2016 106050
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Partes: Moya Robles, Junia c/ Sagal Latorre, Javier y otros | Cámaras en espacios comunes
Fecha: 5-dic-2016
Producto: MJ
La instalación de las cámaras en los bienes comunes, que tienen por objeto registrar los
movimientos que se realizan en los pasillos del Edificio, no pueden estimarse que atentan
contra la vida privada de los comuneros, desde que nadie, normalmente, realiza en dichas
dependencias comunes, actos privados que no desean que sean conocidos por terceros.
Doctrina:
C.A. de Santiago
Primero: Que a fojas 14 comparece doña Junia Andrea Moya Robles , egresada de psicología,
domiciliada en calle San Isidro N°52, departamento 41, Santiago, quien interpuso recurso de
protección en contra de don Javier Ignacio Sagal Latorre , don Pedro Jos é Moya Aguilera y
doña Ruth Inostroza Tapia ; por las acciones ilegales y arbitrarias que vienen sucediendo
desde abril de 2016 y estima que conculcan las garantías constitucionales de los numerales
4°, 5° y 24 del artículo 19 de la Carta Fundamental.
Pide se disponga el inmediato retiro de las cámaras de video vigilancias y la eliminación de las
grabaciones efectuadas ilegalmente, almacenadas en los computadores ubicados en el
domicilio del recurrido Javier Ignacio Sagal Latorre y se ordene el cese inmediato de la
interceptación de las comunicaciones de la recurrente y se posibilite a la recurrente el uso de
los bienes comunes del edificio.
Funda su acción cautelar en que a comienzos de abril del presente año, el recurrido don Javier
Ignacio Sagal Latorre , instaló una cámara de seguridad en el dintel de la puerta de entrada del
departamento 33 del edificio de calle San Isidro N°52 de la comuna de Santiago.Esta cámara
enfoca directamente al pasillo del tercer piso del edificio y sería operada sin ninguna
autorización de la Comunidad de copropietarios.
Adicionalmente, en el mes mayo del presente año, el mismo recurrido instaló una segunda
cámara de seguridad, igualmente sin autorización alguna, ubicada en el dintel de la puerta de
acceso al jardín interior, la cual enfoca al pasillo de ingreso del primer piso del edificio que es
un bien de uso común y que se encuentra permanentemente conectada a un monitor instalado
en el departamento donde reside.
Agrega que el mismo señor Sagal Latorre, sin solicitar autorización alguna a los copropietarios,
en el mes de agosto del presente año, instaló una tercera cámara de seguridad ubicada en la
terraza del edificio, la cual enfoca globalmente a todo dicho espacio de uso común y acceso a
la misma que también conectó al precitado monitor ubicado en el departamento que le sirve de
residencia.Así, en la forma referida, desde entonces almacena privadamente y para su uso
videograbaciones no sólo de quienes residimos en el edificio sino que de todas las personas
que concurren al mismo.
Frente a lo que estima una flagrante privación del derecho al respeto y protección de la vida
privada de toda persona y de su familia, en varias oportunidades la recurrente consultó a Javier
Ignacio Sagal Latorre sobre qué organismo de seguridad, llámese Carabineros de Chile o
Policía de Investigaciones o sí algún Juez de la República, lo había autorizado para proceder
del modo señalado, ante lo cual respondió que había sido autorizado por don Pedro José Moya
Aguilera y Ruth Inés Inostroza Tapia, también residentes del edificio, y que él además de
propietario, calidad que en verdad no tiene, era también el "Jefe de Seguridad del Edificio".
Señala que la recurrente agotó todas las instancias para restituir el derecho vulnerado
mediante el diálogo entre vecinos de la misma comunidad y concurrió en varias oportunidades
a los domicilios de don Pedro José Moya Aguilera y de Ruth Inés Inostroza Tapia, sin obtener
resultado alguno toda vez que nadie contestó sus reiterados llamados, circunstancia que obliga
a recurrir igualmente de protección en su contra por haber autorizado la instalación y
funcionamiento de las citadas cámaras.
