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Relaves II

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2. ESTABILIDAD DE LOS TRANQUES DE ARENAS DE RELAVES.

Se entiende por estabilidad global a una serie de aspectos que


influyen en el comportamiento, tanto estático como sísmico, de la
estructura. Los aspectos más relevantes a considerar son los
relacionados con el suelo de fundación, como la capacidad
portante y la capacidad de infiltración. Por otra parte, los
aspectos relacionados con el tranque en sí, son la estabilidad de
los taludes, el potencial de licuefacción y el potencial de
deformaciones. En este capítulo, se hará énfasis en la
estabilidad de los taludes y en su potencial de deformaciones,
pero también serán tratados otros aspectos que deben ser
considerados, como por ejemplo la estabilidad hidráulica y la de
las fundaciones.
Es preciso señalar, que al hablar de estabilidad se estará
refiriendo a la estabilidad de los taludes, y no a la estabilidad
global.

2.1. ESTABILIDAD DE TALUDES.

Como plantea S.L Kramer en su libro Geotechnical Earthquake


Engineering, 1995, la evaluación de la estabilidad de taludes
es una de las más importantes actividades de la ingeniería
geotécnica. Un talud es considerado estable bajo condiciones
estáticas si es resistente a las grandes fuerzas deslizantes
existentes por la geometría del talud u otras fuerzas externas
de carácter estático. Sin embargo, la acción sísmica sobre un
talud puede inducir grandes fuerzas que lo hacen pasar de una
estructura potencialmente estable a una inestable. Un talud
que falla bajo carga sísmica, usualmente lo hace rápida e
inesperadamente, causando grandes daños. A modo de ejemplo,
se ha estimado que el 56% del total del costo de los daños
causados durante el terremoto de Alaska, en 1964, fue debido a
la falla de los taludes, inducidas por la acción del sismo,
(Youd, 1978).
La estabilidad sísmica de los taludes puede ser analizada
utilizando métodos pseudo-estáticos, pero los resultados
obtenidos pueden ser un tanto inciertos, ya que se pueden
obtener resultados demasiando conservadores o muy cercanos al
límite de la seguridad, dependiendo de los criterios adoptados
por la persona que realiza el análisis. Mejores
aproximaciones de la estabilidad sísmica de taludes pueden ser
obtenidas usando los análisis de elementos finitos que
calculan los desplazamientos debido a la falla sísmica de los
taludes, sin embargo, la aplicación de estos modelos no es
alta debido a que son demasiado complejos y costosos.
La estabilidad física de los depósitos de relaves, tanto
durante la época de operación como en el período de clausura y
abandono, está determinada por la estabilidad del prisma
resistente, compuesto de arenas de relaves, y de estructuras
35

complementarias relacionadas que se usan para retener las


lamas de los relaves descargados.
Los métodos de cálculo disponibles para analizar la
estabilidad de un talud se pueden clasificar en dos grupos.
Los métodos de cálculo en deformaciones que consideran en el
cálculo, además de las leyes de la estática, las deformaciones
que se podrían producir en el terreno. Su aplicación práctica
es de gran complejidad y demora, y el problema debe estudiarse
aplicando métodos de elementos finitos u otros métodos
numéricos.
Los métodos de equilibrio límite, basados exclusivamente en
las leyes de la estática para determinar el estado de
equilibrio de una masa de terreno potencialmente inestable.
No tienen en cuenta las deformaciones producidas en el
terreno. Suponen que la resistencia al corte es movida total
y simultáneamente a lo largo de la superficie de falla. Por
su gran aplicabilidad y confiabilidad estos métodos serán
tratados en mayor detalle. Estos métodos, a su vez, se pueden
clasificar en dos grupos.
El primer grupo está formado métodos exactos. En estos, la
aplicación de las leyes de la estática proporciona una
solución exacta del problema, con la única salvedad de las
simplificaciones propias de todos los métodos de equilibrio
límite, es decir, ausencia de deformaciones y factor de
seguridad constante en toda la superficie de rotura. La
aplicación de estos métodos sólo es recomendable en casos de
taludes con roturas de geometría sencilla, como por ejemplo la
rotura plana y rotura por cuñas.
El segundo grupo, son los métodos no exactos. En la mayor
parte de los casos, la geometría de la superficie de rotura no
permite obtener una solución exacta del problema mediante la
única aplicación de las ecuaciones de la estática. Por lo
tanto, el problema es hiper-estático, debiéndose realizar
alguna hipótesis previa que permita su resolución.
Se pueden distinguir aquí los métodos que consideran el
equilibrio global de la masa deslizante, hoy prácticamente
obsoletos, y los métodos basados en dovelas, que consideran la
masa deslizante dividida en una serie de fajas verticales.

Figura 2.1. División de la masa deslizante en fajas verticales o


dovelas.
Fuente. Manual de Ingeniería de Taludes. Instituto Geominero de
España. Madrid, 1987.
36

En el primer caso, equilibrio global de la masa deslizante, la


hipótesis previa suele hacerse respecto a la distribución de
tensiones normales en la superficie de deslizamiento. Tal es
el caso del método de círculo de fricción.
En los métodos basados en dovelas, dicha distribución no es un
dato del problema sino un resultado de su resolución. Las
hipótesis previas se refieren generalmente a las fuerzas
laterales entre las dovelas y existe una gran variedad de
métodos que consideran diferentes hipótesis.
Los métodos basados en separación por dovelas pueden
clasificarse en dos grupos.
Al primer grupo pertenecen los métodos aproximados, los cuales
no cumplen todas las ecuaciones de la estática. Se pueden
citar como ejemplo los métodos de Fellenius, Janbu y Bishop
simplificado. Al segundo, pertenecen los métodos precisos o
completos. Estos cumplen con todas las ecuaciones de la
estática. Los más conocidos son los métodos de Morgenstern-
Price, Spencer y Bishop Riguroso.

Figura 2.2. Clasificación de los métodos de cálculo de


estabilidad de taludes.
Fuente. Manual de Ingeniería de Taludes. Instituto Geominero de
España. Madrid, 1987.

Los métodos de equilibrio límite son mucho más utilizados que


los métodos de cálculo en deformaciones, a pesar que éstos
proporcionan un análisis mucho más completo de la estabilidad
del talud. Esto es debido a que los métodos de cálculo en
deformaciones demandan mucho más tiempo y costo en su
ejecución. Por otra parte, los métodos de equilibrio límite
están ampliamente contrastados en la práctica, conociéndose
sus límites y grados de confianza.
Generalmente en los métodos de equilibrio límite, la seguridad
de un determinado talud se cuantifica por medio del factor de
seguridad, F.S , que se define como el cuociente entre la
resistencia al corte en la superficie de deslizamiento y el
esfuerzo cortante sobre la superficie de falla crítica. El
factor de seguridad, obtenido mediante estos métodos, se
supone constante en toda la superficie de deslizamiento.
37

Se resumen a continuación, algunas de las características


básicas de los métodos más comúnmente empleados.

LIMITACIONES, SUPOSICIONES, Y CONDICIONES DE EQUILIBRIO


METODO
SATISFECHAS
Factores bajos de seguridad muy inexactos para taludes
de poca pendiente con presiones altas de poros; sólo
Método ordinario para superficies circulares de deslizamiento; se asume
de dovelas. que la fuerza normal sobre la base de cada tajada es W
cos α. Una ecuación (equilibrio de momento de toda la
masa), una incógnita (factor de seguridad).
Método preciso sólo para superficies circulares de
Método
deslizamiento; satisface el equilibrio vertical y el
modificado de
equilibrio de momento total; asume que las fuerzas
Bishop.
laterales sobre tajadas son horizontales.
Método de equilibrio de fuerza; aplicable a cualquier
forma de superficie de deslizamiento; asume que las
Método fuerzas laterales son horizontales (las mismas para
simplificado de todas las tajadas); generalmente los factores de
Janbu. seguridad son considerablemente más bajos que los
calculados empleando métodos que satisfacen todas las
condiciones de equilibrio.
Método de equilibrio de fuerza, aplicable a cualquier
forma de superficie de deslizamiento; asume que las
inclinaciones de las fuerzas laterales son iguales a la
Método Sueco inclinación del talud (las mismas para todas las
Modificado. tajadas); los factores de seguridad a menudo son
considerablemente más altos que los calculados
empleando los métodos que satisfacen todas las
condiciones de equilibrio.
Satisface todas las condiciones de equilibrio;
aplicable a cualquier forma de superficie de
Procedimiento
deslizamiento; asume alturas de fuerzas laterales por
generalizado de
encima de la base de tajada (variando de tajada en
Janbu
tajada); problemas de convergencia numéricos más
frecuentes que en algunos otros métodos.
Satisface todas las condiciones de equilibrio;
aplicable a cualquier forma de superficie de derrumbe;
asume que la inclinación de fuerzas laterales es la
Método de
misma para todas las tajadas; la inclinación de la
Spencer
fuerza lateral es calculada en el proceso de solución
de modo que se satisface todas las condiciones de
equilibrio; método preciso.
Satisface todas las condiciones de equilibrio;
aplicable a cualquier forma de superficie de
deslizamiento; asume que las inclinaciones de las
Método de fuerzas laterales siguen un patrón prescrito, las
Morgenstern y inclinaciones de las fuerzas laterales pueden ser las
Price mismas o pueden variar de tajada en tajada; las
inclinaciones de fuerzas laterales son calculadas en el
proceso de solución de modo que se satisface todas las
condiciones; método preciso

Figura 2.3. Características de los métodos comúnmente empleados


para la estabilidad de taludes. TRB, 1996.
Fuente. Guía Ambiental para la Estabilidad de Taludes de Depósitos
de Desechos Sólidos de Mina. Rennet & Millar, Agosto
1997.
38

2.2. ANÁLISIS DE ESTABILIDAD DE TRANQUES DE RELAVES.

Los análisis de estabilidad estáticos y pseudo-estáticos son


rutinarios para la obtención de una aproximación tradicional
de la estabilidad de los taludes.

2.2.1. Criterios de análisis. Los análisis de estabilidad para


depósitos de relaves, a pesar de que siguen los mismos
procedimientos generales y emplean los mismos métodos básicos
de cálculo que las presas de retención de agua, son
frecuentemente más complejos, de modo que se requiere un
amplio conocimiento de la presión de poros y de la conducta
de resistencia para aplicar las técnicas convencionales de la
geotecnia clásica de una manera racional.
Lo básico para el análisis de estabilidad, es una apreciación
de las diferentes fuentes de presión de poros, y la forma en
la que éstas afectan la interpretación de resistencia al
corte de las arenas de relaves. Además, las condiciones de
carga para los depósitos de relaves son a veces diferentes de
aquellas experimentadas por presas convencionales de agua, lo
que obliga a dar un énfasis diferente a las diversas
condiciones que deben ser consideradas en el análisis.
En la tabla de la figura 2.4., se resumen, de manera general,
algunas recomendaciones de pasos requeridos para el análisis
de estabilidad de los depósitos de relaves.
Asumiendo que se ha establecido el tipo básico de depósito,
los materiales y la zonificación interna, el primer paso
consiste en seleccionar una configuración e inclinación del
talud de prueba del depósito. Luego sigue la predicción de
la ubicación de la superficie freática con el fin de estimar
las presiones de poros estáticas iniciales.
Además, se debe realizar una evaluación para determinar si la
tasa de elevación del depósito es tal como para generar una
presión excedente de poros, tanto en los materiales de
depósito como en los de cimentación. Después que se han
terminado estos pasos, se puede efectuar el cálculo de
estabilidad para determinar si los taludes de depósitos de
prueba son estables, bajo todas las condiciones aplicables de
análisis. Si no lo son, se debe efectuar una nueva iteración
de los pasos comprendidos en el procedimiento, o de todo el
rediseño efectuado, hasta obtener una configuración estable
del depósito.
Para depósitos aguas arriba levantados rápidamente, es
necesario un análisis de construcción en etapas. Sin
embargo, son difíciles de realizar en la práctica, ya que
requiere que se tengan en cuenta todas las diversas fuentes
de presión de poros para que se pueda efectuar en forma
escalonada.
Los análisis a largo plazo empleando parámetros de
resistencia de esfuerzo efectivo son relativamente sencillos,
pero se debe examinar cuidadosamente la aplicación de esta
39

condición con el fin de determinar si sus suposiciones


inherentes son realmente racionales.

