Nombrar El Abuso y Liberarse de Sus Efectos
Nombrar El Abuso y Liberarse de Sus Efectos
Nombrar El Abuso y Liberarse de Sus Efectos
El autoabuso es una expresin de nuestras experiencias del abuso, una expresin que est
moldeada por los significados atribuidos al abuso. Y De manera que cuando analizamos la
naturaleza de las expresiones del abuso, es de vital importancia que consideremos a estas
expresiones como unidades de experiencia y significado.
Se llega a esos significados a travs del relato privado de las personas sobre su vida.
De ningn modo se justifica que, en el contexto de la terapia, las personas vuelvan a sufrir
el trauma. Angustia, s; reproduccin del trauma, no.
Esta idea suele ser justificada por la teora de la catarsis, teora que obscurece la dimensin
crtica del significado. Alentar a las personas a simplemente volver al sitio del trauma puede
reforzarles los significados dominantes que informan la expresin autodestructiva de la
experiencia del abuso. Y, adems, puede provocar un nuevo trauma e incitar nuevas
acciones de autoabuso. no estamos clausurando las posibilidades de las personas de
honrar las habilidades especiales y las cualidades personales que les permitieron atravesar
las horas oscuras de su vida para poder llegar al presente?
Es posible que las personas expresen su experiencia del abuso de manera que no conlleve
a consecuencias negativas. Es posible que las personas abran sus vidas a expresiones
alternativas de su experiencia; y esto puede lograrse sin imposiciones de parte del
terapeuta. las personas adscriban significados diferentes a sus experiencias de abuso, lo
que, a su vez, hace posible que expresen estas experiencias de modos que no resulten en
una reproduccin del trauma.
Y encuentro inspiradores esos pasos que las personas dan para despojar a los victimarios
de su autoridad, los pasos que las personas dan para recuperar los territorios de sus vidas,
para reforjar sus vidas, para tener la ltima palabra en cuanto a su identidad.
Podemos ayudar a las personas a asumir un rol ms activo en la fiscalizacin de los efectos
reales de las expresiones de sus experiencias de abuso, en lugar de dejarla en manos del
azar o de la autoridad del terapeuta.
Es a travs este tipo de preguntas que terminamos identificando las especificidades de este
proceso de adiestramiento: no slo los procesos fsicos del abuso, sino tambin los
saberes, las estrategias y las tcnicas que fueron empleadas y el funcionamiento de estos
saberes, estrategias y tcnicas. Al responder a estas preguntas externalizadoras, las
personas estn en realidad emprendiendo una reinterpretacin de sus experiencias de
abuso y se estn liberando de los relatos de identidad negativos que tanto los han
aprisionado. El abuso ya no puede reflejar su culpabilidad personal y la verdad de su
naturaleza y personalidad. Creo que estas conversaciones externalizadoras pueden
ser consideradas conversaciones deconstructivas.
Es realmente importante que las personas vayan ms all del nombrar el abuso de manera
general. La palabra abuso es un trmino importante, pero global; su falta de especificidad
es algo limitante, en varios sentidos. Por ejemplo, el testimonio requiere de especificidad,
as como la requiere el establecimiento de una capacidad de distinguir, en nuestra vida, las
acciones que son de una ndole amorosa de las que constituyen abuso o explotacin.
Vincular nuestras experiencias del abuso con los saberes y prcticas de poder dominantes
en nuestra cultura tambin requiere de esta especificidad
ira: es una de esas palabras que forma parte de un discurso que psicologiza, oscurece
el contexto y limita las posibilidades para la accin en el mundo. Pero qu tal
indignacin? Qu tal pasin por la justicia? Estas interpretaciones o descripciones
son parte de un discurso diferente, un discurso que aporta opciones para abordar el
contexto y opciones para la expresin de esta experiencia a tra- vs de la accin. Los
discursosson constitutivos, moldean nuestras vidas. Dentro del contexto de estas
interpretaciones o descripciones alternativas, la experiencia a la que suele referirse con la
palabra ira deja de ser algo que debe ser elaborado, o algn estado del ser, para
convertirse en algo que debe ser honrado.
La mayora de las personas que han sido abusadas en su infancia o adolescencia, lo han
sido dentro de instituciones de nuestra cultura que formalmente estn definidas como
contextos que brindan amor y cuidados: esto es, en las familias, las redes extensas de
parentesco o las instituciones que sustituyen esas familias o esas redes. Sufrir abuso en
contextos que son definidos como contextos de amor y de cuidado genera confusin y
mistificacin. A las personas que sufren el abuso en estos contextos se les hace difcil
establecer las distinciones a las que me he referido, es decir entre abuso y proteccin,
abandono y cuidado, explotacin y amor.
Pero no es necesario que experimentemos abuso en nuestras familias de origen para tener
ms tarde dificultades para discernir entre abuso y proteccin. Despus de todo, hemos
crecido en una cultura que est informada por un folklore que borra distinciones que son
cruciales: Porque te quiero te aporreo, La letra con sangre en- tra, etctera.
cmo proceder para lograr la reinterpretacin de estos relatos, de modo que una persona
que haya sido abusada pueda desarrollar esta capacidad de discernimiento?:En terapia,
Podemos comenzar explorando con ellas algunos de los efectos reales de los abusos a los
que han sido sometidas en sus vidas. Podemos trabajar para identificar las acciones
autodestructivas como expresiones de experiencias de abuso y podemos embarcarlas en
conversaciones que establezcan distinciones entre estas clases de expresiones del abuso
y las que estn basadas en una reinterpretacin o una reformulacin del abuso mismo.