Adicionalmente, pone de relieve que de los hechos descritos se ha derivado otra infracción a
derechos constitucionalmente amparados, ahora relativa al respeto a la honra de la persona y
de su familia, toda vez que mediante las aludidas cámaras de video, los mismos recurridos
hicieron uso abusivo y arbitrario de imágenes de su esposo, distorsionando y falseando hechos
al punto de tratar de involucrarlo en un delito y, además, las enviaron mediante whatsapp a los
residentes del edificio y personas relacionadas con ellos; conducta que agrava el
comportamiento de los recurridos.
Por otra parte, sostiene que desde el mes de abril pasado y hasta ahora, su correo personal ha
sido sistemáticamente interceptado, al sustraerse del lugar donde se deposita; violandosu
correspondencia y captando información privada como los antecedentes de la AFP Cuprum y
de la Caja de Compensación Los Andes, las cuales si fueron enviadas por esas instituciones,
pero nunca llegaron a su poder.
Ante tal medida, solicitó a don Pedro José Moya Aguilera y a doña Ruth Inés Inostroza Tapia,
atendido que ofician como integrantes del Comité de Administración, que le entregaran copia
de las llaves para ejercer los derechos de acceso y uso de tales espacios, negándose ambos a
esas justificadas peticiones sin explicación alguna, conducta que vulnera el derecho de
propiedad que tengo en la parte proporcional de los bienes comunes, conforme a la superficie
del departamento que habito.
Refiere que en relación a la instalación y operación de tres cámaras de video y el
almacenamiento de videograbaciones, sin autorización alguna de la comunidad de
copropietarios o norma expresa del Reglamento de Copropiedad, los recurridos habrían
infringido la garantía del numeral 4° del artículo 19 de la Carta Fundamental, ya que la
manipulación de imágenes, alterando su recta y debida interpretación y su maliciosa difusión,
ha generado un grave daño a su familia, toda vez que atenta contra la privacidad de las
personas que viven en recintos que no son públicos y además se ha perdido la tranquilidad que
surge de la deseable convivencia pacífica de los vecinos, generándose un clima de
incertidumbre y sensación de inseguridad, producto de la observación clandestina de la vida
cotidiana.
Tercero:Que a fojas 34 evacua su informe don Javier Ignacio Sagal Latorre, quien señala que
las afirmaciones de la recurrente son total y absolutamente falsas, por cuanto la instalación de
las cámaras de seguridad se efectuó bajo acuerdo de la Directiva administrativa del edificio,
como medida preventiva y de seguridad dentro del mismo.
Señala que el edificio en cuestión es un inmueble antiguo del centro de Santiago, que consta
con cuatro pisos, más un subterráneo y terraza en la azotea; ambos correspondientes a
espacios comunes, por lo cual, la Asamblea de Copropietarios decidió instalar cámaras
ubicadas única y exclusivamente en espacios comunes del edificio, apuntando en dirección a
la correspondiente caja escala de cada piso, además de la terraza, a fin de mantener un
registro de eventuales incidentes que afecten la convivencia de quienes habitan en el
inmueble.
Refiere que efectivamente el recurrido lleva control del registro de estas cámaras, habiendo
sido designado al efecto por la directiva administrativa del Edificio, en la asamblea de
Copropietarios llevada a cabo en el mes de mayo pasado, pero estos registros son
almacenados y archivados por el propio Comité, con el único propósito de velar por la
seguridad de la comunidad.
A partir del momento en que se realizó el cambio de directiva administrativa del edificio, tanto la
recurrente como su cónyuge Jorge Rodrigo Cruzat Albornoz, quien fuere anteriormente
secretario de la directiva, comenzaron un permanente y constante acoso al resto de los
vecinos a fin de mantener el status quo en el edificio, boicoteando y entorpeciendo cada
mejora realizada en las dependencias comunes del inmueble, tales como luminaria de pas illos
y escalas, funcionamiento de citófonos y portero eléctrico, todos los cuales pese a ser
reparados en reiteradas ocasiones, seguían apareciendo misteriosamente dañados e
intervenidos luego de un par de días.
