Símbolos Nacionales
Símbolos Nacionales
Símbolos Nacionales
Centro de Investigación y
Conservación del Patrimonio Cultural
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
&2010 Primera edición
Digitación, corrección de pruebas e índice de nombres y lugares: Ana Patricia Pacheco Ureña
Concepto de cubierta: Ana Patricia Pacheco Ureña- Andrés Fernández Ramírez
Diagramación: Vanessa Castro Campos, Imprenta Nacional
Revisión filológica: Róger Umaña Chacón
Edición al cuidado de: Ana Patricia Pacheco Ureña
Nota: Los textos e imágenes incluidos en este libro se editan por única vez y solamente para impresión litográfica.
Advertencia:
De conformidad con la Ley Nº 6683 de Derechos de Autor y Derechos Conexos es prohibida la reproducción total o parcial,
incluyendo el fotocopiado. Todos los derechos reservados.
Hecho el depósito de ley
Impreso en Costa Rica
Printed in Costa Rica
929.9
C8375-c Costa Rica: sus Símbolos Nacionales / comp. Ana Patricia Pacheco
Ureña. -- San José, CR. : Ministerio de Cultura y Juventud.
Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio
Cultural : Imprenta Nacional, 2010.
242 p.: il. ; 21 x 27 cm.
ISBN: 978-9977-59-220-6
MCJ//ehc.2010
A los lectores
Estimado lector: cuando en 1944 el escritor costarricense Eulogio Porras Ramírez, bajo
el seudónimo de Aníbal Reni, publicó su libro “Recados criollos” escribió: “Al oído y en
voz baja, como recado que se envía, he de hacer la confidencia de estas prosas [poesías,
canciones, retahílas, agrego yo…].
Ellas son sencillas y humildes […] y, si aspiran a alguna cosa, es a ser
oídas con cariño en amor a la Patria. Como muy bien lo ha dicho José
C
onfidencialmente
Hernández: “cosas que todos conocen pero que nadie cantó”. Queden
pues, entre los recuerdos que, de repetidos, hacen conciencia nacional y
si al captarlos por los campos hubo alguna cosecha lírica, ella fue debido a que tan adentro
nacieron y vivieron, que cristalizaron cosa propia. Con mi fisonomía y con mi alma, hijos
legítimos son”.
Enrique Aquino
Contenido
Prefacio IX
Introducción XI
Fuentes XIX
Bibliografía XIX
I. Banderas y Pabellones
Introducción 1
Documentos Oficiales 3
Decreto Nº CLXVII del 29 de setiembre de 1848 que determina las características del
Pabellón Nacional 3
Ley Nº 18 del 27 de noviembre de 1906, adicionada y reformada por las Leyes Nº 96 y 60,
del 1º de agosto de 1929 y 13 de junio de 1934 3
Ley Nº 96 del 1º de agosto de 1929 que adiciona la Ley Nº 18 del 27 de noviembre de 1906 6
Ley N° 60 del 13 de junio de 1934 que modifica la Ley N° 18 del 27 de noviembre de 1906 7
Decreto N° 768 del 25 de octubre de 1949 que instituye el 12 de noviembre de cada año
como “Día del Pabellón Nacional” 8
Delitos contra los Poderes Públicos y el orden constitucional 9
Ceremonial del uso de la Bandera, establecido en el Capítulo 22 del Reglamento de servicio,
disciplina y ceremonial militar 10
Decreto Ejecutivo N° 23085-MOPT del 8 de abril de 1994 que reglamenta el uso de la
Bandera en placas y distintivos oficiales en vehículos estatales 11
Calendario de los días en que debe izarse el Pabellón Nacional 13
II. El Escudo
Introducción 15
Documentos Oficiales 16
Decreto N° CLXVII del 29 de setiembre de 1848 que en sus artículos 3º, 4º, 5º y 6º define
el Escudo de la República de Costa Rica 16
Ley N° 18 del 27 de noviembre de 1906 que modifica el Escudo de la República de Costa
Rica 17
Ley N° 3429 del 23 de octubre de 1964 que cambia el nombre del Escudo a Escudo Nacional 18
Decreto Ejecutivo N° 5948 del 19 de noviembre de 1976 (nueva reforma al artículo 12 de
la Ley N° 18 del 27 de noviembre de 1906) 20
I
Decreto Ejecutivo N° 26853-SP del 5 de mayo de 1998, modificación más reciente al
Escudo Nacional 21
Documentos Oficiales 25
Decreto Ejecutivo N° 551 del 15 de junio de 1949 que declara oficial la letra del Himno
Nacional 25
Decreto Ejecutivo N° 10471-E del 10 de setiembre de 1979 que declara oficial la música del
Himno Nacional 27
Normas de ceremonial público 28
Decreto Ejecutivo Nº 34616-MEP-C del 9 de julio del 2008, Reglamento para la ejecución
del Himno Nacional 31
Documentos Oficiales 38
Acuerdo N° 24 del 15 de junio de 1939 que designa a la Guaria Morada flor nacional 38
Decreto Ejecutivo N° 15761-MAG del 31 de octubre de 1984 que prohíbe el comercio de
orquídeas incluyendo la Guaria morada 39
V. El Guanacaste
Introducción 41
Documentos Oficiales 42
VI. El Yigüirro
Introducción 45
Documentos Oficiales 48
Ley N° 6031 del 16 de diciembre de 1976 que declara al Yigüirro ave nacional 48
II
VII. La Carreta
Introducción 49
Documentos Oficiales 51
Decreto Ejecutivo N° 18197-C del 18 de julio de 1988 que declara la Carreta símbolo nacional
del trabajo 51
Decreto Ejecutivo N° 18483-C del 14 de octubre de 1988 que declara el Día Nacional del
Boyero 52
Decreto Ejecutivo N° 26401-C del 27 de octubre de 1997 que declara de Interés Cultural la
Primera Entrada de Santos y Desfile de Boyeros 54
Documentos Oficiales 57
Decreto Ejecutivo Nº 7497 del 8 de junio de 1995 que declara al Venado cola blanca
símbolo de la fauna silvestre 57
Artículo 29 de la Ley de Conservación de la Vida Silvestre Nº 7317 del 30 de octubre de
1992 60
IX. La Marimba
Introducción 61
Documentos Oficiales 64
X. La Antorcha de la Independencia
Introducción 67
Documentos Oficiales 70
Decreto Ejecutivo Nº 32647-C del 21 de setiembre del 2005 que declara la Antorcha de la
Independencia como símbolo nacional 70
Directrices Generales para el recorrido de la Antorcha Centroamericana y la celebración
del mes de la Patria 72
III
…Tributos Literarios
a los símbolos nacionales
…De la Bandera
Credo cívico. Octavio Castro Saborío 77
¡Salud, noble bandera! Carlos Luis Sáenz Elizondo 78
¿Durante cuánto tiempo debe estar izado el Pabellón Nacional? Clotilde Obregón
Quesada 79
La bandera tricolor 11 de abril. Ignacio Barahona Z. 80
Banderita. Óscar Jara Azocar 81
El abanderado. Autor desconocido 81
Mi bandera. Manuel María Gutiérrez Flores 82
Banderita. Luis Ángel Ruiz Hernández 83
Bandera tica. Luis Fernando Rodríguez Zumbado 84
…Del Escudo
El escudo nacional en las estampillas de Costa Rica. Luis Fernando Díaz 85
Escudo de Armas y Escudo Nacional de Costa Rica. Sergio Alonso Valverde Alpízar 86
Decálogo del ciudadano costarricense. Enrique Aquino 92
Sobre mirtos, palmas y laureles. José A. Vargas Zamora-Jorge Gómez Laurito 94
Escudo. Autor desconocido 97
El escudo de Costa Rica. Porfirio Brenes Castro 97
Nuestro escudo. Evelia Fuentes Rivera 98
IV
…Del Guanacaste
El árbol de guanacaste. J. A. Briceño S. 118
Un guanacaste de verdad. Heriberto Valverde Castro 118
El árbol de guanacaste. José A. Vargas Zamora-Jorge Gómez Laurito 119
El árbol del guanacaste. A.M. Ortiz 120
El guanacaste. G. P. Medina 120
Árbol de guanacaste. Juan Carlos Rojas Ramírez 121
Árbol Territorio. Carlos Cruz Porras 121
…Del Yigüirro
El yigüirro. Carlos Luis Sáenz Elizondo 122
Serenata en mi ventana. Ufrán García 123
Cantando a la lluvia. Luis Esteban Vargas Castro 124
Yigüirros de los campos. J. J. Salas Pérez 125
Romance de pajarillos. Emma Gamboa Alvarado 126
Esperanza. Rodolfo Dada Fumero 130
El yigüirro. Juan Carlos Rojas Ramírez 130
El yigüirro. Hugo Acuña 131
El yigüirro. Clara Amelia Acuña Sánchez 132
…De La Carreta
Carretas de Costa Rica. Wallace B. Alig 133
Un paseo en carreta. Autor desconocido 135
Carretas decoradas. Nivio López Pellón 136
País hecho en carreta. Víctor Hugo Murillo Solano 139
Montados en la carreta. Mario Esquivel Fournier 140
De bueyes, boyeros y carretas. Andrés Fernández Ramírez 141
Fiesta de Escazú, fiesta tica. Luis Fernando Sibaja Chacón 142
El romance de las carretas. Julián Marchena Valle Riestra 145
Van pasando las carretas. José Fabio Garnier Ugalde 147
Carreta criolla. Ernesto Alfaro Cascante 151
Carretica cantadora. Freddy Calvo Chaves 153
Queja boyera. Luis Ángel Ruiz Hernández - Heliodoro Brenes Alpízar 154
…De La Marimba
La marimba. Recado vigésimo. Eulogio Porras Ramírez 160
Marimba. Carlos Luis Sáenz Elizondo 161
La marimba. Carlos Arauz Ramos 163
V
El poema de la marimba. Rogelio Sotela Bonilla 164
Morena linda. Adán Guevara-Saturnino Cubillo 167
Marimba de mi tierra. Ronald Alfaro Calvo 168
Marimba. Freddy Calvo Chaves 168
Marimba. Carlos Cruz Porras 171
Marimbita y maicerita. Autor desconocido 172
Apéndice
Ilustraciones 194
VI
Lámina #1
Autor desconocido.
Alegoría del Escudo
de Armas y Pabellón
Nacional.
Dibujo impreso. 1851.
Del libro: Bosquejo de la
República de Costa Rica
seguido de apuntamientos
para su historia con
varios mapas, vistas y
retrato (Felipe Molina),
p. 25.
Prefacio
Los Símbolos Nacionales de Costa Rica, de la historiadora Ana Patricia Pacheco Ureña
fue publicado en el 2004 por iniciativa del Centro de Patrimonio Cultural del Ministerio
de Cultura. Se trató entonces de una extensa y meticulosa compilación de documentos
acompañada de numerosas ilustraciones y fotografías, que por su extensión debió ser
editada en dos tomos. Esta circunstancia, además de fraccionar la conveniente unidad
del libro, representó entonces una dificultad en términos de costos y en la cantidad de
ejemplares por imprimir, lo que afectó su distribución y por ende su divulgación.
En esta ocasión, a partir de los textos originales, Pacheco Ureña realizó una
estricta selección, conservando únicamente aquellos primordiales, a los que agregó los
concernientes a la Antorcha de la Independencia, no declarada aún como símbolo nacional
en el 2004.
Aquellos que han sido designados como símbolos nacionales o símbolos patrios
poseen grandes diferencias en cuanto a las razones, motivaciones y marco jurídico que les
dieron origen. Pero el rasgo más característico y trascendente es el carácter emblemático
y el valor que adquieren para la ciudadanía. El significado que a partir de su declaratoria
llevan impreso es lo que los hace relevantes. Algunos de estos símbolos son fundamentales
y definitorios de la nación costarricense: la bandera, escudo e himno nos otorgan
una identidad propia en el concierto de las naciones y devienen en las más sagradas
representaciones de nuestro país.
Otros caracterizan elementos propios de nuestra naturaleza y biodiversidad, tal es
el caso de la guaria morada, el yigüirro y el árbol de guanacaste o el venado cola blanca,
símbolo de la fauna silvestre de Costa Rica. Con su denominación, estos representantes
de la flora y fauna costarricense pasaron de seres vivos comunes para convertirse en
especiales; adquirieron, de esta manera, una especie de condición sacra en la percepción
de la colectividad.
Incluidos en este selecto repertorio, se hallan también expresiones materiales de
la cultura que, como la carreta costarricense, constituyen no solo una expresión artística
popular en cuanto a su policroma decoración, sino también un símbolo del trabajo y el
medio que, históricamente, hizo posible el surgir de nuestras ciudades y sus infraestructuras.
Cabe destacar que a partir del 25 de noviembre de 2005, fue declarada –junto a la tradición
del boyeo– como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad por la
Unesco. Esta nominación le dio carácter universal a un bien cultural local y revalidó su
vigencia, junto a las prácticas de la tradición que le son propias.
Otro bien cultural que representa una difundida expresión artística en el ámbito
musical y que no podía faltar en la designación de símbolos nacionales, es la marimba;
sonoro instrumento mesoamericano, que en el caso de Costa Rica se extendió en su uso a
todo el territorio nacional.
Finalmente, como el más reciente ingresado a la galería de símbolos nacionales
está la Antorcha de la Independencia, elemento que además posee una relevancia allende
las fronteras nacionales, pues en el mes de setiembre de cada año hermana a las naciones
centroamericanas en su largo recorrido, de mano en mano, desde Guatemala hasta Costa Rica.
IX
Ana Patricia Pacheco Ureña
Al igual que con sobrada razón puede calificarse a la primera versión del
trabajo efectuado por Ana Patricia Pacheco, el presente volumen constituye el mejor
compendio realizado sobre los símbolos nacionales que conocemos. Es, además, de
“…extraordinaria utilidad para docentes y estudiantes...y una fuente de particular
valor para los investigadores preocupados por profundizar en el examen de la
formación de la cultura nacional” como bien lo consigna el historiador Iván Molina
Jiménez en la presentación de la obra que antecede a ésta. Podemos agregar también
que será de gran beneficio en nuestras representaciones diplomáticas en el extranjero,
ayunas a veces de documentación y conocimiento sobre los valores patrios. Así por
ejemplo, el libro incluye el protocolo necesario para el debido uso de nuestra bandera
y pabellón.
Es de reconocer que Ana Patricia no se limitó a la exhaustiva y cuidadosa búsqueda
de documentos e ilustraciones en las más diversas fuentes, sino que incluyó un índice de
nombres y lugares en la obra, lo cual resulta de gran utilidad en su uso y consulta.
El contenido del libro que incluye los diez símbolos nacionales declarados hasta
hoy, está sintetizado en la siguiente frase de su compiladora: “...esta es una obra que
recopila, valora y defiende las creaciones sobre los símbolos nacionales”. Sin duda, es un
propósito loable y denota una cualidad de gran patriotismo.
En sus páginas desfilan los textos de reconocidos escritores, poetas y músicos
costarricenses, tales como Octavio Castro, Carlos Luis Sáenz, Porfirio Brenes, Lisímaco
Chavarría, José Daniel Zúñiga, José Joaquín Salas Pérez, Julián Marchena, Manuel María
Gutiérrez, José María Zeledón, Eulogio Porras (Aníbal Reni), Miguel Salguero, Rodolfo
Dada, entre otros.
Y es ahora, también en estricto orden cronológico, que están reunidos para cada
uno de los diez símbolos documentos oficiales (decretos, leyes, acuerdos) y textos de
índole literaria: cuentos, poesías, leyendas, canciones, algunos de ellos inéditos pues fueron
proporcionados directamente por sus autores.
Para el Centro de Patrimonio Cultural reviste especial importancia e interés
esta publicación, entre otras razones porque la formulación de los respectivos decretos
que declaran tanto a la carreta símbolo nacional del trabajo (1988) como a la marimba
instrumento musical nacional (1996), tuvieron su origen en dicha instancia ministerial. De
esta manera, el Ministerio de Cultura y Juventud ha contribuido a la construcción de una
conciencia social nacional y a la reafirmación de los valores patrios, que no otro es el papel
de estos símbolos.
X
Introducción
Un símbolo nacional es una imagen, figura o divisa con la cual materialmente o de palabra,
se presenta un concepto moral o intelectual, por alguna semejanza o correspondencia que
el entendimiento percibe entre este concepto y aquella imagen. Es el medio que sirve
para representar el concepto de nación, entendida como el conjunto de personas de un
mismo origen, que viven en un mismo territorio, generalmente hablan el mismo idioma y
poseen tradiciones en común. A este concepto expresado por Chester Zelaya, se agrega que
los símbolos nacionales son los elementos que los países han concebido para efectos de
identificarse y diferenciarse de los otros países.1 Sumados a esta definición, el propósito y
la preparación de este libro se fundamentan en dar continuidad al rescate de los emblemas
nacionales, en concienciar a los costarricenses para que muestren y desarrollen una mayor
sensibilidad hacia esos valores que les son propios, no sólo como una herencia de sus
ascendientes, sino porque cada costarricense debe transformarse en su custodio, como
un ejemplo para las nuevas generaciones. Bien nos lo recuerda la historiadora Obregón
Quesada, los símbolos nacionales son parte integral del respeto que todos debemos tener
hacia el resto de los costarricenses y hacia la Nación y el Estado.2
Por lo tanto, esta es una obra que recopila, recuerda, valora y defiende las creaciones
sobre los símbolos nacionales, entendidas como documentos oficiales y literarios, que
como tantas otras coadyuvaron en la construcción de nuestra identidad nacional.
**
1 Chester Zelaya, Los símbolos nacionales de Costa Rica (San José : Euned, 1989), p. 2.
2 Clotilde Obregón Quesada, Símbolos patrios (San José, CR : Editorial de la Universidad de Costa Rica : Ministerio de
Seguridad Pública, 1998), p. 6.
3 José Antonio Fernández, El Proceso de Independencia y la República Federal (1821-1842). En: Historia del Istmo
Centroamericano Tomo II (San José, CR : Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana (CECC) 2000), pp. 280-
281.
XI
Ana Patricia Pacheco Ureña
y a los pueblos que lo integraban para que comprendieran el sentido de pertenencia a esa
nueva identidad política. Organizar el concepto histórico-territorial y trasladarlo al criterio
de identidad nacional: éste era el desafío de su creación; pero antes había que enfrentar a las
élites locales que se sumergían en el desorden político social, resultado del vacío de poder
posterior al derrumbe colonial.
En esta propuesta de proyecto nacional se utilizaron algunos elementos
políticos heredados del republicanismo francés, al crearse una religión republicana, una
fiesta nacional, su bandera y su escudo, pero principalmente enfatizando en las ideas de
soberanía del pueblo, igualdad ciudadana, libertad de imprenta, seguridad individual y de la
propiedad e independencia patria. Sin embargo, el fallido proceso de centralización a nivel
centroamericano en que la nación estaba constituida por el pueblo, según la Constitución
Federal de 1824, terminó refiriéndose a los pueblos, que relacionados con la construcción
de la identidad nacional, terminaron acaparando su representatividad; el estatuto colectivo
no tuvo lugar en el proyecto nacional. Las ideas localistas se alejaban cada vez más de las
élites de los Estados federales y se acercaban rápidamente a la dimensión de su particular
espacio territorial; de manera que los conceptos de soberanía y pueblo se identificaban
estrechamente con los Estados.
La República Federal Centroamericana contribuyó al asentamiento y formación
de los Estados, los que paulatinamente empezaron a prescindir del proyecto nacional
centroamericano. Aunque les halagaba el triunfo de una soberanía propia, sin duda eran
conscientes de la dificultad para que su producto institucional resultara una victoria,
políticamente los angustiaba. Ciertamente en la búsqueda de la estabilidad de sus vecinos
se fundamentaba garantizar su propio proceso de centralización; la hegemonía de los
pueblos lograba poner en marcha el proceso estatal nacional sin depender de nadie. A partir
de 1847 y hasta 1865, estado, república y nación comenzaron a caracterizar los territorios
centroamericanos, y poco a poco se transformaron en la carta de presentación tanto a escala
interna como externa.
En 1848 siguiendo los pasos de su vecina nación Guatemala, el presidente José
María Castro Madriz toma la decisión de declarar a Costa Rica como República, con lo
que se inicia la consolidación de un proceso propio de afirmación de lo nacional; la élite
costarricense empezaba a instaurar el proyecto estructurador de un nacionalismo. Con esta
declaración y la consolidación del Poder Ejecutivo hacia la década de 1850, será evidente
la afirmación del país como un Estado organizado que busca consolidar su legitimidad.4
A partir de entonces la invención de figuras como la bandera y el escudo fueron
los transmisores de los símbolos del Estado y la república costarricense, convirtiéndose en
los elementos de referencia, identificación y unidad, así como de los individuos que vivían
bajo el sistema político recién establecido. Muy claramente se expresa en la propuesta
del diputado Nazario Toledo para establecer la nueva bandera, escudo y tipo de moneda,
emitida el 21 de setiembre de 1848, al referir que:
“...esta es una medida de aquellas que emanan como una consecuencia necesaria del
Decreto del 30 de Agosto que erigió á Costa Rica en República. Es muy debido que por
los medios y signos que se hacen conocer y distinguir todos los pueblos del Mundo nos
hagamos conocer y distinguir nosotros con el título de que nos hemos investido”.5
4 David Gustavo Díaz Arias, La fiesta de la independencia en Costa Rica 1821-1921 (Tesis de Maestría en Historia, Sistema
de estudios de Posgrado : Universidad de Costa Rica, 2001), p. 285.
5 Archivo Nacional de Costa Rica, “Propuesta del diputado Toledo sobre decreto del pabellón, el escudo de armas y la
bandera” (San José : Serie Congreso, Signatura 1286), ff. 3-4.
XII
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
ideológicos que junto con los cotidianos, artísticos, filosóficos o literarios, configuran el
ambiente ideológico y forman parte de la conciencia social de la comunidad.6
En la continuidad del siglo XIX, el simbolismo nacional continuó acrecentándose
con la invención de otras figuras, que también identificaban a la nación costarricense: se
creó el himno nacional, el que después de la renovación de su letra en 1903 y ejecutado
en las voces de los niños, pasaría a formar parte integrante de las ceremonias públicas y se
convertiría en otra de las tradiciones emblemáticas de la comunidad política.7
Los países centroamericanos ya contaban con un himno desde mediados del
siglo XIX, pero no es sino hasta que estos se relacionan con la invención de ceremonias
públicas oficiales que adquieren su verdadero carácter de himno nacional. En Costa Rica
esa temprana posibilidad de un himno no existía. Aunque ya se había dado su declaratoria
como República, no es sino en 1852 que por cuestiones de índole internacional hubo la
premura de contar con un canto patriótico nacional. La pronta resolución de construir
un canal interoceánico a través de Nicaragua (siendo Estados Unidos y Gran Bretaña los
países más interesados en dicho proyecto) y la necesidad de presentar una proposición
sobre límites entre Costa Rica y Nicaragua, fue el marco en el cual Mr. Charles L. Wyke,
Cónsul General Británico, y Mr. Robert Wash, Agente Especial estadounidense, visitaron al
presidente de Costa Rica Juan Rafael Mora Porras. La ceremonia para esta visita implicaba
la existencia de un canto patriótico que nos representara. Rápidamente el presidente Mora
encargó a Manuel María Gutiérrez, director de la Banda Militar componer la música del
Himno Nacional, aunque su letra fue creada hasta 1903. Según lo explica María Clara
Vargas, los himnos se convirtieron en una herramienta importante para la formación de
la conciencia nacional, porque hicieron posible que un grupo de individuos desconocidos
entre sí entonaran al unísono una canción en la que su texto exalta la nación y sintieran
con ello parte de la comunidad imaginada. De acuerdo con Eric Hobsbawm (señalado por
Vargas), el proceso
XIII
Ana Patricia Pacheco Ureña
9 Iradia Vargas Arenas y Mario Sanoja Obediente, Historia, Identidad y Poder (Venezuela, Caracas : Fondo Editorial
Tropykos, 1993), p. 151.
10 Ibidem., pp. 152-154.
11 Díaz Arias, Ibidem., pp. 168-169.
XIV
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
“...la escuela es donde debe predicarse el respeto de la vida de los animales útiles. El
adulto llegará a comprender cuán benefactoras son casi todas las aves; el niño no tiene el
espíritu utilitario. Conferencias y artículos pondrán a aquél en aptitud de conocer cuáles
son las aves útiles y cuáles las nocivas para la agricultura: con éste hay que hacer vibrar
la cuerda del sentimiento. Acerquémonos con el niño á estas cosas aladas;...Hablemos en
su presencia de los goces de la libertad, de las angustias, de la esclavitud,...”.12
“...al establecer un sistema de signos, ritos y emblemas, este elemento simbólico permite
la creación de una identidad relacionada con los valores, las acciones o los elementos
que representan. El buen ciudadano podrá leer el significado atribuido a los símbolos
cívicos cada vez que el símbolo o el rito se reproduzcan. Son el reconocimiento y la
identificación que hacen los ciudadanos los que permiten la reproducción y legitimación
del poder. Decididamente se trata de lo simbólico, si se admite que el emblema se hace
símbolo cuando adopta una carga de significados múltiples, situado en distintos grados de
conciencia y hasta de inconsciencia”.13
“...es quizás la Ciudad más alegre de América. En ella se baila casi todos los días y a
propósito de cualquier cosa, a los acordes de una orquesta local compuesta de una flauta,
una guitarra y de la marimba, cuyas teclas de acero golpeadas con un martillo de caucho
resuenan con un ruido metálico de los más irresistibles. Este piano indio bastante portátil
para poder acompañar al músico a todas partes, es en verdad el mueble que más se usa en
el distrito...”.15
XV
Ana Patricia Pacheco Ureña
la fiesta de índole cotidiana formando parte de la cultura popular; por lo que también es
importante para la imagen de la comunidad nacional.
Un último símbolo, creado recientemente mediante el Decreto Ejecutivo
Nº 32647-C del 21 de setiembre del 2005, determina que la antorcha de la independencia
debe ser considerada símbolo nacional. Para tal declaratoria se argumentó y privó el
criterio que de acuerdo con su proponente, Alfredo Cruz Bolaños, la misma
**
16 Costa Rica, Archivo de la Asamblea Legislativa de Costa Rica, Expediente Nº 15360, “Declaración de la antorcha de la
independencia como símbolo patrio”, 10 de octubre, 2006, ff. 39-40.
XVI
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
independentista; una breve historia sobre cada uno de los símbolos excepto el venado cola
blanca, la carreta y la marimba, ya que a esa fecha aún no se habían declarado como tales.
Añade además algunas poesías que incluyen al héroe nacional Juan Santamaría. Por otra
parte, a las ilustraciones les agrega otras iguales para que los niños las coloreen.
En 1997 el filólogo Carlos Luis Altamirano presenta el libro “Los símbolos
nacionales de Costa Rica”. Para fines de esta década los símbolos actuales ya se habían
decretado oficialmente. Esta es una obra más analítica, el autor ofrece una explicación
sobre la historia, el significado simbólico, origen, utilidad, definición oficial de cada uno de
los símbolos. En el apéndice añade dos artículos, el primero sobre la canción “La Patriótica
Costarricense” y el otro referido a “Obligación de salvar lo nuestro”.
La historiadora Clotilde Obregón Quesada preocupada por la crisis de valores,
de pérdida de respeto al ser humano y de los valores éticos y patrios, ha elaborado dos
importantes obras. Una de ellas se intitula: “Símbolos Patrios”, libro sencillo referido
específicamente a la Bandera, el Escudo y el Pabellón Nacional. Con un resumen histórico
que se inicia en el proceso final de la Independencia hasta la declaratoria de Costa Rica como
República en 1848, esta autora hace un análisis de dichos símbolos que se refiere a cuándo y
cómo se pueden utilizar éstos y quién es su guardián. Su otro libro, una reedición intitulada
“Una historia de valor” enfatiza en las celebraciones patrias, ordenadas cronológicamente:
desde el encuentro de culturas en 1492 hasta el Tratado de delimitación marítima con
Colombia o Tratado Gutiérrez-Lloreda de 1984. En el apartado La proclamación de la
República, 31 de agosto de 1848, se acompaña con los Símbolos Patrios que incluye la
última modificación hecha al Escudo Nacional. También se ha incluido el Himno Nacional,
sobre el que se hace una historia de las diferentes letras anteriores a la actual y también el
uso de la Bandera y el Pabellón Nacional.
En su artículo “Los himnos nacionales centroamericanos como apoyo al proceso
de formación de nación” (1998-1999), María Clara Vargas trata de responder a la pregunta
de por qué los himnos nacionales resultan una composición tan tardía, si constituyen
uno de los componentes más importantes de la simbología nacional. Lo anterior, si se
considera que los mismos aparecieron bastante tiempo después de creadas las repúblicas
centroamericanas; por lo tanto, en este análisis la autora efectúa una revisión de la aparición
de los himnos y de la época en que se inicia su utilización sistemática.
A la luz de estas consideraciones en el balance de estas obras, es evidente que en
su totalidad, los estudiosos han encauzado sus investigaciones hacia el origen y evolución
de los símbolos nacionales -a excepción de María Clara Vargas-.
De fecha reciente (2003), dos autores de Centroamérica, Alma Nubia Briceño
de Zúñiga y Hernán Zúñiga Reyes, editaron la obra “Símbolos Patrios Centroamericanos,
Historia y Decretos”. En su estudio de los símbolos patrios pudieron constatar la existencia
de algunos errores en colores, formas y diseños de éstos; por lo que el propósito de su
investigación se orientó a un análisis de la evolución histórica que fue modificando los
emblemas propios de las naciones centroamericanas. Este documento tiene la finalidad de
ser útil a educadores, instituciones de apoyo educativo, embajadas, consulados y público
en general.
