La Vida Que Dios Nos Da
La Vida Que Dios Nos Da
La Vida Que Dios Nos Da
de Crecimiento
LA VIDA QUE DIOS NOS DA
En Juan 10:10, Jesús dice que Él vino para que tengamos vida. Según el
diccionario Bíblico, el término “vida” del Nuevo Testamento Griego traducido en este
versículo es zoe, y (en parte) significa: “…vida tal y como Dios la tiene, la tiene el Padre
en Sí mismo, le dio al Hijo Encarnado para que tuviera en Sí… y el Hijo manifestó al
mundo…”
El diccionario bíblico dice luego así: “… y el hombre es partícipe de esta vida por
medio de la fe en el Señor Jesucristo…” La vida de la cual se hace referencia aquí no
trata simplemente de un lapso de tiempo. Es una vida con calidad de existencia, tal y
como la posee Dios.
Los seres humanos perdimos esa clase de vida que posee Dios por causa del
pecado, pero podemos recuperarla a través de Cristo Jesús. Ese es el regalo de Dios
para nosotros, a través de su Hijo Jesús.
La cantidad y la calidad
No podemos imaginarnos que Dios no lleve una vida agradable por completo.
Debemos cambiar nuestra perspectiva moderna de lo que constituye la vida de verdad,
empezando por tener un entendimiento acerca de la calidad de vida que Dios goza.
Nuestra sociedad ha caído en la trampa de creer que la cantidad tiene mayor peso
que la calidad, pero eso no es cierto.
Como creyentes, nosotros tenemos la calidad de vida que posee Dios a nuestra
disposición. La vida de Dios no está llena de temor, estrés, preocupaciones, ansiedad o
depresión. Él no es impaciente ni tiene prisa. Dios toma tiempo para disfrutar de su
creación, de la obra de sus manos. Notemos que en la creación, Dios se tomó tiempo
para disfrutar de cada fase de su creación, para ver que “era bueno”. Deberíamos trabajar
no tan sólo para lograr realizar cosas, sino para disfrutar de nuestros logros, y de paso,
disfrutar el viaje que nos tomó llegar a ellos.
¡Una determinación lo puede cambiar todo!
Nunca disfrutaremos la vida a no ser que tomemos una determinación para hacerlo.
Para vivir como Dios quiere que vivamos, lo primero que tenemos que hacer es,
creer de verdad, que es la voluntad de Dios el que experimentemos gozo continuo.
Entonces, debemos decidir entrar en ese gozo.
Ahora es el momento de decidir entrar en la vida plena y abundante que Dios desea
para nosotros. El gozo y disfrutar la vida están disponibles, al igual que la miseria. La
rectitud y la paz están disponibles, al igual que la condenación y el caos. Hay bendición y
maldición disponibles; por eso Deuteronomio 30:19 nos dice que podemos escoger, y que
nos recomienda que escojamos la vida de Dios y la bendición que sólo Él puede dar.
Existen muchas bendiciones disponibles para los hijos de Dios, de las cuales nunca
son partícipes. La tierra prometida estuvo disponible siempre, y los israelitas erraron por el
desierto durante cuarenta años. Deuteronomio 1:2 señala que la distancia geográfica del
viaje de los israelitas era, en realidad de once días de duración, el pueblo viajó durante
mucho más tiempo.
El final lo conocemos, la Biblia nos relata en Hebreos 4:6 que no entraron por su
desobediencia. Caminaron a su manera, erraron por el desierto con murmuraciones,
quejas, desaliento, temor, impaciencia y llenos de autocompasión, y culpaban a Dios y a
Moisés por la situación. Tan sólo pensemos en cuán cerca estaban de la bendición y del
gozo que Dios les había prometido, pero la falta de una sólida determinación los alejó de
disfrutar la vida abundante que Dios les tenía preparada.
No permitamos que la vida pase, Dios tiene grandísimas promesas para nosotros,
es tiempo de tomarlas.