La Liberacion de La Mujer en El Peru de Los 70s, Una Perspectiva de Genero y Estado
La Liberacion de La Mujer en El Peru de Los 70s, Una Perspectiva de Genero y Estado
La Liberacion de La Mujer en El Peru de Los 70s, Una Perspectiva de Genero y Estado
UNIDAD DE POST-GRADO
TESIS
para optar el Grado Acadmico de
Magister en Gnero, Sexualidad y Polticas Pblicas
AUTOR
Marco Len Felipe Barboza Tello
ASESOR
Leopoldo Gamarra Vlchez
Lima Per
2013
2
DEDICATORIAS
AGRADECIMIENTOS
RESUMEN
Palabras clave
ABSTRACT
The author seeks to establish the importance of this period in the emergence
and consolidation of the women's movement and in the conceptualization of
the liberacion of women, which has often been overlooked in studies of the
second wave of feminism in Peru.
11
NDICE
Introduccin 4
CAPTULO I
CAPTULO II
MARCO TORICO 15
2.1 Antecedentes de investigacin 15
2.2 Bases tericas 19
CAPITULO III
METODOLOGA 29
CAPTULO IV
RESULTADOS Y DISCUSIN 33
CAPTULO V
CONCLUSIONES 170
14
CAPTULO VI
RECOMENDACIONES 178
CAPTULO VII
CAPTULO I : INTRODUCCIN
1
Trmino con muchas acepciones, sin embargo, en la investigacin se adopta la postura de
Fromm (1966), para quien el carcter revolucionario postulaba la identificacin del individuo
con la humanidad, el trascender los lmites de la propia sociedad, la capacidad de crtica
asociada a la razn, el amor y respeto por la vida, y la forja de un carcter individual
escptico y de hombre de fe.
19
2
Concepto dilemtico, para establecer criterios de periodizacin ms o menos exactos.
Para algunas autoras, la Segunda Ola del Feminismo en el Per, se inicia el 10 de abril de
1973 con el primer mitin feminista contra los concursos de belleza (Ver: Portugal, Ana
Mara. Setenta aos de movimiento feminista en el Per. Lima: s/e. 1985).
Para otras, la Segunda Ola del Feminismo peruano se nutre de tres vertientes: la vertiente
feminista, la popular urbana (compuesta por mujeres de base que se unieron para luchar
por los servicios bsicos) y la tradicional (donde las mujeres llevaron los intereses de las
mujeres al interior de los partidos polticos), todas estas vertientes habran confluido a
finales de los aos setenta (Vargas cit. por Busse, Erika. El smbolo Flora Tristn en el
feminismo peruano. (Cuadernos de Trabajo). Lima: Flora Tristn. 2003. p. 27).
21
3
Centro de la Mujer Peruana Flora Tristn. 25 aos de Feminismo en el Per: Historia,
confluencias y perspectivas. Lima: Flora Tristn. Diciembre, 2004. 148 pp.
22
Hiptesis general
Hiptesis especficas
4
Para comprender mejor lo sealado por Veblen, es necesario conocer su nocin de ocio
vicario (1963: 66): muchos de los servicios clasificados como cuidados domsticos en la vida
cotidiana moderna y muchos de los bienes requeridos por el hombre civilizado para llevar una
existencia agradable tienen carcter ceremonial. Han de ser clasificados, por tanto, como
ociosidad en el sentido en que aqu se usa esta palabra. Pueden, a pesar de ello, ser
imperativamente necesarios desde el punto de vista de una existencia decorosa; pueden,
incluso, ser necesarios para la comodidad personal aunque su carcter sea principal o
totalmente ceremonial. Pero en cuanto comparten este carcter son imperativos y necesarios
porque se nos ha enseado a exigirlos, so pena de incurrir en indignidad o suciedad
ceremoniales. Nos sentimos incmodos en el caso de que nos falten, pero no porque su
ausencia produzca una incomodidad fsica de modo directo, ni porque un gusto no educado
para discriminar entre lo que se considera desde el punto de vista convencional como bueno
y como malo pudiera sentirse molesto por su omisin. En la medida en que esto ocurre, el
trabajo empleado en estos servicios ha de clasificarse como ocio, y cuando lo realizan
personas que no son econmicamente libres ni dirigen el establecimiento, debe clasificarse
como ocio vicario (vicarious leisure).
38
5
Trmino propio del discurso velasquista acerca de la participacin.
6
Denominado as en el discurso oficial del autodenominado Gobierno Revolucionario de la
Fuerza Armada.
46
7
Desde una perspectiva econmica, Cotler en 1968 explicaba el dualismo estructural como
el que concentraba las actividades econmicas con ms alta productividad, tales como la
pesca y la agricultura destinadas a la exportacin, las manufacturas y los servicios financieros
en la Costa, siendo que esto repercuta en los ingresos y en la movilidad ocupacional de los
pobladores de dicha regin. Por otro lado, sealaba que en la Sierra predominaban las
formas preindustriales, con excepcin de los centros mineros, cuya organizacin y direccin
se realizaba desde el exterior del pas.
51
8
Agrega Bjar que el SINAMOS actu en varios frentes de trabajo: las organizaciones
rurales, sobre todo aquellas alimentadas por la reforma agraria (comunidades campesinas
quechuas y nativas de la selva, ligas agrarias y federaciones campesinas); las organizaciones
laborales; no solamente los sindicatos sino aquellas que traducan el inicio de la profunda
reforma empresarial, es decir las comunidades de la industria, la minera, la pesca, las
comunicaciones y ms tarde la prensa; las organizaciones culturales y profesionales
(fundamentalmente artesanos, artistas populares y otros productores autnticos de cultura);
las organizaciones vecinales (comits de moradores de los barrios pobres de las ciudades,
tanto en la periferia, en zonas de invasin, como en los mbitos tugurizados del centro); las
organizaciones econmicas de inters social, incluyendo un fuerte movimiento cooperativo
sustentado bsicamente en las cooperativas agrarias de produccin y de servicios y las
sociedades agrcolas de inters social (SAIS); y las organizaciones juveniles, actuando como
apoyo a las reformas, a travs de las brigadas de voluntarios (1976: 62)
53
9
El subrayado es mo.
54
10
Trmino de A. Giddens.
11
Desde la Teora de la Participacin se denomina a este fenmeno: Comunidades
Epistmicas, que pone el acento en el juego entre paradigmas de conocimiento existentes y
emergentes (caracteriza) las relaciones de poder en el interior de las redes participativas (y)
proporciona nuevas estructuras de oportunidad poltica a movimientos sociales y a posibles
actores de apoyo (Gonzales et al, 2000). Es susceptible de desarrollarse en contextos tan
variados como los de parentesco, en la relacin Sociedad Civil y Estado, o en el seno mismo
de los grupos o corporaciones.
55
12
Indios.
