Ratzinger Sacerdocio
Ratzinger Sacerdocio
Ratzinger Sacerdocio
En este mismo volumen, el prlogo del Editor (G.L. Mller, obispo de Ratisbona, ahora
Prefecto Congregacin de la Fe) es ya una presentacin sinttica y ptima sobre los
contenidos. Pero luego, al final de los documentos, en el apndice del volumen, dentro
de las Advertencias Editoriales, se hace una presentacin muy amplia y detallada de
cada parte y de cada documento (pp.810-831).
En este texto fundamental y programtico afloran los temas bsicos de los otros
estudios de este mismo apartado. El sacerdocio del Nuevo Testamento no nace de unos
conceptos, sino de una realidad que es el mismo Cristo como persona y acontecimiento:
Cuando preguntamos por el centro del Nuevo Testamento nos encontramos con Cristo
mismo. Lo nuevo en aqul no son propiamente nuevas ideas, lo nuevo es la persona.
Dios se hace hombre y atrae hacia s a los hombres (p.7).5
2
En el prlogo del Editor se recalca la sacramentalidad del sacerdocio ministerial,
como expresin de la divinidad y humanidad de Cristo, participacin de la misma
misin de Cristo y relacin estrecha con los Doce Apstoles. La recuperacin de la
identidad sacerdotal en la relacin con Cristo implica la disposicin a comprenderse a s
mismo como servidor de la palabra y como testigos de Dios en el seguimiento de Cristo
as como vivir en comunin con l (p.XXII).
3
Los estudios de la parte A (Teologa del sacramento del Orden) consisten en anlisis
minuciosos de las cuestiones fundamentales (esencia del sacerdocio), para pasar luego a
otros estudios sobre cuestiones de actualidad, teologa del ministerio episcopal, teologa
del presbiterio y formacin sacerdotal. Recurdese que estos estudios son tambin
respuesta a una realidad de crisis o de duda sobre el sacerdocio (especialmente desde
1968).
4
El texto se public el mismo ao en lengua alemana. En lengua espaola queda
recogido en: La Iglesia, una comunidad siempre en camino (Madrid, San Pablo, 1994).
5
Es una afirmacin que a nosotros nos recuerda el inicio de la primera encclica de
Benedicto XVI: No se comienza a ser cristiano por una decisin tica o una gran idea,
sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo
horizonte a la vida y, con ello, una orientacin decisiva (Deus Caritas est, n.1).
3
El hecho de que Jess haya creado la nueva figura de los Doce, que luego,
despus de la resurreccin, pasa al ministerio de los Apstoles, de los enviados.
Jess confiere a los Apstoles su poder, estableciendo as su ministerio en
estrecho paralelismo con su propia misin. El que recibe a vosotros, me recibe
a m (Mt 10,40) Como el Padre me ha enviado, as o envo yo (Jn 20,21)
(p.8-9).
6
Esta realidad de la sucesin apostlica no se reduce a la etapa histrica cuando
vivan los Apstoles. Lo que all se dice sobre el ministerio apostlico se refiere, por
tanto, no slo a la historia del comienzo; es tambin un reflejo de la interpretacin del
ministerio apostlico en la Iglesia naciente (p.11).
4
sacerdote tiene que ser una persona que conozca a Jess, desde dentro, que se
haya encontrado con l y que haya aprendido a amarlo (p.18).
Cuando hoy se angustia tanto el sacerdote, cuando se siente cansado y
frustrado, eso se debe a una crispada bsqueda de resultados De la interna
unin con Cristo nace por s misma tambin la participacin en su amor por los
hombres, en su voluntad de salvarlos y ayudarlos (p.19).
De estos estudios, sobre temas teolgicos y cuestiones actuales, quiero destacar algunos
contenidos clave de gran importancia para la evaluacin de la realidad sacerdotal de los
aos de postconcilio.
Al hablar de las enseanzas del concilio tridentino sobre el sacerdocio y de sus decretos
de reforma sobre la vida sacerdotal, se constata primero un aspecto muy positivo de
repercusin en la historia posterior. En el estudio La enseanza eclesial sobre el
sacramentum ordinis (pp.39-53), se concluye: Puede afirmarse que en los decretos de
reforma de Trento, la episcopalidad del sacramento del orden y la comunin del
presbiterio con el obispo han pasado a ser el elemento central de la visin del
sacramento del orden, de donde se sigue espontneamente la concepcin pastoralista del
ministerio sacerdotal (p.49).
7
Se trata de los siguientes estudios: El ministerio espiritual y la unidad de la Iglesia; la
enseanza eclesial sobre el sacramentum ordinis; sacrificio, sacramento y sacerdocio
en la evolucin de la Iglesia; el sacerdote como mediador y servidor de Cristo a la luz
del nuevo testamento; el sacerdocio masculino; lmites de la autoridad eclesial; el
celibato del sacerdote catlico; democratizacin de la Iglesia?; sin un ministerio, libres
para el mundo; a cada uno su tarea. Siguen luego algunos estudios sobre la teologa del
ministerio episcopal, la teologa del presbiterado y la formacin sacerdotal.
