Bruno Giordano - de La Causa Principio Y Uno
Bruno Giordano - de La Causa Principio Y Uno
Bruno Giordano - de La Causa Principio Y Uno
Giordano Bruno
De la causa,
principio y Uno
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Giordano Bruno
PRLOGO
El eros filosfico antiguo se hace pasin heroica (affetto, amore, furore eroico)
de la verdad; y la filosofa, el modo propio, el modo heroico de existir. Entre las
especies de filosofa, es la mejor aquella que ms alta y sencillamente realiza la
perfeccin de la razn humana, [la que] mayormente corresponde a la verdad de la
naturaleza, y, en la medida de lo posible, [nos hace] ayudadores de sta, o
intuyendo [verdades] o estableciendo leyes y reformando costumbres y
corrigindolas, o conociendo y viviendo una vida ms dichosa y divina. (De la
causa, pg. 102).
El Dilogo que aqu damos traducido por primera vez, que sepamos a
nuestra lengua es sin duda el ms importante de la triloga de los Dilogos
metafsicos de Bruno: La cena de le cenere: De la causa, principio e uno; De linfinito,
universo e mondi. En l se contiene lo esencial de su pensamiento metafsico, y por l
y a travs de l, principalmente, Bruno ha sido conocido y ha influido en la
especulacin moderna.
el sumario es el mismo que F.E. Jacobi puso a la lcida y exacta reduccin que de
esta obra hizo al alemn, y que ahora puede leerse en el volumen: F. E. Jacobi, Sulla
dottrina dello Spinoza. Lettere al Signor Mos Mendelsshon. Tradotte da F. Capra. Gius.
Laterza, Bari, 1914.
NGEL VASSALLO
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EPSTOLA PROEMIAL
Si, por otra parte, evoco en mi memoria de que manera aun haciendo a un
lacio vuestros restantes bellos gestos, por decreto divino y alta providencia y
predestinacin, me sois por bastante y vlido defensor en los injustos ultrajes que
padezco ([los que son tales] que era menester un temple en verdad heroico para no
abandonar la empresa, ni desesperarse ni entregarse vencido a tan rpido torrente
de imposturas criminales con que con toda su fuerza me han embestido la envidia
de los ignorantes, la presuncin de los sofistas, la detraccin de los malvolos, la
maledicencia de los sirvientes, la censura de los mercenarios, la oposicin de los
criados, las sospechas de los estpidos, las aprensiones de los chismosos, el celo de
los hipcritas, el odio de los brbaros, la furia de los plebeyos, los furores del
vulgo, los lamentos de aqullos que he rebatido y los gritos de los que castigu; en
todo lo cual slo faltaba un bajo, loco y malicioso encono de mujer, cuyas falsas
lgrimas suelen ser ms poderosas que las ms hinchadas olas y violentas
tempestades de presunciones, envidias, detracciones, murmuraciones, traiciones,
cleras, enojos, odios y violencias), os veo cual slida, firme y constante roca que,
emergiendo cada vez de nuevo y mostrando su cresta por encima de un mar
agitado, ni por un cielo amenazador, ni por el horror del invierno, ni por las
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violentas sacudidas de las hinchadas olas, ni por estruendosas tormentas del aire,
ni por el fuerte soplo del aquiln, zozobra, se conmueve ni sacude; antes, tanto ms
se endurece y de su misma sustancia ptrea [ms] se reviste.
Vos, pues, dotado de doble virtud, por quien las lquidas y amenas gotas se
hacen poderossimas, y vanas las olas violentas y tempestuosas; por obra de quien
contra las gotas se hace tan blanda la piedra borrascosa y contra las olas que yergue
tan poderoso el sacudido arrecife: sois el mismo que viene a ser seguro y tranquilo
puerto a las verdaderas musas, y peasco aportador de ruina adonde vienen a
desvanecerse los engaosos pertrechos de violentas intenciones de sus velas
enemigas.
Yo, a quien nadie pudo jams tachar de ingrato, a quien nadie censur de
descorts, y de quien nadie puede con justicia quejarse; yo, odiado de los tontos,
despreciado de los abyectos, censurado por los innobles, deshonrado por la canalla
y perseguido por naturalezas bestiales; yo, amado por los sabios, admirado por los
doctos, celebrado por los grandes, estimado de los poderosos y favorito de los
dioses; yo, por tanto y por tal favor vuestro acogido, nutrido, defendido, libertado,
puesto a salvo y abrigado en puerto; como salvado por vos de una grande y
peligrosa tempestad, os consagro esta ancla, estas jarcias, estas fatigadas velas y
estas para m ms caras y para el mundo futuro ms preciosas mercancas, a fin de
que con el favor vuestro no sean tragadas por el inicuo y agitado ocano, mi
enemigo. Colgadas en el sagrado templo de la Fama, as como sern poderosas
contra la audacia de la ignorancia y la voracidad del tiempo, darn tambin eterno
testimonio de vuestro invicto favor, a fin de que sepa el mundo que esta noble y
divina criatura, inspirada por elevada inteligencia, concebida con ponderado
entendimiento y dada a luz por la musa nolana [2] gracias a vos no ha muerto en
paales, y se promete larga vida, mientras esta Tierra con su viviente dorso se vaya
volviendo a la vista eterna de las dems estrellas lucientes.
con la materia, a la cual los babilonios y los persas llamaron tinieblas, y siendo tanto
el uno como la otra indisolubles, es imposible que en ningn instante cosa alguna
est sujeta a corrupcin, o la alcance la muerte en cuanto a su sustancia; bien que
por ciertos accidentes todo cambie de aspecto y se transmute, por una u otra
disposicin, ya en esta ya en aquella composicin, abandonando y retomando
ahora este, ahora aquel ser. Undcimo: De cmo los aristotlicos, platnicos y otros
solistas no han conocido la sustancia de las cosas; y se muestra claramente cmo lo
que [ellos] llaman sustancia en las cosas naturales, excepcin hecha de la materia,
es puro y simple accidente. De qu manera del conocimiento de la verdadera forma
se infiere el conocimiento verdadero de lo que sea la vida y la muerte; y, destruido
completamente el terror vano y pueril de sta, se viene a conocer una parte de la
felicidad que aporta nuestra contemplacin conforme con los fundamentos de
nuestra filosofa, puesto que ella arranca el velo sombro de la insensata creencia
sobre el Orco y el avaro Caronte, con que se nos arrebata y envenena lo ms dulce
de nuestra vida. Duodcimo: Se analiza la forma, no segn la esencia sustancial por
la cual es una, sino segn los actos y el ejercicio de las ricas potencias y los grados
especficos de los seres que [ella] produce. Decimotercero: Se establece la verdadera
y definitiva esencia del principio formal; cmo la forma constituye una especie
perfecta, diferenciada en la materia, segn las disposiciones accidentales que
dependen de la forma material, la cual consiste en distintos grados y disposiciones
de las cualidades activas y pasivas. Se ve cmo [a forma] sea ahora variable, ahora
invariable, cmo define y determina la materia, y cmo es definida y determinada
por ella. Por ltimo: Se muestra, con un smil apropiado a la inteligencia vulgar, de
qu manera esta forma, esta alma pueda estar toda en todo y en cualquier parte del
todo.
concluye que todas las cosas estn en cada una, y en consecuencia [que] todo es
uno. Quinto: Se responde a la duda sobre por qu todas las cosas particulares
cambian, y [por qu] las materias particulares, para recibir ya uno ya otro ser, se
esfuerzan hacia una u otra forma: y se muestra cmo en la multiplicidad est la
unidad y en la unidad la multiplicidad: y cmo el ser es de muchos modos [7] y de
una unidad mltiple[8] y en fin, uno en sustancia y en verdad. Sexto: Se expone de
dnde derivan aquella diferencia [las cosas particulares] y aquel nmero [de las
materias particulares], y [se expresa] que stos no son ser, sino [propiedades] del
ser y concernientes al ser. Sptimo: Se advierte que quien ha hallado este Uno,
quiero decir, la esencia de esta unidad, ha encontrado aquella llave sin la cual no es
posible ingresar en la verdadera contemplacin de la naturaleza. Octavo: Con una
nueva meditacin se torna a decir que el Uno, el infinito, el ser es lo que est en
todo y por todo, antes bien es el mismo ubique; y la dimensin infinita, por no ser
magnitud, coincide con el individuo, como la infinita multiplicidad por no ser
nmero coincide con la unidad. Noveno: De qu manera en el Universo no hay
partes distintas, sea lo que fuere el universo manifiesto [9] en el cual, por tanto, toda
la diversidad y diferencia que notamos no son sino los diversos y distintos aspectos
de la misma sustancia. Dcimo: De cmo, en los dos extremos que se dice haber en
la escala de la naturaleza, no hay que considerar dos principios sino uno; ni dos
entes sino uno: ni dos [principios] contrarios y diversos, sino uno [solo]
concordante e idntico. En l la altura es profundidad, el abismo es luz inaccesible,
las tinieblas son claridad, lo grande es lo pequeo, lo confuso es lo distinto, la
contienda es la amistad, lo divisible es lo indivisible, el tomo es inmenso: e
inversamente. Undcimo: De qu manera se toman ciertas denominaciones
geomtricas, como punto y unidad, para promover la contemplacin del ser y del
Uno, y no son por s mismas suficientes para expresarlos. Por lo cual Pitgoras,
Parmnides y Platn no han de ser insensatamente interpretados conforme a la
pedantesca censura de Aristteles. Duodcimo: Pues que la sustancia, el ser, es
distinto de la cantidad, la medida y el nmero, se infiere que es uno e indivisible en
todo y en cualquier cosa. Dcimotercero: Se traen las pruebas y verificaciones de que
los contrarios realmente coinciden, derivan de un mismo principio y son, en
verdad y sustancia uno; a lo cual, luego de mostrarlo matemticamente, se llega
fsicamente.
ciencias especulativas. Sin esta isagoge es en vano tentar, comenzar y entrar [en
aquel conocimiento]. Acoged, pues, gustosa mente, este principio, este Uno, esta
fuente, este origen, para que sus grmenes y su prole se sientan estimulados a salir
a la luz del da, para que sus arroyos y ros mayores se difundan, se multiplique
sucesivamente su nmero, se dispongan sus miembros cada vez ms lejos, a fin de
que, cesando la noche con el sooliento velo y manto tenebroso, el claro Titn,
pariente de las Musas divinas, teniendo por ornato a su familia, rodeado de su
corte eterna, despus de desterrar las luces nocturnas, adornando con nuevo da el
mundo, empuje el carro triunfante desde el rojo seno de esta bella Aurora. Vale.
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GIORDANO NOLANO
A SU PROPIO ESPRITU
AL TIEMPO
DEL AMOR
**
PRIMER DILOGO
FIL.[13] No ser por culpa de la luz, sino por falta de luces; cuanto ms
bello y excelente sea el sol, tanto ms odioso y no grato ser a los ojos de las brujas
nocturnas.
Por eso, unos, como el oscuro topo, tan pronto sientan el pleno aire,
sbitamente, cavando la tierra, buscarn sus nativas oscuras habitaciones; otros,
como aves nocturnas, tan pronto vean despuntar del iluminado oriente la rubia
embajadora del sol, en razn de la debilidad de sus ojos, se sentirn atrados por
sus tenebrosos refugios. Todos los animales [que estn] desterrados de la presencia
de las lmparas celestes y destinados a las jaulas eternas, fosos y antros de Plutn,
llamados por el espantable cuerno de Alecto, abrirn las alas y se dirigirn en veloz
carrera a sus estancias.
Pero los animales nacidos para ver el sol, llegados al trmino de la odiosa
noche, agradeciendo la bondad del cielo y disponindose a recibir en el medio del
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cristal de sus ojos los tan deseados y esperados rayos, con aplauso desusado del
corazn, de las voces y de las manos adorarn el oriente, de cuyo dorado balcn,
sacando el bello Titn los fogosos caballos, roto el sooliento silencio de la hmeda
noche, los hombres discurrirn, balarn las lanudas, dciles, inermes y simples
greyes, y mugirn los cornudos bueyes bajo la vigilancia de los boyeros rsticos.
Los caballos de Sileno[14], favorables a los perdidos dioses, rebuznarn para poner
de nuevo, espanto a los ms de los estpidos gigantes; revolcndose en su lecho
cenagoso, los cerdos de largos colmillos nos ensordecern con su molesto gruido.
