Constitucion y Canones Guatemala
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Artículo 6: DE LA CONVENCIÓN
a) La autoridad Legislativa de la Diócesis es la Convención Diocesana, la cual se reúne
regularmente cada año y funciona de acuerdo a esta Constitución y Cánones.
b) Pueden celebrarse convenciones extraordinarias a decisión y convocación del Obispo y del
Consejo Diocesano, o del Consejo Diocesano en caso de no haber Obispo, fijando
previamente el lugar, la fecha y el propósito de dicha Convención.
c) Le compete elegir:
1. A los miembros del Consejo Diocesano, los cuales deben cumplir con los requisitos
establecidos en el artículo 12, literal a) de esta Constitución.
2. A los diputados propietarios y suplentes ante el Sínodo Provincial
3. A los representantes ante el Consejo Provincial
d) Conocer y aprobar el presupuesto y los estados financieros de la Diócesis.
e) Aceptar nuevas Iglesias a solicitud de las mismas.
f) La convención se regirá de acuerdo a lo establecido en esta Constitución y Cánones
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CÁNONES
DE LA
IGLESIA EPISCOPAL DE GUATEMALA
CANON 1: DE LA CONVENCIÓN
a) La celebración de la Convención Anual será notificada por el Secretario a todos los clérigos y
congregaciones de la Diócesis, por lo menos con dos meses de anticipación, para los efectos de
la elección de los delegados, anunciándose la fecha y el lugar aprobados por la Convención
anterior o determinados por el Obispo, o en su ausencia, por el Consejo Diocesano en caso de
haber algún cambio.
b) La celebración de una Convención Extraordinaria será convocada por el Obispo, o en ausencia,
por el Consejo Diocesano, y le será notificada a todos los clérigos y a los Guardianes Mayores de
cada congregación con derecho a representación en un término no menor de (30) días antes de
su celebración, precisando los asuntos que se discutirán. Ningún otro asunto será discutido en
la Convención aparte del citado.
c) Será deber de los clérigos y de los guardianes informar a los delegados de sus congregaciones,
en el caso de no haber clérigo, los guardianes serán responsables de esta provisión canónica.
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d) La lista presentada por el Comité de Nominaciones deberá contener como mínimo tres
candidatos; tendrá también la obligación de agregar a su nómina todo candidato que sea
e) propuesto por no menos de diez comulgantes en plena comunión, siempre que la propuesta sea
recibida por lo menos quince días antes de la Convención. copia de esta solicitud, también será
firmada por todos los proponentes, debiendo ser enviado a el Consejo Diocesano. Durante la
Convención se podrá aumentar la nómina de candidatos mediante una proposición de por lo
menos tres delegados, por cada nuevo candidato.
f) Los candidatos deben reunir las condiciones requeridas por la Constitución y Cánones de la
Iglesia Anglicana de la Región Central de América y haber dado muestras evidentes de un
auténtico compromiso con la vida del pueblo de la Diócesis donde hayan radicado, así como de
dedicación a su ministerio pastoral y misionero.
g) En la Convención, la presentación del informe del Comité de Nominaciones deberá constituir
uno de los primeros puntos de la agenda, con el objeto de dar a los delegados mayor
oportunidad para discutir a los candidatos.
h) La presentación de los candidatos a la Convención será hecha por la persona que designe cada
una de ellos, o en su defecto, por uno de los miembros del Comité de Nominaciones.
i) La elección será por órdenes. Para ser proclamado Obispo electo será necesario que se obtenga
mayoría absoluta de votos en ambas órdenes concurrentes, entendiéndose por tal más de la
mitad del total de votos de cada grupo.
j) La votación será en forma secreta, con un receso de media hora cada tres votaciones. En
cualquier momento un candidato puede retirar su nombre de la nómina. Después del tercer
intento se eliminará de la nómina de candidatos, en cada votación, al que obtenga el menor
número de votos en ambas órdenes a la vez, hasta que queden sólo tres para la elección final.
k) Si después de haber intentado la elección doce veces no se llega a ningún acuerdo, la
Asamblea, mediante la aprobación de los dos tercios de los votos de ambas órdenes
concurrentes, puede declarar la imposibilidad de elegir en esa Convención, entonces se podrá
iniciar un nuevo proceso de acuerdo a la Constitución y Cánones de la Iglesia.
