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Trabajo de Quimica 2

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD DEL ZULIA


FACULTAD EXPERIMENTAL DE CIENCIAS
LICENCIATURA: FISICA
CATEDRA: QUIMICA
SECCION: 001

GUIA DE TRABAJO # 2
POLARIDAD Y FUERZAS INTERMOLECULARES

Autores:
Daniel Arismendi

Maracaibo, Junio, 2008


PAGINA DE EVALUACION

QUIMICA
POLARIDAD Y FUERZAS INTERMOLECULARES

Nombre y Apellido Cedula de Identidad Calificación

Daniel Arismendi 20.438.633

Observaciones
ESQUEMA GENERAL

• Polaridad.
• Polaridad de enlace
• Polaridad de la molécula
• Momento dipolar
• Dipolo eléctrico
• Fuerzas intermoleculares
• Interacción Dipolo-Dipolo
• Interacción Ion-Dipolo
• Interacción de dispersión
• Puente de hidrogeno
• Tensión superficial
• Viscosidad
• Tipos de cristales
DESARROLLO DE CONTENIDO

Polaridad:

La polaridad química o sólo polaridad es una propiedad de las


moléculas que representa la desigualdad de las cargas eléctricas en la misma.
Esta propiedad se relaciona con otras propiedades químicas y físicas como la
solubilidad, punto de fusión, punto de ebullición, fuerza intermolecular, etc.

Al formarse una molécula de forma covalente el par de electrones tiende a


desplazarse hacia el átomo que tiene mayor carga nuclear (más número de
protones). Esto origina una densidad de carga desigual entre los núcleos que
forman el enlace (se forma un dipolo eléctrico). El enlace es más polar cuanto
mayor sea la diferencia entre las electronegatividades de los átomos que se
enlazan; así pues, dos átomos iguales atraerán al par de electrones covalente con
la misma fuerza (establecida por la Ley de Coulomb) y los electrones
permanecerán en el centro haciendo que el enlace sea no polar.

Polaridad de enlace:

Se define como el porcentaje de carácter iónico que posee un enlace


covalente, viene determinada por las electronegatividades de los átomos.

Si un enlace covalente está formado por átomos de diferente


electronegatividad (tendencia de atraer a los electrones del otro átomo) se dice
que es un enlace polar y mientras mayor sea la diferencia de electronegatividad
entre los átomos más polar será el enlace resultante.

Orden de la electronegatividad de algunos átomos: F > O > Cl = N > Br > C = H

Debido a la electronegatividad de los átomos los electrones del enlace no


son compartidos con la misma intensidad, por lo que la nube electrónica es más
densa en torno a un átomo que al otro. En consecuencia, un extremo del enlace
es relativamente positivo (forma un polo positivo, de carga parcial positiva, d+ )
y relativamente negativo (forma un polo negativo, de carga parcial negativa, d-),
por lo que se dice que el enlace es polar o posee polaridad.
Cuando el centro de la carga positiva no coincide con el centro de la
carga negativa se dice que la molécula resultante es polar y que forma un dipolo
(dos cargas iguales y opuestas separadas por un espacio). Para representar un
dipolo se utiliza una flecha que va dirigida del extremo positivo hacia el extremo
negativo ( -----> ). La molécula dipolar tiene un momento dipolar (m) que es
igual a la magnitud de la carga (e) multiplicada por la distancia entre los centros
de las cargas (d), m = e.d, y se mide en Debyes (D), D = (u.e.s.) (cm).
La polaridad de los enlaces puede conducir a la polaridad de las
moléculas, afectando grandemente a los puntos de fusión, de ebullición y a la
solubilidad de los compuestos. También determina el tipo de reacción química
que pueda ocurrir en ese enlace e incluso afectar la reactividad de los enlaces
cercanos. Por eso se dice que la polaridad de los enlaces químicos está
íntimamente relacionada con las propiedades físicas y con las propiedades
químicas de las moléculas.

Polaridad de la Molécula:

Para las moléculas diatómicas tenemos dos casos; átomos iguales y


átomos distintos. En las moléculas de átomos iguales. En las moléculas de
átomos iguales la carga es cero y es apolar.
En el caso de las moléculas poli atómicas es necesario considerar la geometría
de las moléculas además de la polaridad de los enlaces. La polaridad molecular
es la suma vectorial de los momentos dipolares de cada enlace.