Los tigres, osos, leones, lobos y los falaces zorros, asomando las cabezas fuera de
sus antros, [y] contemplando desde las desiertas alturas el libre campo de caza,
sacarn del pecho salva je sus gruidos, gaidos, ruidos, bramidos, rugidos y
alaridos. Por el aire y sobre las hojas de las plantas pobladas de ramas, los gallos,
las guilas, los pavos, las grullas, las trtolas, los mirlos, los gorriones, los
ruiseores, las cornejas, los cuclillos, las urracas, los cuervos y las cigarras no sern
tardos en menudear y repetir sus estridentes gorjeos. Y desde el lquido e inestable
elemento, los blancos cisnes, los pintados nades, los mergos solcitos, los patos
habitantes de las lagunas, los gansos roncos y las quejosas ranas conmovern
nuestros odos con su ruido, de suerte que la luz clida de ese sol, derramada por
el aire de este afortunado hemisferio, ir acompaada, saludada y acaso molestada
por una variedad de voces tan grande como el nmero y clases de los espritus que
del fondo de sus pechos las producen.
FIL.No es slo normal, sino tambin natural y necesario, que cada animal
tenga su voz; y no es posible que las bestias formen acentos compuestos y sonidos
articulados como los hombres, ya que son contrarias las complexiones, diversos los
gustos, distintos los alimentos.
FIL.No os[15] maravillis, hermano, pues eso no fue sino una cena, donde
los cerebros son gobernados por los sentimientos que vienen a ser segn [sea] la
fuerza de los sabores y del humo de los alimentos y las bebidas.
FIL.Pero es bastante con que los que yo hago sean llamados venganzas y
los de los dems ofensas.
HERM.Y entonces?
castigados.
FIL.Es bastante con que hasta aqu no sea desemejante a los dioses en la
paciencia y longanimidad, que he ejercitado en mi comportamiento, no aflojando
todo el freno al enojo, ni espoleando ms fuertemente la ira.
HERM.Quin os lo asegura?
FIL.No por eso las gemas son menos preciosas, y no hemos de defenderlas
27
FIL.Decs la verdad.
defensa y proteccin de los que son objeto de vuestra stira, as se tratase de gente
y personas de este pas, a cuya defensa por la misma ley natural nos vemos
incitados. Pues no aceptar jams y no podr ser sino enemigo de quien lo
afirme que sos sean miembros de nuestra patria, la cual slo est formada de
personas tan nobles, cultas, honestas, disciplinadas, discretas, humanas y
razonables como las de cualquiera otra nacin. Pues si bien aqullos estn dentro
del pas, no lo estn sino como suciedad, hez, estircol y carroa; de suerte que slo
podra considerrseles como parte del reino o de la ciudad en el mismo sentido
que la sentina es parte del barco. Por tanto, de ningn modo podramos nosotros
ofendernos por causa de ellos, que sera cosa condenable. De los tales no excluyo
multitud de doctores y clrigos, ya que si a muchos de ellos el doctorado los hace
seores, a los ms, sin embargo, a favor de la petulancia y presuncin que les da la
reputacin de clrigo o de literato, les sirve para exhibir con cnico nfasis la
suficiencia grosera que antes no se atrevan a manifestar; por lo que no os habis de
maravillar de ver a muchos que con el tal doctorado y presbiterado saben ms de
ganado, de hatos y de establos que los mismos caballerizos, cabreros y boyeros. Por
esta razn, hubiera preferido no oros hablar tan duramente de nuestra
Universidad[21], en trminos de no perdonarla siquiera en general, y sin
consideracin a lo que ha sido, ser o podr llegar a ser en lo futuro, y a lo que en
parte ya es actualmente.
FIL.No os que quejis, Hermes, pues en todas partes donde hay doctores y
curas se encuentra una y otra simiente. [En todas partes] los que son doctos de
verdad y verdaderos clrigos, aunque se hayan elevado desde una condicin
humilde, no pueden menos de haberse ennoblecido y afinado, pues la ciencia es un
exquisito camino para hacer heroica el alma humana. Pero los otros mayormente se
muestran rsticos de modo expreso cuanto ms parecen querer ser altitonantes
como divum pater o como el gigante Salmoneo [27], cuando se pasean de stiro o
fauno purpurado con aquella su horrible e imperial prosopopeya, luego de haber
determinado en la ctedra[28] a qu declinacin pertenece el hic, et haec, et hoc nihil.
HERM.La Cena?
34
FIL.No.
HERM.Qu, entonces?
FIL.Son otros, en los que se trata De la causa, principio y uno, segn nuestra
doctrina.
FIL.No dudis que, a excepcin de uno solo, los dems son personas
apacibles y muy discretas.
HERM.De suerte que, conforme con lo que decs, tenemos todava algo
en limpio que sacar de estos dilogos?
FIL.No lo dudis, que antes seris rascados donde os pica que punzados
donde os duele.
FIL.Aqu os encontraris con ese docto, afectuoso, bien criado y muy fiel
amigo Alejandro Dicson[29] a quien el Nolano ama como a sus propios ojos y que ha
hecho que el tema llegara a plantearse. Se lo introduce como aquel que propone el
asunto que ha de ser examinado por Tefilo. En segundo lugar, tenis a Tefilo, que
soy yo, y que, segn sea la ocasin, paso a distinguir, a definir y demostrar en torno
a la materia en cuestin. El tercero es Gervasio, que no es de la profesin [de
filsofo], pero asiste a nuestras conversaciones como entretenimiento; y es sujeto
que ni huele ni hiede y hace burlas de las cosas de Polimnio y de vez en cuando le
hace ejercitar su locura. Este sacrlego pedante es el cuarto interlocutor: uno de los
rgidos censores de los filsofos, por lo que se llama a s mismo Momo;
afectuossimo con la grey de sus escolares, por lo que se califica a s mismo de
socrtico en el amor; perpetuo enemigo del sexo femenino, por lo que, por ser
inmaterial, se considera Orfeo, Museo, Ttiro y Anfin. Es uno de aquellos que
cuando han hecho una construccin feliz, o producido una pequea y elegante
epstola, o arrancado al ciceroniano pecho una bella frase, es como si aqu hubiese
resucitado Demstenes, vegetara Tulio y viviese Salustio. Aqu un Argos que ve
cada letra, cada slaba, cada diccin; aqu Radamanto umbras vocat ille silentum[30];
Minos, rey de Creta, urnam movet[31]. Citan a las oraciones para examinarlas;
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discuten sobre las frases, diciendo: stas son de poeta; stas de autor cmico;
esta otra de orador: esto es serio, aquello es ligero; esto es sublime, aquello es
humile dicendi genus; esta oracin es spera: sera ms suave si estuviese hecha as;
ste es un escritor principiante poco amante de los antiguos, non redolet Arpinatem,
desipit Latium. Esta palabra no es toscana, no est sacada de Boccacio, Petrarca y
otros autores probados. No se escribe homo, sino omo; no honore, sino onore: no
Polihimnio, sino Poliinnio[32]. Con esto triunfa, est satisfecho de s mismo, ms que
nada le gusta lo que l hace. Es un Jove que desde su elevado observatorio
contempla y considera la vida de los dems hombres sujeta a tantos errores,
calamidades, miserias e intiles afanes. Slo l es feliz; slo l vive una vida
celestial cuando contempla su divinidad en el espejo de un Spicilegio [33], de un
Diccionario, de un Calepino[34], de un Lexicon, de una Cornucopia[35], de un Nizzolio[36].
En posesin de esta suficiencia, mientras cualquiera es uno, solamente l es
muchos. Si le sucede rerse, se llama a s mismo Demcrito; si le acontece dolerse,
es Herclito; si discute es Crisipo; si discurre es Aristteles; si imagina es Platn; si
rumia un discursito se intitula Demstenes; si construye a la manera de Virgilio, l
es Marn. Corrige a Aquiles, aprueba a Eneas, reprende a Hctor, exclama contra
Pirro, se conduele de Pramo, arguye contra Turno, disculpa a Dido, alaba a Acates;
y finalmente, mientras verbum verbo reddit y enhebra salvajes sinonimias, nihil
divinum a se alienum putat. Y bajando tan orgulloso de la ctedra como si acabase de
ordenar los cielos y dirigir los senados, o como uno que ha domado ejrcitos y
reformado los mundos, de seguro que, a no ser por la angustia del tiempo,
concretara en hechos lo que lleva en el pensamiento. O tempora, o mores! Qu
pocos son los que entienden la esencia de los participios, de los adverbios y de las
conjunciones! Cunto tiempo ha debido transcurrir antes que se hallase la razn y
causa verdadera por la cual el adjetivo ha de concordar con el sustantivo, y el
relativo ha de ayuntarse con el antecedente, y para conocer conforme a cul regla
ya se le coloca al comienzo, ya al final de la oracin; y en qu medida y orden se
intercalan [en la oracin] aquellas interjecciones dolentis, gaudentis, heu, oh, ahi, ah,
hem, ohe, hui, y otros condimentos sin los cuales viene a ser completamente inspido
todo discurso.
cuanto ms agradan tan slo a s mismos? Tan buena es la hierba fresca para el
asno y la avena para el caballo como lo es para ti el pan blanco [37] y la perdiz. Lo
mismo se alegra el cerdo con las bellotas y el caldo que un Jove con la ambrosa y el
nctar. Queris apartar a sos de su dulce locura, de suerte que por esa curacin
os deban luego romper la cabeza? Y conste que dejo a un lado el determinar dnde
est la locura. Un pirrnico ha dicho: Quin sabe si nuestro estado no es muerte, y
si el de los que llamamos difuntos no es vida? Del mismo modo quin sabe si toda
la felicidad y la verdadera beatitud no consisten en las debidas uniones y
aposiciones de los miembros de la oracin?
FIL.Varias son, por eso, las especies y modos del censurar, y varios son sus
grados: empero los ms speros, duros, horribles y espantosos son los de nuestros
archididasclicos. Y as, ante ellos debemos doblar las rodillas e inclinar la cabeza;
hacia ellos debemos elevar la mirada, elevar las manos, suspirando, lagrimeando,
exclamando y pidiendo merced. A vosotros, pues, me dirijo, los que llevis en la
mano el caduceo de Mercurio para decidir las controversias y fallis las cuestiones
que se suscitan entre los mortales y los dioses; a vosotros oh Menipos!, que
sentados sobre el globo de la luna, con los ojos vueltos hacia abajo y la mirada
torcida nos miris con repugnancia y desprecio por nuestros actos; a vosotros,
escuderos de Pallas, portaestandartes de Minerva, mayordomos de Mercurio,
traficantes[39] de Jove, hermanos de leche de Apolo, ladrones[40] de Epimeteo,
coperos de Baco, cuidadores de asnos de las Evantes, fustigadores de las Hedonias,
animadores de las Tadas, seductores de las Mnadas, sobornadores de las
Basrides, jinetes de las Mimalneas, concubinarios de la ninfa Egeria,
moderadores del entusiasmo, demagogos del pueblo errante, descifradores de las
Demogorgonas, Discuros de las dudosas disciplinas, tesoreros del Pantamorfo y
chivos emisarios del gran sacerdote Aarn: [41] a vosotros encomendamos nuestra
prosa, nuestras musas, premisas, subsunciones, digresiones, parntesis,
aplicaciones, clusulas, perodos, construcciones, adjetivaciones y eptetos.
