Cuentos para Niños
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Cuentos para Niños
Viva en el bosque verde un conejito dulce, tierno y esponjoso. Siempre que vea algn animal del bosque, se
burlaba de l. Un da estaba sentado a la sombra de un rbol, cuando se le acerc una ardilla.
- Hola seor conejo. Y el conejo mirando hacia l le sac la lengua y sali corriendo. Que maleducado , pens
la ardilla. De camino a su madriguera, se encontr con una cervatillo, que tambin quiso saludarle:
- Buenos das seor conejo; y de nuevo el conejo sac su lengua al cervatillo y se fue corriendo. As una y otra
vez a todos los animales del bosque que se iba encontrando en su camino. Un dia todos los animales
decidieron darle un buena leccin, y se pusieron de acuerdo para que cuando alguno de ellos viera al conejo,
no le saludara. Haran como sino le vieran. Y as ocurri. En los das siguientes todo el mundo ignor al conejo.
Nadie hablaba con l ni le saludaba. Un da organizando una fiesta todos los animales del bosque, el conejo
pudo escuchar el lugar donde se iba a celebrar y pens en ir, aunque no le hubiesen invitado. Aquella tarde
cuando todos los animales se divertan, apareci el conejo en medio de la fiesta. Todo hicieron como sino le
vean. El conejo abrumado ante la falta de atencin de sus compaeros decidi marcharse con las orejas bajas.
Los animales, dndoles pena del pobre conejo, decidieron irle a buscar a su madriguera e invitarle a la fiesta.
No sin antes hacerle prometer que nunca ms hara burla a ninguno de los animales del bosque. El conejo muy
contento, prometi no burlarse nunca ms de sus amigos del bosque, y todos se divirtieron mucho en la fiesta y
vivieron muy felices para siempre.
Erase una vez dos pinginos que vivan en el Polo Norte. Siempre estaban metidos en casa pues tenan mucho
fro. Sus amigos no se lo podan creer. Un buen da salieron a dar un paseo y vieron un barco muy grande.
Atrados por la curiosidad se lanzaron al agua y se acercaron a el. El barco era un pesquero y se acercaron
tanto a el barco, que cayeron atrapados en sus redes. Sin darse cuenta les metieron a la bodega del barco. Una
vez que llegaron al puerto, y mientras descargaban el pescado, se dieron cuenta de su captura. Cogieron a los
dos pinginos y los llevaron al zoo de la ciudad. All les baaron y les dieron comida. Tambin una casita muy
bonita. Por fin no iban a tener nunca ms fro. Fueron muy felices, y colorn colorado este cuento se ha
acabado.
(Consejo: No dejes de soar, los deseos algunas veces se cumplen.)
Hace muchos, muchos pero que muchos aos, viva una nia en un pueblecito muy pequeo donde apenas
haba tiendas. Siempre haba soado con tener un caballito balancn. Un da su pap fue a la ciudad y le
compr el caballito para su cumpleaos.Menuda alegra que se llev su hija cuando lo vi. Lo coloc junto a la
ventana para poder cabalgar viendo el paisaje. Pero pasaron unas semanas y la nia se cans del caballito y lo
arrincon. El caballito ya no podia ver el paisaje y nadie jugaba con l. Cada da que pasaba esta ms triste. Un
da un amiguito de la ina estuvo comiendo en su casa y vi el caballito.
- Me dejas jugar con el - pregunt el nio.
Bueno, como quieras, a mi ya no me gusta.
El nio mont en el caballo, pero ste no se balanceaba. Por ms que el nio se mova el caballito estaba
quieto. Muy asustado el nio sali en busca de su amiga. La nia, creyendo que era una broma entr y pudo
comprobar que ya no poda cabalgar en su caballito. Revisando el caballito, vi que en su cara haba unas
lagrimitas. El caballito estaba triste pues nadie le haca caso. La nia comprendi a su caballito, y se lo regal a
su amigo que eran muchos hermanos. As el caballito nunca ms estuvo abandonado y siempre jugaban con el.
Y adems de ser muy feliz, hizo felices a todos los nios de la casa.
(Consejo: Algunas veces lo juguetes que abandonamos, hacen felices a otros nios. Comprtelos.)
La bruja cocinera (Autor: C.J.R.)
Haba una gran cabaa de madera en el bosque donde todo el mundo deca que viva una bruja muy mala, muy
mala. Nunca nadie se haba atrevido a entrar. Un da mientras recoga hojas para un trabajo de su escuela, un
chico se acerc a la cabaa. La curiosidad le llev a entrar al jardn, y luego se acerc a una de las ventanas de
la cabaa, pero no pudo ver nada. Como quera saber lo que haba, pens que no le pasara nada, y entr en la
casa. Pareca que estaba vaca que no haba nadie. Pero al fondo divis una viejecita que remova la cuchara
junto al fuego. Se acerc con mucho cuidado, y la toc en el hombro.
-Buenas tardes, seora. - Hola muchacho - respondi ella. No tienes miedo de mi. ? La pobre anciana estaba
muy arrugada y no tena dientes. El muchacho dijo que no. La anciana se puso muy contenta e invit al
muchacho a merendar. Le cont que de joven haba sido un hada buena, pero cuando se haba hecho mayor
todo el mundo crey que era una bruja, y no poda ir a la ciudad. Ya se haba acostumbrado a vivir sola en
aquella cabaa, pero siempre le gustaba pensar que algn da alguien entrara a verla. Y as fue. Como el
muchacho fue tan amable con ella, le dijo que le pidiera un deseo, pues se lo concedera. Y el muchacho de
buen corazon viendo a la anciana tan contenta por su visita le pidi que su jardn se convirtiera en un parque
infantil para nios. Y asi fue, todos los nios jugaban all y la anciana les hacia la merienda, siendo muy feliz,
muy feliz al saber que la gente ya no le tena miedo. Y todo el mundo la llamaba cariosamente la bruja
cocinera.
(Consejo: No hables mal de otros nios sin conocerlos.)