Uso de Las TIC, Relaciones Sociales y Caambios en Los Jovenes PDF
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Introduccin
Las relaciones entre los seres humanos tienen un nuevo campo donde gene-
rarse, regenerarse, crecer, transformarse. No slo en lo que ms se identifica
ahora como redes sociales (Facebook, Twiter, Tuenti, etc.) sino tambin en
otros muchos espacios de intercambios informativos abiertos por Internet y
la telefona celular. Ello no significa que se derrumben o se sustituyan las
relaciones anteriores; sino que se estn implantando nuevas formas de
informarse, producir, divertirse, comprar, etc. que modifican el conjunto de
las relaciones sociales, entendidas aqu como modos de actuar unos con
otros que mantienen una cierta regularidad. Se trata de una transformacin
en los procesos de produccin y recepcin de informaciones cuyo sentido
ms general y cuyas consecuencias en la socializacin de los nios, adoles-
centes y jvenes se desconocen y generan incertidumbre y preocupacin
(como en su da ocurriera con la emergencia de la imprenta, la radio o la
televisin).
En general, son los adultos, ms que los jvenes, quienes se refieren a nue-
vas tecnologas, nuevas interacciones o nuevas relaciones sociales.
Parece natural que quienes tengan ms conciencia de las transformaciones
que se producen en las formas de vivir (de trabajar, comunicar, relacionarse
(1)
Entrevista para CIESPAL/ con otros) sean los sujetos de mayor edad en tanto que han conocido las
CHASQUI, Revista Latino- situaciones anteriores a esos cambios; y que estas modificaciones sean ms
americana de Comunicacin.
Octubre 2009
difciles de identificar por parte de los jvenes, en tanto han crecido con los
Para los jvenes actuales, usar Internet o el sms es algo tan natural como
para sus padres ver televisin o para sus abuelos escuchar la radio. Sabemos
que cada generacin y cada grupo social naturaliza las tecnologas que
tiene a su alcance e intenta sacarles partido. Pero queda mucho por descu-
brir acerca de los usos tecnolgicos en los que se ocupan nuestros jvenes y,
an ms, acerca de la trascendencia de tales usos en el conjunto de las rela-
ciones sociales y los procesos de socializacin.
De las investigaciones acerca de los usos, cabe esperar que indaguen sobre
cules son los objetivos: para qu se usa (trabajo, ocio, estudio, etc.) y qu
necesidades se satisfacen, qu se resuelve o qu se obtiene. Por ejemplo,
sentirse en contacto con amigos, pareja, familia, etc.; sentirse perteneciente
a un grupo social, con la valoracin que le d a esa pertenencia; consolidar y
ampliar del crculo de relaciones sociales, etc.
Estas redes sociales que se han generado en Internet, como bien dice
Jess Miguel Flores Vivar (2009), se han convertido en el estandarte de la
Web 2.0, entorno que tambin aglutina a los blogs, wikis y chats. Segn se
afirma en el ltimo informe presentado por la Fundacin Telefnica sobre
La Sociedad de la Informacin en Espaa 2009, el uso de las redes sociales
entre los jvenes se habra multiplicado por seis a lo largo de 2009, lo que
supone un aumento del 500% con respecto al mismo perodo del ao ante-
rior
Qu sentido tiene para los y las jvenes el uso de las redes sociales genera-
das en Internet: qu representa para cada persona (por ejemplo, una va de
comunicacin ntima, una va para dar a conocer lo que uno considera ms
propio y procurar que se valore lo propio), qu papel juegan estas prcticas
en la sociabilidad, en el desarrollo identitario, etc.
Los mayores no sabemos bien qu representa el uso de las redes para los
jvenes. Y ellos no saben lo extrao que puede ser ese mundo para los adul-
tos. Para los mayores es un tercer entorno, muy diferente del segundo (el
urbano) y ste muy diferente del primero (el natural o rural), siguiendo la
tipologa de Javier Echevarra (1999). Para los jvenes, todo forma parte de
un solo mundo, que es as porque as se lo han encontrado. La conciencia del
cambio es de los mayores.
Sin detenernos ahora en ello, anotemos que redes sociales han existido siem-
(3) pre; desde que hay sociedad, hay redes sociales. Desde que existe la World
Hiptesis: las jvenes de mayor Wide Web se usa ms el trmino, se ha puesto de moda y se piensan ms
edad es ms probable que
sigan usando la red que los
cosas con esa clave en lugar de otras claves. A veces, los mimos fenmenos
jvenes de mayor edad (a ellas sociales, se piensan con unos conceptos en una poca y con otros concep-
les interesa ms que a ellos tos o categoras en otra poca distinta. Hoy es habitual recurrir al trmino
comunicarse con amigos/as
que tambin ven en persona). redes para identificar estructuras sociales de todo tipo: de delincuentes y
Las que ahora son mundialmente conocidas por su rpida expansin por
Internet tambin son variadas, segn a qu se dediquen especficamente o
segn cmo funcionen; lo que permiten o prohben, etc.): Unas son ms para
profesionales como Linkedin, donde se deja el CV y los empleadores pueden
consultarlo y ofrecer empleo) otras son ms bien para cotillear un poco
(como Tuenti o Facebook, las preferidas de los ms jvenes para estar en
contacto con los amigos).