13
Cotler (1994: 28) citando una investigacin del Instituto de Estudios Peruanos del ao
1966, refiere que de 499 entrevistados en seis comunidades indgenas y en una hacienda
del departamento del Cuzco, el 52% se encontraba de acuerdo con la afirmacin los indios
han nacido para servir y obedecer al misti.
58
14
Causante de la fragmentacin social de los dominados.
15
Existen testimonios orales acerca de hacendados azucareros en el Norte del Per que
cabalgaban dentro de los confines de sus propiedades a la medianoche vestidos totalmente
de blanco, cual si fueran apariciones. Esto, con la finalidad de hacer creer a sus sirvientes
que tenan poderes sobrenaturales.
59
16
Para Nugent, era funcional al Tutelaje Oligrquico el rol complementario de instruccin de
la masa tutelada a cargo de los institutos castrenses y la iglesia catlica.
17
Marcuse usa el trmino biolgico para designar el proceso y la dimensin en que las
inclinaciones, los patrones de comportamiento y las aspiraciones se transforman en
necesidades vitales, que, de no ser satisfechas, daran origen a un mal funcionamiento del
organismo. Lo cual constituye parte de una elaboracin primigenia de lo que sera luego la
definicin de la categora Gnero. Ver ms en el captulo I Un fundamento biolgico para el
socialismo?, (Marcuse, 1971b: 15 - 29).
61
18
Aquella que segn Bjar tcnica y desideologizadamente apoy al rgimen de Velasco.
Vase la pgina 5.
19
Entendida como la emancipacin de la tutela oligrquica, y que se sustentaba en las
condiciones instauradas por el proceso revolucionario. La autonoma revolucionaria del
rgimen velasquista es tributaria de una nueva moral religiosa, eclctica polticamente,
aunque ms fustigadora del comunismo que del capitalismo, y su eje articulador se inscribe
en los postulados humanistas que provenan concurrentemente de sectores sociales
progresistas y de la democracia cristiana.
20
Los 70 es una dcada en la que la polarizacin de las grandes potencias y la Guerra Fra,
aluda como parte importante del debate y la polmica a los derechos humanos y las
libertades individuales de los ciudadanos. Las libertades nominales de los estados
capitalistas y los condicionamientos sociales de las aspiraciones individuales como
contrapartida de los estados socialistas eran objeto de denuncias mutuas.
62
21
El artculo 5 del Estatuto del Gobierno Revolucionario sealaba lo siguiente: El Gobierno
Revolucionario actuar conforme a las disposiciones del presente Estatuto y a las de la
Constitucin del Estado, Leyes y dems disposiciones, en cuanto sean compatibles con los
objetivos del Gobierno Revolucionario. El subrayado es mo.
22
Los imperativos son formas de conocimiento prctico, los imperativos categricos ordenan
una accin de un modo absoluto y tienen dos caractersticas: Autonoma, que se origina en la
63
voluntad libre del sujeto, y Universalidad, que se genera a priori y vale para todo ser
racional. Es precisamente sta ltima la que delinea los planteamientos velasquistas.
23
Esta reforma en particular, buscaba tomar como temas centrales los problemas del
hombre, y no del hombre abstracto, desubicado o puesto fuera de sus realidades vitales, sino
reconocido como ser situado en coordenadas espacio-temporales; era una educacin que
aceptaba la caracterstica de intencionalidad como presente en el hombre y actuante en l.
Era una educacin, entonces, para obrar, conceptuada para la libertad (Barnechea, 1970:
16).
64
24
Las propuestas de la Reforma Educativa eran tambin rebatidas por sectores que no
estaban de acuerdo con sus postulados. En efecto, en diferentes medios de comunicacin se
afirmaba que la Reforma Educativa afectara a la familia, que la libertad de educacin se
suprimira, que los nios seran sectarizados, que la autonoma universitaria quedara
quebrada, y que esta Reforma implicara un control totalitario de la educacin (Salazar
Bondy, 1972,: 23).
65
25
Quien presidi este Comit fue Ruby Cervantes, trabajadora que representaba a la
Direccin General de Extensin Educativa del Ministerio de Educacin. Para febrero de 1975
el COTREM, estaba integrado por representantes del SINAMOS, de los Ministerios de
Educacin, de Salud, Agricultura, Trabajo y Pesquera y representantes de la Comisin
Nacional de Cooperacin con la UNESCO, del Frente de Mujeres y del Movimiento Familiar
Cristiano.
67
26
Agrega Orvig que la parte de su propuesta que no fue aceptada por el Ministerio de
Educacin, fue la relativa a la marginacin de la mujer que fue juzgada como humillante para
la mujer.
68
27
La primera Junta Directiva de la CONAMUP estuvo presidida por Consuelo Gonzales de
Velasco, e integrada por Mara Cavassa de Valds, Anglica lvarez de la Cruz, Josefina de
la Puente Villarn, Doris Sols de Romero, Ana Mara Napur de Tello, Victoria Vargas,
Teresa Carballo de Deustua, Adela Angosto de Muoz y Marina Velasco de Valdez.
72
28
El Programa de Salud Materna del IMPROMI, consista en el ordenamiento racional de
actividades integrales de salud, dirigidas a la mujer durante las etapas pre concepcional y
post concepcional, y buscaba cumplir con elevar el nivel de salud de la comunidad
promoviendo: la maternidad deseada y la paternidad responsable, el embarazo, parto y
puerperio sin temores o complicaciones y el nacimiento de un nio a trmino sano. Se
buscaba adems disminuir a un mnimo la mortalidad de la madre efectiva, de la madre en
potencia, del feto y del neonato.
29
La negrita es ma.
78
30
EstadisposicinlegalestablecaelserviciomilitarfemeninoenelPer,dispuso
ademslavigenciadelasinscripcionesdelasmujeresperuanasdedieciochoaosa
partirdel2demarzode1975.Siempreconlanorma,lainscripcineraobligatoria,
yelingresoenelServicioActivoeravoluntario.Astambin,elserviciomilitar
efectivoseraparalasmujeresdeclaradasaptasyquehubieransolicitado
explcitamentesuadmisin,lasdemsmujerespasaranaconstituirlaReserva.
31
El Decreto Supremo No 003-74-OCI, contena en general dispositivos que hacan nfasis
en la dignidad y revaloracin tanto de lo nacional como de lo humano. Las Normas de
Contenidos del referido Decreto Supremo, sealaban entre otros puntos, lo siguiente:
79
15. El lenguaje que utilice la Publicidad deber ser correcto y en ningn caso podr contener
expresiones que disminuyan su nivel vulgarizndolo y atentando contra la cultura del pueblo
peruano. Se evitar el uso de extranjerismos.
20. La Publicidad debe regularse por el bienestar del consumidor y el inters pblico, as
como evitar usar motivaciones y patrones de conducta que tiendan a distorsionar el desarrollo
integral del hombre peruano (...)