No obstante, una molécula que tiene enlaces polares puede ser polar o
apolar. Dependiendo de la forma tridimensional de la molécula (geometría), las
contribuciones de dos o más enlaces polares podrían cancelarse mutuamente, y
en este caso se trataría de una molécula no polar. En una molécula polar hay
una acumulación de densidad electrónica hacia un extremo de la molécula, lo
que confiere a ese extremo una carga parcial negativa, d-, y deja el otro extremo
con una carga parcial positiva de igual valor, d+.

Las moléculas polares experimentan una fuerza en un campo eléctrico que


tienden a alinearlas con el campo. Cuando el campo eléctrico se produce entre
dos placas de carga opuesta, el extremo positivo de cada molécula es atraído
hacia la placa negativa y el extremo negativo es atraído hacia la placa positiva.
El grado en que las moléculas se alinean con el campo depende de su momento
dipolar, m, que se define como el producto de la magnitud de las cargas
parciales (d- y d+) por la distancia de separación entre ellas.

Dipolo eléctrico:

Un dipolo eléctrico es un sistema de dos cargas de signo opuesto e igual


magnitud cercanas entre sí.

Los dipolos aparecen en cuerpos aislantes o dieléctricos. A diferencia de


lo que ocurre en los materiales conductores, en los aislantes los electrones no
son libres. Al aplicar un campo eléctrico a un material dieléctrico este se
polariza dando lugar a que los dipolos eléctricos se reorienten en la dirección del
campo disminuyendo la intensidad de éste.

Momento dipolar:

Se define como momento dipolar químico (μ) a la medida de la


intensidad de la fuerza de atracción entre dos átomos, es la expresión de la
asimetría de la carga eléctrica. Está definido como el producto entre la distancia
d que separa a las cargas (longitud del enlace) y el valor de las cargas iguales y
opuestas en un enlace químico:

Usualmente se encuentra expresado en Debyes (1 D = 1 A . 1 ues). El valor de q


puede interpretarse como el grado de compartición de la carga, es decir, según
las diferencias de electronegatividad, que porcentaje (100q) de la carga
compartida por el enlace covalente está desplazada hacia la carga en cuestión.
Dicho de otro modo, q representa qué parte de un electrón está siendo "sentida"
de más o de menos por las cargas en cuestión.

Fuerzas intermoleculares:

Las fuerzas intermoleculares, como su nombre lo indica, son las fuerzas


que unen moléculas; los cuales son fuerzas de atracción y repulsión, que
determinan el comportamiento molecular dependiendo en gran medida del
equilibrio (o falta de él) de las fuerzas que unen o separan las moléculas

• Interacción Dipolo-Dipolo:

En un enlace covalente entre dos átomos idénticos, los electrones enlazantes


están simétricamente distribuidos alrededor
de ambos núcleos. Sin embargo, cuando los
átomos unidos son diferentes, los electrones
de valencia no estarán igualmente
compartidos por los dos núcleos, la
distribución de carga no será homogénea y,
en consecuencia aparecerán en la molécula
regiones con distinta densidad de carga o
dipolos eléctricos.
Existen entre moléculas polares neutras. Las moléculas polares se atraen unas a
otras cuando el extremo positivo de una molécula está cerca del extremo
negativo de otra.

La molécula de cloro (Cl-Cl) tiene una distribución simétrica de los electrones


entre los dos átomos de cloro y se puede considerar que no tiene carga. Sin
embargo, en la molécula de HCl no hay distribución uniforme de la carga, ya
que los electrones de enlace, debido a la diferencia de las electronegatividades
entre los dos átomos, están desigualmente repartidos. Por tanto, la molécula de
HCl es eléctricamente asimétrica o polar. De la misma forma, en la molécula de
agua (H-O-H), tampoco hay una distribución uniforme de la nube de carga
puesto que los electrones se encuentran atraídos fuertemente por el átomo de
oxígeno que adquiere carga negativa, mientras que los dos átomos de hidrógeno
adquieren igual carga positiva. Por consiguiente, dada la disposición de los
átomos en la molécula de agua, el centro de las cargas positivas se encuentra en
un extremo de la molécula y el centro de las negativas en el otro, constituyendo
un dipolo.

• Fuerzas Ion-Dipolo:

Se produce entre un Ion y una carga parcial en el


extremo de una molécula polar. Las moléculas polares son
dipolos, tienen un extremo positivo y un extremo negativo.
Por ejemplo la molécula de HCl.

