Tres Avemarias
Tres Avemarias
Tres Avemarias
Hijo, que nada os puede negar. ¡Oh María, Madre de la divina sierva Santa Brígida, la "Madre
Os lo pido por ese poder ilimita- sabiduría! Dignaos alcanzarme de los pecadores arrepentidos"?
do que os comunicó el Padre el favor que solicito. Os lo pido Perdonadme, pues, mis pasadas
Celestial, ya que, para celebrar- por esa inefable sabiduría con ingratitudes; y teniendo sólo en
lo, os digo con Santa Matilde a que el Verbo, Hijo vuestro, ilus- cuenta vuestra misericordiosa
quien revelasteis la práctica sa- tró vuestra inteligencia, ya que, bondad y la gloria que de ello
ludable de las Tres Avemarías: para celebrarla, os digo con San resultará para Dios y para Vos
Dios te salve, María, etc. Antonio de Padua y San Leo- misma, obtenedme la gracia que
nardo de Puerto Mauricio, ce- os pido.
losísimos propagadores de las
Tres Avemarías: Dios te salve, ¡Oh Vos, a quien nadie ha im-
ORACIÓN SEGUNDA. plorado en vano! ¡Oh clementí-
María, etc.
sima, oh piadosa, oh dulce Vir-
gen María! Dignaos socorrerme.
Purísima Virgen, justamente Os lo pido por esa misericordio-
llamada Trono de la sabiduría, ORACIÓN TERCERA. sa bondad de que en favor nues-
porque en Vos moró la Sabidur- tro os ha llenado el Espíritu San-
ía increada, el Verbo de Dios, y to, ya que, para celebrarla, os
os comunicó toda la plenitud de ¡Oh tierna y verdadera Madre de digo con San Alfonso María de
su divina ciencia en la medida Misericordia, que en estos últi- Ligorio, incomparable Apóstol
que podía participarla a la más mos tiempos os habéis llamado de vuestra misericordia y doctor
perfecta de las criaturas. Vos sa- Vos misma "Madre la más mise- de las Tres Avemarías: Dios te
béis bien cuán grande es mi mi- ricordiosa"! A Vos acudo para salve, María, etc.
seria y la necesidad que tengo de que uséis conmigo de compa-
vuestro auxilio. sión y bondad, con tanta mayor Dígase por tres veces: María,
razón cuanto es mayor mi mise- Madre mía, preservadme de pe-
Me abandono del todo en vues- ria. cado mortal.
tras manos, confiando en que
vuestra divina Sabiduría lo or- No soy acreedor a la gracia que La siguiente oración puede re-
denará todo con fuerza y suavi- de Vos espero, ya que tantas ve- zarse al terminar la Novena de
dad a mayor gloria de Dios y ces os he contristado, ofendien- las Tres Avemarías
provecho de mi alma, y que, por do a vuestro divino Hijo; pero ORACIÓN FINAL
los medios más convenientes, estoy sinceramente arrepentido
acudiréis a socorrer mi necesi- de haber traspasado con mis pe- Acordaos, ¡oh clementísima
dad. cados el amante Corazón de Je- Virgen María!, que jamás se ha
sús y el vuestro. ¿No sois Vos, oído decir que ninguno de los
según lo revelasteis a vuestra que han acudido a vuestra pro-