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d) Cuando se pase una información al Consejo Diocesano, éste hará un estudio preliminar con el
fin de averiguar si las circunstancias ameritan una denuncia formal del acusado. Pasará una
copia de la información al acusado y en otra comunicación indicará a todos los involucrados la
fecha, lugar y hora para su estudio, a fin de que todos puedan presentarse a ser oídos. El
Consejo puede proponer un arreglo de los asuntos expuestos en la información, sin llegar al
juicio formal, prevaleciendo la justicia y lo exigido para la paz y honor de la Iglesia.
e) Si el Consejo Diocesano considera que hay motivo para el enjuiciamiento, inmediatamente
presentar por escrito la denuncia del acusado ante el Obispo, especificando según su
conocimiento de los detalles de la supuesta ofensa.
f) Si el Consejo Diocesano decidiese no presentar denuncia contra el acusado, mandará la
denuncia con toda la información al Obispo, con una recomendación de que sea retirada. No se
aceptará demanda adicional sobre una acusación una vez retirada, a menos que, en el lapso de
tres años, se presenten nuevas pruebas al Obispo a manera de una nueva información que exija
que la acusación sea llevada al Consejo Diocesano.
g) Si por cualquier otro motivo, el Consejo Diocesano lo recomendara o si el Obispo de la Diócesis
quisiera, éste puede pasar la denuncia a otro Obispo, quien en tal caso cumplirá con los
deberes estipulados en los Cánones. En caso de muerte, dimisión o incapacidad del Obispo a
quien haya sido remitido el caso antes mencionado, el Consejo Diocesano, enviará el asunto al
otro Obispo.
h) En caso de no haber Obispo, o en caso de muerte, dimisión o incapacidad del Obispo Diocesano,
el Consejo Diocesano enviará la denuncia a otro Obispo.
a) Cuando se haya entregado al acusado una copia de la denuncia, el Obispo nombrará dentro de
los veinte días siguientes, exceptuando lo previsto en la siguiente sección, a cuatro a
presbíteros de la Diócesis, con derecho a asiento en la Convención y hará que se entreguen una
lista de nombres al acusado, quien dentro de los quince días siguientes, escogerá a tres de ellos
e indicará por escrito sus nombres al Obispo; si no lo indicase al Obispo dentro de los quince
días mencionados, el Obispo escogerá a tres presbíteros quienes compondrán el tribunal
Eclesiástico.
b) Dentro de los cinco días de haberle entregado la denuncia, el acusado puede pedir al Obispo
que también nombre laicos en el Tribunal, a menos que en la denuncia haya sido acusado de
error en Doctrina, en cuyo caso, dentro de los veinte días después de recibir la petición, el
Obispo enviará también junto con los nombres de cuatro clérigos, los nombres de cuatro laicos
de la Diócesis comulgantes en plena comunión, hombres de conocimientos legales y experiencia
judicial, de ser posible, de los cuales el acusado escogerá, dentro de los quince días, tres
clérigos y dos laicos, notificará al Obispo sobre su elección y los cinco así elegidos compondrán
el Tribunal Eclesiástico, a quien se le notificará si acepta el nombramiento. Si algún clérigo o
laico no acepta su designación, el Obispo nombrará a quienes reúnan los requisitos arriba
indicados.
Se nombrará un fiscal dentro de los Arcedianos de la Diócesis quien desempeñará función
investigadora.
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c) Una vez resueltos los impedimentos de la integración del Tribunal y ya constituido, el
Obispo, lo convocará, indicando el lugar, día y hora; cuando lo considere necesario, tendrá la
facultad de aplazar de vez en cuando las reuniones, así como trasladarse de un lugar a otro
cuando lo considere oportuno. El Obispo hará que se informe al acusado e igualmente al fiscal,
veinte días antes de la fecha fijada, del lugar y la hora de primera reunión del tribunal; si por
cualquier motivo, el Tribunal dejase de promover el juicio dentro de los seis meses a partir de
la fecha indicada, el Obispo puede nombrar un nuevo Tribunal de la manera antes mencionada
y si ese nuevo Tribunal no promueve la denuncia, la misma se dará por clausurada, a petición
del acusado.