La fuerza de esta interacción depende de la carga y


tamaño del Ion y de la magnitud del dipolo. Las cargas en
los cationes están generalmente más concentradas, dado
que los cationes suelen ser menores que los aniones. En
consecuencia, a cargas iguales, un catión interactúa más
fuertemente con los dipolos que un anión.

La hidratación, es un ejemplo de interacción Ion-dipolo. En una disolución


acuosa de NaCl, los iones Na+ y Cl- se rodean de moléculas de agua, que tienen
un dipolo grande. De esta forma las moléculas de agua actúan como un aislante
eléctrico que mantiene a los iones separados. Este proceso explica lo que ocurre
cuando un compuesto iónico se disuelve en agua. El tetracloruro de carbono
(CCl4) es, por otro lado, una molécula no polar, y en consecuencia carece de la
posibilidad de participar en la interacción Ion-dipolo. Lo que se observa en la
práctica es que el tetracloruro de carbono es un mal disolvente de compuestos
os, como es el caso de la mayoría de los líquidos no polares.
• Interacción de dispersión:

Las fuerzas de dispersión también se conocen


como fuerzas de London o fuerzas de van der
Waal. Los primeros científicos que investigaron la
naturaleza de las interacciones no polares fueron
Fritz London y Johannes van der Waal.

Las fuerzas de dispersión mantienen las


moléculas en el estado sólido si estas moléculas
son lo suficientemente grandes.

De las tres clases de fuerzas intermoleculares,


las fuerzas de dispersión son las más débiles. A diferencia de las otras dos, las
fuerzas de dispersión existen en todas las moléculas pero en las polares
pequeñas son tan débiles que están totalmente opacadas por las fuerzas dipolares
y los enlaces de hidrógeno.

Las fuerzas de dispersión son las fuerzas principales que atraen las moléculas
no polares entre sí. Las moléculas no polares son aquellas que no tienen
separación de carga dentro de las moléculas. Las fuerzas de dispersión también
existen en los gases nobles que se pueden licuar.

Si no existe separación de carga dentro de una molécula, ¿cómo se pueden


atraer las moléculas entre sí? Se conoce como un dipolo inducido instantáneo,
cuando un átomo o molécula produce un dipolo momentáneo o instantáneo en
otro átomo. Se puede pensar, que la fuerza de dispersión es una fuerza de
atracción débil del núcleo de un átomo (o molécula) por los electrones de otro
átomo cuando los dos átomos pasan cerca. La resistencia de estas fuerzas
depende principalmente de cuántos electrones estén distribuidos alrededor del
átomo y de qué tan unidos se mantengan. En los átomos y en las moléculas con
gran número de electrones débilmente atraídos, se encuentran fuerzas de
dispersión más fuertes.

• Puente de hidrogeno:

El enlace de hidrógeno es un tipo especial


de interacción dipolo-dipolo entre el átomo
de hidrógeno de un enlace polar, como el O-H o el N-H, y un átomo
electronegativo como O, N o F.

La primera evidencia del enlace de hidrógeno proviene del estudio de los


puntos de ebullición de los compuestos. Normalmente, los puntos de ebullición
de una serie de compuestos similares formados por elementos del mismo grupo
aumentan al incrementar la masa molar. Pero se notaron algunas excepciones en
los compuestos de hidrógeno de los elementos de los grupos VA, VIA y VIIA.
En cada una de estas series, el compuesto más ligero (NH3, H2O, HF) tiene el
punto de ebullición más alto, contrariamente a lo esperado en función de las
masas molares. Este estudio y otras observaciones relacionadas condujeron a los
químicos a postular la existencia del enlace de hidrógeno.

Tensión Superficial:

En física se denomina tensión superficial al fenómeno por el cual la


superficie de un líquido tiende a comportarse como si fuera una delgada película
elástica. Este efecto permite a algunos insectos, como el zapatero (Hydrometra
stagnorum), desplazarse por la superficie del agua sin hundirse. La tensión
superficial (una manifestación de las fuerzas intermoleculares en los líquidos),
junto a las fuerzas que se dan entre los líquidos y las superficies sólidas que
entran en contacto con ellos, da lugar a la capilaridad, por ejemplo.

