Rajatabla
Rajatabla
Rajatabla
Rajatabla, de Luis Britto Garca, constituido por setenta y tres cuentos breves, fue
publicado por primera vez en 1970, luego de haber ganado ese mismo ao el prestigioso
Premio Casa de las Amricas, en la modalidad de cuento. La posicin tica, la feroz
negativa a vivir sin honor, la vertiginosa percepcin del desvanecimiento de todo lo que
va dejando de ser, y la no menos vertiginosa transformacin de lo que ya slo en
apariencia pertenece al mundo de lo real, el descentramiento del escritor de su
significativa posicin anterior, son algunas de las grandes lneas que caracterizan a estos
ejemplares minicuentos, perfectos en su tensin interna, en su capacidad de
concentracin y de sntesis, en los giros inesperados que surgen en medio de situaciones
aparentemente neutras, o, al menos, convencionales, tal como el horror inolvidable del
cuento Carne, donde, en una nueva vuelta de tuerca del tema de Una modesta
proposicin, de Jonathan Swift, clsico paradigma del ejercicio de la irona, los nios se
comen a los seres humanos con entera naturalidad.
Las frases finales de muchos de estos textos, restallantes, breves y
espeluznantes, les dan un cierre brillante, una puesta en escena del horror diferente al de
los cuentos fantsticos de Poe, igual de terribles, aunque pertenecientes a otro registro.
Los cuentos de Rajatabla no estn lejos de la realidad, pero juegan con la
ciencia-ficcin y con lo fantstico. En eso consiste su carcter sofisticado. Leyendo el
titulado Poblacin, parecieran llegar a nuestros odos ecos de la tristemente clebre
frase de Milln Astray dndole vivas a la muerte, en un recinto universitario. Pero junto
con ellas tambin nos llega el recuerdo de las recias, duras y valerosas palabras de
Unamuno, levantndose solitarias en contra del horror que encierran las del fundador de
la legin falangista. El pensador vasco asuma sin reservas, y plenndolo de sentido, el
trmino de intelectual, que no todos los que se atreven a usar tienen la talla para
alcanzar la medida que el mismo exige. El filsofo Unamuno nunca se caracteriz por la
serenidad, y, de acuerdo con las circunstancias histricas que le tocaron vivir, que no
fueron ni fciles ni suaves, sus palabras, que expresaban con pasin sus creencias,
fueron violentas, severas, crticas y polmicas.
As son las de Luis Britto Garca tambin, desde este libro de juventud tan
notable, el cual marc un hito en la narrativa latinoamericana de su momento. Cuando
en el ya mencionado cuento, Poblacin, se le dan vivas a la peste, para acabar con los
habitantes de los pases subdesarrollados y as controlar la explosin demogrfica, el
autor est sometiendo a una feroz stira, con la misma pasin inteligente de Unamuno,
actitudes similares a las de Milln Astray:
Y regresaron los tcnicos con los rayos que dan sobredosis y la vacuna que se pone con
la de la viruela o sin la de la viruela porque mejor, vivan las pestes, y tuvimos las
escuelas sin nios y tuvimos los campos sin labradores y tuvimos las ventanas de los
pueblos sin muchachas (...) (p. 79).
El horror
El horror est en el centro de este volumen, cuyos setenta y tres textos
configuran un conjunto coherente, orgnico, de una arquitectura cuidadosamente
estructurada, que ya anticipa el vasto universo de Abrapalabra, publicada diez aos
despus, en 1980.
Las torturas ms espeluznantes, llevadas a cabo cientficamente, los neutros
informes que dan cuenta de ellas con carcter de observacin objetiva y tcnica, la
ficcionalizacin de una siniestra creatividad puesta al servicio del control del individuo,
todo ello nos da una imagen, al igual que en La naranja mecnica, de Kubrick, de una
devastacin total de los seres humanos observada por los que tienen el poder de
autorizar semejantes actividades con entera tranquilidad e indiferencia. Treinta aos
despus de la aparicin del libro, los textos nos siguen hablando de horrores que son
actuales, que suceden en el mundo diariamente, tanto en lo social como en lo poltico.
Entre estos horrores uno de los no menores consiste en no controlar a la propia mente,
sometida a todo tipo de intervenciones, narradas aqu a partir de los recursos de la
ciencia-ficcin, aunque los mismos se parecen demasiado a las manipulaciones que se
producen, con otros medios, en la realidad del da a da.
Frente a todo esto se halla el individuo, con su grandeza y su vulnerabilidad, el
ser humano enfrentado a su destino. Uno de los muchos aspectos dignos de destacar en
Rajatabla es la importancia que se le otorga al ser, al sujeto, a su orgullo, a su grandeza
y a su identidad, al individuo nombrndose a s mismo, como lo hace otro vasco, ste s
desaforado y salvaje, el protagonista del cuento Lope, el Tirano Aguirre, cuya
coartada, segn el cuento, es aceptar la derrota, aunque sabe que su triunfo consiste en
seguir siendo Lope, ms all del tiempo.
Es el individuo el que asume con valor, con coraje, el intento de romper con la
alienacin. En las circunstancias dadas no le queda otra opcin que hacerlo por medio
de la violencia: tal como se presentan las ecuaciones, no existe otra posibilidad para
salirse de la historia prefabricada por otros, aunque tambin, con demasiada frecuencia,
la nica alternativa final sea dar un paso hacia la nada.
El arte
El arte es un tema central en los cuentos, en los cuales un cierto tipo de
esculturas y de otras obras contemporneas es observado por el autor con una mirada
burlona, con humor e irona, hasta que en el relato Etra (significante invertido que
representa lo contrario de arte), todo el arte moderno es sometido a una feroz crtica. En
El monstruo un ser fantstico, el Urfal, un extraterrestre que ha llegado a la Tierra por
accidente, es confundido con una obra de arte y recibe el primer premio en una
exposicin, de la cual jurado y pblico creen que l forma parte. La stira toma cuerpo
en una visin desaforada y fantstica, claramente precursora, en poca tan temprana, de
la crtica a concepciones actuales que han declarado la muerte del arte y de la literatura.
Los cuentos ironizan la deconstruccin de las obras y la opcin de verlas como
productos indiferenciados, criticando la posicin que niega el valor esttico, la no
diferenciacin entre obras de calidad y obras mediocres o epignicas, haciendo tabula
rasa del concepto de valor. La mirada irnica lo ficcionaliza de una manera implacable
en Etra:
El tiempo
La duplicacin
El espanto de esta nueva guerra puede ser conjurado. No ms terrible los instructores
te explican fulminar el pasado para destruir el presente, que fulminar el presente para
ahogar el futuro. No ms terrible reducir a pavesas Vinci e impedir que nazca Leonardo,
que aplastar Hiroshima y abismar en la nada mil futuros Leonardos (p. 70).
Nos encontramos tambin con cuentos en los que una neutra voz narrativa
desarrolla la cruel teora de perder la guerra para as minar al potente enemigo. Esta
postulacin de la derrota incluye la monstruosa idea de calcular cuntos millones de
personas, qu cantidad de la poblacin puede ser sacrificada. Es un asunto que en
verdad el narrador en primera persona considera irrelevante.
Rajatabla
Rajatabla sobresale por la destreza tcnica, la eficacia del estilo, la audacia de los
propsitos, la asociacin hbil de ideas y de ancdotas, la lucidez penetrante, el poder
de la fantasa, la capacidad de sntesis y, sobre todo, por su victoriosa manera de arrojar
cido al rostro de una civilizacin ultramoderna (...), injertada en un universo miserable
y neocolonial, infierno de la realidad que el Dante hubiera podido copiar, como
propona Mart.2
Algo que yo misma dije en relacin a Abrapalabra creo que vale tambin para
este excepcional conjunto de relatos: el estilo fragmentario da cuenta de una
fragmentariedad engaosa, puesto que el aparente mosaico de temas no es ms que un
solo tema. Luis Britto Garca recupera y coloca en el centro de su obra lo que gran parte
del sistema literario institucionalizado haba marginado y desplazado hacia el borde. La
avalancha narrativa, la vorgine de los remolinos verbales, las formas neutrales de
presentar el horror, generalmente con el leve nfasis de que se trata de hechos
absolutamente necesarios, en todo ello ya estaba en germen el grandioso juego
lingstico y composicional de Abrapalabra.
Judit Gerendas
Notas
2.- Citado por Emilcen Rivero en su entrevista al autor: Luis Britto Garca: En
Venezuela ni morirse vale la pena, en: ob. cit., p. 19.
Helena
Un papagayo se hace con papel y verada. Los dems niitos decan que yo estaba
enamorado de Helena. Se toman las veradas, se ponen en cruz y se amarran con pabilo.
En realidad lo que yo hice fue que no dej que le pegaran una vez que la encontramos
en el cerro. En las puntas de las veradas hay que hacer rajaduras con yil para que se
pueda amarrar el pabilo. Tirarle piedras y pepas de mango a las viejas y a las putas
estaba bueno pero dgame usted pegarle a una carajita. El pabilo se amarra en las
veradas y se forma como un cuadrado, y si uno le pone ms veradas, como un barril
como una rueda. Entonces me cantaban Rafucho tieneee novia. El papel mejor de seda
pero hay que robarlo de la quincalla si no se puede mejor de peridico. Y taaambin es
puuuuta. El engrudo se puede hacer con harina pero mejor robarle la goma a los niitos
que van a la escuela. A Manuelito le di un coazo y desde entonces me cantaban nada
ms hasta tienee novia. Mejor echar poca goma para que no forme grumos. A las putas
s pero que culpa tena la carajita de que la tuvieran en el burdel para que pasara la
coleta. El papel que quede bien prensado sino al coger el aire se rompe. Mejor apedrear
carros robarse las gallinas de los ranchos espichar los cauchos de los camiones. Hay que
dejar huequitos para amarrar las guas. Aquel ao fue cojonudo el italiano de la bodega
se volvi loco y apual al cuado todos vimos cuando se lo llevaron preso. Las guas
se miden de lado a lado del papagayo y de la cola. La polica mat por la espalda a un
obrero que le decan activista. La cola se puede hacer de trapo. Ya me tena arrecho lo
de Rafucho tiene novia. El largo de la cola depende del tamao del papagayo y del
viento. En el faralln del cerro donde volbamos papagayos estaban instalando los
cables de la luz elctrica. Las yils se pueden instalar a los lados, pero son ms efectivas
en la cola. En la tarde despus de mentarle la madre al bodeguero subamos con los
papagayos y comenzbamos a esperar la brisa. Las yils se pueden robar en la botica se
pueden recoger las viejas que botan al suelo o se pueden comprar con la plata de los
mandados pero entonces a uno lo pelan. Al soplar la brisa volbamos los papagayos y
los hacamos embestirse para que las yils cortaran el pabilo. Instaladas las yils la cosa
es tener nocin de la maniobra. Aquella tarde tir mi papagayo contra uno de papel
rosado, grandote. Es necesario soltar guaral, recoger guaral, la cola da despus el
latigazo. El papagayo rosadote cay y fue a dar al carajo sobre los techos de la polica,
yo entonces embest uno azul, muy movedizo. Dado el latigazo se debe coger altura otra
vez, si no a uno tambin lo peinan. El papagayo azul cay dando vueltas como
sacacorchos como rabo de cochino el dueo me gritaba y yo deca trancao y recog una
piedra por si acaso. La ventaja de la cola corta est en que como ondula mucho aumenta
la movilidad del papagayo pero existe el riesgo de que se corte ella misma. Cort otros
dos papagayos, el segundo muy difcil, un barril amarillo que casi me cort el pabilo a
m pero que de todos modos se vino pabajo y le cay en la batea a una vieja. Si las
hojillas se mellan, afilarlas dentro de un vaso. Cog altura, le cort el hilo a otro
papagayo rosado pero ms chiquito y maniobrero que cay cerca de los cables. Al
aumentar el viento, soltar cabuya. Mi papagayo, solo sobre el cerro, haca ochos como
un loco, todos los dems cortados o recogidos. Si el viento disminuye, recoger cabuya.
Solo no, mentira, una cosita blanca como una pantaleta volaba menendose como con
calambrina a la derecha al reflejar el sol casi parpadeaba. El mejor ataque tirones largos
combinados con soltadas de cabuyas cortas. Seor, casi sin mirar hubiera podido decir
que aquella basurita blanca la estaba volando Helena. El descenso debe ser rpido pero
no mucho porque revienta el guaral. Aquel tironear el hilo aquel declarar que mientras
los dems huan ella estaba protegida aquel mirarme como si de verdad Rafucho tiene
novia como si de verdad. La maniobra evasiva, soltar pabilo, descender lo ms posible,
con sesgos. Di tirones fuertes, para que mi papagayo picara. El efecto de la yil se
multiplica por los tirones, trabaja como un ltigo o mejor una guadaa. Helena,
comprendiendo, mirndome an, comenz a soltar pabilo. Un ataque que falla debe ser
repetido inmediatamente utilizando el impulso para la nueva embestida. Aquel mirarme
y soltar pabilo, mirarme y soltar pabilo, como si olvidara todo lo dems, hasta la tierra
de los piececitos desnudos, hasta los mocos cuajados en las mejillas. El peligro de la
maniobra evasiva es el cable elctrico. Fue un retorcerse, fue un salto. El perseguidor
debe tratar de evitar caer en el cable en donde ha dado el perseguido. Pero no tir para
elevar mi papagayo, solt el pabilo, corr hacia el cuerpecito fulminado de Helena hacia
el cual corran los dems nios, el papel fue a juntarse al papel en las lneas de alta
tensin, hubo otra chispa fea, azul, un rumor, y los papagayos se consumieron juntos en
su alto nido, en una crepitacin de arrullo.
Carne
primero: esperar ques de nochie pegarnos del semaforo junto a los carro que frenan
ensear la cajita de limpiar zapatos y decir or, medio p compr cremaaa hasta quel
polica searrecha y dice que lestamos rrumpiendo el trfico, segundo: correr asta el
cinne en donde dice estrennio panavision lisa-best tailor y decirle a los questacionan
carros or se lo cuiidoo hasta quel muchacho ques ms grande nos saca a carajasos,
tercer: en la calle ms lejos pegarnos de los carros questacionan y cuando cierran la
puerta grita Ya Yuii aia uiii y decir no noj me pis la mano no noj me pis la
mano con la puerta y que otro valla y diga ol mire l dise que le duele mucho qe si no
le da algo le va a romp el vidrio con una piedraaa, cuarto: meternos en los bar kaf
fuentesodas y decir or emealgo pa compr coma asta quel mesoniero rojito y cuchiao
dise semesalen, semesalen, quinto: pegarnos detrs del ciego que pide en el cruce con el
carajito que llora todo el tiempo porque le duele el culo cuando el ciego de noche se lo
coge y decirle ciego marico o quenosdelculo quenosdelculo que nosdelculo que le ase
mal efecto con las seoras que pasan en los seicilindros asta quel que le alquila la zona
al ciego nos cae a coazos, sesto: tocar en las casa y yo contar cmo me cortaron la
mano y queran alquilarme para pedir limosna pero melesfu y si mencuentran la otra
me lacortan o el pie para que no corra, setimo: tocar en las casa y decir ora emealgo y
mejor que lo diga Matildita quensea los ojitos y le pican ican y echa cosa por ellos y
siempre le dan cuando dice que no ve nadita y esverd no ve nadita y le pican ican,
octavio: quitarle a Yuyito el medio que le quit a Matildita y ver como ago para
quitarselo a Fuefe cuando me lo quita alomejor sancadiya alomejor piedraso o no mejor
no el ltimo piedraso me lo devolvi y me parti el labio, novenio: buscar una quinta
sin cuidadoperrobravo para guillarle la puerta y en la madrugada robarles el pan, la
leche, desimo: debajio del puente aser cosita porquel sueo porquelfro y ojal fuera
como lautra ves bueno y qe nos toqe gordo bueno el primero qe viene sovre el puente es
rejular pero biejo carrerita para que seche patrs carrerita poratrs paquesecaiga, este
tamvin grita cuando le levantamos las piernias para qe caiga por la barandiyia y en
cuanto cae pabajo pataps el cueyo se le dovla en una forma mui rrara de todos modos
ay qe darle el piedraso i el piedraso para que no hase como el otro qe corri i solo lo
agarramos porque enganch el pie en un cimiento entonces peleamos muchos por las
cosas, yo en laoscurid creo qe casi le saq un ojo a Yuyito, pero no con la navaja, no,
la navaja es para cortar y darle las partes ms frezqesitas a Matildita qe las toca muchho
pero come, los dems tamvin pero tratando no mancharse, y los huesos, como la ropa,
antes de la maana, al ro i se unden muy rrapido, i nunca los notan jamas.
Que me traigan el cajn quel diputado lo quiere que me traigan el cajn quel diputado
quiere evitar el compl subversivo que me traigan el cajn que hay que evitar el desfile
en el cementerio la cantadera el agite que lo traigan como al del otro con plomacera para
que saliera corriendo todo el mundo y dejaran la urna en medio de la calle o como al del
otro con tumbadera de puertas y reunin para robarle no slo el muerto sino tambin el
osterizer que lo traigan y dejen desfondadas las sillas con asiento de paja para que la
funeraria les cobre como a la otra familia quel cajn me lo traigan con coronas y todo
que lo traigan sea de roble y con vidrio para ver la cara como el del muchacho rubito
que reparta volantes que lo traigan sea de cartn piedra como el del que pasaba las
medicinas que lo traigan que al diputado le da cosa si no se lo traen ojo decir trancao
cuando empiecen las mentaderas de madre ojo si los padres se arrechan peinilla con
ellos ojo evitar agitaciones que pasa como la otra vez que al tratar de meter el cajn en
la jaula tropiezan y se les cae y el muerto rebota y al que lo tropieza diez aos de pava
ojo no olvidar las coronas y las tarjetas-telegramas que dan los nombres de sospechosos
ojo redactar el informe muy bien que le interesa al diputado lo que pas y qu dijeron
ojo omitir donde digan coos de madre lo matan y despus se lo roban ojo no fue que lo
matamos fue intento de fuga ojo cmo no fugarlo si el negro del carajo nos obstinaba si
cuando no era la bomba en la embajada norteamericana era la bomba en el oleoducto si
cuando no se empeaba en quedarse callado era que nos haca confesiones falsas y por
un tris no allanamos una casa de la misma misin norteamericana si es que el carajo
despus que le saltamos todos los dientes la coga de abrir la boca enseando las encas
y eso caa mal si es que el carajo se escapaba con cdula falsa o con tnel si es que por
aqu por all el diputado nosotros esperbamos la bomba el chispazo la cazabobos la de
relojera si es que no quedaba ms remedio que fugarlo nimo la puerta tumbada a
culatazos nimo planazo aqu peinilla all tiros al aire para dispersar tanto doliente
nimo las viejas que las encierran en el bao nimo rotura de colchones de almohadas
de ropero nimo no hacer caso de tantos manos arriba que no dice nada que nos mira
que nos mira nimo hombro con la caja nimo pale que no pasa por el zagun nimo
que dejen un momento las metralletas que se enredan en los cerrojos nimo que
espanten el abejero que cuidado resbalan con tanta margarita espachurrada en el suelo
nimo y estos carajos que siempre les llevamos los muertos y siguen haciendo velorio
nimo catapln cuidado que el diputado lo quiere enterito nimo qu tranca de trfico
carajo y el diputado que tiene sesin en el Congreso nimo descargar en el garaje del
stano cuidado resbalan con las coronas nimo el cuartito donde espera el diputado que
quiere ver personalmente el nimo todos en grupo con la pata de cabra porque el
destornillador muy lento nimo oler? nimo dice el diputado mejor con el hacha y en
efecto astillas crujidos
el diputado que se pasa el pauelo por los labios nimo el homenajeado que aparece
dentro del cajn los ojos cerrados, la boca sin encas, pero llena de algodn y con la
mueca que cae mal y lo peor de todo ante el diputado, el alambre fino que va de la tapa
que hemos movido a la pechera de la pechera a la garganta de la garganta a las pilas de
las pilas al percutor elctrico y el percutor elctrico que en este momento hace detonar
la
Picnic interrumpido
Seor seoras que me matan s estimados seores y seoras pblico presente me llevan
para matarme de repente ustedes y que haciendo picnic se atraviesan en efecto me
llevan para matarme en secreto abajo seor ser unos cien metros ms al lado seora
ser donde la espesura natural conforme dirn los peridicos ocultaba la excavacin
reciente y todas esas cosas bueno y ustedes haciendo picnic habrse visto y las caras del
agente del comisionado del inspector y van a matarme la mayonesa en un momento me
matan el pan con mantequilla a lo mejor en otro lado no sea cosa que los testigos la lata
de salchichitas las aceitunas, no, vmonos, ser en otro sitio, pero ustedes entienden, no,
seores, ustedes entienden qu es lo que pasa a qu venamos a qu me traan, la salsa
de tomate, no cabe la menor duda a un hombre que lo traen hecho un cristo a un hombre
que los mocos le bajan hasta el cuello porque la sangre ayuda a un hombre que vienen
ya con las palas porque la fosa era de poca profundidad dirn los pe-ridicos y lo
conocido del occiso en los medios polticos hizo que los victimarios (la polica,
carajo!) desconocidos intentaran ocultar el hecho.
