Cuentos Orles
Cuentos Orles
Cuentos Orles
En el collao, el antiguo Dios fue el Padre Tierra (PACHATATA). Dice que ese Dios salió
de las aguas del Lago Titicaca. Él fue considerado como el creador de todo lo que
existe, Dios del fuego, la tierra y el agua. Fue un Dios oculto, no ubicable en el espacio
y era indistinto (ni varón, ni mujer). Este Dios creó al hombre hecho de piedra
animándolo y dándole un nombre, su casa se había fijado en Tiahuanaco que queda a
orillas del Lago Titicaca.
Dicen que antiguamente la gente vivía a la delicada luz de la luna. Todavía no existía el
Sol. Según manifiesta el aimara, alguien hizo correr el cuento de que en un tiempo no
muy lejano se presentaría un ser nunca visto por los hombres, con barbas grandes y
larga cabellera de fuego que era capaz de quemar a los hombres, animales y plantas.
Esta noticia provocó mucha preocupación, desesperación y llanto en la gente. Entonces,
para prevenir desgracias que pueda provocar el calor del Sol, la gente construyó sus
casas, chullpas y chozas, con diferentes orientaciones; otros optaron vivir en cavernas
con la puerta en orientaciones diferentes, unos pusieron con dirección a la salida de la
luna, otros hacia la puesta de la luna.
Entonces la gente que se había escondido en las chozas y cavernas con la puerta hacia
la salida del Sol murieron quemados por el calor ardiente que despedía el Sol, y los
pocos que se ocultaban en casas, chullpas y cavernas con la puerta hacia el lado de la
sombra lograron sobrevivir.
Cuando todavía no existía el Lago Titicaca, el Dios Protector recomendó ante los
hombres que ellos podían vivir en las pampas, en las faldas de los cerros, pero que
estaba prohibido subir a la punta de los cerros. Entonces, poco después vino el demonio
ante los hombres y les dijo que ellos sí podían subir hasta la punta de los cerros y si así
lo hacían podían tener el mismo poder que los Dioses Protectores.
Entonces los hombres empezaron a subir los cerros, por lo que el Dios Protector,
enojado mandó a los tigres y pumas a devorar a los hombres, porque estos pidieron
protección al demonio y éste convirtió a las personas en encantos enterrándolos en las
profundidades de la tierra.
Al ver que los hombres traicionaban con el espíritu del mal, el Sol sintió mucho dolor y
oscurició su luz, por lo que todos los espíritus protectores de los cerros se pusieron en
amargo llanto, cuyas lágrimas inundaron la tierra en forma de lluvia y los ríos se
rebalsaron. En este diluvio murieron los hombres y los animales, pero una pareja de
humanos agarrados de un manojo de totora lograron flotar de las aguas, en cuanto el
sol volvió a alumbrar, terminó el llanto de los espíritus protectores de los cerros. Así la
pareja que se salvó de morir, mirando alrededor vio que se había formado un lago, y en
cuyas aguas flotaban los pumas con sus barrigas grises hacia arriba y muertos. Por eso
el lago se llama Titicaca.
Esta pareja de humanos que logró salvarse, se fue luego al norte a fundar el Cuzco
imperial.
LA CIUDAD PERDIDA
Narrado por: Florentino Arpa
Antiguamente, La Paz (Bolivia), dicen que era una gran ciudad dividida en don partes.
Allí la gente vivía en armonía, no había pleitos, ni envidia. Así estuvieron por muchos
años, pero poco a poco los manantiales, de donde consumían agua, fueron
disminuyendo y finalmente se fueron secando hasta que ya no hubo agua para nada.
Así la gente empezó a pelearse, muchos lloraban, hasta hubo asesinatos. En ese
entonces, sólo uno de los sectores no más se adueñó de un pozo, mientras que en el
sector no favorecido lloraba la gente por falta de agua con qué calmar su sed. Estos
dos sectores de la población tuvieron muchas discusiones por motivo de falta de agua
y la ciudad estaba en una hondonada. Los espíritus se compadecieron de esta gente,
por lo que hicieron llover y fue en exceso la lluvia que inundó toda la población.
Según la gente antigua, en nuestros días se dice que todavía existen los restos de esa
ciudad y está dentro de las aguas del Lago Titicaca. Y los que se dedican a la pesca
pueden ver desde la pequeña isla llamado San Bartolomé, una ciudad con su iglesia, su
torre y la campana. Esto en ciertas horas en que el sol alumbra de cierta dirección al
agua; asimismo a media noche se puede escuchar el toque de la campana que está en
la ciudad perdida. Es lo que comentan quienes viven en las cercanías.
LA ISLA SÏKATA
Por la orilla Oeste del Lago Titicaca, en el sector del distrito de Acora existe una faja de
arena semejante a un camino ancho. En cuanto a su formación dicen que en la
antigüedad no existía, pero había llegado el Inca y la Ajlla, quien se aproximó al lago por
la actual comunidad de Socca y quiso llegar hasta Copacabana, por un camino recto.
Por lo que la Ajlla fue la que se adelantó en pisar el agua y empezar a hacer el camino
amontonando arena poco a poco con sus manos, a lo que el Inca iba por detrás. La Ajlla,
para eso tenía que agacharse a menudo, en eso se le cayó el phich’i de oro que llevaba
prendido en el pecho hacia el fondo del agua. Así con el poder que tenía el Inca llamó a
una de las aves del lago llamado waq´ana, ave que no podía extraerlo la joya con su
pico, más perdía el tiempo en estar observando; entonces llamaron a otra ave, llamado
miji quien por su habilidad se sumergió en el agua sacándolo de inmediato. Así la esposa
del Inca se lo prendió de a nuevo en el pecho y prosiguió haciendo su camino de arena,
pero por haber demorado en recuperar el phich´i, el camino no llegó hasta Copacabana,
avanzando sólo hasta las pampas de Ilave, es entonces la faja de arena que queda por
la orilla Oeste del lago en forma de una faja de arena llamado Isla Sïkata.
