Danza Cristiana
Danza Cristiana
Danza Cristiana
Si bien las emociones puede parecer que son impredecibles, siempre tienen su
origen en nuestra percepción de la realidad. Los sentimientos siempre se basan en
lo que creemos. Son como un barómetro que mide como está centrado nuestro
corazón en un momento dado, bien sea seamos conscientes de ello o no. Sentimos
temor porque nos encontramos con algo que trasciende nuestra comprensión. Nadie
tiene que recordarnos que debemos sentirnos tristes cuando oímos hablar acerca de
un niño que ha muerto inesperadamente, o cuando nos despedimos de unos adiós
que quizás nunca los volvamos a ver de nuevo. Muchas veces creo que no estoy
asustado cuando me paro frente al micrófono para cantar un solo, pero mi voz y los
latidos de mi corazón revelan otra cosa. En ese sentido, las emociones son como la
ventana de nuestro corazón.
Sin embargo, el hecho que una emoción se basa en lo que creo no necesariamente
indica como me siento. Dos personas pueden experimentar una misma emoción
pero estar motivadas por pensamientos totalmente distintos. La persona que
cantaba del solo mencionada en el párrafo anterior puede tener miedo por las notas
altas del canto. Pero otra persona puede sentir lo mismo si es la primera vez que
canta después de una operación y por lo tanto duda si su voz le acompañará. Otra
persona podría tener miedo al micrófono porque puede darle una descarga eléctrica
si está mojado. En cada caso, el miedo proviene de diferentes causas.
Así que para beneficiarnos de las emociones en la adoración, debemos descubrir los
pensamientos que producen lo que sentimos. Parafraseando a Jonathan Edwards,
las emociones no son la forma como Dios afecta nuestras vidas de una forma o de
otras. Nos puede afectar un cambio en la iluminación o un cambio en el decorado.
También nos puede afectar la habilidad de un músico o el estilo de la música. Por
supuesto, tanbien nos afecta las verdades bíblicas que estamos cantando.
De todas emociones que podemos experimentar durante nuestro culto, las que más
honran a Dios son las que tienen su origen en las verdades que profesamos.
Cuando canto una alabanza o un himno, mi corazón debe motivarse más por el
contenido de la letra y como tan impresionantemente me habla de Dios. De casi
nada vale salir de la reunión impresionado solamente por la música que he
escuchado, o por la atmósfera que he disfrutado. ¿Por qué siento que el servicio fue
"bueno"? ¿De qué manera Dios se me ha revelado? ¿Cómo el Espíritu Santo me ha
mostrado un atributo de Dios de una nueva manera? Si estamos convencidos de
que nuestras emociones deben utilizarse para la gloria de Dios, estas son la clase de
preguntas que debemos a preguntarnos.
Si decimos que amamos a Dios con todo nuestro corazón, que le deseamos más
que nada, que contamos todas las cosas como pérdida sólo por conocerle, con
seguridad nuestras emociones serán tocadas cuando damos culto en honor de Dios.
Expresiones corporales y la adoración
Hemos visto que la Biblia señala la adoración Dios como una actividad en la que se
involucran nuestras emociones. A pesar que la adoración en la cultura hebrea de la
antigüedad se expresaba en de manera muy distinta en muchos aspectos a la forma
como lo hacemos en la actualidad, no hay ninguna indicación en las escrituras en la
que se nos inste a que debamos cuidar nuestras emociones cuando adoramos a
Dios. Las expresiones externas pueden cambiar, pero las verdades que las motivan
no cambian.
Estas son preguntas muy importantes para el pueblo de Dios. El motivo es que
deseamos hacer todo para la Gloria de Dios, y debemos tratar de entender como
encajan nuestras emociones en la adoración cuando nos reunimos como Cuerpo.
Es obvio que todas las personas no reaccionan de la misma manera, ni que tampoco
una persona se inspira siempre de la misma forma. Lo que no debemos es dejar que
el temor a los hombres, las enseñanzas erradas y la complacencia nos impidan amar
a Dios con todo nuestro corazón, nuestra mente y nuestras fuerzas. Por las
maravillas de la creación, el milagro de un nuevo nacimiento, el sacrificio de Su
Único Hijo, por la paz de su cuidado soberano, por la bendición de su Palabra -- por
todo esto y por infinitas cosas más, Dios merece nuestras más puras y expresivas
emociones.
Para su Gloria
En nuestra entrega anterior vimos como una gran cantidad de pasajes bíblicos
confirmaban que Dios se place en actos físicos cuando le adoramos. Sin embargo
las manifestaciones externas que podamos hacer no garantizan que nuestra
adoración sea aceptable ante Dios. En esta oportunidad veremos las acciones
físicas que fueron condenadas por Dios debido al pecado que había en el corazón
de los adoradores.
Aun el más simple acto de permanecer de pie puede ser ofensivo a Dios si no está
acompañado de una auténtica devoción en el corazón. En Mateo 6, Jesús denuncia
a los hipócritas a quienes les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas
de las calles para que otros les vean.
Nuestras expresiones externas de devoción deben estar alineadas con las actitudes
llenas de fe de nuestra devoción interior. De otra forma en nuestra devoción la
adoración no existe. No importa cuántas expresiones corporales podamos hacer,
pues serán vanas si no hay un corazón contrito.
Jesús condenó tales actividades hipócritas como si fuesen una adoración sin valor.
En Marcos 7:6 dijo: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos
de mí"
En esta serie hemos visto hasta ahora como las Escrituras son compatibles con una
amplia gama de expresiones físicas en nuestro culto a Dios. También hemos visto
que las respuestas externas en sí mismas no son garantía de que una verdadera
adoración se esté llevando a cabo.
En 2 Samuel 6, vemos como Mical la esposa del rey David, su esposa, Michal, se
avergonzó y despreció a David al verle bailando con todas sus fuerzas ante el arca
del pacto. Ante tal desprecioDios respondió haciéndola estéril. Mark Buchanan
comenta al respecto que "Dios no es un guardián seguro de nuestra reputación. Dios
no es una deidad doméstica o "Mister Caballero Educado" que cumple con toda la
etiqueta de cortesía de la sociedad priggish nacional, un celestial Miss Manners la
intención de prescripción de la etiqueta que la sociedad mantiene cortés. Nuestro
papel en esta Tierra, ya sea como profeta, como rey, como sacerdote, o como ama
de casa, no es permanecer en la vergüenza. Debemos llegar ante el Rey, en
dignidad o indignidad, en presencia de la élite o en compañía esclavos, y darle culto
y con todas nuestras fuerzas" (Cristianity Today, oct 7, 2002, p. 53-54). Estas
palabras son muy fuertes, pero creo que vale la pena hacerles caso si estamos más
preocupados por lo que la gente piensa que por lo que Dios piensa.
Nuestras acciones físicas a Dios también puede ser moderadas por ideas teológicas.
Tengo buenos amigos a quien respeto profundamente y que aman a Dios
apasionadamente. Ellos conoce la Biblia mucho mejor que yo. También son más
reservados en la forma como expresan su integridad física. A sus juicios, el culto se
caracteriza por una actitud de reverencia y temor (Hebreos 12:28), de sobriedad y
solemnidad.
Estoy de acuerdo en que la reverencia y el temor son esenciales para el culto según
la Biblia, pero creo que esas actitudes no siempre se manifiestan físicamente de la
misma manera. Por otra parte, es imposible ignorar la multitud de ejemplos y
mandatos en las Escrituras que invitan a la celebración, a la pasión, a la alegría y a
la exuberancia, y todos ellos reflejados a través de nuestros cuerpos.
¿Cómo puede un pastor o un líder de una iglesia navegar con prudencia en las
tormentosas aguas de expresión física durante la adoración?
Como hemos visto en esta serie, expresar nuestro amor por Dios a través de
acciones físicas es natural y es bíblico, además es algo mandado por Dios. Pablo
nos exhorta para que por la misericordia de Dios presentemos "nuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional". Si bien
nuestro culto como respuesta física va más allá de cuando nos reunimos como un
Cuerpo, es fundamental que no descuidemos la importancia de esas expresividades
cuando nos reunimos.
Nuestros motivos para que se practique esta expresividad debe basarse en las
Escrituras en lugar de nuestras preferencias o nuestra personalidad. Extrovertidos e
introvertidos, jóvenes y viejos, los intelectuales y deportistas están llamados a adorar
a Dios de todo corazón en tal forma que se exprese valor supremo a Su dignidad.
Sea cual sea nuestro el punto en nuestra vida cristiana en que nos encontremos en
relación a nuestra expresividad hacia Dios, mi oración es que no nos centremos en
la físico sino en Aquel que es digno de nuestro mayor y puro afecto.
Con esto cierro esta serie, y espero volver ansiosamente escribir el próximo artículo
de esta columna para que juntos descubramos la importancia de nuestra adoración
hacia Dios
PREGUNTA:
RESPUESTA:
Quiero decirles lo que la Biblia dice acerca de la danza, apuntando a unos buenos
ejemplos y a otros malos. Entonces mencionar algunos principios sobre los cuales
podremos basar nuestras decisiones. Comencemos con Éxodo 32:6,19-25 Mientras
que Moisés estaba en la montaña hablando con Dios los Israelitas hicieron el cerro
de oro, en el proceso de adorar a ese ídolo comenzaron a bailar, este baile terminó
en desenfreno (algunas traducciones dicen "desnudos") y vemos que en ese caso el
baile les llevó a actividades muy pecaminosas. Sin embargo en Éxodo 15:20
encontramos a la hermana de Moisés, Miriam, bailando en celebración de la victoria
que Dios había dado al cruzar el mar rojo. En II de Samuel 6:12-16 se nos cuenta
que David bailó ante su Señor celebrando el retorno del Arca a Jerusalén.
En cada instancia donde se habla del baile entre el pueblo de Dios, sin ser pecado,
están bailando en adoración y alabanza a Dios. Aquí hay unos principios que
debemos tener en cuenta: Eclesiastés 3:4 hay un tiempo apropiado para bailar por lo
tanto hay otros tiempos inapropiados, el Salmo 149:3 y 150:4 ambos mencionan que
podemos adorar a Dios por medio del baile. En I Corintios 6:19-20 se nos recuerda
que nuestros cuerpos pertenecen a Dios y son el templo del Espíritu Santo por lo
tanto todo lo que hacemos con el cuerpo debe glorificar a Dios.
Cuando bailamos para atraer la atención, para que la gente nos vea y nos observe,
entonces sería pecaminoso. En I Corintios 7:1-3 se nos dice: "bueno le sería al
hombre no tocar mujer". Pablo reconocía que los varones tienen un impulso sexual
muy fuerte y si no nos cuidamos nutrimos esos impulsos. Muchos estilos de bailes
precisamente son muy tentadores, especialmente al varón. II Timoteo 2:22 Pablo le
dice al joven ministro Timoteo "huye de las pasiones juveniles" cualquier tipo de baile
que anime los deseos sexuales es pecaminoso y en Mateo 18:6 se nos dice que no
seamos causa de piedra de tropiezo a otros. En I Tesalonicenses 5:22 Pablo nos
dice que evitemos toda clase de maldad. En fin, hay muchos bailes que son
inapropiados para el creyente, pero a la vez la Biblia nos dice que podemos bailar de
manera que no tentemos a la carne, pero traemos gloria a Dios.
www.logoi.org
Hace unas semanas en la revista TIME salió un artículo de Barbara Barker (esposa
de un Pastor muy usado por Dios) y su escuela de danza en una iglesia de
Chattanooga, Tennessee en USA. El tipo de danza es ballet clásico y con esas
danzas hacen dramas por ejemplo del Hijo Pródigo, de las 10 vírgenes, de la
Resurrección, y son tan bien presentadas y bíblicamente hechas que conmueven al
público y les ayudan a entender la verdad de Dios. Ella fue una bailarina profesional
que llegó a Cristo y se dio cuenta del valor de ese tipo de danza para ilustrar las
verdades del Evangelio. Yo veo eso como una añadidura a la comunicación de la
iglesia y no como un perjuicio. Me interesó una declaración de la esposa del famoso
evangelista Billy Graham en que dice: "Esta vieja cristiana nunca aprendió a bailar
pero siempre he tenido una esperanza secreta, que arriba en el cielo se nos
permitirán los valses y bailes parecidos". Usted como pastor al tratar el tema en su
iglesia no se trata de prohibir la danza pero asegurarse en la celebración que hacen
por lo que Dios ha hecho por ustedes, se haga de tal forma que Dios en realidad sea
glorificado y que no se vuelva en algo carnal.
En Cristo,
Les Thompson
Ministerios LOGOI
www.logoi
DANZA CRISTIANA
Teoría y Práctica
MINISTERIO DE DANZA RHEMA
EL AMOR DE DIOS es la premisa de la cuál partimos para todo proceso en DIOS, y
es realmente la llave de la experiencia gozosa de la vida:
DIOS NOS AMA, EN PARTICULAR Y SIN CONDICIONES, ESTA TOTALMENTE
ENAMORADO DE CADA UNO DE NOSOTROS.
Se podría afirmar que todos los vacíos existentes en el ser humano surgen en su
mayoría de dos necesidades esenciales:
Ser amados, y Amar
La danza, en primer lugar es un proceso sanador tanto de los integrantes, como de
la comunidad. En la medida, en que se enseñe y se vivencie que "el amor de Dios es
incondicional y todos los días Él nos lo regala", este proceso se hace realidad,
puesto que la primera necesidad esencial ya estará colmada (ser amados), y la
segunda será consecuencia de la primera (amar).
Un segundo proceso que Dios regala, con la experiencia de la Danza es la expresión
de sentimientos: Por la cultura en que estamos inmersos, cada día se nos obliga a
no expresar nuestros sentimientos y reprimirlos, en función de agradar al mundo. La
Danza le permite al ser humano romper tal esquema, y con cada paso, con cada
coreografía, con cada movimiento, con cada oración se va rompiendo la rigidez
interna de cada persona, lo que le permite expresar y sentir en forma más adecuada
y sana.
Tercero, el proceso espiritual no es un proceso solamente individual sino
comunitario, la revelación de Dios se hace a través de una comunidad, siendo
nuestra comunidad mayor La Iglesia Bautista y la esencial nuestra familia. Es por
esto que los Danzantes a Dios, tendrán necesariamente el objetivo de conformarse
como un Ministerio, es decir como una comunidad orante y con una misión
evangelizadora.
Cuarto: El trabajo realizado por el ministerio de danza tendrá que reflejarse ante la
comunidad, cumpliendo una misión básica, la de ser intercesores de las necesidades
de las personas pertenecientes a la iglesia. Intercesora, al ser una oración que
clamorosamente expresa la creencia en el Amor y en el Poder de Dios, permite la
actuación de Dios en forma más fuerte y efectiva.