Casi inmediatamente (2004), el compilador Mauricio Penago Villegas ofrece una
obra que trata de la divulgación del folklore costarricense, principalmente en los capítulos
tercero a sétimo que componen el documento; ya que los dos primeros se dedican a los
símbolos nacionales. No obstante, aún cuando de fecha anterior, Chester Zelaya Goodman
había realizado un nuevo planteamiento sobre la versión histórica correcta de la evolución
del escudo y la bandera, el autor Penago, no la contempla y retoma la complicación
innecesaria y errónea de enumerar diez banderas e igual número de escudos.
**
XVII
Ana Patricia Pacheco Ureña
**
Este libro está estructurado en dos partes, una se refiere a cada símbolo en
particular el cual es precedido de una breve introducción a la que sigue con especial énfasis
en orden estrictamente cronológico los documentos clasificados como oficiales (decretos,
leyes, acuerdos); la segunda parte recopila algunos documentos literarios (prosas, versos,
canciones y retahílas). La disposición cronológica de éstos últimos se ha considerado según
la fecha en que fueron escritos o publicados, a excepción de algunos en que se desconoce
con exactitud cuando fueron escritos por sus autores, entonces se utilizó la fecha en que
fueron publicados.
**
Pienso lo mismo que hace seis años cuando elaboré mi primer libro...sólo que
esta vez lo anotaré en otro orden.
Mi amor para Dios Señor Nuestro, mis padres y mi hermano, por su cariño y apoyo
incondicionales. Llenan mi corazón.
XVIII
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Fuentes
Archivo Nacional de Costa Rica. “Propuesta del diputado Toledo sobre decreto del pabellón,
el escudo de armas y la bandera”. San José : Serie Congreso. Signatura 1286.
Costa Rica. Colección de leyes y decretos. Tomo III. Segundo Semestre. 1996.
“Protección de las aves”. Páginas Ilustradas 2(63): 1005, oct. 1905.
Vargas, María Clara. “Los himnos nacionales centroamericanos como apoyo al proceso de
formación de nación”. Herencia 2-3(10-11): 88, 1998-1999.
Bibliografía
Díaz Arias, David Gustavo. La fiesta de la independencia en Costa Rica 1821-1921. Tesis
de Maestría en Historia, Sistema de Estudios de Posgrado : Universidad de Costa
Rica, 2001.
Fernández, José Antonio. El Proceso de Independencia y la República Federal (1821-1842).
En: Historia del Istmo Centroamericano. Tomo II. San José, CR : Coordinación
Educativa y Cultural Centroamericana (Cecc), 2000.
Fernández Guardia, Ricardo. Costa Rica en el siglo XIX. Antología de Viajeros. San José,
CR : Editorial Universitaria Centroamericana (Educa), 1972.
Obregón Quesada, Clotilde. Símbolos patrios. San José, CR : Editorial de la Universidad
de Costa Rica : Ministerio de Seguridad Pública, 1998.
Vargas Arenas, Iradia y Sanoja Obediente, Mario. Historia, Identidad y Poder. Venezuela,
Caracas : Fondo Editorial Tropykos, 1993.
Zelaya, Chester. Los símbolos nacionales de Costa Rica. San José : Euned, 1989.
XIX
I. Banderas y Pabellones
Introducción
17 Carlos Meléndez Chaverri et. al., Homenaje a la Patria. Boletín 5(1): 7 (San José, CR : Museo Nacional de Costa
Rica : Ministerio de Educación Pública, 1954).
18 Ibidem., p. 9.
19 “Día del Pabellón Nacional” La Gaceta: diario oficial (San José, CR), 28 de octubre, 1949. (242), p. 2.
20 Chester Zelaya Goodman, Los símbolos nacionales de Costa Rica (San José : Editorial Euned, 1989), p. 7.
1
Ana Patricia Pacheco Ureña
21 Ibidem., p. 7.
22 Vladimir De La Cruz De Lemos y Ana María Botey Sobrado, Historia General de Costa Rica. Vol. III (San
José : Euroamericana de Ediciones, 1987), p. 518.
23 Ibidem., p. 519.
2
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Lámina #3
Documentos Oficiales Pablo Baixench Torrens.
Pacífica Fernández.
Fotograbado. Sin fecha.
De la revista: Athenea
1: 365, set. 1918.
Decreto Nº CLXVII del 29 de setiembre de 1848 que determina las
características del Pabellón Nacional
Artículo 1º. El Pabellón Nacional de la República será tricolor, con cinco franjas
colocadas horizontalmente, en esta forma: una franja roja ocupará el centro, que será
comprendida entre dos blancas, a cada una de las cuales seguirá una azul. El ancho de cada
una será la sexta parte del que se dé a toda la bandera y dos sextas al que corresponde a la
franja roja, en cuyo centro deberá estar bordado sobre fondo blanco el escudo de armas de
la República.
Pabellón Nacional
Poder Legislativo
N° 18
3
Ana Patricia Pacheco Ureña
4
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
5
Ana Patricia Pacheco Ureña
Al Poder Ejecutivo
Dado en el Salón de Sesiones del Congreso. Palacio Nacional, San José, á los
veintisiete días del mes de Noviembre de mil novecientos seis. Federico Tinoco, Presidente.
B. Casorla, Primer Secretario. - F. Mayorga R., Segundo Secretario. - San José, veintisiete
de Noviembre de mil novecientos seis. - Ejecútese. - Cleto González Víquez. El Secretario
de Estado en el Departamento de Guerra y Marina, Vidal Quirós.
Lámina #5
Esther Hernández-
Ana María Granados.
Bandera de la
República de Costa
Rica vigente del 29
de setiembre de 1848
a la actualidad.
Dibujo impreso. 1998.
Del libro: Símbolos
Patrios (Clotilde Obregón
Quesada), pp. 11 y 21-23.
N° 96
Decreta:
6
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Dado en el Salón de Sesiones del Congreso. - Palacio Nacional. - San José, a los
veintidós días del mes de julio de mil novecientos veintinueve.
Ejecútese
Cleto González Víquez
El Secretario de Estado en el
Despacho de Hacienda
Juan Rafael Arias
N° 60
Decreta:
7
Ana Patricia Pacheco Ureña
elipse blanca de treinta centímetros en su eje mayor por veinte en el menor, cuyo centro
quedará a sesenta centímetros del extremo del pabellón sujeto al asta.
Artículo 7º –La bandera de los barcos de guerra y de los buques fiscales será en un
todo igual a la que prescribe el artículo cuarto.
Artículo 8º –La de los botes de las Capitanías de Puerto tendrá un metro de largo
por sesenta centímetros de ancho. La elipse blanca será de quince centímetros en su eje
mayor por diez en el menor y su centro debe quedar a treinta y cinco centímetros del
extremo de la bandera sujeta al asta.
Dado en el Salón de Sesiones del Congreso. – Palacio Nacional – San José, a los
doce días del mes de junio de mil novecientos treinta y cuatro.
Arturo Volio
Presidente
Luis D. Tinoco H. A. Baltodano B.
Primer Secretario Segundo Secretario
Casa Presidencial. – San José, a los trece días del mes de junio de mil novecientos
treinta y cuatro.
Ejecútese
Ricardo Jiménez
Decreto N° 768
Considerando:
1º. Que por Decreto N° 147 del 29 de setiembre de 1848, el General Presidente de la
República de Costa Rica, doctor don José María Castro Madriz, estatuyó las características
del Pabellón Nacional, en los siguientes términos:
“Artículo 1º. - El Pabellón Nacional de la República será tricolor por medio de
cinco franjas colocadas horizontalmente, en esta forma: una franja roja ocupará el centro
8
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
que será comprendido entre dos blancas, a cada una de las cuales seguirá
una azul. El ancho de cada una de estas franjas laterales será la sexta
parte del que se dé a toda la bandera, y dos sextas el que corresponde a
la faja roja, en cuyo centro deberá estar bordado sobre fondo blanco el
escudo de armas de la República”.
Artículo 2º. - Que el Pabellón Nacional se izó, solemnemente,
por primera vez el 12 de noviembre de 1848 en la Plaza Mayor de San
José (actual Parque Central).
Artículo 3º. - Que es deber del Estado y de la Nación rendir
y educar a la ciudadanía en el culto de los Símbolos Nacionales en
cuanto ellos representan, en el espacio y el tiempo, la herencia racial y
la tradición cultural del pueblo de Costa Rica, y nuestra soberanía donde
quiera que se encuentre representándolo de acuerdo con los tratados
internacionales.
Artículo 4º. - Que el 12 de noviembre se erigirá un monumento
destinado a perpetuar la memoria del Fundador de la República y
Benemérito de la Patria, doctor don José María Castro Madriz.
Por tanto,
Decreta:
Artículo 1º. - Institúyese el 12 de noviembre de cada año “Día del Pabellón Lámina #6
Nacional”. Autor desconocido.
Pabellón y Escudo
Artículo 2º. - Los centros educacionales y oficinas públicas rendirán honores de Costa Rica.
especiales al Pabellón Nacional el día fijado. Dibujo impreso. 1851.
Artículo 3º. - El Ministerio de Educación Pública impartirá las instrucciones Del documento: Álbum
pertinentes para dar solemnidad a la fiesta del Pabellón Nacional. de Figueroa (José María
Figueroa Oreamuno).
Dado en el Salón de Sesiones de la Junta Fundadora de la Segunda República. Colección Archivo
San José, a los veinticinco días del mes de octubre de mil novecientos cuarenta y nueve. J. Nacional de Costa Rica.
Figueres, F. Valverde, Gonzalo Facio, F. J. Orlich, U. Gámez Solano, R. Blanco Cervantes,
Rev. Benjamín Núñez V., Bruce Masís D. Por el Secretario General de la Junta, Alberto F.
Cañas”.
TÍTULO XII
Sección I
Artículo 298. - Se impondrá prisión de un mes a dos años y con treinta a noventa días
multa al que menospreciare o vilipendiare públicamente la bandera, el escudo o el himno
de la Nación.
9
Ana Patricia Pacheco Ureña
a. Cuando la bandera no está flotando en su asta, debe ser extendida completamente, ya sea
fuera o dentro de un edificio.
b. Cuando está desplegada en medio de una calle, se cuelga verticalmente y a una altura que
no interfiera con el tráfico.
c. Para indicar duelo cuando está desplegada en un asta fija, se coloca a media asta.
d. Cuando se usa para cubrir un ataúd, éste debe ser llevado con los pies hacia delante; y
la bandera con las franjas hacia delante; no debe dejarse que la bandera entre en la fosa ni
que toque el suelo.
g. En un desfile con otras banderas en línea, la bandera nacional se colocará en frente del
centro de la línea.
i. Para indicar duelo, cuando está en una pequeña asta, como en el caso del desfile, se
prenden dos cintas negras de un tamaño proporcionado a la bandera, en la punta del asta,
de tal manera que cuelguen libremente.
j. La bandera nunca debe usarse, en ninguna forma, como colgadura. En vez, se usará
estameña roja, blanca y azul.
k. Cuando la bandera nacional y las de otras naciones, flotan en astas contiguas, la nacional
debe estar al extremo derecho de la línea o al lado izquierdo del que mira. Cuando la
bandera flota junto a la de otras naciones, si es posible, todas las astas deben ser del mismo
largo y las banderas de igual tamaño. La costumbre internacional prohíbe en tiempos de
paz que la bandera de un nación sobresalga de las otras. Cuando la bandera nacional es una
de las que flotan en astas contiguas, debe ser la primera en izarse y la última en quitarse.
l. Cuando la bandera nacional flota en la driza (cordón) junto con otras de provincias,
ciudades o sociedades, será la que esté más alta.
ll. Cuando está cruzada con otra bandera en una pared, la bandera nacional se coloca a la
izquierda de la persona que mira, y su asta cruzará sobre la de la otra.
10
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
p. Nunca se deben desplegar banderas sucias, rotas o muy destruidas. Para destruirlas se
deben quemar en privado.
q. La bandera nunca debe usarse como traje; no debe llevarse en un automóvil a menos que
esté en su asta; no debe usarse para servir de anuncio, ni debe tener inscripciones.
r. La bandera nacional nunca se inclina al saludar, ni tampoco se permite que toque el suelo.
Lámina #7
Jean Mercier.
Bandera de
Costa Rica.
Fotografía. Sin fecha.
Colección Jean Mercier.
N° 23085-Mopt
El Presidente de la República
Ministros de la Presidencia
y los
y de Obras Públicas y Transportes
11
Ana Patricia Pacheco Ureña
Considerando:
Decretan:
El siguiente,
12
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
pena de destitución, sin responsabilidad para el Estado, del funcionario que las otorgue o
permita.
Artículo 5º—El presente decreto ejecutivo deroga el decreto ejecutivo Nº 3820-P del
24 de mayo de mil novecientos setenta y cuatro y cualquier otra disposición de su género
que se le oponga.
Artículo 6º—Rige a partir de su publicación.
Dado en la Presidencia de la República. —San José, a los veintitrés días del mes de marzo
de mil novecientos noventa y cuatro.
R. A. Calderón F. -Los Ministros de la Presidencia, Rolando Laclé Castro y de
Obras Públicas y Transportes, Mariano Guardia Cañas. -C-5400. -(11525).
13
Ana Patricia Pacheco Ureña
Lámina #8
Junta de Protección Social
de San José.
186 años de vida
independiente.
Billete de la Lotería
Nacional de Costa Rica.
16 de setiembre 2007.
Colección privada.
14
2. El Escudo
Introducción
El origen del escudo está en estrecha relación con el de la bandera, ya que en la misma
reunión que sostuvieron el Dr. Castro Madriz, su esposa Pacífica Fernández Oreamuno
y sus amigos, surgió la idea de crear la insignia que debía ostentar nuestra bandera. Es
importante aclarar que primero fue ideado el Pabellón Nacional, a lo que después le siguió
el diseño del escudo. 24
Hasta 1989 erróneamente se había tenido como primer escudo una insignia consistente
en una estrella roja orlada con la inscripción “Costa Rica Libre”. El historiador Chester Zelaya
Goodman descubrió este error histórico. Se trataba de un cuño para una emisión de una moneda
que la Asamblea Constituyente mandó a preparar. Dicho acuerdo señalaba
15
Ana Patricia Pacheco Ureña
El Escudo del Estado de Costa Rica fue establecido durante la administración del Jefe
de Estado Juan Mora Fernández (1824-1833), mediante el decreto Nº XV del 2 de noviembre
de 1824, momento en que nuestro país formaba parte de la Federación Centroamericana.
El siguiente, conocido como el escudo del Estado Libre de Costa Rica fue decretado
durante el gobierno de Braulio Carrillo Colina y tuvo vigencia del 21 de abril de 1840 al 20
de abril de 1842. La representación de esta insignia era una estrella radiante de ocho puntas,
colocada en el centro de un círculo de fondo celeste y con la inscripción en una circunferencia
de la frase “Estado de Costa Rica”. 26
Durante la primera administración del Dr. José María Castro Madriz, con fecha 29 de
setiembre de 1848 se emitió el decreto Nº CXLVII que, en sus artículos 3º, 4º, 5º y 6º, definía
el escudo de la República de Costa Rica. Este fue modificado por primera vez, estando en el
poder el Lic. Cleto González Víquez (1906-1910), mediante la Ley N° 18 del 27 de noviembre
de 1906, la cual eliminó todos los elementos bélicos que incluía, rifles, picas y cañón.
La segunda modificación tuvo lugar durante la administración de Francisco J. Orlich
Bolmarcich, emitida en la Ley N° 3429 del 23 de octubre de 1964. Dicha normativa le agrega
dos estrellas para adecuar su número al de las provincias ya existentes, y establece además que
dejaría de llamarse “Escudo de Armas” para denominarse “Escudo Nacional”.
Durante la administración de Daniel Oduber Quirós (1974-1978) se emitió el Decreto
Ejecutivo N° 5948, publicado en el diario oficial La Gaceta Nº 222 del 19 de noviembre de
1976, mediante el cual se reforma nuevamente el artículo 12 de la ley N° 18 de 27 de noviembre
de 1906.
La más reciente de las modificaciones a nuestro escudo fue realizada en 1998,
durante la administración de José María Figueres Olsen (1994-1998). El 5 de mayo de 1998
se publica en el diario oficial La Gaceta, el Decreto Ejecutivo N° 26853-SP, el cual modifica
la Ley N° 18 del 27 de noviembre de 1906 en cuanto al uso de los símbolos nacionales. Su
finalidad es ajustarse a lo que dicta la Ley N° 3429 del 23 de octubre de 1964, respecto al
escudo nacional, ya que la misma señala que éste representará tres volcanes y un extenso valle
entre dos océanos y, en cada uno de ellos un buque mercante. A la fecha dicha representación
no se ha considerado porque en el escudo lucen tres montañas, de ahí que el ajuste haya sido
agregar el humo y darle más forma de volcanes a las montañas. Sin embargo, en opinión de
algunos legisladores, las montañas significan las tres cordilleras con que cuenta el país, y si se
habla de volcanes, no tenemos solo tres. Entre otros de los detalles que presenta este emblema
se hizo diferencia en sus colores:
“El valle es verde claro,...el color de los volcanes es verde azul como las montañas, el sol
naciente es color oro viejo, las palmas de mirto son verde oscuro, las siete estrellas serán
plateadas, el listón es azul claro, el mar es azul”. 27
Documentos Oficiales
Decreto N° CLXVII del 29 de setiembre de 1848 que en sus artículos 3º, 4º,
5º y 6º define el escudo de la República de Costa Rica
26 Guillermo Solera Rodríguez, Símbolos de la Patria (San José, CR : s. l. e., 1955), p. 75.
27 Betania Artavia, “Emitiendo en la administración Figueres Olsen. Por decreto Costa Rica tiene nuevo Escudo Nacional”,
Diario Extra (San José, CR), 18 de junio, 1999, p. 2.
16
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
“El Escudo de Armas representará tres volcanes y un extenso valle entre dos
océanos, navegando en cada uno de éstos un buque mercante. Al extremo izquierdo de
la línea superior que marca el horizonte, se representará un sol naciente. Cerrarán el
escudo dos palmas de mirto medio cubiertas con un listón ancho que las une, el cual será
blanco y contendrá en letras de oro esta leyenda: “República de Costa Rica”; el campo
que queda entre la cima de los volcanes y las palmas de mirto, lo ocuparán cinco estrellas
de igual magnitud y colocadas en figura de arco. El remate del Escudo será un listón
azul, enlazado en forma de corona, sobre el cual habrá en letras de plata esta leyenda.
“América Central”.
17
Ana Patricia Pacheco Ureña
Ley N° 3429 del 23 de octubre de 1964 que cambia el nombre del escudo a
Escudo Nacional
Asamblea Legislativa
N° 3429
Decreta:
Transitorio. —La papelería para las comunicaciones oficiales con las reformas
introducidas en la presente ley, será usada por las oficinas públicas una vez agotada la
existencia de la papelería de que actualmente disponen.
18
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Casa Presidencial—San José, a los veintiún días del mes de octubre de mil
novecientos sesenta y cuatro.
Ejecútese y Publíquese
Francisco J. Orlich
El Ministro de la Presidencia
Mario Quirós Sasso
Lámina #10
Autor desconocido.
República Soberana
Libre e Independiente
1848.
Dibujo impreso. 1977.
De la revista: Tricolor
43:2, ag. 1977.
19
Ana Patricia Pacheco Ureña
Asamblea Legislativa. —San José, a los dieciocho días del mes de octubre de mil
novecientos setenta y seis.
Casa Presidencial. —San José, a los veintinueve días del mes de octubre de mil
novecientos setenta y seis.
Ejecútese y Publíquese
Daniel Oduber
20
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
N° 26853-SP
El Presidente de la República
y la Ministra de Seguridad Pública,
Considerando:
Decretan:
Artículo 1º—Se adopta como modelo oficial del Escudo Nacional el diseño
anexo al presente decreto. Siguiendo la descripción contenida en el artículo once de la
Ley 18 del 27 de noviembre de 1906, reformada por la Ley 3429 del 21 de octubre de
1964. Además de las especificaciones contenidas en la ley supracitada los colores del
21
Ana Patricia Pacheco Ureña
Escudo son: el valle: verde claro; los volcanes: verde azul como son las montañas de
Costa Rica. Se dibujaron los volcanes humeantes para diferenciarlos. El sol naciente es
color oro viejo y las palmas de mirto color verde oscuro. Las cinco estrellas que luego se
cambiaron a siete serán plateadas y el listón azul color azul claro. El mar es color azul.
Artículo 2º—El modelo oficial del escudo será de uso obligatorio para las
autoridades e instituciones públicas que puedan o deban utilizarlo.
Artículo 3º—Rige a partir de su publicación.
Lámina #11
Esther Hernández-Ana
María Granados.
Escudo de la
República de Costa
Rica vigente de 1848
a la actualidad.
Dibujo impreso. 1998.
Del libro: Símbolos
Patrios (Clotilde Obregón
Quesada), pp. 13, 14 y 15.
22
III. El Himno Nacional
Introducción
“…que los himnos nacionales brotan espontáneamente de la raíz del alma, para
manifestarse en alabanzas patrióticas. Sin embargo, la creación de los actuales himnos
nacionales de Centro América se efectuó en las últimas décadas del siglo XIX o a inicios
del siglo XX, bastantes años después de creadas las repúblicas centroamericanas”.28
28 María Clara Vargas, “Los himnos nacionales centroamericanos como apoyo al proceso de formación de nación”, Herencia
1-2 (10-11): 88, 1998-1999.
29 Ibidem., p. 95.
23
Ana Patricia Pacheco Ureña
La tercera letra del himno había sido escrita por el español Juan Fernández
Ferraz y la música debió de sufrir algunas alteraciones por parte del maestro español José
Campabadal, para poder adaptarse a la letra. En 1888 Mauro Fernández firmó el acuerdo
N° 151 del 12 de julio mediante el cual el libro Cantos Escolares se declaró como texto en
escuelas y colegios, se argumentaba que era de interés nacional su publicación, ya que el
himno nacional había sido incluido, porque debía de aprenderse en las escuelas nacionales;
lo cual evidencia que el himno era poco utilizado. En la década de 1890-1899, su mención
es más frecuente en las crónicas periodísticas y era más utilizado en las ceremonias; cuando
se inauguró el monumento al Benemérito de la Patria Jesús Jiménez, fue la última vez
que se entonó con la letra de Fernández Ferraz. Aún cuando se usaba más a menudo, en
1903 un colaborador del diario El Noticiero sugirió un cambio de letra, alegando que la de
Fernández Ferraz no se adaptaba a la forma de ser del costarricense, pues resultaba muy
intelectual y difícil de memorizar, carecía de alma, sin lograr encender el fuego sacro del
entusiasmo. 30
El 20 de junio de 1903 el Presidente Ascensión Esquivel firmó un decreto que
proponía el concurso para una nueva letra del himno nacional. El 20 de julio de ese mismo
año, El Noticiero publicaba las bases del concurso, así como la apertura de una suscripción
para recaudar fondos para premiar al autor de la mejor letra. Días después, el 30 de agosto
dedicó un largo editorial a elogiar la letra premiada, escrita por José María Zeledón Brenes.
El 15 de setiembre de 1903, un coro de más de dos mil niños entonó por
primera vez la nueva letra del himno nacional.
A pesar de que había tenido muy buena aceptación, la
declaratoria oficial de la nueva letra tuvo muchas dificultades y no fue
sino cuarenta y seis años después que se decretó como tal.
El himno nacional es un canto patriótico que exalta todo
sentimiento cívico, dentro y fuera del terruño; no existe otro canto
que conmueva tan hondo las fibras más íntimas del costarricense. Dos
hombres que, con sinceridad y empeño lograron poner lo mejor de
sus energías y de su corazón a favor del ideal que encarna la Patria en
este canto, fueron los señores Gutiérrez y Zeledón. Al respecto, Carlos
Meléndez Chaverri expresó:
“Don Manuel María Gutiérrez y don José María Zeledón, separados uno del
otro por la distancia que establecen los años, dejaron señalado en nuestro medio
costarricense, el distintivo que singulariza a un pueblo. Por eso así, aun mudo,
se hizo oír en los momentos decisivos de nuestra historia: está bautizado con
la sangre de nuestros abuelos que participaron en la epopéyica lucha contra el
filibusterismo, que fue gesta de héroes y brote del sentimiento de nacionalismo
que no llegó a ser extremo. Con Gutiérrez comienza nuestra evolución musical,
que como lógico hecho aparece a nuestra vista a veces con caracteres poco
Lámina #12 definidos. Pero en gran parte ello se debe a la natural acción del tiempo, que va borrando
Autor desconocido.
Manuel María los coloridos originales de la labor de los primeros hombres, conforme el país avanza y
Gutiérrez, autor se acerca cada vez más a la cúspide de sus supremos ideales. Billo Zeledón, polifacético
de la música del hombre, lo mismo cogía la pluma para escribir el más delicado verso dedicado a los niños,
Himno Nacional que a elogiar los más altos ideales, o inclusive a azotar, con dureza y determinación sin
de Costa Rica. iguales, a aquellos seudo-patriotas que intentaban corromper la más sagrada de nuestras
Fotografía. Sin fecha.
Del libro: Manuel instituciones. En esta forma, figuran asociadas, las dos personas a quienes debemos uno
María Gutiérrez (Carlos de los símbolos de la nacionalidad costarricense”. 31
Meléndez Chaverri),
p.198.
24
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Documentos Oficiales
N° 551
Considerando:
Que la letra de nuestro Himno Nacional, compuesta por el poeta don José María
Zeledón Brenes, no ha sido adoptada como texto oficial, incumpliéndose de este modo
lo prescrito en el acuerdo Nº 71 de 20 de junio de 1903, por el que se dispuso la apertura
de un concurso para adaptar a la música del Maestro don Manuel María Gutiérrez, una
letra que despertara en los costarricenses el noble sentimiento de amor a la patria, y por el
que se prometía asimismo promulgar para Himno Nacional de la República el texto de la
composición que llevare los lauros del tal certamen.
Por tanto,
Decreta:
Artículo 1º. - Declárase letra oficial del Himno Nacional de Costa Rica, la
composición poética original de don José María Zeledón Brenes y que dice:
Artículo 2º. - La enseñanza del Himno Nacional será obligatoria en todas las
escuelas y colegios de la República; con su ejecución y canto se iniciará toda Asamblea,
festividad o celebración patriótica, y los costarricenses deberán cantarlo en toda ocasión en
que se ejecute, así como guardar durante este acto la compostura y el respeto debidos a los
Símbolos que encarnan la majestad de la Patria.
25
Ana Patricia Pacheco Ureña
Artículo 3º. - La ejecución del Himno Nacional sólo deberá verificarse en ocasión
de actos oficiales y celebraciones patrióticas.
Artículo 4º. - Este decreto rige desde su publicación.
Dado en el Salón de Sesiones de la Junta Fundadora de la Segunda República. - San José,
a los nueve días del mes de junio de mil novecientos cuarenta y nueve. -J. Figueres. - F.
Valverde. -Benjamín Odio. -Gonzalo J. Facio - F. J. Orlich. - U. Gámez Solano. - R. Blanco
Cervantes. - Rev. Benjamín Núñez V. - Bruce Masís D. El Secretario General de la Junta,-
Daniel Oduber Quirós.
Lámina #13
Ch. Gambogi et
Cie edit’rs, París.
Primera edición del
Himno Nacional
impresa en Francia
en 1864.
Dibujo impreso. 1864.
Del libro: Manuel
María Gutiérrez (Carlos
Meléndez Chaverri),
p. 197.
26
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
N° 10471-E
El Presidente de la República
y la Ministra de Educación Pública
Considerando:
Decretan:
Artículo 1°—Declárase como música oficial del Himno Nacional de Costa Rica
la compuesta por el distinguido maestro y Benemérito de la Patria, don Manuel María
Gutiérrez, en el año de 1852.
Artículo 2°—El Himno Nacional de Costa Rica deberá ser ejecutado en todos los
centros educativos del país y en todo acto oficial, en el tono de mi bemol, a una velocidad
de metrónomo de 108 negras.
Artículo 3°—La partitura que a partir de esta fecha deberá tenerse como oficial,
para todos los efectos anteriormente indicados, es la siguiente: (Ver Lámina # 15).
Artículo 4°—Queda totalmente prohibido el uso y ejecución de cualquier otra
partitura que no sea la que oficialmente se dispone en el presente decreto.
Artículo 5°—El Ministerio de Educación Pública y el Ministerio de Cultura,
Juventud y Deportes, velarán por el fiel cumplimiento de lo que aquí se dispone. Para tal
fin harán uso de los medios correspondientes para divulgar y preservar, por siempre, la fiel
interpretación del Canto Patrio, según lo escribiese, en 1852, el maestro y Benemérito de la
Patria, don Manuel María Gutiérrez.
Artículo 6°—Este decreto rige a partir de su publicación.
27
Ana Patricia Pacheco Ureña
Rodrigo Carazo
Artículo 17. —En relación con esta materia se seguirán las normas establecidas y que regulan
los Ministerios de Seguridad Pública, ley N° 18 de 27 de noviembre de 1906, adicionada
y reformada por leyes N° 96 del 1º de agosto de 1929, N° 60 de 13 de junio de 1934 y
N° 3429 del 21 de octubre de 1964; capítulo 22 del Reglamento de Servicio Disciplinario y
Ceremonial Militar y decreto N° 10471-E del 1 de setiembre de 1979 y la costumbre.
