Bases Neurologicas Del Procesamiento Emocional
Bases Neurologicas Del Procesamiento Emocional
Bases Neurologicas Del Procesamiento Emocional
MATERIA:
INTELIGENCIA EMOCIONAL
TAREA:
BASES NEUROLOGICAS DEL PROCESAMIENTO EMOCIONAL
PROFESORA:
LIC. ROSA MARGARITA MIRANDA LUNA
ALUMNA:
CARPINTEYRO PALMEROS DENISSE MARGARITA
El córtex orbitofrontal recibe input directo del córtex sensorial (percepción); del
córtex somato sensorial y el tronco cerebral que registran sensaciones somáticas,
del SNA, que controla las funciones corporales; del córtex prefrontal dorsolateral
(procesos atencionales); lóbulo temporal (memoria explícita); córtex implicado en
las formas abstractas del pensamiento.
Liotti 1999, considera que la principal consecuencia psicológica del trauma es “la
ruptura de los procesos mentales de adaptación que conduce al mantenimiento de
un sentido integrado de sí mismo “.
Tal como hemos visto en la presentación de este trabajo, hoy día se asume que
cualquier experiencia emocional posee sus propios mecanismos y correlatos
cerebrales que en algunos casos pueden verse solapados (a fin de cuentas, es la
pauta general en el funcionamiento cerebral). El conocimiento sobre estos procesos
es cada vez más profundo y las nuevas técnicas neurofisiológicas y de neuroimagen
están proporcionando nuevos indicios sobre el funcionamiento, tanto normal como
patológico, de los fenómenos emocionales. Es cierto que este conocimiento es
mucho mayor en el caso de las que anteriormente hemos catalogado como
emociones primarias, seguramente debido a la posibilidad que estas proporcionan
de ser estudiadas comparativamente mediante experimentación animal y a la mayor
robustez que les confiere su universalidad. No obstante, las nuevas herramientas
de carácter no invasivo que se están desarrollando van a proporcionar valiosísima
información que permitirá una mejor comprensión de los mecanismos
neurobiológicos que sustentan las reacciones emocionales secundarias, más
complejas y derivadas de las prácticas socioculturales.
Veamos, ahora sí, cuáles son las estructuras y procesos cerebrales que se
involucran en la generación de las experiencias emocionales.
Aunque este esquema del sistema límbico como sustrato organizador de las
emociones resulta especialmente atrayente (estructuras agrupadas en base a
consideraciones anatómicas desde una perspectiva evolucionista), diferentes
autores (Kotter, 1992) proclaman la insuficiencia de dichos argumentos y la falta de
consenso sobre los criterios a tener en cuenta para la inclusión de estructuras en
este sistema. Además, en la actualidad, cada vez se apoya con mayor fuerza el
papel fundamental de la Corteza Prefrontal en la integración de la información
sensorial y emocional crítica para la toma de decisiones y la conducta social
adaptativa, así como para la interpretación, expresión y modulación de las
emociones. Una posible solución a este problema con el concepto de sistema
límbico puede ser, como ya apuntamos al definir el concepto de emociones, estudiar
los diferentes subsistemas neurofisiológicos y funcionales que intervienen en cada
una de las reacciones emocionales con identidad propia.
Este núcleo cerebral juega un papel central en las reacciones emocionales básicas
y, especialmente, en las experiencias de miedo, tanto innatas como aprendidas. Al
haber sido elegida esta respuesta emocional como modelo experimental
(principalmente por ser una de las universalmente reconocidas, ser básica para la
supervivencia, y ser fiable y fácil de provocar experimentalmente) este núcleo ha
sido estudiado en profundidad (Rains, 2004).
De manera esquemática, la amígdala implementa respuestas rápidas e
inconscientes, poco precisas pero eficaces, que la han erigido como un núcleo
generador de adaptaciones a corto plazo vitales para la supervivencia del
organismo. Esta estructura está formada por un conjunto de varios núcleos que
tradicionalmente se agrupan en tres: 1) núcleos corticomediales, 2) núcleos
basolaterales, y 3) núcleo central. Los núcleos corticomediales reciben información
aferente olfativa, mientras que los basolaterales reciben aferencias visuales,
auditivas, gustativas y táctiles. Finalmente, como se puede apreciar en la figura 5,
el núcleo central coordina la información eferente que dará lugar a las variadas
respuestas emocionales tanto autónomas (simpáticas y parasimpáticas), como
endocrinas y conductuales.
Además de estas dos vías, tal como vimos en el punto anterior, habría que tener en
cuenta una tercera de igual importancia:
Vía hipocampo-amígdala:
3. Retroalimentación corporal:
Memoria y emociones
Del mismo modo que se hace la diferenciación entre memoria declarativa (explícita)
y memoria procedimental (implícita), podríamos hacer una diferenciación similar en
cuanto a los procesos mnésicos emocionales. De esta manera tendríamos:
Memoria de emoción:
Memoria emocional:
Esta diferenciación se ha podido establecer tras apreciar que lesiones del sistema
hipocampal alteran el recuerdo explícito de los estímulos y las situaciones que
generan las reacciones emocionales que, no obstante, se ponen en marcha ante
dichos estímulos (el sujeto no es capaz de declarar el proceso de aprendizaje por
el cual ha llegado a adquirir esas respuestas emocionales, no es consciente de ello),
mientras que las lesiones del sistema amigdalar alteran el condicionamiento, las
reacciones emocionales, mas no el recuerdo explícito de los estímulos que las
generarían (el sujeto es capaz de declarar la situación de aprendizaje pero carece
de la información visceral asociada que debería de guiar sus respuestas
emocionales). Cuando la lesión se presentaba en ambas estructuras, no se daba
ninguno de los dos procesos de adquisición (Bechara, 1995). Por lo tanto, nos
encontramos ante un claro ejemplo de disociación entre conocimientos explícitos
(recuerdo consciente de la relación entre el estímulo y sus consecuencias) e
implícitos (activación emocional ante los estímulos peligrosos).