23. Los mensajes publicitarios en que aparezcan personas, sea en voz o imagen, los
presentarn como personajes propios de la realidad nacional.
24. Todos los comerciales determinarn, en su caso, si los bienes o servicios que publicitan
son de manufactura nacional y/o elaborada con insumos nacionales; a fin de formar
conciencia de nuestra produccin y realzar el esfuerzo de los trabajadores peruanos (...)
26. La Publicidad que promueva la venta de artculos de uso ntimo propios del hombre o de
la mujer, no usar a stos como modelos.
32
El tenor del referido artculo 15 era el siguiente:
Art. 15.- Se fomentar la educacin mixta o coeducacin que permite a los nios y jvenes
de ambos sexos recibir enseanza en los mismos centros educativos y segn rgimen
anlogo, en armona con las condiciones reales de vida social. Su aplicacin se realizar en
80
forma gradual, de acuerdo con las normas de la psicologa y la pedagoga, considerando las
condiciones ambientales y la participacin de docentes de ambos sexos en los mismos
centros educativos.
33
En cuanto al respeto de la dignidad humana el objetivo era el de prestar asistencia social a
los individuos y familias de la comunidad promoviendo las acciones tendentes a su
mejoramiento y progreso. Para Gonzales en el campo mdico social la labor de la JAN era
muy amplia y llegaba a tratamientos de casos muy delicados, que requeran intervenciones
especializadas, tales como transplantes renales, del corazn, aplicacin de vlvulas
cardiacas, cambio de arterias y de venas, por tubos especiales; marcapasos, vlvulas de
Pudenz para hidroceflicos, intervenciones a los ojos, poliomielitis, atencin traumatolgica,
acciones de ayuda integral y parcial tanto en el Per como en el extranjero.
34
Este documento fue preparado por Hilda Araujo, Dora Beuzeville y Mario Zolezzi, en su
calidad de integrantes de la Secretara Tcnica para la Delegacin Peruana a la Conferencia
Mundial del Ao Internacional de la Mujer.
35
Algunos de los datos ms relevantes de este Diagnstico son: la poblacin peruana segn
el censo de 1972 era de 13538,208 habitantes, de los cuales 6753,678 eran mujeres, o sea
49.89%.
Existan 591 gineco obstetras y 340 pediatras como personal especializado asignado al
programa de Salud Materno Infantil.
Para 1973 de un total de 347,406 empleados pblicos asegurados, el 61.68% eran hombres y
el 38.14% eran mujeres. As tambin, de un total de 205,899 obreros asegurados el 91.1%
eran hombres y el 8.9%, mujeres.
84
36
Martn Jay seala que Erich Fromm, nacido en Francfort en 1900, se cri en un ambiente
inmensamente religioso. Durante su adolescencia se sinti fuertemente atrado por los
aspectos mesinicos en el pensamiento judo. Aunque Fromm perdi los atributos exteriores
90
de su ortodoxia en 1926, lo que podra llamarse una actitud de religiosidad persisti a travs
de toda su obra posterior. (Jay, 1974: 155).
91
37
Cabe recordar que Salazar Bondy se gradu de bachiller en filosofa con su tesis El saber,
la naturaleza y Dios en el pensamiento de Hiplito Unanue. Asimismo sus ideas acerca del
socialismo humanista fueron centrales para el Movimiento Social Progresista, partido poltico
al que perteneci y que fue fundado en 1955. Las ideas bsicas de este partido fueron la
consideracin del Per como un pas subdesarrollado y perteneciente al Tercer Mundo; su
postulacin de una nueva organizacin social del Estado sobre el fundamento de las
comunidades, los municipios, las cooperativas y las empresas productivas socializadas; la
necesidad de la planificacin; y la afirmacin de la propiedad comunitaria y la crtica del
sistema capitalista en el Per y en los pases subdesarrollados (Sobrevilla, 1981: 292).
38
Para Salazar Bondy las premisas bsicas de una nueva poltica peruana eran:
92
1. Una poltica liquidadora de las estructuras sociales y econmicas que han hecho posible la
crisis de la comunidad peruana actual, es decir una poltica revolucionaria. 2. Una poltica
capaz de organizar una nueva comunidad, desterrando todo principio de explotacin del
trabajo, es decir, una poltica socialista. 3. Una poltica capaz de formar y expandir los valores
humanos universales entre todos los miembros de la comunidad, es decir una poltica
humanista y democrtica. 4. Una poltica apta para cancelar la condicin de pas
subdesarrollado que es la del Per actual y de realizar el bienestar de todos los sectores de
la poblacin, es decir una poltica del desarrollo y la prosperidad. 5. Una poltica capaz, por
tanto, de emancipar al pas, defenderlo contra sus enemigos exteriores e integrar una
nacionalidad autntica, es decir, una poltica de afirmacin nacional (1973: 209).
39
Esta conjuncin de las doctrinas religiosa y socialista, para la poca, puede entenderse
tambin por la complementariedad de los discursos sobre la autorrealizacin del hombre por
medio del trabajo (humanismo marxista) y la exigencia de justicia social (humanismo
cristiano). Ver ms en Ferrero (1973).
93
40
Como monseor Dammert, obispo de Cajamarca, y monseor Bambarn, quien se
desempeaba por aquel entonces como obispo auxiliar de Lima, y que luego asumira el
obispado de Chimbote.
41
El padre Gustavo Gutirrez, creador de la Teologa de la Liberacin por aquel entonces
daba cursos sobre Maritegui y filosofa poltica en la facultad de Ciencias Sociales de la
Universidad Catlica.
42
Agrega Kruijt que la propuesta de ley para la empresa comunitaria presentada por la
Democracia Cristiana dos meses antes del golpe de 1968, muestra notables coincidencias
con la futura ley de propiedad social anunciada al final de los aos de Velasco. Asimismo,
Ruiz Eldredge, entrevistado por Kruijt en junio de 1986, sealaba que la Encclica Mater et
Magistra de Juan XXIII influye tambin en los militares (1989: 85- 86).
95
43
Las cursivas son del texto original.
44
La Reforma Agraria persegua los siguientes objetivos: cancelar definitivamente el sistema
de latifundio, favorecer decididamente el desarrollo industrial; difundir la pequea y mediana
propiedad, impulsar las formas cooperativas de produccin, dar la tierra a quien la trabaja;
convertir a los asalariados en beneficiarios nicos de la gran propiedad agroindustrial;
contribuir a la efectiva redistribucin del ingreso en el campo; garantizar el mantenimiento de
altos niveles de produccin; y al transformar radicalmente la estructura tradicional del agro
peruano, sentar las bases para la total reestructuracin econmica de nuestra sociedad
(Sinamos, 1973a: 67).
