Ets
Ets
Ets
La inmunodeficiencia aumenta el riesgo de contraer numerosas infecciones, cánceres y enfermedades que las
personas con un sistema inmunitario saludable pueden combatir.
La fase más avanzada de la infección por el VIH es el Síndrome de inmunodeficiencia adquirida o sida que, en
función de la persona, puede tardar de 2 a 15 años en manifestarse. Las personas que padecen sida pueden
contraer ciertos tipos de cáncer e infecciones o presentar otras manifestaciones clínicas de gravedad.
Signos y síntomas
Los síntomas de la infección por el VIH difieren según la etapa de que se trate. Aunque el máximo de
infectividad se tiende a alcanzar en los primeros meses, muchos infectados ignoran que son portadores hasta
fases más avanzadas. A veces, en las primeras semanas que siguen al contagio la persona no manifiesta
ningún síntoma, mientras que en otras ocasiones presenta un cuadro seudogripal con fiebre, cefalea,
erupciones o dolor de garganta.
A medida que la infección va debilitando el sistema inmunitario, la persona puede presentar otros signos y
síntomas, como inflamación de los ganglios linfáticos, pérdida de peso, fiebre, diarrea y tos. En ausencia de
tratamiento pueden aparecer enfermedades graves como tuberculosis, meningitis criptocócica, infecciones
bacterianas graves o cánceres como linfomas o sarcoma de Kaposi, entre otros.
Transmisión
El VIH se transmite a través del intercambio de determinados líquidos corporales de la persona infectada,
como la sangre, la leche materna, el semen o las secreciones vaginales. No es posible infectarse en los
contactos ordinarios cotidianos como los besos, abrazos o apretones de manos o por el hecho de compartir
objetos personales, agua o alimentos.
Factores de riesgo
Hay algunos comportamientos que aumentan el riesgo de que una persona contraiga el VIH:
tener relaciones sexuales anales o vaginales sin preservativo;
padecer otra infección de transmisión sexual como sífilis, herpes, clamidiasis, gonorrea o vaginosis
bacteriana;
compartir agujas, jeringuillas, soluciones de droga u otro material infectivo contaminado para consumir
drogas inyectables;
recibir inyecciones, transfusiones sanguíneas o trasplantes de tejidos sin garantías de seguridad o ser
objeto de procedimientos médicos que entrañen cortes o perforaciones con instrumental no
esterilizado;
pincharse accidentalmente con una aguja, lesión que afecta en particular al personal de salud.
Diagnóstico
Las pruebas serológicas, entre ellas los análisis rápidos y los enzimoinmunoanálisis (EIA), detectan la
presencia o ausencia de anticuerpos contra el VIH-1, el VIH-2 y el antígeno p24 del virus. Ninguna prueba
permite diagnosticar por sí sola la presencia del VIH. Es importante combinar estas pruebas en un orden
específico que haya sido validado basándose en la prevalencia del virus en la población objeto de examen. La
infección por el VIH se puede detectar con gran exactitud mediante pruebas precalificadas por la OMS en el
marco de un enfoque validado.
Es importante señalar que las pruebas serológicas permiten detectar los anticuerpos que se generan como
parte de la respuesta inmunitaria para luchar contra patógenos externos, y no el propio VIH.
En la mayoría de las personas, los anticuerpos contra el VIH aparecen a los 28 días de la fecha en que se
contrajo la infección y, por tanto, no se pueden detectar antes. Este lapso se denomina periodo de
seroconversión y es el momento de mayor infectividad, pero la transmisión puede producirse en todas las
fases de la infección.
La práctica más correcta es realizar una nueva prueba de detección a todas las personas que hayan dado
positivo en una primera prueba diagnóstica antes de atenderlos y tratarlos, con el fin de descartar que los
resultados sean incorrectos o se haya proporcionado una información equivocada. Sin embargo, una vez se
ha diagnosticado la infección y se ha empezado el tratamiento no se deben realizar nuevas pruebas
diagnósticas.
Encontrar pruebas de detección que faciliten el diagnóstico de los lactantes expuestos a la transmisión del VIH
siempre ha sido difícil. Las pruebas serológicas no bastan para detectar la infección en los lactantes y los
niños menores de 18 meses de edad, por lo que se deben realizar pruebas virológicas (a las seis semanas de
edad o antes, incluso en el momento del nacimiento) para detectar el virus en los niños de madres infectadas.
