Copyright - Pescetti y Maronna
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Plagios literarios y poder
poltico al desnudo
ePub r1.0
Titivillus 04.09.15
Jorge Maronna & Luis Mara Pescetti,
2001
Bastardos maleducados!
Insolentes! Pumpm, no te muevas de
ah! Zopencos ignorantes! Pumpm, no
comas esa mermelada! Lo que en este
pas hace falta es!
Y, en ese preciso instante en que
Lucas declamaba con entusiasmo:
Y al pasar por un cuartel se enamor
de un coronel:
Aureliano Buenda!
La cucaracha la cucaracha ya no
puede caminar,
porque es Gregorio Samsa!
Diga, seor.
Que venga el ministro Falfaro
requiri el Presidente con voz
aguardentosa.
Seor, est recibiendo al seor
Flammar
Que vengan los dos, estpida!
O no me entiende!?
Bram, desencajado, y colg
haciendo caer el telfono al suelo. Fue
hasta el mueble de encina y se sirvi
otra copa que dobl la medida anterior.
Jules Flammarie, director del Fondo
Mundial de Regulacin de Movimientos
Financieros, supuestamente haba
viajado para realizar una auditora antes
de aprobar una lnea de crdito para el
pas, pero en realidad el verdadero
propsito era concertar una serie de
medidas relacionadas con el secreto
bancario y los flujos de dinero. Entr
acompaado del ministro Falfaro, y
encontraron al Presidente con la corbata
suelta, los ojos acuosos de quien ya ha
bebido de ms. Vieron el telfono tirado
en el piso.
T, cara de mono, debes conocer
a Gnther, no?
Jules Flammarie dio un leve
respingo y trat de disimular su
incomodidad. Por supuesto que conoca
a Von Bohlen und Reichenbach; el punto
era, hasta dnde sabra este Presidente?
El ministro Falfaro fue al mueble de
encina y le sirvi una copa para
distender la situacin.
Se dispusieron a conectar la
computadora. Encendieron la radio.
Noticias de la maana. Nuevos detalles
del caso de las jvenes del Presidente;
en todas hablaban de lo mismo. Ya
sonaba el caf en la cocina.
Qu pas con la madre del
doctor Anastassi?
Pregunt el conductor del noticiero a
su compaera que, rpida, le contest.
No s si apareci, las apariciones
no son noticia, y hoy sin duda el tema
caliente es el de estas adolescentes
vejadas.
O acaso nuestro presidente cay
en una trampa tendida por la oposicin?
Cerr el conductor, con aire
suspicaz.
Los diarios del da, los noticieros,
dedicaban editoriales completos al
escndalo de las jvenes. No falt el
clsico documental del tipo
Conozcamos a nuestras nias porque
la oposicin las adopt y pas a
presentarlas como hijas del pas, ahora
eran: nuestras nias. Esta es una foto
de Alcira recin nacida. Ac estn los
padres de Laura cargndola en brazos.
Una pelcula familiar en la que Ana
camina llorando hacia su madre, que
sostiene la cmara y retrocede para
prolongar la toma pues la nia se haba
mojado en su primer da sin paales. En
los diarios, la radio y la televisin estas
notas terminaban siempre con la misma
frase irnica: 2 Ellas, culpables?
El golpe propagandstico fue fatal;
incluso en las encuestas oficiales, el
porcentaje de adhesin al Presidente se
desbarrancaba. Por la tarde las
encuestas marcaban un pico histrico,
slo el 2 por ciento de la poblacin en
edad de votar Falfaro y su extensa red
familiar, y aquellos cuyos cargos
estaban atornillados a esta
administracin lo hara por el
Presidente.
En aquella llamada oportuna,
Doursey haba convocado a un grupo de
estadounidenses expertos en campaas
polticas, incluida aquella en la que
consiguieron un escao de senador para
un candidato cuyo lema era Micrfonos
off: su rcord era que no concedi una
sola entrevista, ni apareci en debates
de televisin, y de todos modos gan
con un 11 por ciento de ventaja sobre su
contrincante. Luego ellos mismos
revelaron que esa persona jams haba
existido: todo haba sido una campaa
para testear mtodos.