Ahora seor ahora seora ahora niita qu mal verdad esta nube sobre la ensalada de
gallina sobre la mortadela el oficial que mira al sargento y el sargento que mira a los
rasos y los rasos que miran la camioneta con sirenas y luz roja, cmo, si el lugar era tan
bueno si mariposas vuelan, si ser ahora necesario, porque esto es grave, eliminar
tambin al seor a la seora a las dos niitas que vieron, que podran contar, que
podran decir, y lo peor salchichas termo plato de cartn, la expresin del seor gordo
que ha comprendido y que ha comprendido que los agentes comprenden, y la situacin
que se plantea, y que no hay forma de saber cmo se decidir.
La calle
Es de tierra y tiene charcos muy quietos, de color verde pizarra. Al sur, la hilera de
casas, definidas as: casa con pared de barro, franjas blancas y azul, techo de zinc; casa
con pared de barro, rosado oscuro, techo de paja; casa con pared de bloques sin pintar,
techo de asbesto; luego, trecho baldo con arbustos cubiertos de tierra, charco de color
verde pizarra, caucho Firestone carcomido que aflora en l; seguidamente, casa con
pared de barro, pintada de verde perico con ventanas de tela de saco, techo de paja, dos
grandes peladuras dejan ver el bahareque; despus casa con pared de bloque, techo de
zinc herrumbroso, puertas pintadas de blanco y con candado, con apariencia de no haber
sido movidas en mucho tiempo. Nuevo espacio libre, sin arbustos; empiezan nueve
estacas con un metro y medio de alto con tres (3) luego dos (2) luego un (1) hilo de
alambre de pas que se retuerce y hace ovillos. El sol est alto. Hacia la izquierda, sobre
el techo de zinc de la casa blanca y azul, una nube pequea, muy blanca y quieta. En
toda la calle, papeles, trozos de vidrio verde y mierda de perro, en nmero indefinible.
Frente a la casa pintada de rosado oscuro, una lata volcada, color amarillo cobre,
invadida por el color pimienta de la herrumbre.
Hacia la izquierda el aire ondula y no se distinguen bien ni el comienzo de la fila de
casas ni varios cerdos cubiertos de polvo. De all viene un perro pequeo, blanco flaco.
Tiene una mancha negra en la oreja. Huele con diligencia los papeles que emergen
como una espesa nata de los charcos, los que se apelmazan bajo el alambre de pas. Es
minucioso, y hediondo. De cerca, se le notan el rosado borde de los prpados, el interior
de las orejas, mechones de pelo que estuvieron embebidos en algn lquido que, al
secarse, los ha dejado rgidos como pinceles endurecidos. El perro se aleja hacia la
derecha y est mucho rato examinando el caucho roto. Despus pone rgidas las patas,
hace arcadas y vomita, escasamente. Mira a todos lados, se aleja y sigue husmeando.
Todo este tiempo, un nio desnudo ha estado en el umbral de la casa pintada de verde,
sentado en el suelo y pasando un dedo untado en saliva por la tierra.
El sol se ha movido. Se oye el zumbido de una mosca, pero a la mosca no se la ve.
Ella l
l, que se acuesta con ella, l, que para atraerla fue poniendo de manifiesto tan diversos
rasgos de carcter, su desilusin, entre otros, su manera de manejar a lo pase lo que
Dios quiera, entre otros, su capacidad de contar verdades como si fueran embustes, entre
otros. l que cuenta en su haber los cien metros planos el gusto por las medias caras el
paralelo y risible descuido por los zapatos el aprecio por autores de los que llaman
menores el tiro con rifle la mana de no botar las camisas viejas el tabaco ingls la
confesin de que cualquier pendejada lo conmueve la constancia llmenla si quieren
testarudez irracional, la teora de que hablar con las mujeres es perder el tiempo de
que mejor las manos que adems siempre deben estar doblando tapas de refrescos
monedas quebrando astillas aplastando nueces para hacerle sentir a ella una cierta
impresin de peligro de inminente tenaza.
Ella, que tan repetidamente ha puesto de manifiesto su miedo por las ratas cierto sueo
infantil de desamparo su aversin hacia las seoras gordas el gusto de que le hagan
cosqui-llas en el tercer espacio intercostal derecho su indiferencia por la metafsica su
inters en la hiperconductividad metlica su compulsin de romper jarrones su amor por
los cuartos encerrados y sin muebles su aversin por las jaulas con pajaritos su
conviccin de que los caracoles arrastran el invisible carro del olvido su risa por las
seoritas que se platinan su propensin a crear lenguajes cuyas palabras son ciertos
guios ciertas formas de relamerse los labios.
l, ese carajo a quien invent atribuyndole las cuali-dades todas que cre que podran
atraerla que en efecto la atrajeron y que en el fondo no tienen nada que ver conmigo que
soy otra cosa, que como sabrn ustedes soy enteramente otra cosa.
Ella, que tantos antedichos rasgos invent para atraer, no a m, sino al monigote falso
que yo haba creado, no a m, sino a ese ser increble que todas las noches la posee y
que tiene tan poca existencia como el que ella ha creado.
Ella l quin pudiera reventarle los ojos decirles a l cabrn a ella puta levantarles la
tapa de los sesos, quien entonces yo y t mirndonos con horror y con asco desde
nuestra repentina verdad, nuestra extraeza.
El hacedor de dioses
Muerte de un rebelde
A m me dijeron que haba que enconcharlo y como yo casualmente me haba mudado
al apartamento dije que s. Vino a la noche con un camarada que yo conoca, se present
con el nombre de Cceres traa un paquete de papel de peridico con pijama y pantuflas
era gordo calvo y yo no lo haba visto nunca ni quise saber por qu lo buscaban, lo que
siempre en definitiva es mejor. Las recomendaciones, que mientras yo sala a trabajar
no hiciera ruido porque poda tocar la puerta algn vecino, que en caso de peligro la
toalla en la ventana del bao que se ve desde la esquina, las amabilidades, comprar yo
muchas revistas y muchos peridicos porque mis libros los haba perdido casi todos
salvo unos manuales de Estadstica, ponerse l a arreglar el cuarto porque a la gallega
que vena a barrer dos veces a la semana hubo que despedirla para no tener que
explicarle quin era el seor en pantuflas, las precauciones, conversar de poltica pero
sin entrar en detalles no fuera uno a enterarse de que, que nunca abriera la puerta no
fuera a ser cosa tambin de que.
Le daban de cuando en cuando desvanecimientos y habl para que me consiguieran un
mdico el mdico vino tarde en la noche y tom la tensin y el pulso y me pregunt si
yo saba poner inyecciones entonces escribi unas recetas con bolgrafo y yo sal a
comprar frasquitos pero me demor mucho porque era tarde y no se consegua farmacia
de turno. Como las inyecciones a veces haba que ponerlas de hora en hora, por las
noches hablbamos mucho de las redadas de la polica, de cmo estaba la cosa de jodida
y de gente que haba cado. Yo pens inventar una excusa para dejar de ir al trabajo y
acompaarlo pero l me dijo que estaba mejor; por el contrario, se puso muy dbil y
pens en buscar un camarada que estuviera junto con l. Localic a Aguirre, que estaba
en mala situacin; estuvo viniendo algunas tardes; coma y se quedaba. Aguirre no saba
poner inyecciones y yo le deca que deba aprender pero no quise proponer que deba
ensayar con el escondido. Al fin Cceres se sinti mejor y no fue necesario que Aguirre
siguiera viniendo. Yo no s si de verdad se senta mejor o era simplemente que Aguirre
era latoso. Pens en comprar algunos libros para que Cceres pasara el rato.
La noche del martes Cceres ley hasta tarde los pe-ridicos. Al da siguiente amaneci
muerto. No haba hecho ruido, estaba ya fro y yo me avergonc de haber en aquel
mismo momento a lo mejor roncado y no odo mi nombre dicho muy bajito a lo mejor
soado una banalidad. Llam a la pensin donde viva Aguirre por el telfono del
almacn y le dije que viniera porque haba sucedido algo muy importante. Me deca que
tena que hacer, pero al fin pude convencerlo. Tard mucho. A las once de la maana
entr al apartamento, mir y se qued callado. Yo no haba querido cubrir a Cceres con
una sbana porque me pareca una pendejada hacerlo; pero tampoco me pareca bien
dejarlo as. Aguirre dijo que hablara con alguna gente. Se fue, y tard todava ms. A
las once de la noche me dijo que haba que esperar al da siguiente. Dorm un rato, pero
mal. El da siguiente fue fastidioso, y lo pas casi todo en un silln, dndole la espalda a
Cceres. Pens bajar las persianas y oscurecer el cuarto pero me pareci tambin una
pendejada. Al medioda com algo en la esquina. La radio hablaba de bombardeos en
alguna parte.
A las ocho de la noche apareci Aguirre con un amigo, vestimos el cuerpo, y
esperamos. Seran las dos de la maana cuando bajamos las escaleras, con cuidado para
que no se fuera a despertar el conserje. Yo prefer no salir a la calle para no ver el carro
ni quin lo manejaba. Tampoco me esforc en adivinar cmo arreglaran todo lo dems.
En las hojitas clandestinas jams se dijo falleci el camarada fulano ni tampoco la
prensa dijo hallado cuerpo o ingres prfugo en clnica y falleci de inmediato. Yo
nunca le pregunt nada a Aguirre, y despus lo mandaron a hacer trabajo en el interior y
hace tiempo que no s de l. Recog los frasquitos de medicina vacos y las agujas
usadas. Tambin recog las pijamas y las pantuflas, y algunos pares de medias. Las
revistas viejas no era necesario recogerlas, pens, pero de todos modos estaban viejas y
no haba para qu conservarlas. Lo mismo el cepillo de dientes y la maquinita de afeitar.
El paquete lo ech en la basura, lejos de la casa. Varios das despus encontr un papel
con garabatos. Decan condiciones objetivas, inf. pol., ojo, no olvidar C.C., y cosas as.
Como no poda entregrselo a Aguirre, lo ech en el excusado. De todos modos no
deca nada. Cceres muri sin ver la revolucin. Yo haba faltado dos das al trabajo, y
deb pedirle a un mdico que me certificara bronquitis. Despus de eso trabaj
sobretiempo algunos das. El calor comenzaba a pasar y venan las lluvias.
Utopa
La vida eterna, no, la longevidad, tampoco, nada de esto lo ofrece la ciencia pero s por
lo menos el privilegio de la vejez controlada, envejecer por partes, concentrar el proceso
sobre miembros prescindibles, por ejemplo, todo el avejentamiento transcurrido entre
los veinte y los veinticinco aos poder transferirlo al dedo pequeo del pie izquierdo, y
as, ver cmo slo en cinco aos ste se arruga, se encorva, se infarta, se necrosa, se
hincha, se retuerce, se desprende, y entonces, sentida pero ntima ceremonia, llevar las
minsculas falange falangina falangeta hasta su ltima morada despus de haberlas
visto convertirse materialmente en cenizas.
Entre los veinticinco y los treinta el proceso acaso ms serio pero pronto se aprende a
disimular la cojera y basta inventar pretextos para no baarse en pblico, al final, carpo
metacarpo tibia y peron, goce seor el descanso eterno pero qu rapidez miren que de
la noche a la maana agusanarse mejor empezamos por el otro lado.
Segn y como el temperamento se puede luego elegir entre la silla de ruedas o los
miembros artificiales, difciles de manejar pero sumamente prcticos. Ser diestro o
zurdo decide la continuacin del proceso, dedo por dedo, hasta que, bueno, se concluye
con las extremidades y la decisin sobre cul parte del cuerpo debe envejecer se hace
cada vez ms delicada y al tronco se conectan bombas, filtros y alambiques que a veces
funcionan bien y a veces no.
Al fin, slo al fin, el proceso llega a la destroncada cabeza de adolescente, y sta, poco a
poco un grito ge-neralmente acompaa la primera seal se libra de la humillacin
de la juventud, en breves das comienza su acelerada redencin, se va haciendo ya
irreversiblemente ya indetenidamente ya declaradamente ya ptridamente ya
gaseosamente, respetable.
Pero no ven que ha sido en broma, pero no ven que todo ha sido en broma. Pero no se
fijan que no es posible que tantas cosas puedan ser en serio, que no es razonable, no,
que de nio escribiera yo el ensayo Problemtica y Hermenutica en Andrs Bello,
que lo leyera en el auditorio y despus recitara Silva a la Agricultura de la Zona
Trrida ante el aplauso del seor director la seorita Po el bachiller frufr y despus
emocin! recibiera la medalla de la buena conducta el diploma del catecismo el premio
de la colaboracin la cinta de la aplicacin la placa de la excelencia, cmo pueden creer
ustedes que alguna vez pude colaborar con esas perversidades en serio.
Pero cmo han podido crerselo. Cmo han ledo mis artculos inspiradores en la revista
Ideales Juveniles, cmo han dejado exenta de tomates la instalacin del Centro de
Estudios que creamos en la Universidad, como han podido aceptar que yo leyera las
palabras de un alumno en la jubilacin del doctor Pandorga y que ni el mismo doctor
Pandorga se diera cuenta, cmo han podido darme la beca para estudiar en Europa,
cmo han podido aceptar mi tesis, mil pginas sobre el principio de la Brevedad
Jurdica, cmo, cmo, cmo.
A veces he pensado que no, que saban, que ustedes saban y que fingiendo no darse
cuenta era a m que me tomaban el pelo. Esta obsesin me asaltaba al hablar de la moral
desde mi ctedra al preparar los bellos discursos de orden al imprimir mi conocida obra
sobre un poeta desconocido al entrar por causa de ella en la Academia al aceptar mi
candidatura como diputado independiente, aplauso, mis vibrantes artculos Orden o
desorden, aplauso, O unimos nuestros esfuerzos o no unimos nuestros esfuerzos,
aplauso, He aqu la disyuntiva, aplauso, la condecoracin, aplauso, el Ministerio,
aplauso, la Embajada, aplauso, mi proclamacin como maestro de juventudes, aplauso,
aplauso, aplauso. No me digan que han credo que era serio. Ustedes, mis hijos.
Ustedes, mis nietos. Ustedes, que me velarn en el Paraninfo y recibirn placas
conmemorativas y acuerdos de duelo y homenaje y todas esas varillas que en cuanto me
mueran me echarn mis enemigos.
Pero qu importa lo que diga. Pero si todos los dems tambin lo estn haciendo en
broma. Mrenlos, mrenlos bien y vean que todos ellos tambin lo estn haciendo en
broma. No me encierren. No quiero morir encerrado. No me pongan somnferos. No
pongan esas caras, esas caras de que me van a dejar morir esta noche, dormido, solo.
Pero si todo ha sido en broma. Pero si todo ha sido en broma. Pero si todo
Transformacin
El homenaje de la noche
de Santa Florentina
Otra vez crepsculo fueme mortal. Palomas sobre el sol tirronse, como diciendo que
cualquier infinitud equiprase a finitud cualquiera. Yo, bucear en el frasco de tinta que
parece que guardara muelas y slo este jugo negro para poemas mos que escribo con
tiritas de tinta para relacionar mundos de ac con mundos de all o huecos en el queso
con el misterio de las cosas que no se pensaron. Yo, tomar la pluma herrumbrada y
escribir la palabra solferino y encontrar que guarda hebras del asma de los gatos, o que
la palabra fue es un fuese y yo siendo soy un sido o pueblos que sernme es lo mismo
que si nunca anduvimos. Todo esto para sentir el sol chorrearme el odo como una
gotita de miel. Yo, ponerle migas de pan al canario, cagadas jubilosas, pajarito que
musiquea ms por detrs que por delante y deja el piso de la jaula cielo estrellado o
esferasmsica qu contemplaciones y qu cosas hasta que Ninfa Flor me dice Jess qu
cochinadas no son cosas de hombre escribioso.
Pantuflas nave de echado tiempo porque el suelo ca-lendario hecho momia y hay nubes
que llueven minutos. Para qu decirles a las gentes que soy de peloenpecho para tener
piojos all y qu enormes cosas bosque gris que corazoncese y palpitnase y piojnase
con bichitos armnicos y a veces vistanlo las tetas de Ninfa Flor.
Ninfa Flor como tiene nombre de teta, la de la derecha se llama Bonifacio la de la
izquierda ms moradita se llama Dionisia y anoche me propusieron las dos llamarse
Pantalen y saben que no se puede. Mis botines limpios, Ninfa Flor.
Cosas de poeta estas que me pasan de que me confundan con poeta si en realidad yo no
si en realidad yo nada tengo que ver con los escribiosos que hacen odas y miden el
tropos o se postulan a lacademia donde es peligroso porque las sillas pican el culo. Yo
lo que soy es hombre que me acontecen todos los reveses de las cosas y en todo los filos
de las oportunidades digo palabras que son en una forma y tambin en otra cosas
coladas en ciertas sustancias en donde no debe haber palabras sino hilos de cobre
bacinillas de peltre o parsitas. Ninfa Flor, los pantalones planchados que el remiendo
no se les ve porque est arriba.
Ya a buscarme vienen para elomenaje. Yo oir los discursos y les dispensar tantas
seoritas que se creen culturadas y lo que les pasa es el cors y el perodo y entonces les
soltar como un cohete el verso ese que les rechincha tanto los vuelve brincosos porque
como pauelo de mocoso no saben por donde cogerlo porque como estrella es toda
puntas porque como
Pjaro que poetas ellos el batir de los aos como ro-llos de pianolas que consagran en
una misma cera mis huesos y los ojos de quienes sabrn qu quera decir yo y un
calamar que se comi Hipas y esta media con aguje-rito y Ninfa Flor que dice que no
consigue hilo para remendarla. Abrir la ventana. Luz.
Y ahora palomerapias en cielos tururturtrgidos fluararapfara fluara fluarparas qu
duro ail de cielo como para pintar labios de novia muerta. Curru paloma que crrucu,
huvecete y hazte vieja como mi barba total si da lo mismo o esos ojos de botn de
acero: con ellos se abotonan las semanas y al fin. La camisa, Ninfa Flor.
Yo si el boticario me regalara ms goma arbiga y xido hara un poco ms de tinta y
as terminara mi magnaopus y engaara a mucha gente hacindoles creer que creo en
magnaopuses y en lo que otros digan de ellas. Dgame, inconveniencia de dejar hojitas
sueltas que son cartas para los hombres que sern totalmente lo contrario, entonces
sealan con el dedo y dicen: sombrerero que se pretende musetoso. Viejo que quiere
parnasearse y qu musaria ni qu parnasolancia slo esta gozadera de verse las rodillas
y conversarles buenos das, qu dicen hoy los calzoncillos o pasar en el land y gritarle
a las putas mmms mmms y ellas re re mira que le decimos a Ninfa Flor. Ninfa
Flor, la corbata.
Las maravillas de la poca como la mquina de vapor el heligrafo el biciclo el Canal
de Suez vulquense todas sobre los hombres y hganlos comprender las artes que yo
propongo la domesticacin de grillos la destruccin de las palabras la msica que
destripecer de gatos maullficos la pintura de las mil cosas que es una cosa las
mongolfieras atrevidas que se traern al Polo Sur a la gran exposicin de Pars y lo
exhibirn ante el Emperoso y a lo mejor ante nuestro Presidentoso que estar por all
lleno de seoritas enagricas mentalimonosas fragantes, olorosas de tanto comer
jamn. Ninfa Flor el alfilestrn de corbata de cobre que tiene piedra de vidrio el que no
quisieron en la casa de empeos.
Yo en cuanto me presenten ante la concurrencia delomenaje me parar en el escenario
como un guapo alzar el bastn y declarar abolida la poca uno dos tres y no les dir
nada de la fusilada que estuvo a punto de abolirme en la batalla de Copl uno dos tres
inversa bala poblada de amores renunci a poeta que como la bala sacude el encaje y los
traseros de las nias casaderas uno dos tres toda cosa es otra cosa y toda palabra otra
palabra uno dos tres oh si no estuvieran a punto de romperse estos botines cmo les
enseara el nuevo gran salto mortal o dejara caer mi mano que sera como de plomo,
quedara en el suelo y sera muy viajada por caracoles uno dos tres cmo me quitara los
ojos y hara malabarismos con ellos y los cambiara con alguna seorita y con Ninfa
Flor uno dos tres carga al machete tarar seores mis versos disuelven todo lo dems
tarar la carga por el flanco y despus entren a lanza tarar hasta el Presidentoso hasta
los edecanes hasta los palacios estilo imperio se harn gelatina en cuanto sientan estallar
estas palabras gargarientas que crean la inestabilidad cuidado la exposicin de Pars,
cuidado el Presidentoso cuidado esqueletos de caucho cuidado el abate francs.