No obstante, están apareciendo nuevas técnicas que permiten hacer la prueba en el lugar donde se presta la
asistencia y obtener un resultado en el mismo día, lo cual permite también atender al paciente e iniciar el
tratamiento con mayor rapidez.
Prevención
Una persona puede reducir el riesgo de infección por el VIH limitando su exposición a los factores de riesgo. A
continuación se explican los principales métodos para prevenir el contagio, que se suelen usar conjuntamente.
La OMS recomienda la profilaxis anterior a la exposición en todas las personas que corren un riesgo
sustancial de contraer la infección por el VIH como parte de un conjunto de estrategias preventivas. Además,
estas recomendaciones se han ampliado a las mujeres VIH-negativas durante el embarazo y la lactancia.
La OMS recomienda el TAR de por vida para todas las personas infectadas por el VIH, incluidas todas las
mujeres embarazadas y que amamantan, con independencia de su recuento de CD4 y de su estado clínico.
En 2016, el 76% de las aproximadamente 1,4 millones de embarazadas infectadas por el VIH en el mundo
estaban en tratamiento con antirretrovíricos para prevenir la transmisión a sus hijos. Cada vez son más los
países donde la tasa de transmisión maternoinfantil es muy baja, y algunos de ellos (Armenia, Belarús, Cuba y
Tailandia) han recibido la validación oficial de que se ha eliminado esta vía de contagio. Por otro lado, varios
países con tasas elevadas de infección por este virus están logrando grandes progresos en su camino hacia
la eliminación.
Tratamiento
Es posible inhibir el VIH mediante tratamientos en los que se combinan tres o más fármacos antirretrovíricos.
Aunque el TAR no cura la infección, frena la replicación del virus en el organismo y permite que el sistema
inmunitario recobre fortaleza y capacidad para combatir las infecciones.
En 2016, la OMS publicó la segunda edición de sus directrices unificadas sobre el uso de los antirretrovirales
en el tratamiento y la prevención de la infección por el VIH. En ellas se recomienda proporcionar TAR de por
vida a todas las personas infectadas, incluidos los niños, adolescentes y adultos, y las mujeres embarazadas
y que amamantan, con independencia de su estado clínico y de su recuento de CD4. Hasta julio de 2017
habían adoptado esta recomendación 122 países, que abarcan el 90% de las personas infectadas por el virus.
Sífilis
La sífilis es una infección bacteriana que suele transmitirse por contacto sexual. La enfermedad comienza
como una inflamación sin dolor, generalmente en los genitales, el recto o la boca. La sífilis se transmite de una
persona a otra mediante el contacto de la piel o las membranas mucosas con estas inflamaciones.
Luego de la infección inicial, la bacteria de la sífilis puede permanecer latente en el cuerpo durante décadas
antes de activarse de nuevo. La sífilis temprana se puede curar, en ocasiones con una sola inyección de
penicilina. Sin tratamiento, la sífilis puede dañar de forma grave el corazón, el cerebro y otros órganos, puede
ser potencialmente mortal y puede transmitirse de la madre al feto.
Síntomas
Sífilis primaria
El primer signo de la sífilis es una pequeña llaga, que se denomina chancro. La llaga aparece en el lugar
donde la bacteria ingresó al cuerpo. Si bien la mayoría de las personas infectadas por sífilis desarrollan solo
un chancro, algunas personas desarrollan varios. El chancro suele desarrollarse alrededor de tres semanas
después de la exposición. Muchas de las personas que tienen sífilis no notan el chancro porque suele ser
indoloro y puede estar oculto en la vagina o el recto. El chancro se curará solo en un período de entre tres y
seis semanas.
Sífilis secundaria
Luego de unas pocas semanas después de que se cure el chancro, es posible que sientas una erupción
cutánea que comienza en el tronco y finalmente cubre todo el cuerpo (incluso las palmas de las manos y las
plantas de los pies). Esta erupción cutánea no suele producir picazón y puede estar acompañada por llagas
que parecen verrugas en la boca y la zona genital. Algunas personas también padecen pérdida del cabello,
dolores musculares, fiebre, dolor de garganta e hinchazón de los ganglios linfáticos. Estos signos y síntomas
pueden desaparecer en pocas semanas o pueden aparecer y desaparecer de forma repetida durante un
período de hasta un año.