d) Si a la hora señalada para la primera reunión del Tribunal, el mismo no se encuentra
totalmente constituido, puede suspenderse la reunión y convocar otra, dentro del plazo de
quince días, debiendo previamente e inmediatamente modificar a los ausentes. En caso de que
algunos miembros del Tribunal estén incapacitados para actuar, el Obispo nombrará dos, y el
acusado elegirá uno hasta que haya conseguido el número completo.
e) En su primera reunión del Tribunal se organizará, escogiendo de su membresía clerical un
Presidente y un Escribano. Quien nombrará un fiscal con función investigadora y en caso el
acusado no proponga defensor, el tribunal le nombrará uno.
f) Una vez entregada la denuncia al acusado, no podrá enmendarla.
g) Si el clérigo denunciado confesare voluntariamente al Obispo, ser culpable de las ofensas
alegadas en su denuncia, antes de la primera sesión del Tribunal, el Obispo hará que tal
confesión se ponga por escrito y sea firmada por el acusado y presentada al Tribunal en su
primera sesión; entonces el Tribunal expresará su opinión por escrito al Obispo en cuanto a la
sentencia que haya de pronunciarse.
h) Si durante el juicio el acusado admitiese la verdad de cualquier cargo o especificación de la
denuncia, el Tribunal puede suspender la vista de pruebas adicionales y proceder al juicio de
los cargos de los cuales el acusado se declare inocente.
i) Si el clérigo acusado, después de haber sido debidamente avisado, dejase de presentarse al
Tribunal, y no justifica su inasistencia, ya sea por enfermedad a una causa razonable, el
Tribunal lo declarará culpable de rebeldía y, en consecuencia, el Obispo lo suspenderá del
ejercicio del ministerio clerical por el plazo de seis meses, si durante dicho plazo no se
presentase para el juicio; será declarado depuesto del ministerio por rebeldía. Si justifica su
inasistencia, ya sea documentalmente o con testigos, el Tribunal señalará otra reunión.
j) Los testigos juramentados darán su testimonio ante el Tribunal. Dicho testimonio se pondrá por
escrito y será debidamente firmado.
k) El Tribunal, una vez estudiadas la pruebas y anotadas las excepciones, expresará por escrito,
firmado por todos los miembros del Tribunal, su decisión sobre los cargos contenidos en la
denuncia, indicando claramente si el acusado es culpable de tales cargos; indicará la sentencia
que, a su juicio, deberá pronunciarse. Esta decisión, junto con las pruebas y las excepciones,
serán entregadas sin demora al Obispo y a cada parte. Si alguno de los miembros del Tribunal
no está de acuerdo con la decisión tomada, por escrito podrá razonar su voto.
l) Si el Tribunal declarase al acusado inocente de cualquiera de los cargos, su fallo será
terminante, y el Obispo hará que todo el clero diocesano se entere de dicho fallo, pero si el
Tribunal declara al acusado culpable de cualquiera de los cargos sentados en la denuncia, el
Obispo impondrá la sentencia canónica que juzgue conveniente, con tal de que la misma no
exceda en rigor la sentencia específica recomendada por los miembros del Tribunal. El Obispo
pondrá la sentencia canónica que él estime justa y cualquier sentencia pronunciada será
definitiva, a no ser que la Constitución o los Cánones de IARCA se presten a una apelación ante
una Autoridad Eclesiástica superior.
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m) El Obispo concederá una audiencia al acusado si así éste lo pidiese por escrito y dentro de los
diez días siguientes de haber recibido la decisión del Tribunal. El Obispo puede conceder un
nuevo, juicio, si las circunstancias lo ameritan. El nuevo Tribunal será constituido según la
manera ya establecida.
n) A ambas partes se les permitirá que comparezcan asesorados por Abogados, ya sea clérigos o
seglares, para que los representen, debiendo ser comulgantes en plena comunión de la Iglesia.
El Tribunal puede limitar el número de Abogados, siempre que conceda igual número de ambas
partes.
o) El dictamen del Obispo y todo lo relacionado con el caso junto con el registro oficial del juicio
compilado por el escribano, serán entregados al Archivero de la Diócesis para su Archivo.
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