Quién Era Milton Friedman
Quién Era Milton Friedman
Quién Era Milton Friedman
Milton Friedman desempe tres funciones en la vida intelectual del siglo XX.
Estaba el Friedman economista de economistas, que escriba anlisis tcnicos,
ms o menos apolticos, sobre el comportamiento de los consumidores y la
inflacin. Estaba el Friedman emprendedor poltico, que pas dcadas haciendo
campaa en nombre de la poltica conocida como monetarismo y que acab
1
viendo cmo la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra adoptaban su doctrina a
finales de la dcada de 1970, slo para abandonarla por inviable unos aos ms
tarde. Por ltimo, estaba el Friedman idelogo, el gran divulgador de la doctrina del
libre mercado. Desempe el mismo hombre todas estas funciones? S y no. Las
tres estaban guiadas por la fe de Friedman en las verdades clsicas de la
economa del libre mercado. Adems, su eficacia como divulgador y propagandista
descansaba en parte en su merecida fama de profundo economista terico. Pero
hay una diferencia importante entre el rigor de su obra como economista
profesional y la lgica ms laxa y a veces cuestionable de sus pronunciamientos
como intelectual pblico. Mientras que la obra terica de Friedman es
universalmente admirada por los economistas profesionales, hay mucha ms
ambivalencia respecto a sus pronunciamientos polticos y en especial su trabajo
divulgativo. Y debe decirse que hay serias dudas respecto a su honradez
intelectual cuando se diriga a la masa de ciudadanos.
Pero dejemos de lado por el momento el material cuestionable y hablemos de
Friedman en cuanto terico econmico. Durante la mayor parte de los dos siglos
pasados, el pensamiento econmico estuvo dominado por el concepto del Homo
economicus. El hipottico Hombre Econmico sabe lo que quiere; sus
preferencias pueden expresarse matemticamente mediante una funcin de
utilidad, y sus decisiones estn guiadas por clculos racionales acerca de cmo
maximizar esa funcin: ya sean los consumidores al decidir entre cereales
normales o cereales integrales para el desayuno, o los inversores que deciden
entre acciones y bonos, se supone que esas decisiones se basan en
comparaciones de la utilidad marginal, o del beneficio aadido que el comprador
obtendra al adquirir una pequea cantidad de las alternativas disponibles.
Es fcil burlarse de este cuento. Nadie, ni siquiera los economistas ganadores del
Premio Nobel, toma las decisiones de ese modo. Pero la mayora de los
economistas, yo incluido, consideramos til al Hombre Econmico, quedando
entendido que se trata de una representacin idealizada de lo que realmente
pensamos que ocurre. Las personas tienen preferencias, incluso si esas
preferencias no pueden expresarse realmente mediante una funcin de utilidad
precisa; por lo general toman decisiones sensatas, aunque no maximicen
literalmente la utilidad. Uno podra preguntarse por qu no representar a las
personas como realmente son. La respuesta es que la abstraccin, la
simplificacin estratgica, es el nico modo de que podamos imponer cierto orden
intelectual en la complejidad de la vida econmica. Y la suposicin del
comportamiento racional es una simplificacin especialmente fructfera.
2
Pero era realmente una buena idea reducir tanto la funcin del Hombre
Econmico?
No, deca Friedman, que en un artculo de 1953 titulado The methodology of
positive economics [La metodologa de la economa positiva] sostena que
las teoras econmicas no deberan juzgase por su realismo psicolgico, sino por
su capacidad para predecir el comportamiento. Y los dos mayores triunfos de
Friedman como economista terico procedieron de aplicar la hiptesis del
comportamiento racional a cuestiones que otros economistas haban considerado
fuera del alcance de dicha hiptesis.
En un libro de 1957 titulado Una teora de la funcin del consumo -no
exactamente un ttulo que agradara a las masas, pero s un tema importante-,
Friedman sostena que el mejor modo de entender el ahorro y el gasto no es, como
haba hecho Keynes, recurrir a una teorizacin psicolgica laxa, sino, por el
contrario, pensar que los individuos hacen planes racionales sobre cmo gastar su
riqueza a lo largo de la vida. sta no era necesariamente una idea antikeynesiana;
de hecho, el gran economista keynesiano Franco Modigliani plante de manera
simultnea e independiente el mismo argumento, incluso con ms cuidado, al
considerar el comportamiento racional, en colaboracin con Albert Ando. Pero s
sealaba un retorno a los modos de pensar clsicos, y funcionaba. Los detalles
son un poco tcnicos, pero la "hiptesis de la renta permanente" planteada por
Friedman y el "modelo del ciclo vital" de Ando y Modigliani resolvan varias
paradojas aparentes sobre la relacin entre renta y gasto, y todava hoy siguen
constituyendo las bases de cmo estudian los economistas el gasto y el ahorro.