Al informar de estos hechos a la Directiva, Pedro Moya Aguilera decidió realizar la denuncia
formal en contra de Cruzat Albornoz ante la Policía de Investigaciones, causa que se
encuentra en etapa de investigación.
Cuarto: Que en apoyo de sus alegaciones, el recurrido acompaña los siguientes documentos:
1.- Copia de acta Asamblea de Copropietarios celebrada con fecha 12 de abril de 2016; 2.-
Certificado emitido por la directiva de administración del edificio San Isidro 52, con fecha 28 de
Septiembre de 2016; 3.- Carta enviada por la directiva de administración del edificio San Isidro
52, con fecha 02 de Mayo de 2016, informando sobre las decisiones acordadas; 4.- Poder
simple otorgado por Jorge Cruzat Albornoz para su representación en asamblea de
copropietarios de fecha 12 de abril de 2016: 5.- Carta enviada por la directiva de
administración de! edificio San Isidro 52, con fecha 02 de Mayo de 2016, a Jorge Cruzat
Albornoz solicitando el pago de gastos comunes adeudados.
Quinto:Que a fojas 84 y 103, evacuan sus informes, en términos similares, don Pedro José
Moya Aguilera y doña Ruth Inés Inostroza Tapia, quienes solicitan el rechazo del recurso
intentado, con costas.
Dentro de los restantes acuerdos que fueron adoptados por la unanimidad de los presentes -
según consta en copia de escritura pública a la cual se redujo el acta de la misma- se acordó
que: a) Todos los departamentos debían pagar sus Gastos Comunes oportunamente, en
consideración a que el consumo de agua está incluido en este pago.Enviar una carta al
propietario del departamento 41 (la recurrente), para que busque la forma de pagar los gastos
comunes que debe desde junio de dos mil quince; b) Traer un maestro Gasfíter para que
elabore un presupuesto y arregle las filtraciones que afectan al departamento 11 así como los
desperfectos del sistema eléctrico del edificio; c) Contratar un aseador para mantener en
buenas condiciones de aseo el edificio; d) Devolver al señor Martínez del departamento 23 el
dinero que aportó para la compra de la cerámica que utilizó la antigua directiva para revestir la
terraza, liberándolo del pago de gastos comunes hasta cubrir el monto aportado; e) Dejar
constancia que el antiguo Libro de Actas del Edificio se encontraba en poder del Secretario de
la directiva anterior Jorge Cruzat; f) Se acordó trabajar unidos por el Edificio, en un marco de
respeto, lealtad y consideración mutuos; y g) Se acordó mantener los espacios comunes con
llave y dejar llaves en manos de comuneros responsables para así protegerlos y mantenerlos
limpios y en buen estado, pudiendo ser éstos usados por los comuneros cuando lo deseen,
siempre que estén al día con los gastos comunes.
Señala que copia del acta asamblea de ordinaria de 12 de abril de 2016, fue reducida a
escritura pública, bajo el repertorio N°2138-2016 ante el Notario Público de Santiago don
Pedro Zadá Azar, el 7 de julio de 2016.
Precisa que, respecto del acuerdo referido a mantener los espacios comunes con llave, éste
punto hace referencia a los espacios comunes jardín interior y terraza, los que constantemente
eran utilizados por algunos vecinos de forma descuidada, afectando con ello el normal y
legítimo uso que sobre estos espacios realizaban los restantes copropietarios.
Especifica que el acceso y uso de la terraza y jardín interior se encuentran regulados desde el
año 1959, en el punto décimo del reglamento de copropiedad del edificio, el cual establece que
"Se prohíbe el acceso y el uso del jardín interior y de la terraza del edificio a todos lo co-
propietariosdel edificio. Sólo el Administrador podrá autorizar, a su exclusivo criterio y en cada
oportunidad el acceso a tales bienes comunes cuando circunstancias especiales lo justifiquen",
Refiere que aun cuando cada copropietario es dueño exclusivo de su unidad y comunero en los
bienes que según el reglamento de copropiedad son de dominio común, el derecho que tiene
sobre los bienes comunes será el que se determine en el respectivo reglamento de
copropiedad, pudiendo servirse de ellos en la forma que en dicho instrumento se indique.
