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Ortelli Ana - Derecho Sucesorio Cap. 1

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CECILIA CABRERA DE GARIBOLDI

ANA ORTELLI

DERECHO SUCESORIO

EL DERECHO
Captulo 1
LA SUCESIN

C oncepto

Al comenzar a escribir sobre la sucesin, resulta difcil resistir


la tentacin de definirla, tentacin que los autores del Cdigo Civil
y Comercial de la Nacin han sabido supferar, ya que no han incor
porado ninguna a su articulado. En efecto, pese a que los arts. 398,
399 y 400 del Cdigo Civil y Comercial de la Nacin resumen el
meollo de los arts. 3262 a 3289 del Cdigo Civil, no existe en cam
bio una norma similar a la del art. 3279 de este ltimo ( La su c e
sin es la transm isin de los derechos activos y p a sivo s que co m p o
nen la herencia de una persona muerta, a la persona que sobrevive,
a la cual la ley o el testador llama para recibirla. E l llam ado a reci
b ir la sucesin se llama heredero en este Cdigo ).
Recordemos, pues, que suceder es reemplazar1; la sucesin es
entonces el reemplazo del titular de un derecho (autor), por otro u
otros (sucesor). Cuando el reemplazo se produce con motivo del
fallecimiento del autor, estamos ante una sucesin m ortis causae.

C o n t e n id o

El objeto de la transmisin por causa de muerte -la herencia-


se encuentra definido en la parte final del art. 2277 del Cdigo Civil
y Comercial de la Nacin como ...to d o s los derechos y obligacio-

1. ARIAS, Jos, Derecho sucesorio, 2a ed., Buenos Aires, Guillermo Kraft


Ltda., 1950, pg. 21.
s CECILIA CABRERA DE GARIBOLDJ

nes del causante que no se extinguen por su fallecim iento mejo


rando, en parte, la redaccin del art. 3279 del CC, que lo defina
como ...los derechos activos y pasivos que componen la herencia
de una persona muerta...
La redaccin del art. 3279 del Cdigo Civil haba dado lugar
a encendidas crticas por la utilizacin de los vocablos derechos
pasivos empleada por Vlez Sarsfeld para referirse a las obligacio
nes del causante. Por otra parte, pareca redundante definir el con
tenido de la sucesin por causa de muerte, aludiendo a los dere
chos activos y pasivos que componen la herencia de una persona
muerta, pues evidentemente si tales derechos componen la heren
cia, no quedaba determinado cules derechos, que haban estado
en el patrimonio del difunto hasta el instante previo a la muerte,
eran transmitidos a sus sucesores por va hereditaria. El propio
Vlez Sarsfeld, en la nota al artculo, haba dado algunos ejem
plos refirindose al usufructo, la renta vitalicia, etctera. El etc
tera haba llevado a los autores y a la jurisprudencia a un enorme
esfuerzo en pos de determinar qu bienes y/o derechos se transmi
tan por causa de muerte y cules no.
La redaccin de la ltima parte del artculo 2277 parece haber
hallado una solucin algo ms satisfactoria. Ser tarea del intr
prete (y eventualmente del juez), rastrear a lo largo del articulado
del Cdigo Civil y Comercial de la Nacin y posiblemente en otras
leyes especiales, cules derechos y obligaciones se extinguen por la
muerte de su titular, pues por defecto, los que no lo hagan consti
tuyen el contenido de la sucesin.

a) Derechos sobre el cuerpo humano. El art. 17 del Cdigo


Civil y Comercial de la Nacin establece que estos derechos care
cen de valor comercial y solo pueden ser disponibles por su titular
respetando los valores afectivos, teraputicos, cientficos, humani
tarios o sociales. Vale decir, en ciertas circunstancias y bajo tales
condiciones, los derechos sobre el propio cuerpo son disponibles.
Siendo ello as, si se cumplieran las mismas condiciones, podran
ser tambin transmitidos mortis causae.
Por su parte, el art. 56 veda los actos de disposicin sobre el
propio cuerpo ...que ocasionen una disminucin permanente de su
integridad o resulten contrarios a la ley, la moral o las buenas cos
tumbres, excepto que sean requeridos para el mejoramiento de la
salud de la persona, y excepcionalmente de otra persona... . Todo
DERECHO SUCESORIO 9