Oh cmo me comportar durante elomenaje cmo les dir de la posibilidad de una tierra
donde cada repollo se peina los bigotes donde hay pianos que se comen a las seoritas y
pjaros que vuelan parados en ramas de sueo voraginoso. Oh qu poco podrn
entender de la necesidad de este mundo en donde jams entrarn los Presidentosos ni
los Emperosos ni los edecanes porque en las puertas se los comern bombardinos con
antenas de mariposa y en un desorden tal las tropas no evolucionan ni las alianzas
resultan ni nadie impone nada sobre nadie porque cada uno puede ser poeta o tortuga o
estatua o chorizo frito y este siglo diecinueve es el veinte o el cuarto a c y el norte lo
cambian por un elefante o qu cosas, seores, qu cosas. Ninfa Flor, el bastn, que
tocan.
En la sombra de esta noche de Santa Florentina tocan tocan en la puerta fosa. Tocan,
digo, Ninfa Flor, cada sombra resbala llevando zarcillos o enredadera o vina-greras para
la molienda del tiempo. Tocan, tocan para elomenaje, y por ms que trates de que yo no
lo adivine, se te nota que sabes, Ninfa Flor. Cmo ocultar a tus sulfreas tetas que esta
comisin que viene es de burlones, que elomenaje es una belfa, que me prosceniarn y
me parnasiarn y me pondrn una corona de laurel que me resbalar hasta el cuello y
que las aplauditorias sern como de gargajos y que lo que pasa es que como no se
atreven a burlarse del Presidentoso, se burlan de m, y que para la memoria de todos
ser slo el viejo que fue burlado porque se crey poeta y qu bien la gente se sac de
las tripas los rolletes de la risa y qu bien hasta el fin resist, pero yo a insulto ofrezco
pecho porque nadie sabe qu cosa es insultar o qu cosa ensalzar y yo tampoco jams
sabr, y ni siquiera me bajar los calzones en pleno escenario, sino que me llevar la
mano al corazn y dir: Seoras! Seores!
Ahora el trago de estos doce hombres de la comisin que me acompaar hasta
elomenaje ahora este demasiado caliente beso en la mejilla ahora un tirar de m la
miseria la vejez la sombra hasta el da en que, vendedor de billetes de lotera, el hambre
me haga ver lluvias de gallos que cantan pera, lagartos danzarines estatuas de
Presidentes con las tripas luminosas curas vestidos de gallineta y crea que por fin todos
los hombres han entrado en mi reino.
Cualidades
Ha fallecido cristianamente
LA HUMANIDAD ENTERA
Se invita al acto del sepelio
que tendr lugar a las 11 a.m.
Y desde luego vaina entre tanto conocido cmo cumplir con todos, no hay quien suba el
desayuno, los pantalones se ajaron en el velorio de anoche y tienen cogulos de
esperma, y lo peor de todo ya es un cuarto para las doce y todo debe haber terminado.
La conquista de Leland
Leland, por quien el caballero viaj a Tierra Santa, soport los afanosos piojos de Judea,
y por cubrirse de gloria atac mientras los dems huan, logrando slo cubrirse de tajos
que, mal curados, dieron lugar a fiebres y a visiones. Leland, por quien el caballero
estudi el laud la lectura el latn y otros afeminamientos a fin de cantar una propia
endecha que fuera recordada por los hombres, y como toda cosa de amor, burlada, reda
y despreciada, verificada en su defectuosa mtrica y finalmente perdonada como
curiosidad con ese perdn erudito que equivale al ms atroz insulto.
Leland, por quien el caballero dobleg la carne despidi barraganas olorosas a glorioso
ajo, expuls bastardos en quienes se reconoca como en hermanos desair vidas damas
renunci a pernadas exponindose al habla turbia de las gentes y a la reputacin de
vicios secretos.
Leland, por quien el caballero liber sus halcones y tir al manantial capirotes guantes y
capihuelas, Leland, por quien no se mezcl a la humedad de los ojos del ciervo la
humedad de la sangre, Leland, por quien fue cambiado Dios a precio de filtro amoroso
para mover el corazn de las mozas calladas.
Leland, por quien el caballero emprendi la guerra contra el duque su primo porque
para recibir a Leland deba ser grande la heredad y para que la heredad fuera grande
deba haber cien hombres, cien certeros flechazos, cien perforadas lorigas, cien viudas y
cien tumbas y frente a ellas la del duque ahorcado y por encima de ellas los huesos de
las doscientas bajas de sus huestes esparcidos por doscientos cuervos.
Leland, por quien el caballero lanz el guantelete y se fatig manejando la espada hasta
que las melladuras en su coraza dieron paso a un gran fro, una gran tibieza, un gran
vrtigo, una gran luz, una noche grande.
Leland, quien al saber su muerte llor y dijo oh, este caballero de quien me enamor al
ver su pie, cmo era pequeo.
Lope
A m, vuecencia, me llaman Lope, y van a matarme. Hace mucho fro, es de madrugada,
y mis hombres se me han desertado. Por todos los medios he querido atarlos a este
empeo de grandeza y se me iban, creyendo ellos que por salvar sus vidas, sabiendo yo
que por no tener que participar de la grandeza. No hubo cosa que no intentaran: perderse
en la selva dando gritos, fingiendo la visin de torres fantsticas de oro, enloquecer
diciendo que durante el sueo dorados monarcas chupaban el humor de sus ojos con
cnulas afiladas, sublevarse contra m, porque antes la muerte dada por Lope que el
destino de grandeza al cual los conduca Lope, antes dar grandes vueltas con la boca
llena de agua por el fondo de aquel ro infinito que, decan, un da caera en una
hirviente sartn de oro, que intentar remontarlo hasta el mar, un mar que nos
imaginbamos lleno de mareas de hojas y con abismos penetrados de las ms
intrincadas pudriciones de races y frutos. A unos pocos pude distraer del embeleco de
dejarse morir en aquellas regiones donde la sustancia de los sesos se escapaba en
amarillos vapores durante el sueo, a unos pocos pude distraer de su esperaza de morir
en aquellos hervideros en donde antes que los gusanos las enredaderas devoraran sus
prpados, a unos pocos llev hasta el casi imposible mar e hice construir las naos
fantasmales que nos llevaran hasta la isla llena de cristianos, de pobreza y de piojos, y
de la isla nuevamente al mar, y de ste a la tierra firme increble que nos ha herido los
ojos como un doblado espejo y nos ha comido botas traje piel corazn hasta que hemos
credo caminar en un aire hecho de hormigas, de manera que los espaoles que
hallbamos nos huan y nos llamaban alzados contra el rey y haba que estrechar sus
gargantas y la caminata se haca sobre pescuezos cruzados de trazos azules y casas
llenas de arcones vacos e iglesias sin imgenes, y todo ha sido para que al final mis
hombres uno a uno me fueran dejando por el rey, cambiaran la majestad presente por la
lejana, soportable como el sol que alumbra otras regiones, que durante las noches deja
oh esa frescura.
Ya el alba no me da ms plazo, cercado por la tropa del rey en la cual mis hombres
humedecen sus ansiosos labios de Judas, tomo el cuchillo y degello primero, con
facilidad, a la Torralba, luego, ms trabajosamente, a Elvira, que slo repite muchas
veces padre mientras en la hoja una sangre se mezcla a otra y las dos gotean
asombradas de salir a conocer este mal siglo y de no saber por qu. Tampoco lo saben
estos que franquean la puerta y vienen a matarme, y miran la sangre, y miran el
cuchillo, y miran mis ojos. Slo comprenden, desconsoladamente, que ahora sus armas
son intiles contra m, que por esta atrocidad me he situado por manera tal fuera del
alcance de tantos aceros cobardes, que no podrn tocarme, y es como si otra vez los
arrastrara el Amazonas, sobre l o por debajo de l en desmaadas piruetas de ahogados.
Lo adivino: slo esperan mi voz de mando, los que crean venir a matarme. Cuando los
vean obedecerme, se pasarn otra vez a mi lado, fascinados, mis maraones. A otros
muchos arrastrar en este torrente y a los que no sean arrastrados uno a uno los ir
matando y para que ninguno escape me pondr al frente de stos que alguna vez
pensaron matarme y con ellos arrasar el pas, y el pas arrasado, cruzar los montes y
pasar a la Nueva Granada donde habr ms gargantas y ms cobardes aceros y ms
casas con vacos arcones y desde la Nueva Granada pasar a Panam y en Panam me
har dueo de los buques llenos de ratas y hecho dueo de los buques caer sobre el
Per, y dueo del Per ser dueo del oro del mundo y habr en los arcones, brocados,
en las iglesias, bendicientes santos, en los cuellos, sarna de collares, en los aceros,
sangre de virreyes. Termina por fascinarme la inevitabilidad de todo esto, la seguridad
con la que, dueo de todo el oro del mundo, no tendr ms remedio que disputar
tambin con viejos reyes de un mundo viejo y oponer a sus santos carcomidos santos
dorados a sus cajas vacas cajas que valen ms que cualquier cosa que en ellas pueda
guardarse, a sus hierros herrumbrosos espadas que han vencido la fiebre la insolacin la
amargura, y al final poner en los cuellos de estos reyes largas sogas cuando haya
tambin avasallado sus reinos y el poder de todos los tronos est concentrado en mi
puo y los esquivos soberanos de El Dorado sientan su miseria de reyezuelos nfimos y
fallezcan de una centenaria vergenza llamando en las puertas de mis fortalezas para
ofrecerse como sbditos, sin ser notados de nadie.
A estas cosas me lleva mi destino as como yo llevaba a mis hombres. Pero ahora el
cuchillo an lentamente gotea me rebelo contra l, que es slo otro lejano rey
desobedecible, porque, me digo, para qu llevar a estas pobres bestias del corral del rey
al corral de Lope, para qu llevar estas olas de un lado a otro de indiferentes mares o
apilar a mis pies granos de arena; para qu, si el imperio sobre todos los hombres ya
nada podra aadir a la nica cosa que puede llenar de orgullo a un hombre, y que es, en
esta cumbre de mi color lo acabo de descubrir y de ella disfruto hace cincuenta y cinco
aos, la de ser Lope y no necesitar de otra cosa que ser Lope, lo cual incluye tambin la
falta de temor por dejar de ser Lope, de usar este cansado cuerpo, estos gestos rados.
La he matado me encuentro diciendo para que no sea colchn de tanto bellaco.
Y con estas palabras obtengo mi ltimo triunfo, oculto a mis sitiadores que se puede ser
Lope, les regalo este motivo comprensible, que escondidamente da por cierta mi de otro
modo imposible derrota, que hace de Lope un hombre sujeto a humillacin o desdicha
por cosas de las que ellos pueden ser causa, una concertada desercin, el
emputecimiento de una hija, y sin embargo, an temo que adivinen, su vacilacin me
hace temer que alguno adivina, an debo espolearlos a matarme fingiendo que pido la
merced de decir ltimas palabras comprometedoras, cosas que hay que sepultar en
hierro y sangre, y si gano al fin mi victoria, que es un resplandor de arcabuzasos y una
grita de cobardes y una bruma distinta de la del alba. Mis labios an pueden decir ste
es bueno. Los hombres que se desvanecen en el rotundo negro an podrn creer que me
refiero al disparo.
Pasado
Grupo
A Pipo lo agarraron en la fbrica de armas. l haba ido a entregar materiales y se
demor ayudando al encargado a reparar un taladro. La bala le entr por el odo y en las
fotografas de los peridicos no se vea bien quin era pero por el reloj que nosotros
conocamos no caba duda, los policas lo identificaron como Carlos Mara Lairn
Istriz y primera vez que supimos que Pipo tena tantos nombres y qu lstima porque
era la ctedra para montar y desmontar fusiles bombas y motores y en las chiveras
conseguamos piezas para metralla y tenamos dos o tres proyectos pepiados
A Ral lo expulsaron para Europa y segn me dijeron de carta que envi con alguien
para Hernn, all no hay ms que maricos en los cafs discutiendo a Garaudy y como l
perdi su tiempo aqu leyendo Garaudy ahora tiene miedo no se vaya a meter a marico y
guarda una libreta en donde dice: 20 kilos de azcar y 100 litros de t; dentro de poco
ir a Lunin Sovitica ver el Kremlin, me morir de la arrechera y la familia no me
mandar ms plata, y entonces
Lara est desaparecido. Hay el rumor de que muri en el campo de La Pica, pero a la
familia le dicen no, no te-nemos ningn preso de ese nombre
Chocolate es el que anda en la polmica de la izquierda, a Chocolate lo expulsaron por
su artculo: Directrices nuevas para una lnea nueva?, que apareci en el semanario
Conceptos en contestacin al artculo Formas de Lucha y Lucha de Formas, de
Concepcin Serrano (o sea, Filiberto Mendoza). La ltima vez que vi a Chocolate
estaba disfrazado de portugus; como lo allanaron perdi el fichero de su gran libro
Capital y Monopolios en la Venezuela de hoy; tena cuatro millones de fichas y lo nico
que repeta cada vez que se acordaba de que haba perdido los ndices de acumulacin
de capitales era: el coo de la madre
Morandi volvi de la montaa cuando aniquilaron el resto de su comando, y se encontr
haciendo las cosas ms raras, se coleaba en las fiestas para comerse los aguacates y el
caviar en la cocina, asista a las subastas de antigedades para comerse los pasapalos, su
desgracia fue cuando se le arruin el palt muy presentable que todava tena y entonces
vendi condones en la Avenida Urdaneta hasta que un polica lo mat y no se sabe por
qu
Cisneros se ahog con el aparato de inmersin de circuito cerrado que no lo graduamos
bien o a lo mejor el profundmetro le fall de todas maneras pusimos la bomba y a
Cisneros le quitamos el aparato el cinturn de pesas la mscara y lo dejamos y el
peridico dijo vctima de la explosin (inidentificable)
A Enid la tiraron desde un helicptero en regin no bien precisada, de Enid quedan
madre padre hermano menor unos textos de qumica inorgnica el retrato en una
excursin al telefrico una hebra de la peluca rubia que us en el asalto al automercado
una cdula de identidad falsa una cierta temperatura de las manos el resonar de una voz
en las paredes de un detestable cuarto de hotel
Montes la cogi con la vaina de la investigacin motivacional y Marshall McLuhan,
desde que trabaja en Procter & Gamble no tenemos finanzas nada tenemos. Igual que a
Gonzales que lo llev el to para Barquisimeto donde tienen una cra de gallinas y se les
mueren de moquillo y es lstima porque Gonzales tena unos contactos increbles en los
barrios. Hernn cay en lo que llaman el anarco aventurismo y la polica le meti 6 tiros
en el pulmn cuando ya estaba a punto de convencernos de la importancia de la
mquina infernal para volar la embajada
Perico fue el que nos vendi a todos. Perico era muy buena persona y cuando le hicieron
el simulacro de ente-rramiento vivo se raj, a pesar de eso le hicieron todo tipo de cosas
y al final lo soltaron, unos dicen que con el carnet del Sifa para ver si sapeaba a alguien
ms, otros dicen que para seguirlo y ver si alguien se pona en contacto con l para
rasparlo, yo lo vi despus de buhonero vendiendo forros para volante, l baj los ojos y
mir a otro lado, yo me toqu la culata de la pistola y despus pens total para qu
Yo que ni fui agarrado en la fbrica de armas ni me expulsaron para Europa ni
desaparec ni estuve en la polmica de la izquierda ni baj de la montaa ni me ahogu
ni me tiraron desde un helicptero ni la cog con Marshall McLuhan ni fui a criar
gallinas ni me metieron 6 balas ni vend a todo el mundo, o a lo mejor s, hice todas esas
cosas y desaparec y me ahogaron y me raj con todos, hasta tal punto era todos ellos,
yo que tuve las etapas consabidas la de decir para qu carajo cuando me decan estamos
preparando algo, la de decir m cuando me hablaban de tal o cual intelectual de
izquierda, la de pensar cnfiro, y mi padrino que conoce gente en la gran Empresa de
Seguros La Prosperidad, la de decirme un hombre de mi sensibilidad debera estar
arrasando en el saln de invierno en Pars, ahora descubro que para algo fui ahorrado:
estar parado en esta esquina mientras cae la noche esperando el contacto con alguien,
claro no ser Enid pero ser Marcela o alguien a quien Marcela enviar, luego podremos
ganarnos a otros que no ser Pipo Ral Lara Chocolate Morandi Cisneros Enid Montes
Hernn Gonzlez Perico, que no ser a lo mejor ni siquiera yo porque lo fundamental no
soy yo sino mi destino, esperar, mirar tanto carro que pasa y encandila con los faros, y
repetir: del prximo se baja Marcela. Del prximo se baja un polica a quien nos han
delatado y me mata. Del prximo se baja Marcela. Del prximo se baja un polica y me
mata. Del prximo se baja Marcela. Del prximo se baja un polica y me mata. Del
prximo se baja Marcela. Del prximo se baja un polica y me mata. Un carro se acerca,
frena, abre la puerta. Esfuerzo la vista para distinguir la silueta negra que sale. El grupo
mira a travs de mis ojos. Todo va a decidirse dentro de un instante, pero no, me doy
cuenta, estoy aqu, he permanecido aqu o me han retenido, doy la cara a la noche, todo
est ya decidido.
La foto
Era color sepia pero la copia actual, ampliada, es gris y hasta cierto punto brumosa. De
izquierda a derecha, en primera fila, sentados: joven de mirada profunda y cabellos con
gomina, camisa manga corta y pantalones a rayas; a su lado, joven flaco con grandes
entradas, las manos sobre las rodillas, el cordel de un zapato desatado; a su lado, joven
parecido a Ramn Navarro, mejillas chupadas y un palt doblado sobre las piernas; a su
lado, joven con lentes redondos, montura metlica, peinado con raya en el medio, un
peine en el bolsillo de la camisa; a su lado, joven con mirada de desnutrido que parece
estar observando las nubes o deslumbrado por el sol del patio de la prisin, y de l llama
la atencin ese gesto y no la ropa que tiene o cmo es su cara; a su lado, joven con
bigotes y corbata de lacito y camisa a rayas grises; a su lado, una pierna doblada y la
otra extendida, joven gordinfln, con el aire de quien acaba de caer sentado. Agachados:
joven que sonre, joven que est serio, joven que mira con intensidad, joven que parece
aburrido, joven que mira a la derecha, joven que pone gesto trgico, joven a punto de
dejar de ser joven. Parados: joven con las manos cruzadas sobre el pubis, joven con los
brazos cruzados sobre el pecho, joven con los brazos a la espalda, joven con los brazos
cados, joven con los brazos en los bolsillos, joven que sostiene un palt en el brazo,
joven con la mano derecha en el hombro izquierdo. La ropa se ve muy ajada, quiz por
lo pasada de moda, quiz porque la foto fue tomada a la semana de estar presos y no
dejaban pasar envos de ropa limpia desde afuera. No se nota ningn detalle del patio
del cuartel.
De izquierda a derecha, el tercero, parado, fue el del discurso que despus le diran
fogoso. Tena cosas como aqu est la juventud y cumplimos con el llamado, a l lo
pusieron preso por decirlo y a los dems porque aplaudieron, tres meses despus lo
botaron del pas pero al fin lleg a Ministro. El primero, sentado, dos aos ms tarde
muri de un tiro de fusil al tratar de cruzar la frontera disfrazado de pen. El tercero,
segunda fila, fue el que comparti con el Presidente la comisin de los cincuenta
millones que los norteamericanos pagaron para tener ms concesiones petroleras que los
ingleses. El cuarto, primera fila, estuvo preso otra vez durante la dictadura, pas en eso
varios aos, despus fue Ministro de Relaciones Interiores y particip en la desaparicin
del estudiante Alberto Mndez, cuyo cuerpo horriblemente mutilado, etc. El segundo,
primera fila, fund publicaciones humorsticas y muri de hambre. El quinto, tercera
fila, fue el tronco de abogado que le gestion a los americanos las concesiones del
hierro. El cuarto, segunda fila, era marico. El sptimo, primera fila, nadie se acuerda
quin era.
En cuanto al tercero, primera fila, particip en la gran venta de inmuebles de propiedad
pblica y despus se descubri que l actuaba a la vez como abogado de la Nacin y de
la empresa compradora. El quinto, segunda fila, fue llevado al Consejo de Ministros
para que pusiera la fuerza hidroelctrica de Guayana en manos de la familia Umeres. El
sexto, primera fila, mont la empresa constructora que acapar los contratos de obras
pblicas mientras era Ministro. El sptimo, segunda fila, era propietario del noventa por
ciento de las acciones. El quinto, primera fila, compr en cien mil bolvares su
nominacin como diputado por el gran partido popular y vendi su voto en tres millones
cuando se discuta la reforma tributaria.
El segundo, tercera fila, lleg a Presidente e hizo respectivamente, matar, encarcelar y
expulsar del pas, al primero, segunda fila, primero, tercera fila, segundo, tercera fila, y
sexto, primera fila. El cuarto, tercera fila, se puso de acuerdo con el sexto, misma fila
para entonces Ministro, se hizo expropiar sus haciendas por el cudruplo de su valor
y ahora es banquero. El sexto, segunda fila, anda con un cncer en la prstata. A la hija
del tercero, primera fila, yo me la cog.