96
45
Agregan las Encclicas que el camino por el cual los poderes pblicos pueden y deben
contribuir a la solucin del problema demogrfico es el de una cuidadosa poltica familiar y de
una sabia educacin de los pueblos, que respete la ley moral y la libertad de los ciudadanos.
Asimismo, una prctica honesta de la regulacin de la natalidad exige a los esposos adquirir
97
46
La negrita es ma.
99
47
Halfdan Mahler, Director de la Organizacin Mundial de la Salud sealaba a mediados del
75 la necesidad de desarrollar una Revolucin Moral, a propsito de la crisis de la familia
tradicional, de las alteraciones del medio humano como consecuencia del progreso cientfico
tcnico, y las modificaciones del comportamiento acaecidas por la irrupcin de nuevas formas
de vivenciar la sexualidad (1975: 1).
48
La moralizacin pblica era uno de los objetivos del Estatuto Revolucionario del Gobierno
de Velasco, basado en presupuestos religiosos, dicotmicos - de oposicin entre riqueza
100
49
Para Blondet, C. y Montero, C. (1994: 14), entre 1960 y 1980 con matices y diferencias
entre las propias mujeres en razn de su composicin social y cultural y con las
peculiaridades propias de cada etapa de gobierno, la tendencia general fue el avance
significativo de la condicin social de la mujer.
50
Se hablaba de Educacin Sexual y de Paternidad Responsable, pero los mtodos
anticonceptivos no fueron parte de poltica pblica alguna. Su expendio privado tambin fue
combatido, lo que origin el cierre de la Asociacin Peruana de Proteccin Familiar en
diciembre de 1973.
51
Es emblemtica la creacin de la Comisin sobre La Mujer, Empleo y Poblacin en el seno
de la CONAMUP en 1975. El objetivo de esta Comisin era analizar la poltica de empleo, en
lo referente a fuentes, oportunidades, enrolamiento y posibilidades que se ofrecen, para la
incorporacin de la mujer al mercado de trabajo, en igualdad de condiciones con el varn.
52
Para el Humanismo Revolucionario la idea misma de humanidad -, y por tanto la idea
misma del hombre como hacedor social de la historia -, es por entero inseparable de la
justicia como valor concreto de la vida social. Distinto por esencia de todos los
planteamientos puramente abstractos, el humanismo revolucionario de Velasco construye su
problemtica central en torno a las cuestiones fundamentales y especficas de la justicia y de
la libertad de los seres humanos concretos que luchan, que sufren, que trabajan, que
defienden sus ideales, que rechazan la explotacin y que viven los conflictos sociales como
miembros de grupos, sectores y clases con intereses distintos dentro de la sociedad.
humanismo lleva en su esencia misma una irrenunciable vocacin de lucha por la realizacin
del hombre dentro de un orden de verdadera justicia social, que no puede existir mientras
subsistan formas de dominacin imperialista y formas de explotacin que alienen y
subyuguen a las sociedades y a los hombres. Para Velasco, la esencia poltica del
humanismo revolucionario radica en su indeclinable posicin de lucha contra el subdesarrollo
y contra el imperialismo en cualquiera de sus formas, en que recoge el legado mejor de las
tradiciones libertaria, socialista y cristiana, - en lo que esta ltima tiene de renovador
planteamiento social -, y porque representa la confluencia de las vertientes ms ilustres del
pensamiento revolucionario (Sinamos, 1973b: 284- 285).
103
53
Este texto se inscribe en la postura socialista, segn la cual no existe el problema de las
mujeres sino nicamente el de las mujeres de clase obrera, y su opresin constituye la forma
especfica de explotacin capitalista de las mujeres. Para la postura socialista su anttesis es
el feminismo [liberal] que sostiene que las mujeres en general sufren una opresin por el
hecho de ser mujeres, que nada tiene que ver con la economa y la forma de produccin sino
con un sistema transversal que es el patriarcado, el cual es universal y se perpeta a lo largo
de la historia independientemente de la sociedad particular de que se trate (De Frutos, 2006).
104
54
A las que se denomina como tendencias, liberal, socialista, y cultural del feminismo
respectivamente. Las tres tendencias coincidan en denunciar la opresin y la necesidad de
cambios sociales, estando de acuerdo en considerar que la liberacin de la mujer comporta la
liberacin de la sociedad entera. Las tres exigan tambin ciertos derechos comunes
relacionados con el problema de la natalidad, y con los cuidados ginecolgicos gratuitos,
guarderas infantiles permanentes y gratuitas e igual salario por igual trabajo.
105
55
Giddens seala que la naturaleza real de la emancipacin tiene poca consistencia, excepto
en lo referente a la capacidad de los individuos o grupos para desarrollar sus potencialidades
en los marcos restrictivos de las constricciones impuestas por la comunidad. Los rasgos
caractersticos de las polticas emancipatorias son tres: 1. Liberacin de la vida social de las
trabas de la tradicin y la costumbre. 2. Reduccin o eliminacin de la explotacin, la
desigualdad o la opresin. Se interesa por la distribucin discriminadora de poder/ recursos.
3. Obedece a imperativos propuestos por la tica de la justicia, la igualdad y la participacin
(2000, 272).
107
56
Definido en la Introduccin, como el Perodo de Polticas Pblicas que van de 1972 a 1976,
y que se relaciona ntimamente con un discurso prevalente - tanto estatal como del
108
57
Ver nota al pie 19, pgina 50.
58
Coincido con Olea y Vargas cuando sostienen que la autonoma del movimiento de
mujeres aparece como un proceso que va tomando contenidos especficos de acuerdo a la
fuerza de articulacin, la capacidad de negociacin, las aspiraciones y oportunidades de
transformacin que se dan en un momento histrico determinado (1998: 142). Pero creo que
109
59
El trpode que conforma el Orden Tutelar, segn Nugent, tiene al Hacendado como figura
principal, y a la iglesia y los militares como actores complementarios en el plano de la
instruccin. Con el proceso velasquista se debilit la figura oligrquica y cobraron
protagonismo los militares, pero el poder del mbito religioso qued intacto. Es por ello que la
autonomizacin del discurso feminista en un primer momento lo fue respecto de la Tutela
Religiosa. Sobre Tutelaje Oligrquico, ver Nugent (2002).
110
60
Una de las formas como se denominaba al Proceso Velasquista durante el primer lustro de
la dcada del 70.
111
61
4.3.2. Interaccin con las propuestas pblicas
61
Barrig parafraseada por Vargas, sostiene que el gobierno militar promovi formas no
experimentadas de representacin y canales de organizacin. A pesar del control del
gobierno, las personas podan ejercer nuevas formas de participacin, prosperando tambin
nuevas nociones de ciudadana (1989: 39).
117
62
Trminos propios del discurso velasquista.
