La Condesa Sangrienta
La Condesa Sangrienta
La Condesa Sangrienta
El hombre percibi desde antiguo la relacin del astro nocturno con todo
aquello que comporta movimiento, ciclos, renovaciones y repeticiones,
con lo fluido y fundamentalmente con lo femenino y lo mortuorio. La
compleja ambivalencia de la luna se manifiesta en su asociacin con la
noche (peligrosa y maternal) y con lo "espectrante" porque su lvida luz
revela y semivela a un tiempo. Por ello la luna es asociada a los mbitos
de la imaginacin, la fantasa y todo aquello que se relaciona con la accin
"reflexiva" (como los espejos) pero a su vez "reflejante", as como con lo
interior, pasivo e inferior. Femenina, receptiva y reflectora es considerada
como una duplicacin del sol, el que, por oposicin representa lo superior,
racional e iluminante (1).
"Come ne' plenilunii sereni Trivia ride fra le Ninfe eterne" (3)
Como Diana (la virginal) o Hcate (la terrible), la luna conjuga lo celestial
y lo infernal, el orden y el caos, lo oscuro y lo visible, el movimiento y la
inaccin y en su misteriosa espectralidad, ha presidido los rituales mgicos
femeninos desde los confines del tiempo. Horacio en el Epodo V, la Stira
VIII y el Epodo XVII (4) informa sobre la magia y las brujas en la
antigedad y su relacin con la luna, la lascivia, lo ertico y la muerte que
se consuma en las prcticas bestiales de los rituales mgicos donde la
sangre funciona como afrodisaco que potencia el furor proftico.
Y para buscar esa ciudad negada la mujer apela a aquel don que la define
aunque pretendieron negrselo: la palabra. Palabra irreverente, original,
misteriosa e iconoclasta que est perfilando el paradigma femenino
actual. Hurgando en ese pozo de ancestral secreto, la mujer est
desarticulando el paradigma solar de la escritura, el modelo masculino de
apolnea armona y luminosa limpidez para acercarse a la antigua
simbologa de su naturaleza lunar.
"Es intil que me mirs con esos ojos de fantasma...Dejme dormir!... Ese
fango lunar que se enrosca en s mismo. Le gusta mirarse mientras saca
afuera de su vientre chato las formas de la vida...Cree que puede parir
hijos verdaderos... Puh (escupe) Un espejo que da vida a la vida...Sos ms
fra que la luna, ms rgida que una lpida mortuoria. No pods dar vida,
vieja Furia. No pods ser madre, espejo de la desgracia, ni siquiera pods
ser esos soplos de luces que se llaman recuerdos. Ests vaca como un
pozo vaco y slo pods abismarte adentro tuyo. Adis viejo piojo. Ya no
te mirar ms"
Y luego cuando Ursula intenta explicar que Dios quiere que sea feliz
hacindolo feliz a l, la nia comprende el egosmo que entraa el apotema
y contesta: "Soy feliz cuando voy a caballo. Pero Dios no quiere que vaya
a caballo. Por lo tanto, Dios no quiere que yo sea feliz".
Y que la nica salida para conjurar la violenta lujuria que los vampiros
reales han instaurado, es la sangre del ensueo que slo los libros y la
imaginacin transmiten. Es ste el sentido que impronta el consejo
testamentario que enva a Pal, su hijo y heredero:
acrolla@fhuc.unl.edu.ar - acrolla@gmail.com
NOTAS Y BIBLIOGRAFA
(2) Segn la mitologa griega, Lamia era la hija de Libya y Belus. Zeus se
enamor de ella y, Hera, furiosa porque su marido la haba vuelto a
engaar otra vez, castig a la pobre Lamia quien a partir de entonces,
estara obligada a devorar a sus propios hijos. Sin embargo, esto dej de
ser un 'castigo' cuando Lamia empez a disfrutar con ello porque se dio
cuenta de que le gustaba, convirtindose as en un ser inmortal que
chupaba la sangre de los nios. Pero no slo Lamia es un vampiro en la
mitologa griega. Hcate, tambin. Segn la mitologa era una diosa
pagana asociada con el Inframundo, una triple diosa que representaba tanto
a la doncella como a la madre y a la bruja. Se la asocia con los vampiros
porque consuma sangre y se le conoce por ser una bruja que dejaba el
Inframundo durante la noche para salir a los caminos sedienta de sangre.