Sífilis latente
Si no recibes tratamiento para la sífilis, la enfermedad pasa de la etapa secundaria a la etapa latente (oculta),
en la cual no tienes síntomas. La etapa latente puede durar años. Es posible que los signos y síntomas no
vuelvan a presentarse nunca, o bien la enfermedad puede progresar a la tercera etapa (etapa terciaria).
Sífilis congénita
Los bebés de las mujeres con sífilis pueden infectarse mediante la placenta o durante el parto. La mayoría de
los recién nacidos con sífilis congénita no presentan síntomas, aunque en algunos casos se puede presentar
una erupción cutánea en las palmas de las manos y las plantas de los pies. Entre los síntomas posteriores se
incluyen sordera, deformidades en los dientes y nariz en silla de montar (cuando colapsa el puente nasal).
Causas
La causa de la sífilis es una bacteria llamada Treponema pallidum. La ruta más frecuente de transmisión es a
través del contacto con la llaga de una persona infectada durante la actividad sexual. La bacteria ingresa a tu
cuerpo a través de pequeños cortes o abrasiones en la piel o las membranas mucosas. La sífilis es contagiosa
durante su estadios primario y secundario, y a veces al principio del período de latencia.
Con menos frecuencia, la sífilis se puede propagar a través de un contacto cercano y directo sin protección
con una lesión activa (como durante un beso) o a través de una madre infectada a su bebé durante el
embarazo o el nacimiento (sífilis congénita).
La sífilis no se puede contagiar utilizando el mismo inodoro, bañera, ropas o utensilios para comer, o por las
perillas de las puertas, piscinas o jacuzzi.
Una vez curada, la sífilis no reaparece por sí sola. Sin embargo, te puedes reinfectar si tienes contacto con las
llagas de sífilis de otra persona.
Factores de riesgo
Eres más propenso a contraer sífilis si:
Tienes sexo sin protección
Tienes sexo con varias personas
Eres un hombre que tienes sexo con hombres
Estás infectado con el VIH, el virus que causa el SIDA
Complicaciones
Sin tratamiento, la sífilis puede producir daños en todo el cuerpo. La sífilis también aumenta el riesgo de
infección por VIH y, en las mujeres, puede provocar problemas durante el embarazo. El tratamiento puede
ayudar a evitar daños futuros, pero no puede reparar ni revertir los daños que ya se produjeron.
Pequeños bultos o tumores
Estos bultos se llaman gomas y se pueden desarrollar en la piel, los huesos, el hígado y en cualquier otro
órgano durante la etapa final de la sífilis. Las gomas suelen desaparecer luego de un tratamiento con
antibióticos.
Problemas neurológicos
La sífilis puede provocar una gran cantidad de problemas en el sistema nervioso, entre ellos, los siguientes:
Accidente cerebrovascular
Meningitis
Pérdida de la audición
Problemas visuales
Demencia
Pérdida de la sensación de dolor y temperatura
Disfunción sexual en hombres (impotencia)
Incontinencia urinaria
Dolores fulgurantes y repentinos
Problemas cardiovasculares
Entre estos problemas se pueden incluir inflamación y aneurisma de la aorta (la arteria principal del cuerpo),
así como de los demás vasos sanguíneos. La sífilis también puede dañar las válvulas cardíacas.
Prevención
No hay vacuna para la sífilis. Para ayudarte a prevenir el contagio de sífilis, sigue estas indicaciones:
Abstinencia o monogamia. La única manera segura de evitar la sífilis es olvidarse del sexo. La
siguiente mejor opción es tener sexo monogámico con un solo compañero que no esté infectado.
Usa preservativos de látex. Los preservativos pueden reducir el riesgo de contraer sífilis, pero solo si
el preservativo cubre las úlceras de la sífilis.
Evita las drogas recreativas. El uso excesivo de alcohol u otras drogas puede afectar tu buen juicio y
llevarte a prácticas sexuales inseguras.
Gonorrea
Causas
La gonorrea es causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae y la puede propagar cualquier tipo de actividad
sexual. Se puede contraer por contacto con la boca, la garganta, los ojos, la uretra, la vagina, el pene o el ano.
La gonorrea es la segunda enfermedad más comúnmente transmitida registrada. Se presentan
aproximadamente 330,000 casos en los Estados Unidos cada año.
