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Uso de Las TIC, Relaciones Sociales y Caambios en Los Jovenes PDF

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Francisco Bernete.

Teora y Sociologa de la Comunicacin (UCM)


documentos

6 Usos de las TIC, Relaciones sociales y


cambios en la socializacin de las y
los jvenes
En este artculo nos centramos en un tipo de consecuencias que probablemente estn teniendo ya los
usos de las TIC, pero que no cabe observar ms que a largo plazo: los posibles cambios en las relacio-
nes sociales de los jvenes y, por tanto, en su socializacin, en lo que sta depende de las interacciones
con otros agentes sociales: familiares, docentes, compaeros de trabajo, de estudio, de juegos, etc.
Interacciones que tienen un nuevo campo donde generarse, regenerarse, crecer, transformarse. No slo
en lo que ms se identifica ahora como redes sociales (Facebook, Twiter, Tuenti, etc.) sino tambin en
otros muchos espacios de intercambios informativos abiertos por Internet y la telefona celular.

Palabras clave: TIC, relaciones sociales, socializacin, redes sociales, Internet

Las ciencias estn centradas en el papel que la comunicacin cumple


en la humanizacin y la socializacin. En cambio la produccin comu-
nicativa se encamina hacia usos tecnolgicos y macrosociolgicos de
la informacin cada vez ms desvinculados de esas funciones antropo-
lgicas. (Manuel Martn Serrano) (1)

Introduccin
Las relaciones entre los seres humanos tienen un nuevo campo donde gene-
rarse, regenerarse, crecer, transformarse. No slo en lo que ms se identifica
ahora como redes sociales (Facebook, Twiter, Tuenti, etc.) sino tambin en
otros muchos espacios de intercambios informativos abiertos por Internet y
la telefona celular. Ello no significa que se derrumben o se sustituyan las
relaciones anteriores; sino que se estn implantando nuevas formas de
informarse, producir, divertirse, comprar, etc. que modifican el conjunto de
las relaciones sociales, entendidas aqu como modos de actuar unos con
otros que mantienen una cierta regularidad. Se trata de una transformacin
en los procesos de produccin y recepcin de informaciones cuyo sentido
ms general y cuyas consecuencias en la socializacin de los nios, adoles-
centes y jvenes se desconocen y generan incertidumbre y preocupacin
(como en su da ocurriera con la emergencia de la imprenta, la radio o la
televisin).

En general, son los adultos, ms que los jvenes, quienes se refieren a nue-
vas tecnologas, nuevas interacciones o nuevas relaciones sociales.
Parece natural que quienes tengan ms conciencia de las transformaciones
que se producen en las formas de vivir (de trabajar, comunicar, relacionarse
(1)
Entrevista para CIESPAL/ con otros) sean los sujetos de mayor edad en tanto que han conocido las
CHASQUI, Revista Latino- situaciones anteriores a esos cambios; y que estas modificaciones sean ms
americana de Comunicacin.
Octubre 2009
difciles de identificar por parte de los jvenes, en tanto han crecido con los

Mujeres jvenes en el siglo XXI


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mismos dispositivos tecnolgicos que para sus padres y abuelos representan
innovaciones espectaculares.

Para los jvenes actuales, usar Internet o el sms es algo tan natural como
para sus padres ver televisin o para sus abuelos escuchar la radio. Sabemos
que cada generacin y cada grupo social naturaliza las tecnologas que
tiene a su alcance e intenta sacarles partido. Pero queda mucho por descu-
brir acerca de los usos tecnolgicos en los que se ocupan nuestros jvenes y,
an ms, acerca de la trascendencia de tales usos en el conjunto de las rela-
ciones sociales y los procesos de socializacin.

En este artculo se pretende sealar determinadas lneas de investigacin


que parece necesario emprender en el campo de los estudios de comunica-
cin, en el sentido de vincular los usos tecnolgicos con el papel que la
comunicacin cumple en la socializacin. Pues, si bien abunda la literatura
sociolgica, econmica y tecnolgica que registra y valora tendencias en la
produccin, la comercializacin, el consumo o los riesgos asociados a la ocu-
pacin de los jvenes con las actuales tecnologas de la informacin y la
comunicacin (en adelante TIC), no es fcil encontrar recursos para investi-
gar de qu modo las interacciones mediante TIC estn conformando nuevas
formas de entender el mundo (pblico y privado; fsico y psquico), de arti-
cular o desarticular la sociedad y la cultura de los usuarios; de relacionarse
con otros, cercanos y lejanos, jvenes y mayores, usuarios y no usuarios de
las mismas TIC.

Los usos de las TIC y la menor dedicacin a otras cosas,


como consecuencia a corto plazo.
Hay sobradas razones para referirse a los usos -y no al consumo- de las
Tecnologas de la Informacin y Comunicacin por parte de los jvenes. La
principal de ellas es que muchas veces son creadores de tecnologa, con
independencia de que sean tambin consumidores. (2) Una parte de nues-
tros jvenes son usuarios altamente participativos, con un intenso uso del
medio Internet, para quienes la tecnologa es una parte natural de su vida.

De las investigaciones acerca de los usos, cabe esperar que indaguen sobre
cules son los objetivos: para qu se usa (trabajo, ocio, estudio, etc.) y qu
necesidades se satisfacen, qu se resuelve o qu se obtiene. Por ejemplo,
sentirse en contacto con amigos, pareja, familia, etc.; sentirse perteneciente
a un grupo social, con la valoracin que le d a esa pertenencia; consolidar y
ampliar del crculo de relaciones sociales, etc.

Adems de los objetivos y las gratificaciones, si se pretende abarcar las con-


secuencias que tales usos tienen a corto plazo, debe indagarse sobre qu
cosas se hacen o se dejan de hacer por convertirse en usuarios de unas u
otras TIC: se estudia menos, o se duerme menos, se ve menos televisin, se
(2) hace menos deporte o se visita menos a los familiares porque la duracin de
Por poner slo un ejemplo, los das o las semanas no es elstica.
cuando se escriben estas lneas
(diciembre de 2009) acaba de Probablemente las actividades que con ms claridad pueden recordar y
publicarse que IBM apuesta por
reconocer los usuarios que estn dejando de lado sean formas de pasar el
EyeOS , un escritorio virtual de
cdigo libre, creado por tres tiempo libre en casa (como ver televisin) y formas de obtener informacin
amigos (dos de 18 aos y uno en materiales impresos (consulta de bibliotecas o catlogos de todo tipo de
de 22), de Olesa de Montserrat
(Barcelona), que estudian infor-
bienes y servicios). Precisamente, gran parte de las utilidades que se les ha
mtica y diseo y trabajan a ido encontrando a estas TIC, y que mejor han desarrollado, est relacionada
tiempo parcial.

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con la obtencin inmediata de informacin referida a toda clase de bienes y
servicios, ofertados y demandados desde cualquier lugar del mundo. Internet
-adems de un medio para el correo electrnico y otras formas de comuni-
cacin, como las que facilitan las redes-, es un gran catlogo o escaparate
mundial de ofertas y demandas, como corresponde a un mercado globaliza-
do.