118
63
El trmino de vicaria, lo extraigo de la definicin de Veblen acerca del ocio vicario en la vida
moderna, entiende este autor que este ocio est formado por los denominados deberes
domsticos y que estos deberes se estn convirtiendo rpidamente en una clase de servicios
realizados, no tanto en beneficio personal del cabeza de familia (hecho que tiene su base en
la definicin de matrimonio-propiedad), cuanto en pro de la reputacin de la familia como
unidad corporativa (1963: 74)
64
A manera de trascendencia atenuada del antiguo predominio de la oligarqua como sistema
de poder.
119
65
Lo que establece un vnculo con la tierra nacin, en un sentido tambin religioso. As, el
discurso promotor de las cooperativas agrarias de las Encclicas, afianza la templanza, la
ascesis o el dominio de s mismo, como nexo simblico de la labor agrcola con el plano
social. Dicho nexo propicia la formacin de individuos viriles, piadosos, cooperativos, adems
de buenos defensores, en suma a decir de Jenofonte: el propietario de tierras, habituado a
los trabajos rudos, es un soldado vigoroso y los bienes que posee lo llevan a defender
valerosamente el suelo de la patria (Foucault, 1999: 141).
66
Expresada en polticas que combaten desde concursos de belleza hasta el negocio de la
prostitucin, pasando por pautas publicitarias que se estimaban denigrantes y oprobiosas
para las mujeres, aunque con distintos niveles de eficacia y con un mayor valor discursivo
que de aplicacin concreta.
120
67
Filomeno et al sealan que en 1961 Mater et Magistra del Papa Juan XXIII, precis que no
habra justicia social ni equidad si los trabajadores agrcolas y sus familias por tener
menores ingresos se les diera un seguro social inferior al de los trabajadores de la industria
y los servicios, y propuso un mismo trato a los ciudadanos, cualquiera sea el sector
econmico en el que trabajen, como instrumento eficaz de redistribucin de la riqueza (2002:
112).
121
68
Este pronunciamiento se hara en enero de 1976, cinco meses despus del ascenso al
poder del general Morales Bermdez.
69
Ver notas al pie 19 y 58, sobre autonoma revolucionaria y autonoma movimientista,
respectivamente.
123
Educacin y reforma
70
Definido en los numerales 4.2.3. y 4.2.4.
125
71
El concepto de revaloracin de la mujer no es un concepto aislado, es ms bien un
concepto funcional e integrado al proceso de cambios velasquista que se asuma como una
autntica revolucin cultural, aunque ms en el discurso que en los hechos concretos.
Portugal haca suya esa impronta de revolucin cultural cuando sostena que al no existir un
proyecto de vida nacional en comn, tampoco poda darse en autenticidad una "conciencia
nacional", capaz de rescatar de las viejas canteras del pasado, los orgenes tnicos y
sociales que posibilitaran el retorno hacia una verdadera identidad que nos hiciera dignos de
cuanto poseemos. La revaloracin era un concepto totalizador de todo el proceso segn el
cual los lastres del pasado hispnico y la distorsin valorativa del capitalismo deba ser
mutada, cambiada, a partir de la cultura y de las ideas. En ese sentido la revaloracin de la
mujer era una pieza importante de un engranaje socio cultural mucho ms amplio que deba
ser afinado y puesto a punto. Ver ms en Portugal (1974a).
Sobre el carcter procesual de las reformas velasquistas en el plano cultural y su relacin con
el concepto de revaloracin, Portugal afirmaba que estamos en el comienzo ciertamente, y si
el punto ms sensible de nuestros problemas que es la virtud de decretos histricos, an
queda por conquistar la parte ms difcil. Esta no es otra que la conciencia de nacin que
permita que todos los peruanos internalicen su condicin de tales desde sus ms diversas
funciones y actitudes, a partir de muy claras metas culturales, que hagan posible un mejor
sentido comunitario a nivel de relaciones humanas. Tambin, la bsqueda de nuevos valores
morales en un modelo de educacin diferente, la revaloracin de todo cuanto constituye el
patrimonio histrico, geogrfico, cientfico o artstico, son algunas de las muchas tareas que
nos quedan por realizar. Todo est por hacerse. Hasta hoy seguimos disfrutando de una
cultura de imitacin, falsificada en sus logros, despersonalizada en sus mensajes. Tenemos
que construir una cultura originalmente nuestra a travs de la creacin y luego de un examen
riguroso de nuestra realidad (Ibd, 1974a).
127
El Cuerpo Pblico
72
Ms adelante, Portugal afirmar su preocupacin por la constatacin permanente de la
existencia en la direccin de las escuelas y colegios de mentalidades retrgradas
contrarrevolucionarias, demuestran a las claras, que o nada valen las leyes si quienes las
deben manejar y hacer cumplir no han superado prejuicios y actitudes mentales del pasado
(1975n).
128
73
Ms adelante, a mediados de 1975, Portugal referir su inquietud por lo que ella denomin
el retorno de los Concursos de Belleza. Sealaba Portugal, para ese entonces, que el Per
ya no interviene hace tres aos como organizador de la edicin nacional de "Miss Per",
preliminar al concurso que tradicionalmente se realizaba anualmente en Miami. El retiro del
Per de esta clase de certmenes obedece precisamente a la poltica de revaloracin, que la
Revolucin Peruana viene implementando con respecto a la situacin de la mujer (1975e).
Sin embargo, Guido Monteverde en una rpida respuesta aclarara que el Per no dej de
participar en certmenes de belleza de 1973 en adelante y vindic la revaloracin de la mujer
como el respeto a la voluntad de las mujeres peruanas. En una parte de la acerva crtica,
seala Monteverde que Portugal no ve que es en "Mundial" editado en los talleres de "La
Crnica" en donde salen esas "jovencitas en malla" para adornar las portadas. Est ciega
Ana Mara, cuando le conviene? Slo ve por un ojo? Es que si sale una jovencita en tanga,
en la portada de "7 Das" o de "Ojo" o de "Mundial", no es lo mismo que si sale en la Revista
Gente? Quiere Ana Mara en su "revolucionarismo" de Ultima Hora la ley del embudo: "Lo
ancho para ella y lo angosto para los dems"? (Monteverde, 1975). Lo importante de la
crtica de Monteverde, es en todo caso mostrar la inconsistencia de la asuncin de la
revaloracin de la mujer por parte de la prensa socializada y del proceso revolucionario en su
conjunto. La mujer objeto estaba ms vvida que nunca en el plano real y simblico de la
sociedad peruana, a despecho de las declaraciones, reflexiones y propuesta del movimiento
de mujeres, as como de la aparicin de nuevos escenarios y espacios estatales
verbigracia, la CONAMUP .
