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Diferencias de Género

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Universidad de Aconcagua

Facultad de Psicología

Licenciatura en Psicología

Sexualidad, Sociedad y Cultura

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN
¿Diferencias de Género?

Integrantes: Renna Cecilia

García Facundo

Curso y Comisión: 2° D

Año 2015
INTRODUCCIÓN
Para empezar a hablar de género es necesario saber primero que es la
sexualidad. Esta no se limita a la anatomía y es mucho más compleja de lo que
nos han hecho creer. Es el aspecto central de nuestras vidas, comienza desde
que nacemos con uno u otro genital, con pene o vulva, y a partir de esto se nos
asigna un género. Vivir la sexualidad implica hasta qué punto nos identificamos
con este género y los roles que tomamos respecto al mismo. La sexualidad
también abarca la orientación sexual, el placer, la intimidad, la capacidad
reproductiva y los vínculos afectivos. Todo esto se manifiesta ya desde niños en
nuestros juegos, en nuestros deseos, fantasías, creencias, actitudes, valores,
comportamientos, en nuestras prácticas y hasta en la forma que nos juzgamos a
nosotros mismos y a los demás.
Los temas sexuales conviven con todas las personas a diario, pero nos
rehusamos a hablar seriamente de sexualidad. No queremos pensar en educar
sexualmente a los niños. Nos negamos a cuestionar los estereotipos de género.
Necesitamos hablar y educar a nuestros niños sobre genitalidad pero también de
género y diversidad. Desde la primera infancia los adultos proporcionan ambientes
y juguetes que favorecen la estereotipia de conductas, actitudes y sentimientos de
acuerdo al sexo con el que se nace.
Se ha heredado una sociedad tradicional y sexista en todos sus ámbitos, y de ahí
que los denominados juegos tradicionales, los que han ido pasando de generación
en generación, sea en muchos de sus casos una prueba de la discriminación
según el género.
Los juegos se consideran de gran riqueza e importancia como herramienta
educativa, y dentro de estos encontramos a los tradicionales, los cuales forman
parte de la cultura. De ahí que se creen lo suficientemente importantes como para
que puedan tratarse de manera que no excluyan a nadie. Se trata de un tema
actual como es el sexismo, ya que si bien es verdad que cada vez hay más
“igualdad” en todos los ámbitos, ésta no llega a ser completa y los juegos
tradicionales no son una excepción. Por esta razón, este trabajo se centrará en la
estereotipia que generan los juegos sexistas, ya que es posible resolver el
problema del sexismo con información y sentido crítico a la hora de educar a niños
y niñas para que puedan jugar a todo lo que deseen sin distinción de género.
Desarrollo
GÉNERO: Conjunto de características que la cultura adjudica a los hombres y a
las mujeres, es decir, aquellos aspectos de la cultura que, aun habiéndose ligado
al sexo, no dependen de factores biológicos. Por tanto, mientras el sexo (macho-
hembra) tiene carácter biológico, el género (masculino-femenino) tiene una
connotación psicológica y cultural.
(Straniero, 1995)

Se entiende al género como el conjunto de características que una cultura


atribuye a los hombres y a las mujeres, es decir, los roles esperados para cada
sexo, las conductas y sentimientos que se esperan de un hombre y de una mujer
para que puedan diferenciarse. Lo genérico es el modo peculiar de percibir, sentir,
valorar y actuar ante uno mismo y ante el otro sexo, ante el mundo.
Tradicionalmente las diferencias sexuales se han tomado como base para la
distribución de papeles sociales, pero esta asignación no se desprende
“naturalmente” de la biología, sino que es un hecho social. Por lo tanto hablar de
género es preguntarse qué es ser mujer o varón en un determinado contexto. Hay
que preguntarse cómo se aprende esto o aquello referido al rol sexual, a la
identidad masculina o femenina, al rol esposo-esposa, padre-madre, hijo-hija.

Actualmente continúan predominando los estereotipos de géneros, entendiendo al


estereotipo como una preconcepción generalizada surgida a partir de adscribir a
las personas ciertos atributos, características o roles, en razón de su aparente
pertenencia a un determinado grupo social. Si bien estereotipar constituye un
proceso mental indispensable que permite organizar y categorizar la información
recibida con la finalidad de simplificar el entendimiento, dicha función cognitiva
resulta problemática cuando opera para ignorar necesidades, deseos, habilidades
y circunstancias de las personas que se traduzcan en la restricción o negación de
los derechos fundamentales, por un lado, y en la jerarquización entre grupos
sociales, por el otro.
Específicamente, los estereotipos de género están relacionados con las
características sociales y culturales asignadas a hombres y mujeres, a partir de las
diferencias físicas basadas en su sexo.
Esta estereotipia genera una polarización de las diferencias y no muestra matices
propios de la diversidad y complejidad propia de las relaciones humanas. La
misma ha servido para adscribir las características de lo femenino (expresividad,
fragilidad, pasividad, suavidad, delicadeza, docilidad, etc) y de lo masculino (vigor,
dinamismo, autoafirmación, iniciativa, cierta agresividad, etc) configurando un
“deber ser” que no da lugar a la diversidad.