En este artculo nos centramos en un tipo de consecuencias que probable-


mente estn teniendo ya los usos de las TIC, pero que no cabe observar ms
que a largo plazo: los posibles cambios en las relaciones sociales de los jve-
nes y, por tanto, en su socializacin, en lo que sta depende de las interac-
ciones con otros agentes sociales: familiares, docentes, compaeros de
trabajo, de estudio, de juegos, etc.

Las relaciones personales se mantienen, se refuerzan, se alimentan con los


usos actuales de Internet y la telefona celular? o pierden autenticidad, den-
sidad, quedan reducidas a contactos que se contabilizan? En tanto no se
obtengan evidencias empricas estaremos expuestos a un intercambio de
presunciones como las que aparecen con cierta regularidad en los medios de
comunicacin pblica. Vase la siguiente a ttulo de ejemplo:

Este fenmeno afecta profundamente a las relaciones entre ellos. En primer


lugar, el Messenger les proporciona el escondite perfecto para expresarse sin
exponerse. Pueden decir lo que quieran sin temor a la reaccin del otro.
Estn en el entorno seguro de su pantalla, sin que nadie les vea y sin tener
que dar ms explicaciones que las que quieran dar. Esto les provoca una pr-
dida de habilidad en el intercambio personal (la comunicacin personal se
aprende practicando) y puede desembocar en una especie de analfabetis-
mo relacional que les har el camino mucho ms difcil cuando como adul-
tos no tengan ms remedio que interactuar con los dems (Ferrn
Ramn-Corts, 2010).

Pero cul es el fundamento para afirmar que se pierde habilidad en el inter-


cambio personal y no lo contrario, que los intercambios comunicativos a tra-
vs de pantallas tienen un efecto amplificador (no inhibidor) de la
comunicacin cara a cara? No habr que investigar la relacin entre las inte-
racciones fsicas y las que tienen lugar por medio de las TIC?

El uso de las redes sociales generadas en Internet


Desde que comenzaron a usarse el correo electrnico y la World Wide Web
(traduccin aproximada: Red Global Mundial), se sucedieron los xitos de dispo-
sitivos tecnolgicos innovadores en las formas de comunicar e informarse.
Despus del auge y cada de algunos de estos dispositivos (foros, chats, etc.)
lleg el xito de los blogs, con sus comentaristas habituales que pronto empe-
zaron a sentirse parte de comunidades virtuales generadas en torno a un blog
o varios. Agrupaciones coyunturales que tambin aparecen en forma de opina-
dores de noticias, reportajes, crnicas, artculos de un peridico, una emisora de
radio, un canal de televisin o un sitio web de otra ndole. EL PAS digital cre
hace algn tiempo un espacio propio para albergar los blogs de sus lecto-escri-
tores y llam a esa espacio la comunidad. En 2010 casi cualquier conjunto de
gente organizada constituye una red, o al menos as se denomina: redes de
bibliotecas, de ciudades educadoras, de lectores de un peridico, etc. (Gente
Qu! dice la publicidad- es la red social de usuarios de QU.es).

En torno a cualquier afinidad de gustos, intereses, etc. se crean nuevas rela-


ciones; se mantienen, se refuerzan o se transforman ciertos vnculos con

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otros cuando se intercambian comentarios al pie de una noticia, de un art-
culo, de un videoclip, etc.

Los jvenes han participado de todas las formas innovadoras de relacionarse


y participar en comunidades virtuales, de lazos dbiles, si se quiere enfatizar
as, pero probablemente generadoras de sentimientos de pertenencia y otras
gratificaciones, como cualquier comunidad. Pero ninguna haba aglutinado a
tantos participantes como MySpace, Facebook, Tuenti y otras mundialmente
famosas, que para muchos llenan el campo semntico del trmino redes
sociales.

Estas redes sociales que se han generado en Internet, como bien dice
Jess Miguel Flores Vivar (2009), se han convertido en el estandarte de la
Web 2.0, entorno que tambin aglutina a los blogs, wikis y chats. Segn se
afirma en el ltimo informe presentado por la Fundacin Telefnica sobre
La Sociedad de la Informacin en Espaa 2009, el uso de las redes sociales
entre los jvenes se habra multiplicado por seis a lo largo de 2009, lo que
supone un aumento del 500% con respecto al mismo perodo del ao ante-
rior

Obviamente, no todos hacen lo mismo ni durante el mismo tiempo. Hay dife-


rencias entre mujeres y hombres que habra que investigar (3). Igualmente,
se mantienen tambin diferencias en el uso de estas redes en funcin de las
posibilidades de acceso a Internet: quienes tienen acceso ilimitado a Internet
en casa y pueden usarlo por la noche son los que participan ms modifican-
do sus perfiles, coleccionando amigos y comunicndose con conocidos y
desconocidos. Quienes pueden, acceden desde el centro de trabajo y lo
hacen repetidas veces en el da, incluso en periodos de vacaciones.

Qu sentido tiene para los y las jvenes el uso de las redes sociales genera-
das en Internet: qu representa para cada persona (por ejemplo, una va de
comunicacin ntima, una va para dar a conocer lo que uno considera ms
propio y procurar que se valore lo propio), qu papel juegan estas prcticas
en la sociabilidad, en el desarrollo identitario, etc.

Los mayores no sabemos bien qu representa el uso de las redes para los
jvenes. Y ellos no saben lo extrao que puede ser ese mundo para los adul-
tos. Para los mayores es un tercer entorno, muy diferente del segundo (el
urbano) y ste muy diferente del primero (el natural o rural), siguiendo la
tipologa de Javier Echevarra (1999). Para los jvenes, todo forma parte de
un solo mundo, que es as porque as se lo han encontrado. La conciencia del
cambio es de los mayores.

Sobre este fenmeno social y comunicativo no tenemos una tradicin libres-


ca que nos ofrezca ya un conocimiento ordenado, porque es muy reciente y
muy cambiante. La informacin sobre estas redes est en la Red; pero en la
Red hay demasiadas cosas y cada vez est ms claro que la sobreabundan-
cia informativa ayuda poco a la comprensin. En este caso, hay tambin
demasiado ruido.

Sin detenernos ahora en ello, anotemos que redes sociales han existido siem-
(3) pre; desde que hay sociedad, hay redes sociales. Desde que existe la World
Hiptesis: las jvenes de mayor Wide Web se usa ms el trmino, se ha puesto de moda y se piensan ms
edad es ms probable que
sigan usando la red que los
cosas con esa clave en lugar de otras claves. A veces, los mimos fenmenos
jvenes de mayor edad (a ellas sociales, se piensan con unos conceptos en una poca y con otros concep-
les interesa ms que a ellos tos o categoras en otra poca distinta. Hoy es habitual recurrir al trmino
comunicarse con amigos/as
que tambin ven en persona). redes para identificar estructuras sociales de todo tipo: de delincuentes y

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de amigos, de empresas y de iglesias, de revolucionarios y reaccionarios, de
cajeros automticos y de mendigos, etc.

Las que ahora son mundialmente conocidas por su rpida expansin por
Internet tambin son variadas, segn a qu se dediquen especficamente o
segn cmo funcionen; lo que permiten o prohben, etc.): Unas son ms para
profesionales como Linkedin, donde se deja el CV y los empleadores pueden
consultarlo y ofrecer empleo) otras son ms bien para cotillear un poco
(como Tuenti o Facebook, las preferidas de los ms jvenes para estar en
contacto con los amigos).