Las bacterias proliferan en zonas corporales húmedas y cálidas, incluso el conducto que transporta la orina
fuera del cuerpo (uretra). En las mujeres, las bacterias se pueden encontrar en el aparato reproductor (que
incluye las trompas de Falopio, el útero y el cuello uterino). La bacteria puede incluso proliferar en los ojos.
Los proveedores de atención médica en los Estados Unidos están obligados por ley a informar al Comité
Estatal de Salud (State Board of Health) acerca de todos los casos de gonorrea. El objetivo de esta ley es
garantizar que la persona reciba los cuidados de control apropiados. Además, es necesario encontrar y
examinar a los compañeros sexuales.
Los síntomas en las mujeres pueden ser muy leves y se pueden confundir con otro tipo de infección. Estos
síntomas incluyen:
Fiebre
Salpullido
Síntomas similares a la artritis
Pruebas y exámenes
La gonorrea se puede detectar rápidamente examinando una muestra de tejido o secreción bajo un
microscopio. Esto se denomina tinción de Gram. Aunque este método es rápido, no es el más seguro.
La gonorrea se detecta más precisamente con exámenes de ADN. Los exámenes de ADN son útiles para
llevar a cabo exploraciones. La prueba de reacción en cadena de la ligasa (RCL) es uno de estos exámenes.
Los exámenes de ADN son más rápidos que los cultivos. Estos exámenes pueden realizarse con muestras de
orina, que son más fáciles de recolectar que las muestras de la zona genital.
Antes de los exámenes de ADN, los cultivos (células que crecen en un plato de laboratorio) se usaban para
obtener probar la presencia de la gonorrea, pero no se usan con frecuencia actualmente.
Generalmente, las muestras para un cultivo se toman del cuello uterino, la vagina, la uretra, el ano o la
garganta. En pocas ocasiones se toman del líquido articular o de la sangre. Con frecuencia, los cultivos
pueden suministrar un diagnóstico preliminar al cabo de 24 horas. Un diagnóstico de confirmación está
disponible al cabo de 72 horas.
Si usted tiene gonorrea, debe solicitar que le hagan exámenes para otras infecciones de transmisión sexual,
como clamidia, sífilis y VIH, herpes y hepatitis.
Tratamiento
Se pueden utilizar muchos antibióticos diferentes para el tratamiento de este tipo de infección.
Usted puede recibir una dosis grande de antibióticos orales o tomar una dosis más pequeña durante
siete días.
Le pueden administrar un antibiótico en inyección y luego mandarlo para la casa con pastillas
antibióticas.
Los casos más graves de EIP (enfermedad pélvica pulmonar) pueden requerir hospitalización. Los
antibióticos se administran primero por vía intravenosa.
Nunca se automedique sin que lo vea un médico primero. Su proveedor de atención médica
determinará el mejor tratamiento.
Aproximadamente la mitad de las mujeres con gonorrea también están infectadas con clamidia. La clamidia se
trata al mismo tiempo que la infección de gonorrea.
Usted necesitará una consulta de control 7 días después si sus síntomas incluyen dolor articular, salpullido en
la piel o dolor abdominal o pélvico más intenso. Se harán exámenes para verificar que la infección haya
desaparecido.
Las parejas sexuales se deben examinar y tratar para evitar la transmisión de la infección de forma recíproca.
Usted y su pareja deben terminar todos los antibióticos. Use condones hasta que ambos hayan terminado de
tomar los antibióticos.
Se deben ubicar y examinar todos los contactos sexuales de la persona con gonorrea, lo cual ayuda a
prevenir una propagación mayor de la enfermedad.
En algunos lugares, puede ser capaz de llevar usted mismo la información y medicamentos a su
compañero sexual.
En otros lugares, el departamento de salud se comunicará con su pareja.
Expectativas (pronóstico)
Una infección de gonorrea que no se haya propagado casi siempre se puede curar con antibióticos. La
gonorrea que se haya propagado es una infección más seria, pero casi siempre mejora con tratamiento.
Posibles complicaciones
Las complicaciones en las mujeres pueden incluir:
Las infecciones que se propagan a las trompas de Falopio pueden causar cicatrización, lo cual puede
provocar problemas para quedar en embarazo más tarde. También puede provocar dolor pélvico
crónico, EIP, infertilidad y embarazo ectópico.
