Juan 1,1
Juan 1,1
Juan 1,1
ESCUELA BÍBLICA
Juan 1:1c “Y la Palabra era… ¿Dios?”
1. Introducción:
En la versión Reina Valera de la Biblia este versículo aparece así: “En el principio era el Verbo, y el Verbo
estaba con Dios, y el Verbo era Dios”
Esta traducción inexacta del texto griego original da lugar a dos mayoritarias corrientes teológicas en el culto o
redo cristiano de hoy:
1. Algunos concluyen que este versículo enseña que el Padre es Dios y que también el Verbo es Dios
(tan igual como lo es el Padre), por lo tanto ambos forman parte de una unidad llamada “Trinidad”
(en el cual añaden también al Espíritu Santo), en la que cada uno de sus componentes es Dios pero
no hay tres Dioses, sino que son tres personas distintas que conforman a un sólo Dios
(TRINITARISMO).
2. Otros dicen que si el Padre es Dios y el Verbo es Dios, siendo que no puede haber dos Dioses
diferentes, entonces concluyen que el Padre y el Verbo son la misma persona pero en
manifestaciones distintas, añadiéndose además a este conjunto teológico al Espíritu Santo como
una tercera manifestación adicional del mismo personaje; es decir una sola persona pero en tres
manifestaciones distintas, Padre, Hijo y luego Espíritu Santo (UNITARISMO).
Dos teorías –aunque contradictorias entre si- ciertas para millones de personas que creen en Jesús, sin
embargo a través del presente estudio descubriremos que ninguna de estas ideologías o corrientes teológicas
son correctas desde el punto de vista bíblico, mucho menos intentando utilizar este versículo como sustento.
En primer lugar vamos a demostrar que la versión española de Reina-Valera no es traducción correcta ni fiel a
lo que dice exactamente el texto griego original. En segundo lugar vamos a ver lo qué dicen los expertos
respecto a la traducción de dicho texto.
2. Análisis bíblico:
Pero que dice la Biblia al respecto…, ¿cuántos Dioses hay?:
Deuteronomio 6:4 “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová UNO ES”.
Comentario: Si hubiera más de uno, en lugar de “UNO ES”, debiera decir más bien “UNO SON”.
Deuteronomio 32:39 “Ved ahora que Yo, Yo soy, Y NO HAY DIOSES conmigo; Yo hago morir, y Yo hago
vivir; Yo hiero, y yo sano; Y no hay quien pueda librar de mi mano”.
Comentario: Si hubiera más de uno, en lugar de “Yo”, debiera decir más bien “Nosotros”.
1 Reyes 8:23 “dijo: Jehová Dios de Israel, NO HAY DIOS como Tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra,
que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de Ti con todo su corazón”.
Comentario: En lugar de “Tú”, debiera decir más bien “Ustedes”.
2 Crónicas 6:14: “Jehová Dios de Israel, NO HAY DIOS semejante a Ti en el cielo ni en la tierra, que guardas
el pacto y la misericordia con tus siervos que caminan delante de ti de todo su corazón”.
Comentario: En lugar de “Ti”, debiera decir más bien “Ustedes”.
Isaías 44:6: Esto dice Yahvé el Rey de Israel, su Redentor, Yahvé Sebaot: Yo soy el primero, y yo soy el
último, y fuera de mí NO HAY NINGÚN DIOS”. (Biblia de Jerusalén).
Comentario: Nuevamente, en lugar de “Yo”, debiera decir más bien “Nosotros”, si la persona de Dios estuviera
compuesta por más de un individuo sagrado.
Isaías 44:8: “No temáis, ni os amedrentéis; ¿no te lo hice oír desde la antigüedad, y te lo dije? Luego
vosotros sois mis testigos. NO HAY DIOS sino yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno”.
Comentario: Nuevamente lo mismo que el caso anterior.
El Papiro 66, también llamado 66, es un códice casi completo del Evangelio de Juan, hallado en Egipto, que
forma parte de la colección de papiros conocida como los papiros Bodmer.
Por su nivel de integridad y de conservación, y por su formato en códice, la aparición del 66 presentó un
fenómeno nuevo considerado inalcanzable antes de su descubrimiento. Este papiro se catalogó en la Categoría
“I” según la clasificación de Kurt Aland y Barbara Aland. El primer folio (que se observa en la imagen) presenta
la sobreinscripción del nombre del Evangelio. Se atesora en la Biblioteca de Cologny, en Ginebra, Suiza.
