La Confederacion Rosista
La Confederacion Rosista
La Confederacion Rosista
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Universidad de Palermo
1) La Federación Rosista
2) Pacto de Barracas
3) Elección de Juan Manuel de Rosas Gobernador
4) Formación de la Liga Unitaria
5) Pacto Federal del 4/1/1831
6) Asesinato de Facundo Quiroga
7) Segundo Gobierno de Juan Manuel de Rosas
8) Ley de Aduanas de 1835
9) La conspiración contra Juan Manuel de Rosas
10) Marco Cronológico desde 1838 hasta su muerte en Southampton en 1877
Introducción:
Este trabajo práctico intenta describir los diferentes componentes de la sociedad argentina
durante la etapa de los gobiernos de Juan Manuel de Rosas. Analiza brevemente las
características económicas, sociales, políticas e ideológicas del período. Examina los
proyectos y las luchas políticas, los conflictos con las grandes potencias y la significación
global del Rosismo en la historia política argentina.
Juan Manuel de Rosas nació en Buenos Aires el 30 de marzo de 1793, en el seno de una
de las familias más destacadas de la ciudad. Su verdadero nombre era Juan Manuel Ortiz
de Rozas; pero decidió "acriollarlo" y aplebeyarlo, ya antes de su primera aparición en la
política, por Juan Manuel de Rosas. Era un hombre práctico, de espíritu conservador, y
con todas las características de un caudillo. La primera interrupción en sus actividades de
estanciero fue debida a las invasiones inglesas. El 12 de agosto de 1806 estuvo Juan
Manuel entre " los voluntarios que formaron el ejército que reconquistó Buenos Aires".
Luego de la rendición, Liniers lo devolvió a sus padres, portador de honrosa carta
testimonial.
Amasó una gran fortuna como ganadero y exportador de carne de vacuno, en la época en
que el Virreinato del Río de la Plata luchaba por su emancipación del dominio español. En
1818 comienza a hacer algunas comisiones políticas, al tiempo que entró a administrar y
poblar las estancias de Juan José y Nicolás Anchorena. Más tarde compraría con Terrero
(quien lo acompañaría durante sus dos futuros mandatos) las estancias San Martín y Del
Rey, entre otras. Empezó a adquirir prestigio y durante la década del ’20 se transformó en
uno de los personajes más importantes de Buenos Aires. Llegó a tener un ejército
personal formado por peones: Los Colorados del Montes. Y durante el gobierno de
Rodríguez ocupó el cargo de Comandante de Campaña.
En noviembre de 1820 se estableció la paz entre Buenos Aires y Santa Fe con una
donación de 25.000 cabezas de ganado que Rosas contribuyó (Tratado de Benegas). En
1821 renunció al ejército, regresó a Los Cerrillos, instaló fuertes a lo largo de la frontera e
hizo acuerdos con los indios.
1) La Confederación Rosista
2) Pacto de Barracas:
El gobernador Rosas había sido elegido para ese cargo en 1835, con "la Suma del
Poder Público". Eliminó a sus opositores más destacados, aún a los asociados al
partido federal y especialmente a los unitarios. Ejerció su gobierno con el apoyo de
los sectores populares, medios, el ejército y los ganaderos. El sustento de estos
últimos parecía al principio muy sólido, ya que los intereses de los hacendados
eran eficazmente defendidos por un gobierno que tomaba sus decisiones en
función de un modelo económico agro-exportador.
Pero hacia 1838 surgió un nuevo frente de oposición, con la generación romántica,
de jóvenes que tenían como ideal de "civilización" la cultura francesa. En el
conflicto de Rosas con Francia, el gobernante se mantuvo impasible frente a las
presiones de la potencia europea, que cambió las condiciones económicas y
sociales. La flota de guerra francesa bloqueó el Río de la Plata y los "románticos"
tomaron partido abiertamente contra su gobierno, y en favor de los agresores.
El bloqueo significó la interrupción -al menos parcial- del comercio exterior de la
provincia de Buenos Aires. No sólo los sectores altos perdieron la oportunidad de
importar bienes e ideas desde Europa, sino que se trabó el comercio de
exportación, del que dependía la economía de la ciudad. Peor aún fue el efecto del
bloqueo sobre las exportaciones ganaderas, de las cuales dependía casi
exclusivamente la zona rural de la provincia.
El gobierno de Rosas se enfrentó con una caída muy significativa de los ingresos
fiscales, que dependían en su gran mayoría de los derechos del comercio exterior.
Para subsanarlo, recurrió a la tierra pública; ésta estaba en manos, en su mayor
parte, de beneficiarios del sistema de enfiteusis, esto es, de personas que -desde
hacía tiempo- arrendaban las tierras provinciales por largos períodos, por los
cuales pagaban cánones de alquiler muy bajos. Rosas suspendió la renovación de
los contratos y exigió la devolución de esas tierras, o la compra inmediata por
parte de sus arrendatarios. La enfiteusis era la principal forma de tenencia de la
tierra en el sur de la provincia, especialmente al sur del río Salado. Rosas
aprovechó esta política para vender los campos únicamente a sus partidarios y les
negó tal derecho a quienes él sospechaba no le eran incondicionales.