28
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Artículo 41. —Las honras fúnebres conllevarán una ceremonia religiosa y honores
militares. Durante esos actos se ejecutará el Duelo de la Patria y el féretro estará cubierto
con el Pabellón Nacional que será entregado a los familiares del difunto antes del sepelio
o del embarque.
Artículo 53. —El duelo se declarará por medio de un decreto que pondrán en
ejecución los Ministerios de Relaciones Exteriores y Culto, de Gobernación y Policía y
de Seguridad Pública, en el cual se indicará que durante el período correspondiente el
Pabellón permanecerá izado a media asta.
Lámina #14
Autor desconocido.
Piano que acompañó
la primera vez que
se cantó el Himno
Nacional de Costa Rica.
Fotografía. Sin fecha.
Colección Centro
de Investigación y
Conservación del
Patrimonio Cultural.
29
Ana Patricia Pacheco Ureña
Lámina #15
Documento.
Partitura del Himno
Nacional de Costa Rica.
Impreso. 1979.
Del libro: Colección de
Leyes y Decretos. Tomo II.
1979 (Asamblea Legislativa
de Costa Rica), p. 662.
30
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Nº 34616-Mep-C
El Presidente de la república
y Los Ministros de Educación Pública
y Cultura y Juventud
Considerando:
I. -Que el Himno Nacional de Costa Rica debe ser entonado por todos los
ciudadanos con la compostura y el respeto debido a los Símbolos Nacionales.
II. -Que la Ley Nº 551 del 10 de junio de 1949, emitida por la Junta Fundadora de
la Segunda República, declaró oficial la letra del Himno Nacional compuesta por el poeta
costarricense José María Zeledón Brenes.
III. -Que el Decreto Ejecutivo Nº 10471-E del 1º de setiembre de 1979, declaró
oficial la música del Himno Nacional compuesta por el herediano y Benemérito de la Patria
Manuel María Gutiérrez.
IV. -Que según el artículo 5º del Decreto Ejecutivo Nº 10471-E del 1º de setiembre
de 1979, el Ministerio de Educación Pública y el Ministerio de Cultura, Juventud y
Deportes, velarán por el fiel cumplimiento de lo dispuesto en dicho Decreto, haciendo uso
de los medios correspondientes para divulgar y preservar por siempre, la ejecución del
Canto Patrio.
V. -Que según el artículo 3º de la Ley Nº 551 del 10 de junio de 1949, el Himno
Nacional sólo deberá ejecutarse en ocasión de actos oficiales y celebraciones patrióticas.
VI. -Que en razón de lo anterior, se hace necesaria la emisión de una normativa
específica que determine y regule la utilización del Canto Patrio en las distintas actividades
del quehacer nacional. Por tanto,
Decretan:
Capítulo I
Disposiciones generales
Artículo 1º-El presente Reglamento tiene por objeto establecer las regulaciones en
cuanto a la ejecución del Himno Nacional de Costa Rica, en las actividades que componen
las diversas esferas de la vida nacional.
Artículo 2º-Para los efectos del presente Reglamento, se tendrá como Himno
Nacional de Costa Rica, el Canto Patrio oficial cuya letra fue escrita por el poeta
costarricense José María Zeledón Brenes y cuya música fue compuesta por el músico
Manuel María Gutiérrez.
31
Ana Patricia Pacheco Ureña
Capítulo II
Artículo 4º- El Himno Nacional deberá ejecutarse en los siguientes actos oficiales
del Estado Costarricense:
Capítulo III
Capítulo IV
Artículo 6º-El Himno Nacional podrá ejecutarse en todas las actividades en que
participe un grupo artístico o cultural nacional ya sea en territorio costarricense o en el
extranjero cuando ostente la representación oficial del país.
Artículo 7º-Para los efectos del artículo anterior, deberá entenderse como
representación oficial del país, aquella que es dada mediante un acto del Poder Ejecutivo
que declare de interés cultural la participación de dicho grupo en determinada actividad.
Artículo 8º-También podrá ejecutarse el Himno Nacional en los festivales, ferias
o cualesquiera otras actividades nacionales o internacionales de alguna disciplina artística
o cultural, que hayan sido previamente declaradas de interés cultural.
Artículo 9º-Podrá ser ejecutado el Himno Nacional, en la revelación de algún
monumento de carácter histórico cultural.
Artículo 10º-Se autoriza la difusión del Himno Nacional a los medios televisivos
y radiales al inicio o final de sus trasmisiones o durante programas educativos de interés
nacional.
Artículo 11º-Se autoriza la utilización del Himno Nacional al Poder Ejecutivo, en
las cuñas o cadenas televisivas o radiales que lo requieran.
32
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Capítulo V
a) Cuando se realicen actividades deportivas en las que participe una delegación que
oficialmente represente al país ya sea en territorio nacional o fuera de éste, en
cualquiera de las disciplinas deportivas avaladas por el Estado. Para los efectos de
este inciso, se entenderá como representación oficial, aquella que es dada mediante
un acto del Poder Ejecutivo que declare de interés deportivo la participación de la
delegación en alguna disciplina deportiva.
b) En los eventos deportivos de cualquier federación, cuando participen delegaciones
deportivas internacionales.
Dado en la Presidencia de la República. -San José, a los 10 días del mes de marzo de
2008.
Óscar Arias Sánchez. -Los Ministros de Educación Pública, Leonardo Garnier
Rímolo; Cultura y Juventud, María Elena Carballo Castegnaro. -1 vez. -(Solicitud
Nº 41790). -C-57160. -(D34616-62412).
Lámina #16
Autor desconocido.
Niños cantando el
Himno Nacional de
Costa Rica.
Dibujo. Sin fecha.
Del libro: Silabario
Castellano (Porfirio
Brenes Castro), p. 103.
33
Ana Patricia Pacheco Ureña
Lámina #17
Documento.
Detalle del programa de los
actos del 15 de setiembre de
1903 cuando se cantó por
primera vez la letra del himno
nacional de Costa Rica.
Impreso. 1978.
Del libro: 75 años de la letra del
himno nacional. 1978 (Departamento
de Patrimonio Histórico del
Ministerio de Cultura Juventud y
Deportes), p. 15.
34
IV. La Guaria Morada
Introducción
Aunque las orquídeas son de reciente cultivo, durante muchos siglos han ejercido fascinación
en la humanidad, admiradas por su rara belleza, su romántico misterio e inclusive se le han
atribuido supuestos poderes curativos mágicos. 32
La orquídea forma parte de una de las más numerosas familias floríferas. En
el continente americano al menos, es una planta que por su gran belleza la ha llevado a
convertirse en flor nacional de algunos países como Colombia, Costa Rica, Guatemala y
Panamá y ser la representativa del estado de Minessota en los Estados Unidos. 33
Es una especie muy difundida y sumamente fuerte y resistente, ya que al poseer
tubérculos y seudobulbos que retienen la humedad las plantas pueden soportar largos períodos
de sequía. Su hábitat es tan variado como su distribución geográfica.
Las orquídeas son epifitas, aunque algunas especies comienzan su vida como
terrestres y se cambian luego a éstas. La flor es la que determina si una planta pertenece o no a
la familia de las orquídeas; su configuración es de tres pétalos, uno de ellos en forma de labio.
En la corola sobresale una carnosidad tubular que contiene los dos órganos reproductores: los
estambres, órganos masculinos que producen el polen, y el pistilo, órgano femenino donde se
produce la semilla. La polinización se da generalmente por medios externos, participan aves
o insectos, la autopolinización sólo se da en un tres por ciento de las especies. Es por esta
razón que sus corolas se adornan con la más viva profusión de colores y olores, atrayendo a
los agentes polinizadores.
La amplia variedad de colores está representada en las orquídeas casi en su totalidad,
desde los más raros tonos de azul hasta la infinita variedad de rojos, morados, amarillos y
verdes y las apreciadas orquídeas blancas. El olor de la orquídea puede ser suave como la
brisa o fuerte e intoxicante, llegando a veces hasta lo desagradable.
El tamaño varía siendo en ocasiones casi tan pequeña como la cabeza de un alfiler o
alcanzando entre otras, el tamaño de un flamante lirio. Su consistencia también puede variar,
entre lo delicado y frágil hasta lo fuerte y duradero. Sus raíces son en general de color claro,
lustroso, cubiertas de un tejido absorbente de células en espiral; al extremo toman el tinte
verde y están protegidas con epidermis, de unos treinta centímetros de longitud. En similar
medida se encuentran sus tallos; pocas plantas tienen una variedad tan grande, los hay cortos,
largos, rastreros, delgados a veces, con rizomas carnosos y seudobulbos. 34
Las hojas presentan nervaduras longitudinales, forma ovalada, borde liso, cortas o
largas, enjutas en unas y tan carnosas en otras que llegan a tener la apariencia de cilindros; el
35
Ana Patricia Pacheco Ureña
color verde se torna amarillento, renegrido, morado y con manchas de sepia y matices muy
diversos según la especie. 35
Para los cultivadores de orquídeas las condiciones de vida apropiadas constituyen el
secreto para su reproducción; es una flor que necesita toda la luz que se le pueda suministrar
sin maltratar la planta; una temperatura de 13º C durante el día y de 10º C durante la noche;
la humedad atmosférica se ubica entre 40 y 85 por ciento; requiere aire en movimiento y un
medio de soporte adecuado que le proporcione agua y alimento necesario sin dañar sus raíces.
El nombre científico de la orquídea es Catleya y debe esta denominación al horticultor
inglés William Catleya. Hacia 1818 llegaron las orquídeas a Londres y correspondió a éste
ponerlas en floración ya que a su recibimiento tan solo eran el relleno de un cajón de musgo.
Así que fue en honor a este descubridor que posteriormente las orquídeas fueron clasificadas
dentro del género botánico Catleya. En cuanto a la guaria morada se dice que fue
“…descubierta en Guatemala por el colector de orquídeas inglés George Ure Skinner, quien
la envió a Inglaterra a James Bateman coleccionista de orquídeas y la describió y dibujó en
su obra titulada ‘Las orquídeas de México y Guatemala’, publicada entre 1838 y 1843. En
honor a su descubrimiento se denomina Catleya Skinneri”. 36
35 Ibidem., p. 8.
36 Sandra González V. , “Orquídeas preciosas joyas naturales”, La Prensa Libre (San José, CR), 15 de enero, 1999, p. 5.
37 Ibidem., p. 4.
38 “Nuestra bellísima flor nacional” La Prensa Libre (San José, CR), 26 de mayo, 1988, p. 2.
39 Robert L. Dressler y Wesley E. Higgins, “Guarianthe, a generic name for the “Catleya” skinneri complex”, Lankesteriana
7: 37-38, may., 2003.
36
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
40 Francisco J. Morales, Orquídeas, cactus y bromelias del bosque seco (Heredia, CR : Instituto Nacional de Biodiversidad
(Inbio), 2000), p. 44.
41 Ricardo Orozco Saborío, “Verdadera historia de la Flor Nacional: Guaria Morada”, La Gaceta : diario oficial (San José,
CR), 14 de julio, 1993, Año III (28), p. 2. En: Humberto Mora Barquero, José María Orozco, San José, CR : Ministerio de
Cultura, Juventud y Deportes : Dirección de Publicaciones, 1982, pp. 46-47.
37
Ana Patricia Pacheco Ureña
tomar el ejemplar de la colección que tenía en el Jardín Botánico que hoy lleva su nombre
y que se ubica en la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio.42
La Guaria Morada se designa como flor nacional mediante el Acuerdo N° 24 del
15 de junio de 1939, emitido a través del Despacho de Fomento y Agricultura.
Documentos Oficiales
38
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Poder Ejecutivo
Nº 15761-MAG
El Presidente de la República
y el Ministro de Agricultura y Ganadería
Considerando:
Decretan:
por lo dispuesto en la Ley N° 6919, Ley de Conservación de la Fauna Silvestre y por los
decretos números 15273-Mag de 23 de enero de 1984 y 15403-Mag de 10 de abril de
1984.
Artículo 5°—Rige a partir de su publicación.
Dado en la Presidencia de la República. —San José, a los ocho días del mes de
octubre de mil novecientos ochenta y cuatro.
Lámina #20
Juan Francisco
Morales Quirós.
Guarianthe Skinneri
(Orchidaceae)
Fotografía. Sin fecha.
Colección Juan Francisco
Morales Quirós.
40
V. El Guanacaste
Introducción
“…más de un siglo en el lugar donde hoy existe la pintoresca ciudad de Liberia un frondoso
árbol de Guanacaste era albergue – de día como lugar de sesteo, y de noche para dormir –
a un numeroso rodeo de ganado vacuno, del que pastaba en los extensos llanos inmediatos
con inquebrantable disciplina, durante el día y la noche todos los días sesteaba y dormía
bajo el ramaje de aquel Guanacaste que solitario y dominante estaba en aquel paraje
calcinado por el Sol y apaciblemente alumbrado por la Luna”. 46
41
Ana Patricia Pacheco Ureña
También Eduardo Chinchilla Valenciano autor del Atlas Cantonal de Costa Rica, menciona
que éste era:
“…el sitio de la intersección de caminos que conducían a Rivas en la parte sur de Nicaragua,
a Bagaces en el territorio fronterizo con la provincia de Costa Rica y a Nicoya, se hallaban
unas haciendas pequeñas, en el sitio que en 1751 recibía el nombre de Guanacaste; las
cuales pertenecían a los señores Pablo Obando, Claudio de la O y Manuel Alvarado. En la
encrucijada de estos caminos, a la sombra de un frondoso árbol de guanacaste, empezó a
surgir un incipiente comercio que dio origen al poblado”. 47
Lámina #21
Óscar Romero Cruz.
Árbol de
Guanacaste.
Fotografía. Sin fecha.
Colección Óscar
Romero Cruz.
47 Eduardo Chinchilla Valenciano, Atlas cantonal de Costa Rica (San José : Instituto de Fomento y Asesoría Municipal,
1987), p. 255.
42
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Documentos Oficiales
Poder Ejecutivo
Nº 7
Considerando:
Decreta:
Mario Echandi
El Ministro de Agricultura
e Industrias,
Jorge Borbón Castro
43
Ana Patricia Pacheco Ureña
Lámina #22
Ivette González Díjeres
Leila Barreras E.
Andrés Gamboa C.
Samantha López C.
Árbol de Guanacaste.
Collage. 2009
5” x 5”.
Del calendario
2010: Grupo Nación S.A.
Colección Grupo Nación S.A.
44
VI. El Yigüirro
Introducción
El yigüirro es una de las aves costarricenses más conocidas. Le agrada vivir en jardines,
parques, cafetales, potreros sombreados, y alegra con su canto ricamente variado;48 pero
también es muy visible alrededor de edificios y casas. Ha sido escogido como ave nacional
precisamente por su melodioso canto.
El yigüirro al posarse después de volar, acostumbra mover su cola verticalmente
mientras que extiende y cierra rápidamente sus plumas laterales, un movimiento doble
que llama la atención si se le observa de lado. Es un ave solitaria; aún cuando varios
ejemplares visitan un mismo árbol con frutas, van y vienen independientemente. Existen
dos variedades de yigüirros: el mirlo pardo o tordo (Turdus grayi, Clay-colored Robin) y
el mirlo montañero o yigüirro de montaña (Turdus plebejus, Mountain Thrush, Mountain
Robin).
El ámbito del yigüirro se extiende desde el centro de México al norte de Colombia.
En Costa Rica se halla desde las dos costas hasta 2. 400 metros en la Cordillera Central. Se
le encuentra en jardines, parques, y a lo largo de las orillas de sabanas y bordes de los ríos
en áreas boscosas. También habita en la bajura y elevaciones medias en hábitats adecuados,
pero es más abundante en el Valle Central y en Guanacaste. Su tamaño es de veintitrés a
veinticinco centímetros. 49 El color de su plumaje es exactamente igual en ambos sexos
(café grisáceo en la parte superior y más claro en la inferior); no obstante, los jóvenes
tienen manchas negras en el pecho y plumas manchadas de beige en el pecho y en las
cobertoras de las alas. Estas manchitas persisten aún hasta la primera muda postnupcial,
que ocurre entre julio y agosto del año siguiente. En los adultos el color del ojo es rojo
ladrillo y café en los jóvenes. Su pico es amarillo verdoso u oliva.50 El peso de los machos
adultos es variable, de sesenta y cinco a ochenta y seis gramos, aproximadamente.
Todas las especies de Turdus son omnívoras, consumen invertebrados que
recogen del suelo a una profundidad de unos tres centímetros; pero también dependen de
una dieta de frutas principalmente en período de anidación. El forrajeo en el suelo es una
combinación de saltos y carreras seguida de pausas mientras lo examina a su alrededor;
picotea los túneles de lombrices para escarbar extensamente con el pico. Rara vez cazan
moscas y en algunas ocasiones, principalmente durante la época de cría, enjambres de
hormigas y termitas.
48 Alexander F. Skutch, Aves de Costa Rica (San José : Editorial Costa Rica, 1977), p. 94.
49 Robert S. Ridgel y John A. Gwynne. Guía de las aves de Panamá. Incluyendo Costa Rica, Nicaragua y Honduras
(Panamá: Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza, Ancon, 1993), p. 396.
50 Ibidem., p. 396.
45
Ana Patricia Pacheco Ureña
51 Daniel H. Janzen, Historia natural de Costa Rica (San José : Editorial de la Universidad de Costa Rica, 1991), pp. 621-622.
52 Robert S. Ridgel y John A. Gwyne, Op. Cit., pp. 395-396.
53 Ibidem., pp. 395-396.
54 Alexander F. Skutch, Op. Cit., p. 95.
46
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Lámina #23
Roberto García.
Yigüirro.
Fotografía. 2008.
Colección Roberto García.
47
Ana Patricia Pacheco Ureña
Documentos Oficiales
Ley N° 6031 del 16 de diciembre de 1976 que declara al yigüirro ave nacional
Ley N° 6031
Asamblea Legislativa de la
República de Costa Rica
Decreta:
Asamblea Legislativa. —San José, a los dieciséis días del mes de diciembre de mil
novecientos setenta y seis.
Casa Presidencial. —San José, a los tres días del mes de enero de mil novecientos setenta
y siete.
Ejecútese y publíquese.
Daniel Oduber
48
VII. La Carreta
Introducción
Aunque su era de oro haya concluido, la carreta es en nuestro país uno de los legados
materiales más importantes heredados de nuestros ancestros y el símbolo nacional sin
temor a equivocarse, de su espíritu de trabajo; su humildad la ha dejado inscrita en el alma
de los costarricenses.
Una carreta propia que adaptó su estructura tradicional al medio geográfico, y
se ha transformado en una de las huellas imborrables de nuestra nacionalidad; es además,
particularidad y singularidad en un aporte a la cultura, al arte y a la técnica que nos otorga
reconocimiento universal.
No solamente expresa folclore; aún cuando la sustituyen los modernos motores,
todavía transita lentamente por los caminos. Su aroma no es solo de cafetal, también de
trapiche y de leña; es la madrugadora, es la del sol cuando está en el cenit; infatigable por
los caminos polvorientos o lodosos, por los trillos que se abrieron en la montaña virgen. Es
también la asociación indisoluble de los bueyes y el boyero.
Nuestra carreta fue la compañía inseparable al mundo exterior, acarreó el grano
de café, incansablemente; con tan sólo el cantar de sus ejes bulliciosos, canto melodioso
del cual se sentía orgulloso el boyero; traía de retorno noticias y bienes de ultramar.
Su presencia fue el testimonio en el fervor de las celebraciones religiosas y festivas, y
también en el fervor político y en los momentos más importantes de la familia campesina
costarricense. La carreta abrió las puertas del progreso a nuestros antepasados, construyó
nuestra patria, constituyó una herramienta primordial en la construcción de nuestras
edificaciones, templos y poblados, en la recolección de los cultivos. Humanista, su servicio
se hizo extensivo en el transporte de los enfermos; pero también se enamoró paseando a
escondidas las parejas amorosas de los campesinos. Indudablemente, la empatía natural
55 Costa Rica. Ministerio de Cultura y Juventud, Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural. Expediente
de bienes inmuebles declarados patrimonio histórico – arquitectónico. Museo de la Carreta. (San José : s. f. ), s. n. f.
49
Ana Patricia Pacheco Ureña
“…desde ornamento de mesa hasta mesas hechas con ruedas de carreta y repujados en los
objetos de cuero; la carreta costarricense es hoy vigente ante los ojos de los costarricenses, de
una manera plástica más intensa que cuando se la usaba para trasladar el café o la caña”. 56
El valor simbólico de la carreta como patrimonio cultural tenía que dejar huella;
revitalizar y preservar la tradición del boyeo y las carretas en Costa Rica motivó para
que las costarricenses Carmen Murillo, Cecilia Dobles y Giselle Chang realizaran una
investigación, la cual constituyó el fundamento de la candidatura presentada por el país
para aspirar a ocupar un sitio en la selecta lista de bienes culturales considerados patrimonio
inmaterial mundial. El estudio fue realizado con el patrocinio del Ministerio de Cultura y
Juventud y la Unesco. El 25 de noviembre del 2005, la tradición del boyeo y la carreta fue
declarada por este último organismo como “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible
de la Humanidad”.
Lámina #24
Documento.
Certificado otorgado
a Costa Rica por la
UNESCO con motivo
de la proclama del
Boyeo y la Carreta
como Obra Maestra
del Patrimonio Oral
e Intangible de la
Humanidad.
25 de noviembre
del 2005.
Impreso. 2005.
Colección Archivo
Nacional de Costa Rica.
56 Constantino Láscaris y Guillermo Malavassi, La carreta costarricense (San José, CR : Editorial Costa Rica, 1980), p. 30.
50
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Documentos Oficiales
N° 18197-C
El Presidente de la República
y el Ministro de Cultura, Juventud y Deportes
Considerando:
Dado en la Presidencia de la República. —San José, a los veintidós días del mes
de marzo de mil novecientos ochenta y ocho.
Lámina #25
Autor desconocido.
Sin nombre.
Dibujo impreso. 1965.
Colección Lino Verny.
51
Ana Patricia Pacheco Ureña
N° 18483-C
El Presidente de la República
y el Ministro de Cultura, Juventud y Deportes
En ejercicio de las facultades que les confieren los artículos 140, incisos 3) y 18)
de la Constitución Política y el 28.2b) de la Ley General de la Administración Pública,
Considerando:
Que el boyero llega hasta nuestros días, desde la época de la colonia, como clara
manifestación de lo que fue una actividad económica, social y cultural de nuestros ancestros
y como testimonio de una de nuestras más importantes tradiciones. Por tanto,
Decretan:
Artículo único. —Declárase el segundo domingo del mes de marzo de cada año
como “Día Nacional del Boyero”.
Rige a partir de la fecha de su publicación.
Dado en la Presidencia de la República. —San José, a los dos días del mes de
setiembre de mil novecientos ochenta y ocho.
Lámina #26
Correos de Costa Rica.
Carreta típica,
Patrimonio Nacional.
Sobre de primer día. 2007
Colección privada.
52
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Lámina #27
Juan Luis Ramírez Vargas.
Areneros del Jabonal.
Óleo sobre lienzo. 2010.
66 x 87 cms.
Colección Juan Luis
Ramírez Vargas.
53
Ana Patricia Pacheco Ureña
N° 26401-C
La Segunda Vicepresidenta
Presidencia de la República
en ejercicio de la
y el Ministro de Cultura, Juventud y Deportes,
Considerando:
Dado en la Presidencia de la República. —San José, a los veintitrés días del mes
de setiembre de mil novecientos noventa y siete.
54
VIII. El Venado cola blanca
Introducción
“...Parque Nacional Santa Rosa, los venados ramonean las ramas y hojas dicotiledóneas.
Durante la primera mitad de la época lluviosa forrajean a las orillas de los bosques
en áreas dominadas por potreros. Los alimentos preferidos son las hojas grandes de
Cochlospermum vitifolium y las hojas de Spondias momlin, S. radlkoferi y S. purpurea.
También comen bellotas de Quircus oleoides, semillas de Sterculia apetala, y frutos de
Guazuma ulmifolia, Ficus spp. Y Byrsonima crassifolia...en la isla San Lucas,...nuevas
especies que aún no habían sido citadas como ‘alimento’...incluyen los pastos Brachiarea
spp, Cenchrus echinatus, Opplismenus spp y Agave spp, Aphelandra spp, spp, Melanthera
nivea, Priva lappulacea, Seda spp y Selaginella spp y las hojas de los árboles y arbustos
Acacia spp, Anonna spp, Cordia spp Eugenia salamensis, Luehea spp, Pithecelobium
dulce, Rhizophora mangle y Semarouba glauca”. 60
57 William Mora M., “Cacería amenaza al venado cola blanca”, La Nación (San José, CR), 12 de setiembre, 1986, p. 1 B.
58 Leda Malavassi Rojas, “El venado cola blanca”, Disfrutemos Costa Rica 3:8, ag. 1994.
59 Daniel H. Jansen, Op. Cit., pp. 495-496.
60 Ibidem., p. 496.
55
Ana Patricia Pacheco Ureña
“...es común ver venados cerca de potreros a orillas de calles donde pueden encontrar una
combinación de área abierta con vegetación primaria o secundaria donde encuentra tanto
alimento como refugio”.61
Los períodos de nacimiento pueden variar según la región, pero los nacimientos
son más frecuentes en abril y mayo. Los períodos de gestación son de doscientos días,
generalmente tienen solo un cervatillo, aunque se han dado casos de partos gemelares. Los
cervatillos nacen de color oscuro y con manchas en la piel. Durante los dos primeros meses
de vida la madre los deja en la vegetación densa y regresa a alimentarlos cada cuatro horas.
Este acto solo se da cuando la madre está segura de que ningún depredador está próximo;
aunque poseen varias formas de alertar al retoño de algún peligro como por ejemplo,
el movimiento de la cola y la emisión de olores especiales. Después de este período los
cervatillos siguen a su madre por un año más. Siendo pequeños los venados pueden ser
atrapados fácilmente, ya que no pueden correr; pero una vez que alcanzan su tamaño adulto
pueden desplazarse a cincuenta y cinco kilómetros por hora y en situación de peligro saltar
hasta dos metros cuarenta centímetros.
Es una especie que a principios de siglo era muy abundante en nuestro país, pero
la caza indiscriminada y la destrucción de su hábitat amenazan con su desaparición,
“...según estudios llevados a cabo por la bióloga Vivienne Solís, del Programa de Fauna
Silvestre de la Una, se ha establecido que hacia 1903 se exportaban casi 30 mil kilogramos
de pieles de venado (unos 40 mil cueros aproximadamente) rumbo a Estados Unidos,
Alemania, Inglaterra y algunos países de Sudamérica. Existen referencias de que hacia
1840 un buen cazador podía en estas áreas matar entre 30 y 40 animales por día”. 62
En los años de 1940 cuando había gran demanda por cueros de venado cola blanca,
la cosecha anual en Guanacaste fue de diez mil a cuarenta mil anuales, la carne de venado
era más barata que la de res y fue la dieta común de los perros de los cazadores.
Las continuas presiones de caza junto con la casi total eliminación de los bosques
en Guanacaste, hizo que el venado casi desapareciera a finales de la década de 1960.63 Y
no muy lejos hacia el comienzo de la década de los noventa su hábitat también empezó a
destruirse, los mismos cazadores provocaron fuegos que arrasaron tierras en el Pacífico
Seco. Estos incendios quemaron el bosque y el follaje que forman la hojarasca y espesura
que cubre y protege a la fauna salvaje; así que ahora desprotegidos huyen para buscar
refugio en cuevas y guaridas, en las cuales quedan tostados por el fuego que calcina
hasta la misma tierra. Y no es todo, porque con los campos desolados y en ruina, los
cazadores furtivos retornan aprovechando la desprotección de los pocos animales que han
sobrevivido y los exterminan despiadadamente. La preocupación por la frecuencia de los
incendios forestales, la corta de árboles, la actividad inescrupulosa de cazadores ilegales
y la destrucción del ecosistema, han logrado en un sentido positivo construir criaderos,
con el fin de impulsar su reproducción. Por ejemplo, en la isla San Lucas hacia 1966
se introdujo la especie y dos décadas después la población ya rondaba entre 300 y 400
ejemplares.64
56
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Documentos Oficiales
Decreto Ejecutivo Nº 7497 del 8 de junio de 1995 que declara al venado cola
blanca símbolo de la fauna silvestre
Nº 7497
Decreta:
Artículo 1º—Declaratoria
Se declara símbolo de la fauna silvestre de Costa Rica al venado cola blanca, (Odocoileus
virginianus).
Artículo 2º—Estudios técnico-científicos
La Dirección General de Vida Silvestre, del Ministerio de Recursos Naturales, Energía y
Minas, realizará los estudios técnico-científicos para verificar la densidad y la estructura
de la población existente de venados cola blanca, el manejo sostenible de la especie y el
establecimiento de los períodos de vida para conservarla.
57
Ana Patricia Pacheco Ureña
A solicitud de esta Dirección o por iniciativa propia, las instituciones de educación superior
universitaria y los demás entes educativos podrán contribuir a elaborar esos estudios y a
ejecutar las medidas recomendadas en ellos.
Artículo 3º—Vedas
Las vedas mencionadas en el artículo anterior no afectarán el funcionamiento de los
zoocriaderos de venados cola blanca, que existan en el país y se encuentren registrados
en la Dirección General de Vida Silvestre. Durante la vigencia de la veda, esta Dirección
regulará y fiscalizará todos los procesos realizados en los zoocriaderos para capturar, en el
medio natural, los ejemplares que se requieran para la reproducción en cautiverio.
