Dispositivos de Subjetivación
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Dispositivos de Subjetivación
(eds.) Roberto Álvarez Escudero está especializado en retórica y poética, sobre todo de los
Siglos de Oro, y en literatura de viajes. Es secretario de
(eds.) Anejos de la Revista de Literatura y de las revistas Anales
Cervantinos y Revista de Literatura. Ha impartido cursos
y dictado conferencias en distintas universidades nacio-
nales e internacionales. Ha dirigido el proyecto nacional
Este libro recoge una amplia selección de los trabajos que se expusieron en
CSIC CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS Imagen de cubierta: fotomontaje (Editorial CSIC).
ESCRITURA Y TEORÍA
EN LA ACTUALIDAD
Actas del II Congreso Internacional de ASETEL
Madrid, 29-30 de enero de 2015
COPIA PARA USO ACADÉMICO DE AUTORES
Luis Alburquerque-García
José-Luis García Barrientos
Roberto Álvarez Escudero
(eds.)
ISBN: 978-84-00-10247-0
e-ISBN: 978-84-00-10248-7
NIPO: 059-17-148-6
e-NIPO: 059-17-149-1
Depósito Legal: M-25.566-2017
PRESENTACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XI
COPIA PARA USO ACADÉMICO DE AUTORES
CONFERENCIAS PLENARIAS
PONENCIAS PLENARIAS
VII
VIII ÍNDICE
COMUNICACIONES
y Jesús Aguado
Joaquín Ruano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 495
El sujeto colonial: el problema de la identidad y la representación fílmica
Mirjana Sekulic . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 503
Influencias y procesos teatrales en Sacrificio, de Andrei Tarkovski
José Seoane Riveira . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 515
La autoficción española como símbolo de la hipermodernidad: teatro y cine
documental
Mario de la Torre Espinosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 529
Literatura jíbara y expansiva: nuevas formas de expresión en la sociedad 2.0
Virgilio Tortosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 539
De los escritores Mahjari a Milton Hatoum: un análisis de la realildad árabe
en Brasil
Elena Veiga Rilo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 553
Tiempo circular y sus implicaciones filosóficas en la narrativa de ciencia-ficción:
Matadero cinco y Watchmen
José Manuel Ventura Rojas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 563
Kassel no invita a la lógica y «Café Perec», de Enrique Vila-Matas: una voz
transgenérica
Isabel Verdú Arnal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 577
Escritura y teoría en la actualidad
Actas del II Congreso Internacional de ASETEL
Madrid, 29-30 de enero de 2015
Resumen: El artículo reflexiona sobre la imbricación de las nuevas tecnologías y las prácticas
de escritura contemporáneas partiendo de la diferencia entre procedimientos de escritura
e imaginarios culturales. A través del estudio de tres textos —el Quijote de Cervantes, «En
línea» de J. J. Saer y Krapp’s Last Tape de S. Beckett—, problematiza algunos modos a tra-
vés de los cuales la existencia de esos nuevos dispositivos se ha comunicado a la escritura
literaria, así como algunos planteamientos teóricos que —valorizando positivamente los
nuevos dispositivos— consideran que la escritura del siglo xxi tendría que verse transfor-
mada de raíz por ellos.
Palabras clave: Dispositivos. Poética. Nuevas tecnologías. Samuel Beckett. Juan José Saer.
Abstract: The article proposes to think about how new technologies and contemporary writ-
ing practices are imbricated, setting as the initial point for this study the difference be-
tween writing procedures and cultural imaginaries. By studying three texts —Cervantes’
Quijote, «En línea» by J. J. Saer and S. Beckett’s Krapp’s last tape—, it problematizes some
of the ways through which the existence of these new devices has been introduced into
literary writing, as well as some theoretical approaches which, by making a positive val-
orization of these devices, consider that they should modify 21st century literature from
its root.
Keywords: Dispositives. Poetics. New Technologies. Samuel Beckett. Juan José Saer.
355
356 Max HIDALGO NÁCHER
pio lenguaje sería, quizás, «il più antico dei dispositivi» (22). La más antigua, tam-
bién, de las tecnologías.