Transición Judeo-Cristiana
Jesús, los discípulos y primeros seguidores, en su mayoría eran judíos, y
practicaban las leyes hebreas con sus costumbres. Una vez Jesús realiza su labor
evangelizadora, se inicia la formación del culto y ritual de la primera Iglesia Cristiana,
donde comienza a fusionarse esta tradición hebrea con el nuevo mensaje de Cristo
Jesús. De lo anterior podemos deducir que la danza pudo ser parte de los rituales de
esta primera Iglesia, más aún teniendo en cuenta la importancia de David dentro de
las escrituras, dentro de la vida de Jesús, (donde a Jesús se le nombra varias veces
en el nuevo testamento como el "Hijo de David").
El ejemplo de David, la forma de orar, su contacto íntimo con Dios, sus mensajes y
expresiones orantes como la danza, no podrían desaparecer dentro de las formas de
alabar a la Santísima Trinidad.
Si desean compartir acerca de la Danza y/o desean mayor información pueden comunicarse a través del e–
mailericdelosrios@gmail.com o visitar el blog del ministerio de danza rhema vinculado al ministerio de alabanza
kadosh de la iglesia bautista genezarethhttp://rhemadance.blogspot.com
Danza, una bella expresión de adoración a Dios
Introducción
Muchas son las manifestaciones con las que podemos alabar a Adonai por sus
maravillosos hechos, diversos son también los sentimientos y emociones que se
mueven cuando la alabanza esta en su mas alto clímax; la alegría y el regocijo son
algunas de las emociones que existen en nuestro corazón cuando alabamos a
Adonai; ahora, ¿Como podemos manifestar esta alegría y gozo internos, en nuestro
exterior? El Salmo 150 nos enseña cual es la mejor forma de expresar nuestras
emociones al alabarle.
La Torah no condena dar rienda suelta a nuestras emociones siempre y cuando
estén sujetas a la voluntad de D'os expresada en sus Mitzvot. David manifestaba
con cantos y danzas la Gevurah de Adonai, y esto nunca ofendió al Eterno D'os de
Israel, aun cuando se envileció delante de todo el pueblo humillándose para exaltarle
a El; cuando Milca reto a David HaMelej por excederse en sus manifestaciones de
Alabanza en medio del pueblo, D'os la reprendió no dándole descendencia con
quien subir al Trono de David.
Hoy día dentro de la Bet Haknesset, nuestro corazón debe ser similar al de David
HaMelej, Imitando sus meritos delante de D'os, conduciendo Aarón HaKodesh con
Gran Alegría y Gozo, manifestadas en Danza, Cantos y Alabanzas gloriosas; que
emanan de nuestro corazón.
El Salmo 150 contiene las instrucciones explicitas para Alabar al Eterno: Inicia
diciendo, donde debemos alabar (v1) y continua por que debemos alabarle (v3),
luego nos instruye como alabarle (vv3-5) y culmina diciendo quienes deben de
alabarle (v6).
En esta oportunidad nos ocuparemos de cómo alabarle; en particular del versículo
cuatro en la parte "A": Alabadle con pandero y Danza, Sin embargo debemos
observar que a partir del versículo 3 nos enseña a alabarle con distintos
instrumentos de música, con los cuales componer alabanzas para D'os, también
debemos notar que en Tehilim 150 no aparece la palabra Shir (canto), por lo que
debemos suponer que halal es en si misma, es una composición de alabanza.
ALABADLE CON PANDERO
Su definición
Conclusión
El Salmo 150 nos ha enseñado mucho al respecto de la alabanza a Adonai, si bien
es muy lógico lo que nos enseña, también podemos observar que pocas veces, si no
es que nunca, logramos tener un momento de alabanza de acuerdo a la instrucción
dada por HaShem, es por esto que debemos esforzarnos cada día por tener un
corazón alegre. Felicidad en nuestra vida que solo viene de hacer la voluntad de
D'os.
Posted 11th October 2010 by rossana diaz de bellido
Labels: PANDERO ALABAD CON PANDERO Y DANZA DANZA
LA DANZA DAVÍDICA
Antiguo Testamento
Chul-chil: Dar vueltas, remolinear (Jue 21:3-21).
Machowl: Danzar en círculo (Sal 30:11; 149:3; 150:4; Jer 31: 4,13).
Pazas: Brincar, ser ágil, saltar, danza en hileras, campo de batalla (2 S 6:16).
Nuevo Testamento
Hallomai: Brincar, saltar (Hch 3:8).
Pandero:
Usado como instrumento para alabar a Dios (Sal 149:3).
Utilizado en la danza (Jer 31:4; Sal. 150:4).
Para celebrar victoria sobre el enemigo (Ex 15:20, Is 30:32).
Banderas y pendones:
Elemento de victoria en medio de la batalla.
Símbolo de señorío del Señor.
Tomar territorio (Is 59:19; Sal 20:5; Is11:12)
Streamers o cintas:
Representa en la danza el río de Dios y restaurado para glorificarlo (Is 30:25).
Se utiliza en la guerra espiritual (Is 30:33)
" Alaben su nombre con DANZAS; canten al son del pandero y de la lira."
“Los fieles se REGOCIJARAN con GLORIA; cantarán desde sus CAMAS."
“Exalten a Dios con sus GARGANTAS, y con espada de dos filos en sus
manos," Y (Salmo 150:3-6)
“¡Alabadle con toque de corneta! ¡Alabadle con lira y arpa!
¡Alabadle con panderos y DANZA! ¡Alabadle con instrumentos de cuerda y
flauta! ¡Alabadle con címbalos resonantes! ¡Alabadle con címbalos de
JÚBILO!
¡Todo lo que respira alabe a Jehovah! ¡Aleluya!
En que circunstancias se danza?, como opera este fenómeno de la relación
humano con Dios? Bajo que reglas se produce?
Hay hasta tres formas en que el ser humano manifiesta el danzar
supuestamente para Dios.
a) Expresiones corporales de danzas de personas que aman a Dios, y
denodadamente quieren expresar en "su voluntad" su adoración y
alabanza a Dios. Durante estos gestos corporales y de voces, el control lo
tiene la persona en su mente y en sus movimientos, el decide cuando,
como, duración, y forma de danzar. Yo no censuraría cáusticamente a
estas personas, porque su motivación es sincera, genuina, pero no llevan
presencia del Espíritu, esa danza no es fruto alimentado por Dios.
Los fines son encomiables, pero los medios son de su propia carne,
porque no dejan a Dios que sea el quien actúe según su voluntad.
Este danzante, "seguirá" el ritmo y los compases de la música, su sentido
sensorial esta en las tonalidades, y se moverá conforme evoluciona la
música o los instrumentos. El "estímulo" es el marco musical, y también se
convierte y sin ya proponérselo, en el "objetivo" de su gesto corporal.
b) Danzas de personas cuyas motivaciones son artísticas, comerciales, u
otras ajenas al objetivo de adorar santamente a Dios. Estas personas
están en plena operación de sus actos y movimientos completamente;
saben cuando entrar, cuando salir, de los ritmos, cuando poner mas
énfasis, cuando influir en el publico, cuando generar palmas, cuando
estimular sensaciones y emotividades en el publico.
Ellos manejan personal y directamente el escenario, y pueden hacer
muchas cosas porque tienen los comandos musicales y protagónicos de la
coreografía y los fines que persiguen; todo esta conversado con
antelación; y pueden manipular muchas cosas desde exacerbar al publico
hasta hacerlo entrar en cierto éxtasis.
Sus ritmos, acústica, y géneros musicales, generalmente, no son géneros
para adorar santamente a Dios, son géneros mundanos, con matices de
rock, salsa, jazz. Tampoco dudemos que entre el publico haya gente
sincera, que crea que esa es la forma magnifica de adorarle, y de que el
Espíritu se esta paseando allí; a lo mejor caiga de espaldas, porque sienta
la presencia de Dios.
Los instrumentos aunque con ellos se puede interpretar todo género de
música, para la música de Dios también deberán ser los apropiados, con
los cuales se puedan hacer los sonidos musicales que expresen la belleza
del amor cristiano al Señor.
Cualquiera puede ver una casa por fuera cómo es, pero mientras no entre
no sabrá que hay adentro de ella, de qué realmente esta construida, ni el
tipo, de servicios que tiene, ni la calidad de sus materiales, ni quién habita
realmente allí.
No me aventuraría a decir 100% que ese hermano no haya sido tocado
realmente por el Espíritu de Dios, o este fingiendo, simulando. Hay ciertos
indicios, por sus frutos, que podrían permitir discernir en el Espíritu si es
presencia o no de Dios. Pero me pregunto también si Dios habitara en el
ambiente del desorden, el fraude, la pecaminosidad? A lo mejor alguien
querrá denegar con (1Co 1:27-29) "Y lo vil del mundo y lo menospreciado
escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie
se jacte en su presencia".
c) Personas que danzan definitivamente por el poder del Espíritu de Dios,
cuándo, cómo, dónde, duración, y forma en que el quiere manifestarse.
Esta es la danza de santidad, de la que habla la biblia.
Que no se sujeta a formas convencionales, ni va necesariamente al ritmo
de la música, ni tiene formas establecidas, son comandadas por Dios, hay
orden, decencia, gozo, júbilo, paz, moderación; responde a determinadas
formas musicales que produciendo gozo inefable, dan paz, no exacerban
los sentidos, son ministrados por el Espíritu.
Hay cadencia y sobriedad en estos movimientos, que pueden ser de
manos, o del torso en forma balanceada, o de los pies, o de pequeños
saltos; las personas no están en ningún trance, son conscientes, están
quebrantados por la presencia de Dios en sus almas.
He podido ver danzar en forma de rondas o tomados de las manos, en
círculos, también a algunos dar ciertas carreras y saltar, pero en esos
movimientos había una dedicación de cada movimiento a Dios, esas
gentes como mirando al cielo, buscando o tratando de agarrar algo.
No me atrevería a juzgar mal o criticar a estas personas, o lo que hacen,
porque yo no sienta algo como ellos; porque en el ambiente no había
desorden, ni gritos extraños, las personas cantaban armónicamente, no
dejaban de adorar en ningún momento.
El tiempo pasa, se siente la presencia de Dios ahí, porque hay una paz
masiva, un gozo profundo, una fe, una seguridad, una sensación de
protección; y por supuesto hay lenguas; y como que el Espíritu no quiere
irse, que esta gozoso de que su pueblo lo adore en espíritu y en verdad.
Alguien que no ha vivido esta bendición de Dios, no podría entenderlo.
Cuando la TV apareció en USA, en Latinoamérica nadie la había visto
pero la gente creyó y espero que llegara; cuando el hombre llego a la luna,
nadie fue con el, pero todos hemos creído. Aquel que vivió en las alturas
andinas, o en la selva amazonense, nunca vio el mar, pero sabia y creía
que existía una inmensidad de agua organizada y controlada ahí al otro
lado de sus tierras.
Dios nos dé humildad, humillación, esperanza, entendimiento; para
conocer las cosas del Espíritu aun no reveladas a nuestra experiencia; a
veces por incredulidad, por dureza de corazón, por insensibilidad
espiritual, por fanatismo, por legalismo religioso; o porque no se lo hemos
pedido con denuedo, con quebranto, con interés, con ayuno, con oración,
con santidad, con amor de prójimo, y corazón limpio.
El Señor nos bendiga.
Las Danzas de Poder y Unción.
Danza De Liberación.
Es un tipo de danza con movimientos rápidos o violentos pero en orden de batalla,
en el hebreo significa Hepnaniah (Danza Violenta) con toda tu fuerza.
Danza Profética.
Es una forma distinta de la danza sagrada en la cual la revelación es recibida por el
Danzor de Dios y se manifiesta en el movimiento para llevar un mensaje a la gente.
¿Quién lo
Objeto Referencia ¿Cómo se Usó?
usó?
Éxodo 4:2- Para hacer milagros delante de
Una Vara Moisés
4 Faraón
Trompetas Josué 6:3-5 Josué Para Derribar las murallas de Jericó
2 Reyes Para demostrar el poder de Dios para
Aceite Eliseo
4:1-7 proporcionar sustento
Cinturón de Jeremías Como una lección objetiva de la ira de
Jeremías
lino 13:1-11 Dios
Cinco panes Marcos Para alimentar una multitud de más
Jesús
y dos peses 6:30-44 de cinco mil personas.
Estas son algunas referencias bíblicas de Personas e instrumentos utilizados
por Dios para expresar su poder, en este mismo orden de ideas veamos los
utilizados en la Danza.
María la
Éxodo profetisa Para expresar la victoria después que
Pandero
15:20 hermana de el Señor los Saco de Egipto.
Aarón
1 Reyes
Manto Elías Para el llamado al ministerio
19:19
Vasija de Jeremías Para demostrar el poder de Dios de
Jeremías
barro 18:1-6 transformar las vidas
Cinturón de Jeremías Como una lección objetiva de la ira de
Jeremías
lino (Cintas) 13:1-11 Dios
Para convertir el alma, nos hace
sabios y alegran el corazón son guía a
La Palabra Salmo
David nuestros caminos nos señalan el
de Dios 19:7-10
peligro y nos libra de él hasta
llevarnos a la victoria.
Fuente: La Biblia del Diario vivir.
Tipos de Danza
Danza Intérprete
Es un tipo de danza que se expresa a partir de movimientos corporales, lo que el
Espíritu Santo esta diciendo a través de la música o letra de un himno se puede
hacer individual o en grupos.
Danza Contemporánea
Es un tipo de expresión corporal que no está basado en la técnica del ballet clásico,
y que conlleva menor rigidez de movimientos; se busca expresar a través del danzor
una idea, un sentimiento o una emoción.
Danza Ballet
Es el nombre específico dado a una forma concreta de danzar y su técnica; se
requiere una concentración para dominar el cuerpo, añadiendo además un
entrenamiento en flexibilidad, coordinación y ritmo musical.
Danza Judío Mesiánico
Es una combinación de música, danzas contemporáneas y coreográficas del
Folklore israelí con pasos definidos y con significados propios del Judaísmo
Mesiánico.
Danza Nacionalista
Es una mezcla del ballet, danza contemporánea y principalmente la danza
tradicional y popular, es indispensable mucha disciplina para mejorar la
representación de nuestros bailes típicos de cada país.
NOTA: Todas estas expresiones de danza mediante movimientos corporales, fueron
creadas para adorar y alabar a nuestro SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO DE LA
MANERA MÁS AUTENTICA POSIBLE.
Instrumentos de Danza I
Danza con Panderos
Comencemos por definir lo que es un pandero, y los diferentes nombres usados en
la Biblia.
Instrumentos de Danza II
Danza con Mantos:
El manto es un instrumento muy importante dentro del ministerio de danza, ya que
por medio de él llamamos la presencia de Dios, e impartimos palabra profética,
bendición, liberación, gozo, entre otros.
¿QUE ES EL MANTO?
Es una vestidura, una túnica, capa ó una ropa; Era una especie de capa
confeccionada con lino y algodón.
Los profetas utilizaban mantos de piel de ovejas. (Zacarías.13:4).
