Mabel Levato - Constitucion Del Aparato Psiquico
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Mabel Levato - Constitucion Del Aparato Psiquico
Mabel Levato
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Freud, S. "Las Afasias" (1891).(ps. 86-90) Ed. Nueva Visión.
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Freud, S. "El yo y el ello"(1923)). Obras Completas, Amorrortu Editores. Tomo 19, Tercera Reimpresión,
traducción Etcheverry. Buenos Aires (1992).
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restantes elementos de la representación-palabra: “Los restos verbales proceden
esencialmente de percepciones acústicas...”
Además, conviene precisar que la representación-palabra es una formación
cerrada debido a que su estructuración excluye ciertas imágenes, como las
olfativas por ejemplo, en favor de otras que permiten el enlace con el prójimo,
sobre la base de un código compartido en común. Se trata de un enlace distal, en
que predominan la audición y la visión, o bien el componente motriz cuando el
sujeto procura repetir por sí mismo la imagen escrita u oída. . Al respecto,
recuérdese que para Freud 3la escritura es originariamente el lenguaje del
ausente. En efecto, podemos distinguir entre los componentes de la
representación-palabra, algunos ligado originalmente a una mayor presencia del
otro (imagen sonora) y otros a su ausencia (imagen visual de la letra impresa), así
como hay elementos intermedios (letra manuscrita).
Pero las restricciones no sólo se refieren al número de componentes de la
representación, sino al número de términos, a su carácter discreto. A propósito de
las restricciones en cuanto al número de componentes y a lo discreto en cuanto al
número de términos, Freud 4 señala: “Estas asociaciones tienen sobre las demás
la ventaja de poseer otras dos características(.).."
En un texto anterior, Freud 5acentúa otro aspecto al referirse al carácter discreto
de la representación-palabra, cuando afirma que no pueden pronunciarse dos
palabras al mismo tiempo.
Ahora bien, pocos años después Freud6 argumenta sobre otros aspectos de lo
que denomina “asociación lingüística”, en especial, aquellos vinculados con los
procesos del pensar y con el devenir conciente. En efecto, formula allí, por primera
vez, sus hipótesis acerca del importante papel que cumple el lenguaje en la
operación anímica, especialmente en torno a la distinción entre los procesos
inconcientes y preconcientes. La asociación lingüística consiste en el enlace de
neuronas ψ con neuronas que sirven a las representaciones sonoras y ellas
mismas poseen la asociación más íntima con imágenes lingüísticas motrices. La
función de la asociación lingüística es decisiva respecto del pensar observador,
conciente, y se lleva a cabo del siguiente modo: “De la imagen sonora, la
excitación alcanza siempre a la imagen-palabra, y de ésta a la descarga. Si
entonces las imágenes mmémicas son de tal índole que una corriente parcial
pueda ir desde ellas hasta las imágenes sonoras e imágenes motrices de la
palabra, la investidura de las imágenes mnémicas se acompañará de noticias de
descarga que serán signos de cualidad, y por eso también signos-conciencia del
recuerdo. Y si ahora el yo preinviste esas imágenes-palabra como antes a las
imágenes de descarga W, se habrá procurado el mecanismo que guíe la
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Freud, S. "Premio Goethe"(1930) Apéndice "Escritos de Freud que versan predominantemente o en gran
parte sobre arte, literatura o estética" Obras Completas, Amorrortu Editores. Tomo 21, Tercera Reimpresión,
traducción Etcheverry. Buenos Aires (1992).
4
Freud, S. "Proyecto de psicología"(1950[1895]) Obras Completas, Amorrortu Editores. Tomo1, Tercera
Reimpresión, traducción Etcheverry. Buenos Aires (1992).
5
Freud, S. "Proyecto de psicología"(1950[1895]) Obras Completas, Amorrortu Editores. Tomo1, Tercera
Reimpresión, traducción Etcheverry. Buenos Aires (1992).