Antes de finalizar 2009, Google seal las diez pginas que el buscador
consideraba emergentes entre los usuarios hispanohablantes: coloc en el
lugar nmero 3 Facebook, que ahora se considera la gran red social mun-
dial; y en el lugar nmero 7 Tuenti, parecida a Facebook, pero ms orienta-
da a usuarios hispanohablantes y generalmente ms jvenes que los de
Facebook.
Han tenido tanto xito que pueden localizarse en ellas todo tipo de usuarios:
individuos, familias, grupos musicales, empresas, partidos polticos, etc. pro-
curan estar dentro como forma de conjurar el temor a quedar socialmente
excluidos. Las usan organizaciones grandes, medianas y pequeas para crear
sentimiento de orgullo comunitario y con la intencin de acercarse a los
espacios (muy reales por ms que les llamen virtuales) donde pueden ser
vistos por los jvenes y tal vez algunos de ellos se animen a participar.
Una estrategia algo diferente consiste en crear una red nueva, en lugar de
tener presencia en una de las famosas. Pero con objetivos muy parecidos.
Por ejemplo, el Consejo de la Juventud de Espaa (CJE) y diversas organiza-
ciones sociales han creado Juvenreda, una red dedicada a impulsar la parti-
cipacin social de jvenes inmigrantes. El Partido Popular tambin ha creado
su propia red social: popular.es
Los jvenes son ms despreocupados que los mayores para facilitar informa-
ciones como el lugar donde trabajan o estudian, la direccin de e-mail o el
cumpleaos. En la propia pgina de inicio, cada usuario hace su performan-
ce, su construccin (pblica) del yo, su exhibicin; el perfil de cada usuario
es un conjunto de datos de diversa naturaleza: un collage de texto e imge-
nes que componen un reflejo de s mismo, pero maleable, cambiante, flexible.
Pero, obviamente, no son los perfiles en s mismos los que configuran una
red, sino las conexiones que se consolidan mediante las invitaciones o peti-
ciones de amistad (de pblica amistad). Y las conexiones son pblicas; algu-
nas lo son a primera vista: aquellas cuyos comentarios al amigo quedan
escritos a la vista de todos. A veces, se trata de comentarios medio privados,
pero en un espacio pblico, pues hay observadores. Nada se oculta: ni la
amistad, ni las conversaciones, ni la descripcin que cada cual hace de s
mismo. Ciertamente, podran reservarse a los amigos, pero es igual de cierto
que se aceptan como tales a muchos desconocidos
sentirse dependientes de los hijos sin querer serlo- los padres pueden cono-
cer (y los psiclogo suelen recomendar que conozcan) las TIC que manejan
los hijos y, si lo estiman necesario, poner lmites a su uso y, en general, esta-
blecer reglas sobre las pginas que los hijos e hijas pueden visitar; el tipo de
informacin personal que sus hijos pueden dar a conocer a personas con las
que interactan por Internet; el tiempo que pueden pasar conectados, etc.
En las redes sociales creadas en Internet, los padres son los primeros que
pueden localizar el perfil y todo lo expresado por un adolescente, si estn
interesados y saben hacerlo (una minora). Son los primeros que pueden
comprobar qu pginas visitan o seguir las conversaciones del hijo o la hija
con otras personas, en sitios como Facebook o Tuenti.
Como es natural, esta incursin de los padres no es deseada por los hijos,
porque prefieren tener espacios propios para sus relaciones sociales y no
mezclar stas con las familiares. Por esta razn, los padres deben saber que
pueden encontrarse un rechazo si piden a sus propios hijos ser amigos o
pueden hacer que stos se sientan confusos y no sepan si aceptarles como
amigos o rechazarles a riesgo de herir sus sentimientos.
Ahora, los padres y los educadores profesionales tienen que mediar entre lo
que aparece en los medios de comunicacin pblica y lo que saben los hijos/
alumnos, si no quieren dejarles solos en la tarea de interpretar y dar sentido
a esas emisiones. Pero adems, tienen que saber usar las TIC para conocer lo
que por ellas circula, cmo funcionan, qu puede encontrarse a travs de
ellas, qu usos son deseables e indeseables, qu riesgos se asumen, etc. Y,
finalmente, tienen que saber utilizarlas para no renunciar a sus potencialida-
des en beneficio de la formacin.