El manto tipifica la cobertura y protección de Dios. (Ezequiel. 16:8).
El libro del Profeta Zacarías nos habla de no utilizar o ministrar con manto cuando se
esta en pecado, porque lo que se va a ministrar es un fuego
extraño.
Por eso es de vital importancia vivir en santidad para poder ministrar bajo la guianza
del Espíritu Santo.
En Adoración:
Espíritu Santo.
Buenas Nuevas.
Ríos de Dios.
Rey de Gloria.
Reverencia, Humillación y Exaltación a Dios.
Danza con Banderas
¿Que es una Bandera?
Es un lienzo para hacer señales o un pedazo de tela por lo general rectangular
asegurada por uno de sus lados con un asta y que posee elementos difenciadores
para servir como insignia a un pueblo o nación.
Jehová Nissi significa el Señor es mi bandera al danzar con una bandera declaramos
la soberanía es del señor, que delante de nosotros va el todopoderoso, el que pelea
por nosotros y que somos el pueblo de Dios (Éxodo 17:15, 33:19 Josue 1:2-4 Num
2).
LOS ORIGENES DE LA DANZA CONTEMPLATIVA Y SAGRADA. 2009
DANZA CONTEMPLATIVA: ORAR DESDE LO PROFUNDO DEL CORAZÓN.
Victoria Hernández
Al andar
No estamos habituados a ver una danza en nuestras celebraciones u oraciones
comunitarias, aunque en los últimos años es posible que nos hayamos sorprendido
al contemplar a un grupo de personas llevar las ofrendas, dar gracias o hacer una
petición con todo su ser y al ritmo de la música. Y aún más sorprendente es que nos
hayan invitado a danzar a todos los allí reunidos, especialmente si estamos en un
congreso, un encuentro, unas jornadas, donde de una manera especial se celebra la
reunión de personas de distintos ámbitos y con un interés común. Parece que la
danza ayude a sentir la unión y a expresar la alegría del encuentro en nombre de
Aquel que nos ha convocado.
Las danzas contemplativas son danzas sencillas, fáciles de aprender, que no exigen
grandes desplazamientos, a veces ni siquiera nos movemos de nuestro sitio. De
carácter lento, nos provoca una sensación de relajación, de calma mental y en
general, nos ayudan a entrar en un clima de oración.
El sentido de la danza contemplativa
La Danza Contemplativa no busca enseñarle a nadie quién es Dios, aunque le
nombremos, nos dirijamos a Él y digamos alguno de sus rasgos. Pero sí busca
mostrar un camino para escucharle en nuestro interior y no vivir indiferentes a Su
Presencia. Cuando bailamos en una celebración, suele ocurrir que cambia el clima
de dicha celebración. Nos emociona ver la danza porque nos emociona
profundamente que nos recuerden que somos hijas e hijos amados de Dios, con
quien establecemos un vínculo personal y amoroso.
La danza en grupo recuerda que no hemos venido a este mundo para ser
indiferentes a la realidad de nuestros hermanos. Dios nos quiere unidos,
apoyándonos unos a otros, amándonos unos a otros.
Quién puede danzar
Dado el carácter suave y lento de los movimientos, prácticamente todo las personas,
aunque no hayan bailado en su vida, aunque tengan 80 años, pueden danzar.
Son danzas sencillas, pudiéndose hacer adaptaciones para simplificar aún más la
danza o adaptarla a las características de algunos grupos, por ejemplo aquellos con
alguna discapacidad. Personalmente he danzado con pacientes psiquiátricos, siendo
el proceso de aprendizaje mucho más lento.
Porque todo el mundo puede danzar. Todos pueden hacer un silencio en su interior
para encontrarse con Aquel que le ha creado, que le ama. O al menos, empezar un
proceso que le lleve poco a poco a ese encuentro.
El objetivo no es danzar bien sino gozar de esa danza, de esa oración. Por eso,
quienes se preocupan obsesivamente de hacerlo bien, de quedar bien ante los
demás, andan un tanto despistados. Aprender bien viene bien para luego gozar.
Pero si no, pues a gozar igualmente, aunque cambiemos algún paso, aunque gire al
revés que todo el mundo. ¿A Dios le importará? A mí, tampoco. Es verdad que si
vamos a danzar en representación de la comunidad, conviene hacer los ensayos
necesarios para que visto desde fuera no rompa la armonía del conjunto. Y aún así,
si estoy en oración, probablemente nadie le dé importancia a mi error, pues la paz
que transmito absorbe la atención del que observa. Estamos sedientos de Paz.
Eso sí, cuando dances, mírame por favor. Algunas danzas establecen contacto
visual entre el grupo. Dejémonos ver lo profundo de nuestros corazones. En la
medida que podamos y queramos. Igual encuentro ahí el Misterio que habita en mi
propio corazón y que ando buscando debajo de tantas piedras. Piedras muertas. Y
AQUÍ TENEMOS PIEDRAS VIVAS.
Las raíces de la danza que contempla
Todas las culturas han utilizado la danza como medio de comunicación con aquello
que transciende al ser humano, miremos al continente que miremos. Cada cultura lo
hace a su modo, de una manera más reverente o una forma más desenfrenada o
eufórica.
Todas las grandes religiones incluyen de una forma u otra la danza. Así los sufís,
místicos del islam, desarrollan su famosa danza de los derviches con la que buscan
tener un experiencia de encuentro con Dios, llegando al trance.
En la Biblia la costumbre del pueblo hebreo de danzar a Yahvé queda manifiesta en
numerosos pasajes. Por ejemplo, tras atravesar el mar Rojo, “María, la profetisa,
hermana de Aarón tomó en sus manos un tamboril y todas las mujeres la seguían
con tamboriles y danzando” (Ex 15, 20). Tenemos además testimonios de que no era
algo sólo habitual del pueblo judío en su culto a Yahvé sino que otros pueblos dando
culto a otras divinidades también utilizaron la danza, en algunos casos incluyendo
ritos sangrientos: “Estuvieron invocando el nombre de Baal desde la mañana hasta
el mediodía, diciendo: ¡Baal, respóndenos! Pero no hubo voz ni respuesta.
Danzaban cojeando en torno al altar que habían hecho. Gritaron con voz más fuerte,
haciéndose incisiones, según su costumbre, con cuchillos y lancetas hasta chorrear
la sangre por sus cuerpos” (1 R 18, 26. 28).
¿Y el cristianismo? ¿Danzó su alegría de saberse salvado? ¿Pregonó de mil
maneras, incluida la danza, que Dios nos ama, que podemos encontrarnos con Él?
Así lo ha hecho y aún lo hace, más frecuentemente en culturas donde el cuerpo es
más aceptado y está más integrado como obra amorosa y gozosa del Creador, allí
donde la influencia de la dicotomía cuerpo-mente no desprestigió al cuerpo.
Sabemos que a lo largo de los veinte siglos de cristianismo ha habido danza por
distintos escritos, ya sean de los propios padres de la Iglesia, de himnos, textos
ceremoniales, de biografías o cartas de santas/os… y por decretos que comenzaron
a prohibir la danza debido principalmente a abusos como llegar a danzar bajo los
efectos del alcohol, en torno a tumbas de mártires, en los primeros siglos del
cristianismo.
Sabemos que danzaba el pueblo, pero que también lo hacían los sacerdotes,
monjes y obispos. Así mismo, sabemos de santos y santas que expresaban con el
movimiento su fervor hacia Dios. Cuentan así de santa Teresa que danzaba cuando
no podía contener el amor que la embargaba, mientras sus hijas la acompañaban
con castañuelas o palmas.
Ésta es la danza que tratamos de recuperar hoy en día. Aquella que nos permita
entrar en relación con Dios, ya sea escuchándole, ya sea expresándonos. Sentirnos
hijas e hijos de Dios, que acuden a su Padre-Madre con la confianza de ser bien
recibidos.
La danza actual
Muchas de las danzas que se bailaron a lo largo de la historia del cristianismo se
han perdido probablemente por las continuas prohibiciones. Otras han llegado hasta
nuestros días, realizándose sólo en fechas especiales: fiestas solemnes del
calendario litúrgico o festividades del patrón o patrona del lugar. Por ejemplo la
danza de los Seises en Sevilla, o en Calatayud, la danza ante el altar de San
Pascual Bailón el 17 de mayo.
La recuperación de la danza como expresión religiosa en nuestra sociedad
occidental ha tenido mucho que ver con la revalorización del cuerpo en el siglo XX.
Lugar de vida, lugar de expresión, lugar de gozo. ¿Por qué no alabar a Dios a través
de este tesoro que es el cuerpo que me ha regalado y me configura en esta tierra,
que me une a ella? En los años 50 surgen por ejemplo en Centroeuropa las Danzas
del Círculo. Son de carácter comunitario. Las hay alegres, otras tradicionales de
distintos países y otras llamadas meditativas por su carácter lento, suave y que
llevan a la persona a su interior. Esta danza extendida a Gran Bretaña y a Estados
Unidos, en cambio no transcendió a España hasta hace quizás unos pocos años y
de forma puntual.
La danza que realmente llegó a nuestra península fue la danza hebrea. Ésta sí que
tenía carácter religioso: de alabanza, con movimientos alegres y de adoración, con
movimientos lentos. En los años 60 y 70 muchos judíos se convirtieron al
cristianismo y recuperaron sus costumbres, entre ellas la de danzar como el mismo
David hacía ante el Arca de la Alianza. Estos judíos, denominados mesiánicos,
fueron extendiendo su danza religiosa a través de talleres.
Distintas congregaciones religiosas, otras comunidades no necesariamente
cristianas, parroquias y movimientos incorporaron este “nuevo” lenguaje para su
expresión religiosa dentro de las celebraciones o posteriormente, a modo festivo.
Desconociendo esta danza, algunas personas orábamos de forma personal
danzando, como hoy en día sin duda continua habiendo.
Para mí, que danzaba orando u oraba danzando de una manera espontánea,
improvisada y a solas, descubrir la danza hebrea, de carácter comunitario, fue un
abrir los ojos. ¿Por qué ocultar y por qué la soledad? Cuando puedes embellecer,
transmitir, llenar de paz, reverencia y armonía un lugar y cuando puedes compartir
las miradas, la oración, la acogida con los demás. Quienes vibrábamos con el
movimiento a la vez que con la oración, este cauce era agua fresca.
Las comunidades del Arca de Lanza del Vasto realizaban, entre otras, estas danzas
hebreas. En la parroquia del Perpetuo Socorro de Madrid conocieron estas danzas a
través suyo y solían danzar en distintas ocasiones. En el año 88 llevaron las
ofrendas danzando durante la Eucaristía en el congreso de Teología organizado por
la asociación Juan XXIII. Para mí fue todo un impacto. Mi párroco, Federico Bellido,
me puso en contacto con Merche Mas, quien me enseñó la danza. En mi parroquia,
Ntra. Sra. de la Merced, también de Madrid, varios jóvenes de distintos grupos se
ofrecían para danzar y así lo hicimos en diversas ocasiones.
Pero cuando quisimos hacer una danza diferente, por cambiar, descubrimos que no
sabíamos más. Así que, impulsada por la vocación que sentía por la danza, me
decidí a intentar coreografiar y fui realizando otras danzas, en parte parecidas, en
parte distintas. Movimientos más universales, y movimientos más de nuestra cultura.
Al principio fueron danzas más pensadas. Con el tiempo y la oración, fueron danzas
que surgían de experiencias de la vida y del encuentro con el Dios de la Vida.
A lo largo de diecinueve años he ido dando a conocer estas danzas, junto con
algunas hebreas suaves y muy recientemente, junto a algunas danzas del círculo de
carácter meditativo. A través de encuentros de arte cristiano, congresos, jornadas y
talleres de jóvenes por toda España fundamentalmente. Encontré a varias personas
que ya habían creado alguna danza para alguna celebración o que se animaron a
hacerlo a raíz de esta danza que les transmitía. Sin duda, la inquietud de orar
danzando estaba y surgió a la vez en distintos puntos. Pero también surgió de
distintas maneras. Y aquí es donde necesité poner un nombre para designar qué
tipo de danza es la que yo hacía, porque como decíamos anteriormente, hay
muchas formas para comunicarse con Aquello que trasciende a la persona.
La danza que he desarrollando es una danza que surge de forma suave, de lo
profundo del corazón. De allí donde la persona se encuentra con el Misterio que la
habita y queda muda ante tal Presencia.
Ésta es la Danza Contemplativa, que invita a la contemplación y al encuentro
amoroso con Dios. Originalmente la habíamos llamado en el equipo de Soma, donde
hice un primer taller propiamente con estas danzas, Danza Litúrgica, pues las
danzas las realizábamos hasta entonces fundamentalmente para las celebraciones.
Pero con el tiempo fui descubriendo que transcendía los momentos puramente
litúrgicos. Hablando del tema con Eladio, hermano de San Juan de Dios, que
conocía la dimensión contemplativa de esta danza, me sugirió el actual nombre.
Al ver la danza-oración, la persona enmudece. Al realizarla, sucede lo mismo. La
mente calla, el espíritu despierta. Y se ve con los ojos del corazón. Es verdad que es
sólo una simbología de las relaciones que estamos llamadas a vivir en la vida
cotidiana, no sólo danzando. Junto a esta grandeza del ser humano no podemos
olvidar nuestra pobreza. Junto a la gran capacidad de amar está nuestra gran
capacidad de pensar sólo en uno mismo. Seguimos siendo profundamente
humanos, enfermos, equivocándonos… quizá por eso, la última danza que he hecho
sea Misericordia “Señor, he pecado, he hecho daño a mis hermanos, y sigo
relacionándome tantas veces desde los esquemas del mundo, no desde los de Tu
Reino”.
Las nuevas relaciones, donde todos y todas nos reconocemos seres sagrados, hay
que ensayarlas en algún sitio. Hemos de entrenar de alguna manera para estar
preparados para el juego de la vida, para la vida cotidiana.
En los últimos seis años he puesto prioritariamente mi ilusión y energías en extender
esta forma de oración, al ver cómo igual que ha habido un despertar en el siglo XX
de toda la dimensión corporal, en este siglo XXI se está dando el despertar de toda
la dimensión espiritual. Parece que va a tener razón Karl Rahner cuando planteaba
que el cristiano del siglo XXI sería místico, o no sería.
El padre Arrupe decía: “No hay nada más práctico que encontrarse con Dios”. La
danza contemplativa no pretende quedarse en un éxtasis egocéntrico sino que,
como cualquier otro tipo de oración, es un medio para encontrarse con Dios, sentir
su amor y después, con la mente clara y el corazón dispuesto, ocupar nuestro lugar
en el mundo. Y transmitir desde ahí la Buena Noticia que se nos ha dado: con la
palabra, la danza, el trabajo cotidiano, la vida familiar, el compromiso político,
social… empapándolo todo del amor con el que se nos ha colmado. Cuando uno
encuentra un tesoro no puede dejarlo escondido. La danza contemplativa no es para
quedarse en el anonadamiento sino para transcender al mundo.
