Bosquejo Bíblico
Bosquejo Bíblico
Bosquejo Bíblico
El corazón es engañoso más que todas las cosas. No hay quien haga lo
bueno, ni siquiera uno. «Los que viven según la carne no pueden agradar
a Dios» (Ro. 8:8). La mente carnal es enemistad contra Dios.
En esta miserable condición no podía hacer otra cosa más que esperar y
orar. Esperar la compasión de algún corazón amante y el bondadoso
toque de alguna mano compasiva. Ser tibio acerca de cualquier cosa es
estar medio muerto para aquello. Con respecto a las cosas eternas,
¡cuántos están medio muertos y bien inconscientes de ellos! Rebeldes de
corazón (cf. Apocalipsis 3:16). Pero no condenemos con nuestra
soberbia a este pobre paria, porque si nosotros hubiéramos ido por el
mismo camino podríamos habernos visto en el mismo apuro. Si
hubiéramos ido por el camino de los que nacen y son criados en el barrio
bajo de la ciudad, o en el negro paganismo, ¿acaso estaríamos nosotros
en mejor estado que ellos?
1. PERFECTA INDIFERENCIA.
«Un sacerdote… pasó por el lado opuesto del camino» (Lucas 10:31).
Este sacerdote iba indudablemente de regreso a casa después del
servicio en el Templo. Es muy puntilloso en el cumplimiento de su
servicio ceremonial, y no pasaría nada por alto, pero un hermano
necesitado y moribundo al lado del camino es indigno de su
atención. «Pesado en la balanza y hallado falto de peso.» No se
puede poner ninguna esperanza en la Ley.
2. CURIOSIDAD INTERESADA.
3. SIMPATÍA PRÁCTICA.
«Un samaritano que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue
movido a compasión», etc (vv. 33-35). Aunque los judíos no tenían
tratos con los samaritanos, este samaritano, en su misericordia, sí que
estaba dispuesto a tratar con el judío medio muerto. Este es el meollo de
la parábola.