PASO MÉTODO
1. Seleccionar la
configuración del
Experiencia y juicio
talud de depósito de
prueba.
2. Determinar la
ubicación de la
superficie freática en
Redes de flujo, modelos numéricos,
base a la
soluciones publicadas
permeabilidad del
material y condiciones
de contorno.
3. Establecer si las
presiones de poros Comparar la tasa de levantamiento con la
excedentes iniciales tasa de disipación de presión de poros
resultarán del para relaves o suelos blandos de
levantamiento del cimentación.
depósito.
Emplear cualquiera de los métodos de
cálculo disponibles después de definir
4. Efectuar los
las condiciones de carga, casos para
cálculos de
análisis, y comportamiento adecuado de
estabilidad.
resistencia bajo condiciones con drenaje
y sin drenaje.
5. Regresar al Paso 1
y revisar la
configuración de
prueba si los factores
de seguridad no son
adecuados.

Figura 2.4. Procedimiento generalizado para evaluar la estabilidad


de tranques de relaves.
Fuente. Guía Ambiental para la Estabilidad de Taludes de Depósitos
de Desechos Sólidos de Mina. Rennet & Millar, Agosto
1997.

Para materiales propensos a un incremento mayor de presión de


poros durante el corte con drenaje, la posibilidad de
cambios, incluso pequeños o localizados durante la carga,
puede ocasionar que sea necesario efectuar análisis empleando
parámetros de resistencia sin drenaje.
Considerando las complejidades existentes, quizás es
comprensible que a veces, a los análisis de estabilidad se
les atribuya una no merecida confiabilidad cuando son
considerados en un contexto teórico sin tomar en cuenta al
mismo tiempo las incertidumbres inherentes y las
simplificaciones. En realidad, es imposible tomar en cuenta
totalmente la cantidad de aproximaciones en las técnicas de
40

cálculo, el comportamiento del suelo y de respuesta de


presión de poros y las propiedades de los materiales en sí.
En el mejor de los casos, se deben considerar los análisis de
estabilidad para los depósitos de relaves como semi-empíricos
en naturaleza. No se puede realizar una evaluación real de
la estabilidad de depósitos de relaves sin examinar los
precedentes para tipos similares de depósitos, y sin
incorporar la experiencia profesional y juicio en un grado
considerable.

2.2.2. Métodos de análisis. Es un hecho que existen muy diversas


metodologías de cálculo para los problemas de estabilidad de
taludes, las cuales son válidas hasta cierto punto siempre
que se tengan presentes las hipótesis que se hicieron para su
postulación. Cabe señalar que existen modelos muy complejos
que incluyen muchas variables y requieren mucho tiempo de
cálculo, pero esto no debe llevarnos a pensar que por eso son
mejores pues sus resultados dependen de la confiabilidad con
que se determinen dichas variables y en algunos casos puede
presentarse una acumulación de errores debida a varios datos
alejados de la realidad. En efecto, los métodos arrojan
buenos resultados dependiendo de la calidad de los datos que
se utilicen. También hay ingenieros geotécnicos que por sólo
inspección visual pueden estimar la estabilidad de un talud
con alta precisión, pero estos son la excepción. Con esto se
quiere indicar la gran variedad de posibilidades con las que
se puede encontrar el ingeniero en el momento de realizar un
cálculo de este tipo.
Es importante tener siempre presente que en general las
teorías existentes en la mecánica de suelos han sido
desarrolladas para satisfacer las necesidades de casos
diferentes a las de un tranque de relaves y sus métodos se
deben aplicar con ciertas reservas hasta comprobar su
correcto desempeño en estos problemas particulares.
Un análisis de estabilidad es un procedimiento de pruebas
sucesivas, que consiste en escoger una superficie potencial
de deslizamiento y determinar el factor de seguridad contra
deslizamiento a lo largo de esa superficie. Se deben
seleccionar diferentes superficies y repetir los análisis
hasta que se encuentre la superficie que tiene el factor de
seguridad más bajo, la cual es conocida con el nombre de
superficie crítica de deslizamiento. El factor de seguridad
calculado contra el deslizamiento a lo largo de la superficie
crítica es el factor de seguridad indicado para el talud.
Las características de esfuerzos y deformaciones de la
mayoría de suelos son tales que se pueden presentar
deformaciones plásticas relativamente grandes en cuanto se
aproximan los esfuerzos cortantes aplicados, a la resistencia
al corte del material. Una de las criticas realizadas por
Wright et al., 1975 a los métodos de equilibrio límite, es
que éstos admiten que se puede determinar la tensión en la
superficie de corte sin considerar para nada las
características deformacionales del suelo.
41

En el diseño de un talud o depósito, el factor de seguridad


debe ser mayor a la unidad para tener en cuenta las
diferencias entre las presiones de agua de poros, los
parámetros de resistencia al corte y las deformaciones
asumidas en el diseño, y aquellas que puedan existir
realmente dentro del talud.
La superficie crítica puede estar ubicada completamente
dentro de un depósito o por fuera de él, si pasa a través de
un material débil retenido por el depósito y suelos de
cimentaciones débiles; puede estar ubicada en cualquier
posición entre estos límites. Con excepción de algunos casos
especiales, los cálculos de estabilidad para determinar el
factor de seguridad deberían basarse en los análisis de
esfuerzo efectivo. La determinación de esfuerzo efectivo
requiere un conocimiento de la presión del agua de poros
dentro del depósito. Para un relleno totalmente consolidado
sujeto a las condiciones de infiltración continua, se puede
determinar la presión del agua de poros a partir de una red
de flujo, permitiendo calcular de este modo el esfuerzo
efectivo. Cuando el relleno o el cimiento se están
consolidando bajo el peso de un material superpuesto, se debe
medir o estimar las presiones de poros. En los casos donde
la presión de poros es crítica en el análisis de estabilidad,
se deben instalar piezómetros dentro del depósito para medir
las condiciones reales de campo. Si las presiones del agua
de poros son significativamente más altas que aquellas
empleadas en el diseño, será necesario volver a revisar el
análisis de estabilidad y modificar la sección de diseño para
mantener el factor de seguridad deseado.
En el diseño de depósitos de relaves, generalmente la
principal preocupación es la estabilidad del talud aguas
abajo. Sin embargo, también se debería revisar la estabilidad
del talud aguas arriba en casos especiales, particularmente
si hay una considerable altura de agua contra la cara aguas
arriba de la presa. En este caso se debería diseñar la presa
como una presa de agua y se debería realizar un análisis de
estabilidad con descenso de nivel. También puede existir una
condición con descenso de nivel si los relaves son
recuperados desde la poza.
La superficie crítica, asumida más comúnmente en los análisis
de estabilidad para depósitos es un cilindro, es aquella cuyo
eje es paralelo a la dirección longitudinal del talud,
denominada rotura circular. Sobre una sección transversal de
dos dimensiones, la superficie cilíndrica es representada por
un arco circular. Las observaciones de deslizamientos a gran
escala en el campo muestran que algunas superficies de
deslizamiento son casi circulares. Por otra parte, están
disponibles muchos ejemplos documentados que muestran que la
forma de la superficie a menudo es circular. Cuando se
presentan deslizamientos, cortes diferenciales toman lugar a
lo largo de la superficie sobre la cual el factor de
seguridad es el más bajo. El procedimiento más práctico es
basar el diseño en una superficie circular crítica, a menos
42

que exista conocimiento preciso de bandas débiles orientadas


que formen una superficie crítica totalmente definida.
La superficie real de deslizamiento se desviará de la
superficie circular comúnmente asumida, sí la superficie
potencial de deslizamiento pasa a través de zonas que tienen
diferente resistencia al corte o diferente presión de poros.
Con excepción de algunos casos especiales, los métodos
empleados para calcular el factor de seguridad para cualquier
superficie de deslizamiento de prueba, deberían tomar en
cuenta los cambios en la resistencia al corte y en la presión
de poros a lo largo de la superficie de deslizamiento
potencial. Los cambios en los parámetros de resistencia y en
las condiciones de presión de agua de poros pueden ser
tomados en cuenta por el procedimiento general conocido como
método de dovelas. En este método, se escoge una superficie
de prueba y la masa potencial de deslizamiento se divide en
un número de dovelas verticales. Cada dovela es influida por
su propio peso que produce cizalle y fuerzas normales sobre
los límites verticales y a lo largo de su base.
Como las fuerzas que actúan sobre los límites verticales de
las dovelas producen momento neto cero alrededor del centro
de rotación de la masa potencialmente inestable, las fuerzas
laterales son descuidadas. Se asume que el corte y los
esfuerzos normales sobre la base de cada dovela dependen sólo
del peso de la dovela y de la presión de poros en su base.
Si la masa de deslizamiento potencial es dividida en dovelas
de ancho unitario, las fuerzas sobre la base de cada dovela
serán numéricamente iguales a los esfuerzos sobre la base de
la dovela.
Para una dovela individual se considera las condiciones de
equilibrio. Si se satisfacen las condiciones de equilibrio
para cada dovela individual, también se satisface para toda
la masa.
Para la realización de estos análisis está disponible un
número de métodos de análisis diferentes. Como se ha dicho
anteriormente, estos difieren en las condiciones de
equilibrio que son satisfechas y en las suposiciones que se
hacen con el fin de equilibrar el número de ecuaciones e
incógnitas.
Los factores de seguridad determinados mediante el método de
dovelas tendrán errores si se realizan en una forma demasiado
conservadora.
El uso de un factor de seguridad en los análisis de
estabilidad proporciona dos previsiones importantes:
considera el margen de error entre parámetros empleados en el
diseño y aquellos que pueden existir realmente en el campo, y
limita las deformaciones. Muchos suelos experimentan
deformaciones plásticas relativamente grandes cuando la
magnitud de los esfuerzos cortantes aplicados se acerca a la
resistencia al corte del suelo. Así, si la resistencia final
es empleada en el diseño, un factor de seguridad mayor que la
43

unidad asume que mantendrá las deformaciones dentro de


límites tolerables.
Al escoger el factor de seguridad, se debe considerar las
posibles consecuencias de inestabilidad, el grado de
confianza que se puede tener al conocer las características
de resistencia al corte del depósito y de los materiales de
cimiento, las condiciones de agua subterránea y las
condiciones de drenaje a través del depósito. Como regla
general, es preferible introducir en el análisis de
estabilidad las combinaciones de condiciones más
desfavorables que son realistas para los factores
relacionados con la estabilidad, de modo que su significado
pueda ser evaluado.
Los factores de seguridad mostrados en la figura 2.5 se
sugieren como valores mínimos para propósitos de diseño.
Estos valores presuponen que el análisis de estabilidad ha
sido lo suficientemente completo para ubicar la superficie de
falla crítica y que se sabe con bastante certeza que los
parámetros empleados en el análisis representan las
condiciones reales del depósito.
Si la relación de resistencia al corte residual con la
resistencia al corte peak es de 0.9 o más, el diseño de
depósito se puede basar en los valores de resistencia peak
empleando los factores adecuados de seguridad como han sido
enumerados.

