lexicogrfica del siglo XIX. El Diccionario General Etimolgico de Roque Bar-
cia en Mar Campos Souto y Jos Ignacio Prez Pascual, eds., De historia de
la lexicografa. Noya, Toxosoutos; 137-147.
KORNFELD, Laura e Ins KUGUEL (2000): Indigenimos en la lexicografa
monolinge argentina, en Unidad en la diversidad: Portal informativo sobre la
lengua castellana (http://www.unidadenladiversidad.com/historico/opinion/
opinion_ant/2000/agosto_2000/agosto020800_02.htm
LOZANO ANDRS, Mara del Carmen (2002): Lexicografa de vicios y
defectos: los diccionarios correctivos hispanoamericanos del siglo XIX en
M Teresa Fuentes Morn y Reinhold Werner, eds., Diccionarios: textos con
pasado y futuro. Madrid-Frankfurt, Iberoamericana-Vervuert; 11-29.
LYONS, John (1984): Introduccin al lenguaje y a la lingstica. Barcelona, Teide.
MICHELENA, Luis (1985): Comparacin y reconstruccin en lingstica en
Lengua e Historia. Madrid, Paraninfo; 86-96.
MONLAU, Pedro Felipe (1856): Diccionario etimolgico de la lengua castellana. Ma-
drid, Bailly-Baillire [2 ed. Madrid, 1881].
NAVARRO VIOLA, Alberto (1880): Diccionario filolgico: comparado de la
lengua castellana en Anuario bibliogrfico de la Repblica Argentina, II; 157-174.
NAVARRO VIOLA, Alberto (1884): Juicio crtico del Diccionario filolgico-
comparado de la lengua castellana por el Dr. Alberto Navarro Viola. Buenos
Aires, Imprenta de Martn Biedma.
OLIVE, Pedro Mara de (1873): Diccionario de sinnimos de la lengua castellana. Pars,
Garnier Hermanos.

Revista de Investigacin Lingstica, n 11 (2008); pp. 45-64. ISSN: 1139-1146 63


Mar Campos Souto y Jos Ignacio Prez Pascual

PASCUAL, Jos Antonio y Jos Ignacio PREZ PASCUAL, eds. (2006):


Epistolario Joan Coromines & Ramn Menndez Pidal. Barcelona, Fundaci
Pere Coromines.
PAUL, Hermann (1983): Princpios fundamentais da histria da lengua. Lisboa,
Fundao Calouste Gulbenkian.
PORTO DAPENA, Jos-lvaro (2000): Diccionarios histricos y etimolgicos
del espaol en Ignacio Ahumada, ed., Cinco siglos de lexicografa del espaol.
IV Seminario de Lexicografa Hispnica. Jan, Universidad de Jan; 103-135.
PUCHE LORENZO, Miguel ngel (2000): El Diccionario etimolgico de la lengua
espaola de Echegaray. Un ejemplo de lexicografa decimonnica en Revis-
ta de Investigacin Lingstica, III, 2; 379-392.
PUCHE LORENZO, Miguel ngel (2002): Los diccionarios etimolgicos en
el siglo XIX: de Roque Barcia a Eduardo de Echegaray en Mar Campos
Souto y Jos Ignacio Prez Pascual, eds., De historia de la lexicografa. Noya,
Toxosoutos; 181-191.
REAL ACADEMIA ESPAOLA (1726-1739): Diccionario de la lengua castellana,
en que se explica el verdadero sentido de las voces, su naturaleza y calidad, con las
phrases o modos de hablar, los proverbios o refranes, y otras cosas convenientes al uso de
la lengua. Madrid, Imprenta de Francisco del Hierro [DA].
REAL ACADEMIA ESPAOLA (186911): Diccionario de la lengua castellana.
Madrid, Imprenta de don Manuel Rivadeneyra [DRAE-1869].
REAL ACADEMIA ESPAOLA (188412): Diccionario de la lengua castellana.
Madrid, Imprenta de don Gregorio Hernando [DRAE-1884].
REAL ACADEMIA ESPAOLA (189913): Diccionario de la lengua castellana.
Madrid, Imprenta de los Sres. Hernando y Compaa [DRAE-1899].
SARMIENTO, Domingo Faustino (1879): Diccionario filolgico comparado
de la lengua castellana en Anuario bibliogrfico de la Repblica Argentina, I;
110-118.
WERNER, Reinhold (1991): Principios diferenciales y contrastivos en la lexi-
cografa del espaol americano en Encuentro internacional sobre el espaol e
Amrica. Presencia y Destino. El espaol de Amrica hacia el siglo XXI. Santaf de
Bogot, Instituto Caro y Cuervo, I; 230-271.

64 Revista de Investigacin Lingstica, n 11 (2008); pp. 45-64. ISSN: 1139-1146

También podría gustarte