Desde este punto de vista, las nuevas tecnologías son potentes dispositivos de
subjetivación. Lejos de ser meros instrumentos, los teléfonos móviles y los disposi-
tivos digitales transforman nuestra relación con el tiempo, con el espacio, con los
otros y con nosotros mismos. El concepto pretende, pues, ser un instrumento de
análisis para medir el modo en que las tecnologías moldean los modos de vida y las
subjetividades, al margen de lo literario. Ahora bien, en tanto que Deleuze los pre-
sentaba como «máquinas de hacer ver y de hacer hablar» (9), cada cual con su pro-
pio «régimen de luminosidad, modo según el cual esta cae, se difumina y se expan-
de, distribuyendo lo visible y lo invisible, haciendo nacer o desaparecer el objeto que
no existe sin ella» (317), se hace posible hablar, en un sentido restringido, de dispo-
sitivos literarios. Desde este segundo punto de vista, un dispositivo literario sería un
mecanismo de generación de un texto literario tematizado en el seno de la propia
ficción.1 Un ejemplo paradigmático de esta tematización de los procedimientos lo
encontraríamos en la obra de Samuel Beckett, quien ha hecho esto particularmente
en una parte de su teatro en la que la voz y los focos adquieren un carácter perfor-
mativo. De ese modo, podría estudiarse cómo los dispositivos —siendo, desde este
punto de vista, los límites de la ficción—, caen sobre los seres ficticios, engendrán-
dolos como tales.
aislar los dispositivos; en cambio, Foucault los presentaba como el resultado de redes múltiples y
heterogéneas: «Ce que j’essaie de repérer sous ce nom, c’est, premièrement, un ensemble résolu-
ment hétérogène, comportant des discours, des institutions, des aménagements architecturaux,
des décisions réglementaires, des lois, des mesures administratives, des énoncés scientifiques, des
propositions philosophiques, morales, philanthropiques, bref: du dit, aussi bien que du non-dit,
voilà les éléments du dispositif. Le dispositif lui-même, c’est le réseau qu’on peut établir entre ces
éléments» (1977b: 299).
POÉTICAS DE LO TECNOLÓGICO. DISPOSITIVOS DE SUBJETIVACIÓN... 357
Esa diferencia entre los imaginarios y los procedimientos señala, sin salirnos del
ámbito de la textualidad, dos tendencias radicalmente enfrentadas de estudiar e
incorporar en la literatura estos fenómenos, ya pongan el énfasis en aquello de lo que
hablan los textos o en cómo están construidos. La primera vía exploraría las recu-
rrencias temáticas de las nuevas tecnologías en la literatura. Este tipo de estudios
—a pesar de la multiplicidad de referencias teóricas, en las que abundan las remisio-
nes a autores como Deleuze o Derrida— seguiría reproduciendo algunos de los
procedimientos críticos de la Stoffgeschichte decimonónica y acarrearía algunas de
sus mismas limitaciones, las cuales muchas veces podrían resumirse en una resis-
tencia a pensar la imbricación recíproca de las categorías de forma y contenido.
En el magma disperso de estos estudios es posible aislar una retórica poblada de
augurios y promesas que afirma que ingresar en el mundo digital implica romper con
todo e instan a escritores y críticos a partir de cero; un discurso que, en su afán de
novedad, en muchas ocasiones plantea como logros recientes adquisiciones mucho
anteriores en el tiempo, con la distorsión consiguiente. César Rendueles ha señalado
recientemente algunos extravíos de la «utopía digital» y del «fetichismo de las redes de
comunicación» (34), al que también llama «ciberfetichismo» y «fetichismo tecnológi-
co» (45). Cuando la tecnología se convierte en un fetiche, no importan ya la singula-
ridad de aquello que vehicula pues, como dice Agustín Fernández Mallo,
358 Max HIDALGO NÁCHER
el nombre propio como argumento de autoridad,3 el cual sirve menos para iniciar
una discusión que para cerrarla, y que a veces delata un conocimiento muy superfi-
cial de las obras citadas4 (lo que implica en muchos casos utilizar la literatura como
mero ejemplo de una teoría preexistente); promoción de categorías críticas masivas
que distinguen entre lo nuevo y lo antiguo para atribuir a lo nuevo rasgos que, en
realidad, son ya tradicionales;5 y, finalmente y en relación a este punto, tendencia a
2
Por lo demás, parecería que «este hecho innegable, esta inversión especular», sería «conse-
cuencia de la economía de mercado» (76). El autor añade a continuación: «Todo ese nuevo cos-
mos ha de asumirse de entrada, dado que fuera de él nada existe, ni parece que, de momento, vaya
a existir» (76).