Tomado desde :
http://www.redescristianas.net/2007/04/06/danza-contemplativa-orar-desde-lo-
profundo-del-corazon-victoria-hernandez/
Historia de la Danza 1: los orígenes
Los orígenes
Los primeros en reconocer la danza como un arte fueron los griegos, que le
dedicaron en su mitología una musa: Terpsícore. Su práctica estaba ligada al culto
del dios Dionisos y, junto con la poesía y la música, era elemento indispensable de la
tragedia griega, donde la catarsis ponía al individuo en relación con los dioses,
aunque también entre los griegos cumplía la danza una función de comunicación y
cohesión social.
Edad Media
En la Edad Media, la danza estuvo muy apartada del desarrollo de las demás artes,
debido a la mentalidad cristiana, que la encontraba cargada de connotaciones
sexuales, o sea, pecaminosas. La Iglesia rechazaba todo cultivo del cuerpo con fin
estético. Sin embargo, las prohibiciones no tuvieron efecto real, pues tanto el pueblo
como los cortesanos siguieron bailando en sus celebraciones. En esta época se
produce la separación entre la danza de corte y la popular, lo que perjudicó al
desarrollo de la danza como actividad artística. Floreció la danza popular, eso sí, en
lo que conocemos como folclore. Muchas de las danzas folclóricas conservadas
actualmente tienen su origen en estas danzas medievales de creación popular,
provenientes de ritos y fiestas paganas (de guerra, de trabajo, de cortejo), que se
realizaban a pesar de la prohibición eclesiástica o precisamente contra ella. Sólo las
llamadas “danzas de la muerte” tenían relación con la iglesia que las protegía. Eran
en realidad danzas de tipo pasacalles, filas en cadeneta que recorrían calles y
plazas, en las que estaban representados todos los estamentos sociales; la idea era
representar el poder omnímodo de la muerte sobre los seres humanos, idea de la
que el hombre medieval tenía buen conocimiento por las epidemias que asolaron
Europa.
Las celebraciones populares dieron lugar a gran número de danzas, entre las que
destacan las llamadas moriscas, de origen hispano-musulmán. Aún se conservan en
Inglaterra con el nombre de morris dances: se bailaban en filas, con pañuelos o
bastones, y haciendo sonar cascabeles que se llevaban en los vestidos.
Renacimiento
Por esa misma época y por influencia italiana, se produce en Francia el nacimiento
del ballet comique, que será el germen del ballet moderno. Su introducción en
Francia se debe a Catalina de Médici, esposa del Duque de Orleans. El ballet
comique era un gran espectáculo cortesano para recepciones de embajadas y
grandes invitados, donde predominaba el diseño espacial sobre la creación de
pasos; los bailarines no precisaban unas cualidades físicas especiales, sino que su
actuación requería decoro, elegancia y porte.
Se considera el primer ballet de la historia, con todas las salvedades hechas, la
representación del Ballet Comique de la Reine Louise, en 1581, dirigido por el
francés de origen italiano Balthasar Beaujoyeulx. Duraba cinco horas y narraba la
historia de la hechicera Circe. Su principal valor era la unidad temática y artística;
representaba la unión culminante de los gustos italianos y franceses en estética
coreográfica.
El siguiente tratado sobre danza fue debido a Thoinot Arbeau; ha llegado hasta
nosotros y en él se encuentran descripciones de pasos, posturas y movimientos aún
en vigor en algunas escuelas de danza. Establece una estrecha relación entre la
música y la danza y dedica gran atención a la geometría coreográfica.
Siglo XVII
En este siglo vuelve a ser Francia el país donde continúe la evolución del ballet
hacia lo que es en tiempos modernos. Esto ocurre con la llegada al poder del
cardenal Mazarino, un italiano amante de la ópera, que lleva este género a París,
bajo la protección de la reina. Otro italiano, que afrancesó su nombre, Jean Baptiste
Lully, fue el que adaptó la ópera al gusto francés e impulsó la danza como arte
escénica independiente. Lully era un gran compositor, pero también un buen
bailarín; en 1653 apareció en el Ballet de la Nuit, donde también actuaba el propio
Rey. Pasó a ser músico del rey Luis XIV, consiguiendo su apoyo y consideración.
Este rey, bajo el consejo de Lully, profesionalizó a los bailarines, fundando en 1661
la Real Academia de la Danza, primera de todas y modelo de otras europeas. De la
mano de coreógrafos como Beauchamp, Torelli y Molière, Lully fue el impulsor de
esta gran academia.
Los puntos principales en el avance del desarrollo de la danza en esta época, con el
coreógrafo Beauchamp y la Academia de la Danza, son los siguientes:
LA DANZA EN LA ANTIGÜEDAD:
En el antiguo Egipto, las danzas ceremoniales fueron instituidas por los faraones.
Hubo danzas que representaban la muerte y la reencarnación del dios Osiris, fueron
ejecutados por profesionales de alto dominio técnico, debido a su compleja
estructura estética. También existieron danzas asociadas a los cortejos y los
placenteras, donde participaban bufones, enanos, negros y jorobados, para regocijar
a reyes y nobles.
Por otro lado la danza a la muerte en el Egipto popular, fue una de las principales
expresiones de alto valor estéticos y se efectuaban con personificaciones de dioses
astados. La actitud del hombre ante la muerte ritualizó dancísticamente el cortejo, y
a la vez teatralizó el viaje del ka (sustancia divina) hacia el tribunal de Osiris. Ambas
eran representaciones que integraban espacios de danza y música.
En la Grecia antigua por su parte, la influencia Egipcia fue propiciada por viajeros y
filósofos que solían transitar por Egipto, buscando ampliar sus conocimientos. Platón
catalizó y propició el ejercicio de la danza griega, por ser una importante actividad
para el fortalecimiento del espíritu.
Cubiertas sus necesidades, los griegos tuvieron tiempo de mirar hacia otros puntos
de su interés, así descubrieron el cuerpo humano, que aunque resulte obvio, nunca
antes nadie se había detenido a observarlo. Los griegos fueron los que notaron que
el cuerpo, podía ejercitarse y embellecerse, pero sobre todo, descubrieron lo
agradable que era ver un cuerpo bello, a través del baile. Así fue que crearon las
danzas, para que hombres y mujeres los interpretaran, además de dedicarle buena
parte de su tiempo en mantener una figura ágil y hermosa.
Por otro lado, en la sociedad romana, la danza fue practicada como una prodigiosa
actividad. Incluso llegaron a crear la pantomima. A través de este gesto los
danzarines contaban historias mediante la sola acción del cuerpo. Si las danzas
romanas se caracterizaron por ser orgiásticas, ejecutadas por esclavos y
representando historias completas de Afrodita, hubo también bailes en honor a los
dioses del panteón romano, que se efectuaban en importantes ceremonias públicas.
Danzas para recibir las estaciones, efectuadas mediante juegos florales, en honor a
la diosa Flora (la Cloris Griega), divinidad virginal que fue honrada con danzas
sencillas, cuya intención, era la expresión de alegría por la llegada de la primavera.
Festividad que se vio confundida, por el hecho de que una mujer pública, que
llevaba por nombre Flora, había dejado su herencia al pueblo romano, y éste en su
desenfreno, mezcló a las dos mujeres en una sola celebración. Irónicamente, la
Iglesia una vez asegurada su poder, capitalizó esta situación, limpiando toda
intención libertina, para luego reconvertirla en una fiesta en honor a la Virgen.
Pero fue a principios del siglo IX, cuando Carlomagno prohibió la danza, sin
embargo la sociedad no acató la orden, algunas danzas fundamentadas en
tradiciones paganas continuaron como parte de los ritos colectivos de los pueblos
europeos camuflados con nuevos nombres y nuevos propósitos. En el medio rural se
practicaba la danza popular con acentuado carácter distractivo y como forma de
relación social; se solía hacer frecuentes referencias a las intrigas de tipo amoroso lo
cual favorecía la inclusión de la gestualidad de la gestualidad figurativa, sobre todo
mediante la mímica facial.
No obstante durante esta época surgió una danza secreta considerada la danza de
la muerte, a raíz de la aparición de la Peste Negra que flagelo Europa y cobró la vida
de 50 millones de personas.
“La muerte empieza a ser asociada con la figura del esqueleto, o un cadáver en
descomposición. En actitud de danzar, dialoga y arrastra uno por uno a las personas
de las más diversas clases sociales. Asimismo a través de diversas
representaciones iconográficas se buscaba plasmar la fugacidad de la vida y de los
placeres terrenales, en esa época donde la mortalidad era alta”. (Cf. Charles
Baudelaire).
La práctica de esta danza comprendió los siglos XIV y XV, sobre todo entre los
territorios de Alemania e Italia. La danza de la muerte fue descrita como una acción
ritual, donde los ejecutantes se movilizaban a base de saltos, dando gritos y
convulsiones con furia, como quien arroja la enfermedad del cuerpo.
EL RENACIMIENTO Y EL BALLET:
Con el advenimiento del Renacimiento, los enfoques hacia el cuerpo del hombre,
cobró un importante interés, al vinculársele a las artes a la danza. Los impulsos
estéticos, surgieron en el interior de las cortes de Italia (balletto) y de Francia (ballet).
Durante el renacimiento empieza a proliferar el Ballet Cour creado en Italia, como
forma de espectáculo integro con un inicio y final manifiesta sobre un tema dramático
que se propala por medio de variadas evoluciones coreográficas junto al canto, la
declamación y la música.
En las diferentes cortes europeas los danzantes de ballet, se presentaban con sus
presuntuosos vestuarios, bajo una ostentosa decoración, cargada de fuentes
artificiales, luminotecnia, etc. El ballet fue un espectáculo donde música, argumento
y escenografía se presentaban ante el público como un todo expresado.
A lo largo de los siglos XVI y XIX se han presentado un progresivo desarrollo en las
líneas académicas en la danza y en las otras líneas alternativas a esta, así, ya en el
siglo XVIII, Jean Georges Noverre denuncia el vacio que genera la danza reducida a
las “proezas técnicas” y a la esquematización estereotipada de los movimientos.
Noverre, fue el más famoso defensor del ballet francés en acción, escribió cartas
sobre la danza y los ballets, en las que aconsejaba utilizar los movimientos
naturales, sensibles y realistas. Este crítico enfatizaba que todos los elementos de
un ballet, debían funcionar armónicamente para expresar su argumento”. (Cf. Rori
Dane Suarez, 2008).
Al comienzo del siglo XVIII, la escena creo para si una categoría independiente de
profesionales adiestrados y expertos en el arte teatral, a quienes la sociedad
segregaba de su seno y señalaba por todos los medios posibles. Fue Marie Anne
Camargo, quien acortó las faldas y empezó a usar zapatillas sin tacón. Alrededor de
1841, se inventó la zapatilla de puntas y se estreno "Giselle", una obra cumbre del
romanticismo y una de las importantes bases del ballet clásico, sin embargo la danza
sobre puntas sólo se utilizó para exhibir pasos y saltos en tiempos breves. Su rival,
María Sallé desechó el corsé y se colocó túnicas griegas para bailar “Pigmalión”. Por
otro lado John Weaver, eliminó las palabras e intentó transmitir, el sentido dramático
por medio de la danza y el gesto.
Se encajó el cuerpo del bailarín con los ideales de cortesía, elegancia y pudor que
se valoraban en aquella época. En las obras, el espacio fue utilizado de una manera
equilibrada, ordenada, simétrica y con cierta jerarquía espacial.
En las escenas grupales del siglo XVIII, se llegaron a representar al Rey Sol (Luis
XIV), llamado así por una coreografía en la que todos los demás danzaban a su
alrededor, haciendo visible su poder a través de la metáfora espacial de la jerarquía.
En el siglo XIX, el Ballet Romántico, se reflejó con el culto a la bailarina y la lucha
entre el mundo terrenal y el mundo espiritual que trascienden la tierra. El ballet "Las
Sílfides", fue un ejemplo de ello, cuya primera representación tuvo lugar en París,
con María Taglioni a la cabeza. Al mismo tiempo, los poderes políticos de Europa
colonizaron África, Asia y Polinesia, donde prohibieron y persiguieron las danzas y
los tambores por considerarlos bastos y sexuales.
Durante el siglo diecinueve, paso a ser lisa y llanamente un vehículo femenino de
expresión. El movimiento romántico hallo en la danza sus manifestaciones mediante
un estilo ligero, incorpóreo y etéreo que resulto inmensamente más apropiado para
mujeres. Los hombres quedaron subordinadas a ellas, levantándolas,
sosteniéndolas en alto, soportándolas, transportándolas y tomándolas en el aire.
Cuando disponían para si de unos minutos en el escenario, no podían pensar en
nada mejor, con el objeto de hacer digna pareja con sus incorpóreas compañeras.,
que en imitarlas y procurar aventajarlas en el aspecto flotante, inmaterial, etéreo. No
es masculino desprenderse de la tierra y flotar, sino por el contrario, afianzarse bien
sobre ella. (…) Las mujeres no tropezaron con obstáculo alguno, sencillamente
porque los hombres encontraron la tarea tan poco de su gusto como para no
oponerles ninguna barrera. La coreografía es quizás la única actividad en que las
mujeres no han tenido que luchar contra la resistencia de los hombres, y no es
casual el hecho de que los grandes revolucionarios del baile hayan sido siempre
mujeres. (Agnes de Mille, Ballet y Sexo en MI VIDA EN LA DANZA, pp. 74 – 82:
1960) Compañía General Fabril Editora, S. A. Buenos Aires-Argentina.
A pesar de que el ballet se había expandido por toda Europa, fue a partir de la
segunda mitad del siglo XIX, donde comenzó a perder su interés público debido a la
rigidez académica, situación que fue denunciado por Dalsarte desde el terreno
alternativo, Isidora Duncan hizo lo propio en el siglo XX, sin embargo y a pesar de
ello se produjeron destacables obras como la “Coppélia”, “Sylvia” y “La fuente”, con
música de Leo Delibes. Por su parte Rusia siguió con la tradición del ballet, gracias
al coreógrafo Marius Petipa. Entre sus obras los más conocidos fueron: “La Bella
Durmiente” (1890), “El Lago de los Cisnes” y “Cascanueces”, obras que fueron
elaboradas con acompañamiento musical de P. I. Tchaikovsky y la colaboración de
Liev Ivanov. Petipa llegó a convertirse en un punto de referencia. Fokine fue otro
artista que hizo hincapié en la idea de la expresividad. Hubo también otros
representantes como S. Diaghilev, Vaslav Nijinski, que contribuyó la reaparición de
la figura masculina. (Cf Historia del Ballet Clásico, 2009).
En el siguiente siglo, la apertura de la danza moderna, diversificó los movimientos
dancísticos, los bailarines produjeron una variedad de admirables obras. Sin
embargo pasado los años el antagonismo entre la danza moderna y el ballet clásico
terminarían por borrarse, y los bailarines finalmente alcanzarían a manifestarse en
ambos estilos.