Estas redes de internautas (y, especialmente, algunas de ellas) estn adqui-


riendo una importancia inusitada, como lo demuestra el hecho de que
Google haya empezado a incluir en sus bsquedas resultados de Twitter,
Facebook o MySpace.

El xito de esta clase de redes


MySpace comenz a tener xito porque ciertos grupos musicales abran
pginas en el sitio y sus fans podan escribirles y recibir sus respuestas en el
mismo sitio. Fomentaban la identificacin entre grupo (y cultura) musical
con sus seguidores. Luego estos llamaron a otros jvenes menos interesados
inicialmente en esa conexin con los msicos, pero interesados en la con-
fluencia con otros jvenes. Los adolescentes encuentran valiosos referentes
para su vida en las personas que conocen en su vida cotidiana y con los muy
famosos que son de su gusto, sus dolos.

Antes de finalizar 2009, Google seal las diez pginas que el buscador
consideraba emergentes entre los usuarios hispanohablantes: coloc en el
lugar nmero 3 Facebook, que ahora se considera la gran red social mun-
dial; y en el lugar nmero 7 Tuenti, parecida a Facebook, pero ms orienta-
da a usuarios hispanohablantes y generalmente ms jvenes que los de
Facebook.

Han tenido tanto xito que pueden localizarse en ellas todo tipo de usuarios:
individuos, familias, grupos musicales, empresas, partidos polticos, etc. pro-
curan estar dentro como forma de conjurar el temor a quedar socialmente
excluidos. Las usan organizaciones grandes, medianas y pequeas para crear
sentimiento de orgullo comunitario y con la intencin de acercarse a los
espacios (muy reales por ms que les llamen virtuales) donde pueden ser
vistos por los jvenes y tal vez algunos de ellos se animen a participar.

Una estrategia algo diferente consiste en crear una red nueva, en lugar de
tener presencia en una de las famosas. Pero con objetivos muy parecidos.
Por ejemplo, el Consejo de la Juventud de Espaa (CJE) y diversas organiza-
ciones sociales han creado Juvenreda, una red dedicada a impulsar la parti-
cipacin social de jvenes inmigrantes. El Partido Popular tambin ha creado
su propia red social: popular.es

Los riesgos del uso despreocupado


Debe representar algo importante en la vida de tanta gente para que lo
usen, a pesar de los riesgos que se corren. Puede que se est usando sin
tener mucha conciencia de los riesgos, no slo de que roben las contraseas
y otras claves, sino porque son pblicas nuestras vinculaciones familiares,
afectivas y amistosas con otras personas. En las redes se comparten muchos

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datos personales (intereses, gustos, imgenes, videos, etc.) y no sabemos
qu uso van a hacer otros con nuestros datos. Por eso no sabemos si nos
vamos a arrepentir o no de haberlo dejado ah. Se estn usando para acosar
a adolescentes, para suplantar la identidad (digital) de alguien.

Los jvenes son ms despreocupados que los mayores para facilitar informa-
ciones como el lugar donde trabajan o estudian, la direccin de e-mail o el
cumpleaos. En la propia pgina de inicio, cada usuario hace su performan-
ce, su construccin (pblica) del yo, su exhibicin; el perfil de cada usuario
es un conjunto de datos de diversa naturaleza: un collage de texto e imge-
nes que componen un reflejo de s mismo, pero maleable, cambiante, flexible.

Pero, obviamente, no son los perfiles en s mismos los que configuran una
red, sino las conexiones que se consolidan mediante las invitaciones o peti-
ciones de amistad (de pblica amistad). Y las conexiones son pblicas; algu-
nas lo son a primera vista: aquellas cuyos comentarios al amigo quedan
escritos a la vista de todos. A veces, se trata de comentarios medio privados,
pero en un espacio pblico, pues hay observadores. Nada se oculta: ni la
amistad, ni las conversaciones, ni la descripcin que cada cual hace de s
mismo. Ciertamente, podran reservarse a los amigos, pero es igual de cierto
que se aceptan como tales a muchos desconocidos

La mayora dejan al descubierto sus datos personales. Esos datos persisten


durante mucho tiempo; no sabemos cunto. Pero Internet, adems de ser un
medio sincrnico, tambin es un medio acrnico para todas aquellas perso-
nas que accedan ms tarde, que pueden ser muchas y desconocidas: no
sabemos quien terminar oyendo o leyendo nuestras expresiones, ni donde
estarn esas personas cuando lo hagan. Pero s sabemos que, si alguien se lo
propone, le bastar con teclear un poco para encontrar a cualquiera; puede
hallar fotos de quien busque si alguien las dej en la Red. Y puede apropiar-
se de sus expresiones escritas o habladas, de todo lo publicado.

Adems de los padres, pueden enterarse de aspectos inconvenientes de su


vida los profesores y directivos de centros de enseanza, pudiendo utilizarlos
para adoptar medidas disciplinarias contra los estudiantes. Con ms profesio-
nalidad, puede hacerlo un polica, un jefe de personal o un comit de admisin
que debe decidir si es o no un fichaje apropiado para una organizacin.

Si, a pesar de todo esto, se sigue usando es porque tampoco importa


mucho; o importa, pero se acepta entrar en el juego. En todo caso, significa
que en nuestra vida se ha producido este cambio fundamental: lo pblico
juega un papel diferente porque interactuamos con los dems de una forma
que antes no exista, aunque lo hagamos con personas que ya eran conoci-
das para nosotros.

Los usos de las TIC y los cambios en la socializacin, como


consecuencia a largo plazo.
Todo ser humano, desde su nacimiento aprende de lo que capta del entorno
en el que se desenvuelve y acta en ese entorno al tiempo que aprende el
resultado de las actuaciones. Vive con la madre y otros adultos, de quienes
depende y a quienes imita desde muy pequeo. Ms tarde se sentir afn a
los miembros de ese grupo y se identificar como perteneciente a ese
grupo, distinguindose de quienes no lo son. Ese proceso es de maduracin
biolgica y cultural a la vez. De crecimiento y de enculturizacin, cuando el
individuo asume las pautas que regulan sus interacciones con los dems.

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Para que los individuos asuman esas pautas, deben producirse y reproducir-
se unas visiones de la realidad que compartan los miembros del grupo o
conjunto social del que se trate (familia, tribu, clan, ciudad, etc.) y que sirvan
para sustentar la permanencia o la transformacin de las normas que regulan
los comportamientos. Las visiones de la realidad slo cumplen esa funcin
legitimadora de las normas en la medida en que son aceptadas por los
miembros del conjunto social y consideradas valiosas como para transmitir-
las y procurar su aceptacin por parte de los dems.

Esta transmisin se lleva a cabo en la forma en la que cada grupo humano


ha podido expresar el sentido de su existencia como grupo y el valor de su
permanencia como tal grupo. Se comprende, entonces, que en cada momen-
to y en cada lugar, dependiendo de las capacidades y herramientas disponi-
bles para comunicar, cada grupo habr recurrido a ellas para lograr que los
nuevos individuos sean respetuosos con el modo en que se organiza el con-
junto y se mantiene cohesionado. La produccin y reproduccin de visiones
de la realidad, ya sea con recursos ms naturales o con recursos ms tcni-
cos, suele estar orientada a conseguir que esas visiones sean compartidas
por otros, fortaleciendo una cierta cohesin social en torno a ellas.