Expresión de las emociones. Como, por ejemplo, la prosodia afectiva del lenguaje
o la ejecución de las expresiones faciales.
Veamos ahora, para finalizar este punto sobre los sistemas cerebrales vinculados a
las emociones, de manera más detenida el papel que juega las estructuras
corticales con mayor implicación en los procesos emocionales: las estructuras
prefrontales.
Las áreas de esta región frontal reciben información sensorial altamente procesada
de todas las áreas sensoriales corticales y, además, mantienen conexiones
recíprocas con la amígdala y con muchas de las áreas hacia las que ésta proyecta.
Por tanto, esta zona prefrontal parece ser una interfase entre la corteza sensorial y
la amígdala donde se integra la representación del mundo con sus matices
emocionales.
Corteza Orbitofrontal
Corteza Dorsolateral
Así, podríamos decir que los sentimientos (experiencia consciente de las reacciones
emocionales) son el resultado de la representación de todos los procesos
emocionales en la memoria de trabajo donde se integran con la información actual
y pasada para generar una percepción coherente que será de utilidad para guiar el
comportamiento de manera adaptada al entorno.
RESUMEN
Tal como hemos visto en la presentación de este trabajo, hoy día se asume que
cualquier experiencia emocional posee sus propios mecanismos y correlatos
cerebrales que en algunos casos pueden verse solapados (a fin de cuentas, es la
pauta general en el funcionamiento cerebral). El conocimiento sobre estos procesos
es cada vez más profundo y las nuevas técnicas neurofisiológicas y de neuroimagen
están proporcionando nuevos indicios sobre el funcionamiento, tanto normal como
patológico, de los fenómenos emocionales. Es cierto que este conocimiento es
mucho mayor en el caso de las que anteriormente hemos catalogado como
emociones primarias, seguramente debido a la posibilidad que estas proporcionan
de ser estudiadas comparativamente mediante experimentación animal y a la mayor
robustez que les confiere su universalidad. No obstante, las nuevas herramientas
de carácter no invasivo que se están desarrollando van a proporcionar valiosísima
información que permitirá una mejor comprensión de los mecanismos
neurobiológicos que sustentan las reacciones emocionales secundarias, más
complejas y derivadas de las prácticas socioculturales.
Veamos, ahora sí, cuáles son las estructuras y procesos cerebrales que se
involucran en la generación de las experiencias emocionales.
Aunque este esquema del sistema límbico como sustrato organizador de las
emociones resulta especialmente atrayente (estructuras agrupadas en base a
consideraciones anatómicas desde una perspectiva evolucionista), diferentes
autores (Kotter, 1992) proclaman la insuficiencia de dichos argumentos y la falta de
consenso sobre los criterios a tener en cuenta para la inclusión de estructuras en
este sistema. Además, en la actualidad, cada vez se apoya con mayor fuerza el
papel fundamental de la Corteza Prefrontal en la integración de la información
sensorial y emocional crítica para la toma de decisiones y la conducta social
adaptativa, así como para la interpretación, expresión y modulación de las
emociones. Una posible solución a este problema con el concepto de sistema
límbico puede ser, como ya apuntamos al definir el concepto de emociones, estudiar
los diferentes subsistemas neurofisiológicos y funcionales que intervienen en cada
una de las reacciones emocionales con identidad propia.
Este núcleo cerebral juega un papel central en las reacciones emocionales básicas
y, especialmente, en las experiencias de miedo, tanto innatas como aprendidas. Al
haber sido elegida esta respuesta emocional como modelo experimental
(principalmente por ser una de las universalmente reconocidas, ser básica para la
supervivencia, y ser fiable y fácil de provocar experimentalmente) este núcleo ha
sido estudiado en profundidad (Rains, 2004).
Vía hipocampo-amígdala:
1. Influencia directa:
Memoria y emociones
Del mismo modo que se hace la diferenciación entre memoria declarativa (explícita)
y memoria procedimental (implícita), podríamos hacer una diferenciación similar en
cuanto a los procesos mnésicos emocionales. De esta manera tendríamos:
Memoria de emoción:
Memoria emocional:
Veamos ahora, para finalizar este punto sobre los sistemas cerebrales vinculados a
las emociones, de manera más detenida el papel que juega las estructuras
corticales con mayor implicación en los procesos emocionales: las estructuras
prefrontales.
Las áreas de esta región frontal reciben información sensorial altamente procesada
de todas las áreas sensoriales corticales y, además, mantienen conexiones
recíprocas con la amígdala y con muchas de las áreas hacia las que ésta proyecta.
Por tanto, esta zona prefrontal parece ser una interfase entre la corteza sensorial y
la amígdala donde se integra la representación del mundo con sus matices
emocionales.
Corteza Orbitofrontal
Corteza Dorsolateral
1. Memoria de Trabajo MT: Integra información a corto y largo plazo para interpretar
la situación actual, dirigiendo procesos atencionales, perceptuales, mnésicos y
ejecutivos.
Así, podríamos decir que los sentimientos (experiencia consciente de las reacciones
emocionales) son el resultado de la representación de todos los procesos
emocionales en la memoria de trabajo donde se integran con la información actual
y pasada para generar una percepción coherente que será de utilidad para guiar el
comportamiento de manera adaptada al entorno.
CONCLUSION