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investidura ψ sobre los recuerdos que afloran en el decurso Qn. Este es el pensar
observador, conciente”. 7
Es importante destacar esta función de la representación-palabra, porque Freud
le adjudica la capacidad de hacer conciente el recordar. En efecto, la investidura
de las imágenes sonoras y motrices de la palabra, en especial las ligadas a la
fonación, al ser acompañadas de noticias de descarga brindan signos de cualidad
y, debido a ello, despiertan conciencia. Es que la conciencia es un órgano de
captación de cualidades psíquicas provenientes, o bien del exterior, en cuyo caso
se trata de cualidades sensoriales; o bien de interior, en cuyo caso se trata de
cualidades afectivas. La conciencia constituye un fenómeno inherente a la
captación del período del estímulo, en términos de frecuencia temporal. Las
neuronas de percepción no captan cantidades, sino que se apropian del período
de la excitación, y ese estado de afección por el período con mínima investidura
de W es el fundamento de la conciencia. “Las neuronas W son aquellas neurona ψ
susceptibles de una investidura cuantitativa muy escasa. La coincidencia de
éstas cantidades mínimas con la cualidad fácilmente transferida a ellas desde el
órgano terminal es, de nuevo, la condición para la génesis de la conciencia.” 8
Sin embargo, cabe tener en cuenta la distinción freudiana acerca del fenómeno
de la conciencia: conciencia refleja y conciencia artificial secundaria. Ambas están
sujetas a la captación de cualidades, pero es la segunda específicamente la que
surge por su enlace con procesos de percepción y descarga de la asociación
lingüística.9 En efecto, las asociaciones lingüísticas, en especial aquellos
componentes que pertenecen a las imágenes sonoras como restos de percepción,
tienen la capacidad de hacer surgir de nuevo signos de cualidad, y con ello, la
facultad de hacer devenir conciente los procesos del pensar. “Los signos de
descarga del lenguaje son en cierto sentido también signos de realidad, signos de
la realidad del pensar (...)10. Es éste, precisamente, lo que Freud 11 denomina
conciencia artificial secundaria, cuyo surgimiento es lógica y cronológicamente
posterior l de la conciencia refleja.
Pues, bien, todavía merece ser considerada otra función de la asociación
lingüística en extremo importante. La inervación lingüística inicialmente es una vía
de descarga que contribuye a regular las oscilaciones de cantidad en ψ . Como
tal, es un tramo de los procesos que conducen a la alteración interna, cuando la
acción específica aún está por descubrirse. Así, la inervación lingüística, el grito en
este caso, cobra una importante función secundaria, en la medida en que llama la
atención del agente de la acción específica sobre el estado menesteroso del niño.
7
Freud, S. "Proyecto de psicología"(1950[1895])(p.413) Obras Completas, Amorrortu Editores. Tomo1,
Tercera Reimpresión, traducción Etcheverry. Buenos Aires (1992).
8
Freud, S. "Fragmento de la correspondencia con Fliess" (1950[1892-99]) Carta 39. (p.437). Obras
Completas, Amorrortu Editores. Tomo1, Tercera Reimpresión, traducción Etcheverry. Buenos Aires (1992).
9
Freud, S. "Fragmento de la correspondencia con Fliess" (1950[1892-99]) Carta 39. (p.437). Obras
Completas, Amorrortu Editores. Tomo1, Tercera Reimpresión, traducción Etcheverry. Buenos Aires (1992).
10
Freud, S. "Proyecto de psicología"(1950[1895])(p.421) Obras Completas, Amorrortu Editores. Tomo1,
Tercera Reimpresión, traducción Etcheverry. Buenos Aires (1992).
11
Freud, S. "Fragmento de la correspondencia con Fliess" (1950[1892-99]) Carta 39. (p.437). Obras
Completas, Amorrortu Editores. Tomo1, Tercera Reimpresión, traducción Etcheverry. Buenos Aires (1992).