Tanto el hombre como la mujer tiene un caudal de experiencia variado, complejo y


rico que no siempre coincide o se adapta a los ideales estereotipados del género.

Con el fin de clarificar la comprensión de lo que es un estereotipo basado en el


género, la Dra. Rebecca Cook, académica de la Universidad de Toronto, distingue
tres categorías:
1. Diferencias biológicas: por ejemplo, “los hombres son más fuertes que las
mujeres”, si bien es aseveración estadísticamente respaldada, trata de
forma injusta a las personas que se encuentran por fuera de la media.
2. Comportamiento sexual, demarcando cuáles formas de ejercer la
sexualidad son aceptables socialmente para cada sexo.
3. Roles sociales, estereotipos que prescriben lo que corresponde a cada
sexo. Por ejemplo: “Todas las mujeres deben ser madres” sin considerar
que no todas tiene la aspiración, salud, economía o circunstancias físicas y
emocionales para ello.
Ahora bien, cuando el esquema de una persona se ajusta al estereotipo, esta
recibe el apoyo de la sociedad, que confirma su sentimiento de identidad. Cuando
se aleja recibirá un rechazo que no confirma dicho sentimiento.
Como miembros de la sociedad es necesario ajustarse a lo que esta establece.
Para los estereotipos culturales es esencial oponerse al cambio como un modo de
mantenimiento de la sociedad; pero cierta flexibilidad es necesaria para mantener
sanos a los individuos. El desafío de la sociedad es lograr estereotipos bastante
fuertes para sostener la cooperación y bastante flexibles para permitir el desarrollo
individual.
De lo expuesto hasta acá se desprende que la tipificación del género, obstaculiza
el desarrollo pleno de las potencialidades del individuo, para lo cual sería
necesario una integración en la que los atributos femeninos y masculinos, fuesen
vistos como intercambiables y necesarios para el desarrollo de ambos géneros.

Desde que el niño nace sus padres, familiares y la sociedad le ponen atributos
creados de una idea preconcebida y pre-configurada: ropa de color rosada para
niñas y celeste para niños; además de juguetes claramente diferenciados: autos y
elementos vinculados al deporte para varones y muñecas y accesorios de cocina
para niñas. Es así como a mujeres y hombres se los educa de manera distinta y
se espera que estas enseñanzas, donde se ve reflejada la dicotomía masculino-
femenino, se vean exteriorizadas en la vida cotidiana y que se transmitan de
padres a hijos.
De esto se desencadena la necesidad de poner la lupa sobre los juegos y juguetes
que hay en el mercado y tener criterio a la hora de seleccionarlos. Es importante
entender que no existen juguetes de niños “O” niñas, y que es vital proporcionar
espacios con juguetes que favorezcan la participación y la imaginación, siempre
que sean adecuados a la edad.

Todas las personas implicadas en la educación de niños deberían reflexionar


sobre qué se les quiere transmitir cuando se compran juguetes. No hay que
dejarse maravillar por las publicidades más sorprendentes; muchos de los
productos más solicitados por los niños a causa de estas caen en el olvido poco
después de ser comprados.
A través de los juegos, niñas y niños van formando su personalidad. Jugando
aprenden tipos de conducta, comportamientos, a relacionarse con los demás. Por
tanto, a través de los juegos se pueden evitar conductas sexistas en el futuro. Es
necesario permitir y fomentar que niñas y niños jueguen con todo tipo de juguetes,
así estamos ayudándoles a que aprendan más cosas, a que desarrollen más
habilidades y, lo que es más importante, estamos contribuyendo a una sociedad
mejor, más igualitaria, que respete la diversidad, se enriquezca y disfrute.

El desafío de conseguir una mayor igualdad entre hombres y mujeres sigue


siendo hoy un objetivo enmarcado en la educación, que, asumiendo los valores
democráticos de nuestra sociedad, ofrezca a nuestro alumnado el conjunto de
capacidades básicas de tipo cognitivo, emocional y ético que le permitan obtener
una educación íntegra a lo largo de su estancia en la escuela.