indica que esta norma hace referencia a los actos de disposicin


entre vivos, ya que los mortis causae que respetaran las condiciones
establecidas en el art. 17 mal podran ocasionar un dao a la integri
dad de quien ya est muerto.
Finalmente, el art. 61 del mismo cuerpo legal dispone que la
persona plenamente capaz puede disponer, por cualquier forma,
entre otras cosas de la dacin de todo o parte del cadver con fines
teraputicos, cientficos, pedaggicos o de ndole similar. Agrega*
tambin que, si la voluntad del fallecido no ha sido expresada o no
est presumida, la decisin corresponde al cnyuge, al conviviente
y en su defecto a los parientes segn el orden sucesorio. La norma
contiene dos aspectos a ser analizados: 1) La posibilidad de legar
todo o parte del propio cuerpo a los fines contemplados en el ar
tculo (tal, por ejemplo, la dacin de un rgano para ser trasplantado
al legatario; o la del cadver legado a una universidad para su estu
dio). En caso de que se cumpliera con las formas testamentarias,
estaramos frente a una transmisin sucesoria mortis causae. 2) La
decisin que la ltima parte del artculo atribuye al cnyuge, convi
viente o parientes en grado sucesible en caso de que el causante no
la hubiera expresado, no la toman aquellos en calidad de herederos,
sino como un derecho propio nacido en cabeza de los all nombra
dos, por atribucin expresa de la ley. Ntese que, si se tratara de un
derecho transmitido por va hereditaria, no podra corresponder su
ejercicio al conviviente del causante, puesto que carece de vocacin
hereditaria.

b) Derechos personalism os. Tradicionalmente se entendi que


los derechos de la personalidad (el derecho a la vida, al honor, a la
integridad fsica, a la libertad, etc.) no eran transmisibles por va
hereditaria, ya que se trata de derechos extrapatrimoniales que con
cluyen con la vida de su titular2.
Estos derechos, por otra parte, no podan ser objeto de los actos
jurdicos, precisamente por su carcter extrapatrimonial. Se trataba,
pues, de derechos indisponibles para su titular, quien, en todo caso,
poda dejar de ejercer las acciones que se le otorgaban para recla-

2. MAFFA, Jorge O., Manual de derecho sucesorio, 3a ed., Buenos Aires.


Depalma, 1987, lomo I, pg. 34.
10 CKC1LIA CABRERA L)K GARIBOLDI

mar la reparacin del dao causado por la violacin de alguno de


ellos.
Sin embargo, varias normas del nuevo Cdigo Civil y Comer
cial de la Nacin parecen contradecir esta postura. As, el art. 55
establece que 7 consentimiento para la disposicin de los dere
chos personalsimos es admitido si no es contrario a la ley, la moral
o las buenas costumbres. Este consentimiento no se presume, es de
interpretacin restrictiva, y libremente revocable.
Vale decir que, en principio, los derechos personalsimos son
disponibles, siempre que ello no sea contrario a la ley, la moral o
las buenas costumbres. No aclara la norma si el acto de disposi
cin puede ser oneroso o gratuito, por actos entre vivos o de ltima
voluntad.
El art. 53, refirindose al derecho a la imagen, requiere el con
sentimiento de la persona para captar o reproducir su imagen o
su voz, con las excepciones all previstas. En caso de que la per
sona hubiera fallecido, el consentimiento puede ser prestado por
sus herederos o el designado por el causante en una disposicin de
ltima voluntad. Es ms, el derecho a la imagen luego de la muerte
de la persona de que se trate tiene una vigencia limitada en el
tiempo. Lo expuesto implica, pues, que el derecho a la imagen es
transmisible por va hereditaria, aun cuando no tuviera un contenido
patrimonial.
El derecho al nombre no se transmite por va hereditaria; si
bien el descendiente o el cnyuge suprstite tienen derecho a utili
zar el apellido del causante, es este un derecho propio, reconocido
por la ley, segn lo disponen los arts. 64 y siguientes del Cdigo
Civil y Comercial de la Nacin. Por otra parte, las acciones que
se confieren en defensa del nombre pueden ser ejercidas exclusi
vamente por el interesado y, en caso de fallecimiento de este, por
sus descendientes, cnyuge o conviviente, y, a falta de estos, por los
ascendientes o hermanos. Claro est que quienes las ejerzan no lo
harn en calidad de herederos, ya que el conviviente no lo es y en
el listado de legitimados activos se encuentran excluidos los dems
parientes colaterales del causante hasta el 4o de consanguinidad, que
gozan de vocacin hereditaria.

c) Derechos patrimoniales. Algunos derechos de contenido


patrimonial se encuentran expresamente exceptuados de la transmi-
sibilidad sucesoria. Ello sucede con el usufructo (art. 2140), el uso
DERECHO SUCESORIO 11

y habitacin (por remisin a las normas aplicables al usufructo), la


servidumbre personal (arts. 2165 y 2182 inc. c), la renta vitalicia
(art. 1599), el pacto de preferencia en la compraventa (art. 1165), el
mandato (art. 1329 inc. e), etc.
En materia de contratos, la regla general es que sus efectos se
extienden a los sucesores universales, excepto que las obligaciones
que nacen de ellos sean intuito personae, que la transmisin sea
incompatible con la naturaleza de la obligacin o que la misma est
prohibida expresamente en una clusula contractual (art. 1024).