El 66 es uno de los manuscritos conocidos más antiguos que existen del Nuevo Testamento, con su
escritura fechada de alrededor del año 150-200 d.C.
(Fuente Wikipedia)
A continuación, detalle de los primeros versículos en el texto griego del Evangelio de Juan:
Dividimos a este primer versículo en sus tres enunciados o frases, y lo analizamos palabra por
palabra:
a. PRIMERA FRASE:
b. SEGUNDA FRASE
c. TERCERA FRASE
En resumen, el primer versículo traducido al español palabra por palabra, queda de la siguiente
manera:
Por favor, jamás olvidar que el artículo delante de la palabra “theos” es quien determina su
significado:
El “artículo griego” y el “complemento predicativo”:
Una cuestión bastante importante en esta discusión -al considerar el texto de Juan 1:1- es la presencia o ausencia del
artículo griego (conocido como artículo definido determinado, que corresponde a el, la, los, etc. del español) antes del
sujeto, lo cual desempeña un rol de vital importancia al momento de su interpretación y posterior traducción.
En tal construcción, theós no se utiliza para identificar al Verbo con el Dios con quien estaba, sino para describir
una cualidad o atributo del Logos. Así mimo lo expresó la versión católica NABRE* en una nota sobre Juan 1:1:
“Era Dios: La falta de un artículo definido con Dios en el griego significa predicación en lugar de
identificación”. (*New American Bible, Revised Edition).
El gramático Ray Summers explica lo siguiente: “Por consiguiente en el principio era el Verbo y el Verbo estaba
con Dios (ton Theon) y el Verbo era divino (theos) comunica el sentido”. (Essentials of New Testament Greek,
1950, Broadman Press, Nashville, pp.129-130).
The Translator´s New Testament está de acuerdo: “En efecto, la omisión del artículo definido en la
segunda ocurrencia de Theós, da una cualidad adjetiva para el segundo uso de Theos (Dios), de modo que la frase
significa “La Palabra era divina”. (Pág. 451).
También, el Profesor del Nuevo Testamento, Senén Vidal García explica: “El término Dios no tiene artículo en
griego y es predicado; no se identifica la Palabra con el Dios anterior (con artículo: El Padre), sino que se afirma su
divinidad (equivale a era divina)”. (Nuevo Testamento, 2015 por Senén Vidal García. Editorial Sal Terrae,
Cantabria, España.
“Algunos se oponen al uso “divino” por theos, afirmando que si Juan quisiera comunicar divino, habría utilizado la
palabra griega theios en lugar de theos. Sin embargo, algunos estudiosos han señalado que theios tiene más
afinidad al griego literario (clásico) que al coiné bíblico utilizado por Juan en su Evangelio. Vea “Un comentario
sobre el Evangelio de Juan”. (A Commentary on the Gospel of John, pág. 111. Ernst Haenchen/Funk, Juan 1.
Traducido al inglés por Robert W. Funk, del alemán, Das Johannesevangelium. Ein Kommentar John 1. 1984 por
Fortress Press.
Explicación que también la encontramos en las notas explicativas de este versículo en algunas biblias, como la que
presentamos a continuación:
Nota explicativa de Juan 1:1 en Las Sagradas Escritúrasa (Versión Israelita Nararena. Año 2012).
Pasaje Bíblico tomado de la Sagrada Biblia (versión católica Bover – Cantera. Año 1957).