Pero como bien dice Cristina Brullet y Martina Subirats, en su libro: " el sistema
educativo no sólo transmite y evalúa el aprendizaje de las nociones culturales
aceptadas y establecidas, es decir, todo aquello que constituye el currículum
oficial, sino que también transmite, a través de la interacción entre docentes y
alumnado, un conjunto de normas y pautas de comportamiento y de relación muy
importantes en la modelación de actitudes posteriores que configuran un
aprendizaje paralelo" (Brullet y Subirats, 1991, "La coeducación" pág 32)

Relacionado con esta transmisión, encontramos el juego, y una de sus


posibilidades es el juego tradicional, en el cual nos hemos centrado. Para ello,
utilizando la guía "Juegos y juguetes para la igualdad" (Rebolledo Deschamps,
Marisa. Editada por la Dirección General de la Mujer, desde el Gobierno de
Cantabria) Hemos podido observar como desde siempre ha habido juegos
considerados “para niños” y otros “para niñas” bien porque en las niñas no estaba
bien visto algunas actuaciones (ensuciarse, posiciones en el suelo) o bien porque
en niños se les atribuía un comportamiento concreto de antemano (agresivo,
fuerte,).

Estos juegos fueron imprescindibles en la infancia de mucha gente, y nadie puede


dudar de que son fundamentales para el desarrollo de niños y niñas, pero al
extrapolarlos a nuestra sociedad nos encontramos con que pueden conllevar
efectos negativos ahora mismo, pues encontramos que en muchos casos están
diseñados para el uso concreto de niños o niñas. Están divididos y diferenciados
en función del sexo de quien los fuera a utilizar.
Por lo que esto provoca que se estén fomentando roles y modos de relación
diferentes, haciendo que el desarrollo personal sea distinto, ya que si no juegan a
lo mismo no desarrollan las mismas capacidades.

El juego tradicional además de una actividad agradable, una forma de aprender y


conocer nuestra cultura, los lazos que nos unen al pasado, y creemos que nos
pueden ser muy útiles en esta sociedad, pero siempre siendo conscientes de que
cosas podemos adaptar para no caer en error. El tiempo que se dedica al juego es
un tiempo de aprendizaje, exploración y descubrimiento. Alimentan la imaginación,
potencian sus intereses y actitudes, definen comportamientos, permiten desarrollar
habilidades y fomentan las relaciones con el mundo que rodea a niños y niñas. Por
este motivo, es muy importante que la selección de éstos sea la adecuada y no
basada en el sexo de quién lo vaya a utilizar. No estamos hablando de cambiarlos
y romper con el pasado, sino adaptarlos en la manera de lo posible, para que
estén al alcance de todos sin que pierdan su naturaleza y carácter. Esta será la
forma de que nos aseguremos un total desarrollo.

Por ultimo hemos creído interesante desarrollar la idea de García Meseguer


(1988) dice llegar a la conclusión de que la lengua castellana no es sexista, pero si
lo puede llegar a ser, el uso que de ella podemos hacer. El lenguaje es uno de las
formas más importantes de transmisión y configuración de estereotipos. Además,
encontramos el lenguaje no verbal, que nos indican cómo debemos comportarnos,
como por ejemplo el color, las canciones, los cuentos, y juegos. En estos se suele
representar el mundo masculino como reyes poderosos, príncipes valientes,
ogros feroces, guerreros audaces, … mientras que el femenino se limita a esposas
de reyes, princesas pacientes, brujas malvadas, madrastras perversas… Esto
lleva a adoptar diferentes actitudes: valor – pasividad, intrepidez-sumisión,
agresividad-timidez, dominación-coquetería, aventura-debilidad, protagonismo-
laboriosidad, inteligencia- mezquindad
La compra de los primeros juguetes y las canciones y cuentos que se transmiten
son una buena oportunidad para comenzar a educar a los niños y niñas en valores
igualitarios. Durante la infancia se graban e imitan las formas de actuar de las
personas con las que se convive. Hay juguetes con los que se aprende a pensar,
otros con los que se mejoran los movimientos y los hay con los que se aprende a
compartir y a colaborar.
Existe una gran diversidad de juguetes; con cada uno de ellos se aprenden cosas
diferentes y se desarrollan habilidades distintas. No obstante, existen juguetes que
fomentan actitudes violentas o discriminatorias, para esto es necesario estar
atentos y elegirlos en función de su contenido y de los valores que llevan
implícitos.
Técnica-Taller
PROPUESTA PROYECTO DE CAPACITACIÓN EN SEXUALIDAD

Nombre del proyecto: El Juego Sin Género

Destinatarios: Alumnos de escuelas y colegios secundarios.

Fundamentación: Desde el nacimiento, la familia y el entorno promueve


diferencias significativas entre niños y niñas, como la ropa, el color d ela
habitación, los jueguetes, etc. Estos detalles realzan las diferencias y refuerzas los
estereotipos que implican desigualdades de género aceptadas socialmente. Esto
puede hacer creer que uno de los sexos es superior, en habilidades y
capacidades, por ejemplo. Con el siguiente taller, se intenta cuestionar esas
costumbres y promover el pensamiento crítico y la libertad de poder elegir, más
allá de esos estereotipos.