Esta tarea se nos antoja ms sencilla en las sociedades pequeas cuyos


miembros se conocen, viven de una manera similar, comparten creencias,
valores, actitudes, etc; y ms complicada en sociedades grandes, desarrolla-
das y complejas, como la nuestra; donde no es posible identificar una visin
de la realidad que cohesione a todos sus miembros, sino muchas que compi-
ten entre s, para conseguir que prevalezca un modo de organizarse y fun-
cionar sobre otros. O, al menos, para formar parte de la negociacin por el
establecimiento de un orden normativo, con el fin de que el orden resultante
no excluya tal o cual modo de entender el mundo y la vida en sociedad (el
matrimonio, la familia, la educacin, la igualdad, etc.). Socializar, en esta
situacin, supone saber cules son las exigencias compartidas (normas, valo-
res, actitudes hacia propios y extraos), para canalizar las pulsiones y orien-
tar el aprendizaje social de los individuos; y que stos interioricen la
necesidad de respetar una ley en cuya gestacin no han participado.

Obviamente, la socializacin adecuada no est en absoluto garantizada; y es


ms difcil que lo est cuando el sistema social carece de mecanismos para
ordenarla: no establece con claridad qu espera de los adolescentes y jve-
nes; ni qu lugar (simblico y material) podrn ocupar los miembros jvenes
(profesiones, funciones paterna y materna, etc.) en una sociedad cohesiona-
da. O, expresado en otros trminos, cul ser su identidad social. El riesgo
de desintegracin social es tanto mayor cuanto menos se perciban por parte
de todos, y especialmente de los jvenes, la prioridad de determinados obje-
tivos, la coherencia del sistema de valores o la congruencia entre valores y
conductas de quienes son referentes para ellos.

Entre los mecanismos para ordenar la socializacin de los individuos, suelen


citarse las instituciones mediadoras que actan en primera instancia, como la
familia y la escuela. Segn en qu momentos y lugares, los clanes, las iglesias
o los medios de comunicacin pblica tienen cierta relevancia en el encauza-
miento de los deseos, la aceptacin de los hbitos y normas sociales, la inte-
riorizacin de creencias y valores. En todos los casos, estas instituciones
mediadoras deben tener personas capacitadas para ensear e influir en los
nios con la finalidad de que stos lleguen a ser, como ciudadanos adultos,
sujetos de derechos y deberes.

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En todas las pocas, adems de estos agentes formales (familia, escuela,
organizaciones diversas), la socializacin se produce como consecuencia del
conjunto de interacciones en las que participa el individuo; y, por ello, siem-
pre ha tenido una importante dimensin socializadora la interaccin en el
grupo de iguales, que tiene lugar en la vida cotidiana, fuera del marco esco-
lar (salvo el recreo) o laboral; en lo que suele denominarse tiempo libre.
Estas interacciones en los grupos no organizados formalmente (de amigos,
compaeros, pares) han devenido ms relevantes en las ltimas dcadas,
como veremos en posteriores epgrafes.

La socializacin en los entornos familiares


Durante la infancia tienen lugar las primeras etapas y probablemente las
ms decisivas- en la socializacin de los nios y nias. En cada sociedad se
espera que la familia acte como una especie de microsistema social, donde
se respetan y se hacen respetar las normas y valores del conjunto. Asumir el
rol de hijo o de hija significa de entrada aceptar la autoridad de los padres,
los lmites que ellos imponen a la conducta y, en general, las pautas que ellos
establecen para las relaciones entre los miembros de la familia.

Ese conjunto de relaciones sociales que se dan en el seno de la familia puede


verse afectado por el uso que se haga de las TIC, incluyendo entre ellas las
tecnologas que ya son consideradas tradicionales como el telfono, la
radio o la televisin. Nos ocupamos de ello en un estudio anterior, patrocina-
do por el Injuve. (Lorente, S.; Bernete, F. y Becerril, D., 2004).

En aquella investigacin se pidi a una muestra de espaoles que mostraran


su acuerdo o desacuerdo con ciertas afirmaciones preocupantes (4), a pro-
psito de cmo puede estar repercutiendo Internet en las relaciones sociales
y en las interacciones comunicativas de la familia. La proporcin de quienes
asentan ms con dichas frases era mayor entre los entrevistados de las cla-
ses socioeconmicas ms dbiles y los niveles de estudio ms elementales.
En todo caso, registramos que jvenes y mayores se repartan las pantallas
en el interior del hogar familiar de la manera siguiente:

a) los mayores (padres y abuelos), ms apegados al telfono fijo y prestan-


do ms atencin a las producciones audiovisuales de la radio o la televisin.

b) los jvenes (adolescentes y jvenes mayores de edad) sacando partido a


(4) las cualidades del telfono mvil y siguiendo con ms inters las produccio-
Por ejemplo, Internet resta nes multimedia, a travs del ordenador.
comunicacin en el interior de
la familia, Los adolescentes Siete aos ms tarde es ms evidente el reparto de pantallas entre jvenes y
que usan Internet salen menos
mayores. Los primeros pueden usarlas todas (segn para qu cosas). Los
a la calle o Si no se dispone
de Internet, parece que no se segundos (abuelos/as y an muchos padres y madres) siguen siendo funda-
es como los dems mentalmente receptores de televisin.

Segn el informe La Sociedad de la Informacin en Espaa 2009, entre los


(5)
jvenes espaoles, Internet ha desplazado a la televisin como medio que
Al igual que la edad, la clase ocupa un mayor nmero de horas en su tiempo libre, y ya dedican a Internet
social tambin es un factor de
gran peso en el nivel de acceso
14 horas semanales. La figura 3-21 del mencionado informe muestra grfica-
a Internet se seala en el mente la correlacin entre tramos de edad y porcentaje de entrevistados
mismo informe de la Fundacin
que acceden a Internet. (5)
Telefnica. Entre los entrevista-
dos de las clases altas hay una
Aunque muchos de ellos necesitan que los hijos les enseen el uso y las
mayor proporcin de personas
que acceden a internet. posibilidades de los instrumentos de comunicacin -y ello puede hacerles

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Figura 3.21
Internautas en cada tramo
de edad (ESPAA).

Grfico elaborado con


datos del INE (2009) y
recogido en el informe La
Sociedad de la Informacin
en Espaa 2009. Funda-
cin Telefnica.

sentirse dependientes de los hijos sin querer serlo- los padres pueden cono-
cer (y los psiclogo suelen recomendar que conozcan) las TIC que manejan
los hijos y, si lo estiman necesario, poner lmites a su uso y, en general, esta-
blecer reglas sobre las pginas que los hijos e hijas pueden visitar; el tipo de
informacin personal que sus hijos pueden dar a conocer a personas con las
que interactan por Internet; el tiempo que pueden pasar conectados, etc.