SUPOSICIONES I* II**
Empleando parámetros de resistencia peak al corte. 1.5 1.3
Empleando parámetros de resistencia residual al corte. 1.3 1.2
Incluyendo la carga para el mayor terremoto que puede
1.2 1.2
ocurrir en un período de 100 años.
Para el deslizamiento horizontal sobre la base de
depósitos de retención de relaves en áreas sísmicas,
1.3 1.3
asumiendo que la resistencia al corte de los relaves
detrás de la presa se reduzca a cero.

Figura 2.5. Factores mínimos de seguridad para el talud aguas


abajo. Modificado de COE, 1970.
Fuente. Guía Ambiental para la Estabilidad de Taludes de
Depósitos de Desechos Sólidos de Mina. Rennet & Millar,
Agosto 1997.

donde:
I* si se anticipa que se produciría daños severos como
consecuencia de una falla en el depósito.
II** si se anticipa que no se produciría daños severos como
consecuencia de una falla en el depósito.
44

Si el número de pruebas de campo y de laboratorio es pequeño,


ya sea en el relleno de depósito o en los cimientos, o si los
resultados de pruebas dentro de los estratos individuales o
zonas son bastante dispersos, se debería seleccionar para el
diseño valores conservadores de resistencia y presiones de
agua de poros o como alternativa, se debería emplear un
factor de seguridad incrementado.
Finalmente, se debería considerar un análisis de estabilidad
para cualquier zona débil dentro del talud, particularmente
si es orientado a lo largo de la dirección de la falla
potencial.
Si se emplean geosintéticos en un talud, la superficie de
contacto de geosintético/suelo puede representar una
superficie de potencial de falla. Generalmente, los
parámetros relevantes de resistencia o rozamiento de la
superficie de contacto se consiguen de los mismos fabricantes
de los geo-sintéticos. En caso contrario, se pueden realizar
pruebas adicionales de laboratorio para determinar estos
parámetros.

2.2.3. Método simplificado de Bishop, 1955. El método


simplificado de Bishop supone que la superficie de
deslizamiento es circular.
Es como se ha indicado anteriormente, un método basado en el
procedimiento de las dovelas. Supone la masa deslizante
dividida en n dovelas verticales. El número de dovelas en
que es dividida la superficie potencial de deslizamiento
queda definido por la geometría del talud, la estratificación
del suelo que lo compone y la presencia de la superficie
piezométrica. En la figura 2.6 se representan las fuerzas
actuantes sobre la dovela i. Estableciendo el equilibrio de
momentos de toda la masa deslizante respecto al centro del
círculo de deslizamiento y despejando FS se obtiene:

1 n
 bi 
FS = n
⋅ ∑ ci′ ⋅
sen α i
+ N i′ ⋅ tg ϕ i′  Ec. (2.1)
∑Wi ⋅ sen α i i =1 
i =1

De las ecuaciones de equilibrio de fuerzas verticales de cada


dovela se pueden despejar los N i′ y sustituyendo en la
ecuación (2.1) se obtiene:

 
 sec α i 
∑ [c′ ⋅ b + tg ϕ ′(W − u ⋅ bi + X i − X i +1 ) ]
n
1
FS = n  ⋅ Ec. (2.2)
i i i i i
tg ϕ i′ ⋅ tg α i 
∑i =1
Wi ⋅ sen α i 


i =1
1+
FS 

En el método simplificado de Bishop se supone que se cumple:


45

n
( X i − X i +1 )⋅ tg ϕ i′ ⋅ sec α i
∑ = 0 Ec. (2.3)
tg ϕ i′ tg α i
i =1
1+
FS

Con esta simplificación, la ecuación (2.2) queda:

 
 sec α i 
∑ [c ′ ⋅ b + tg ϕ i′ (Wi − u i ⋅ bi ) ]
n
1
FS = n  ⋅ Ec. (2.4)
i i
tg ϕ i′ ⋅ tg α i
∑i =1
Wi ⋅ sen α i 


i =1
1+
FS



La ecuación 2.4 es la que se emplea para obtener el factor de


seguridad por el método simplificado de Bishop. Como FS
aparece de modo implícito ha de obtenerse mediante un proceso
iterativo que converge rápidamente.
La simplificación asumida por Bishop hace que este método no
cumpla con el equilibrio de fuerzas horizontales, y sería
estrictamente cierta si las fuerzas X fueran nulas o si se
cumpliera que los coeficientes ϕ , y α fuesen constantes.
La simplificación estará tanto más alejada de la realidad
cuanto mayor sea la variación de estos dos ángulos.
El método de Bishop puede dar errores importantes si existen
valores negativos elevados de α lo que puede suceder cuando
el círculo de deslizamiento penetra mucho en la cimentación
lo que se denomina falla por círculo profundo.
Al proyectar las fuerzas que actúan sobre cada dovela según
la vertical se eliminan correctamente las fuerzas E,
generalmente mucho más importantes que las X. Esta es la
razón por la que este método conduce a errores generalmente
pequeños respecto a otros métodos más exactos. Valores
promedios del factor de seguridad calculado con el MEF y
Bishop, difieren en menos de un 8% (Wright et al. 1973).

Figura 2.6. Fuerzas actuantes sobre una faja vertical.


Fuente. Manual de Ingeniería de Taludes. Instituto Geominero de
España. Madrid, 1987.
46

2.2.4. Efectos y causas de las fallas en las presas de relaves.


Cuando los relaves son liberados a través de una brecha en el
prisma resistente del tranque, debido a la inestabilidad del
talud, rebose, terremoto, o cualquiera otra causa, el
resultado, en la mayoría de esos casos, es un deslizamiento o
falla de flujo de los relaves. En tales casos se libera un
gran porcentaje del contenido de lamas embalsadas, pues los
relaves saturados asumen su estado original de fluido bajo la
influencia de las grandes tensiones inducidas en el depósito
por la brecha producida en el prisma resistente. Moviéndose
como una masa de lodo y alcanzando velocidades entre 15 y 50
m/h app. El deslizamiento de los relaves constituye el
principal riesgo que debe ser considerado para la seguridad
de los tranques de relaves y de las instalaciones o
construcciones situadas aguas abajo, por lo que el primer
objetivo del manejo de relaves debe ser la mitigación de los
derrumbes de relaves y sus efectos, previniendo las fallas en
los tranques.
Sin embargo, los depósitos de relaves pueden estar sometidos
a una serie de otras fallas, cuyo análisis escapa al objetivo
de esta tesis, pero que sin embargo, serán comentados debido
a la importancia que ellos tienen en la estabilidad global.
Entre ellos se destacan, además de los desplazamientos de
taludes, aquellos por desbordamiento del agua del embalse,
por erosión, por piping o por licuefacción. Esta última será
tratada con mayor profundidad por su estricta relación con el
tema esta tesis.
Los procedimientos, basados en el comportamiento de los
deslizamientos observados, han sido desarrollados mediante la
estimación de la distancia que un deslizamiento de relaves
puede eventualmente recorrer en terreno llano o de pendiente
suave de menos de 5º, antes de alcanzar el reposo (Lucía,
1981; Lucia, et. al., 1981; Vick, 1991). A esta distancia el
Decreto Supremo N°86 la denomina distancia peligrosa.
Las lecciones de las fallas de presas han sido recogidas por
diferentes comités de la Comisión Internacional de Grandes
Presas (ICOLD) desde 1974 hasta 1995 "Bulletin nº 99: Dam
Failures–statistical analysis. La recopilación de estas
experiencias y su posterior análisis pone en evidencia las
causas y errores técnicos y/o humanos cometidos que
condujeron a las fallas. Además, permite revisar los nuevos
avances tecnológicos y de ingeniería aplicables para elevar y
mejorar las condiciones de seguridad de los tranques. Según
F.M.G. BUDWEG la estadística de falla en presas cayó de 4% en
las presas construidas antes de 1900 a un valor ligeramente
menor al 0.5% de las presas completadas entre 1951 y 1990.
El análisis estadístico revela que las presas de tierra son
más vulnerables (80%) que las de concreto (20%) y que el 70%
de las fallas han ocurrido en presas de altura menor a 30 m.
por otra parte el 70% de las fallas ocurren en presas menores
de 10 años y el 45% ocurren en presas menores de 5 años.
Otros estudios, realizados por comisiones de USCOLD y UNEP &
ICOLD, han recopilado información de 206 fallas reportadas a
47

nivel mundial. Es importante notar que del total de casos


reportados sólo hubo 29 fallas de tranques de relaves que no
operaban activamente, por lo que el mayor riesgo de falla, en
este tipo de depósitos, ocurre durante la fase de operación.
Las causas de las fallas observadas en tranques de relaves en
operación son presentadas a continuación.

Figura 2.7. Tipo, número y causa de incidentes observados en


tranques de relaves en la fase de operación.
Fuente. Taillings Dams. Risk of Dangerous Occurrences. Boletín
121. ICOLD 2001.

De los datos anteriores se desprende que los tranques en


edades tempranas son más vulnerables, debido principalmente a
la semi-saturación o alta humedad de los materiales que lo
componen. En cambio, los tranques de mayores edades se
tornarían más estables gracias al secamiento de sus
materiales y a la consolidación de los mismos.
Según G. Lombarda, las principales causas de fallas de presas
son debido a diseños inadecuados, debilidad de la fundación
por erosión interna y/o tubificación, materiales inadecuados,
métodos de construcción inadecuados, fenómenos de la
naturaleza como inundaciones y terremotos.
Para los tranques en operación, es sabido que las variadas
causas de fallas son sustancialmente diferentes entre los
distintos tipos de tranques. Claramente, la estabilidad de
taludes, overtopping o desbordamiento y los terremotos son
las principales causas de fallas, durante el período de
operación. Se puede agregar adicionalmente las ocurridas por
errores humanos durante los procedimientos de operación.
Entre los numerosos modos de falla que pueden hacer
vulnerable a los tranques están la falla de talud por
deslizamiento rotacional, overtopping, falla del suelo de
fundación, erosión, piping o tubificación y licuefacción.
48

Cada modo de falla puede causar la falla parcial o total del


depósito.

- Deslizamiento rotacional. Son llamados así porque la


superficie de falla aparece como un segmento de un cilindro
horizontal, pueden resultar en deslizamientos de talud por
flujo o desprendimientos locales de relaves en áreas al
azar a lo largo de una cara del depósito. En general, para
un talud estable, la resistencia al corte movilizada a lo
largo del potencial plano de falla excede el esfuerzo de
corte tendiente a inducir el movimiento. La inestabilidad
ocurre cuando el esfuerzo de corte en la superficie de
falla iguala la resistencia al corte (Vick, 1990).
Específicamente, causas de la falla rotacional pueden
incluir cambios en los regímenes de humedad, cambio en la
permeabilidad de los materiales, disturbios en el depósito
causado por vibración o impacto de cargas, asentamientos
del suelo de fundación, entre otros.

- Falla de la fundación. Las fallas del suelo de fundación


no son raras entre las estructuras de tierras. Si existe
una capa débil de suelo o roca a poca profundidad de las
fundaciones bajo las estructuras, podrían ocurrir
movimientos a lo largo de un plano de falla si el peso
propio de la estructura produce esfuerzos que excedan la
resistencia al corte del suelo en la capa débil (Canmet,
1977).