3
«Doy por hecho que el lector ha leído a Deleuze, Didi-Huberman, Flusser, Maldonado,
Barthes, Molinuevo, Rodríguez de la Flor, Brea y demás teóricos de la imagen» (109), escribe Vi-
cente Luis Mora.
4
Fernández Mallo presenta, frente a una «poesía ortodoxa como red cerrada (en ocasiones
aislada)» (2009: 145) que permite transitar «del exterior al interior, pero no a la inversa» (147) una
poesía postpoética en la que «el flujo de información exterior-interior retroalimenta al flujo inte-
rior-exterior, quedando así en suspenso la propia definición de lo que está dentro y lo que está
fuera» (151). Lo sorprendente es que esa definición pueda conectarse, a través de una cita de
Deleuze, con el espacio literario de Maurice Blanchot (152), el cual solo puede ser relacionado con
esa caracterización de la poesía a fuerza de desconocerlo. Puede leerse, en relación a esta cuestión,
L’espace littéraire de Blanchot; y, en él, el capítulo titulado «Le regard d’Orphée» —que es, según el
propio autor, el punto hacia el que se dirige el libro (11)—, en el que el autor desarrolla una teoría
de la escritura ligada a la muerte y a la transgresión, y donde afirma: «Écrire commence avec le
regard d’Orphée» (232).
5
Vicente Luis Mora expone en las páginas 93-96 de El lectoespectador cómo la literatura pan-
geica se propone «la eliminación del engorroso narrador omnisciente, ese residuo anacrónico de la
omnivisión medieval cristiana» (93). Ahora bien, eso ya había sido propuesto —sin duda, a través
de presupuestos diferentes— por, entre otros, Jean-Paul Sartre en 1939 en su crítica demoledora a
La fin de la nuit en «M. François Mauriac et la liberté» (1939). Por otra parte, ya en una novela
como Comment c’est (1961) de Beckett la despersonalización de la voz —que se limita a citar un
discurso que la atraviesa— es total. Reconociendo la complejidad de estas transformaciones y
POÉTICAS DE LO TECNOLÓGICO. DISPOSITIVOS DE SUBJETIVACIÓN... 359
problematizando precisamente la tendencia a alinear en una única serie las rupturas, Virgilio Tor-
tosa señala que una parte importante de las vanguardias artísticas y filosóficas del siglo xx adelan-
taron los procedimientos hipertextuales antes de la existencia de internet: «Pensamiento y creación
artística, a lo largo del siglo xx, caminan de la mano, y ambas apuntan durante ese transcurso en
esa dirección progresivamente, como vamos a poder apreciar a continuación. Tanto el pensamien-
to como la creación artística comienzan desbordando un concepción encorsetadora lineal (adscri-
ta tradicionalmente a la cultura impresa) de la escritura para esbozar intenciones que hoy llamaría-
mos (como alguien ha advertido) protohipertextuales» (72).
6
El propio Vicente Luis Mora añade unas páginas después de haber hecho esas afirmaciones:
«En Google sí hay una jerarquización» (43); y que «de hecho, si uno paga a Google puede colocar-
se entre los primeros puestos, lo cual da mucho que pensar sobre la construcción del saber en
nuestros días» (42).
7
El propio Fernández Mallo presenta en El Hacedor (de Borges), «Remake», enlaces a vídeos
del Youtube que, «clickados» a día de hoy (principios de año del 2015), dan —quizás a causa de
que el libro fue retirado de las librerías y estos formaban parte del libro— un enlace roto.
360 Max HIDALGO NÁCHER
era comienzan a cambiar, de forma casi inmediata los artistas comienzan a hacerse
eco del cambio e incorporarlo a sus creaciones» (Mora: 55). Ahora bien, este plan-
teamiento deja impensado el modo en el que las nuevas tecnologías y los nuevos
contextos culturales afectan a esas obras a nivel formal. Más bien, parece que la
novedad de dicha poética radica en la promoción de un imaginario —así como de
una cierta relación con los soportes— ligado a ciertas prácticas culturales que no
llega a problematizar los procedimientos de escritura.