A nivel microscópico, la tensión superficial se debe a que las fuerzas que


afectan a cada molécula son diferentes en el interior del líquido y en la
superficie. Así, en el seno de un líquido cada molécula está sometida a fuerzas
de atracción que en promedio se anulan. Esto permite que la molécula tenga una
energía bastante baja. Sin embargo, en la superficie hay una fuerza neta hacia el
interior del líquido. Rigurosamente, si en el exterior del líquido se tiene un gas,
existirá una mínima fuerza atractiva hacia el exterior, aunque en la realidad esta
fuerza es despreciable debido a la gran diferencia de densidades entre el líquido
y el gas.

La tensión superficial tiene como principal efecto la tendencia del líquido


a disminuir en lo posible su superficie para un volumen dado, de aquí que un
líquido en ausencia de gravedad adopte la forma esférica, que es la que tiene
menor relación área/volumen.

Energéticamente, las moléculas situadas en la superficie tiene una mayor


energía promedio que las situadas en el interior, por lo tanto la tendencia del
sistema será a disminuir la energía total, y ello se logra disminuyendo el número
de moléculas situadas en la superficie, de ahí la reducción de área hasta el
mínimo posible.
Viscosidad:

La viscosidad es una propiedad de los fluidos que es de gran importancia


en múltiples procesos industriales, además de ser una variable de gran influencia
en las mediciones de flujo de fluidos, el valor de viscosidad se usa como punto
de referencia en la formulación de nuevos productos, facilitando la reproducción
de la consistencia de un lote a otro.

Es una magnitud física que mide la resistencia interna al flujo de un


fluido, resistencia producto del frotamiento de las moléculas que se deslizan
unas contra otras. La inversa de la viscosidad es la fluidez.

Explicación de la viscosidad

Imaginemos un bloque sólido (no fluido) sometido a una fuerza


tangencial, por ejemplo, una goma de borrar sobre la que se sitúa la palma de la
mano que empuja en dirección paralela a la mesa; en este caso, el material
sólido opone una resistencia a la fuerza aplicada, pero se deforma (b), tanto más
cuanto menor sea su resistencia. Si imaginamos que la goma de borrar está
formada por delgadas capas unas sobre otras, el resultado de la deformación es
el desplazamiento relativo de unas capas respecto de las adyacentes, tal como
muestra la figura (c).

Deformación de un sólido por la aplicación de una fuerza tangencial.

En los líquidos, el pequeño rozamiento existente entre capas adyacentes


se denomina viscosidad. Es su pequeña magnitud la que le confiere al fluido sus
peculiares características; así, por ejemplo, si arrastramos la superficie de un
líquido con la palma de la mano como hacíamos con la goma de borrar, las
capas inferiores no se moverán o lo harán mucho más lentamente que la
superficie ya que son arrastradas por efecto de la pequeña resistencia tangencial,
mientras que las capas superiores fluyen con facilidad. Igualmente, si
revolvemos con una cuchara un recipiente grande con agua en el que hemos
depositado pequeños trozos de corcho, observaremos que al revolver en el
centro también se mueve la periferia y al revolver en la periferia también dan
vueltas los trocitos de corcho del centro; de nuevo, las capas cilíndricas de agua
se mueven por efecto de la viscosidad, disminuyendo su velocidad a medida que
nos alejamos de la cuchara.

Ejemplo de la viscosidad de la leche y el agua. Líquidos con altas viscosidades


no forman salpicaduras.Cabe señalar que la viscosidad sólo
se manifiesta en fluidos en movimiento, ya que cuando el
fluido está en reposo adopta una forma tal en la que no
actúan las fuerzas tangenciales que no puede resistir. Es por
ello por lo que llenado un recipiente con un líquido, la
superficie del mismo permanece plana, es decir,
perpendicular a la única fuerza que actúa en ese momento,
la gravedad, sin existir por tanto componente tangencial
alguna.

Si la viscosidad fuera muy grande, el rozamiento entre capas


adyacentes lo sería también, lo que significa que éstas no podrían moverse unas
respecto de otras o lo harían muy poco, es decir, estaríamos ante un sólido. Si
por el contrario la viscosidad fuera cero, estaríamos ante un superfluido que
presenta propiedades notables como escapar de los recipientes aunque no estén
llenos (véase Helio-II).

La viscosidad es característica de todos los fluidos, tanto líquidos como gases,


si bien, en este último caso su efecto suele ser despreciable, están más cerca de
ser fluidos ideales.