d) Obligaciones personales. Las obligaciones y cargos de


ndole personal no se transmiten por va hereditaria; as, por ejem
plo, la tutela se extingue por muerte del tutor (art. 135 inc. b) y
tambin la cratela (por remisin a las normas de la tutela); sin
embargo, los herederos del tutor o curador estn obligados a rendir
la cuenta final a que alude el art. 131 y restituir los bienes que el
tutor o curador hubiera tenido a su cargo.

C lases de sucesin

Segn cul sea la fuente del llamamiento, la sucesin puede ser


legtima, testamentaria o contractual.
En su art. 2277, el Cdigo Civil y Comercial de la Nacin
mantiene la doble fuente que contemplaba el art. 3279 del Cdigo
Civil: la ley y la voluntad de la persona expresada en un testa
mento vlido. Reitera, tambin, la posibilidad de que la sucesin se
defiera en parte por la voluntad del testador y en parte por la ley.
En este caso, resulta acertada la redaccin de esta parte de la norma
en cuanto expresa Si el testamento dispone solo parcialmente de
los bienes, el resto de la herencia se defiere por la ley , pues deja
bien clara la preeminencia del llamamiento testamentario por sobre
el legtimo; solo si el testamento no dispone de la totalidad de la
herencia, concurren a la sucesin los herederos instituidos por la ley
(excepto, claro est, que se tratara de herederos forzosos, quienes
tienen prioridad sobre los sucesores testamentarios, en la medida de
su porcin legtima).
A pesar de las numerosas innovaciones de todo tipo que con
tiene el Cdigo Civil y Comercial de la Nacin y al pragmatismo
que sus autores han demostrado a lo largo de la obra, se han man-
12 CECILIA CABRERA DE GARIBOLDI

tenido fieles a reconocer solo dos fuentes de vocacin hereditaria,


conservando el anatema vigente en torno a la sucesin contractual.
Ello, a pesar de que a travs de contratos no pensados para este fin
(tal, por ejemplo, la donacin con reserva de usufructo), gran parte
de la poblacin viene violando sistemticamente la prohibicin
legal.
No obstante, existe un atisbo de apertura a este tema, conte
nido sobre todo (pero no exclusivamente) en la segunda parte del
art. 1010 del nuevo ordenamiento legal. En efecto, luego de reno
var la antigua prohibicin de los contratos sobre herencia futura,
la norma establece que ...Los pactos relativos a una explotacin
productiva o a participaciones societarias de cualquier tipo, con
miras a la conservacin de la unidad de la gestin empresario o a
la prevencin o solucin de conflictos, pueden incluir disposicio
nes referidas a futuros derechos hereditarios y establecer compen
saciones a favor de otros legitimarios. Estos pactos son vlidos,
sean o no parte el futuro causante y su cnyuge, si no afectan la
legtima hereditaria, los derechos del cnyuge, ni los derechos de
terceros .
Las disposiciones de este artculo seguramente han de ser de
utilidad en los casos de sociedades comerciales de familia, explota
ciones agropecuarias, etc., en las que participen padres e hijos, cum
pliendo alguno o algunos de estos ltimos funciones de direccin u
organizacin y encontrndose otro u otros apartados de la actividad
de que se trate.
Otra de las normas que contradice la prohibicin de pactos
sobre herencia futura es la contenida en la parte final del art. 2461,
cuyo primer prrafo establece la presuncin legal de gratuidad de
aquellos actos a ttulo oneroso por los que el causante ha transmi
tido a alguno de sus legitimarios la propiedad de bienes, con reserva
de usufructo, uso o habitacin, o con la contraprestacin de una
renta vitalicia. Luego de establecer que el valor de los bienes ser
imputado a la porcin disponible del causante y si excediera de esta
deber ser colacionado, en el ltimo prrafo concluye diciendo:
Esta imputacin y esta colacin no pueden ser demandadas por
los legitimarios que consintieron en la enajenacin, sea onerosa o
gratuita, con alguna de las modalidades indicadas (el resaltado
en negrita me pertenece).
Ntese que, en la norma similar contenida en el art. 3604 del
Cdigo Civil, no podan demandar la imputacin y la colacin los
DERECHO SU CESO RIO 13

legitimarios que hubieran consentido en la enajenacin; la gran


diferencia con la norma actual es que el art. 3604 no haca referen
cia alguna -com o lo hace el actual art. 2461- a que el acto con el
que consintieran pudiera ser oneroso o gratuito. Vale decir que, en
la nueva norma, los herederos forzosos pueden renunciar por antici
pado a reclamar su porcin legtima, consintiendo en el acto a ttulo
gratuito por el cual el causante dispone de un bien a favor de uno
de sus legitimarios, cuando se haya hecho reserva de usufructo, uso
o habitacin o contraprestacin de renta vitalicia. Si eso no es un
pacto sobre herencia futura, nos preguntamos qu nombre hemos
de darle.