- Desbordamiento del agua del embalse. Otra causa de falla


es el overtopping o desbordamiento del agua del embalse.
El overtopping se presenta cuando el volumen de lamas y/o
aguas, exceden la capacidad del depósito, sobrepasando el
nivel de revancha. Debido a que los depósitos de relaves
son construidos de materiales altamente erosionables, la
fricción causada por el rápido flujo genera daños
considerables en el prisma resistente.

- Erosión. Existe la descripción de la erosión como el


proceso contínuo al que obedece la forma cambiante de la
superficie terrestre (FAO, 1967). También se entiende como
la acción del desprendimiento, movimiento o arrastre de las
partículas del suelo por el agua, viento, gravedad, cambios
de temperatura y actividad biológica (Tracy y Pérez, 1987).
De esta definición, se entiende que la erosión en general
para tranques de relaves, corresponde a la pérdida de
relaves, producto de un agente erosivo, ya sea agua o
viento, creando un vacío o una disminución del volumen.
Específicamente en los tranques de relaves se pueden
presentar dos tipos de erosiones, la erosión hídrica y la
erosión eólica.

- Piping. Corresponde a la tubificación referida a la


erosión de una capa a lo largo de la vía de filtración a
través o bajo un depósito, con resultados en la formación
una red de micro tubos permitiendo un flujo concentrado y
49

constante a través de ellos. La tubificación puede


resultar a partir de filtraciones existentes en la cara de
un depósito con suficiente velocidad para causar la
erosión. Los espacios resultantes vaciados promueven la
progresiva erosión desde aguas arriba. En el peor de los
casos, la filtración puede dar resultado a la creación de
un canal directo desde la cubeta al talud aguas debajo del
tranque. Excesivas tubificaciones pueden generar fallas
locales o masivas del tranque o suelo de fundación.

- Licuefacción. La licuefacción es uno de los más comunes


modos de falla de presas y debido a su importancia es
tratada en extenso en el capitulo 3.

A continuación se presentan los resultados de un estudio


realizado por ICOLD en el año 2001, se distinguen las fallas
ocurridas en tranques activos de relaves, de las ocurridas en
tranques inactivos o abandonados, además se hace una
discriminación según el método de construcción del tranque.
En la figura 2.8 muestra que se han generado muy pocas fallas
de tranques de relaves durante el período de clausura, las
que son pocas para ser realmente representativas.
Además, revisando el comportamiento de más de 13 presas de
relaves del tipo aguas arriba, que han estado inactivas por
períodos que van de 2 a 20 años, Vick, et. al. (1993),
encontró que ninguna experimentó fallas de flujo aún
soportando movimientos de tierra de alrededor de 0,40 g
resultantes de terremotos de M s = 7,0 − 7,8 , aunque sí produjeron
resquebrajamientos en el prisma resistente y licuefacción
local en las algunas zonas de lamas.

Figura 2.8. Comparación de los incidentes causados en tranques de


relaves activos e inactivos.
Fuente. Tailings Dams. Risk of Dangerous Occurrences. Boletín
121. ICOLD 2001.

Este buen comportamiento aparentemente tiene que ver con la


mejora en la estabilidad producida por el drenaje de largo
50

plazo en las zonas arenosas del depósito o la presa, y tal


vez con la consolidación durante largo tiempo de las arenas
de relaves.

Figura 2.9. Número y magnitud de incidentes según el tipo del


tranques de relaves.
Fuente. Tailings Dams. Risk of Dangerous Occurrences. Boletín
121. ICOLD 2001.

Esto se debe al aumento de la estabilidad global de los


tranques con el paso de los años, debido al efecto de
envejecimiento que se presenta en las arenas de relaves,
descrito por Troncoso en 1990.
Cualquiera que sea la razón, el resultado final es de gran
significado para la estabilidad física durante el período de
post-clausura: el comportamiento de los tranques de relaves
muestra que si el agua superficial embalsada es extraída y no
se permite su acumulación, se puede alcanzar la estabilidad
física del depósito en forma permanente después de un período
razonable, digamos entre 5 y 10 años luego de finalizada la
descarga de la concentradora. Esto debería ser aplicable a
todos los tipos de tranques de relaves, incluyendo los
tranques del tipo aguas arriba, siempre y cuando no existan
lamas con un alto grado de saturación debajo del muro de
contención. No hay razón para que la estabilidad no se
mantenga indefinidamente durante el período de post-clausura,
siempre y cuando se hayan tomado las medidas de ingeniería
necesarias para la ubicación del tranque, así como para
evitar la rotura del mismo por desborde, por efecto de
inundaciones, y que el depósito esté seguro contra la erosión
superficial causada por el viento y el agua. La preocupación
51

por la estabilidad física en general, y los efectos de los


deslizamientos de relaves en particular, están por lo tanto
generalmente limitados al período de operación del embalse,
en la mayoría de los casos.

2.2.5. Estabilidad hidrológica. En los criterios de diseño la


estabilidad hidrológica del tranque es materia de
preocupación tanto durante el período operacional y
especialmente durante el de post-clausura. Con el propósito
de controlar las inundaciones, ICOLD (1989) recomienda
considerar en los criterios de diseño de tranques de arenas
la inundación máxima probable, IMP, que generaría un gran
número de pérdidas de vidas humanas y cuantiosas pérdidas
económicas debido a la falla del prisma resistente. La IMP
es derivada de la precipitación máxima probable, PMP, en las
condiciones más desfavorables. La PMP, a su vez, es definida
como: la máxima precipitación teórica para un tiempo dado,
que es físicamente posible sobre un área de tormenta
determinada, en una ubicación geográfica particular, en
cierto momento del año (NRC, 1985).
En la práctica, la PMP es estimada a base de la combinación
más severa de las condiciones meteorológicas y orográficas
existentes.
- Sistemas de decantación durante la operación. Durante la
operación de un tranque, no pueden ser usados los canales
de desfogue convencional, debido a la elevación constante
de la superficie de los relaves. En su lugar, se recurre a
una sobrecarga temporal del almacenamiento al final de la
cubeta para posteriormente evacuarla (Cassidy y Hui, 1990).
Estos sistemas son los mismos empleados para retornar agua
a la concentradora, y son de dos tipos. El primero
consiste en torres de decantación, que son estructuras
verticales levantadas junto con los depósitos de relaves,
que se extienden horizontalmente por debajo de la presa
para evacuar agua por gravedad. Los problemas de
estabilidad debido al socavamiento de estos conductos
ocurren frecuentemente, y representan la mayoría de las
fallas estructurales.
Otro tipo de sistemas de decantación es una barca flotante
con bombas o sifones. Este sistema es preferido a menudo
debido a su facilidad de reubicación y operación, y elimina
los riesgos sísmicos y estructurales asociados con los
sistemas de flujo por gravedad.
- Uso de Conductos de Desfogue Después de la Clausura. El
manejo de las inundaciones durante el período de post-
clausura debe anticipar la ocurrencia de grandes ingresos
de agua por inundación sin requerir mantenimiento de las
estructuras. Los conductos enterrados de los sistemas de
decantación son susceptibles de obstruirse con los desechos
y sufrir eventual deterioro y colapso. Por lo tanto, no es
posible confiar en estos sistemas por largo tiempo, y lo
52

aconsejable seria rellenarlos completamente y obturarlos


durante la clausura.
Similarmente, sin un mantenimiento permanente del tranque
durante el período posterior a la clausura no se puede
utilizar de manera segura una sobrecarga en el
almacenamiento del agua de inundación dentro del tranque a
fin de permitir el ingreso de flujos provenientes de la
PMP. En cambio, la nivelación y reacondicionamiento de la
superficie de los relaves puede ser considerada para
eliminar las acumulaciones de agua y reducir los flujos
concentrados de escorrentía que erosionarían el tranque.
2.2.6. Estabilidad estática durante la operación. El
procedimiento para analizar la estabilidad estática de
taludes se encuentra bien establecido, y ha sido documentado
de manera resumida por Duncan (1987). La estabilidad de los
taludes es representada por un factor de seguridad, que como
ya se ha señalado, es cuociente entre la resistencia al corte
a lo largo de la superficie crítica de falla y el esfuerzo de
corte inducido en esa superficie de falla del talud. Así, un
factor de seguridad mayor que la unidad es más que
suficiente, ya que indicaría que la resistencia al corte del
suelo en el plano de falla es mayor que el esfuerzo
solicitante en dicha zona.
Para Duncan (1987) la evaluación del talud debe estar
enfocada en su configuración geométrica, resistencia al corte
de los materiales que lo componen, densidades de los mismos y
la presión de poros que pudiese ser generada en el interior
del talud.
Según datos recogidos, los métodos disponibles para los
análisis de estabilidad de taludes entregan resultados
similares, con una diferencia de ± 6%, por lo que la elección
del método es menos importante que la correcta elección de
los parámetros geotécnicos de los suelos componentes del
talud a analizar. (Ref. Seismic slope stability and
analysis of the Upper San Fernando Dam, James Dismuke).
En otra publicación Wright et. al, 1973 concluyó que el valor
promedio del factor de seguridad calculado con el método de
elementos finitos, M.E.F, difiere de aquel calculado por el
método de Bishop en menos de un 8 %.
La estabilidad estática se refiere a la integridad interna y
externa del tranque bajo condiciones no sísmicas y no
hidrológicas, incluyendo la estabilidad de sus taludes y sus
cimientos; gracias a un control seguro de las densidades de
sus materiales y de las infiltraciones y resistencia a la
erosión interna, o transporte de partículas a través del
prima resistente, conocido como piping. Por lo tanto, la
estabilidad estática está controlada por las propiedades de
los arenas de relaves depositadas en el tranque y los suelos
en los cuales se cimienta la estructura.
53

A continuación se presentan una serie de factores que


influyen en la estabilidad estática durante la operación de
un tranque de arenas de relaves.

- Materiales de relleno para la construcción de un tranque de


relaves. La construcción de un tranque de relaves requiere
de un muro de partida, el que por razones de economía es
usualmente construido utilizando suelos naturales tomados
del área de emplazamiento del tranque. Para evitar
conflictos con las actividades de arranque de la planta
concentradora, el muro de partida debe proporcionar
suficiente capacidad de almacenaje de relaves, de tal
manera que la primera elevación de la presa no necesite
completarse hasta por lo menos 4 años después del inicio de
la descarga de relaves al embalse.
Los relaves de arena cicloneada pueden proporcionar una
excelente fuente de material para construcción del tranque.
Lighthall et al. (1989) y Vick (1990) describen varios
procedimientos para la producción y colocación de arenas
cicloneadas, y Klohn y Maartman, 1972, dan excelentes
ejemplos de construcción de tranques de relaves utilizando
estas arenas. Estos tranques, sin embargo, requieren un
riguroso planeamiento en la etapa de diseño y la ejecución
eficiente de la construcción y control. La producción de
arena cicloneada debe ser suficiente para satisfacer los
requerimientos de relleno del prisma resistente durante su
crecimiento.
Las incertidumbres que muchas veces despiertan los tranques
de arenas de relaves no deben atribuirse al material con
que se construyen, ya que es sabido que con cualquier tipo
de material se puede construir una presa estable y segura,
sino que al sistema de construcción por relleno hidráulico
que puede inducir elevadas presiones de poros e incluso la
licuefacción total en caso de una sacudida sísmica. Sin
embargo, las técnicas modernas de diseño, construcción y
control permiten obtener estructuras seguras a base de
buenos sistemas de drenaje, tanto basal como a través del
muro, de un efectivo sistema de ciclonaje, que permita una
eficiente separación de la parte gruesa del relave,
disposición de las arenas y de una eficaz compactación de
las arenas, permitiendo así alcanzar elevados porcentajes
de densidad.