Indica que la situación en la cual la nueva Directiva del Comité de Administración asumió su
cargo era muy precaria, ya que no se contaba con los libros de acta de sesiones anteriores, los
cuales se encontraban en poder del anterior Secretario del Comité de Administración y
cónyuge de la recurrente, Jorge Cruzat.Asimismo, existía un completo desorden en lo relativo a
movimientos de fondos vinculados a gastos comunes del edificio, respecto de los cuales no
existían respaldo de su pago ni destino final.
Hace presente que el Edificio no contaba ni con conserje ni con vigilancia, por lo que se solicitó
a don Javier Sagal Latorre, del departamento 33, que instalara las cámaras que ayudarían a
vigilar los espacios comunes, encargándose del almacenamiento de las imágenes así como de
tenerlas disponibles para los copropietarios que las requiriesen. Para la buena gestión y
funcionamiento de la medida de seguridad adoptada, indica que se confeccionó un protocolo
de cámara de vigilancia que regulara el almacenamiento de las grabaciones por el lapso de un
mes, así como su acceso a todo miembro de la comunidad que lo solicitara para fines
pertinentes.
Asimismo, recalca que se cercioraron que las cámaras fuesen colocadas en espacios
comunes sin apuntar al ingreso de las unidades del condominio y que no registraran sonidos
sino que sólo imágenes.
Señala que la recurrente consigna que ha intentado dialogar con los vecinos y en específico
con los recurridos, sin obtener respuesta, sin embargo no ha asistido a ninguna de las
asambleas de comunidad que se han realizado, a las cuales puede asistir no obstante ser una
copropietaria inhábil (por estar morosa en el pago de los Gastos Comunes). Sobre este punto,
la recurrente agrega que habría remitido una carta certificada haciendo presente la situación,
omitiendo que la citada carta jamás fue notificada al recurrido que informa, como consta en
copia de seguimiento en línea del envío de la mentada carta.
Por último, y respecto de las supuestas acciones ilegales y arbitrarias que alega la recurrente,
asociadas a una supuesta "sistemática intercepción y sustracción" de su correspondencia
personal, consigna que la recurrente no agrega antecedentes y fundamentos que permitan
avizorar de modo razonable la efectiva ocurrencia de dichos hechos, ni menos que éstos sean
imputables a los recurridos.Desde este punto de vista, estima que lo planteado por la
recurrente, no es más que un reflejo o argucia de su propia imaginación, sin sustento alguno
de realidad, carente de toda prueba o indicio que permita a esta Corte acoger una acción
constitucional como la que se ha interpuesto.
Sexto: Que en apoyo de sus alegaciones, el recurrido don Pedro Moya Aguilera acompañó los
siguientes documentos:1.- Copia de Reglamento de Copropiedad del Edificio San isidro NQ52,
de fecha 26 de septiembre de 1959; 2.- Copia de Certificado emitido por el Conservador de
Bienes Raíces de Santiago en la cual consta que el Reglamento de Copropiedad del Edificio
San Isidro N252 se encuentra inscrito en Registro de Hipotecas y Gravámenes a fojas 6031
número 11912 del año 1959; 3.-Copia de carta remitida de parte de los copropietarios de la
comunidad mediante la cual se hace presente a la anterior directiva las situaciones irregulares
que se han constatado relativas a movimientos de fondos y falta de respaldo en pagos, enviada
en octubre de 2015; 4.- Copia de Acta de Reunión de Asamblea Ordinaria de Copropietarios de
Edificio San Isidro N°52 realizada el 12 de abril de 2016; 5.- Copia Autorizada de Escritura
Pública la que redujo acta de asamblea ordinaria de copropietarios del Edificio San Isidro N° 52
de 12 de abril de 2016; 6.- Copia de Acta de Reunión de Comité de Administración de 15 de
abril de 2016; 7.- Copia de carta enviada por la Secretaria de la Directiva del Comité de