Se espera de los profesores que lleven a cabo una mediacin humana que
ayude al aprendizaje, ante una transformacin tecnolgica tan rpida. Pero, a
la vez, se observa que los centros educativos, que es donde se podra produ-
cir, en todo caso, un aprendizaje algo ms ordenado, no tienen recursos
humanos para organizarlo, aun en aquellos pases donde disponen de recur-
sos materiales y de infraestructura para acceder a la tecnologa. Es decir y
esta es para m la clave del problema-: donde se resuelve el problema del
acceso, queda por resolver el problema de la formacin y con ello, el proble-
ma de la mediacin humana que se requiere cunto ms sofisticada sea la
tecnologa.
Para que los educadores tengan esa capacidad de mediar, facilitando una
experiencia con sentido por parte de los estudiantes, han de adquirirla pri-
mero y ello requiere la intervencin de otros mediadores y expertos en la
generacin del conocimiento. O, si se prefiere, en la educacin y la formacin
continuas de todos los actores que intervienen en los procesos de aprendi-
zaje.
Tanto la lnea divisoria que separa a jvenes y mayores como la que separa a
conectados y no conectados han ido difuminndose progresivamente y cabe
esperar que contine esa tendencia. Sin embargo, no es tan probable que
se difumine la lnea divisoria entre quienes saben y quienes no saben
operar con la informacin. Como anticipaba Manuel Castell en la Leccin
inaugural del programa de doctorado sobre la sociedad de la informa-
cin y el conocimiento (UOC) hace ms de diez aos:
Un 62% (49% de los nios) dice que hablar on line con sus amigos le hace
sentir como que siempre pueden estar conectados, en el buen sentido. Un
34% dice que le hace sentirse guay (cool), pero, como cabe esperar, este sen-
timiento abunda ms entre los nios (52%) que, seguramente, se sienten
mayores al comunicarse con sus amigos por Internet. No son pocos (41%) los
que afirman que les hace sentirse libres (slo un 18% de los nios). Y son muy
pocos los que mencionan respuestas negativas: no cercano a mis amigos
(9%), nervioso (4%), como que siempre puede estar conectado, en el mal
sentido (3%) (Prez-Daz y Rodrguez, 2008: 85).
Los jvenes y adolescentes se unen a las redes porque all es donde estn
sus amigos, adems de estar en el Instituto de Secundaria y Bachillerato,
en la calle y otros lugares pblicos. Los entornos que suelen llamarse vir-
tuales, donde se produce (se reproduce, se prolonga) el encuentro con los
amigos y colegas estn convirtindose en algo esencial para ser una per-
sona integrada en aquellos crculos que cada uno tiene por grupos de
referencia (a los que quiere pertenecer).
Por tanto, las redes devienen una parte importante de la vida social de los
adolescentes, que siguen apreciando mucho los encuentros fsicos, donde
no se sienten vigilados por los mayores; pero la movilidad en el espacio
fsico (rural, urbano y conurbano) es limitada. Las redes en Internet ofre-
cen encuentros complementarios y alternativos. Para muchos adolescentes y
jvenes, esos encuentros se han convertido ya en poco menos que impres-
cindibles. En cambio, desde el punto de vista de bastantes personas mayo-
res, no son ms que simulacros de encuentros, que quitan tiempo para las
relaciones autnticas, de interacciones densas y prolongadas.
Mediante Internet, los jvenes conectan con los iguales, con gente muy pare-
cida, y cercana en gustos, valores y actitudes, aunque est lejos geogrfica-
mente. Curiosamente, en los medios de masas (radio y televisin, ms que
otros) se ha desarrollado un fenmeno paralelo: cada vez aparece ms gente
comn y corriente, para que los espectadores se vean reflejados a s mismos
y para que intervengan desde sus casas, con sms, e-mail o llamadas telefni-
cas . En todo caso, la participacin de los jvenes en las redes sociales forma
parte de un fenmeno ms amplio: la conversin de muchos usuarios tradi-
cionalmente receptores en emisores de informacin en medios pblicos, col-
gando textos, fotos, audios, videos y cualquier combinacin de formatos
posible.
Pues bien, igual que cuando nos presentamos fsicamente en la vida cotidia-
na, proporcionamos informacin de nosotros mismos y de nuestro estatus,
tambin lo hacemos cuando elaboramos nuestros perfiles en estos espacios
pblicos, explicitando nuestros gustos e intereses. Los usuarios cambian la
representacin que proyectan de s mismos, ajustndose a las situaciones,
tanto en el mundo fsico como en el de Internet, que para ellos no es ms
que una faceta del primero.
Vivien, 13, to Parry Aftab during a Teen Angels meeting (citado en Boyd,
Danah. 2007).
Conclusin
En este artculo, slo nos hemos interesado por las repercusiones del uso
de las TIC en la socializacin de los jvenes, en tanto que la socializacin
est mediada por el conjunto de sus relaciones sociales, dejando de lado
otro tipo de repercusiones en la socializacin, la personalidad y la identi-
dad de los sujetos, por las habilidades que se adquieren (y las que se
pierden) para la creacin, la comunicacin y la construccin del conoci-
miento.
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