LA LAGUNA ENCANTADA
Los que viven por las cercanías, comentan que quienes se atreven a subir el cerro y
entrar a la cueva al poco tiempo se mueren, y quienes lo acompañan se vuelven locos.
Es por lo que nadie se acerca a esta cueva con laguna, por miedo a quedar en
desgracia.
LA APARICIÓN DE ANTARKI
Narrado por: Margarita Coaquira.
Hace muchísimos años, dicen que en una noche de luna salió del lago Titicaca un joven
con ropa Qulla, quien podía ir junto al viento, llegaba hasta la luna, volaba junto al
cóndor, en su balsa cruzaba el lago de lado a lado, sabía tocar su quena, también había
tejido un lindo poncho de lana de vicuña, un chullo con los colores del arco iris, asimismo
se hizo una ojotas del cuero del cuello de la llama. Así podía volar fácilmente de cerro
en cerro, sus ojos se parecían al del cóndor, sus alas, su ajayu. Una vez había volado
hasta las alturas donde están las estrellas, regresó trayendo una de las estrellas; de la
que se dice que hasta ahora está brillando en uno de los cerros más altos del altiplano,
y que sólo pueden ver los niños. Antarki sigue volando hasta ahora cuidando de la gente
aymara.
EL HIJO DEL CONDOR
Los españoles habían llegado a las tierras del altiplano en busca de minas. Un día en
que el cóndor volaba y se posó sacudiendo sus alas junto al viento, encima del apu
achachila Illani, y en las cercanías vivía Illa un joven fuerte, pastor de alpacas, en su
alma llevaba el recuerdo de sus abuelos, él no conoció a su padre y sólo vivía junto a
su madre y sus hermanas. Un día se conoció con una joven del ayllu Qilisani, ella se
llamaba Chuqichambi con quien se había comprometido a casarse, pero un minero
español se lo había raptado y nadie supo a dónde se lo ha llevado. Por eso estaba
pensativo por la maldad de los blancos. Así se fue a sentar junto a caída de agua y se
puso a tocar su quena, a lo que en sus cercanías aperició un cóndor, bajando del cerro
como quien quisiera consolarle. Así se hizo tarde el día, se estaba oscureciendo y
empezó a caer la nieve. Y ella esa noche no se fue a su casa, su madre y hermanas
esperaron en vano, al amanecer el puku puku anuncia el nuevo día.
Al día siguiente los pastores del ayllu fueron a buscar a Illa, y sólo vieron que varios
cóndores traspasaban el cerro llevando algo en el medio. Era el cuerpo Illa, y luego
encontraron la quena en donde estuvo tocando por la tarde anterior.
Un viejo yatiri dijo que hallá había muerto de pena y que los cóndores se lo habían
llevado para cuidar y proteger al ayllu.
En recuerdo la gente del ayllu se reunió para danzar con adornos de plumas de avestruz
tocando sus zampoñas. Hasta nuestro días dicen que por las noches se escucha la
dulce melodía de la quena de Illa en las cercanías de la caída de agua..
LA LEYENDA DEL ARCO IRIS
Dicen que en tiempos muy antiguos en las alturas de la cordillera, una joven pastora
estaba con sus ganados haciendo pastar. Así caminando había pisado un cactus que
crece en esas alturas, y comenzó sangrar uno de sus pies y sentía mucho dolor, por lo
que ella empezó a llorar. Entonces se fue con todo cuidado al río donde puso los pies
en el agua, el agua tomó el color de la sangre. A la vista de la joven, del agua estancada
se levantó una especie de vapor de agua tomando diferentes colores, el que en forma
de semicírculo llegó hasta la altura de un cerro. Al momento en que cayó una ligera
llovizna y al mismo tiempo salió el sol del medio de las nubes, y al ver todo ello, la
pastora se había olvidado del dolor que sentía y se levantó para ir a ver sus ganados y
observó que el cactus empezaba a florecer, por lo que la joven recogió algunas flores
para adornar su cabeza. Dicen que desde esa vez existe el arco iris.
EL ORIGEN DE LA PAPA
En tiempos muy antiguos, dicen que la papa no era conocida. Así en las cercanías del
lago Titicaca, en una casa en que por esos días sólo un hombre se había quedado a
cuidar, un día al anochecer, el hombre había escuchado, llamar a gritos una voz de
mujer, por lo que el hombre salió de la casa preguntando ¿Quién era?. Así escuchó en
oscuras la voz de dos mujeres quienes suplicaron que por razones de que en el camino
se les había anochecido, deseaban alojarse por esa noche y al día siguiente se irían
muy temprano. Viendo que en ese momento empezaba el frío, el dueño de la casa
decidió alojarlas, en cuanto les hizo pasar a la habitación y para que arreglaran su cama
les había prestado unas llijllas tejidas con hermosas figuras. Así se durmieron en una
habitación aparte, al día siguiente no salía persona alguna de aquella habitación, por lo
que la persona que allí vivía abrió la puerta de esa habitación para saber qué había
ocurrido con las jóvenes que se alojaron, entonces sólo estaban las llijllas envueltas y
no había persona alguna. El dueño de casa como estaba sólo estaba tan asustado y
desatando las llijllas observó que allí había unos productos comestibles pero
desconocidos, reunió a la gente de la comunidad y acordaron sembrar, cuidaron e
hicieron producir con el agua de la lluvia, viendo el nuevo producto se acordaron de las
dos jóvenes que se habían convertido en papa. Entonces en agradecimiento a la Mama
Pacha y a los Apu challaron con chicha, así como a la papa, pijcharon coca, tomaron la
chicha, se cargaron la papa en llijllas de color y figuras caprichosas para luego danzar
de alegría, al compás del pinkillo, el bombo y el tambor. Así es como la papa se convirtió
en el alimento valioso del aimara.
