Altar Familiar
Altar Familiar
Altar Familiar
Vivimos en tiempos donde hay muchas oportunidades para hacer cosas: Estudiar, viajar, comer,
jugar, ver televisión, asistir a la iglesia, campamentos, compartir con amigos. Mucho de esto lo
hacemos en familia, pero de todo esto y más, hay algo que debería ser la prioridad de la familia:
“Tiempo Devocional Familiar” lo cual redunda en grandes satisfacciones para realizar todo lo
demás.
La devoción familiar es la disciplina espiritual por medio de la cual la familia aprende a conocer,
confiar, obedecer y adorar a Dios a través de la enseñanza de las Escrituras y la oración en el hogar.
O para decirlo en términos prácticos las devociones familiares son tiempos en los que la familia
cristiana se reúne en el hogar para la lectura de la palabra, la oración y la adoración a Dios.
Un antiguo predicador decía: “Una familia sin oración es como una casa sin techo, abierta y
expuesta a todas las tormentas del cielo”.
El deseo de Dios es que cada familia disfrute de la armonía y felicidad familiar, y esto sólo se logra
al poner en práctica y obedecer los mandatos del Señor.
La Biblia menciona muchos ejemplos acerca de la importancia del altar, en ese tiempo era algo que
debían fabricar con piedra, pero el altar en primer lugar es señal de la presencia de Dios donde él
se había manifestado en forma especial. Gén. 12:7; 26:24,25. También era un lugar de
misericordia. 1 Reyes 2:28.
El propósito principal del altar era establecer y mantener la relación del pacto entre el pueblo de
Israel y Dios.
Pero, ¿hay algún pasaje en la Escritura que nos mande explícitamente a tener devociones
familiares?
Si lo hay. Y es un pasaje elocuente. Un texto del Antiguo Testamento. El texto forma parte de una
oración que los judíos llamaban el Shema (¡Escucha Israel!):
Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de
toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu
corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el
camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán
como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas
(Deuteronomio 6:4-9)
El verso 6 dice que estas palabras (el mandato de amar a Dios) debían estar en los corazones del
pueblo. Es decir, para que los hombres puedan amar a Dios con toda su alma, corazón y fuerzas, la
palabra de Dios debía morar en sus corazones. Las Escrituras deben gobernar y saturar los
corazones para que el pueblo de Dios le atesore, estime, le adore, sirva y obedezca.
Ahora bien, para que eso sea posible el Señor les da mandamientos que ellos debían cumplir. Es
decir, el Señor les proveyó al menos siete instrucciones para que sus palabras puedan estar en los
corazones del pueblo. En los versos 7 al 9 encontramos estas instrucciones, que son como hábitos
que los ayudarían a tener siempre presente la Palabra de Dios.
Veamos:
V.7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al
acostarte, y cuando te levantes.v.8 Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como
frontales entre tus ojos v.9 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.
En el versículo 9
Lo más sorprendente de estas instrucciones es que de siete, cinco de ellas se dan en el contexto
familiar. De las siete prácticas que nos ayudan a que la Palabra esté en nuestro corazón, cinco se
hacen en el hogar. Para decirlo a manera de estadísticas, el 71% de las instrucciones que nos
enseñarán a conocer y amar a Dios se llevan a cabo en casa. El 71% de los hábitos para que su
Palabra esté en nuestro corazón, se hacen en familia.
Jonathan Edwards, el prominente teólogo americano del siglo XVIII, en el último sermón* que
predicó dijo que: “Cada familia cristiana debería ser como una pequeña iglesia, consagrada a
Cristo, influenciada y gobernada por sus leyes”. Y creo que las devociones en familia son medios y
evidencias de esa consagración.
2. Nos ayudan a cultivar nuestro amor por Dios. Por la misma naturaleza de esta disciplina,
somos animados y recordados a perseverar en nuestra devoción y obediencia a Dios.
3. El hogar es el primer lugar donde nuestros hijos aprenden las Escrituras. Por medio de ellas
nuestros hijos aprenden su necesidad de un Salvador, conocen quién es Dios (y lo que él ha
hecho para salvar pecadores) y aprenden a adorarle.
4. Dios puede hacer muchas cosas a través de ellas. Dios puede salvar a nuestros familiares
no creyentes mientras enseñamos el evangelio; Dios puede responder nuestras oraciones;
abrir los ojos de nuestras familiares para conocerle mejor y despertar una mayor
consciencia de Su gloria.
Un tiempo de oración corto. Se pueden tener cantos con ademanes, historias ilustradas,
enseñanza de versículos, oración por ellos y de ellos por sus padres. Se necesita usar la
creatividad para no hacer monótono este tiempo. En ocasiones especiales como
cumpleaños, aniversarios, nacimientos, fallecimientos, vacaciones, navidad y año nuevo, se
pueden tener lecturas apropiadas con intercambio de ideas y oración que hace que
cualquiera de estos momentos sea inolvidable.
Una manera de hacer que los estudios bíblicos sean más interesantes con los niños, es por
medio de objetos. Ejm. Mt. 5:13. Ponga un poco de sal en la mano de cada uno y dialogue
sobre los usos de la sal. Refuerce la lección bíblica con experiencias comunes.
Se puede tener una noche musical donde ellos canten o toquen algún instrumento, y se
puede contar la historia de un himno, etc.
No siempre los altares tienen que realizarse en la casa, se puede salir un día de campo y al
aire libre, celebrar el altar familiar.
Con muchachos mayores y jóvenes, se pueden analizar varios temas, por ejemplo: La
Biblia, La oración, conversaciones, dinero, amigos, diversiones, relaciones interpersonales,
música, belleza, responsabilidad, evangelización, sexo y matrimonio. Se puede tomar un
tema por mes.
Deuteronomio 6:1-10.
Y amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y
hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.
Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en
los postes de tu casa, y en tus puertas.
Que los padres seamos recordados y despertados a la consciencia del valor, de la necesidad y de
los beneficios de las devociones familiares. Que no descuidemos tan importante responsabilidad.
Que seamos obedientes. Que el Señor nos ayude y nos conceda fruto mientras adoramos en
familia.
Gén.4:3,4. Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda á Dios.Y
Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, y de su grosura. Y miró Dios con agrado á
Abel y á su ofrenda;
Heb. 11:4. Por la fe Abel ofreció á Dios mayor sacrificio que Caín, por la cual alcanzó testimonio de
que era justo, dando Dios testimonio á sus presentes; y difunto, aun habla por ella.
Gén. 8:20. Y edificó Noé un altar á Dios y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y
ofreció holocausto en el altar.
c. Otros:
Gén. 12:7,8; 13: 18. Y apareció Dios á Abram, y le dijo: A tu simiente daré esta tierra. Y edificó allí
un altar á Dios, que le había aparecido. Pasóse de allí á un monte al oriente de Bethel, y tendió su
tienda, teniendo á Bethel al occidente y Hai al oriente: y edificó allí altar á Dios é invocó el nombre
deDios. Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el alcornocal de Mamre, que es en
Hebrón, y edificó allí altar á Dios.
Éxodo 20: 24. Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus pacíficos,
tus ovejas y tus vacas: en cualquier lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre,
vendré á ti, y te bendeciré. Fue un instrumento de mediación.
Hebreos 13: 15,16; Así que, ofrezcamos por medio de él á Dios siempre sacrificio de alabanza, es á
saber, fruto de labios que confiesen á su nombre. Y de hacer bien y de la comunicación no os
olvidéis: porque de tales sacrificios se agrada Dios.
1 Pedro 2:5). Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados una casa espitirual, y un
sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, agradables á Dios por Jesucristo.