Capítulo 3 La Ley de La Actividad
Capítulo 3 La Ley de La Actividad
Capítulo 3 La Ley de La Actividad
Yo hago -y yo cambio
Esta ley de la actividad se confirma tanto con una buena cantidad de investigaciones modernas
en la psicología de la educación, como por un proverbio chino:
Oigo, y olvido.
Veo, y recuerdo.
Hago, y entiendo.
Yo le añadiré algo a este proverbio. A mi juicio, cuando usted hace, el resultado es más que
entender, usted también cambia.
Desafortunadamente, la mayor parte de la educación cristiana está orientada hacia el oír. Por
eso a menudo es tan ineficiente.
Si al oír agregamos el ver, nuestro potencial para recordar aumenta hasta un 50%, por eso las
ayudas visuales son tan importantes ya que vivimos en una sociedad orientada hacia lo visual.
Y ¿qué si agregamos el hacer al ver y al oír? los psicólogos dicen que esta combinación aumenta
la memoria hasta un 90% y el hecho de haber estado enseñando por décadas en una institución
especializada me ha proporcionado toda la evidencia que necesito para convencerme que eso
es cierto.
En treinta y cinco años de enseñar a nivel de seminario, la asignatura “Cómo estudiar la Biblia
por sí mismo”, nunca he requerido un examen. ¿Cómo es posible enseñar sin dar un examen?
Muy sencillo: Procure que los estudiantes participen activamente en el proceso del aprendizaje.
Desde temprano aprendí que los estudiantes pueden memorizar información de cualquier
manera que uno les pida que lo hagan, y que en un examen ellos se la pueden decir toda. Qué
brillantes. Sin embargo, repita el mismo examen tres días después y no lo aprobarían, aunque
sus vidas dependieran de este. Pero habiendo hecho participar a los estudiantes en el proceso,
al examinarlos veinticinco años más tarde todavía saben y están usando los mismos principios
para estudiar la Biblia que aprendieron en mi clase y que nunca memorizaron. Aprendieron al
hacer en el proceso de la actividad.
Esto también es cierto en otros aspectos de la vida cristiana. La mejor manera de aprender a
testificar, por ejemplo, es testificando, no leyendo libros acerca de cómo testificar. Para aprender
a hacerlo sencillamente testifique. Participe en el proceso. Esa es la mejor manera de aprender
cualquier cosa. La esencia de la educación cristiana no es conocimiento, es la obediencia activa.
En la esfera espiritual, lo opuesto a ignorancia no es conocimiento, es obediencia. En la
comprensión del Nuevo Testamento, saber y no hacer es en sí no saber.
Actividad significativa
Veamos de nuevo la Ley de la actividad: El máximo aprendizaje es siempre el resultado de la
máxima participación. Dijimos que esta ley es cierta con una condición: La actividad debe ser
significativa. ¿Qué clase de actividades son significativas?
Quiero darle cinco respuestas a esa pregunta, cinco formas de actividad significativa. Cada una
de ellas está a su disposición, no importa qué clase de grupo esté enseñando, ni qué tema.
1. Actividad que provee dirección sin ser dictatorial. Cuando usted asigna tareas y debe hacerlo
para que los estudiantes participen más en el proceso de aprendizaje, recuerde ofrecer siempre
una esfera de libertad. Usted quiere estructura no una camisa de fuerza.
Nuestros estudiantes están trabajando para las personas equivocadas, para los maestros en
lugar de para ellos mismos. La educación debe venir del individuo que está aprendiendo. Usted
como maestro no se la puede introducir tiene que extraérsela. Y a propósito, «extraer» es el
significado de la raíz de la palabra educación.
Así que provea dirección, no dictadura. Deje que ellos mismos se cuelguen, si así fuera el caso.
De esa manera aprenderán mucho.
2. La actividad que pone énfasis en la función y la aplicación, es decir, la actividad que
inmediatamente permite que los estudiantes pongan en uso todo lo que acaban de aprender.
Esto implica que es mejor no enseñar de una vez más de lo que se puede absorber y usar.
Exactamente lo que hizo Jesús, la Personificación de la verdad, Él les dijo: “Aún tengo muchas
cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de
verdad, él os guiará a toda la verdad” (Juan 16:12-13ª).
3. La actividad con un propósito planeado. Como dijimos antes, los objetivos determinan los
resultados. Usted logra lo que se propone. Por favor anote esto: Olvídese del “trabajo inútil”. No
involucre a los estudiantes en actividades que no tengan un objetivo significativo. No hay nada
que los seres humanos resientan más que el trabajo inútil. Si usted está enseñando una lección
que contiene “requisitos” pregúntese: ¿Cuál es mi objetivo? ¿Qué se debe lograr al leer esos
libros o al realizar esa investigación o al escribir esos reportes? ¿Escribir más palabras y leer
más libros hacen que la educación sea mejor? ¿O ponemos requisitos sencillamente porque
siempre los hemos tenido?
4. La actividad que se preocupa tanto del proceso como del resultado de manera que los
estudiantes no solo saben QUÉ creen, sino POR QUÉ lo creen.
Si usted solo les da a sus estudiantes el resultado en lo cual tendemos a especializarnos, los
limitará con sus propias limitaciones; Pero si les da el proceso, los lanzará por un camino que no
tiene límites. Por cierto, ellos pueden ir más allá y llegar a ser más eficaces que usted.
Una razón por la cual he permanecido tanto tiempo en el seminario enseñando es la satisfacción
de ver a tantos de mis estudiantes graduarse y hacer mucho más de lo que yo jamás podré
lograr. La verdadera satisfacción es contribuir a sus vidas y luego ver como ellos toman esto y lo
llevan mucho más lejos de lo que yo jamás podría.