ORIGEN DE LA QUINUA
Narrado por: Alipio Chipana
Dicen, que antiguamente la gente aymara podía encontrarse y conversar hasta con las
estrellas. De allí que relatan que en tiempos muy antiguos, en las cercanías del Lago
Titicaca, en la temporada en que las chacras empezaban a tener los primeros productos,
por las noches alguien arrancaba las matas de las papas, pero había un joven que
cuidaba las chacras, por lo que una noche quiso sorprender al ladrón de las chacras.
Así en la noche aparecieron varias jóvenes campesinas, entonces atrapó a una de ellas,
huyendo las demás, por lo que de inmediato tenía que llevarlo donde el mayku, pero
casi al amanecer la joven se convierte en ave y se fue volando hacia lo alto hasta llegar
a donde sus compañeras que eran las estrellas, de lo que el joven se quedó admirado.
Pero al día siguiente se fue donde el cóndor para suplicarle que le llevara donde las
estrellas que habían huido de la tierra, entonces el condor lo condujo a donde la joven
estrella. Ella vivió junto al joven alimentándolo con quinua, así el joven quería regresar
a la tierra para ver a sus padres. La estrella envió quinua, desconocida en la tierra, desde
entonces se siembra la quinua para que sirva de alimento al aimara, producto que hasta
entonces era desconocida por la humanidad.
EL ORIGEN DE LA COCA
En uno de los valles de la ceja de selva, de las proximidades del lago Titicaca, en uno
de los ayllus, en tiempos antiquísimos, una mañana en la orilla del río apareció una joven
con una pullera verde, bien alegre y sonriente, ella no podía explicar de dónde vino ni
quién era, la gente se había reunido y por lo que ella no respondía de su procedencia
acordaron asesinarlo, y lo hicieron pensando de que era la enviada por los espíritus
malignos, enterraron en la tierra, luego de un tiempo la gente fue por el lugar y se
sorprendieron al ver que en el lugar enterrado nacía una planta desconocida por la
gente, todos fueron a ver, luego tomaron las hojas y probaron si se podía mascar o
comer, al ver que se podía chajchar le dieron el nombre de mama kuka, se
acostumbraron a chajchar hasta los kollas y decían que de los valles la gente trae la
coca en una bolsa bien cocida y sólo se podía abrir y masticar después de tener cópula
con la mujer, asimismo a muchas niñas les pusieron el nombre de Coca, es así como
hasta ahora la coca se chajcha y se utiliza en otros quehaceres.
LA QANTUTA Y LA QIÑUA
Qantuta conversaba alegre y sonriente, así día a dïa se encontraban y ya pasó mucho
tiempo, pero los padres de ambos no sabían lo que estaba ocurriendo, entonces el joven
y ella prometieron formalizar su situación.
Con el correr del tiempo, el padre de Qantuta llegó a enterarse de que su hija estaba en
amoríos con Lampaya y que era del ayllu enemigo, por lo que enfadado suplicó a un
vecino para que pueda ir donde el joven Lampaya y lo trajera a fin de darle un castigo
ejemplar, increpándolo y azotándolo, a lo que su hija Qantuta se opuso a que lo llamen
diciendo que ella era la culpable de lo ocurrido, su padre recurrió ante el achachila apu
quien por encanto lo convirtió a Qantuta en una planta que ahora crece con sus flores
en colores atractivos en muchos lugares de nuestra región. Lampaya al saber lo ocurrido
declaró odio a muerte al padre de Qantuta, por lo que el apu del sector Pawray también
convirtió en arbusto al joven rebelde y que en nuestros tiempos conocemos con el
nombre de qeñwa y que crece en las alturas de la cordillera.
Hace muchísimo tiempo, en que la región colla vivía una familia, cerca de una apacheta,
allí estaba una anciana llamada Puli y poseía llamas y alpacas y su hijo ya joven
diariamente iba a pastear los ganados por los cerros, a cierta distancia vivía Auquipuli
y su esposa, esta familia tenía una hermosa hija de trenzas gruesas y largas adornadas
con lana de color, ella vestía bien e iba cada día a pastear sus llamas y alpacas.
Un día, en tanto que estaban distraídos el zorro y los cóndores estaban comiendo las
crías de las llamas y alpacas hasta saciarse, por lo que al volver por la tarde a sus
casas fueron rezongados por sus padres, la joven no fue perdonado por su padre.
Así fueron convertidos en aves de cordillera y que en adelante sus alimentos sería el
pasto y la arena y su ocupación sería bailar y cantar antes de las lluvias y tempestades,
por eso estas gaviotas danzan y cantan kiw, kiw, kiw...
EL CERRO CUTIMBO
Narrado por: Jesús Qalawilli
En tiempos antiquísimos la luna llegó a tener dos hijos, al varón lo llamó Cutimbo y envió
a la tierra para ayudar a los hombres en sus quehaceres, les dio forma humana
encargándole que una vez que estén en la tierra no deberían volver la vista hacia atrás,
debiendo caminar de noche y descansar de día.
Kutimpu preguntó a su madre, la luna. –¿Madre, qué más es lo que vamos a hacer en
la tierra? La luna contestó, - Lleva esta ch´uspa y dentro encontrarás lo que has de
hacer pero no has de abrir la ch´uspa de día, sino solamente de noche, así llegaron a la
tierra y estuvieron caminando próximo a unos cerros, se anocheció y hacía mucho frío
y entonces Cutimbo consultó con la ch´uspa y le indicaba que en la cima del cerro
Qhapía habían dos ollas que bajaran y se vayan hacia la derecha.