Ahora bien, la literatura no solo refleja el presente, sino que puede reinventarlo
a través de la escritura. El segundo enfoque que quería presentar muestra, precisa-
mente, cómo los artefactos literarios pueden, en su propia especificidad, incorporar
en su seno de un cierto modo la tecnología. Para ello, analizaré la función que cum-
COPIA PARA USO ACADÉMICO DE AUTORES
8
Rancière define la literatura como «el modo histórico de visibilidad de las obras del arte de
escribir, que produce esa distinción y produce por consiguiente los discursos que teorizan la dis-
tinción, pero también los que la desacralizan para remitirla ya sea a la arbitrariedad de los juicios,
ya sea a criterios positivos de clasificación» (2009: 13).
9
«J’appelle partage du sensible ce système d’évidences sensibles qui donne à voir en même
temps l’existece d’un commun et les découpages qui y définissent les places et les parts respec-
tives» (Rancière, 2000: 12).
POÉTICAS DE LO TECNOLÓGICO. DISPOSITIVOS DE SUBJETIVACIÓN... 361
forma, el juego de las burlas y las veras; y, a través de esa lectura imaginaria, posibi-
litaba nuevos modos de subjetivación.10
El personaje de don Quijote de la Mancha es un producto, no sin más de la lec-
tura, sino de un cierto tipo de lectura que hace del mundo el espacio de una aventu-
ra. La doblez del sentido, la tensión entre el disparate y la interpretación, es la que
mantiene viva la narración —por eso, cuando el protagonista recupere el juicio, y
vuelva a ser Alonso Quijano, solo le quedará morir—. La narración, por su parte, es
también un producto de ese mundo impreso: la segunda parte es una emanación de
la primera. Como ya señalara Américo Castro,
Se ha hablado mucho de las fuentes literarias del Quijote, y muy poco de la pre-
sencia y función de los libros dentro del proceso creador de la obra. Leer o haber
leído, escribir o estar escribiendo son tareas de muchos de los personajes que pue-
blan las páginas del Quijote, tareas sin las cuales no existirían algunos de ellos. La
palabra escrita sugiere y sostiene el proceso de la vida, o sirve de expresión a la vida;
no desempeña misión decorativa o ilustradora, sino que aparece articulada con el
COPIA PARA USO ACADÉMICO DE AUTORES
existir mismo de las personas. Diríamos en vista de ello que el Quijote es un libro
forjado y deducido de la activa materia de otros libros. La primera parte emana ra-
dicalmente de los libros leídos por don Quijote; la segunda es, a su vez, emanación
de la primera, pues no se limita a seguir narrando nuevos sucesos, sino que incorpo-
ra en la vida del personaje su conciencia de estar ya preexistiendo en otro libro (55).
10
Compárese con el siguiente soneto de Quevedo, escrito unos pocos años antes de 1640,
que pone la imprenta al servicio de un saber infinito y de una piadosa erudición: «Retirado en la
paz de estos desiertos, / con pocos pero doctos libros juntos, / vivo en conversación con los difun-
tos, / y escucho con mis ojos a los muertos. // Si no siempre entendidos, siempre abiertos, / o en-
miendan o fecundan mis asuntos; / y en músicos callados contrapuntos / al sueño de la vida ha-
blan despiertos. // Las Grandes Almas que la Muerte ausenta, / De injurias de los años vengadora,
/ Libra, oh gran Don Josef, docta la Imprenta. // En fuga irrevocable huye la hora; / Pero aquella
el mejor Cálculo cuenta, / Que en la lección y estudios nos mejora» (n.º 52, 178-179).
362 Max HIDALGO NÁCHER
la tradujo toda, del mesmo modo que aquí se refiere» (279). La introducción de todas
estas mediaciones —que implican también el estatus social de los agentes implica-
dos—11 muestra, entre otras cosas, cómo se superponen los diferentes tipos de pro-
ducción, circulación, supervisión, lectura y escucha de lo escrito; y que la aparición
de «una nueva tecnología de la palabra», como ya señalara Walter J. Ong, «refuerza a
la vieja al mismo tiempo que la transforma» (150). Al jugar con los soportes, las bi-
bliotecas, las prácticas de lectura y los tipos de lectores encarnados en los personajes,
Cervantes construía un artefacto literario sumamente complejo e innovador.
