S. Yeury Ferreira - La Predicación de La Teoría A La Practica
S. Yeury Ferreira - La Predicación de La Teoría A La Practica
S. Yeury Ferreira - La Predicación de La Teoría A La Practica
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S. Yeury Ferreira
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Título original de esta obra:
La Predicación, de la teoría a la práctica
Primera Edición, 2012
Autor
S. Yeury Ferreira
ISBN- 13:978-1481122771
4
Dedicatoria
A González Rumardo, que a mi temprana edad me enseñó
tanto la teoría como la práctica de la predicación.
5
6
Comentarios
“El material desplegado en este libro enfatiza que, aun
cuando la información de las Escrituras es importante, el
propósito principal por el cual el mensaje divino debe ser
presentado es para cambiar vidas, para transformar cora-
zones. Esta obra presenta pasos sencillos para desarrollar
una predicación que sea auténtica para convertir corazones
sinceros en vidas santas. Es excelente, lo usaría como texto
en una clase de seminario o para entrenamiento de predi-
cadores laicos”.
7
8
Agradecimiento
Expreso profunda gratitud a Dios por darme la opor-
tunidad de escribir acerca de la ciencia que es sobre
toda ciencia: Predicar a Jesús y a este crucificado.
9
10
Contenido
Prólogo 13
Introducción 15
Capítulo 1:
La predicación, su significado y su importancia hoy 17
Capítulo 2:
El verdadero propósito de la predicación 31
Capítulo 3:
La homilética y el estudio del sermón 43
Capítulo 4:
Del texto al sermón: El camino de la exposición 57
Capítulo 5:
La preparación del sermón - Primera parte 69
Capítulo 6:
La preparación del sermón - Segunda parte 91
Capítulo 7:
Comience bien, termine mejor 105
11
Contenido
Capítulo 8:
Ilustre, ilustre, ilustre 117
Capítulo 9:
Predique con libertad 133
Apéndice A:
Estructuras sermonarias, su importancia
y ejemplos 147
Apéndice B:
El problema de los sermones largos 157
Apéndice C:
La predicación y el iglecrecimiento 163
Apéndice D:
Sermón: Escogidos en Cristo 171
Apéndice E:
Bibliografía selecta sobre Predicación 177
12
PRÓLOGO
C
reo que es el empeño de todo predicador crecer y mejorar
en lo que le toca hacer, o sea predicar; y no importa los
años en los cuales se haya estado dedicado a esta tarea (la
cual considero la más honorable, noble y grande que cualquier ser
humano pueda estar ocupado), siempre urge el deseo de hacerlo
mejor, más eficaz y eficiente.
Aquí tenemos un libro que trae de nuevo a la mente del
predicador ese pensamiento romántico de exponer la Palabra.
Dibuja magistralmente, pero de manera muy sencilla, la belleza de
la predicación. El pastor Ferreiras nos recuerda lo grandioso que
es ser un predicador escogido por Dios para representarlo en el
púlpito.
El libro tiene una combinación interesante. Es profunda-
mente intelectual, y sencillo al mismo tiempo. Todo predicador
puede beneficiarse, tanto el predicador experimentado, como aquel
que apenas comienza esta linda tarea. También presenta la seriedad
de la predicación, con un enfoque muy ameno; presentando un
equilibrio muy interesante entre la amenidad y la seriedad, para
que el lector disfrute su lectura, entendiendo la solemnidad de
la predicación, sin sentirse ofendido, o que hay liviandad en el
contenido.
13
Prólogo
14
Introducción
D
urante años he leído muchos libros sobre predicación.
Soy un estudiante de la predicación con un apetito voraz
e infatigable por leer, oír, estudiar y aprender acerca del
arte de la predicación. No me considero una autoridad ni mucho
menos un gran predicador. Tengo que confesar, sin embargo,
que mientras más leo y examino el tema, llego a la conclusión de
que es bastante lo que me falta por aprender y mucho el camino
por recorrer. No obstante, a riesgo de omitir u olvidar algunos
elementos importantes, he aceptado el reto de escribir y presentar
lo que a través de los años he aprendido sobre el fascinante tema
de la predicación.
En primer lugar, antes que todo deseo dejar claro lo que este
libro no es. Este libro no es el producto de una serie de conferencias
dictadas a estudiantes de seminario, tampoco es una compilación
de apuntes de clase dictada por un maestro de homilética. No, este
libro no nace en las aulas de clases atestadas por atentos estudiantes
con ánimo de aprender y preguntar. Esta obra no es nada de eso.
Este libro nace en la iglesia donde se sientan las personas con
problemas y dificultades que esperan escuchar la Palabra de Dios
para sus vidas. Nace de la conversación con decenas de pastores
sinceros que sienten que su predicación debe mejorar. Nace en el
15
Introducción
16
CAPÍTULO 1
La predicación, su significado y
su importancia hoy
Q
ué es la predicación? ¿Cuál es su significado? ¿Qué
importancia tiene para hoy? ¿A quién o quiénes se dirige?