129
130
Medios de Comunicacin
La Familia
74
Ese mismo ao de 1973, Portugal sostena que el dilogo entre las mujeres peruanas ha
estado ausente en la vida nacional. Vivimos ajenas las unas de las otras, aunque pese a la
complejidad diversa de intereses, de problemas, de situaciones, que nos distinguen las unas
de las otras, estamos unidas por el mismo cordn umbilical: ser mujeres, lo que equivale a
estar regidas por leyes y preceptos fijos que nos condicionan a la categora de seres
secundarios, no personas, cosas, a merced del fatalismo biolgico que gobierna nuestro
cuerpo y que viene a ser el nico vnculo con el resto del mundo (1973d).
136
75
La autntica liberacin que propugna la revolucin, es asumida por Portugal,
como una liberacin que busca no slo cambiar la estructura econmica, sino
cambiar al mismo tiempo la estructura mental. Vale decir, los hbitos, el
comportamiento social, y en general todo el basamento ideolgico en el que se
fundamentanlasinstitucionesdelsistemaimperante(1974b).
76
La Maternidad y el Humanismo aparecen aqu plenamente identificados. No es aqu la
maternidad asumida como vnculo comn a todas las mujeres o como estrategia para
reclamar derechos. Es ms bien el influjo de un mundo de vida, de intercomunicacin que da
calidez a un fro y desasido orden tecnolgico, burocrtico, sistematizador que ha abrumado y
subyugado la condicin humana, libre y creadora.
77
Segn Portugal la tesis corresponda a una sociloga argelina, y apareci con el ttulo
Liberacin de la Mujer en el segundo nmero de la publicacin Alternativas, editada por
Promocin Cultural: Creatividad y Cambio, bajo la direccin de Rosa Dominga Trapasso y
Timotea Galvn. (Portugal, 1975b)
139
derecho, que les era negado a las pobres. A estas ltimas, con una
inhumanidad muy tpica de ciertos "revolucionarios" dogmticos, se
las condenaba a seguir pariendo indiscriminadamente "hasta que
llegue la Revolucin"78 (1975b).
78
La mencin que hace Portugal de temas como la planificacin familiar, la anticoncepcin o
el aborto son mnimas y casi inexistentes entre 1972 y setiembre de 1975.
140
79
Por aquella poca tambin Portugal refera que los experimentos para hacer viable la
pldora anticonceptiva para hombres estaban en pleno avance. El ao 1975, en el hospital
Rotschil de Pars, diez hombres haban empezado a tomar la pldora y los resultados se
sabran pronto. Con estas pldoras el porcentaje de hormonas se mantena normal, la
produccin de espermatozoides continuaba, slo la fecundacin se frenaba (1976d).
141
80
Segn Portocarrero, el rol que la sociedad esperaba de la mujer era el de la subordinacin.
Existan iguales oportunidades legales muchas veces para la participacin de la mujer en
diversos campos pero todo el peso de una ideologa colonial y machista, impeda a las
mujeres ser activas participantes, autnomas ejecutantes de su futuro. Pero lo ms duro con
que tenan que enfrentarse en su tarea de concientizacin era la oposicin que mostraban las
mujeres a su propia liberacin (sf VARIOS PERIDICOS Mujeres y Hombres).
142
81
Para Portugal estos planteamientos acerca de la concientizacin de la mujer encontraban
un adversario de polendas en la ideologa que expresaban revistas como "Vanidades" o
"Buen Hogar" que tenan vidas lectoras en el pblico femenino -, las cuales glorificaban a
la mujer madre, a la mujer esposa de las clases medias norteamericanas que disponan,
hasta donde les era posible, de los servicios facilitados por una sociedad de consumo y de
esta manera se sentan menos infelices que el resto de sus congneres. Vase Portugal
(1974).
143
La identidad femenina
El trabajo
82
La liberacin de la mujer, era concebida por Portocarrero como una lucha estratgica, de
apertura de frentes. Era parte de la liberacin social, e implicaba un doble proceso de logro
de demandas concretas y de inicio autnomo de la politizacin de las mujeres.
149
83
Desde una perspectiva comparativa la situacin de la mujer en sociedades ms
desarrolladas, no entraaba necesariamente avances sustantivos. En palabras de Mitchell:
"la huelga postal ocurrida en Inglaterra de enero a marzo de 1971 sorprendi a hombres y
mujeres que en su mayora, desempean trabajos distintos. La prensa, como de costumbre,
hizo alarde de la gran cantidad de telefonistas que, pese a la huelga, se presentaban a
trabajar. Un pblico agradecido envi flores a las muchachas. Es deprimente leerlo (...) Estas
muchachas consideraron su trabajo como un servicio pblico (secundario al de sus maridos.
Educadas como auxiliares precisamente para servir, de qu otra manera podan verlo?) o, si
se trataba de mujeres solas, solteras, Cmo iban a pagar la renta? (...) El papel conservador
de la mujer (que siempre se enfatiza por la actitud del militante masculino que dice: "espera
hasta despus de la revolucin") no es un papel propio, sino que constituye una parte
intrnseca del ejrcito del trabajo sexualmente dividido y de un sistema econmico que
150
La Prostitucin
84
La Beauvoir dice que la suerte de las prostitutas se la identifica a menudo con la de los
judos. Ambos desempean funciones prohibidas por la sociedad. "La usura y el amor
extraconyugal son condenados oficialmente, pero como la sociedad no puede prescindir de
los especuladores financieros ni del amor libre, estas funciones son devueltas a las castas
malditas, a las que se encierran en ghettos o en barrios reservados" (Portugal, 1975ll ).
152
Trabajo domstico
85
Los vacos legales en la regulacin del horario de trabajo, descansos, vacaciones,
estabilidad laboral, sueldo mnimo, confirmaban a decir de Portugal la connotacin oprobiosa
y el carcter feudal del servicio domstico (Portugal. 1976g. 23.7.1976. Mujeres que trabajan.
La Prensa).
153
86
El Seminario sobre la Participacin de la Mujer en el Proceso Revolucionario, que organiz
en agosto de 1975 la Academia Diplomtica del Per, relativo al servicio domstico arribaba a
las siguientes conclusiones:
87
Calificados todos ellos por Portugal como paliativos ms o menos reformistas (1976h)
155
4.4.2. La calle
88
Susana Giessecke Sara Lafosse, participante del mitin feminista, refiere que ste era una
propuesta contra la implantacin de moldes estereotipados en contra del libre desarrollo de
las mujeres, de grupos ms bien familiares. En el caso de las hermanas Elena y Judy Dam
Sara Lafosse - las dos ltimas participantes del mitin -, stas provenan de movimientos de
Iglesia y se encontraban influenciadas por las experiencias de Cuba y Mxico, que haban
podido observar in situ, en un perodo de tiempo cercano al de la realizacin del mitin.
(Entrevista de diciembre de 2004).