Artículo 4º— Reforma
Se reforma el transitorio IV de la Ley de Conservación de la Vida Silvestre, N° 7317, del
19 de octubre de 1992, cuyo texto dirá:
“Transitorio IV.—Las disposiciones del artículo 29 surtirán efecto veinticuatro
meses después de la publicación de esta Ley”.
Artículo 5º—Vigencia. Rige a partir de su publicación.
Transitorio único.—Para determinar la densidad y la estructura de la población
del venado cola blanca, la Dirección General de Vida Silvestre, del Ministerio de Recursos
Naturales, Energía y Minas, establecerá la veda correspondiente, de acuerdo con las
facultades conferidas en la Ley N° 7317.
Comisión Legislativa Plena Segunda.—Aprobado el anterior proyecto el cinco de abril de
mil novecientos noventa y cinco.
Antonio Álvarez Desanti, Presidente.—Gerardo Humberto Fuentes González, Secretario.
Asamblea Legislativa.—San José, a los veinticuatro días del mes de abril de mil novecientos
noventa y cinco.
José María Figueres Olsen.- El Ministro de Recursos Naturales, Energía y Minas, René
Castro Salazar.—1 vez.—C-30—(26864).
Lámina #29
Correos de Costa Rica.
Venado.
Sello postal. Sin fecha.
Colección privada.
58
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Lámina #30
Alfonso Campos Hernández.
Venado.
Fotografía. Sin fecha.
Colección Alfonso
Campos Hernández.
59
Ana Patricia Pacheco Ureña
“Para los fines del artículo anterior sólo podrán practicar la caza los costarricenses y
los extranjeros residentes mayores de dieciocho años, que hayan obtenido la licencia
correspondiente y cumplan con lo establecido en la presente Ley y en su Reglamento. Los
extranjeros no residentes, sólo podrán dedicarse a la caza de la paloma ala blanca (zenaida
asiática) y de la paloma arrocera (zenaida macrocura) en la Provincia de Guanacaste y,
únicamente durante los días sábados, domingos y feriados por ley, durante la época que
indique el cuadro de edades correspondiente. Deberán ajustarse, en todo, a lo establecido
en la presente Ley y su Reglamento. Sin embargo, esta autorización quedará sujeta al
comportamiento poblacional de ambas especies en su región zoogeográfica”.
Lámina #31
Juan Manuel
Sánchez Barrantes.
Sin nombre.
Dibujo impreso. Sin fecha.
Del libro: Juan Manuel
Sánchez dibujos (Elías
Zeledón Cartín), p. 353.
60
IX. La Marimba
Introducción
La mayor parte de la comunicación entre los seres humanos se da a partir del lenguaje
simbólico, en especial dentro de nuestras culturas ancestrales ésta se da mediante el símbolo.
A nivel mesoamericano se produjo un gran desarrollo en el arte de la música creándose
diferentes instrumentos de percusión y de viento, los que con el desarrollo histórico de los
pueblos lograron una enorme perfección.
“...El tun, ancestro de la actual marimba, evoluciona para proyectarse como marimba de
tecomates, para luego convertirse con el tiempo, en marimba simple ejecutada por tres
personas. Con el transcurrir del tiempo, se convierte en la Marimba de doble teclado que
tiene el cromatismo del piano europeo”. 65
65 “Festival de Marimba”, Perfil (San José, CR : Teatro Popular Melico Salazar, 24 de julio, 1996), p. 1.
66 Raziel Acevedo, “Marimba: xilófono en Costa Rica”, Herencia 1-2 (6): 139-146, 1994.
67 Ibidem., p. 140.
61
Ana Patricia Pacheco Ureña
antiguos, casi autentican la procedencia atribuida.68 Sin embargo, dicho origen aún no está
claramente definido. Sí es completamente cierto
“...la diferencia tan grande que existe entre la ejecución de la marimba tocada por negros.
La línea melódica y la cadencia rítmica son diametralmente opuestas, situación por demás
lógica, si tenemos en cuenta que la idiosincrasia de ambos pueblos es totalmente diferente.
Mientras las melodías de las marimbas tocadas en Centroamérica son alegres, brillantes y
emotivas, la melodía de las marimbas ejecutadas por negros, tal como las escuchamos en
la costa del Pacífico colombiano, son tristes y quejumbrosas”. 69
Es muy posible que estos instrumentos tuviesen una vida dinámica dentro de las
actividades religiosas de la época y más aún al considerar que las actividades sociales
giraban en torno a la iglesia; sin duda el instrumento tomó carácter popular dentro del
ámbito eclesiástico y por lo tanto se generalizara su función.
La marimba que por aquel entonces ingresó a Costa Rica, muy diferente a la
actual, era pequeña, sin patas, con un arco de bejuco que iba amarrado del marco que sujeta
el clavijero, con cajas de resonancia de calabaza dulce (conocida también como jícara de
bejuco) debajo del teclado y telilla de nidos de araña como vibrador (mirliton), adherida
con cera de abeja.71 Otros observadores de Guanacaste y el litoral del Pacífico, la describen
señalando que
68 Rodrigo Salazar Salvatierra, Instrumentos musicales del folclor costarricense (Cartago, CR : Editorial Tecnológica de Costa
Rica, 1994), p. 40.
69 Jaime Rico Salazar, Las canciones más bellas de Costa Rica y sus compositores (San José : Academia de Guitarra
Latinoamericana, 1997), p. 29.
70 Rodrigo Salazar Salvatierra, La marimba, empleo, diseño y construcción (San José, CR : Editorial de la Universidad de
Costa Rica, 1988), p. 15.
71 Ibidem., p. 15.
72 Ibidem., p. 23.
62
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
son importantes en su fabricación: las teclas y las cajas de resonancia; de tales elementos
depende la buena sonoridad.
La declaratoria de la marimba como símbolo nacional tiene sus antecedentes desde
1988, cuando el etnomusicólogo Rodrigo Salazar Salvatierra propone que las autoridades
culturales declaren la marimba como instrumento nacional. Lo anterior considerando
que, la marimba como instrumento estaba en peligro de extinción porque sus principales
enemigos la iban desplazando en diferentes aspectos, como eran
“…el incremento de gran cantidad de instrumentos electrónicos que invaden los sitios de
baile y que se escucha en forma masiva a través de los medios de comunicación como la
radio y la televisión”. 73
“...reivindicar el uso y difusión de este preciado instrumento musical, que si bien en nuestro
país no posee las connotaciones místicas y espirituales que sí tienen los Mayas, sí representa
todo un símbolo de la cultura nacional”. 74
Lámina #32
Centro de Investigación
y Conservación del
Patrimonio Cultural.
Marimba y bolillos –
Jorge Mora Madrigal.
Fotografía. 2004.
Colección Centro
de Investigación y
Conservación del
Patrimonio Cultural.
73 Fernando Gutiérrez, “Proponen a la marimba como instrumento nacional”, La Nación (San José, CR), 12 de agosto, 1988,
p. 30.
74 Festival Nacional de Marimba 1966, p. 1.
63
Ana Patricia Pacheco Ureña
Documentos Oficiales
N° 25114-C
El Presidente de la República
y el Ministro de Cultura, Juventud y Deportes
Considerando:
Decretan:
75 Ibidem., p. 3.
64
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
José María Figueres Olsen.—El Ministro de Cultura, Juventud y Deportes, Arnoldo Mora
Rodríguez.—1 vez.—C-1200.—(47301).
N° 31953-MCJD
El Presidente de la República
y el Ministro de Cultura, Juventud y Deportes
Considerando:
Dado en la Presidencia de la República.—San José, a los doce días del mes de agosto
de dos mil cuatro.
65
Ana Patricia Pacheco Ureña
Lámina #33
Alfonso Campos
Hernández.
Marimbista.
Fotografía. Sin fecha.
Colección Alfonso
Campos Hernández.
66
X. La Antorcha de la Independencia
Introducción
“6. En las cabeceras de provincias, con la finalidad de dar mayor lucimiento al recibimiento
de la Antorcha de la Independencia, los Coordinadores de la Antorcha y las Direcciones
Regionales de Educación se encargarán de integrar un comité de recibimiento que incluyan
las principales autoridades educativas, cívicas, municipales y religiosas.
(…)
8. Se solicitará la colaboración de las bandas escolares, colegiales, municipales y
nacionales, para que una vez llegada la Antorcha de la Independencia, se ejecute el canto
de la Bandera y el Himno Nacional de Costa Rica. Se deberá coordinar el repique de las
campanas de las iglesias, el toque de las sirenas y el desfile de faroles en las comunidades,
en donde participen todos los Centros Educativos de cada Dirección Regional de
Educación”. 76
Originalmente, una antorcha era una fuente portátil de fuego usada para alumbrar.
Por lo habitual consistente de un palo o madera, con uno de sus extremos envuelto en
un trozo de paño empapado de brea o algún otro material inflamable. Con frecuencia las
antorchas se apoyaban en candelabros en lo alto de los muros, para que iluminasen los
pasillos de algunas estructuras de piedra, como castillos o criptas. En su simbología, la
antorcha es un típico emblema de iluminación espiritual y conocimiento. Y si flamea arriba,
simboliza vida y el poder regenerador de la llama. También es un símbolo de solemnidad
-por la pureza que representa la figura del fuego- en algunos cultos religiosos, en los que se
usan antorchas en ciertas celebraciones litúrgicas.77
Hacia los años sesenta estuvo en la mente de algunos educadores que
“…una tea recorriendo la superficie centroamericana, cada año, simboliza también alianza
y hermandad a la luz de un hecho que aconteció y puede inspirar mil encuentros más. No
76 Circular de Alejandrina Mata Segreda, Viceministra Académica del Ministerio de Educación Pública, a Directoras y
Directores Regionales y otros: “Directrices Generales para el Recorrido de la Antorcha Centroamericana y la celebración
del Mes de la Patria”. San José, CR, 3 de agosto, 2006.
77 Disponible en: http://es.wikipedia.orgwiki/Antorcha. Consultado el 27 de agosto del 2007.
67
Ana Patricia Pacheco Ureña
“Yo no inventé el fuego, ni la carrera, simplemente lo pensé primero … Fue en 1964 cuando
sazoné y di forma a la idea de la carrera de la Antorcha de la Independencia que partiendo
de Guatemala y trasladada a manos de estudiantes, llegaría hasta Cartago, después de
recorrer los hermanos países de Centroamérica. Haciendo el recorrido a pie y reflejando
la forma como la noticia nos vino del norte, los estudiantes representarían las postas del
correo de aquel entonces, la antorcha, el mensaje y el fuego, la noticia”. 79
78 Gladys López Avendaño, “El correo de la libertad”. La Nación (San José, CR), 15 de setiembre, 1992, p. 4.
79 Alfredo Cruz Bolaños. “Antorcha de la Independencia” La Prensa Libre (San José, CR), 30 de setiembre, 1988, p. 9.
80 “Hoy sale la Antorcha de la Independencia” La República (San José : CR), 9 de setiembre, 1964, p. 8.
68
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Lámina #34
Juan O’ Gorman.
Retablo de la
Independencia,
México.
Mural. 1960-1961.
Del: Museo Nacional
de Historia, Castillo de
Chapultepec, México.
69
Ana Patricia Pacheco Ureña
El nuevo símbolo nacional fue instaurado por el decreto ejecutivo Nº mep 015-2005
del 14 de setiembre del 2005, firmado por Guido Sáenz y Manuel Antonio Bolaños,
Ministros de Cultura, Juventud y Deportes y Educación Pública, respectivamente y del
entonces Presidente de la República de Costa Rica, Abel Pacheco De La Espriella.
Documentos Oficiales
Poder Ejecutivo
Nº 32647-C
El Presidente de la República
Y los Ministros de Cultura, Juventud y Deportes
y Educación Pública
Considerando:
81 Costa Rica. Archivo de la Asamblea Legislativa de Costa Rica. Expediente Nº 15360, “Declaración de la antorcha de la
independencia como símbolo patrio”, 10 de octubre, 2006, ff. 39-40.
70
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Decretan:
Lámina #35
Johan Phillips.
Antorcha.
Pintura para dedos. 2010.
13.5 x 37.5 x 25.5 x
32.5 cm.
Colección privada.
71
Ana Patricia Pacheco Ureña
Circular
73
Ana Patricia Pacheco Ureña
Lámina #36
Ivette González Díjeres
Leila Barreras E.
Andrés Gamboa C.
Samantha López C.
Antorcha.
Collage. 2009
5” x 5”.
Del calendario 2010:
Grupo Nación S.A.
Colección Grupo Nación S.A.
74
…Tributos Literarios
a los Símbolos Nacionales
Soy tico
Letra y música: Carlos Guzmán
1993
Soy Tico, porque llevo Soy Tico porque cada vez que encuentro
a Costa Rica en las entrañas a un amigo forastero
porque lloro cuando le demuestro mi calor.
escucho una guitarra Soy Tico porque vivo enamorado
cuando trema la marimba y orgulloso de la tierra
y con la puesta del sol. que ha inspirado
Soy Tico y si me asomo mi canción.
a la ventana
me cautiva la montaña y Y cuando caen los
se me alegra el corazón. fuertes aguaceros
es como si yo fuera
Soy Tico, porque siento la semilla
las canciones de mi tierra me huele a tierra fértil
porque vibro con la el sendero
“Luna Liberiana”, llenando de ilusión
“Caballito Nicoyano” mi alma sencilla.
“La Patriótica”, y “Pasión”.
Soy Tico y cuando Soy Tico porque una
miro la alborada guaria morada
el lamento del yigüirro me engalana la mirada y
me acelera la emoción. me impresiona de verdad.
Soy Tico y si eso
Y cuando caen los no te dice nada
fuertes aguaceros yo te mostraré mi Patria
es como si yo fuera ¡dame la oportunidad!
la semilla
me huele a tierra fértil
el sendero
llenando de ilusión
mi alma sencilla.
Fuente: Cortesía del autor.
75
Ana Patricia Pacheco Ureña
Lámina #37
Autor desconocido.
Guaria, árbol de
Guanacaste,
yigüirro y carreta.
Dibujos. Sin fecha.
De la: Imprenta Nacional
(San José, CR).
76
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
…De la Bandera
Credo cívico
(Para los niños de mi Patria)
77
Ana Patricia Pacheco Ureña
78
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
El Pabellón Nacional solo puede estar izado durante las seis horas del día, por lo tanto se
debe arriar a las seis de la tarde. Recuérdese que nunca debe permanecer izado cuando es
de noche.
79
Ana Patricia Pacheco Ureña
A la bandera tricolor
11 de abril
Ignacio Barahona Z.
1915
80
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Banderita
Óscar Jara Azocar
Banderita mía,
yo te doy mi amor;
¡para defenderte,
muy valiente soy!
El abanderado
Autor desconocido
81
Ana Patricia Pacheco Ureña
Mi bandera
Manuel María Gutiérrez Flores
Lámina #42
Junta de Caridad de
San José.
Centenario de la
Independencia
1821-1921.
Billete de la Lotería
del Asilo Chapuí.
15 de setiembre de 1921.
Colección Jorge Castro.
82
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Banderita
(Retahíla)
83
Ana Patricia Pacheco Ureña
Bandera tica
(Canción infantil)
Lámina #43
Autor desconocido.
A la Bandera de
Costa Rica.
Dibujo impreso. 1928.
Del libro: Aires ticos
(Roberto Campabadal), p. 24.
84
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
…Del Escudo
El uso del Escudo Nacional como motivo principal en estampillas, tiene en nuestra filatelia
un noble origen. Conocido todavía como Escudo de Armas de la República, el decretado
en setiembre de 1848, fue reproducido en nuestra clásica “primera emisión” de 1863,
circulando, en forma definitiva, en cuatro valores. Existe además una extensa variedad
de pruebas de dado y de plancha, así como ensayos de color y, finalmente, dos colores
(producto del uso de dos planchas) en el sello de medio real.
El estudio profundo y cuidadoso de esta emisión ha favorecido a la filatelia
costarricense con los más altos galardones en exposiciones internacionales y es una joya
que, representada en sus colecciones Sáenz Mata, Scriba, Reuben y O’Neil, constituye
atracción principal en las exposiciones nacionales.
Se inicia esta emisión, para los coleccionistas que se interesan en los sellos con
este motivo, un largo y provechoso recorrido a través de la filatelia costarricense.
La emisión de 1892, con diez valores y tres variedades de color, aporta al estudio
de este tema no menos de ochenta distintas unidades por coleccionar, esto sin considerar
los múltiples tipos de perforación utilizados. En 1901 se puso en circulación un nuevo sello
con el Escudo de Armas en el valor de diez colones. De esta hermosa estampilla en rojo
y verde, se conocen también pruebas de dado y de color que estimulan en el filatelista el
interés y la búsqueda.
Las emisiones definitivas de 1926 y 1937, destinadas exclusivamente al uso oficial,
incorporan también como motivo el Escudo, utilizando ya el decretado en 1906, que es,
con muy ligeras diferencias, el que existe en la actualidad. Estas dos emisiones incluyen,
respectivamente, diez y trece valores. Otro nobilísimo sello engalanado con este motivo es
el primero que se emitiera para el correo aéreo (Sáenz A 3, Scott C 1), en junio de 1926,
del cual existen también numerosas pruebas de dado y de plancha.
Las emisiones provisionales de 1931 y 1932 para correo aéreo, son sobrecargas
sobre timbres fiscales grabados con el Escudo Nacional.
La serie que hoy se emite tiene en común con todas las reseñadas hasta aquí, la
característica de ser grabada en acero, proceso que garantiza la producción de los sellos
de más alta calidad y que augura para esta emisión un lugar de privilegio a la par de sus
antecesoras. El motivo, algunas veces combinado y en oportunidades como resultado del
diseño “sello sobre sello”, aparece también en las emisiones “Lucha contra la malaria”,
1963, “Centenario del primer sello postal de Costa Rica”, 1963, “Tercera Exposición
Filatélica”, 1968, “Sesquicentenario de la Independencia de Centro América”, 1971 y
“Centenario de la u.p.u.”, 1976.
Merece un comentario especial la emisión de “Escudos de Costa Rica” de 1971
que reseña gráficamente la historia de nuestros escudos, desde el primero en 1823, hasta el
actual decretado en 1964. Esta serie reproduce en ocho estampillas todos los escudos con
que ha contado el país desde la Independencia de España hasta la fecha.
Puede observarse, como conclusión de esta sucinta enumeración, el atractivo que
representa el Escudo Nacional como objeto de una colección especializada. Es un tema rico
85
Ana Patricia Pacheco Ureña
y variado y que, por su representatividad y por su importancia histórica y cívica, puede ser
sin duda ampliado excepcionalmente.
En este sentido, conviene sugerir una línea adicional de investigación: determinar
y coleccionar el papel desempeñado por el Escudo de Costa Rica en la filatelia de otros
países. Algunos ejemplos pueden ilustrar esa posibilidad. Entre otros, se conocen con este
motivo, sellos de Guatemala (Primera Exposición Filatélica Centroamericana, 1938) y
Nicaragua (XVII Convención de Itsmania, 1958).
Es de gran belleza la estampilla alemana de mayo de 1963, que conmemora el
Centenario de la Conferencia Postal de París de 1863 y que exhibe, entre las de los otros
países participantes en la reunión, una silueta altamente representativa del Escudo de Costa
Rica. Existen sobres de Nicaragua (Sello centroamericano, 1964) y de Argentina (Conferencia
Económica Centroamericana, 1957) en los que aparece impreso nuestro escudo.
Y, finalmente, el 15 de setiembre de 1971, en
Uruguay se utilizó un matasellos que reproduce fielmente
el Escudo Nacional de Costa Rica, conmemorando el
sesquicentenario de nuestra independencia.
Ya no cabe ninguna duda. El motivo es rico y el
campo es fértil, por lo que cabe esperar que la emisión del
Lámina #44 Escudo Nacional de 1984 ocupará un especial y merecido
Correos de Costa Rica. lugar junto a tan ilustres joyas filatélicas.
Símbolos Patrios
1990.
Sello postal. 1990.
Colección Manuel Benito
Fuente: Boletín Filatélico No. 154 (San
Chacón Hidalgo. José : Correos y Telégrafos de Costa Rica.
Junta Filatélica de Costa Rica, 1984), p. 2.
Escudo de Armas y
Escudo Nacional de Costa Rica
(Fragmento)
82 Los “boletos de café” fueron monedas de curso legal aunque no oficial, que en forma privada circularon en las fincas del
Valle Central de Costa Rica aproximadamente a partir de la mitad del siglo XIX. El monocultivo del café aglutinó a la
capa agro exportadora del país. Al corresponderse ésta con la clase política, perdieron relevancia política y económica
los localismos y otras desigualdades propicias para el enfrentamiento social o territorial. La homogeneidad de la bonanza
económica deparó paz para los costarricenses. Los boletos de café no se encuentran catalogados aún de un modo pacífico.
El estudio numismático de los boletos de café puede asociarse de un modo muy gráfico e interesante con las ciencias
genealógicas.
86
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
aprobado en 1848, que en esencia persiste hasta nuestros días, y echaremos mano a la
imagen de algunas monedas, sellos y boletos de café, para comentar sus propiedades, y
–lamentamos decirlo– también los defectos que en nuestra opinión muestran, desde la
perspectiva de la técnica heráldica purista.
El primer escudo utilizado en Costa Rica tras la independencia, es una derivación
de la bandera del viejo reino de Guatemala, del que conservó una estrella roja de seis puntas.
El perímetro del escudo era circular, con la frase “Costa Rica Libre” a modo de bordura, y
además de la estrella contenía una palmera y un cañón cruzados. No hemos podido encontrar
una descripción oficial de este escudo, habiendo sido su utilización muy limitada.
Operó como segundo escudo nacional el que correspondía a las Provincias Unidas
del Centro de América. Desde la independencia en 1821, ha existido un movimiento
integracionista muy importante en Centroamérica, sin embargo la provincia de Costa Rica
ha sido más bien remisa a esa idea, tanto que desde 1838, mediante la Ley Aprilia, el
Presidente Don Braulio Carrillo Colina declaró separada en forma definitiva la provincia
de Costa Rica de la Federación Centroamericana. El amago del destacado masón y político
Don Francisco Morazán Quesada por reconstruir la Federación desde Costa Rica, finalizó
con su ejecución sumaria en el corazón de la ciudad de San José.83
Este segundo escudo (3 de octubre de 1823) se representa con un perímetro circular,
con otro círculo interno más pequeño que contiene ajustado un triángulo equilátero. Afuera
del triángulo se extiende un vasto océano; en el interior de este triángulo aparece una
cordillera con cinco pisos, un arco iris se extiende sobre los picos de la cordillera, bajo su
curvatura aparece un gorro frigio (símbolo de libertad) encarnado, luminoso, puesto sobre
un asta. A modo de bordura aparece la frase “Provincias Unidas del Centro América”. Su
descripción oficial es la siguiente:
“El escudo de armas de las Provincias Unidas será un triangulo equilátero. En su base
aparecerá la cordillera de cinco volcanes colocados sobre un terreno que se figure bañado
por ambos mares; en la parte superior de un arco iris que los cubra; y bajo el arco el gorro
de la libertad esparciendo luces. En torno del triángulo y en figura circular, se escribirá
con letras de oro: “Provincias Unidas del Centro de América”.
83 Fueron también masones quienes recogieron sus restos para darles cristiana sepultura: los concuños el ciudadano Don Juan
Mora Fernández, primer Jefe de Estado, y el Coronel Mayor Don Rafael G. Escalante y Nava.
84 En el inventario de la sucesión de Julián Azofeifa y Madrid, acaudalado vecino de la Ciudad de Cartago muerto en febrero
de 1782, se menciona un texto que trata de los francmasones. (Molina Jiménez, 1995, 22). Don Rafael Obregón Loría
acredita la existencia de una logia denominada Caridad, en la ciudad de Cartago, en operaciones desde 1821.
87
Ana Patricia Pacheco Ureña
círculos, que la leyenda, a modo de bordura, dice “República Federal de Centro América”,
y que el océano aparece representado por franjas onduladas y alternas de color azul y
blanco. Externamente se le representa con dos ramas en la parte superior, unidas por sus
extremos por un lazo azul. Cabe destacar, desde el punto de vista heráldico, que los escudos
circulares y ovalados por lo general son femeninos, así como los romboides, quizá este
perímetro se utilizó adrede tratándose de la federación de “las” repúblicas. También parece
más apropiada la utilización de franjas onduladas para representar el océano, en lugar de
una imagen más bien realista. El realismo fotográfico no anda con la heráldica, al menos
en su sentido propio.
El quinto escudo, muy sencillo, fue establecido durante la administración de
Don Braulio Carrillo Colina el 21 de abril de 1840. Su perímetro también es circular, su
campo es de color celeste y tiene en el centro una estrella radiante representada con ocho
picos. A modo de bordura trae la leyenda: “Estado de Costa Rica”. Desconocemos su
interpretación, de manera que no sabemos si su sencillez y características (cantidad de
puntas de la estrella) se deben a razones estéticas o simbólicas.
“Art. 1º El escudo de armas del Estado será una estrella radiante, colocada en el centro de
un círculo de fondo celeste y con la inscripción á la circunferencia de estado de costa rica”. 85
El escudo municipal de San José,86 en lo que nos interesa, se describe del siguiente
modo: “azur, de plata la estrella”. Aparte de su bordura gules, cabe destacar una importante
semejanza entrambos escudos. Queda pendiente la tarea de verificar si existe una relación
ideológica entre ambos diseños.
El sexto escudo fue aprobado en 1848, cuando Costa Rica fue separada en forma
definitiva de la República Federal de Centro América y el Jefe de Estado Don José María
Castro Madriz proclamó la República, asumiendo como primer presidente de ella. Este
escudo ha perdurado hasta nuestros días con pequeños cambios en cuanto a su composición.
Su diseño sí ha sufrido sensibles variaciones como podrá apreciarse más adelante. Esta es
la descripción oficial del escudo, contenida en el decreto cxlvii dictado en San José en
septiembre 29 de 1848:
“Art. 3. El Escudo de Armas será colocado entre trofeos de guerra y representará tres
volcanes y un extenso valle entre dos océanos, navegando en cada uno de estos un buque
mercante. Al extremo izquierdo de la línea superior que marca el horizonte se representará
un sol naciente. Cerrarán el Escudo dos palmas de mirto medio cubiertas con un listón
ancho que las une, el cual será blanco y contendrá en letras de oro esta leyenda: “república
de costa rica”, el campo que queda entre la cima de los volcanes y las palmas de mirto, lo
ocuparán cinco estrellas de igual magnitud y colocadas en figura de arco, simbolizando los
cinco Departamentos de la República. El remate del escudo será un listón azul, emplazado
en forma de corona, sobre el cual habrá en letras de plata esta leyenda: “américa central”.
85 Decreto XVI de 21 de abril de 1840 derogado por el Decreto del Gobierno Provisorio número 5 de 20 de abril de 1842 que
restituyó el escudo que se encontraba en uso con anterioridad.
86 El escudo de armas de la provincia de San José fue creado en la sesión VIII del 28 de diciembre de 1904.
87 La dictadura ejercida por los hermanos Tinoco se caracterizó por su irregularidad jurídica (amén de su ilegimitidad), no
obstante que en forma paradójica promulgaron una serie de leyes muy modernas e importantes, habiendo sido apoyados en
este proceso por los principales juristas y ex presidentes del país. Tras la caída de la dictadura, el sucesor eliminó toda esa
producción jurídica mediante una discutible ley de nulidades. El escritor Alejo Carpentier confiesa haber encontrado mucha
importancia para su novela “El recurso del método” en las vicisitudes de los hermanos Tinoco.
88
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Lámina #45
Autor desconocido.
Bandera y Escudo
de Armas de la
República de Costa
Rica en 1848.
Dibujo impreso. Sin fecha.
Del libro: El lector
costarricense (Carlos
Gagini Chavarría).
“Artículo 11. - El Escudo de Armas representará tres volcanes y un extenso valle entre
dos océanos, navegando en cada uno de éstos un buque mercante. Al extremo izquierdo
de la línea superior que marca el horizonte, se representará un sol naciente. Cerrarán el
Escudo dos palmas de mirto medio cubiertas con un listón ancho que las une, el cual será
blanco y contendrá en letras de oro esta leyenda “república de costa rica”; el campo que
queda entre la cima de los volcanes y las palmas de mirto, lo ocuparán cinco estrellas
de igual magnitud y colocadas en figura de arco. El remate del Escudo será un listón
azul, enlazado en forma de corona, sobre el cual habrá en letras de plata esta leyenda:
“américa central”.
Con independencia de que este escudo ya no porta armas o trofeos de guerra asociados,
desde el punto de vista heráldico sigue tratándose de un escudo de armas. En 1964, tanto
el ejecutivo como el legislativo interpretaron que la costumbre de seguir denominando a
ese escudo como “Escudo de Armas” se trataba de un error, por lo que se reformó aquella
ley de 1906 y todas las posteriores en el sentido de que dónde decía “Escudo de Armas”,
89
Ana Patricia Pacheco Ureña
“Artículo 11-. El Escudo Nacional representará tres volcanes y un extenso valle entre dos
océanos y en cada uno de éstos un buque mercante. En el extremo izquierdo de la línea
superior que marca el horizonte habrá un sol naciente. Cerrarán el Escudo dos palmas
de mirto, unidas por una cinta ancha de color blanco y contendrá en letras bordadas la
leyenda “República de Costa Rica”. El espacio entre el perfil de los volcanes y las palmas
de mirto lo ocuparán siete estrellas de igual magnitud, colocadas en arco que representarán
las provincias de San José, Alajuela, Cartago, Heredia, Guanacaste, Puntarenas y Limón.