- Compactación de los materiales componentes del prisma


resistente. Existen suficientes casos que indica que los
tranques de relaves pueden fallar en forma catastrófica
durante o luego la ocurrencia de fuertes sismos. Esto ha
sucedido, principalmente, por la licuefacción, tanto de las
lamas embalsadas como de las arenas de los muros
resistentes (Agüero, 1929; Dobry et al, 1967; Ishihara,
1984; Troncoso et al, 1991). Sin embargo, un adecuado
grado de densificación de las arenas constituyentes del
prisma resistente puede ser suficiente para impedir la
54

ocurrencia de licuefacción en el muro y lograr así un


apropiado comportamiento sísmico de un tranque de relaves.
Las arenas de relaves deben ser compactadas hasta lograr
por lo menos el 90 o 95% de las máximas densidades secas
obtenidas con las pruebas de compactación Proctor Estándar
(NCh. 1534/1-79). Estos grados de compactación son
suficientes en obras donde es posible aceptar ciertos
niveles de deformaciones antes solicitaciones dinámicas.
Buscando una excesiva seguridad, la exigencia de un grado
de densificación excesivo puede hacer económicamente
inviable un proyecto de tranque.
Usualmente, una adecuada compactación de las arenas de
relaves puede alcanzarse colocándolo en capas horizontales
delgadas de espesores entre 30 a 50 cm. seguidos por 4 a 6
pasadas del equipo compactador pudiendo utilizarse también
camiones de transporte minero cargados o cualquier tipo de
maquinaria con un peso relativamente alto. Para las arenas
cicloneadas, con menos un 10% de finos de 0.074 mm, los
requerimientos de una densidad relativa (D.R) estarán
alrededor del 75 a 80%. Los compactadores vibratorios y
aún los buldózer pueden compactar eficientemente este tipo
de materiales limpios. La arena cicloneada debe ser
inspeccionada y controlada durante la colocación, y
operación del tranque de arenas de relaves, para asegurar
que el material y su compactación estén dentro de las
especificaciones requeridas.

- Filtros y drenes. El control de la infiltración interna


dentro del prima resistente por medio de drenes busca
reducir los niveles de saturación, evitar la creación
superficies freáticas, y zonas de filtración que pudiesen
provocar el socavamiento de la estructura. Con estas
medidas se evitan las elevadas presiones de poros que
pudiesen generarse. Esta medida es esencial para asegurar
la estabilidad. La infiltración es una causa significativa
de las fallas de los tranques, independiente de su modo de
construcción. Muchos de esos casos están relacionados con
la infiltración emergente en la cara del prisma resistente
y pueden ser prevenidos, como ya se dijo, con la inclusión
de un sistema de drenaje adecuado.

- Materiales para los suelos de fundación del tranque. Los


suelos existentes en el sector donde se proyecta emplazar
la construcción de un tranque deben ser de tal calidad que
asegure la estabilidad de la obra, no presentando problemas
de deformabilidad excesiva y ni pérdida de capacidad de
soporte por posibles problemas de saturación. En el caso
de encontrar suelos de mala calidad, se puede proceder a un
mejoramiento de ellos o un total reemplazo.

- Monitoreo de la construcción, inspección y supervisión. El


diseño y construcción son procesos que usualmente se
desarrollan conforme el tranque se va elevando. Los
informes de las inspecciones que documentan la
55

configuración del tranque conforme éste aumenta en altura,


son parte necesaria y de gran importancia durante la
operación de construcción. Además, es esencial la
instalación y monitoreo de piezómetros para detectar y
medir una posible superficie freática generada dentro del
prisma resistente. El tranque debe ser inspeccionado
visualmente a diario buscando cualquier signo de
inestabilidad, por ejemplo grietas, y estas inspecciones
deben anotarse, así como las observaciones sobre
depositación y compactación de los materiales
constituyentes del prisma y los registros de
instrumentación, los que deben ser rigurosos y mantenidos
por la empresa operadora del tranque.
Periódicamente, y a intervalos no mayores de unos años,
debiese ser efectuada una completa revisión de los
parámetros de diseño y de todos los informes anteriores por
un ingeniero geotécnico que tenga experiencia en tranques
de arenas de relaves. En dicha instancia, cualquier
problema existente o futuro puede ser detectado,
identificando su causa y modificando el diseño o
construcción del tranque conforme convenga. Los reportes
sobre el diseño y construcción son esenciales para este
propósito; sin ellos la información necesaria puede
obtenerse únicamente mediante sondeos, muestreos y ensayos
de laboratorio.

2.2.7. Análisis de estabilidad sísmica de tranques de relaves.


Los análisis de estabilidad sísmica son efectuados con el fin
de evaluar la estabilidad general de las tranques de relaves
y sus cimientos durante condiciones de carga de dinámicas
generadas por sismos o terremotos.
Para el análisis de la estabilidad sísmica de un talud es
necesario determinar los parámetros sísmicos; por ejemplo
aceleración máxima, magnitud del sismo, intensidad y
distancias hipocentrales, entre otras. Para tal efecto se
realiza un análisis de riesgo sísmico, tema que será tratado
en el acápite 2.3.
La evaluación de la estabilidad sísmica de los taludes se
centra alrededor de cuatro consideraciones claves:
identificación del mecanismo crítico de falla, geometría del
talud, sismicidad y respuesta sísmica del sitio y resistencia
del talud a la falla crítica (Seed, 2000).
El análisis sísmico de los tranques de relaves es un tema muy
complejo cuya tecnología todavía está emergiendo, algunos
ejemplos han sido proporcionados por Finn et. Al. (1990), Lo
y Klohn (1990), Edwards (1990), y Vick et. Al. (1993). Se
debe considerar cuidadosamente la aplicación de métodos
analíticos avanzados, tanto para la seguridad de los tranques
existentes como para el diseño de los nuevos, en vista de los
altos niveles de sismicidad de Chile y de las incertidumbres
relacionadas con la aplicación y uso de dichos métodos.
También se debe emplear el criterio al evaluar el nivel de
56

peligro de un tranque particular y el nivel de ingeniería


requerido para su análisis particular. Por ejemplo, una
tranque de relaves de 30 metros de alto cuya falla
catastrófica podría potencialmente ocasionar la pérdida de
vidas y graves daños a la propiedad privada requiere mucha
más investigación y nivel de ingeniería con respecto a la
estabilidad sísmica que un tranque de relaves de 5 metros de
alto ubicado en un sitio remoto, lejos de un área
residencial.
El peligro más grande para las instalaciones de relaves,
generado por la acción de los terremotos, se deriva de la
licuefacción sísmicamente inducida, la cual puede afectar
tanto a los relaves saturados como a los suelos naturales
saturados que están debajo de un depósito, en el caso que
estén fundados sobre terrenos potencialmente licuables. El
tema de la licuefacción es tratado ampliamente en el capítulo
3.
Los problemas de análisis de estabilidad sísmica de taludes
que son evaluados mediante métodos de equilibrio límite, en
que la fuerza provocada por el sacudimiento producto de un
terremoto, es representada por una fuerza horizontal de
magnitud constante e igual al peso de la masa potencial
deslizante multiplicada por un coeficiente sísmico, son los
normalmente llamados análisis pseudo-estáticos.
Estos análisis son relativamente simples de realizar, pero
involucran muchas aproximaciones por lo que siempre deben ser
usados con criterio y no deberían, en absoluto, ser usados en
materiales que pudiesen experimentar una significante pérdida
de la resistencia al corte bajo movimientos sísmicos. En la
mayoría de los casos, la resistencia dinámica al corte de un
suelo es asumida igual a la resistencia al corte estática
previa al terremoto. Entre los errores más comúnmente
cometidos al usar este tipo de análisis y que genera
resultados conservadores, está el emplear el valor de la
aceleración máxima horizontal esperada de un sismo, a máx ,
como el coeficiente sísmico. Como consecuencia de esto, se
obtienen soluciones de taludes muy tendidos que la práctica
ha demostrado ser muy conservador.
Por lo tanto, la selección del factor K , que multiplica a la
aceleración máxima para obtener un coeficiente sísmico
adecuado, es quizás el más importante, controvertido y
difícil paso en un análisis pseudo-estático. Un terremoto es
capaz de producir una cierta aceleración máxima, pero esta
aceleración puede actuar en un lapso menor a un segundo.
Una vez producido el desplazamiento de la masa, ésta es
acelerada con una aceleración menor que la máxima generada
por el sismo. Por lo tanto, un coeficiente sísmico, C.S ,
razonable a emplear en los análisis pseudo-estáticos es casi
siempre menor que el correspondiente a la máxima aceleración
esperada del sismo. Esto implica aceptar fallas
intermitentes cada vez que la aceleración sísmica sobrepase a
valor correspondiente al C.S . Bajo este concepto, es muy
57

posible que un talud con factor de seguridad mayor que 1.0


para cierto valor de C.S , pueda fallar momentáneamente, es
decir tener valor de factor de seguridad menor a la unidad,
debido a que el talud fue analizado con una aceleración
horizontal menor que la aceleración experimentada en terreno.
Sin embargo, esta falla momentánea no genera necesariamente
el vaciamiento de los relaves contenidos.
Criterios actuales ampliamente compartidos, utilizan
coeficientes sísmicos con valores de 1/2 de la aceleración
máxima efectiva.
Una alternativa es seguir las recomendaciones del Comité
Técnico TC5, Subcomité SC9 de la Sociedad Internacional de
Mecánicas de Suelos, en cuanto a aplicar coeficientes
sísmicos de 0.2 en tranques de relaves.
Saragoni propone una relación para la determinación del C.S
horizontal que puede ser empleado para el cálculo de la
estabilidad de taludes y muros de contención. Esta se basa
en la relación entre los coeficientes sísmicos y las
aceleraciones máximas, establecidas por Noda y Uwave,
obtenidas utilizando acelerógrafos japonés tipo SMAC que no
miden adecuadamente las frecuencias altas, que son una
característica de los sismos chilenos. Correlacionando las
mediciones realizadas en Japón con los acelerógrafos, del
tipo ERS que es similar al empleado en Chile y que registran
las frecuencias altas y acelerógrafos tipos SMAC Saragoni,
estableció la siguiente formulación para el caso chileno.

 a máx
0.3 g si a máx < 660 gals

C.S =  1 Ec. (2.5)
  a máx 3
0.22  g  si a máx > 660 gals
  

Muchos investigadores han recomendado diferentes factores de


seguridad para varios valores de C.S , procurando remediar la
situación de desconocimiento e incertidumbre sobre el tema,
como muestra la figura 2.10.
El problema de la elección de un coeficiente sísmico
razonable esta relacionado con la incertidumbre generada
sobre el valor de los corrimientos permanentes producidos en
el talud, cada vez que este falla. Estos corrimientos deben
ser menores a ciertos valores admisibles previamente
establecidos y que estarán acordes con la estructura.
Aunque estos métodos, los análisis pseudo-estáticos, son
empleados para obtener una indicación del nivel aproximado de
estabilidad sísmica, en términos de un factor de seguridad
contra la falla, ellos padecen de algunas limitaciones
importantes. Las principales desventajas de los métodos
pseudo-estáticos son, en primer lugar, que no indican el
rango de deformaciones que pueden estar asociados con los
58

factores de seguridad obtenidos, por otro lado, la influencia


del exceso de presión de poros generada en la resistencia de
los suelos es incorporada de una manera demasiado
simplificada, además, las deformaciones progresivas que
pueden resultar debido a los ciclos de carga de menor
esfuerzo que aquel requerido para reducir el factor de
seguridad especificado a la unidad no son modeladas y
finalmente, pequeñas deformaciones para suelos potencialmente
licuables no están directamente considerados e importantes
aspectos de la interacción suelo–estructura son omitidos.