En las redes sociales creadas en Internet, los padres son los primeros que
pueden localizar el perfil y todo lo expresado por un adolescente, si estn
interesados y saben hacerlo (una minora). Son los primeros que pueden
comprobar qu pginas visitan o seguir las conversaciones del hijo o la hija
con otras personas, en sitios como Facebook o Tuenti.

Como es natural, esta incursin de los padres no es deseada por los hijos,
porque prefieren tener espacios propios para sus relaciones sociales y no
mezclar stas con las familiares. Por esta razn, los padres deben saber que
pueden encontrarse un rechazo si piden a sus propios hijos ser amigos o
pueden hacer que stos se sientan confusos y no sepan si aceptarles como
amigos o rechazarles a riesgo de herir sus sentimientos.

Estas y otras cuestiones hacen que, de algn modo se pregunten qu deben


poner en este espacio que supuestamente slo debera interesar a sus ami-
gos y a otros como ellos, pero de hecho puede observarlo todo el mundo,
incluidos sus padres y otros familiares. Se puede escribir con entera libertad
para los amigos y, al tiempo, quedar bien con los padres? Se puede contar
lo que se ha hecho y lo que a uno le gustara hacer? Puede que verse obliga-
do a hacerlo sea parte de lo que le ayuda a uno a madurar, comprobando
dnde estn los lmites de su expresividad en cada entorno y, a fin de cuentas,
seleccionando lo que puede ser dicho, y las maneras de decirlo (Martn
Serrano, 2008). Una vez ms estaramos tentados de decir como en la vida
misma, como si la interaccin en ese entorno no fuera parte de la misma vida.

A su vez, si los padres quieren, pero no pueden, controlar las conversaciones


de los adolescentes (que no son privadas, pero s entre comunicantes elegi-
dos), tambin es probable que se sientan confusos, sin saber qu hacer al
respecto. Quiz observen que el ordenador fue comprado para que los hijos
saquen provecho en los estudios, pero lo utilizan ms para el ocio; y perci-
ban que, en su propia casa, los hijos estn fsicamente, pero intercambiando
no se sabe qu datos y opiniones con no se sabe quin.

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De hecho, puede que se trate de una conexin con otros familiares lejanos o
con alguien que, por afinidad, ha terminado convirtindose en un familiar, si
bien electivo. Esta parece ser la direccin en la que estn transformndose
las relaciones familiares ms all de las protagonizadas por los que compar-
ten un hogar: hay recuperaciones, reagrupamientos y reconocimientos de los
miembros de la familia a travs de Internet. Tal vez, con algunos de ellos, el
contacto sea ms regular porque la afinidad sea mayor; con otros ser ms
espordico. Pero, en todo caso, el contacto no exigir prcticamente ningn
esfuerzo. Depende ms que nunca de la voluntad de establecerlo libremente;
no de la obligatoriedad o el coste de la operacin.

El telfono mvil tambin ensancha la libertad de los jvenes respecto a sus


familiares: por una parte, permite ms libertad de horarios y movimientos a
los jvenes; por otra, tambin permite ms control a los padres, pero no
tanto como stos quisieran. Los hijos e hijas puede comunicarse con perso-
nas de las que no quieren dar noticia a sus padres y pueden hacerlo con ms
libertad precisamente por la portabilidad del telfono.

La investigacin social debe seguir enfocando los cambios en las relaciones


familiares asociados al uso de las TIC y los cambios en el hogar y sus dife-
rentes utilidades: descanso, ocio, educacin, trabajo, etc.

La socializacin en los entornos escolares


La primera institucin de socializacin secundaria (donde comienza la
educacin formal) tambin est experimentando cambios importantes
como consecuencia de la aparicin y uso de las TIC dentro y fuera de los
centros.

La televisin principalmente -y en algunos contextos sociales la radio y la


prensa- era el aula fuera del aula (Younis, 1993), una escuela paralela de
enculturizacin para sujetos de todas las edades, que la propia escuela no
poda ignorar, sino tomarla en cuenta e incluirla entre sus objetos de estudio
en la medida de sus posibilidades, siempre limitadas.

Hoy el reto de las instituciones educativas, en todos los niveles, es muchsi-


mo mayor en tanto que la accesibilidad y el manejo de las TIC por parte de
la poblacin incide de diversas maneras en la educacin de nios, adolescen-
tes y jvenes escolarizados. No slo proporcionan lenguajes, visiones del
mundo, valores y pautas de comportamiento muchas veces distintas de las
que se ensean en los centros, sino que tambin presionan para transformar
los modos de ensear y aprender utilizando ciertas tecnologas, guste o no a
los docentes y a la totalidad de los discentes.

Ahora, los padres y los educadores profesionales tienen que mediar entre lo
que aparece en los medios de comunicacin pblica y lo que saben los hijos/
alumnos, si no quieren dejarles solos en la tarea de interpretar y dar sentido
a esas emisiones. Pero adems, tienen que saber usar las TIC para conocer lo
que por ellas circula, cmo funcionan, qu puede encontrarse a travs de
ellas, qu usos son deseables e indeseables, qu riesgos se asumen, etc. Y,
finalmente, tienen que saber utilizarlas para no renunciar a sus potencialida-
des en beneficio de la formacin.

En Dinamarca, por ejemplo, los estudiantes escriben los exmenes en sus


ordenadores desde hace diez aos y, desde noviembre de 2009, pueden
consultar Internet, incluso redes sociales como Facebook, si creen que ah

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van a encontrar informacin adecuada para responder en el examen. Esa uti-
lizacin de las TIC cambia las relaciones entre profesores y estudiantes?
Esta es otra de las direcciones en las que tiene mucho que hacer la investi-
gacin social.

De entrada, estn modificndose tanto el rol de los profesores como el de


los estudiantes, entre otras cosas, porque el cambio tecnolgico se produce
a la vez que ciertas transformaciones pedaggicas. Se pretende que el pro-
ceso est centrado en el aprendizaje del estudiante y que sea ste el princi-
pal agente de su educacin. En esta perspectiva, el cambio en las relaciones
entre unos y otros parece garantizado porque el profesor no estar disponi-
ble slo en el aula para el asesoramiento del alumno y porque tendr que
seguir los pasos de su aprendizaje para ayudarle durante el curso, no slo
para evaluarle al final.

Si el conocimiento es una actividad mental de un sujeto con respecto a un


objeto, a propsito del cual se obtienen y se organizan datos, finalmente
aprende, no quien obtiene ms datos sobre el objeto, sino quien consigue
organizar los datos de modo tal que le encuentra un sentido a esa organiza-
cin. Esta es la razn por la cual la ayuda de los profesores -y de los padres-
sigue siendo necesaria, si estn en condiciones de ayudar a los estudiantes a
distinguir la validez de las informaciones (prcticamente infinitas) que hoy
resultan accesibles.

La tecnologa convierte en accesible lo que antes no lo era, gracias a ello se


acercan sujetos y objetos de estudio. Esta es la cara positiva de la mediacin
tecnolgica. La dificultad estriba en que cada tecnologa brinda unas posibi-
lidades distintas y su conocimiento requiere horas de estudio. Y, sobre todo,
en que los dispositivos tecnolgicos aparecen y evolucionan (algunos, des-
aparecen) tan rpidamente que no hay manera de organizar un aprendizaje
ordenado y controlado sobre ellos.

