Guia Modulo Atb 2016
Guia Modulo Atb 2016
Guia Modulo Atb 2016
MODULO:06
2016
Por estos motivos es indispensable mejorar la utilización de estos fármacos, para lo cual las
habilidades clínicas deben llevarnos a un diagnóstico temprano, y el tratamiento debe
sustentarse en el conocimiento óptimo de las bases farmacológicas, además es indispensable
familiarizarnos con los estudios de utilización de los antibióticos, conocimientos que sustenten
la decisión de prescribir o no una determinada sustancia.
Tienen como objetivo unificar los procesos de prescripción farmacológica, y desde el punto de
vista institucional facilita el manejo de recursos evitando pérdidas, permitiendo el suministro
apropiado de insumos.
Son instrumentos que incrementan la calidad de los servicios de salud, pero no deberían
convertirse en una “camisa de fuerza en la prescripción” ya que en ningún caso una guía puede
aplicarse a todos los pacientes, habrá que tomar en cuenta las variaciones individuales y las
necesidades especiales de cada población.
El peligro de que esto siga in crescendo es que disminuye las opciones terapéuticas para tratar
infecciones por bacterias multirresistentes por más que existan muchas moléculas comerciales
originales o genéricas.
La resistencia bacteriana es un fenómeno complejo producto de varios factores entre los cuales
destacan el abuso de los antibióticos, la mala dosificación, el desconocimiento de la
farmacocinética y farmacodinamia, la prescripción empírica, los tratamientos muy largos, por
solo citar algunos.
La presente “Guía de uso racional de antibióticos y resistencia bacteriana” está dedicado a los
estudiantes, del curso de Farmacología de la Universidad de San Marcos y a los profesionales
de la salud, a quienes invitamos a su revisión, uso y crítica que permita ir construyendo
colectivamente nuevas opciones y herramientas de trabajo académico, científico y de formación
de los talentos humanos en salud.
PROFESOR RESPONSABLE:
DR. VIDES RICRA HINOSTROZA
INTRODUCCIÓN:
Los antibióticos (ATB) son las drogas más utilizadas en la prescripción, el número de
las mismas crece continuamente, con la posibilidad de numerosas alternativas en la
elección y la aparición cada vez mayor de cepas de gérmenes resistentes. Sin
embargo, la selección apropiada de estos medicamentos se hace cada vez más
dificultosa, requiere un proceso de decisiones médicas para un uso racional de los
mismos.
Las infecciones respiratorias por neumococos son una de las infecciones más
comunes en pediatría; ya en 1960 empezaron a aparecer cepas resistentes a
penicilina.
En 1980 tanto España como Hungría y Sud-África dieron señales de alarma, pues en
más del 50% de los casos las cepas eran resistentes. Así fue como en Hungría los
pediatras decidieron evitar su administración.
Entre 1983 y 1992 se observó que las resistencias a AB en las infecciones por
Streptococcus pneumoniae bajaron del 50% al 34%. Este resultado indica que es
posible revertir la situación, pues las cepas portadoras de resistencias utilizan parte de
su energía al mantenimiento de dichas funciones, con lo cual su tasa de división es
menor. En ausencia del AB se ven favorecidas aquellas que no mantienen esta
propiedad, las capaces de crecer más rápidamente, o sea, las cepas sensibles al AB.
Existen normas para la selección de un ATB como: Indicar el ATB de acuerdo a los
hallazgos clínicos, realizar cultivos de gérmenes, conocer los organismos que con
mayor probabilidad pueden causar la infección. De acuerdo a los resultados del cultivo
del germen se puede modificar la terapéutica. La duración del tratamiento depende
del tipo de infección y del estado del huésped. Los ATB son los medicamentos que
más se utilizan en hospitales.
En numerosos países se hace un mal uso de los ATB. Muchas veces la falta de
laboratorios equipados con tecnología y personal especializado para realizar una
adecuada bacteriología, la influencia poderosa de la industria farmacéutica, posibilitan
un uso irracional de los ATB. Pudiendo producir cepas resistentes, con una mayor
mortalidad y morbilidad y un mayor gasto en los sistemas de salud.
Se conocen unos 5 000 antibóticos distintos, y cada año se descubre unos 300
nuevos. Su importancia económica se pone de manifiesto al pensar en las 100.000 Tm
de antibióticos producidas al año, por un valor equivalente a 400.000 millones de
dólares.
Si bien los antibióticos son compuestos químicos producidos naturalmente por los
microorganismos, y la adquisición de resistencia a los antibióticos también es un
proceso natural en los seres vivos, se considera que el hombre ha influido en este
acontecimiento evolutivo.
Se cree que el uso indiscriminado de antibióticos por parte del hombre, ha acelerado el
proceso de selección natural por el cual las bacterias más resistentes se han visto
beneficiadas frente a las más sensibles. Estas cepas resistentes sobreviven a la
presencia del antibiótico y pueden propagarse exitosamente.
Concientes del riesgo que significa que los antibióticos sean inocuos para los
microorganismos patógenos, diferentes centros de investigación o compañías
farmacéuticas en todo el mundo realizan extensas búsquedas de microorganismos o
de nuevas moléculas antibióticas con diferentes mecanismos de acción.
Los nuevos antibióticos generalmente se obtienen por modificación química de los que
ya se usan, para otorgarles nuevas propiedades.
Los productos del metabolismo secundario, como los antibióticos, suelen generarse en
concentraciones muy bajas. Es por eso que una vez elegidas las bacterias
productoras, se busca la manera de mejorarlas en el laboratorio para transformarlas
en “superproductoras”.
Otra técnica que se puede emplear es la ingeniería genética para aumentar el número
de copias de los genes que codifican para las enzimas que intervienen en la
producción del antibiótico. De esta forma se fabricará, a partir de una misma célula,
más cantidad del producto final.
Finalmente, la ingeniería genética permite también transferir los genes de las enzimas
mencionadas a organismos más fáciles de crecer y manipular, como Escherichia coli,
para que éstos produzcan el antibiótico deseado.
PROFESOR RESPONSABLE:
El uso más remoto de antibióticos fueron los antiguos chinos, hace más de 2.500
años. Se sabía en ese entonces que la aplicación del moho de la soya sobre
furúnculos traía beneficios terapéuticos.
La aplicación de vinos, mirra y sales minerales aplicado por los griegos sobre las
heridas de la guerra.
Tal vez lo más relevante de esta apasionante historia resida en dos hechos notorios:
uno, que el trabajo en equipo de investigadores básicos, clínicos e industriales, tal
como se llevó a cabo en la comercialización de la penicilina, constituyó una
demostración de lo que se puede conseguir cuando existe una colaboración
transparente encaminada a solucionar graves problemas de salud.
Resulta sorprendente a los ojos de hoy que solamente hayan transcurrido 140 años
desde que se propuso la etiología bacteriana para algunas de las más graves
enfermedades; y aún más sorprendente que solamente haya mediado poco más de
una centuria entre la introducción del primero y el último de los antimicrobianos.
Es tentador para quien suscribe, hacer un recorrido tranquilo por la deliciosa historia
de lo que fue la evolución de los saberes médicos sobre el modo en que los seres
humanos contraen enfermedades infecciosas, es decir, desde los miasmas a los
microbios.
Pero dejo a un lado tales divagaciones para centrarme en el asunto que sugiere el
título del presente artículo.
El otro precursor, mil veces citado en las obras de historia de la Medicina, fue
Teofrastus Bombastus ab Hohenheim (1493-1541), Paracelso, que en su Opus
paramirum ad medicam industria y Paragranum sitúa los cimientos de la medicina en
cuatro sillares nuevos, entre los cuales la alquimia figura como un procedimiento
innovador para la obtención de principios curadores de las enfermedades, aunque de
momento sin demasiada eficacia en las epidémicas.
Con ello, sin embargo, abrió la puerta al uso de productos químicos para el tratamiento
de las enfermedades, lo que supuso una importante guía para las posteriores
innovaciones químico-farmacéuticas.
Paso por alto los precarios avances durante el Barroco y la Ilustración relacionados
con los saberes médicos, sobre todo los relacionados con la transmisión las
enfermedades.
Cabe destacar no obstante la invención del microscopio por Anton van Leeuwenhoek
(1674), curioso personaje merecedor de una biografía aparte, cuyo instrumento, y
posteriores optimizaciones, fue imprescindible en el asunto de que estamos tratando; y
también debe destacarse la teoría de su coetáneo, el polifacético jesuita Atanasio
Kircher, sobre la “putredo animata” (“putrefacción animada”), mediante la cual, sin
descartar la generación espontánea de Fracastoro, sugería que las infecciones
podrían ser causadas por organismo vivos.
En una posición distante de esta hipótesis se situó nada menos que Sydenham (1624-
1689), quien propuso la existencia de “miasmas” de ignota naturaleza procedentes de
suelos y aguas impuras que serían los causantes de tales enfermedades.
Así, al iniciarse el siglo XIX, los avezados espíritus de los científicos del momento se
encontraron con una viva discusión sobre la naturaleza de las infecciones, y, al mismo
tiempo, con instrumentos técnicos apropiados para echar luz en tal debate.
Los estudios serios sobre las causas de algunas enfermedades contagiosas estaba,
pues, en sus comienzos.
El caso del pionero y revolucionario Pasteur es ciertamente llamativo pues era químico
de profesión; a veces pienso que fue ésta una circunstancia favorable para su
producción científica, pues le permitió tener una visión diferente de la realidad
biológica y también un conocimiento experimentado de ciertas técnicas de laboratorio.
Aunque había demostrado su pericia en el análisis de los tartratos del vino (fue el
primero en describir los isómeros ópticos del tartárico), la historia microbioquímica
comienza con sus estudios sobre la cerveza, pues en aquel tiempo los fabricantes de
este producto se quejaban de que ciertas partidas se volvían amargas y viscosas, en
tanto que otras permanecían perfectamente transparentes.
Esto le hizo pensar que había microbios procedentes del aire que contaminaban los
caldos. Enlazó esta observación con lo que podría ocurrir en las heridas putrefactas,
que según él, estarían contaminadas por gérmenes ambientales, lo que le llevó, en
1871, a describir el “vibrion septique” (Clostridium septicum).
Resulta imposible resumir aquí la vasta labor de Pasteur en campos tan divergentes
como la microbiología médica, la enología, la fermentación anaerobia y la química-
física, y aunque no hizo aportaciones directas al campo de la terapia antimicrobiana,
sin sus contribuciones generales no hubiese sido posible su surgimiento.
En realidad Pasteur unió a sus conocimientos técnicos su fina inteligencia para diseñar
experimentos en muy pocos pasos, lo que le permitía alcanzar brillantes resultados en
escaso tiempo.
Fue ésta una de las peculiaridades que más admiraba Fleming en este científico. Y
todavía sorprende al repasar su biografía, la extraordinaria, y paradójica, dificultad que
tuvo para ser nombrado miembro de la Academia de Ciencias de París, máxima
institución científica de la época.
La creación en 1888 del Instituto Pasteur, una de las instituciones de mayor prestigio
en el campo de la microbiología y epidemiología del mundo entero, permite continuar
rememorando constantemente la labor de este científico incombustible.
Cuando tenía 46 años le sobrevino un ictus que le produjo una hemiplejia con la que
convivió y continuó trabajando hasta los 73 años, momento en que un nuevo ictus
acabó con su vida.
Las bases científicas de Pasteur fueron complementadas por Robert Koch (1843-
1910) con la identificación definitiva de los microbios como agentes patógenos.
John Tyndall
En 1875 , el naturalista irlandés John Tyndall descubrió el primer antibiótico, producido
por el hongo Penicillium. El descubrimiento pasó inadvertido, porque en esa época se
ignoraba que las enfermedades infecciosas eran producidas por bacterias.
De acuerdo con lo que se lleva expuesto, a finales del XIX, la fruta estaba madura. En
efecto, ya era evidente que muchas enfermedades eran producidas por
microorganismos vivos y también parecía claro que había productos químicos,
concretamente los antisépticos, que actuaban como antimicrobianos, si bien
presentaban la importante limitación de que solamente podían administrarse por vía
tópica, dada su elevada toxicidad sistémica.
Paul Ehrlich
En este estado de cosas, aparece en nuestra escena Paul Ehrlich, estrella todavía hoy
luminosa del firmamento científico europeo.
Paul fue un personaje dotado de gran vitalidad y relevancia social. Fumaba mucho, del
orden de 20 puros diarios, y también bebía en cantidad, sobre todo con amigos con los
que gustaba discutir de química.
Paul estaba obsesionado con los colorantes y su fijación a los tejidos. Llevaba los
bolsillos llenos de lápices de colores y escribía o hacía bocetos de sus observaciones
o ideas allí donde le pillaba, bien fuera la suela de los zapatos, la mesa de la cocina, la
bata de laboratorio, o las paredes.
Una de esas ideas mantenía atrapada su atención: la fijación de los colorantes a los
tejidos orgánicos, y sobre todo la relación entre la estructura química del colorante y su
capacidad de fijación.
Muestra de estas inquietudes fue que en una conferencia impartida por Koch se dio
cuenta de que durante el estudio histológico de un fragmento hepático había
observado la presencia del bacilo tuberculoso, al que Koch dedicaba aquella
conferencia.
Aquello sirvió para que a partir de entonces, se estableciera entre ellos una entrañable
relación, y también fue la base en que se apoyaron Ziehl y Neelsen para el desarrollo
de su método de identificación del bacilo de Koch.
Poco después publicó un trabajo en el que indicaba que las células bacterianas
poseen multitud de receptores para captar nutrientes. Y partir de esta observación
dedujo que si los nutrientes se sustituían por productos dañinos con capacidad para
fijarse a los mismos receptores, la célula microbiana podría resultar dañada sin hacerlo
las del huésped.
Esto no fue nada menos que la base de la teoría receptorial para la acción de los
fármacos, que compartió con Langley.
Su axiomática frase en latín corpora non agunt nisi fixata resume con precisión su
incuestionable hipótesis.
En 1896, Ehrlich pasó al Institute for Serum Research and Serum Testing
recientemente creado.
Allí colaboró con el Nobel Behring en el campo de la difteria y el tétanos. Pero tal vez
sus contribuciones más interesantes surgen a partir de 1901, compartidas con el
japonés Shiga, en el estudio y diseño de colorantes que hicieran diana en los
tripanosomas productores de la enfermedad del sueño (la bala mágica), sin afectar al
huésped.
Tras dos años de experimentos encontraron que un colorante rojo era capaz de matar
los tripanosomas; le denominaron “Rojo Tripán”, nombre con el que se comercializó.
Uno de ellos, el 606 (arsfenamina), poseía actividad contra el germen y no era tóxico
para el ser humano. Poco después Ehrlich lo ensayó en conejos infectados de sífilis y
comprobó que los curaba con una sola dosis (por aquel entonces se utilizaban
tratamientos mercuriales de dos a cuatro años de duración).
PAUL EHRLICH en 1909 descubrió el efecto del arsenobenzol contra la sífilis, flagelo
que atacaba el sistema nervioso, causando con frecuencia la parálisis y la muerte. Dio
a su compuesto el número de serie 606, debido al orden numérico de la línea
experimental, y posteriormente el nombre comercial de salvarsán.
Solo en París, la «enfermedad vergonzosa» causaba más de tres mil muertes anuales.
Transmitida únicamente por contacto sexual, la sífilis se consideraba incurable. (Se
habían probado curas a base de mercurio y potasio pero habían resultado ineficaces.)
Un par de semanas más tarde, Ehrlich repitió el experimento con más conejos
infectados. Al cabo de tres semanas, también quedaron libres de síntomas. Ehrlich no
sólo había descubierto la primera cura efectiva para la sífilis, también había legitimado
la quimioterapia como práctica médica moderna.
En 1910, la «píldora mágica» de Ehrlich había tratado diez mil casos. Se vendió bajo
el nombre de Salvarsan. La demanda era asombrosa. A finales de año, la empresa
farmacéutica alemana que fabricaba el medicamento producía catorce mil frascos
diarios. Ehrlich fue distinguido con honores y galardones y celebrado en la prensa
popular como el «príncipe de la ciencia».
Algunos escépticos declararon que el Salvarsan era tóxico, pero Ehrlich explicó que se
trataba de un riesgo calculado, como la cirugía. «El cirujano trabaja con un cuchillo de
acero», escribió, «el quimioterapeuta, con uno químico, que utiliza para separar lo
infectado de lo sano». El Salvarsan permaneció como la primera cura para la sífilis
hasta mediados de 1940, cuando fue sustituido por la penicilina.
Esto hizo que en un par de años se consumieran unas 400.000 dosis del producto en
todo el mundo, comercializado como Salvarsán (el arsénico que salva).
Ello enlaza con el hecho de que, a finales del siglo XIX, la firma Bayer, fundada en
1863, disponía de una línea de producción de colorantes derivados de la anilina y, más
importante, en 1890 había sintetizado y comercializado la aspirina, lo que les llevó a
inaugurar una línea química farmacéutica industrial.
El ensayo in vitro de este producto no dio resultados, pero sin que se sepa demasiado
bien porqué, lo ensayó en ratones infectados. El experimento consistió en inyectar
estafilococos virulentos a 26 ratones; 14 los dejó sin tratar y a los restantes les
administró por vía oral, una hora y media después, el colorante rojo.
A los cuatro días todos los ratones tratados sobrevivían en tanto que los no tratados
habían muerto.
Gerhard Johannes Paul Domagk (1895-1964).
El nuevo colorante fue denominado Prontosil Rojo. El hallazgo fue tan espectacular
que Bayer presumió que iba a obtener pingües beneficios económicos con este
descubrimiento; ello hizo que Domagk no pudiese publicar sus observaciones hasta
1935.
Hoy resulta impensable aplicar una droga a una persona sin investigar sus posibles
efectos adversos, primero en animales de laboratorio y luego en seres humanos. Pero
en los tiempos de Domagk no existían leyes ni reglamentaciones que exigieran tales
estudios. Lo que hizo Domagk fue un acto desesperado e irresponsable. A pesar de
todo hubo filtraciones, y desde el Instituto Pasteur, Trefouel, pidió a Bayer muestras
del Prontosil para su estudio, petición que fue rechazada.
Los químicos del Pasteur, capitaneados por Jacques Trefouel intentaron entonces la
síntesis del Prontosil, y sorprendieron a todo el mundo con el hallazgo de que la
molécula se componía de dos partes unidas por un doble enlace que se rompía en el
interior del organismo.