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Desde entonces queda incluida en la acción específica al servicio de la
comunicación.
Al comienzo de la operación del juicio, cuando las percepciones valen a causa de
su posible vínculo con el objeto de deseo se producen dos tipos de enlace para la
operación del lenguaje. En primer lugar, hay percepciones que incitan el grito
porque generan dolor, y es de enorme importancia que se produzca la asociación
del sonido del propio grito con una imagen-percepción, para poner de relieve ese
objeto como hostil. Así, la noticia del propio gritar funciona como rasgo del objeto,
hostil, en este caso. De modo tal que, la asociación así establecida constituye un
medio para hacer conciente los recuerdos excitadores de displacer. Para Freud
12
esta es la primera clase de recuerdos concientes y el fundamento para la
invención del lenguaje. El otro tipo de enlace para la operación lingüística, se basa
en la imitación que surge a raíz del juzgar o pensar discerniente. En efecto, hay
objetos que producen ciertos fonemas, y el sonido desempeña un importante
papel dentro del complejo perceptivo. La tendencia a la imitación lleva al
encuentro de una imagen-movimiento fonético. Ese sonido deliberado se asocia
luego con el complejo perceptivo del objeto, de manera tal que cuando se
registren los signos de descarga sonora devendrá conciente el recuerdo del
objeto.
Todo este desarrollo, importa en la medida en que los signos de descarga, esto
es, los signos de cualidad ligados en este caso con la asociación lingüística,
asumen la capacidad de hacer conciente el pensar, que en sí carece de cualidad.
Por eso puede afirmar que los signos del lenguaje, son también signos de realidad
del pensar. El devenir conciente, pues, consiste en la admisión del recuerdo entre
las representaciones-palabra a él asociadas. “(...) los procesos
serían en sí y por sí inconcientes, y sólo con posterioridad recibirán una
conciencia artificial secundaria enlazándose con procesos de descarga y
percepción (asociación lingüística)."13
El sistema preconciente, pues, cuenta con cualidades propias para atraer la
atención de la conciencia. Dichas cualidades derivan del enlace con los restos
mnémicos de palabras, los signos del lenguaje. En efecto, debido a ello, la
conciencia, que en principio opera sólo como un órgano sensorial para las
percepciones, pasa a funcionar también como un órgano sensorial para la
captación de procesos de pensamiento.
Ahora bien, este punto merece profundizarse. Ya hemos destacado que Freud
postula el funcionamiento de dos tipos de conciencia. Una está ligada
estrechamente a la percepción y opera en base a la captación del período, como
frecuencia temporal de las cantidades. El otro tipo de conciencia, al que Freud
denomina conciencia pensar secundaria o conciencia artificial secundaria, es
lógica y cronológicamente posterior, y, tal como recién lo señalamos, surge por
mediación del preconciente que permite hacer conciente no tanto las cualidades
sensoriales, sino más bien los procesos psíquicos inconscientes.
12
Freud, S. "Proyecto de psicología"(1950[1895])(p.421) Obras Completas, Amorrortu Editores. Tomo1,
Tercera Reimpresión, traducción Etcheverry. Buenos Aires (1992).
13
Freud, S. "Proyecto de psicología"(1950[1895])(p.438) Obras Completas, Amorrortu Editores. Tomo1,
Tercera Reimpresión, traducción Etcheverry. Buenos Aires (1992).
4
En un principio, la conciencia pensar secundaria no tiene lugar en el aparato
psíquico. En efecto, para Freud 14 la conciencia surge en lugar de la huella
mnémica, y para que se genere la conciencia pensar secundaria es preciso una
sobreinvestidura de la atención orientada hacia las huellas mnémicas
preconcientes y hacia los contenidos de percepción.
