Este documento resume varias estrategias de intervención psicológica para mejorar la adherencia al tratamiento en pacientes con diabetes. Describe estudios que han utilizado técnicas como la educación diabetológica, entrenamiento en habilidades sociales, programas de autorregulación, fijación de objetivos y contratos conductuales, así como el autoanálisis de los niveles de glucosa en sangre. Si bien muchas de estas estrategias han demostrado mejorar parcialmente la adherencia, se necesita más investigación para evaluar su efecto en el control
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Este documento resume varias estrategias de intervención psicológica para mejorar la adherencia al tratamiento en pacientes con diabetes. Describe estudios que han utilizado técnicas como la educación diabetológica, entrenamiento en habilidades sociales, programas de autorregulación, fijación de objetivos y contratos conductuales, así como el autoanálisis de los niveles de glucosa en sangre. Si bien muchas de estas estrategias han demostrado mejorar parcialmente la adherencia, se necesita más investigación para evaluar su efecto en el control
Este documento resume varias estrategias de intervención psicológica para mejorar la adherencia al tratamiento en pacientes con diabetes. Describe estudios que han utilizado técnicas como la educación diabetológica, entrenamiento en habilidades sociales, programas de autorregulación, fijación de objetivos y contratos conductuales, así como el autoanálisis de los niveles de glucosa en sangre. Si bien muchas de estas estrategias han demostrado mejorar parcialmente la adherencia, se necesita más investigación para evaluar su efecto en el control
Este documento resume varias estrategias de intervención psicológica para mejorar la adherencia al tratamiento en pacientes con diabetes. Describe estudios que han utilizado técnicas como la educación diabetológica, entrenamiento en habilidades sociales, programas de autorregulación, fijación de objetivos y contratos conductuales, así como el autoanálisis de los niveles de glucosa en sangre. Si bien muchas de estas estrategias han demostrado mejorar parcialmente la adherencia, se necesita más investigación para evaluar su efecto en el control
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III. ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN DIABETES.
Las intervenciones tendentes a mejorar la adherencia al tratamiento, mediante la actuación
directa sobre las variables que la impiden o limitan, es una de las áreas que más interés está despertando entre los equipos de investigadores conductuales dedicados a la diabetes. Las aproximaciones conductuales se han dirigido, en esta área de estudio, tanto a tratar de mejorar alguno de los aspectos parciales de la adherencia como a aplicar “paquetes” de tratamiento encaminados a buscar un efecto global entre las conductas de adherencia (Gil Roales-Nieto, 1990). III.1. MEJORA DE LA ADHERENCIA AL TRATAMIENTO MEDIANTE LA EDUCACIÓN DIABETOLÓGICA. La educación diabetológica de los pacientes es una condición preliminar necesaria para probabilizar la adherencia. Mientras que algunos estudios han encontrado que la adherencia mejoraba cuando se incrementaba el nivel de conocimientos sobre diabetes de los pacientes, estos hallazgos resultan difíciles de interpretar, ya que las intervenciones educativas se hicieron concurrentes con otros cambios en los sistemas de tratamiento (p.ej., Davidson, Delcher y Englund,1979; Miller y Goldstein,1972); otros estudios, sin embargo, han encontrado que a mayor educación diabetológica de los pacientes no correspondía necesariamente una mejor adherencia al tratamiento (p.ej., Graber, Christman, Alogna y Davidson, 1977; Haynes y Sackett,1976). La polémica continúa abierta y, probablemente como una consecuencia de ella, en el intento por perfeccionar los métodos de educación tradicionales se han puesto a prueba varios procedimientos (Gil Roales-Nieto,1990). Uno de ellos consiste en el uso de programas de ordenador interactivos que se han utilizado para evaluar los conocimientos sobre la dieta, instruir y proporcionar consejo sobre la dieta, o instruir en el seguimiento de la dieta mediante ejemplos prácticos. Aun cuando esta automatización de la instrucción ha resultado efectiva para aumentar el conocimiento en diabetes (Spiegel, 1967; Tani y Hankin, 1971), hasta la fecha no hay evidencia disponible de su impacto positivo sobre la adherencia al tratamiento o sobre el control metabólico de la diabetes. Otra aproximación educativa diferente es la que promueve la implicación de la familia en las sesiones educativas, la creación de grupos de apoyo y el uso de videotapes. Un problema fundamental que debe considerarse en estas aproximaciones de “paquete” es la dificultad que presentan para aislar la eficacia comparada de cada uno de sus componentes (Gil Roales-Nieto,1990).
III.2. INTERVENCIONES CONDUCTUALES PARA MEJORAR LA ADHERENCIA.