Se espera de los profesores que lleven a cabo una mediacin humana que
ayude al aprendizaje, ante una transformacin tecnolgica tan rpida. Pero, a
la vez, se observa que los centros educativos, que es donde se podra produ-
cir, en todo caso, un aprendizaje algo ms ordenado, no tienen recursos
humanos para organizarlo, aun en aquellos pases donde disponen de recur-
sos materiales y de infraestructura para acceder a la tecnologa. Es decir y
esta es para m la clave del problema-: donde se resuelve el problema del
acceso, queda por resolver el problema de la formacin y con ello, el proble-
ma de la mediacin humana que se requiere cunto ms sofisticada sea la
tecnologa.

La mediacin humana no se ha considerado, en las polticas pblicas, tan


necesaria como el acceso: se proporcionan computadoras, aplicaciones para
hacer a distancia una serie de actividades (clases, tutoras, trabajos indivi-
duales o grupales, etc.) y, por supuesto, para acceder a la documentacin
necesaria. Todo lo cual presiona para que tenga lugar un reciclaje de los pro-
fesores y los gestores de todos los niveles del sistema educativo. Sin esa
capacitacin de los mediadores, que por otra parte, son imprescindibles, no
habr cambio de modelo docente, ni habr forma de aprovechar la tecnolo-
ga como recurso eficaz en los procesos de enseanza-aprendizaje. Recurso
con muchas posibilidades de adaptacin a perfiles diferenciados de estu-
diantes (empleados y desempleados; jvenes y mayores; cercanos y distan-
tes, con discapacidad fsica o sin ella, etc.).

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Contra lo que a veces se piensa y se afirma: cuanto ms se use la tecnologa
en la comunicacin y en la educacin, ms necesaria y ms importante es la
mediacin de los educadores para que el aprendizaje sea posible y consis-
tente. Salvo que se confunda el aprendizaje con la recogida de informacin o
con la memorizacin de los manuales. El educador no es slo un proveedor
de informacin (aunque en muchos casos siga siendo el nico proveedor), es
quien tiene que disear una estrategia didctica y conducir unas actividades
de aprendizaje de los estudiantes, sacando provecho de cada una de las
experiencias exitosas y fallidas.

Para que los educadores tengan esa capacidad de mediar, facilitando una
experiencia con sentido por parte de los estudiantes, han de adquirirla pri-
mero y ello requiere la intervencin de otros mediadores y expertos en la
generacin del conocimiento. O, si se prefiere, en la educacin y la formacin
continuas de todos los actores que intervienen en los procesos de aprendi-
zaje.

Por ahora, se observan muchas dificultades de adaptacin por parte de


padres, educadores y otros agentes sociales. Y, sin embargo, no parece que
haya vuelta atrs. Los docentes deben ir olvidndose de que impartir sus
clases consiste en transmitir informacin. Deben ayudar a que el estudian-
te aprenda. En eso consiste la mediacin del docente: en procurar que el
estudiante aprenda a manejar la informacin (donde se inserta el uso de la
tecnologa), interactuando con otros colegas y con los profesores, en una
comunidad de estudio. Que ser una comunidad tan real como son las llama-
das comunidades virtuales, creadas en torno a un peridico, un blog, un
foro o una red de profesionales o ex-compaeros de estudios.

Tanto la lnea divisoria que separa a jvenes y mayores como la que separa a
conectados y no conectados han ido difuminndose progresivamente y cabe
esperar que contine esa tendencia. Sin embargo, no es tan probable que
se difumine la lnea divisoria entre quienes saben y quienes no saben
operar con la informacin. Como anticipaba Manuel Castell en la Leccin
inaugural del programa de doctorado sobre la sociedad de la informa-
cin y el conocimiento (UOC) hace ms de diez aos:

aparece un segundo elemento de divisin social mucho ms impor-


tante que la conectividad tcnica, y es la capacidad educativa y cultural
de utilizar Internet. Una vez que toda la informacin est en la red, una
vez que el conocimiento est en la red, el conocimiento codificado, pero
no el conocimiento que se necesita para lo que se quiere hacer, de lo
que se trata es de saber dnde est la informacin, cmo buscarla, cmo
procesarla, cmo transformarla en conocimiento especfico para lo que
se quiere hacer. Esa capacidad de aprender a aprender, esa capacidad de
saber qu hacer con lo que se aprende, esa capacidad es socialmente
desigual y est ligada al origen social, al origen familiar, al nivel cultural,
al nivel de educacin. Es ah donde est, empricamente hablando, la
divisoria digital en estos momentos. (Castell, 1999).

Se iran limando las diferencias sociales si los usuarios, adems de tener


acceso, adquiriesen todos la capacidad para seleccionar, cribar, distin-
guir el valor de las mltiples ofertas de productos, servicios, trabajos,
datos, etc. Cmo se adquiere esa capacidad? Si se adquiere en los cen-
tros educativos (colegios, institutos, universidades), el manejo de la
informacin y sus posibilidades de utilizarla en provecho propio depen-
de del funcionamiento de estos centros. Si se adquiere en el grupo de
pares, cada individuo se apropiar de estas tecnologas dependiendo

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ms bien de cmo lo haga el grupo. Dado que no todos los jvenes y
adolescentes van a los mismos centros educativos, ni tienen lo mismos
grupos de pares, esas diferencias siguen operando en las posibilidades
que tienen los jvenes de sacar partido a las TIC y de relacionarse con
otras personas. Parece ms probable que se relacionen con quienes
viven en situaciones semejantes ms que con otros de un estatus muy
superior o muy inferior.

La socializacin en otros entornos. El ocio de jvenes y


adolescentes.
En la empresa, el museo, el turismo, el comercio, el arte, la religin, la
comunicacin de masas, etc. No hay una dimensin de nuestra vida que
no se est viendo transformada por la innovacin tecnolgica y las posi-
bilidades de manejar la informacin. Sin embargo, se observa cierta reti-
cencia al cambio y cierto desconcierto en el que influyen factores
diversos: miedo y desinters, entre otros.

Pero miedo, de quin? De la vieja sociedad a la nueva, de los padres a


sus hijos, de las personas que tienen el poder anclado en un mundo tec-
nolgica, social y culturalmente antiguo, respecto de lo que se les viene
encima, que no entienden ni controlan y que perciben como un peligro, y
en el fondo lo es. Porque Internet es un instrumento de libertad y de
autonoma, cuando el poder siempre ha estado basado en el control de
las personas, mediante el de informacin y comunicacin. Pero esto se
acaba. Porque Internet no se puede controlar (Castell, 2008).

La extensin de las TIC a todas las capas sociales depende, no slo de


las infraestructuras y las capacidades, sino tambin de otros elementos
familiares, locales, comunitarios, de la vida cotidiana, que dinamizan o
ralentizan la apropiacin de las tecnologas ms innovadoras.

Ciertamente, hay sectores de poblacin que no ven la necesidad ni las


ventajas de una adaptacin urgente a la tecnologa. Pero generalmente,
no es el caso de los nios, adolescentes y jvenes (ms de clases medias
y altas, pero tambin en parte de las clases bajas). Ellos suelen apropiar-
se las consolas, los mviles y las computadoras en tiempo de ocio y
para el ocio con los amigos que conoce (a veces, con famosos o gente a
la que desean conocer).