¿Cómo enfocar la predicación adecuadamente? ¿Cuáles
son los elementos idóneos de la predicación? Preguntas como
estas, y muchas más, deben ser respondidas antes de enfocarnos
en los aspectos prácticos relacionados con la predicación, pues tal
como dijera el evangelista británico Ian Pitt-Watson en materia de
predicación: “Es imperativo, antes de abordar el cómo, responder
al qué”.1
Iniciaremos nuestro estudio abordando algunos de esos
aspectos a fin de capacitarnos como expositores aprobados que
trazan bien la palabra de verdad. Antes que todo, definiremos el
concepto relacionado al arte de la proclamación del evangelio.
En seguida, estudiaremos con más detalles los elementos que
componen la predicación y le dan significado. Finalmente,
analizaremos la importancia de la predicación y su relevancia para
hoy.
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La Predicación, su signficado y su importancia hoy
Definición de predicación
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La predicación, de la teoría a la práctica
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La Predicación, su signficado y su importancia hoy
1. El contenido de la predicación
El contenido de la predicación, según lo expresado en
nuestra definición, es “mensaje divino”. Predicar no es otra cosa
sino dar un mensaje de parte de Dios. Eso es lo que se espera, por
lo menos, de un predicador; que es un mensajero cuya tarea es
dar a otros el mensaje que Dios le ha conferido. La postura del
predicador debe ser la misma que tuvo el profeta Micaías, que en
cierta ocasión dijo: “Vive Jehová, que lo que mi Dios me dijere, eso
hablaré” (2 Crónicas 18:13).
Es interesante observar el hecho de que —de los treinta y
tres verbos griegos empleados por los escritores neotestamentarios
para representar la riqueza de la predicación— sea Kerysso el
verbo más utilizado.8 Según los estudiosos del Nuevo Testamento,
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La predicación, de la teoría a la práctica
2. El fundamento de la predicación
La definición continúa afirmando que la predicación se
“basa en el significado verdadero y exacto de uno o más textos bíblicos”.
El contenido de la predicación proviene de las Escrituras. La
predicación —tal como escribiera Karl Barth— “es una explicación
de la Escritura”.11 Si lo que se expone en el púlpito no está basado
en la Palabra de Dios, es de poco o ningún valor para los oyentes.
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La Predicación, su signficado y su importancia hoy
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La predicación, de la teoría a la práctica
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La Predicación, su signficado y su importancia hoy
4. El objeto de la predicación
En último lugar, nuestra definición nos dice que el mensaje
divino que se fundamenta en las Escrituras y se comunica a través
del predicador debe ser “aplicado de una manera que sea relevante
para el oyente contemporáneo”.
El objetivo final de la predicación (este concepto será
tratado en detalle más adelante) es aplicar la verdad, no saciar
la curiosidad. Por medio de la predicación, el atribulado ha de
recibir consuelo; el que se haya en perplejidad, luz; el rebelde,
amonestación; el penitente, promesa de perdón; el caído,
perspectiva de levantamiento y restauración; el fatigado, descanso
y fuerzas nuevas; el frustrado, esperanza; el inconverso, la
palabra cautivadora de Cristo; el santo, el mensaje para crecer en
la santificación. El púlpito, tal como dijera José M. Martínez, “ha
de ser la puerta de la gran despensa divina, de la cual se sacan
provisiones necesarias para suplir las necesidades espirituales de
los oyentes”.13
Debemos entender, como predicadores, que la aplicación
del mensaje divino constituye el corazón de la predicación.
Predicar, según lo expresa Arthur Allen, “es hacer la verdad más
clara, la responsabilidad más urgente, alumbrar la mente, despertar
la conciencia, tocar el corazón, persuadir a los hombres y mujeres a
aceptar el mensaje evangélico y vivir una vida cristiana14”.
No podemos pasar por alto que en nuestra definición
se enfatiza que la aplicación del mensaje divino debe hacerse
de una manera que sea “relevante para el oyente contemporáneo”.
La predicación no consiste solo en explicar y dar el significado
verdadero y exacto de lo que Dios dijo hace miles de años a través
de las Escrituras; más aun, consiste en presentar lo que Dios está
diciendo aquí y ahora por medio de las Escrituras. La predicación
es mucho más que un acontecimiento en el tiempo, es un evento
que ofrece lo que Dios nos dice ahora mismo, a nosotros, justo
aquí, donde estamos. Me parece correcta la manera en que Kenton
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La predicación, de la teoría a la práctica
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La Predicación, su signficado y su importancia hoy
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La predicación, de la teoría a la práctica
4. La predicación y el avivamiento
La predicación siempre ha sido precursora del amanecer
de alguna reforma o de un avivamiento. “Cualquier estudio de
los periodos de gran avivamiento —alega Martin Lloyd Jones—
demuestra, ante todo, este simple hecho: que la iglesia cristiana
ha hablado con autoridad en cada uno de esos periodos. La gran
característica de todos los avivamientos ha sido la autoridad del
predicador”.21
La predicación es la clave para el avivamiento de la iglesia.