Las mujeres embarazadas que tengan gonorrea grave le pueden transmitir la enfermedad a su bebé
mientras está en el útero o durante el parto.
También puede causar complicaciones en el embarazo como una infección y un parto prematuro.
Absceso en la matríz (el útero) y el abdomen.
Las complicaciones en los hombres pueden incluir:
Cicatrización o estrechamiento de la uretra (el conducto que saca la orina del cuerpo)
Absceso (acumulación de pus alrededor de la uretra)
Las complicaciones tanto en hombres como en mujeres pueden incluir:
Infecciones articulares
Infección de válvulas cardíacas
Infección alrededor del cerebro (meningitis)
Cuándo contactar a un profesional médico
Si tiene síntomas de gonorrea, llame al médico inmediatamente. La mayoría de las clínicas estatales
diagnostican y tratan las enfermedades de transmisión sexual (ETS) en forma gratuita.
Prevención
Evitar el contacto sexual es el único método seguro de prevención de la gonorrea. Si usted y su compañero o
pareja no tienen relaciones sexuales con otras personas, esto también puede reducir enormemente sus
probabilidades de contraer esta infección.
El comportamiento sexual seguro significa tomar medidas antes y durante la relación sexual que puedan
impedir que usted contraiga una infección o que se la pase a su pareja. Las prácticas sexuales seguras
incluyen exámenes de detección de enfermedades de transmisión sexual para todas las parejas sexuales, el
uso consistente del condón, tener menos parejas sexuales.
Pregúntele a su proveedor de atención médica si usted debe recibir la vacuna contra la hepatitis B y el VPH.
El Chancro
Reducir el riesgo
Si una person tiene chancro, es importante que la persona infectada para evitar tocar la zona infectada para
evitar posibilidad de autoinoculación.
La abstinencia (no tener ningún contacto sexual) es la manera más segura de evitar el chancro y otras
enfermedades de transmisión sexual. Monogamia mutua (tener relaciones sexuales con una sola pareja no
infectada, quien sólo tiene relaciones sexuales contigo) es otra manera de evitar la infección.
Los condones de látex para el sexo vaginal, oral y anal reducir el riesgo. El uso de condones de látex pueden
proteger el pene o la vagina de una infección, pero no protege otros ámbitos, como el escroto o el área anal.
Herpes genital
Es una infección de transmisión sexual. El virus del herpes simple causa esta afección.
Este artículo se enfoca en la infección por el VHS tipo 2.
Causas
El herpes genital afecta la piel o las membranas mucosas de los genitales. El virus se trasmite de una persona
a otra durante el contacto sexual.
Hay 2 tipos de virus del herpes simple (VHS):
El VHS-1 con frecuencia afecta la boca y los labios, y causa úlceras bucales o ampollas febriles. Sin
embargo, se puede transmitir de la boca a los genitales durante el sexo oral.
El VHS tipo 2 (VHS-2) casi siempre causa el herpes genital. Se puede transmitir a través del contacto
con la piel o a través de líquidos (secreciones) orales o genitales.
Usted se puede infectar de herpes si su piel, vagina, pene o boca entran en contacto con alguien que ya tiene
herpes.
Tendrá más probabilidades de contraer herpes si toca la piel de alguien que tenga ampollas, una erupción o
úlceras asociadas al herpes. Sin embargo, el virus se puede diseminar incluso cuando no hay ninguna úlcera
ni otros síntomas presentes. En algunos casos, es posible que usted no sepa que está infectado.
Las infecciones genitales por el VHS-2 son más comunes en las mujeres que en los hombres.
Síntomas
Muchas personas con herpes genital nunca presentan úlceras. O tienen síntomas muy leves que ni siquiera
notan o que confunden con picaduras de insectos u otra afección cutánea.
En los casos en los que se presenten signos y síntomas durante el primer brote, estos pueden ser graves. El
primer brote generalmente sucede al cabo de dos días a dos semanas de resultar infectado.
