Bandera de Guatemala
Bandera de Guatemala
Bandera de Guatemala
El diseño liberal está basado en la bandera de las Provincias Unidas del Centro de América
que a su vez se basaba en la bandera de las Provincias Unidas del Río de la Plata, actual
Argentina, aunque en esta última las franjas son horizontales. Las banderas de los otros
países que conformaron las Provincias Unidas del Centro de América siguen este patrón.
Uno de los deseos de Justo Rufino Barrios consistió en dotar a la Nación de un emblema,
el cual se hizo realidad mediante el Decreto 33, por medio del cual se crea el Escudo de
Armas.
Artículo Unico: Las armas de la República serán: un escudo con dos rifles y dos espadas de
oro enlazadas con ramas de laurel, en campo celeste claro. El centro estará cubierto con
un pergamino, que contendrá la siguiente leyenda en letras de oro: Libertad, 15 de
Septiembre de 1821; figurando en la parte superior un quetzal, como símbolo de la
independencia y autonomía de la Nación.
Fue tan del agrado del presidente, que en noviembre de ese año lo declara Escudo de
Armas de la República. Frener nace en Lucerna, Suiza, el 10 de diciembre de 1821. Llega a
Guatemala para trabajar como grabador en la Casa de la Moneda cuando gobierna Rafael
Carrera.
Troquela varias monedas y medallas conmemorativas en las que destacan los pesos de
Carrera, una de las mejores en la historia numismática del país. Trabaja también como
artista y grabador con las administraciones de los gobiernos liberales. En Guatemala
realiza una excelente y fructífera labor en el campo del grabado y acuñación de monedas.
La Monja Blanca forma parte de las más de 35 mil especies de orquídeas que existen en
Guatemala. Florece de diciembre a enero, y suele ubicarse abajo de los árboles. Conserva
la flor de cuatro a seis semanas y llega a vivir más de 30 años (González, 2003).
La historia de la Monja Blanca como Flor Nacional inicia a finales de 1933, durante una
exposición internacional de flores en Miami Beach, Florida, al sureste de Estados Unidos.
Terminada la exposición, la señora Letitia Southerland, presidenta de ese evento, escribió
una carta al presidente Jorge Ubico para agradecerle haber ordenado enviar un grupo de
orquídeas. Entre esas flores, escribía Southerland, destaca por su belleza una variedad
alba de la virginalis forma alba -Monja Blanca-, y habiendo sido informada que Guatemala
no tiene su flor nacional, sugirió respetuosamente que dicha orquídea sea tomada muy en
cuenta (Grimaldi, 2001). Esta sugerencia de la señora Southerland fue remitida a la Casa
de Gobierno y al día siguiente se publicó un Acuerdo Gubernativo donde Ubico acuerda
que la Monja Blanca, que se da en los bosques de Alta Verapaz, sea la Flor Nacional
(Grimaldi, 2001).
La palabra quetzal es de origen náhuatl. En maya, dicha ave se llama kukul y en quiché,
gug o kugug. Fue clasificada por el naturalista mexicano Pablo de la Llave, con los nombres
de Trogon resplendes y Pharomachrus mocinno, en honor de José María Mociño, quien le
había enviado algunos ejemplares (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
En el quetzal macho se destaca el desarrollo que alcanzan dos de sus plumas caudales,
que llegan a medir cuatro veces el largo de su cuerpo. El color de su plumaje es verde
resplandeciente. Tiene una cresta redondeada y plana a los lados. La parte inferior del
pecho y del vientre son de color escarlata (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
La hembra es menos vistosa, no posee cola larga y su color verde es más apagado, Tiene
cresta espesa y de color bronceado, así como pecho verde metálico y vientre rojo. En la
actualidad, los ornitólogos reconocen la existencia de dos variedades de quetzal: la
variedad del norte -Pharomachrus mocinno-, cuyo hábitat está en las sierras de Chamá y
Las Minas, pero que vive también en el sur de México y en zonas de Honduras y El
Salvador . La variedad del sur -Pharomachrus mocinno contarricensis-, que se deriva del
quetzal guatemalteco vive en algunas partes de Nicaragua, Costa Rica y Panamá
(Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
La Ceiba Pentandra -su nombre científico- fue reconocida como insignia representante de
la flora guatemalteca, para simbolizar el orgullo de las raíces mayas del país (Ministerio de
la Defensa Nacional, 2009).