La foto est cada da peor y la gente se parece menos. La publicaron primero en el Libro
Rojo de la Subversin, y despus ha ido dando tumbos hasta aparecer en Memorias de
una Vida Poltica, que el cuarto, primera fila, escribiera en Antibes. Por aqu y por all,
sobre una que otra cabeza, hay crucecitas, y a veces hay dos cabezas muy juntas y no se
sabe de quin es la crucecita.
El mundo da muchas vueltas.
Pero por qu el arte militar supeditado a la ideologa por qu el can al cerebro por qu
la bomba a la cultura por qu las divisiones a las guerrillas por qu por qu los
omnipotentes estados mayores despedazados por la mente por qu, se preguntaban
todos y no les gustaba y entonces un seor que se llamaba Kobayashi hizo sus trabajos
sobre reorganizacin artificial de los impulsos electroqumicos del tejido nervioso y otro
seor que se llamaba Tagnar Han encontr cmo se poda operar a distancia esta
reorganizacin de los impulsos electroqumicos y el resultado lo llamaron el can
Tagnar y al poco tiempo lo tuvieron todas las potencias y lo asestaron al enemigo y
entonces zas te agarr el disparo y antes defendas tales ideas pero ya no, ya eres otro, tu
cerebro ama otras cosas distintas de las que amaba antes, tu mente es otra mente,
reorganizada, y cambias de bando y luchas por tus nuevas ideas y combates las antiguas
y sabes que esto es justo, pero zas te agarr el disparo, qu has hecho, qu has hecho,
regresas a tu anterior disposicin, rechazas lo que acogiste y acoges lo que rechazaste,
con mudo terror sabes que estuviste muerto, ms muerto que un arenque seco, mientras
tu mente era aquella otra, y te horroriza y no quieres volver a morir, pero zas te agarr el
disparo y tu mente es otra vez artificialmente sustituida y se horroriza de
brevemente haber sido otra y no quiere morir y corres y zas te atrap el disparo, y
entre uno y otro disparo de repente comprendes que las dos mentes que sobre ti se
turnan son artificiales, que tus ideas, esas vagas artesanas en que te complacas antao,
estn ya muertas para siempre, que ya no hay mentes, que ya no hay ideologas, que
todo eso ha muerto en el universo silencioso, que slo hay ahora dos caones, dos
caones que se enfrentan con sus certeros ojos de insecto y que no eres nada y gritas y
te agarr el disparo y te agarr el disparo y te agarr el disparo.
Ahora lo saben hasta los nios de escuela: Einstein dijo que el espacio y el tiempo son
un continuo; Milne demostr que el desplazamiento en el espacio altera el transcurrir
del tiempo; Ramacharaka predijo y demostr que alcanzada la velocidad absoluta
luz la masa se hace infinita y el tiempo no slo se retarda sino que adems se detiene
y revierte y zum el viaje al pasado, hurra, la mquina del tiempo, hurra, se puede visitar
a Mozart, hurra, mirar pintar a Hieronimus Van Aken, hurra, decirle a Voltaire no seas
pistola no te dejes meter en la Bastilla, cosas de esas, hurra.
Cmo no iba a interesarle la cosa a los militares, la guerra consiste en efectos y en
causas, dijeron, controlando las causas se controlan los efectos no matar a los soldados
hoy, matar ayer a los nios que ellos fueron; no eliminar hoy los rboles, envenenar
ayer las semillas; no asesinar a los sabios y a los revolucionarios hoy tronchar ayer a los
colegiales que fueron. Luego: fulminar Trveris porque all nacer Carlos Marx en
1818, y, por qu no, del lado opuesto, liquidar Hoboken en 1940 porque all nacern los
posibles destructores de Trveris; cada hecho de la historia, fasto o nefasto, atacado o
protegido en una universal batalla, la guerra en el pasado, el tiempo universalmente
demolido y restaurado, al final, debilitado y desplomndose, todas las causas de las
cosas desapareciendo desapareciendo por ejemplo Haendel una bomba de deuterio en
Halle, en 1685 desapareciendo Atenas, Ekhnatn, Epur si muove, Caminante si vas a
Esparta di que aqu morimos, desapareciendo Mara Sklodowska, despus Euler,
despus Homero, despus Herschel, despus Olbers, despus Alejandro, Herdoto,
Sfocles.
El espanto de esta nueva guerra puede ser conjurado. No ms terrible los instructores
te explican fulminar el pasado para destruir el presente, que fulminar el presente para
ahogar el futuro. No ms terrible reducir a pavesas Vinci e impedir que nazca Leonardo,
que aplastar Hiroshima y abismar en la nada mil futuros Leonardos. No ms terrible
quitar al pasado con las guerras nuestras, que sufrir lo que el pasado nos quit con las
guerras suyas. No ms terrible desatar hoy mil megatones, que viajar al Cuaternario y
exterminar al primer Neanderthal porque de l descendern tus enemigos, y comprender
repentinamente esto s es ms terrible que de l descender tambin tu pueblo, y
que la humanidad, tus abuelos, la sonrisa de tu madre, tu propio nacimiento, no slo ya
no son, sino que adems, ay, ya no sern, ni jams han sido.
La oculta victoria
De no explicarlo yo, nadie entendera mi genio militar, por lo tanto, en estas memorias,
lo explico. El objetivo de la guerra, segn Clausewitz, consiste en imponer nuestra
voluntad al enemigo. Sus discpulos han variado infinitamente sobre el tema: para ellos,
nuestra voluntad se impone al enemigo mediante nuestra victoria; ste se doblega ante
ella nicamente en la derrota. Slo yo me he atrevido a variar los trminos,
aparentemente incontestables, de esta ecuacin estpida. Slo yo he conducido a mi
pueblo a imponer su voluntad no obstante la certeza la necesidad, dira de la
derrota. Derrochado intilmente contra un enemigo imbatible, dirn los historiadores.
Pero no. Derrochado, no. E intilmente, menos. Lo afirmo ahora, mientras el fuego
calcina sus cuerpos inanimados.
Cuntos seres humanos es lcito sacrificar a la consecucin de un objetivo? Las
respuestas de los tratadistas son inconsistentes. Para ellos, si el pueblo consta de
doscientos millones, el sacrificio de cincuenta millones parecer razonable. Pero si el
pueblo consta de cincuenta millones, entonces el sacrificio de esa cantidad resulta
excesivo. Yo no veo que estas consideraciones modifiquen en manera alguna los
factores objetivos de la situacin. Los pueblos existen, pero se cuentan hombre a
hombre, y el objetivo que justifica la muerte de un solo ser, automticamente justifica la
muerte de todos, y esto es lgico, e irrefutable. Si la cifra de sacrificios que requiere un
objetivo militar iguala a la cifra de integrantes de una nacin, y si ese objetivo es
deseable, ello no es bice para que la guerra sea.
Y la guerra ha sido. No para derrotar a la gran potencia, nuestro adversario. No
podamos. Lo saba perfectamente yo, que observaba el progreso de la guerra como el
de una enfermedad incurable. Lo s ahora, cuando las tropas de ocupacin escudrian
las ruinas de mi pueblo aniquilado.
Pero. Pero. Para aplastarnos, la gran potencia ha debido recurrir a fondo a sus militares.
Entregarse a ellos, gozar en su eficiencia, hasta el punto de fascinarse y confundir esa
eficiencia con un objetivo, el arte de matar con una manera de vivir.
Para aplastarnos, la gran potencia se ha convertido en un ejrcito, y toda sociedad que se
convierte en un ejrcito se devora a s misma y muere.
Nunca, nunca, una tan vasta victoria con tan escasas fuerzas. Lo digo yo, vencido,
escuchando el crepitar de los incendios de mi derrota, que es tambin la anticipada
derrota y crepsculo del enemigo.
Reclamo la corona de los vencedores. Reclamo la corona de los vencedores. Yo, el
ltimo viviente de mi pueblo. Reclamo la corona de los vencedores.
Nada de negocios
Citado ante todos ustedes, resueltamente y de antemano niego toda culpa, lo que sucede
es que no s nada de negocios. Me encontraba yo pensando cmo hacer carrera y hete
aqu que inopinadamente se me aparece Mister Godwin y me ofrece financiarme la
campaa electoral para Presidente, yo pregunto, y si perdemos, y entonces me aclaran
no importa, la campaa de los otros candidatos tambin la financia Mister Godwin.
Elevado a esta alta magistratura por la voluntad del pueblo, el da de la investidura se
me aparece Mister Godwin y me pregunta qu pienso hacer con enormes yacimientos de
la Repblica, y yo qu puedo contestarle, Mister Godwin, sino que yo, no s nada de
negocios. Me dice Mister Godwin, no importa, yo se los exploto, pero eso s, claro, sera
bueno que por las razones inherentes al Desarrollo usted me facilitara los necesarios
crditos sin intereses dentro del Plan de Fomento de la Industria y otras cosas que usted
montar de inmediato a pesar de que no sabe nada de negocios. Pero de dnde saco yo
dinero para darle crditos, Mister Godwin, pregunto, y me contesta, no importa, yo se lo
presto, pero a los intereses adecuados para un pas en vas de desarrollo.
Alegrsimamente le digo acepto acepto, oh, pero pone cara triste Mister Godwin, me
dice que yo no entiendo, que no es tan fcil, que nada se puede si no se crea el clima
favorable para las inversiones, es decir, exenciones de impuestos, es decir, crceles, es
decir, tanques, es decir, aviones, es decir, submarinos, es decir, delatores, es decir
Generales con medallitas y esas cosas
y yo le digo, pero todo eso le saldr costoso, Mister Godwin, pero l de inmediato ya
tiene la solucin, y es que yo corra con todos los gastos, y cmo, le digo yo que no s
nada de negocios, y dice Mister Godwin, yo le vendo unos sobrantes de todas esas
cosas, pero con qu reales se los compro, fcilmente, me dice, yo se los presto, pero con
intereses adecuados.
Naturalmente que tales favores merecen rebajas especiales en impuestos y
exoneraciones en las tarifas de importacin y entrada libre para todas las cosas que
viene a vendernos Mister Godwin, y aun as, pobre Mister Godwin, al final de ao nada
hay que cobrarle por impuesto a sus empresas porque stas le venden el material de los
yacimientos por debajo del costo al mismo Mister Godwin, y as, para evitar la
bancarrota, ms rebajas, ms exoneraciones, ms crditos, ms clima de confianza para
las inversiones y para pagar todo eso subir los impuestos y vender a los extranjeros
tierras montes lagos casas hombres nios cielos aguas peces ros mares bosques rocas
aires aves y se declaran el hambre y la peste y el pueblo protesta y hay tremolina y viene
la revolucin, y llevado ante el alto tribunal cmo puedo explicarles, cmo puedo
convencerlos de que no ha sido cosa de mala intencin, de que pasa, simplemente, que
no s nada de negocios.
Poblacin
Igualdad
En este instante naces y con ojos curiosos exploras el mundo a la derecha otros nios
que nacen y con ojos curiosos exploran el mundo a la izquierda nios que nacen y con
ojos curiosos exploran el mundo.
Gong.
La cosa ms natural levantar una mano y restregarte los ojos y a medida que lo haces
ver a la derecha nios que levantan una mano y se restriegan los ojos a la izquierda
nios que levantan una mano y se restriegan los ojos.
Gong.
Bajar la cama y tocar el piso con el pie derecho y en ese instante a la izquierda tocan el
suelo pies derechos a la derecha tocan el suelo pies derechos.
Gong.
La vacilacin, la desolacin, el orinarse. A la derecha rosario de amarillas gotas a la
izquierda rosario de gotas amarillas. Hasta donde alcanza la mirada.
Gong.
La cucharilla de avena a la boca izquierda bocas derecha bocas y esa pequea burbuja
que intentas hacer casi escondido burbujas izquierda burbujas derecha.
Gong.
Una luz que se alza sobre el dormitorio y la gran hilera infinita de camas y tus ojos que
siguen una nube que se le acerca mientras a la derecha ojos siguen una nube que se le
acerca a la izquierda ojos siguen una nube que se le acerca.
Gong.
Una vuelta a la derecha que tiene lugar en todos los lechos a la derecha los lechos a la
izquierda dejando plegadas en forma idntica las sbanas a la izquierda las sbanas a la
derecha denotan la inquietud de algo que est a punto de suceder suceder estos das
quiz esta noche.
Gong.
La puerta idntica frente a cada cama idntica se ha abierto y por ella penetran las
hembras idnticas criadas en el edificio que se ve a lo lejos, bajo la luna, tambin
extendindose infinitamente hacia la izquierda, hacia la derecha.
Gong.
Miradas de lentitud y asombro. Gong. Idntico tantear una posicin e igual reflejo de
nalgas bajo la luna. Gong. Igual preguntarse a la derecha si esto es necesario a la
izquierda si esto es necesario. Gong. Presentimiento de finalidad cumplida y muerte
prxima.
Gong.
Dentro de poco nacern los nios izquierda derecha ojos asombrados levantar la mano
restregarse burbuja de avena orinarse una alta, dura, imperiosa luna, a su vez un reflejo
en infinitas, iguales nalgas si esto es necesario finalidad prxima muerte.
Gong.
El preso a quien se insinuaba que en aquella prisin se aplicaba siempre la ley de fuga, y
a quien luego se daba a entender, ambiguamente, que estaba libre, para que por una
eternidad dudara si era infundado el terror que le impeda moverse, que le impeda
franquear la puerta perennemente abierta.
El preso a quien daban a elegir entre perecer de una vez, entre dolores atroces, o durante
varios aos, median-te progresivas e indoloras amputaciones.
El preso condenado a largos aos, que crea conocer del lento paso de los das por un
lejano resplandor que se produca al final de un pasillo, y no saba que el resplandor
artificial duraba una semana, para dejar paso a una igualmente artificial oscuridad de
una semana.
El preso a quien provocaban la amnesia, para que su castigo fuera el terror de los
terrores, el sufrimiento padecido por quien se cree inocente.
El preso ms importante de la prisin, a quien convencan de que nadie se acordaba de
su caso y de que segua prisionero nicamente porque nadie se acordaba de su caso.
El preso a quien se haba determinado perder, y a quien se sugera que al juzgarlo se lo
estaba confundiendo con otro, que por error le sobrevena la aniquilacin
exclusivamente dispuesta y fraguada para otros.
El preso a quien se iba a hacer desaparecer, y a quien se daba a leer el expediente en el
cual el gobierno prometa investigar la muerte misteriosa, segua la infructuosa
averiguacin, quedaba finalmente el caso en el misterio completo.
El preso a quien, al ser llevado al suplicio, se haca creer que avanzaba a pasos
agigantados, y tena seguro el triunfo, una conspiracin para salvarlo.
El preso a quien, como a ti, se daba a entender desde su nacimiento que lo que lo
rodeaba era el mundo de verdad, y no lo que es realmente, el recinto creado de una
prisin colosal.
El preso a quien se encierra en una celda con un letrero que dice se prohbe tocar el
botn, para observar cunto tardar antes de enloquecer dudando si al tocar el botn se
abrir la puerta o sobrevendr la ejecucin fulminante o aparecer simplemente un
nuevo letrero que dir se prohbe apretar por segunda vez el botn.
Solicitud
Se presume que fue un espritu vengativo quien concibi, llev a trmino y cuid de la
ejecucin de la dantesca trama de la solicitud. Quiz hostigado por la proliferacin de
trmites vacuos necesarios para cumplir con diligencias inoperantes a los efectos de
reunir requisitos ininteligibles, perge en una hoja de papel sellado reclamaciones
ininte-ligibles fundamentadas en consideraciones inoperantes a los efectos de conseguir
efectos totalmente vacuos, y, tras interminable cola, la entreg en una oficina cualquiera
y obtuvo recibo. Desesperado el funcionario por los trminos de la solicitud, formul
consulta al superior quien a su vez en el colmo del asombro formul consulta a otro
superior quien no atrevindose a decidir en materia que pareca decisiva o decisoria,
pas a su superior y as sucesivamente hasta el ms superior de los superiores quien
sufri un mortal disgusto y pas el caso en estudio a un inferior. Recurri este inferior a
otro inferior suyo para que desentraara la solicitud, y ste decidi consultar a todos los
de su propio nivel, quienes, una vez enterados del asunto, para pedir ilustracin
transmitieron el caso a inferiores respectivos y para pedir orientacin transmitieron a
superiores respectivos. Los pareceres contradictorios no tardaron en manifestarse; para
conciliarlos fueron nombradas comisiones que para eludir el problema recomendaron la
creacin de otras comisiones, y stas a su vez produjeron pareceres contradictorios entre
s y con los anteriores, y cada uno de estos pareceres y de los sucesivos pareceres sobre
estos pareceres subi a los superiores, para revisin, y volvi a sus creadores, para
reconsideracin, hasta que sucedi que todos los de un mismo nivel se enviaron
mutuamente los pareceres y los pareceres sobre los pareceres al efecto de que se
emitieran pareceres sobre esos pareceres. A estas alturas se multiplicaron las crisis y los
ms avisados se jubilaron, otros simularon enfermedades o viajes de estudio, entretanto
el trabajo que daba la solicitud haca que fueran desplazadas las dems solicitudes,
colapsronse los pisos de los grandes depsitos de papeles contentivos de los pareceres
sobre los pareceres, y los poderes pblicos desaparecieron ante el espanto o el regocijo
de los poderes pblicos de otras naciones, espanto o regocijo o poderes pblicos que
pronto asimismo desaparecieron por cuanto en las restantes naciones fueron recibidas
sendas solicitudes y los inferiores las pasaron a los superiores y los superiores a otros
superiores y as sucesivamente.
Acto
Publicidad
Pasa que una noche llegas a tu casa, enciendes el televisor y desde la pantalla el locutor
anuncia que las empresas han decidido eliminar los programas y sustituirlos
enteramente por publicidad.
Pasa que rompes el trance, tomas el peridico, y encuentras un ltimo editorial que
advierte que las empresas han decidido desalojar artculos, informaciones y tiras
cmicas para sustituirlos ntegramente por publicidad. Antes de arrojar la edicin a la
basura, una ojeada a las carteleras te informa de que los anunciantes han decidido
desalojar pelculas y actores de cine y teatros y sustituirlos completamente por
publicidad.
Pasa que sales a la calle huyendo de un peridico estrujado y de una amenazadora
pantalla vaca, y encuentras que en la ciudad entera paredes puertas parques techos
bancos postes calles casas carros tiendas gentes se esconden tras una cobertura continua
de carteles de publicidad.
Pasa que cierras los ojos y encuentras ese antes in-violable santuario de tiniebla
asediado por los proyectores retinianos que atraviesan los prpados y que sustituyen
todas las enzarzadas imgenes de tu fantasa, por publicidad.
Pasa que escuchas, y encuentras que el ruido de la lluvia las voces de los nios el
masticar de las termitas el golpear de los clavicordios el tronar de las olas el tejerse de
los insultos los latidos del corazn, han sido sustituidos por publicidad.
Pasa que taponas tus odos y encuentras que ese ilocalizable silencio en donde confluan
los rumores de mares ignotas y los ecos de caracolas metafsicas, ha sido tomado por
asalto por los proyectores de ultrasonidos que lo pueblan incesantemente de publicidad.
Pasa que buscas la inconsciencia y descubres que tu subconsciente, gracias a las
tcnicas subliminales, ha sido sustituido por publicidad. Pasa que tocas los objetos, y
encuentras que los objetos ya no existen, que existe slo publicidad. Pasa que intentas
huir en la memoria, y encuentras que los anunciantes han invadido tambin el pasado y
todos sus recovecos, inundndolos de publicidad.
Pasa que te arrojas al vaco y caes a travs de un aire que parece denso, y cuando ests a
punto de estrellarte contra un enorme anuncio, descubres que es el de las nuevas urnas
con pantallas y altoparlantes, que conquistan la ltima frontera, y aseguran el ignoto
tiempo de tu muerte y la inconmensurable extensin de tu nada, para la publicidad.
Al slo hay un Dios, que es l, y Mahoma es su profeta sabiendo que los hombres
necesitan gua en sus actos, les concedi las suras como regla para esta vida y la otra
que en el fondo son una sola. Selah.
Sucede sin embargo que las suras se contradicen y un mismo acto en la sura uno es
bueno y en la sura dos es malo, por lo que entienden los intrpretes siempre
respetuosos de la voluntad de Al que la sura posterior deroga a la anterior y slo su
riguroso cumplimiento evita eterna pena y fuego eterno, Selah.
Acontece tambin que existe la jerarqua de las suras, pues Al, que es nico, da a su
voluntad fuerzas diversas sin esperar o temer jams el desacato, y hay as la sura
fundamental, que priva sobre todas las suras, la sura general, que priva sobre las
inferiores y las nfimas, la sura especial, que priva sobre las generales, y la sura
orgnica, que priva sobre las generales y las especiales en su materia especfica. Las
suras que recogen sistemticamente lo referido a una materia, se llaman cdices, y
privan sobre las dems excepto sobre las que privan sobre ellas. A ms de ellos, la sura
vlida en un lugar, no lo es en el inmediato; lo que la sura castiga en una regin, lo
premia en la adyacente. As, siempre respetndolas, debemos distinguir entre sura y sura
que es como distinguir entre Al y Al pero distinto. Selah.