Al llegar Cutimbo al lugar encontró las ollas que pesaban y contenía un líquido se lo
cargaron en la espalda y se dirigieron hacia el Norte, cargaron por varias noches y se
sentaron para descansar en las pampas de Pichacani donde destaparon las ollas de
los que salió mucha agua formándose el actual río Cutimbo y era imposible tapar las
ollas con la chüwa, luego Cutimbo y su esposa miraron hacia atrás y las chüwas
tomando una dimensión enorme encerraron a Cutimbo y su esposa quedando hasta
ahora, es en el cerro Cutimbo Chico y Cutimbo Grande ,así posteriormente allí se
desarrollaron las culturas Kuti y los Impu.
PLANTAS DEL VALLE EN EL CERRO CCAPIA
Narrado por. Basilio Venegas Almonte
El cerro Qhapía está próximo a la ciudad fronteriza de Yunguyo, la gente que ha subido
a la cima de este cerro dice que en las alturas de una roca hay una planta de naranja,
cuya existencia explican de que antiguamente uno de los incas que llego del Cusco
había decidido establecer un valle con todos los árboles frutales de los valles de Bolivia
en las alturas del cerro Qhapía, así se explica la existencia de esta planta en esas alturas
que continúa conservándose a pesar de las fuertes heladas del medio.
EL CERRO CHUNCARA
Narrado por: Rubén F. Churata Luque
El pueblo de Vilquechico se encuentra en el sector oriental del lago Titicaca, y cuentan
que en el lugar de este pueblo existían dos cerros grandes que estaban creciendo, cuyos
nombres fueron Chuwani y Chunkara, habiendo crecido más el cerro Chuwani, quien
orgulloso y prepotente le dijo al cerro Chunkara, que él siempre sería el cerro más
poderoso de Vilque, tú serás menor que yo siempre. Chunkara al escuchar eso se
enfadó dándole un manotazo en la cabeza, rodando la cabeza por la pampa, la que
resultó siendo el cerro Qhaxramarka el que actualmente está por las cercanías de
Vilquechico, desde entonces el cerro Chunkara es el más alto de ese lugar, por lo que
la gente que vive en ese pueblo lo consideran el apu que cuida de los pobladores del
lugar.
Dicen también que del cerro Chunkara en esos tiempos salía humo por muchísimos
años y posteriormente dejó de humear.
EL CERRO YANAMURI
Narrado por: Carlos Arce
El cerro Yanamuri se encuentra en el distrito de Acora (Puno), acerca de ese cerro, dicen
que antiguamente era una sobrenatural mujer bien robusta, tenía unos senos tan
grandes que podía ponerse sobre los hombros, y su leche podía abastecer para criar
muchos bebes, entonces esta mujer llegaba a las casas de los ayllus cercanos para
obligarles a las mamás que tenían criaturas pequeñas que a sus bebes tengan que
hacerles hilar lana y que iba a venir a recoger, caso de no cumplir se llevaría al bebe a
su lado dándoles de amamantar su leche, y así lo hizo llegando a juntar a su lado
muchísimos bebes, mientras que las mamás se quedaban llorando por sus hijos.
Al escuchar que las madres lloraban tanto por sus hijos el apu se compadeció de ellas
por lo que a aquella mujer que secuestraba las criaturas transformó en cerro, retornando
las criaturas al lado de sus madres, quienes desde entonces crían sus hijos sin
preocupaciones.
EL CERRO QUENAFAJJA
Narrado por: Paula Machaca
Otro cerro muy semejante en tamaño y forma pues tenían características humanas y un
día discutieron entre ellos, por lo que la esposa enfadada se fue con dirección a la salida
del sol y había caminado hasta las cercanías de la actual ciudad de Pomata, el Apu al
ver que no era posible que por una simple discusión la mujer se vaya, abandonando a
su esposo, hizo que ambos se inmovilizaran quedando como verdaderos cerros, por
siempre, es entonces que hasta ahora la esposa del cerro Quenafajja está próximo a
Pomata en la orilla del lago Titicaca con el nombre de Qäma.
LA LEYENDA DE MARKAPAMPA
Por otra parte en ese momento el diablo había retado a una apuesta con Dios para
definir a quien de ellos prefería la gente que vivía en aquella población, entonces
cuentan que el diablo se había presentado en aquella fiesta con traje de gala y bastante
imponente, a quien todos le recibieron, le dieron las atenciones necesarias, pero en la
misma fiesta Dios se presentó en forma de un anciano jorobado y andrajoso, nadie lo
tomó en cuenta, sólo una mujer embarazada se compadeció del anciano, lo llevó a su
casa para darle de comer algo, pero en el camino observando que la cara del anciano
estaba desaseado le limpió la nariz, a lo que los mocos se habían convertido en oro.
Llegando a la casa el anciano le indicó a la mujer, que ella y su familia deben abandonar
el lugar, que Dios iba a castigar a esa gente por su mal comportamiento, y al alejarse
no deberían voltear la vista hacia atrás, esta familia escuchando la recomendación
dejando el lugar estaban por pasar ya un cerro, entonces la mujer por curiosidad y
escuchando el bullicio de la gente que gritaban por desesperación pidiendo auxilio y
perdón, y que al mismo tiempo ardía el fuego, volteó la vista e inmediatamente se
transformó en piedra, ella que estaba embarazada, de su vientre salió volando una
paloma blanca y fue a posarse en el cerro Qeqesani, el esposo que iba adelante, al
sentir que la mujer no le seguía, escuchaba el griterío a la vez que el diablo lo llamaba
también miró atrás y se convierte al momento en otra piedra.