Los síntomas generales incluyen:
Disminución del apetito
Fiebre
Indisposición general (malestar)
Dolores musculares en la espalda baja, los glúteos, los muslos o las rodillas
Ganglios linfáticos inflamados y sensibles en la entrepierna (ingle)
Los síntomas genitales incluyen la aparición de ampollas pequeñas y dolorosas, llenas de un líquido claro o
color paja. Generalmente se encuentran en las siguientes zonas:
Labios vaginales externos, la vagina, el cuello uterino, alrededor del ano y en los muslos o en los
glúteos (en mujeres)
Pene, el escroto, alrededor del ano, en los muslos o en los glúteos (en hombres)
Lengua, la boca, los ojos, las encías, los labios, los dedos de las manos y otras partes del cuerpo (en
ambos sexos)
Antes de que las ampollas aparezcan, puede haber hormigueo, ardor, comezón o dolor en el sitio donde las
ampollas van a aparecer. Cuando las ampollas se rompen, dejan úlceras superficiales que son muy dolorosas.
Estas úlceras forman costras y sanan lentamente durante 7 a 14 días o más.
Otros síntomas pueden incluir:
Dolor al orinar
Flujo vaginal (en mujeres) o
Dificultad para vaciar la vejiga que puede necesitar una sonda vesical
Un segundo brote puede aparecer semanas o meses más tarde. Con frecuencia es menos intenso y
desaparece más rápidamente que el primer brote. Con el tiempo, la cantidad de brotes puede disminuir.
Pruebas y exámenes
Se pueden hacer exámenes en las úlceras o ampollas cutáneas para diagnosticar el herpes. Estos exámenes
casi siempre se realizan cuando alguien tiene un primer brote o cuando una mujer embarazada presenta
síntomas de herpes genital. Los exámenes incluyen:
El cultivo del líquido de una ampolla o úlcera abierta. Esta prueba puede dar un resultado positivo para
el VHS. Es más útil durante el primer brote.
Reacción en cadena de la polimerasa (RCP), realizada en el líquido de una ampolla. Este es el
examen más preciso para determinar si el virus del herpes está presente en la ampolla.
Los exámenes de sangre en los que se analizan niveles de anticuerpos contra el virus del herpes
pueden identificar si una persona está infectada con este virus, incluso entre brotes. Un resultado
positivo en una persona que nunca ha tenido un brote indicaría una exposición al virus en algún punto
del pasado.
Tratamiento
El herpes genital no se puede curar. Se pueden recetar medicinas que combaten virus (como aciclovir o
valaciclovir).
Estas medicinas ayudan a aliviar el dolor y la molestia durante un brote al sanar las úlceras más
rápidamente. Parecen funcionar mejor durante un primer ataque más que en los brotes posteriores.
En caso de brotes repetitivos, la medicina se debe tomar tan pronto como el hormigueo, el ardor o la
picazón comiencen o tan pronto como aparezcan las ampollas.
Las personas que tienen muchos brotes pueden tomar estas medicinas diariamente durante un tiempo.
Esto puede ayudar a prevenir brotes o a acortar su duración. También puede reducir la probabilidad de
transmitirle el herpes a otra persona.
Es poco frecuente que el aciclovir y el valaciclovir causen efectos secundarios.
Las mujeres embarazadas se pueden tratar por herpes durante el último mes del embarazo para reducir la
probabilidad de tener un brote en el momento del parto. Si hay un brote cerca del momento del parto, se
recomendará una cesárea. Esto reduce la probabilidad de infectar al bebé.
Siga las indicaciones de su proveedor de atención médica sobre cómo cuidar los síntomas de herpes en casa.
Expectativas (pronóstico)
Una vez que usted resulta infectado, el virus permanece en su cuerpo por el resto de su vida. Algunas
personas nunca sufren otro episodio, mientras que otras tienen brotes frecuentes que se pueden
desencadenar por fatiga, enfermedad, menstruación o estrés.
Posibles complicaciones
Las mujeres embarazadas que tienen una infección por herpes activa cuando dan a luz pueden transmitirle la
infección a su bebé. El herpes puede causar una infección cerebral en bebés recién nacidos. Es importante
que su proveedor sepa si usted tiene úlceras por herpes o si ha tenido brotes. Esto permitirá que se tomen
medidas para evitar que transmita la infección al bebé.
El virus se puede propagar a otras partes del cuerpo, incluso el cerebro, los ojos, el esófago, el hígado, la
médula espinal o los pulmones. Estas complicaciones se presentan con frecuencia en personas que tienen un
sistema inmunitario debilitado, debido a VIH o ciertas medicinas.