“El ballet ejerce singular influjo sobre las mujeres de occidente, y yo diría que no es
por lo temático, sino por la fastuosidad con que se presenta, las flores, el publico de
gran lujo y el sistema estelar, aunque la opulencia seduce siempre. Su pujanza y
atractivo, según creo, estriban más bien en su cualidad real de la técnica.
La técnica del ballet, en comparación con la de los bailes mas modernos y hasta con
las manifestaciones folklóricas, es menos natural, si tal vocablo puede utilizarse con
respecto a su arte, mas arbitraria, mas estilizada y mas impersonal. El cuerpo esta
obligado a perder su apariencia humana. Toma elementos del dibujo abstracto y,
visto superficialmente, al principio parece perder toda relación con la experiencia
sexual y emocional. Con todo, debe seguir siendo un cuerpo y nada más. Ese
cuerpo debe ser tal como nosotros desearíamos que fuese, no uno de nuestros
cuerpos gastados, sino un cuerpo ideal, de ensueño, liberado de la fatiga y la
inquietud. Es la condensación de todos los elementos que consideramos más
atrayentes: ligereza, vaporosidad, fuerza, facilidad y, sobre todo, perfección. Todas
las articulaciones y los tendones se estiran al máximo, los brazos se abren y liberan,
el pie se arquea en el último espasmo de la exaltación, la espina dorsal queda tensa;
de la cabeza a los pies, el cuerpo es una fuerte y positiva aserción. Por eso
constituye quizás la forma más erótica de danza conocida por nosotros. (…) La línea
alargada, erecta, fuerte y vital, es música en nuestros espíritus…el estiramiento y
encogimiento, el salto liberador, la carrera y la huida de la tierra son expresión
occidental europea. (…) Con la cabeza en alto, brincamos y corremos. El oriental
acaricia y se echa al suelo, encorvado y vuelto hacia su interior, en un único sitio. La
suya es danza de diseño y habla de vida restringida y de introspección. El espacio le
ha faltado durante miles de años; a nosotros nos ha sobrado”. (Agnes de Mille, Ballet
y Sexo en MI VIDA EN LA DANZA, pp. 74 – 82: 1960) Compañía General Fabril
Editora, S. A. Buenos Aires-Argentina.
DE LA DANZA MODERNA A LA DANZA CONTEMPORANEA:
La Danza en el Siglo XX:
Si la danza clásica buscó el preciosismo, lo estructurado y, la conexión con lo etéreo
y celestial, ligada al concepto de lo apolíneo. La Danza Moderna y Contemporánea
por su parte, escudriñó siempre la conexión con lo terrenal, con lo humano y sus
pasiones. Su expresión libre y su carácter transgresivo estuvieron siempre ligados al
concepto de lo dionisiaco. (Cf. Adolfo Vásquez).
Finalizada la Primera Guerra Mundial, surge entre los más sensibles, un serio
cuestionamiento sobre los valores. Los artistas buscan expresar algo mucho más
personal, dinámico y compatible al espíritu coyuntural. Si en Rusia surgía un
renacimiento del ballet propiciado por los más brillantes coreógrafos, compositores y
artistas visuales y diseñadores como Ana Pavlov, Claude Debussy, Stravinsky,
Pablo Picasso, etc. Paralelo a ello en occidente, las primeras manifestaciones de la
Danzas Modernas comenzaban a tomar protagonismo, como reacción frente a los
estilizados movimientos del ballet.
A la progresiva emancipación de la mujer, surgió una nueva forma de bailar, que
declamaba la libre expresión corporal, tomando a Isidora Duncan como su principal
referencia.
La danza moderna apasiona más a las mujeres que a los hombres…es la única
ejercitación física posible a las mujeres que no comportan responsabilidad moral o
riesgo físico. Constituye un verdadero retorno a la libertad pagana y a los juegos
infantiles. Puede hasta ser un sustituto completo, aunque inconsciente, del amor
físico, y en las vidas de las grandes bailarinas suple habitualmente esta función…tan
imbuido de sexualismo esta el movimiento mismo. No hace falta que sea una mujer
hermosa; no es necesario que se apoye en la mínima coquetería personal; más aun,
no debe hacerlo. (Agnes de Mille, Ballet y Sexo en MI VIDA EN LA DANZA, pp. 74 –
82: 1960) Compañía General Fabril Editora, S. A. Buenos Aires-Argentina.
Por otra parte, desde la segunda década del siglo XX hasta la actualidad, nuevas
libertades en el movimiento del cuerpo se impusieron al constante cambio de
actitudes. La música con influencias latinas, africanas y caribeñas inspiraron la
proliferación en la creación de las salas de baile y de danzas como la rumba, la
samba, el tango, el cha, cha, cha, etc.
A partir de la década de los cincuenta, otras danzas individualistas como el rock and
roll, el twist, los free-style, considerados bailes de rebeldía, tomaron el relevo.
Posteriormente aparecieron el disco dancing, el breakdancing, danza-jazz, etc; En
las ultimas décadas del siglo XX y paralela a la danza contemporánea, académica y
la danza-jazz, se impusieron una diversidad de danzas que inclusive cuentan con un
diseño teórico, que pueden ir desde lo espiritual, lo epistemológico, lo filosófico,
hasta lo terapéutico, medico, correctivo y de rendimiento motriz, tal es el caso de la
Gym-dance, el Aerobic, dance-Contact-Improvisation, Biodanza, Danza-terapia, etc.
Ya en los albores del siglo XXI, la danza retomaría el significado de los temas
dramáticos, la musicalidad y el virtuosismo técnico renovado. Todas estas practicas
iniciadas en el renacimiento hasta la actualidad, han conservado concepciones y
practicas coyunturales, en función a una variedad de técnicas en la mecánica, la
gestualidad y la coreografía corporal. Todas ellas han conjugado aspectos
figurativos y abstractos, aspectos relacionados con la emocionalidad humana en sus
diversas condiciones de vida.
La Danza Moderna:
La Danza Moderna se consolidó sobre todo, entre los dos primeros decenios del
siglo XX, apareció como una contrapropuesta o ruptura esencial en oposición a los
valores fundamentales del ballet. Al igual que las otras tendencias artísticas de la
época, los artistas de la Danza Moderna, se manifestaron desarrollando propuestas
abstractas y expresionistas de carácter real.
A los cambios en la ciencia, la tecnología, así como la trágica y desolada coyuntura,
luego de la devastación producida por la Primera Guerra Mundial, se sumaron la
agitación de las grandes vanguardias, que buscaban nuevas formas de expresión.
La danza tradicional como el Ballet Clásico, que aun preservaba el valor de la
métrica, el ritmo, los saltos y los pasos, fue transformada radicalmente por la
variabilidad de las nuevas corrientes vanguardistas. Para muchos defensores del
ballet clásico, la danza moderna no era otra cosa sino, una manifestación
degenerada de las artes danzarías, algunos pensaron, que se solo se trataba de una
simple ruptura estética y/o cambio de gustos.
Sin embargo la danza expresionista y abstracta, buscó la recuperación del
movimiento libre, mediante la interacción dinámica con el espacio y la posibilidad de
la autoexpresión corporales. De este modo la Danza Moderna, rompió con los pasos
pre establecidos de la academia, para luego convertirse en un componente intenso,
prevaleciendo la expresión emotiva y los sentimientos más profundos del ser.
La desnudez fue otro recurso que se impuso como parte de su búsqueda de la
libertad. Los artistas consideraban, que la belleza corporal se encontraba por encima
de la indumentaria, motivo por el cual, eliminaron toda exuberancia de las
escenografías, asimismo redujeron los excesos en el acompañamiento musical. A
los danzarines también les pareció indispensable, experimentar con los silencios y
los sonidos aislados.
Por otro lado la característica zapatilla del ballet, fue descartada, los artistas
prefirieron danzar con el pie descalzo, con el propósito de establecer contacto con la
tierra. Eliminaron el virtuosismo académico y en sustituto, se buscó la expresión
libre. También se propusieron cambiar la concepción del espacio escénico y la
utilización de la energía en el movimiento del tiempo.
Una de las fundamentales motivaciones de los artistas de vanguardia, fue su espíritu
explorador. Los danzantes se dedicaron a investigar y recopilar estilos y técnicas de
una diversidad de expresiones tradicionales (India, Egipto, Grecia, etc.), para luego
insertarlas en sus respectivos estilos y prácticas. De ese modo resaltaron la
individualidad creativa.
La Danza Moderna se originó primero en la Alemania, sin embargo, su desarrollo
técnico se efectuó en los Estados Unidos, junto a artistas como Denisshawn, Martha
Graham y Doris Humphrey. Por su parte en Europa, el foco principal fue Berlín, allí
destacaron Isidora, Duncan, Loie Fuller y Rudolf Von Laban, quienes hasta buen
tiempo se mantuvieron en el terreno de la independencia expresiva.
Isidora Duncan, utilizó en sus trabajos los ideales del antiguo arte griego, con el
propósito de revalorar el carácter natural de las expresiones. Rudolf Von Laban, creó
la labanotación, que consistía en un análisis científico del movimiento humano,
basado en una notación geométrica, que consistía en estirar y contraer el cuerpo
ajustado a un espacio. La técnica de Martha Graham, se basó en la relajación y
contracción de la respiración, en sus inicios priorizó las expresiones abstractas,
posteriormente se centró en el carácter místico y psíquico de las obras. Graham,
afirmaba que la región abdominal era la fuente de energía que controlaba el cuerpo
del danzante. Mary Wigman, fue otra de las principales figuras de la Danza Moderna,
cualificó el silencio y la mímica dentro de sus trabajos, para explorar el lado oscuro
de la naturaleza humana, su coreografía estuvo inspirada en el mundo asiático y
oriental y en muchas de ellas utilizo mascaras.
Posteriormente surgieron figuras como Mary Wigman, Merce Cunningham, José
Arcadio Limón, Emile Jaques-Dalcroze, Charles Weidman, entre otros.
“Cabe mencionar que con el nazismo muchos artistas alemanes como Laban y
Jooss emigraron fuera del país. Kurt Jooss había criticado duramente a la sociedad
alemana en sus coreografías, incluyendo entre sus personajes figuras como la de la
muchacha que debe vender su cuerpo por dinero, la madre desesperada, el soldado
humillado, el hombre hambriento de poder, etc. Su obra más crítica fue La Mesa
Verde, en donde destacaba la grieta existente entre las distintas clases sociales”.
La Danza Contemporánea:
El surgimiento de la Danza Contemporánea formó parte de la búsqueda de un
espectáculo totalizador y teatral, en el que de forma cohesionada y equilibrada los
artistas mezclaron y relacionaron, las acciones corporales, con otras disciplinas
artísticas como la acrobacia, el ballet, la danza moderna, el jazz, el karaoke, la
música electrónica, el video, los cuerpos pintados e inclusive tuvieron un
acercamiento al performance (mediante la danza performatica, la metaformance,
etc.).
Si definimos las características de la Danza Contemporánea, podemos comenzar
argumentando que se trató de una expresión artística polivalente, donde los artistas
buscaron representar los ideales políticos y el manejo de nuevos conceptos de
libertad creativa, contrastando con los compromisos ideológicos de la élite y la
burguesía dominantes.
“Los sesenta fue en la década en que se produjo una revolución artística en los
postulados mundiales de la anarquía. En aquellas sociedades que enfrentaban la
crisis política y social del capitalismo y sus oponentes. El arte manifiesta la
existencia de un ser humano que no encuentra su lugar dentro de la sociedad y la
coyuntura, rechazando rotundamente a lo establecido y a la política mercantil de la
burguesía”.
Existe una preocupación por develar las preocupaciones internas, cualidades y
defectos fundamentales del ser humano. Los artistas utilizan una diversidad de vías
para quebrar los conceptos tradicionales a través de lo absurdo y lo grotesco. Se
formula un lenguaje coreográfico basado en lo presente y la vida cotidiana.
Rechazan los conceptos tradicionales del tiempo, espacio y acción, en sustituto
mantiene el contraste, la contraposición y la heterogeneidad expresiva. Objetan las
estructuras narrativas y secuencias lógicas tradicionales, priorizando los
movimientos espontáneos, asimismo niegan el escenario convencional y trasladan
las actuaciones a los espacios abiertos; muros, escaleras, jardines, calles,
escenarios flotantes, balsas, etc.
Incorporan al público como parte de sus actuaciones. Hay quienes llegan a negar al
propio bailarín, para luego convertirlo, en objeto de provocación de efectos visuales.
Algunos artistas dejaban que las obras se manifestaran libremente, para destacar la
interacción con el público, inclusive se llegó a utilizar bailarines no entrenados. (Cf.
Paola Lorenzana, 2007).
La Danza Contemporánea se manifestó a través de una pluralidad de vías estéticas
y, una de sus principales modalidades expresivas fue la Danza-Teatro (tanztheater),
que consistió en la unión de la danza “genuina” y los métodos del teatro, creando de
este modo una nueva y única forma de danzar. La Danza-Teatro se distinguió por
una fuerte referencia con la realidad, para ello los artistas se valieron del dolor social.
Las presentaciones se centraron por revelar conflictos humanos, a base de
movimientos y gestualizaciones, alternadas con caídas, golpes, saltos y colapsos
dramáticos., estimulando al espectador a identificarse y reflexionar sobre ciertas
líneas de pensamiento. A diferencia de las otras modalidades dancísticas, que
representaron la búsqueda coreográfica de los conocidos códigos de baile,
influenciados por escuelas y las diversas técnicas, la Danza-Teatro fundaba cada
vez que se realizaba un trabajo, expresiones visuales que concuerden con la
temática escogida. Estuvo representada en Europa por artistas como Pina Bausch,
Susanne Linke, Reinhilde Hoffman, Eugenio Barba, entre otros.
Fue en 1973 cuando la alemana Pina Bausch, puso de manifiesto su Danza-Teatro y
su psicodrama analítico, La artista colocó en cuestión los automatismos psíquico-
sociales, la formalidad y la banalidad excesivas de la época. Bausch fue testigo de
una época desgarrada y devastada, motivo por el cual se situó en una escena de
avanzada, desde donde reinvento los movimientos primigenios de la danza, que
habían sido reducidas a lánguidos ritmos carentes de emoción, asimismo lucho
contra las categorías del buen gusto y la belleza y los modelos canonizados sobre el
“cuerpo ideal”, para mostrar una realidad heterogénea en la que el movimiento
adquiría un enorme poder transgresor. (Cf. Adolfo Vásquez).
El Psicodrama Analítico de Bausch, ofreció no solo la metodología adecuada de
sublimación, socialización y producción de subjetividad singular y colectiva,
potenciando o mejor redirigiendo la agresión del espectador, y previniendo la
violencia social. La expresión corporal escenificaba la agresión ritual como campo de
enfrentamiento en el que comparece la tensión, la competencia y el origen genético
del comportamiento teatral. De este modo el espectador, se convertía en también
organizador de los impulsos de la experiencia estética, por medio de la catarsis se
movilizaba internamente, ejercitada de agresión o erotismo anestesiado. (Cf. Adolfo
Vásquez).