En el Quijote la relación con los libros está puesta al servicio de una poética de las
burlas y las veras. Más cerca de nuestros días, pero siguiendo una misma vía de análi-
sis, me gustaría señalar a continuación un par de casos más relativos a la incorpora-
ción de tecnologías de escritura en obras literarias: el primero se refiere al teléfono de
«En línea» (Lugar, 2000), de Juan José Saer; el segundo, al magnetófono en Krapp’s
Last Tape (1958), de Samuel Beckett. En ambos casos se observa, como en el Quijote,
una relación compleja en la que la tecnología es puesta al servicio de una escritura li-
COPIA PARA USO ACADÉMICO DE AUTORES
11
Puede leerse un estudio de esta escena en Catelli y Gargatagli (1998: 239-240).
POÉTICAS DE LO TECNOLÓGICO. DISPOSITIVOS DE SUBJETIVACIÓN... 363
sa». La inmediatez sensorial queda así obturada por la pantalla de un discurso en-
viado a miles de kilómetros de distancia. Tomatis pretendía; las cosas son según él; y
no hay, de hecho, ninguna mañana deliciosa de primavera, sino la vibración eléctri-
ca del adjetivo deliciosa, transmitida desde el otro lado del aparato, en los oídos de
Pichón. Su actitud —cuya función es escuchar— es escéptica y complacida al mismo
tiempo. Más allá de la verdad de los enunciados de Tomatis, estos le satisfacen por
mediación de la propia imaginación. De hecho, esa voz se apoderará de él, de modo
que «la mirada que errabundea más allá de los vidrios de la ventana» se posará so-
bre los objetos ya «sin ver». El discurso de Tomatis genera en Pichón «un hábito de
incredulidad». Ahora bien,
Por más que dude, la fuerza de las palabras, aun llegando desde tan lejos, obtiene
el efecto buscado, ya que, mezclándose al escepticismo, la imaginación de Pichón
elabora una imagen placentera, proyectándose en ella como lo haría con cualquier
otra ficción y, al tiempo que se siente en el sillón del escritorio, ve la mañana lumi-
COPIA PARA USO ACADÉMICO DE AUTORES
nosa de primavera, el toldo de lona verde que imprime sobre las baldosas rojas de la
terraza una sombra benévola y a Tomatis (31).
Esa imagen placentera, más fuerte que el espacio sensible que lo rodea, se le
impondrá. «Si sus sentidos se ocupan en captar los estímulos que los excitan en el
aura rugosa y bien real del presente, su imaginación se pasea por la terraza roja y
soleada, por la mañana, según Tomatis, deliciosa de noviembre» (32).
Se trata de un artefacto reflexivo: la ficción tematiza el propio artefacto literario
que es Lugar y que —dentro de Lugar, en este mismo cuento— se ha dedicado a
construir, dándonos a oír, a nosotros y a Pichón al mismo tiempo, unas
[…] palabras que, a pesar de la distancia desde la que le llegan y del timbre vaga-
mente artificial con que resuenan, como si hubiesen sido descompuestas en sus ele-
mentos más simples y vueltas a recomponer sin haber logrado restituirles el sonido
humano, haciéndoles perder la inmediatez familiar al transportarlas de un hemisfe-
rio al otro a través del espacio lleno de turbulencias magnéticas, interesándose por
ellas en su mera calidad de materia sonora, subyugan a la vez su curiosidad y su in-
teligencia (33).12
12
El cuento se prolonga con una carta enviada a Pichón por Soldi y, a través de ella, con la
lectura de un manuscrito en el que un soldado joven y otro viejo conversan a las puertas de Troya.
Aquí vuelve a aparecer la imbricación de las diversas tecnologías, ya señalada a propósito de el
Quijote: «Unos meses después de esa conversación telefónica, Soldi, como otras veces, hará una
copia del dactilograma y lo mandará por correo, lo que le permitirá a Pichón examinarlo con
detenimiento, y casi en cada una de sus páginas y de sus frases, que desde luego difieren muchísi-
mo de las que escuchó por teléfono en un domingo de noviembre, porque lo oral y lo escrito son
dos medios diferentes, como el aire y el agua, y lo que respira en uno a veces se asfixia en el otro,
la voz de Tomatis resonará en su memoria trayendo consigo la imagen del propio Tomatis» (39).