Cuándo contactar a un profesional médico
Llame a su proveedor si tiene cualquier síntoma de herpes genital o si presenta fiebre, dolor de cabeza,
vómitos u otros síntomas durante o después de un brote de herpes.
Prevención
Si usted tiene herpes genital, debe comentarle a su pareja que padece la enfermedad, incluso si no tiene
síntomas.
Los condones son la mejor forma de protegerse contra el contagio del herpes genital durante la actividad
sexual.
El uso correcto y continuo del condón ayuda a evitar la propagación de la enfermedad.
Sólo los condones de látex previenen la infección. Los condones de membranas animales (piel de
oveja) no funcionan debido a que el virus los puede penetrar.
El uso del condón femenino también reduce el riesgo de transmisión del herpes genital.
Si bien es muy poco probable, se puede contraer herpes genital aun con el uso del condón.
Papiloma Humano
VPH significa “virus del papiloma humano”. Es la infección sexualmente transmitida más común que existe.
Por lo general, el VPH es inofensivo y desaparece espontáneamente, pero algunos tipos pueden provocar
verrugas genitales o cáncer.
La ETS más común.
Existen más de 100 tipos de virus del papiloma humano (VPH). Alrededor de 40 tipos pueden infectar tu área
genital (tu vulva, vagina, cuello uterino, recto, ano, pene y escroto) así como tu boca y garganta. Estos tipos
de VPH se propagan durante el contacto sexual. (Otros tipos de VPH causan verrugas comunes, como las
verrugas de las manos y las plantas de los pies, pero no se transmiten sexualmente).
Las infecciones genitales por VPH son muy comunes. De hecho, casi todas las personas sexualmente activas
se contagian con el VPH en algún momento de su vida. La mayoría de las personas con VPH no tienen
síntomas y se sienten perfectamente bien, por lo que generalmente si ni siquiera saben que están infectadas.
La mayor parte de las infecciones genitales por VPH son inofensivas y desaparecen solas. Sin embargo,
algunos tipos de VPH pueden provocar verrugas genitales o ciertos tipos de cáncer.
Dos tipos de VPH (los tipos 6 y 11) causan la mayoría de los casos de verrugas genitales. Las
verrugas no son nada agradables, pero son causadas por un tipo del VPH de bajo riesgo, ya que no
provocan cáncer ni otros problemas graves de salud.
Al menos una docena de tipos de VPH pueden provocar cáncer, si bien dos en particular (los tipos 16 y
18) son los causantes de la mayoría de los casos. A estos se los denomina VPH de alto riesgo. El
cáncer cervical es comúnmente asociado al VPH, pero el VPH también puede causar cáncer en tu
vulva, vagina, pene, ano, boca y garganta.
La infección por VPH no tiene cura, pero hay muchas cosas que puedes hacer para evitar que el VPH tenga
efectos negativos en tu salud. Hay vacunas que pueden prevenir que contraigas cierto tipo del VPH para
siempre. Tu médico o enfermera pueden quitar las verrugas genitales. Los casos de alto riesgo del VPH
pueden ser tratados fácilmente antes de que se conviertan en cáncer, por lo que es muy importante hacerse
exámenes del VPH y citologías vaginales regularmente. Si bien los condones y las barreras de látex bucales
no ofrecen una protección perfecta, pueden ayudar a disminuir las probabilidades de contagio del VPH.
¿Cómo se contagia el VPH?
El VPH se contagia fácilmente por contacto piel a piel cuando tienes sexo con alguien que lo tiene. Te
contagias cuando tu vulva, vagina, cuello uterino, pene, o el ano entra en contacto con los genitales o la boca
y la garganta de otra persona, normalmente durante el sexo. El VPH puede propagarse incluso sin que haya
eyaculación y sin que el pene penetre en la vagina, el ano o la boca.
El VPH es la ETS más común, pero la mayoría de las veces no representa un gran problema. Suele
desaparecer por sí mismo y la mayoría de las personas ni siquiera saben que alguna vez lo tuvieron.
Recuerda que la mayoría de las personas que tienen relaciones sexuales se contagian del VPH en algún
momento de sus vidas. No te sientas avergonzado ni tengas miedo.