A diferencia de los europeos los artistas norteamericanos, de los años sesenta, se
concentraron más en el alarde técnico y su vuelco hacia las concepciones
posmodernas, heredando de este modo la técnica de Martha Graham. Cabe resaltar
la particularidad de Georgi Melitonovitch Balanchivadze, mejor conocido por su
nombre artístico de George Balanchine, considerado como el arquitecto principal del
ballet en los Estados Unidos, fue responsable de la exitosa fusión de conceptos
modernos con las ideas más viejas del ballet clásico, además, gracias a él, la gran
academia se transformó en un juego bastante dinámico y geométrico, bien alejado
de las languideces románticas. Influyo notablemente en artistas contemporáneos
como Helgi Tomasson, Christopher Wheeldon, Arthur Mitchell, Edward Villella,
Suzanne Farrell y entre otros.
Artistas inmigrantes como Antony Tudor, no estuvieron exentas del desarrollo
dancístico en los estados unidos, Tudor fue quien cambió de la manera más drástica
el rostro de la danza estadounidense, al inyectar una dosis de verdad emocional a la
fórmula del ballet del siglo XIX. Por otro lado cabe también mencionar al compositor
John Cage, que influyó notablemente en la vanguardia de su tiempo, tanto en la
música como en la danza. Paul Taylor, Mark Morris, Michael Smuin, Patrick
Makuakane, Lily Cai, Alvin Ailey, Bill T. Jones, David Rousseve y Robert Moses,
fueron los más destacados durante la segunda mitad del siglo XX, que influenciaron
en danzantes actuales como Lar Lubovitch, Gerald Arpino, Stanton Welch, Mikko
Nissinen, Judith Jamison, Yuri Possokhov, Dennis Nahat, Michael Smuin, Margaret
Jenkins discípula de Cuningham, Joe Goode, Alex Ketley, Christian Burns, entre
otros.
El Ballet-Teatro fue otra de las modalidades expresivas de la Danza
Contemporánea, donde se utilizaron códigos dancísticos de carácter literal. En el
Ballet-Teatro los artistas se valieron de expresiones miméticas (gestos, movimientos
e imágenes) para contar o no historias, sustentadas en inteligibles argumentos.
Representaban la realidad sea imitándola o por medio de diversas sensaciones
corporales, apelando a una yuxtaposición de expresiones abstractas, enfocados al
inconsciente del espectador, pero fueron abstraídos progresivamente por la Danza-
Teatro.
De los sesenta a la fecha, se viene desarrollando una variedad de estilos y
categorías dancísticas, que responden a una variedad de líneas de enseñanza,
múltiples coreografías y una diversidad de compañías, que se vienen insertando
dentro de la corriente contemporánea. En el siglo XXI, la tecnología ha llegado a
irrumpir en el mundo del arte, con más o menos vigor en las distintas zonas del
mundo. De este modo la multimedia junto al artista, se ha comprometido ya, en la
promoción del arte en forma interdisciplinario, integrando el video, la música de
vanguardia, la gestualidad verbal, la moda, la iluminación, etc.; enriqueciendo los
espacios y escenarios en forma sorprendente. Sin embargo en muchos casos y a
pesar de la tensión dramática, el acento se ha centrado en lo visual, lo puramente
cinético y efímero.
(1)…la época medieval repudió completamente todas las manifestaciones de la
danza durante un tiempo, y mas tarde, cuando ya estaban ahogados para siempre
los restos de exuberancia pagana, sólo presto su aprobación a las formas de salón,
fuera del claustro, y aun esto únicamente como una válvula de seguridad social. Su
práctica sólo se favoreció en los castillos, las cortes y en las escenas pero como algo
meramente ornamental. (Cf. Agnes de Mille, Ballet, pp. 74 – 82: 1960).
-LOS FILOSOFOS Y LA DANZA, David Michael Levin, traducido por: Kena bastien
Van der Meer.
http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/levin.pdf
-Enrique Pinilla, Posibilidades de la Danza y el Ballet en el Perú, Revista CULTURA
Y PUEBLO, numero 02, publicado por la Comisión Nacional de Cultura, Abril-Junio
de 1964, lima-Perú.
-HISTORIA DEL BALLET, Rori Dane Suarez, 2008
http://www.danzaballet.com/modules.php?name=News&file=article&sid=103,
-HISTORIA DEL BALLET CLÁSICO, 2009,
http://www.jeté.com/Historia-del-Ballet-Clasico.html
-LA PESTE NEGRA, 11 -11 -07
http://my-forum.org/descripcion.php?ultimo=1&nforo=77164
-http://aaronvelas.com/danzamorisca/contemporaneo_alemania.html
-http://es.wikipedia.org/wiki/Danza_contempor%C3%A1nea
-Entrevista a: José Luis Barrios, Revista Educación y Ciencia, numero 10, pp. 115-
122, La Plata-Argentina, 2008).
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.3700/pr.3700.pdf
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Baile y Danza
El hombre, desde sus más remotos orígenes, como ser sociable y religioso a un
mismo tiempo, sintió la
necesidad de comunicarse con sus semejantes y con los poderes sobrenaturales.
Para ello, con anterioridad al
dominio del lenguaje y a la difusión de la expresión oral, tuvo que recurrir a sus
propias limitaciones, a su
propio cuerpo, para contactar con las divinidades, rendir culto a la naturaleza y poder
expresar a sus
congéneres de forma instintiva y espontánea sus propios sentimientos,
necesidades o temores.
Por eso con unos movimientos corporales rítmicos que siguen un patrón,
acompañados generalmente con
música sirvieron como forma de comunicación o expresión ya que los seres
humanos se expresan a través del
movimiento. La danza es la transformación de funciones normales y expresiones
comunes en movimientos
fuera de lo habitual para propósitos extraordinarios. Incluso una acción tan normal
como el caminar se realiza
en la danza de una forma establecida, en círculos o en un ritmo concreto y dentro de
un contexto especial
entre otras cosas.
No se puede negar la antigüedad de este arte porque para algunos antropólogos, es
anterior a la aparición del
ser humano el sentido de que, en cuanto a actividad natural e instintiva, aparece en
diversos planos de la
animal. Se habla así de la danza nupcial en numerosas aves. Se designa de igual
manera el ritmo del
movimiento ritual de algunas especies de serpientes antes de lanzarse al ataque.
Junto a la pantomima y la gesticulación más primigenia el hombre incorporó como
acompañamiento
diferentes sonidos, de carácter rítmico y repetitivo, que convirtieron esos iniciales
movimientos corporales en
ritos ancestrales vinculados a las creencias y religiosidad de los pueblos y tribus de
la antigüedad.
Por esta razón es considerada como una de las primeras artes de la humanidad, por
el hecho de que la danza
ha ocupado un papel primordial en la evolución de
las civilizaciones, en unas ocasiones como instrumento al
servicio de creencias míticas y mágicas, otras veces como reflejo y expresión de las
costumbres, saberes y
preocupaciones de determinadas sociedades, y, en fin, como medio de diversión y
entretenimiento de las más
variadas gentes
y clases sociales.
Origen y desarrollo. En el arranque de la civilización se registró una estrecha
relación entre danza y juego,
como manifestaciones naturales ambas de la vitalidad y la expresividad humana.
Así, podrían equipararse el
llamado instinto de juego y la espontánea inclinación a la danza. En tal sentido, ha
de considerarse la danza
como manifestación del excedente de energía del ser humano o como una actividad
catártica, de liberación de
impulsos.
La danza presenta la peculiaridad intrínseca de ser un arte intangible y fugaz, que se
funde en los cuerpos de
quienes la realizan y perece al concluir el movimiento. En consecuencia, su
representación fue incompleta y
estática prácticamente a lo largo de toda la historia hasta que las técnicas
cinematográficas permitieron
reproducir la imagen en movimiento.
El estudio de los modos culturales que manifiestan
las tribus primitivas que aún sobreviven permite suponer
con fundamento que la danza, entendida como movimiento rítmico del cuerpo, con
acompañamiento sonoro o
sin él, comenzó a configurarse en torno al sonido que producían los pies de los
danzantes, quienes, en su
expresión corporal, individual o colectiva, prestaron cada vez mayor atención a lo
que habría de convertirse en
la esencia de la danza: el ritmo. El acompasamiento
de gestos y movimientos se vería sucesivamente
reforzado por el batir de palmas, la percusión
y, más tarde, la instrumentación.
Según las especulaciones antropológicas, las primeras
danzas humanas eran individuales y se relacionaban
con el cortejo amoroso. Las colectivas aparecieron también en el origen de la
civilización y su función,
1
utilitaria y evocadora dentro de un contexto religioso, se asociaba a la adoración de
las fuerzas superiores o de
los espíritus para conseguir
el éxito en expediciones guerreras o de caza, o para solicitar la bonanza o la
lluvia. Las danzas para invocar las lluvias persistieron durante siglos en algunos
lugares, y la creencia en el
hacedor de lluvia permaneció viva en el acervo cultural de los indios de
Norteamérica. La danza primitiva
encerraba, pues, un valor simbólico y, en ella, los danzantes no representaban a
personas concretas, sino que
encarnaban a un espíritu, a un poder superior que se expresaba a través de quien
bailaba. En tales danzas
tribales, todos los danzantes eran actores y desempeñaban un papel en el conjunto:
Se diferenciaban así los papeles principales, los del coro o los que acompasaban el
ritmo con instrumentos o
con las manos. Se trataba de una ceremonia
ritual colectiva en la que todo ritmos, pasos, máscaras, vestidos
obedecía a una pauta definitiva. En este contexto han de situarse, como expresión
máxima de la catarsis de la
danza, las manifestaciones de cultos animistas como el vudú o la macumba, que
perduran aún en Haití y
Brasil respectivamente.
La introducción en el conocimiento humano de la sensibilidad artística determinó la
configuración de la danza
como manifestación estética. En la antigua Grecia, la musa de este arte, Terpsícore,
inspiraba
a los danzantes
y les confería gracilidad y agilidad, rasgos éstos que se acentuarían a lo largo la
historia para culminar en la
que tal vez sea la más exquisita de las manifestaciones de la danza, el
ballet. En otros términos, la evolución
del baile determinó la aparición de estilos cortesanos y palaciegos, y, en especial, de
expresiones de danza
popular que constituyen la raíz de la tradición y del folclor.
Perfil histórico. En el antiguo Egipto, veinte siglos antes de Cristo ya se habían
establecido las danzas
astronómicas en honor del dios Osiris. El carácter religioso y profundamente
simbólico, de alto contenido
espiritual, fue, de uno u otro modo, común a la danza oriental y se muestra aún
patente en las danzas clásicas
de los pueblos asiáticos,
conservadas y ejecutadas rigurosamente. De ello constituyen una excepción las
danzas de los países islámicos, cuyo sentido, ritmo y contenido coreográfico
discurrió evolutivamente por
singulares
derroteros.
Antigüedad clásica. En la Grecia clásica, la danza apareció con frecuencia vinculada
a los juegos,
y
singularmente a los olímpicos. En estas manifestaciones
se hacía patente, más que en ninguna
otra ocasión,
el sabio equilibrio de músculos y articulaciones, de respiración y circulación, en el
que juego y danza se
conjugaban. Entre las diversas
danzas corales de la Grecia clásica se diferenciaban
múltiples modalidades
como las guerreras (gimnopédicas, pírricas) o las interpretadas en honor
del dios Dioniso que, conocidas
como dionisíacas,
tenían lugar en conmemoración de cada una de las estaciones del año.
En el ámbito romano, los ritos religiosos en los que el baile constituía un elemento
principal se iniciaron
a la
manera de los griegos, aunque a continuación
degeneraron para convertirse en las llamadas
danzas
orgiásticas, que eran características de las fiestas de Baco, las bacanales. Con la
aparición
y consolidación del
cristianismo se produjo una radical remisión de este tipo de manifestaciones,
que prácticamente
desaparecieron, si bien la danza popular se introdujo progresivamente en las
celebraciones cristianas, incluso
en el interior de los templos, como en el caso de la danza de los seises
de las catedrales de Sevilla y Córdoba,
tradición
española aún vigente. Otras fiestas populares,
singularmente los carnavales, mantuvieron viva la
secular tradición coreográfica.
Danza cortesana. Con el Renacimiento, la danza teatral, virtualmente extinguida en
siglos anteriores,
renació
pujante en los escenarios cortesanos
y palaciegos. A partir del siglo XVI se inicio la elaboración de tratados
sobre el arte de la danza.
El ideal estético de la época trascendió el ámbito
de las cortes italianas en las que
nació para extenderse por toda Europa. En la que puede considerarse
primera época de desarrollo de la danza
moderna adopté una función preponderante la pantomima que, derivada del mimo,
logró su máxima expresión
en la comedia del arte italiana.
Cada país, y más concretamente cada corte europea,
fue creando sus formas peculiares de danza.
Así, se
2
establecieron el branle francés, un baile de corro en el que podía participar todo el
que llegaba,
y el volta, que
gustaba sobremanera a Isabel
I de Inglaterra, al tiempo que, según parece, escandalizaba
a los clérigos de la
corte. España puso de moda la pavana y la zarabanda, y asimismo fueron
apareciendo y popularizándose la
chacona y el pasacalle. Compositores geniales como Johann Sebastian Bach y
Wolfgang Amadeus Mozart
incorporaron
a sus composiciones ritmos de danza, casi siempre tomados del folclor.
Una de las danzas europeas más complejas en su ejecución era el minué o
minuetto, de movimiento
moderado y que constituye la representación
del refinamiento cortesano del siglo XVIII. Después fue el vals
la danza cortesana por excelencia,
y con él se inició el paso de la danza en grupo
al baile de parejas; grandes
compositores como los Strauss contribuyeron a la popularización de esta danza,
que, no obstante, tuvo
enconados detractores.
Algo semejante ocurrió, ya en el primer cuarto del siglo XX, con el tango, baile de
pareja de origen y espíritu argentino, que llegó a ser prohibido
por inmoral por la autoridad eclesiástica.
Igualmente discutido fue el charleston que, aunque
de vida efímera, alcanzó altas cotas de popularidad
y que
en cierto modo preludié los ritmos modernos, iniciados con el rock and roll.
La historia ha influido sobremanera en el desarrollo de la danza, ya que ésta fue
progresivamente
desprendiéndose de su primigenio sentido ritual y religioso en beneficio de una
funcionalidad lúdica y estética
que derivó con el transcurrir de los siglos en dos formas sociales y culturales
diferentes de concebir el
espectáculo de la danza. Por un lado, su carácter de manifestación colectiva
contribuyó a su consolidación
como
expresión festiva, popular y folclórica, mientras que sus valores estéticos y visuales
favorecieron la
aparición de una danza de carácter teatral, el ballet, caracterizada por una mas clara
diferenciación entre
espectador (personaje que contempla) y bailarín (artista que actúa ante un público
realizando movimientos
corporales acordes con la música que interpreta).