La Palabra de Dios es clara, la traducción correcta de Jn. 1:1 no deja dudas, y su enseñanza
concuerda perfectamente con la contenida en el resto de las SAGRADAS ESCRITURAS; que a la
letra dice así:
“EN EL PRINCIPIO EXISTÍA LA PALABRA, Y LA PALABRA ESTABA CON DIOS, Y LA PALABRA
ERA DIVINA”
Efectivamente este versículo correctamente traducido, muestra claramente que el Único Dios
Verdadero es el Padre (Jn. 17:3, 1°Cor. 8:6, Gal. 3:20, Ef. 4:6, 1°Tim. 1:17, 1°Tim. 6:15-16,
1°Tim. 2:5, Jud.1:4b) a quien menciona como “el Dios”, y que Jesús (La Palabra), como Hijo
Unigénito de Dios (Jn 3:16, Jn 20:30-31, 1°Jn. 4:15, 1°Jn. 5:5, 2°Jn. 3), goza de la misma
naturaleza celestial que el Padre, por lo tanto lo califica como “divino” (Col. 1:19, 2:9), pero
que de ninguna manera dicha naturaleza o “plenitud de la Deidad” contenida en el Hijo, lo
hace igual o equivalente a Dios Padre (Jn. 14:28); sino más bien dependiente y subordinado a
Él (Jn. 5:19,30; Jn. 12:49). Plenitud o naturaleza divina que proviniendo del Padre, fluye a
través de Jesucristo hacia todos sus valientes y esforzados seguidores (Jn 1:16, Ef. 3:19).
A manera de conclusión: El versículo Jn. 1:1 cuando dice “el Dios” (ton Theon) se refiere indiscutiblemente
al Único Dios, el Padre; pero cuando dice: theos (sin artículo), se traduce como “divino” y se refiere a la
Palabra o al Verbo, es decir, al Hijo de Dios. Cualquier otra variaci{on al significado verdadero caería en
gravísima contradicción con el resto de la enseñanza bíblica fundamental que tan tajantemente señala a Dios
como solo UNO, y no hay más fuera de Él.
A continuación, mostramos más traducciones del evangelio de Juan, realizadas por especialistas en
el griego del Nuevo Testamento, donde se comprueba la correcta traducción del texto griego al
español de este primer versículo:
“Una persona divina.” - Samuel Clarke, M.A., D.D., rector de St. James, Westminster, "Una Paráfrasis
en el Evangelio de Juan", Londres.
“Y él mismo era una persona divina” - Edward Harwood, A Liberal Translation of the New
Testament, Londres, 1768.
“La Palabra era Deísta = La Palabra era divina” (Charles A.L. Totten, El Evangelio de Historia, 1900)
“La palabra era por sí misma un ser divino.” - Curt Stage, El Nuevo Testamento, 1907.
“Juan 1:1 debe traducirse rigurosamente 'La palabra estaba con el Dios, y la palabra era un ser
divino’” - Ph.D. John L. Mackenzie, Dictionary of the Bible, pag. 317. (Jesuita Católico. Profesor de
teología en las universidades Loyola, Chicago, Notre Dame, Seton Hall y DePaul. Reconocido como el
principal docto bíblico católico de la mitad del siglo XX. A pesar de su declaración a favor de la correcta
traducción de Juan 1:1, en vida fue un fiel creyente en la Trinidad.)
“Y el Verbo fue un ser divino.” [la Parole était un ê tre divin][/SIZE] - La Biblia La du Centenaire,
L’Evangile Selon Jean, por Maurice Goguel, , Bíblica de París, Francia, 1928.
“Y el logos era divino (un ser divino)” - Robert Harvey, D.D., profesor de idioma del Nuevo Testamento
y Literatura, Westminster College, Cambridge, Londres, 1931.
“Y la palabra era de naturaleza divina” (Ernest Findlay Scott, La Literatura del Nuevo Testamento,
Nueva York, Columbia University Press, 1932)
“Y la palabra era divina” (William Temple, arzobispo de York, Lecturas en el Evangelio de St. Juan,
Londres, Macmillan y Co., 1933)
New Translation of the Bible (1934) por James Moffatt, traduce: “el Logos era divino”.
“y la Palabra era divino” (The Bible—An American Translation, por J. M. P. Smith y E. J. Goodspeed) 1935.
Hugh J. Schonfield, The Authentic New Testament (1935) lee: «por lo que el Verbo era divino».
“Y la palabra era divina” (Ervin Edward Stringfellow (Prof. del idioma del NT y literatura /Univ. Drake, 1943)
“El Verbo era de clase divina” (Lyder Brun (profe. de teología NT), 1945
“y de género divino era la Palabra” (Das Neue Testament, por Ludwig Thimme) 1946.
“Era de clase divina” (Fredrich Pfaefflin, El Nuevo Testamento, 1949).