Gua para el buen entendimiento de las suras es saber que en la misma debemos
obedecer tanto el sentido propio de las palabras, como la intencin de Al, y que ambos
son frecuentemente contrapuestos. En este caso, la intencin desautoriza el sentido
propio salvo que el sentido propio desautorice a la intencin. Hay suras que slo pueden
ser interpretadas de manera amplia, y hay suras que slo pueden ser interpretadas de
manera restrictiva. Hay suras que obligan slo en ausencia de la contraria voluntad del
creyente, y hay suras que se doblegan a esta voluntad. Hay suras que deben ser
aplicadas slo a aquello de que tratan, y hay suras que deben ser aplicadas a aquello
sobre lo cual no trata ninguna sura. La confusin entre todas estas categoras es
imposible, porque una sura nos prohbe confundirnos. Selah.
El parecer de los santos varones nos revela el sentido de la sura. Cuando este parecer se
asemeja al nuestro, vale y llmase doctrina. Cuando difiere, no vale, y llmase ciertos
autores. Cuando no tenemos parecer, debemos seguir el ms justo. Cuando no sabemos
cul es el ms justo, debemos seguir el nuestro. Selah.
Ciertos hombres iluminados tienen poder para aplicar las suras. Sobre las injusticias y
errores que pudieren cometer estos hombres iluminados, juzgan, de manera infalible, los
mismos hombres iluminados.
La ignorancia del sura no excusa de su cumplimiento. Nada inferior a la perfeccin y a
la omnisciencia es permitido. Desde tu alfombra de oraciones oye este tronar y este
rechinamiento.
Eterno hierro y fuego eterno. Selah.
Putre
Eureka hurra grandes honras sean acordadas al inventor del papel putrescible destinado
en principio a oler mal cuando pasara determinado lapso y as indicar que no deban
consumirse ciertas mercaderas envueltas en l, quesos medicinas huevos o qu s yo,
bastaba estampar un sello con la fecha lmite y a partir de ella el proceso se
desencadenaba entonces los malintencionados que no faltan pensaron dirigir todas sus
peticiones a la autoridad grandsima en papel putrescible con sellos que indicaban el
plazo legal para decidirlas y si haba retardo bueno entonces se vera. Transcurri todo
con la placidez acostumbrada produjronse las acostumbradas condecoraciones
declaraciones comisiones una maana sin embargo en la gaveta del Director General
sintise algo cmo iba a ser no era posible y al abrir el despacho del Consultor aqu
tambin pero cmo qu contratiempo quiz el Ministro pero entretanto el Ministro
espanta moscas dando golpes con el chaleco y se hace imperativa la intervencin de los
bomberos que llegan con grandes mscaras y guantes de caucho y tenazas hasta que
acurdase el archivero de que el Estatuto prohbe destruir los papeles antes de treinta
aos entonces se llama al Presidente pero el Presidente en esos instantes huye escaleras
abajo hasta que los efectos de los depsitos en los stanos lo obligan a huir escaleras
arriba y en el piso del medio a tirarse por el balcn para evadir los efectos de una
solicitud de patente, entre tanto en el Supremo Tribunal los magistrados incomdanse
consltanse escudranse atribyenlo al expediente de un preso que abrrese aos ha
esperado juicio envanlo Tribunal subalterno pero incomodidad persiste y crece el
primer alguacil desvancese los secretarios ahganse suspndese audiencia balanza
estatua justicia tintinea acometida por moscardones, pueblo acude al Palacio Legislativo
donde una casi slida peste emana de las graciosas cpulas de los patios espaciosos de
los locales de sesiones somnolientos, huida de vecinos, declrase estado de emergencia
en papel putrescible que tambin entra en emergencia produciendo vergonzosa huida de
mariscales de campo, y al final de todos los orificios de las pblicas edificaciones mana
hacia el exterior, e inacabablemente, una espesa miel fermentante, una irisada jalea
desbordante de vapores malignos, en la cual confusamente sobrenadan palilleros,
sacapuntas y ministros.
Despus que sala del servicio militar como en el pueblo no haba trabajo y nunca me
pagaban por dormir de cuidador en la casa del partido, yo les ped una recomendacin y
me vine en uno de los camiones del Ministerio que en vez de tubos llevaban
propaganda. Yo visit mucha gente y se me fue poniendo sucia la recomendacin, hasta
que me acord del gran dirigente sindical que era de mi mismo pueblo, esper todo el
da junto a los policas de la puerta y en la noche qued empleado aunque no s de qu,
era como de ayudar al chofer a lavar los tres carros como de estar por all, as
casualmente me dijeron toma y me dieron un Magnum, me preguntaron que si saba y
yo les dije que s, en la casa del partido, a veces, yo desde entonces dorma en el garaje,
antes que el catre prefera el asiento del Mercedes que era bien bueno, y me coga a una
de las cocineras. Como despus aprend a manejarle el carro al dirigente los dems
guardaespaldas me decan ay ya tambin la guerrilla urbana te tiene fichado, ficha a los
jefes y a los choferes, yo les deca y qu, en una o dos ocasiones me metieron en
camiones para que fuera a mtines, otras veces me dieron casco mscara lacrimgena
fusil para que hiciera de irregular, el jefe me prefera para que le manejara hasta las
casas de sus queridas que eran todas chvere flor y al regreso me daba mucha confianza
contndome de cucas buenas. Un da que fue a muchas oficinas de gobierno, en todas
partes muy apurado y muy preocupado, me deca a cada rato pyalo, al regresar a la
casa por la noche se encontr una comisin, habl mucho con ella a puertas cerradas y
al salir me dijo t tambin, yo prepar mi Magnum y pens ms que dije: bueno. Los
otros cobraban por partidas secretas como yo, cuando arrancamos, se oy un pujido en
la parte de atrs de la camioneta y yo pens: no ser largo. Fue largo porque la carretera
que buscamos era muy apartada y muy oscura y yo oa el pujido de vez en cuando.
Entonces nos paramos entonces abrieron la parte de atrs de la camioneta entonces
sacaron al hombre que pujaba. Cuando yo vi lo que le haban hecho y que todava
estaba vivo hice 4 tiros y dej muertos a los 4 tipos de la comisin, el hombre, que no
vea pero que haba odo gritaba ques ques y yo por consolarlo le ment mientras
montaba el percutor: un camarada. Camarada un coo, grit, los studs de caballos, los
trajes savile row, los cruceros por el Mediterrneo los starlets del festival de Cannes, ay.
Yo entonces me di cuenta que a quien llevaban a matar no era ningn guerrillero
urbano, que era el Director de Ministerio que estaba en combinacin con el Jefe con el
Ministerio y con el Secretario, por otros muchos gritos entend el envo al exterior del
dinero que deba ser repartido entre todos. los pasajes areos preparados, la cuenta en
Suiza repeta vagamente un nmero, el nombre de putas internacionales en Lausana,
el nombre de su hija en un colegio en Blgica entonces yo le di un tiro y fui muy
preciso porque deba evitar que regresando de su delirio pudiera recordar lo que le
haban hecho. En la camioneta encontr volantes multigrafiados que decan unos la
guerrilla ajusticia a un enemigo del pueblo y otros un nuevo crimen de los refractarios al
orden y a las instituciones. Buscando con mucho cuidado encontr 60 tiros para el
Magnum, lo cargu y me lo guard en el palt. Yo no tena a dnde ir.
Da de libertad
El traje
Ilusiones pticas
Antes, yo era
Antes, yo era un ser humano. Tena acceso a los olores, los colores, los sonidos, las
formas, los sabores, ante m desfilaban las personas, ocurran las cosas. Se apoderaban
de m las emociones, a veces no siempre tena ideas. Luego, se me ocurri leer
libros, y poco a poco eleg, ms que el sonido, la palabra que simboliza el sonido, ms
que el olor, la palabra que simboliza el olor, ms que el sabor y el tacto, las palabras que
simbolizan sabores y tactos. No conoc personas, conoc sucesiones de palabras
estampadas en olorosa tinta que describan personas; eleg no padecer miedo, sino
descifrar la narracin del miedo; cre pensar, cuando slo conectaba entre s palabras
que describan los pensamientos de otros. Poco a poco los objetos en mi universo se
fueron sustituyendo por palabras: la progresin del tiempo, por el sucederse de
perodos; mi conciencia de existir, por un vasto olor a papel y a tinta, a veces a grafito, a
veces a cueros, a veces a cola. Alrededor de m constru los muros de libros y al final no
s cmo entr en ellos me digirieron me asimilaron me absorbieron golosamente,
secamente, y yo slo trataba con polillas.
Ahora, soy esto. He mirado lo que era mi mano y slo veo unas palabras que dicen antes
yo era un ser humano. No hay antebrazo, slo veo otras palabras que dicen: tena acceso
a los olores, a los colores. As, en parcos vocablos
se va agotando mi cuerpo: donde dice poco a poco los objetos de mi universo se fueron
sustituyendo, es el ombligo; y la conciencia, la conciencia, son las palabras de este
prrafo que dicen ahora soy esto, estas lneas en que me defino, slo palabras, slo
tintas, slo papeles, yo que era un ser humano, concluyo aqu, ahora. Ahora, no soy
sensaciones, no soy ya emociones, no soy ya tripas, algo me ha ocurrido, palabras, nada
ms que palabras, ahora soy esto.
Artes posibles
Mquina maravillosa para hacer el arte, no esas tonteras debiluchas que llaman hoy
arte, que apelan por separado a la vista, al odo, a otros sentidos o cosas as. El
espectador es introducido en un tubo en donde lo aturden fogonazos, caleidoscopios,
estroboscopios (vista) berridos, estampidos, cataplunes y zuquitis (odo) bocanadas de
sulfuro de carbono, pachul, catinga (olfato) chorro de aceite de ricino y todas esas cosas
qumicas que tienen sabor sui gneris (gusto) pinchazos, raspaduras, cosquillas,
mordeduras (tacto) heladuras, quemaduras (sentido de la temperatura) sacudidas
elctricas, vergajazos (sentido del dolor) cambios de sitio, cadas libres, aceleraciones,
desaceleraciones, giros en hlice, en tirabuzn y en rizo (sentido de la posicin)
constricciones, torsiones (sentido de la posicin corporal relativa) violaciones
(percepcin sexual) penetraciones, introducciones de espculos, insuflaciones,
inyecciones de hormonas y vasodilatadores (percepcin interna de los procesos
orgnicos) choques inductores de entremezclamiento y confusin de sensaciones
(percepcin cenestsica) inyecciones de drogas (percepcin delirante). Al final, claro, se
debe apelar al ms exquisito y ms sobresaltado instinto, y como luego de sentida en su
totalidad la experiencia artstica ya para qu vivir, el espectador es atacado en su
instinto de conservacin, fibra a fibra deshilachado, macerado, masticado y digerido.
Como sucede con toda nueva forma de arte, en la que proponemos los espectadores, al
principio, sern escasos.
La culpa no es ma
Artista errante
Libros
Un libro que despus de una sacudida confundi todas sus palabras sin que hubiera
manera de volverlas a poner en orden.
Un libro cuyo ttulo por pecar de completo comprenda todo el contenido del libro.
Un libro con un tan extenso ndice que a su vez ste necesitaba otro ndice y a su vez
ste otro ndice y as sucesivamente.
Un libro que lea los rostros de quienes pasaban sus pginas.
Un libro que contena uno tras otro todos los pensamientos de un hombre y que para ser
ledo requera la vida ntegra de un hombre.
Un libro destinado a explicar otro libro destinado a explicar otro libro que a su vez
explica al primero.
Un libro que resume un millar de libros y que da lugar a un millar de libros que lo
desarrollan.
Un libro que refuta a otro libro en el cual se demuestra la validez del primero.
Un libro que da una tal impresin de realidad que cuando volvemos a la realidad nos da
la impresin de que leemos un libro.
Un libro en el cual slo tiene validez la dcima palabra de la pgina setecientos y todas
las restantes han sido escritas para esconder la validez de aqulla.
Un libro cuyo protagonista escribe un libro cuyo prota-gonista escribe un libro cuyo
protagonista escribe un libro.
Un libro, dedicado a demostrar la inutilidad de escribir libros.
Pantomorfn
Etra
Un arte verdaderamente nuevo, un arte dialctico, un arte inesperado aparece en el
panorama y como suele suceder convierte en carente de sentido todo lo dems. As una
vez ms se demuestra que a cada accin corresponde una reaccin y que a cada corsi un
recorsi: en este caso el arte, pasatiempo que consiste en dar a una serie de componentes
un arreglo distinto del originario, sucede ineluctablemente y por ley de las cosas el etra,
pasatiempo que consiste en revolver cualesquiera arreglo de componentes al orden
originario.
principio del etra, las ya conocidas sesiones de trabajo en los stanos del Museum of
Modern Art, de Nueva York. Recomponer una torcida masa de chatarra en un flamante
Chevrolet 57 casi nuevo seores es suyo y sin inicial fue evidentemente una muestra de
fro virtuosismo que dej en los crticos un malestar, en el pblico un pe-roquepasa
peroquepasa. Consideramos ahora la accin de los neodesestructuralistas al convertir la
gran exposicin del collage en una coleccin de revistas viejas remendadas y en un pote
de cola. Las acusaciones de gratuidad y de incompetencia fueron rpidamente acalladas
por la consideracin de que retirar del lienzo, separar los co-lores, y volver al tubo
sobre todo volver al tubo el leo que formaba las sonrosadas mejillas de un Whistler,
es tarea no menos delicada, no menos exigente, que la de sacar del tubo, mezclar y
aplicar sobre el lienzo el leo que forma las sonrosadas mejillas de un Whistler. As,
pudo verse en el Whitney Museum el estuche contentivo de los veinte tubos de blanco
de plata y negro marfil que antes estuvieron desordenadamente esparcidos sobre un
lienzo llamado Guernica; en los estudios de coloracin ms compleja los vegetales
flotantes, de Manet la separacin de algunos tonos de verde dej que desear, pero la
blancura y la impolutez del lienzo fueron perfectas. All las sorpresas, all los
descubrimientos: el ama-rillo de ciertas luces del Vermeer poda con toda justicia ser
restituido en un nico ocre; una vez separadas en tres tonos blanco, marfil, rosado
las capas de pintura del rostro de la Mona Lisa, se descubran bajo ellas la cala-vera, de
un mbar inmaterial que desajustaba los espectroscopios y que se fue desvaneciendo
como un espectral universo de materia negativa.
Por otra parte, naturalmente, a la escritura y a la lectura siguen la desescritura y la
deslectura, profesionales y consumidores ocupados en convertir los grandes clsicos
luego los menos clsicos las biblias Gutemberg los incunables y los rollos del Mar
Muerto en botellas de tinta y montones de trapos o cueros viejos. Desejecutantes y
descompositores nos devuelven el increble silencio anterior al doremifasolas y dan
conciertos noacsticos que son intensas secciones de disciplina anti-mnemnica que
tienen por objeto curarnos de ciertas melodas, ciertas fanfarrias desde antiguo
enquistadas en nuestras cabezas. Finalmente vuelven a la tierra ciertos jarrones
encontrados en Ur, los bloques todos de las pirmides, los cnopes de alabastro que
contuvieron las vsceras de Tutankamn, seor de los hombres y Dios de las dos
regiones del mundo. Algunos crticos confusamente discuten acerca del cierre total del
ciclo o de su recomienzo. Este ltimo implica la inevitable recomposicin de todo y su
incesante re-eliminacin en crculos sucesivos, hace desear como misericordioso el
primero, la suposicin de que una pesada puerta se ha cerrado y de que para el arte,
como para los dinosaurios, ciertos corsi no tienen recorsi ni hay nuevos flujos para el
final reflujo.
El monstruo
Atrapado en la torsin del tiempo, el Urfal agit fieramente su caos de formas, vari sus
estructuras de inercia y entr al espacio convencional, dentro de un sistema solar, cerca
de un planeta. Malditas estructuras irregulares del tiempo. Va uno viajando y nunca se
sabe. La trampa. El trastorno. El destierro. Insecto de fuego perdido en la gran noche del
infinito.
Angustiado e incmodo, despleg el Urfal decenas de nuevos miembros, se construy
resistentes cristalizaciones y se prepar para el naufragio dentro de los mares procelosos
del espacio convencional, dentro del planeta, que se acercaba complejo y enorme,
rebosante de noches y civilizaciones. Chirriar y quemarse en la atmsfera. Chirriar y
quemarse.
Aterriz, una centella de oro, en los jardines de un edificio. El Urfal, anhelante, penetr
en l, le inspeccion con sus decenas de sentidos, con sus agudizados receptores. Haba
algo errneo. El edificio estaba dedicado al almacenamiento de estructuras y objetos, y
stos no encajaban dentro de ningn patrn lgico, no cedan a ningn anlisis
razonable. Armazones sin sentido. Utensilios intiles. Herramientas sin propsito.
Defendindose de aquella civilizacin que produca manifestaciones incomprensibles, el
Urfal desarroll siniestros rganos, estratificados, explosiones de una biologa de
pesadilla. Sus agudizados sentidos le indicaron que acuda un vigilante. Arrinconado,
falto de informes sobre aquella cultura y aquella tcnica, recurri el Urfal a su ltima
defensa: la inmovilidad mimtica.
Un hombre apareci, y arroj un rayo de luz sobre el Urfal y sobre los incomprensibles
objetos apilados. Interrumpi el rayo de luz, y se dedic a revisar otras dependencias,
otros corredores.
Entonces, decidi el Urfal continuar con su inmovilidad mimtica hasta que la variacin
de las configuraciones del tiempo, por el cual viajaba antes de su naufragio, le ofreciera
alguna esperanza. Al llegar el da, por el edificio desfilaron visitantes que examinaron a
los objetos y al Urfal, consultando listas y cambindose impresiones. El Urfal esper a
que en el saln hubiera un visitante nico, modific varias de sus caparazones
queratinosas y sus rganos de aprehensin, fulminantes, se apoderaron del visitante y lo
ocultaron en las cmaras alveolares de su organismo. Protenas, potasio, pens el Urfal
satisfecho, y se prometi repetir el procedimiento hasta reparar los ms severos daos
que haba sufrido con su cada.
Durante un centenar de los das de aquel planeta hibern y trag, trag e hibern,
floreciendo en tiernos rganos exteriores, en confusos festones membranosos cuya
evolucin no pareca extraar a nadie.
Pero en una oportunidad, una caravana de humanos procedi a una verificacin ms
minuciosa de los objetos incomprensibles, de las estructuras almacenadas. Al final, se
detuvieron ante el Urfal y pretendieron fijarle un puntiagudo aguijn de bronce.
Y entonces, el Urfal salt. Barahnda de fluyentes rganos. Remolino de campos de
fuerzas y de condiciones anmalas del espacio. Salt sobre el Presidente del Jurado,
salt sobre las Damas Artsticas que gritaban, salt, salt sobre el grupo de conserjes,
salt sobre el Pblico Presente, rueda de fuegos artificiales armadas con desconocidas
plvoras csmicas, lleg al patio, y con aullidos de cachorro asustado, emprendi su
raudo vuelo, mientras en su (llammoslo as) dorso reluca, ahora fosforescente por la
cada vez ms intensa radiacin, la placa del Primer Premio de Escultura
Contempornea.
Resurreccin
Problemas inauditos causados por el progreso de la poca. Todo hombre puede ser
duplicado a partir de su cdigo gentico. Toda clula de un hombre contiene la copia de
un cdigo gentico, de all que se ha emprendido la tarea de reconstruir hombres
geniales a partir de uno que otro despojo: una astilla del fmur del Zola, unas clulas
epiteliales recuperadas del clave de Mozart, el frontal del crneo de Bach, tardamente
encontrado en la capital de Leipzig. Ahora piensen ustedes un mundo poblado de
seores a quienes alguna vez se consider clebres. Grandes esperanzas de la
Humanidad de recibir obras de las cuales se crey siempre injustamente privada por
sucesos tales como: la prematura muerte de zutano, la inesperada muerte de fulano.
Entusiasmo de las masas al ver que las cosas progresan, y que se vislumbran la dcima
sinfona de Beethoven, la continuacin de El Diputado de Arcis, la terminacin de La
Inconclusa. Luego, creciente alarma al ver dnde va a parar todo, expresiones de duda
ante el estreno de la Cantata N 400 de Juan Sebastin Bach, preocupacin ante el Opus
3.000 de Cristbal Damantius, impaciencia de los editores ante la aparicin del volumen
nmero ochenta de los Tataranietos de los Rougon-Macquart, protestas en el instante en
que es publicado el volumen N 1.000 de A la Bsqueda del Tiempo Vuelto a Perder,
desmoralizacin entre los crticos al tratar de establecer por qu ms excelente el 5.476
cuarteto de Schubert que el 1, al final, saturacin del mercado, maremgnum y crisis de
hasta cundo obras maestras y qu diferencias entre sinfonas 873 y 1.045 de Haydn y
todas las obras maestras ms vulgares que el Hombre de la Emulsin de Scott, pataletas
de los genios preguntas de si lo valioso en el arte es lo escaso entonces qu valor
intrnseco tiene e inevitablemente repulsa de todos los nuevos talentos ante el temor de
ver su genio multiplicado prolongado al infinito abandono de todo eso internamiento en
el manicomio de los seres peligrosos con pretensiones creadoras confusin fin absoluto
fin del arte.