S ucesin en la persona o en los bienes

A lo largo de la historia del derecho, se han desarrollado dos


grandes sistemas sucesorios: el de la sucesin en la persona, propio
del derecho romano, y el de la sucesin en los bienes, propio del
derecho germnico.
Segn el primero, el heredero continuaba la persona del cau
sante y ocupaba su lugar, no solo en lo que al patrimonio se refiere,
sino en otro tipo de relaciones personales (religiosas, familiares, etc.).
Se recurra, pues, a la ficcin de que el causante no haba dejado de
existir, sino que su persona era continuada por quien le suceda.
En el sistema de sucesin en los bienes, por el contrario, el
heredero no continuaba la persona del causante, sino que se lim i
taba a recibir los bienes (de los que, en el derecho germnico pri
mitivo, ya tena una cierta participacin en virtud del sistema de
copropiedad familiar, respecto de la cual el causante posea la facul
tad de administracin) y, una vez saldadas las deudas con esos bie
nes, se quedaba con el remanente.
Sabido es que Vlez Sarsfield adopt expresamente el sistema
de sucesin en la persona en el art. 3417 del Cdigo Civil. Amn
de esta norma, otras contribuan a delinear el sistema sucesorio de
nuestro pas como de sucesin en la persona (as, por ejemplo, el
art. 3342 referido a la confusin de la herencia con el patrimonio
del heredero en la aceptacin pura y simple, el art. 3283, que esta
bleca la aplicacin de una ley nica a la sucesin, el art. 3418 que
contemplaba la continuacin del heredero en la posesin que tena
el causante, etc.).
En este contexto, la sancin de la ley 17.711 en tanto y en
cuanto modific el art. 3363 estableciendo la presuncin de que
toda herencia era aceptada bajo beneficio de inventario, signific un
cambio relevante en el sistema sucesorio.
En efecto, el sistema de sucesin en la persona se apoya sobre
dos pilares que lo sostienen: el de unidad de ley aplicable a la suce
sin y el de la confusin de la herencia con el patrim onio del here
dero, lo cual conlleva la responsabilidad ultra vires de este, por las
deudas del causante.
En el primer caso (unidad de ley aplicable a la sucesin), es
de toda lgica que, si el heredero sucede a la persona del causante,
a la sucesin ha de aplicrsele una sola ley: la del causante (sea la
de su nacionalidad o la de su domicilio). En nuestro caso, siendo
la Argentina un pas de inmigracin en la poca de la sancin del
Cdigo Civil, su autor opt por la aplicacin de la ley del domicilio
del causante.
En el segundo (confusin de la herencia con el patrim onio
del heredero), siguiendo la teora del patrimonio de A ubry et Rau,
siendo este una emanacin de la personalidad, la conclusin inme
diata es que una persona no puede tener ms de un patrim onio,
que este no puede ser ntegramente transmitido en vida de su titu
lar, sino por causa de muerte y que el heredero, que tam poco puede
tener ms de un patrimonio, confunde el suyo con el que fuera del
causante y responde por sus deudas con la totalidad de los bienes
que componen ese nico patrimonio.
La presuncin de la aceptacin beneficiara introducida por la
ley 17.711 inici el camino hacia la adopcin del sistem a de suce
sin en los bienes en el derecho argentino. Sin embargo, y ms all
de que el Cdigo Civil y Comercial de la Nacin no contiene norma
expresa de adhesin al sistema de sucesin en la persona (lo cual
podra inducir a pensar que se enrola, sin ms, en el sistema de suce
sin en los bienes, abonado ello por el modo en que legisla sobre la
responsabilidad del sucesor por las deudas del causante, as como
por la desaparicin de la aceptacin pura y simple de la herencia
como opcin a favor del heredero, por la no divisin ipso iure de los
crditos y las deudas que forman parte de la herencia, etc.), man
tiene otras normas que son propias de un sistema de sucesin en la
persona. As, por ejemplo, la contenida en el art. 2644 que establece
la unidad de ley aplicable a la sucesin, la del art. 1901 segn la cual
el heredero contina la posesin del causante, etc.
DERECHO SUCESORIO 15

Pareciera, pues, que en esta y en otras tantas cuestiones regu


ladas por el nuevo ordenamiento, ha primado el pragmatismo por
sobre las teoras; se han buscado -y lamentablemente no siempre se
han encontrado- soluciones prcticas a situaciones que en el pasado
han suscitado controversia.

