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Werner Heisenberg

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Werner Heisenberg.

Nació en Wurzburgo, Alemania el 5 de diciembre de 1901 y muere en Múnich el 1 de


febrero de 1976. Fue un físico alemán conocido principalmente por contribuir en la teoría
cuántica y por formular el principio de la incertidumbre en el año 1927.Heisenberg fue
galardonado con el Premio Nobel de Física en 1932 "por la creación de la mecánica
cuántica matricial". A su vez realizo importantes aportes a la teoría de la hidrodinámica de
flujos turbulentos, el núcleo atómico, ferromagnetismo, los rayos cósmicos y las partículas
subatómicas, y jugó un papel decisivo en la planificación del primer reactor nuclear de
Alemania Occidental en Karlsruhe, junto con un reactor de investigación en Múnich, en
1957.

Principio de la incertidumbre

El Principio de Incertidumbre, o Principio de Indeterminación fue formulado por una de las


más importantes figuras de la física cuántica: Werner Heisenberg.

Según esta teoría, es imposible medir simultáneamente, y con una precisión absoluta, el
valor de la posición y la cantidad de movimiento de una partícula determinada. La
incertidumbre derivada de esta apreciación no corresponde al instrumento de medida, sino
al propio hecho de pretender tomar dichas medidas. Por lo tanto, al emplear cualquier
instrumento preciso o exacto el principio de incertidumbre se mantiene estable y vigente.
Es decir, cuanto mayor es la precisión en la medida de una de las magnitudes, mayor es la
incertidumbre derivada en la otra variable complementaria.

Modelo atómico de Heisenberg

Heisenberg presentó su modelo atómico, negándose a describir al átomo como un


compuesto de partículas y ondas, ya que pensaba que cualquier intento de describir al
átomo de dicha manera fracasaría. Él prefería hacer referencia a los niveles de energía o a
las órbitas de los electrones, usando términos numéricos, utilizando lo que llamó “mecánica
de matriz”.

Para conseguir entender mejor este principio, se suele pensar en el electrón, ya que para
realizar la medida o para poder ver a esta partícula se necesita la ayuda de un fotón, que
choque contra el electrón modificando su posición, así como su velocidad, pero siempre se
comete un error al intentar medirlo, por muy perfecto que sea el instrumental que
utilizamos para el experimento, éste introducirá un fallo imposible de anular.

El observador altera el entorno

Esta imposibilidad es debida al propio proceso que nos permite medirlo, puesto que a la
hora de realizar la medición de la posición el mismo método altera la velocidad a la que
viaja la partícula.
De hecho, se establece que a mayor certeza de la posición de la partícula menor
conocimiento de su momento o cantidad de movimiento, y viceversa. No se trata de que el
instrumento de medida altere en sí el movimiento o que sea impreciso, simplemente que el
hecho de medirlo produce una alteración.

Características del principio de Heisenberg

1.-El principio de incertidumbre surge como una explicación que complementa las nuevas
teorías atómicas sobre el comportamiento de los electrones. A pesar de emplear
instrumentos de medición con una alta precisión y sensibilidad, la indeterminación sigue
estando presente en cualquier ensayo experimental

2.- A causa del principio de incertidumbre, al analizar dos variables relacionadas, si se tiene
un conocimiento certero de una de estas, entonces la indeterminación sobre el valor de la
otra variable será cada vez mayor.

3.-El momento lineal y la posición de un electrón, u otra partícula subatómica, no se pueden


medir al mismo tiempo.

Pruebas experimentales

El principio de incertidumbre de Heisenberg surge como la única explicación posible a las


pruebas experimentales que tuvieron lugar durante las primeras tres décadas del siglo XXI.

Antes de que Heisenberg enunciara el principio de incertidumbre, los preceptos vigentes


para entonces sugerían que las variables momento lineal, posición, momento angular,
tiempo, energía, entre otras, para las partículas subatómicas se definían operacionalmente.
Esto significaba que eran tratadas como si se tratase de física clásica; es decir, se medía un
valor inicial y el valor final se estimaba según el procedimiento preestablecido.

Lo anterior implicaba definir un sistema de referencia para las mediciones, el instrumento


de medición y la forma de empleo de dicho instrumento, conforme al método científico.
Según esto, las variables descritas por partículas subatómicas debían comportarse de forma
determinística. Esto es, su comportamiento debía predecirse de manera exacta y precisa.

No obstante, cada vez que se realizaba un ensayo de esta naturaleza, resultaba imposible
obtener en la medición el valor estimado de forma teórica. Las medidas se tergiversaban
debido a las condiciones naturales del experimento, y el resultado obtenido no era de
utilidad para enriquecer a la teoría atómica.

Consecuencias del principio

Este Principio supone un cambio básico en nuestra forma de estudiar la Naturaleza, ya que
se pasa de un conocimiento teóricamente exacto (o al menos, que en teoría podría llegar a
ser exacto con el tiempo) a un conocimiento basado sólo en probabilidades y en la
imposibilidad teórica de superar nunca un cierto nivel de error. El principio de
indeterminación es un resultado teórico entre magnitudes conjugadas (posición – momento,
energía-tiempo, etcétera).
Un error muy común es decir que el principio de incertidumbre impide conocer con infinita
precisión la posición de una partícula o su cantidad de movimiento. Esto es falso. El
principio de incertidumbre nos dice que no podemos medir simultáneamente y con infinita
precisión un par de magnitudes conjugadas. Es decir, nada impide que midamos con
precisión infinita la posición de una partícula, pero al hacerlo tenemos infinita
incertidumbre sobre su momento.
Por otra parte, las partículas en física cuántica no siguen trayectorias bien definidas. No es
posible conocer el valor de las magnitudes físicas que describen a la partícula antes de ser
medidas. Por lo tanto es falso asignarle una trayectoria a una partícula. Todo lo más que
podemos es decir que hay una determinada probabilidad de que la partícula se encuentre en
una posición más o menos determinada.

Conclusión

Este principio supone que no podemos conocer con exactitud todos los datos en lo que
respecta al comportamiento de las partículas, ya que el conocimiento preciso de un aspecto
supone provocar que no podamos conocer con el mismo nivel de precisión el otro.

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