El hecho de haber empleado prontylin, forma en comprimidos del prontosil, para tratar
la grave enfermedad de un personaje conocido posiblemente incidió de forma especial
en la opinión pública. Sin esta sulfamida, introducida en el mercado farmacéutico
norteamericano 6 meses antes, Franklin D. Roosevelt hijo muy probablemente habría
fallecido.
Si bien la noticia del empleo de las sulfamidas en el hijo del presidente pudo ser de las
más influyentes para divulgar los nuevos fármacos, unos meses antes la prensa ya se
había hecho eco de las posibilidades terapéuticas de estos antibióticos.
A raíz de una artículo publicado en The Lancet, The New York Times recogía la
eficacia del prontosil en la fiebre puerperal: «New drug said to aid in puerperal fever.
British doctors report prompt drop in temperature and remission of symptoms» (Un
nuevo medicamento para tratar la fiebre puerperal. Los médicos ingleses describen
una rápida disminución de la temperatura y la remisión de los síntomas).
Dos años más tarde, The New York Times titulaba: «New drug effective in pneumonia
cases» (Nuevo medicamento efectivo en casos de neumonía).
Además de reducir el número de infecciones, las sulfamidas salvaron vidas durante las
largas esperas antes de que los heridos pudieran ser atendidos por los médicos
militares. Estos hechos se reflejaron también en un artículo de la prensa escrita
norteamericana comentado anteriormente.
Más tarde, con el titular «Army drops issue of sulfa to men» (El ejército deja de
distribuir sulfamidas a sus hombres), se destacaron los problemas de cicatrización de
las heridas, atribuibles a las sulfamidas. Independientemente de ello, la prensa
también recogió problemas de uso inadecuado de estos fármacos por parte de los
soldados, con el consiguiente riesgo de inducción de resistencias que ello suponía.
El Tribunal de Nuremberg falló que los doctores Karl Brandt, Siegfried Handloser, Paul
Rostock, Paul Schroeder, Karl Genzken, Kart Gebhardt, Kurt Blome, Rudolf Brandt,
Joachim Mrugowsky, Helmut Poppendick, Hermann Becker-Freyseng, Herta
Oberheuser y Ludwig Fischer eran responsables directos de estos experimentos.
El Tribunal de Nuremberg falló que los doctores Karl Brandt, Siegfried Handloser, Paul
Rostock, Paul Schroeder, Karl Genzken, Kart Gebhardt, Kurt Blome, Rudolf Brandt,
Joachim Mrugowsky, Helmut Poppendick, Hermann Becker-Freyseng, Herta
Oberheuser y Ludwig Fischer eran responsables directos de estos experimentos.
El caso de las sulfamidas contribuyó a esta trastienda de los Nobel debido a que
Gerhard Domagk, a pesar de recibir esta distinción en 1939 por la obtención de la
primera sulfamida, no pudo recoger el premio. Adolf Hitler impidió que Domagk y otros
galardonados de origen alemán recogieran sus distinciones como protesta a la
concesión en 1935 del Nobel de la Paz a Carl von Ossietzky (1889-1938), líder
pacifista alemán, que por entonces se encontraba en un campo de concentración nazi,
acusado de alta traición y espionaje.
Si bien 8 años más tarde Domagk pudo recoger el galardón, la Fundación Nobel no le
permitió recuperar el premio en metálico. La mala fortuna se cebó de nuevo en
Domagk, puesto que tampoco pudo patentar la sulfanilamida como suya.
La Universidad de Chicago recibió una muestra del producto para evaluar su toxicidad
en animales de laboratorio. Francis Kelsey, la farmacóloga que realizó los
experimentos, comprobó que el elixir era muy tóxico para los mamíferos.
Massengill mandó un telegrama a mil farmacéuticos, vendedores y médicos. Sin dar
mayores aclaraciones, se limitó a solicitar la devolución del producto. La FDA le
aconsejó a la empresa enviar un segundo telegrama, para aclarar que el elixir era un
veneno peligroso.
Más de doscientos empleados de la FDA salieron a recorrer las farmacias. Los diarios
y la televisión difundieron mensajes de advertencia por todo el país. Había que
recuperar tantos frascos del elixir como fuera posible.
Un informe de la FDA cuenta algunas anécdotas que reflejan lo complicado que fue,
en algunos casos, seguir el rastro del elixir. Las pistas de algunos viajantes de
comercio fueron rastreadas por varios estados. Cada vez que alguno era localizado,
se le pedía una reconstrucción de su itinerario y una lista de los comercios donde
había dejado frascos del elixir.
Los esfuerzos salvaron numerosas vidas. Se habían distribuido 1.080 litros de elixir y
se recuperaron unos 1.050. El resto no se localizó y produjo la muerte de unas cien
personas, casi todos niños a los que se les había recetado el elixir para tratar el dolor
de garganta.
La muerte, producida por falla renal, no era inmediata; podía ocurrir hasta tres
semanas después de beber el elixir. Para las víctimas, sus familiares y amigos, esos
días eran terribles.
Una mujer le envió al presidente Roosevelt una carta que decía: “La primera vez que
tuve oportunidad de llamar a un doctor para atenderla [a su hija Joan], le recetó el
Elixir de Sulfanilamida. Todo lo que podemos hacer ahora es cuidar su pequeña
tumba. La recordamos con pesar, porque seguimos viendo su cuerpito sacudiéndose
hacia adelante y hacia atrás, y oímos su vocecita gritando de dolor y entonces pienso
que me voy a volver loca… Por eso le ruego que tome precauciones para impedir la
venta de drogas como ésta, que pueden tomar pequeñas vidas y dejar semejante
sufrimiento y un panorama del futuro tan desolador como el que yo tengo esta noche”.
Evans dijo que no sentía ninguna responsabilidad por lo sucedido. Harold Watkins, el
químico que había recomendado el uso del dietilenglicol, pensaba diferente.
Reconoció que había cometido un grave error y se suicidó.
La FDA admitió que las leyes vigentes eran inadecuadas para proteger a los
consumidores de medicamentos. Al año siguiente, el gobierno aprobó el Acta Federal
de Alimentos,
Colebrook, intentó primero una vacuna, terapéutica tan del gusto del polémico Wright,
pero no dio resultado.
Después ensayó derivados arsenicales, que en manos de Ehrlich habían servido para
tratar la sífilis, pero tampoco esta alternativa dio resultados.
Diez años después, siendo a la sazón Director de los laboratorios del Medical
Research Council, en el Queen Charlotte’s Hospital, aún continuaba en su empeño de
conseguir un tratamiento eficaz contra la sepsis puerperal.
En 1935 cayó en sus manos por casualidad el trabajo de Domagk sobre las
sulfamidas.
Consiguió entonces persuadir a Bayer para que le enviase unas muestras del
Prontosil. A partir de ese momento se iniciaron los ensayos clínicos en la fiebre
puerperal y entre 1936 y 1937 publicó cinco trabajos dando a conocer los primeros
resultados.
En 1887 Vuillemin había definido la antibiosis del siguiente modo: “Cuando dos
cuerpos vivos se unen íntimamente y uno de ellos ejerce una acción destructora sobre
una porción más o menos grande del otro, puede decirse que existe antibiosis.” Hecha
esta introducción, no hay quien no vincule el nacimiento de los antibióticos a la
penicilina, y a su vez no hay quien no vincule este hecho a Alexander Fleming. Y no
seré yo quien deshaga esta imagen.
La mejor biografía de Fleming, porque fue encargada por su esposa que puso a
disposición del autor toda la documentación posible, fue escrita por André Maurois; en
ella puede hallarse una descripción fiable y detallada de la manera en que se produjo
la observación que abrió la puerta de la antibioterapia.
Ello se debía a la presencia en las lágrimas de la enzima lisozima que destruía los
gérmenes presentes. La investigación de la lisozima, iniciada a comienzos de los años
20, proporcionó a Fleming un valioso entrenamiento metodológico y sobre todo le
demostró la vis curatrix naturae, a lo Paracelso, y le colocó en el mástil del vigía que
busca cualquier atisbo de tierra en el océano de la lucha antimicrobiana.
Pero al igual que le ocurriría más tarde con la peni cilina, la carencia de bioquímicos
en su Laboratorio del St Mary’s (en parte porque eran repudiados por el jefe Wright),
impidió su aislamiento y purificación, aunque sí llegó a la conclusión de que se trataba
de una enzima.
Teniendo en cuenta este precedente, cuando una de las mañanas revisaba los cultivos
en placas de su laboratorio (los guardaba todos por si acaso veía algo de interés), vió
dos cosas que le parecieron insólitas, una, que en una de ellas había crecido un moho
y, otra, que alrededor del moho no crecía la bacteria que había sembrado días atrás.
Primero pidió a los micólogos que identificasen el hongo, que, por cierto, se
equivocaron, después lo cultivó repetidamente (con la ayuda de Ridely y Craddock)
para obtener el líquido amarillento que lo rodeaba, a continuación comprobó que tenía
poder bactericida sobre cocos gram positivos y gram negativos, pero no sobre muchos
bacilos; por último comprobó que no era tóxico cuando se administraba por vía
parenteral (aunque nunca la ensayó en ratones infectados), lo cual era
verdaderamente excitante; finalmente bautizó con el nombre de penicilina al producto
activo, en lugar de “penicilim” como le sugería el jefe Wright.
Fleming comunicó sus hallazgos al Medical Research Council sin conseguir interesar a
nadie, como le había ocurrido con la lisozima, y finalmente publicó sus observaciones,
con una extraordinaria precisión y claridad, en el British Journal of Experimental
Pathology, en 1929.
Fleming conocía estos trabajos, pues incluso escribió que la competencia entre
microorganismos, como arma terapéutica, gozaba de pocos amigos. Como acabo de
señalar, a pesar de la publicación de su trabajo, nadie pareció interesarse en el tema.
No sólo eso. También se dijo que Dubos, que había encontrado otros dos antibióticos
producidos por microbios del suelo, los cuales fueron desarrollados antes del definitivo
lanzamiento de la penicilina, fue quien puso de nuevo en escena la penicilina.
Este científico había aislado del suelo, efectivamente, el Bacillus brevis que era capaz
de producir unos compuestos (tirocidina y gramicidina) que digerían los polisacáridos
de la membrana de diferentes patógenos, exponiéndolos a la acción deletérea de los
leucocitos.
Una de ellas fue el advenimiento de las sulfamidas, que hizo que el mundo científico y
profesional girara sus ojos hacia tan importante recurso terapéutico.
A pesar de todo, Fleming continuó luchando para promover su penicilina por encima
de todas estas dificultades, pues estaba convencido de que ésta, en distintos
aspectos, era superior a las sulfamidas.
En tal sentido, informó a la Royal Society que éstas no actuaban si el tamaño del
inóculo era demasiado grande aparte de que su efecto era solamente bacteriostático.
En cualquier caso, y por si fuera poco, en 1935, en Europa empezaban los ruidos de-
sables, lo que probablemente iba a ser una de las causas de la aceleración de la
historia de la penicilina.
En 1929 conoció los estudios de Fleming sobre la lisozima, y tras ser nombrado
profesor de patología en la Sir William Dunn School, de Oxford, trabajó en su
purificación, lo que consiguió en 1937 junto a Chain.
Por entonces Chain, un judío alemán, formado en Berlín, nacido en 1906, que había
huido de los nazis a Inglaterra, concretamente a Cambridge, empezó a trabajar con
Hopkins, quien le puso en contacto con Florey.
Con una subvención de la Rockefeller, de 5000 dólares, estos dos científicos pusieron
manos a la obra para obtener e identificar la penicilina. Pidieron a Fleming cultivos del
Penicillium y mediante un procedimiento nuevo, la liofilización, utilizada habitualmente
para otras finalidades, consiguieron aislarla e identificarla en el caldo de cultivo del
hongo.
El experimento se repitió con el caldo procedente de otro cultivo con los mismos
resultados. La historia de la producción industrial de la penicilina sería tema para otro
artículo, no sólo por la documentación existente sobre el asunto, sino por lo
apasionante de su desarrollo.
Baste decir que se necesitó el dinero y los recursos norteamericanos, los cuales
fueron gestionados con ahinco por Florey y Chain; así mismo fue necesaria la
contribución de las grandes compañías farmacéuticas que empezaban a surgir por
entonces, y la puesta en marcha de procedimientos, como la fermentación, para
conseguir las enormes cantidades de antibiótico que se requirieron para el tratamiento
de los miles de combatientes y de pacientes aquejados de infecciones hospitalarias y
de la comunidad que sin su utilización hubiesen fallecido irremisiblemente.
A España, la penicilina llegó a través del estraperlo desde países como Brasil, en
cantidades insuficientes para un tratamiento pleno. Ello hizo que los dos primeros
pacientes, uno en Galicia y otro en Andalucía, no alcanzaran la curación. Sí que la
alcanzó, sin embargo, el Prof Jiménez Díaz, que había contraído una neumonía
neumocócica durante su veraneo santanderino de 1943, y gracias a sus colaboradores
que conocían a personajes que frecuentaban el “Perico Chicote”, lograron la cantidad
suficiente para obtener una respuesta favorable.
Más que hacer una historia romántica de todos estos hechos, en el que el tratamiento
del primer enfermo, un policía de Oxford, por lo tanto en un lugar cercano a la fuente
de producción, es una página gloriosa de la historia de la medicina, me interesa
resaltar que todo ello fue posible gracias a algo impensable en los tiempos actuales: la
transparencia en el intercambio de conocimientos entre investigadores, la inexistencia
de barreras administrativas para ello, el conocimiento mutuo de las bases científicas,
todo ello acordado de manera explícita por los grupos de investigadores que
participaron en este proceso final.
Diría que fue una historia irrepetible. ¿Seríamos capaces en nuestros días de poner de
acuerdo a May & Ballet, Glaxo, Wellcome, British Drug Houses, Boots, Imperial
Chemical Industries, Kemball y Bishops para conseguir la producción de un compuesto
de perentoria necesidad, como le fue la penicilina en aquellos años? Esas empresas,
en perenne contacto con los investigadores de Oxford, y con la coordinación de un
Comité general de la penicilina, presidido por Sir Henry Dale, lo consiguieron.
Sin ir más lejos, como contraste, el desarrollo de las sulfamidas fue limitado por las
trabas de las compañías productoras, que debido a sus intereses económicos privaron
al Instituto Pasteur de avanzar en la quimioterapia antimicrobiana.
Finalmente una reflexión de ética heurística: ¿han visto ustedes, lectores, la serendipia
en alguna parte de la presente historia? Esa ridícula idea de que Fleming descubrió la
penicilina por chiripa debería ser erradicada para siempre de la historia de la medicina.
Oigamos a este respecto lo que decían los propios protagonistas de nuestra historia.
Ehrlich acostumbraba a decir que para tener éxito hacían falta cuatro G, en alemán:
Geld (dinero),Geduld (paciencia), Geshick (inteligencia) y Gluck (suerte).
El propio Pasteur dejó acuñada otra sentencia: “Dans les champs de l’observation, le
hasard ne favorise que les espirits préparés” (1854).
Y como muy bien señaló el gigante de la penicilina a una pregunta formulada por un
periodista: “Cuando descubrí la penicilina no estaban los filamentos del penicilium
puestos en pie gritándome ¡oiga que nosotros fabricamos un producto muy
importante!”.
Y todo esto tiene, como en las fábulas, una moraleja: es el trabajo continuado y
pertinaz el que produce los grandes avances. Descabalguemos a la serendipia de
cualquier virtualidad.
Y me detengo aquí por autodisciplina, pues detrás de la estreptomicina, de las
cefalosporinas, y de muchos más de los más modernos antimicrobianos, naturales y
sintéticos, se esconden historias extraordinarias.
En la década de los 60, los químicos médicos comienzan a modificar los antibióticos
naturales buscando una mayor actividad y un espectro más amplio, la posibilidad de
ser administrados por vía oral, una mejor biodisponibilidad y una mayor resistencia a
su desactivación por algunas enzimas bacterianas.
Así comienza una carrera, que todavía no ha concluído, por conseguirse antibióticos
semi-sintéticos más activos y más seguros, mientras que por su parte, las bacterias
patógenas evolucionan desarrollando mecanismos de defensa frente a las nuevas
moléculas.
1935 sulfonamidas
1941 penicilinas
1945 cefalosporinas
1944 aminoglicósidos
1949 cloramfenicol
1950 tetraciclinas
1952 Macrólidos / lincosámidos
estreptograminas
1956 glicopéptidos
1957 rifamicinas
1959 nitroimidazoles
1962 quinolonas
1968 trimpetoprim
2000 oxazolidinonas
2003 lipopéptidos
A lo largo del último siglo se han descubierto o sintetizado 19 clases o tipos de
antibióticos tal y como se muestra en la siguiente gráfica:
Ello ha sido debido a un complejo número de factores entre los que cabe destacar
entre otros por su importancia, el incremento en los costes de I+D por nuevas
regulaciones para aumentar la seguridad de los ensayos clínicos o la deriva en las
prioridades de las empresas farmacéuticas hacia el desarrollo medicamentos
económicamente más rentables.
Por otra parte, es de sobra conocido que los antibióticos van dejando de ser efectivos
a medida que su uso se hace cada vez más común, porque su utilización rutinaria a lo
largo de los años crea una presión evolutiva vía selección natural que favorece la
supervivencia y expansión de aquellas cepas bacterianas resistente al antibiótico en
detrimento de las más susceptibles (pero eso sí, que quede muy claro que la Teoría de
la Evolución por selección natural es sólo una teoría atea tal y como pregonan
incansables todos los mediadores de lo divino aún cuando sus fanáticos detractores se
la tragan cada vez que su médico les receta un nuevo antibiótico).
Así que se calcula que todavía más de la mitad de las ventas mundiales de antibióticos
se utilizan para este propósito agropecuario, el cual permite inundar los mercados
mundiales de diversos tipos de carne.
Esta actividad se mantiene durante periodos variables de tiempo, que oscilan entre
varios días y algunos meses dependiendo de diversos factores ambientales, de tal
manera que se seguirían seleccionando cepas bacterianas resistentes en el entorno
de las granjas.
Este no sería un problema menor ya que la ganadería industrial cría anualmente miles
de millones de animales destinados al consumo humano (con sus consiguientes
deposiciones) y salvo en unos pocos países con una legislación adecuada, el
tratamiento de los residuos de granja es manifiestamente mejorable (por decirlo de
manera muy diplomática) cuando no muy ineficiente o inexistente en la práctica en
infinidad de naciones.