Vosotros, suavsimos acuticos, que con vuestras bonitas elegancias nos hurtis el
37
alma, nos atis el corazn, nos fascinis la mente, y colocis en lupanar nuestras
almas meretrices, refers a buen consejo nuestros barbarismos [42] tapis los
malolientes abismos, estis de punta con nuestros solecismos, castris a nuestros
Silenos, embriagis a nuestros Nos[43]; hacis eunucos a nuestros macrologios,
remendis nuestras elipsis, refrenis nuestros taftologios [tautologas], moderis
nuestras acrilogas, perdonis nuestras escrilogas, excusis nuestros perisologios,
perdonis a nuestros cacocefatos.
suficiente para frenar tu lengua y taparte la boca y confundirte, junto con todos los
que piensan como t, el ejemplo que resulta de que en vano se pretendera hallar
un varn que fuera mejor o al menos semejante a esta divina Isabel que reina en
Inglaterra, la cual por el cielo es dotada, exaltada, favorecida, protegida y sostenida
de manera que en vano se han de esforzar en intimidarla con la fuerza o con las
palabras? Esta dama, digo, que no tiene en el reino quien sea ms digno, ms
heroico entre los nobles, ms docto entre los togados, ms prudente entre los
magistrados? Comparadas con ella, as por la belleza corporal como por el
conocimiento de las lenguas doctas y vulgares, noticia de las ciencias y las artes, la
prudencia en el gobierno, el xito en el ejercicio de una grande y prolongada
autoridad, y las dems virtudes civiles y naturales, vienen a ser pobrsimas las
Sofonisbas, Faustinas, Semramis, Didos, Cleopatras y todas las restantes de que
puedan gloriarse por el tiempo pasado Italia, Grecia, Egipto y las dems comarcas
de Europa y Asia.
Me son por testigos de cuanto digo los efectos y los brillantes xitos que con
noble maravilla admira este siglo; pues al paso que sobre el suelo de Europa corre
airado el Tber, amenazador el Po, violento el Rdano, ensangrentado el Sena,
turbio el Garona, tumultuoso el Ebro, furibundo el Tajo, agitado el Mosa e inquieto
el Danubio, ella con sus brillantes ojos, en el transcurso de cinco lustros, ha
apaciguado el grande Ocano, que con su constante reflujo, y con su flujo alegre y
tranquilo, acoge en su ancho seno a su Tmesis dilecto, el cual, libre de temor y de
cuidado, corre confiado y alegre, serpenteando entre sus mrgenes cubiertas de
hierba. Volviendo, ahora, desde el principio, cules
FIL.Tomad, leed.
39
SEGUNDO DILOGO
Interlocutores:
[45]
Aurelio Dicson, Tefilo, Gervasio, Polimnio.
POL.Fiat.
DICS.Entendis decir con esto que aquel que conoce las cosas causadas y
principiadas conoce tambin la causa y el principio?
DICS.Y cmo entendis que las cosas que tienen causa y principio
primeros y prximos puedan verdaderamente ser conocidas, si en cuanto a [su
relacin con] la causa eficiente (que es una de las que concurren al conocimiento
real de las cosas) son ignoradas?
GERV.[Hacen] como los que saben fabricar buenas espadas, pero no saben
emplearlas.
POL.Ferme.
GERV.[Firmemente] cerrados te sean los ojos, que nunca los puedas abrir.
DICS.Cmo as?
que todas las cosas extraas a la naturaleza divina sean accidentes, otra cosa es que
sean sus accidentes, y otra decir que sean como sus accidentes. Por esto ltimo creo
que entendis los efectos de la operacin divina, los cuales aunque sean la
sustancia de las cosas, ms an, las sustancias naturales mismas, con todo, vienen a
ser como accidentes muy remotos en orden a hacernos llegar a la aprehensin
cognitiva de la divina y sobrenatural esencia.
TEF.Decs bien.
DICS.He ah, pues, la razn por la cual, tanto por ser infinita como por
estar muy lejana de aquellos efectos que son el trmino ltimo a que puede acceder
nuestra capacidad discursiva, de la sustancia divina no podemos conocer izada
sino por vestigios, conforme dicen los platnicos; por efecto distante, segn dicen
los peripatticos; por vestiduras, de acuerdo con los cabalistas; de espaldas o a
posteriori, como dicen los talmudistas; por espejo, sombra y enigma, conforme
dicen los apocalpticos.
TEF.Por eso ser bien que nos abstengamos de hablar de tan alta
materia.
TEF.No.
TEF.Muy bien.
Los platnicos lo llaman forjador del mundo. Dicen que este forjador
desciende del mundo superior, que es absolutamente uno, a este mundo sensible
que est fragmentado en una multiplicidad; por lo que en l reina, no solamente la
amistad, sino tambin, en razn de la distancia y separacin de sus partes, la
discordia. Este intelecto, infundiendo y alojando algo de suyo en la materia,
estando al quieto e inmvil, todo lo produce. Es llamado por los magos fecundo
en grmenes o bien sembrador, porque l es quien impregna la materia de
todas sus formas, y segn el modo y naturaleza de stas, configura, forma y
entreteje la materia en rdenes tan admirables, que en manera alguna pueden
atribuirse al azar ni a cualquier otro principio que no tenga en s la aptitud de
diferenciar y ordenar. Orfeo lo llama ojo del mundo, porque ve por dentro y por
fuera todas las cosas naturales, para que todo pueda tanto intrnseca como
extrnsecamente ser producido y mantenido en su adecuada proporcin.
Empdocles lo llama diferenciador, por ser aquel que nunca se cansa de separar
las formas [que yacen] confundidas en el seno de la materia ni de suscitar la
produccin de una cosa de la corrupcin de otra. Plotino lo llama padre y
progenitor, porque desparrama las semillas en el campo de la naturaleza, y es el
inmediato dispensador de las formas. Nosotros lo llamamos artfice interno,
porque da forma a la materia configurndola desde dentro, as como desde lo
interior de la semilla o raz echa y desarrolla el tronco: de lo interior del tronco
extrae las ramas; de lo interior de las ramas, las conformadas ramitas; de lo interior
de stas despliega los botones; desde dentro forma, configura y teje como si fuera
con nervios las hojas, las flores, los frutos; y desde dentro, tambin, en ciertas
pocas, desde las hojas y los frutos reenva sus humores a las ramitas, de las
ramitas a las ramas, de las ramas al tronco, del tronco a la raz. De manera anloga,
en los animales, comienza su operacin con el germen, y desde el centro del
corazn hacia los miembros exteriores; y desde aqullos, finalmente, plegando
juntas hacia el corazn las desplegadas potencias, procede como si viniese a
recomponer las antes disueltas filas. Ahora bien: si estamos lejos de creer que sin
45
Hay tres especies de intelectos: el divino, que es todo; este [intelecto] del
Universo[1], de que hablamos, que lo hace todo; y los intelectos particulares que se
hacen todas las todas. Hace falta, en efecto, que entre los extremos se halle este
[intelecto] intermedio que es la verdadera causa eficiente, no slo intrnseca, sino
tambin extrnseca, de todas las cosas naturales.
DICS.Me parece escuchar algo muy nuevo. Queris sostener acaso que
no slo la forma del Universo sino tambin todas las formas de las cosas naturales
sean alma?
TEF.S.
TEF.S.
DICS.Creo sin dificultad que tal cosa se puede defender; pero el que se lo
pueda defender no es bastante para hacer verdadero algo, teniendo en cuenta que
tambin hace falta que se lo pueda probar.
TEF.Ahora bien: por qu estos mismos no han de afirmar que todas las
partes del mundo estn animadas?
49
TEOF.Ahora bien: cules son las partes del mundo que creis no
verdaderas?
TEF.Si el alma, por estar en todo, est tambin en las partes por qu
queris que no est en las partes de las partes?
DICS.Lo acepto; pero en las partes de las partes de las cosas animadas.
TEF.Y cules son esas cosas que no estn animadas y no son partes de
cosas animadas?
DICS.Os parece que se ofrecen pocas ante nuestra vista? Todas las cosas
que carecen de vida.
TF.Y cules son las cosas que carecen de vida, o por lo menos de
principio vital?
DICS.Para terminar queris sostener que no hay nada que no tenga alma
y principio vital?
POL.Por tanto un cadver tiene alma? Por tanto, mis sandalias, mis
pantuflas, mis botas, mis espuelas, mi anillo y mis guantes estarn animados? Mi
toga y mi capa estn animadas?
50
GERV.S, seor, s; por qu no, maestro Polimnio? Creo muy bien que tu
toga y tu capa estn bien animadas, puesto que cubren a un animal como t; las
botas y las espuelas estn animadas, puesto que encierran los pies; el sombrero est
animado, puesto que cubre la cabeza, la cual no carece de vida, y aun el establo se
halla animado, puesto que encierra al caballo, a la mula o a Vuestra Seora. No lo
entendis as, Tefilo? No os parece que yo lo he entendido mejor que el dominus
magister?
TEF.Eso har. Digo, pues, que la mesa como mesa no est animada,
como no lo est el vestido, ni el cuero como cuero, ni el vidrio en cuanto vidrio.
Empero, en cuanto cosas naturales y compuestas, tienen en s la materia y la forma,
Por pequea e nfima que se conciba una cosa, tiene en ^ s una parte de sustancia
espiritual, la cual, si encuentra bien dispuesta la materia, la lleva a ser planta o
animal y forma los miembros de cualquier cuerpo que comnmente se considera
animado, Pues l espritu se encuentra en todas las cosas, y no hay corpsculo por
mnimo que sea que no contenga en s una porcin [de l] bastante para animarlo.
TEF.Concedo que todas las cosas tengan en s mismas alma, tengan vida
segn la sustancia, y no segn el acto y operacin conocidos por todos los
peripatticos, y por todos aquellos que definen la vida y el alma en forma
demasiado grosera.
51
sino tambin con el sentir del telogo que dice: El espritu llena y colma la
Tierra y aquello que todo lo contiene[4]. Y otro, hablando acaso de la relacin de la
52
forma con la materia y la potencia, dice que a stas las sobrepujan el acto y la
forma.
ellos la supresin de su ser. Locura sta contra la cual la naturaleza clama a gritos,
asegurndonos que ni los cuerpos ni las almas han de temer la muerte, porque
tanto la materia como la forma son principios absolutamente constantes:
DICS.Me parece que es de acuerdo con esto que Salomn, tenido por
sapientsimo por los Hebreos, dice: Quid est quod est? Ipsum quod fuit. Quid est quod
fuit? Ipsum quod est. Nihil sub sole novum. De suerte que esta forma que afirmis, no
es adherente a la materia ni existe en ella [2] en cuanto al ser, ni depende del cuerpo
ni de la materia para subsistir?
DICS.No queris que haya otra forma fuera de esta eterna compaera de
la materia?
a comunicar la accin del todo a las partes, como asimismo el nombre y el ser
[determinados]. Tal es la forma material, como la del fuego; porque cada parte del
fuego calienta, se llama fuego y es fuego. En segundo lugar, hay otra forma, que es
informadora y dependiente, pero no se extiende, la cual, porque perfecciona y
actualiza al todo, est en el todo y en cada parte de l; porque no se extiende,
sucede que no atribuye a las partes el acto del todo; y porque depende, comunica la
accin del todo a las partes. Tal es el alma vegetativa y sensitiva, porque ninguna
parte del alma es animal, y sin embargo cada parte vive y siente. En tercer lugar,
hay otra forma, que actualiza y perfecciona el todo, pero no se extiende, ni depende
en cuanto a su operacin. sta, porque acta y perfecciona, est en el todo, en todas
y cada [una de sus] partes. Porque no se extiende, no otorga la perfeccin del todo
a las partes; porque no depende, no comunica la operacin. Tal es el alma en tanto
puede ejercitar la potencia intelectiva, y se llama intelectiva, la cual no hace [de
manera que una] parte cualquiera del hombre se pueda llamar hombre, sea
hombre, ni que pueda decirse de ella que conozca. De estas tres clases [de formas]
la primera es material y no puede existir ni concebirse sin materia; por las otras dos
(que, en fin de cuentas, vienen a ser una en cuanto a la sustancia y el ser, y se
distinguen en la manera que hemos dicho ms arriba) designamos aquel principio
formal que es distinto del principio material.
DICS.Comprendido.
TEF.As es.
TEF.Es cierto,
TEF.S.
TEF.Eso digo.
DICS.Por otra parte, esta forma viene a definirse y a ser determinada por
la materia, pues, teniendo en s aptitud para constituir individuos de especies
innumerables, con contraerse viene a constituir un individuo. Y por otra parte, la
potencia de la indeterminada materia, que puede recibir cualquier forma, llega a
determinarse en una especie, de suerte que la una es causa de la definicin y
determinacin de la otra.
TEF.Muy bien.
TEF.S, porque como hemos dicho que donde est la forma est en cierto
modo el todo, y que all donde est el alma, el espritu o la vida, est todo, el
56
POL.Velim scire quomodo forma est anima mundi ubique tota, si es nica [e
indivisible]. Ser menester que sea muy grande, antes de tamao infinito, ya que
dices que el mundo es infinito.