Figura 2.10. Coeficiente pseudo-estático, K , v/s factor de


seguridad pseudo-estático recomendado.
Fuente. Seismic slope stabilty and analysis of the Upper San
Fernando Dam. James Dismuke, 2002.

En los últimos años una referencia básica para el diseño


sísmico de nuevos tranques a sido The U.S Army Corp of
Engineers Manual. Sin embargo, una gran cuota de criterio
ingenieril debe ser aplicado al momento de realizar los
análisis pseudo-estáticos. Además el valor del factor de
seguridad aceptado como mínimo puede ser variado, debido al
grado de las incertidumbres particulares asociadas al
análisis.
Es posible hacer una relación aproximada, pero racional entre
el coeficiente sísmico, que es usado en un análisis de
estabilidad pseudo-estático, con la amplitud y duración
esperada del movimiento del terreno, utilizando el método
para la estimación del desplazamiento de taludes
originalmente propuesto por Newmark (1965). Esta
aproximación fue investigada primeramente por Seed (1979),
concluyendo que para presas compuestas por materiales que no
presentan una pérdida significativa de resistencia, como
resultado de la aplicación de cargas cíclicas, para realizar
59

el análisis pseudo-estático, es suficiente un C.S igual a


0.1, para terremotos de magnitud Richter 6.5 y 0.15 para
terremotos de magnitud Richter 8.25, obteniendo así un factor
de seguridad del orden de 1,15 lo que asegura que estos
desplazamientos serán pequeños.
Al mismo tiempo Seed simplificó su conclusión para hacerla
independiente del peak de la aceleración, planteando un
procedimiento para realizar aproximaciones más precisas del
C.S apropiado, basado en un estudio realizado por Makdisi y
Seed (1978).
La figura 2.11 muestra los desplazamientos calculados por el
método de Newmark, para presas con alturas comprendidas entre
15 a 75 mt. con una profundidad de roca comprendida en este
rango. Los desplazamientos están en función del índice de
K y amax Ky
aceleración, , donde es el coeficiente sísmico
crítico, el que es definido como el coeficiente sísmico que
reduce el factor de seguridad pseudo-estático a la unidad, y
a max
es el peak de la aceleración esperada producida por el
sismo.
Los rangos de los desplazamientos más probables son indicados
para magnitudes Richter de 6.5, 7.5 y 8.25, considerando la
magnitud como un indicador de la duración de los fuertes
sacudimientos, siendo perfectamente extrapolables para
magnitudes intermedias. Los desplazamientos pronosticados
deberían necesariamente ser pequeños para magnitudes menores
que 6.5, basado en experiencias de campo que indican que
terremotos de magnitudes y duración pequeña usualmente no son
causas de significantes fallas de taludes.
Existen aproximaciones hechas con el método de Newmark, como
la representada en la figura 2.11, en la que si el índice de
aceleración y magnitud caen debajo de la línea que
desplazamientos aceptablemente pequeños, el talud involucrado
debería generalmente ser considerado libre de falla. Así,
para un terremoto de magnitud 8.25, se presenta una condición
de no falla, si el coeficiente sísmico crítico es al menos
igual a la mitad del peak de la aceleración esperada. Es
decir, si en un análisis pseudo-estático se emplea un
coeficiente sísmico igual a la mitad de la aceleración máxima
se obtendrá un factor de seguridad mayor que la unidad, y los
desplazamientos serán probablemente pequeños. El coeficiente
sísmico obtenido está en función del peak de la aceleración y
de la magnitud, tal como se muestra en la figura 2.12.
60

Figura 2.11. Desplazamientos calculados por el método de Newmark.


Seed, 1979.
Fuente. Selection of Seismic Coefficients for, Consulting
Engineer, Lafayette CA. use in Pseudo-static slope
stability analyses, Robert Pyke.

Según Horacio Musante, en el caso de grandes y altas presas


de la Gran Minería, el análisis sísmico de la estabilidad de
un talud arenoso no es un problema que pueda ser modelado en
forma pseudo-estática, mediante fuerzas horizontales
provenientes de los coeficientes sísmicos. En estos casos,
donde la falla puede causar mayores daños o pérdidas de
vidas, el diseño pseudo-estático debería ser verificado por
detallados análisis dinámicos, (Seed, et al 1975), con el fin
de determinar las deformaciones que pudiesen ocurrir por la
acción sísmica (Revista del IDIEM, vol 18, n°2, 1979).

2.2.8. Análisis del corrimiento de un talud bajo la acción de un


sismo. El corrimiento de la ladera de un talud se inicia
cuando las fuerzas de inercia sísmicas que actúan sobre la
parte deslizante sobrepasan las fuerzas resistentes generadas
en la interfase entre dicha zona deslizante y el suelo o base
por debajo de ella. Se puede determinar un coeficiente
sísmico o aceleración de fluencia, o crítica, que inicia el
corrimiento del talud, conocida la forma de la superficie de
deslizamiento y las propiedades mecánicas del suelo.
61

Figura 2.12. Curva mágica para obtener el coeficiente sísmico.


Fuente. Selection of Seismic Coefficients for Use in Pseudo-
Static Slope Stability Analyses, Robert Pyke, Consulting
Engineer, Lafayette CA.

Los cálculos de desplazamientos inducidos por terremotos


requieren generalmente de análisis dinámicos complejos. Sin
embargo un procedimiento de cálculo simplificado fue
inicialmente desarrollado por Newmark en 1965, usando datos
de la aceleración producida por la acción de un sismo.
En muchas aplicaciones, incluyendo los taludes de retención
de aguas y tranques, es necesario estimar las deformaciones
permanentes del talud, que pueden ocurrir en respuesta a la
acción de una carga cíclica inducida por un sismo, como
muestra la figura 2.13.

Figura 2.13. Deformación del talud inducida por terremotos.


Fuente. Soil dynamics and special design aspects, Department of
Defense E.E.U.U, 1997.
62

Ambreseys & Menu, 1988; Makdisi & Seed, 1978 y Jibson, 1993
han desarrollado mejoras a los métodos tradicionales de
análisis de presas basados en teorías pseudo-estáticas de
equilibrio límite para estimar las deformaciones de suelos
que no presentan una apreciable pérdida de resistencia al
corte bajo la acción de un terremoto. Los análisis de bloque
deslizante, que asumen que el suelo se comporta como un
material rígido y perfectamente plástico, pueden ser usados
para estimar deformaciones límites inducidas por terremotos.
La técnica desarrollada por Newmark (1965) está basada en un
simple análisis de estabilidad de equilibrio límite para
determinar la aceleración crítica que es requerida para
llevar el factor de seguridad contra el desplazamiento a la
unidad.
La analogía de Newmark de un bloque deslizante en un plano
friccional, sometida a movimientos horizontales de la base,
es esquemáticamente ilustrada en la figura 2.14.
A causa de la inercia, el bloque tenderá a moverse en una
dirección opuesta a la aceleración en la base sólo cuando la
sumatoria de las fuerzas estáticas y dinámicas accionadas
excede a las fuerzas resistentes.
Esta condición de equilibrio, cuando el bloque comienza a
deslizarse, es expresada en términos de una aceleración
crítica, o de fluencia, denominada a y .

El primer paso del procedimiento de un análisis de Newmark


consiste en determinar la aceleración crítica del bloque. La
aceleración crítica, a y , está comúnmente basada en análisis
de estabilidad de taludes pseudo-estáticos, donde a y es la
mínima aceleración pseudo-estática requerida para causar que
el bloque se torne inestable.

Figura 2.14. Principales componentes del análisis de bloque


deslizante de Newmark.
Fuente. Soil dynamics and special design aspects, Department of
Defense E.E.U.U, 1997.

La inestabilidad ocurre cuando el factor de seguridad cae


bajo 1.0, permitiendo el desplazamiento relativo del bloque
en el plano inclinado.
63

a y = k y ⋅g Ec.(2.6)

donde:
k y = coeficiente crítico.

g = aceleración de gravedad.
El coeficiente crítico, k y , depende del coeficiente sísmico
horizontal que produce un factor de seguridad de 1.0 durante
un análisis pseudo-estático. El coeficiente sísmico vertical
no es considerado porque las fuerzas verticales pseudo-
estáticas no influencian significativamente el factor de
seguridad.
La aceleración crítica puede ser expresada en términos del
ángulo del talud y el convencional factor de seguridad
estático contra el desplazamiento.

a y = (FS − 1)⋅ g ⋅ sin α Ec.(2.7)

donde:
FS = Factor de seguridad contra deslizamiento bajo
condiciones estáticas.
α = ángulo del talud.

Figura 2.15. Analogía propuesta por Newmark.


Fuente. Kramer (1995). Seismic slope stabilty and analysis of
the Upper San Fernando Dam. James Dismuke, 2002.

Dada la aceleración crítica, el segundo paso involucra la


introducción de un registro de aceleración. Cuando la
aceleración del movimiento del terreno excede la aceleración
crítica, a rel , el bloque comienza a moverse talud abajo. Los
desplazamientos totales acumulados son calculados por doble
integración del área del registro de aceleración que excede
la aceleración crítica a y . La primera integración entrega la
velocidad del bloque. La velocidad llega al peak después que
la aceleración base invierte la dirección y eventualmente la
velocidad declina a cero.
64

La segunda integración del registro de velocidad, produce el


desplazamiento durante cada instante en que la aceleración
crítica es sobrepasada.
Newmark asumió que el bloque sólo se mueve talud abajo, es
decir el bloque no se moverá hacia arriba del talud si la
aceleración estimada es excedida en dirección negativa.
En un análisis convencional de Newmark la masa deslizante es
asumida rígida, con una respuesta perfectamente plástica
implicando que la aceleración de terreno no cambia con los
desplazamientos.
Estudios adicionales, empleando la analogía del bloque
deslizante muestran que el desplazamiento es sensitivo a la
aceleración estimada y pequeñas diferencias en esto pueden
causar grandes diferencias en los desplazamientos esperados.
Estudios numéricos basados en este método de análisis han
inducido el desarrollo de útiles relaciones entre
intensidades del movimiento del terreno y las deformaciones
sísmicamente inducidas (Ambreseys & Menu, 1988; Makdisi &
Seed, 1978; Jibson, 1993). La relación propuesta por Makdisi
y Seed es mostrada en la figura 2.17.
Ambreseys y Srbulov (1994) realizaron estudios con el
objetivo de generar una ecuación para estimar la deformación
permanente de taludes; en la investigación se utilizó el
método de Newmark aplicado a una superficie de falla plana de
igual manera que los trabajos de Makdisi y Seed (1978).

Figura 2.16. Procedimiento de doble integración para calcular el


desplazamiento. Wilson and Keefer, 1985.
Fuente. Seismic criteria for California marine oil terminals.
Chapter 4. NFESC, 1999.
65

Figura 2.17. Relación empírica entre los desplazamientos de un


bloque deslizante y coeficientes de aceleración
(después de Makdisi y Seed, 1978).
Fuente. Seismic criteria for California marine oil terminals.
Chapter 4. NFESC, 1999.

Esta investigación se llevo a cabo sobre la base de 532


registros sísmicos de todo el mundo, de magnitud Richter
entre 5.0 a 7.7 y distancia focal menor a 25 Km. De la
información sísmica obtenida 398 registros corresponden a
mediciones realizada en suelo y 143 registros en rocas, con
una magnitud principal igual a 6.0 ±0.7 y una distancia focal
principal igual a 10 ±4 Km. Como resultado de los análisis
los autores desarrollaron una simple ecuación para estimar el
desplazamiento permanente ( µρ ) de taludes, para una
superficie de falla plana.