La Wuest Expanded Translation (1956) lee: «En el principio fue el Verbo existente. Y el Verbo estaba
en comunión con Dios Padre. Y el Verbo era en cuanto a su esencia absoluta deidad»
“La palabra del mundo fue un ser divino” - Smit, 1960.
Good News Bible (1966, 2001) lee: «...y él era lo mismo que Dios».
Revised English Bible (1970, 1989) lee: «...y lo que Dios era, la Palabra era».
“La palabra tenía la misma naturaleza como Dios” (Philip Harner, JBL, Vol. 92, 1974).
“y un dios (o, de una clase divina) era el Verbo” (Siegfried Schulz, Das Evangelium Nach Johannes, 1975).
“Y de género parecido a Dios era el Logos” (Johannes Schneider, Das Evangelium Nach Johannes, 1978).
“La palabra era un ser divino” - Versión del Erudito, Los Cinco Evangelios, 1993.
“La palabra y sabiduría Divina estaba allí con Dios, y era lo que Dios era” (J. Madsen, Una Traducción
del Nuevo Testamento, 1994)
La Palabra de Dios es clara, la traducción correcta de Jn. 1:1 no deja dudas, ahora sabemos la VERDAD.
El siguiente es un artículo de investigación redactado por un destacado especialista en el griego del Nuevo
Testamento; encuéntralo completo en el siguiente enlace:
http://www.tendencias21.net/crist/La-traduccion-de-Evangelio-de-Jn-11-Y-la-Palabra-era-UN-DIOS-Compartir-93-de-23-
de-abril-de-2015-Preguntas-y-respuestas_a1802.html
A propósito de mi postal “Compartir” nº 80 de 15 de Marzo 2015, se me formuló esta pregunta: “Usted como
experto en griego, en el evangelio de Juan, concretamente en 1:1, en casi todas las biblias se traduce\"Juan
1:1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. ¿Es correcta esta traducción? o
en vez de “era DIOS”, se debiera traducir: “era un dios”, como es el caso de la traducción del nuevo mundo,
y también quisiera saber si hay otras biblias que la traducen igual que la de los “Testigos de Jehová”.
Respondí: “Una buena traducción es la siguiente: “Al principio existía la Palabra, la Palabra estaba junto a
Dios, y la Palabra era Dios”. No se puede traducir era “un dios” porque el segundo “Dios”, que es el primero
(pero el orden aquí no importa) en la frase griega es un predicado de una frase copulativa, y el predicado no
lleva artículo. Traducir “un dios” (sic) creo que es un disparate en un texto totalmente judío que en el fondo
es un midrás (un comentario) a Génesis 1,1. Y si hay otras Biblias que las traducen como la de los “Testigos
de Jehová”, a la verdad no lo sé, porque no me he puesto a comparar otras traducciones a este versículo de
momento, y a la verdad creo que esa tarea es poco interesante. Mucho más provechoso es leer un buen
comentario al Evangelio de Juan, como el de Raymond E. Brown, traducido por la Editorial Verbo Divino, y ahí
encontrará eso y mucho más.
Réplica de un lector:
¿Y es Usted experto???...
Pues un simple copy paste le bastaría para saber que otras traducciones también lo vierten como un dios y no
como Dios:
1808: “y la palabra era un dios” (The New Testament in an Improved Version, Upon the Basis of Archbishop
Newcome’s New Translation: With a Corrected Text).
1864: “y un dios era la Palabra” (The Emphatic Diaglott, lectura interlineal, por Benjamin Wilson).
1928: “y la Palabra era un ser divino” (La Bible du Centenaire, L’Evangile selon Jean, por Maurice Goguel).
1935: “y la Palabra era divino” (The Bible—An American Translation, por J. M. P. Smith y E. J. Goodspeed).
1946: “y de género divino era la Palabra” (Das Neue Testament, por Ludwig Thimme).
1958: “y la Palabra era un Dios” (The New Testament, por James L. Tomanek).
1963: “y la Palabra era un dios” (Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas).
1975: “y un dios (o: de género divino) era la Palabra” (Das Evangelium nach Johannes,
por Siegfried Schulz).
1978: “y de género parecido a Dios era el Logos” (Das Evangelium nach Johannes, por Johannes
Schneider).