Así que con el paso del tiempo y gracias al mecanismo de transferencia genética
horizontal entreprocariotas, ayudado por este uso indiscriminado e irresponsable de
los antibióticos (principalmente en animales pero también en humanos) se ha venido
favoreciendo la expansión de las resistencias microbianas entre bacterias muy
aleladas filogenéticamente entre sí.
Primero fueron frente a medicamentos individuales ya que por ejemplo en el año 2010
la mitad de las muestras de carne de pollo analizadas por la FDA norteamericana
estaban contaminadas por cepas de E. coli resistentes a algún antibiótico. Y después
frente a diferentes clases de antibióticos dando lugar a la aparición de organismos
bacterianos multiresistentes a estos medicamentos.
Y las consecuencias de este fenómeno son muy onerosas a la par que graves, ya
que se ha calculado que sólo en EEUU los costes sanitarios asociados a las
infecciones por patógenos resistentes a los antibióticos serían superiores a los 20.000
millones de dólares anuales y que se producirían cerca de 100.000 defunciones al año
por esta causa.
Similarmente, en Europa cada año estos costes serían de unos 2.500 millones de
euros y 25.000 muertes anuales atribuibles a estas bacterias resistentes a los
antimicrobianos.
Así en primer lugar, los dos países más superpoblados (China e India) están entrando
a marchas forzadas en el irresponsable y despilfarrador sistema económico actual.
Sus 2.500 millones de habitantes quieren también ¿por qué no? tener acceso a un
suministro continuo y muy barato de carne que permita y asegure su consumo todos
los días del año (señal de opulencia y del estatus económico y social que les hemos
imbuido después de décadas y décadas de propaganda política, televisiva y
cinematográfica desde nuestro arrogante primer mundo occidental) proveniente de la
ganadería intensiva.
Y para ello habrá que aumentar aún más la producción de carne en las megagranjas
industriales, en donde el uso sistemático e indiscriminado de antibióticos es la solución
más fácil, rápida y barata, además del sueño dorado de los directivos de todas y cada
una de las grandes multinacionales farmacéuticas, porque permitirá a estas
transnacionales el seguir aumentando la cuenta de resultados gracias a productos que
en el primer mundo empiezan a estar obsoletos.
Así el Dr. David Livermore, antiguo director del “UK Antibiotic Resistance Monitoring
and Reference Laboratory” comentaba en un artículo refiriéndose a esta dicotomía del
sistema sanitario indio:
“Es difícil de creer que en cualquier hospital, por buenos que sean sus cirujanos y
médicos, éstos puedan protegerse de las bacterias resistentes que circulan en el
medio que rodean a sus pacientes”
porque no olvidemos que aunque algunos de estos hospitales indios puedan estar a la
altura y profesionalidad de los mejores del mundo, los enfermeros, celadores,
limpiadores, cocineros y demás personal auxiliar del mismo cobran como el resto de
los ciudadanos y por tanto viven en las mismas casas humildes de esos inmensos
barrios faltos de infraestructuras que conforman las megalópolis indias, mientras se
encuentran expuestos a las nuevas variantes de bacterias multiresistentes que han
sido seleccionadas por los tratamientos administrados a sus adinerados pacientes,
muchos de ellos practicantes del llamado turismo médico que en la India está en
expansión generando 2.300 millones de euros anuales en ingresos y que está
creciendo a un ritmo del 20% anual.
Y claro en este mundo hiperconectado por las compañías “low cost” se han hecho
accesibles los viajes a cualquier lugar del mundo por muy remoto que sea y el
atractivo aumenta cuanto más pintoresco es el país y ahí la milenaria y mágica India
no tiene rival.
Y esto no es ciencia ficción sino que ya está ocurriendo como demuestra un estudio
realizado en Suecia, en donde se encontró que muchos de los turistas analizados
provenientes de la India y de diversos países del Lejano Oriente portaban
enterobacterias intestinales resistentes a antibióticos.
Y ya para terminar con este sombrío pero bastante realista panorama simplemente
recordar que eldesarrollo de cualquier fármaco implica una serie compleja de fases,
cuyo progreso más normal comprende aproximadamente unos diez o doce años hasta
la comercialización del producto.
Ada Yonath Esta cristalógrafa israelí logró el Premio Nobel en 2009 junto con Thomas
A. Steitz y Venkatraman Ramakrishnan.
“Los antibióticos no dan dinero porque curan las enfermedades en poco tiempo; son
más rentables otros fármacos que se deben tomar durante largos periodos, como los
cócteles de medicamentos que se administran a los ancianos o los que tratan
enfermedades como el cáncer”, ha añadido la científica.
Mapa de ribosomas
La investigadora está ahora buscando nuevas formas de atacar esos ribosomas y ello
podría llevarse a cabo haciendo pequeños cambios en los fármacos actuales.
“Enlazando varias de estas moléculas o creando una molécula parecida
químicamente, los antibióticos existentes continuarían siendo eficaces, hasta que la
bacteria descubra una nueva manera de protegerse”, ha señalado.
TERAPÉUTICA ANTIMICROBIANA
Sin embargo, el término antibiótico, tal como lo aceptamos actualmente, esto es, una
sustancia natural producida por un microorganismo que inhibe a otro microorganismo,
fue sugerida por primera vez al editor de Biologic Abstracts en 1941 por el
Microbiólogo ambiental Americano Selman Waksman, el descubridor de la
estreptomicina, un antibiótico en uso actualmente.
En París, en 1877, Louis Pasteur ya había descripto cómo el ántrax, una enfermedad
grave producida por una bacteria, fue suprimido en animales inoculados con extractos
crudos de agua servida que contenían bacterias comensales.
El término antibiótico fue utilizado por primera vez por Selman Waksman en 1942 para
describir ciertas «influencias antibióticas», es decir, aquellas formulaciones
antagonistas al crecimiento de microorganismos y que son derivadas de otros
organismos vivos.
Esa definición, por ende, excluye a aquellas sustancias naturales, como el jugo
gástrico y el peróxido de hidrógeno, que pueden matar a un microorganismo y que no
son producidos por otros microorganismos.
Hoy en día no se utilizan moléculas de origen natural, por lo cual no se establece más
la diferenciación con quimioterápicos, término usado para referirse a las moléculas de
origen sintético y sus derivados. Utilizaremos el término antibiótico para referirnos al
subgrupo de antimicrobianos con actividad antibacteriana.
TERMINOLOGIA
Antibiótico:
Drogas producidas por un microorganismo, que inhiben el desarrollo o provocan la
muerte de otros microorganismos. Actualmente el término ha perdido su significado
restrictivo.
Quimioterápico:
Drogas que en un ecosistema hospedero parásito tienen alta toxicidad selectiva para
el parásito (acción específica)
Antiséptico:
Fármaco que produce lisis o inhibe el desarrollo de un microorganismo pero sin
toxicidad selectiva (acción inespecífica).
AGENTES ANTIMICROBIANOS:
ANTIBIÓTICO
Considerando la etimología (del griego αντί - anti, "en contra" + βιοτικός - biotikos,
"dado a la vida") es una sustancia química producida por un ser vivo o derivado
sintético, que mata o impide el crecimiento de ciertas clases de
microorganismos sensibles, generalmente se aplica a aquellos fármacos usados en el
tratamiento de infecciones por bacterias, de ahí que se les conozca como
antibacterianos.
Normalmente los antibióticos presentan toxicidad selectiva, siendo muy superior para
los organismos invasores que para los animales o los seres humanos que
los hospedan, aunque ocasionalmente puede producirse una reacción adversa
medicamentosa, como afectar a la flora bacteriana normal del organismo.
Los antibióticos generalmente ayudan a las defensas de un individuo hasta que las
respuestas locales sean suficientes para controlar la infección.
El término antibiótico fue utilizado por primera vez por Selman Waksman en 1942 para
describir ciertas «influencias antibióticas», es decir, aquellas formulaciones
antagonistas al crecimiento de microorganismos y que son derivadas de otros
organismos vivos.
Esa definición, por ende, excluye a aquellas sustancias naturales, como el jugo
gástrico y el peróxido de hidrógeno, que pueden matar a un microorganismo y que no
son producidos por otros microorganismos.
Tipos de AB y su blanco
Desde la introducción de las penicilinas y sulfas, hace casi 70 años, los médicos
clínicos han debido enfrentar el desafío de lograr los mejores resultados con la terapia
antimicrobiana en pacientes con infecciones bacterianas graves.
Por otra parte el impacto de la sepsis en la calidad de vida sólo recientemente ha sido
evaluado, demostrándose una significativa menor calidad de vida entre los pacientes
que sobreviven a un episodio séptico.
Interacción paciente-bacteria-antimicrobiano
Farmacocinética
Los valores del cociente C/E de los macrólidos oscilan de 3 a 10 para la eritromicina,
de 20 a 30 para la claritromicina, la roxitromicina y la clindamicina, y valores superiores
de hasta 300 para la azitromicina.
Sin embargo hay situaciones clínicas en que pueden desempeñar un papel específico
en la resolución de determinados tipos de infecciones.
En estos pacientes debe priorizarse la administración por vía intravenosa en cuyo caso
se alcanza 100% de absorción.
EXCRECIÓN Y METABOLISMO
Los niveles séricos varían ampliamente en los betalactámicos en función del gran
rango de dosis que se pueden administrar por vía oral y especialmente parenteral
pudiendo llegar a ser muy elevados, (superior a 150 mg/l) en algunos casos. Las
concentraciones tisulares son medias o bajas y ello se manifiesta en los bajos valores
de los volúmenes de distribución (Vd).
Farmacodinamia
El pico obtenido y secundariamente el AUC tienen relación directa con el éxito clínico,
independientemente de que las concentraciones caigan posteriormente por debajo de
la CIM, por cuanto no se alcanza a producir recrecimiento bacteriano significativo,
fenómeno conocido como efecto post-antibiótico.
Este principio general para antibacterianos activos sobre la pared celular aplica
cuando se trata de bacterias muy sensibles y/o de inóculos bacterianos bajos; sin
embargo, frente a inóculos altos la Cmáx adquiere importancia y la actividad
bactericida máxima puede no alcanzarse aún con Cmáx/CIM de 128 veces.
Utilidad práctica
En estos pacientes los antimicrobianos deben ser utilizados en dosis plenas y con los
intérvalos apropiados a su vida media y mecanismo de acción.
VIDA MEDIA
Por el contrario los otros cuatro grupos, de los que trata este número, son de vida
media larga siendo los prototipos de administración única diaria como los
aminoglucósidos, las fluoroquinolonas y las tetraciclinas.
Dentro de los macrólidos encontramos los dos extremos con la eritromicina que
requiere tres o cuatro dosis diarias, a la azitromicina que con una vida media de 40
horas permite una única dosis para tratar algunas infecciones genitales.
DIFERENCIAS FARMACODINÁMICAS
Por el contrario los betalactámicos no tienen efecto postantibiótico sobre los BGN,
siendo una excepción los carbapenémicos que tienen un EPA muy prolongado sobre
todo con P. aeruginosa.
Esencialmente son tres los que nos permiten predecir el éxito del tratamiento
antimicrobiano: Vida media, área bajo la curva y concentración sérica máxima. La vida
media es el parámetro crucial para determinar la dosificación y el intervalo de
administración, aunque para establecer este último hemos de tener en cuenta el modo
con que el antimicrobiano ejerce su acción.
Así los betalactámicos ejercen su acción en función del tiempo en que las bacterias
están expuestas a su acción, son antibióticos con efecto bactericida tiempo-
dependiente.
Así con los betalactámicos que tienen EPA se obtiene una acción antibacteriana eficaz
cuando las concentraciones séricas superan la CMI durante el 50-69% del intervalo,
mientras que para los que no tienen EPA la concentración debe superar la CMI
durante el 90-100% del intervalo.
Ello conduce a una prolongación del efecto antimicrobiano pues las bacterias durante
la fase postantibiótica son más susceptibles a la acción fagocítica y bactericida de los
leucocitos denominándose efecto leucocítico postantibiótico (ELPA). Sobre los BGN,
los aminoglucósidos producen un marcado ELPA mientras que los betalactámicos no
lo tienen.
Los datos existentes sobre farmacocinética de los antibióticos son menos precisos que
los datos microbiológicos (CMI, CMB), presentando variaciones de acuerdo con las
dosis, vías de administración e interindividuales.
INDICACIONES DE USO
Esta patología sufre además una complicación y es que en ella no se suele realizar un
diagnóstico etiológico, bien por ser banal el proceso, difícil de realizar por su múltiple
etiología, a veces vírica, o por la dificultad de obtener una muestra representativa
como en sinusitis u otitis aguda.
En general, los antibióticos deben su toxicidad selectiva a las diferencias entre las
células eucariotas y procariotas. Su eficacia tóxica es la consecuencia de su
capacidad de inhibir una reacción bioquímica específica y esencial, bien sea para la
célula eucariota o para la célula procariota. Para que el antibiótico ejerza su acción es
necesario que llegue al foco infeccioso, penetre en las bacterias (por difusión o
transporte activo) y alcance intracelularmente la concentración necesaria. Una vez
dentro de la célula el antibiótico puede ser bacteriostático si inhibe la multiplicación de
forma reversible, o bactericida si tiene un efecto letal. En general, cada grupo de
antibióticos actúa preferentemente de una forma u otra.
Los antibióticos de uso en clínica pueden ejercer su acción en una de las siguientes
estructuras o funciones:
1. Inhibición de la síntesis de la pared celular
2. Alteración sobre la membrana citoplásmica
3. Inhibición de la síntesis proteíca
4. Bloqueo de la síntesis de los ácidos nucleicos
La pared celular de las bacterias está compuesta por peptidoglicano. Esta estructura,
que es más gruesa en las G+, entre otras funciones protege a la célula de su
destrucción por estallido en un medio normal, no hiperosmótico puesto que las
bacterias tienen una gran presión osmótica interna (G+: 20 atmósferas; G-: 5
atmósferas).
Una célula con la membrana dañada muere invariablemente por insufiencia metabólica
o lisis incluso cuando no está en crecimiento debido a que esta estructura es vital para
todas las células ya que entre sus propiedades incluye el actuar como barrera de
permeabilidad selectiva.
Polipeptídicos Bacitracina
Gramicidina
Glucopeptídicos Vancomicina
Peptídicos Teicoplanina
Lipopéptidos Daptomicina
Polimixinas Polimixina B
Colistina
ANTIBIÓTICOS BETALACTÁMICOS
Introducción
El objetivo del presente artículo es ofrecer una visión conceptual del conjunto de los
betalactámicos, de orientación básicamente clínica y adaptada a la realidad del medio.
Consumo de antibióticos en atención primaria en 2005 en España. El consumo se mide en dosis diarias
definidas cada 1.000 habitantes por día (DID), calculado a partir de datos de ventas (que incluye antibióticos
suministrados con y sin receta médica). El consumo global de antibióticos ese año fue de 28,93 DID, y los
betalactámicos representan más del 70% del total.
Consumo medio de antibióticos en 12 hospitales españoles en 2005. El consumo medio global fue de 80,54
dosis diarias definidas (DDD) por cada 100 estancias hospitalarias. Los betalactámicos representan casi el 70%
del total de antibióticos consumidos.
No obstante, para que el betalactámico sea activo, es preciso que esté unido a otros
radicales (habitualmente otros anillos).
1. penicilinas
2. cefalosporinas
3. carbapenémicos
4. monobactamas
5. inhibidores de las betalactamasas.
VÍA DE ADMINISTRACIÓN
GRUPO PARENTERAL ORAL
PENICILINAS
VÍA DE ADMINISTRACIÓN
GRUPO PARENTERAL ORAL
CEFALOSPORINAS
PRIMERA GENERACIÓN Cefazolina, cefalotina, cefradina Cefalexina, cefadroxilo, cefradina
SEGUNDA GENERACIÓN
- Activas frente a Haemophilus Cefuroxima,cefonicida, Cefaclor, cefuroxima axetil,
cefamandol cefprozilo
- Activas frente a Bacteroides Cefoxitina, cefotetán, cefmetazol,
cefminox
TERCERA GENERACIÓN
Espectro ampliado Ceftriaxona,cefotaxima, Cefditoren pivoxil, ceftibuteno,
ceftizoxima cefixima, cefpodoxima, cefdinir
Espectro ampliado y Ceftacidima, cefepima, Ninguno
antipseudomonas cefoperazona
CUARTA GENERACIÓN Cefetecol,Cefquinome,
Flomoxef, Cefepima
VÍA DE ADMINISTRACIÓN
GRUPO PARENTERAL ORAL
Carbapenémicos Imipenem con cilastatina, Ninguno
meropenem, ertapenem
Monobactámicos Aztreonam Ninguno
Farmacocinética y farmacodinamia
Características farmacocinéticas
Las sustancias nativas se absorben poco o nada por vía digestiva (el ácido clorhídrico
las degrada), mientras que la absorción de algunos derivados sintéticos y
semisintéticos (como la amoxicilina o las cefalosporinas orales) es mejor.
Los betalactámicos se aclaran con la diálisis (más con la hemodiálisis que con la
diálisis peritoneal), por lo que habitualmente es preciso administrar dosis extras tras el
procedimiento, para mantener las concentraciones adecuadas del antimicrobiano.
Características farmacodinámicas10,13
En las denominadas cepas tolerantes (definidas como aquéllas con CBM igual o
mayor a 32 veces la CIM) el betalactámico se comporta como bacteriostático.
El EPA se define como el tiempo que dura la inhibición del crecimiento bacteriano tras
una exposición limitada a un determinado antimicrobiano, una vez que las
concentraciones del antibiótico descienden por debajo de la CIM.
Cuanto más elevada sea la CIM, más difícil será alcanzar y superar durante el tiempo
necesario esa concentración tras la administración del antibiótico.
En los casos de infecciones por microorganismos sensibles con CIM bajas, este hecho
no representa ningún problema, ya que la concentración de antibiótico en sangre y
tejidos que se alcanza tras la administración de las dosis habituales de betalactámico
supera con creces la CIM.
En casos de infecciones por microorganismos con CIM más elevadas, aun en el caso
de estar en el teórico rango de sensibilidad, puede ser difícil alcanzar un T mayor que
la CIM ideal.
Por otro lado, esta estrategia puede prevenir la selección de mutantes resistentes al
disminuir el tiempo en que la concentración de antibiótico es inferior a la CBM. En los
últimos años se han publicado numerosos estudios (muchos de simulación y en menor
cantidad clínicos) sobre la administración de betalactámicos en infusión continua con
la utilización de diferentes compuestos (piperacilina y tazobactam, meropenem,
ceftazidima, cefepima), la mayoría de éstos en infecciones por P. aeruginosa o por
microorganismos productores de betalactamasas de espectro extendido (BLEE).