5. La actividad realista que incluya situaciones que requieran la resolución de problemas. ¿Un
estudiante busca respuestas a las preguntas de quién? ¿A las que usted tiene? No, a las que él
tiene. Así que averigüe: ¿En qué situación se encuentran? ¿Con qué están luchando? ¿Qué
tentaciones enfrentan?
En este momento hay un creciente número de personas en nuestras iglesias cuya moralidad se
está deteriorando rápidamente. ¿Pero cuánto tiempo le dedicamos a hablar del tema y enseñar
al respecto? ¿Cuántas veces enseñamos acerca de los personajes de la Biblia como si fueran
fugitivos de un museo de cera? como si fueran una colección de cristianos de cartón que
realmente no tienen los problemas y sentimientos que nosotros tenemos.
Así que haga que las actividades reflejen la vida real, y descubra el ¡ábrete sésamo! que dé
acceso a los corazones de las personas. Pero no predisponga la situación.
Prosigamos
Usted recordará que dijimos que el aprendizaje es un proceso. No presente a las personas una
sola experiencia para luego decirles:” Bueno, lo captaron. Ya lo saben. Ahora, ¿qué más les
puedo enseñar?”.
Los evangelios nos cuentan de aquella vez cuando Jesús caminó sobre las aguas. Aquí están
unos pescadores profesionales en medio del mar. Miran a lo lejos y ven lo que parece ser un
fantasma. Se están muriendo de miedo.
Pero Jesús les dice:
Yo soy.
Pedro, de modo típico, dice:
Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.
Jesús dice:
Ven.
Salir de la borda del bote probablemente fue una de las cosas más difíciles que hizo Pedro. Pero
lo hizo, y es posible que Felipe y Andrés se quedaran en el bote diciendo:
¡Mira como Pedro camina!
Pero entonces Felipe grita:
¡Pedro, cuidado con esa ola!
Pedro la ve, se pasma y se cae por el hueco de la alcantarilla. Entonces pronuncia la oración
más hermosamente concisa de la Biblia: «¡Señor, sálvame!» No se puede eliminar ni una sola
palabra sin cambiarle el sentido. ¿Se imagina qué hubiera ocurrido si él hubiera hecho una de
esas oraciones que a menudo oímos en las reuniones de oración; ¿aquella en la que alguien se
está poniendo al día con su vida de oración, y se eleva hasta la Vía Láctea y hace un viaje por
los campos misioneros y además hasta repasa su teología? Al final de la oración ya Pedro estaría
hundido seis metros debajo del mar.
Ahora permítame preguntarle: ¿Cómo cree que Pedro regresó al bote? ¿Cree usted que Jesús
lo cargó? No, volvió caminando, pero le garantizo que nunca apartó los ojos del Salvador. Esto
es aprender. A menudo he visto a alguien caerse en algo parecido a ese hueco en el agua, y
luego he visto a esa persona emerger y convertirse en un hombre o mujer que le creen a Dios.
Se dieron cuenta de que no pueden hacerlo solos. El Señor se los demostró por aquel fracaso
en la mismísima área de su fortaleza.
Un estudio de la vida del Salvador deja claro que el gran Maestro no llenó un montón de cabezas
hasta el tope con una colección de datos teológicos. No, Él hizo que sus discípulos participaran
en el proceso para que luego el mundo pagano se viera obligado a testificar: “Estos son los que
han vuelto el mundo al revés”. Este es el desafío para la educación cristiana de nuestros tiempos
.Para reflexionar
(Preguntas para su evaluación personal y para discusión con otros maestros).
1. ¿Cuán involucrados, realmente involucrados están sus alumnos en el proceso del
aprendizaje? ¿Quiénes parecen estar más involucrados y por qué piensa usted que lo están?
¿Quiénes parecen estar menos involucrados y por qué piensa usted que no lo están?
Rta: Algunos de ellos demuestran estar involucrados lo suficiente, ya que participan y prestan la
atención necesaria en los diferentes temas que se exponen o enseñan, y cumplen con las tareas
que se les asignan. Aquellos menos involucrados: Prestan poco interés en las diferentes
actividades que se hacen en clase.
2. Mentalmente seleccione tres alumnos que representen su clase y haga una lista del tipo de
actividades dentro, fuera, en cualquier lugar que usted piensa que probablemente ellos disfrutan
más. ¿Qué claves dan estas listas que puedan hacer el proceso de aprendizaje más efectivo y
más agradable a los estudiantes?
Rta: Jugar: (futbol, basquetbol, video juegos, escondidas), dibujar, colorear, salir en familia a
centros comerciales, caminar. Yo pensaría clave en estas actividades que ellos desarrollan el
medio en el cual se realizan, lo divertidas que pueden ser y lo participativas que son.
3. ¿Puede usted pensar en algunos ejemplos de actividades que pueden obstaculizar al
aprendizaje efectivo?
Rta: La actividad en la cual el maestro es el único que habla y da la clase. Aquella que no es
participativa que no permite que el que está escuchando pueda opinar o preguntar al respecto.
Vocabulario
Franelógrafo: tablero forrado de fieltro o algodón que permite la adherencia de figuras u objetos
poco pesados a los que también se les ha colocado fieltro, velcro o lija en la parte trasera.
Volición: es, en un sentido general, un acto de la voluntad o una acción voluntaria. en lingüística,
la distinción de si el sujeto o agente de una oración realizó una acción de forma intencionada o
no.
Santafé de Bogotá, diciembre 10 de 2017
Iglesia Cristiana Filadelfia
Movidos a Misericordia
Atención:
Profesora Clemencia Rincón
Tema:
Resumen Capitulo 3 y 4
Del Libro
Enseñando para cambiar vidas
Autor: Howard Hendricks
Presentado por:
José Libardo Tellez Peña