En la actualidad se ven como restos las ruinas de Marcapampa, una enorme piedra con
un hoyo es la mujer embarazada, otra que es el esposo y una tercera en forma de sapo
que es el diablo que fugaba para ponerse a salvo.
LOS SAPOS ENCANTADOS
Quienes viven en esa zona relatan que en la antigüedad había venido uno de los incas
procedente del Cusco, capital del imperio a someter e integrar al Tihuantinsuyo a los
lupazas, así un día el inca y sus guerreros decidieron descansar cerca de las orillas del
lago.
Uno de sus guerreros jóvenes se había alejado de sus compañeros el momento en que
el sol estaba ocultando a dar un paseo por las orillas del lago.
Entonces para sorpresa se le apareció una hermosa joven lupaka ojosa, entonces
entablaron conversación a lo que ya oscurecía y aparecían ya algunas estrellas en el
cielo. Así se habían enamorado inclusive decidieron casarse a la uransa de ese tiempo,
acordaron encontrarse al día siguiente de madrugada y para despedirse se abrazaron y
quisieron hacer el amor.
El inca que también había ido a ver de qué se trataba tomó su honda y lanzó una piedra
a las aguas del lago, entonces el inca y sus guerreros observaron admirados que del
agua salieron dos sapos grandes seguido por muchos sapos de menor tamaño y se
dirigían hacia el Sur dando saltos por tierra, aquellos sapo habían avanzado esa noche
hasta el lugar denominado Qawsilluni (laguna seca) donde se agruparon y descansaron
los sapos.
A la mañana siguiente, al salir el sol con sus primeros rayos convirtió a los sapos en
piedras rojizas.
Quienes viven en las cercanías del lugar, relatan que ese lugar es encantado, que por
la media noche creen escuchar el croar de los sapos, además si a estas mismas horas
cogen alguna piedra rojiza de ese lugar y se lo llevan se puede convertir en plata.
EL INVESTIGADOR DEL SECRETO DEL MANEJO DE LA PIEDRA
Antes de los incas, en las cercanías del lago Titicaca vivía un hombre llamado Calumani con su
esposa Amuchi y su hijo Suyaki quién ya era un adolescente, a Calumani le encantaba ir a
conversar algunas veces con el anciano Kusiwanka, quién hace tiempo había perdido una pierna
trabajando en un puente, en el diálogo trataron sobre que de valioso podían dejar a las futuras
generaciones y que hacer para conseguir tal propósito.
Como Calumani era un hombre listo y decidido, un día fue a la casa del mayku de la comarca a
quién comunicó su deseo el de buscar el secreto para poder amasar la piedra y poder emplear
para proteger al pueblo construyendo fortalezas, palacios y templos más fuertes y seguras de las
que existen.
El mayku entusiasmado al escuchar las palabras de Calumani le interrogó cuál era el apoyo que
necesitaría, a lo que respondió que requería del tiempo necesario hasta conseguir su propósito
a lo que el mayku ofreció concederle el pedido.
Calumani se fue por otros lugares a observar las diferentes hiervas y la naturaleza, por cerros,
planicies y orillas del lago, dialogaba con los yatiris en cuanto podía, a su regreso volvió a dialogar
con Kusiwanka quién lamentaba del estado en que se encontraba, y que hubiera deseado
acompañarle en sus viajes.
Sin embargo Kusiwanka disipaba sus penas tocando la antara y la zampoña en las épocas de
siembra y cosecha.
Después de tres meses volvieron a dialogar, pero esta vez Calumani contó que pronto hallaría la
manera de amasar la piedra y que sólo le faltaba encontrar una hierba de hojas largas y peludas
que decían que existía en el nido de un ave llamado acacllo que hace sus nidos en lo alto de las
rocas y que para lograr su propósito debe cazar el ave pintar su pico y dejarlo libre para que la
hierba de donde recoge las hojas pueda dejar pintado el picotear, así saber cuál es esa hierba
cuyas hojas lleva el ave para su nido, así encontrar la hierba con que amasar la piedra.
De regreso al lugar donde existe esas aves cazó y pintó el pico para saber donde crecía la hierba,
esta última vez que ya sospechaba donde encontrar la hierba se hizo acompañar con su hijo
Suyaki.
Padre e hijo llegaron al pie de un cerro elevado en cuya altura aparecían como unas manchas
negruzcas, comieron el quispiño que llevaron, luego dejó a su hijo en el lugar para que le indique
por donde subir.
Calumani escaló las rocas del cerro llamado Khunuwiri, de rato en rato preguntaba, en voz alta
si estaba bien el lugar por donde subía hacia las manchas negruzcas en que crecían las hierbas.
Estaba acercándose al lugar al que quería llegar, y a pocos pasos hizo el último esfuerzo para
alcanzar con la palma de sus manos a las hierbas, pero una piedra resbaló de sus pies, Calumani
grita ¡Suyaki esta es la hierba!, resbala junta a la piedra cayendo cerca de Suyaki con la hierva
en la mano y expiró para siempre en presencia de su hijo quién lloró por su padre dando luego
aviso a sus familiares.
Pasaron muchísimos años y en nuestro tiempo dos antropólogos, dicen que estaban realizando
sus investigaciones de los restos antiguos en el sector aymara, en una de las excavaciones
encontraron una vasija de barro conteniendo un líquido verdoso, y como estaban pensando que
podía ser el secreto para amasar la piedra echaron unas gotas sobre una piedra y compraron
que derretía la piedra, se pusieron contentos por haber encontrado el líquido que utilizaban los
antiguos, una de ellos al pasar cerca de la vasija, sin darse cuenta de la vasija, por descuido,
tropezó con la vasija quedando desparramado en el suelo sin que puedan recuperar ni saber de
que sustancia se trataba.