Durante el tiempo en que el aparato psíquico se estructura en torno al narcisismo
primario en el cual predomina un tipo específico de organización-yo, esto es, el yo-
placer, la conciencia no difiere de la huella mnémica, y el modo de hacer
concientes los procesos de pensamiento inconcientes es vía proyección. De
manera tal que en este tiempo lógico el devenir-conciente del recuerdo o del
pensar coincide con la percepción sensorial. El procedimiento general por el cual
se articulan dos lugares virtuales en el aparato psíquico, el de la percepción y el
de la memoria consiste, pues, en una proyección, cada vez que la investidura
recorre el camino de ψ hacia W; es decir que, el modo de hacer conciente un
recuerdo o un proceso de pensamiento consiste en situar la investidura en un
espacio construido como exterior al yo. Por lo demás, téngase en cuenta que para
este tipo de yo la mera representación es garantía de la existencia del objeto15. De
manera tal que el recuerdo garantiza la existencia del objeto, pero la garantiza vía
percepción. Este es otro modo de aludir al hecho de que el recordar depende
estrechamente de la percepción, toda vez que la conciencia se sitúe en el lugar de
la huella mnémica.
El pensamiento, luego consideramos esto con mayor detalle, surge de la pulsión,
y en tanto el yo coincide con ésta, la diferencia entre percepción-conciencia por un
lado, y memoria y pensamiento por otro, no puede sostenerse en el aparato
psíquico.
La alucinación, en efecto, es un modo de hacer conciente un proceso de
pensamiento inconciente, aquel que discurre como desplazamiento de investidura
entre las huellas mnémicas como restos de la vivencia de satisfacción. Pero la
alucinación, luego es relevada por la exigencia imperiosa de un objeto captado por
la percepción en base a los signos de cualidad, como soporte de la proyección.
Este pasaje coincide con el surgimiento del yo-placer, dominante en el narcisismo
primario, al que Freud le adjudica entre otras cosas, la construcción de una
espacialidad exterior y diferenciada del cuerpo primordial. Este tiempo es
precursor lógico de otro en que los restos mnémicos de la palabra oída reciben
una sobreinvestidura que les permite acceder a la conciencia. Con la
sobreinvestidura del lenguaje como modo de hacer concientes los pensamientos
inconscientes, la proyección queda sustituida por la transferencia de lo
inconsciente a las representaciones-palabra preconcientes. El siguiente fragmento
vale como síntesis de lo desarrollado: “Ahora bien, la proyección no ha sido
creada para la defensa; sobreviene también donde no hay conflicto alguno. La
proyección de percepciones internas hacia fuera es un mecanismo primitivo al que
14
Freud, S. "Mas allá de principio del placer" (1920) Obras Completas, Amorrortu Editores. Tomo1, Tercera
Reimpresión, traducción Etcheverry. Buenos Aires (1992).
15
Freud, S. "Nota sobre la ´pizarra mágica´"(1925[1924]) Obras Completas, Amorrortu Editores. Tomo19,
Tercera Reimpresión, traducción Etcheverry. Buenos Aires (1992).
5
están sometidas asimismo, por ejemplo, nuestras percepciones sensoriales, y por
tanto normalmente ha desempeñado un papel principal en la configuración del
mundo exterior. (...) percepciones internas de procesos de sentimiento y de
pensamiento son proyectadas hacia fuera como las percepciones sensoriales (...).
Sólo con la formación de un lenguaje cogitativo abstracto, por enlace de los restos
sensoriales de las representaciones-palabra con procesos internos, a su vez estos
últimos se volvieron poco a poco susceptibles de percepción.” 16
Éstas son las cuestiones relevantes que planteo como un capítulo de mi tesis de
maestría.
16
Freud, S. "Tótem y Tabú"(1913[1912])(ps.69-70) Obras Completas, Amorrortu Editores. Tomo 13, Tercera
Reimpresión, traducción Etcheverry. Buenos Aires (1992).
6
Bibliografía General