Respecto a la versión copta (el copto sahídico fue un dialecto egipcio al cual se tradujo el Nuevo Testamento
griego por los primeros cristianos que salieron de Israel cumpliendo el mandato de Jesús de predicar a todas
las naciones las Buenas Nuevas. Durante el siglo III la primera traducción de las Escrituras Griegas
Cristianas se había hecho para los nativos coptos de Egipto; de los cuales se recuperaron antiguos papiros y
pergaminos que datan de aquellos lejanos tiempos –conocidos en conjunto como Papiros bíblicos Chester
Beaty, nombre que corresponde al personaje que los compró el siglo pasado a unos comerciantes ilegales
de antigüedades en Egipto-, y que son sumamente importantes porque su traducción nos permite saber en
que creían los primeros cristianos no judíos), el mismo crítico escribe:
Lo que es más, el erudito Thomas Lambdin explica: “El empleo de los artículos coptos, tanto el definido
como el indefinido, se corresponde estrechamente con el uso de los artículos en inglés” (Introduction to
Sahidic Coptic). Y en líneas generales puede decirse lo mismo del español. Así pues, en la traducción de las
Escrituras Griegas en copto podemos descubrir datos relevantes sobre cómo se entendía entonces Jn. 1:1.
¿Y qué hallamos? Que la parte final de este versículo incluye el artículo indefinido, por lo que se lee de este
modo: “Y la Palabra era un dios”. Sin duda, aquellos traductores comprendían que las palabras de Jn. 1:1
no indicaban que Jesús fuera Dios. En efecto, la Palabra era “un dios” (es decir, un ser divino), y no el Dios
todopoderoso. Puede revisar el PAPIRO CHESTER BEATTY-813
E inmediatamente, antes de que yo respondiera, un lector muy atento, y estudioso de nuestros temas me
escribe:
Recientemente he leído un artículo suyo donde, respondiendo a algunas preguntas, hace referencia al
evangelio de Jn. 1:1, y la Traducción del Nuevo Mundo. He recopilado alguna información a este respecto
que desearía compartir con usted para mostrarle porqué dicha traducción utiliza la expresión: "En [el]
principio la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios" (Jn. 1:1)
Primera cuestión:
En primer lugar, hay que tener en cuenta que el Evangelio de Juan fue escrito en griego koiné (común) y
que este idioma tiene normas específicas sobre el uso del artículo definido. El biblista Archibald Thomas
Robertson explica que cuando el sujeto y el predicado llevan artículo, significa que “ambos son definidos
y se los considera idénticos, la misma cosa; por tanto, son intercambiables”. Él pone como ejemplo Mat.
13:38, donde leemos: “El campo [en griego, ho agrós] es el mundo [en griego, ho kósmos]”. Gracias a
la gramática, comprendemos que aquí el mundo también es el campo. Pero ¿qué ocurre si el sujeto tiene
un artículo definido, pero el predicado no lo tiene, como es el caso de Jn. 1:1? Hablando precisamente
sobre ese versículo, el especialista James Allen Hewett destaca lo siguiente: “En esa construcción, el
sujeto y el predicado no son lo mismo, ni idénticos, ni equivalentes, ni nada por el estilo”. Para ilustrar
esta idea, este erudito cita 1ºJn. 1:5, donde se dice que “Dios es luz”. En griego, la palabra “Dios”
aparece como ho theós, es decir, con el artículo definido. Sin embargo, la palabra para “luz” (fos) no va
precedida de ningún artículo. ¿Qué indica esto? Hewett señala: “Siempre puede decirse que Dios es luz,
pero no que la luz es Dios”. Hallamos ejemplos parecidos en Jn. 4:24 (“Dios es un Espíritu”) y en 1ºJn.
4:16 (“Dios es amor”). En ambos casos, los sujetos tienen en griego un artículo definido, pero los
términos “Espíritu” y “amor” no lo tienen. Por tanto, los sujetos y los predicados no son intercambiables;
dichos versículos no pueden significar que “el Espíritu es Dios” ni que “el amor es Dios”.