Por ello se levantaban estatuas que la representaban en los cruces de los
caminos y se le hacan ofrendas para tratar de apaciguar su sed de sangre
humana. Se pensaba que las Empusais eran las hijas de Hcate, que salan
del Inframundo durante la noche con la misma sed de sangre y que tenan
la capacidad de asumir bellas formas femeninas para atraer a los hombres.
(6) http://www.geocities.com/Athens/Delphi/3925/V.htm
(11) Slo dos site en espaol incluyen el texto de Dacia Maraini (en
relacin a la puesta en escena de la obra en el Teatro de la SHA de Bs As
durante la primavera de 1999 y una mencin que hace la licenciada
Monzn en un homenaje a la Pizarnik realizado en la Sociedad Argentina
de Escritores (SADE) en esa misma poca y del que particip Alejandra
Aristegui, la actriz que represent el personaje de la obra de la
Maraini). http://www.isabelmonzon.com.ar/www.isabelmonzon.com.ar S
i la bsqueda se hace con un buscador italiano como Virgilio, la dupla
Maraini- Bathory no se incrementa particularmente ya que slo aparece en
10 site en relacin al teatro de la autora o a un comentario de una puesta
en escena de esta obra.
En el Libro de los Vigilantes, VIII, es considerado uno de los 200 hijos del
cielo o "ngeles vigilantes" que descendieron a Ardis, sobre el Monte
Armon para copular con las hijas de los hombres. La fuente extrabblica
juda ms antigua es el libro etope Enoc. 52: Azael (1:1 ss) o Azazel (9:
4-6) quien aparece en dcimo lugar en la lista de los ngeles cados. Enoc
habla de ste de la siguiente manera: captulo 9:5 "Has visto lo que Azazel
ha hecho; cmo ha enseado a los hombres toda especie de iniquidad, y
cmo ha revelado al mundo todo lo que pasa en los cielos", captulo 10:12
"Pero la tierra ha sido mancillada por las enseanzas impuras de Azazel.
As pues, es ste quien debe ser responsable de todos los crmene"s.
captulo 13:1 Dijo Enoc a Azazel: "Ya no hay paz para ti. Una gran
sentencia ha sido pronunciada contra ti. l te encadenara. 2- No habr para
ti sosiego ni misericordia, porque has enseado a los hombres a ultrajar a
Dios, a pecar y a tiranizar a tus semejantes".
"Azazel, un altro angelo, insegna agli uomini ad usare le armi e la violenza,
e i giganti, nati dall'unione con le donne, cominciano a mangiare carne
umana: "La terra ,allora, accus gli iniqui" e "per la perdita degli uomini,
(gli uomini) gridarono e la loro voce giunse in cielo". In risposta alle loro
suppliche il Signore manda gi a liberarli i quattro arcangeli. Questi
uccidono i giganti, di cui restano gli spiriti, e gli angeli vendicatori
attaccano direttamente i Vigilanti, che vengono sprofondati nella terra e
che saranno puniti fino al giorno del giudizio".
http://www.netliber.com/tesi/santa.htm. Santamicone, Massimo:
Lestetica del demoniaco. Dalla rivolta metafsica al paradosso
dellalterit. Universit di Perugia, 1999.
LA VIRGEN DE HIERRO
EL ESPEJO DE LA MELANCOLIA
Todo es espejo!
...OCTAVIO PAZ
BAOS DE SANGRE
MEDIDAS SEVERAS