La danza ha de valorarse, en todo caso, no sólo como el resultado artístico de un
discurrir histórico, de unas
civilizaciones
en evolución constante, con sus preocupaciones religiosas,
sus costumbres, sus
comportamientos sociales y sus ocios, sino también como el reflejo de la capacidad
expresiva
y cultural de
cada pueblo.
Cabe reseñar a este respecto el interés creciente de la administración pública y de
algunas fundaciones
privadas por defender, preservar y difundir las danzas autóctonas como una forma
más de rescatar el valioso
patrimonio cultural y artístico legado por el pasado. Asimismo, ámbitos del saber
humano como la
antropología, la sociología o la psicología han ido ocupándose en mayor medida de
la danza como fuente
fundamental para el conocimiento de las sociedades presentes y pretéritas.
Si, como se ha mencionado, la danza es el reflejo de un pasado cultural no es
menos cierto que esta forma
artística no debe anclarse sólo en formas y presentaciones tradicionales
o académicas, anquilosándose en
cierta medida. Debe ser también un espectáculo vivo y para ello ha de corresponder
a las inquietudes y gustos
estéticos de los nuevos tiempos incorporando cuantas innovaciones técnicas,
rítmicas, visuales, expresivas y
estéticas se vayan sucediendo tanto
en la propia parcela de la danza como en otros espectáculos
artísticos
con similares lenguajes y posibilidades expresivas.
De los orígenes de la danza a la música contemporánea
Desde los remotos inicios de la humanidad la danza ejerció
una singular función en el desarrollo de los ritos
mágicos
y de las creencias religiosas, ya que los movimientos corporales, repetidos
constantemente y casi de
forma automática,
eran el principal instrumento comunicativo empleado
por magos y chamanes para
relacionarse con las divinidades
y las fuerzas sobrenaturales en espera de ayuda y protección.
Danzas paroxistas y orgiásticas, danzas fálicas y de fecundidad,
danzas guerreras, danzas totémicas y danzas
sacras constituían el repertorio esencial de los ritos de los pueblos antiguos
(egipcios, griegos, romanos,
culturas precolombinas,
civilizaciones china e hindú...). Dichas danzas, pese a su distinta funcionalidad
3
mágica, tenían en común la utilización
de un complejo y enigmático conjunto de signos y símbolos sólo
comprensible para iniciados; el empleo de máscaras, tatuajes y vestidos rituales; y la
ejecución de una serie de
movimientos y gestos codificados, repetitivos y estilizados.
Todo ello nos habla de una concepción abstracta
y mítica del universo, aún perdurable en pueblos primitivos actuales, que ha ido
perdiendo fuerza con la
progresiva sucesión
en la historia de las grandes civilizaciones, muchas de ellas íntimamente
relacionadas
con la aparición de alguna de las grandes religiones y creencias universales.
Con el transcurrir de la edad media y la época moderna la danza fue abandonando
en occidente su cariz
mistérico y religioso, en parte por la persecución de que fue objeto por la iglesia
cristiana, la cual consideraba
la danza como un acto pagano, obsceno y de escasa moral, y en parte por la
progresiva
secularización de las
comunidades, para convertirse en un divertimento y juego, en un acontecimiento
social, imagen perfecta de
las peculiaridades, la idiosincrasia y el folclore de los pueblos.
Por un lado, las clases populares promovieron los bailes, mascaradas y carnavales,
festejos colectivos
caracterizados por una amplia participación ciudadana y ejecutados por lo general
en espacios abiertos y
públicos con motivo de festividades,
grandes eventos nacionales o fechas relacionadas con las estaciones del
ano o con ciertas actividades laborales casi siempre de ámbito agrario. Por su parte,
las clases aristocráticas
contribuyeron a la consolidación de unos modelos
de danza elitista y elegante, que se practicaba
exclusivamente
en salones palaciegos y nobiliarios, o en zonas ajardinadas anexas a dichos
espacios lúdicos,
sólo accesibles a las clases altas de la sociedad.
Se trata, en definitiva, de dos comportamientos sociales definidos, de dos formas
distintas de entender la
diversión y el espectáculo, cuya vigencia dura hasta nuestros días, respectivamente,
en las danzas folclóricas
y populares, cargadas
de vitalidad y dinamismo (cueca, samba, merengue, tarantella, baile flamenco...) y
en
los bailes de salón (pavana, minueto, vals, polonesa...), los cuales, en cierta medida,
se han popularizado y
difundido en los últimos tiempos conforme
la aristocracia se ha ido despojando de su tradicional carácter
clasista.
La preeminencia secular que había ejercido Europa en cuanto a gustos y estilos de
danza se refiere comenzó a
declinar
en el siglo XX en beneficio de un nuevo foco cultural y artístico, los Estados Unidos,
indiscutible
origen de la mayoría
de los ritmos y los bailes contemporáneos (fox−trot, charlestón, blues...), en los que
la
juventud ha cobrado un protagonismo fundamental conforme a su creciente papel
social y cuya difusión se
debe en gran parte al desarrollo de nuevos medios de comunicación de masas como
la radio, el cine o la
televisión.
Así mismo hay que reseñar otra novedad de importancia aportada por el siglo XX, la
proliferación de nuevos
espacios destinados a la práctica de la danza, ya fuera como diversión o como
espectáculo teatral. Esto es, los
tradicionales espacios urbanos abiertos o los salones aristocráticos han perdido
buena parte de su pujanza en
beneficio de otros espacios
de entretenimiento, como el cabaret o el music−hall, o de distintos ámbitos
expresivos. Tal es el caso de la cinematografía,
uno de cuyos géneros, el musical, ha permitido en buena
medida el conocimiento generalizado de un mundo
como la danza, y sobre todo la danza clásica, e incluso ha
dado origen a innovadoras coreografías y lanzado al estrellato
a virtuosos bailarines, entre ellos Fred Astaire
o Gene Kelly.
Si las épocas medieval y moderna permitieron, al menos en occidente, la
estructuración y especialización de la
danza atendiendo a las diferenciaciones sociales y a su distinta concepción como
diversión y espectáculo, los
siglos XIX y XX además de acrecentar con originalidad y variedad los tipos de baile y
danza, contribuyeron a
la consolidación de ésta como una de las manifestaciones más importantes en la
evolución de la música
clásica contemporánea.
Hasta la edad media la música apropiada para la danza y el baile había sido
compuesta por individuos o
colectivos anónimos y había ido transformándose de acuerdo a los diferentes gustos
estéticos de las épocas y
4
conforme se incorporaban nuevos instrumentos musicales. Desde entonces, al igual
que había ocurrido en
otros ámbitos de la cultura, se introdujo el concepto de autoría pudiéndose así
atribuir diferentes creaciones
musicales a compositores de cierta celebridad, muchos de los cuales pertenecían a
círculos artísticos cercanos
a los centros de poder y cuyas composiciones solían ir destinadas a los múltiples
festejos palaciegos y
aristocráticos.
Sin embargo, no sería hasta la difusión del romanticismo en la primera mitad del
siglo XIX cuando, al
producirse una premeditada y constante recuperación del pasado musical y
folclórico, la mayoría de los
compositores clásicos mostraron un creciente interés por incluir en su repertorio
creativo diversas tipologías
de danzas, ya tradicionales y populares, ya aristocráticas y elegantes, todas ellas
con amplias connotaciones
nacionalistas como eco de la situación política que vivía Europa tras la revolución
francesa y el auge de los
nacionalismos.
Esta tendencia a incorporar a la música clásica composiciones de marcado carácter
popular y nacional
prosiguió a lo largo del siglo XX, con especial énfasis en aquellos ámbitos
culturales alejados del impacto
occidental, como puede ser el caso de algunos sobresalientes compositores
latinoamericanos,
los cuales, sin
olvidar la tradición clásica musical europea no renegaron de sus propias raíces
culturales y procuraron
incorporar a su producción variadas danzas y bailes de raigambre ancestral y festiva.
Algunos compositores en sus producciones han tenido una cierta relevancia en
danzas y bailes tradicionales,
autóctonos y folclóricos tales como la familia Strauss.
2 LA DANZA Y LA CULTURA HUMANA
La danza puede ser recreativa, ritual o artística y va más allá del propósito funcional
de los movimientos
utilizados en el trabajo y los deportes para expresar emociones, estados de ánimo o
ideas. Puede contar una
historia, servir a propósitos religiosos, políticos, económicos o sociales; o puede ser
una experiencia agradable
y excitante con un valor meramente estético.
1 La danza y el cuerpo humano
El cuerpo puede realizar acciones como rotar, doblarse, estirarse, saltar y girar.
Variando estas acciones físicas
y utilizando una dinámica distinta, los seres humanos pueden crear un número
ilimitado de movimientos
corporales. Dentro del extenso campo de movimientos que el cuerpo puede realizar,
cada cultura acentúa
algunos caracteres dentro de sus estilos dancísticos.
El potencial normal del movimiento del cuerpo puede ser aumentado en la danza,
casi siempre a través de
largos periodos de entrenamiento especializado. En el ballet, por ejemplo, el bailarín
se ejercita para rotar o
girar hacia afuera las piernas a la altura de las caderas, haciendo posible el poder
levantar mucho la pierna en
un arabesque. En la India, algunos bailarines aprenden a bailar incluso con sus ojos
y cejas. También el
vestuario puede aumentar las posibilidades físicas: las zapatillas de puntas, zancos y
arneses para volar, son
algunos de los elementos artificiales utilizados por los bailarines.
2 La danza y la mente
Además de proporcionar placer físico, la danza tiene efectos psicológicos, ya que a
través de ella los
sentimientos y las ideas se pueden expresar y comunicar. El compartir el ritmo y los
movimientos puede
conseguir que un grupo se sienta unido. En algunas sociedades, la danza puede
llevar a estados de trance u
otro tipo de alteración de la conciencia. Estos estados pueden ser interpretados
como muestras de posesiones
de espíritus, o buscados como un medio para liberar emociones. El estado de trance
permite a veces realizar
hazañas de fuerza extraordinaria o de resistencia al peligro, como el bailar sobre
brasas. En algunas tribus, los
chamanes bailan en estado de trance para poder curar a otros tanto física como
emocionalmente. Se ha
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desarrollado un nuevo tipo de terapia utilizando la danza para ayudar a las personas
a expresarse y a
relacionarse con los demás.
4 Danza y sociedad
Los efectos tanto físicos como psicológicos de la danza le permiten ser útil para
muchas funciones. Puede ser
una forma de adorar a los dioses, un medio de honrar a nuestros ancestros o un
método para crear magia. Se
menciona la danza en la Biblia, y hasta la edad media era una parte usual de los
homenajes y de las
celebraciones religiosas (tradición que se mantiene en algunos lugares de España y
América Latina). Aunque
la Iglesia cristiana denunció la danza como inmoral, el cristianismo no consiguió
suprimir todos los ritos
paganos.
La danza puede también formar parte de los ritos de transición que se realizan
cuando una persona pasa de un
estado a otro. Así, el nacimiento, la iniciación, la graduación, el matrimonio, el
acceso a un puesto oficial y la
muerte pueden ser enmarcados por la danza. También forma parte a veces del
galanteo. En algunas
sociedades, los bailes son los únicos eventos a los que acuden y donde se conocen
los jóvenes de distinto
sexo. En la sociedad contemporánea, los bailes proporcionan a los jóvenes
ocasiones importantes para
reunirse. También es factible trabajar ayudado por la danza. Los movimientos
rítmicos son capaces de lograr
que el trabajo sea más rápido y eficiente, como en las danzas japonesas que se
realizan en las plantaciones de
arroz. En algunas culturas, la danza es una forma de arte, y en el siglo XX algunas
danzas que originalmente
eran ritos religiosos o entretenimientos de la corte se han adaptado al teatro.
3 Tipos de danza
Existen dos tipos principales de danza: danzas de participación, que no necesitan
espectadores, y danzas que
se representan, que están diseñadas para un público. Las danzas participativas
incluyen danzas de trabajo,
algunas formas de danzas religiosas y danzas recreativas como las danzas
campesinas y los bailes populares y
sociales. Para tener la seguridad de que todos en la comunidad participan, estas
danzas consisten casi siempre
en esquemas de pasos muy repetitivos y fáciles de aprender.
Las danzas que se representan se suelen ejecutar en templos, teatros o
antiguamente delante de la corte real;
los bailarines, en este caso, son profesionales y su danza puede ser considerada
como un arte. Los
movimientos tienden a ser relativamente difíciles y requieren un entrenamiento
especializado.
La danza teatral: el ballet
Con el transcurso de los siglos, la danza fue despojándose
de sus rasgos rituales y mistéricos, y al
consolidarse definitivamente
la mentalidad renacentista se transformó en un espectáculo teatral donde los
movimientos corporales ejecutados
por los bailarines perseguían esencialmente la creación artística, la
búsqueda de la belleza la expresión de unos sentimientos.
No hay que olvidar en ningún momento que el principal destinatario de un
espectáculo como el ballet es, sin
duda, el público. Hasta entonces, en las fiestas y las celebraciones donde se
bailaban danzas tradicionales y
folclóricas, los espectadores
llegaban a confundirse con los propios participantes
e incluso tomaban parte
activa en el acontecimiento. Sin embargo, el ballet, por su condición de espectáculo
teatral,
responde a otros
criterios y lo que antes se concebía como una relación activa público−bailarines
ahora queda en una relación
meramente contemplativa en la que el espectador permanece alejado del centro de
la acción, sin que ello evite
su intervención, con aplausos o silbidos, cuando el espectáculo le agrade o le
defraude.
Al igual que en la danza, los movimientos de los intérpretes
de ballet no tardaron en ser codificados, pese a
que en este caso no fueron la tradición, el culto y los ritos los encargados de su
normalización, sino las propias
escuelas y academias creadas a tal efecto desde los órganos de poder, siendo la
primera de ellas la fundada en
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Francia en el siglo XVII en tiempos del monarca Luis XIV.
Mientras el baile popular recorría sus propios rumbos, más hermanados a la
evolución de la cultura popular
que a los estilos de la música clásica, el ballet, que desde sus orígenes
atrajo el interés de los grandes
compositores, se desarrolló al compás del gusto musical occidental de los últimos
siglos, bajo las directrices
emanadas de Francia, Italia, y, en especial, de Rusia, cuyos ballets adquirieron un
extraordinario
prestigio por
la calidad de sus montajes a finales del
siglo XIX y comienzos del XX.
