Pensamiento Crítico
Pensamiento Crítico
Pensamiento Crítico
Lectura de frase:
“El objetivo principal de la educación es formar hombres capaces de hacer cosas nuevas que
no repitan simplemente lo que otras generaciones han hecho: hombres que sean creativos,
que tengan inventiva y que sean descubridores. El segundo objetivo de la educación es
formar mentes capaces de ejercer la crítica, que puedan comprobar por sí mismas lo que se
les presenta y no aceptarlo simplemente sin más” Jean Piaget.
Actividad I: Elaborar un análisis de manera escrita relacionando la frase leída con el video
visto y compartir con el grupo.
George Carlín se pronunció sobre el “pensamiento crítico” en una de sus diatribas (críticas)
sobre los peligros de confiar nuestra vida y nuestra suerte a la toma de decisiones de una
ciudadanía crédula, desinformada e irreflexiva.
Enseñe a las personas a tomar decisiones acertadas y las equipará para mejorar su propio
futuro y para convertirse en miembros que contribuyen a la sociedad, en lugar de ser una
carga para ella. Ser educado y hacer juicios acertados no garantiza, en absoluto, una vida
feliz, virtuosa, o exitosa en términos económicos, pero ciertamente ofrece mayor posibilidad
de que esto se logre. Y es definitivamente mejor que afrontar las consecuencias de tomar
malas decisiones y mejor que agobiar a amigos, familia, y al resto de nosotros con las
consecuencias indeseables y evitables de esas decisiones desacertadas.
http://www.eduteka.org/pdfdir/PensamientoCriticoFacione.pdf
El problema:
Todo el mundo piensa; es parte de nuestra naturaleza. Pero, mucho de nuestro pensar, por
sí solo, es arbitrario, distorsionado, parcializado, desinformado o prejuiciado. Sin embargo,
nuestra calidad de vida y de lo que producimos, hacemos o construimos depende,
precisamente, de la calidad de nuestro pensamiento. El pensamiento de mala calidad cuesta
tanto en dinero como en calidad de vida. La excelencia en el pensamiento, sin embargo, debe
ejercitarse de forma sistemática.
Definiciones:
El pensamiento crítico es ese modo de pensar (sobre cualquier tema, contenido o problema)
en el cual el pensante mejora la calidad de su pensamiento al apoderarse de las estructuras
inherentes del acto de pensar y al someterlas a estándares intelectuales”
El resultado:
Mente abierta: El pensador crítico deberá indagar, examinar sus ideas y conocimientos.
Libertad de pensamiento: Es que uno aprenda a pensar por sí mismo y se guie de acuerdo a
sus principios, respetando su dignidad humana.
Entereza ante consecuencias: Es enfrentar con justicia las ideas, visiones, errores y
verdades del hombre.
Empatía intelectual: Es distinguir los puntos de vista de los demás y colocarse en el lugar
del otro para trabajar en un plano de justicia y equidad.
Integridad intelectual: Es la necesidad del pensador crítico, por ser honesto en su pensar
respetando sus convicciones individuales.
Confiar en la razón: Es depositar nuestra confianza en las personas que pueden pensar en
ellas mismas y en los demás guiados por los principios de claridad, coherencia y lógica.
Lectura complementaria
Desarrollo del pensamiento crítico: su relación con la comprensión de la lectura y otras áreas
del currículo de educación básica.