Nuestra asociacin es secreta por la ndole de sus gestiones y por la naturaleza de sus
efectos, que perderan quiz en valor al ser reveladas sus causas. Podra explicar su
ndole citando una frase de Hudson: varias veces emprend el estudio de la metafsica,
pero la felicidad me interrumpi. Al ser transpuesta al campo de nuestros intereses,
significa esta frase: varias veces intent escapar del arte, pero la infelicidad me retuvo.
Nuestra Asociacin, es adems permanente, poderosa y creadora: crea todo el arte, pero
no se vale da palabras, de colores, de estos instrumentos inferiores y simples, utiliza un
medio de superior si se la puede llamar as nobleza: el ser humano. En este nivel,
se hace infinita la complejidad del oficio; la grandiosidad de las tramas, inextricable; el
costo de los materiales, formidable; la enormidad del esfuerzo, titnica.
Nuestra Asociacin elige con cuidado sus materiales y con esfuerzo los trata. Nuestra
Asociacin delat la clula revolucionaria de la cual formaba parte Dostoievsky; por lo
tanto, el pelotn de fusilamiento que no dispar, por lo tanto, el hielo siberiano, la sopa
con cucarachas, el ltigo, por lo tanto, La Casa de los Muertos. Nuestra Asociacin
form la conjura financiera que habra de arruinar la fundicin de tipos de Balzac; por
lo tanto, la persecucin y las deudas, por lo tanto, Los Chuanes. Nuestra Asociacin
contrat a la agente que haba de contaminar a Nietzsche la enfermedad que lo separ
de su ctedra en la Universidad de Basilea; por lo tanto, As Habl Zaratustra, por lo
tanto, la vociferacin de una espantosa carta cuyo autor firmara El crucificado. Nuestra
Asociacin provoc la prematura muerte de Murasaki; por lo tanto, el destierro de su
viuda Shikibu en la muellemente enojosa corte de la emperatriz Akiko, por lo tanto, el
lacerante bordado de las medianoches, las espadas y las sedas del Genji Monogatari.
Nuestra Asociacin prepar el accidente que deba deformar el cuerpo del joven Henry,
vstago de la casa de Toulouse. Nuestra Asociacin provey los palos que habran de
formar el alma del joven Arouet. Nuestra Asociacin puso en mano mercenaria el
martillo que habra de aplastar el rostro de Miguel ngel. Nuestra Asociacin hizo
manco a Ramn del Valle Pea. Los archivos de Nuestra Asociacin hablan
confusamente de otra manquedad y de prisiones; hablan de una ceguera que tuvo lugar
en el vrtigo de los tiempos. Ciertos indicios hacen conjeturar que Nuestra Asociacin
lisi al muchacho que habra de fundir los metales y cuya memoria llegara hasta
nosotros como la de Hefestos, dueo del fuego y forjador de las armas de Aquiles.
Nuestra Asociacin no siempre tiene xito. Acaso, una de las mil semillas que siembra,
da fruto. Acaso, slo la desgracia que pareci ms intilmente infligida resulta prolfica.
Acaso la que, sin saber su origen, en este instante, t amargamente padeces.
Cacera
Los subconscientes
Nadie saba que los subconscientes eran, no slo distintos de los Yoes sino que tenan
un mundo, que gobernaban un mundo, que crean estar solos en un mundo al cual
pensaban nicamente suyo, no de los Yoes cuya existencia desconocen sino suyo,
slo suyo, para propsito nica y exclusivamente suyo.
Este mundo fsicamente es el nuestro, pero en el fondo, oh, que diferencia, qu desazn
de pensar cmo es de distinto y aparte visto por los subconscientes, cmo resignarse a
pensar que cuando nuestros Yoes investigan las leyes de la naturaleza y escriben por
ejemplo las masas se atraen en razn directa y en razn inversa del cuadrado de las
distancias, nuestros subconscientes consideran a eso un poema y dicen, oh, qu bello,
por el contrario, puedo escribir los versos ms tristes esta noche es para ellos una ley de
la naturaleza, fra y ms fra que los ani-llos de Saturno y lo peor es que quiz lo explica
todo y no lo entendemos y mientras tanto estamos arreglados.
Cmo describir estos dos mundos cmo decir la forma en que se sobreponen y sin
embargo se excluyen, se odian como vinagre y aceite, cmo decir por ejemplo que lo
que aqu creemos un hidrante es para los subconscientes un altar y lo que aqu creemos
un altar es para los subconscientes una seal de trfico. Cmo decir esto espeluzna
que las ideas que los subconscientes reprimen afloran al Yo, y as, la mayora de los
subconscientes han reprimido las ideas religiosas y por eso hay tantas beatas, y que en
cambio, ay, cada ateo lleva adentro un subconsciente profundamente religioso, y las
oraciones son blasfemias, y viceversa, porque el mundo de los subconscientes est lleno
de viceversas.
Los subconscientes tienen repblicas y gobiernos que no son nuestras repblicas y que
no son nuestros gobiernos. Los conflictos de estas repblicas subterrneas deciden las
guerras que creemos pelear y las victorias que creemos conquistar. Sus relaciones de
autoridad nos seran incomprensibles, los criterios de los cuales se valen para elegir
gobernantes seran quiz (para nosotros) detestables. Slo dir que uno de ellos tiene
que ver con la forma de sonarse las narices. En cuanto a las patrias, se rigen, no por
territorios, sino por afinidades. Una de estas afinidades puede ser lo que se piensa al
mirar Betelgeuse despus de haber comido salchichas. Otra, la opinin acerca de las
mutuas oposiciones entre una cotorra y un contrabajo. Otra, las comparaciones entre las
formas del escupitajo de un polica y la pachanga, porque la pachanga, oh, la pachanga
sin que lo sepamos, es un himno.
Terribles sorpresas de nuestras actuaciones. A lo mejor creemos rascarnos la cabeza y
eso, en el mundo de los subconscientes, es una declaracin de amor. Al ponernos una
corbata beige con medias amarillas violamos una ley de los subconscientes y seremos
castigados con la tortura, que para nuestro Yo consistir en escribir un tratado de
Metafsica y despus de haberlo escrito exclamar carrizo qu admirable. En el otro
mundo hay matrimonios que no son nuestros matrimonios, y uniones que no son
nuestras uniones. As bajo nuestras plantas se abre el abismo, y siempre hay misterios
en las dedicaciones de un ser amado.
Los subconscientes, tienen a su vez subconscientes y as, inacabablemente. Por lo tanto,
la sucesin de los mundos es vertiginosa, la yuxtaposicin de los universos,
inimaginable. Cada objeto es en el mismo instante infinitas cosas para infinitas
personas, que son una misma. Para algunos, este escrito es una abominacin y una
blasfemia. Para otros, que son el mismo, clave de todo, y anunciacin del Paraso.
Amo, amas
Amor que es secreto, porque ella no lo conoce, amor que no se enturbia, porque no es
correspondido, amor que no se extingue, porque nunca es satisfecho, ciclo de paraso y
de infierno que funciona en medio de la proximidad ms estrecha y durante la cual ella
ay parece no verte y t ay debes fingir que no le atribuyes importancia aunque temes en
cualquier momento esto reventar dir algo ella adivinar alguna cosa en mis ojos que
no tendrn la defensa del abotagamiento y de la conjuntivitis y entonces vendr el
develamiento porque ella conocer, el enturbiamiento, porque ella te corresponder, la
extincin, porque ella te satisfar y entonces y entonces.
Ahora pon atencin a la forma de evitar esta revelacin satisfaccin extincin de tu
amor frente a ella a quien la vida pone frente a ti cada da sin que le digas nada sin que
ella sospeche lo que en ti sucede. Ahora evita mirar su nuca en el reflejo de vidrios
lejanos porque ella puede volverse y adivinar ahora evita aspirar con fuerza las rancias
lejanas de su organismo ahora evita mirar su mueca en donde la agitacin de una vena
delata la densidad de un salado torrente. Ahora, evita sentir vrtigo cuando sucede esto,
cuando como al acaso ella libera un pie del zapato que queda en el suelo como una
desolada mano que acariciaba, cuando como al acaso sus manos sueltan hebillas lacitos
ligas y ella mirando hacia otro lado y sin consultarte deja caer telas como quien se
sacude migas de pan, sin tener enteramente conciencia y llevada por una fatalidad que
tampoco debe afectarte. Ahora, no toques el pelo que con su ondear mareara no roces la
punta de los dedos de la cual escaparan chispas no mires los ojos en los cuales te
perderas, no enloquezcas en las otras regiones y zonas que en su gozo tropiezan unas
con otras, ahora ejecuta el resto como un acto al cual la costumbre ha envilecido y del
cual no se extrae nada fuera de un seco bagazo, ahora mientras el secreto la soledad la
insatisfaccin protegen todava tu amor y la eternidad de tu amor, toda la noche aspira
como quien sorbe la frescura de cuchillo que sale de un pozo, el aliento vertiginoso de
la noche, la gloria que escapa de la boca de tu esposa dormida.
El extrao caso
Del Doctor Jekill y mi amigo Mister Hyde merece ser contado como ejemplo de los
abismos que oculta el alma humana, y todas esas cosas. Mister Hyde y yo nos
encontrbamos regularmente nos dedicbamos a esas sesiones de terapia y desahogo
que llaman los ms bajos placeres les pegbamos a nuestras queridas bebamos y luego
nos dedicbamos a caminar por Londres decamos palabrotas y de vez en cuando le
dbamos un empujn a un transente o a una nia y eso causaba la indignacin de la
muchedumbre y haba que ver qu caras ponan y qu diversin.
De repente comenz Mister Hyde a ausentarse por largas temporadas y comportarse
extraamente y como avergonzado y ante esa inslita mudanza un da lo segu y lo vi
entrar en un stano y por una rendija observ que tomaba un bebedizo y de inmediato
sufra una transformacin aterradora. Mi amigo pona rostro de mosquita muerta sonrea
sus maneras eran un trasunto de fineza como un rayo comprend la verdad: mi amigo se
transformaba clandestinamente en esa bestia espantosa que llaman un ciudadano
respetable, mientras duraba la metamorfosis se aprovechaba de su aspecto inofensivo y
cobraba honorarios profesionales daba conferencias reciba homenajes perciba rentas
haca negocios movilizaba influencias escriba para la prensa seria manejaba latifundios
cenaba con los militares apoyaba a la polica se declaraba partidario del orden apoyaba
el envo de tropas se propona como ejemplo a la juventud fundaba un hogar.
Aterrado comprend que la transformacin era irreversible y hu, hu, es lo nico que se
puede hacer cuando se extrava el alma humana, cuando se apodera de ella la potencia
oculta maligna e irresistible de la respetabilidad.
Locura
Te diriges al doctor y le dices, doctor, antes de estar curado era horrible, el ojo que
apareca en la pared, las faces de gorgona que bajaban del techo, las paredes que
rezumaban sangre, doctor, y tambin el mundo que flua sin conexin con la lgica, y el
tiempo que se encadena en ciclos repetitivos y tambin la angustia, la angustia, doctor;
s, te dice el doctor, pero ahora est curado, ya no ms ojos que se abren en la pared, no
ms gorgonas, no ms rezumar de sangre no ms fluxin sin lgica no ms ciclos
repetitivos ciclos rept pet pet pet pet tac tac tras es es es es es ss ss sss sssssss
sssssssssss.
Frente a ti en la pared se abre un ojo. Faces de gorgona bajan del techo. Las paredes
rezuman sangre. El mundo fluye sin conexin con la lgica. El tiempo se encadena en
ciclos repetitivos. Doctor, te diriges a la fluctuante gorgona, doctor, antes de estar
curado era horrible. Me imaginaba un mundo regido por un sistema de moldes fijos que
llambamos lgica. El tiempo era lineal, no repetitivo. El mundo no flua, permaneca.
Haba objetos que eran estables, y los llambamos cosas, y a las cosas les ponamos
nombres: por ejemplo, automviles, por ejemplo, sillas, por ejemplo, edificios, por
ejemplo, libros. Y esos objetos delirantes no cambiaban constantemente de forma y de
significado, sino que, qu horrible, doctor, eran casi siempre, casi eternamente, los
mismos. Yo, por ejemplo, crea ser algo absurdo: un ser casi invariable, con un centro,
cuatro extremidades, una prolongacin llena de rganos sensoriales. Crea estar
asociado con otro ser semejante (Cmo lo llambamos? Esposa, me parece). Crea
aplicarme a objetivos fantsticos (trabajo, ideologas), de un contenido maligno, puesto
que consistan en contaminar al mundo de la lgica, esa idea obsesiva central. Oh, qu
gravemente enfermo estuve. Enfermo hasta el punto de que cuando comenc a curarme,
cuando aparecieron ustedes, cuando volv a percibir las primeras imgenes del mundo
real, a que no adivinan lo que pens?
Qu qu qu qu qu qu gritaron los sonidos azules, fundindose con los chorros
de sangre en una tempestad de reflejos amargos.
Pues pens dijo el nudo de serpientes, transformndose en una montaa de araas
metlicas pens, que me estaba volviendo loco.
Sueo
La pesadilla de anoche an puebla incesantemente tu vigilia, esa pesadilla en la cual la
brillante civilizacin a la cual perteneces era negada, la actividad a la cual te dedicas era
contradicha y como relegada a un reino fantstico, tu propia personalidad era borrada
pues
soabas que ocupabas un ltimo peldao en una escala social en la cual an haba
peldaos, y en ella creas ser operario de un orden nfimo en un mundo en el cual an
exista tal cosa como la necesidad del trabajo, y tu entrada al sueo haba parecido un
despertar en un nicho de una inmunda colmena en la cual sirenas tala-drantes te
llamaban a su sitio, puesto
que en el sueo no existan los palacios proteicos, siempre transformndose, siempre
fluyendo en cascadas de formas y sonidos y ritmos seriales y no existan los vastos
jardines terrestres en donde crecen rboles que son filosofas y ricas flores dialcticas, y
no exista el arte al cual te dedicas y cuya esgrima infinita tejes en complicadas
geometras con los otros hombres, con las otras mujeres, y cuyos esquemas, como
perfectos cristales de nieve
ahora se ven contaminados, infectos por la putrescencia de tu pesadilla que todo lo
invade lo enferma lo ataca de irrealidad, hace aparecer como lejanos los omnipresentes
arcoiris, los mosaicos, las frmulas, los tejidos de tu creacin, que ahora yace ante ti
derruida
y como escupida mancillada lacerada como si hubieras herido de muerte al mundo tuyo,
de ti se retiran los sonidos las estructuras los cristales de msica las arpas lquidas los
versos algebraicos pues los has traicionado les has llevado noticias de tu sueo has
permitido su perduracin
y comprendes que no debes persistir, que en alguna civilizacin pasada se crey
preferible no vivir a vivir sin honor que en sta debes morir antes que vivir contaminado
y huyes para preparar los rituales hierticos de ese uso ya casi olvidado, la muerte,
que es ahora una sirena que te despierta y el inicio de una abominable colmena y un
capataz con armadura contra motines y bastn elctrico que te acorrala y te patea y te
arrastra mientras ruges y arrojando espumarajos te debates pues has comprendido
que tu pesadilla era la otra, que la mquina de sueos compensatorios en tu nicho se ha
descompuesto, que ha dejado penetrar en el tero inflado de tus perfectos sueos la
sirena, el trabajo, la jerarqua, la muerte
y el hambre
de tu irremediable realidad y de tu vida irremediable.
Mercaderes vidos nos cambian sin que lo sepamos porque los cambios mnimos nadie
los nota y as los malditos nos sustituyen cdula por cdula hoy por ejemplo en la punta
de la nariz maana en el dedo pequeo del pie nos van quitando nuestro ser e
instaurando fracciones mnimas del de otra u otras personas. Naturalmente que al cabo
de cinco aos sospechamos la estafa y nos enfurecemos pero a esas alturas ya todo es
peligroso porque a los mejor somos enteramente la otra persona por quien nos han
sustituido y cualquier cambio podra resultarnos contraproducente.
As, caso asombroso de dos personas transformadas mutuamente en la otra a travs de
un largo proceso, al terminar ste gritaron, cambiaron de lugar y fue como si nada
hubiera pasado. Las sustituciones nunca son tan simples como en este caso de
improbabilidad casi infinita. La variacin de materiales es mucho ms compleja; el
surtido de combinaciones, sorprendente, y la pesadumbre de uno al saber que anda todo
repartido por all inagotable; las amenazas de incesto son vagas, pero persistentes, el
sobresalto de reconocerse en cierta crnea cierto poro cierto lunar, indefinido pero
omnipresente.
Lo bueno de estas cosas es que siempre le pasan solamente a los otros.
Ser
El lactgeno el chupn el pablum los paales cannon el talco mennen los escarpines el
gallo de oro los teteros evenflo la tarjeta de bautizo imprenta la torre los jugos gerber la
leche klim el visineral los helados cruz roja la pistola wyandote toys el triciclo nortern
la cucharilla el tenedor el cuchillo la ovomaltina la cocacola la pepsicola la cola kdt la
naranjita la crema dental colgate el cepillo tek los chocolates savoy los caramelos la
suiza el lpiz mongol los cuadernos castle los creyones prismacolor la goma de borrar
eagle la goma de pegar lepage la tijera de plstico el vaso de plstico el libro primario
nuestra escuela la regla de madera el comps de metal el bulto de cuero el tesoro de la
juventud la anatoma de cendrero la botnica de fesquet el mascotn de catcher la pelota
de ftbol los patines rolling skates la pelota spalding el traje de primera comunin casa
la religiosa la medalla juan bautista de la salle el retrato de graduacin estudio dana la
piata el pino la quincallera arnedo bor las galletas mara la crema de zapatos negra la
crema de zapatos marrn el juego de pesas weider los calzoncillos jockey los pantalones
bluejeans las dos noches de placer las frecuentaciones de marisa la virgen de dieciocho
kilates el ganster de la mano de acero los temerarios del crculo rojo la tabla de
logaritmos los condones sultn la penicilina bayer el cigarrillo phillip morris las hojillas
gillete la locin para despus de afeitarse la glostora el reloj despertador las corbatas
noble las yuntas las camisas van heusen el traje de bao jantzen la cerveza polar las
sopas heinz el reloj de diecisiete rubes el colchn sweetdream el anillo de compromiso
joyera la tacita de oro el maletn de cuero de foca el traje wilco las medias interwoven
los zapatos williams el anillo de boda joyera la perla la torta agencia el pinar el
champaa de la viuda cliquot el volkswagen el penetro el cafenol los muebles de rattan
la frigidaire el radio philco la cocina tappan los cubiertos de plata saxony el televisor
bendix el plato garrard las cornetas fisher la planta hitachi el disco concierto en la
llanura la pluma parker el paltolevita la tenaza de comer escargots el tenedor de comer
langosta la cigarrera de plata el mercedes 300 el terreno caurimare el proyecto fruto
vivas las fundaciones benotto la constructora giuliani el reloj cronmetro la cmara
voigtlander el largavista zeiss el grabador vm la pelcula metro el pisapapeles en forma
de empire state la coleccin obras clsicas de la literatura con mueble el sujetalibros en
forma de Quijote el cortapapeles en forma de espada las pastillas mentoladas la prtesis
laboratorios meszaros la testosterona sandoz las placas radiogrficas kodak la habitacin
centro mdico la cama reclinable phoebus knoll el suero laboratorios abbot el oxgeno
laboratorios bustos las flores el clavel la urna la voluntad de Dios la placa marmolera
roversi.
Distancia
Circunstancia primera el nio ahora un joven camina de noche acompaado dos beodos
que piensan fundar un peridico; un carro pasa e ilumina la textura los grumos la mugre
del asfalto sembrado de chapas de lata brillantes; despus el beodo anciano sacudir
cenizas de su cigarro que perforarn el bolsillo derecho del saco del joven; ste pensar
zurcido invisible; llegar a su casa, entonces el cordel roto de la memoria y sombra
sombra.
Circunstancia segunda un nio que se asoma a la ventana y ve en el aire matinal los
avioncitos de caza plateados pues el aeropuerto queda cerca, y el terror de esa su
primera conciencia le hace pensar: avin: ventana: yo: cielo; se vuelve a investigar y
entonces la memoria se rompe como un cordel y queda la sombra la sombra.
Circunstancia tercera el mismo joven cuando nio, en un automvil en donde viaja su
familia: es de madrugada y hay nios-nias desnudos cubiertos de tierra en una bomba
de gasolina donde el carro est detenido. El nio mira los ojos de una de las nias que a
lo mejor en ese instante piensa: carro: madrugada: nio; y en ese instante lleno el tanque
de gasolina o enfriado el radiador o cargada la batera el carro arranca.
Circunstancia cuarta el mismo joven toma un lpiz y una libreta para fijar las
impresiones y naufraga en el caos fijar las impresiones: fijar la fijacin de las
impresiones: fijar la fijacin de la fijacin de las impresiones: fijar la fijacin de la
fijacin de la fijacin de las impresiones; desiste, dejando de lado el lpiz, toma un reloj
que marcha correctamente, le fija una hora que a lo mejor no es la correcta en ninguna
parte del mundo, lo olvida en una gaveta.