El trabajo sobre el comportamiento de los consumidores habra forjado por s solo
la fama acadmica de Friedman. Sin embargo, obtuvo un triunfo al aplicar la teora
del Hombre Econmico a la inflacin. En 1958, el economista neozelands A. W.
Phillips sealaba que exista una correlacin histrica entre el desempleo y la
inflacin, de modo que la inflacin iba asociada a un bajo desempleo y viceversa.
Durante un tiempo, los economistas trataron esta correlacin como si fuera una
relacin fiable y estable. Esto provoc un debate serio sobre qu punto de la curva
de Phillips debera escoger el Gobierno.
Debera Estados Unidos, por ejemplo, aceptar una tasa de inflacin ms alta
para alcanzar una tasa de desempleo ms baja?
3
que despus de un periodo de inflacin sostenido, las personas introduciran las
expectativas de inflacin futura en sus decisiones, lo cual anulara cualquier efecto
positivo de la inflacin sobre el empleo. Por ejemplo, una de las razones por las
que la inflacin puede aumentar el empleo es que contratar a ms trabajadores se
vuelve ms rentable cuando los precios suben ms que los salarios. Pero en
cuanto los trabajadores comprenden que el poder de adquisicin de sus salarios
se ver erosionado por la inflacin, exigen por adelantado acuerdos de subida
salarial ms elevados, para que los salarios alcancen el mismo nivel que los
precios. En consecuencia, cuando la inflacin se mantiene durante un tiempo, ya
no proporciona el mismo impulso al empleo que al principio. De hecho, se
producir un aumento del desempleo si la inflacin no cumple las expectativas.
4
dcadas, la imagen pblica y la fama de Milton Friedman se definieron en gran
medida por sus pronunciamientos sobre la poltica monetaria y su creacin de la
doctrina conocida como monetarismo. Sorprende darse cuenta, por tanto, de que
el monetarismo se considera en gran medida un fracaso, y que parte de lo dicho
por Friedman sobre el dinero y la poltica monetaria -al contrario que lo que dijo
acerca del consumo y la inflacin- parece haber sido engaoso, y quiz de manera
deliberada.
5
especial un aumento del gasto pblico- para sacar a los pases de la Gran
Depresin.
Aunque esto tal vez fuese una exageracin, la poltica monetaria no estuvo muy
bien considerada en las dcadas de 1940 y 1950. Friedman, sin embargo, hizo una
cruzada a favor de la propuesta de que el dinero tambin importaba, la cual
culmin con la publicacin en 1963 de A monetary history of the United
States, 1867-1960, en colaboracin con Anna Schwartz
Aunque A monetary history of the United States es una gran obra de
extraordinaria erudicin, que abarca un siglo de desarrollos monetarios, su anlisis
ms influyente y controvertido fue el relativo a la Gran Depresin. Friedman y
Schwartz afirmaban que haban refutado el pesimismo de Keynes acerca de la
eficacia de la poltica monetaria en condiciones de depresin. "La contraccin" de
la economa, declaraban, "es de hecho un trgico testimonio de la importancia de
las fuerzas monetarias".
Pero por qu la contraccin de la economa es de hecho un trgico
testimonio de la importancia de las fuerzas monetarias, qu se quiere decir
con eso?
6
Desde el principio, la posicin de Friedman y Schwartz pareca un poco
escurridiza. Y con el tiempo, la presentacin que Friedman haca de la historia se
hizo ms grosera, no ms sutil, y acab pareciendo -no hay otra forma de decirlo-
intelectualmente corrupta.
A este respecto, tal vez sea til una analoga. Supongamos que se desata una
epidemia de gripe, y que anlisis posteriores indican que una accin adecuada de
los centros de control de enfermedades podran haber contenido la epidemia.
Sera justo culpar a las autoridades pblicas de no tomar las medidas adecuadas.
Pero sera un exceso decir que el Estado caus la epidemia, o usar el fallo de esos
7
centros para demostrar la superioridad de los mercados libres sobre el sector
pblico.
En 1976, Friedman les deca a los lectores de Newsweek que "la verdad
elemental es que la Gran Depresin se produjo por una mala gestin pblica", una
declaracin que seguramente sus lectores interpretaron como que la depresin no
se habra producido si el Estado se hubiera mantenido al margen, cuando de
hecho lo que Friedman y Schwartz afirmaban era que el sector pblico debera
haberse mostrado ms activo, no menos.
Por qu los debates histricos sobre la funcin de la poltica monetaria en
la dcada de 1930 importaban tanto en la de 1960?