Lucía Santelices Cuevas
Si se considera el rápido avance y modificación del conocimiento en todos los campos del
saber, se hace necesario que la educación básica integre nuevas estrategias de enseñanza
que promuevan en los alumnos el desarrollo de habilidades superiores de razonamiento,
incluyendo el pensamiento crítico. Las asignaturas científicas, que forman parte del
currículum de este nivel, presentan entre sus objetivos fundamentales desarrollar la
habilidad para resolver problemas; pero, ello no basta porque no siempre las situaciones
reales más significativas los presentan explícitamente y se debe decidir, por ejemplo, cuáles
son los que necesitan ser resueltos. En consecuencia, los alumnos deberían adquirir
información adoptando una actitud crítica respecto a lo que leen y escuchan, de tal manera
que sean capaces de descubrir problemas, contradicciones, limitaciones y argumentos que
apoyen o refuten determinadas ideas o planteamientos y decidir racionalmente qué hacer
o creer. En este contexto, el desarrollo del “pensamiento crítico” lleva implícito un
importante valor formativo al que la educación básica debe propender si quiere responder
a las exigencias del futuro (McPeek, 1981; Siegel, 1980). Parece necesario entonces
desarrollar habilidades que capaciten al niño para procesar, aplicar, comunicar la
información adquirida y resolver problemas, no sólo en el contexto de las ciencias naturales,
sino también en las otras disciplinas del currículum. Riquelme (1983) plantea que es más
urgente en el futuro saber escuchar, procesar, evaluar y criticar información, que sólo
registrar y memorizar referencias ajenas. Este artículo contiene una revisión bibliográfica
en la cual primero se analiza la definición del constructo “pensamiento crítico y lectura
crítica”; en segundo lugar se establece una relación entre pensamiento crítico, procesos
científicos y comprensión de lectura y, por último, se sugieren algunas estrategias
metodológicas que pueden ser aplicadas por el profesor de educación básica en cualquier
instancia de su trabajo en el aula, con el fin de desarrollar el pensamiento y la lectura crítica
en los alumnos. Definiciones de pensamiento y lectura crítica La literatura define el
constructo “pensamiento crítico” en una amplia variedad de formas fluctuando entre
definiciones simples que lo consideran como capacidad para “deducir”, hasta definiciones
complejas que recopilan, entre otras, capacidades para deducir, inducir, evaluar, enjuiciar y
razonar. Asociadas con las investigaciones en este campo, aparecen divergencias,
inconsistencias y confusiones que han sido señaladas por distintos investigadores
(Santelices, L. y otros, 1982). * Coordinadora de Extensión y Comunicación de la Facultad
de Educación de la Pontificia Universidad Católica de Chile. En un intento por clarificar estas
divergencias, y con el fin de lograr una definición operacional del constructo “pensamiento
crítico”, Robert Ennis (1962) lo considera una macro-habilidad que comprende un conjunto
de conductas que se pueden agrupar en torno a tres dimensiones fundamentales: una
dimensión lógica que permite a una persona juzgar la relación próxima entre el sentido de
las palabras y las afirmaciones que ellas conllevan; una dimensión de criterio que capacita
a una persona para juzgar con su sentido común las proposiciones que se realizan en un
momento dado, independientemente del análisis lógico de las mismas, y una dimensión
pragmática que la habilita para decidir si la impresión de fondo propuesta en un juicio es
buena y suficiente para un propósito en una situación determinada. Para hacer operativas
las tres dimensiones que componen el pensamiento crítico, Ennis las descompone en un
conjunto de doce microhabilidades, a saber: 1. Comprender el significado de una afirmación.