Administración en la que se hace presente la situación de morosidad que mantiene respecto
del pago de Gastos Comunes el departamento 41 de propiedad de la recurrente, desde junio
de 2015, solicitando su regularización; 8.- Copia autorizada ante notario de rendición mensual
de caja efectuada por secretaria del condominio San Isidro N°52, correspondiente a octubre de
2016, en el cual se consigna la deuda por gastos comunes morosos de la recurrente Junia
Moya, ascendientes a $427.500 pesos; 9.- Copia con Vigencia de inscripción en Registro de
Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Santiago, en la cual constan sus calidades de
propietarios; 10.- Copia de seguimiento en línea del número de envío 000109394255 de la
página web de Correos de Chile, en la cual se consigna que el mentado envío nunca fue
entregado a su destinatario; 11.- Copia de Acta de Asamblea Ordinaria de Copropietarios del
Edificio San Isidro N°52 de 13 de noviembre de 2016; Séptimo: Que, en este arbitrio de
naturaleza cautelar, cobra especial importancia determinar si ha existido un acto ilegal, esto es,
contrario a la ley, o arbitrario producto del mero capricho de quien incurre en él, y que
provoque una privación, perturbación o amenaza que afecte a una o más garantías
preexistentes protegidas por la Constitución Política de la República.
Octavo: Que el arbitrio intentado reclama conculcado los derechos de los numerales 4°, 5° y
24 del artículo 19 de la Carta Fundamental, por cuanto, se habrían instalado cámaras que
violentan el derecho a la vida privada; se habría sustraído la correspondencia privada de la
recurrente; y se le habría impedido el libre acceso a los espacios comunes.
Noveno: Que en relación a la primera garantía supuestamente conculcada, esto es, el respeto
y protección a la vida privada y a la honra de la persona, conviene precisar que la referida
noción de "vida privada" ha sido difícil definirla, pues se trata, de concepto vívido y dinámico
que varía según las circunstancias y el lugar dónde se pretenda circunscribirla.
También se ha señalado que por vida privada se entiende aquella zona que el titular del
derecho no quiere que sea conocida por terceros sin su consentimiento; mientras que por vida
pública se comprende aquella que llevan los hombres públicos y de la que conocen los
terceros, aún sin su consentimiento, siempre que sea de real trascendencia.
Por su parte, la honra, debe ser comprendida en su sentido objetivo, esto es, la buena fama, el
crédito, prestigio o reputación de que una persona goza en el ambiente social, es decir, ante el
prójimo o terceros en general.
Décimo: Que, en consecuencia, es labor de esta Corte precisar si la instalación de las cámaras
de seguridad violentan o no la garantía reclamada como conculcada, en relación con su
alcance y definición. Pues bien, es un hecho pacífico que étas fueron instaladas en los pasillos
del Edificio, es decir, en los espacios comunes de los mismos, registrando los movimientos de
quienes transitan por dichos pasillos.
Como lo previene el inciso 1° del artículo 3° de la Ley N°19.537, "Cada copropietario será
dueño exclusivo de su unidad y comunero en los bienes de dominio común ".
Si bien la recurrente detenta el dominio de los pasillos y espacios comunes del Edificio del que
es copropietaria, dicho derecho lo ejerce como comunera y sin exclusividad respecto de los
demás copropietarios, desde que los mismos están destinados a servir a todos los miembros
de la Comunidad.No se puede concebir que el uso de un pasillo que sirve de tránsito de los
copropietarios y sus visitas para el acceso a las unidades respectivas, sea de uso exclusivo de
uno de sus miembros, ya que de ser así, se afectaría la naturaleza intrínseca de los
denominados "bienes comunes" de toda copropiedad horizontal.