El remate del Escudo lo formará una cinta azul en forma de corona en la cual en letras
plateadas figurará la leyenda “América Central”. El Poder Ejecutivo hará un modelo
oficial del Escudo”.
Dice la tradición que el escudo de armas de 1848 fue bordado por la Primera
Dama de la República Doña Pacífica Fernández de Castro, sin embargo no conocemos si
ella fue la autora de su composición, o bien, quien brindó aquella primera descripción de
su contenido. También se dice que ella, juntando dos banderas francesas por sus franjas
rojas, produjo la bandera nacional que desde aquellas calendas ondea en nuestro país.
Tales aseveraciones no pueden descartarse, pero si cabe agregar como dato vexilológico
curioso, que la inmensa mayoría de naciones que obtuvieron su emancipación durante los
siglos XVIII y XIX, componen su bandera con los colores de la bandera francesa: blanco,
azul y rojo. Colores que por lo demás tienen especial significado para los francmasones,
importante elemento catalizador de la emancipación de los pueblos americanos.
90
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
que se aclare un número distinto. El primer esmalte o metal señalado en una descripción
corresponde siempre al color del campo. Existen muchas otras reglas semejantes, muchas
claras y pacíficas, algunas otras discutibles.
Como vemos, resulta impropia una descripción como la que formulan los
decretos y leyes que fueron citados en forma literal, pues son demasiado descriptivos; lo
mismo podría decirse con menos palabras y con mayor precisión, y signo de ello es que
por ejemplo la silueta del escudo de armas se ha deformado de modo inexplicable sin
que así lo disponga ninguna norma oficial, salvo la que haya aprobado algún diseño en
particular, acuerdo que en ninguno de aquellos casos hemos logrado identificar. Véase
al efecto de qué manera cambia el contorno del escudo de armas, luego nacional, en dos
sellos postales, uno de ellos el primero que se emitió en Costa Rica,88 en 1863, y el otro
muy reciente, del último cuarto del siglo XX, en que la silueta del escudo pierde toda
proporción.
Recapitulamos afirmando que la descripción de esos escudos es impropia. No es
correcto describir de ese modo un escudo de armas, si atendemos a la importante tradición
heráldica de la que somos herederos culturales. No queda claro si el único campo del
escudo tiene algún color, ni siquiera la forma de su contorno. En relación con el perímetro o
contorno del escudo, identificamos a partir de 1909 la utilización de un contorno de fantasía
muy lejano al contorno clásico español, que en términos generales tiene una proporción
de cinco por seis y cuya punta es redondeada, no aguzada como es típica de la heráldica
francesa (Messía de la Cerda y Pita, 1990), 31).
El contorno introducido con mayor claridad a partir de 190989 se ensancha en sus
extremos, cual volutas de la superficie del escudo, conteniendo una textura muy curiosa
compuesta por hileras de pequeños círculos, originados quizá en las balas de cañón que
acompañaron en otras calendas nuestros escudos, (…). No hemos encontrado ninguna
norma que introduzca esta sensible modificación. Los únicos escudos de armas clásicos,
que adquieren formas parecidas son los polacos, de ahí que no nos podamos explicar
el fundamento de esa deformación. Podría considerarse que su objeto fue agrandar el
campo del escudo para que pudiera contener sus muchos elementos. Esa opción, en todo
caso, no es válida desde el punto de vista heráldico. Podemos continuar agregando que
la descripción oficial no utiliza el nombre de esmaltes y metales, como corresponde con
propiedad heráldica, sino que utiliza la denominación vulgar de los colores. Tampoco
respeta en forma debida la regla según la cual no deben colocarse esmaltes sobre esmaltes
o metales sobre metales. Recordemos que la imperiosa necesidad de contrastar los metales
contra los esmaltes, obedece a la importancia que tuvo en la antigüedad el poder divisar
con claridad, a la distancia, las piezas, cargas y figuras distintivas de cada familia. Por esta
misma razón se sostiene que las figuras deben representarse estilizadas y con sencillez y
tratando de llenar al máximo cada campo, pero sin tocar su perímetro (salvo que se trate
de figuras nacientes, o brochantes, entre otras excepciones), esto es lo que se conoce como
el principio de plenitud. Las estrellas de nuestro escudo resultan muy pequeñas, así como
los buques mercantes, de modo que hay que acercarse mucho al escudo para distinguir sus
figuras. Los buques que por su parte se representan en dirección hacia la derecha del escudo,
detalle que sí resulta correcto, no obstante que en algunos se les dibuja con un pabellón
ondulante en la parte trasera, libertad muy discutible desde el punto de vista técnico, por
moverse en contra de los principios de la sencillez, plenitud, etcétera. No puede soslayarse
tampoco que las velas se inflaman en dirección opuesta al sondeo del pabellón naviero,
licencia tolerada sólo por razones estéticas.
88 Utilizamos la imagen del sello de medio real de una prueba de plancha, sin perforar. El original pertenece a la colección
particular del autor. El día 10 de abril de 1863 circuló el primer sello de correos de Costa Rica.
89 Se trata del timbre fiscal Tipo C, que coexistió con el Tipo B, que sí contenía un contorno razonable. Utilizamos la
clasificación del Dr. Carlos Sáenz Mata.
91
Ana Patricia Pacheco Ureña
Las figuras no deben perderse en el campo, deben tener una claridad de formas y
suficiencia de extensión, que respete las proporciones del escudo y le hagan más fácil de
identificar. Nuestro escudo nacional contiene demasiados elementos en un solo campo. Y
ninguno de ellos es susceptible de mostrar “expresión”, atributo de las figuras humanas,
animales o quiméricas, cuyo propósito es transmitir emociones al enemigo tales como
fuerza, ferocidad, energía, peligro, etc. Quizá sea demasiado exigir que nuestro escudo
participe de ese atributo de la heráldica primigenia, pero conviene utilizar un diseño más
apropiado de sus figuras.
Es curioso advertir que la última vez que encontramos el escudo representado con
volcanes es en 1871, pues ello se deduce sin dificultad de las volutas de humo que emanan
de sus cumbres, sin embargo, fiel al comportamiento cíclico de los volcanes, estuvieron
dormidos más de un siglo, hasta que mediante decreto Nº 26853-SP de 5 de marzo de 1998
se aprueba un nuevo diseño oficial del Escudo Nacional, donde encontramos de nuevo a
los volcanes en actividad. Las monedas de curso legal desde el año de 1999 muestran los
picos humeantes.
No somos partidarios de partir el Escudo Nacional en diferentes campos para
redistribuir sus figuras, pues tratándose del primer escudo de la República, y con una
vigencia –en esencia sólida–, lo propio es que tenga un solo campo. La partición en dos,
tres, o más partes, es un fenómeno muy posterior al tiempo. Hay escudos renacentistas
tardíos que tienen hasta sesenta y cuatro particiones, lo cual produce un mosaico difícil de
comprender, incluso a corta distancia.
II. Ama y respeta el Himno, la Bandera y el Escudo de la Patria. Ellos son los
símbolos del honor nacional.
III. Ama la Libertad, más pura que el aire, más grande que el océano, más gloriosa
que todos los bienes.
92
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
IV. Ama a los demás hombres, porque cumpliendo con este mandamiento realizas
en tu mundo interior la obra de fraternidad universal.
VI. Ama a tus padres. Esos seres queridos pusieron en ti los más dulces sueños, las
más caras esperanzas, y te dieron desde la cuna sus tiernas y cálidas caricias.
VII. Ama la tierra que despierta al esfuerzo del labrador en su faena, cuando la
simiente revienta bajo el sol de mayo, brillante y magnífico, y luego se alza a
los cielos como una oración de Trabajo, como esperanza de Paz.
VIII. Ama a los árboles. Son ellos brazos florecidos de la tierra, que se levantan
como promesa de vida nueva.
IX. Educa tus hábitos en las sanas disciplinas de la vida, hasta formar tu propio
carácter, tu prístina personalidad. No traiciones a la Naturaleza, que ella te ha
sido fiel prodigándote los mejores dones de la dicha y de saludable optimismo.
X. Hazte fuerte, para que tu fortaleza te haga sano y útil a los demás; pero
recuerda siempre que la fortaleza del espíritu es mil veces más digna que la
del cuerpo.
Lámina #47
Autor desconocido.
Jura de la bandera.
Dibujo impreso.
Sin fecha.
De la revista: Bambi
170: 7, set. 1975.
Colección María Cristina
Mora Chinchilla.
93
Ana Patricia Pacheco Ureña
Desde hace miles de años, algunas especies de plantas, como el mirto, el laurel y las palmas,
han sido utilizadas en ceremonias asociadas a situaciones de triunfo o mérito. El mirto fue
consagrado a la diosa Venus y con sus ramas se coronaba a los magistrados atenienses. El
laurel fue consagrado al dios Apolo y su corona se usaba como símbolo de victoria, de alegría
o de permanencia, por ser la palmera una planta que vive por muchos años. Estas plantas
aparecen usualmente en el reverso de las monedas de Costa Rica; las primeras se acuñaron en
el gobierno de don Braulio Carrillo e incluyen dos ramas semejantes a una palma y al mirto.
La inclusión de esas ramas pudo ser para buscar congruencia con el formato del Escudo
del Estado de Cosa Rica decretado en 1840 por don Braulio (Villalobos Rodríguez et. al.
2000). La rama incluida junto al mirto en varias monedas se asemeja a una palma (hoja
de la palmera), término que se emplea especialmente para designar la que tiene hojuelas
juntas y de color amarillo. Una de las más utilizadas en Europa es la palma de Canarias
(Phoenix canariensis). Sin embargo, también se usa el término palma para las hojas de Cycas
revoluta (Cycadaceae). El grabado de ramas de mirto y una palma, entrelazadas o no, a pie
del escudo del país, no es exclusivo de las monedas de Costa Rica. […] Se ilustra el anverso
de un peso (8R) peruano, con los dos tipos de plantas […] incluye el anverso y el reverso
de la moneda inglesa de seis peniques de 1840, que tiene grabadas una rama de mirto y
otra que se asemeja a la hoja de una especie de encina, notándose en esta última las bellotas
características del género Quercus. Ambas monedas circulaban en Costa Rica cuando se
acuñaron (1842) las piezas de plata con la figura del tabaco; así como la figura de la ceiba
en el escudo de oro, cuyo anverso, que incluye una palma y una rama de mirto,…Es nuestra
opinión que el modelo para la palma y el mirto en las monedas de Costa Rica estuvo inspirado
en los pesos peruanos y chelines ingleses que circularon en el país y fueron contramarcados
en 1841 con la estrella de seis puntas o, en 1850, con el león pasante, respectivamente. No
hemos encontrado información que nos permita descartar la hipótesis de que la inclusión del
mirto y del Quercus sp. (encina) en las monedas decretadas en 1848 fue, en parte, motivado
para hacer esas monedas más familiares en el comercio internacional, especialmente por el
intercambio de la época con Gran Bretaña. La similitud entre las hojas de varias especies
de palmeras hace difícil asignar las ilustradas en las monedas a alguna o algunas especies
conocidas. Sin embargo, no podemos excluir que a partir de las monedas de don Braulio
Carrillo se utiliza como modelo alguna palma de Attlea rostrata. En estas y otras monedas
de Costa Rica, una de las ramas coincide con algunas características de la especie Myrtus
communis (Myrtaceae), mirto, llamado arrayán en otros países, por presentar hojas pequeñas,
elípticas, opuestas, de borde liso, casi sésiles, con nervadura central conspicua y frutillos
(bayas) globulares, pedunculados. Este mirto europeo es un arbusto de unos tres metros de
altura, oloroso, con hojas duras, lustrosas y persistentes, flores blancas axilares, pequeñas,
con muchos estambres cortos. El decreto emitido en 1848 especifica que la moneda de la
República se sellará en el anverso con el escudo de armas descrito en el mismo decreto y en
el cual también se indica que cerrarán el escudo dos palmas de mirto (Villalobos, 1945). En
la moneda de plata se ilustra el escudo con armas y ramas de dos especies diferentes (mirto y
palma, según nuestro criterio). Sin embargo, en la moneda de oro se incluye otro modelo de
escudo, sin armas, con dos ramas de mirto bajo el escudo. Al menos ya en 1848 se utilizaba
el término mirto en la descripción del escudo nacional y podría, por tanto, argumentarse que
las dos ramas incluidas en esa moneda de oro y la rama de la derecha de esa moneda de plata
corresponden, por coincidir con la forma de la planta de mirto, a la especie M. communis. El
mirto fue y aún es una planta importante en ritos religiosos y festejos antiguos (Lust 1990,
94
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Ciesla 2002). Es símbolo de paz, de gloria y de amor, pues, como ya mencionamos, estaba
consagrado a Venus.
Según Lines (1948), en el anverso de las monedas decretadas en 1848 por el Dr.
Castro se anota que el Escudo de la República debe estar rodeado de palmas de mirto. Este
autor opina que en las monedas de oro las palmas parecen ser sólo de café y en las de plata,
de café y mirto. Según lo indicamos, es nuestro criterio que en la moneda de oro las dos ramas
corresponden al mirto. Las ramas semejantes a Myrtus communis continúan utilizándose en
varias monedas de Costa Rica del siglo XIX y hasta la mitad del siglo XX. Nótese que,
no obstante, dos ramas de café fueron grabadas en la moneda de 1935; el grabador utilizó
el mirto en las pesetas de 1944, 1945 y 1946, posiblemente debido a los problemas que
aquejaban a la Casa de Moneda (Murillo 2004). El mirto también fue incluido por última
vez en la moneda de 5 céntimos (troquel tipo I) de 1951 (Gurdián Montealegre 1997). […]
Es posible que, debido a que los nombres científicos de las especies de las dos ramas no se
indican en los decretos respectivos, el grabador fuera flexible en su escogencia de modelos,
especialmente cuando se trataba de acomodar en forma elegante las dos ramas en el estrecho
espacio disponible. Esta flexibilidad artística es evidente aun en las representaciones de los
escudos nacionales de Costa Rica, ilustrados en sellos postales, timbres fiscales (Valverde
Alpízar 2000) y en monedas; por ejemplo, las dos versiones del escudo nacional en la emisión
resultante del decreto de 1848. En el reciente libro Símbolos Nacionales de Costa Rica
(Pacheco Ureña 2004) no se abordan los temas de la identidad y del significado de las plantas
representadas al pie de los escudos nacionales, desde 1824 hasta el presente.
En la descripción de los escudos nacionales de 1848, 1906 y 1964 se especifica que
cerrarán el escudo dos palmas de mirto cubiertas con listón ancho que las une el cual será
blanco y contendrá en letras de oro esta leyenda: República de Costa Rica (Villalobos 1945).
Según lo indicamos anteriormente, el término palma se utiliza para designar la hoja de la
palmera. Por tal motivo, la expresión dos palmas de mirto resulta confusa para el botánico.
El mirto es, en el Escudo de Costa Rica, emblema de solidaridad y victoria. Se incluyen dos
ramas, pues el triunfo se basa en dos ámbitos: el espiritual y el material (Altamirano 1997).
La flexibilidad en los grabados de los escudos nacionales hizo que el mirto se incluyera
cerrando el escudo como lo indican los decretos, hasta 1935, en las monedas de un colón, 25
y 50 céntimos.
En 1863, con la adopción del sistema decimal (vigente hasta 1896) se sustituyó
la imagen de la india parada en las monedas de oro por la del valor correspondiente de
la pieza colocado entre una guirnalda de laureles (Gurdián Montealegre 1997). […] El
decreto de 1863 también incluye la emisión, por primera vez, piezas de un centavo hechas
de una aleación de cobre y níquel, las cuales en el reverso tienen indicado su valor entre una
guirnalda de laureles. Para la moneda de 2 céntimos de 1903 se especificó que en la parte
inferior se incluyera una rama de café entrelazada con otra de laurel (Gurdián Montealegre
1996). Sin embargo, en esa moneda la rama de la derecha es más afín a una de mirto que a una
de laurel. En las monedas de un centavo de 1868 las dos ramas son también más similares al
mirto que al laurel. En el centavo de 1874 la rama de la izquierda presenta un mirto semejante
al de otras monedas, como el de la peseta de 1946, así como, a la derecha, una de las formas
de representar la palma. Es posible que el grabador de la Casa de Moneda utilizó el mismo
modelo de mirto de otras monedas de Costa Rica, en aquéllas en las que se requería ilustrar
un laurel, aun en las que se acuñaron fuera de Costa Rica, siguiendo, suponemos, un modelo
sugerido por la Casa de Moneda. Esto pudo suceder en virtud de la similitud que tendrían las
ramas de las dos especies grabadas sin un objeto que proporcionara una idea de su tamaño
relativo. Además, ambas especies poseen frutillos globosos pedicelados y hojas de forma
elíptica, lo cual induce a confusión. Siguiendo este argumento, el busto del rey Fernando VII
aparece ceñido con una corona de laurel, ya que el tamaño de las hojas es mucho más grande
que el del mirto. El laurel europeo, consagrado a Apolo, es Laurus nobilis (Laureceae), un
árbol perennifolio de hasta siete metros de altura. Posee hojas coriáceas, persistentes, con
pecíolo pequeño, oblongas, en menor número por eje que en el mirto y con frutos (bayas) de
95
Ana Patricia Pacheco Ureña
color negruzco. El laurel ha sido representado en América Central en otras páginas de interés
numismático, como en las medallas acuñadas en 1921 en conmemoración del centenario de
la independencia (Robinson 1965). […] En las medallas de Costa Rica, acuñadas también
para esa ocasión, las ramas ilustradas (Murillo 2004, p. 124) se asemejan al mirto de las
monedas, Laurus nobilis y Myrtus communis no son especies nativas de Costa Rica. En el
país se le llama laurel al árbol Cordilia alliodora (Boraginaceae) y mirto a la especie Murraya
paniculata (Rutaceae). Esta última, al igual que M.communis, fue introducida a Costa Rica a
mediados del siglo XIX (León y Poveda 2000).
En resumen, las monedas de Costa Rica incluyen una variedad de ilustraciones
de plantas, que las hace particularmente atractivas para los coleccionistas especializados.
Las monedas de árbol de encina y de la india parada, acuñadas en la Casa de Moneda de
San José, son en nuestra opinión las más logradas artísticamente, tanto por el detalle de la
ilustración como por el diseño de las piezas, pese a las limitaciones de la época. En el siglo
XXI, las monedas de arbolito destacan como un ejemplo de originalidad y de interés en la
naturaleza del siglo XIX. En el siglo XX, ese ejemplo ha sido revivido a través de la emisión
de varias monedas conmemorativas que incluyen entre otras, las dedicadas a los símbolos
nacionales como la guaria morada y el árbol de guanacaste.
Lámina #48
Autor desconocido.
Escudo de Armas de
Costa Rica en 1848.
Dibujo impreso. Sin fecha.
Colección privada.
96
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Escudo
Autor desconocido
Lámina #49
Autor desconocido.
Escudo de Costa Rica.
Dibujo impreso. Sin fecha.
Del libro: Silabario
Castellano (Porfirio
Brenes Castro), p.101.
97
Ana Patricia Pacheco Ureña
Nuestro escudo
Evelia Fuentes Rivera
En él se resume
prodigiosa tierra
que Dios nos legó.
Dos sierras mayores,
la gran cordillera.
El sol que aparece
en el mar Caribe
y empieza a ocultarse,
allá en el Pacífico.
Lámina #50
Banco Internacional de
Costa Rica.
Marbete de la Caja
de Conversión.
Dibujo impreso. 1919.
Colección Jorge Castro.
98
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Señor:
Tenemos la honra de informar á V. del resultado de la comisión que tuvo á bien
darnos esa Secretaría. Después de un estudio cuidadoso de las cuarenta composiciones
sometidas al certamen, hemos fallado únicamente a favor de la que venía firmada con el
seudónimo Labrador, que ha resultado ser original del señor don José María Zeledón. Esta
composición se ajusta en un todo a la música del Himno Nacional, tal y como lo escribió
don Manuel María Gutiérrez. Incluso se servirá V. hallar la obra premiada.
Nos es grato reiterar á V. las expresiones de nuestra muy distinguida consideración,
Alberto Brenes
R. Fernández Guardia Alejandro Alvarado
99
Ana Patricia Pacheco Ureña
Lámina #51
Correos de Costa Rica.
Centenario de la letra
del Himno Nacional
de Costa Rica.
Sello postal. 2003.
Colección privada.
100
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
101
Ana Patricia Pacheco Ureña
“por la fuerza” que de este país quiso hacer un puñado de aventureros de diferentes
nacionalidades. De la misma manera que rechazó siempre las invasiones todas que la
ambición criolla ha traído de afuera a nuestros lares, no se demuestra que no conviene a
Costa Rica la “anexión voluntaria” a los Estados del Norte.
Quedan en pie mis afirmaciones a despecho de todos los discursos pomposos
que el conservatismo gusta de pronunciar en universidades y ateneos del Centro del Sur
de esta maltratada virgen del mundo, en tanto que alguien no consiga demostrar que los
costarricenses, en vez de tener más o menos próspera a su Patria, han de perderla en el
ánimo de la anexión.
Lámina #53
Juan Manuel
Sánchez Barrantes.
Sin nombre.
Dibujo impreso. Sin fecha.
De la revista: Bambi
146: cubierta, set. 1972.
Colección María Cristina
Mora Chinchilla.
102
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
MC-347-70
30 de Octubre de 1970
Señor,
Don José Figueres Ferrer.
Presidente de la República.
casa presidencial. -
Cumplo con el deber de informar a usted sobre las posibilidades de aplicación nacional
para la feliz idea lanzada por usted en las Naciones Unidas, de que desaparezcan de los
Himnos y cantos nacionales, aquellos aspectos tendientes a celebrar o fomentar el espíritu
bélico.
Es indudable que las ideas que se captan y asimilan en la infancia, y nos acompañan a lo
largo de nuestras vidas, se convierten en vivencias que inconscientemente nos inspiran y
determinan ciertas actitudes. Así, el acostumbrar a los pueblos a exaltaciones belicistas,
tiene necesariamente como resultado el exponerlos, por lo menos, a una actitud de
indiferencia; mientras que el canto nacional que enaltece valores positivos como la paz, el
trabajo y la dignidad humana tenderá, por el contrario, a fomentar en el pueblo el respeto
por tan nobles valores.
De allí que la idea presentada por usted haya tenido la favorable repercusión internacional
que hemos podido conocer por la prensa.
Ahora bien, se trata ahora de determinar si en este caso, como en tantos otros, debe Costa
Rica adelantarse a predicar con el ejemplo. A fin de responder debidamente a su consulta,
he recorrido un poco la historia de la letra actual de nuestro Himno.
Fue producto de un concurso celebrado durante el gobierno de don Ascensión Esquivel,
con el objeto de sustituir la letra anterior, que se iniciaba con los siguientes versos:
103
Ana Patricia Pacheco Ureña
Una de las razones que en su época se adujeron para que se cambiara la letra de algunos
de cuyos conceptos acabo de transcribir, fue la de que no representaba en manera alguna la
psicología costarricense, y resultaba ajena a nuestro espíritu.
La letra actual, producto del certamen indicado, la compuso el poeta don José María
Zeledón, quien tuvo el acierto de hacer del Himno un elogio, como corresponde, de la
Patria, pero trazado dentro de sentimientos y valores propios de la vida costarricense.
Es de señalar y subrayar que, adoptada esa letra en los días en que Costa Rica había
emprendido con gran fuerza la exaltación de las glorias del 56, las estrofas del poeta
Zeledón no contienen alusión concreta a esos hechos bélicos. Y sólo podría verse en la
tercer estrofa, una referencia indirecta a ellos, pero únicamente en un sentido ejemplar.
Vale la pena examinar con algún detenimiento las cuatro estrofas de que consta la letra de
nuestro Himno Nacional.
Las dos primeras contienen un símil de carácter poético entre los colores de la bandera
nacional, y el carácter costarricense. Para el poeta, el azul de la bandera representa
simplemente el del cielo, bajo el cual descansa, blanca y pura, la paz. El rojo de la franja
central no huele a sangre para el poeta: es nada más que el enrojecimiento que en la faz el
hombre produce “la lucha tenaz de fecunda labor”, en la cual los costarricenses, labriegos
sencillos, encontraron “eterno prestigio, estima y honor”.
Pocas veces se las ha arreglado mejor un poeta para encontrar en el rojo un símbolo
pacífico, y menos, para encontrar, en los colores de una bandera, la expresión de la vida de
un pueblo.
La tercer estrofa invoca a la Patria con los más suaves calificativos: gentil, madre de amor.
Pero, hecha ya la exaltación de la vida pacífica y laboriosa del hombre costarricense, señala
la determinación que lo anima a defenderla. La gloria de que nos habla cuando dice que
alguno podría pretender mancharla, no puede ser otra que aquélla que se mencionó al
principio: la gloria de la paz blanca y pura, de la lucha tenaz de fecunda labor. No incurre
el poeta siquiera en la fácil tarea de incluir expresamente el magnífico don de la libertad
entre los que puedan estar amenazados, porque parece desprenderse de la concepción toda
del Himno, que una vida como la que describe, necesariamente será libre.
El pueblo costarricense no tiene temperamento bélico, pero es un celoso defensor de sus
derechos, su tranquilidad y sus libertades. Cada vez que los ha sentido amenazados, ha
sabido erguirse para defenderlos. Es esta una virtud cívica poco común. Ha sido el propio
pueblo el que ha acudido en defensa de su libertad cada vez que la ha visto en peligro. Lo
que el Himno exalta es la decisión del pueblo costarricense de vivir libre y en paz, y de no
soportar tiranías. Los conceptos que tal sentimiento expresan en nuestro Himno, con ser
elocuentes, están expresados en un lenguaje sobrio y poético: mediante la metáfora –tan
cara al pueblo costarricense– de la tosca herramienta que se troca en arma. No hay espíritu
bélico en esta estrofa; simplemente, la declaración, que corresponde a una noble tradición
costarricense, de que la paz no es lo mismo que la pasividad; de que nuestro pueblo sabe
que para vivir en paz, debe estar dispuesto a defender sus derechos contra quien intente
mancillarlos. Muchas veces, a lo largo de la historia, el costarricense ha demostrado la
verdad contenida en esa estrofa de su Himno. Y es saludable -dentro de la concepción
expresada en los primeros párrafos de esta carta- que el costarricense crezca y se forme
adquiriendo y manteniendo conciencia de sus derechos, y de su obligación de defenderlos.
A mi juicio, la tercer estrofa de nuestro Himno, lejos de una exaltación belicista, contiene
la de nuestro vivir democrático y de nuestra decisión de preservarlo.
La estrofa final sirve de recapitulación a las tres anteriores. Reitera, con algunas
modificaciones formales, conceptos ya expresados, e introduce uno nuevo, igualmente
noble: el del “dulce abrigo” que Costa Rica ha sido y debe ser, para el hombre.
104
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Por las anteriores razones, señor Presidente, es mi opinión que nuestro Himno Nacional
bien puede servir como ejemplo vivo de lo que usted manifestó en las Naciones Unidas.
Es un canto a la vida pacífica y a la vida libre y, al mismo tiempo, una indicación de que
los costarricenses estamos dispuestos a defender, como pueblo, como ciudadanos, esas
virtudes. En cierta forma, podría decirse que la letra del Himno se adelantó 46 años a la
concepción de un país sin ejército. Y pienso que el poeta Zeledón, que vivía aún, con su
levantado espíritu de demócrata incólume, cuando el ejército de Costa Rica fue eliminado,
debe de haber sentido, en lo más íntimo de su corazón de costarricense libre, que se estaba
cumpliendo, en ese instante, un deseo insinuado por él en el poema que en buena hora había
escrito para los costarricenses.
No debemos, por lo tanto, temer que la tesis por usted expuesta, contradiga la letra de
nuestro Himno, canto a los más nobles sentimientos, a las virtudes pacíficas, y al vivir
tranquilo y democrático de que los costarricenses nos ufanamos.
Del señor Presidente atenta y afectuosamente,
Alberto F. Cañas
Homenaje
“Hace 75 años en este mismo lugar, los niños de las escuelas de San José cantaron por
primera vez el Himno Nacional, con la letra escrita por la pluma venerada de nuestro poeta
José M. Zeledón Brenes.
A la memoria de quien alcanzó la gloria de perpetuar el alma de la patria en los
versos sagrados de su himno, los niños y los jóvenes de Costa Rica dejan aquí para siempre
el homenaje de su amorosa gratitud, como tributo inextinguible de respetuosa referencia
para uno de sus hijos más queridos.
El Gobierno de la República, por iniciativa del Liceo San José, consagra este
sitio al culto eterno de nuestro símbolo patrio y al recuerdo imperecedero del hombre que
inmortalizó en su letra todo el orgullo viril de nuestro ser costarricense”.
Para escribir la letra del Himno Nacional de Costa Rica con propiedad tal que fuera como
palabra salida del corazón de todos los costarricenses, era necesario un hombre de talento
poético y de viril carácter que estuviera vinculado a la tierra materna por raíz nativa y por
vigorosa resolución propia. José María Zeledón fue este hombre cabal. Pudo él interpretar
las virtualidades del pueblo costarricense porque su vida fue ejemplo de ellas. Nació en
la pobreza y en la sencillez y trabajó desde temprano como un auténtico hijo del pueblo.
La experiencia de la vida fue su escuela mejor, escuela de esfuerzo, responsabilidad y
105
Ana Patricia Pacheco Ureña
106
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Lámina #55
Autor desconocido.