Todo lo cual no significa que, si se les da a elegir entre estas formas de


relacin mediada por la tecnologa y las no mediadas, prefieran las pri-
meras. Tampoco est claro, aunque la comunicacin on line sea valorada
en trminos positivos, que sean ms extrovertidos, o que prefieran tratar
on line los temas importantes para ellos. As lo recogen Vctor Prez-
Daz y Juan Carlos Rodrguez (2008) en un estudio patrocinado por la
Fundacin Vodafone:

Un 62% (49% de los nios) dice que hablar on line con sus amigos le hace
sentir como que siempre pueden estar conectados, en el buen sentido. Un
34% dice que le hace sentirse guay (cool), pero, como cabe esperar, este sen-
timiento abunda ms entre los nios (52%) que, seguramente, se sienten
mayores al comunicarse con sus amigos por Internet. No son pocos (41%) los
que afirman que les hace sentirse libres (slo un 18% de los nios). Y son muy
pocos los que mencionan respuestas negativas: no cercano a mis amigos
(9%), nervioso (4%), como que siempre puede estar conectado, en el mal
sentido (3%) (Prez-Daz y Rodrguez, 2008: 85).

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Por qu les gusta tanto hacer contactos, saludarles y
recibir respuesta en estos sitios? Qu lugar ocupan estos
intercambios respecto a los intercambios donde se ven las
caras?
Los jvenes actuales son los que ms tiempo han pasado en casa de peque-
os. Apenas tienen experiencia de la vida en el entorno rural. El urbano cada
vez se percibe como ms inseguro que la casa propia y muchos viven en las
afueras de las grandes ciudades, con padres y madres que pasan largas
horas fuera de casa, o dentro pero ocupados. Si los hijos pasan mucho
tiempo en casa, ese tiempo hay que llenarlo con algo; el entretenimiento
tambin ha de estar en casa. Las TIC palian la soledad y ayudan a relacio-
narse con el grupo de amigos, ideal para compartir las informaciones,
experiencias, inquietudes, etc. durante las horas de ocio.

Los jvenes y adolescentes se unen a las redes porque all es donde estn
sus amigos, adems de estar en el Instituto de Secundaria y Bachillerato,
en la calle y otros lugares pblicos. Los entornos que suelen llamarse vir-
tuales, donde se produce (se reproduce, se prolonga) el encuentro con los
amigos y colegas estn convirtindose en algo esencial para ser una per-
sona integrada en aquellos crculos que cada uno tiene por grupos de
referencia (a los que quiere pertenecer).

Por tanto, las redes devienen una parte importante de la vida social de los
adolescentes, que siguen apreciando mucho los encuentros fsicos, donde
no se sienten vigilados por los mayores; pero la movilidad en el espacio
fsico (rural, urbano y conurbano) es limitada. Las redes en Internet ofre-
cen encuentros complementarios y alternativos. Para muchos adolescentes y
jvenes, esos encuentros se han convertido ya en poco menos que impres-
cindibles. En cambio, desde el punto de vista de bastantes personas mayo-
res, no son ms que simulacros de encuentros, que quitan tiempo para las
relaciones autnticas, de interacciones densas y prolongadas.

En parte quiz se trate, precisamente, de simular una forma de ser, de aparen-


tar una forma de vivir, de exhibir unas relaciones y una cadena de amigos.
Pero los usuarios de estas redes no se engaan respecto a la naturaleza de
estas relaciones ni respecto al significado de la palabra amigo en este con-
texto. Saben como nadie que hay grados de amistad y que la interaccin per-
manente se produce con un nmero de personas muy inferior al que se
colecciona como amigos. Ese grupo pequeo de ntimos constituye la princi-
pal fuente de socializacin. El resto de los que figuran como amigos en las
redes como MySpace, Facebook, o Tuenti, donde estn los ms jvenes, apa-
recen en la lista por distintos motivos: por ejemplo, son personas a las que se
admira, o a las que supuestamente se podra recurrir en caso de necesidad, o
de las que se quiere saber algo de vez en cuando.

Se trata de una sociabilidad con fuertes dosis de exhibicionismo y voyeuris-


mo, porque se entra en esos lugares para ojear quien hay por ah y qu estn
haciendo (qu ests haciendo? es la pregunta bandera de Twiter; Facebook
invita a expresar inmediatamente qu ests pensando, para que no quede
nada sin exhibir). Y lo que se observa, cuando se entra all son los intercam-
bios informativos sobre lo que han hecho o lo que van a hacer. Escrituras
inmediatas, no pausadas, no mediadas por la reflexin.

Esta forma de sociabilidad podra asemejarse a otras formas de nuestro


tiempo (como las charlas en los bares), en donde no hay propiamente rela-

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tos, narraciones educadoras, formadoras de la personalidad (como las que
supuestamente proporciona la familia y la escuela), sino ms bien conversa-
ciones informales que, an cuando tratan de asuntos serios, muchas veces
terminan cayendo en mayores niveles de informalidad, banalidad, chabaca-
nera, etc. (la misma evolucin que puede observarse en los comentarios de
los lectores a un artculo, noticia, reportaje, etc.).

Los usuarios de Internet (o determinadas redes) no hacen uso de ellas por-


que sean matrices de sentido para sus vidas; y sin embargo, puede que
encuentren alguna satisfaccin en ellas o, al menos, que la busquen ah con
ahnco. Si logrramos desentraar qu clase de satisfaccin buscan, estara-
mos ms cerca de comprender para qu participan en esas redes.

Una hiptesis plausible es que, como ya hemos avanzado, encuentran com-


paa, una mitigacin de la soledad. Internet proporciona el contacto conti-
nuo; la sensacin de que los conocidos y los desconocidos estn ah, al
alcance de la mano, nunca mejor dicho. La banda ancha ha aadido posibili-
dades de verse y orse en directo y gratuitamente. Esta satisfaccin es simi-
lar a la que otras personas obtienen con la radio y otras ms con la
televisin. Son aparatos que se conectan sabiendo que siempre hay alguien
al otro lado.

Mediante Internet, los jvenes conectan con los iguales, con gente muy pare-
cida, y cercana en gustos, valores y actitudes, aunque est lejos geogrfica-
mente. Curiosamente, en los medios de masas (radio y televisin, ms que
otros) se ha desarrollado un fenmeno paralelo: cada vez aparece ms gente
comn y corriente, para que los espectadores se vean reflejados a s mismos
y para que intervengan desde sus casas, con sms, e-mail o llamadas telefni-
cas . En todo caso, la participacin de los jvenes en las redes sociales forma
parte de un fenmeno ms amplio: la conversin de muchos usuarios tradi-
cionalmente receptores en emisores de informacin en medios pblicos, col-
gando textos, fotos, audios, videos y cualquier combinacin de formatos
posible.

Afecta a los procesos de construccin de su identidad?


Los jvenes y adolescentes estn modelando sus identidad social en todas
sus apariciones y encuentros con otros. Lo hacen, en primer lugar a travs
del cuerpo, la vestimenta, los gestos, las expresiones verbales con sus tonos,
etc. Causan una cierta impresin y, si les parece que deben cambiar algo
para causar una impresin distinta, lo cambian. Es una habilidad que se
aprende a lo largo de la vida: vamos observando e interpretando las reaccio-
nes de los dems a lo que hacemos y decimos; y ajustamos nuestro compor-
tamiento si lo creemos conveniente.