GERV.Y por cierto que hay razones para que Sc muy grande. Como dijo
tambin de Nuestro Seor un predicador de Grandazzo, en Sicilia, el cual, para
hacer patente que [Dios] est presente en todo el mundo, dispuso un crucifijo tan
grande como la iglesia, a semejanza de Dios padre, que tiene el empreo por palio,
el cielo estrellado por asiento, y sus piernas son tan largas que llegan hasta la tierra,
que le sirve de escabel. Al tal [pues] se lleg un paisano y le dijo: Mi reverendo
padre cuntos metros[1] de pao harn falta ahora para hacerles las calzas? Y otro
dijo que no bastaran todos los garbanzos, porotos y habas de Melazzo y Nicosia
para llenarle el vientre. Mirad, pues, que esta alma del mundo no sea ella tambin
por el estilo.
est todo en toda [ella], sino que tiene la cabeza en un lugar, los pies en otro y los
brazos y el busto en otros tantos lugares. Pero aqulla [la Divinidad] est entera en
cualquier parte, al modo que mi voz se oye en todas las partes de esta sala.
POL.Percepi optime.
TERCER DILOGO
GERV.Ya es la hora, y no han llegado an. Ya que no tengo otra cosa que
hacer, quiero distraerme oyendo razonar a stos, con lo cual, aparte de que puedo
aprender alguna brizna de filosofa, tengo adems un agradable pasatiempo con
los grillos que bailan en el cerebro heterclito del pedante Polimnio. El cual, si bien
dice querer juzgar sobre quin habla bien, quin discurre mejor, quin comete
incongruencias y errores en filosofa, luego, erando le llega el tumo para hablar, no
sabiendo qu decir, acaba por extraer de la manga de su hinchada pedantera una
en.a!ada de pequeos proverbios, y frases en latn y griego, que nunca tienen
relacin con lo que los dems estn tratando. Por donde no hay ciego que no pueda
ver, sin dificultad alguna, basta qu punto es l un loco en latn, [1] al paso que los
otros son cuerdos en lengua vulgar. Y helo aqu que llega, a fe ma, moviendo los
pies como si tambin caminara en latn. Bienvenido sea el dominus magister.
POL.Creo que los otros han de estar ocupados en algn otro negocio, del
mismo modo que yo por no dejar pasar el da sin [escribir] lnea [5] me he dedicado
a la consideracin de esa clase de globo llamado vulgarmente mapamundi.
GERV.Cierto, a vuestros iguales con ms razn que a los dems les est
bien enjuiciar las ciencias y las doctrinas, porque vosotros sois aquellos a quienes la
liberalidad de los astros y la munificencia del hado han concedido el poder extraer
el jugo de las palabras.
POL.Y por consecuencia tambin los pensamientos que con las palabras
van unidos.
necia multitud?
GERV.Por eso vuestros iguales presumen ms que los que estn con los
mismos pies en la cuestin, y por eso os aseguro que merecidamente usurpis el
oficio de aprobar esto, glosar aquello, hacer aqu una comparacin y concordancia
de textos, all un apndice.
las lenguas que (segn dicen nuestros predicadores) son setenta y dos.
POL.cum dimidia.
GERV.no por eso estarais habilitado para juzgar a los filsofos, y por
otra parte, no podrais evitar con ello ser el ms estpido animal que exista bajo
forma humana. Del mismo modo, nada impide que uno que posea una lengua
apenas, aun bastarda, pueda ser el ms sabio y docto del mundo. Considerad ahora
el provecho logrado por dos de los tales, uno de ellos, un francs archipedante que
ha escrito las Discusiones sobre las artes liberales y Crticas contra Aristteles[1], y el otro,
un estircol de pedantes, italiano, que ha borroneado tantos pliegos con sus
Discusionps peripatticas[2]. Cualquiera advierte con facilidad que el primero muestra
bien elocuentemente ser poco sabio; en cuanto al segundo, muestra sencillamente
tener mucho de bestia y de asno. Del primero hasta podemos decir que entendi a
Aristteles, pero que lo entendi mal, y, de haberlo entendido bien, acaso hubiera
tenido talento bastante para hacerle guerra honorablemente, como lo ha hecho el
juiciossimo Telesio de Cosenza. Del segundo [en cambio] no podemos decir que lo
haya entendido bien ni mal, sino que lo ha ledo y reledo, cosido, descosido y
comparado con otros mil autores griegos, amigos y enemigos de aqul, y
finalmente, que ha realizado un enorme trabajo, no slo sin provecho alguno, sino
etiam con enorme perjuicio; de suerte que quien quiere ver en cunta locura y
vanidad presuntuosa puede precipitarse y hundirse un hbito pedantesco, vea
aquel nico libro antes que su semilla se pierda. Pero aqu llegan Tefilo y Dicson.
POL.Ego quoque quod irascor, non serio icascor, quia Gervasium non odi.
intacto de la operacin de los qumicos cuya divisin acaba en las tres cosas
mencionadas, y que reconocen otra especie de alma, adems de sta del mundo,
que nosotros debemos definir.
tiene ninguna forma natural, mas todas las puede adquirir por la operacin del
agente activo, principio de la naturaleza. Esta materia natural no es tan visible [1]
como la materia artificial, porque la materia de la naturaleza no tiene
absolutamente ninguna forma, en tanto que la materia del arte es una cosa ya
formada por la naturaleza, toda vez que el arte no puede actuar sino en la
superficie de las cosas formadas por la naturaleza, como la madera, el hierro, la
piedra, la lana y otras por el estilo; mientras que la naturaleza acta desde el
centro, por decirlo as, de su substrato o materia, que por s es de todo punto
informe. Por tanto, muchas son las materias de las artes, y uno solo el substrato de
la naturaleza; porque aqullas, por estar formadas en manera diferente por la
naturaleza, son distintas y varias; ste [en cambio], por no estar en manera alguna
formado, es del todo indiferenciado, teniendo en cuenta que toda diferencia y
diversidad proviene de la forma.
GERV.De manera que las cosas formadas por la naturaleza son materia
para el arte, y una sola casa informe es la materia de la naturaleza?
TEF.As es.
TEF.Bien.
TEF.No veis [acaso] que lo que era semilla se hace hierba, y lo que era
hierba se hace espiga; lo que era espiga se hace pan; de pan quilo, de quilo sangre,
de sangre semen, de ste embrin, de ste hombre, de ste cadver, de ste tierra,
de sta piedra u otra cosa, y as sucesivamente, viniendo a constituir todas las
formas naturales?
GERV.Fcilmente lo veo.
TEF.Es menester que haya una misma cosa que por s misma no es
piedra, ni tierra, ni cadver, ni hombre, ni embrin, ni sangre, ni otra cosa; sino
que, luego de ser sangre, se hace embrin recibiendo el ser de embrin; despus de
ser embrin, recibe el ser de hombre y se hace hombre; del mismo modo que la
[materia] formada por la naturaleza y que es materia del arte, de rbol que era, es
ahora mesa, y recibe el ser de mesa; de mesa que era, recibe el ser de puerta y se
hace puerta.
TEF.Decs bien.
DICS.Se ha dicho [ya] bastante para demostrar, con mayor evidencia que
todo lo que conozco hasta ahora, qu significa la palabra materia, y qu debe
68
TEOF.As es. Del mismo modo que, entre los diversos modos de curar, no
apruebo el que procede mgicamente, aplicando races, colgando piedras al cuello
y murmurando frmulas de encantamiento si el rigor de los telogos me permite
que hable como mero[1] [filsofo] de la naturaleza. Apruebo el modo que procede
fsicamente, por recetas farmacuticas, con las que se persigue y ahuyenta el clera,
72
DICS.Me place lo que decs, y mucho os alabo por ello; pues, as como no
sois plebeyo como Aristteles, tampoco sois injuriador y ambicioso como l, que
pretendi viniesen a ser absolutamente despreciadas las opiniones de todos los
dems filsofos y su manera de filosofar.
TEF.[Y eso] con no conocer yo, entre todos los filsofos que hay, uno ms
apoyado en puras imaginaciones y ms alejado de la naturaleza que l, y, si alguna
vez le sucede decir cosas excelentes, se ve que no dependen de sus propios
principios, y son siempre, por tanto, proposiciones sacadas de otros filsofos; de las
que vemos muchas divinas en los libros De la generacin, De los meteoros, De los
animales y De las plantas.
igual al acto porque no es acto absoluto, sino limitado, sin contar que la potencia
siempre est limitada a un acto, porque nunca tiene ms de un ser determinado y
particular; y si bien tiende a toda forma y acto, lo hace a favor de ciertas
disposiciones y con determinada sucesin de un ser respecto del otro. Por tanto,
toda potencia y acto que en el principio est como implicado, unido y uno, en las
restantes cosas est dividido, disperso y multiplicado. El Universo, que es el gran
simulacro, la grande imagen y la unignita naturaleza, es tambin l todo lo que
puede ser, con las mismas especies, los miembros principales y el contenido de
toda la materia, a la que nada se aade y nada se quita, siendo a la vez todas y la
nica forma; pero no todo lo que puede ser, con esas mismas diferencias, modos,
propiedades e individuos. Por tanto, no es ms que una sombra del primer acto y
de la potencia primera, y por eso la potencia y el acto no son en l la misma cosa,
porque ninguna de sus partes es todo lo que puede ser. Sin contar que, en la
manera especfica que hemos dicho, el Universo es todo lo que puede ser [slo] de
un modo desarrollado, disperso y distinto. Su principio [en cambio] es nico e
indistinto; porque [en l] todo es todo y lo mismo, simplemente, sin diferencia ni
distincin.
ser, sino esta nica belleza. Uno es aquello que es todo y puede ser todo
absolutamente. Adems, entre las cosas naturales, no vemos ninguna que sea otra
cosa que lo que es en acto, conforme al cual es lo que puede ser, por tener una
especie de actualidad; con todo, tampoco en este [su] ser especfico cualquier [cosa]
particular no es nunca todo lo que puede ser. He aqu el Sol; l no es todo lo que el
Sol puede ser, no est en todas las partes donde puede estar el Sol, porque cuando
est en el oriente no est en occidente, en el meridiano ni en ningn otro punto. Si
queremos mostrar ahora cmo Dios sera Sol, diremos (ya que l es todo lo que
puede ser) que es a la vez naciente, poniente, meridiano, de media noche [1] y que
alumbra cualquiera de los puntos de la convexidad de la tierra. Por lo cual, si
concebimos que este Sol, sea por su revolucin o por la de la Tierra, se mueve y
cambia de lugar, porque no est actualmente en un punto sin poseer la potencia de
estar en todos los dems, y tiene, por tanto, [la] posibilidad de estarlo; si es, pues,
todo lo que puede ser y posee todo lo que es capaz de poseer, estar a la vez en
todo y por todas partes; es de tal suerte mvil y veloz, que est tambin muy
estable e inmvil. Es por eso que entre las palabras divinas hallamos dicho de l [2]
que permanece eternamente, y [al mismo tiempo que] es velocsimo corriendo de
uno a otro trmino; pues se entiende que est inmvil aquello que en un mismo
instante parte del oriente y al oriente [ya] ha retornado, de manera que se ve por
igual en el oriente y occidente y en cualquier otro punto de su giro; por lo que no
es ms propio decir que parte y vuelve y que ha partido y vuelto de ese punto a
aquel otro, que de cualquier otro de los infinitos puntos al mismo. Por eso
acontecer estar todo y siempre en su trayectoria y en cualquier punto de ella, y en
consecuencia cada punto indivisible de la eclptica contiene todo el dimetro del
Sol. Y as lo indivisible viene a contener lo divisible [1], lo que no acaece dentro de la
posibilidad natural, sino dentro de la sobrenatural; quiero decir, all donde
supusisemos que el Sol fuese en acto todo lo que puede ser.
La potencia de tal manera absoluta no es slo lo que el Sol puede ser, sino lo
que es y lo que puede ser todo lo que hay; potencia de todas las potencias, acto de
todos los actos, vida de toda vida, alma de todas las almas, ser de todo el ser. Por lo
cual dice profundamente el Revelador: Aquel que es me enva; El que es dice
as[2]. Por eso lo que en las dems cosas es opuesto y contrario, en l es uno y lo
mismo, y todo en l es idntico. Y lo mismo que para las diferencias de posibilidad
y actualidad, se ha de entender de las diferencias de tiempos y de duracin. En l
no hay lo antiguo ni lo nuevo, por lo que bien dijo el Revelador: Primero y
ltimo[3].