Éstas son las bases teóricas del uso del tratamiento combinado en situaciones clínicas
concretas; aunque algunas de ellas están bien establecidas, como la endocarditis,
otras son más controvertidas, como el tratamiento del sujeto con sepsis grave o la
neutropenia febril.
De hecho, en los últimos años se han publicado 4 metaanálisis que estudian el efecto
del tratamiento combinado en sujetos con neutropenia febril, en sujetos inmuno
competentes con sepsis y en sujetos con bacteriemia gramnegativa.
No obstante, los datos de este tipo de estudios han de ser interpretados con cautela,
ya que en ocasiones se comparan en los 2 grupos (con y sin aminoglucósido)
betalactámicos con diferente espectro, por lo que el efecto clínico de la sinergia puede
ser valorado inadecuadamente.
Mecanismo de acción
La pared bacteriana es una estructura que envuelve las bacterias de todos los
géneros, excepto los micoplasmas; se sitúa por fuera de la membrana citoplásmica y
está compuesta principalmente por una proteína llamada peptidoglucano.
En las bacterias grampositivas, la pared celular es gruesa y su componente principal
es esa proteína. Las bacterias gramnegativas tienen una pared más fina y compleja
que consta de una membrana externa formada por lípidos y proteínas, y de una capa
interna delgada de peptidoglucano.
Las bacterias ácido alcohol resistente tienen una pared similar a la de los
microorganismos grampositivos, pero con una capa de peptidoglucano fina y, por
fuera, una capa muy rica en lípidos
El anillo betalactámico presenta una similitud estructural con la región del pentapéptido
al que se unen estas enzimas, por lo que es capaz de unirse a ellas de forma
covalente e impedir así la formación de la pared celular.
Es por eso que estas enzimas se llaman también PBP (penicillin binding
protein‘proteína ligada a la penicilina’). Sin la pared, la bacteria queda expuesta al
medio y muere debido a cambios en la presión oncótica.
Por tanto, para que actúen los betalactámicos, es preciso que la bacteria se halle en
fase de multiplicación, ya que éste es el momento en que se sintetiza la pared celular.
Los betalactámicos presentan actividad reducida en situaciones clínicas en las que
hay gran parte de la población bacteriana en estado estacionario, como por ejemplo
los abscesos.
Los betalactámicos también actúan activando una autolisina bacteriana endógena que
destruye el peptidoglucano. Las cepas que carecen de autolisina (generalmente son
cepas tolerantes a los betalactámicos) inhiben su crecimiento en presencia del
betalactámico, pero no se destruyen completamente.
Espectro antibacteriano
Los inhibidores de las betalactamasas son moléculas con una afinidad elevada frente
a estas betalactamasas, a las que se unen irreversiblemente, evitando así la
inactivación del antibiótico betalactámico.
Las cefalosporinas de primera generación son muy activas sobre los cocos
grampositivos; en líneas generales, las sucesivas generaciones han perdido parte de
esta actividad, en beneficio de una actividad mayor frente a bacilos gramnegativos,
con excepciones notables. Todas las cefalosporinas son inactivas frente a
enterococos, estafilococos resistentes a la meticilina y Listeria monocytogenes.
Los carbapenémicos son los betalactámicos de más amplio espectro, incluidos los
microorganismos productores de BLEE. Sólo carecen de actividad frente a los
estafilococos resistentes a la meticilina, a los enterococos resistentes a la vancomicina
y a Xanthomonas maltophilia; frente a Clostridium difficileson poco activos y frente a P.
aeruginosa tienen sensibilidad variable, en función de la epidemiología local.
El aztreonam (el único monobactámico disponible para uso clínico) posee una
actividad excelente sobre bacterias gramnegativas aerobias y facultativas. Carece de
actividad frente a grampositivos y bacterias anaerobias.
Mecanismos de resistencia
Éste es uno de los motivos por los que, con algunas excepciones, los
microorganismos gramnegativos son generalmente más resistentes a los
antibióticos que los grampositivos.
Sin embargo, las cepas de S. aureus resistente a meticilina (oxacilina) suelen ser
resistentes a todos los betalactámicos y, con frecuencia, a otras familias de
antibióticos (el 68% en un estudio). Aunque la resistencia global a la oxacilina se ha
mantenido estable en los últimos años (alrededor del 30%), se trata de un problema
emergente tanto en centros geriátricos y de larga estancia (prevalencia del 7 al 36%
en un estudio multicéntrico) como en la comunidad.
Neisseria gonorrhoeae: cerca del 90% de las cepas tienen sensibilidad disminuida o
resistencia a la penicilina, pero el 100% son sensibles a la ceftriaxona y al cefditoren.
Shigella sonnei: resistencia a la ampicilina del 15 al 20% (hasta del 65% en casos de
diarrea del viajero); la resistencia a la amoxicilina con ácido clavulánico es
prácticamente nula.
Indicaciones clínicas
Las guías de uso práctico (en especial si recogen datos locales) son muy útiles en el
tratamiento diario de los sujetos. A continuación, se resumen los principales usos de
los betalactámicos, agrupados en los principales síndromes infecciosos del adulto.
Antibiótico: Cloxacilina
Administración: V.O.
Dosis habitual: 0,5–1 g/4–6 h
Espectro de actividad: Staphylococcus aureus
Indicaciones más importantes:
1. Infecciones estafilocócicas leves locales (cutáneas)
Antibiótico: Cloxacilina
Administración: I.V.
Dosis habitual: 2 g/4 h
Espectro de actividad: Staphylococcus epidermidis resistentes a la penicilina
Estreptococos
Indicaciones más importantes:
2. Infección estafilocócica sistémica, incluida bacteriemia
Antibiótico: Amoxicilina
Administración: V.O.
Dosis habitual: 0.5–1 g/8 h
Espectro de actividad: Igual que la bencilpenicilina y además: cocobacilos
gramnegativos (Haemophilus influenzae)centerobacterias (Escherichia Coli,
Salmonella, Shigella, Proteus mirabilis)cListeria monocytogenes
Indicaciones más importantes:
1. Faringoamigdalitis estreptocócica (amoxicilina)
Antibiótico: Ampicilina
Administración: I.V.
Dosis habitual: 100–300 mg/kg/d en 4–6 dosis
Espectro de actividad: Idem
Indicaciones más importantes:
2. Infecciones otorrinolaringológicas (participación de estreptococos
y Haemophilus): otitis media aguda, sinusitis
3. Neumonía neumocócica de bajo riesgo (amoxicilina)
4. Infecciones por enterococos: urinaria, endocarditis, meningitis (ampicilina)
Antibiótico: Amoxicilina con ácido clavulánico
Administración: V.O.
Dosis habitual: 500–875 mg/8 h o 2 g/12 h
Espectro de actividad: Igual que la amoxicilina y además: bacterias productoras de
betalactamasas
Indicaciones más importantes:
1. Otitis media (niños)
2. Reagudización de la EPOC y neumonía bacteriana
Antibiótico: Piperacilina-tazobactam
Administración: i.v.
Dosis habitual: 4 g/6–8 h
Espectro de actividad: Similar a la amoxicilina con ácido clavulánico y
ademásPseudomonas aeruginosa
Indicaciones más importantes:
1. Infecciones intraabdominales nosocomiales (peritonitis secundarias)
2. Colangitis tras instrumentación.
3. Infecciones graves de piel y partes blandas
4. Neutropenia febril
5. Neumonía y sepsis nosocomial
Antibiótico: Cefazolina
Administración: i.v./i.m.
Dosis habitual: 1–2 g/8 h
Espectro de actividad: Cocos grampositivos, Bacilos gramnegativos: algunos
(comunidad)
Indicaciones más importantes:
1. Infecciones sistémicas por S. aureus oStreptococcus pyogenesen alérgicos
(alergia no grave) a la penicilina
2. Profilaxis quirúrgica
Antibiótico: Cefalexina
Administración: V.O.
Dosis habitual: 1–2 g/24 h
Espectro de actividad: Igual
Indicaciones más importantes:
1. Infecciones de piel y partes blandas (impétigo, forunculosis, celulitis)
2. Faringitis estreptocócica (alternativa)
Antibiótico: Cefotaxima
Administración: i.v.
Dosis habitual: 1 g/6 h (máximo 300 mg/kg/d)
Espectro de actividad: Respecto a la primera y la segunda generación, menor
actividad frente a estafilococos y excelente actividad frente a neumococos, Mejor
actividad frente a gramnegativos
Indicaciones más importantes:
1. Neumonía comunitaria grave
2. Meningitis bacteriana de la comunidad, absceso cerebral
3. Sepsis de la comunidad (sospecha de infección primaria por neumococos)
4. Peritonitis bacteriana espontánea del cirrótico
5. Infección gonocócica
Antibiótico: Ceftriaxona
Administración: i.v./i.m.
Dosis habitual: 1–2 g/24 h
Espectro de actividad: Igual
Indicaciones más importantes:
6. Endocarditis estreptocócica
Antibiótico: Ceftazidima
Administración: i.v.
Dosis habitual: 2 g/8 h
Espectro de actividad: Actividad discreta frente a grampositivos, Buena cobertura
dePseudomonas aeruginosa
Indicaciones más importantes:
Infecciones documentadas por P. aeruginosa
Antibiótico: Cefepima
Administración: i.v.
Dosis habitual: 2 g/12 h
Espectro de actividad: Excelente cobertura grampositivos (no estafilococos),
Excelente cobertura gramnegativos y P. aeruginosa
Indicaciones más importantes:
1. Neumonía grave de la comunidad con factores de riesgo para P. aeruginosa
2. Tratamiento empírico de la sepsis y la neumonía nosocomial
3. Tratamiento empírico de la neutropenia febril
Antibiótico: Imipenem
Administración: i.v.
Dosis habitual: 500 mg/6 h
Espectro de actividad: Excelente cobertura grampositivos (noStaphylococcus
aureus resistente a la meticilina), Excelente cobertura gramnegativos, anaerobios y P.
aeruginosa, Ertapenem no cubre P. aeruginosa
Indicaciones más importantes:
1. Tratamiento empírico de la neutropenia febril
2. Meningitis por bacilos gramnegativos (meropenem)
3. Infecciones nosocomiales por microorganismos multirresistentes sensibles a
carbapenémicos
Antibiótico: Meropenem
Administración: i.v.
Dosis habitual: 500 mg–2 g/8 h
Espectro de actividad: Igual
Indicaciones más importantes:
4. Infecciones por microorganismos productores de BLEA (sospecha o confirmación)
Antibiótico: Ertapenem
Administración: i.v./i.m.
Dosis habitual: 1 g/24 h
Espectro de actividad: Igual
Indicaciones más importantes:
5. Infecciones graves polimicrobianas
Antibiótico: Aztreonam
Administración: i.v./i.m.
Dosis habitual: 1 g/8 h
Espectro de actividad: Gramnegativos incluida P. aeruginosa, No cubre anaerobios
ni grampositivos, No cubre microorganismos con BLEA
Indicaciones más importantes:
1. Sepsis nosocomial
2. Infección por bacilos gramnegativos en algunas situaciones especiales: insuficiencia
renal, infección urinaria (sin riesgo de microorganismos con BLEE)
3. Casos seleccionados de alergia a betalactámicos
Endocarditis bacteriana
Infección intraabdominal
Infección urinaria
Infección osteoarticular
Los sujetos de la comunidad con sepsis sin un foco evidente deben recibir un
tratamiento empírico de las infecciones más habituales, incluidas las causadas por
enterobacterias, neumococos y S. aureussensible a la meticilina.
Para esto, una muy buena opción es el tratamiento con amoxicilina con ácido
clavulánico, que cubre razonablemente todas las posibilidades. En sepsis graves se
puede valorar añadir un aminoglucósido.
En los sujetos con sepsis nosocomial el tratamiento empírico debe abarcar, además
de lo anterior, P. aeruginosa, estafilococos resistentes a meticilina (en especial en
presencia de catéteres) y otras bacterias multirresistentes, según la epidemiología
local.
Neutropenia febril
Efectos adversos
Hay que tener en cuenta que las reacciones cutáneas más frecuentes
tras la administración de penicilina (exantema morbiliforme, exantema
tras la administración de aminopenicilinas en infecciones víricas y otros)
no están mediadas por la IgE.
Los sujetos con alergia a la penicilina pueden tener reacciones cruzadas con otros
betalactámicos, como las cefalosporinas (en general, aproximadamente del 3 al 4% de
los expuestos a las cefalosporinas tiene alergia y del 4 al 10% entre los alérgicos a las
penicilinas; la reacción cruzada con cefalosporinas de primera generación es mayor) o
los carbapenémicos (el 3% en expuestos en general y el 11% en sujetos alérgicos a la
penicilina).
Un test negativo indica que la reacción que presentó el sujeto no fue mediada por la
IgE o que no hay anticuerpos anti-IgE presentes, por lo que es seguro administrar la
penicilina nuevamente.
Si se realiza con los alérgenos adecuados, el test cutáneo tiene un valor predictivo
negativo muy elevado; sujetos con historia bien documentada de alergia a la penicilina
y un test cutáneo negativo tienen una probabilidad de presentar algún tipo de reacción
tras la administración de la misma penicilina en hasta el 9% de los casos, de los que
únicamente el 1% corresponde a reacciones mediadas por la IgE que, por tanto,
pueden desembocar en reacción anafiláctica grave.
Riesgo de reacción grave, aún con antecedente por historia clínica, similar al de la
población general (ver texto).
MACRÓLIDOS Y CETÓLIDOS
La eritromicina es una base débil (pK de 8,8), de peso molecular elevado (700Da). En
el medio ácido del estómago se degrada rápidamente y origina varios productos sin
actividad antimicrobiana, que tienen un efecto agonista en los receptores de la
motilina.
Farmacocinética
Biodispo Volumen de
Vida Fijación
Dosis/vía nibilidad distribución Pico sérico a(mg/l)
mediaa (h) proteicab (%)
(%) (l/kg)
Eritromicina 0,25–1g/6–8h 1,5 con 500mg oral,
50 d 2 70-90 0,72
(etilsuccinato) oral o i.v. c 10 con 500 i.v. e
150mg/12h, 7,8 con 150mg oral,
Roxitromicina 80 12 75-95 f 0,44
300mg/24h oral 10,8 con 300mg oral
250–500mg/12h
Claritromicina 55 i 5 65 3,5 2,5 con 500mg oral
oral h o i.v.
j
14-hidroxi- 500mg oral 0,9 v.o.
6-7
claritromicinag 500mg i.v. 5,5 i.v.
250-500mg/24h
0,4 con 500mg oral,
Azitromicina oral o 500mg/24 37 l 12 m 10-50 23
3,6 con 500 i.v.
i.v. k
0,5–1g/8–12h
Josamicina – 1-2 15 5 3 con 1g oral
oral
600–900mg/8– 1,3–3 con 600mg
Miocamicina – 1-2 45 5
12h oral oral
Espiramicina 1g/12h oral n 35 4 10 – 1,5 con 1g oral
Telitromicina 800mg/24h oral 57 9 70 – 2 con 800mg oral
a La vida media y el máximo sérico de la mayoría de los macrólidos (excepto de azitromicina) aumentan si se aumenta la dosis o se administran dosis múltiples
(saturación del metabolismo).
b Unión a la α1-glucoproteína.
c Cuando se administra por vía intravenosa (i.v.) deben evitarse las mezclas con otros fármacos en el mismo frasco de perfusión porque los cambios de pH
pueden inactivarla.
d Hay ciertas diferencias de biodisponibilidad entre las distintas formulaciones orales (esterato, estolato, etilsuccinato). El estolato se absorbe mejor y la
cantidad de eritromicina base liberada al hidrolizarse es ligeramente superior a la de otras formulaciones. La administración con comida retrasa la absorción de
todas las formulaciones excepto la del estolato.
e Con 500mg de lactobionato.
f Se satura a concentraciones de 2,5–4mg/l y aumenta la fracción libre.
g Metabolito de la claritromicina microbiológicamente activo.
h Se dispone de una formulación de liberación lenta de claritromicina, que permite su administración una vez al día.
i Si se administra con comida, la biodisponibilidad aumenta en un 20%.
j La producción de 14-hidroxi-claritromicina es saturable y prácticamente no se modifica a partir de una dosis de claritromicina de 600–800mg. Disminuye en
caso de insuficiencia hepática.
k Durante 3–5 días.
l La comida y los preparados que contienen Mg o Al retrasan significativamente la absorción.
m La vida media en los tejidos es mayor de 2 días.
n El derivado acetilado (acetil-espiramicina) es más estable en medio ácido y posiblemente tenga una mejor biodisponibilidad.
Espectro antibacteriano
En líneas generales, los macrólidos y los cetólidos son activos contra distintos
microoganismos y protozoos:
Aislados clínicos (2008), Servicio de Microbiología. Hospital Clínic, Barcelona. Comunicacion personal del
Dr. F. Marcos.
Los macrólidos se unen de forma reversible al dominio V del ARN ribosómico 23S. La
unión se realiza mediante la formación de puentes de hidrógeno entre diferentes
radicales hidroxilo del macrólido (especialmente entre el OH en posición 2’ del azúcar
desosamina) y determinadas bases del ARNr (especialmente, A2058 y A2059)
(numeración referida a E. coli.
Las CIM son sensiblemente inferiores a pH alcalino (>8) porque la forma no ionizada
difunde mejor a través de la membrana citoplasmática. La adición de suero reduce la
CIM (aumenta la actividad) de algunos macrólidos, particularmente la de azitromicina y
espiramicina y en menor grado la de claritromicina.
La actividad de telitromicina es dependiente de la concentración (entre 2 y 10 veces el
valor de la CIM). Telitromicina es bactericida frente a S. pneumoniae y su EPA es más
prolongado que el de los macrólidos, probablemente en relación con la tasa de
disociación más lenta del complejo cetólido-ribosoma producto de su mayor afinidad
por el ARNr. Frente a S. pyogenes el efecto bactericida es lento y la actividad,
dependiente del tiempo.
Las modificaciones del lugar de unión al ribosoma pueden consistir en: metilación de
un residuo de adenina o cambios en la secuencia de bases del ARNr 23S o
alteraciones de la proteína ribsómica L4.