8
la Gran Depresin, pero Friedman poda sealar otros muchos ejemplos de
polticas que haban salido mal. "Un rgimen monetario", escriba en 1972, "aislara
la poltica monetaria del poder arbitrario de un pequeo grupo de hombres no
sujetos al control de los electores, y de las presiones a corto plazo de la poltica
partidista".
Ahora, unas palabras sobre Japn. Durante la dcada de 1990, Japn experiment
una especie de reproduccin a pequea escala de la Gran Depresin. La tasa de
desempleo nunca lleg a los niveles de la Depresin, gracias a un enorme gasto
en obras pblicas que hizo que cada ao Japn, con menos de la mitad de
poblacin, vertiese ms cemento que Estados Unidos. Pero las condiciones de
tipos de inters muy bajos que se dieron en la Gran Depresin reaparecieron con
9
fuerza. Hacia 1998, el tipo del dinero a la vista, los tipos de los prstamos a un da
entre bancos, era literalmente cero.
En efecto, Japn en los aos noventa brind una nueva oportunidad para poner a
prueba las opiniones de Friedman y Keynes respecto a la eficacia de la poltica
monetaria en condiciones de depresin. Y claramente los resultados respaldaban
el pesimismo de Keynes y no el optimismo de Friedman.
10
problemas -educacin, atencin sanitaria, trfico de drogas ilegales- que en
opinin de casi todos los dems exigan una intervencin estatal extensa. Algunas
de sus ideas han sido objeto de aceptacin generalizada, como sustituir las
normas rgidas sobre contaminacin por un sistema de permisos de contaminacin
que las empresas pueden comprar y vender. Otras, como los cheques escolares,
tienen un amplio respaldo en el movimiento conservador, pero no han avanzado
mucho polticamente. Y algunas de sus propuestas, como eliminar los
procedimientos de concesin de licencia para los mdicos y abolir la
Administracin de Alimentos y Medicamentos, las consideran estrambticas
incluso la mayora de los conservadores.
11
Parte de la razn de que a la segunda generacin de posguerra no le fuese tan
bien como a la primera era la tasa total de crecimiento econmico ms lenta, un
hecho que tal vez sorprenda a quienes suponen que la tendencia hacia el libre
mercado ha aportado mayores dividendos econmicos. Pero otra razn importante
del retraso en el nivel de vida de la mayora de las familias es un incremento
espectacular de la desigualdad econmica: durante la primera generacin de
posguerra, el aumento de la renta se extendi ampliamente a toda la poblacin,
pero desde finales de la dcada de 1970, la mediana de la renta, la renta de la
familia tpica, slo ha subido la tercera parte de la renta media, que incluye la gran
subida experimentada por las rentas de la pequea minora situada en lo ms alto
de la pirmide.
Esto plantea una cuestin interesante. Milton Friedman sola asegurar a su pblico
que no haca falta ninguna institucin especial, como el salario mnimo y los
sindicatos, para garantizar que los trabajadores compartiesen los beneficios del
crecimiento econmico. En 1976 les deca a los lectores de Newsweek que los
cuentos de los perjuicios causados por los barones ladrones eran puro mito:
"Probablemente no haya habido ningn otro periodo en la historia, en este o en
cualquier otro pas, en el que el hombre de a pie haya experimentado una mejora
tan grande de su nivel de vida como en el periodo transcurrido entre la guerra civil
y la I Guerra Mundial, cuando ms fuerte era el individualismo desenfrenado". Y
qu hay del extraordinario periodo de 30 aos posterior a la II Guerra Mundial, que
abarc buena parte de la trayectoria profesional del propio Friedman?. Sin
embargo, en las dcadas que siguieron a ese pronunciamiento, mientras se
permita que el salario mnimo cayese por debajo de la inflacin y los sindicatos
desaparecan en gran medida como factor importante en el sector privado, los
trabajadores estadounidenses vean cmo sus fortunas iban a la zaga del
crecimiento de la economa en general.
Era Friedman demasiado optimista respecto a la generosidad de la mano
invisible?