89
Sobre el mitin feminista, el vespertino Ultima Hora, en su publicacin del 10 de abril de
1973, refera:
90
En la Revista Caretas se sealaba que la manifestacin del 11 de mayo de 1974,
organizada por Cristina Portocarrero tena la finalidad de llamar la atencin sobre un hecho
indiscutible: la explotacin demaggica y consumista del da de la madre que ha
transformado lo que fuera, quizs, un justo reconocimiento a los "valores procreativos" en una
feria de engaos e hipocresas (Madres en cuestin, 1974).
91
La movilizacin fue seguida de un evento de concientizacin en el Teatro La Cabaa.
Sobre este evento sealaba Portocarrero: Fue un evento de cuestionamiento y reflexin
sobre la realidad. Nada de poesa barata ni cuentos sobre los sufrimientos de la Madre
(Liberacin en marcha, 1974).
159
92
Esta Directiva normaba y orientaba las acciones de revaloracin de la mujer, en
concordancia a lo estipulado en el Art. 11, Ttulo XVIII de la Ley General de Educacin y su
Reglamento de Revalorizacin de la Mujer, y buscaba propiciar la reflexin sobre el valor de
la maternidad y la celebracin del Da de la Madre orientndolo hacia un nuevo esquema
acorde con los cambios de estructuras que viva el pas (Debe acabar explotacin comercial
de la mujer-madre, 1975).
93
Organizado por la Junta de Asistencia Nacional (JAN), bajo la presidencia de Consuelo
Gonzales de Velasco, y realizado en el Centro Familiar de Collique en mayo de 1975. Este
evento cont con la participacin de 44 delegadas provenientes de todo el pas, y 22
delegadas que representaban a los pueblos jvenes de la capital. Los objetivos de este
Encuentro eran interpretar y divulgar la ideologa del Proceso Revolucionario, motivar la
solidaridad de las mujeres madres, conocer objetivamente las condiciones en que se
desarrollaban las mujeres madres y su aptitud mental, adems de tender a buscar el
compromiso de la poblacin de base en las acciones promocionales (Encuentro Nacional de
la Mujer Madre comenz en Collique, 1975).
160
94
Ya, en setiembre de 1972, se haba producido un intenso debate en torno al
anunciodeunproyectodelaPrefecturadeLima,quecontemplabalaerradicacin
delaprostitucindelaszonasurbanas,mediantelaconstruccindeseiscentrosde
profilaxis,queestaranubicadosfueradelaciudadyquecontaranconunestricto
controlsanitario.ElproyectocontemplabaademslacreacindeunOrganismode
Bienestar Social Moralizador, que estara destinado a la rehabilitacin de las
meretrices,proporcionndolesempleosenfbricaseintegrndolasenlasociedad
como elementos tiles. El anuncio de la Prefectura sealaba tambin que ya se
habanotorgadolicenciasespecialesa06hoteles,comounamedidaparaevitarel
meretricioclandestino(PrefectodeLima:Existeproyectopararehabilitarmujeres
demalvivir,1972).
Para la Iglesia Catlica, la medida de la Prefectura no era otra cosa que la reapertura de
hoteles clausurados por funcionar como casas de cita y la creacin de nuevos barrios
rojos. Sobre el particular, la Iglesia, a travs de un comunicado manifestaba, entre otros
puntos, lo siguiente:
2. Si bien estamos de acuerdo que el problema de la prostitucin hay que encararlo con
valenta y dejando de lado los prejuicios, pues mientras tanto no puede haber solucin, ante
este proyecto de rehabilitar a dichas mujeres nos preguntamos rehabilita realmente este
proyecto a la mujer o la hunde an ms en su situacin? (...) 5. Creemos que esta medida
anunciada por la Prefectura de Lima, atentara contra la misma poltica e ideologa de la
Revolucin Peruana, porque al legalizar la prostitucin, dejara de ser humanista; al marginar
a la mujer, dejara de ser justa; al convertirla en una mercadera, dejara de promover la
dignidad de la persona y en lugar de liberar a la mujer la degradara (Comunicado de la
Secretara General de la Asamblea Episcopal Zonal, 1972).
Otra de las opiniones vertidas en torno a la medida de la Prefectura sealaba que pensar en
trminos revolucionarios obligaba a erradicar la prostitucin. Para ello no bastaba con
perseguir a las mujeres que se vean obligadas a este terrible oficio; tampoco bastaba con
encontrar otra ocupacin a las actuales prostitutas, que rpidamente seran sustituidas por
161
otras. Slo el logro del pleno empleo, en conjuncin con una liberacin sexual -que no era
libertinaje- en la cual la relacin amorosa alcanzara libremente el terreno fsico, llevara a que
desapareciera la horrible lacra social de la prostitucin (Rez, 1972).
162
cuyo texto una vez redactado fue entregado a un diario limeo y a dos
95
programas de televisin para su difusin (1973e).
95
El 3 de noviembre apareca en el Diario Expreso una noticia en la que representantes de
Junn y Cajamarca al Concurso la Reina del Trabajo denunciaban el carcter denigrante de
ste, por cuanto antes de ser un concurso de trabajo y revalorizacin de la mujer, se trataba
de un concurso de belleza comn, con todos sus defectos alienantes y aberrantes. Se daba
cuenta adems, que los organizadores del concurso haban querido imponer a las referidas
candidatas madres de familia y eficientes secretarias que modelaran para una firma
comercial (Expreso. Denuncian a Concurso La Reina del Trabajo por comn y alienante. 3
de noviembre de 1973. p. 8).
164
96
Salvo algunas pocas frases, la redaccin de ambos pronunciamientos, producidos en
agosto de 1974, es la misma.
97
Los firmantes eran un total de 258, entre profesionales, amas de casa, intelectuales y 10
organizaciones de base.
98
El Objetivo Especfico No 23 del Plan Inca planteaba lograr la efectiva igualdad con el
hombre en derechos y obligaciones, a travs de acciones tales como la eliminacin de todo
trato discriminatorio que limite sus oportunidades y afecte sus derechos y dignidad personal,
la promocin de su efectiva participacin en todas las actividades sociales y el ejercicio de
responsabilidades en todos los niveles de decisin en el pas.
Las acciones previstas para lograr el cumplimento del referido objetivo fueron las siguientes:
Accin 1: Propiciar la participacin de la mujer en todas las actividades y cargos de alto nivel.
Accin 2: Eliminar todo trato discriminatorio que limite las oportunidades o afecte los
derechos y dignidad de la mujer.
166
Accin 4: Garantizar que los bienes comunes no sean dispuestos por decisin unilateral del
esposo (Jupce, 1976: 44- 50).
167
99
La negrita es ma.
100
A los cuales se denominaba prensa socializada.