M omento en que se produce la transmisin hereditaria

Tanto el Cdigo Civil (art. 3282) como el Cdigo Civil y


Comercial de la Nacin (art. 2277) coinciden en cuanto a que la
muerte real o presunta de una persona produce la apertura de su
sucesin y la transmisin de la herencia.
Sin embargo, no existe una concordancia tan absoluta en rela
cin al momento en que opera la transmisin hereditaria. Si bien
es cierto que el art. 3282 del Cdigo Civil no mencionaba expresa
mente que la misma se produce en el instante mismo de la muerte
del causante, la nota a dicho artculo resultaba contundente al res
pecto: La muerte, la apertura y la transmisin de la herencia se
causan en el mismo instante. No hay entre ellas el menor intervalo
de tiempo; son indivisibles...,y. Esta precisin quedaba reafirmada
en los arts. 3415 ( ...se juzga que los herederos han sucedido inme
diatamente al difunto, sin ningn intervalo de tiempo... ) y 3419
( El heredero que sobrevive un solo instante al difunto transmite la
herencia a sus propios herederos, que gozan como l la facultad de
aceptarla o renunciarla ), entre otros.
Por el contrario, el Cdigo Civil y Comercial de la Nacin no
tiene notas que aclaren el contenido de los artculos, por lo que
no se cuenta con este valioso elemento para la interpretacin de las
normas. Asimismo, existe algn artculo que llevara a pensar que
sus autores han querido apartarse de la regulacin de Vlez en esta
materia.
En efecto, el art. 2337, legislando sobre la investidura de la cali
dad de heredero (la posesin hereditaria de Vlez), expresa: Si
la sucesin tiene lugar entre ascendientes, descendientes y cnyuge,
el heredero queda investido de su calidad de tal desde el da de la
m uerte del causante... (el resaltado en negrita me pertenece).
Como podr apreciarse, este artculo alude al da de la
muerte, lo cual obviamente no es sinnimo de el instante de
la muerte. La distincin resulta importante, dado que el art. 6 del
16 CECILIA CA BRERA DE GARIBOLDI

Cdigo Civil y Comercial de la Nacin establece que el da es el


intervalo que corre de medianoche a medianoche, por lo que, si el
heredero queda investido de su calidad de tal desde el da de la
muerte del causante, ha de serlo desde la medianoche del da en
que falleciera el causante o, mejor dicho, desde la cero hora del da
siguiente al del fallecimiento.
La falta de precisin del art. 2277 y la mencin expresa al
da de la muerte contenida en el art. 2337 pareceran indicar
que la transmisin de la herencia se produce a la cero hora del da
siguiente al de la muerte del causante. Sin embargo, esta interpre
tacin resulta jurdicamente absurda, pues dara lugar a un perodo
mximo de veintitrs horas, cincuenta y nueve minutos y cincuenta
y nueve segundos, en que eventualmente los bienes que componan
el patrimonio de la persona fallecida careceran de dueo (supo
niendo que el causante hubiera fallecido en el primer segundo de
un da cualquiera). Lo antedicho estara tambin en contraposicin
con el sistema de sucesin en la persona, al que el Cdigo Civil y
Comercial de la Nacin parece adherir, aunque con matices y sin
que la adhesin sea expresa ni contundente. En efecto, si el here
dero sucede a la persona del causante, no existe posibilidad
alguna de que tal sucesin no se produzca de manera inmediata a la
muerte, pues de otro modo habra una suerte de fantasma entre la
muerte de una de las partes de la relacin sucesoria (el causante) y
la asuncin de la otra parte en calidad de sucesor (el heredero).
Todo lo expuesto lleva a pensar que, pese a la alusin al da de
la muerte contenida en el art. 2337 y a la falta de precisin del art.
2277 respecto al momento en que opera la transmisin de la heren
cia, esta ha de producirse desde el instante mismo de la muerte del
causante, dado que este sistema es el que sostiene todo el andamiaje
sobre el que se basa y funciona el derecho sucesorio argentino.