[
log (µ ρ ) = C1 + C 2 ⋅ M + C 3 ⋅ r + log (1 − q )
2.64
⋅ q −1.02 ] Ec.(2.8)

siendo:
µ ρ =desplazamiento permanente en cm.

r = distancia focal en Km.


M = Magnitud de Richter.
q = razón de aceleración a y a máx

Ci =coeficientes de regresión: C1 =-2.41; C 2 = 0.473 y C3 =-0.01

Esta ecuación tiene una amplia aplicación como primera medida


de la deformación permanente de talud, debido a la extensa
66

información sísmica utilizada. Raj (1996) propuso un factor


de modificación que permite extender el estudio anterior para
estimar el asentamiento por deslizamiento de taludes para una
superficie de falla circular.

Figura 2.18. Deformación semi-circular de un talud, según Raj,


1996.
Fuente. Métodos de equilibrio límite para análisis sísmico de
estabilidad de taludes. ACHISINA, 2002.

Este factor fue establecido mediante la implementación del


método de Newmark a cálculo de estabilidad de taludes
utilizando el método de Bishop.
Por lo tanto, el asiento ρ1, según Raj queda establecido por
la siguiente ecuación:

ρ1 = sin α o ⋅ µ ρ Ec. (2.9)

La utilidad práctica de estas ecuaciones y gráficos es que


permiten estimar de manera simple la deformación de un talud,
no siendo necesario resolver la ecuación de Newmark. Por lo
tanto, las relaciones presentadas pueden ser utilizadas como
primera aproximación para estimar el grado de deformación o
deslizamiento de un talud para una solicitación sísmica.

- Modelamientos numéricos avanzados para taludes. En


situaciones donde el movimiento de un talud impacta
estructuras adyacentes o hay otros problemas de interacción
suelo-estructura, es más común utilizar métodos numéricos
de modelamiento para estimar el rango de deformaciones
inducidas (Finn 1990). En general primero se calcula el
movimiento del suelo, y luego se determina la respuesta de
la estructura a esas deformaciones.
Las principales ventajas que este modelamiento son: que
permiten la evaluación de geometrías complejas, la
realización de estudios sensitivos para determinar la
influencia de varios parámetros en la estabilidad sísmica
de una estructura, la reproducción del comportamiento
dinámico de una forma mucho más realista, la consideración
67

de factores tales como la generación del exceso de presión


de poros en suelos durante el sacudimiento del terreno, la
reducción asociada de la rigidez del suelo y resistencia, y
por último la evaluación de la interacción suelo-estructura
y sus deformaciones permanentes.
Entre las principales desventajas de los métodos numéricos
de análisis destacan: el excesivo tiempo de ingeniería
requerido para construir el modelo numérico, los numerosos
parámetros del suelo requeridos, incrementando con ello los
costos en ensayos de laboratorio. Además, muy pocos de los
modelos disponibles han sido validados con casos reales,
por lo tanto, el nivel de incertidumbre en estos análisis
es aún desconocido.

Basado en el comportamiento de presas de tierras observado


durante movimientos sísmicos Seed et al. 1987 plantearon las
siguientes conclusiones generales para aquellas presas de
materiales de relleno o cimientos no licuables.
“virtualmente cualquier represa bien construida puede
soportar movimientos telúricos moderados, por ejemplo con
picos de aceleración de aproximadamente 0.2g y más, sin
sufrir efectos perjudiciales. Las represas construidas sobre
suelos arcillosos sobre cimientos de arcillas o rocas han
soportado sacudidas extremadamente fuertes de 0.35-0.8g con
una magnitud de terremoto de 8,25 sin daños aparentes”.
Estas conclusiones también se aplican en un sentido general a
los tranques de relaves, construidos con materiales similares
y empleando una compactación adecuada y buenas prácticas de
construcción.

2.2.9. Estabilidad sísmica en condición de abandono. Un depósito


de residuos minerales debe ser sometido análisis de
estabilidad sísmica para diversas edades a contar del término
de su etapa de crecimiento, a fin de asegurar un
comportamiento satisfactorio en la condición de abandono.
Como sismo de diseño, para los cálculos correspondientes a
una edad determinada, sean n años, corresponde utilizar el
sismo de magnitud máxima predecible para tal período.
Según plantea Jorge Troncoso, la resistencia del suelo, que
se debe usar frente al sismo de diseño de n años, debe ser
una resistencia modificada considerado el efecto de
envejemiento y los cambios de la estructura con la historia
sísmica.
Los cálculos de estabilidad, desarrollados de este modo,
deben ejecutarse para 10, 25, 50, 100 años. Estos cálculos
deben proporcionar, para cada edad los siguientes resultados:

- factores de seguridad de los taludes del depósito y


- desplazamientos residuales en los casos en que la
aceleración sísmica exceda la aceleración crítica, en uno o
varios ciclos.
68

Los efectos de envejecimiento y de la historia sísmica, en


las arenas y en los limos de residuos minerales, pueden
predecirse mediante análisis de dinámica de suelos, como
sigue:

- ensayos monotónicos para la determinación de las curvas de


estado crítico,
- ensayos cíclicos para la determinación de la resistencia
sísmica y del potencial de licuefacción y
- ensayos de penetración normal para la verificación de la
evolución de la resistencia y densidad con el tiempo.
La metodología a seguir en un proyecto determinado, para los
análisis de estabilidad en condición de abandono, depende de
los antecedentes disponibles. En el caso de una presa
antigua, se deben obtener muestras no perturbadas de
diferentes profundidades, en distintos ejes, en los muros y
en la cubeta, y establecer mediante ensayos, como los
detallados anteriormente, las curvas de predicción de las
variaciones futuras de las propiedades dinámicas.
En un depósito nuevo, cuya construcción ha sido precedida por
la de otros depósitos del mismo material, la prospección debe
hacerse en base muestras no perturbadas de las presas
antiguas.
En el caso de un depósito que se formará a partir de los
residuos de un nuevo concentrador, se deben aplicar técnicas
de diseño y construcción integrados. El análisis se inicia en
base a curvas de predicción establecidas por experiencia
respecto a la evolución de las propiedades dinámicas de
relaves de similar composición granulométrica y físico-
química. Estas curvas se ajustan periódicamente durante la
construcción del depósito, mediante ensayos de probetas no
perturbadas y mediante ensayos in-situ de resistencia a la
penetración y de propagación de ondas. La retroalimentación
de estos resultados permite ratificar los cálculos primeros
de estabilidad o introducir modificaciones, optimizando el
proyecto.
De especial importancia en todos los análisis dinámicos y en
particular en las predicciones de evolución de las
propiedades de los suelos, es el contenido y la composición
físico-química de los materiales finos, ya que su presencia
cambia fundamentalmente la densidad crítica de las
estructuras geotécnicas.

2.3. ANÁLISIS DE RIESGO SÍSMICO.

Chile es uno de los países de mayor actividad sísmica del


mundo. Esto se explica por la posición geográfica de nuestro
territorio, en la costa de subducción o fosa chileno-peruana,
donde convergen las placas tectónicas de Nazca y la Placa
Americana.
69

Chile tiene una frecuencia en terremotos 3 veces más alta que


Japón, país que la sigue y en 1960 sufrió el terremoto de
mayor magnitud registrado en este siglo. A pesar de ello, la
destrucción de obras industriales y edificios, la paralización
de actividades y las pérdidas humanas que se registran en la
historia sísmica nacional son considerablemente menores que en
países desarrollados como Estados Unidos, la ex Unión
Soviética, Nueva Zelanda o México.

Figura 2.19. Configuración típica de las placas en la costa


chilena.
Fuente. http://www.igp.gob.pe/cns/sismologia/

La situación más grave, relacionada al sector minero, se


produjo en el tranque de relaves El Cobre de la mina El
Soldado, perteneciente a la actual Compañía Anglo-American,
ubicado a unos 10 km. de La Calera, cerca de la hacienda El
Melón. En este lugar, y al parecer con el primer remezón del
terremoto, de Magnitud Richter 7.6 e Intensidad de Mercalli
entre VI y IX, el tranque cedió originando una avalancha de 10
millones de metros cúbicos de fango, ácidos, y residuos
minerales provenientes de la mina. El aluvión bajó a una
velocidad de 40 Km./h y a los 15 minutos del sismo estaba
cubriendo con una capa de entre 2 y 5 metros, el poblado
habitado por unos 150 a 200 mineros y agricultores, abarcando
una zona de aproximadamente 10 Km. de largo y 500 m de ancho.
El tranque no contaba con defensas apropiadas para eventuales
vaciamientos. Basados en este echo los procedimientos de
construcción de tranques aguas arriba han sido prohibidos por
ley desde 1970, lo cual esta establecido en el D.S N° 86.
Otro de los casos emblemáticos estudiados y mejor documentados
de fallas debido a esta causa, son los tranques de arenas de
relaves de El Cobre N°4, Veta de Agua N°1 y Cerro Negro N°4
durante el terremoto del 3 de marzo de 1985, ubicados a 118,
130, 140 km., respectivamente. A continuación en las figuras
2.20. y 2.21. se presentan algunos registros gráficos de tales
fallas.
Estos hechos demuestran que antes de realizar cualquier tipo
de análisis sobre la estabilidad sísmica de taludes y
70

estructuras es necesaria la realización de un detallado


estudio de sismicidad del sitio.

Figura 2.20. Foto aérea del tranque de relaves Cerro Negro N°4.
Fuente. 5a Jornadas Chilenas de Sismología e Ing.Antisísmica-1989

Figura 2.21. Foto aérea del tranque de relaves Veta de Agua N°1.
Fuente. 5a Jornadas Chilenas de Sismología e Ing.Antisísmica,
1989

2.3.1. Estudio de sismicidad del sitio. El objetivo de un


estudio de sismicidad es cuantificar el nivel y
características del movimiento del terreno, que pone en
riesgo el sitio analizado.
Un estudio de sismicidad comienza con la examinación
detallada de la información geológica histórica y sismológica
disponible, para establecer patrones de sismicidad y para
localizar posibles fuentes de terremotos y sus mecanismos
asociados. Este estudio tiene por objeto lograr una
descripción del terremoto para el cual la estructura debiese
71

ser diseñada. Una primera aproximación consiste en usar una


gran base de datos de epicentros en conjunto con la
información geológica disponible, para así formar una mejor
estimación referente a la probabilidad de ocurrencia de un
evento dado.
La figura 2.22 explica algunos términos que son comúnmente
usados en los análisis de riesgo sísmico. El hipocentro o
foco es el punto en que el movimiento es originado. Es
usualmente, el punto de falla causante de que el primer
deslizamiento ocurra, sin embargo, no es necesariamente el
punto a partir del cual, la mayor energía es propagada. El
epicentro es el punto en la superficie del terreno que se
posiciona directamente encima del foco. La profundidad focal
es la profundidad del foco por debajo de la superficie del
terreno. La distancia epicentral es la distancia desde el
epicentro al punto de interés en la superficie de la tierra.

Figura 2.22. Definición de términos sísmicos.


Fuente. Soil dynamics and special design aspects, Department of
Defense E.E.U.U, 1997.

El procedimiento presentado puede ser utilizado para


determinar la sismicidad de la zona en estudio.

- Evaluación de la situación tectónica y geológica de la


zona.
- Especificación de fuentes de fallas geológicas.
- Determinación de las condiciones del suelo.
- Obtener información del coeficiente de deslizamiento
geológico.
- Especificación del epicentro del área explorada e
información disponible.
- Especificación y formulación de un modelo de sismicidad del
sitio.
- Desarrollo de un modelo de recurrencia.
- Determinación del máximo evento.
72

- Selección de relaciones de atenuación del movimiento.