Podemos trabajar juntos para identificar acontecimientos extraordinarios, es decir aquellas
acciones personales que no pueden ser ledas como rechazo de s, sino como cuidado de
s: supervivencia, la capacidad de adaptacin, la protesta, la resistencia, etctera.
Una vez que hemos yuxtapuesto estas tramas, y a medida que va avanzando nuestro
trabajo, podemos alentar a las mujeres a clasificar sus experiencias cotidianas en una u
otra trama.
Una consecuencia de este trabajo es que a las mujeres se les hace mucho ms fcil
distinguir las diferentes acciones a las que son sometidas -y aquellas a las que se someten
ellas mismas- como, o bien acciones de apoyo, o bien acciones de falta de consideracin
hacia su persona.
Ante la pregunta Cmo imagina que hubiera sido su vida si se hubiera tenido como padre /
madre? Si se hubiera tenido a s mismo como madre/padre, qu cosa acerca del nio que
usted era habra sido apreciada, que no lo fue? etc: El sentimiento de identidad est
significativamente determinado por la percepcin que tenemos acerca de las percepciones
de otras personas acerca de quines somos. Y puesto que nuestros padres son
fundamentales en esto, sucede que a menudo son los padres abusadores los que terminan
teniendo la ltima palabra acerca de quines somos y acerca de cmo nos relacionamos
con nuestro yo. Estas preguntas socavan la autoridad de los padres abusadores, que en su
mayora son hombres, y abren posibilidades para que hombres y mujeres revisen su
relacin con su yo .
Estas preguntas les permiten a las personas identificar aspectos de sus vidas como hijos,
as como cualidades y caractersticas personales, que podran haber sido enteramente
apreciadas en otras circunstancias, dentro de los contextos de otras relaciones. Estas
preguntas tambin hacen posible que las personas que han sido abusadas experimenten
por ellos mismos la misma clase de compasin que con frecuencia sienten por otros. De
esta manera, las respuestas de estos hombres y mujeres a estas preguntas tienen el efecto
de despojar a los padres abusadores de la ltima palabra en cuestiones de identidad.
Si las mujeres que estn trabajando para abandonar relaciones en las cuales son tratadas
con violencia por los hombres -y para no volver a ellas- aprecian la medida en que estos
proyectos las comprometen en una migracin de identidad, y si llegan a entender los
procesos implicados en dichas migraciones, entonces, es posible que lleguen a completar
este proyecto con xito. La identidad que las mujeres han experimentado antes de la
separacin es una identidad que ha sido impuesta por el hombre abusador y, tambin, por
otras personas que habran cometido abusos en sus familias de origen y/o en otras
instituciones de esta cultura.
Cuando estas mujeres empiezan a dar pasos para liberarse, estn haciendo mucho ms
que liberarse de un trauma en curso, estn haciendo mucho ms que liberarse de una red
social familiar y estn haciendo mucho ms que lanzarse a la inseguridad material, aunque
tener que enfrentarse a todo esto solamente ya es ms que suficiente para cualquiera de
nosotros, en cualquier momento de la vida. En ese momento, las mujeres estn
embarcndose tambin en una migracin de identidad. Como en todo proceso migratorio,
las mujeres atraviesan una serie de experiencias, muchas de ellas, difciles. En este espacio
liminal o ni lo uno ni lo otro, reinan la confusin y la desorientacin, a menudo todo
parece inmanejable, incluso la relacin con los hijos. Es en este espacio en el que las
mujeres son vulnerables a un sentimiento de total incompetencia y fracaso personal, a
sentimientos de desesperacin y aguda desesperanza.
Si las mujeres tienen la oportunidad de incluir su experiencia de descenso hacia este pozo
de confusin y desorientacin como parte de un proceso, si tienen la oportunidad de
colocarlo en el mapa de una travesa en curso, en lugar de interpretarlo como un retroceso,
entonces estarn menos expuestas a retornar a una situacin violenta inalterada. El trazar
este mapa ayuda a las mujeres a colocar su angustia dentro del contexto de progreso,
defender y aferrarse a la idea de que el futuro podra depararles algo diferente, aferrarse a
sus esperanzas, a sus expectativas de una vida mejor, mantener a la vista el horizonte de
otro mundo posible.
Dificultades que los sobrevivientes al abuso suelen tener para desarrollar redes de apoyo y
los significados negativos que suelen atribuir a su necesidad de ayuda: Muchas de las
mujeres, y tambin hombres, que conozco y que histricamente han sido sometido al
abuso, son ms bien crticos de s mismos por la que consideran su naturaleza
dependiente. Tienden a patologizarse a travs de diversas autoacusaciones por lo que
interpretan como su dependencia de otros. No es probable que estas definiciones y estas
conclusiones estn informadas por las nociones culturales dominantes acerca de qu
significa ser una verdadera persona -esto es, independiente, serena, autnoma,
personalmente realizada, etctera-y las nociones cultura- les dominantes acerca de
cmo habra de lograrse esto, es decir, por medio de la separacin?
As, en este trabajo se reinterpreta lo que las personas haban definido como
codependencia. Las personas ingresan en discursos alternativos sobre su identidad. Sea
lo que fuere la codependencia, esta deja de ser un hecho psicolgico de la vida de la
persona que debe ser elaborado y, por ende, las prcticas de autoacusacin asociadas
a ella retroceden
Agreguemos a esta consideracin el hecho de que la nuestra es una cultura que culpa a
la madre: creo que este es un hecho irrefutable. En estas circunstancias, no me cabe duda
de que es ms factible que cualquier abuso perpetrado por una madre sea colocado bajo
el microscopio que cualquier abuso perpetrado por un padre.