La oficina del Presidente se
transform en un bnquer al que
entraban pizzas y del que slo salan
rdenes. Disearon una estrategia.
Al da siguiente apareci en La
nica Verdad, el diario oficialista, la
contraofensiva. Bajo el ttulo de
Infamia! se public una entrevista al
Presidente, en la que dejaba traslucir
que eran las nias las que lo haban
acosado a l; que las haba reprendido
como un padre severo pero carioso,
les haba aconsejado cordura y que se
comportaran con el debido respeto hacia
la investidura presidencial; que, a pesar
de este mal ejemplo aislado, saba que
la juventud del pas era sana y estudiosa
y l tena confianza en las nuevas
generaciones. Ilustraban la nota varias
fotos trucadas donde se vea a las chicas
acosando al Presidente, que se escapaba
de ellas con un gesto de asco. En otra
pgina, una enrgica desmentida de la
Casa de Gobierno, en la que se
aseguraba: El Presidente jams us
ropa interior blanca a pintitas rojas.
En el Congreso, despus de una
reunin a puertas cerradas de la bancada
oficialista, un desconocido senador del
partido del Presidente anunci el inicio
de una querella criminal contra las
chicas, por la figura de injurias, falso
testimonio, seduccin adolescente y
acoso sexual al Presidente de la Nacin.
El revuelo fue enorme. Entrevistado;
el Presidente manifest:
No estoy de acuerdo con ese tipo
de procedimientos contra unas pobres
jvenes desviadas, pero no puedo
entorpecer el curso de la justicia,
siempre independiente del Poder
Ejecutivo. Dar rdenes a los jueces de
la causa para que obren como padres
comprensivos y den la oportunidad de
que estas nias olviden todo esto.
Son unas Jdases agreg
Falfaro.
La edicin vespertina de La nica
Verdad acentu la maniobra: una foto
antigua ocupaba la plana completa de la
primera pgina. Casi fuera de foco, en
sepia, se vea a un hombre sosteniendo
en brazos a un beb. El beb era Hitler,
y el epgrafe retrucaba, punzante:
(l, culpable? S, por supuesto! De
ah a considerar al grupo de nias como
una incipiente estructura nazi fascista,
haba un solo paso. Fuera nazis del
pas!
La poblacin que, en un primer
momento, se haba conmovido por la
inocencia de las nias, experiment un
cambi paulatino en sus simpatas. En
los mercados, en la calle, se perciba el
rpido viraje conseguido por la
campaa oficial, hasta que algunos
grupos furiosos empezaron a marchar
hacia el barrio donde vivan las
adolescentes.
En una rpida maniobra, opositores
al gobierno lograron rescatarlas, junto a
sus familias, y las pusieron a resguardo
en su colegio secundario. En pocas
horas una multitud airada rode el
edificio, gritando consignas y exigiendo
la entrega de las muchachas. O
romperan todo. O quemaran todo.
Es la Quinta de Beethoven,
Amparo! No te parece un hallazgo?
Ella tecleaba, feliz de colaborar con
un autntico creador.
Y as como la msica es para el
odo aclar Lucas, se me ocurri
incluir tambin algo para el sentido de
la vista.
Una seora antigua que sonre a la
cmara
Se trata de La Gioconda, pero
descrita en la novela! No es genial?
explic a Amparo, que lo observaba
arrobada. Y luego agregu esto:
Olor a flores, olor a bosque sabor a
menta, sabor a chocolate.
Y otro:
Novela desconcertante, de lectura de
engaosa transparencia. Ms
inabordable que el Ulises de Joyce. Pero
toda obra revolucionaria suele ser
incomprendida en su poca. Antes de
enfrentarla, el lector debe decidir si l
mismo pertenece al pasado o al futuro.
Otro desafiaba:
A ver qu dice Umberto Eco, ahora!