A pesar de la eficacia de los rosistas en la eliminación de sus adversarios, aún
había en la ciudad y en parte de la campaña opositores a sus métodos políticos y
a las acciones perpetuados por la Mazorca. Pero los ganaderos que se unieron a
la oposición -especialmente en el sur de la provincia, base del poder y prestigio de
Rosas antes de su regreso al gobierno en 1835- solamente lo hicieron cuando se
encontraron con sus ingresos seriamente restringidos, y frente a la obligación de
pagar grandes sumas a corto plazo o, lo que fue la determinante, cuando se
presentaron a comprar las tierras dadas en efiteusis y Rosas les negó
-selectivamente- la venta. Su principal motivación era económica.
Los emigrados unitarios centraban su accionar en Montevideo; allí ayudaron a
Fructuoso Rivera a derrocar al presidente Manuel Oribe, con la alianza de los
franceses. Coligados a su vez al nuevo gobierno, se dedicaron a tratar de derrocar
a Rosas, y alentaron toda clase de empresas en su contra, desde editar periódicos
críticos a su gobierno, hasta atentados criminales. Y, por cierto, organizando y
financiando campañas militares contra Rosas y sus aliados en el interior del país.
Encontraron un eficaz jefe de éstas en el general Juan Lavalle, que organizó un
ejército pequeño, pero dotado con gran cantidad de oficiales, en la isla Martín
García.
En la ciudad de Buenos Aires se formó un grupo de conspiradores que planearon
derribar a Rosas de su gobierno por medio de un golpe de estado. En su mayor
parte estaba formado por los jóvenes románticos, pero en el grupo figuraban
también algunos jefes militares. Para ponerse al frente del movimiento militar
eligieron a un líder prestigioso y bien relacionado, Ramón Maza; éste era hijo del
presidente de la Sala de Representantes provincial, del partido federal y amigo
personal de Rosas, el abogado Manuel Vicente Maza.
El grupo conspirador de la capital intentó coordinar sus acciones con el de
Montevideo y los estancieros descontentos, para llevar adelante un movimiento de
gran amplitud: la insurrección de las tropas de la capital dirigidas por Maza, el
alzamiento de los hacendados del sur de la provincia, y el avance del ejército de
Lavalle desde el norte de la Provincia hacia la capital.
En el norte de la provincia, la mayor parte de las estancias eran propiedad plena
de los ganaderos y la enfiteusis sólo afectaba a pocos hacendados. Por otro lado,
en esa zona existía, aunque pequeño, un mercado de ganado vacuno que
comercializaba su producción en los puertos del río Paraná, en dirección a otros
mercados. De modo que los efectos del bloqueo francés y de las exigencias
fiscales de Rosas eran menores en esa zona, por lo que los conspiradores
encontraron muy poco apoyo en esa parte de la provincia. Por eso el plan se
modificó, y pidieron a Lavalle que desembarcara en algún punto del sur de la
provincia, en lo que el general estuvo inicialmente de acuerdo. El punto elegido fue
el Rincón de Ajó, donde se encuentra actualmente el pueblo de General Lavalle.
Los conspiradores no estaba seguros de quiénes podrían apoyarlos, y en su
desesperada búsqueda de colaboradores se tornaron muy poco discretos. Pronto
Rosas estuvo al tanto de los preparativos, aunque dejó hacer, para poder
enterarse de todos los detalles. Al recibir un aviso sobre la revolución que se
tramaba en el sur de la provincia, respondió ordenando al juez de paz de Dolores
que le enviara presos a la capital a los conspiradores más destacados; la idea era
saber más, pero el juez de paz adujo no saber de ningún conspirador. Por su
parte, los líderes del movimiento reunían periódicamente a los gauchos en sus
estancias, con la excusa de tareas rurales y fiestas, y los adiestraban en sus ideas
revolucionarias. Dado que los gauchos idolatraban a Rosas, sus planes debieron
ser presentados en forma bastante ambigua.
Mientras tanto, a fines de junio se supo en el sur de la provincia que los
conspiradores de la capital estaban listos para lanzarse a la revolución. Pero
Rosas también lo sabía y ordenó el arresto del coronel Maza. Su padre intentó
salvarlo de alguna manera, pero fue asesinado en su despacho. Al día siguiente,
Ramón Maza era fusilado, y sus aliados huyeron de Buenos Aires en los días
siguientes.
Con esta victoria, Oribe inició el sitio a Montevideo, que duraría más de ocho años.
A su vez, el rosista Urquiza persiguió y venció a Rivera en India Muerta en 1845.
El unitario se refugió entonces en Brasil. Sin embargo, la "pacificación" de la
Mesopotamia no había sido aún lograda. En Corrientes, los hermanos Madariaga
nombraron a Paz "Director de la guerra en nombre de la provincia de Corrientes y
de la revolución argentina".
Referencias
https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Manuel_de_Rosas#Nacimiento.2C_famil
ia_y_primeros_a.C3.B1os
http://www.laguia2000.com/argentina/pacto-de-barracas
http://historiaybiografias.com/quiroga1/
http://www.lagazeta.com.ar/conspiracion_de_maza.htm