Tipos de cristales:

Cristalización

La operación de cristalización es aquella por media de la cual se separa un


componente de una solución liquida transfiriéndolo a la fase sólida en forma de
cristales que precipitan. Es una operación necesaria para todo producto químico
que se presenta comercialmente en forma de polvos o cristales, ya sea el azúcar
o sacarosa, la sal común o cloruro de sodio.

En la cadena de operaciones unitarias de los procesos de fabricación se


ubica después de la evaporación y antes de la operación de secado de los
cristales y envasado.

Toda sal o compuesto químico disuelto en algún solvente en fase liquida


puede ser precipitada por cristalización bajo ciertas condiciones de
concentración y temperatura que el ingeniero químico debe establecer
dependiendo de las características y propiedades de la solución, principalmente
la solubilidad o concentración de saturación, la viscosidad de la solución, etc.
Para poder ser transferido a la fase sólida, es decir, cristalizar, un soluto
cualquiera debe eliminar su calor latente o entalpía de fusión, por lo que el
estado cristalino además de ser el mas puro, es el de menor nivel energético de
los tres estados físicos de la materia, en el que las moléculas permanecen
inmóviles unas respecto a otras, formando estructuras en el espacio, con la
misma geometría, sin importar la dimensión del cristal.

Tipo de cristales

Un cristal puede ser definido como un sólido compuesto de átomos


arreglados en orden, en un modelo de tipo repetitivo. La distancia interatómica
en un cristal de cualquier material definido es constante y es una característica
del material. Debido a que el patrón o arreglo de los átomos es repetido en todas
direcciones, existen restricciones definidas en el tipo de simetría que el cristal
posee.

Las estructuras y propiedades de los cristales, como punto de fusión, densidad y


dureza están determinadas por el tipo de fuerzas que mantienen unidas a las
partículas. Se clasifican en: iónico, covalente, molecular o metálico.

Cristales iónicos: Los cristales iónicos tienen dos características importantes:


están formados de especies cargadas y los aniónes y cationes suelen ser de
distinto tamaño. Ejemplos: KCl, CsCl, ZnS y CF2. La mayoría de los cristales
iónicos tiene puntos de ebullición altos, lo cual refleja la gran fuerza de cohesión
que mantiene juntos a los iones. Su estabilidad depende en parte de su energía
reticular; cuanto mayor sea esta energía, más estable será el compuesto.

Cristales covalentes: Los átomos de los cristales covalentes se mantienen


unidos en una red tridimensional únicamente por enlaces covalentes. El grafito y
el diamante, alótropos del carbono, son buenos ejemplos. Debido a sus enlaces
covalentes fuertes en tres dimensiones, el diamante presenta una dureza
particular y un elevado punto de fusión. El cuarzo (SiO2) es otro ejemplo de
cristal covalente. La distribución de los átomos de silicio en el cuarzo en
semejante a la del carbono en el diamante, pero en el cuarzo hay un átomo de
oxígeno entre cada par de átomos de Si.

Cristales moleculares: En un cristal molecular, los puntos reticulares están


ocupados por moléculas que se mantienen unidas por fuerzas de van der Waals
y/o de enlaces de hidrógeno. El dióxido de azufre (SO2) sólido es un ejemplo de
un cristal molecular al igual que los cristales de I2, P4 y S8. Con excepción del
hielo los cristales moleculares suelen empaquetarse tan juntos como su forma y
tamaño lo permitan. Debido a que las fuerzas de van der Waals y los enlaces de
hidrógeno son más débiles que los enlaces iónicos o covalentes, los cristales
moleculares suelen ser quebradizos y su mayoría se funden a temperaturas
menores de 100ºC.
Cristales metálicos: La estructura de los cristales metálicos es más simple
porque cada punto reticular del cristal está ocupado por un átomo del mismo
metal. Los cristales metálicos por lo regular tienen una estructura cúbica
centrada en el cuerpo o en las caras; también pueden ser hexagonales de
empaquetamiento compacto. Por lo que suelen ser muy densos. Sus propiedades
varían de acuerdo a la especie y van desde blandos a duros y de puntos de fusión
bajos a altos, pero todos en general son buenos conductores de calor y
electricidad.

La forma geométrica de los cristales es una de las características de cada


sal pura o compuesto químico, por lo que la ciencia que estudia los cristales en
general, la cristalografía, los ha clasificado en siete sistemas universales de
cristalización:

Sistema Cúbico

Las sustancias que cristalizan bajo este sistema forman cristales de forma
cúbica, los cuales se pueden definir como cuerpos en el espacio que manifiestan
tres ejes en ángulo recto, con “segmentos”, “látices”, ó aristas” de igual
magnitud, que forman seis caras o lados del cubo. A esta familia pertenecen los
cristales de oro, plata, diamante, cloruro de sodio, etc.