El sucesor

El art. 2278 del Cdigo Civil y Comercial de la Nacin define


las figuras del heredero y del legatario particular, sin que contenga
otra regulacin a su respecto: Se denomina heredero a la persona
a quien se transmite la universalidad o una parte indivisa de la
herencia; legatario, al que recibe un bien particular o un conjunto
de ellos. Antes, en su art. 400, haba caracterizado al sucesor uni-
DERECHO SUCESORIO 17

versal, como aquel que recibe todo o una parte indivisa del patrimo
nio de otro; y al sucesor singular, como el que recibe un derecho en
particular.
Ahora bien, lo que caracteriza al heredero y lo diferencia del
legatario particular no es solo la transmisin a su favor de una uni
versalidad o una parte indivisa de la herencia, sino su derecho de
acrecer, que es propio de la calidad de heredero.
Por otra parte, el Cdigo Civil y Comercial de la Nacin parece
haber eliminado la figura del legatario de cuota, que era una figura
intermedia entre el heredero y el legatario particular. Participaba de
la condicin de heredero, en tanto y en cuanto reciba una parte al
cuota de la herencia, sin determinacin de los bienes que la compo
nan; y quedaba clara su condicin de legatario, por la imposibili
dad de acrecer la porcin que le haba sido asignada por el testador,
en caso de que otros sucesores no pudieran o quisieran aceptar el
beneficio que les haba sido otorgado en el testamento.
El a rt 2488 del nuevo Cdigo introduce la figura del heredero
de cuota, al cual parece otorgarle las caractersticas propias del
antiguo legatario de cuota, en tanto y en cuanto expresa que no tiene
vocacin a todos los bienes de la herencia, pero concluye luego
reconocindole el derecho de acrecer si ...deba entenderse que el
testador ha querido conferirles ese llamado para el supuesto de que
no puedan cumplirse, por cualquier causa, las dems disposiciones
testamentarias .
Vale decir que, para que el heredero de cuota acrezca su por
cin, han de darse dos condiciones: a) que el testador expresamente
lo haya previsto; b) que por cualquier causa no puedan cumplirse
las dems disposiciones testamentarias.
En relacin a la primera condicin, es claro que la expresin de
la voluntad del testador en tal sentido ha de ser expresa. En cuanto
a la segunda, los motivos por los cuales no puedan cumplirse las
dems disposiciones testamentarias, cabe hacer algunas precisiones.
En primer trmino, la imposibilidad de cumplimiento puede
provenir del propio testamento (por haberse incurrido en alguna de
las causales de ineficacia de las disposiciones testamentarias pre
vistas en la ley, cuales son la nulidad, la revocacin y la caduci
dad), por la renuncia de los otros beneficiarios o por su exclusin
por causa de indignidad.
En segundo lugar, la norma alude a las dems disposiciones
testamentarias, utilizando el plural, lo que dara a entender que el
18 CECILIA CABRhKA un u a m d u l l /i

derecho de acrecer del heredero de cuota solo se hara efectivo si


resulta imposible el cumplimiento de todo el resto de las disposicio
nes contenidas en el testamento.
Sin embargo, ha de interpretarse que bastar con que una de
las dems disposiciones no pueda cumplirse, para que los bienes
que quedaran vacantes acrezcan la porcin del heredero de cuota.
La solucin parece sencilla, si el testamento solo contiene legados
particulares e institucin de herederos de cuota. Es evidente que
solo estos acrecern sus respectivas cuotas en caso de imposibili
dad de cumplimiento de cualquiera de las otras disposiciones. Por
el contrario, si coexisten legatarios particulares, herederos de cuota
y herederos instituidos sin asignacin de cuota, la solucin ya no es
tan simple, pues ha de determinarse si acrecern todos proporcio-
nalmente, o solo lo harn los herederos instituidos sin asignacin de
cuota (argumento del art. 2486).

Ley aplicable a la sucesin

En materia de ley aplicable existen dos sistemas posibles: el de


unidad y el de pluralidad de leyes aplicables a la sucesin. El pri
mero de ellos (propio del sistema de sucesin en la persona) aplica
a toda la sucesin una nica ley: la ley personal del causante (sea
la de su nacionalidad, o la de su domicilio). El segundo (propio del
sistema de sucesin en los bienes) aplica tantas leyes como pases
en que se encuentren ubicados los bienes que se transmiten por va
hereditaria.
El Cdigo Civil legislaba sobre la ley aplicable a la sucesin en
su art. 3283 ( "El derecho de sucesin al patrimonio del difunto es
regido por el derecho local del domicilio que el difunto tena a su
muerte, sean los sucesores nacionales o extranjeros).
El Cdigo Civil y Comercial de la Nacin no contiene una
norma sobre el tema en el Libro Quinto (en el que regula la trans
misin de los derechos por causa de muerte), sino que la ubica en el
Libro Sexto (de Disposiciones comunes a los derechos personales y
reales), Ttulo IV (Disposiciones de derecho internacional privado),
Captulo 3 (Parte especial), Seccin 9a (Sucesiones).
Es as como el art. 2644 reproduce, en su primera parte, con
un lenguaje quiz ms llano, el art. 3283 del Cdigo Civil. "La
sucesin por causa de muerte se rige p o r el derecho del domicilio
DERECHO SUCESORIO 19