77
compuesto, sino a algo simple. As, hay un principio del Universo (que puede
inferirse por analoga del precedente) idntico e indistintamente material y formal,
absoluta potencia y acto. Por lo cual no ser difcil ni trabajoso aceptar finalmente
que el todo, conforme a la sustancia, es uno, como tal vez entendi decir
Parmnides, despectivamente tratado por Aristteles.
TEF.Si os parece que eso pueda ser aceptado por aquellos que no llegan
sino hasta aqu.
TEF.As lo har.
GERV.Hasta la vista,
POL.Bonis avibus[2].
79
CUARTO DILOGO
POL.Et os vulvae nunquam dicit: sufficit: id est, scilicet, videlicet, utpote, quod
est dictu, materia (la cual es expresada por estas palabras) recipiendis formis nunquam
expletur. Y pues no hay nadie en este Liceo, vel potius, Antiliceo, solus (ita, inquam,
solus ut minime omnius solus) deambulabo, et ipse mecum confabulabor. La materia,
pues, por el prncipe de los peripatticos y preceptor del alto espritu del gran
Macedonio: non minus que por el divino Platn y otros, ya chaos, ya hyle, ya sylva, ya
masa, ya potencia, ya capacidad, ya privationi admixtum, ya peccati causa, ya ad
maleficium ordinata, ya per se non ens, ya per se non scibile, ya per analogiam ad formam
cognoscibile, ya tabula rasa, ya indepictum, ya subjectum, ya substratum, ya
substerniculum, ya campus, ya infinitum, ya indeterminatum, ya prope nihil, ya neque
quid, neque quale, neque quantum; tandem despus de haber ensayado mucho para
definir esta naturaleza, ab ipsis scopum ipsum attingentibus, es [la materia] llamada
mujer; tandem, inquan (ut una complectantur omnia vocabula) melius rem ipsam
perpendentibus foemina dicitur. Et mehecle), con no mediocre razn estos senadores
del reino de Palas han querido poner como en equilibrio estas dos cosas: materia y
mujer; pues por la experiencia que tuvieron de la dureza de ellas fueron
conducidos a aquella su rabia y frenes aqu me viene muy bien una figura
retrica. Estas son un chaos de irracionalidad, hyle de maldades, selva de felonas,
montn de inmundicias, capacidad de toda perdicin he aqu otra figura
retrica, por algunos llamada complexio. Dnde estaba ya en potencia, non solum
remote, sino etiam propinqua, la destruccin de Troya? En una mujer. Quin fue el
instrumento de la destruccin de la fuerza de Sansn, quiero decir, de aquel hroe
que con aquella mandbula de asno que hallara vino a ser triunfador invicto de
filisteos? Una mujer. Quin dom en Capua el mpetu y la fuerza de Anbal, el
gran capitn y enemigo perpetuo de la Repblica Romana? Una mujer!
(Exclamatio!). Indcame, profeta citarista, la razn de tu fragilidad: Quia in peccatis
concepit me mater mea[1]. Cmo aconteci, oh nuestro antiguo padre! [2], que
siendo t un paradisaco hortelano y cuidador del rbol de la vida, fuiste de tal
suerte hechizado que a ti y contigo a todo el gnero humano arrojaste al profundo
bratro de la perdicin? Mulier, quam dedit mihi; ipsa, ipsa me decepit[3]. Procul dubio,
la forma no yerra, y de ninguna forma puede provenir error sino por su estar unida
a la materia. De esta manera la forma que significa el varn, puesta en familiaridad
80
Pero, seores Orfeos, guardos del odio furioso de las mujeres tracias.
GERV.Ese raro que decs de las mujeres tambin cabe decirlo de los
hombres.
Es necesario, por tanto, que haya un principio de la existencia [3] de todas las
cosas existentes. Aadid a esto que la razn misma no puede evitar, ante cualquier
cosa susceptible de distincin, presuponer algo indistinto hablo de las cosas que
son, porque entiendo que del ser y del no-ser no hay distincin real, sino tan slo
verbal y nominal. Esta cosa indistinta es una esencia comn, a la que se agregan
84
Es preciso, pues, que haya algo que corresponda a la esencia comn de uno
y otro substrato, porque toda esencia est fundada necesariamente sobre alguna
existencia, excepto aquella [esencia] primera que es idntica con su existencia,
porque su potencia es [lo mismo que] su acto, y es todo lo que puede ser, conforme
dijimos ayer.
POL.Cedo.
TEF.Sea todo lo grande que se quiera la diferencia que hay entre ellas
segn la esencia propia de cada una en cuya virtud la una desciende a ser
87
corprea y la otra no; la una recibe cualidades sensibles, y no las recibe la otra; y
por ms que no parece que puedan tener una esencia comn aquella materia a la
que repugna la cantidad y el ser soporte de las cualidades que tienen su raz en las
dimensiones, y la naturaleza a la que no repugna ni una ni otra cosa; con todo, una
y otra son una sola, y conforme ya se ha dicho varias veces toda la diferencia
[entre ellas] deriva de que [la nica materia] se contraiga a ser corprea o
incorprea. Del mismo modo que en cuanto animales todos los [seres] sensibles
son idnticos, pero, contrayendo ese gnero en determinadas especies, resulta que
no conviene al hombre el ser len y a tal anima! ser tal otro. Y a esto agrego, si os
place (pues me diris que aquello que nunca acontece ha de considerarse antes
imposible y contra natura que natural, y en consecuencia, no encontrndose nunca
con dimensiones aquella materia, ha de estimarse que la corporeidad le sea
antinatural, y siendo esto as, no es verosmil que haya una esencia comn a la una
y a la otra antes que una se baya contrado a ser corprea), que a aquella materia no
podemos atribuirle conforme quisierais la imposibilidad [de ellos]. Aquella
materia, por ser actualmente todo lo que puede ser, posee todas las medidas, todas
las especies de formas y dimensiones; y porque las posee todas no tiene ninguna
[en particular], pues lo que es tantas cosas diversas es preciso que no sea ninguna
de ellas en particular. Conviene [a la esencia de] lo que es todo excluir todo ser
particular.
que contiene todo el ser sensible, por eso no siente. Ms altamente indivisible es
aquello que contiene todo el ser natural; ms altamente [an], aquello que contiene
todo el ser inteligible[1]; altsimamente, aquello que posee todo el ser que puede ser.
DICS.Sostenis que a semejanza de esta escala del ser sea la del poder
ser? y que as como se eleva la esencia formal [2] se eleva tambin la esencia
material?
TEF.Es cierto.
TEF.Es verdad.
DICS.Creo que s, pues bien entiendo que el acto para ser todo es
menester que no sea nada determinado.
POL.Non potest esse idem totum et aliquid; ego quoque illud capio.
estas formas, posee en potencia todas esas dimensiones, del mismo modo que tiene
el poder de recibir todas esas formas.
GERV.Por qu queris que las contenga a todas antes que las excluya a
todas?
DICS.Porque no recibe las dimensiones como de fuera, sino que las saca y
extrae como de sus entraas.
DICS.He aqu que aun en estas cosas inferiores, si no del todo, vienen a
coincidir en mucho el acto y la potencia,
DICS.Y si esta potencia de abajo en definitiva viniese a ser una misma con
la de arriba qu sucedera?
TEF.De esta [luz sobrenatural] carecen aquellos que consideran que todo
es cuerpo, o simple (como el ter) o compuesto (como los astros y las cosas
celestes); y no buscan a la divinidad fuera del infinito mundo y de las cosas
infinitas, sino en stas y dentro de aqul.
DICS.En esto tan slo me parece que difiere el telogo creyente del
verdadero filsofo.
DICS.Muy bien, segn creo. De suerte que infiero de lo que habis dicho
que aunque no permitimos que la materia se eleve por encima de las cosas
naturales, y bien que nos apoyemos en la comn definicin de ella que aporta la
91
POL.Certe consuevit dicere Aristoteles cum suis potius formas educi de potentia
materiae quam in illam induci, emergere potius ex ipsa quam in ipsam ingeri; pero yo
dira que Aristteles ha preferido llamar acto ms bien el desarrollo [1] de la forma
de su implicacin.
ser lecho, sitio en su ser de tal sustancia y consistencia que pueda llegar a ser lecho,
banco, viga, dolo o cualquier otra cosa construida en madera. Prescintio de que,
conforme a una razn ms alta, de la materia natural se hacen todas las cosas
naturales, y de la materia artificial todas las artificiales; porque el arte suscita las
formas de la materia o por extraccin (como cuando saca una estatua de la piedra)
o por adicin (como cuando, juntando piedra sobre piedra, tierra y madera,
construye una casa); pero la naturaleza lo hace todo con su materia por separacin,
parto y efusin, segn lo entendieron los pitagricos, lo comprendieron
Anaxgoras y Demcrito, y lo confirmaron los sabios de Babilonia. A todo lo cual
suscribi tambin Moiss, el cual, describiendo la generacin de las cosas ordenada
por [la causa] eficiente universal, emplea esta manera de decir: Produzca la tierra
sus animales, produzcan las aguas los animales vivientes; [1] como si dijese:
prodzcalos la materia. Pues, segn l, el principio material ele las cosas es el agua,
por lo que dice que el intelecto eficiente (por l llamado espritu) andaba sobre las
aguas,[2] es decir, que les atribua [a las aguas] una virtud procreadora, y de ellas
sacaba las especies naturales, todaslas cuales son llamadas despus, por l, aguas.
Por eso, hablando de la separacin de los cuerpos inferiores de los superiores, dice
que la mente separ las aguas de las aguas, [3] de en medio de las cuales induce
que apareci la [tierra] seca.[4]
De esta manera, todos quieren que las cosas sean hechas por la materia por
separacin, y no por adicin o recepcin. Corresponde, por tanto, decir ms bien
que [la materia] contiene las formas y las implica, antes que pensar que est vaca
de ellas y que las excluya. Aquella [materia], por tanto, que explicita lo que tiene
implicado, ha de ser llamada cosa divina y excelente progenitora, generatriz y
madre de las cosas naturales, o mejor, en suma, [como] la Naturaleza toda. No es
esto lo que decs y afirmis, Tefilo?
TEF.Cierto.
ahora, de aquella materia con que se hace el hombre, el oro y todas las cosas
naturales? No ha de ser estimada ms digna que la del arte y no se le ha de
atribuir mejor actualidad? Por lo cual oh Aristteles! no podras dejar de
consentir en que lo que es fundamento y base de la actualidad, o sea de lo que es
en acto, y que t declaras ser siempre y durar eternamente, sea ms en acto que tus
formas y que tus entelequias, que van y vienen, de tal manera que si todava
quisieras hallar la permanencia de este principio formal?
cosas artificiales, cuando con la madera se hace la estatua, no decimos que [con la
estatua] la madera cobre un nuevo ser, pues ni en un punto es ms o menos madera
que antes; y aquello que cobra ser y actualidad es lo nuevo que se produce, el
compuesto, es decir, la estatua. Cmo podis decir, por tanto, que pueda convenir
la potencia a aquello que jams ser en acto ni poseer el acto? La materia, por
tanto, no est en potencia de ser ni es aquello que puede ser, pues ella es siempre la
misma, inmutable, y en vez de ser lo que cambia, es aquello en torno a lo cual y en
lo cual acontece el cambio. Lo que se altera, aumenta, disminuye, cambia de lugar
y se corrompe, es siempre el compuesto nunca la materia segn [lo profesis]
vosotros mismos los peripatticos; por qu decs, entonces, que la materia es ya
potencia, ya acto? Nadie ha de dudar, ciertamente, de que [la materia], sea que
reciba las formas, sea que las extraiga de s misma, en cuanto a su esencia y
sustancia no recibe mayor o menor actualidad; y por tanto no hay razn para que
sea denominada potencia. Pues la potencia conviene a lo que se halla en continuo
movimiento relativamente a aquella [materia] y no a ella [misma], que yace en una
eterna quietud, o mejor, es causa de esa quietud [1]; porque si la forma, segn su ser
fundamental y especfico, es de esencia simple invariable, no slo lgicamente, en
su concepto y en la razn, sino tambin fsicamente, en la naturaleza, ser preciso
que est en la facultad perpetua de la materia, que es una potencia no distinta del
acto, como lo tengo explicado de muchos modos las muchas veces que he
discurrido acerca de la potencia.
