Platón. República (Libro VII) PDF
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1) GUA DE LECTURA DE LOS PRRAFOS SELECCIONADOS:
LIBRO VII:
-Despus de eso [...] 1. Exposicin del Mito de la caverna. En este prrafo Platn describe la situacin en la que
me es posible se encuentran unos prisioneros encadenados dentro de una caverna y lo que sucedera si uno
de ellos lograra liberarse de sus cadenas. Se trata de un texto alegrica en el que se explica y
resume metafricamente todo el pensamiento platnico: los grados ontolgicos de realidad
(Dualismo ontolgico), los grados de conocimiento (Dualismo epistemolgico), la
concepcin del ser humano (Dualismo antropolgico), su teora tico-poltica, as como el
aspecto asctico y teolgico de su filosofa. Sin duda uno de los ms brillantes pasajes de la
Historia de la Filosofa universal.
2) REPBLICA:
LIBRO VII ANOTACIONES:
(514a) -Despus de eso prosegu compara nuestra naturaleza
respecto de su educacin y de su falta de educacin con una
experiencia como sta. Represntate hombres en una morada
subterrnea en forma de caverna, que tiene la entrada abierta, en toda
su extensin, a la luz. En ella estn desde nios con las piernas y el
cuello encadenados, de modo que deben permanecer all y mirar slo
delante de ellos, porque las cadenas les impiden girar en derredor la
cabeza. Ms arriba y ms lejos se halla la luz de un fuego que brilla
detrs de ellos; y entre el fuego y los prisioneros hay un camino ms
alto, junto al cual imagnate un tabique construido de lado a lado,
como el biombo que los titiriteros levantan delante del pblico para
mostrar, por encima del biombo, los muecos.
- Me lo imagino.
- Imagnate ahora que, del otro lado del tabique, pasan hombres que
llevan toda clase de utensilios y figurillas de hombres y otros
animales, hechos en piedra y madera y de diversas clases; y entre los
que pasan unos hablan y otros callan.
- Extraa comparacin haces, y extraos son esos prisioneros.
- Pero son como nosotros. Pues en primer lugar, crees que han visto
de s mismos, o unos de los otros, otra cosa que las sombras
proyectadas por el fuego en la parte de la caverna que tienen frente a
s?
- Claro que no, si toda su vida estn forzados a no mover las cabezas.
- Y no sucede lo mismo con los objetos que llevan los que pasan del
otro lado del tabique?
- Indudablemente.
- Pues entonces, si dialogaran entre s, no te parece que entenderan
estar nombrando a los objetos que pasan y que ellos ven?
- Necesariamente.
- Y si la prisin contara con un eco desde la pared que tienen frente a
s, y alguno de los que pasan del otro lado del tabique hablara, no
piensas que creeran que lo que oyen proviene de la sombra que pasa
delante de ellos?
- Por Zeus que s!
Platn Historia de la Filosofa
- Y que los prisioneros no tendran por real otra cosa que las
sombras de los objetos artificiales transportados?
- Es de toda necesidad.
- Examina ahora el caso de una liberacin de sus cadenas y de una
curacin de su ignorancia, qu pasara si naturalmente les ocurriese
esto: que uno de ellos fuera liberado y forzado a levantarse de
repente, volver el cuello y marchar mirando a la luz, y al hacer todo
esto, sufriera y a causa del encandilamiento fuera incapaz de percibir
aquellas cosas cuyas sombras haba visto antes. Qu piensas que
respondera si se le dijese que lo que haba visto antes eran frusleras
y que ahora, en cambio est ms prximo a lo real, vuelto hacia
cosas ms reales y que mira correctamente? Y si se le mostrara cada
uno de los objetos que pasan del otro lado del tabique y se le
obligara a contestar preguntas sobre lo que son, no piensas que se
sentir en dificultades y que considerar que las cosas que antes vea
eran ms verdaderas que las que se le muestran ahora?
- Mucho ms verdaderas.
- Y si se le forzara a mirar hacia la luz misma, no le doleran los
ojos y tratara de eludirla, volvindose hacia aquellas cosas que
poda percibir, por considerar que stas son realmente ms claras que
las que se le muestran?
- As es.
- Y si a la fuerza se lo arrastrara por una escarpada y empinada
cuesta, sin soltarlo antes de llegar hasta la luz del sol, no sufrira
acaso y se irritara por ser arrastrado y, tras llegar a la luz, tendra los
ojos llenos de fulgores que le impediran ver uno solo de los objetos
que ahora decimos que son los verdaderos?
