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El Diamante Del Rico

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El Diamante del Rico

Un Hombre muy rico tenía un vecino muy pobre. Una vez, un adivino le dijo al rico
que todas sus riquezas pasarían algún día a manos de su vecino.

El rico se impresiono mucho, porque era un hombre muy tacaño. Entonces vendió
todo lo que tenia y con ese dinero compro un gran diamante, que escondió en el
turbante con que cubría siempre su cabeza.

– Así -dijo- cuando me muera me enterraran con el turbante y mi vecino jamás


podrá disfrutar de lo que es mío.

Algún tiempo después, el hombre rico tuvo que viajar al otro lado del río. Mientras
iba en el bote, el viento, llevo el turbante, que cayo en el agua y se hundió.

Ya pueden imaginarse la desesperación del rico, al ver que su fortuna desaparecía


bajo el agua. Pero luego se consoló pensando: “De todos modos, si he perdido el
diamante, mi vecino nunca podrá tenerlo”.

Pero, pocos días después, el vecino pobre compro un pescado en el mercado y al


abrirlo encontró el diamante que el pez se había tragado.

La Última Perla
Nació un niño y todas las hadas fueron a conocerlo: el Hada de la Salud, el Hada
de la Alegría, el Hada de la Fortuna, el Hada del Amor y muchas otras le llevaron,
cada una, una perla.
Solo un Hada no había llegado todavía para darle su regalo.

Entonces el Ángel de la Guarda, que vigilaba cerca de la cuna del recién nacido,
decidió ir en su busca.

El ángel se elevo por los aires y llego hasta una casa donde estaban velando una
mujer que acababa de morir. En el marco de la ventana se encontraba el hada del
Dolor que lloraba en silencio. Una lagrima al caer, se transformo en una bella perla
y el ángel de la guarda se apresuro a recogerla.

-Esta es la Perla del Dolor –Dijo el Ángel-. ¡Pobre del que no la tenga! Sin esta
perla, las otras perlas no tendrán ningún valor, porque quien no conoce esta perla.
Jamás sabrá apreciar lo que valen todas las demás.

Y el Ángel deposito la perla en la cuna del recién nacido.

Espero haya gustado este par de cuentos, con un buen mensaje a nuestro diario vivir.
1- Los enamoramientos del duende de Trujillo
De este duende decían que era un ángel dulce que tocaba la guitarra y
que fue expulsado del cielo por mujeriego. Cuando cayó en la Tierra se
convirtió en un duende: un hombrecito orejón, barrigón, con la cabeza
siempre tapada por un sombrero gigante.

Dicen que el duende se robaba a las mujeres bonitas y jóvenes. Hoy,


cuando una mujer cree haber visto el duende debe decir “recuerda la
música del cielo” para que éste se espante y se vaya.

El duende amedrenta a una mujer, tirando cosas a la ventana de su casa.


Cuando el duende se lleva a las mujeres, más nunca se vuelve a saber de
ellas.

2- La Sinaguaba
Es la historia de una muchacha muy linda, que aparece cerca de un río a
medianoche ante los hombres que traicionan a sus esposas o novias. Ella
los encanta y los enamora, pero cuando éstos le aceptan las insinuaciones,
ella se transforma en un ogro.

Según versa la leyenda, solo se le aparece a los hombres que son infieles
a sus esposas y a los jovencitos “donjuanes”.

3- El Sisimite
El Sisimite es otra de las versiones de las criaturas gigantes que aparecen
de la nada y desaparecen del mismo modo.

Este monstruo también es llamado Itacayo y deambula por las altas


montañas buscando las más remotas cavernas para habitar. Estos
monstruos secuestran a las mujeres y se las llevan a sus cuevas. Se dice
que de esta unión nacen hombres-simio.

Esta historia es usada todavía para asustar a jovencitas que se van muy
lejos de sus casas, aunque existe una historia que narra que una mujer
logró escapar del escondite en donde el Sisimite la tenía presa.

4- El comelenguas
En una época los finqueros hondureños empezaron a quejarse por la
pérdida del ganado vacuno. Las vacas aparecían muertas tiradas en el
pasto como si hubiesen sido atacadas por una criatura salvaje. Les
aparecían las lenguas cortadas de raíz y las quijadas partidas, dislocadas.
Existen fotos de animales muy raros que parecen prehistóricos y que
fueron acusados de ser los comelenguas.