VPH
El virus del papiloma humano (VPH) es el nombre de un grupo de virus común. Hay más de 100 tipos
diferentes del VPH. Ciertos tipos de HPV causan verrugas en las manos, los pies o los genitales (pene o
vagina), y se llaman “bajo riego”. Los tipos del VPH que causan verrugas que se pueden ver en los genitales
(vulva, vagina, pene o los testículos) o en el ano (trasero) son diferentes a los que causan verrugas en las
manos y los pies. Hay otros tipos, que se llaman “alto riesgo.” que pueden crear células anormales (que
cambian y no son saludables) en el cérvix o en el ano, y en algunos casos, pueden desarrollar cáncer
después de muchos años sin tratamiento.
El VPH es normalmente transmitida por contacto directo de piel a piel durante el sexo vaginal, oral o anal con
una pareja que tiene el virus. VPH puede infectar cualquier persona que está sexualmente activa.
Una persona puede que no sepa enseguida o hasta nunca, si se ha infectado con el VPH. Y a muchas
personas que tienen el HPV nunca les aparecen las verrugas ni ningún cambio de las células en el cérvix o el
ano. Es diferente para cada persona.
Síntomas
Muchas veces el VPH no resulta en ninguna síntoma. Algunas personas sabrán que tienen VPH cuando ven
verrugas o piel elevada (como un granito sin pus u “ojo de pescado”) dentro de o en sus genitales o los
genitales de su pareja. Una mujer sabrán que tiene el VPH de “alto riesgo” si el resultado de su Papanicolaou
es anormal. Un Papanicolaou anormal puede ser la primera señal para la mujer que el VPH está presente-
pero esto NO es una prueba directa para el VPH.
Tratamiento
No hay cura para el VPH pero las verrugas y otros cambios de células causados por el virus se pueden tratar.
Los expertos no están de acuerdo en cuanto a si el virus desaparece por completo, o si lo que pasa es que se
suprime (se controla) tanto por el sistema inmunológico (las defensas del cuerpo) que no se detecta ni con
pruebas muy sensibles.
La mayoría de las personas con el VPH no tienen problemas con el virus porque las defensas de su cuerpo
controlan el virus y esto previene que se convierta en un problema. El VPH sí se puede tratar y se puede
controlar si se desarrollan síntomas.
Debes de ir a un médico o una clínica si:
Notas cambios en tu piel como granitos sin pus o la piel elevada en o cerca del pene, la vagina, la
vulva, el ano, los testículos o el área donde la pierna se une con el torso (“groin” en inglés).
Tu pareja te dice que tiene VPH genital o verrugas genitales.
Eres hembra y estás activa sexualmente (tienes sexo). Las mujeres que están teniendo sexo deben de
hacerse un examen de la pelvis, un Papanicolaou y hacerse pruebas para las enfermedades
transmitidas sexualmente.
Si eres varón y estás activo sexualmente (tienes sexo) debes hacerte un examen físico cada año y
hacerte pruebas para las enfermedades transmitidas sexualmente.
Vacuna para el VPH
La vacuna contra el VPH Gardasil-9® previene la infección con nueve tipos de VPH asociados con cánceres
de cuello uterino y las verrugas genitales. Lo mejor es vacunarse contra el VPH antes de empezar a tener
relaciones sexuales.
La vacuna se administra en tres dosis. Una vez de recibir la primera dosis, necesitará aplicarse la segunda 2
meses después. La tercera dosis debe ser aplicada 6 meses después de la primera.
En Octubre de 2016, la FDA aprobó una pauta de dos dosis de la vacuna Gardasil-9® para machos y
hembras de 9-14 años de edad, en lugar del régimen de tres dosis. Las investigaciones han demostrado que
la respuesta de anticuerpos generada con el régimen de dos dosis no es inferior a la observada con tres
dosis. Después de la decisión de la FDA, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC)
cambió su recomendación, y recomineda el régimen de dos dosis para todos los niños de 11 y 12 años. CDC
dijó que la reducción del número de dosis y visitas a la clínica hace que sea más conveniente para los padres
protejan a sus hijos.
La vacuna contra el VPH no protege contra todos los tipos del virus. Las mujeres que reciben la vacuna contra
el VPH aún necesitan tener exámenes regulares de Papanicolaou siguiendo la recomendación de su médico.
Se están realizando investigaciones para ver si las vacunas pueden proteger contra otros tipos de cáncer
causados por el VPH (como el cáncer de pene, ano, cabeza o cuello). Los expertos esperan que la vacuna
también vaya a servir en proteger contra estas otras enfermedades.