Griffith Tomas, en su obra The Work of the Ministry, señala que:
“La prosperidad espiritual de cualquier iglesia es principalmente
determinada por el ministerio del don de la predicación y afirmo
mi convicción de que la condición espiritual de la iglesia hoy está
en directa proporción a la negligencia en la predicación. Cuando
observamos la falta de interés en la asistencia a la iglesia y, todavía
más, la ausencia del poder espiritual en la vida de la iglesia, no
creo que sea muy errado describir esa situación como negligencia
en la predicación”.22
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La Predicación, su signficado y su importancia hoy
CONCLUSIÓN
Podemos afirmar, para concluir que, contrario a lo que muchos
profetas modernos declaran, la predicación vive y goza de buena
salud. La comunicación oral del mensaje divino es necesaria hoy
más que nunca. Tanto la sociedad que corre tras el secularismo y
la iglesia que decae ante la apatía, necesitan hoy más que nunca el
bálsamo curativo que solo viene a través de la exposición fiel de la
Palabra de Dios.
Guía de estudio
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La predicación, de la teoría a la práctica
Referencias:
1. Ian Pitt-Watson, A Primer for Preacher (Grand Rapids, MI: Baker Book
House, 1996), p. 11.
2. Phillips Brooks, Lecture on Preaching (Grand Rapids, MI: Zondervan
Publishing House, 1969), p. 5.
3. Janes D. Crane, El sermón eficaz (El Paso, TX: Casa Bautista de
Publicaciones, 1971), p. 20.
4. Donald L. Hamilton, Homiletical Handbook (Nashville, TN: Broadman
& Holman Publisher, 1992), p. 13.
5. Haddon Robinson, La predicación bíblica (Miami, FL: Logoi, 2000), p.
18.
6. Haddon Robinson, p. 18.
7. Jerry Vine, Power in the Pulpit (Chicago: Moody Press, 1999), p. 27.
8. Para un estudio más detallado véase Gerhard Friedrich, Theological
Dictionary of the New Testament, vol. 3 (Grand Rapids, MI: Eerdmans,
1996), p. 703.
9. John Stott, Imágenes del predicador en el Nuevo Testamento (Grand
Rapids, MI: Eerdman, 1996), pp. 28-29.
10. Karl Barth, La proclamación del evangelio (Salamanca, Ediciones
Sígueme, 1969), p. 22.
11. Karl Barth, p. 22.
12. Pablo Perla, Ministerio Adventista: La importancia del predicador y la
predicación (Miami, FL: División Interamericana, Año 60-N 1, 2003),
p. 14.
13. José M. Martínez, Ministros de Jesucristo (Terrassa, Barcelona:
Editorial CLIE, 1977), p. 113.
14. Citado por Lloy Perry, A manual for biblical preaching (Grand
Rapids, MI: Baker Book House, 1971), p. 2.
15. Kenton C, Anderson, Predicando con convicción (Grand Rapids, MI:
Editorial Portavoz, 2004), p. 51.
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La Predicación, su signficado y su importancia hoy
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Capítulo 2
El verdadero propósito de la
predicación
E
l reconocido predicador A. W. Dale tenía por costumbre
pronunciar su sermón ante su esposa antes de exponerlo. Un
día, después de que terminara su ensayo, ella le preguntó:
“Dime, ¿para qué quieres predicar este sermón?” La pregunta
giró en la mente de aquel predicador diligente molestándole con
insistencia.
Ahora bien, ¿Y para qué? ¿Por qué predicar un sermón?
Hasta que no se respondan esas preguntas no se está preparado
para predicar. Si deseamos predicar con efectividad es necesario
definir el propósito de la predicación.
Los manuales de predicación tradicionalmente se han
enfocado en el método de preparar y desarrollar sermones. En
cierto sentido, esto no es del todo incorrecto ya que el método
—como veremos más adelante—, es de suma relevancia. Pero
más importante aun es descubrir la filosofía que yace tras la
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El verdadero propósito de la predicación
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La predicación, de la teoría a la práctica
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El verdadero propósito de la predicación
Primer error
En un extremo está la predicación que es fuerte en contenido
y débil en aplicación. Este es un error frecuente en la exposición,
especialmente en los círculos académicos. Recuerdo haber sido
invitado a escuchar a cierto predicador que era una autoridad
en Antiguo Testamento. Antes de comenzar su exposición, se
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La predicación, de la teoría a la práctica
35
El verdadero propósito de la predicación
quienes les han dicho que el valor que tienen no va más allá de
la belleza física. Allí están todos sentados. En silencio. Esperando
escuchar lo que Dios dice. Y si nuestra predicación se queda solo
en la explicación y no se relaciona con la vida y las necesidades del
oyente, estaremos tan solo golpeando el aire.