Niños cantando el
Himno Nacional de
Costa Rica.
Dibujo. Sin fecha.
Del libro: Silabario
Castellano (Porfirio
Brenes Castro), cubierta.
Nuestro Himno
Autor desconocido
107
Ana Patricia Pacheco Ureña
Himno Patrio
F. Gamboa B.
Lámina #56
Hugo Díaz Jiménez.
(Seud. Lalo)
Sin nombre.
Caricatura. 1984.
Del periódico: La República
(San José, CR), 15 de
setiembre 1984, p. 12.
108
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Guaria morada
Mercedes Maiti
Delicada seda que en el tronco mora, flor de la montaña, verso hecho de luz…
Morado que el indio imitó en sus tintes, hay en tu vestido, suave tafetán.
Dí, que dice el viento que besa tus ropas?
Acaso el yigüirro trinó su alegría cerca de tu falda? Cantó la cigarra su nota
estival? O el menudo grillo trajo su caricia en la noche amarga de la soledad?
Guaria de la tierra de Santamaría, ya que has triunfado como la más bella de este
suelo tico, anda por el mundo y cuenta a los hombres que en tu tierra buena se goza del
santo derecho de la libertad.
Fuente: Educación 155:29, feb. 1947. Colección
José Vargas Zamora.
Guaria morada
Henry Pittier
Una de las más vistosas entre las llamadas parásitas. Es epífita en ciertos árboles de tierra
templada y corona los muros de los patios y los techos de muchas casas antiguas en Cartago
y alrededores, en donde parece haber sido una favorita desde los tiempos más remotos:
hasta es posible que lo haya sido de los Indios, cuyas mujeres gustan adornarse la cabeza,
con las grandes flores moradas. Una variedad de la misma especie, la guaria blanca, así
llamada por sus flores níveas, es muy buscada para la exportación. -Etim.: el nombre es
indígena.
Guri
(Leyenda mitológica)
Dícese que hace siglos, en alguna parte de lo que hoy es Pérez Zeledón, vivía una tribu indígena
y había en ella una familia que era muy adicta al cultivo de plantas ornamentales y, una vez
que éstas florecían, cortaban las flores más hermosas y las llevaban al templo consagrado a
Duluci, diosa de la luz, para que ella derramara sus gracias sobre el jardín y sus cultivadores
para que todas las flores que aparecieran después fueran hermosísimas y fragantes.
109
Ana Patricia Pacheco Ureña
De todos los de la familia quien más se preocupaba por el cultivo del inmenso jardín
era una pequeña y humilde indiecita llamada Guri. Ella se pasaba todo el día en el jardín
admirando la belleza de las flores, a las que gustaba acariciar con sus manitas y sus labios.
Una tarde, mientras Guri se encontraba en el jardín, se le apareció Duluci y le
saludó de esta manera: “Mi buena Guri, he visto tu amor y desvelo por las flores. No sabes
lo mucho que esto me agrada, y como en mi mano está concederte cualquier cosa de las
muchas inocentes que deseas, vengo a decirte que puedes pedirme lo que quieras”.
Guri quedó inmóvil y boquiabierta por la presencia y belleza de la diosa; de sus
vestidos de luces de colores y de la riquísima corona que llevaba.
De todo lo que más le gustó a la indita fueron unas centellantes estrellitas, de color
morado, que lucían en el collar que la diosa llevaba colgando del cuello.
Como la diosa veía que la niña no hablaba, y se fijaba tanto en su collar, le dijo:
Guri, mi hermosísima Guri, por qué no hablas? Me tienes miedo? Por qué no me pides
algo? Qué es lo que más te gusta de todo lo que miras ahora?
“No, hermosísima diosa, dijo Guri, no es que te tema porque sé que eres buena.
Porque sé que en vez de hacerme daño me protegerías. Lo que sucede es que yo no esperaba
que te llegara a conocer mientras viviera en este mundo de los mortales. Por eso es, divina
Duluci, que he quedado muda al verte…Es por la inesperada sorpresa”. Luego continuó.
“Me gustaría…me gustaría irme a vivir a tu lado. Que llevaras mi espíritu contigo, y que
a mi cuerpo lo transformaras en una linda matita que diera flores moradas como esas
estrellitas que traes en tu collar”.
“Está bien, dijo Duluci, hoy mismo te daré ese gusto. Ahora vuelve a tu casa”.
Guri volvió a la casita y contó a sus padres y hermanos lo visto y oído, pero éstos
no le creían.
De repente la indiecita comenzó a sentir sueño y se recostó en el tibio, palpitante
y amoroso pecho maternal. Su madre, al notar que había quedado inmóvil, le alzó y le llevó
a su camita creyéndola dormida, pero su sorpresa fue indecible al darse cuenta que la niña
estaba muerta, por lo que dispusieron ahí mismo rodearle de perfumadas flores, e iniciar los
ritos de la ley de la tribu en estos casos.
A la mañana del nuevo día, cuando estaban presentes todos los habitantes de la
tribu, y mientras cantaban los himnos de despedida, para luego sepultar el cuerpecito,
éste comenzó a transformarse
misteriosamente en una
hermosa y fresca matita hasta
que quedó convertido en una
orquídea que en su centro
lucía una delicadísima flor
morada.
Esta era Guri, a quien
Duluci había transformado
concediéndole lo que la niña
Lámina #57
le había solicitado.
Rafael Pacheco Granados. Así nació la linda guaria
Guaria morada. morada que embellece a Costa
Fotografía. Sin fecha. Rica.
Colección Rafael
Pacheco Granados.
110
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
“En Guanacaste cuando hay temporales quedan en las ciénagas pequeñas islas
que los regionales llaman tembloreras o talolingas. La canción empezó a ser conocida con
este nombre. Y le encantaba a la gente así. Muchachos, tóquense las talolingas. Así nació
el nombre de nuestro dueto…”. Lo anterior es parte de una conversación con Roberto
Gutiérrez Vargas, autor y coautor de una serie de bellas canciones nacionales, entre ellas la
más hermosa que se ha producido en Costa Rica: la Guaria Morada.
“Corría el año 34 Carlos María López oriundo de Santa Ana…y yo estábamos en
el puerto dedicados a la pintura. Pero como a la gente le gustaba tanto nuestra forma de
cantar, fuimos a debutar a Radio Puntarenas, un espléndido vivero de artistas, que alentaba
el propietario de la estación, don Abel Salazar. Ahí se dio a conocer, entre otros valores,
ese estupendo actor radial costumbrista, Fernando Fernández, más conocido como Zoilo
Peñaranda.
“Seguimos pintando puentes, cantando y componiendo…
111
Ana Patricia Pacheco Ureña
Llegó el año 39, la Fábrica Nacional de Licores, por sugerencia de don Alberto
Garnier, hizo un concurso de canciones criollas. En esos días estábamos trabajando con
el Ferrocarril al Pacífico, cuando oímos del concurso, decidimos participar. El tema tenía
que ser nacional. Como en Pavas hay unas tapias que en febrero se cubrían de un manto
nazareno, se nos ocurrió hacerle una canción a la guaria morada. López me decía que en
Santa Ana, el General Volio tenía también tapias entejadas repletas de la bella orquídea y
yo recordaba las tapias de mi abuela en Santo Domingo…La Mil Flor, aquí en San José,
era otro sitio que estaba lleno de guarias. Empezamos, pues a emborronar papeles y a atar
notas...“Sobre la tapia entejada…sus pétalos suaves agita…”.
“Por fin compusimos seis versos y la canción quedó lista. Al primero que se la
cantamos fue a don Joaquín Vargas Coto. Luego vino el concurso y obtuvimos el primer
premio. A la gente le gustaba tanto que la Voz de la Víctor nos contrató para que una vez
por semana, participáramos en el programa que tenían los sábados el Concho Vindas y
Zoilo Peñaranda”.
“Vinieron giras dentro y fuera del país. Cinco años estuvimos en Colombia,
Venezuela y Panamá cantando sólo música nacional como Amor de Temporada, Caña
Dulce, la Guaria, etc. Antes de salir del país fuimos invitados a Las Juntas de Abangares. El
día que nos veníamos estábamos en el negocio de Alfredo Chan cuando se acercó Eulogio
Porras, con el cual nos unía cierta amistad. Precisamente, en esos días se había declarado
flor nacional a la guaria morada. Como antes dije, nosotros compusimos hasta el sexto
verso, Eulogio, que escribe con el seudónimo de Aníbal Reni, nos dijo: Muchachos, les
traigo estos versos para completar la canción. Yo creo que así quedaría mejor”.
Efectivamente los dos versos son muy hermosos y los incorporamos. Entonces la
Guaria Morada quedó en esta forma:
Los versos subrayados son los que según las palabras de Roberto Gutiérrez,
compuso Eulogio Porras.
“Nos fuimos del país. Cuando regresamos nos encontramos con más de un dueño
de la Guaria Morada. Por cierto que al respecto hemos tenido muchos problemas, algunos
de ellos con personas que se empeñan en desconocernos la letra. Incluso hemos reclamado
112
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
113
Ana Patricia Pacheco Ureña
Lámina #59
Alfonso Campos Hernández.
Guaria morada.
Fotografía. Sin fecha.
Colección Alfonso
Campos Hernández.
Manojo de guarias
Lisímaco Chavarría Palma
Moradas cual la túnica de Cristo ¿Para quién ha de ser? ¡Oh dulce niña!
columpiando sus pétalos de seda, Para ti, compañera de mis rutas,
en mis bosques nativos las he visto son las flores que bordan mi campiña
donde el zenzontle al manantial remeda. rica de mies y de doradas frutas.
Caprichos de amatista suspendidos ¿Para quién han de ser? Entre tus manos
en los troncos de las ceibas centenarias, serán así como imperial ofrenda,
fulgores de la aurora detenidos cual jirón que tejen los veranos
sobre el remanso azul, así las guarias. cuando la tarde en el azul descienda.
De noche cuando salen las estrellas, Un manojo de guarias, tal los versos
como pálidas niñas del espacio, que vengo a deshojar a tu ventana;
riegan collares de ópalo sobre ellas son candorosos cual tus labios tersos,
y entonces son joyeles de topacio. como tu sien de rosa y porcelana.
Lo vieron reventar los manantiales Aún viene con las gotas de rocío
en las noches de luna, en las montañas, que sobre él salpicaron las auroras;
como rizos de sedas orientales tiene fragancias del terruño mío,
junto a la paz rural de las cabañas. de reinas de la noche y de pastoras.
114
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Las guarias
Letra: J. J. Salas Pérez
Música: José Daniel Zúñiga Zeledón
Recitado
Para adornar las ramas de mi vida Para colmar de amor mi pensamiento
que tiene a veces horas procelarias, y embellecer mis horas solitarias
yo le pido al Señor de los jardines me acerco a un viejo tronco a quien coronan
los ramos florecidos de las Guarias. los ramos florecidos de las Guarias.
Cantado Recitado
Para adornar los túmulos que adoro Para adornar las ramas de mi vida
quisiera las columnas estatuarias que tiene a veces, horas procelarias,
que lucen en su plinto cual banderas yo le pido al Señor de los jardines
los ramos florecidos de las Guarias. los ramos florecidos de las Guarias.
Lámina #60
Cristina Fournier.
14 de febrero.
Acuarela. 2009.
55 x 75 cm.
Colección Cristina Fournier.
115
Ana Patricia Pacheco Ureña
Flor nacional
Eulogio Porras Ramírez
(Seud. Aníbal Reni)
Flores nazarenas
Noé Chavarría V.
116
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Flor nacional
Carlos Arauz Porras
Lámina #62
Alfonso Campos Hernández.
Guaria morada.
Fotografía. Sin fecha.
Colección Alfonso
Campos Hernández.
117
Ana Patricia Pacheco Ureña
…Del Guanacaste
El árbol de guanacaste
J. A. Briceño S.
Lámina #63
Karen Clachar. Fuente: Bambi 84:12, jul. 1965.
Árbol de guanacaste
en Liberia, Guanacaste.
Fotografía. 2007.
Colección Karen Clachar.
Un guanacaste de verdad
Heriberto Valverde Castro
2009
118
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
El árbol de guanacaste
(Fragmento)
Nota: Este artículo se refiere a un análisis de la variedad de ilustraciones de plantas que se incluyen en las
monedas de Costa Rica a través de nuestra historia; pero para efectos de esta obra, únicamente se consideró
lo relacionado con las monedas donde se incluye el árbol de Guanacaste. Se utiliza todo el material original
creado por su autor, si alterar ninguna de las partes del texto.
119
Ana Patricia Pacheco Ureña
En el patio de mi casa
tengo yo un Guanacaste
que en todos los días del año
se engalana como un rey.
120
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Árbol de guanacaste
Letra y música: Juan Carlos Rojas Ramírez
Árbol territorio
Carlos Cruz Porras
2009
Lámina #66
Karen Clachar.
Árbol de Guanacaste.
Liberia, Guanacaste.
Fotografía. 2007.
Colección Karen Clachar.
121
Ana Patricia Pacheco Ureña
…Del Yigüirro
El yigüirro
Carlos Luis Sáenz Elizondo
(Seud. Lemuel Gulliver)
Cantador del verano, el yigüirro pide a la oscura nube la clara lluvia que suavizará la tierra
seca y que hará reverdecer los potreros.
Como un humilde campesino va vestido; su plumaje es sencillo, del color del hábito
de los franciscanos; color de hoja marchita, color de tierra seca y asoleada. Compañero
del labrador, cuando el higuerón está cuajado de frutitos de miel, vive feliz en su amplio
follaje. Su canto es un alivio para el peón que trabaja con el machete en el cañaveral o con
la pala en el cafetal.
Alegre con la estación, hace su nido por el mes de mayo; cuando caen las primeras
lluvias acude a los arrozales en busca de pajitas para hacer su nido sencillo, como su
sentimiento de buen pájaro, en donde criará con amor a sus polluelos. Buen padre, cuida
durante el día a los pichoncitos calvos, gritones y voraces: ya les trae frutitos de güitite,
amarillos, o lombrices de tierra que se retuercen en su pico.
Cuando ya tienen alas emplumadas entonces los llevarán por los caminos del aire
a buscar el dorado racimo de guineas, el sabroso aguacate de mantequilla o las naranjas
dulces.
Así vivirán felices en los árboles siempre que no los enjaulen en las jaulitas de
varillas de jocorró o de caña. Enjaulados seguirán cantando con su canto melancólico,
oprimidor de corazones.
Contesta:
¿De qué pájaro habla esta lectura?
¿Por qué se le llama el yigüirro cantador de los veranos?
¿Por qué se le llama compañero del labrador?
¿Por qué se dice que es buen padre?
Lámina #67
Lino Verny
Sánchez Chacón.
Yigüirro en el jardín.
Fotografía. 2008.
Colección Lino Verny.
122
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Serenata en mi ventana
Ufrán García Marín
2008
Son las tres de la madrugada. No sé por qué estoy despierto tan temprano y sin sueño. Debe
de ser esa bendita andropausia que se asoma, o se despide, ¡sepa Dios!
Comienzo a cavilar. El silencio es profundo. La luna está casi llena y mete la luz
como puntadas por entre las cortinas. El tímido maullido de un gato frustrado, solo logra
hacer más profunda la calma.
Pienso en la vida. En lo que fue, en lo que podría ser. Me culpo, me justifico,
hago propósitos, los corrijo. Me duele un poco el alma, algún desengaño, un proyecto
inconcluso…
De repente, una hermosa aunque triste melodía irrumpe en aquel mundo mío. No
desentona en la soledad. No altera mi paz. Solo profundiza esa melancolía incorporada en
el pecho de quienes crecimos en un mundo de carencias.
Aquel canto de singulares notas me embelesa, no me resisto. Ya no escucho el
gato. La luna es más brillante.
Vuelvo a la niñez. A los potreros de Naranjos Agrios. A las lomas de jaragua
onduladas por el viento, como si una mano superior las acariciara con el dorso.
Y caigo en la cuenta. ¡Un yigüirro! ¡Un humilde yigüirro! El ave nacional mejor
escogida del mundo sacude mi ser casi con ternura. Me acurruco y disfruto. ¡Qué delicia
de canto! ¡Cuánta pasión al regalarlo!
Y pensar que de niño, allá por los años sesenta, robé pichones de los nidos en los
jícaros. Tuve algunos encerrados en pequeñas cajas de cartón, con la egoísta esperanza de
que un día cantaran para mí.
Aquel chiquillo ignorante jamás vio cumplirse su anhelo. El maldito gato murisco
me robó los polluelos siempre. ¡Pero el desgraciado soportó mi ira por largos días! Los
perros fueron mis aliados. La flecha también.
Eso sí, hace muchos años, más de cuatro décadas, no
concibo que se corte el vuelo y la alegría de los pájaros en una
jaula. Solo los quiero libres.
Ahora me asomo por la ventana. En la rama del cas
está aquel macho enamorado. No es su función llamar los
aguaceros, como se suele decir. Es un canto de amor. Es el
preludio melódico de la procreación.
Vuelvo a caer en los recuerdos. Repaso una y otra
vez la presencia de avecillas en los alrededores de la casona
de madera en Naranjos Agrios, allá en mi Tilarán.
Me pareció oír la viudita, el pecho amarillo, la
chorcha, el agüío, el toledo e incluso el finísimo jilguero en el
fondo de la montaña virgen.
Todos llenan el mundo natural con sus cantos, pero
ninguno, ni por asomo, igual al yigüirro, que encierra el don
especial de la música más completa y melodiosa de llanos y
serranías.
Lámina #68
Óscar Bakit.
El yigüirro.
Fuente: Cortesía del autor.
Dibujo impreso. 1944.
Del libro: Recados criollos
(Aníbal Reni), p. 11.
123
Ana Patricia Pacheco Ureña
Cantando a la lluvia
Luis Esteban Vargas Castro
2009
Faltan dos horas para el amanecer. De pronto, una melodía líquida rompe el silencio de
la noche. Frases tras otras cargadas con energía que detiene la monotonía del tiempo. La
frecuencia del sonido es modulada y controlada casi a antojo por el corazón palpitante de
un yigüirro que ha despertado, y hace lo que mejor sabe hacer, cantar.
Poco a poco más yigüirros van despertando y se unen a la función. Cada uno
aporta su propia tonada, pues cada uno domina una canción, un repertorio de melodías
distinto. Gradualmente va creciendo un coro que madruga y suena entre los robles de
sabana, los higuerones y palos de mango. También entre cercas y postes eléctricos se le
escucha, haciendo eco entre jardines de casas y calles urbanas. Ellos saben que pronto va
amanecer y juntos esperan así el comienzo de un nuevo día. Costa Rica, está despertando.
Conspicuo durante los meses de marzo a julio el yigüirro canta sin cesar. Nuestros
abuelos suelen decir que su canto llama a la lluvia, ya que su periodo reproductivo
coincide con el arribo de la época lluviosa. Es nuestra ave nacional desde hace poco más
de treinta años según la Ley 6031, y fue elegido de entre más de ochocientas especies que
habitan nuestro país por sus dulces y potentes melodías, más que por su humilde plumaje.
Lamentablemente hoy en día pocos apreciamos su canto y sin embargo en este reside un
mensaje de sabiduría.
Es común pensar que todos los yigüirros cantan igual, pero en realidad no ocurre
así. Aunque sólo los machos cantan, cada uno empieza un proceso de aprendizaje desde
que nace. Siendo aún pichón, el joven yigüirro escucha su alrededor. Escucha la canción
de su padre, la de otros familiares, o puede escuchar la canción de vecinos que viven en
su mismo vecindario. El pequeño guarda en su memoria varios sonidos producidos por
distintos miembros de la comunidad, para luego imitarlos y construir así parte de su propia
canción. Pueden tener repertorios de más de veinticinco tipos de sonidos distintos y cuando
cantan, emiten estos elementos unos tras otros formando “frases” que pueden ser hasta de
cuarenta o más elementos seguidos. Debido a que cada año nacen y mueren individuos,
así como también pueden cambiar los miembros de la población, el acervo de elementos
del canto de una población no siempre es el mismo. Evoluciona. Todos aprenden, todos
enseñan y todos aportan una melodía irremplazable.
La canción de los yigüirros es como la historia de nuestro país. Cambia a través del
tiempo y lo heredamos a generaciones siguientes. Seamos modelo para imitar. Pensemos en
los valores que se enseñan en nuestra familia, ¿serán valores dignos de imitación? Ahora,
recordemos el trato que damos a nuestros vecinos. ¿No es este trato la misma calidez o
la indiferencia que se siente en el barrio? En el gobierno, los dirigentes en turno pueden
jugar “la anda” con la corrupción y arrastrarla de un gobierno a otro, o pueden escoger ser
decentes y respetar a su propio país.
Enseñemos valores como honestidad, humildad y respeto. Amor al trabajo.
Será recíproco. Así como estas maravillosas aves, todos estamos aprendiendo juntos,
enseñándoles unos a otros, y contribuyendo a formar la Costa Rica del presente. Y ésta,
está cantando a la lluvia, lluvia que puede ser símbolo de vida y regeneración, o pueden ser
tempestades destructivas que nos aflijan como nación. Valoremos crecer juntos. Costa Rica
toma el rumbo que le demos.
124
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Lámina #69
Roberto García.
Yigüirro.
Fotografía. 2008.
Colección Roberto García.
125
Ana Patricia Pacheco Ureña
Romance de pajarillos
Emma Gamboa Alvarado
3
-Escuchad: un monstruo viene!
gritan a coro los tijos.
-No es un monstruo: es un gigante
Lámina #70 traga piedras, dice el grillo.
Autor desconocido. -No es gigante, es un tractor,
Yigüirro. les explica el mozotillo.
Dibujo. Sin fecha.
Del libro: Flor de
Se oye el ruido más cerca,
Infancia (Emma Gamboa el tractor desploma un pino,
Alvarado), p. 66. el sauce se estremece
y cae al borde del río.
El yigüirro solitario
1 contempla el árbol caído
Un yigüirro carmelita, y canta tiuí tiuí
solitario pajarito, con llanto de pajarito.
en una rama de sauce
alza canto cristalino. ¡Oh! si el hombre entendiera
-Sauce, danza del aire, el lamento del yigüirro.
arcángel verde del río,
¿quieres prestarme tu sombra 4
y dar alero a mi nido? El ave vuela y revuela
-Haz tu hogar bajo mi copa, buscando otro árbol amigo
avecita, y que tu trino y en eso ve un zopilote
sea mi clarín de cristal negro de elevado giro.
en el alba del rocío. -¿Zopilote, zopilotico,
dime si tu ojo vivo
Se ha quedado quieto el viento, ha visto un árbol frondoso
apenas arrulla el río. que me quiera dar abrigo?
-Si me enseñas tu canción
2 te lo diré pajarito.
El ave humilde se empina El yigüirro suelta al aire
y suelta al aire su silbo una lección de trinos;
de lejos va contestando pero el pobre zopilote,
un coro de pajaritos. zopilote, zopilotico,
Tres niños que van descalzos repite gus, gus, gus, gus,
sobre las piedras del río cada vez que abre el pico.
se detienen a escuchar
aquel canto matutino. Y prosigue su aventura
-Yigüirro madrugador, el pájaro peregrino.
¿qué dice tu cantarcillo?
126
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
5 8
Jilguero, voz de cristal, Los pajaritos madrugan
príncipe del bosque umbrío, y alzan su oración en trinos.
¿dime si has visto un sauce, Antes que el sol se levante
a la vera de algún río? han comenzado su nido.
-Muchos árboles frondosos Lo fabrican con ramillas,
en mi verde monte he visto, hebras de césped y mijo,
pero soy un prisionero… y alguna pluma perdida
¡Cómo quisiera ir contigo! les sirve de colchoncillo.
Tiembla en arpegios tristes
Entre las ramas del sauce
el pecho del jilguerito.
ya se columpia el nido.
6
-Curruca, gorrita negra, 9
venida del Norte frío: La hembra se echa al punto,
¿Has visto un árbol frondoso el macho vigila el nido.
que me quiera dar abrigo? Días después ellos calientan
-Es abril y voy con prisa tres pintados huevecillos.
al Canadá de los pinos El padre engarza canciones
donde acostumbro anidar en cadenitas de trinos
y criar mis pajarillos. y trae a su pajarita
Consigue una compañera frutas y gusanillos.
y hallarás el preferido:
un árbol que dance al viento ¡No los turbes, cazador,
y te dé perfecto abrigo. anda en puntillas, niño!
La curruca se remonta
en el momento preciso 10
en que pasa su bandada -¡Maravilla! ¡Maravilla!,
sobre bosques y plantíos. canta orgulloso el yigüirro.
El yigüirro su canción Quiebran la cáscara y salen
entona con nuevo brío tres desnudos pichoncitos.
y en el pecho se le enciende Todavía no tienen plumas,
el fuego de un lucerito. pero exhiben grandes picos
y gimen de sed y hambre
¿Es una cajita de música llenando el aire de píos.
el pecho del pajarillo? Los padres van y vienen
trayéndoles gusanitos,
7
De pronto el maestro cantor frutas silvestres variadas
se ha quedado sorprendido: y algún insecto exquisito;
pues un ave carmelita pero siguen los tragones
ha contestado su trino. abriendo los grandes picos.
El corazón palpita:
-¿Sabes de un árbol amigo Entre afanes y ternuras
que nos dé sombra segura crecen los pajaritos.
para establecer un nido?
-Te lo diré enseguida 11
por un tierno ramalillo -¡Qué viene el gato Pascuato!,
de cantares. Él le brinda grita el coro de los grillos;
los diamantes de su trino. allí está agazapado
a la sombra de los mirtos.
¡Abril anuncia con lirios Haciendo que nada sabe
la boda de pajarillos! abre alas el yigüirro,
127
Ana Patricia Pacheco Ureña
15
-Queremos cantar, cantar,
queremos cantar mil trinos,
dicen ahora Peluso,
Pelusín y Pelusillo.
El padre escucha extasiado
la algarabía: el mínimo
canto de los pichones
en el himno matutino.
De arboleda en arboleda,
en valle y bosque sombrío
Lámina #71 La brisa mece la rama, se escuchan las avecillas
Roberto García. acuna la rama al nido
Yigüirro. en canto dulce y antiguo.
Fotografía. 2008. y en arrurúes de sauce Oh la ronda de cantares
Colección Roberto García. se duermen los pichoncitos. en delirio cristalino!
128
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
16
Agita alas Peluso,
y las abre sobre el nido;
a sus padres dice adiós
y al árbol que le dio abrigo.
Muy pronto ensaya un vuelo
hasta el higuerón vecino
y se encumbra sobre el campo
siguiendo el curso del río.
Cada vez se ve más lejos,
cada vez más pequeñito,
hasta perderse de vista
sobre pastos y arbolillos.
129
Ana Patricia Pacheco Ureña
Esperanza
Rodolfo Dada Fumero
1981
Lámina #73
Autor desconocido.
Yigüirro.
Dibujo. Sin fecha. El yigüirro
Del libro: Flor de
Infancia (Emma Gamboa Letra y música: Juan Carlos Rojas Ramírez
Alvarado), p. 78.
2006
130
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
El yigüirro
Letra y música: Hugo Acuña
2008
131
Ana Patricia Pacheco Ureña
El yigüirro
Clara Amelia Acuña Sánchez
2008
El yigüirro cantarín,
vestido de carmelita
vuelca el raudal de sus trinos
en la tierna mañanita.
Lámina #74
Luis Esteban Vargas Castro.
Yigüirro en un árbol
de Guanacaste.
Fotografía. 2009.
Colección Luis Esteban
Vargas Castro.
132
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
…De La Carreta
Aunque en Costa Rica hay muchos automóviles, el medio de transporte más característico
es la carreta. En realidad, la carreta es algo más que un vehículo para viajar de un lugar
a otro en esta república centroamericana. Con sus alegres colores y atractivos dibujos,
es parte integrante del folklore local, la expresión estética de los campesinos en un país
donde hay relativamente escasas artes manuales nativas y pocos vestidos tradicionales.
Si los tejidos hechos a mano corresponden a Guatemala y la plata forjada a México, las
carretas de brillante colorido son el rasgo típico de Costa Rica.
Cuando los españoles empezaron a colonizar esta pequeña nación montañosa
en el siglo XVI, la mayoría se estableció en las mesetas del interior. Poco a poco las
carreteras reemplazaron a los primitivos atajos como medio de comunicación con la
costa y el mundo exterior. Por ellas viajaron las primeras carretas, el medio más práctico
de recorrer empinadas y sinuosas pendientes llenas de lodo durante la estación lluviosa.
Hasta el advenimiento del ferrocarril, las carretas transportaban el café maduro desde las
mesetas hasta Puntarenas, puerto principal del país en el Pacífico. Esto se hacía durante
la noche para evitar los calcinantes rayos del sol. En la actualidad, aunque el comercio
local usa trenes, camiones y aun el avión, las carretas se emplean constantemente en
toda clase de menesteres agrícolas. Son seguros medios de acceso a ciertas partes del
territorio donde el tráfico motorizado es demasiado peligroso. En un país donde la
mayoría de la población rural tiene un modesto poder adquisitivo, la carreta resulta un
vehículo adecuado debido a que en su fabricación se emplea materia prima nacional, lo
que se traduce en bajo costo.