Segunda cuestión:
Muchos helenistas y traductores de la Biblia concuerdan en que Jn. 1:1 no pretende revelar la identidad
de “la Palabra”, sino resaltar una de sus cualidades. El Comentario al Nuevo Testamento, de William
Barclay, explica: “Cuando no se usa el artículo determinado con un nombre, ese nombre se usa como
adjetivo. Juan no dijo [...] que Jesús es el mismo que Dios, sino que Jesús es lo mismo que Dios”
(cursivas del autor). En la misma línea, Jason David BeDuhn, especialista en temas religiosos, señala:
“En griego, si en una oración como la de Jn. 1:1c no se le pone el artículo a la palabra theós, los lectores
entenderán que se refiere a ‘un dios’. [...] La ausencia del artículo hace que entre theós y ho theós haya
una diferencia tan clara como entre ‘un dios’ y ‘Dios’”. Y añade: “En Jn. 1:1, la Palabra no es el Dios
todopoderoso, sino un dios, es decir, un ser divino”. En la obra Juan. Texto y Comentario, de Juan
Mateos (traductor de laNueva Biblia Española) en colaboración con Juan Barreto, se dice algo semejante
sobre Jn. 1:1,2: “De los tres casos que aparece en estos [versículos] el término ‘Dios’, la primera y la
tercera lleva[n] artículo determinado (el Dios); la segunda, no lo lleva (un dios, un ser divino)”. En su
Análisis Gramatical del Griego del Nuevo Testamento, el erudito católico Max Zerwick señala: “‘La Palabra
era divina’, pred[icado] sin art[ículo], insiste sobre la naturaleza de la Palabra”. Y la obra protestante
Clave Lingüística del Nuevo Testamento Griego ofrece la misma explicación.
Entonces… ¿cuál es la forma correcta de traducirlo?: Tanto la gramática griega como el contexto apuntan
claramente a que la solución de la Traducción del Nuevo Mundo —“la Palabra era un dios”— es acertada, y a
que “la Palabra” no es el “Dios” al que se hace referencia justo antes. Con todo, como el griego del siglo I no
tenía artículo indefinido (un, una, unos y unas), hay quienes sostienen un punto de vista diferente. Por tal
razón nos interesa consultar una antigua versión escrita en una lengua que se hablaba en los primeros siglos de
nuestra era.
Nos referimos al copto sahídico. El copto se hablaba en Egipto durante los siglos inmediatamente posteriores al
ministerio terrestre de Jesús, y el sahídico era un dialecto literario de dicho idioma. Hablando sobre las
traducciones bíblicas más antiguas en copto, cierta obra especializada señala: “Como la LXX [Septuaginta] y el
NT [Nuevo Testamento] se tradujeron al copto durante el siglo III, la versión en esta lengua está basada en
mms. gr. [manuscritos griegos] mucho más antiguos que la inmensa mayoría de los testimonios existentes”
(The Anchor Bible Dictionary).
Hay dos razones por las que el texto en copto sahídico resulta tan destacable. En primer lugar, como ya se ha
indicado, porque revela la forma en que se entendía este versículo antes del siglo IV, que es cuando se adoptó
oficialmente la doctrina de la Trinidad. Y en segundo lugar, porque la gramática copta es relativamente parecida
a la de algunos idiomas modernos —como el inglés y el español— en el uso de los artículos indefinidos. ¿Y qué
tiene esto de importante? Pues bien, las traducciones más antiguas de las Escrituras Griegas Cristianas se
realizaron en siríaco, latín y copto. Y aunque el siríaco y el latín no contaban con un artículo indefinido (al igual
que el griego de aquel tiempo), el copto sí lo tenía. Lo que es más, el erudito Thomas Lambdin explica: “El
empleo de los artículos coptos, tanto el definido como el indefinido, se corresponde estrechamente con el uso
de los artículos en inglés” (Introduction to Sahidic Coptic). Y en líneas generales puede decirse lo mismo del
español.
Así pues, en la traducción de las Escrituras Griegas en copto podemos descubrir datos relevantes sobre cómo se
entendía entonces Jn. 1:1. ¿Y qué hallamos? Que la parte final de este versículo incluye el artículo indefinido,
por lo que se lee de este modo: “Y la Palabra era un dios”. Sin duda, aquellos traductores comprendían que las
palabras de Juan 1:1 no indicaban que Jesús fuera Dios. En efecto, la Palabra era “un dios” (es decir, un ser
divino), y no el Dios todopoderoso.