LA SIRENA
En las orillas del lago Titicaca vivía un joven que creaba y cantaba canciones muy bellas,
dicen que hasta hacía bailar al cojo y hacer cantar al mudo. En una nuche de luna el
joven se fue a cantar a la orilla del lago, se sentó en una piedra grande y cantó en voz
alta, entonces se le acercó una muchacha muy guapa con cola de pez, quien acompañó
en canto. Los dos cantaron a la tierra, al sol, a los árboles,... la noche pasó rápidamente,
de pronto cantó el gallo por tres veces y los dos se prometieron volverse a ver a la otra
noche, a la noche siguiente, la chica estaba esperando ya en el lugar. El joven al volver
a dialogar preguntó. -¿Quién eres?. Ella respondió –A mí me llaman sirena, vivo en las
aguas azules, donde no hay hambre, no existe la envidia, ni la injusticia, nadie muere,
ni tampoco envejece. El joven repuso. –Tu voz es linda, cuanto quisiera que me lleves
a tu pueblo para vivir juntos por siempre.- Mientras conversaban había transcurrido la
noche y sin que se dieran cuenta salió el sol, la joven se sumergió en el agua.
En una casa vivían muy felices el padre, la madre y sus tres hijos, pero de repente el
padre se enfermó y murió. Así la madre se quedó muy triste junto a sus pequeños hijos.
Una tarde los dos hijos mayores fueron al pozo a traer agua, a lo que se les apareció su
finado padre, asustados los niños se pusieron a correr hacia su casa, pero el menor se
tropezó y rodó en el suelo, así el condenado logró alcanzarlo y dicen que se lo comió.
En los siguientes días la madre fue quien iba a traer el agua, pero descuidando a la
madre el condenado había logrado entrar a la casa y comércelos a sus dos menores
hijos. Los vecinos al enterarse de lo sucedido se reunieron y fueron a la tumba para
desenterrar el cadáver y cortaron la cabeza lanzando insultos y volvieron a enterrar.
Desde entonces no volvió aparecer nunca más.
LA CONDENADA
Narrado por: Simona Contreras
Hace muchísimos años atrás una mujer había fallecido dando a luz, el esposo haciendo
el velorio hizo que los vecinos procedieran a llevar a la difunta al cementerio; pero,
antes de enterrar, el viudo por evitarse la carga de un bebé decidió ponerlo la criatura
al pecho de la difunta madre y dejarlo junto a ella pegadito a su pecho, así enterrarlo a
los dos.
A los días siguientes ocurrió un hecho, pues la hija mayor de la difunta escuchó
conmovida el llanto del bebé que provenía de la tumba de su madre.
Así, al tercer día a la hija mayor se le apareció su madre vestida de negro y cubierto su
cara, le preguntó:
− ¿Tienes hambre?
Ofreciéndole luego a la niña un trozo de carne de su bebé. La niña asustada negó el
ofrecimiento. Pero, insistiéndole le dijo. − Entonces iré a cocinar a la casa
Así la mujer, que ya era difunta, entró a la cocina y lo que se veía sólo era la ceniza que
se levantaba en forma de ventarrón fuerte, desapareciendo la mujer junto al viento.
Al día siguiente, cuando llegó el padre después de ir a su trabajo, la hija le avisó de lo
ocurrido. Al oír esto el padre comunicó y reunió a los comuneros para trasladarse al
cementerio llevando una estaca y orina fermentada. Al desenterrar rociaron con orina
fermentada, luego separaron el bebé enterrándolo a cierta distancia, clavando la estaca
en el corazón de la difunta, ello para que no se condene otra vez.
Esa es la razón porque nunca entierran la madre y el bebé juntos cuando mueren
ambos.
LA MUJER QUE SE ENCONTRÓ CON LOS DIFUNTOS
Cuentan que, en un pueblo había una señora chismosa que juntamente con otra señoras
conversaba con ellas acerca de otras personas y se quedaba así hasta la media noche.
Una de esas noches en que estaba sóla, apareció por la calle un grupo de personas
vestidos de negro con sus velas. Así avanzaban por la calle y uno de ellos se acercó a
la señora alcanzándola una vela, recibiendo se entró a su casa cerrando la puerta y se
fue a dormir.
A la mañana siguiente buscó la vela para prender a la imagen de un Santo, pero vio que
había recibido en la noche un hueso de un muerto. Asustada se fue inmediatamente
ante el cura del pueblo, quien al ser informado del hecho, le dijo:
− Es posible que se lo llevaron su alma
Y le aconsejó:
− En la noche siguiente espera en el mismo lugar, pero acompañado de tus dos niños
pequeños, y el momento en que esas personas vuelvan a pasar, pellizcales a tus
niños hasta hacerles gritar.
Entonces, hizo lo indicado. Así salió del grupo la misma persona de la noche anterior y
le dijo.
− Si no hubieran llorado esos niños ya hubiera tenido que ir junto a nosotros.
Asi que la señora dejó de estar hablando de los vecinos hasta altas horas de la noche,
dedicándose a sus quehaceres en el interior de su casa.
EL CONDENADO QUE COMÍA A NIÑOS
Antiguamente, de las cordilleras habían bajado varios hombres hacia las orillas del lago
Titicaca, ellos traían carne, lana, sogas, hondas, costales, incuñas, llixllas para poder
cambiar con productos de la zona, realizaron el trueque y cargando en sus llamas los
productos que habían obtenido se fueron de regreso, caminado por pampas, cerros y
pasando por apachetas, sólo uno de ellos iba medio cansado y retrasándose, al
atardece se había nublado y luego cayó una fuerte lluvia que les había mojado, pero
luego la lluvia se apartó, ya al anochecer para descansar descargaron de sus llamas en
unos canchones que acostumbraban descansar los viajeros, entonces alistaron sus
camas, se sentaron y estaban pijchando coca, a lo que parecía que alguien venía, se
asustaron a lo que en esa noche en que la luna estaba alumbrando llegó el condenado,
se fue al sitio en que solían cocinarse los viajeros y estaba observando su manos en
que aparecía sólo huesos, todos de susto no podían decir nada, pero uno de ellos
tomando valor gritó – Maldito condenado qué quieres, anda vete lejos de aquí.-Entonces
volviéndose en remolino desapareció en el aire, y luego se escuchaba que se alejaba
llorando . Así los viajeros ya no podían dormir esa noche, temerosos al día siguiente
encontraron una mano de bebe en el lugar en que se sentó el condenado, por lo que
temprano cargaron sus llamas y se fueron con dirección a sus casas.