Sin embargo, todavía no se tiene certeza alguna de que estos animales


hayan existido, aunque en los años 40, época en la que ocurrieron la
mayoría de los casos, se recogieron datos de criaturas semejantes en
Goias, Brasil.

5- El cadejo blanco
Se trata de un perro mítico que solo aparece ante las personas que
deambulan por la calle a altas horas de la noche. Según las versiones, el
perro tiene dos formas: una blanca, que es la buena; y otra negra, que es
la mala.

El perro negro está asociado con el mal y dicen que persigue a las
personas que andan borrachas saliendo de fiestas, carnavales o juegos de
azar y cantinas.

El perro blanco protege a los que no andan en vicios pero que también
tuvieron que deambular por la calle de noche por alguna razón diferente.

La Fábula

La Fábula, también llamada apólogo, es la breve narración de una acción alegórica


encaminada a ejemplarizar agradablemente su fin de enseñanza moral.

EL CIERVO, EL MANANTIAL Y EL LEÓN

Agobiado por la sed, llegó un ciervo a un manantial. Después de beber vio su sombra en el
agua. Al contemplar su hermosa y variada cornamenta sintióse orgulloso, pero quedó
desconcertado de sus piernas débiles y finas. Sumido aún en estos pensamientos
apareció un león, que empezó a perseguirlo. Echó a correr y le ganó una gran distancia,
pues la fuerza de los ciervos está en sus piernas y la del León, en su corazón.

Mientras el campo fue liso, el ciervo guardó la ventaja que le salvaba; pero al entrar al
bosque, sus cuernos se engancharon a las ramas, y no pudiendo escapar fue atrapado por
el león. A punto de morir exclamó para sí mismo:

“Desdichado. Mis pies, que pensaba me traicionaban, eran los que me salvaban, y mis
cuernos, en los que ponía toda mi confianza son los que me pierden.

Moraleja: Frecuentemente, viéndonos en peligro, los amigos de quienes desconfiamos


nos salvan, y aquellos con quienes contamos firmemente son los que nos traicionan.

LA CIGARRA Y LA LECHUZA

Importunaba una cigarra con su ruido insoportable a la lechuza, acostumbraba a buscar su


alimento en las tinieblas y a dormir de día en el hueco de una rama. Rogóle la lechuza que
se callara, y aquélla se puso a cantar con más fuerza; volvió a suplicar de nuevo, y la
cigarra se excitó más todavía.

Viendo la lechuza que ya no le quedaba ningún recurso y que sus ruegos eran
despreciados, atacó a la habladora con este engaño:

—Ya que no me dejan dormir tus cantos, que parecen sonidos de la cítara de Apolo, tengo
el deseo de beber el néctar que Palas me ha regalado ha poco; si no te molesta, ven, lo
beberemos juntos.

La cigarra, abrasada por la sed, en cuanto oyó alabar su voz voló ávida a la cita. Salió la
lechuza de su nido, persiguió a la incauta y le dio muerte.
Moraleja: Quien no sabe ser complaciente encuentra casi siempre el castigo de su
soberbia.

EL CUERVO Y LA ZORRA

Sobre un árbol, un Cuervo presumido tenía con el pico un queso asido. La zorra, que lo
olía y codiciaba astuta, de esta suerte le apremiaba:

—Adiós, señor don Cuervo, muy buen día. Qué hermoso y qué galán. Usted sería el Fénix
de estos bosques, si supiese que a su pluma su voz correspondiese. Con esto el Cuervo
se envanece tanto, que emprende hacer alarde de su canto. Abre el pico anchuroso, el
queso suelta; atrapolo la zorra y, desenvuelta, le dice: —Sepa usted, buen caballero, que
todo lisonjero vive a expensas de aquel que oído le presta. Bien vale un queso una lección
como ésta. Avergonzado el Cuervo y confundido, juró, aunque tarde, ser más precavido.

EL GUSANO DE SEDA Y LA ARAÑA

Trabajando un gusano su capullo, la araña, que tejía a toda prisa, de esta suerte le habló
con falsa risa, muy propia de su orgullo:

“¿Qué dice de tal tela el señor gusano? Esta mañana la empecé temprano, y ya estará
acabada a mediodía: ¡Mire qué sutil es, mire qué bella…!