Por ejemplo, veamos lo que escribió Juan más adelante, en el capítulo 1, versículo 18: “A Dios [Todopoderoso]
ningún hombre lo ha visto jamás”. Sin embargo, algunos seres humanos sí vieron al Hijo de Dios, Jesús, pues
Juan dice: “La Palabra [Jesús] se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria”
(Juan 1:14, BJL). Entonces, ¿cómo puede decirse que el Hijo sea parte del Dios Todopoderoso? Además, Juan
señala que la Palabra estaba “junto a Dios”. ¿Cómo es posible que alguien esté junto a otro ser, y que a la vez
sea ese mismo ser? Además, en Jn 17:3 vemos que Jesús establece una clara distinción entre él y su Padre
celestial, al que llama “el único Dios verdadero”. Y casi al final de su Evangelio, Juan hace el siguiente resumen:
“Estas [cosas] han sido escritas para que ustedes crean que Jesús es el Cristo [y] el Hijo de Dios” (Jn. 20:31).
Observamos que en este versículo no se dice que Jesús es Dios, sino el Hijo de Dios. Todos estos datos que
añade el Evangelio de Juan muestran cómo debemos entender Jn 1:1. La Palabra, es decir, Jesús, es un “dios”,
o sea, un ser que tiene una elevada posición, pero que no es igual al Dios todopoderoso.
Si este versículo se interpretara como que Jesús es el Dios todopoderoso, estaría contradiciendo la declaración
anterior: “La Palabra estaba junto a Dios”. Alguien que está “junto a” otra persona no puede ser al mismo
tiempo la persona a la que acompaña. Por esa razón, un buen número de versiones de la Biblia en diversos
idiomas hacen una distinción, dejando claro que la Palabra no era el Dios todopoderoso. Por ejemplo, algunos
biblistas ofrecen las siguientes lecturas de este pasaje: “Un ser divino era el Proyecto”, “la Palabra era
divina” y “dios era la Palabra”.
Ciertos versículos de la Biblia que en griego utilizan una construcción similar a la de Jn. 1:1 usan la expresión
“un dios”, con minúscula. Por ejemplo, refiriéndose a Herodes Agripa I, la multitud exclamó: “¡Es un dios el que
habla[!]”. Y cuando Pablo sobrevivió a la picadura de una serpiente venenosa, la gente empezó a llamarlo “un
dios” (Hch. 12:22; 28:3-6, BJL). Así pues, referirse a la Palabra, no como Dios, sino como “un dios”, está en
armonía tanto con la gramática griega como con las enseñanzas bíblicas (Jn. 1:1).
Hay que tener en cuenta el modo en que Juan identificó a “la Palabra” en el primer capítulo de su Evangelio.
“La Palabra vino a ser carne y residió entre nosotros —escribió—, y tuvimos una vista de su gloria, gloria como
la que pertenece [no a Dios, sino] a un hijo unigénito de parte de un padre.” De modo que “la Palabra”, que
vino a ser carne, vivió en la Tierra como el hombre Jesús y fue vista por la gente. Por lo tanto, la Palabra no
puede haber sido el Todopoderoso, respecto a quien Juan dice: “A Dios ningún hombre lo ha visto jamás” (Jn.
1:14, 18).
Respuesta del autor del artículo:
Agradezco estos extensos correos. Naturalmente no conocía algunos autores, pero la inmensa mayoría,
sí. Y conozco también su pensamiento global subyacente. Las explicaciones sobre el griego “koiné”
y la importancia de las versiones antiguas son absolutamente elementales y no hay discusión.
Si se traduce "un ser divino", la versión española sería más aceptable. Pero la versión "En [el]
principio la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios", me parece un español
altamente equívoco y mal entendible por la mayoría.
Así como se presta a un enorme equívoco equiparar el pensamiento del autor del Prólogo, a lo que la
gente entendía por "un dios" cuando se dirigía a Herodes Agripa I, intentando así aclarar qué debe
entenderse por "un dios" y como esta expresión no es equiparable a "Dios".
Como las diferencias entre la Divinidad trascendente y su Palabra, Hijo, etc. como se la denomina entre
los antiguos, eran evidentes para todos los pensadores de la época, dirigir su artillería contra una
intelección trinitaria de esa frase --como si yo, o cualquier otro pudiera entender que el Logos y Dios
son idénticos en todo-- me parece fuera de lugar: nadie lo entendía así en la Antigüedad.