Pues bien, igual que cuando nos presentamos fsicamente en la vida cotidia-
na, proporcionamos informacin de nosotros mismos y de nuestro estatus,
tambin lo hacemos cuando elaboramos nuestros perfiles en estos espacios
pblicos, explicitando nuestros gustos e intereses. Los usuarios cambian la
representacin que proyectan de s mismos, ajustndose a las situaciones,
tanto en el mundo fsico como en el de Internet, que para ellos no es ms
que una faceta del primero.

Esta forma de construirse una identidad es fruto de su libertad. Lo hacen a


partir de afinidades con otros que han sido explicitadas. Una vez expresadas
esas afinidades y encontrados esos otros con los que sienten afinidad, los

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usuarios son valorados en funcin de qu otros les acepten. Todo lo cual
puede ser mas importante para el sujeto que los vnculos con sus mayores y
su comunidad de origen (especialmente para sujetos jvenes y adolescentes,
que son los ms preocupados por su integracin grupal). En una sociedad
donde se ha fomentado el individualismo, paradjicamente se valora al
individuo en tanto es miembro de (aceptado por) un grupo. Vase cmo
lo expresa una adolescente de trece aos:

Im in the 7th grade. Im 13. Im not a cheerleader. Im not the president


of the student body. Or captain of the debate team. Im not the prettiest
girl in my class. Im not the most popular girl in my class. Im just a kid.
Im a little shy. And its really hard in this school to impress people
enough to be your friend if youre not any of those things. But I go on
these really great vacations with my parents between Christmas and New
Years every year. And I take pictures of places we go. And I write about
those places. And I post this on my Xanga. Because I think if kids in
school read what I have to say and how I say it, theyll want to be my
friend.

Vivien, 13, to Parry Aftab during a Teen Angels meeting (citado en Boyd,
Danah. 2007).

Vivien, como cualquier chica de su edad que se sienta ms o menos sola en


el espacio fsico, encuentra que hay una va abierta para hacer algo, con los
cual mantiene la esperanza de que la reconozcan y la quieran. Es decir, lo
que se busca siempre, pero en un espacio virtual donde encuentra que
puede exponer algo de ella misma que no expondra de la misma manera en
el entorno donde se mueve.

El grupo de pares, adems de observar, aprueban o desaprueban lo que ven


de su amigo (por ejemplo, si cuenta con muchos amigos o con pocos; si les
sitan en el lugar que esperan o no del ranking de amigos) y esto, natural-
mente, puede complicar las relaciones (por envidias, celos, etc.) como suce-
dera fuera de Internet si anduviesen por la calle con una pancarta que
indicase el orden de sus amistades. Siempre habra quien se quejara de no
ser correspondido como esperaba, de no estar entre los primeros o de no
ser exactamente el primero de la lista. No digamos ya si se les limita las posi-
bilidades de etiquetar fotos, de insertar mensajes en el muro o la pizarra de
uno.

El hecho de que muchos adolescentes y jvenes se unan a las redes porque


all es donde estn sus amigos significa que, en muchos casos se trata de
relaciones preexistentes (de amigos o familiares) que se quieren mantener. O
se trata de conexiones que estaban latentes, con personas con las que hay
alguna clase de relacin. Vincularse con ellas es un gesto que tiene valor en
s mismo (para los dos individuos que se vinculan) y tambin tiene valor en
tanto que el nuevo vnculo pasa a formar parte de la lista de las contactos
visibles (para todo el mundo). Otra cosa es qu ocurre despus. No parece
probable que se mantengan esos contactos de amigos (o familiares) que se
han rescatado, ms que en la medida en que el mantenimiento del contacto
sea enteramente satisfactorio o necesario. Generalmente, porque llega un
momento de saturacin; cualquier persona con medianas habilidades para la
relacin con otros puede sentirse abrumado por exceso de amistades y no
saber qu hacer con ellas.

Cuando no se puede o no se quiere mantener tantas interacciones en


esta clase de redes, darse de baja podra ser visto (quieren las redes que

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sea visto) como abandonar a los amigos sin despedirse. En cuanto uno
seala la opcin para darse de baja, aparece un mensaje del tipo X te
echar de menos, no quieres enviarle un mensaje de despedida?.
Entonces es cuando el usuario comienza a sentirse ms enredado de lo
que desea.

Conclusin
En este artculo, slo nos hemos interesado por las repercusiones del uso
de las TIC en la socializacin de los jvenes, en tanto que la socializacin
est mediada por el conjunto de sus relaciones sociales, dejando de lado
otro tipo de repercusiones en la socializacin, la personalidad y la identi-
dad de los sujetos, por las habilidades que se adquieren (y las que se
pierden) para la creacin, la comunicacin y la construccin del conoci-
miento.

An es pronto para saber cules sern las consecuencias o las implica-


ciones de un modo de socializacin tan basado en las conversaciones
con los iguales; en un medio pblico al que pueden acceder otros ms
tarde, desde cualquier lugar, porque la tecnologa y la habilidad para
usarla hace posible ese acceso. Pero, sobre todo, no sabemos las implica-
ciones de una socializacin en un medio pblico que ha cambiado y cam-
biar ms toda la vida pblica y la propia concepcin de lo pblico.

Lo pblico, en Internet, se parece mucho a una extensin de lo privado


en el sentido de que las comunidades que se forman son tantas y, a la
vez, tan personales (basadas en intereses, afinidades, gustos propios)
que tienen poco que ver con las estructuras sociales que coartan la liber-
tad del individuo. Son espacios de sociabilidad, generan y refuerzan rela-
ciones de unos con otros; pero la integracin en ellas no es un rito de
paso para asumir la condicin de adultos, con los derechos y deberes de
un ciudadano. Sus miembros adquieren la satisfaccin de sentirse inte-
grados, pero serlo en uno de los miles de microgrupos sociales dice ms
bien poco o nada respecto de su integracin en el conjunto social; y, en
no pocas ocasiones, es una forma de segregacin. La mayora de estas
comunidades son porosas y operan como vasos comunicantes entre
ellas. Pero no sera prudente desconocer que tambin hay comunidades
cuyos miembros perciben el conjunto social (instituciones y leyes) como
algo ajeno a su vida y la vida de los suyos, su cadena de amigos.

El conocimiento de las consecuencias que tiene el uso de las TIC en los


comportamientos, en las formas de relacionarse y en una socializacin
fuertemente sustentada en las interacciones con el grupo de iguales
representa uno de los grandes retos para los investigadores de nuestro
tiempo; pero junto con esta lnea debe contemplarse otra lnea contigua:
el modo en que los jvenes (y los mayores) usan las TIC por querer man-
tener unos comportamientos, unas relaciones o unas identidades socia-
les. En el primer caso, situaramos la emergencia de las TIC como
desencadenante de los cambios en otros rdenes de la vida; en el segun-
do, enfocaramos su uso como resultante de factores anteriores. En
ambas direcciones nos queda mucho por saber.

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