2. Juzgar si una línea de razonamiento contiene ambigüedad. 3. Juzgar si se contradicen las
afirmaciones dadas. 4. Juzgar si una conclusión se desprende necesariamente de una
situación dada. 5. Juzgar si una afirmación es suficientemente específica. 6. Juzgar si una
afirmación constituye una aplicación de un principio dado. 7. Juzgar si una afirmación es
confiable. 8. Juzgar si una “conclusión inductiva” aparece justificada. 9. Juzgar si un
problema ha sido justificado. 10. Juzgar si una afirmación dada es una suposición. 11. Juzgar
si una definición es adecuada. 12. Juzgar si es aceptable una afirmación hecha por una
supuesta autoridad. Por otra parte, Cianciolo y Le Pere (1969) postulan que escuchar, leer
y pensar críticamente son tres habilidades que en conjunto pueden ser definidas como la
capacidad para analizar y evaluar ideas en términos de un estándar, norma o criterio. Para
ello no es posible considerar el pensamiento crítico como una habilidad específica, pues en
conjunto con las otras habilidades relacionadas con el manejo de información permitirían
al sujeto emitir un juicio acerca de los mensajes que ella transporta. Richard (1984) define
el constructo como un conjunto de “habilidades macrológicas integradas” que son
intrínsecas al carácter de la persona y están profundamente internalizadas en los procesos
cognitivos y afectivos de ellos. Swartz (1986) plantea que el pensamiento crítico
fundamentalmente es una habilidad que permite evaluar las fuentes de información, las
explicaciones causales y las inferencias. Russell (1956) propone que el pensamiento crítico
comprende una actitud general de cuestionar y dejar en suspenso un juicio: un hábito de
examinar antes de aceptar. Un planteamiento semejante es propuesto por Martha Rapp
(1988). Shardahow (1968), representante de la escuela rusa, postula que la labor mental
que pone de manifiesto las relaciones de causa y efecto, adquiere al mismo tiempo el
carácter de pensamiento crítico. Desde esta perspectiva, el alumno comienza a comparar lo
que ve y oye con lo que conoce y con lo que cree cuando empieza a desarrollar el
pensamiento crítico y es capaz de realizar inferencias. En relación con la definición de
lectura crítica, Strang y colaboradores (1975), plantean que lectura crítica es pensamiento
crítico aplicado a la lectura y que ésta desarrolla el hábito de pensar críticamente. La lectura
crítica estaría, según el planteamiento de estos autores, enraizada en la curiosidad
intelectual del lector, en su deseo de verdad, en su actitud mental cuestionadora y en su
habilidad para resolver problemas, analizar y juzgar. El lector crítico se movería desde un
pensamiento divergente hacia un pensamiento convergente porque, en función de su
pensamiento crítico, podría tratar las proposiciones del autor como hipótesis
corroborables, más que conclusiones para recordar. El lector crítico también debería ser
capaz de reconocer la influencia de sus propias emociones en la formulación de sus juicios.
La lectura crítica no sería sólo un proceso que le permitiría al estudiante conocer, sino que
también influiría en su capacidad para emitir juicio. Para Casteel y Stahl (1975) el
constructo lectura crítica constituye un conjunto de habilidades diversas que se podrían
resumir en 4 fases: 1. Fase de comprensión: se analiza una información. 2. Fase relacional:
se examinan los puntos de contacto entre la información nueva y los conocimientos previos
del lector. 3. Fase de valoración: el niño toma una posición personal frente al tema. 4. Fase
de reflexión: se expresa lo que se siente y cree en relación con el texto o información recibida
y procesada. En resumen, los antecedentes presentados permiten inferir algunos aspectos
que parecen desprenderse de los planteamientos revisados en relación con el pensamiento
y la lectura crítica. - Es un constructo complejo que parece comprender numerosas
habilidades de pensamiento ligadas a la comprensión. - Implica una posición activa del niño
frente a una información. - Compromete el desarrollo cognoscitivo y afectivo del alumno. -
Se relaciona con el procesamiento de la información verbal, frente a la cual el sujeto debe
observar, formular inferencias, hipotetizar y resolver problemas. - Implica emitir juicios de
valor frente a los planteamientos que conlleva una información verbal. Relación entre
pensamiento crítico, procesos científicos y comprensión
Un joven fue a solicitar un puesto importante en una empresa grande. Pasó la entrevista
inicial e iba a conocer al director para la entrevista final. El director vio su CV, era excelente.
Y le preguntó:
-¿Recibió alguna beca en la escuela?” el joven respondió “no”.
-“¿Fue tu padre quien pagó tus estudios? ”
-” Si.”-respondió.
-“¿Dónde trabaja tu padre? ”
-“Mi padre hace trabajos de herrería.”
El director pidió al joven que le mostrara sus manos.
El joven mostró un par de manos suaves y perfectas.
-“¿Alguna vez has ayudado a tu padre en su trabajo? ”
-“Nunca, mis padres siempre quisieron que estudiara y leyera más libros. Además, él puede
hacer esas tareas mejor que yo.
El director dijo:
-“Tengo una petición: cuando vayas a casa hoy, ve y lava las manos de tu padre, y luego ven
a verme mañana por la mañana.”
El joven sintió que su oportunidad de conseguir el trabajo era alta.
