Rosario Del Pésame
Rosario Del Pésame
Rosario Del Pésame
Introducción
Ha llegado la primera noche después de la muerte de Jesús, y María su Madre se encuentra
llorando, el dolor le atraviesa el corazón por el asesinato de su Hijo. Este sufrimiento le consume el
alma y le cuestiona toda la vida del hombre y de la mujer. Aún no termina de entender por qué, si su
Hijo anuncia la justicia, el amor, el respeto y la vida, ¿por qué le quitan precisamente esa vida?
Que a través de este Santo Rosario, meditemos acerca de cada uno de los instrumentos de la
pasión. Oremos con ella junto al cuerpo yaciente de Jesús, y acompañemos a María en su
prolongada noche de dolor y de pena.
(Yo pecador)
En toda tu vida Señor, amaste, hoy, en cambio se te odia. Tus manos estuvieron siempre dispuestas
a acariciar a los niños y a los pecadores, hoy en cambio haz recibido solo fieros flagelos. Estuviste
presto para sanar la carne destruida por la enfermedad y la lepra, pero hoy, te destrozamos la carne
que con cariño te tejiera tu madre en su seno.
(Se reza el Padre Nuestro, las diez Avemarías y el Gloria al Padre. Se termina cada misterio con la
jaculatoria:)
M.- María Madre de los Dolores,
T.- Acuérdate que en la cruz te nombró Jesús Madre de los pecadores.
Era demasiado. Había ya traspasado por mucho los límites que la lógica humana habían impuesto al
corazón del hombre. Y es que tu cabeza, tu corazón y tu boca, íntimamente unidos, hicieron una
combinación que hizo que los mismos cimientos del mundo, de sus instituciones y de las personas,
se cimbraran hasta lo más profundo. Las bienaventuranzas, el perdón de los pecadores, el amor a
los enemigos, un Dios que es Padre, no se podían tolerar. La locura de tus palabras sólo podía
recibir una corona magnífica, pero nos equivocamos, una vez más nos equivocamos, tuvimos a bien
ceñir tus sienes, no de oro, sólo de espinas.
(Se reza el Padre Nuestro, las diez Avemarías y el Gloria al Padre. Se termina cada misterio con la
jaculatoria:)
M.- María Madre de los Dolores,
T.- Acuérdate que en la cruz te nombró Jesús Madre de los pecadores.
Tercer Misterio – Jesús abraza la cruz
Así como amaste al Hijo Pródigo, así como buscaste la oveja perdida, así amas la cruz. Que fue
difícil, no hay que negarlo, pero bien sabes que en los caminos del amor, siempre habrá senderos de
sufrimiento. Porque tu amor “todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”
(1Co.13,7) Y así fue, el amor cegó a Dios y lo hizo cargar una cruz para en ella hacer locuras
insospechadas. Por eso, porque amas al pecador, porque me amas, por eso Señor mío, amaste tu
cruz.
Y mírame a mí, a mi vida, quejándome diariamente por mi cruz, mis responsabilidades, mi cruz se
hace más pesada. No me decido ni a caminar y cambiar la situación de mi vida, de mi familia y de mi
comunidad.
(Se reza el Padre Nuestro, las diez Avemarías y el Gloria al Padre. Se termina cada misterio con la
jaculatoria:)
M.- María Madre de los Dolores,
T.- Acuérdate que en la cruz te nombró Jesús Madre de los pecadores.
El dolor parecía insoportable. Los golpes del martillo se confundían con el lento desgarrarse de tu
cruz y de tu carne. Si el hecho de no haber desfallecido durante este cruel momento nos sorprende,
más aún nos conmueve las palabras de perdón y misericordia para quienes somos el motivo de tanto
dolor. ¡Fuiste tan cruelmente deshumanizado por los “humanos”! La longitud, la anchura, la altitud y
profundidad con la que Dios nos amó desde la cruz supera aquí toda palabra. Callemos, miremos,
adoremos. (Un momento breve de silencio)
(Se reza el Padre Nuestro, las diez Avemarías y el Gloria al Padre. Se termina cada misterio con la
jaculatoria:)
M.- María Madre de los Dolores,
T.- Acuérdate que en la cruz te nombró Jesús Madre de los pecadores.
Quinto Misterio – La lanza traspasa el costado de Jesús
Bendita lanza que traspasó tu costado y que ha dejado para nosotros tu corazón siempre abierto.
Bendita lanza que nos abre la posibilidad de retornar siempre a tú corazón que perdona y que
abraza. Por eso Señor, cambia este mi corazón de piedra que se niega acoger al que me ha
ofendido, que se niega abrirse al que me necesita, que se ha endurecido y que poco le importa lo
que le pase al prójimo. Traspasa pues este corazón y haz que se vuelva más generoso y que
entregue a ejemplo tuyo, todo lo que tiene.
Madre llena de dolor intercede por tus hijos que a costa de la sangre de tu Hijo han sido redimidos,
para que así como tú, al pie de la cruz contemplemos y busquemos a Jesús, quien nos espera con el
corazón siempre abierto ya que “habiendo amado a los suyos, los amó hasta el extremo”.(Jn 13, 1)
(Se reza el Padre Nuestro, las diez Avemarías y el Gloria al Padre. Se termina cada misterio con la
jaculatoria:)
M.- María Madre de los Dolores,
T.- Acuérdate que en la cruz te nombró Jesús Madre de los pecadores.
ORACIÓN FINAL
(Oración del Beato Agustín Pro a la Virgen de los Dolores)
Déjame pasar la vida, Madre mía, acompañando tu soledad amarga y tu dolor profundo. Déjame
sentir en el alma el triste llanto de tus ojos y el desamparo de tu corazón.
No quiero en el camino de mi vida saborear las alegrías de Belén adorando en tus brazos virginales
al Niño Dios. No quiero gozar en la casita de Nazaret de la amable presencia de Jesucristo. No
quiero acompañarte en tu Asunción gloriosa entre coros de ángeles. Quiero en mi vida las mofas y
culpas del Calvario; quiero la agonía lenta de tu Hijo; el desprecio la ignominia, la infamia de la Cruz,
quiero estar a tu lado, Virgen dolorosísima, fortaleciendo mi espíritu con tus lágrimas, consumando
mi sacrificio con tu martirio, sosteniendo mi corazón con tu soledad, amando a mi Dios y tu Dios con
la inmolación de mi ser. Amén
Dulce Madre no te alejes, tu vista de mí no apartes, ven conmigo a todas partes y nunca solo me
dejes y ya que me proteges tanto, como verdadera Madre, cúbreme con tu manto, y haz que me
bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.