Mas del 95% de los neumococos resistentes poseen una metilasa codificada
por erm(B) (fenotipo MLSB). En cambio, el 85% de S. pyogenes resistentes poseen la
proteína Mef (fenotipo M) y el 15% restante son resistentes por presentar una
metilasa, inducible o constitutiva.
Indicaciones clínicas
Varios estudios recientes indican que el pronóstico de la NAC mejora cuando se añade
un macrólido a una cefalosporina, sobre todo en pacientes graves y en neumonía
neumocócica bacteriémica.
La faringitis aguda de etiología estreptocócica debe tratarse con una penicilina. Los
macrólidos son la alternativa en caso de alergia a los betalactámicos. Los macrólidos
ofrecen ciertas ventajas frente a los betalactámicos en el tratamiento empírico de la
faringitis, entre éstas destacan:
En la otitis media aguda los macrólidos son una alternativa a la amoxicilina en caso de
alergia o intolerancia a ésta. En la sinusitis y en exacerbaciones de la bronquitis
crónica se consideran, asimismo, alternativas a la amoxicilina-clavulánico y a las
fluoroquinolonas (levofloxacino y moxifloxacino), en casos no complicados o sin
factores de riesgo de bacilos gramnegativos.
Con una dosis de 2g el resultado es similar al obtenido con ceftriaxona (cerca del
100% de curaciones), pero hasta el 35% de los pacientes presentan molestias
gastrointestinales menores.
En pacientes que han sufrido un infarto agudo de miocardio y tienen una serología
(IgG) positiva frente a C. pneumoniae, el tratamiento con roxitromicina o con
azitromicina ha reducido la tasa de complicaciones que conlleva la evolución de la
cardiopatía isquémica.
Telitromicina en dosis de 800mg una vez al día, administradas durante 7–10 días, ha
resultado eficaz en el tratamiento de pacientes con NAC.
Efectos adversos
Eritromicina administrada por vía intravenosa puede producir flebitis. Debe perfundirse
a través de una vena de gran calibre, lentamente (en 1h) y diluida (250ml de solución
salina).
Por otro lado, se han descrito 3 casos, en una cohorte retrospectiva, de muerte súbita
cardíaca en pacientes que tomaban de forma concomitante eritromicina oral e
inhibidores del citocromo P450, específicamente la isoenzima 3A (CYP3A). Ejemplos
más comunes de estos fármacos son los antifúngicos azólicos y los bloqueadores del
calcio diltiazem y verapamilo, por lo que a pesar de que el riesgo absoluto de muerte
súbita es muy bajo, se recomienda evitar eritromicina en estos pacientes, puesto que
se dispone de otras alternativas igualmente eficaces.
Los efectos adversos más frecuentes en los pacientes tratados con telitromicina son
los gastrointestinales (diarrea, náuseas y vómitos). En febrero de 2007 la FDA limitó la
indicación de telitromicina a neumonía adquirida en la comunidad, eliminando la
indicación en sinusitis aguda y exacerbaciones de bronquitis crónica debido a la
descripción de varios casos de insuficiencia hepática fulminante, así como anomalías
visuales, prolongación del QT con taquicardia ventricular polimórfica, pérdida de
conciencia y exacerbaciones severas de miastenia grave.
LINCOSAMIDA
Historia
Mecanismo de acción
Actividad antibacteriana
Efectos adversos
Los efectos adversos gastrointestinales son frecuentes con el uso oral y parenteral de
las lincosamidas. Estos pueden consistir en náuseas, vómito, diarrea, dolor abdominal
ytenesmos.
Sin embargo lo grave es que pueden producir una diarrea asociada a Clostridium
difficile y Colitis pseudomembranosa. Adicionalmente puede causar: bloqueo
neuromuscular y el Síndrome de Stevens-Johnson.
TETRACICLINAS
Tetraciclinas
Primera generación: la constituyen los agentes más antiguos. Son los menos
lipofílicos y los que peor absorción muestran. Aquí se incluyen tetraciclina,
oxitetraciclina, clortetraciclina, demeclociclina, limeciclina, metaciclina y rolitetraciclina.
Todos ellos, excepto rolitetraciclina, pueden administrarse por vía oral.
Segunda generación: presentan una mejor absorción y son entre 3 y 5 veces más
lipofílicos que los componentes del grupo anterior. En este grupo se incluyen
doxiciclina y minociclina. Se pueden administrar por vía oral y también por vía
intravenosa.
Farmacocinética
Las de primera generación se absorben peor, con un rango de absorción que oscila
entre el 25–60%. La doxiciclina y la minociclina son las que mejor se absorben (90–
100%) pues en ellas no interfiere de forma significativa la alimentación. El resto se
absorben peor (≤80%), por lo que deben administrarse fuera de las comidas.
La eliminación por orina varía según el compuesto, y es muy escasa para minociclina
(6%) y clortetraciclina (18%), moderada-baja para doxiciclina (42%) y aceptable para
tetraciclina (60%), por lo que con la posible excepción de las 2 primeras se alcanzan
concentraciones terapéuticas en la orina para el tratamiento de infecciones urinarias
por microorganismos sensibles.
Farmacodinamia
Respecto a la tigeciclina, los estudios realizados indican que para conseguir una
actividad óptima su concentración debe estar por encima de la CMI al menos durante
el 50% del tiempo del intervalo entre dosis.
Esta característica, junto con la vida media larga, indica que el parámetro
farmacodinámico más adecuado para predecir la eficacia clínica y microbiológica de la
tigeciclina es el cociente entre el área bajo la curva y la CMI.
Espectro de actividad
También son activas frente a los gramnegativos, aunque muestran diferentes grados
de resistencia adquirida, Escherichia
coli, Vibriospp., Brucella spp., Yersinia spp., Legionella pneumophila, Plesiomonas
shigelloides, Aeromonas spp. y Neisseria gonorrhoeae.
Son muy activas frente a Rickettsia spp. y Coxiella burnetii, y tanto como lo puedan ser
los macrólidos frente a Mycoplasma spp. y Chlamydia spp. Algunas espiroquetas
(incluidasTreponema pallidum y Borrelia burgdorferi), micobacterias no
tuberculosas (Mycobacterium marinum)y algunos protozoos (Plasmodium
falciparum, Entamoeba histolytica y Balantidium coli) presentan sensibilidad a
tetraciclinas.
La tigeciclina presenta una buena actividad frente a bacteroides del grupo fragilis. La
CMI90 de E. coli y Klebsiella pneumoniae multirresistentes, portadoras de
betalactamasas de espectro ampliado es <1mg/l y 2mg/l, respectivamente.
Mecanismo de acción
Las tetraciclinas actúan inhibiendo la síntesis proteica de las bacterias. Se fijan con
gran afinidad a la subunidad 30S del ribosoma bacteriano, de manera que impiden la
unión del sitio aminoacil del ácido ribonucleico de transferencia a la subunidad 30S
ribosomal, y de esta forma se paraliza la incorporación de aminoácidos durante la
síntesis proteica.
En los integrones, junto al gen que confiere la resistencia a tetraciclinas con frecuencia
se encuentran otros genes (gene cassettes) que confieren resistencia a otros
antibióticos, por lo que las tetraciclinas u otros antimicrobianos pueden seleccionar
estas cepas multirresistentes.
La resistencia a las tetraciclinas clásicas principalmente está mediada por el gen tet(B)
y a la tigeciclina por una sobreexpresión de la bomba AcrAB. Las bombas de achique
de las bacterias grampositivas son un poco menos efectivas para expulsar las
tetraciclinas al exterior de la célula.
i.v.: intravenosa.
Pueden producir decoloración de los dientes (un problema estético que no alteraría la
integridad del diente) u otras alteraciones, como displasia de encías, hipoplasia dental
o deformidades óseas.
AMINOGLUCÓSIDOS
Aunque son necesarios estudios que permitan definir con claridad su farmacocinética y
que establezcan su efectividad, los datos disponibles indican buenos resultados en
pacientes con infecciones por bacilos gramnegativos multirresistentes tratados con
colistina, tanto en asociación como en monoterapia.
Introducción
Por este motivo, a partir de los ochenta, las fluorquinolonas y β-lactámicos de amplio
espectro relegarían a un segundo plano a los AG en el escenario de las infecciones
por BGN.
En los últimos años, la expansión de bacterias resistentes a la mayor parte del arsenal
terapéutico disponible, como Acinetobacter baumannii,Pseudomonas aeruginosa o
enterobacterias productoras de β-lactamasas de espectro extendido (BLEE), ha
determinado que antibióticos ya en desuso como los AG o las polimixinas cobren un
nuevo interés.
Una intensa actividad investigadora ha dado al uso de los AG una perspectiva muy
distinta a la del siglo pasado4, permitiendo aplicar nuevas estrategias de dosificación y
minimizar la toxicidad, que ha constituido el principal factor limitante para su utilización.
Los AG son sustancias de carácter básico, con un peso molecular de 445–600 daltons.
Son inhibidos por el pH ácido y por cationes divalentes, por lo que no actúan bien en
secreciones bronquiales, abscesos, necrosis tisular ni en localizaciones con
abundantes detritos orgánicos.
Los AG se inactivan químicamente por los β-lactámicos, y son más sensibles a este
fenómeno gentamicina y tobramicina que netilmicina, amikacina o isepamicina, y es
más intensa con las penicilinas antipseudomonas.
La inactivación requiere varias horas in vitro, y parece que la relevancia clínica de este
fenómeno es limitada; no obstante, se recomienda no mezclar AG y β-lactámicos en el
mismo frasco de perfusión ni administrar dosis sincrónicas.
Tabla 1. Clasificación de los aminoglucósidos
Disustituidos 4,5
Neomicina*
Paromomicina*
Aminociclitol sin aminoglucósido
Espectinomicina
Farmacocinética y farmacodinamiaAdministración
Distribución
Es excepción a esta norma el epitelio del túbulo renal y del oído interno, donde la
difusión sí es buena, mostrando una cinética de captación saturable que justifica los
efectos indeseables en estos órganos.
Excreción
Todos los AG se excretan por filtración glomerular sin alteración metabólica previa.
Más del 90% de la dosis administrada se recupera sin modificar en la orina durante las
primeras 24 h; el resto es lentamente reciclado en la luz tubular y se puede detectar en
la orina durante un tiempo superior a 20 días.
Farmacodinamia
Los estudios clínicos han comprobado que hay una relación directa entre la Cmáx del
AG y la respuesta terapéutica en el tratamiento de la bacteriemia y la neumonía por
BGN, y que hay una graduación dosis-respuesta entre el cociente Cmáx/CMI
(concentración mínima inhibitoria) y la respuesta clínica. Un mejor cociente Cmáx/CMI
disminuye asimismo la selección de poblaciones resistentes.
Por lo tanto, el tratamiento con dosis altas de AG permitiría, por una parte, una
inhibición del crecimiento bacteriano más efectiva a través de un EPA más prolongado
y, por otra, un coeficiente Cmáx/CMI en torno a 10, que evita las resistencias
adaptativas al lograr un mayor efecto bactericida inicial y suprimir la supervivencia de
mutantes con CMI elevada.
Espectro de actividad
Los estándares del Clinical and Laboratory Standards Instiute (CLSI) consideran
sensibles las cepas con CMI de gentamicina y tobramicina ≤4 μg/ml y de amikacina
≤16 μg/ml.
La resistencia de alto nivel para gentamicina viene definida por una CMI >500 μg/ml y
para estreptomicina por una CMI >1.000 μg/ml (microdilución) o >2.000 μg/ml (agar).
Los estudios más recientes sobre resistencias se resumen en las tablas 2 y 3.
% S/R
Enterobacteriaceae spp. (n=48.440)
Amikacina 97,3/1,5
Gentamicina 90,6/8,1
Tobramicina 89,8/7,9
Acinetobacter baumannii (n=3.468)
Amikacina 60/36
Gentamicina 48/48
Tobramicina 62/33
Pseudomonas aeruginosa (n=11.968)
Amikacina 89/8
Gentamicina 76/19
Tobramicina 82/17
n: número de cepas aisladas; S/R: porcentaje de cepas sensibles (S) y resistentes (R). Datos obtenidos de
SENTRY Antimicrobial Surveillance Program, Sader et al 8 y Jones et al .
Indicaciones clínicas
%R
Enterococcus faecalis SV (n=1.113)
Gentamicina alto grado 27,7
Estreptomicina alto grado 34,5
Enterococcus faecalis RV (n=34)
Gentamicina alto grado 72,4
Estreptomicina alto grado 72,4
Enterococcus faecium SV (n=322)
Gentamicina alto grado 28,2
Estreptomicina alto grado 47,4
Enterococcus faecium RV (n=69)
Gentamicina alto grado 45,5
Estreptomicina alto grado 47,3
Enterococcus spp. en España (n=144)
Gentamicina (% cepas sensibles) 89,4
n: número de cepas aisladas; R: cepas resistentes; RV: resistente a vancomicina; SV: sensible a vancomicina.
Datos obtenidos de Daptomycin Surveillance Programme, Sader et al .
Pielonefritis aguda
Infección respiratoria
No obstante, las guías actuales aún contemplan como alternativa el uso de amikacina,
tobramicina o una quinolona, asociados a un β-lactámico de amplio espectro, en el
tratamiento de la neumonía del paciente sometido a ventilación mecánica con riesgo
de infección por microorganismos multirresistentes.
Endocarditis infecciosa
No ocurre así en la endocarditis enterocócica, para la que hay estudios in vitro que han
descrito una menor eficacia de la pauta de monodosis al compararla con multidosis, si
bien la trascendencia clínica de estos hallazgos no se ha definido.
Estos hallazgos son similares en pacientes con infección por P. aeruginosa, aunque
dado que los estudios disponibles son menos potentes, la terapia combinada con AG
podría ser una opción en casos seleccionados.
Neutropenia febril
Otros usos
Asimismo, estudios recientes han sugerido un papel beneficioso del sellado con AG en
la profilaxis de infecciones de catéteres y en la prevención de la infección de prótesis
articulares mediante su inclusión en espaciadores en la cirugía de recambio protésico.
Dosificación
Administración en multidosis
Administración en monodosis
Dosis
Intervalo alargado
reducida
ClCr Dosis sugerida cada ClCr Intervalo de dosificación (h) (con
(ml/min) 24 h (mg/kg) (ml/min) dosis fija de 7 mg/kg)
>80 4 >60 24
50–80 3,25 40–60 36
30–49 2,5 20–39 48
<30 2 <20 Nueva dosis cuando valor<1 mg/l
La creatinina sérica debe controlarse cada 3–5 días, y si la función renal cambia debe
reajustarse la dosis, repitiendo los controles tras el nuevo ajuste. Los valores
plasmáticos deseables para cada AG se detallan en la tabla 6. Otros detalles técnicos
respecto a la correcta praxis en la monitorización pueden ser consultados en
bibliografía específica.
Efectos adversos
Todos los AG, excepto espectinomicina, comparten una capacidad potencial para
provocar toxicidad renal y ótica y raramente bloqueo neuromuscular.
Nefrotoxicidad
Con una incidencia que oscila entre el 5 y el 25%, la nefrotoxicidad se define como
una elevación en los valores de creatinina sérica de 0,5 mg/dl, y se debe a la difusión
de los AG por las células del epitelio del túbulo proximal.
Ototoxicidad
Los AG pueden causar toxicidad ótica, que es independiente del daño renal y en
ocasiones irreversible. Son consecuencia de la destrucción de las células ciliadas
externas de la base del órgano de Corti y de las células ciliadas de los conductos
semicirculares.
El daño auditivo afecta inicialmente a los niveles más altos de frecuencia (4.000–8.000
Hz) de manera reversible, y no deteriora la audición conversacional, aunque puede
haber sensación de ruido o embotamiento auditivo.
Si la toxicidad progresa, se lesionan las células ciliadas internas del ápex coclear,
afectándose los niveles más bajos de frecuencia y la audición conversacional,
entonces el déficit es permanente o sólo parcialmente reversible.
Bloqueo neuromuscular
Puede ser provocado por todos los AG y, aunque infrecuente, suele ser grave e
incluso fatal. Cursa con debilidad de la musculatura respiratoria, parálisis flácida y
midriasis. Ocurre asociado a enfermedades o fármacos que interfieren con la
transmisión neuromuscular y se relaciona con la perfusión intravenosa rápida.
ANFENICOLES
CLORANFENICOL
El cloranfenicol es un antibiótico. Fue obtenido por primera vez de una bacteria del
suelo de la familia de los actinomicetales,Streptomyces venezuelae, más tarde se
elaboraría a partir de otras especies de Streptomyces1 y en la actualidad se produce
por síntesis.
ANTECEDENTES
El cloranfenicol es un aerofármaco térmicamente estable, efectivo frente a un amplio
espectro de microorganismos, en especialestafilococos, pero debido a sus serios
efectos secundarios (daño a la médula ósea, incluyendo anemia aplásica) en
humanos, su uso se limita a infecciones muy graves, como la fiebre tifoidea. Pese a
sus efectos secundarios, la OMS aboga por su uso en muchos países en vías de
desarrollo en ausencia de tratamientos más baratos.
HISTORIA
El Streptomyces venezuelae fue aislado en 1947 de una muestra de tierra obtenida
en Venezuela por el científico y médico venezolano Enrique Tejera Guevara. A fines
del mismo año se utilizó la escasa reserva del fármaco que se disponía para tratar un
brote de tifus endémico en Bolivia y se obtuvieron resultados impresionantes.
En 1950 se observó que podría ocasionardiscrasias sanguíneas graves y letales. Por
ello, se ha reservado su uso para pacientes con infecciones graves
como meningitis, tifus y fiebre tifoidea. También es eficaz en lafiebre de las Montañas
Rocosas.
DESCRIPCION
El cloranfenicol es una sustancia blanca y cristalina, neutra con un sabor muy amargo.
Para eliminar la característica de sabor se creó una técnica de esterificación con ácido
palmítico para producir palmitato de cloranfenicol que es una sustancia sin sabor sin
perder la eficacia terapéutica.
El cloranfenicol es estable en soluciones neutras y ácidas, pero al llegar al pH 10 el
fármaco es inactivado. Es moderadamente soluble en agua, más soluble
en alcohol y éter. Las soluciones a 37 °C se deterioran paulatinamente con una vida
media de 6 meses.
Existe una versión del antibiótico que en vez de ser pelmitato es succinato sódico de
cloranfenicol. Es resistente a temperaturas de esterilización lo cual es muy común en
laboratorios microbiológicos.