Objetivos Generales: Comprender los efectos negativos de guiarse por


estereotipos y roles predeterminados
Conocer causas y consecuencias de las desigualdades
de género en los juegos.
Reflexionar sobre la importancia del juego en la
infancia.
Ayudar en el cuestionamiento de las diferencias entre
los sexos.

Objetivos Específicos: Aprender y practicar vocabulario relacionado con el


juego: colores, formas y juguetes.

Reflexionar sobre las diferencias entre niños y niñas,


sexo y género para interiorizar que no deberían haber colores, juguetes, juegos,
etc predeterminados.

Taller Para Alumnos:

Objetivos Específicos: Aprender y practicar vocabulario acerca de ciertos


temas específicos relacionados con el juego: colores, formas y juguetes.
Reflexionar sobre las diferencias de género reales y percibidas
entre niños y niñas.

Interiorizar que no debería haber colores, juguetes,


profesiones, juegos… determinados para niños o para niñas.

Contenidos: Explicar brevemente conceptos básicos sobre género,


igualdad de oportunidades, estereotipos, roles, diferencia entre sexo y género,
sexualidad, lenguaje sexista.

Comentar acerca de la desigualdad de género en Argentina


como en el resto del mundo. Tanto en la actualidad como a lo largo de la historia.

Actividades: Se comienza con preguntas: “¿Qué significa actuar como


hombre y como mujer?, “¿Qué tipo de lenguaje creen que utiliza cada uno?”,
“¿Quién nos enseña estas diferencias y por qué?”, “¿Cómo ven a una persona del
sexo opuesto y a uno del mismo?”

Mostrar las imágenes que se encuentran luego para armar un


debate y reflexionar.

Mostrar videos o anuncios sobre juguetes o juegos sexistas,


para discutir y reflexionar.

Recursos: Las imágenes se encuentran al final del trabajo.

Evaluación: Luego del debate y la reflexión grupal, intentar lograr una idea
crítica sobre lo tratado.

Bibliografía: Imágenes descargadas de Internet, “Jueguetes y Juegos


Sexitas”.

Cronograma: Se llevará a cabo en el aula del respectivo curso en un solo


día y con una duración de no más de 2 horas. Se prevee un tiempo estimado de
media hora por actividad.
Evaluación del Proyecto: Armar una estadística luego de finalizados los
talleres sobre como es el pensamiento sexista de acuerdo a la edad, en
instituciones públicas y privadas, de acuerdo al contexto económico socio cultural.
Y ver el cambio en el pensamiento crítico de acuerdo a como se empezó y en a
reflexión individual de cada sujeto.
Conclusión
La línea que separa a los dos géneros de los que nos hablan y en los cuales nos
educan, masculino y femenino, es borrosa y a veces no nos damos cuenta de que
actuamos y juzgamos desde aquello que “debería ser”. Hablar de género implica
enseñarle a los niños y a las niñas que ser mujer significa ser fuerte e
independiente y que su belleza o sus medidas no tienen nada que ver con su
valor; también es decirle a los niños que pueden ser hombres sensibles pues no
tienen que demostrar ninguna masculinidad a nadie, que si tiene actitudes o
gustos que sean considerados femeninos, eso no los hace menos, porque lo
femenino no vale menos. Enseñar a las niñas y niños la diversidad de género
implica menos violencia machista o posiciones sumisas en su futuro, porque lo
importante es ser el tipo de persona que los haga sentirse feliz y no lo que las
películas, los libros o la sociedad dicta que tienen que ser por tener pene o vulva.
BIBLIOGRAFÍA
Burín, Mabel y Meler, Irene. “Varones. Género y subjetividad masculina”. Buenos
Aires, Ed. Paidós. 2000.

Cafaro, María Eugenia: “Pareja Contemporánea. Mitos en torno a la sexualidad y


el matrimonio y modalidad vincular de la misma”. Tesis de Licenciatura en
Psicología. Universidad del Aconcagua, Mendoza, Argentina, 2002.

Caldiz, Laura y Resnicoff, Diana. “Sexo, mujer y fin de siglo”. Buenos Aires, Ed.
Paidós. 1997

Rebolledo, M. (2011). Juegos y juguetes para la igualdad. Documento disponible


en:
http://www.juntadeandalucia.es/averroes/~21003104/zona_tic/actividades_tic/web
quest_coeducacion/juegos_madres_padres_igualdad.pdf

Regina, M. (1999). Los juegos tradicionales y sus proyecciones pedagógicas.


Lecturas: Educación Física y Deportes, [Online] 4 (13). Disponible en:
http://www.efdeportes.com/efd13/juegtra.htm

Ruiz, C. (2007). Nuevas formas de jugar. Documento disponible en:


http://www.educarenigualdad.org/media/pdf/uploaded/old/Mat_185_Guia_Nuevas_
formas_de_jugar.pdf
Anexo

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