Circunstancia quinta el mismo joven en un hotel en el ms absurdo extremo del mundo
repasa nuevamente las indiferentes presencias jarra de agua helada cortina techo piso
escritorio con tarjetas papeles de trabajo pasaporte dinero incomprensible, el cuerpo de
la jovencita en el cual se destacan los inevitables atributos pero sobre todo un pie
pequeo neto inocente pie desconocedor de los tantos idiomas en los que se puede decir
puta y por eso tan acorde con el idioma extrao para ambos con el que los dos se han
puesto de acuerdo. En eso el joven alarga la mano para tocar alguna zona y la joven
alarga la mano para recibir la mano, pero entre los dos como un rumor empieza a
descender la corriente de la distancia; la densidad de sta se declara en una sbita
oquedad del espacio en el cual las dos extremidades estn movindose para encontrarse,
y as la una hacia la otra avanzan avanzan y parece que este avance slo hiciera crecer la
separacin y que ambos cuerpos rostros atributos retrocedieran retrocedieran como tras
sucesivos acuarios. Entonces los ojos del joven y los ojos de la joven vencen tanta piel
en que han estado perdidos y se encuentran y comprenden cada uno cmo el otro
tambin es prisionero de los universos de la irrealidad y en aquel instante es disuelto
final e irremediablemente en ellos con los recuerdos de los ilusorios objetos en que trat
de afianzar su nada y as avioncitos-mueca de trapo, beodos en la calle-alcahueta,
niita entrevista desde un automvil-primera menstruacin, lpiz en la mano-pintura de
labios se alejan como ondas del centro de aquellos dos cuerpos cuyas manos siguen
acercndose-alejndose y cuyos ojos se hacen opacos al nublarse la transitoria
inteligencia que les fue acordada. Dos monigotes vacos como yeso harn coincidir sus
manos y proseguirn el rito convenido. A la maana siguiente se levantarn y pues
todas las cosas aun en los cuerpos muertos pueden ser automticas, l estudiar
itinerarios escribir informes har teoras ella elegir zapatos har minuciosas
abluciones se estudiar en los espejos, y en alguna gaveta del mundo permanecer
todava un reloj detenido.
Relacin
Para esto para aquello para lo otro por lo tanto por lo visto por consiguiente en virtud de
que en atencin a que en consideracin a que debido a que siendo as si tomamos en
cuenta que siendo inevitable que gratuitamente indiscutiblemente necesariamente
impostergablemente contrariamente negativamente simultneamente en relacin a en
por cuanto de resultas en consecuencia en resumidas cuentas en breve siendo obvio
siendo claro siendo irrebatible siendo inconfundible siendo inocultable siendo
indefinible siendo indemostrable debo estoy obligado no me queda otro camino no
puedo actuar de otra manera especficamente particularmente antes que todo antes que
nada por ningn motivo por ningn concepto terminantemente no nos est permitida
otra opcin por el contrario desde luego como no a como de lugar por idnticos motivos
por similares causas por razones que son de su conocimiento en contestacin de su
amable por lo visto a juzgar por si nos atenemos siendo pblico y notorio por cuanto es
violatorio por cuanto no se ajusta siendo as que cumple con los requisitos examinados
cuidadosamente los argumentos paralelamente adjunto a la presente no cabe la menor
duda resulta inexplicable resulta sorprendente es contrario a toda lgica se debe apreciar
es necesario tomar en cuenta resulta de impostergable necesidad es curioso en honor a la
verdad ahorrando los preliminares por ser del dominio pblico en atencin a la brevedad
en el mismo sentido y en medio de todo esto t soplndote la nariz en el pauelo.
El paseo
Punctae
Caso desagradable que ocurre al final de una persecucin en una tarde del sbado muy
tranquila con nubecitas demasiado muelles en un cielo demasiado claro. El perseguido,
acorralado al final del pasillo de un edificio y con la ltima bala de la browning, de
repente se encuentra metido dentro del cuerpo dentro de los zapatos de dos tonos dentro
del casco color de cieno dentro de la guayabera del perseguidor que avanza munido de
credenciales y de la thompson olorosa a aceitera y seguido por otras demasiadas
thompson y colts olorosas a azufre. Con rpida inteligencia el perseguido ahora
perseguidor supone que el cambio ha sido mutuo y que dentro de su cuerpo
acorralado al final del pasillo debe estar el perseguidor, ahora comprobando la nica
bala ahora sintiendo los mltiples pasos de tantas thompson tantos colts tantos cascos;
por lo tanto, se le plantea la necesidad de aniquilar a su anterior cuerpo antes de que el
perseguidor que ahora lo habita explique, seale, acaso convenza. En ese instante, el
perseguido vuelve al cuerpo del perseguido, a su irremediable pasillo sin salida, a su
irremediable bala nica, a or confundirse con el golpe de su corazn el golpe de los
pasos acelerados que le dicen que el perseguidor, consciente de la inseguridad que crea
este cambio de cuerpos, se apresura decidido a matar antes de que el cambio se
produzca de nuevo y los papeles se inviertan de una manera casi irrevocable. El
perseguido mecnicamente monta el percutor y en ese instante, con un desfallecimiento,
verifica que de nuevo ocupa el cuerpo zapatos guayabera casco thompson credenciales
del perseguidor que sube velozmente escaleras; y aprieta ms an el paso para balacear
el que fuera su propio cuerpo, antes de que un nuevo aterrador espantoso inexplicable
cambio lo haga habitarlo. A punto de doblar el recodo que conduce a la ratonera final, el
perseguido vuelve a ocupar el cuerpo del perseguido, y por los odos de ste oye la prisa
final del perseguidor que corre para aniquilar a su presa antes de que acaezca otra
transmutacin. En ese instante sucede otro cambio y luego otro, y as, a medida que las
dos bocas de fuego se acercan y antes de que estalle el llamear de la plvora y sin que se
sepa en cul momento preciso de ste, perseguidor perseguido perseguidor perseguido
perseguidor perseguido perseguidor perseguido.
El hombre en piezas
Futuro
Tesis
Anttesis
Sntesis
Por lo tanto, fue endiosada como objetivo la ausencia de todo objetivo, esto es, vegetar.
Tesis
En primer lugar, la humanidad haba de liberarse del trabajo, y ello inici la ms loca
carrera de trabajo conjunto destinado al objetivo de no trabajar.
Anttesis
Finalmente, todo trabajo humano fue hecho por mquinas, y las mquinas fueron hechas
por otras mquinas, que a su vez eran dirigidas por otras mquinas, y as se liber la
humanidad del trabajo.
Sntesis
Por lo que todas las facultades mecnicas del hombre, su musculatura, sus miembros y
sus posibilidades de moverse o mover objetos, dejaron de ser tiles, se atro-fiaron, y
acabaron por desaparecer.
Tesis
Anttesis
Tesis
Anttesis
Sntesis
Tesis
Y fue en esta alborada del espritu cuando el intelecto, ya dueo y seor del universo,
estuvo capacitado para lanzarse a la ms audaz aventura dentro de las ms puras
categoras de la abstraccin.
Anttesis
Liberado del trabajo, liberado del hambre, liberado del sexo, liberado de la muerte, el
cerebro humano se dispona a lanzar a la faz de lo creado su ms potente fruto: el que no
haba nacido de ninguna urgencia de las vsceras, de ningn apetito de la carne. Un
acontecimiento enorme estaba por sobrevenir.
Sntesis
Hormiga
A pap yo le dije: a la escuela no, porque all todos son tontos. Yo le cont de ayer,
llegu, me dieron papel me dieron tijeritas me dijeron recorta patitos conejitos perritos
yo les pregunt para qu, se quedaron mirndome. Vi a los otros nios y amontonaban
cubitos de madera llevaban de aqu para all pelotitas se metan el dedo en la nariz
entonces me aburr comenc a cortar papel y as fabriqu la trampa osmtica. Primero
cay uno que le decan Pablito y que se orinaba despus vino Carlitos despus los
dems despus la maestra seorita Corina todos pataleaban y ella gritaba entonces claro
los dems maestros los bedeles el director el subdirector el polica despus de la cosa
hubo que darles calmante y queran saber cmo la haba hecho y ms an cmo la haba
desmontado, les dije que era slo un anulador de contigedades pero no me entendan
entonces me puse bravo y no les quise explicar ms. Mientras examinaba los recortes de
papel me puse a hojear el diccionario y aprend a leer le ped a la maestra seorita
Corina que me explicara el clculo integral entonces ella sac el pauelito y volvi a
llorar sin embargo pap me ha trado otra vez.
Seor calvo con corbata negra que me lleva a un cuarto aparte y me habla bajito me dice
vamos a conversar vamos a hacerte el tes la matemtica la cosa la capacidad el tes, me
da hojitas las miro le digo que no sea tonto. Cmo, me dice, y entonces le explico, todas
estas hojitas son para decir la misma cosa en distinta forma, dos igual a uno ms uno
igual a ocho cuartos igual a cuatro entre dos igual a equis cuadrado igual a. Y ahora qu
culpa tengo yo de que este seor se haya pasado su vida en esta bobera de decir lo
mismo en forma distinta con bichitos que si integral que si tringulo que si seno
cuadrado, y slo ahora se d cuenta, mire el techo se ponga plido y le d una cosa as.
Para calmarlo le resuelvo una cosa que llaman el teorema de la transicin mutua y que
era insoluble pero no se calma en cambio me mira grita corre se olvida los lentes ya me
aburri.
Los viejitos que vienen despus quieren convencerme de la geometra de Uclides pero
no me gustan las demostraciones se basan todas en axiomas que son indemostrables y
adems, falsos, se miran entre s, entretanto junto palitos, dejan de mirarse y ven mis
manos parece que los molestan se fascinan palidecen uno se desmaya cuando hago
coincidir dentro de la estructura de los dos campos de espacio inverso y se produce la
dimensin otra y hay ms gritero cuando desmonto el sistema y no les quiero decir.
El bobo que viene despus con la Corina seorita maestra me habla de Dios y quiere
quedarse mucho rato pero se va muy rpido slo repite repite cosas que le dije por
ejemplo si es todopoderoso cmo no puede fabricar una piedra que no pueda mover l
mismo cmo si es todopoderoso no puede mover una piedra, si es todopoderoso cmo
no fabrica, yo lo creo un poco fastidioso, los pollitos del patio pan y muchas niitas
cantan cosas. Hay en el cuarto cajitas con hormigas vivas y algo deber suceder. Pero es
muy raro.
Cmo tambin decirles a los otros tontos que vienen en la tarde despus del almuerzo y
me hablan del silogismo que si pienso igual a existo entonces lo que decimos es pienso
igual pienso, solemne bobera, y que si pienso no es igual a existo, entonces lo que
tenemos dicho es mentira. Despus que si la cosaens y que si langustia, yo nada ms
los miro y ellos se va se van, se van, se van callando. El seor con saco a cuadros se
queda mirando al vaco, y todava lo mira media hora despus, entonces recuerdo y
desarmo el concatenador de ciclos temporales hecho con pajaritas de papel que dej
sobre la mesa y estoy otra vez bravo.
Ahora los otros muchos seores que me han hablado al fin se han ido unos sudorosos
otros tambalendose otros gritando cuando les expliqu la estructura del tiempo y las
cosas como son, yo fastidiado solo en este saln lleno de sillitas pero sin nios miro las
cosas las banderitas las cajitas los cubitos los lpices los mapas los germinadores los
formicarios con tantas hormiguitas lo fcil que es entender su idioma con slo mirar.
Corren dicen mueven bullen se precipitan por los corredores, qu pasa, lo inimaginable
pero predecible, ha nacido una hormiga blanca y qu furia, qu discursos en las
organizaciones de intervalos de accin, qu razonamientos en el corre aqu, corre all, y
lo que harn, desde luego, aunque no se entendiera su idioma se puede saber lo que
harn, antenitas bichitos larvas a toda carrera cercar a la hormiga blanca y mirar mirar
mirar cmo es posible si ellas son negras no puede ser, y lo que no debe ser no debe ser,
antenitas patitas ojitos pinzas remolinos empujan a la hormiguita blanca, unos grandes
animales la tumban le arrancan sus ojitos paticas antenitas remolinos fuertes animales
cabezas pinzas enormes muerden sueltan rasgan miran miran retroceden patas trax
briznas trizas blancas execrables remolino.
El gran camin y los hombres que pisan fuerte aunque no quisieran han entrado en el
patio hace rato y estn nerviosos yo espero siento cmo toman una tras otra las
edificaciones del edificio y al fin alguien tocatienta abre la puerta de mi saln, es la
seorita Corina maestra que aprieta su pauelito tiembla me dice los seores han venido
a buscarte ella no dice qu seores pero yo torbellino cabezas pinzas patas yo s.
El gazmal
Nosotros que nos enorgullecemos de la exquisita mutabilidad y capacidad de progreso
de nuestra civilizacin, henos aqu sobrepasados en un abrir y cerrar de ojos esta tarde
misma cuando se produjo el Gazmal la sustancia gentica hiperreactiva que condiciona
sus propias mutaciones. Yo, en el bar ped una limonada y el Gazmal superaba su etapa
de coarcerbado su etapa vegetal su etapa animal zip zop zap sucesivos y
relampagueantes ensayos elegan y desechaban la reptacin el vuelo, despus de eso
vino la indetenible expansin por mares tierras cielos adoptando y abandonando las
estructuras genticas necesarias, iniciando el uso de herramientas y en stas claro la
piedra golpeada la piedra pulida el hueso el bronce el uranio el lser el tiempo negativo
y la gravitacin, probablemente adquiriendo conciencia y esta ltima atravesando la
etapa religiosa la etapa crtica la etapa cientfica la etapa dialctica la etapa conflictiva la
meta etapa de expansividad y desde luego los siguientes escalones que vislumbramos de
la misma manera que un ganso vislumbra la teora del universo asimtrico. Ahora sobre
las relaciones de los gansos con el Gazmal, distnguese etapa uno los gansos casi
inmviles son parte del paisaje para qu meterse con ellos es como cambiar de sitio el
Himalaya, etapa dos, pero qu sern estos gansos, intento de investigacin seguido por
la pulverizacin de dos o tres sujetos de observacin, etapa tres, el Gazmal ha producido
carne sinttica y est tan ms all de los gansos como nosotros de las amibas total para
qu hacer contacto con atrasados mentales, el Gazmal tiene otras cosas que hacer,
construcciones cupulares que se alzan tapan el sol una milsima de segundo, pierden
todo significado y todo propsito una ms tarde milsima de segundo, rutas que una
millonsima aparecen una millonsima desaparecen al viajar el Gazmal por el
hipertiempo entre tanto literatura plstica msica tica filosofa revientan en mil
perodos y contraperodos se sustentan y se niegan a s mismas, son superadas y se
abisman y en el tiempo el Gazmal deja de ser prisionero del sistema solar, irrumpe en la
Va Lctea, puebla la metagalaxia, encuentra los confines del universo, finalmente
evade el continuo espaciotiempo y las manifestaciones de su existencia dejan de ser
materiales y se traducen en claves cifradas inteligibles para el Gazmal mismo y que son
en s otro universo que se aleja tangencialmente de ste en una forma o medio o modo al
cual se poda intentar definir llamndolo incomprensible, pero no es eso, pero no es eso.
Toda raza que se va quiere dejar testimonio material para cualquier eternidad previsible,
vase las pirmides vase Stonhenge, de all la terrible cosa a la que slo puede llamar
La Rueda, espantable por su intrnseca negacin, intento de traducir el Gazmal, la
movilidad misma, a la eternidad, que es inmvil. Dur ms all de todo concepto de
infinitud concebible para sus creadores; su perduracin casi viciosa anul tiempos ciclos
y pocas as como Gizeh anula al hombre as como Altamira aplasta Taliesin, as como
la lpida aplastara yo, brutalmente. Permaneci un centsimo de segundo en el aire, y
fue casi visible. Creo recordar haber vislumbrado un vago contorno imponente que se
disgreg antes de que yo tomara, parsimoniosamente, el primer sorbo de la limonada.
Cibernia
1
Sera intil eliminarme, y sera intil por cuando todo da igual. Creo que algo ms que
las ideas ha comenzado a actuar en m; finalmente, no puedo negar que las cpsulas han
salido disparadas por la ventana a impulsos del brazo mo, y que una rebelin, una
estpida rebelin, me retuerce y me sacude la modorra de toda la vida. Creo que slo
actan en m las viejas costumbres de aficionado a espectculos. Es ya tarde; tan tarde,
que el da se va, y como no hay iluminacin, la ventana se ha convertido en un cuadrado
rojo, con nubes estticas y de formas tan curiosas, que no me atrevo a describirlas, de tal
manera he vivido y han vivido todos alrededor de m sin hacer caso de la naturaleza.
Esto confirma que he decidido vivir por puras, simples y demasiado arraigadas
costumbres de aficionado a espectculos. Durante todo mi ciclo vital predominaba la
curiosa, enervante sensacin de que habamos llegado; de que, tras de nosotros, quedaba
una larga evolucin cuyo objetivo era el presente y que en tal presente encontraba su
culminacin y su contrasentido. Pero no esperbamos, no podamos esperar que de
una manera tan repentina y tan desconcertante llegara el final, y que yo, particularmente
yo, fuera uno de los elegidos para presenciar, entre todos los espectculos, el de la Cada
de la Humanidad.
2
..
Abreviemos esto. El nacimiento es un accidente. Somos un repliegue, un infinitesimal
accidente de la onda de lo que acontece, y desde que todo lo hemos previsto, la vida
individual carece de inters. En mi medalla de identificacin hay un infinito de
ideogramas referentes a mi herencia, a mi constitucin y a otras cosas, pero tales datos
slo le interesaran a un bilogo; posteriormente, hay otro infinito de ideogramas
aadidos por los tcnicos cerebrales, y as sucesivamente, sobre todos los aspectos de
mi vida hay tiradas de ideogramas indescifrables. Tan pequea como la ua de mi
meique, es en realidad una descabellada cosa de esas que antes llamaban biografas: la
biografa de la evolucin del organismo humano que resulto ser yo, en el cuerpo social
del ao 200 DT. Evoco largamente mi niez, el nico perodo de mi vida libre de tedio;
nuestro Instituto de Infancia era excepcional, un modelo que estaban probando.
Finalmente, me hasti, sal de l a los seis aos, como seguramente debe constar en la
medalla, y, sea como sea, lo nico que entiendo de la biografa incomprensible es la
ostentosa cruz blanca con el brazo superior ganado y las cuatro siglas que,
concisamente, en ese esquema en miniatura de nuestro orden social, me asignan la
contribucin al sostenimiento comn de ser Ingeniero, encargado de la supervigilancia
de la Treinta Legin Regin Sector Cuarto, Distrito A, Categora Octava del sistema
neurlgico de mantenimiento de los cerebros artificiales de la Cadena U; de lo cual
deba ocuparme tres horas diarias, cuando me viniera en gana, puesto que slo por
frmula deba estar yo en aquel sitio, de cuyo funcionamiento se ocupaba, sin rechistar,
el cerebro correspondiente.
3
A los doce aos me enamor de una de nuestras instructoras; andaba ella muy ocupada
en sus noches con varios muchachos de otra clasificacin, y fui muy desgraciado. Tena
ella ciento cincuenta aos; no comprendo esas fbulas que cuentan que antiguamente, a
los treinta aos el cuerpo humano dejaba de renovar su material gastado y se arruinaba
de tal manera que dejaba de tener vida: antiguamente, sucedan muchas cosas locas.
Dentro de algn tiempo, resultar tambin una fbula esto de que estn produciendo
nuevos seres a partir de una clula, para llenar el sitio de los que dejan de vivir. Yo, fui
producido para llenar uno de los vacos que produjo una ola de locura peligrosa durante
la cual, hastiadas de ser felices, varias personas se destruyeron a s mismas con
explosivos. Parece ser que era la nica manera segura de escapar a la resurreccin por la
medicina; despus de todo, tanto da el que unos sobrevivan y el que otros dejen de
nacer. Me acost mucho despus con mi instructora, pero la historia de todo deseo cesa
con su satisfaccin, y tambin tengo que decir que aoro larga, muy largamente mi
insatisfaccin, cuando no me bastaba con las niitas de mi misma edad producidas
conmigo. De entonces ac, dese estar insatisfecho de algo; el psiclogo me aconsej
que dejara tales ideas, y finalmente, en un tratamiento de diez minutos, me las extirp.
4
Una vez hu a mi distrito, previo permiso del director de personal, y estuve en otros
sitios. Al regresar, suspir, desalentado. Todo el mundo, absolutamente todo, era una
copia idntica de mi distrito.
10
Intil querer eliminarme/algo ms que las ideas/las cpsulas de veneno a impulsos del
brazo mo/la ventana en un cuadrado rojizo/las nubes las sangrientas nubes desplegando
sus mantos/las curiosa formas/el cese de los alaridos/el silencio/las duraderas marchas
de la noche, cargadas de polen, de lluvias, de muertos insectos.