Sin embargo, para el costarricense corriente la función práctica de la carreta es
secundaria. Lo más importante es la oportunidad que ofrecen sus cuatro costados y sus
dos grandes ruedas (120 a 150 centímetros de diámetro) a un pintor para expresar su
aprecio y su amor por la belleza. Junto con el peculiar chirrido de las ruedas, el diseño
es la característica más saliente de la carreta costarricense. Nadie sabe con seguridad
el origen del diseño de las ruedas, el cual se traza geográficamente con la ayuda de un
compás y semeja la rosa náutica, pero se cree que las ventanas de colores de las iglesias
góticas inspiraron sus sencillos pero a la vez alegres y caprichosos dibujos.
Chaverri Ltda., es la tradicional firma constructora de carretas en Costa Rica,
un negocio de familia en la población de Sarchí, situada en el distrito de Grecia, rico
productor de piñas y caña de azúcar. Padre e hijo, con la ayuda de varios obreros, fabrican
allí una carreta al día.
Cada una es un ejemplar único, una creación original. Las ruedas se hacían
antes de caoba sólida y duraban mucho tiempo. Hoy, debido a la dificultad de encontrar
árboles que den ese enorme diámetro, cada una se forma con dieciséis cuñas, de madera
de lagarto blanca o amarilla, fijas con un aro de hierro o llanta. Las carretas Chaverri,
generalmente con un marco de níspero, duran unos cinco años en buen estado de servicio.
Cuestan alrededor de setecientos colones o sea unos cien dólares y pueden transportar de
320 a 360 kilos de café. Sus costados presentan un despliegue de brillantes decoraciones
-frutas, flores, mariposas, hojas y toda clase de curvas y volutas- bordeadas con líneas
negras y blancas sobre un fondo de rojo subido, anaranjado, celeste o verde.
Cada región del país tiene su diseño particular. La provincia de Cartago, por
ejemplo, se especializa en rombos y cuadrados. Los aldeanos pueden identificar una
133
Ana Patricia Pacheco Ureña
carreta hasta por el sonido que produce, porque es tan particular e individual como la
voz de su dueño. Un chirrido aquí, un tableteo allá, y José sabe que la que se acerca es
la de Pablo, quien va para su casa de regreso del pueblo. Los compradores hacen que
les ajusten las ruedas en el propio eje para asegurarse un rechinamiento a la medida.
Individualmente los ruidos son agradables, pero cuando se juntan varias carretas el
estrépito es ensordecedor. Por esta razón las autoridades municipales prohíben su tránsito
antes del amanecer. Sin embargo, los costarricenses conservan una sana admiración por
sus amadas carretas. Saben que cada una es un hermoso mueble ambulante que adorna
la campiña cuando se emplea en sencillas excursiones de placer o para el trabajo duro.
1. Chaverri Ltda., es una de las más famosas firmas costarricenses constructoras de
carretas. La fabricación empieza por las ruedas, cada una de las cuales se compone de
dieciséis fuertes y sólidas cuñas de madera que se calzan dentro de un zuncho o llanta.
2. El carretero mide entonces cuidadosamente la circunferencia de la rueda ensamblada.
En el pasado éstas se fabricaban de una sola pieza de resistente caoba. Dada la escasez
de árboles de tanto diámetro ahora se usan otras maderas cuya duración es de 5 años.
3. Resulta una delicada tarea levantar este zuncho calentado al rojo en una fragua, para
colocarlo en un molde especial alrededor de la rueda. La madera se deja secar durante
dos años para evitar que se encoja la rueda con el calor y se suelten estos aros.
4. El zuncho recalentado se coloca sobre la rueda que inmediatamente estalla en llamas.
El olor a madera quemada es característico de las carreterías. En la familia Chaverri el
padre vigila la construcción y el hijo se encarga de decorar el producto.
5. Mientras arde la madera, el zuncho se martilla hasta que calza en la posición debida,
en tanto se va vaciando agua fría sobre ambos. Chaverri fabrica una carreta por día,
pero la demanda es mayor. La firma conserva secretos tradicionales de una antigua
industria.
6. En seguida es preciso pulir la rueda en un torno eléctrico. Esto procura una suave
superficie al artista que trazará sobre ella sus originales dibujos. Las carretas de Costa
Rica constituyen a la vez un medio de transporte y una exposición ambulante de arte.
Lámina #75
Studio Foto Shop.
Boyero guiando su
carreta cargada de leña.
Tarjeta postal. (1900-1960).
Colección Archivo
Nacional de Costa Rica,
signatura 79177.
134
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
7. El joven Chaverri inicia el dibujo básico con un compás. La mayoría de las ruedas
presenta diseños geométricos que evocan la rosa náutica o la policroma exhuberancia de
los vitrales de las catedrales góticas.
8. El artista da los toques finales a su obra. Es un rico despliegue de colores, triángulos
y círculos se destacan con líneas blancas y negras trazadas sobre un fondo multicolor.
Las ruedas adornarán la campiña como un bello mueble que sirve de ornato en una casa.
9. El último paso consiste en calzar la rueda en el eje. Se ajusta de manera que cante
al gusto de su dueño, pues el sonido particular de cada vehículo ayuda a los amigos a
identificar el carruaje que se acerca.
10. Ya terminada, la hermosa carreta costarricense es llevada por su dueño. Como parte
integrante de la economía nacional, este vehículo prestará mil servicios diferentes y será
para su propietario un tesoro tanto por su utilidad como por su belleza.
Un paseo en carreta
Autor desconocido
135
Ana Patricia Pacheco Ureña
Carretas decoradas
Nivio López Pellón
un pregón de colores
¿Cómo surgieron este arte y esta técnica?...Las primeras carretas decoradas que se
conocen datan de mediados de 1800, y algunos piensan que fueron sicilianos, establecidos
en el país, los que iniciaron esta decoración, que luego arraigó hondamente en el alma
popular.
Sin duda, las carretas -elemento de trabajo- aparecieron en el campo costarricense
como solución al transporte del café. Y seguramente fue transporte también, en las tardes
de fiesta campestre, para las hijas del pueblo, camino del baile más cercano. Es lógico
pensar que en este último empleo, alguien empezó un día a pintar, en mayor o menor
extensión, su vehículo, su carreta, y no faltó después quienes rivalizaran con otros colores
y con otros dibujos.
No es de extrañar que en una época de no existencia del transporte motorizado, las
carretas domingueras, con sus dibujos y sus colores, despertasen la admiración de unos y
la envidia de otros, y la más bonita fuese seguramente el “Mercedes Benz” del momento.
¡Y cuántas veces se combinaron y contrastaron los colores del típico traje de la mujer
Lámina #77
Roberto Carlos
Sánchez Carmona.
Boyero con su
carreta. Cataratas
La Paz, Heredia.
Fotografía. 2007.
(Premio CNN).
Colección Roberto Carlos
Sánchez Carmona.
136
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
En un análisis de la historia de este arte, hay que admitir que los dibujos, sobre
todo en las ruedas y laterales de la carreta, fueron fijando modelos e incluso estilizando
líneas de hojas, flores y coronas. Algunos -los menos- dibujan animales de líneas ingenuas.
Sobre un fondo luminoso, la decoración llena los espacios laterales, las compuertas, las
ruedas y el yugo, siguiendo los colores, en buena parte, una ordenación instintiva, aunque
la decoración geométrica es lo más frecuente. En el Repertorio Americano se nos dice que
“las ruedas de las carretas decoradas parecen enormes rosas de los vientos”.
Más tarde, a medida que el uso de la carreta fue disminuyendo por la modernidad
de la vida, fue entrando a su vez como elemento o mueble de decoración. Y como se cuida
de un caballo, su andar y el paso que lleva, se cuida el “golpear de la carreta”. Carmen Lyra
alma de mujer para sentir estas cosas, también dejó escrito que “los boyeros fantasiosos
piden siempre carretas de ruedas de sonora madera de lagarto, carretas que “golpean
bonito”, mientras que los previsores…prefieren las carretas de ruedas de caoba que duren
mucho. Para los primeros la fábrica de carretas tiene ruedas de madera muy seca, que vibran
como cajas de tambor antes de herrarlas...que golpean bonito y acompasadamente...”. En
determinadas fiestas, aún no faltan en el interior del país algunas de estas coloridas carretas,
pero es difícil verlas ya, desde luego, empleadas en faenas de trabajo. Lo que sí es muy
usual en toda Costa Rica, actualmente, es tenerla como mueble decorativo en las casas, y
frecuentemente es un mueble-bar o algo similar. Es más, así como la carreta decorada es
hoy todo un símbolo nacional, sus dibujos han pasado también a los útiles para los mil usos
de la vida diaria, desde un pisapapeles en el escritorio hasta el diseño para una alfombra,
semejante a una gran rosa de los vientos.
La exquisita pluma de la costarricense Carmen Lyra, nos dejó escrito en Las
carretas de mi país: “En los colores y decoraciones de los tableros, ruedas y yugo parecieran
que sale a la luz la alegría escondida en el subconsciente del pueblo tico...”.
“En la margarita blanca de corazón encendido, o en la campánula roja o azul,
estilizadas como por mano infantil, que ven en la mayor parte de las decoraciones de
carretas, está la copla que murió sin alas en el alma de nuestro campesino...”.
“En estas figuras geométricas de líneas curvas y rectas combinadas, donde grita el
rojo, se queja el morado y se alegra el amarillo, se encuentra la música que nunca asomó a
los labios del hombre costarricense...”.
quiere a la tierra y al paisaje y hasta como se quiere a la mujer, porque llega a ser parte de
uno mismo, del despertar de cada mañana y del quehacer de cada tarde.
En Sarchí tiene Costa Rica talleres especiales para la fabricación de estas típicas
carretas e incluso se promueve allí la formación de cooperativas especializadas para
continuar la tradición de la producción.
No podemos decir que Costa Rica, fuera de sus carretas decoradas, esté desprovista
de otras ricas expresiones de arte popular, aunque décadas atrás no se hayan manifestado
mucho. Hay hoy, en favor de las artesanías y artes populares, un empeño de revivir las
técnicas de fabricación y cocido de las bellas cerámicas chorotega, con cooperativas en
Guaitil y San Vicente, y se vuelve a prestar atención a los tejidos de de pita, a los sombreros
de Quitirrici (sic) de Mora, a las jícaras decoradas, a las muñecas de barro policromadas,
al hierro forjado y repujado, etc. Es más, la nueva Escuela de Artesanías, en San José, que
se construye con un préstamo especial del Banco Interamericano de Desarrollo, brindará a
partir de ahora, nuevas generaciones cuidadoras del arte popular.
Debemos además señalar que junto con las carretas, los talleres donde éstas se
hacen, trabajan muy especialmente también toda una rica y variadísima gama de objetos
de madera, desde muebles hasta los más caprichosos y útiles adornos. Nos atreveríamos a
decir que la madera se trabaja allí como en pocos lugares. Famosas son las “sillas Juvenal”,
que han inundado el país, típicamente. Precisamente, en Sarchí se han desarrollado el gran
centro en torno a la madera, y de allí son las “sillas Juvenal”, llamadas así por Juvenal
Alfaro, iniciador y mantenedor de su fabricación, y de allí las famosas “carretas de
Chaverri”, consideradas sin rival, y llamadas así desde que Fructuoso Chaverri las inició
hace más de medio siglo.
En cuanto a la fabricación de las carretas, digamos que hay en distintos otros
lugares del país. Son conocidos en San Miguel de Desamparados, los galerones de los
Fallas, que constituyen una gran fábrica; hay talleres también en Cartago, en Escazú, en
Santo Domingo de Heredia, en Heredia, etc. y hay una buena lista de fabricantes cuyos
nombres han hecho tradición.
En unos y otros, hay maneras y técnicas de pintar a veces distintas, como distintas
son las preferencias por los colores de fondo y las figuras y dibujos dominantes. Pero en
todos vive el alma de un arte distintivo de estas tierras.
La espontánea, rica y artística manifestación de este pueblo decorando sus carretas
viene a estas páginas aquí hoy como un homenaje a ese encanto de tierra que es Costa Rica,
que ha sabido, en medio de su paisaje, hacer un himno al trabajo, con los colores de sus
“grandes rosas de los vientos”: las ruedas de sus carretas.
138
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Lámina #78
Autor desconocido.
Carretas acarreando
material para la
construcción del
templo de San
Ramón, Alajuela.
Fotografía. 1928.
Colección Fernando
González Vásquez.
En la primera mitad del siglo XIX, Costa Rica ponía toda su esperanza en que el café fuese
el producto que la vinculara con el mercado internacional y le diera la base económica para
apuntalar el Estado nacional, entonces embrionario.
Los abuelos no se equivocaron y la apuesta funcionó.
Pero el grano se cosechaba en el interior del país, por lo cual urgía un medio de
transporte para acarrearlo a Puntarenas y embarcarlo hacia el exterior.
Los bueyes y las carretas formaron el vehículo que permitieron ese enlace esencial.
No fue en vano, entonces, el empeño de quienes constituyeron, en 1843, la
Sociedad Económica Itineraria con el propósito de construir un camino que permitiera un
acceso más fácil y permanente al puerto de la costa del Pacífico.
De esta manera, el café y la carreta de bueyes hicieron una yunta clave para el
desarrollo de la caficultura y, gracias a ésta, la temprana formación del Estado costarricense.
Ese medio de transporte, cuya presencia aquí se remonta a la época colonial, fue el
compañero y testigo del esfuerzo de nuestros compatriotas por traer el progreso económico.
La carreta dio la bienvenida al ferrocarril y complementó a éste en el movimiento
de mercancías y personas a todos los rincones de la geografía.
Aunque el advenimiento del automóvil y la construcción de caminos y carreteras
disminuyeron, el protagonismo de aquella, el “boyeo” subsiste al acercarse el segundo
ciclo de vida independiente y se yergue hoy como rica tradición y recuerdo vivo de que el
presente no se levantó espontáneamente.
La inclusión como parte del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad,
por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(unesco), hace justicia a una actividad humana que se empeña en sobrevivir.
Estimula también los esfuerzos de las personas e instituciones que luchan
por salvaguardar el acervo nacional, lo cual es muy significativo en un país donde la
conservación no ha sido un asunto de prioridad.
139
Ana Patricia Pacheco Ureña
Montados en la carreta
Mario Esquivel Fournier
140
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
En el Valle Central es tanto el arraigo en nuestro imaginario de la carreta pintada, que la definición
de su lugar de origen se volvió también, como anotara alguien, en la “cuestión homérica” criolla.
En la lejana y antigua Grecia, era tal el encanto que causaba la mítica figura del aeda
ciego al que llamamos Homero, que fue por excelencia el poeta nacional en una nación
disgregada en cientos de ciudades-estado; hasta el punto de que siete de ellas se disputaban
sin cansancio ser su lugar de nacimiento..., es decir, no querían perderlo.
En el Valle Central de Costa Rica –que fue casi una ciudad-estado– es tanto el
arraigo en nuestro imaginario de la carreta pintada, que la definición de su lugar de origen
se volvió también, como anotara alguien, en la “cuestión homérica” criolla. Mas la verdad
es que sea cual sea esa localidad genésica, la artesanía de la carreta y sus actividades
conexas, como la del boyero que la guía y la cría y adiestramiento de los bueyes que le
brindan su fuerza motriz, en su momento constituyeron como un todo, uno de los elementos
fundamentales del esquema productivo que se impuso en los campos del país, con la
consolidación del cultivo del café hacia 1840; y de ahí que haya sobrevivido, como objeto
y como actividad, en la ruralidad que aún nos queda.
Creación colectiva, tradicional y popular, “saber-hacer” de nuestro ser nacional
originario y nuclear –el de la mestiza humanidad radicada en el Valle Central y sus
colonizados alrededores–, la típica carreta tica es uno de nuestros más importantes y
característicos objetos-actividad” de carácter patrimonial intangible. Este criterio –que
141
Ana Patricia Pacheco Ureña
En el siglo XVII, en lo que hoy es Escazú existía una enorme estancia denominada Nuestra Señora
del Rosario, propiedad de Luis Cascante de Rojas y sus descendientes. De allí procede la referencia
más antigua que conocemos del boyeo en el cantón pues, en un documento del año 1658, se hace
constar la existencia, en dicha estancia, de dos carretas de madera, dos yugos y dos yuntas de bueyes.
A lo largo del siglo XVIII hubo profundos cambios en la Costa Rica colonial. Se produjo un
crecimiento importante de la población, se fragmentaron muchas de las grandes propiedades (como
la de los Cascante de Rojas) y se desarrolló un campesinado mestizo que en sus chácaras (o chacras)
142
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
producía lo necesario para el consumo familiar. Las familias más acomodadas cultivaban la caña de
azúcar y tenían trapiches.
143
Ana Patricia Pacheco Ureña
Lámina #82
Mario Parra Brenes.
Detalle del
Monumento al Boyero
en San Antonio de
Escazú, San José.
Fotografía. 2009.
Colección privada.
144
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
145
Ana Patricia Pacheco Ureña
Lámina #84
Ana Patricia Pacheco Ureña.
Isidro Pacheco
Brenes (mi padre).
Carpintero-Artesano.
Fotografía. 2010.
Colección privada.
146
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Lámina #85
Óscar Romero Cruz.
Carreta utilizada en
un paraje entre
Turrubares y
Orotina, Alajuela.
Fotografía. 2007.
Colección Óscar
Romero Cruz.
Lámina #86
Atribuible a Manuel
Gómez Miralles.
Boyeros y carretas.
Fotografía. Sin fecha.
Del libro: Costa Rica.
Imágenes e Historia.
Fotografías y Postales.
1870-1940 (Álvaro Castro
Harrigan), p. 82.
149
Ana Patricia Pacheco Ureña
Lámina #87
Atribuible a Manuel
Gómez Miralles.
Entrada de carretas
en la esquina noroeste
del Mercado Central,
San José.
Fotografía. Sin fecha.
Del libro: La ciudad
de San José 1871-1921
(Banco Nacional de
Costa Rica), p. 101.
150
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Carreta criolla
(Canción típica, Vals criollo)
(Comentario)
Al ritmo melancólico del vals; este tema encierra la trilogía del boyero; bueyes y carreta
y no solo la belleza que encierra nuestra carreta criolla; que entre las carretas típicas del
mundo es la más bella de todas. Y aunque lo anterior es extraordinario; más importante lo
es aún su historia; pues nuestra carreta típica fue sin duda base fundamental en el desarrollo
de nuestro país; porque en los tiempos duros cuando ella reinaba en medio de los barriales
o polvorientos caminos le sirvió a su pueblo como ambulancia en el traslado de enfermos
a los hospitales; como medio de transporte colectivo en paseos y diversiones; también
trabajo duro en la finca; en el trapiche y transportando mercadería de los pueblos a la
ciudad y viceversa y ni que hablar del impulso económico que le dio al país transportando
cosechas de café al puerto de Puntarenas. Fue la carreta un apoyo indiscutible para la
naciente industria cafetalera y otras ramas agrícolas.
Lámina #88
Alonso Pereira, Marta
Araya, Emilio Ramírez,
Lizeth González y
Leticia Céspedes.
“Los boyeros”,
ubicado en Avenida
Segunda, Distrito
Merced, San José.
Mural. 2007.
157 x 11 x 15 m.
Fotografía. Sin fecha.
Colección Lino Verny.
151
Ana Patricia Pacheco Ureña
Hoy nuestra carreta costarricense luce como adorno en algunas casas campesinas
y según me contó eso a ella no le agrada; porque se sentía mejor cargadita de leña de café o
de caña y que le gustaría sentirse empapadita de sudor laborando como antaño; muy junto
al campesino.
Lámina #89
Fausto Pacheco Hernández.
Casa campesina
con tranquera.
Óleo sobre tela. Sin fecha.
24 x 29 cm.
Del libro: La pintura de
paisaje en Costa Rica
(Floria Barrionuevo y María
Enriqueta Guardia), p. 14.
152
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Carretica cantadora
Letra y Música: Freddy Calvo Chaves
2000
Lámina #90
Alfonso Campos
Hernández.
Rueda decorada
con el motivo de
“la estrella del
serrucho” (Carreta
más grande del
mundo ubicada en
Sarchí, Alajuela,
Costa Rica).
Fotografía. Sin fecha.
Colección Alfonso
Campos Hernández.
153
Ana Patricia Pacheco Ureña
Queja boyera
Letra: Luis Ángel Ruiz Hernández
(Seud. El Viejillo)
Música: Heliodoro Brenes Alpízar
2004
Lámina #91
J. Jiménez M.
Carreta decorada.
Sarchí, Alajuela.
Fotografía. 1950.
Colección privada.
154
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
…Del Venado
Corría el mes de agosto, cuando se dice que los venados comen mucha fruta de moridero
y por eso están gordos en esta época.
Dos amigos prepararon sus escopetas y suficiente parque al atardecer para salir
de cacería a la madrugada. En efecto, al clarear el nuevo día ya iban camino de los cerros
de Las Mesas, en cuyas faldas y rehoyas abundaban los venados. Al entrar a la espesura
se separaron, ellos eran Ricardo y Julián.
Al caer la tarde regresaron, Julián traía un hermoso venado, mientras Ricardo nada
pudo cazar, es decir, nada encontró él, decía que ni siquiera un tropezón había hallado.
Por la noche planearon los amigos nueva gira hacia otras laderas de rica fauna.
Al respecto, dijo Ricardo: lo que soy yo mañana tiro aunque sea al diablo si este se me
presenta hecho venado.
Al día siguiente nuevamente nuestros amigos emprendieron camino esta vez
hacia el cerro de Canelares, en la Cordillera de Las Mesas (sur de Lagunilla de Santa
Cruz). En cierto lugar se separaron y Ricardo todo animoso se dirigió a los nancitales
en cosecha. A eso de las nueve de la mañana, va viendo un enorme venado ramazón
comiendo nances. Alegre el cazador le apuntó al codillo, paaa…vio que le pegó porque
manaba sangre, pero el venado no se movió, ni se asustó y siguió recogiendo nances. Es
de advertir que los tiros eran de esos que había que cargar con bala raza o de a onzas,
ponerle pólvora y mecha, eran cartuchos o carrizos
metálicos.
El caso es que el cazador se preparó de
nuevo y disparó siempre al codillo, porque el venado
se le puso a tiro otra vez y paa…y vio el hueco en la
costilla cerca del pecho, la sangre chorreaba pero el
venado no se movió y seguía rumiando su comida,
con más ardor Ricardo preparó un nuevo tiro, eso
sí, teniendo cuidado de morder en cruz la bala y
disparó. Otra vez lo pegó, le fueron visibles los
tres huecos que manaban sangre en abundancia…
Pero de un momento a otro desapareció el venado
sin saber el rumbo que tomó y sin ruido alguno.
Entonces, el muchacho fue a ver el lugar donde
estuvo parado el venado, sirviéndole de asombro
que no había señales de sangre y en cambio sobre
la hierba los tres balines tal como los había puesto
en los cartuchos. Al recogerlos sintió un escalofrío que le recorrió el espinazo, recordó Lámina #92
sus propias palabras y comprendió que el diablo se le presentó en forma de venado para Óscar Romero Cruz.
Venado.
burlarse de él y probarle que es poderoso en el campo del mal, además, que con él no se
Fotografía. Sin fecha.
juega. Colección Óscar
Romero Cruz.
155
Ana Patricia Pacheco Ureña
156
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Quisiera saber,
compañero de montaña y valle,
en qué puerta del recuerdo te quedarás detenido
cuando tus huellas no recorran más
los caminos de nuestra tierra.
Quisiera saber,
compañero de la montaña,
que caminos escribirás en el viento
cuando tu presencia en nuestra tierra
sea solamente un recuerdo...
Lámina #94
Francisco Amighetti Ruiz.
Venadito.
Grabado. Sin fecha.
Del libro: Álbum de
grabados en madera (Elías
Zeledón, comp.), p. 38.
157
Ana Patricia Pacheco Ureña
Lámina #95
Alfonso Campos Hernández.
Venado.
Fotografía. Sin fecha.
Colección Alfonso
Campos Hernández.
158
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Y si llega la lluvia
busca un árbol guarumo
venado cola blanca
cuidaré tu caza.
Lámina #96
Juan Manuel
Sánchez Barrantes.
Sin nombre.
Dibujo impreso. Sin fecha.
Del libro: Juan Manuel
Sánchez dibujos (Elías
Zeledón Cartín), p. 354.
159
Ana Patricia Pacheco Ureña
…De La Marimba
La marimba
Recado vigésimo
Eulogio Porras Ramírez
(Seud. Aníbal Reni)
160
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Marimba
(Fragmento)
Escenario: Sala o patio de una casa dispuesto para baile. Hombres y mujeres platican en
espera de que se inicie la fiesta. Al comenzar la escena todavía estarán entrando invitados.
Guevara: (A su compañero Rústico Palma). Mirá cómo van llegando las muchachas…
Palma: (Por las que van entrando). Carmela, Chepita, Rosa, Encarnación, Esperanza…
Lindas son nuestras paisanas: morena de Santa Cruz, la que pasa en la mañana con la tinaja
de grana bajo el ala de la luz.
Guevara: La liberiana garbosa, y no hay como ella ninguna, flor de reseda olorosa en la
noche rumorosa de su ciudad de la luna.
Palma: Y la dulce nicoyana, tinajita chorotega, en el Punto soberana, cuando flexible y
liviana sus mil encantos despliega.
Guevara: La bagaceña, decoro del baile, por su hermosura: prieta pepita de oro, a quien
respeta hasta el toro más bravo de la bajura.
Palma: Abangareñas, cañeras, ojos que son dos cuchillos de sombra…
Guevara: Claras palmeras en las playas veraneras, las muchachas de Carrillo. ¡Esto va a
estar en candela; las piernas ya me bailan! ¿De ónde saldrá tanta gente? Se va a desbordar
la casa.
Palma: Claro, porque todos saben que don Juan, cuando se raja, hace fiesta de deveras y en
los gastos no repara.
Guevara: ¿Sabés a quienes buscó para tocar?...A los Cárdenas.
Palma: Esos sí son marimberos. Nadie les pone la pata.
Guevara: (Dirigiéndose al grupo de muchachas que entra). Hola Lorencita, déjeme verla,
que viene muy guapa.
Lorenza: No diga. Serán sus ojos y el favor con que me agracia.
Guevara: (A Lorenza). ¿Y quiénes son estas flores de aromo, que la acompañan?
Lorenza: (Presentándolos). ¿No se conocían ustedes?...Luisa, Pasión, Candelaria, mis
primas…
Palma: Tanto gusto.
Lorenza: Luis Guevara.
Guevara: Para servirlas. Desde ahora me tienen en cuerpo y alma.
Lorenza: (Por Guevara, a sus primas). Tengan cuidado, mosquitas, con la tela de esta araña:
para hacer que se le prendan, la unta con miel de palabras.
Guevara: No me ponga en mal, Lenchita, que a mí la pasión, me mata.
Pasión: (A Guevara). Pobrecito…Pues evite esa enfermedad tan mala.
Palma: Esta noche, por lo visto, vamos a bailar sin ganas: llegaron con su marimba
matambuceña, los Cárdenas. (Entran los Cárdenas, marimberos, con marimba y guitarras).
Guevara: En las noches de mi pampa, dilatada y soleada, cuando, capitanía airosa, la luna
en el cielo campa, iluminando su estampa, por la llanura de plata, jinete, a la serenata de la
marimba que zumba, va el llanero y la sonata a su querencia lo arrumba.
Noguera: (El dueño de la casa, saludando a los marimberos). Aquí tienen la marimba y
los que saben tocarla. A según sea la intención con que estos la toquen, cada tecla es claro
corazón que ríe, que suspira o canta. Muchachos, métanle fuego y sentimiento, den alas a
esas jícaras y teclas y defiendan su gran fama. Que la fiesta de esta noche ninguno pueda
olvidarla.
Marimbero: ¡Que viva don Juan Noguera!
Voces en coro: ¡Que viva. Vivan los Cárdenas!
161
Ana Patricia Pacheco Ureña
162
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Voz: Bomba.
Lorenza: Cuando el árbol se sostiene en medio del huracán, aunque tenga los cien años, a
ese me voy a amparar.
Estribillo: Mirá corazón, etc.
Voz: Bomba.
Guevara: Yo no sé si yo he merecido lo que ahora estoy mereciendo; a quien lo sabe, le pido
que diga si estoy mintiendo.
Estribillo: Mirá corazón, etc.
Voz: Bomba.
Pasión: El que no sabe esperar es mejor que cierre el pico; soy como la madre perla y mis
cosas no publico.
Estribillo: Mirá corazón, etc.
Voz: Bomba.
Guevara: Si para, parita, para piropearte lo decía, para poder merecerte la lengua me
cortaría.
Estribillo: Mirá corazón, etc.
Voz: Bomba.
Pasión: El que se tiene su tiene, téngalo bien guardadito para evitar que se lo roben en el
menor descuidito.
Estribillo: Mirá corazón, etc.
Voz: Bomba.
Guevara: Aunque quisiera callarme, aquí lo voy a gritar: Pasión, aunque tú no me ames,
mi vida, yo te he amar.
Estribillo: Mirá corazón, etc.
Noguera: Por hoy le ponemos fin al Punto Guanacasteco con un viva a nuestra tierra que el
mar nos devuelva en ecos.
Estribillo: Mirá corazón, etc. (Telón lento, mientras se continúa cantando el estribillo).
La Marimba
Carlos Arauz Ramos
El poema de la marimba
Rogelio Sotela Bonilla
1925
164
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
165
Ana Patricia Pacheco Ureña
Lámina #100
Autor desconocido.
Baile tradicional
en Guanacaste en
1889. 100 años de
Democracia en
Costa Rica.
Billete de la Lotería
Nacional de Costa Rica.
8 de octubre 1989.
Colección privada.
166
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Morena linda
(Callejera)
Letra: Adán Guevara
Música: Saturnino Cubillo
Lámina #101
Karen Clachar.