LA CONDENADA QUE SE ALOJÓ EN UNA CASA
En las alturas del ande vivía una familia compuesta por el padre, la madre y su pequeño
hijo que todavía estaba lactando, el esposo se había ausentado de la casa por varios
días, mientras que una tarde se presentó a la casa una mujer suplicando que se le
alojara por esa noche, entonces la que vivía en la casa le hizo pasar a su habitación y
la visitante se sentó sospechosamente en un rincón, había advertido que no prendiera
la luz, es que ella estaba enferma, así la que vivía en la casa, dejó a su criatura dormido
en su llijlla encima de su cama para poder preparar sus alimentos, luego quería brindarle
un plato de comida a lo que la mujer en orcuras estaba comiendo y decía que traía su
fiambre, negando a recibir el alimento que le alcanzaba.
En la zona alta el camino de Puno a Moquegua, los hombres habían ido a pescar a la
laguna Lurisquta, donde al llegar en las aguas vieron muchos pescados, así obtuvieron
buena cantidad de peces, en medio de los cuales había un pez rojizo y desconocido,
así cargaron ambos de regreso hacia su casa. En la noche empezaron a freír el pescado,
la cocinera freía uno tras otro, uno de los pescadores dijo, que no lo cocinará ese
pescado raro, pero su compañero insistió en que lo cocinara y que el se lo comería. La
que cocina observó que ese pescado no cocía pese a que atizaba más el fuego,
entonces el que insistía se lo comió aún sin cocer bien, terminando de comer se fueron
a la cama y quien comió el pescado raro se durmió profundamente; su compañero
estuvo pensativo sentado en la cama, de repente escuchó que alguien hacía bulla a lo
lejos, también había música de zampoñas, entonces se levantó y salió al patio a lo que
alguien preguntaba en voz alta desde el cerro, que quién había visto a su hijo que ha
desaparecido, del otro cerro respondió fuertemente que estaba en una de esas casa
cercanas; el pescador volvió a entrar para despertar a su compañero Antonio, quien
dormía tan profundamente que no despertaba, así de susto salió de la habitación y
escapó corriendo hacia el cerro y de la altura del mismo había observado que a la casa
se acercaba una sombra grande, y los danzarines entraron a la casa para sacarlo a
Antonio, quien se fue bailando junto a los zampoñitas en dirección hacia la laguna
Lurisquta.
El pescador que escapó junto a otros, volvió a la casa de noche y al día siguiente
quienes vivían allí fueron a buscar a Antonio, que desde la casa aparecía todav+ia las
huellas de sus pisadas, pero cerca la laguna ya desapareció por lo que Antonio nunca
más regresó a su casa.
EL NIÑO QUE SE FUE CON LOS ENANOS
Narrado por: Laureano Quenaya
En las alturas de la cordillera, vivía una mujer aymara que era viuda, quien con el finado
había tenido un niño, que era inteligente e inquieto, y a cierta edad iba al campo a
pastear llamas y alpacas, muchas veces descuidaba los ganados por buscar piedrecitas
redondas para jugar, así se habían alejado demasiado algunas llamas, circunstancia en
que se le aparece un hombrecillo jorobadito, quien llamándole la atención le dice que
por qué no cuidaba bien las llamas, ya que estaban haciendo daño a sus propiedades,
el niño se puso a discutir con el enano, quien le amenazaba con raptarlo por su mal
comportamiento, así lo llevó aún dejando el rebaño, entonces llegaron a un lugar donde
estaba un pueblo con casas pequeñas y que brillaban, allí los enanos vivían en paz y
armonía, tenían las mismas actividades que el aymara de este mundo, pero como
tenían menor tamaño utilizaban ovejas con cachos en lugar de bueyes para jalas el
arado en sus chacras, el niño a quien le encantaba jugar con piedrecitas redondas se
puso a jugar en ese ambiente habitado por enanos, quienes al ver se interesaron por
aprender a jugar y suplicaron que les enseñara, los días pasaban y cada atardecer el
niño tenía deseos de regresar a su casa donde estaba su madre y que había
abandonado sus ganados, así los enanos le propusieron que se quedase, que allí viviría
en tranquilidad y que no le faltaría nada con la condición que les enseñase a jugar con
esas piedrecitas.