El gusano con sorna respondía: “Usted tiene razón; así sale ella”.

Moraleja: Se ha de considerar la calidad de la obra y no el tiempo que se ha tardado en


hacerla.
Refranes hondureños
Esta lista de refranes la tomé del libro de Jorge Montenegro “El refranero de Montenegro”,
también añado al final algunos refranes de mi propia cosecha.

A la fuerza, ni la comida es buena.

El tonto ni de Dios goza.

Come santos, caga diablos.

De las aguas mansas, líbrame Dios mío.

A dos puyas no hay toro valiente.

Candil de la calle, oscuridad de la casa.

Gallina que come huevos, aunque le quemen el pico.

Más vale vieja conocida, que nueva con sida.

ÉL ELLA

Desde lejos he venido Si desde lejos llegaste

rodando como una tusa a yo no me digas eso

solo por venirte a ver mejor andá restregate

niña ojitos de guatuza. esas costras del pescuezo.

Las mujeres de este tiempo Los muchachos de este tiempo

son como el café molido, son como el café tostado

apenas tienen quince años se la tiran de jailosos

ya quieren tener marido. y andan todos acabados.


La mujer que ama a dos hombres Un hombre con dos mujeres

no es tonta sino entendida de papo se pasa a veces

si una vela se le apaga no cumple con sus deberes

la otra ya está encendida. y al final paga con creces.

Ayer me dijiste que hoy Yo no te he dicho que sí,

hoy me decís que mañana, indio curtido y mugroso;

cuando me digas que sí como bien lo ves a ti,

ya no voy a tener ganas. no te quiero por piojoso.

Las muchachas de este tiempo Los muchachos de este tiempo

son como los blancos quesos; solo andan de aparentones

pintaditas de la cara con un arito en la oreja

y chorreadas del pescuezo. más parecen maricones.

Chistes
Un gato y una gatita se declaraban su amor sobre la tapia trasera de la casa. El primero se
inclinó hacia la gata y le dijo al oído:
—Linda, por tí sería capaz de morir.
Ella lo miró tiernamente y preguntó:
—¿Cuántas veces?

***

Había una gran fila en las puertas del cielo bajo un letrero que decía: Para los maridos
dominados por su mujer”. A la par había otro letrero que decía: “Para los que no vivieron
dominados por su esposa”. Allí esperaba un solo hombre. San Pedro se le acercó y le dijo:
—¿Qué espera aquí, buen hombre?
—No sé, —dijo él. —Mi mujer me mandó a esperar aquí.
***

—Te lo juro, Pepito, que eres mi único amor.


—No me llamo Pepito, me llamo Paco.

***

El gato maullaba y maullaba y ningún ratón se dejaba atrapar. Entonces empezó a ladrar y
los ratones salieron tranquilos de su madriguera. El gato atrapó a uno; y el ratoncillo le dijo:
“Hey tramposo: si usted es gato, ¿por qué ladra?
Y el gato, muy serio, le respondió:
“Mijito, es que hoy en día el que no sepa siquiera dos idiomas se muere de hambre”.

***

En una fiesta, le dice un señor a una dama:


—Señora, el licor la embellece a usted.
—¡Caballero, yo no he bebido nada!
—Usted no, pero yo sí

Trabalenguas
1. El arzobispo de Constantinopla se quiere desarzobispoconstantinopolitanizar. El
desarzobispoconstantinopolitanizador, que lo desarzobispoconstantinopolitanizare,
buen desarzobisoconstaninopolitanizador será.
2. Teresa trajo tres tizas hechas trizas.
3. Los ojos tienen sus niñas; las niñas tienen sus ojos, y los ojos de las niñas son las
niñas de mis ojos.
4. En la calva de un calvito clavó un clavito Pablito.
5. Tres tristes tigres, tragaban trigo en un trigal en tres tristes trastos. En tres tristes
trastos tragaban trigo tres tristes tigres.
6. Pablito clavó un clavito. ¿Qué clavito clavó Pablito?
7. Con el pipiripí pipiripando, con el pipiripí, el pájaro cantando. Con el pipiripí
pipiripando, con el pipiripí, el pájaro pajareando.

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