cosas, como tal vez quiso decir David de Dinant, mal comprendido por algunos [2]
que nos refieren su opinin? [La materia] no desea la forma, para ser por ella
conservada, pues lo corruptible no conserva lo eterno, sin contar con que es
manifiesto que la materia conserva a la forma; por lo que la forma ms bien es la
que debe desear a la materia para perpetuarse, toda vez que apartndose [de la
materia] es ella la que pierde el ser y no aqulla, la cual posee todo lo que tena
antes que la forma existiese, y puede tener tambin otras [formas]. Dejo a un lado
el que cuando se da razn de la corrupcin, no se dice que la forma se evada de la
materia o que la abandone, sino ms bien que la materia rechaza esa forma para
adoptar otra. Nada digo tampoco acerca de que no hay ms razn para decir que la
materia apetece las formas que para decir, por el contrario, que las odia (hablo de
las formas que se engendran y corrompen, porque la fuente de las formas, que
tiene ser por s misma[3], no puede apetecer, pues no se apetece aquello que se
posee); porque con la misma razn con que se dice que [la materia] apetece aquello
que una vez recibe o produce, cuando lo aparta o expulsa puede tambin decirse
que abomina de ello. Antes bien; ms potentemente abomina que apetece, si se
tiene en cuenta que expulsa eternamente aquella forma particular [1] que aloj por
corto tiempo. Si recordis que [la materia] tantas formas como adopta otras tantas
rechaza, me has de permitir que diga que de todas ellas tiene fastidio, con el mismo
derecho con que os concedo que digis que las desea.
TEF.Adis, entonces.
96
QUINTO DILOGO
Del Uno
TEF.El Universo, pues, es uno, infinito, inmvil. Una es, digo, la absoluta
posibilidad, uno el acto, una la forma o el alma, una la materia o el cuerpo, una la
cosa, uno el ser, uno el mximo y ptimo; el cual no podra estar contenido [en otra
cosa], y por eso, sin fin ni trmino; por tanto, infinito e ilimitado, y en consecuencia
inmvil[1]. No se mueve con relacin a su lugar [2], porque no hay fuera de l nada
adonde pueda trasladarse, ya que es el todo. No se crea [a s mismo] porque no hay
otro ser que l pueda desear ni querer, teniendo en cuenta que l posee todo el ser.
No se corrompe, porque no hay ninguna otra cosa en que pueda transmutarse,
puesto que al es todas las cosas. No puede aumentar ni disminuir, puesto que es
infinito, y as como no cabe agregarle [nada], as tampoco puede sustrarsele
[nada], porque el infinito no tiene partes proporcionales. No puede ser alterado con
otra disposicin, porque nada hay de exterior a l de que pueda padecer una
afeccin cualquiera. Adems, por comprender en su propio ser todas las
oposiciones en unidad y armona, y por no poder tener inclinacin alguna a otro
ser nuevo, o por este o aquel modo de ser, no est sujeto a mutacin en cualidad
alguna, ni puede poseer [nada] diverso o contrario que lo altere, pues en l todo es
concorde. No es materia, pues carece de forma y no puede ser configurado; carece
de lmite y no puede ser limitado. No es forma, porque no informa ni configura
nada, puesto que es todo, mximo, uno y universa!. Ni es mensurable ni es
magnitud. No se contiene a s mismo porque no es mayor que s mismo. No est
contenido [en s mismo], porque no es menor que s mismo. No se iguala [a s
mismo], porque no es ste y aqul, sino uno y el mismo. Siendo uno y el mismo, no
tiene este y aquel ser, y porque no tiene este y aquel ser, no tiene [tampoco] esta y
aquella parte, y pues no tiene tales partes, no es compuesto. Es trmino de [tal]
suerte que no es trmino; es forma de manera que no es forma; es materia de modo
que no es materia; es de tal manera alma que no es alma: porque es indistintamente
el todo, y por tanto uno: el Universo es uno. En l, ciertamente, no es mayor la
altura que la anchura y la profundidad, por lo cual slo por analoga se lo llama
(aunque no es) esfera. En la esfera, largo, ancho y profundidad son lo mismo,
porque tienen una misma dimensin: pero en el Universo, largo, ancho y
profundidad son una misma cosa, porque son, por igual, sin trmino e infinitos. Si
no tienen mitad, cuadrante ni otras medidas, si no hay [en ellos] medida, no hay
97
[tampoco] partes proporcionales, ni parte alguna en absoluto que difiera del todo.
Pues si quieres hablar de una parte del infinito, tendrs que llamarla infinito; si es
infinito, coincide en un [solo] ser con el todo: por lo tanto, el Universo es uno,
infinito e indivisible. Y si en el infinito no hay diferencias (como la del todo y la
parte: esto y aquello), de seguro el infinito es uno. En el seno [1] del infinito no hay
parte mayor o menor, pues no se le acerca proporcionalmente ms una parte, por
grande [que se la conciba], que otra parre que sea todo lo menor que se quiera; y
por eso, en la duracin infinita, la hora no difiere del da, el da del ao, el ao del
siglo, el siglo del instante; porque no son ms los instantes y las horas que los
siglos, y no guardan ms proporcin con la eternidad stos que aqullos. De igual
manera, en la inmensidad, no difiere el palmo del estadio, el estadio de la
parasanga; porque al tamao de la inmensidad no se acerca uno ms con
parasangas que con palmos. As [en la inmensidad], un nmero infinito de horas
no es ms que un nmero infinito de siglos, y un nmero infinito de palmos no es
ms que un nmero infinito de parasangas. A la correlacin, semejanza,
adecuacin e identidad con el infinito no te acercas ms con ser hombre; que con
ser hormiga, [con ser] estrella en vez de hombre; no te acercas ms a ese ser siendo
sol o luna que hombre u hormiga; y por tanto en el infinito [todas] estas cosas son
indistintas. Y lo que digo de stas cabe decirlo tambin de todas las cosas que
tienen una existencia particular.
Pero me diris acaso: por qu, entonces, cambian las cosas, y la materia
particular tiende a [asumir] otras formas? Respondo que esa transformacin no
tiende a otro ser, sino a otro modo de ser. Y sta es la diferencia que media entre el
Universo y las cosas del Universo; aqul comprende todo el ser y todos los modos
de ser; stas [en cambio] tienen cada una todo el ser, mas no todos los modos de
ser, y no pueden poseer en acto todas las circunstancias y los accidentes, porque
muchas formas son incompatibles en el mismo substrato, o por ser contrarias [entre
s] o por pertenecer a especies diferentes; como no puede existir el mismo substrato
individual bajo los accidentes de caballo y de hombre, o bajo las dimensiones de
una planta y de un animal. Por otra parte, aqul contiene todo el ser en totalidad,
porque fuera o por encima del ser infinito nada hay que exista, ya que no tiene
[nada] exterior ni enfrente de l; de stas, en cambio, cada una contiene todo el ser,
mas no en totalidad, porque ms all de cada una hay infinitas otras. Por tanto,
debis concebir que todo est en todo, pero no en totalidad y omnmodamente en
cada cosa. Por lo cual debis entender que todo cuanto hay es uno, pero no en el
mismo modo[1] [de ser].
Por eso no yerra quien dice que el ser, la sustancia y la esencia son [todo]
uno; el cual, en cuanto que es infinito y sin trmino, as en cuanto a la sustancia
como en cuanto a la duracin, a la magnitud y al poder, no tiene carcter de
principio ni de principiado, porque por coincidir [en l] todas las cosas en la
unidad y en la identidad (quiero decir, en el mismo ser), viene a tener as una
esencia absoluta y no relativa[2]. Por tanto, si en el uno infinito, inmvil, que es la
99
Eso lo pudo entender Pitgoras, que no teme la muerte, sino que espera la
transformacin. Lo han podido entender todos los filsofos vulgarmente llamados
fsicos, que dicen que nada se engendra ni se corrompe segn la sustancia a
menos que queramos llamar de este modo la alteracin. Lo ha entendido Salomn,
el cual dice que nada hay nuevo bajo el sol, sino que lo que es ya fue antes. Veis
as cmo todas las cosas estn en el Universo y el Universo en todas las cosas;
nosotros en l, l en nosotros; y as todo coincide en una perfecta unidad.
DICS.De manera que este mundo, este ser verdadero, universal, infinito,
100
inmenso, est todo en sus partes, hasta tal punto que l es el mismo ubique. De
donde se infiere que todo lo que hay en el Universo, respecto del Universo (y sea lo
que fuere en relacin con los otros cuerpos singulares) est en todo segn el modo
de su capacidad, porque est encima, debajo, en el medio, a la derecha, a la
izquierda, y segn todas las diferencias espaciales; porque en todo el infinito estn
todas estas diferencias y ninguna de ellas. Cualquier cosa que tomemos en el
Universo, por tener en s aquello que es todo en todo, contiene, en su modo, toda el
alma del mundo (bien que no sea en totalidad, conforme lo hemos dicho ya), la
cual est toda en cualquier parte de aqul. Por tanto, como el acto es uno, y
constituye un [solo] ser, donde quiera que sea, no es de creer que en el mundo haya
pluralidad de sustancias y de lo que en verdad es ser.
S, adems, que tenis por evidente que cada uno de estos mundos
innumerables que vemos en el Universo no est en l como en un lugar que lo
contuviese ni como en un intervalo y espacio, sino ms bien como en [algo que le
fuese] comprensor, conservador, motor y [causa] eficiente, el cual viene a estar
contenido en cada uno de estos mundos, como el alma [del Universo] lo est en
cada una de sus partes. Por lo tanto, aunque un mundo en particular pueda
moverse hacia otro o alrededor de otro como la Tierra hacia el Sol y alrededor
del Sol, con todo, en relacin con el Universo, nada se mueve hacia l ni
alrededor de l, sino en l.
Queris, adems, que del mismo modo que el alma tambin para la
comn opinin est en toda la gran mole a la que da el ser, y al mismo tiempo es
indivisa, y por tanto est idntica y entera en todo y en cualquier parte, as tambin
la esencia del Universo es una en el infinito y en cualquier cosa tomada como
miembro de aqul [Universo], de tal suerte que enteramente el todo y cualquier
parte de aqul viene a ser uno en cuanto a la sustancia; por lo que no
incorrectamente [el Universo] fue llamado por Parmnides uno, infinito, [e]
inmvil cualquiera fuese el sentido en que lo dijo, que es incierto, pues nos ha
sido trasmitido por un no muy fiel relator [1].
Decs que todas las diferencias que en los cuerpos se advierte en lo que
concierne a la forma, complexin, figura, color y otras propiedades y caracteres
comunes[2], no son ms que aspectos diversos de una misma sustancia: aspecto
frgil, movible y corruptible de un ser inmvil, permanente y eterno, en que se
contienen todas las formas, todas las figurs y todos los miembros, pero indistintos
y como amontonados; no de otra manera que en el germen, en el cual no se
101
(sea homogneo o heterogneo el agente [1] [con lo engendrado], conforme dicen los
que filosofan de acuerdo con la filosofa vulgar) y aquello con que la generacin se
hace, son siempre de la misma sustancia. Por tanto, no ha de sonar mal a vuestros
odos la sentencia de Herclito, el cual dijo que todas las cosas son uno, el cual
[uno], en virtud de sus transformaciones, contiene en s todas las cosas, y porque
residen en l todas las formas, todas las definiciones, por consecuencia, le
convienen; y por eso son verdaderos los enunciados contradictorios. Y lo que
constituye la multiplicidad de las cosas no es el ser, no es la cosa [misma], sino su
aparecer, aquello que los sentidos se representan y que est en la superficie de las
cosas.