El vibrar de un pueblo.
Fotografías. 2006.
22.5 x 60 cms.
Colección Karen Clachar.
167
Ana Patricia Pacheco Ureña
Marimba de mi tierra
(Ritmo: Pasillo)
Marimba
(Ritmo: Tambito)
168
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Y le dicen canta….
Y le dicen canta….
Y le dicen canta…
Y le dicen canta…
Lámina #102
Johan Phillips.
Marimba.
Pintura para dedos. 2010.
13.5 x 37.5 x 25.5 x
32.5 cm.
Colección privada.
169
Ana Patricia Pacheco Ureña
Lámina #103
Juan Manuel
Sánchez Barrantes.
Sin nombre.
Dibujo impreso. Sin fecha.
De la revista: Bambi
144: cubierta, jul. 1972.
Colección María Cristina
Mora Chinchilla.
170
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Marimba
Carlos Cruz Porras
Instrumento de alma Chorotega
confeccionado con maderas de la zona,
que has doblegado el sentimiento más fuerte,
de alegría de vida o de muerte,
contigo llora o baila cualquier persona.
Vibran gomas en mis dedos
y las tablas lloran mi canción,
pongo mi alma como prenda
y aunque ya es casi una leyenda
en ella desgrano mi pasión.
Lámina #104
Junta de Protección Social
de San José.
Fiestas cívicas
nacionales
de Santa Cruz.
Billete de la Lotería
Nacional de Costa Rica.
15 de enero 1989.
Colección Junta de
Protección
Social de San José.
171
Ana Patricia Pacheco Ureña
Marimbita y maicerita
Autor desconocido
2008
Marimbita marimbita
marimbita de Costa Rica
tan alegre mientras tanto
bailo con mi maicerita.
Marimbita marimbita
nunca dejes de sonar
que mi maicerita linda
baila lindo de verdad.
Maicerita maicerita
ven y sácame a bailar
al son de una marimbita
que no pierde su compás.
Maicerita maicerita
nunca dejes de bailar
esa linda marimbita
no va a dejar de sonar.
Lámina #105
Correos de Costa Rica.
Instrumentos musicales
Guanacaste.
Sello postal. 2007.
Colección privada.
172
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Costarricenses:
173
Ana Patricia Pacheco Ureña
la juventud, que levanta y la sostiene, alta y firme, porque ella representa nuestras
aspiraciones de honor, de justicia, de paz y de democracia.
Mantenedla siempre en alto con su fuego inextinguible iluminando eternamente
la frente sacrosanta de la Patria.
Lámina #106
Silvia Fournier.
Sin nombre.
Acuarela. Sin fecha.
14.5 x 20.5 cm.
Del periódico: La Nación
(San José, CR),
15 de setiembre de 1992, p. 4.
La antorcha
Autor desconocido
174
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Luego continuaban el viaje hasta llegar a otra posta. Y así, de posta en posta y cambiando
de caballos, iba llegando el correo a su lugar de destino.
Así fue como viajó por Centroamérica en el año 1821 el Acta de la Independencia.
A San Salvador llegó el 21 de setiembre. A Comayagua, en Honduras y a León, en
Nicaragua, llegó el 28 de setiembre. Y a Cartago, en Costa Rica, llegó el 13 de octubre.
Lámina #107
Autor desconocido.
Antorcha.
Dibujo impreso. Sin fecha.
De la revista: El
Educador (Órgano oficial
de la SEC), 2005, p. 18.
Antorcha de la Independencia
Alfredo Cruz Bolaños
1998
Lámina #108
Rafael Pacheco Granados.
Recibimiento de
la Antorcha de la
Independencia el
14 de setiembre del
2008, Cartago.
Fotografía. 2008.
Colección Rafael
Pacheco Granados.
176
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
La antorcha de la Independencia
Autor desconocido
Desde 1964, una llama de hermandad recorre cinco países de nuestras tierras como si
no tuviéramos fronteras. Es el fuego de la antorcha centroamericana que a su paso nos
quiere recordar aquel día 15 de setiembre, cuando los jinetes, a todo galope, salieron desde
Guatemala, llegaron a El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica con el Acta de
Independencia en la mano.
En el Monumento a los Próceres o El Obelisco, en la ciudad de Guatemala, hay
un fuego que siempre está encendido en honor a los hombres y mujeres que lucharon por
la independencia en 1821. De ese fuego, que simboliza la libertad, se enciende la antorcha
en una ceremonia especial donde se izan las banderas y se cantan uno a uno los himnos de
los países centroamericanos. Y desde ahí empieza su recorrido hasta llegar a Cartago, la
antigua capital de Costa Rica.
Por la Carretera Panamericana, por las ciudades y pueblos por donde pasa la
antorcha hay ceremonias, desfiles, juegos de pólvora y fiestas. Los jóvenes, los ancianos,
los niños, los campesinos, los maestros y hasta los extranjeros, están atentos a escuchar las
sirenas que anuncian que la antorcha se acerca. Muchas son las estaciones de radio que van
indicando por dónde va. También los periodistas toman fotografías de los estudiantes que a
paso firme y con gran orgullo van entregándose la antorcha uno tras otro.
En cada frontera hay una ceremonia especial donde a veces es el mismo Presidente
de la República quien entrega la antorcha al otro Presidente del país hermano. Otras veces
son los Ministros de Educación Pública. Allí con discursos, aplausos y alegría, se recuerdan
los acontecimientos de la independencia.
Pero también hay fiesta en otras partes. Hay poblados que están muy lejos de la
ruta que lleva la antorcha y que tienen con mucho una pequeña escuela. Sin embargo, entre
los niños, los maestros y las autoridades, preparan una antorcha. Llenos de entusiasmo
se apresuran a llegar a tiempo a la carretera por donde viene la gran caravana. Y ansiosos
esperan en la orilla del camino el gran desfile. Allí, encienden la suya con el fuego de la
antorcha principal. Al tener ese pedazo de luz encendido, toman el camino de regreso. Esa
pequeña antorcha es llevada en alto por los estudiantes, quienes también la van pasando de
mano en mano, y a través de la calle polvorienta, la gente del pueblo los aplaude y los estimula
a seguir adelante. Cuando llegan a la escuela o a la plaza se hace una ceremonia: se canta
el Himno Nacional y se iza la bandera. Entre la música y la alegría, no faltan los discursos
donde se recuerdan los
acontecimientos que hicieron
posible nuestra independencia.
Desde que se
enciende la antorcha en
Guatemala, nunca se apaga.
Si se detiene alguna noche, los
estudiantes y las autoridades Lámina #109
se turnan para cuidarla. En su Sonia Zúñiga Rojas.
recorrido a veces hay lluvia y Alegoría de la
el clima está frío. Otras veces Antorcha de la
Independencia.
el viento golpea fuerte. En Dibujo. Acrílico. 2005.
otras ocasiones el sol es el que 22 x 28 cm.
brilla en todos los rincones. Y Del libro: La antorcha de
la libertad (Orlando
en las noches, si se pudiera Sandí Peña).
177
Ana Patricia Pacheco Ureña
ver desde el cielo, su luz y las pequeñas luces de las otras antorchas que se encienden a
su paso, se verían como estrellas titilando en la Tierra.
La idea de la antorcha nació en la mente del profesor costarricense Alfredo Cruz
Bolaños. Todos los presidentes de Centroamérica apoyaron su anhelo pues estuvieron de
acuerdo en que el Día de la Independencia fuera una gran fiesta centroamericana. Y una
antorcha recorriendo todo el territorio iba a unir aún
más a esta patria grande.
Así las cosas, se afinaron los últimos detalles
y se calculó el tiempo que se necesitaba para que
la antorcha saliera de Guatemala, recorriera todo el
territorio por la Carretera Panamericana y llegara a
Cartago el día 14 de setiembre.
El primer año, la antorcha salió de Guatemala
el 9 de setiembre de 1964 y empezó a recorrer todo
el territorio en manos de estudiantes de educación
secundaria, y en seis días, llegó a Costa Rica.
Con el pasar del tiempo también se sumaron
al recorrido los niños de las escuelas primarias.
También ha variado la fecha en que se enciende allá
en Guatemala. Pero siempre llega a tiempo el 14 de
setiembre en la noche a Cartago y sigue siendo una
fiesta, un recorrido alegre que nos une en la lucha
por la libertad y la soberanía.
Lámina #110
German Meza.
Fuente: Almanaque Escuela para Todos,
Sin nombre. 2005, pp. 38-41.
Caricatura.1999.
9.5 x 9.5 cm.
Del periódico: La Prensa
Libre (San José, CR),
30 de setiembre de 1999, p. 3. Antorcha
Carmen María Vargas M.
Antorcha milenaria
que antaño iluminara
con nuevas esperanzas
aquellos los mestizos,
indios, blancos, y negros,
que por su Independencia
colmados de ese amor,
su lucha motivaron
por un mundo mejor.
178
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
La Antorcha
(Retahíla)
La llama de la independencia
brilla con más fulgor
extendiendo el resplandor
por diferentes rincones
miles de corazones
palpitan con alegría
y Juan Santamaría
nuestro humilde campesino
recorre por los caminos
de este pequeño país
todo el pueblo feliz
se une a la caravana
el sonar de las campanas
se escucha por doquier
acaba de suceder
un hecho muy especial
la antorcha fue declarada
símbolo nacional.
Lámina #111
Rafael Pacheco Granados.
Recibimiento de
la Antorcha de la
Independencia el
14 de setiembre del
2008, Cartago.
Fotografía. 2008.
Colección Rafael
Pacheco Granados.
179
Ana Patricia Pacheco Ureña
La tea de la libertad
Zaira Marín Segura
2007
Lámina #112
German Meza.
Sin nombre.
Caricatura. 1999.
12.5 x 12.5 cm.
Del periódico: La Prensa
Libre (San José, CR),
29 de octubre de 1999, p. 3.
180
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Apéndice
Véase también:
Comentarios de los viajeros. John y Mavis Biesanz
Fuente: John y Mavis Biesanz. La vida
en Costa Rica. (San José : Ministerio de
Cultura, Juventud y Deportes: Departamento
de Publicaciones, 1975), pp. 206-207.
181
Ana Patricia Pacheco Ureña
182
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
De aguerridos a pacíficos: un análisis de las letras del Himno Nacional de Costa Rica.
Ruth Cubillo Paniagua
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Ana Patricia Pacheco Ureña
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Fuente: Instituto Nacional de Biodiversidad
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184
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Fuente: El Financiero (San José, CR), 2-8 de
setiembre, 1996, p. 6.
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Siempre fuimos un pueblo que le gustó el baile y las montaderas. Hernán Gutiérrez Oviedo
Fuente: Me lo dijo el río: relatos breves
sobre la historia de las comunidades vecinas
al Polo Turístico Golfo de Papagayo 1930-
1970 (San José, CR : Editorial Universidad
de Costa Rica, 2008), pp. 129-132.
187
Ana Patricia Pacheco Ureña
Hoy llega a Peñas Blancas. Tres años después vuelve la antorcha por Nicaragua. Autor
desconocido
Fuente: La Nación (San José, CR), 13 de
setiembre, 1987, p. 2 A.
188
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Fuentes consultadas
189
Ana Patricia Pacheco Ureña
190
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
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Ana Patricia Pacheco Ureña
Ilustraciones
Lámina #1. Autor desconocido. Alegoría del Escudo de Armas y Pabellón Nacional.
Dibujo impreso. 1851. Del libro: Bosquejo de la República de Costa Rica seguido de
apuntamientos para su historia con varios mapas, vistas y retrato (Felipe Molina), p. 25.
Lámina #2. Pablo Baixench Torrens. José María Castro Madriz. Fotograbado. Sin fecha.
De la revista: Athenea 1: 364, set. 1918.
Lámina #3. Pablo Baixench Torrens. Pacífica Fernández. Fotograbado. Sin fecha. De la
revista: Athenea 1: 365, set. 1918.
Lámina #4. Autor desconocido. Bandera. Dibujo impreso. De la revista: Bambi 104: 7, set.
1967. Colección María Cristina Mora Chinchilla.
Lámina #6. Autor desconocido. Pabellón y Escudo de Costa Rica. Dibujo impreso. 1851.
Del documento: Álbum de Figueroa (José María Figueroa Oreamuno). Colección
Archivo Nacional de Costa Rica.
Lámina #7. Jean Mercier. Bandera de Costa Rica. Fotografía. Sin fecha. Colección Jean
Mercier.
Lámina #8. Junta de Protección Social de San José. 186 años de vida independiente. Billete
de la Lotería Nacional de Costa Rica. 16 de setiembre 2007. Colección privada.
Lámina #9. Autor desconocido. Escudo de Armas de Costa Rica en 1848. Dibujo impreso.
Sin fecha. Colección privada.
Lámina #10. Autor desconocido. República Soberana Libre e Independiente 1848. Dibujo
impreso. 1977. De la revista: Tricolor 43:2, ag. 1977.
Lámina #12. Autor desconocido. Manuel María Gutiérrez, autor de la música del Himno
Nacional de Costa Rica. Fotografía. Sin fecha. Del libro: Manuel María Gutiérrez
(Carlos Meléndez Chaverri), p.198.
Lámina #13. Ch. Gambogi et Cie edit’rs, París. Primera edición del Himno Nacional
impresa en Francia en 1864. Dibujo impreso. 1864. Del libro: Manuel María
Gutiérrez (Carlos Meléndez Chaverri), p. 197.
194
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Lámina #14. Autor desconocido. Piano que acompañó la primera vez que se cantó el Himno
Nacional de Costa Rica. Fotografía. Sin fecha. Colección Centro de Investigación y
Conservación del Patrimonio Cultural.
Lámina #15. Documento. Partitura del Himno Nacional de Costa Rica. Impreso. 1979.
Del libro: Colección de Leyes y Decretos. Tomo II. 1979 (Asamblea Legislativa de
Costa Rica), p. 662.
Lámina #16. Autor desconocido. Niños cantando el Himno Nacional de Costa Rica.
Dibujo. Sin fecha. Del libro: Silabario Castellano (Porfirio Brenes Castro), p. 103.
Lámina #17. Documento. Detalle del programa de los actos del 15 de setiembre de 1903
cuando se cantó por primera vez la letra del Himno Nacional de Costa Rica. Impreso.
1978. Del libro: 75 años de la letra del Himno Nacional. 1978. (Departamento de
Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes), p. 15.
Lámina #18. Alfonso Campos Hernández. Guaria morada. Fotografía. Sin fecha.
Colección Alfonso Campos Hernández.
Lámina #19. Édgar Suárez Bolaños. Guaria morada. Fotografía. Sin fecha. Colección
Édgar Suárez Bolaños.
Lámina #21. Óscar Romero Cruz. Árbol de Guanacaste. Fotografía. Sin fecha. Colección
Óscar Romero Cruz.
Lámina #22. Ivette González Díjeres, Leila Barreras E., Andrés Gamboa C. y Samantha
López C. Árbol de Guanacaste. Collage. 2009. 5” x 5”. Del calendario 2010: Grupo
Nación S.A. Colección Grupo Nación S.A.
Lámina #23. Roberto García. Yigüirro. Fotografía. 2008. Colección Roberto García.
Lámina #24. Documento. Certificado otorgado a Costa Rica por la UNESCO con motivo
de la proclama del Boyeo y la Carreta como Obra Maestra del Patrimonio Oral e
Intangible de la Humanidad. 25 de noviembre del 2005. Impreso. 2005. Colección
Archivo Nacional de Costa Rica.
Lámina #25. Autor desconocido. Sin nombre. Dibujo impreso. 1965. Colección Lino
Verny.
Lámina #26. Correos de Costa Rica. Carreta típica, Patrimonio Nacional. Sobre de primer
día. 2007. Colección privada.
Lámina #27. Juan Luis Ramírez Vargas. Areneros del Jabonal. Óleo sobre lienzo. 2010.
66 x 87 cm. Colección Juan Luis Ramírez Vargas J.
Lámina #28. Juan Manuel Sánchez Barrantes. Sin nombre. Dibujo impreso. 1937. Del
libro: Juan Manuel Sánchez dibujos (Elías Zeledón Cartín), p. 355.
Lámina #29. Correos de Costa Rica. Venado. Sello postal. Sin fecha. Colección privada.
195
Ana Patricia Pacheco Ureña
Lámina #30. Alfonso Campos Hernández. Venado. Fotografía. Sin fecha. Colección
Alfonso Campos Hernández.
Lámina #31. Juan Manuel Sánchez Barrantes. Sin nombre. Dibujo impreso. Sin fecha. Del
libro: Juan Manuel Sánchez dibujos (Elías Zeledón Cartín), p. 353.
Lámina #33. Alfonso Campos Hernández. Marimbista. Fotografía. Sin fecha. Colección
Alfonso Campos Hernández.
Lámina #35. Johan Phillips. Antorcha. Pintura para dedos. 2010. 13.5 x 37.5 x 25.5 x 32.5
cm. Colección privada.
Lámina #36. Ivette González Díjeres, Leila Barreras E., Andrés Gamboa C. y Samantha
López C. Antorcha. Collage. 2009. 5” x 5”. Del calendario 2010: Grupo Nación
S.A. Colección Grupo Nación S.A.
Lámina #38. Juan Manuel Sánchez. Centro América Libre e Independiente. Dibujo
impreso. De la revista: Bambi 137:12, set. 1971. Colección María Cristina Mora
Chinchilla.
Lámina #39. Manuel de la Cruz González. La Bandera de Costa Rica. Dibujo impreso.
Sin fecha. Del libro: Álbum Homenaje a la Patria en el Sesquicentenario de la
Independencia (1821-15 de setiembre-1971), p.8.
Lámina #41. Autor desconocido. Niño con bandera. Dibujo impreso. Sin fecha. De la
revista: Bambi 97:12, nov.-dic., 1966. Colección María Cristina Mora Chinchilla.
Lámina #43. Autor desconocido. A la Bandera de Costa Rica. Dibujo impreso. 1928. Del
libro: Aires ticos (Roberto Campabadal), p. 24.
Lámina #44. Correos de Costa Rica. Símbolos Patrios 1990. Sello postal. 1990. Colección
Manuel Benito Chacón Hidalgo.
196
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Lámina #46. Autor desconocido. Escudo de la República de Costa Rica 1942. Dibujo
impreso. Sin fecha. Del libro: Nuestros Presidentes (Harold H. Bonilla), p. 249.
Lámina #47. Autor desconocido. Jura de la bandera. Dibujo impreso. Sin fecha. De la
revista: Bambi 170:7, set. 1975. Colección María Cristina Mora Chinchilla.
Lámina #48. Autor desconocido. Escudo de Armas de Costa Rica en 1848. Dibujo impreso.
Sin fecha. Colección privada.
Lámina #49. Autor desconocido. Escudo de Costa Rica. Dibujo impreso. Sin fecha. Del
libro: Silabario Castellano (Porfirio Brenes Castro), p.101.
Lámina #51. Correos de Costa Rica. Centenario de la letra del Himno Nacional de Costa
Rica. Sello postal. 2003. Colección privada.
Lámina #52. François Aubert. José María Zeledón Brenes, autor de la Letra del Himno
Nacional de Costa Rica. Fotografía. Sin fecha. Del libro: Manuel María Gutiérrez
(Carlos Meléndez Chaverri), p.199.
Lámina #53. Juan Manuel Sánchez Barrantes. Sin nombre. Dibujo impreso. Sin fecha. De
la revista: Bambi 146: cubierta, set. 1972. Colección María Cristina Mora Chinchilla.
Lámina #54. Autor desconocido. Placa conmemorativa en el sitio donde se entonó por
primera vez el Himno Nacional de Costa Rica. Parque España, Distrito Carmen,
San José. Fotografía. 2009. Colección privada.
Lámina #55. Autor desconocido. Niños cantando el Himno Nacional de Costa Rica.
Dibujo. Sin fecha. Del libro: Silabario Castellano (Porfirio Brenes Castro), cubierta.
Lámina #56. Hugo Díaz Jiménez. Sin nombre. Caricatura. 1984. Del periódico: La
República (San José, CR), 15 de setiembre 1984, p. 12.
Lámina #57. Rafael Pacheco Granados. Guaria morada. Fotografía. Sin fecha. Colección
Rafael Pacheco Granados.
Lámina #58. Ivette González Díjeres, Leila Barreras E., Andrés Gamboa C. y Samantha
López C. Guaria morada. Collage. 2009. 5” x 5”. Del calendario 2010: Grupo
Nación S.A. Colección Grupo Nación S.A.
Lámina #59. Alfonso Campos Hernández. Guaria morada. Fotografía. Sin fecha.
Colección Alfonso Campos Hernández.
Lámina #61. Correos de Costa Rica. Guaria morada. Exposición Nacional Agricultura
Industria Comercio. Sello postal. 1937. Colección Manuel Benito Chacón Hidalgo.
Lámina #62. Alfonso Campos Hernández. Guaria morada. Fotografía. Sin fecha.
Colección Alfonso Campos Hernández.
197
Ana Patricia Pacheco Ureña
Lámina #64. Álvaro Herrera. Árbol de Guanacaste. Fotografía. Sin fecha. Colección
Instituto Nacional de Biodiversidad de Costa Rica.
Lámina #67. Lino Verny Sánchez Chacón. Yigüirro en el jardín. Fotografía. 2008.
Colección Lino Verny.
Lámina #68. Óscar Bakit. El yigüirro. Dibujo impreso. 1944. Del libro: Recados criollos
(Aníbal Reni), p. 11.
Lámina #69. Roberto García. Yigüirro. Fotografía. 2008. Colección Roberto García.
Lámina #70. Autor desconocido. Yigüirro. Dibujo. Sin fecha. Del libro: Flor de Infancia
(Emma Gamboa Alvarado), p. 66.
Lámina #71. Roberto García. Yigüirro. Fotografía. 2008. Colección Roberto García.
Lámina #72. Alfonso Campos Hernández. Yigüirro. Fotografía. Sin fecha. Colección
Alfonso Campos Hernández.
Lámina #73. Autor desconocido. Yigüirro. Dibujo. Sin fecha. Del libro: Flor de Infancia
(Emma Gamboa Alvarado), p. 78.
Lámina #74. Luis Esteban Vargas Castro. Yigüirro en un árbol de Guanacaste. Fotografía.
2009. Colección Luis Esteban Vargas Castro.
Lámina #75. Studio Foto Shop. Boyero guiando su carreta cargada de leña. Tarjeta postal.
(1900-1960). Colección Archivo Nacional de Costa Rica, signatura 79177.
Lámina #76. Autor desconocido. Un paseo en carreta. Dibujo impreso. 1957. Del libro:
Mi pequeño mundo, p. 61. Colección Lino Verny.
Lámina #77. Roberto Carlos Sánchez Carmona. Boyero con su carreta. Cataratas La
Paz, Heredia. Fotografía. 2007. (Premio CNN). Colección Roberto Carlos Sánchez
Carmona.
Lámina #78. Autor desconocido. Carretas acarreando material para la construcción del
templo de San Ramón, Alajuela. Fotografía. 1928. Colección Fernando González
Vásquez.
Lámina #79. Juan Manuel Sánchez Barrantes. Sin nombre. Dibujo impreso. Sin fecha. Del
libro: Juan Manuel Sánchez dibujos (Elías Zeledón Cartín), p. 202.
Lámina #80. Manuel Rubí Marín. Entre el pasado y el presente. Óleo. 2006. 90 x 65 cm.
Colección Manuel Rubí Marín.
198
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
Lámina #81. Hugo Díaz Jiménez. Sin nombre. Caricatura. 1985. Del libro: Memorias de
alegría (Carlos Luis Sáenz Elizondo), p. 91.
Lámina #82. Mario Parra Brenes. Detalle del Monumento al Boyero en San Antonio de
Escazú, San José. Fotografía. 2009. Colección privada.
Lámina #83. Junta de Protección Social de San José. La tradición del Boyeo y la Carreta
de Costa Rica. Billete de la Lotería Nacional de Costa Rica. 30 de julio 2006.
Colección privada.
Lámina #84. Ana Patricia Pacheco Ureña. Isidro Pacheco Brenes (mi padre). Carpintero-
Artesano. Fotografía. 2010. Colección privada.
Lámina #85. Óscar Romero Cruz. Carreta utilizada en un paraje entre Turrubares y
Orotina, Alajuela. Fotografía. 2007. Colección Óscar Romero Cruz.
Lámina #86. Atribuible a Manuel Gómez Miralles. Boyeros y carretas. Fotografía. Sin
fecha. Del libro: Costa Rica. Imágenes e Historia. Fotografías y Postales. 1870-
1940 (Álvaro Castro Harrigan), p. 82.
Lámina #88. Alonso Pereira, Marta Araya, Emilio Ramírez, Lizeth González y Leticia
Céspedes. “Los boyeros”, ubicado en Avenida Segunda, Distrito Merced, San José.
Mural. 2007. 157 x 11 x 15 m. Fotografía. Sin fecha. Colección Lino Verny.
Lámina #89. Fausto Pacheco Hernández. Casa campesina con tranquera. Óleo sobre
tela. Sin fecha. 24 x 29 cm. Del libro: La pintura de paisaje en Costa Rica (Floria
Barrionuevo y María Enriqueta Guardia), p. 14.
Lámina #90. Alfonso Campos Hernández. Rueda decorada con el motivo de “la estrella
del serrucho” (Carreta más grande del mundo ubicada en Sarchí, Alajuela, Costa
Rica). Fotografía. Sin fecha. Colección Alfonso Campos Hernández.
Lámina #91. J. Jiménez M. Carreta decorada. Sarchí, Alajuela. Fotografía. 1950. Colección
privada.
Lámina #92. Óscar Romero Cruz. Venado. Fotografía. Sin fecha. Colección Óscar Romero
Cruz.
Lámina #93. Juan Manuel Sánchez Barrantes. Sin nombre. Dibujo impreso. Sin fecha. Del
libro: Juan Manuel Sánchez dibujos (Elías Zeledón Cartín), p. 352.
Lámina #94. Francisco Amighetti Ruiz. Venadito. Grabado. Sin fecha. Del libro: Álbum de
grabados en madera (Elías Zeledón, comp.), p. 38.
Lámina #95. Alfonso Campos Hernández. Venado. Fotografía. Sin fecha. Colección
Alfonso Campos Hernández.
Lámina #96. Juan Manuel Sánchez Barrantes. Sin nombre. Dibujo impreso. Sin fecha. Del
libro: Juan Manuel Sánchez dibujos (Elías Zeledón Cartín), p. 354.
199
Ana Patricia Pacheco Ureña
Lámina #97. Karen Clachar. Fotografía. Marimba Liberia, Guanacaste. 2006. Colección
Karen Clachar.
Lámina #98. Autor desconocido. La marimba. Dibujo impreso. 1877. Del libro: Tropical
Travel (Juan Carlos Vargas), p. 438.
Lámina #99. Juan Manuel Sánchez Barrantes. Sin nombre. Dibujo impreso. 1937.
Colección privada.
Lámina #100. Autor desconocido. Baile tradicional en Guanacaste en 1889. 100 años
de Democracia en Costa Rica. Billete de la Lotería Nacional de Costa Rica. 8 de
octubre 1989. Colección privada.
Lámina #101. Karen Clachar. El vibrar de un pueblo. Fotografías. 2006. 22.5 x 60 cms.
Colección Karen Clachar.
Lámina #102. Johan Phillips. Marimba. Pintura para dedos. 2010. 13.5 x 37.5 x 25.5 x
32.5 cm. Colección privada.
Lámina #103. Juan Manuel Sánchez. Sin nombre. Dibujo impreso. De la revista: Bambi
144: cubierta, jul. 1972. Colección María Cristina Mora Chinchilla.
Lámina #104. Junta de Protección Social de San José. Fiestas cívicas nacionales de Santa
Cruz. Billete de la Lotería Nacional de Costa Rica. 15 de enero 1989. Colección
Junta de Protección Social de San José.
Lámina #105. Correos de Costa Rica. Instrumentos musicales Guanacaste. Sello postal.
2007. Colección privada.
Lámina #106. Silvia Fournier. Sin nombre. Acuarela. Sin fecha. 14.5 x 20.5 cm. Del
periódico: La Nación (San José, CR), 15 de setiembre de 1992, p. 4.
Lámina #107. Autor desconocido. Antorcha. Dibujo impreso. Sin fecha. De la revista: El
Educador (Órgano oficial de la SEC), 2005, p. 18.
Lámina #110. German Meza. Sin nombre. Caricatura. 1999. 9.5 x 9.5 cm. Del
periódico: La Prensa Libre (San José, CR), 30 de setiembre de 1999, p. 3.
Lámina #112. German Meza. Sin nombre. Caricatura. 1999. 12.5 x 12.5 cm. Del
periódico: La Prensa Libre (San José, CR), 29 de octubre de 1999, p. 3.
Nota: Las referencias bibliográficas que se incluyen en este índice pueden consultarse en
la bibliografía.
200
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
201
Ana Patricia Pacheco Ureña
202
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
203
Ana Patricia Pacheco Ureña
204
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
205
Ana Patricia Pacheco Ureña
P R
206
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
207
Ana Patricia Pacheco Ureña
208
Costa Rica: sus Símbolos Nacionales
La autora
209
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De esta manera, el libro ha sido preparado para dar continuidad al rescate de los
emblemas nacionales, y procura concienciar a los costarricenses para que muestren
y desarrollen una mayor sensibilidad hacia esos valores que les son propios, no
sólo como una herencia de sus ascendientes, sino porque cada costarricense debe
transformarse en su custodio, como un ejemplo para las nuevas generaciones.