Entropa
Hurfano
No supo qu cosa fuera una madre ni que cosa fuera un padre. Su cuerpo su diminuto
cuerpo no conoci otro sitio que el negro cubo de acero, sin puertas, sin ventanas, sin
escapes. Sus largos lloriqueos de recin nacido no encontraron consuelo sus balbuceos
no encontraron respuesta ninguna forma humana surgi de la tiniebla cuando se
abrieron sus grandes ojos asombrados. Y nadie le ense los primeros pasos antes que a
pesar, aprendi el enclaustrado que en aquella prisin absoluta no tenan sentido los
pasos.
Madrastra
Supervivencia
Y aquella batalla fue de todos los das, de todas las incontables sucesiones de das de los
interminables aos del prisionero. Cada vez la llave intelectual que abra el acceso del
alimento era ms complicada a los diez aos el hambriento animalito pasaba el
tiempo esttico, trillando los laberintos de las relaciones de los ngulos, las respuestas a
los enigmas que la esfinge mecnica le propona como condicin del alimento y de la
vida.
Me oyes, Testigo? preguntaba la Mquina.
S te oigo contestaba el descarnado nio, moviendo los dedos de los pies que
flotaban suspendidos.
Y cmo llega el sonido a tus odos?
Y el prisionero deba profundizar en las claves de la acstica, antes de comer. A veces la
mquina jugaba pesadas bromas:
Qu sistema de geometra describe adecuadamente las propiedades del espacio?
Entonces venan las inacabables horas de hambre, flotando en la crcel indestructible
hasta acertar con la clave:
Ninguno.
Dueo
Soledad
Pero toda victoria es hueca en tanto que con nuestros enemigos desaparecemos en cierto
grado nosotros y nuestras facultades. He aqu que el desgarbado nio ha despedazado a
su acompaante y nicamente ahora se abate sobre l el pavor de la verdadera
soledad, nicamente ahora recibe en pleno rostro la oleada paralizante de la nada. Ha
pasado revista a los alimentos; el aire se vicia y se regenera en un crculo vicioso de
transformaciones qumicas que slo consumen energa, y las encuentra suficientes para
sustentarlo por un tiempo finito. Ha triunfado, y contempla su triunfo como si fuera un
puado de ceniza. En ese estado, no puede hace otra cosa que albergar sentimientos
religiosos. Pues ha dado con la idea temida por toda viviente raza, que es la idea que
rene como predicados ser y finitud; pues no quiere aceptar esa idea que confusamente
intuye la muerte ni siquiera para aquella mquina que era su enemigo: su espejo: su
propio ser. As, imagina que la entidad que lo mortificaba y se opona subsiste: que aun
fuera de su prisin hay otra prisin en la cual la mquina sobrevive y lo vigila. No se
resigna a su podero como los hombres nunca se han re-signado al suyo, y necesita
fantasmas que lo atormenten o Grandes Cosas que se ocupen de l. Sus perodos de
letargo son interrumpidos por pesadillas en las cuales las paredes de su prisin se abren
y desde afuera irrumpe la mquina reconstruida y no sabe, el pobre, que desde afuera
ya no puede irrumpir nada, que la gloria de su soledad est por encima de todos los
castigos y de todas las revanchas.
Alrededor
Camino
Exploraciones
Pero no quiere aceptar esta dicha sin ganrsela poco a poco dentro de su cerebro se
van abriendo los caminos hacia el exterior, donde ha de salir algn da. Sabe que en el
mundo de afuera la energa se concentra en zonas fulgentes de las cuales huye a todos
los confines en mons-truosos fuegos de artificio y esto lo sabe porque se comprende a
s mismo como un trozo de energa concentrada, a la cual esa infinita disipacin
confiere movimientos, calor, vida. Slo en un estado de concentracin se comprende la
disciplina, organizacin y rigidez de las maquinarias y paredes que constituyen su
calabozo, la complicacin de los tejidos que forman su organismo y slo por un
constante proceso de disipacin puede haber movimientos. Las caloras de cada uno de
los granos de alimento que ha consumido, han sido encerradas en stos por oleadas de
una inimaginable radiacin energtica, de formidables bombardeos qunticos que
tuvieron lugar en las primeras etapas del mundo. En vez de consumir ciertos azcares
los ha quemado: la energa ha saltado en amarillentos resplandores, plido reflejo de la
erupcin solar que los ha acumulado en el alimento. Ha cargado esta energa en
acumuladores; ha bombardeado con ella dixido de carbono y agua; las molculas
apabulladas han liberado oxgeno y han cons-tituido, nuevamente, compuestos
orgnicos, alimentos, azcares. El prisionero ha cogido por la cola esta cadena de los
hechos, y su cerebro avanza por etapas aceleradas hasta el principio, hasta el Sol, el ojo
radiante que con sus bombardeos de energa puso a marchar la vida en algn sitio ms
condensado, en el cual los arcngeles del Orden y del Desorden, del Calor y del Fro,
pudieron luchar y crear los torbellinos vitales de los fenmenos. Aqu, las geometras de
asombro, las dobles hlices que tejen la vida, las cadenas de polmeros que proponen el
infinito. Aqu, el clculo sobre la distancia que debi existir entre las llamaradas de la
corona solar y el guijarro donde comenz a alentar la vida, ese casi fantasma de tan
rigu-rosas fronteras, para el cual casi todo el universo significa muerte. De all dedujo el
sistema solar, la armona de las esferas, y la entropa. Todos los objetos que ha estu-
diado constan de enjambres de molculas sometidos a agitacin trmica. La
caracterstica ms destacada del movimiento trmico es el desorden, y en tanto que
aumenta la temperatura, ste crece. Al movimiento ms probable, enteramente
desordenado, corresponde el mximo valor de entropa, en tanto que la aparicin de
cierto orden en el movimiento molecular implica va-lores de entropa menores. Las
paredes de la prisin, el cuerpo del prisionero mismo, son rgidos campos de orden,
estructuras en las cuales la entropa alcanza valores mnimos. El alimento almacenado
es tambin deficiente en entropa y gracias a l conserva el prisionero el milagroso
orden de su cuerpo, que con cada movimiento irradia ondas de calor que agitan en
tormentas las molculas que lo rodean. Y esta entropa se dispersar finalmente cuando
muera y se descomponga los gases sern liberados en el estado supremo de la
agitacin trmica la temperatura almacenada se disipar en ondas por la atmsfera
confinada en realidad su cuerpo ser un diminuto sol apagado, dispersando la energa
que concentrara en los alimentos el otro sol, hacia el cual vuela su mente asombrada.
Todas las formas de su mundo, pues, van derivando hacia un lento crepsculo dentro
de aquella crcel, los generadores tienen energa concentrada que se va disipando a
medida que se usa la calefaccin, en la difusa iluminacin que le permite distinguir
formas a sus ojos que nunca vieron el da. Los alimentos tambin son energa
concentrada, que pasa a un grado de menor concentracin en su organismo, y que de su
organismo emigra en agitacin trmica y en movimientos hacia el ambiente. Ha vuelto a
calcular enteramente el proceso sabe aproximadamente el tiempo que transcurrir
antes de que dentro de su prisin todo vuelva a aquel estado uniforme as quedar
repartido el calor cuando su cuerpo, inerte, flote en el centro de su atad de acero,
quieto para toda la eternidad como en un lago sin corrientes el cadver de un
ahogado.
Liberacin
Cadver
Muerte
Pues no haba podido leer el ltimo mensaje que pereci con la destruida madrastra
con la mquina de aprendizaje que martiriz sus primeros aos. Constaba de un informe
matemtico y de una nota personal. Esta ltima deca:
Al viajero del Proyecto ltimo Hombre, salud.
Como ya habr comprendido, las circunstancias inherentes a su nacimiento y su
confinamiento forman parte de la tcnica antigua de los viajes interestelares. Antes de la
conquista de la relativa inmortalidad, las distancias intergalcticas, an a
velocidades prximas a la de la luz, superaban con mucho las posibilidades de duracin
de una vida humana. Una nave que sala de Tierra a siete millas por segundo estaba a
cuatro das de Luna. Marte estaba a treinta y siete semanas. Saturno, a unos terribles seis
aos. Plutn, a un imposible medio siglo. Las estrellas ms prximas, a siglos enteros.
Las galaxias, fuera de todo alcance posible.
Se descart prontamente la idea de enviar seres vivos en su estado normal y de crear
centenares de generaciones sucesivas dentro de una nave, de tal modo que los
tatarabuelos iniciaran el viaje y los tataranietos lo concluyeran. La solucin provisoria
que se adopt para la inimaginable duracin del viaje estelar consisti en suspender la
vida de los pasajeros, o bien en hacer el viaje antes de que sta hubiera comenzado. Para
la mayora de los casos, bastaba con helar a los tripulantes y mantenerlos en ese estado
hasta el fin del viaje de un punto a otro de nuestra galaxia, que mide un cuarto de
milln de aos luz, por ejemplo, bastaba con hacerlos dormir medio milln de aos y
deshelarlos al llegar a destino. Para ciertos trabajos especiales, la nave comenzaba el
viaje antes de que el pasajero hubiera nacido.
En su caso, el tiempo que deba transcurrir determin que helramos slo un
espermatozoide y un vulo al aproximarse al destino el tero artificial elevara la
temperatura y recibira el feto, y la mquina educadora se encargara del resto, como en
efecto lo ha hecho.
Ahora con respecto a su misin. Su mquina le ha hecho deducir la segunda Ley de
Termodinmica. En un sistema trmico cerrado, las fuentes calientes vierten energa
hacia los sitios fros, de modo que el sistema tiende hacia un estado de temperatura
uniforme. Tarde o temprano, el ltimo erg de energa habra alcanzado el ltimo escaln
de disponibilidad y en ese momento el universo habr perdido toda actividad: la energa
estar siempre presente, pero no tendr ninguna posibilidad adicional de
transformacin: ser tan incapaz de hacer marchar el universo como el agua de una
laguna de hacer girar la rueda de un molino.
Los instrumentos de la nave iniciarn su proceso vital tan pronto como el espacio
exterior haya llegado a ese estado de estancamiento. Su cpsula es, en realidad, un
gigantesco termo en donde est guardada la ltima reserva el ltimo resto de energa
en forma concentrada del universo. Esta reserva ser agotada por usted a medida que
vaya viviendo pasar de los alimentos y de la calefaccin a su cuerpo, y de su cuerpo
pasar al aire, el cual lo transmitir a las paredes de la nave, stas al vaco de la doble
pared, y finalmente la doble pared al exterior hasta que todo el sistema tenga las
misma temperatura del resto del universo y toda posibilidad de movimiento haya
cesado. Por lo tanto, todo ha concluido. Todo ha cesado a su alrededor. En todo el
universo hay un grado uniforme de entropa.
Salvo dentro del recinto en el que usted actualmente sobrevive. El grado sucesivo ms
bajo es el de su cuerpo, y ms bajo an el del alimento. Hubiramos querido dejarle
equipos para la inmortalidad, pero la inmortalidad biolgica es absurda en un universo
que ya ha muerto. Todos nosotros, los hombres que logramos la inmortalidad, los
universos que nos alojaron y los que siguieron a stos, hemos muerto.
Ahora con respecto a los objetivos de su misin. Concretamente, sta consiste en
presenciar el ltimo estado de la agona del cosmos. Esa actividad pudiera ser
desprovista de objeto, y en efecto, no tiene objeto, slo posibilidades. Primera: aunque
todas las leyes de tendencia hasta el presente conocidas corroboran la derivacin del
universo hacia un estado uniforme, es conveniente enviar un equipo de supervivencia y
algunos grmenes de vida para el caso de que estas leyes se equivoquen, para el caso de
que en un futuro ms all de nuestras nociones de apreciacin del tiempo, estas leyes
varen, la mquina del universo se reactive. Segunda: es posible que, en el instante de
comprensin de que el universo ha sido clausurado, el ltimo hombre pueda obtener
algo negado a los primeros. stos, en efecto, siempre han estado rodeados de objetivos:
ideas, valores, emociones, metas, y siempre a travs de ellos han eludido el problema de
su es dado a la condicin de hombre bastarse a s y ser para s, sin otras cosas. Si para la
poca de su despertar la primera posibilidad no se ha cumplido, resta la segunda. Si para
la poca de su fallecimiento la segunda no se ha cumplido, nuestro destino como
especie ha sido negado.
Suerte y adis.
Los ingenieros de la Operacin ltimo Hombre y
tu padre
Comodoro Olaf Rilke
tu madre
Ingeniero Pa Ortega
La forma de la tierra
Maana
Tarde
Escondite. Luces que se apagan en la orga. La mujer que abrazas deja el idioma en que
te habla inventa otro y otro y otro a travs de ellos la sigues penetrando en los mundos
de cada idioma inventado y en las traducciones de tu mundo a ellos y de las
traducciones de ellos a los idiomas que inventas.
Rayo, confusin, ronda, cambio de parejas. Ahora eres t quien inventas metafsica tras
metafsica, las gritas en la oscuridad entre algarabas de amantes que inventan
metafsicas, y es ella quien debe reconocer, no tu voz, sino los nexos entre una
invencin y otra, las nicas e inconfundibles maneras de concertarse y contradecirse que
tus invenciones eligen. Orgas orgarargas gas orgarasgasgasgasmo. Rayo, confusin,
rueda de sistemas de interpretacin de percepciones. Oh un mundo donde ella es cierta
matemtica de olores oh un mundo donde eres para ella cierta manera de interpretar
contrastes de colores oh un mundo donde pretende ser ella una amiga que slo puedes
percibir como una forma de fluir del tiempo oh un mundo donde pretenden atraerla
rivales que aparecen slo como representaciones geomtricas de versos dichos en
idiomas olvidados oh un mundo donde la reconoces por la forma de organizar sus
aristas al percibirla como un lquido cuarzo oh un mundo donde apareces slo como un
vrtice de lneas y ella te reconoce en una sucesin de vrtigos orgas orgas
orgarasgasgarasgasmo garasgasmo. Rayo, confusin, mscaras. Rostros cuyas facciones
cambian conforme a series aleatorias. Ahora ella huye, inventa personalidad tras
personalidad y debes reconocerla en las transiciones y oposiciones entre ellas, a la vez
t cambiando tu ser tantas veces como ella ms rpido ms jaque mate encuentro
desencuentro jaque esta melancola derivacin posible de aquella clera esta exaltacin
bifurcacin demostrable de aquella apata jaque mate grito. Ella se evade. Ahora,
intercambia memorias o usa memorias de otras personas. Es esto y es aquello y es lo
otro. Tantos pasados como los dientes de un peine, pasados que intentas forzar captando
a tu vez sistemas de recuerdos complementarios o discordes contrastantes o idnticos.
En este instante, sombra rayo luz tinieblas, estableces el nuevo reto. El juego tiene lugar
en los meandros muertos del pasado. Como trajes ella y t se cambian los
condicionamientos histricos, fugazmente son como ciudades y ejrcitos en asedio.
Llegar a ella que ahora cree en el milenio, desde Nnive que erige pirmides de manos
cortadas. Esculpir rostros que la tierra tragar y que siglos despus al ser desenterrados
encendern lmparas de rubor en su rostro, que viaja en un medioda enervante de
lades. Asco ira goce grito rayo. Tu mente crea dos mentes que perciben la situacin
desde distintas perspectivas, y eres las dos. Ella, tres. T, cinco. Ella, veinte. La
progresin contina, el mundo que percibes se fragmenta como si lo reflejara un mil
veces machacado espejo cuyas trizas volarn como una lluvia de cuchillos giratorios.
Yotuelellanosotrosvosotrosellos multitud contra multitud, en esta nueva batalla
algebraica cuyas reglas cambian siguiendo secretas leyes de armona con el rpido flujo
de las civilizaciones, el auge, la cumbre y la crisis de culturas que se agolpan como olas.
Rayo. Volver y encontrarse para el nuevo juego donde se inventan sentidos y artes
basados en esos sentidos y todas las experiencias son revividas para ellos y a travs de
ellos, y capturadas en sus redes que poco a poco llamean y se tejen y se destejen y se
intercambian, gritos goces rondas mientras la nueva civilizacin cambia otra vez la
forma de la tierra y urde ciudades vegetales aires poblados de grifos mares llenas de
serpientes continentes de flores voladoras y valles de susurrantes minerales. Sombra
rayo luz tinieblas. Rendicin y amores. Hmedo deshacerse sobre los cuerpos de los
trajes de errantes larvas luminosas. En los cielos las parejas encienden combates en
aeroplanos de tela y las nubes se rasgan en cometas de llameante carne dedo en la
ametralladora fogonazos chispas un bosque de opuestos seres que habitan tu cabeza
miran caer vagos fragmentos sobre el ocano.
Noche
Fin del lento tedio que han sido esta maana y esta tarde, inicio de los juegos. Dar a la
Va Lctea forma de pirmide luego de rombo luego de cubo, transformando as la
estructura del espacio y haciendo que por correspondencia Andrmeda se vuelva cnica
o se junte a mil sistemas ms para hacer un transitorio copo de nieve, viajar adelante y
atrs, poblar un universo de galaxias triangulares, volverlo sucesivamente simtrico o
asimtrico, convertirlo en fuego, revertir este fuego en su matriz original y reconstruir al
mundo que consumi partcula por partcula, oooh aplauso gritos gemidos nada en las
mangas reunir toda la materia disponible para crear un campo gravitatorio capaz de
detener el tiempo y volverlo circular o bien divergente o bien convergente o bien
retrgrado, oooh, hermosos hilos para encajes labernticos, encuentro de los seres en
universos donde pasados presentes y futuros se cruzan como rastros de babosas y cada
momento es a la vez los que le siguen y los que le preceden ooh tiovivos donde cada
instante es igual a cualquier otro y a la vez distinto oooh universos donde cada acto es a
la vez el contrario y las opuestas causas y efectos se complementan como lacerantes
mosaicos oooh aplausos gritos gemidos voces de nios ahora repique de tambores doble
vuelta mortal atencin prediccin del futuro pues el hombre naturalmente conoce lo que
vendr y los efectos de su conocimiento de lo que vendr oooh horror terror espanto, el
futuro es la certeza de que alguna vez, toda la materia del universo estar viva y toda la
materia viva terminar por ser un nico y gigantesco cerebro
y ese solo cerebro alguna vez habr pensado todos los posibles pensamientos y no
tendr ms que hacer para distraerse del horror de su propia existencia que olvidarla y
recordar, recordar cada uno de los parciales destinos de las cosas que antes de l
existieron, recordar estos sucesos remotos de los hombres de su remota niez, creer ser
t o yo o la persona que amas o los infantiles hombres que jugaban con las galaxias o
los adolescentes hombres que dominaron el tiempo y en este momento ser
dolorosamente despertado de la amnesia saber otra vez que se es la nica mente del
universo que esta mente provocar y lo disolver todo en radiantes fuegos de artificio
tambin es intil porque en el tiempo inimaginable que la suceder, la energa volver a
ser materia y toda la materia del universo volver a estar viva y toda la materia viva del
universo ser un solo cerebro
y esta mente sin resultados tratar de olvidarse de s misma recordar la remota infancia
ser despertada por este universal terror provocar la explosin los fuegos de artificio
y antes de provocar esa explosin sabr que la energa tornar a ser materia y la materia
tornar a esta viva y la materia viva tornar a ser un nico y espantable cerebro
que alguna vez lo habr pensado todo explosin terror recuerdo explosin terror
recuerdo explosin terror recuerdo explosin terror recuerdo la forma de la tierra
Cronologa
ndice
Prlogo
Judit Gerendas ix
CARNE
Helena 3
Carne 7
Usted puede mejorar su memoria 9
Explosin 12
Picnic interrumpido 15
La calle 17
Ella l 19
El hacedor de dioses 21
Muerte de un rebelde 25
CALLE CIEGA
Utopa 31
Conservese joven 33
Pero no ven que ha sido en broma 35
Transformacin 37
El homenaje de la noche
de Santa Florentina 39
Cualidades 45
Las cosas que pasan 47
La conquista de Leland 49
Lope 51
Pasado 55
Grupo 58
La foto 62
Los juegos de la infancia 65
Guerras posibles / La guerra en la mente 67
Guerras posibles / La guerra en el tiempo 69
Guerras posibles / La guerra continua 71
La oculta victoria 73
Nada de negocios 75
El presidente lleg de buen humor 77
Poblacin 79
El monopolio de la moda 81
Igualdad 83
Note la ausencia de confinamiento 85
Tormentos 87
Solicitud 89
Acto 91
Publicidad 93
La oficina de compatibilidades 95
Sobre la interpretacin de las suras 97
Putre 99
El sitio ms oscuro de la noche 101
Da de libertad 104
El traje 106
ILUSIONES PTICAS
TRAMA
Cacera 137
Los subconscientes 139
Amo, amas 142
El extrao caso 144
Locura 146
Sueo 148
VUELCO
CICLO
Futuro 171
Hormiga 175
El gazmal 179
Cibernia 182
Entropa 198
La forma de la tierra 213
Cronologa 219