TEF.As es. Adems de esto quiero que sepis otros extremos de esta
ciencia importantsima y de este solidsimo fundamento de las verdades y de los
secretos de la naturaleza. En primer lugar, pues, quiero que notis que es una y la
misma la escala por la cual la naturaleza desciende a la produccin de las cosas y
[aquella] por la que el intelecto asciende al conocimiento de ellas; y que as la una
[la naturaleza] como el otro [el intelecto] [partiendo] de la unidad llegan a la
unidad, pasando por la multitud de intermediarios. Dejo a un lado el que,
conforme con su manera de filosofar, los peripatticos y muchos platnicos a la
muchedumbre de las cosas, que sera [la realidad] intermedia, agregan, en un
extremo, el acto pursimo, y en otro, la pursima potencia. As tambin otros, por
cierta metfora, quieren que concurran las tinieblas y la luz en la constitucin de
los grados innumerables de formas, imgenes, figuras y colores. A continuacin de
esos que admiten dos principios y dos jefes [1], acuden otros, que no toleran y son
enemigos de [toda] poliarqua, y hacen coincidir aquellos dos [principios] en uno,
que seran al mismo tiempo abismo y tinieblas, claridad y luz, oscuridad profunda
e impenetrable y luz suprema e inaccesible.
que entenda por su Pequeo, principios gemelos y especficos de las cosas [1], que
despus se reducen a uno solo, como cada [cosa] divisible a lo indivisible.
Aquellos, pues, que dicen que el principio sustancial es uno, pretenden que las
sustancias sean como los nmeros; los que conciben el principio sustancial como el
punto, quieren que las sustancias de las cosas sean como figuras; y todos convienen
en establecer un principio indivisible. Pero la manera de Pitgoras es mejor y ms
pura que la de Platn, porque la unidad es causa y razn de la indivisibilidad y de
la puntualidad, y es un principio ms absoluto y adecuado al ser universal.
Por donde quien conoce a Polinmio como Polinmio, no conoce una sustancia
particular, sino una sustancia en la particularidad y en las diferencias que a ella le
conciernen, la cual por [medio de] ellas viene a colocar a este hombre en el nmero
y en la multiplicidad bajo una especie. Aqu, del mismo modo que ciertos
accidentes humanos constituyen la multiplicidad de estos llamados individuos
[distintos] de la humanidad, ciertos accidentes animales constituyen la
multiplicidad de estas especies de la animalidad. De igual modo, ciertos accidentes
vitales constituyen la multiplicidad [distinta] de lo animado y viviente. No de otra
manera ciertos accidentes corpreos constituyen la multiplicidad de la
corporeidad, y, de manera semejante, ciertos accidentes de la existencia constituyen
la multiplicidad de la sustancia. De esta manera, ciertos accidentes del ser
constituyen la multiplicidad de la esencia, de la verdad, de la unidad, del ente, de
lo verdadero y del Uno.
Figura 1
ser ms grande que el arco BB, y el arco DD mayor que los otros tres, miran a ser
parte de un crculo mayor, y acercarse, con esto, ms y ms a la rectitud de la lnea
infinita del crculo infinito, representada por IK? Aqu por cierto, es preciso decir y
creer que as como la lnea ms grande, en razn de su mayor magnitud, es
tambin ms recta, as tambin la [lnea] mxima entre todas debe ser
superlativamente ms recta que todas; de manera que, al final la lnea recta infinita
venga a ser el crculo infinito. He aqu, pues, de qu manera no slo coinciden el
mximo y el mnimo en un mismo ser conforme lo hemos demostrado otras
veces, sino que adems en el mximo y el mnimo vienen a ser uno e indistintos
los contrarios.
Figura 2
Por otra parte, si gustas comparar las especies finitas al tringulo (porque se
entiende que todas las cosas, por cierta analoga, participan en la finitud y en la
limitacin de una primera [cosa] finita y de una primera [cosa] limitada como en
todos les gneros todos los predicados anlogos toman el orden y grado del gnero
primero y mximo, por cuanto el tringulo es la primer figura, que no puede
resolverse en otra ms simple, a la manera e que el cuadriltero, en cambio, se
resuelve en tringulos, y por tanto es [el tringulo] el primer fundamento de
cualquier cosa limitada y configurada), hallars que el tringulo, as como no
puede resolverse en otra figura, as tampoco puede originar tringulos cuyos
ngulos sean mayores o menores, por ms que sean varios y distintos, de varias y
distintas figuras, y difieran por la magnitud mayor o menor, mnima o mxima. Por
tanto, si supones un tringulo infinito (no en el sentido de que [exista] realmente y
en s, pues el infinito no tiene figura, sino infinito por hiptesis, y en cuanto
tringulo[1] que exhiba lo que queremos demostrar), no tendr [sus] ngulos
mayores que los del ms pequeo tringulo finito, no ya tan slo mayores que los
de los medianos o ms grandes. Dejando a un lado la comparacin de las figuras,
es decir, de los tringulos, y tomando los ngulos todos ellos grandes y pequeos,
son iguales, conforme lo muestra este cuadrado [2]. Est dividido por la diagonal en
107
varios tringulos, y se ve que no slo son iguales los ngulos rectos de [los] tres
cuadrados A, B, C, sino que tambin lo son [entre s] todos los agudos que resultan
de la lnea diagonal que origina el doble de tringulos [1] [respecto de los
cuadrados], todos de iguales ngulos. Aqu se ve por un smil muy evidente cmo
la nica sustancia infinita puede estar toda en todas las cosas, aunque [lo est] en
unas de un modo finito, e infinitamente en otras, y en mayor medida en stas que
en aqullas.
Figura 3
Aade a esto (para seguir viendo cmo en este Uno y en este infinito los
contrarios coinciden) que el ngulo agudo y el ngulo obtuso son dos contrarios,
que ves de qu manera pueden nacer de un solo e indivisible principio, o sea de
una inclinacin de la linea perpendicular M [2] que se junta con la lnea inmvil BD
en el puntoC. sta, en aquel punto, con una simple inclinacin hacia el punto D [3],
al paso que antes constitua ngulos rectos e indistintos, ahora, cuanto ms se
avecina al punto C[1], tanta mayor diferencia establece entre el ngulo agudo y el
obtuso; y habiendo llegado y habindose superpuesto al dicho punto, hace
indistintos el ngulo agudo y el obtuso, pues se anulan ambos por igual, ya que
vienen a ser lo mismo en la potencia de una misma lnea. Aquella [lnea], as como
ha podido unirse e identificarse con la lnea BD, puede as mismo separarse y
hacerse diferente de ella; originando de un principio idntico e indivisible los
ngulos enteramente contrarios, como lo son desde el ms agudo y el ms obtuso
hasta el menos agudo y menos obtuso, adems de la igualdad de [los ngulos]
rectos y de la correspondencia que resulta del contacto de la perpendicular con la
[lnea] inmvil. Ahora, en lo que hace a la verificacin, en primer lugar quin no
sabe, a propsito de las primeras cualidades activas de la naturaleza corprea [2],
108
que el principio del calor es indivisible, y por tanto distinto de cualquier calor, pues
el principio no debe ser ninguna de las cosas principiadas? Siendo esto as, quin
puede vacilar en afirmar que el principio no es caliente ni fro, sino que es un
mismo [principio] para el calor y para el fro? De dnde proviene que un contrario
sea principio del otro, y, por tanto, que las transmutaciones sean circulares, sino de
que existe un mismo substrato, un mismo principio, un mismo trmino, una
continuidad y una coincidencia del uno y del otro? El mnimo de calor y el mnimo
de fro no son lo mismo? Acaso en el lmite del mximo calor no tiene su
principio el movimiento hacia el fro? Por tanto es manifiesto que no slo se
encuentran los dos mximos en la oposicin y los dos mnimos en la coincidencia,
sino etiam [se encuentran] el mximo y el mnimo por la alternativa de las
mutaciones; por lo cual no sin razn los mdicos suelen temer al perfecto estado de
salud; y en el grado supremo de la felicidad es cuando ms temen los cautos.
Quin no ve que son uno mismo el principio de la corrupcin y el de la
generacin? El ltimo [trmino] de la corrupcin no es acaso el principio de lo que
se engendra [de nuevo]? No decimos a la vez: quitado aquello [y] puesto esto
otro?; haba aquello, hay esto? Y si bien lo consideramos, veremos con
evidencia que la corrupcin no es ms que una generacin, y que la generacin no
es otra cosa que una corrupcin; que el amor es un odio y, en definitiva, el odio es
un amor. El odio de lo opuesto es amor de lo adecuado; el amor de esto es odio de
aquello. En su sustancia y raz, idnticos son amor y odio, amistad y ria. Dnde,
sino en el veneno, hallar el mdico el antdoto? Quin proporciona mejor triaca
que la serpiente? En los mayores venenos [se dan] las mejores medicinas. Una
misma potencia no es comn a dos objetos contrarios? Ahora bien: de dnde crees
t que provenga esto sino de que uno mismo es el principio del ser de ambos
objetos, como es uno mismo el principio de su comprensin; y que los contrarios
residen en una misma sustancia, del mismo modo que son aprehendidos por el
mismo sentido? Dejo a un lado el que lo orbicular descansa sobre el plano: lo
cncavo se aquieta y reside en lo convexo; el iracundo vive junto al pacfico; el ms
soberbio se complace ms que nada en el humilde, y el liberal en el avaro. En
resolucin: quien quiera conocer los ms importantes secretos de la naturaleza
contemple y considere en torno a lo mnimo y lo mximo de los contrarios y
opuestos. Magia profunda es la de saber extraer el contrario luego de haber hallado
el punto de unin. A esto tenda con su pensamiento, el pobre Aristteles, al
establecer la privacin (que lleva aparejada cierta disposicin) como generadora,
origen y madre de la forma[1], pero no pudo lograrlo. No ha podido lograrlo
porque, detenindose en el gnero de la oposicin, qued trabado de suerte que,
no habiendo descendido al concepto especfico de la oposicin, no lleg ni vio el
109
fin, del cual se desvi muy rpidamente, diciendo que los contrarios no pueden
convenir actualmente en un mismo substrato.
TEF.Es el todo aquella unidad que no est explicitada; que no est sujeta
a distribucin ni divisin numrica; y que [constituye] una singularidad tal que
acaso t podras entender de no ser ella implicante y comprensiva [3].
POL.Optime.
Notas
[1]
Giordano Bruno naci en Nola, ciudad de Campania.
[2]
Lase segundo. Cfr. nota pg. 32.
[3]
En el texto: secondariamente.
[4]
Lase tercero. Cfr. nota pg. 32.
[5]
En el texto: e quello che dopo che posseva essere.
[6]
Es decir, la multiplicidad.
[7]
En el texto: moltimodo.
[8]
En el texto: moltiunico.
[9]
En el texto: esplicatamente.
[10]
Amor, por quien tan profundamente la verdad percibo,/ Que me abres
las puertas de diamante y negras,/ Mi deidad entra por los ojos, y por ver,/ Nace,
vive, se nutre y reina eternamente./ Muestra cuanto el Cielo, la Tierra y el Infierno
contienen,/ Revela invisibles formas verdaderas,/ Recobra fuerzas, y
derechamente hiere/ Y llaga siempre en el corazn: descubre todo lo interno./ As
pues, vulgo vil, a la verdad atiende,/ Presta odos a mi palabra no engaosa,/
Abre, si puedes, los ojos, insensato y bizco./ Porque entiendes poco, le creas nio,/
Porque a cada instante t cambias, te parece fugaz;/ Por ser t ciego, ciego le
llamas.
[11]
Causa, principio y uno sempiterno,/ De quien el ser, la vida y el
movimiento cuelgan,/ Y por quien a lo largo, a lo ancho y en profundidad se
extiende/ Cuanto hay en el Cielo, en la Tierra y el Infierno;/ Con el sentido, la
razn y la mente discierno/ Que no hay acto, medida ni clculo que abarcar
pueda/ Aquella fuerza, aquella mole y aquel nmero/ Que excede cuanto pueda
pensarse de inferior, mediano o ms alto./ Ciego error, tiempo avaro, suerte
adversa,/ Srdida envidia, vil rabia, celo inicuo,/ Alma dura, espritu perverso,
ajena audacia,/ No sern bastantes para oscurecerme el aire,/ No me pondrn el
velo ante los ojos,/ No han de lograr nunca que no contemple mi hermoso sol.
[12]
Todo induce a suponer que este primer dilogo que no concierne
directamente al estricto asunto de la obra fue escrito por Bruno despus que
hubo compuesto los cuatro restantes. As resulta: 1., de la sealada diferencia de
materia: 2., los interlocutores no son los de los otros cuatro dilogos; 3., Bruno, al
exponer el argumento de los dilogos 3. y 4., los designa como 2. y 3.
respectivamente.