Sin embargo, cumplida ya la tercera década del siglo XX, tras perder París parte de
su preponderancia
cultural, los Estados Unidos se convirtieron en la primera potencia del ballet
contemporáneo, ofreciendo al
mundo no sólo bailarines y compañías de primera talla sino también nuevos y
originales ritmos, a la par que
innovadoras concepciones coreográficas
de gran libertad expresiva e íntimamente ligadas a espectáculos
musicales neoyorquinos y al creciente auge de la comedia musical cinematográfica.
Aun así, países de tradición coreográfica como Francia, la Unión Soviética y el Reino
Unido han seguido
manteniendo un dignísimo nivel en el ámbito del ballet. En la actualidad se puede
decir que la práctica de este
arte se ha extendido a casi todo el mundo y que la inmensa mayoría de las naciones
poseen alguna compañía
de danza clásica de carácter estatal.
De ahí que el ballet tienda a convertirse, cada vez en mayor proporción,
en un lenguaje y espectáculo homogéneo, comprensible por un público heterogéneo
de cualquier
parte del
globo y muy alejado de las peculiaridades autóctonas características de las danzas
nacionales o regionales.
El destacado protagonismo colectivo que pueden tener las danzas tradicionales, por
su carácter festivo y
social, queda un tanto mitigado en las representaciones de ballet, donde, si bien es
fundamental la buena
ejecución del conjunto para la consecución de una perfecta coreografía, la propia
concepción
del ballet como
espectáculo acerca esta forma expresiva
al teatro y exalta con cierta frecuencia la figura del propio bailarín
solista como individualidad autosuficiente en el proceso creador.
De todas formas no hay que desdeñar el valor de la tarea desempeñada por el
coreógrafo en la concepción y
puesta en escena de un ballet, donde actúa como director y organizador
coherente de cuantos aspectos forman
parte de un espectáculo de danza, para crear así una obra artística total en la cual
cada componente, si bien ha
de brillar de forma individualizada, debe a su vez subordinarse al resto de los
elementos y coordinarse con
ellos en beneficio de la consecución
de un conjunto armónico.
La complejidad inherente a los pasos de ballet, la originalidad
de los movimientos, la improvisación e
inspiración, la agilidad y elegancia al discurrir por escena, la armonización y
equilibrio, la compenetración, la
utilización de un lenguaje de signos y símbolos donde la pantomima, la abstracción y
la gesticulación
adquieren protagonismo, y la posesión
de una indudable fortaleza física y una sensibilidad extraordinaria
son características que deben conjugarse en un buen bailarín. La ideal combinación
de todos ellos o la genial
capacidad de algunos intérpretes de ballet para destacar en alguna de las facetas
mencionadas ha permitido
escribir la historia del ballet clásico a través de la sucesión de sus personalidades
míticas, cada una de las
cuales va asociada a alguna
aportación innovadora, bien sea la ejecución de un paso, la invención de un
vestuario, la incorporación de un nuevo estilo o la peculiar interpretación de una
pieza del repertorio
clásico
desde una óptica renovadora e incluso revolucionaria.
Sin lugar a dudas la historia del ballet no sería la
misma si no hubieran existido en ella figuras de la talla de Isadora Duncan o Váslav
Nijinski, nombres que
permanecen
indisolublemente unidos al arte de la danza y a su progreso.
Los grandes intérpretes del ballet clásico así como distintos
medios expresivos parcialmente relacionados con
la danza entendida como espectáculo teatral configuran la enumeración
de artículos contenida en la Tabla n.°
3.
El esplendor conocido por el ballet en el siglo XIX no hay que relacionarlo
únicamente con la aparición de
algunas de las grandes figuras de la danza sino además con el creciente interés de
los compositores por la
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elaboración de composiciones
musicales destinadas a ser llevadas a escena como ballets
debido a la
influencia del gusto romántico. Los mundos
oníricos, fantasmagóricos, exóticos e imaginarios ideados por
los músicos decimonónicos encontraron sobre todo en el ballet la forma idónea de
representación.
Las innovaciones introducidas por los coreógrafos del siglo
XX unidas a la exaltación del ballet por la
mayoría de las vanguardias plásticas de dicho siglo, que veían la ejecución de una
serie de movimientos
convencionales y casi automáticos
por parte de los bailarines como una forma de expresión
verdaderamente
moderna, atrajo la atención de algunos compositores contemporáneos, convencidos
de que la complejidad
del
ballet le convertía en un espectáculo total, donde
se hacía factible la combinación de las artes teatrales, la
decoración, la música, el tiempo y el espacio, y donde era posible realizar una
verdadera apología del cuerpo
humano en su concepción más artística, la de crear belleza con el movimiento.
Compositores en cuya producción musical han tenido cabida
ciertas piezas destinadas al ballet o asimismo
compositores
cuyas obras, no concebidas en origen para la danza, han inspirado exquisitos ballets
a los
coreógrafos más afamados
forman la relación de artículos, por lo general referidos
a músicos de los siglos
XIX y XX, que componen la Tabla n° 4.
Danza oriental. El carácter ceremonial y profundamente
religioso que sin duda tiene la danza en su origen se
ha mantenido vivo en la tradición oriental, llenando de simbolismo cada uno de los
movimientos y gestos de
los danzantes, así como sus vestiduras. En el teatro chino, el color tenía una precisa
significación, de modo
que la jerarquía de los personajes, su edad y sus caracteres venían representados
por un determinado color. Lo
mismo
acontecía con el maquillaje del rostro, que encerraba
una significación característica. En Japón, el
teatro no tiene su equivalente campesino en la dengaku; el kabuki, por su parte,
utiliza las danzas
pantomímicas del repertorio clásico.
En el archipiélago indonesio, la danza constituye
una actividad consustancial al carácter autóctono,
en la que
todos participan.
Por otra parte, la atracción que el exotismo de los países del lejano oriente ha
ejercido sobre el arte europeo
desde finales del siglo XIX se ha puesto de manifiesto tanto en el repertorio y los
modos de destacados
bailarines contemporáneos como en la inspiración de modernos ballets.
Danzas populares. La configuración de un género de danza circunscrito al ámbito
teatral determiné
el
establecimiento de una disciplina artística
que en primer término dio lugar al desarrollo del ballet y, más
tarde, creó un marco dentro del cual se desarrollarían géneros como el de mustchall,
el cabaret o las múltiples
manifestaciones cinematográficas
de danza. En este contexto surgieron
modalidades específicas de bailes,
tales como el claqué (tap) o el swing, y relevantes figuras como Josephine Baker,
Ginger Rogers, Fred Astaire
o Gene Kellv.
No obstante, el arraigo de la danza hallé su mayor
nivel fuera del mundo del espectáculo, enraizado
en las
tradiciones populares. En tal sentido Han de valorarse los condicionamientos
culturales y geográficos de cada
país. Decisiva importancia tuvo, por ejemplo, la penetración de la tradición musical
negroafricana en el
continente americano. El fenómeno ejerció, junto con la tradición occidental europea
y la ancestral cultura
precolombina,
una influencia determinante en el nacimiento de danzas como la cueca chilena, el
bambuco
colombiano,
el bayón o baiao y el samba brasileños, y las múltiples danzas del área geográfica
antillana:
rumba, guaracha, conga, mambo, merengue, etc.
Análoga multiplicidad se aprecia en los bailes populares europeos. La interpretación
de espectaculares saltos y
rápidos giros caracteriza las danzas eslavas, entre las que cabe citar la prisiadka y
golpak rusos, la zarda
húngara o la polea bohema.
Otros rasgos como el ritmo de los movimientos
y la sincronía en el
desplazamiento de los bailarines
resultan definitorios de danzas tales como la tarantella italiana y la jota, la
muiñeira, la sardana o la espatadanza de diversas regiones españolas.
En este ámbito destaca por su
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singularidad el baile flamenco, característico de Andalucía, en el sur de España, que
presenta ciertas
afinidades con las danzas orientales: son múltiples sus manifestaciones
y entre ellas cabe citar el zapateado,
la seguiriya
o la alegría.
La danza y la música
El necesario acompañamiento sonoro y rítmico de cualquier
tipo de baile ha hecho que danza y música sean
dos manifestaciones completamente interrelacionadas. Lo que en sus orígenes más
remotos no era más que un
simple acompañamiento estético y rítmico se ha convertido con el tiempo en un
elemento esencial e
insustituible en toda representación
de danza o ballet, haciéndose del todo incomprensible
la ejecución de
cualquier baile sin un mínimo componente
sonoro.
Ello nos lleva a pensar en el necesario conocimiento que todo buen bailarín o
coreógrafo debe tener tanto de
la teoría
como de la práctica de la música, para una mayor comprensión
del fenómeno de la danza. No
obstante es curioso observar cómo dos formas distintas de concebir el baile, a saber,
la danza popular y festiva
y el ballet clásico, requieren
para su ejecución no sólo composiciones musicales marcadamente
diferentes en
ritmo, movimiento, participación y temática, sino principalmente la utilización de unos
instrumentos
acordes
con la modalidad. Así, frente al empleo de instrumentos de gran sencillez y arraigo
popular en las
modalidades
de danzas folclóricas y tradicionales encontramos en los ballets el predominio de
aquellos otros
que son propios
de cualquier orquesta de música clásica. De todas maneras,
algunos de los más modernos
compositores, en especial
los de origen latinoamericano, suelen incluir en sus obras el empleo de ciertos
instrumentos de arraigo popular. Mantienen así el vínculo de la tradición clásica,
aprendida en sus viajes y
estudios en occidente, con la tradición folclórica propia de sus respectivos países de
origen.
Diferentes artículos referentes a las múltiples relaciones entre la música y la danza,
sobre todo los que afectan
a distintos instrumentos musicales y a aspectos de la teoría y la historia de la música
se encuentran en la Tabla n°5'.
La danza y las artes plásticas
Por su vinculación con la historia de la humanidad y por su importancia cultural y
expresiva la danza ha sido constante motivo de inspiración de artistas plásticos de
las más variadas épocas y civilizaciones, los cuales han buscado en su
representación no sólo la captación del movimiento y la fugacidad, características
innatas a la danza y el ballet, sino también reflejar las costumbres, las inquietudes
religiosas y los principios estéticos de las sociedades y colectividades a las que
pertenecían.
Las diversas vinculaciones de la danza y el ballet con las artes plásticas a lo largo de
la historia hallan representación en la serie de artículos enumerada en la Tabla n°6.
Ya desde las primeras manifestaciones artísticas prehistóricas aparece representada
la danza, como parte primordial que era de ritos y creencias mágicas, en cuevas y
abrigos paleolíticos, donde pueden contemplarse escenas de bailes en grupo.
Entre los pueblos de la antigüedad, cuando el baile conservaba aún fuertes
connotaciones religiosas y constituía un elemento esencial de la vida colectiva, se
practicaba con frecuencia, como ha podido comprobarse por los restos
arqueológicos que reflejan las costumbres y modos de vida cotidianos de aquellas
civilizaciones.
Con posterioridad, el mundo griego recurrió a la danza para expresar estéticamente
sus particulares concepciones de la armonía, la belleza y las proporciones del
movimiento; en cambio, para el mundo romano, mucho más pragmático y belicista,
las escenificaciones artísticas de danzas guerreras y sacras constituyeron en mayor
medida el reflejo plástico de unas costumbres y unas actitudes cotidianas.
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Sin embargo, los pueblos orientales, donde la danza había alcanzado un
refinamiento y una elegancia sin parangón en occidente, las artes, y en especial la
escultura, lograron representar de forma idealizada, no exenta de erotismo, la magia
y la pasión de los movimientos corporales en toda la expresión de su belleza.
Muy lejos de la sensualidad y el misticismo de las escenas de danza orientales
habría que situar las composiciones con bailarines y danzantes propias de artistas
renacentistas y barrocos, preocupados más por representar distintos aspectos de la
vida ociosa y festiva, popular o cortesana, que por exaltar los valores del arte de la
danza.
Los artistas románticos y costumbristas, cuyas obras se inspiraron con frecuencia en
ambientes pintorescos, Folclóricos y exóticos, plasmaron con minuciosidad y
colorido muy diversas tipologías de danzas y bailes, tanto tradicionales como
cortesanos. A finales del XIX, fueron los impresionistas, entre ellos Edgar Degas y
Henri de Toulouse−Lautrec, quienes, en su interés por captar en sus lienzos el
movimiento, el dinamismo y la fugacidad, vieron en las escenas de danza y ballet un
tema muy propicio para llevar a cabo sus investigaciones pictóricas.
El arte del siglo XX, cuyos temas y estilos han ido sucediéndose casi
vertiginosamente desde las primeras vanguardias históricas de la década de 1900,
ha logrado por fin compenetrarse con la danza ya no sólo como motivo de habitual
inspiración sino como ámbito extraordinario de la creación plástica. Así, destacadas
personalidades del arte contemporáneo, como Salvador Dalí o Pablo Picasso, han
prestado su colaboración, su imaginación y su obra plástica para la ejecución de
distintas escenografías y vestuarios destinados a las representaciones de danza y
ballet. Cabría reseñar en este sentido la personalidad de Serguéi Diaghilev, quien
supo aunar en una empresa común, la de los Ballets Rusos, a los principales
intérpretes del ballet, a los mejores coreógrafos, a los grandes compositores de
vanguardia y a loa artistas plásticos más innovadores, logrando así prestigiar el
ballet y convertirlo en uno de los espectáculos más importantes del siglo XX.
En épocas más cercanas la danza continuó atrayendo la atención de artistas
plásticos de nueva índole. Ya no eran sólo los pintores quienes se preocupaban por
este arte. Cineastas, realizadores de televisión y fotógrafos también lo han reflejado
en sus obras.
El cine creó todo un género en torno a la danza, y no sólo como componente de
comedias musicales. Se rodaron gran número de películas sobre ballets pensados
para su representación en el teatro. Los grandes nombres de esta disciplina son
conocidos y admirados por un gran número de personas gracias a este medio.
Incluso algunos directores de eme como Gene Kelly o Bob Fosse eran ante todo
coreógrafos, y varias de sus películas estaban pensadas como auténticos
espectáculos de danza representados por medio de la cinematografía. La fusión
entre ambos artes ha sido tanto más armónica cuanto que ambos se han ido
adecuando paralelamente a las nuevas corrientes estéticas. La imagen del bailarín
vestido sencillamente con unas mallas habituales de los ballets del Maurice Bejart
queda muy lejos de los complicados trajes de antaño, pero encajan perfectamente
con la estética cinematográfica moderna.
También la televisión se ha ocupado de hacer llegar el ballet a buen número de
aficionados, para los cuales constituye la única posibilidad de disfrutarlo. Citaremos
su vertiente más seria, en la que las cadenas televisivas intervienen como
productoras de piezas de danza con primeras figuras y coreógrafos renombrados;
también la existencia de series televisivas cuyos protagonistas son bailarines; o la
casi inevitable aparición de un cuerpo de baile en cuanto un programa de variedades
sale al aire.
Todo ello provoca que el baile sea va una costumbre muy extendida, de tal forma
que cada vez se practica más coma forma de ejercicio, relajo y expresión.