FARMACOLOGIA
Tanto el palmitato como el succinato de cloranfenicol deben ser hidrolizados a
cloranfenicol en el organismo antes que pueda ejercer su acción antibacteriana.
El antibiótico inhibe la síntesis de proteínas bloqueando la actividad de
la enzima peptidil transferasa al unirse a la subunidad 50S del ribosoma evitando la
formación del enlace peptídico.
Farmacocinética
Distribución
El cloranfenicol se distribuye en la mayor parte de los tejidos y líquidos del cuerpo,
incluyendo el líquido cefalorraquídeo, hígado y riñones. Cerca del 60% del fármaco se
une a proteínas plasmáticas.
Metabolismo
El compuesto de origen se metaboliza principalmente por la
glucuronil trasferasa hepática en metabolitos inactivos.
Excreción
Cerca del 10-12% de la dosis se excreta por los riñones como fármaco sin cambio. El
resto se elimina en forma de metabolitos sin actividad farmacológica.
PRECAUSIONES Y ADVERTENCIAS
El cloranfenicol debe ser evitado por personas con infecciones menores o
con hipersensibilidad al fármaco. No debe emplearse en pacientes con insuficiencia
renal o hepática.
Como casos especiales se cuentan las personas con porfiria aguda y con deficiencia
de la glucosa-6-fosfato deshidrogenasa (DG6F). El fármaco puede excretarse activo a
través de la leche materna.
El cloranfenicol está fuertemente relacionado con anemia aplásica. Además, no debe
asociarse al antihelmíntico Levamisol, del grupo de los Imidazotiazoles.
INTERACCIONES MEDICAMENTOSAS
El cloranfenicol inhibe el metabolismo de la fenitoína, el dicumarol, la ciclofosfamida y
el fenobarbital lo que produce que estos fármacos prolonguen su vida media y se
incremente su potencial toxicidad.
REACCIONES ADVERSAS
La depresión de la médula ósea es el efecto adverso más serio y peligroso del
cloranfenicol.
Existen dos tipos de depresión de la médula ósea:
- Una que no depende de la dosis administrada ni del tiempo de uso. Puede
conducir a anemia aplásica y es irreversible.
- El otro tipo de depresión medular si depende de la dosis y se relaciona con
concentraciones plasmáticas del fármaco que exceden los 25 mg/mL. La
diferencia con el tipo de depresión mencionada anteriormente es que ésta
puede revertirse espontáneamente al suspender la medicación.
USOS
HISTORIA
En 1939, el microbiólogo francés René Dubos aisló el tirotricina sustancia y más tarde
mostró que estaba compuesto de dos sustancias, gramicidina (20%) y tyrocidine
(80%). Estos fueron los primeros antibióticos para ser fabricados comercialmente.
COMPOSICIÓN Y ESTRUCTURA
La cadena ensambla dentro del interior hidrófoba de la bicapa lipídica celular para
formar un β-hélice. La hélice en sí no es lo suficientemente largo para atravesar la
membrana, pero dimeriza para formar el canal alargado necesaria para abarcar toda la
membrana.
EFECTOS FARMACOLOGICOS
Que las funciones gramicidina D como un canal se demostró por Hladky y Haydon,
que investigó la conductancia unitaria del canal. En general, los canales de
gramicidina son completamente selectivos para cationes monovalentes y las
conductancias de un solo canal para los cationes alcalinos son clasificados en el
mismo orden que las movilidades acuosas de estos iones.
Los cationes divalentes como Ca2 + bloquear el canal mediante la unión cerca de su
boca lo que es esencialmente impermeable a los cationes divalentes y también
excluye aniones. Cl- en particular, se excluye de la canal porque su capa de
hidratación es termodinámicamente más fuerte que la de la mayoría de los cationes
monovalentes.
GLUCOPEPTIDOS
VANCOMICINA
La vancomicina es un glicopéptido de estructura compleja que se sintetiza de modo
natural por Nocardia orientalis. Su efecto bactericida se ejerce inhibiendo la síntesis de
la pared celular bacteriana, ya que posee una gran afinidad a los precursores de esta
estructura. Su modo de acción se basa en alterar la acción de la transpeptidasa por
impedimento estérico.
Es sumamente efectivo frente a bacterias como
el S.aureus, S.pyogenes, S.viridans, S.pneumoniae, Cl.difficile y en general
conbacterias Gram-positivas, no así con Gram-negativas, dado que el gran volumen
de la molécula le impide atravesar la primera de las membranas de estos.
FARMACOCINETICA
Su administración debe ser por vía endovenosa, por no ser absorbido bien por vía oral.
Se distribuye bien por la mayoría de los líquidos corporales y un 90% se excreta por
los riñones, pudiendo acumularse en caso de insuficiencia renal, alcanzando niveles
tóxicos.
MECANISMO DE ACCIÓN
La vancomicina inhibe la síntesis de la pared celular bacteriana uniéndose con alta
afinidad a los terminales D-alanil-D-alanina de las unidades precursoras de la pared
celular.
Estas unidades están compuestas por ácido N-acetilmurámico, N-acetilglucosaminay
un pentapéptido, y forman parte de la estructura del peptidoglucano de la pared
celular.
La vancomicina -al igual que lateicoplanina- inhibe el proceso de
la transglicosilación de estos precursores, impidiendo su unión a las capas de
peptidoglucano, afectando la estabilidad de la pared bacteriana al igual que un
betalactámico, pero en un sitio de acción distintos a estos. También inhibe la siguiente
etapa de formación de la pared celular, la transpeptidación, por un efecto estérico.
EFECTOS ADVERSOS
La nefrotoxicidad es poco frecuente a las dosis adecuadas. Puede presentarse, sin
embargo, ototoxicidad (sordera) que en la mayoría de los casos tiende a regresar con
la suspensión del fármaco.
Para evitar estos efectos, es preferible no usarlo asociado a otros que produzcan este
efecto (ácido etacrínico, aminoglucósidos y furosemida).
Por esta toxicidad, y su gran potencia, es preferible su uso en forma restringida a
infecciones severas y resistentes a otros antibacterianos de menos toxicidad, como es
el caso de las infecciones de estafilococo resistente a penicilinas
antiestafilocócicas(cloxacilina, por ejemplo), endocarditis por S. viridans o S.aureus, y
en casos de colitis por toxinas del Cl. difficile y S. aureus, siendo en este último caso
preferente la vía oral para su administración.
Su administración va asociada con frecuencia a un rash intenso y pruriginoso que cesa
al suspender su administración, este síndrome se conoce con el nombre de síndrome
del cuello rojo o escaldado, en similitud al síndrome relacionado con la toxina
estafilococica.
El tratamiento de este síndrome es la simple disminución de la velocidad de infusión
del fármaco. La administración de vancomicina va asociada también a una alta
prevalencia de flebitis (hasta el 90%) en la administración por vías periféricas.
RESISTENCIA ANTIBIOTICA
Hay algunas bacterias Gram-positivas que son intrínsecamente resistentes a la
vancomicina, como las especies Leuconostoc y Pediococcus, aunque estos
organismos son poco comunes como patógenos que provoquen enfermedades en los
seres humanos.
La mayoría de las especies de Lactobacillus también son intrínsecamente resistentes
a la vancomicina (la excepción es el hallazgo de unas pocas cepas (pero no todas)
de Lactobacillus acidophilus). Otras bacterias Gram-positivas con resistencia
intrínseca a la vancomicina incluyen Erysipelothrix rhusiopathiae, Weissella confusa,
y Clostridium innocuum.
Todas estas bacterias resistentes a la vancomicina se denominan bacterias
vancomicina-resistentes.
La mayoría de las bacterias Gram-negativas son intrínsecamente resistentes a la
vancomicina porque su membrana externa es impermeable a las grandes moléculas
de glicopéptidos (con la excepción de algunas especies de Neisseria no gonocócica).9
TEICOPLANINA
Teicoplanina es un antibiótico glicopeptídico usado en la profilaxis y tratamiento de
infecciones serias causadas por bacterias Gram positivas. Es un antibiótico
glicopeptídico con similar espectro de acción que la Vancomicina.
MECANISMO DE ACCIÓN
Al igual que la vancomicina, inhibe la síntesis de la pared celular y es activa
únicamente contra bacterias grampositivas. Tiene una acción bactericida fiable contra
cepas sensibles, excepto los enterococos.
Presenta la misma potencia y eficacia que la vancomicina pero menor ototoxicidad que
ésta. Teicoplanin es comercializado por Aventis bajo el nombreTargocid®.
La teicoplanina es junto a la vancomicina el único antibiotico comercializado con
actividad a los gérmenes meticilin resistentes, que en los últimos años han aumentado
su prevalencia en más del 60% en algunos casos, como causa de infección grave de
piel y tejidos blandos.
Sin embargo estos clones cutáneos son distintos a los clásicos meticilin resistentes y
pueden responder también a otros antibióticos (ciprofloxacino, trimetoprim /
sulfametoxazol....)
LIPOPEPTIDOS
DAPTOMICINA
Estudios en curso sugieren que será una alternativa útil en otras infecciones
frecuentes como osteomielitis, infecciones asociadas a dispositivos ortopédicos,
infecciones asociadas a biopelículas e infecciones en hospederos inmunosuprimidos,
en particular en pacientes onco-hematológicos.
Introducción
Esta relevancia está dada en parte por un aumento en su incidencia, por el hecho que
se asocian a una morbi-mortalidad considerable y porque determinan elevados costos
económicos.
Muchas de las infecciones causadas por cocáceas grampositivas son producidas por
microorganismos resistentes a los antibacterianos tradicionales, como es el caso
de Staphylococcus aureus resistente a meticilina-(SARM),Staphylococcus
aureus resistente intermedio a vancomicina-(VISA, por las siglas en
inglés "vancomycin intermediate Staphylococcus aureus"), Staphylococcus coagulasa
negativa y Enterococcus spp. resistente a vanco-micina (ERV), por lo que su
tratamiento es un desafío para el médico clínico.
Dentro de las nuevas alternativas terapéuticas con las que contamos para combatir
infecciones por cocáceas grampositivas, daptomicina es el primer miembro de una
nueva familia de antimicrobianos conocida como lipopéptidos, cuyo mecanismo de
acción es único y confiere una gran potencia antimicrobiana. Esta revisión abarcará
aspectos farmacológicos y clínicos de daptomicina.
Historia
Este fue el punto de partida para estudios ulteriores que permitieron la aprobación de
la molécula para su uso clínico, tanto en E.U.A. como en Europa (años 2003 y 2006,
respectivamente).
Farmacocinética
El volumen de distribución del fármaco es bajo (0,1 L/kg), lo que implica que se
concentra principalmente en el plasma y líquido intersticial. Tiene una alta unión a
proteínas plasmáticas pero esta unión es reversible, por lo que la medición de la
fracción libre de la molécula como índice de actividad puede subestimar su efecto
real in vivo.
Por último, se ha descrito que daptomicina tiene buena penetración a tejidos blandos,
vegetaciones valvulares y en las bio-películas.
Farmacodinámica
Espectro de acción
Experiencia clínica
Las indicaciones para las cuales daptomicina ha sido aprobada en E.U.A. y Europa, en
adultos*, son: tratamiento de infecciones complicadas de piel y tejidos blandos;
tratamiento de bacteriemia y endocarditis derecha por S. aureus sensible a meticilina-
(SASM) y SARM (Tabla 1). Actualmente existe gran experiencia en el uso de este
fármaco para las indicaciones mencionadas y se han publicado numerosas series
clínicas que reportan el uso de daptomicina en otras patologías infecciosas.
A continuación se describirán los ensayos clínicos fundamentales que permitieron la
aprobación de daptomicina en adultos y se comentarán resultados de vigilancia
post marketing relacionados al uso de daptomicina en las indicaciones clásicas y en
otras situaciones clínicas seleccionadas.
En el año 2004, Arbeit y cols., publicaron los resultados de dos ensayos clínicos de no
inferioridad, que compararon daptomicina (4 mg/kg/día) versus penicilinas
"penicilinasa-resistentes" (4-12 g/día) o vancomicina (1 g cada 12 h), para el
tratamiento de infecciones de piel y tejidos blandos.
La mayoría de los pacientes incluidos en el estudio tenía infección del sitio quirúrgico,
abscesos o úlceras infectadas. Se excluyeron infecciones leves y poli-microbianas. Se
analizaron los resultados de 902 pacientes.
La eficacia clínica de daptomicina fue 83,4%, comparado con 84,2% del grupo
comparador, cumpliendo criterios de no inferioridad. Tampoco hubo diferencias
estadísticamente significativas cuando se analizaron subgrupos, como por ejemplo
pacientes con pie diabético complicado (66% éxito en el grupo de
daptomicina versus 70% en el grupo comparador).
Así mismo, datos recientes de 484 pacientes con infección de piel y tejidos blandos
provenientes del EU-CORE 2008-2009, mostraron una tasa de éxito clínico de 84%.
Bacteriemia y endocarditis
Los resultados fueron comparables entre los subgrupos de pacientes con bacteriemia
complicada, endocarditis derecha e infección por SARM.
A partir de los registros CORE y EU-CORE también se han obtenido datos acerca del
uso de daptomicina en bacteriemia y endocarditis. Sakoulas presentó datos de 126
pacientes con bacteriemia, en su mayoría por SARM, ERV
y Staphylococcus coagulasa negativa. En general, daptomicina no fue el
antimicrobiano de primera línea y el porcentaje de éxito clínico fue 89%.
Por último, datos recientes obtenidos del EU-CORE mostraron el resultado de 308
pacientes tratados por bacteriemia en distintos centro europeos entre los años 2008 y
2009. La mitad de los casos se relacionó a dispositivos intravasculares y los agentes
más frecuentemente aislados fueron S. coagulasa negativa, S. aureus (con una
proporción significativa de SARM) y finalmente Enterococcus spp. Para los pacientes
con bacteriemia relacionada a catéter el porcentaje de éxito terapéutico fue 76% y
para aquellos con bacteriemia no relacionada a catéter, el éxito fue 72%.
En datos del registro CORE publicados en el año 2007, se describen los resultados del
tratamiento con daptomicina de 148 casos de pacientes con osteomielitis. Diez y seis
pacientes tuvieron bacteriemia asociada y 17 pacientes tenían alojado material
protésico.
En el grupo que logró seguirse después del alta (67 pacientes), el porcentaje de éxito
fue 82%. La cirugía concomitante y el uso de dosis > 6 mg/kg/día se asociaron a un
menor riesgo de fracaso.
Por último, es importante destacar que existe evidencia creciente a favor del uso de
daptomicina en unidades onco-hematológicas, incluyendo pacientes con neutropenia
febril.
Infecciones por Enterococcus spp
Resistencia
Toxicidad
Conclusión
Las indicaciones en adultos para las cuales daptomicina ha sido aprobada son:
infecciones de piel y tejidos blandos y bacteriemia y endocarditis derecha por S.
aureus, tanto susceptible como resistente a meticilina.
Polimixinas
Sin embargo, y al igual que ha ocurrido con los AG, la elevada prevalencia actual de
BGN resistentes a la mayoría de armas terapéuticas de que disponíamos hasta la
fecha, ha obligado a recurrir de nuevo a antibióticos en desuso, como las polimixinas,
que aún mantienen su actividad frente a la mayoría de cepas de BGN
multirresistentes.
Los criterios más recientes del CLSI establecen los puntos de corte para P.
aeruginosa en ≤2 μg/ml para las cepas sensibles, 4 μg/ml para las intermedias, y ≥8
μg/ml para las resistentes. Los puntos de corte para A. baumannii son ≤2 μg/ml para
cepas sensibles y ≥4 μg/ml para las resistentes. No están establecidos los umbrales
para enterobacterias.
Microorganismos % S/R
Pseudomonas aeruginosa (n=8.705) 98,7/1,3
Acinetobacter spp. (n=2.621) 97,9/2,1
Stenotrophomonas maltophilia (n=1.256) 72,4/27,6
Aeromonas spp. (n=368) 71,7/28,3
Burkholderia cepacia (n=153) 11,8/88,2
Alcaligenes spp. (n=121) 63,6/36,4
n: número de cepas aisladas; S/R: porcentaje de cepas sensibles (S) y resistentes (R). Datos obtenidos
de SENTRY Antimicrobial Surveillance Program, Gales et al 35.
Espectro de actividad
Sinergia
Los datos descritos in vitro han suscitado un gran interés por encontrar antibióticos
sinérgicos con las polimixinas, que permitirían teóricamente mejorar la eficacia y
erradicar subpoblaciones resistentes sin necesidad de elevar las dosis de polimixina, y
por tanto su toxicidad.
Numerosos antibióticos han demostrado actividad sinérgica con colistina in vitro, y los
más estudiados son rifampicina e imipenem, aunque también ceftazidima,
cotrimoxazol, ciprofloxacino, gentamicina, azitromicina o minociclina.
Farmacocinética y farmacodinamia
Por otra parte, los porcentajes de colistina A y B en las formas farmacéuticas varía
entre distintos fabricantes, e incluso entre lotes diferentes de un mismo fabricante, lo
que se suma a las dificultades previas para establecer la farmacocinética del
compuesto.
La polimixina B, en cambio, se emplea en forma de sulfato de polimixina B, por lo que
los datos de los estudios microbiológicos podrían ser más fiables.
Aunque en nuestro país está autorizada exclusivamente para uso tópico, en otras
localizaciones geográficas tiene uso como alternativa terapéutica parenteral para el
tratamiento de las infecciones por BGN multirresistentes.
Colistimetatoa Polimixina Bb
Intravenosa (no autorizada en
Administración Intravenosa
España)
Volumen de distribución (ml/kg) 340 718
Fijación a proteínas plasmáticas
55 98,4
(%)
Vía de eliminación Renal No renal (no conocida)
Vida media (h) 2 13,6
Aclaramiento corporal (ml/min/kg) 2 0,6
a Farmacociética de colistimetato tras administración intravenosa en 12 pacientes con fibrosis quística (Li
et al 42).
b Farmacocinética de polimixina B tras administración intravenosa en 9 pacientes sin insuficiencia renal ni
Distribución
Excreción
Colistina presenta una elevada afinidad por las membranas de las células de múltiples
tejidos (encéfalo, hígado, riñón, pulmón, corazón o músculo esquelético), de modo que
el aclaramiento de las moléculas ligadas a tejidos ocurre lentamente, y no es completo
hasta 5 días tras la última dosis. Esta afinidad es menor para el colistimetato sódico.