Sistema Tetragonal

Estos cristales forman cuerpos con tres ejes en el espacio en ángulo recto, con
dos de sus segmentos de igual magnitud, hexaedros con cuatro caras iguales,
representados por los cristales de oxido de estaño.

Sistema Ortorrómbico

Presentan tres ejes en ángulo recto pero ninguno de sus lados o segmentos son
iguales, formando hexaedros con tres pares de caras iguales pero diferentes entre
par y par, representados por los cristales de azufre, nitrato de potasio, sulfato de
bario, etc.

Sistema Monoclínico

Presentan tres ejes en el espacio, pero sólo dos en ángulo recto, con ningún
segmento igual, como es el caso del bórax y de la sacarosa.

Sistema Triclínico

Presentan tres ejes en el espacio, ninguno en ángulo recto, con ningún segmento
igual, formando cristales ahusados como agujas, como es el caso de la cafeína.
Sistema Hexagonal

Presentan cuatro ejes en el espacio, tres de los cuales son coplanares en ángulo
de 60°, formando un hexágono bencénico y el cuarto en ángulo recto, como son
los cristales de zinc, cuarzo, magnesio, cadmio, etc.

Sistema Romboédrico

Presentan tres ejes de similar ángulo entre si, pero ninguno es recto, y segmentos
iguales, como son los cristales de arsénico, bismuto y carbonato de calcio y
mármol.

Importancia de la cristalización en la industria

En muchos casos, el producto que sale para la venta de una planta, tiene
que estar bajo la forma de cristales. Los cristales se han producido mediante
diversos métodos de cristalización que van desde los más sencillos que consisten
en dejar reposar recipientes que se llenan originalmente con soluciones calientes
y concentradas, hasta procesos continuos rigurosamente controlados y otros con
muchos pasos o etapas diseñados para proporcionar un producto que tenga
uniformidad en la forma, tamaño de la partícula, contenido de humedad y
pureza. Las demandas cada vez mas crecientes de los clientes hacen que los
cristalizadores sencillos por lotes se estén retirando del uso, ya que las
especificaciones de los productos son cada vez más rígidas.

La cristalización es importante como proceso industrial por los diferentes


materiales que son y pueden ser comercializados en forma de cristales. Su
empleo tan difundido se debe probablemente a la gran pureza y la forma
atractiva del producto químico sólido, que se puede obtener a partir de
soluciones relativamente impuras en un solo paso de procesamiento. En
términos de los requerimientos de energía, la cristalización requiere mucho
menos para la separación que lo que requiere la destilación y otros métodos de
purificación utilizados comúnmente. Además se puede realizar a temperaturas
relativamente bajas y a una escala que varía desde unos cuantos gramos hasta
miles de toneladas diarias. La cristalización se puede realizar a partir de un
vapor, una fusión o una solución. La mayor parte de las aplicaciones industriales
de la operación incluyen la cristalización a partir de soluciones. Sin embargo, la
solidificación cristalina de los metales es básicamente un proceso de
cristalización y se ha desarrollado gran cantidad de teoría en relación con la
cristalización de los metales.

La cristalización consiste en la formación de partículas sólidas en el seno


de una fase homogénea.

Las partículas se pueden formar en una fase gaseosa como en el caso de la


nueve, mediante solidificación a partir de un líquido como en la congelación de
agua para formar hielo o en la manufactura de monocristales, o bien por
cristalización de soluciones líquidas.

Se puede decir que la cristalización es un arte, dando a entender que la


realidad técnica es sobrepasada en ocasiones por todos los factores empíricos
que están involucrados en la operación.

Estos sistemas geométricos son constantes para los cristales del mismo
compuesto químico, independientemente de su tamaño. Los cristales son la
forma más pura de la materia, su bien sucede que precipitan simultáneamente
cristales de varias sustancias formando soluciones sólidas de varios colores
como son los minerales como el mármol veteado, el jade, onix, turquesas, etc.,
en los cuales cada color es de cristales de una sal diferente. Sin embargo cuando
cristaliza solamente un solo compuesto químico, los cristales son 100% puros.

Además de su forma geométrica, los cristales son caracterizados por su


densidad, su índice de refracción, color y dureza.

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