Teniendo como objetivo la mejora parcial o general de la adherencia al tratamiento, disponemos ya de algunos estudios en los que se han puesto a prueba diferentes técnicas conductuales como variables independientes capaces de producir cambios comportamentales que redunden en beneficio del control metabólico de la diabetes. Según Gil Roales-Nieto (1990) serían las siguientes: COMBINACIÓN DE INSTRUCCIONES Y CONTINGENCIAS POSITIVAS: La combinación de instrucciones y contingencias positivas por su cumplimiento es uno de los procedimientos más sencillos que se puedan utilizar en el intento de mejorar la adherencia en diabéticos. Un estudio en el que se utilizó tal estrategia fue el publicado por Lowe y Lutzker en 1979, realizado con una niña diabética cuyo principal problema consistía en la omisión ocasional de sus inyecciones de insulina. Los autores descubrieron que la niña, si bien probablemente había comenzado a omitir inyecciones como consecuencia de un estado depresivo general acerca de su diabetes, y la excesiva carga que el cumplimiento del régimen suponía para ella, lo cierto es que existían razones para pensar que ese comportamiento de omisión había quedado fortalecido por el descubrimiento de que “nada pasaba en realidad” por omitir algunas inyecciones, y que ella “no se encontraba peor” por hacerlo. La aplicación de instrucciones escritas sobre la ejecución diaria de ciertas conductas del tratamiento (cuidado de los pies, controles de glucosa, seguimiento de la dieta, inyecciones diarias de insulina) y de un sistema de reforzamiento consistente en una economía de puntos por el cumplimiento diario de los objetivos, incrementaron satisfactoriamente la adherencia a los aspectos del tratamiento seleccionados. ENTRENAMIENTO EN HABILIDADES SOCIALES: Gross, Jonson, Wildman y Mullett (1981) utilizaron un entrenamiento en habilidades sociales para desarrollar en preadolescentes diabéticos habilidades de funcionamiento social efectivo. El entrenamiento en habilidades sociales consistió en ejercicios de modelado y role-playing para cada una de cuatro respuestas objetivo seleccionadas (duración de la interacción verbal, verbalización apropiada, contacto ocular y nivel de afecto), y en un entrenamiento en generalización en el que los padres realizaron el role-playing con sus hijos durante todo el periodo de seguimiento. Se añadió, además un entrenamiento para responder correctamente a cierto tipo de situaciones que implicaban aspectos relacionados con la diabetes, y que incluían admitir que se tenía diabetes, saber explicar en qué consiste la enfermedad, saber delimitar las restricciones de la dieta, rechazar los alimentos inapropiados que fueran ofrecidos, y saber responder a las demandas de los padres con sugerencias de compromisos por ambas partes. Los resultados indicaron que el entrenamiento produjo en los sujetos importantes mejoras en la habilidad para mejorar con efectividad las situaciones sociales relacionadas con su diabetes, manteniéndose los efectos durante las cinco semanas de seguimiento. El entrenamiento en habilidades sociales ha resultado útil para mejorar el control sobre las situaciones sociales que representan una barrera para la adherencia y una fuente de tensión para el diabético, pero no disponemos de suficientes datos que, de una forma inequívoca, nos indiquen el efecto directo sobre la adherencia real a los diferentes aspectos del tratamiento, ni sobre el control metabólico del sujeto. PROGRAMAS DE AUTORREGULACIÓN O AUTOCONTROL: Gross (1982) ha abordado el problema de la adherencia desde otra perspectiva diferente a la anterior, como es la utilización de un programa general de autorregulación que había demostrado su eficacia con jóvenes delincuentes y predelincuentes en la adquisición de repertorios de autocontrol. En este estudio participaron 4 niños diabéticos entre 10 y 12 años de edad. El entrenamiento consistió en seis sesiones de grupo que constaban de una lección escrita, discusión del material estudiado, y realización de ejercicios de modelamiento y roleplaying. Tras el entrenamiento se pidió a los sujetos que elaboraran un proyecto de autorregulación para su régimen diabético. Como variable dependiente sobre la cual contrastar el efecto del entrenamiento se tomaron los controles diarios de glucosa en orina. Los resultados indicaron que la intervención incrementó el número diario de controles de glucosa en orina, pero el autor no informó del efecto del programa sobre el resultado de los mismos (presencia o ausencia de glucosa), por lo que sólo tenemos noticias de una mejoría cuantitativa de la adherencia a este aspecto del tratamiento. COMBINACIÓN DE TÉCNICAS DE FIJACIÓN DE OBJETIVOS, AUTOCONTROL Y CONTRATO CONDUCTUAL. La fijación de objetivos parece mejorar los niveles de adherencia, pero no aparece claro si de forma suficiente como para producir cambios relevantes y duraderos en el control metabólico de la diabetes. La consideración global de los resultados obtenidos por los estudios revisados en este apartado y los relativos al empleo del entrenamiento en habilidades sociales no permite más que un moderado optimismo. Aunque en la mayoría de las ocasiones las técnicas empleadas consiguieron una mejoría en los aspectos de la adherencia tratados, la ausencia de líneas base globales de todos los componentes de la adherencia , y la falta de datos sobre controles metabólicos, nos impiden una valoración real de la eficacia de las intervenciones utilizadas como tratamiento que mejoren eficazmente la adherencia de los pacientes diabéticos.