5
por obra sus ideales. Segua siendo muy fuerte el peso de las costumbres y de las
instituciones (p.74).8
8
Joseph Ratzinger llega a afirmar que Juan XXIII, por medio del concilio Vaticano II,
intentaba renovar justamente aquel mpetu de reforma que haba prendido en Carlos
Borromeo y en el que las palabras del concilio Tridentino se convertan en hechos
(p.74).
9
Aadir todava: El sacerdote malogra siempre su misin cuando renuncia a ser
servidor, un enviado que sabe que no se trata de l, sino de aquello que tambin l
mismo slo puede recibir. Slo en la medida en que acepte ser insignificante puede ser
verdaderamente importante (p.99).
10
La cuestin con la que nos enfrentamos repitmoslo una vez ms debe progresar
en primer trmino slo como un experimento vital. Toda formulacin terica tiene un
carcter secundario. Con todo, no es posible renunciar a esta reflexin (p.96).
6
Entre los estudios sobre la Teologa del presbiterado, destaca el dedicado a La cuestin
del sentido del ministerio sacerdotal (pp.324-361). Se recalca la entrega total del
sacerdote ministro, a imitacin de la entrega de Cristo Sacerdote segn la carta a los
Hebreos: la sangre, de la que aqu se habla (9,12) su sangre no es una cosa junto a
otras , sino la expresin de que l no ofrenda una cosa, sino precisamente a s mismo, la
totalidad de su existencia. Es el gesto del amor que lo da todo, que da, nada ms y nada
menos, que a s mismo la hora de la cruz fue el da de la reconciliacin csmica
(p.327).12
En este mismo estudio aflora el tema de la eleccin para el sacerdocio, tomando como
punto de referencia la eleccin de Cristo: Jess se concibe a s mismo ms bien como
alguien que cumple una misin: ni se ha llamado a s mismo (cf. Heb 5,4s) ni debe su
designacin a una eleccin democrtica (p.330).
Por esto, el sacerdote ministro no puede estar centrado en s mismo, sino en Cristo. De
este cristocentrismo autntico nace la confianza en medios de las debilidades y defectos:
Yo creo que en realidad este desplazamiento del sacerdote a un segundo lugar, no es
algo slo muy penoso, sino, al mismo tiempo, algo que ayuda mucho y sirve de
consuelo nosotros slo somos representantes del sacerdote propiamente dicho l
acta a travs de nuestras deficiencias l mismo tiene las cosas en mano no somos
nosotros los que llevamos a cabo la salvacin del mundo, sino l, y que l quiere que
vayamos por nuestro camino sin miedo y contentos (pp.338-339).
11
En el estudio sobre El obispo propagador y custodio de la fe (pp.304-321) se aporta
un principio que suscita la vivencia de la fe con vistas a evitar que surjan conflictos: La
finalidad propia de esta custodia es positiva: mantener la fe tan viva que no se llegue a
la situacin conflictiva (p.319).
12
De acuerdo con la unnime conviccin de toda la tradicin eclesistica, la exigencia
humana del ministerio presbiteral es de tal envergadura que implica al hombre de forma
irrevocable y le aferra de un modo total (p.358).
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La predileccin por los pobres es una consecuencia del ministerio sacerdotal: Aunque
los sacerdotes se deben a todos, deben recibir ante todo a los pobres y a los pequeos
(p.352)
Resumo ahora mi impresin general despus de haber ledo con atencin todos los
estudios del volumen XII. La base teolgica de la parte A es el fundamento de las
orientaciones pastorales y vivenciales de las otros dos partes (B y C): relacin con
13
El ttulo de la parte B es: Servidores de vuestra alegra. meditaciones sobre le
espiritualidad sacerdotal. El elenco de las meditaciones es el siguiente: Siempre hay
semillas que llegan a sazn: Sali el sembrador; Entregarse a su voluntad:
Sgueme; Confiarlo todo a l: Y muchos se alegrarn; Sin l todo es en vano: Voy
a pescar; El servicio del testimonio: Es el Seor; En el principio est la escucha:
Llam a los que quiso; Espiritualidad sacerdotal: En tu palabra.
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De esta actitud ministerial de entrega y seguimiento de Cristo, nace la alegra de
servir: Anunciar la alegra: por eso a los servidores del Evangelio los llama Pablo,
servidores de vuestra alegra (2Cor 1,24) (p.457).
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Los ttulos son sugestivos y cada uno de ellos resume todo el contenido de la homila:
Indicador en el camino, Paz, el camino hacia la profundidad del misterio de Cristo,
estar ah para la misericordia de Dios, estar cerca del hombre, el gran desafo del
servicio sacerdotal, hacer lo nico necesario, ser testigos del dbil poder de Cristo, un
portador de reconciliacin, conversin hacia la luz, el centro ntimo de la vida
sacerdotal, preparar a los hombres para recibir a Jess, ensear y aprender el amor
del Seor, tomados al servicio para que el envo de Jess contine vigente, el servicio
del obispo, la Iglesia vive de su permanencia junto a Cristo de la adhesin a l, llevar a
Cristo a los hombres y a los hombres a Cristo.
8
Cristo, seguimiento apostlico (como los Doce), gozo de servir como Cristo. En las
meditaciones y homilas, se prefiere partir de la realidad litrgica y del hecho que se
celebra, para instar al gozo de seguir a Cristo como los Apstoles en comunin eclesial.