[13]
Filoteo, que ms adelante se identifica con Tefilo, es el mismo Giordano
112
Bruno.
[14]
Los asnos.
[15]
En estos dilogos los interlocutores se dan indistintamente el tratamiento
de t y vos; hemos respetado esta manera.
[16]
En el dilogo La cena de le cenere.
[17]
En el texto: antico protoplaste.
[18]
En el texto: generazione.
[19]
En el texto: prossimi suggetti.
[20]
Virgilio, gloga I, 67: et penitus toto divisos orbe Britannos.
[21]
Se refiere a la Universidad de Oxford.
[22]
En el texto: le lettere speculative.
[23]
En el texto: cucullati.
[24]
Entre los que no se puede menos de recordar a Roberto Kilwardby,
dominico, profesor en Oxford (1248-1261), y Juan Duns Scot, franciscano, que
profes tambin all (1294-1304).
[25]
En el texto: un carlino.
[26]
En el texto: la birra e la cervosa.
[27]
Virgilio, Aen., VI, 585-6.
[28]
En el texto: catedra regentate. Se llamaba reggente no slo quien ejerca la
superintendencia de los estudios, sino tambin, y en especial fuera de Italia, el
maestro que ejerca la enseanza secundaria. (Nota de Giovani Gentile).
[29]
Alejandro Dicson, autor de De umbra rationis et judicii, sive de memoriae
virtute prosopopeia (1583).
[30]
Virgilio, Aen. VI. 432-3.
[31]
Virgilio, ibdem.
[32]
Omo, onore: hombre, honor. Bruno hace aparecer como mana de Polimnio
el suprimir la h latina de algunos vocablos, tendencia (comn a muchos
humanistas italianos) por una grafa ms conforme con la pronunciacin.
[33]
Spicilegium, obra del gramtico L. G. Scoppa.
[34]
Ambrosio Calepino, autor de un clebre diccionario (1435-1511).
[35]
Cornucopiae sive commentaria linguae Latinae, de Nicols Perotti (1430-
1480).
[36]
Mario Nizzoii (1488-1566), autor de Observationes in M. Tullium Ciceronem
o Thesaurus Ciceronianus.
[37]
En el texto: pane di puccia.
[38]
En el texto: democriteggiano.
[39]
En el texto: magnarii. (En latn, magnarius-ii).
[40]
En el texto: manuarii. (En latn: manuarius-ii).
113
[41]
Levtico, VIII, 18-25.
[42]
En la Ars grammatica de Donato, adems del barbarismo y el solecismo se
enumeran diez vicios ms: la acyrologia (impropria dictio), el cancenphaton (obscena
enuntiatio), el pleonasmo, la perissologia (supervacua verborum adiectio sine ulla vi
rerum), la macrologia (longa sententia res non necessarias comprehendens), la
tautologia, la eclipsis, la tapinosis (humilitas rei magnae non id agente sententia) y el
cacosyntheton (vitiosa compositio dictionum). (Nota de Giovanni Gentile).
[43]
En el texto: Nohem (No).
[44]
Ariosto, Orlando Furioso, XXVII, 120.
La natura no har nada perfecto
pues de mujer es su nombre correcto.
[45]
En el dilogo anterior se lo designa por Alejandro, que fue su verdadero
nombre.
[1]
En el texto: in vestigio.
[2]
Alusin a la Ars Magna de Raimundo Lulio.
[3]
En el texto: filosofo naturale.
[1]
Quiere hablar de filosofa y no de religin. La filosofa no es la teologa.
Cfr. pg. 126.
[1]
Timeo. 41, a-b.
[2]
En el texto: con diverse raggioni.
[1]
En el texto: in proposito naturale.
[2]
Para los trminos principio y causa en Aristteles, Metafsica., V, 1,
1013a, 16; IV, 2, 1013b, 18 y 24; XII, 4, 1079b.
[1]
Virgilio, Aen., VI, 726-7.
[1]
En el texto: mondano.
[1]
En el texto: e non di parte estrinseca?
[1]
De anima, II, 1. 413a, 8-9.
[2]
De anima, III, 5, 430a.
[3]
Enneadas, II, 9, 7,
[1]
Aristteles, Fsica, II, 8.
[2]
Timeo, VI, 29e.
[1]
Virgilio, Ecl., III, 1.
[2]
En el texto: moderator di ludo minervale.
[1]
Perteneciente al principio, aunque no llegue a ser esta o aquella forma o
acto visible de animalidad y vida.
[2]
En el texto: supersedere: lo mismo que en latn.
[3]
En el texto: simblico.
[1]
En el texto: sensibilmente.
114
[2]
Bruno se ha ocupado de magia en sus obras De Magia; Theses de magia, De
magia mathematica.
[3]
Virgijio, Aen., VI, 724.
[4]
Sap., I, 7: Spiritus Domini replevit orbem terrarum, et hoc quod continet omnia.
[1]
Se llamaban principios materiales los que hoy se llamaran fuerzas de la
naturaleza: activos, el calor y el fro; pasivos, lo hmedo y lo seco. (Nota de
Giovanni Gentile).
[1]
Ovidio, Metam., XV, 153-159 y 165.
[2]
En el texto: inesistente.
[3]
En el texto: logicamente. Para la opinin Aristteles, Fsica, III, 5.
[1]
En el texto: assistente.
[1]
En el texto: olne, de aune o aulne, medida francesa equivalente a 1 m. 188.
(Nota de Giovanni Gentile).
[1]
Cfr. Plotino, Enn., IV, 4, 12.
[1]
En el texto: pazzo per lettera.
[1]
En el texto: cerdone; del latn, cerdo-onis.
[2]
Matth., XXIII, 8.
[3]
Cicern, De meo consulatu.
[4]
Matth., XXII, 21.
[5]
Traduce el conocido dicho de Plinio: Nulla dies sine linea.
[1]
En el texto: ludo di Minerva.
[1]
Virgilio, Aen., II, 774.
[1]
Scholae dialecticae: Animadversiones in dialecticam Aristotelis, de Petrus
Ramus (Pierre de la Rame) (1515-1572).
[2]
Francesco Patrizzi (1529-1597).
[3]
En el texto: frugiperda. Plin., Nat. hist., XVI, 26.
[1]
Paracelso.
[1]
En el texto: sensibile.
[1]
En el texto: quel che sono materialmente, o soggetivamente pongansi pure
sotto qual forma voglia.
[1]
Se refiere al escrito del Pseudo Timeo locrense, De anima mundi et natura.
Las doctrinas contenidas en esta obra son ms bien platnicas y aristotlicas. (Nota
de Giovanni Gentile).
[1]
En el texto: numerale.
[1]
Definicin aristotlica del alma, Da anima, II, 1, 412-27.
[2]
El texto dice: ferro; pero entonces el pasaje no tiene sentido.
[3]
En el texto: fisicamente.
[1]
En el texto: intenzione.
115
[1]
En el texto: perch niente assolutamente opera in se inedesimo.
[2]
O sea: no como lo entendi Aristteles en la crtica que hizo del vaco.
(Nota de Giovanni Gentile).
[1]
En el texto: come puro naturale.
[1]
En el texto: raggione esperimentale.
[2]
En el texto: teoria razionale.
[1]
En el texto: esplicate.
[2]
Nicols de Cusa. Doct. Ign., I, 4.
[1]
En el texto: merinoziale.
[2]
Sap., VII, 22-25.
[1]
En el texto: il dividuo.
[2]
Exod., III, 14: Dixit Deus at Moysen: Ego sum qui sum Sic dices filiis
Israel: Qui est, misit me ad vos.
[3]
Apocalypsis, I, 17.
[1]
Psalm., CXXXIX, 12.
[1]
En el texto: potenza numerale.
[2]
Ovidio, Fast., I, 513: Este bonis avibus visae natoque mihique.
[1]
Salmo, LI, 6.
[2]
En el texto: protoplaste.
[3]
Gnesis, III, 12-14.
[1]
Cap. IX.
[2]
Ariosto, Orlando Furioso, XXVII, 119:
Puesta por Dios y la naturaleza
por una carga y pesado castigo.
[1]
Horacio, Epist., I, 1, 88; II, 3, 6.
[2]
Segundo de Atenas, que vivi en tiempos de Adriano.
[1]
Juvenal, Sat., VI, 165.
[1]
En el texto: esssere parziale.
[1]
S. Munk, Mlanges de Philosophie juive et arabe, pg. 10.
[2]
En el texto: fa una dipendenza.
[3]
En el texto: subsistenza.
[1]
En el texto: soggetto.
[2]
Apocalipsis, XIX, 10; XX, 9; Gnesis, XXXI, 30.
[1]
Enneadas, II, 4, 4.
[2]
En el texto: senza qualche soggetta materia.
[1]
O sea, de Italia. Si se atiende a que el Dilogo tiene lugar en Inglaterra, es
claro que mesas ultramontanas equivale a mesas de Italia, la patria de
Giordano Bruno. Cfr. los trminos laudatorios de pgs. 42-43.
116
[1]
En el texto: per la raggione proria.
[2]
En el texto: al cuanto.
[3]
O sea, de cosas compuestas de materia y forma.
[1]
En el texto: lo essere intellectuale.
[2]
En el texto: raggione formale.
[1]
En el texto: dimensionabilit.
[2]
En el texto: ma che viene a differire una materia da laltra, solo per essere
absoluta da le dimensioni ed esser contratta alle dimensioni.
[1]
Enneadas, II, 4, 3.
[1]
La filosofa aristotlica.
[2]
Pues una nada sera, para Giordano Bruno, la actualidad sin materia.
[1]
En el texto: esplicazione,
[2]
En el texto: sensibile.
[1]
Gnesis, I, 24, 20: Dixit quoque Deus: producat terra animam viventem.
Producant aquae reptile animae viventis et volatile super terram
[2]
Gnesis, I, 2: Spiritus ferebatur super aquas.
[3]
Gnesis, I, 6 y 7.
[4]
Gnesis, I, 9 y 10.
[1]
Es decir, las Ideas platnicas.
[1]
En el texto: che in eterno stato ed causa del stato pi tosto.
[1]
En el texto: ogni cosa ordinata.
[2]
Se refiere a Alberto Magno y Santo Toms de Aquino, a travs de cuyos
escritos polmicos, se conocen las doctrinas de David de Dinant.
[3]
En el texto: che in s.
[1]
En el texto: quella forma numerale.
[2]
Virgilio, Ecl., III, 7.
[1]
En el texto: il quale non deve posser essere compreso; e per infibile ed
interminabile, e per tanto infinito ed interminato, e per conseguenza inmobile.
[2]
En el texto: localmente.
[1]
En el texto: Sotto la comprensione de linfinito.
[1]
En el texto: uno immobile.
[1]
En el Universo el cuerpo no se distingue del punto, porque en la infinita
posibilidad y realidad, potencia y acto son una misma cosa; pero el punto es la
potencia de la lnea, la lnea la potencia de la superficie, la superficie la potencia del
cuerpo. Es justamente el mismo modo de ver de Spinoza. Pero se entendera mal
tanto a Bruno como a Spinoza si se les atribuyese la absurda opinin de que las
lneas estn compuestas de puntos, las superficies de lneas y los cuerpos de
superficies: Segn ellos, toda forma es simple determinacin externa por medio del
117
[1]
Figura 1.
[1]
En el texto: angolo; pero entonces el contexto carecera de sentido.
[2]
Figura 2.
[1]
En el texto: che constituisce tanti al doppio triangoli.
[2]
Figura 3.
118
[3]
As en el texto; pero debe leerse punto B a fin de que el texto se
corresponda con la figura.
[1]
As en el texto; pero debe leerse punto B, por la misma razn anterior.
[2]
Aqu se refiere Bruno a las doctrinas de Bernardino Telesio, autor de De
natura rerum juxta propria principia (1565-86).
[1]
Aristteles, Metafsica, IX, 4, 1055 b.
[1]
Ecclesiastes, IV, 10.
[2]
En el texto: marsupio e crumena. Del latn: marsupium, ii; crumena, ae: bolsa.
[3]
En el texto: complicante e comprendente.