Estudios en pacientes con fibrosis quística registraron una vida media tras
administración intravenosa de colistimetato de 2 h, y de más de 4 h para el sulfato de
colistina.
Los datos disponibles en pacientes sometidos a terapia sustitutiva renal son muy
escasos, aunque se ha sugerido que el efecto de ésta en los valores del fármaco
probablemente sea mínimo.
Farmacodinámica
Por tanto, estos datos parecerían desaconsejar el uso de colistina en monoterapia, así
como el régimen de monodosis diaria para el tratamiento de las infecciones por A.
baumannii multirresistente, incluso en cepas aparentemente sensibles a polimixinas
según criterios dilucionales.
Indicaciones clínicas
El sulfato de colistina y la polimixina B han tenido un amplio uso como agente tópicos
para el tratamiento de infecciones dermatológicas, óticas y oftálmicas. En España no
está autorizado su uso por vía parenteral para el tratamiento de infecciones
sistémicas.
Esta decisión debería tomarse según la incidencia local de BGN sensibles sólo a
colistina. Serían candidatos los pacientes ingresados en unidades de cuidados
intensivos o bien aquellos con riesgo elevado de infección por estos patógenos
(ingreso prolongado, aislamiento previo de bacterias sensibles sólo a colistina, o uso
previo de antimicrobianos de amplio espectro, especialmente carbapenemas).
Dosificación
Efectos adversos
Los estudios más recientes sobre toxicidad han registrado tasas de efectos
indeseables muy inferiores a las descritas en los setenta.
Tabla 9. Posología recomendada para las formas de polimixinas comercializadas en España según
datos de ficha técnica
Nefrotoxicidad
Neurotoxicidad
Introducción
En los años sesenta del siglo pasado se introdujo en clínica el ácido nalidíxico, la
primera quinolona usada como antiinfeccioso. Sin embargo, la importancia de este
grupo radica en las modificaciones estructurales que, a partir de finales de los años
setenta, se introdujeron en el núcleo de la molécula de la 4-quinolona y que han dado
lugar a un gran número de agentes antibacterianos. Aunque se pretende hacer una
revisión general de las quinolonas, me referiré sobre todo a las fluoroquinolonas más
usadas en España.
Las quinolonas de uso clínico tienen una estructura formada por dos anillos, con un
nitrógeno en la posición 1, un grupo carbonilo en la posición 4 y un grupo carboxilo en
la posición 3 (fig. 1). La potencia y el espectro aumentan de manera significativa
cuando llevan un átomo de flúor en la posición 6, posiblemente porque mejora la
penetración en tejidos y la unión a las topoisomerasas bacterianas.
Al igual que las cefalosporinas, las quinolonas pueden clasificarse por su espectro de
actividad en generaciones.
Levofloxacino, incluido entre las de tercera generación, es más activo que otras de su
grupo frente a grampositivos y su pico sérico, principalmente con dosis diarias de 750–
1.000 mg, es lo suficientemente alto como para obtener un buen índice terapéutico
frente a estos microorganismos.
Farmacocinética y farmacodinámica
Alcanzan sus valores máximos en 1–2 h. Las concentraciones máximas en suero son
bajas en el caso del ácido pipemídico y norfloxacino, y de 2–7 mg/l para las de tercera
y cuarta generación.
C máx: concentración máxima en suero; t 1/2: semivida plasmática; Vd: volumen de distribución.
* Porcentaje de la dosis acumulado en orina a las 24 h.
Las quinolonas tienen una actividad bactericida rápida que depende de la
concentración.
Por tanto, deben dosificarse para optimizar los parámetros Cmáx/CIM y AUC/CIM,
ambos ligados a eficacia clínica.
Las quinolonas presentan interacciones con otros fármacos. Cuando entre las 2–4 h
de su administración oral se ingieren productos que contienen cationes del tipo de
calcio, aluminio, magnesio, hierro o zinc, como pueden ser antiácidos, suplementos
nutricionales, suplementos minerales o multivitamínicos o sucralfato, la concentración
sérica de las quinolonas puede reducirse entre un 25–90%.
Espectro de actividad
Se han tomado datos propios y de varias referencias, por lo que los aislados
representan una población heterogénea y en algún caso puede haber diferencias
metodológicas entre los estudios.
Tabla 2. Actividad in vitro de las principales quinolonas usadas en España frente a varios de los
patógenos más importantes en la clínica
CMI90(mg/l)
Ácido
Norfloxacino Ciprofloxacino Ofloxacino Levofloxacino Moxifloxacino
nalidíxico
Escherichia coli >32 >16 >4 >8 >8 >4
Klebsiella pneumoniae >32 >16 >4 >8 >8 >4
Proteus mirabilis >32 >16 >4 >8 >8 >4
Proteus vulgaris 8 0,12 0,06 0,25 0,12 0,25
Enterobacter cloacae 8 0,25 0,12 0,25 0,25 0,25
Citrobacter freundii 8 0,5 0,12 0,5 0,25 0,5
Morganella morganii >32 >16 >4 >8 >8 >4
Serratia marcescens >32 2 0,5 1 1 2
Pseudomonas
>32 >16 >4 >8 >8 >4
aeruginosa
Haemophilus influenzae 2 0,06 0,03 0,03 0,03 0,03
Campylobacter jejuni >32 >16 >4 >8 >8 >4
Moraxella catarrhalis 4 0,5 0,12 0,25 0,12 0,12
Neisseria gonorrhoeae >32 >16 >1 >2 >2 >4
Neisseria meningitides 1 0,03 0,015 0,03 0,03 0,06
Staphylococcus aureus >32 >16 >4 >4 >4 >2
Streptococcus
>32 16 2 2 1 0,12
pneumoniae
Enterococcus faecalis >32 >16 >4 >8 >8 >4
Chlamydia trachomatis >16 16 2 1 0,5 0,25
Chlamydophila
– – 1 1 0,5 0,25
pneumoniae
Mycoplasma
– 8 2 1 1 0,25
pneumoniae
Legionella 1 0,5 0,12 0,12 0,06 0,06
Bacteroides fragilis >16 >16 16 8 8 1
Tienen una actividad marginal, con CMI altas, frente a Burkholderia cepacia.
Las topoisomerasas son enzimas que participan en el proceso de síntesis del ADN,
por desenrollamientos y enrollamientos del ADN cromosómico.
Las mutaciones suelen darse en una región concreta de esos genes que se denomina
QRDR (región determinante de la resistencia a quinolonas, del inglés quinolone
resistance-determining region) y que en GyrA está entre los aminoácidos 67 y 106.
Cambios en los aminoácidos en la QRDR alteran la estructura del sitio al que se unen
las quinolonas en el complejo girasa-ADN y la resistencia se debe a disminución de la
afinidad de la quinolona por dicho complejo.
Hasta la fecha se han descrito varios tipos de Qnr codificados por genes de origen
plasmídico: qnrA, qnrB, qnrC yqnrS. Su mecanismo de acción, basado en la protección
de la ADN-girasa y de la topoisomerasa IV, se ha estudiado con mucho detalle en
cepas que poseen el gen qnrA1, y aunque se presume un modo de acción similar para
el resto de las proteínas Qnr, aún se requieren estudios que expliquen con detalle esta
acción.
La terapia por vía intravenosa se prefiere para pacientes con infecciones graves o
malabsorción intestinal.
En España, hace años que las quinolonas se han usado con profusión para tratar
infecciones urinarias, observándose un aumento de la resistencia con el tiempo (véase
apartado «Problemas de resistencia»). Por los problemas de resistencia, se debería, a
mi juicio, dejar de usarse en la mayoría de las cistitis no complicadas y reservarse para
infecciones complicadas.
Son muy útiles en pacientes hospitalizados por infecciones urinarias por la posibilidad
de reemplazar la terapia por vía intravenosa por la oral (reducción de hospitalización y
de costes).
Con las quinolonas usadas durante 4–6 semanas se han obtenido porcentajes de
curación del 65–90%, iguales o superiores a los obtenidos con otros compuestos. Los
fracasos del tratamiento se han asociado sobre todo al aislamiento de bacterias
como P. aeruginosa o enterococo.
En infecciones por C. trachomatis, las dosis únicas han fracasado y se han usado
tratamientos a las dosis estándar durante 7 días con ofloxacino o levofloxacino, con
resultados semejantes a los antibióticos con que se comparaban. Se consideran un
tratamiento alternativo.
En principio, tenían una excelente actividad in vitro frente a los principales patógenos
causantes de gastroenteritis (Salmonella, Shigella, E. coli, Campylobacter y otros) por
lo que se han usado profusamente en esta afección.
Por las anteriores razones, se han usado con eficacia para tratar la minoría de casos
de gastroenteritis que requieren tratamiento antibiótico, así como para eliminar
portadores de Salmonella.
Se han usado en prevención de diarrea del viajero con buenos resultados; aunque
esta práctica no se recomienda, se prefiere tratar al comienzo de la diarrea.
Infecciones intraabdominales
En las producidas por enterobacterias hay quien las considera de primera elección,
mientras que son alternativa en las producidas por P. aeruginosa y Staphylococcus
aureus, por los problemas de surgimiento de resistencia durante el tratamiento que
implican persistencia de la infección.
Infecciones oculares
Indicaciones pediátricas
Por sus posibles efectos adversos sobre huesos y cartílagos, las fluoroquinolonas no
se han usado en niños. Sin embargo, por su actividad frente a P. aeruginosa y S.
maltophilia, se usan cada vez más, sobre todo ciprofloxacino, en infecciones
respiratorias en pacientes con fibrosis quística.
Ciprofloxacino fue aprobado hace poco por la Food and Drug Administration para uso
en pacientes de 1–18 años de edad para tratamiento de infecciones urinarias
complicadas por E. coli.
Efectos adversos
Los efectos adversos más frecuentes que se dan en pacientes tratados con quinolonas
son náuseas, trastornos del tracto gastrointestinal superior y efectos sobre el sistema
nervioso central, tales como dolor de cabeza, insomnio y mareos. Estos efectos son
leves, autolimitados y sólo raramente requieren la suspensión del tratamiento.
Se han retirado del mercado, o ni siquiera han llegado, algunas quinolonas a causa de
problemas de fototoxicidad (clinafloxacino), toxicidad hepática (trovafloxacino) o
cardíaca (grapafloxacino).
SULFAMIDAS
Figura 2. Ácido paraaminobenzoico. Las figuras siguientes se editaron previamente en el capítulo de formación
continuada: Tetraciclinas, sulfamidas y metronidazol.
Figura 3. Sulfanilamida. Las figuras siguientes se editaron previamente en el capítulo de formación continuada:
Tetraciclinas, sulfamidas y metronidazol.
Habitualmente, las sulfamidas se administran por vía oral y ocasionalmente por vía
intravenosa (sulfadiazina, TMP-SXT) y tópica como la sulfadiazina argéntica. Las
sulfamidas que se absorben por vía digestiva lo hacen con rapidez en el estómago e
intestino delgado.
En general se distribuyen bien por todo el organismo y alcanzan concentraciones
cercanas al 80% de los niveles séricos en el líquido sinovial, pleural o peritoneal. La
concentración en el LCR de sulfadiacina es del 40–60% de las correspondientes
concentraciones plasmáticas, y la concentración del sulfametoxazol es del 80%.
Se unen de modo variable y reversible a las proteínas, y los niveles alcanzados en los
líquidos orgánicos están inversamente relacionados con el grado de unión a ellas.
Atraviesan la barrera placentaria y alcanzan la sangre fetal y el líquido amniótico, y
pueden producir efectos tóxicos.
Espectro de actividad
También son inicialmente activas frente a Yersinia pestis, Brucella spp. y algunos
microorganismos involucrados en infecciones de transmisión sexual como C.
trachomatis, Haemophilus ducreyi y Calymmatobacterium granulomatis. P.
aeruginosa suele ser naturalmente resistente pero no S. maltophilia.
Las micobacterias son resistentes, excepto algunos compuestos de larga duración con
moderada actividad frente a Mycobacterium leprae. Con compuestos de la familia de
las diaminopirimidinas, como pirimetamina y trimetoprima, se produce un efecto
sinérgico y la combinación las hace activas frente aToxoplasma
gondii, Plasmodium spp. y Pneumocystis jirovecii.
Las células de los mamíferos requieren ácido fólico preformado, ya que no pueden
sintetizarlo y, por tanto, no se ven afectadas por la acción de las sulfamidas. La
trimetoprima, además, inhibe otra enzima integral de las bacterias, la dihidrofolato
reductasa.
Con frecuencia, estos genes son elementos constantes en los integrones tipo i , el
integrón encontrado con más frecuencia en cepas de casos clínicos con resistencia a
múltiples antibióticos.
Pueden producir trastornos digestivos como náuseas, vómitos y diarrea. Los trastornos
hepáticos son raros. También pueden producir alteraciones hematológicas (anemia
hemolítica en pacientes con déficit de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa, anemia
megaloblástica, por su acción antifólica, etc.).
DIAMINOPIRIMIDINAS (TRIMETOPRIM)
Aparte del trimetoprim, existen otras drogas con el mismo mecanismo de acción, como
el tetroxoprim y la pirimetamina.
Farmacocinética
El trimetoprim presenta una buena absorción oral (cercana al 100 %), presentando una
muy amplia distribución, pasando incluso la barrera hematoencefálica y placentaria. Su
eliminación es básicamente por metabolismo y su vida media es de unas diez horas.
Espectro Antibacteriano
Reacciones Adversas
TRIMETOPRIM-SULFAMETOXAZOL (COTRIMOXAZOL)
PIRIMETAMINA
METRONIDAZOL
Figura 4. Metronidazol.
El metronidazol se distribuye ampliamente y alcanza todos los tejidos y líquidos por vía
oral o intravenosa (saliva, bilis, huesos, hígado, pulmón, líquido peritoneal, semen y
secreciones vaginales).
Efectos adversos
Aunque mucho más raro, también pueden presentarse cambios en la sensación del
gusto, estreñimiento, sequedad bucal, glositis, estomatitis, cefalea, pigmentación
oscura de la orina, flebitis en el sitio de la inyección venosa, leucocitopenia leve y
reversible, trombocitopenia, prurito, erupción, insomnio, artralgias, fiebre.
Introducción
Es por esta razón que se hace necesario el estudio de los factores de resistencia
bacteriana.
Resistencia natural
Resistencia adquirida
Los transposones son secuencias de DNA (doble cadena) que pueden ser traslocados
entre cromosomas o de un cromosoma a un plásmido o entre plásmidos, esto gracias
a un sistema de recombinación propio que, sumado a la capacidad de los plásmidos
de trasladarse de una célula a otra durante la conjugación, permite la adquisición de
genes de resistencia entre bacterias de la misma especie o especies distintas,
facilitando la expansión de la resistencia.
Los antibióticos afectados particularmente por este mecanismo son los beta
lactámicos, aminoglicósidos, tetraciclinas, cloranfenicol y sulfamidas; un ejemplo es la
resistencia que presenta Escherichia coli y P. mirabilis a la ampicilina.
Mecanismos de resistencia
Los mecanismos de resistencia son: inactivación del antibiótico, alteración del sitio
blanco del antibiótico y alteración de barreras de permeabilidad.
Cabe resaltar que los tres mecanismos pueden ocurrir simultáneamente. Inactivación
del antibiótico por destrucción o modificación de la estructura química
Las enzimas que destruyen la estructura química, más conocidas, son las beta-
lactamasas que se caracterizan por hidrolizar el núcleo beta-lactámico rompiendo el
enlace amida, otra enzima es la eritromicina esterasa que cataliza la hidrólisis del
anillo de lactona del antibiótico.
Por ejemplo, la modificación por mutación de los genes GyrA y GyrB que codifican
para las topoisomerasas II y IV respectivamente, ofrecen resistencia bacteriana a S.
aureus, S. epidermidis, Pseudomonas aeruginosa y E. coli frente a las quinolonas.
En cuanto a las modificaciones a nivel ribosomal podemos mencionar los cambios que
ocurren en las subunidades 30S y 50S los cuales son los sitios de acción de
aminoglucósidos, macrólidos, tetraciclinas y lincosamidas.
Por ejemplo, la metilación del RNA ribosomal de la subunidad 50S confiere resistencia
a S. aureus y S. epidermidis frente a tetraciclinas, cloranfenicol y macrólidos.
Este mecanismo se debe a los cambios que se dan en los receptores bacterianos
específicos para los antimicrobianos o por alteraciones estructurales en los
componentes de envoltura de la célula bacteriana (membrana o pared celular) que
influyen en la permeabilidad, así como a la pérdida de la capacidad de transporte
activo a través de la membrana celular o la expresión de bombas de eflujo las cuales
se activan en el momento en que el antibiótico se introduce a la célula bacteriana.
Bombas de eflujo
Dentro de las medidas que se deben cumplir para contrarrestar la aparición de cepas
resistentes están el uso racional de los antibióticos, el incremento en los planes de
educación médica de pregrado y posgrado sobre el estudio de las enfermedades
infecciosas, el uso de los agentes antimicrobianos y su prescripción basada en
evidencia, el establecimiento de programas de vigilancia para detectar la aparición de
cepas resistentes y mejoramiento de la calidad de los métodos para determinar
susceptibilidad antimicrobiana para guiar la terapéutica empírica contra los patógenos
que producen las enfermedades infecciosas más comunes, cumplimiento estricto de
las medidas de prevención y control de las infecciones intrahospitalarias.
Conclusiones
Sin embargo, debemos controlar una serie de factores que facilitarán el incremento y
aceleración de la aparición de cepas resistentes, como es el uso irracional de los
antibióticos, para ello es necesario vigilar permanentemente los niveles de resistencia
de cada especie bacteriana y de esta forma poder realizar una selección antibiótica
racional que beneficie a los pacientes y, de esta forma, tratar de disminuir el riesgo de
aparición de cepas bacterianas resistentes.
ANTIBIÓTICOS
DE ÚLTIMA GENERACIÓN
Los patógenos bacterianos han demostrado una notable capacidad para adaptarse a
los parámetros ambientales. En particular, el creciente uso de los antibióticos durante
las últimas décadas ha conducido a la aparición y propagación de diversos
mecanismos de resistencia de los patógenos a los antimicrobianos, lo que les confiere
la propiedad de difundirse en el ámbito hospitalario, causando infecciones
nosocomiales, o en la comunidad, en los casos de infección adquirida.
Sin embargo, los nuevos agentes deben utilizarse con prudencia en la práctica clínica
con el fin de lograr la máxima eficacia y seguridad. El uso clínico apropiado de los
nuevos agentes antimicrobianos puede evitar la aparición de resistencias bacterianas.