169
101
La carta abierta tena un encabezado inicial cuyo enunciado era:
102
Se invocaba los artculos 146 y 147 del Plan de Accin, siendo su tenor:
Art. 146: Se debera tomar medidas concretas legislativas y de otro tipo para combatir la
prostitucin y el trfico ilcito de mujeres, especialmente de jvenes. Con la cooperacin de
rganos internacionales y organizaciones no gubernamentales se debera preparar
programas especiales, incluidos proyectos experimentales, para impedir tales prcticas y
rehabilitar a sus vctimas.
170
Art. 147: Los gobiernos que an no lo hayan hecho deberan ratificar el Convenio de las
Naciones Unidas para la Represin de la Trata de Personas y de la Explotacin de la
Prostitucin Ajena (1949) o adherirse a l.
103
La denuncia agregaba que la autorizacin y reglamentacin de la prostitucin converta al
Estado en cmplice de la explotacin de la mujer al recaudar grandes sumas de dinero por
concepto de licencias y multas, as tambin se acusaba a los medios de comunicacin de no
cumplir con el objetivo de valorar a la mujer y que ms bien estaban hacindola, cada vez
ms, objeto ertico.
104
Sobre el particular Marie Luise Trapasso, de Promocin Cultural Creatividad y Cambio,
sealaba "nos preocupa enormemente, miles de mujeres son traficadas da a da y
degradadas moralmente con la aparente complicidad del Estado, pues, basta tener un local,
presentar su solicitud para que nazca un nuevo prostbulo. Algunas estadsticas demuestran
que en Lima, cada da ingresan a la prostitucin tres jvenes nuevas, y esto es slo en Lima
171
que representa la tercera parte de la poblacin nacional. Por ellas nada se hace (...) Slo es
necesario que ellas vayan a la Polica y saquen su carne de prostituta, pasando por el control
sanitario y estn ya, en condicin de ejercer "legalmente (Salazar, sf).
.
172
105
En 1968, particip como alumna libre en el Seminario La mujer en la cultura moderna en
la Universidad de Kansas (EE. UU.) (Orvig, 1988:)
106
De paso por Pars en setiembre de 1968 Orvig escriba: Es ste (el joven de las
barricadas), el ser humano del que soaba Marx: el ser desalineado, el ser que ha visto su
identidad, la dignidad, el esplendor de la vida humana, quien ya no se resigna a vivirla de otra
manera y se rebela contra una sociedad que se lo impide?...Tres das en Pars, tres das de
inquietudes, de fragmentos de preguntas y respuestas, de donde emerge una hiriente verdad
que juzga (Orvig, 1988:)
173
107
La UPMP creada en 1970, organiz en 1972, el Primer Congreso Nacional de Mujeres
Peruanas.
En 1975 la UPMP realiz tres seminarios regionales: Arequipa, Huaraz y Hunuco, siempre
destacando la participacin de la mujer en el proceso revolucionario. Adems llev a cabo
actividades permanentes de capacitacin laboral y educativa, cursillos de propiedad social
entre otras. Para esta organizacin la unidad de la mujer del Per deba significar el
derrocamiento del subdesarrollo y la dependencia, forjando la paz, el progreso y logrando la
plena soberana del Per (Cul es el Balance Del Ao de la Mujer?, 1975).
108
Presidida por Olga Paredes de Olarte.
109
A cargo de Josefina de Villarn.
110
A la que pertenecan Adela Angosto, Rene Lossio, Dora Cabrejos, Luciana Fuchs,
Anamara McCarthy, Mara Teresa Larco y Graciela Dammert.
177
111
Que tuvo el encargo de orientar la creacin de la Organizacin Poltica de la Revolucin
Peruana, en agosto de 1975, cuando era inminente la cada de Velasco. Integraron este
Comit Dora Beauseville, Jefa de la Oficina de Capacitacin del SINAMOS, Gabriela Ruiz
Eldredge Vargas, encargada de rea de Capacitacin del Centro de Capacitacin e
Investigacin para la Participacin Popular, y Abigail Alvarado de Morante, Presidenta del
Comit Femenino del Sindicato de Educadores de la Revolucin Peruana (SERP) (Tres
destacadas profesionales en Comit Nacional Provisional, 1975).
178
112
Vanse las crnicas de Hernndez (1982), Cruz (1995), Byrne (1982), Canedo (1978), y
Eco (sf).
179
V. CONCLUSIONES
VI. RECOMENDACIONES
ANNE y JACQUELINE
ANRUP, Roland
BARNECHEA, Alfredo
BARREIRO, Line
BAUTISTA, Isabel
BJAR, Hctor
BISCARETTI, Paolo
BLONDET, C. y MONTERO, C.
BOGARDUS, Emory
BOURQUE, Susan
BOURRICAUD, Francois
BUSSE, Erika
CANEDO, Roxana
CARTA ABIERTA
193
COAP
COLLIN, Francoise
CONAMUP
CONTRERAS, C. Y CUETO, M.
COTLER, Julio
CRUZ, Edmundo
DECLARACIN
DOMINIJANNI, Ida
DE FRUTOS, Mila
197
2006 El Feminismo
Socialista.http://www.nodo50.org/carlosmarx/spip/article.php3?id_articl
e=204 (09-08-06)
DE TOCQUEVILLE, Alexis
FERRERO, Ral
FILOMENO et al
FOUCAULT, Michel
FROMM, Erich
FULLER, Norma
GARCA, Vilma
GIDDENS, Anthony
GONZALES, Consuelo
GONZALES et al
HABERMAS, Jrgen.
HENRQUEZ, Narda
HERNNDEZ, Zoila
JAY, Martin
JUPCE
KRUIJT, Dirk
La palabra de Simone
LEWIS, John
LIBERACIN EN MARCHA
LPEZ, Sinesio
Madres en cuestin
MAHLER, Halfdan
MARCUSE, Herbert
MENDE, Tibor
MERINO J. y RIVEROS V.
MINISTERIO DE EDUCACIN
204
MONTECINO, Sonia
MONTEVERDE, Guido
MOUFFE; Chantal
205
NEIRA, Hugo
NUGENT, Guillermo
ORVIG, Helen
PALACIOS, Ral
PITANGUY, Jacqueline
PORTOCARRERO, Cristina
------
------0
1
1975a Para hacer un periodismo diferente. La Crnica. Lima
(1 de abril).WARMI/ Cendoc Mujer.
------
------
------
QUIJANO, Anbal
REZ, Esteban
ROHRMOSER, Gnter
SALAZAR, Catalina
SALAZAR, Ulises
SALVAT
SINAMOS
SOBREVILLA, David
SULMONT, Denis
VARGAS, Virginia
VATICANO
http://www.vatican.va/holy_father/paul_vi/encyclicals/documents/hf_p-
vi_enc_26031967_populorum_sp.html (18.11.06)
http://www.vatican.va/holy_father/paul_vi/encyclicals/documents/hf_p-
vi_enc_25071968_humanae-vitae_sp.html (18.11.06)
VEBLEN, Thorstein
VOLKOV, G.