del causante al tiempo de su fallecimiento. Respecto de los bienes


inmuebles situados en el pas, se aplica el derecho argentino
La segunda parte del art. 2644 incorpora la doctrina sentada en
torno a una de las excepciones al principio de unidad de ley aplica
ble a la sucesin, en tanto y en cuanto dispone que ...Respecto de
los bienes inmuebles situados en el pas, se aplica el derecho argen
tino". Recoge, as, la opinin mayoritaria que vena sosteniendo
que el art. 10 del Cdigo Civil resultaba de aplicacin tambin a las
transmisiones universales y no exclusivamente a las ut singuli.
Esta norma resulta aplicable solo cuando el ltimo domicilio del
causante se encontrara fuera de la Repblica Argentina, por lo cual,
segn nuestro derecho interno, debera aplicarse una ley extranjera.
Esta misma excepcin de algn modo se reitera en el art. 2648,
en relacin a las herencias vacantes: Si el derecho aplicable a la
sucesin, en el caso de ausencia de herederos, no atribuye la suce
sin al Estado del lugar de situacin de los bienes, los bienes relic
tos ubicados en la Argentina, pasan a ser propiedad del Estado
Argentino, de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires o de la provin
cia donde se encuentren situados
No obstante, han de tenerse en cuenta dos observaciones al res
pecto: a) Solo habr que echar mano a esta norma en caso de que la
ley aplicable a la sucesin, si esta quedara vacante, no atribuyera los
bienes relictos al Estado en que se encontraran ubicados, b) Si se
da el supuesto previsto en a), la norma se aplica a todos los bienes
relictos y no solo a los inmuebles, como es el caso de lo precep
tuado en la ltima parte del art. 2644.
No existe norma que ample la excepcin al principio de uni
dad de ley aplicable, a los bienes muebles de situacin permanente
en el pas, tal como hasta ahora vena sostenindose por parte de
la doctrina, en relacin a la aplicacin del art. 11 del Cdigo Civil,
zanjando as la discusin existente al respecto.
Si bien no corresponden a un sistema pluralista tpico, dado
que la posibilidad de aplicacin de diferentes leyes no guarda rela
cin con el pas en que estn situados los bienes, merece recordar
que los arts. 2645 y 2647 contienen normas diferentes a la esta
blecida por el art. 2644. En efecto, el primero de ellos brinda un
amplio men -a eleccin del testador- para que este opte por la
aplicacin de diferentes leyes en materia de forma del testamento
(la del lugar de su otorgamiento, la de su domicilio, la de su resi
dencia habitual, la de su nacionalidad o la de la Repblica Argn-
20 CECILIA CABRERA DE GARIBOLDJ

tina). Por su parte, el art. 2647 establece que la capacidad para tes
tar y para revocar el testamento se rige por la ley del domicilio del
testador al tiempo de la realizacin del acto.
Por otra parte, contina vigente el sistema de pluralidad de
leyes aplicables adoptado por los Tratados de Montevideo, de los
cuales es parte la Repblica Argentina. El primero, de 1889, con
sagr un sistema absolutamente pluralista, en tanto el de 1940 con
tiene excepciones al mismo, en materia de capacidad para testar (se
rige por la ley del domicilio del causante) y de forma de los testa
mentos (que se rigen por la ley del lugar de otorgamiento).
Los Tratados de Montevideo rigen solo para los pases signa
tarios, por lo cual constituyen una excepcin limitada al principio
de unidad de ley aplicable adoptado por nuestro rgimen jurdico,
establecido por va convencional.
Finalmente, ha desaparecido la norma de proteccin a los suce
sores argentinos o extranjeros domiciliados en la Argentina, quie
nes, en caso de aplicarse a la sucesin una ley extranjera, podan
tomar, de los bienes ubicados en la Argentina, una porcin igual
al valor de aquellos bienes situados en el extranjero, de los cuales
hubieran sido privados como consecuencia de la aplicacin de la ley
de aquel pas. Posean tal derecho en virtud de lo preceptuado por el
art. 3470 del Cdigo Civil.