- Por cierto, al menos inmediatamente.
- Necesitara acostumbrarse, para poder llegar a mirar las cosas de
arriba. En primer lugar mirara con mayor facilidad las sombras, y
despus las figuras de los hombres y de los otros objetos reflejados
en el agua, luego los hombres y los objetos mismos. A continuacin
contemplara de noche lo que hay en el cielo y el cielo mismo,
mirando la luz de los astros y la luna ms fcilmente que, durante el
da, el sol y la luz del sol.
- Sin duda.
- Finalmente, pienso, podra percibir el sol, no ya en imgenes en el
agua o en otros lugares que le son extraos, sino contemplarlo como
es en s y por s, en su propio mbito.
-Necesariamente.
- Despus de lo cual concluira, con respecto al sol, que es lo que
produce las estaciones y los aos y que gobierna todo en el mbito
visible y que de algn modo es causa de las cosas que ellos haban
visto.
- Es evidente que, despus de todo esto, arribara a tales
conclusiones.
- Y si se acordara de su primera morada, del tipo de sabidura
existente all y de sus entonces compaeros de cautiverio, no
piensas que se sentira feliz del cambio y que los compadecera?
- Por cierto.
- Respecto de los honores y elogios que se tributaban unos a otros, y
de las recompensas para aquel que con mayor agudeza divisara las
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sombras de los objetos que pasaban detrs del tabique, y para el que
mejor se acordase de cules haban desfilado habitualmente antes y
cules despus, y para aquel de ellos que fuese capaz de adivinar lo
que iba a pasar, te parece que estara deseoso de todo eso y
envidiara a los ms honrados y poderosos entre aquellos? O ms
bien no le pasara como al Aquiles de Homero, y preferira ser un
labrador que fuera siervo de un hombre pobre o soportar cualquier
otra cosa, antes que volver a su anterior modo de opinar y a aquella
vida?
- As creo tambin yo, que padecera cualquier cosa antes que
soportar aquella vida.
- Piensa ahora esto: si descendiera nuevamente y ocupara su propio
asiento, no tendra ofuscados los ojos por las tinieblas, al llegar
repentinamente del sol?
- Sin duda.
- Y si tuviera que discriminar de nuevo aquellas sombras, en ardua
competencia con aquellos que han conservado en todo momento las
cadenas, y viera confusamente hasta que sus ojos se reacomodaran a
ese estado y se acostumbraran en un tiempo nada breve, no se
expondra al ridculo y a que se dijera de l que, por haber subido
hasta lo alto, se haba estropeado los ojos, y que ni siquiera valdra la
pena intentar marchar hacia arriba? Y si intentase desatarlos y
conducirlos hacia la luz, no lo mataran, si pudieran tenerlo en sus
manos y matarlo?
- Seguramente.
- Pues bien, querido Glaucn, debemos aplicar ntegra esta alegora a
lo que anteriormente ha sido dicho, comparando la regin que se
manifiesta por medio de la vista con la morada-prisin, y la luz del
fuego que hay en ella con el poder del sol; compara, por otro lado, el
ascenso y contemplacin de las cosas de arriba con el camino del
alma hacia el mbito inteligible, y no te equivocars en cuanto a lo
que estoy esperando, y que es lo que deseas or. Dios sabe si esto es
realmente cierto; en todo caso, lo que a m me parece es que lo que
dentro de lo cognoscible se ve al final, y con dificultad, es la Idea del
Bien. Una vez percibida, ha de concluirse que es la causa de todas
las cosas rectas y bellas, que en el mbito visible ha engendrado la
luz y al seor de sta, y que en el mbito inteligible es seora y
productora de la verdad y de la inteligencia, y que es necesario
tenerla en vista para poder obrar con sabidura tanto en lo privado
como en lo pblico.
- Comparto tu pensamiento, en la medida que me es posible.
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Platn Historia de la Filosofa
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Si se entiende el alma como principio vital, se entiende fcilmente que exista una estrecha conexin entre el
alma y el cuerpo (el alma es lo que hace vivir al cuerpo), pero resulta muy difcil encontrarle sentido a la
inmortalidad: para qu un alma separada del cuerpo si su papel es hacer que el cuerpo viva? Pero si se adopta
una concepcin del alma como principio de conocimiento racional s tiene sentido plantear el tema de su
inmortalidad, pero resultar difcil explicar de manera satisfactoria la unin entre el cuerpo y el alma. En este
segundo caso se encuentra Platn.
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