La estimación de las características máximas que puede tener


un movimiento sísmico en un determinado lugar durante un
tiempo especificado, constituye uno de los problemas
fundamentales de la ingeniería sísmica.
La información requerida para poner para aplicar este
procedimiento de ser entregada por un especialista en el tema
sísmico.

2.3.2. Sismo de diseño. En la evaluación del comportamiento de


los suelos bajo la acción de terremotos es necesario conocer
la magnitud y los parámetros del movimiento, de manera que
puedan ser utilizados futuros análisis. Entre los factores
que afectan el movimiento del terreno se pueden mencionar.

- Tipo de ondas. Ondas S y P, que viajan a través de la


tierra, y ondas superficiales que se propagan a lo largo de
la superficie o interfaz suelo estructura.
- Magnitud del terremoto. Eventos con magnitudes pequeñas
pueden producir grandes aceleraciones en el terreno próximo
y puede ser esperada una amplia gama de aceleraciones para
una misma magnitud.
- Distancia del epicentro. Es sabido que la distancia del
epicentro a la estructura es directamente proporcional a la
energía a la cual es sometida ésta.
- Condiciones de sitio. El tipo de suelo influye en el
proceso de amplificación o amortiguamiento de la energía
liberada por el evento
- Tipo de falla, profundidad e intervalo de recurrencia.
- Magnitud del sismo de diseño. Se puede definir el sismo de
diseño, para un sitio dado, en términos de la magnitud M y
de la fuerza del movimiento del terreno. Los factores que
pueden influenciar la selección del sismo de diseño son la
longitud de una posible falla geológica, relaciones entre
esta falla y la estructura tectónica regional, el
coeficiente de desplazamiento a lo largo de la falla, la
historia geológica de la estructura y la historia sísmica
de la región. El sismo de diseño, en términos
ingenieriles, es una aplicación de niveles de movimientos
del terreno que se requieren para que la estructura pueda
subsistir favorablemente, sin pérdida de la vida útil, con
un nivel de daños aceptables y sin perder su
serviciabilidad. La determinación del sismo de diseño, con
base estadística, considera la probabilidad de recurrencia
de un evento histórico.

Para estudios de riesgo sísmico se acostumbra a caracterizar


las fuentes sísmicas por la distribución de frecuencias de
ocurrencias de los sismos en función de la magnitud. Se
utiliza para ello la relación magnitud-frecuencia de la
forma:
73

log N = a − b ⋅ M Ec (2.10)

Esta relación empírica fue recomendada originalmente por


Gutemberg y Richter, donde N es el número anual de sismos
mayor o igual a M, a y b , son constantes que caracterizan la
zona sísmica ( a = 6,68 y b = 1,03 ; según Labbé y Saragoni).
De esta ecuación se puede determinar el período de retorno
medio para una magnitud M mediante la siguiente expresión:

1
O= Ec. (2.11)
N (M )

La probabilidad que ocurra un sismo con período de retorno


durante un tiempo T está dada por la relación estadística:

R =1− e −T O
Ec. (2.12)

En el caso de tranques de relaves se suele considerar que su


diseño debe ser sismo-resistente en un lapso no inferior a
dos veces la vida útil estimada, con el objetivo de tomar el
tiempo que tardarían las lamas en perder el exceso de
humedad. Por otra parte, dependiendo de la ubicación del
tranque en relación con los centros poblados y/o cultivados,
para estas condiciones se acepta una probabilidad excedencia
comprendida entre 20 y 30%. (Ref: Memoria del proyecto
Tranques de Relaves N° 5. Sociedad Minera El Sauce. 1996).
La magnitud de un terremoto puede ser especificada en término
del sismo máximo probable o terremoto máximo creíble. Se
define como sismo máximo probable, SMP, al movimiento de
mayor magnitud que es posible esperar en la región sísmica en
estudio. En caso de sismos subductivos se suele definir el
SMP como un sismo de tamaño levemente superior a la magnitud
máxima observada durante la histórica sísmica conocida de
esta región. Este, representa una carga de servicio que la
estructura debe resistir sin daños estructurales
significantes o interrupción de la operación. Por lo tanto,
el comportamiento inelástico de la estructura debería ser
limitado para asegurar la previsión del colapso y otros
trágicos daños o pérdidas de vidas.

- Selección de aceleración sísmica. La aceleración máxima de


terreno estimada para cualquier sitio puede ser calculada
siguiendo los pasos que se presentan.

- Ubicar el sitio del proyecto en un mapa geológico, que


también muestre todas las fallas activas ubicadas dentro de
los 100 Km. del sitio.
- Determinar el sismo de diseño, basado en la información
sismológica publicada para todas las fallas activas
identificadas en el paso anterior. Elaborar una tabla
mostrando el nombre de la falla activa, el sismo de diseño,
74

la distancia epicentral y la profundidad focal. La magnitud


que es empleada en estos estudios es la magnitud Richter.
También determinar si el sitio puede ser considerado como
un sitio sobre un lecho rocoso o como un sitio de suelos.
- Determinar la aceleración máxima de terreno para el sismo
de diseño determinado empleando las fórmulas de atenuación
de terremotos para cada tipo de falla específica. Las
relaciones de atenuación publicadas dependen directamente
de las siguientes variables: tipo de falla, sismo de
diseño, condiciones geológicas del sitio, y distancias más
cortas de la fuente al sitio para la falla. La aceleración
máxima de terreno que es empleada para propósitos de diseño
requiere el uso de criterio de ingeniería. Es posible que
los eventos sísmicos locales cercanos con magnitudes
menores del sismo de diseño puedan producir valores más
altos de aceleración máximas de terreno que las fallas de
distancias mayores. En estos casos, es necesario comparar
la duración estimada de sacudida fuerte y el período
natural de sacudida del terremoto y el sitio del proyecto
para la posibilidad de resonancia que se desarrolla en el
sitio.
El comportamiento de ondas sísmicas dentro de un tranque es
muy complejo. Dentro del tranque se produce simultáneamente
tanto la amplificación como la desamplificación de las
ondas del terreno en diferentes momentos y diferentes
lugares durante el terremoto. Dependiendo de la densidad de
masa del suelo o de la naturaleza del relave, que controlan
los módulos de corte y el amortiguamiento crítico del
material, puede producirse un ablandamiento de deformación
del suelo. Dependiendo de si el material es cohesivo o no
cohesivo, y del módulo de corte inicial, las condiciones de
saturación del cimiento y los materiales de depósito, los
ciclos repetidos de deformación por esfuerzo cortante
pueden conducir ya sea a deformaciones relativamente
menores, a deformaciones sostenibles, o a deformaciones
excesivas y posible licuefacción y fallas de flujo del
cimiento de suelo o del material de relaves. Cada sitio es
diferente, y puede responder de manera distinta a tipos
diferentes de terremotos. No es posible cuantificar cómo un
sitio determinado responderá a un terremoto particular sin
conocer los resultados de investigaciones detalladas de
campo y de laboratorio.
- Aceleración efectiva máxima. En la determinación de
espectros de diseño, se requiere estimar el valor de Ao,
aceleración máxima efectiva. Este parámetro no tiene una
definición precisa en términos físicos, pero se puede
visualizar como la aceleración máxima registrada en roca,
después de haber filtrado o eliminado las frecuencias muy
altas, correspondientes a la aceleración activa máxima,
que no afectan mayormente a las estructuras. Ao se obtiene
generalmente a partir de espectros de diseño, determinando
el valor espectral medio para períodos entre unos 0,1 a 0,5
segundos y dividiendo el resultado por 2,5. También se han
75

ideado procedimientos simples para estimar Ao a partir de


las aceleraciones máximas, multiplicando estas por un
factor que varia entre 2/3 y 1, dependiendo de la magnitud
de las aceleraciones. Para aceleraciones máximas de gran
magnitud de orden de 0,4g o superiores, se usa el factor
2/3, y para aceleraciones máximas menores que 0,2g se usa
un factor cercano a 1. Otro método para la obtención de la
aceleración máxima efectiva es utilizar los valores
recomendados por la Norma Chilena Oficial NCh 433. Of 96.
- Estimaciones de la aceleración máxima del terreno. Los
estudios de fórmulas de atenuación con la magnitud de
Richter y la distancia hipocentral han sido tratado por
numerosos autores debido a su importancia para la elección
de los coeficientes sísmicos de diseño y en la evaluación
del riesgo sísmico. A partir de estos estudios han sido
desarrolladas correlaciones entre el peak de la aceleración
y otras mediciones del movimiento del terreno, con la
distancia para varios eventos. Estas ecuaciones permiten
estimar el nivel de aceleración esperada del terreno en un
sitio a partir de un sismo considerado.
A la fecha, la mayoría de las fórmulas propuestas para la
aceleración máxima del suelo son del tipo:

A ⋅ eB ⋅ Ms
ámáx = Ec. (2.13)
(R + C )D
M = Magnitud de Richter.
R = Dis tan cia hipocentral Km.
A, B, C y D = Cons tan tes

En la obtención de una fórmula de atenuación, las constantes


dependen del número de sismos considerados, del universo de
aceleraciones y del mecanismo de interacción que genera dichos
sismos.
Labbé, Goldsack y Saragoni han propuesto la siguiente fórmula
de atenuación para la aceleración máxima promedio de sismos
chilenos registrados en suelos duros.

(0,8⋅M )
a máx =
4920 ⋅ exp
(cm seg 2 ) Ec ( 2.14)
( R + 25) 2

M = Magnitud de Richter.
R= ∆2 + H 2
+ 20 2 Km.
∆ = Dis tan cia epicentral. Km.
H = Pr ofundidad focal. Km.

Esta fórmula ha sido modificada posteriormente por Saragoni,


Crempien y Araya a:
76

(0,71⋅M )
a máx =
2300 ⋅ exp
(cm seg 2 ) Ec (2.15 )
( R + 60) 1,6

donde:

M = Magnitud de Richter.
R= ∆2 + H 2
Km.
∆ = Dis tan cia epicentral. Km.
H = Pr ofundidad focal. Km.

En el caso de los sismos chilenos se debe tener presente, que


valores altos de la aceleración máxima no corresponden
necesariamente a los valores altos de daño observado o
intensidad de Mercalli modificada.
Intensidad del sismo de diseño. En áreas donde los registros
instrumentales no están disponibles, la fuerza de un
terremoto ha sido usualmente estimada en la básica escala de
intensidades modificada de Mercalli, MM. La intensidad MM es
un número basado principalmente en una descripción subjetiva
de los efectos de un terremoto en estructuras y personas. La
magnitud, es una medición muy cualitativa del tamaño del
terremoto. La escala de intensidad MM ha sido correlacionada
con el peak horizontal de la aceleración del terreno por
algunos investigadores. Este hecho queda de manifiesto a
través de la siguiente fórmula empírica obtenida por
Saragoni, Crempien y Araya que relaciona aceleración máxima
esperada con la intensidad de Mercalli modificada.

I 1
log a máx = − Ec (2.16)
2,9 4,5

donde:

a máx = aceleración horizontal máxima medida en (cm seg 2 ) .


I = Intensidad de Mercalli mod ificada.

Existe otra ecuación que permite calcular que la intensidad


sísmica es la desarrollada por Barrientos (1980) a partir de
un gran conjunto de datos de intensidades en Chile. Esta
ecuación es de la forma:

I (r ) = 1.38 M s − 3.74 log (r ) − 0.0006 r + 3.85 Ec (2.17 )

I : int ensidad en la Escala Mercalli Modificada.


r : dis tan cia epicentral.
M s : magnitud calculada con ondas sup erficiales.

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