Juez competente

Si bien el principio general en materia de competencia para


entender en el sucesorio y las cuestiones conexas con este, que esta
bleca el Cdigo Civil en su art. 3284, no han cambiado sustancial
mente en el Cdigo Civil y Comercial de la Nacin, sus autores han
reubicado el tema, ocupndose de l en dos artculos. El primero de
ellos (art. 2336), incluido en el Libro Quinto (Transmisin de dere
chos por causa de muerte), Ttulo VII (Proceso sucesorio), Captulo
1 (Disposiciones generales). El segundo (art. 2643) se encuentra en
el Libro Sexto (Disposiciones comunes a los derechos personales y
reales), Ttulo IV (Disposiciones de derecho internacional privado),
Captulo 3 (Parte especial), Seccin 9a (Sucesiones).
Ninguna de estas normas difiere demasiado de las contenidas
en los arts. 3284 y 3285 del Cdigo Civil, aunque conviene sealar
dos novedades, ambas cuestionables.
DERECHO SUCESORIO 21

En primer trmino, el modo en que el art. 2336 trata el fuero


de atraccin del sucesorio resulta a todas luces inconveniente. En
efecto, en lugar de dar criterios generales que permitan encuadrar
en ellos una diversidad de acciones (tal como haca el art. 3284 CC
en sus cuatro incisos), la nueva norma enumera concretamente cu
les son las acciones que resultan atradas por el fuero del sucesorio
y, aunque intenta hacerlo utilizando trminos amplios, lo cierto es
que se corre el riesgo de que queden fuera de sus previsiones alguna
o algunas acciones no contempladas o que, en definitiva, la inclu
sin o no de alguna accin quede librada al criterio del juez intervi-
niente en el sucesorio, lo que augura litigios sin lmite. Es as como
la segunda parte del art. 2336 establece: ...El mismo juez conoce
de las acciones de peticin de herencia, nulidad del testamento, de
los dems litigios que tienen lugar con motivo de la administracin
y liquidacin de la herencia, de la ejecucin de las disposiciones
testamentarias, del mantenimiento de la indivisin, de las operacio
nes de particin, de la garanta de los lotes entre los copartcipes y
de la reforma y la nulidad de la particin... .
Por su parte, luego de reiterar el principio general en cuanto
a la competencia del juez del ltimo domicilio del causante, en su
parte final el art. 2643 agrega: ...O los del lugar de situacin de
los bienes inmuebles en el pas respecto de estos .
Cabe aclarar que esta competencia especial solo ser aplica
ble cuando concurran dos circunstancias: a) que el causante tenga
su ltimo domicilio fuera de la Repblica Argentina, por lo que para
entender en su sucesorio no resulte competente el juez argentino; b)
que el causante tenga bienes inmuebles en la Repblica Argentina,
por lo cual resulte de aplicacin la ltima parte del art. 2644.
Lo objetable de esta norma es que la utilizacin del plural (los
del lugar de situacin de los bienes inmuebles en el pas respecto de
estos) permite inferir que en ese caso intervendrn, en la sucesin
de los bienes inmuebles ubicados en el pas, tantos jueces como
lugares en que aquellos estn situados. As, por ejemplo, si el cau
sante tena bienes inmuebles en la ciudad de Buenos Aires y en las
provincias de Buenos Aires, Salta, Misiones y Santa Cruz, en cada
una de esas jurisdicciones habr de tramitarse un sucesorio para los
bienes all situados.
La solucin supone un dispendio jurisdiccional innecesario,
pues bastara con la tramitacin de un nico juicio sucesorio en
cualquiera de las jurisdicciones, siendo entonces un solo juez el que
22 CECILIA CABRERA DE GAR1B0LDI

ordenara la inscripcin de la declaratoria de herederos o del auto de


aprobacin formal del testamento, en relacin a los bienes de cada
jurisdiccin, a travs de los mecanismos procesales que se encuen
tran vigentes en la Repblica Argentina desde hace muchsimos
aos (ley 22.172).
Por ltimo, el art. 2336, en su parte final, reproduce la norma
que contena el art. 3285 del Cdigo Civil, aunque con una redac
cin que no deja lugar a dudas en cuanto a cules son las acciones
que pueden ser entabladas ante el juez del domicilio del heredero
nico, o ante el juez del sucesorio. ...Si el causante deja solo un
heredero, las acciones personales de los acreedores del causante
pueden dirigirse, a su opcin, ante el juez del ltimo domicilio
del causante o ante el que corresponde al domicilio del heredero
nico .
Al respecto, ha de recordarse que, durante la vigencia del
Cdigo Civil, se haba discutido largamente si todas las acciones
enumeradas en los cuatro incisos del art. 3284 podan ser entabladas
ante el juez del domicilio del heredero nico, o solo las menciona
das en el inciso 4o. Evidentemente, el nuevo ordenamiento legal ha
tomado partido por esta ltima postura.

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