Cuando regresó a su casa le pidió a su padre que le permitiera lavar sus manos.
Su padre se sintió extraño, feliz pero con sentimientos encontrados y mostró sus manos a
su hijo. El joven lavó las manos poco a poco. Era la primera vez que se daba cuenta de que
las manos de su padre estaban arrugadas y tenían tantas cicatrices. Algunos hematomas
eran tan dolorosos que su piel se estremeció cuando él la tocó.
Esta fue la primera vez que el joven se dio cuenta de lo que significaban este par
de manos que trabajaban todos los días para poder pagar su estudio. Los moretones en las
manos eran el precio que tuvo que pagar por su educación, sus actividades de la escuela y
su futuro.
Después de limpiar las manos de su padre, el joven se puso en silencio a ordenar y limpiar
el taller. Esa noche, padre e hijo hablaron durante un largo tiempo.
A la mañana siguiente, el joven fue a la oficina del director.
El director se dio cuenta de las lágrimas en los ojos del joven cuando le preguntó:
“¿Puedes decirme qué has hecho y aprendido ayer en tu casa?”
El joven respondió: -“lavé las manos de mi padre y también terminé de asear y acomodar su
taller”
-“Ahora sé lo que es apreciar, reconocer. Sin mis padres, yo no sería quien soy hoy. Al ayudar
a mi padre ahora me doy cuenta de lo difícil y duro que es conseguir hacer algo por mi
cuenta. He llegado a apreciar la importancia y el valor de ayudar a la familia.
El director dijo: “Esto es lo que yo busco en mi gente. Quiero contratar a una persona que
pueda apreciar la ayuda de los demás, una persona que conoce los sufrimientos de los
demás para hacer las cosas, y una persona que no ponga el dinero como su única meta en la
vida”. “Estás contratado”.
Un niño que ha sido protegido y habitualmente se le ha dado lo que él quiere, desarrolla una
“mentalidad de tengo derecho” y siempre se pone a sí mismo en primer lugar. Ignoraría los
esfuerzos de sus padres.
Si somos este tipo de padres protectores ¿realmente estamos demostrando el amor o
estamos destruyendo a nuestros hijos?
Puedes dar a tu hijo una casa grande, buena comida, clases de computación, ver en una gran
pantalla de televisión. Pero cuando estás lavando el piso o pintando una pared, por favor
que también él lo experimente. Después de comer que lave sus platos junto con sus
hermanos y hermanas. No es porque no tengas dinero para contratar quien lo haga, es
porque quieres amarlos de la manera correcta. No importa cuán rico seas, lo que quieres es
que entienda. Un día tu pelo tendrá canas, igual que la madre de ese joven.
Lo más importante es que tu hijo aprenda a apreciar el esfuerzo y tenga la experiencia de la
dificultad y aprenda la habilidad de trabajar con los demás para hacer las cosas.”
Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan
difíciles. Cada vez que solucionaba un problema, aparecía otro. No sabía cómo hacer para
seguir adelante. Estaba cansada de luchar y consideraba darse por vencida.
Su padre era un chef y la llevó al restaurante donde trabajaba. Allí, sin decir palabra, llenó
tres recipientes pequeños con agua y los colocó sobre el fuego. En cuanto que el agua hervía,
colocó una zanahoria en uno; un huevo en otro, y unos granos de café en el tercero.
A los veinte minutos, el padre apagó el fuego. Sacó la zanahoria y el huevo y los puso en un
plato. El café lo dejo en el recipiente.
La hizo acercarse y le pidió que tocara la zanahoria y notara como era. Ella lo hizo y reportó
que estaba blanda.
Luego le pidió que rompiera la cáscara del huevo y notara como era el huevo. Ella lo hizo y
reportó que estaba duro.
Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma y sabor.
Él le explicó: “Los tres elementos enfrentaron la misma adversidad: agua hirviendo. Pero
cada uno reaccionó de manera diferente:
El huevo había llegado al agua frágil, protegido solo por su cáscara; pero se volvió duro.
Los granos de café, sin embargo, eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían
cambiado el agua.