Pichón «no puede dejar de oír esa voz doble cuando, un par de meses más tarde, en plena noche
y en pleno invierno, lee los últimos párrafos del texto que el correo le ha traído esa mañana» (40).
364 Max HIDALGO NÁCHER
El uso que hace Beckett de las tecnologías como dispositivos también merece ser
comentado. Podrían estudiarse muchas de sus obras: desde Quoi où hasta Film. Me
detendré, sin embargo, en Krapp’s Last Tape, una pieza que quizás se entiende mejor
haciendo un breve recorrido por la trayectoria teatral del autor irlandés. En 1947
Beckett escribió su primera obra de teatro en francés, llamada Eleutheria: nunca qui-
COPIA PARA USO ACADÉMICO DE AUTORES
so publicarla. Según juicio del autor, estaba mal hecha. La obra giraba en torno a las
relaciones del joven Victor Krap con su familia y, más en general, con el mundo. En
ella, Víctor expresaba su rechazo al mundo en nombre de la libertad. Ahora bien, ese
rechazo seguía siendo expresado como de costumbre (Hidalgo Nácher, 2014), usando
de modo convencional el más antiguo dispositivo de la historia: el lenguaje.
Once años después, en 1958, escribió otra obra. El protagonista era el mismo
Krap de Eleutheria pero con una p redoblada. Ese redoblamiento se producía en la
obra con la introducción de un magnetófono a través del que Krapp escucha mensajes
que grabara en el pasado. Ese juego, que es el núcleo de la obra, le permite a Beckett
salvar un problema que, a su propio juicio, quedaba irresuelto en Eleutheria: la ade-
cuación de la forma y el contenido («form is content, content is form» [1984: 27]); o,
dicho en otros términos, la transformación del régimen de visibilidad y decibilidad
de sus obras. En 1947 el personaje de Krap era un depresivo más, fácilmente captura-
ble por el mundo que le rodeaba.13 Pero Beckett no quería decirlo, sino traspasar ese
afecto a la escritura. Y lo conseguirá introduciendo una tecnología de escritura del
sonido que se constituye ella misma en procedimiento de escritura de la obra teatral.
Por todo ello, el magnetófono se convierte aquí en un artefacto clave que funciona,
de hecho, como un dispositivo de desubjetivación. A través de él, Krapp se enfrenta
«to that stupid bastard I took myself for thirty years ago» (2009: 10)
La inserción del magnetófono en la escena, así como la función que en ella cum-
ple, es la solución que encuentra Beckett a un problema de escritura, y esta solo se
concretará tras un largo trabajo de escritura (Hidalgo Nácher, 2008). La distancia que
separa a Eleutheria de Krapp’s Last Tape se encuentra ahí. Hasta el punto de que podría
afirmarse no tanto que el magnetófono es, tecnológicamente, causa de nada como
13
«Vitrier: Comprenez-moi bien. Je ne demande qu’une chose, que vous preniex figure. La
moindre lueur de sens; de quoi faire dire aux gens: «Ah, c’est ça, maintenant je commence à com-
prendre», et je disparais» (Beckett, 1995: 125).
POÉTICAS DE LO TECNOLÓGICO. DISPOSITIVOS DE SUBJETIVACIÓN... 365
que, más bien al contrario, este aporta un medio privilegiado para materializar una
experiencia de desubjetivación que solo cobra forma en el seno de una poética. Así, es
la escritura de Beckett la que da cuerpo a la inquietante extrañeza de la escritura de la
voz y, a partir de ello, de la voz misma. Pues aquí, para Beckett, como para Agamben,
el lenguaje sería el primer dispositivo: el más sutil y resistente de todos, el cual queda
en mayor o menor medida negligido por muchas de las propuestas que, sabiéndolo o
sin saberlo, reducen el uso literario de la tecnología a un imaginario cultural.
En los tres casos señalados (el Quijote, «En línea» y Krapp’s Last Tape) se obser-
va cómo la inclusión de la tecnología en la ficción está puesta al servicio de una
poética y afecta a los procedimientos constructivos que estructuran la ficción. El
juego de las burlas y las veras en Cervantes, la pregnancia de lo imaginario como
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