Por otra parte, la madre del niño sólo había encontrado el ganado y preguntó por todo
lugar y nadie sabía dar la razón del paradero del niño, así pasaron los días, el niño se
encontraba en otra dimensión del tiempo junto a los enanos, y una noche al acostarse
el niño escuchó que los enanos reunidos acordaban degollarlo para comer, asimismo
afilaban sus cuchillos en piedras duras, ya que dentro de una semana llevarían a cabo
su propósito, el niño que era curioso averiguó donde se encontraba el pozo de aguas
cristalinas de donde traían agua los enanos y un día se propuso ir al pozo a tomar el
agua, pero los enanos le prohibieron ir porque decían que era el manantial de vida
eterna, el niño insistía en ir a tomar , asimismo retornar a su casa, por lo que al no
ponerse de acuerdo, para terminar la discusión, el niño propuso determinar el asunto
jugando a las piedrecitas lo que fue aceptado por los enanos, asimismo decía que si él
ganaba el juego iría a tomar el agua y luego se marcharía a donde su madre y si pierde
ya no iría a tomar el agua y si tanto desean se lo degollarían para comerlo, el juego se
realiza con muchas disputas y el niño gana el juego, se va a tomar el agua y por arte de
magia se traslada al mundo de los humanos, pregunta por su madre encontrándola pero
de avanzada edad y que seguía pasteando sus ganados, aún había desconocido ya a
su hijo perdido y que ahora era un adulto, pese que parecía que estuvo con los enanos
pocos días, así vivió al lado de su madre, reflexionando que eso ocurrió por se muy
travieso y distraído.
LA JOVEN QUE TOMO POR ESPOSO UN LAGARTO
Narrado por: María Mollo
En una familia aymara, en cierta ocasión en que el esposo estuvo ausente, la esposa
se había quedado sola, le había visitado una noche un lagarto convertido en hombre,
quedando así la mujer embarazada, lo que al regreso del esposo le había manifestado
lo ocurrido en su ausencia, luego a los nueve meses la mujer dio a luz un lagarto, en
cuento ya crecía los esposos acordaron apartarse definitivamente del lagarto, para lo
que el hombre se lo llevó el lagarto a un lugar alejado para así dejarlo cerca de las
piedras así pueda vivir junto a otros animales semejantes. Esta familia no tuvo hijos y
había pasado el tiempo hasta que se olvidaron de lagarto y la desgracia que pasó,
entonces el esposo había ido a los cerros cercanos a ver sus ganados, luego donde
había piedras escuchó una voz que decía, ¡Papá¡, al ver el lagarto ya crecido que era la
criatura que lo abandonó lejos de su casa estaba otra vez regresando a su casa, tuvo
que volver a llevarlo donde su esposa, así el lagarto fue criado en secreto, sin que la
gente se entere, mientras tanto esta familia llegó a poseer muchos bienes y dinero,
entonces el próximo problema que tenían que afrontar fue el conseguir una esposa para
el lagarto con cuyo objeto los esposos ofrecieron a las jóvenes proporcionarles dinero y
bienes si es que aceptaban a ser esposa del lagarto, pero no lograron ese propósito, al
final fueron donde una mujer sola que tenía dos hijas pero eran pobres y no se
abastecían de alimentos y ropa, así ofrecieron darle todas las facilidades, bienes y
dinero para sostenerse, entonces una de las hijas aceptó la propuesta, en sí era una
especie de compra de la muchacha por ser de mucho riesgo. Luego el siguiente paso
era cómo iban a encontrarse para formalizar esa unión y así empezar a vivir juntos, para
este encuentro tenían que requerir de la presencia de los familiares, pero se vino toda
la comunidad por ver el lagarto que sería el esposo de la joven, por otra parte todos los
asistentes tenían miedo de que el lagarto podía devorarles y que mayor peligro correrían
la joven y los padres que estarían más próximos de la pareja, pero el lagarto antes de
encaminarse para ese encuentro había suplicado a una persona de que cerca de la
casa en que deben reunirse con su futura esposa alistara tres montones de paja seca y
quemar montón tras montón momentos antes del encuentro, entonces la novia con su
mejor ropa ya estaba esperando al futuro esposo, mientras ya se acercaba el lagarto
con su terno, empezó a arder el fuego en el primer montón de paja, y el lagarto a la
vista de la gente se lanzó al fuego, revolcándose en el mismo, lo mismo en el segundo
y el tercero saliendo del último tomando la forma humana, con su ropa bien arreglada
para encontrarse con al novia y poder comprometerse a vivir juntos en lo posterior, así
hicieron su nueva casa viviendo juntos han conseguido muchos bienes , y recién las
jóvenes casaderas se arrepentían de no haber aceptado de esposo al lagarto.
EL HIJO DEL CONDOR
Recopilado por: Arturo Vizcarra Zea: En Escalando 5.
Los españoles habían llegado a las tierras del altiplano en busca de minas. Un día en
que, el cóndor volaba y se posó sacudieron sus alas junto al viento, encima del apu
achachila Illan, y en las cercanías vivía Illa un joven fuerte, pastor de alpacas, en su
alma llevaba el recuerdo de sus abuelos, él no conoció a su parte y sólo vivía junto a su
madre y sus hermanas, un día se conoció con una joven del ayllu Qilisani, ella se llamba
Chuqichambi quien se había comprometido a casarse, pero un minero español se lo
había raptado y nadie supo a dónde se lo a llevado, por eso Illa estaba pensativo por la
maldad de los blancos, así se fue a sentar junto a caída de agua y se puso a tocar su
quena, a lo que en sus cercanías aterrizó un cóndor bajando el cerro como quien
quisiera consolarse, así se hizo tarde el día, se estabas oscureciendo y empezó a caer
la nieve, Illa no se fue a su casa esa noche, su madre y hermanas esperaron enbano
por la noche, al amanecer el puku pukku anuncia el nuevo día.
El día siguiente los pastores del ayllu fueron a buscar a Illa, y sólo vieron que varios
cóndores traspasaban el cerro llevando algo en el medio, era el cuerpo Illa, y luego
encontraron la quema en donde estuvo tocando por la tarde anterior.
Un viejo yatiri dijo que Illa había muerto de pena y que los cóndores se lo habían llevado
para cuidar y proteger al ayllu.
En recuerdo la gente del ayllu se reunió para danzar con adornos de plumas de avestruz
tocando sus zampoñas, hasta nuestros días, y dicen que por las noches se escucha la
dulce melodía de la quena de Illa En las cercanías de la caída de agua.