Fue declarada Árbol Nacional por iniciativa del botánico guatemalteco Ulises Rojas
(Universidad Galileo, s.f.).
Para los antiguos mayas, la ceiba representaba la comunicación de los humanos con el
cielo y el inframundo; en la actualidad, sus descendientes la respetan como sinónimo de
sabiduría y resistencia (Roldán, 2006).
Para los mayas prehispánicos, la ceiba representaba el árbol que sostiene el universo.
Según el epigrafista Federico Fahsen, la creencia se basaba en que las ramas están en el
cielo y el tronco es donde vivimos y la raíz está en el inframundo. Aunque no hay un glifo
específico para la palabra ceiba, en las incripciones mayas se ha encontrado la palabra
Yaxche (árbol verde) que podría estar relacionada (Roldán, 2006).
Historia
Símbolo patrio
Origen de la Marimba
De esa cuenta, las diversas expresiones de la marimba participan en toda clase de eventos
sociales, culturales, tradicionales y folclóricos. En épocas más recientes, se ha provocado
una decantación del rol popular común personificado en la marimba de amenización, para
dar surgimiento al concepto de marimba-entidad, entidad musical o marimba de concierto
(Godínez, 2002).
Tecún Umán
Tecún Umán (Fecha desconocida - 1524) fue un capitán indígena k'iche', considerado
héroe nacional de Guatemala debido a su lucha contra los españoles durante la Conquista
de Guatemala (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Tecún Umán fue hijo de Oxib Queh y nieto -uman- de Quicab, de la de la parcialidad cavek.
Después de la muerte de Quicab y el ascenso al poder de Oxib Queh, Tecún sucedió a su
padre en el puesto de Nimá Rajop Achij -Gran Capitán-(Diccionario Histórico Biográfico,
2004).
Luego de que los castellanos escalaron la cuesta de Santa María y superaron la débil
defensa militar existente, bajaron a los llanos y en el combate mataron a cerca de 3000
combatientes k'iches', de modo tal que su sangre corrió abundantemente hasta mezclarse
con las aguas del Río Olintepeque. Por ello, a dicha región se llamó Xequiquel, es decir,
“debajo de la sangre”. En esta acción murió Azumanché (Diccionario Histórico Biográfico,
2004).
Luego de tal derrota, Izquín Nijaib, Señor de Momostenango, solicitó a los españoles que
no atormentaran a los prisioneros, por lo cual les daría muchas riquezas, y los convidó a
comer pájaros y huevos de la tierra. Además, a Tecún le propuso rendirse (Diccionario
Histórico Biográfico, 2004).
Tres días después de la traición de Nijaib, el 20 de febrero de 1524 según el Memorial de
Sololá, se realizó un nuevo combate en el Valle de Pachah o El Pinar -Quetzaltenango-,
entre Cerro Quemado y el Siete Orejas. Probablemente, en dicho encuentro armado
murió Tecún Umán (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
El Título de la Casa de Izquín Nehaib señala que Tecún iba adornado de plumas y que, al
intentar matar a Tonatiuh -Pedro de Alvarado-, lo único que logró fue herir, con su
macahuitl, la cabeza del caballo del jefe español. Al proseguir en su empeño, se llevó la
peor parte, pues fue atravesado por la lanza de Alvarado (Diccionario Histórico Biográfico,
2004).
Según la crónica citada, dos perros trataron de comérselo, pero Alvarado, al ver que era
muy apuesto y bien adornado, los espantó y estuvo un rato observándolo. Luego, se
añade que Alvarado, al contemplar a Tecún lleno de plumas de quetzales, llamó a ese
lugar Quetzaltenango (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Una leyenda cuenta que el nahual de Tecún, un quetzal, que había estado revoloteando
durante todo el combate, tratando de atacar al guerrero castellano, al ver caer exánime al
Tecún Umán, también cayó muerto sobre el cuerpo de Tecún, por lo que el pecho del ave
se tiñó de rojo. Ésta leyenda obviamente no es un hecho documentado (Diccionario
Histórico Biográfico, 2004).
A Tecún Uman se le elevó a la dignidad de Héroe Nacional por Decreto Número 1344 del
Congreso de la República, emitido el 22 de marzo de 1960. Esa misma ley fijó el 20 de
febrero de cada año como día de homenaje al héroe, símbolo de la defensa de la
nacionalidad (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).