CEFALOSPORINAS
Con una vida media de 3 h su excreción es a través del riñón, presentando escasos
efectos adversos; diarrea, náuseas y rash. Se administra por vía endovenosa a 600
mg cada 12 h.9 Estas nuevas cefalosporinas han sido aprobadas en la sepsis de piel y
partes blandas y en la neumonía adquirida en la comunidad.
Pose una mitad vinilpirrolidinona en la posición 3 del anillo, lo cual confiere su especial
característica de unirse a la PBP2a.
Mutaciones de la PBP1a, PBP2x, and PBP2b pueden llegar a aumentar la MIC para la
efectividad, sin embargo ceftabiprol se mantiene activo frente a la mayoría de los
microorganismos que puedan llegar a desarrollar esta resistencia, incluso contra
aquellos que son resistente a macrolidos, fluoroquinolonas como el S. Pneumoniae.
Ceftobiprol tiene actividad frente a gram negativos al igual que otras cefalosporinas de
4ta generación.
Faramacodinamia:
Farmacodinamia:
Los efectos adversos mas reportados son el sabor a dulce, nausea y vomito.
Para infecciones a otro nivel causado por MRSA, VRSA y otros gram positivos la dosis
recomendada es de 500 mg IV cada 8 horas por hasta 14 días.
CARBAPENÉMICOS
La tasa de curación clínica con los actuales carbapenémicos es elevada, sin embargo,
el desarrollo de resistencias en P. aeruginosa es frecuente, sobre todo con imipenem,
aunque también pueden seleccionarse mutantes resistentes de P. aeruginosa durante
el tratamiento con meropenem.
Farmacodinámica:
Mecanismo de acción: Al igual que otros β-lactámicos Doripenem inhibe la síntesis
de la pared celular bacteriana al inactivar las proteínas de unión a penicilinas (PBP) en
especial PBP2 y 4 (E.Coli, Pseudomonas A.) y PBP3 (Pseudomonas A.), lo que le
confiere superioridad frente a Imipenem para Pseudomonas y PBP1 (S. Aureus).
Espectro de acción: ATB de amplio espectro con cobertura frente a Gram+, Gram- y
anaerobios. Limitada actividad para Staphilococo Aureus meticilin resistente (SAMR),
Enterococo Faecium y Stenotrophomona Maltophilia. LA CMI para enterobacterias se
ha mostrado inferior, junto a meropenem, que para imipenem y ertapenem con una
potencia entre 4 y 8 veces superior para cepas con β-lactamasas de espectro
extendido (BLEEs). Tambien ha demostrado la misma superioridad frente a cepas de
Enterobacter spp. Varios estudios han equiparado la potencia de doripenem a la de
meropenem para Pseudomonas Aeruginosa y Acinetobacter y se ha mostrado superior
en cepas de Acinetobacter Baumannii productoras de carbapenem-asas OXA-58. En
relación a cocos gram positivos Doripenem parece tener una potencia similar a
Imipenem y superior a Ertapenem y Meropenem, sobre todo para S. Aureus meticilin
sensible y S. Coagulasa negativos meticilin sensible. Su actividad frente a enterococo
no faecium es algo inferior a Imipenem y superior a los otros dos fármacos del grupo.
Por último, la cobertura frente anaerobios es buena con CMIs bajas para la mayoria de
especies incluyendo Bacteroides Fragilis salvo para Clostridium Difficile aunque
manteniendo superioridad frente a Meropenem y Ertapenem.
Actividad bactericida: Excelente actividad bactericida comparable a otros
carbapenems.
Dosis: 500mg/8 en infusión continua de1 hora. Se puede prolongar hasta 4 horas
(neumonía nosocomial)
Mecanismos de resistencias: Similar a otros Carpabenem: Carbapenemasas,
pérdida de porina OprD, expresión de sistemas efflux y alteración en PBPs. Varios
estudios han demostrado que Doripenem se ha asociado a un menor riesgo de
selección de cepas resistentes de Pseudomonas Aeruginosa tanto en monoterapia
como asociado a un aminoglucósido.
Eficacia; parámetros PK/PD: El parámetro óptimo para valorar su eficacia es el
tiempo sobre CMI (T>CMI). Un régimen de 500mg/8h en infusión continua de 1h
consigue un T>CMI del 35% para CMI 1-2mg/l. Sin embargo para CMI 4-8 mg/l fue
necesario prolongar la infusión a 4h para conseguir un T>CMI 35%.
Farmacocinética:
Absorción: Disponible para administración intavenosa.
Distribución: Volumen de distribución similar a volumen extracelular (16.8 l) con baja
unión a proteinas (8.1%). Penetra en líquido peritoneal con un ratio AUCexudado/AUC
plasma 0.84.
Metabolismo y excreción: Tiene un metabolito principal (M1) y tres secundarios. Se
elimina por orina un 70% inalterado y un 15% los metabolitos.
Ajuste de dosis: Requiere ajuste de dosis para ClCr < 50 ml/min. 250mg/8h para ClCr
31-50ml/min 250mg/12h ClCr<30ml/min. Pendiente de conocer dosificación para
diálisis o técnicas continuas de reemplazo renal.
Interacciones: Como otros carbapenem intracciona con acido valproico disminuyendo
su efecto anticonvulsivante. Probenecid aumenta sus concentraciones plasmáticas por
disminuir la secreción tubular renal. Sinergia con glicopeptidos (Vancomicina y
Teicoplanina) mejorando su efecto para cepas de SAMR.
Estabilidad: La solución de Doripenem en suero salino y glucosado es estable a Tª
ambiente durante 4 horas. Incompatible con diazepam, fosfato potásico y propofol sin
diluir.
Estudios clínicos:
Infección abdominal: Un estudio con 476 pacientes comparó Doripenem (500mg/8h)
frente Meropenem (1g/8h) para el tratamiento de infecciones abdominales
complicadas demostrando no inferioridad en la tasa de curación clínica (85.9% vs
85.3%). Pendiente de publicación un segundo estudio con el mismo diseño y con
resultados similares.
Neumonía nosocomial: Dos estudios publicados para tratamiento de neumonía
nosocomial, la mayor parte de pacientes con neumonía asociada a ventilación
mecánica.
El primero de ellos compara Dorpipenem (500mg/8h infusión 1h) con
Piperacilina/Tazobactam (4g/6h infusión 30´) en 448 pacientes.
No hubo inferioridad del doripenem con una tasa de curación microbiológica de 81.3%
vs 79.8%. Se observaron un mayor número de resistencias en el grupo de
Piperacilina/Tazobactam en Klebsiella P y P. Aeruginosa que en el de Doripenem:
Klebsiella 44% vs 0% y Pseudomonas 26.9% vs 7.7%. En el segundo estudio se
comparó Doripenem (500mg/8h infusión 4h) con Imipenem (500mg/6h o 1g/8h infusión
30-60´) en 531 enfermos. No hubo diferencias en las tasas de curación clínica (68.3%
vs 64.2%) pero si cuando el germen responsable era Pseudomona Aeruginosa (80%
vs 42.9%) a favor de Doripenem. En estos casos un 18% de los gérmenes era
resistente a Doripenem frente a un 64% resistente a Imipenem. No hubo, sin embargo
diferencias en la mortalidad 10.8% vs 9.5%) entre ambos grupos.
Infección urinaria complicada: Dos estudios aún pendientes de publicar evaluaron la
eficacia de Doripenem para el tratamiento de la infección urinaria. El primero de ellos
comparó 500mg/8h infusión de 1h de Doripenem frente a 250 mg/24h de
Levofloxacino o 500mg/24h si asociaba bacteriemia y permitían el cambio a
Levofloxacino oral, lo que supone una limitación para extrapolar los resultados en
areas con alta resistencia a quinolonas. Los resultados fueron de no inferiorida para
Doripenem con una tasa de curación de 82.1% vs 83.4%.
Efectos secundarios:
En general es un antibiótico bien tolerado. En relación a Imipenem no se asocia a alto
riesgo de convulsiones tal y como se demostró en numerosos estudios en animales.
Los efectos secundarios más frecuentes son: cefalea, nauseas y vómitos, diarrea y
eritema en la zona de inyección. Se observaron en algunos pacientes elevación
moderada de transaminasas.
Resumen:
Doripenem es un nuevo antibiótico de amplio espectro del grupo de los carbapenem
aprobado para el tratamiento de neumonía nosocomial y asociada a ventilación
mecánica, infecciones intraabdominales complicadas e infecciones complicadas del
tracto urinario. Su amplio espectro de acción justifica su uso en infecciones graves
como alternativa a los fármacos de primera línea en el tratamiento empírico de
infecciones potenciales por gérmenes multirresistentes. Su espectro de acción es
similar al de otros Carbapenem con probable superioridad a Imipenem en el espectro
para Gram negativos, sobretodo Pseudomonas y mejor que Meropenem, aunque sin
llegar a la eficacia de Imipenem, para cocos gram positivos. Otra ventaja potencial es
la menor incidencia de resistencias emergentes para Carbapenem, principalmente en
Pseudomonas Aeruginosa. Puede administrarse en infusión de 4 horas para aumentar
el tiempo sobre CMI sin que sufra alteraciones y sin perder eficacia.
Doripenem muestra una tasa de erradicación microbiológica frente a Pseudomonas
aeruginosa superior a la de meropenem, sin registrarse resistencias durante el
tratamiento frente a los patógenos estudiados.
MONOBACTÁMICOS
Los datos publicados hasta la fecha han examinado principalmente pacientes con
función pulmonar relativamente estable y protegidos, y han utilizado la exacerbación
de la infección pulmonar por P. aeruginosa como un objetivo clínico. Se debe
establecer su uso en otras poblaciones de pacientes y las indicaciones alternativas.
También hay que recordar que no hay terapias que hayan demostrado la erradicación
sostenida de P. aeruginosa.
FLUOROQUINOLONAS
Desde el punto de vista del uso racional de los antibióticos, el uso de las
fluoroquinolonas se ha asociado con el desarrollo de resistencia no sólo a este grupo
sino a otros grupos de antibióticos, tanto individualmente como en la comunidad, y es
especialmente preocupante la relación entre el uso de fluoroquinolonas y el aumento
de enterobacterias productoras de BLEE y el aumento de la incidencia de infecciones
por SARM.
Por tanto, es importante el desarrollo de nuevos análogos que puedan ser utilizados
en la clínica terapéutica.
Aunque las primeras quinolonas tenían actividad sólo frente a bacterias aerobias
gramnegativas y eran eficaces para tratar infecciones gastrointestinales y urinarias, las
nuevas se han convertido en un recurso muy importante frente a un mayor número de
infecciones.
Sin embargo, no ejercen buena actividad antimicrobiana frente a SARM y son menos
activas que ciprofloxacino frente a P. aeruginosa.
Ambos fármacos están indicados para el tratamiento de la neumonía adquirida en la
comunidad y la exacerbación bacteriana aguda de la bronquitis crónica.
Las quinolonas surgieron en la década de los sesenta. El primer agente de este grupo
fue el ácido nalidíxico, que se comercializó exclusivamente para tratar las infecciones
urinarias. A finales de la década de los ochenta aparecieron las quinolonas fluoradas o
fluoroquinolonas, con un espectro antimicrobiano más amplio y unas aplicaciones
asimismo más amplias, como tratamiento de las infecciones no sólo urinarias sino
también respiratorias, gastrointestinales, genitales, óseas, articulares y sistémicas.
Está comprobado que existe resistencia cruzada completa entre todas las
fluoroquinolonas.
En los últimos años, han aumentado muchísimo las tasas de resistencia a las
fluoroquinolonas, sobre todo por Klebsiella pneumoniae, Pseudomonas
aeruginosa y Staphylococcus aureus resistente a la meticilina. Más problemáticos son
los estudios recientes que hablan de un incremento global de resistencia entre las
bacterias que causan infecciones adquiridas en la comunidad.
Hasta ahora, la única indicación de las quinolonas en patología respiratoria era en las
sobreinfecciones en los pacientes con bronquiectasias, incluida la fibrosis quística,
donde suelen predominar microorganismos gramnegativos, como Pseudomonas
aeruginosa.
Sin embargo, a las dosis habitualmente utilizadas, y habida cuenta de las CMI
relativamente elevadas de estas quinolonas frente a neumococo, se han descrito
fracasos en el tratamiento de la neumonía neumocócica en forma de bacteriemia
recurrente.
Las modernas quinolonas son 1.000 veces más potentes que el ácido nalidíxico y su
espectro incluye tanto a grampositivos como gramnegativos.
Las CMI de estas quinolonas frente a Streptococcus pneumoniae son más bajas que
para ciprofloxacino, el compuesto estándar de referencia. El levofloxacino se hallaría a
caballo entre ofloxacino y las nuevas quinolonas respiratorias, con una buena actividad
frente a Haemophilus influenzae y Moraxella catarrhalis y con una actividad
antineumocócica intermedia.
A la dosis de 500 mg una vez al día, es igual de efectivo que la cefuroxima axetilo, 250
mg/12 h, en pacientes con exacerbaciones de la enfermedad pulmonar obstructiva
crónica y también igual de efectivo que la asociación amoxicilina-ácido clavulánico o
cefuroxima axetilo en la sinusitis bacteriana aguda33. Sus efectos secundarios se
centran en náuseas y cefalea, siendo independiente de la dosis administrada.
Las hepatitis tóxicas que se dieron en algunos pacientes motivaron que se retirase del
mercado farmacéutico el pasado año. Moxifloxacino presenta fundamentalmente
alteraciones gastrointestinales; en este sentido, se ha documentado la presencia de
náuseas en más del 7% de los casos y diarrea en algo más del 5% de los pacientes
que toman la dosis estándar de 400 mg.
QUINUPRISTINA–DALFOPRISTINA
LINEZOLID
Los datos disponibles sobre el uso de linezolid en infecciones de piel y tejidos blandos
son en general favorables.
Linezolid se asocia con una mayor eficacia clínica que los glicopéptidos.
Datos comparativos sobre el uso de linezolid y vancomicina en el tratamiento de
infecciones de la piel y tejidos blandos causadas por SARM sugieren que linezolid
puede ser clínica o microbiológicamente superior en este sentido.
El hecho de que linezolid esté disponible para administración por vía oral podría
permitir su aplicación clínica en el tratamiento de infecciones que requieren tratamiento
prolongado con antibióticos, como la endocarditis o la osteomielitis.
Sin embargo, los datos clínicos relevantes son escasos y limitados. Cabe mencionar
que la administración prolongada de linezolid conlleva un mayor riesgo para el
desarrollo de determinados tipos de reacciones adversas, tales como mielosupresión
(principalmente trombocitopenia) o neuropatía periférica que puede no ser reversible.
DAPTOMICINA
Aunque daptomicina fue descubierta en la década de los 80, su desarrollo clínico cesó
debido a su toxicidad. La modificación de la pauta posológica condujo a una mejora
sustancial del perfil de seguridad, lo que permitió su posterior desarrollo clínico.
Por último, cabe mencionar que las cepas de S. aureus de sensibilidad intermedia a
vancomicina pueden haber disminuido la susceptibilidad a daptomicina, debido a la
captación del fármaco en la pared celular engrosada de estas cepas, conduciendo a
una disminución de la concentración en el sitio diana de la bacteria.
TELITROMICINA
Fue aprobada por la FDA en 2004 para uso clínico en la neumonía extrahospitalaria, la
exacerbación aguda de bronquitis crónica bacteriana, y la sinusitis bacteriana aguda.
Telitromicina para administración por vía oral ha sido comparada con betalactámicos,
macrólidos y fluoroquinolonas para el tratamiento de infecciones del tracto respiratorio,
en diversos ensayos clínicos aleatorios.
TIGECICLINA
Tigeciclina fue aprobado por la FDA para uso clínico en 2005 y en las indicaciones
actuales se incluyen infecciones complicadas de la piel y tejidos blandos, infecciones
intraabdominales complicadas, y neumonía adquirida en la comunidad, cada una de
ellas causada por patógenos específicos.
Cabe mencionar, sin embargo, que sólo una minoría de los pacientes tenía una
puntuación APACHE II (Acute Physiology and Chronic Health Evaluation) por encima
de 15.
Los datos in vitro indican que tigeciclina presenta una actividad antimicrobiana muy
buena frente a E. coli y Klebsiella pneumoniae productores de BLEE.
Tigeciclina puede ser activa, aunque no siempre, frente a una proporción sustancial de
cepas de Acinetobacter baumannii multirresistentes o resistentes a carbapenémicos.
En este sentido, constituye una de las pocas opciones terapéuticas potenciales frente
a A. baumannii resistente a carbapenémicos.
CONCLUSIÓN
La mayoría de los antibióticos que se han introducido en la práctica clínica durante los
últimos diez años tienen como objetivo patógenos grampositivos con una mayor
resistencia a los antimicrobianos.
Sin embargo, muchos datos son indicativos de la función óptima de los nuevos
agentes en la práctica clínica actual.
En este sentido, tigeciclina parece constituir una adición al arsenal terapéutico del
clínico para el tratamiento de infecciones causadas por enterobacterias productoras de
BLEE o por A. baumannii multirresistente.
Entre los nuevos carbapenémicos, doripenem puede ser valiosopara infecciones por
P. aeruginosa multirresistente.
Nuevos antibióticos
Nuevas quinolonas: trovafloxacina (retirada en 1999), grepafloxacina (retirada
en 1999) las llamadas ‘quinolonas respiratorias’ (levofloxacina, moxifloxacina,
gatifloxacina), garenoxacina, gemifloxacina.
Cefalosporinas de quinta generación: Ceftarolina, Ceftabiprol
Nuevos macrólidos: telitromicina.
Nuevos glicopéptidos: daptomicina, dalbavancin, oritavancin.
Estreptograminas: quinupristín-dalfopristín.
Nuevas tetraciclinas: tigeciclina.
Nuevos carbapenemes: faropenem, semfriten, doripenem
Otra familia: linezolid.
Existen más de 5000 antibióticos de los cuales sólo unos 100 se utilizan en la práctica
clínica.
CONCLUSIONES
Si bien el manejo de los antibióticos sigue siendo un arte, no debe ser considerado
como una simple receta de cocina, el médico y el personal de salud deberán estar en
constante actualización, a fin de evitar problemas de resistencia, reacciones adversas
a los medicamentos, lo que permitirá un mejor manejo de las diversas patologías que
afectan al ser humano.
Bibliografía