Caso Irigoyen
Caso Irigoyen
Caso Irigoyen
Serie 3
Gaceta Judicial 2 de 19-feb-1887
Estado: Vigente
INCONSTITUCIONALIDAD DE LA LEY
El Poder Legislativo no puede excederse de sus atribuciones, como lo hara al dar una ley
inconstitucional, tampoco el judicial puede, sin excederse de las suyas, declarar que esa ley carece
de fuerza obligatoria, ya que para esto era menester que estuviere facultado por la Constitucin. En
el Ecuador no se ha querido dar al Poder Judicial la atribucin de anular o dejar sin efecto las leyes
inconstitucionales. Por esto, el Tribunal Supremo declar que los jueces no pueden dejar de aplicar
las leyes, an en el caso que fueren contrarias a la Constitucin.
Gaceta Judicial. Ao XI. Serie III. Nro. 2. Pg. 1235
(Quito, 19 de Febrero de 1887)
TERCERA INSTANCIA
VISTOS: El Consejo de Guerra verbal, convocado para juzgar a Federico Irigoyen y Jos Salazar en
virtud de la ley de 10 de julio de 1886, les ha condenado a reclusin mayor extraordinaria; y el
Comandante General de Cuenca, considerando la sentencia materialmente injusta por no haber
impuesto la pena de muerte, ha remitido el proceso a esta Corte para la revisin, con arreglo al Art.
6. del ttulo 4o, tratado 11 del Cdigo Militar. As, el presente recurso est limitado a la aplicacin de
la pena; y la Corte no puede conocer de las nulidades del juicio, an cuando las hubiere, porque
ellas no deben examinarse sino en el recurso de nulidad, diverso del actual. Por otra parte, la Corte
Suprema Marcial no tiene atribucin para reveer la expresada sentencia sino respecto de Irigoyen,
que ha servido a la revolucin con el Ttulo de coronel; ms no respecto de Enrquez y Salazar,
individuos de tropa, porque la revisin, en cuanto a stos, corresponde a la Corte Superior Marcial.
Fijados tales antecedentes, se considera; 1o, que an cuando la citada ley de 10 de julio de 1886
fuere inconstitucional, el Poder Judicial no podra dejarla sin efecto, rehusando su aplicacin; pues, si
es cierto que el Poder Legislativo no puede excederse de sus atribuciones, como lo hara al dar una
ley inconstitucional, tampoco el judicial puede, sin excederse de las suyas, declarar que esa ley
carece de fuerza obligatoria, ya que para esto era menester que estuvieren facultado por la
Constitucin. Si se examinan a este respecto las Constituciones que ha tenido la Repblica, se
observa que la de 1830 prescribi que la ley que se le oponga no surtira efecto; pero esta
disposicin, tan absoluta que poda ocasionar una verdadera dictadura en todos los funcionarios
pblicos; puesto que todos se hubieran credo con derecho a anular la ley, si la juzgaba
inconstitucional, no fue adoptada por la Asamblea constituyente de 1852. En la Convencin de 1869
se pens en el medio de contener los avances del Poder Legislativo, limitndose, como lo hizo
tambin la Convencin de 1878, a conceder a la Corte Suprema la facultad poltica de decidir si un
proyecto de ley era inconstitucional, cuando como tal hubiese sido objetada por el Poder Ejecutivo;
ms estas disposiciones no fueron acogidas en la Constitucin vigente, y es indudable que en el
Ecuador no se ha querido dar al Poder Judicial la atribucin de anular o dejar sin efecto las leyes
inconstitucionales. Por esto, el Tribunal Supremo declar, con fecha 5 de Agosto de 1881, en la
causa seguida entre Rafael Torres y el Hospital de Cuenca, que los jueces no pueden dejar de
aplicar las leyes, an en el caso que fueren contrarias a la Constitucin, como lo era el Decreto
Legislativo impugnado por dicho Hospital. Si, conforme a los principios de la ciencia constitucional,
debe organizarse el Poder Judicial confiriendo al Tribunal Supremo, como en los Estados Unidos o la
Repblica Argentina, la facultad de declararla constitucionalidad o nulidad de la ley en los casos en
que se trate de aplicarla, segn las doctrinas de Story, Kent, Grimke, Laboulaye y otros publicistas;
esto no puede ser decidido sino en la Constitucin, como se ha practicado en aquellas naciones; y
cuando ella no concede la referida facultad, la Corte no puede arrogrsela y tiene que limitarse a la
aplicacin de la ley sin examinar si es o no Constitucional. A este propsito, Gonzlez, acogiendo las
enunciadas doctrinas, dice lo siguiente en su obra de Derecho Constitucional "La Corte Suprema de