En consecuencia, la instalación de las cámaras en los bienes comunes, que tienen por objeto
registrar los movimientos que se realizan en los pasillos del Edificio, no pueden estimarse que
atentan contra la vida privada de los comuneros del Edificio San Isidro N°52, desde que nadie,
normalmente, realiza en dichas dependencias comunes, actos privados que no desean que
sean conocidos por terceros. Esta afirmación tiene su sustento en el simple hecho que un
comunero al transitar por dichos espacios comunes puede encontrarse con uno o más vecinos
que transitan al mismo tiempo y por el mismo lugar, ejerciendo su derecho al uso del espacio
común, de manera simultánea y sin afectación del derecho del otro.
Por lo demás, hay que poner de relieve que nadie realiza, razonablemente, actos que son
propios de la vida privada en la calle o en espacios de uso común, a menos que quien los
realiza quiera renunciar a dicha privacidad.
Otro aspecto a destacar es que la instalación de las cámaras de seguridad fue adoptada por la
decisión unánime de los miembros del Comité de Administración, la que fue ratificada en Acta
de Asamblea Ordinaria de 13 de noviembre pasado, según da cuenta el documento aparejado
a fojas 77, acuerdo que también fue adoptado por la totalidad de los copropietarios asistentes y
con derecho a voto, hecho que le resta toda ilegalidad o arbitrariedad a la decisión adoptada.
En consecuencia, la grabación realizada por los miembros del Comité de Administración en las
áreas comunes del Edificio no afecta ni conculca de manera alguna los derechos a la vida
privada o a la honra de la recurrente o su cónyuge, por lo que el arbitrio intentado
serárechazado en este punto.
"Se prohíbe el acceso y el uso del jardín interior y de la terraza del edificio a todos los co-
propietarios del edificio. Sólo el Administrador podrá autorizar a su exclusivo criterio y en cada
oportunidad el acceso a tales bienes comunes, cuando circunstancias especiales lo
justifiquen".
De la interpretación armónica entre el precepto legal del inc. 2° del artículo 3° de la Ley N
°19.537 y la cláusula décima del reglamento de copropiedad, se puede establecer que la
decisión de mantener cerrada dichas áreas para el acceso de los copropietarios se ha
adoptado razonablemente y bajo el amparo de las disposiciones legales y reglamentarias
pertinentes.El criterio de razonabilidad empleado, en cuanto a que sólo podrán acceder a
dichos espacios aquellos copropietarios que se encuentren al día en el pago de sus gastos
comunes, puede ser calificado dentro de aquellas "circunstancias especiales que lo
justifiquen", motivo por el cual, atendida la mora en el pago de los gastos comunes de la
recurrente, que se infiere de los documentos de fojas 57, 64, 68, 69, 70, 71 y 72, no existe un
actuar arbitrario o ilegal por parte de las recurridas, en cuanto a impedir el acceso de la
recurrente a los espacios comunes consistentes en la terraza y jardín interior, cuestión que
conlleva, en definitiva, al rechazo íntegro del arbitrio intentado.
Por estas consideraciones, normas legales citadas y visto, además, lo dispuesto en el Auto
Acordado de la Excma. Corte Suprema sobre tramitación y fallo del recurso de protección de
las garantías constitucionales , SE RECHAZA , sin costas, el recurso de protección deducido
en lo principal de fojas 14.
N°Protección -106.050-2016 .
Pronunciada por la Undécima Sala de esta Iltma Corte de Apelaciones de Santiago, integrada
por los Ministros señora Mireya Eugenia López Miranda, señor Alejandro Rivera Muñoz y el
Abogado Integrante señor Eduardo Nelson Gandulfo Ramírez. Autoriza el (la) ministro de fe de
esta Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago.
En Santiago, cinco de diciembre de dos mil dieciséis, se notificó por el estado diario la
resolución que antecede.
MINISTRO MUNOZ
Pronunciado por la Undécima Sala de la C.A. de Santiago integrada por los Ministros (as)
Mireya Eugenia Lopez M., Alejandro Rivera M. y Abogado Integrante Eduardo Nelson Gandulfo
R. Santiago, cinco de diciembre de dos mil dieciséis.
En Santiago, a cinco de diciembre de dos mil dieciséis, notifiqué en Secretaría por el Estado
Diario la resolución precedente.