AUTOANÁLISIS DE LOS NIVELES DE GLUCOSA EN SANGRE
Los estudios de autoanálisis de glucosa en sangre (AGS) realizados por el propio paciente en el hogar proporcionan una información valiosísima acerca del estado metabólico actual que podía resultar en un aumento en el nivel de responsabilidad personal con la enfermedad, mejorando así la adherencia al tratamiento y permitiendo el mantenimiento de un buen control diabético. Los análisis de glucosa en sangre ofrecen numerosas ventajas en contraste con los análisis de glucosa en orina, siendo entre ellos el más importante el efecto de información inmediata – feedback- que el paciente recibe sobre su estado actual al determinar su nivel de glucosa en sangre. En la práctica, la mayoría de los profesionales de la medicina y la enfermería dedicados al tratamiento de la diabetes son decididos partidarios de los análisis de glucosa en sangre por estimar que el balance de ventajas e inconvenientes se decanta claramente del lado de aquellas. Por otra parte, la aceptabilidad y utilidad percibida de los controles de glucosa en sangre por los pacientes diabéticos parece buena. Las principales razones de esta valoración positiva son las siguientes: 1) Porque ayuda a controlar la diabetes 2) Porque proporciona más información que los controles de glucosa en orina. 3) Porque ayuda al médico en la dirección del tratamiento. 4) Porque ahorra visitas al médico. La relación entre AGS y mejora en los niveles de adherencia al tratamiento y de control metabólico diabético ha sido establecida a través de varios estudios controlados. III.3. ADHERENCIA AL TRATAMIENTO EN LA DIABETES TIPO II. En la diabetes Tipo II la dieta juega el papel central que en la tipo I tiene la insulina. Tal como establecen Kaplan y Atkins (1985) en su revisión sobre la diabetes tipo II, la dieta, el ejercicio y la reducción del estrés son los componentes esenciales del tratamiento de esta enfermedad. Dichos componentes son, a la vez, el núcleo central de los programas de control del peso conductualmente diseñados. Por ello, resulta natural que los métodos desarrollados en el tratamiento conductual de la obesidad ofrezcan la posibilidad de su generalización al tratamiento de la diabetes tipo II (Gil RoalesNieto,1990). Sabemos que la adherencia a los planes de dieta en los diabéticos tipo II resulta pobre (Stone,1961; West,1973); y la educación (en su sentido tradicional, esto es, como información) que habitualmente se proporciona a los pacientes, pretendiendo corregir esto mediante el énfasis sobre la importancia de seguir la dieta y el intento de “concienciar” al paciente sobre su propia responsabilidad en ello, ha sido encontrada inefectiva en la mayoría de los casos (p.ej.,Graber y cols.,1977). Existen razones para esperar que el desarrollo de métodos de intervención conductual superarán las limitaciones existentes y supongan una importante herramienta auxiliar en el tratamiento médico de la diabetes tipo II, en tanto en cuanto la adherencia a los diversos componentes del tratamiento no sólo se adquiera, sino también se mantenga a largo plazo. Probablemente la simple generalización a la diabetes tipo II de las intervenciones inicialmente desarrolladas en el tratamiento de la obesidad no sea suficiente para la consecución de procedimientos que logren: (Gil Roales-Nieto,1990) 1) Reducciones significativas y duraderas en el peso. 2) Conductas de adherencia al tratamiento firmes y generalizadas. 3) Cambios notables en las variables fisiológicas implicadas en la diabetes. Es probable que resulte necesario añadir algunas de las técnicas desarrolladas para la diabetes tipo I. Se necesitarían estudios que combinaran los anteriores aspectos y focalizaran el control motivacional de la ejecución de los pacientes sobre las consecuencias inmediatas y a largo plazo que resultan del control diabético; o bien estudios que añadan a los aspectos propios de los procedimientos para la diabetes tipo II, las técnicas desarrolladas con diabéticos tipo I, respecto a la discriminación de niveles de glucosa en sangre (Gil Roales-Nieto,1990).