Para ser justos, hay muchos factores que afectan tanto al crecimiento econmico
como a la distribucin de la renta, por lo que no podemos culpar a las polticas
friedmanistas de todas las decepciones. Aun as, dada la suposicin comn de que
el cambio a las polticas de libre mercado ha hecho grandes cosas por la economa
estadounidense y por el nivel de vida de los estadounidenses corrientes, es
asombroso el poco respaldo que los datos proporcionan a esa afirmacin. Dudas
similares respecto a la falta de pruebas claras de que las ideas de Friedman
funcionan de hecho en la prctica se pueden encontrar, todava con ms fuerza, en
Latinoamrica. Hace una dcada era normal citar el xito de la economa chilena,
en la que los asesores de Augusto Pinochet, educados en Chicago, se haban
pasado a las polticas del libre mercado despus de que Pinochet se hiciera con el
poder en 1973, como prueba de que las polticas inspiradas por Friedman
mostraban la senda hacia un prspero desarrollo econmico. Pero aunque otros
pases latinoamericanos, desde Mxico hasta Argentina, han seguido el ejemplo de
Chile en la liberacin del comercio, la privatizacin de empresas y la liberalizacin,
12
la historia de xito chilena no se ha repetido. Por el contrario, la percepcin de la
mayora de los latinoamericanos es que las polticas neoliberales han sido un
fracaso: el prometido despegue del crecimiento econmico nunca lleg, mientras
que la desigualdad de la renta ha empeorado. No quiero culpar de todo lo que ha
salido mal en Latinoamrica a la Escuela de Chicago, ni idealizar lo sucedido
antes, pero hay un asombroso contraste entre la percepcin que Friedman
defenda y los resultados reales de las economas que se pasaron de las polticas
intervencionistas de las primeras dcadas de posguerra a la liberalizacin.
Pero la siguiente gran oleada de liberalizacin, la del sector elctrico, fue otra
historia. Al igual que la depresin japonesa de la dcada de 1990, demostraba que
las preocupaciones keynesianas por la eficacia de la poltica monetaria no eran un
mito; la crisis de la electricidad en California en 2000 y 2001 -en la que las
compaas elctricas y las distribuidoras de energa crearon una escasez artificial
para hacer subir los precios- nos record la realidad que haba tras los cuentos de
los barones ladrones y sus depredaciones. Aunque otros Estados no sufrieron una
crisis tan grave como la de California, en todo el pas la liberalizacin de la
electricidad supuso un aumento, no una disminucin, de los precios, y unos
beneficios enormes para las compaas elctricas.
13
En la resea de 1965 sobre Monetary history, de Friedman y Schwartz, el
fallecido premio Nobel James Tobin acusaba levemente a los autores de ir
demasiado lejos. "Considrense las siguientes tres proposiciones", escriba. "El
dinero no importa. S que importa. El dinero es lo nico que importa. Es demasiado
fcil deslizarse de la segunda proposicin a la tercera". Y aada que "en su celo y
euforia", eso es lo que muy a menudo hacan Friedman y sus seguidores.
La defensa del laissez-faire por parte de Milton Friedman parece haber seguido
una secuencia similar. Despus de la Gran Depresin, muchos empezaron a decir
que los mercados nunca pueden funcionar. Friedman tuvo la valenta intelectual de
decir que los mercados s funcionan, y sus dotes teatrales, unidas a su habilidad
para organizar datos objetivos, lo convirtieron en el mejor portavoz de las virtudes
del libre mercado desde Adam Smith. Pero caa con demasiada facilidad en la
afirmacin de que los mercados siempre funcionan y que son lo nico que
funciona. Es extremadamente difcil encontrar casos en los que Friedman
reconociese la posibilidad de que los mercados pudieran funcionar mal, o de que la
intervencin pblica poda ser til.
El absolutismo liberal de Friedman ha contribuido a crear un clima intelectual en el
que la fe en los mercados y el desdn por el sector pblico a menudo se imponen
a los datos objetivos. Los pases en vas de desarrollo se apresuraron a abrir sus
mercados de capitales, a pesar de las advertencias de que eso podra exponerlos
a crisis financieras; despus, cuando las crisis llegaron como era previsible,
muchos observadores culparon a los Gobiernos de esos pases, no a la
inestabilidad de los flujos de capital internacionales. La liberalizacin de la
electricidad se produjo a pesar de las claras advertencias de que el poder de
monopolio podra ser un problema; de hecho, al tiempo que la crisis de la
electricidad en California segua su evolucin, la mayora de los analistas quitaban
importancia a las preocupaciones por el posible amao de los precios alegando
que no eran ms que teoras de conspiracin descabelladas. Los conservadores
siguen insistiendo en que el libre mercado es la respuesta a la crisis sanitaria,
frente a las abrumadoras pruebas en contra.
14
A la larga, a los grandes hombres se les recuerda por sus virtudes y no por sus
defectos, y Milton Friedman fue de hecho un hombre muy grande, un hombre de
valenta intelectual que fue uno de los pensadores econmicos ms importantes de
todos los tiempos, y posiblemente el ms brillante comunicador de las ideas
econmicas a los ciudadanos en general que jams haya existido. Pero hay
buenas razones para sostener que el friedmanismo, al final, fue demasiado lejos,
como doctrina y en sus aplicaciones prcticas. Cuando Friedman inici su
trayectoria como intelectual pblico, haba llegado la hora de llevar a cabo una
contrarreforma contra el keynesianismo, y todo lo que eso conllevaba. Pero lo que
el mundo necesita ahora, dira yo, es una contra-contrarreforma.
15