Haddon W. Robinson nos recuerda a los predicadores que:
Segundo error
En el extremo opuesto está la predicación cuyo énfasis es en
las emociones y las necesidades de los oyentes, sin prestar atención
a la verdad bíblica. Es la predicación fuerte en aplicación pero
débil en contenido. Recuerdo haber escuchado a un predicador
que antes de iniciar su sermón dijo: “Hoy, al finalizar el sermón,
todos los presentes llorarán”. Sus palabras se cumplieron pues,
justo antes de finalizar, la congregación estaba inundada por las
lágrimas. Lo interesante fue que ¡el primero en comenzar a llorar
fue el predicador!
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La predicación, de la teoría a la práctica
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El verdadero propósito de la predicación
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El verdadero propósito de la predicación
CONCLUSIÓN
Guía de estudio
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La predicación, de la teoría a la práctica
Referencias:
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CAPÍTULO 3
L
as palabras predicación y homilética se emplean a menudo
de manera intercambiable, pero técnicamente no son
idénticas. Predicación es un término más amplio que
hace referencia a la tarea total de la preparación y exposición de
sermones. Por otro lado, homilética es solo una parte de la tarea de
la predicación.
Según Lloyd M. Perry, homilética es la “ciencia que trata
de la naturaleza, clasificación, análisis, construcción y composición
del sermón. Es la ciencia de la cual la predicación es el arte y el
sermón el producto”.1
La homilética como ciencia nace gracias al estudio
cuidadoso de los mejores sermones de todas las épocas de la
iglesia. En su libro Expository Preaching, Harold T. Bryson señala
que la homilética comenzó cuando alguien interpretó el texto
bíblico para otra persona. Se dice que en el año 115 d.C., Ignacio
le escribió una carta a Policarpo en la cual se refiere a la palabra
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La homilética y el estudio del sermón
DEFINICIÓN DE SERMÓN
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La homilética y el estudio del sermón
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1. Título
2. Texto
3. Introducción
4. Proposición y frase transicional
5. Cuerpo y divisiones
6. Conclusión
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La homilética y el estudio del sermón
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La predicación, de la teoría a la práctica
Introducción
Desarrollo
Conclusión
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La homilética y el estudio del sermón
CONCLUSIÓN
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La predicación, de la teoría a la práctica
Guía de estudio
Referencias:
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La homilética y el estudio del sermón
10. Emilson dos Reis, Cómo preparar y presentar sermones (Miami, FL:
Casa Editor Sudamericana, 2006), p. 52.
11. Donald R. Sunukjian, Volvamos a la predicación bíblica (Grand
Rapids, MI: Editorial Portavoz, 2010), p. 11.
12. H.C. Brown, A Quest for Reformation in Preaching (Nashville, TN:
Broadman, 1968), pp. 36-37.
13. Kenton C. Anderson, Predicar es una decisión (Miami, FL: Editorial
Vida, 2010), p. 35.
14. C. Hassell Bullock, Preaching in the Poetic Literature, Handbook
of Contemporary Preaching, ed. Michael Duduit (Nashville, TN:
Broadman, 1992), p. 294.
15. Bryan Chapell, Christ-Centered Preaching (Grand Rapids, MI: Baker
Book House, 1994), p. 22.
16. Teófilo Pichardo, Homilética para el siglo XXI (Santo Domingo, RD:
Publicaciones UNAD, 2009), p. 55.
17. Cecilio Arrastia , Teoría y práctica de la predicación (Nashville, TN:
Editorial Caribe, 1993). p. 48.
18. Haddon W. Robinson, La predicación bíblica (Miami, FL: Logoi, Inc,
2000), p. 117.
19. Donald Macleod, Diccionario de teología práctica: Homilética (Grand
Rapids, MI: Iglesia Cristiana Reformada, 1976), p. 41.
56
CAPÍTULO 4
R
ecuerdo haber participado en una conversación con un
grupo de pastores en la que discutíamos el tema acerca de
si era necesario desarrollar algún método para preparar
sermones. La discusión estaba dividida. Algunos defendíamos
el hecho de que era necesario desarrollar algún método mientras
otros decían que no. Uno de los que estaba en contra dijo: “En mi
caso particular, no tengo ningún método para preparar sermones.
Solo me levanto, me coloco detrás del púlpito y dejo que el Señor
sea el que me guíe”. Es interesante, reconózcalo o no, pero sin
darse cuenta este pastor expuso su método.
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Del texto al Sermón: el camino de la exposición
El proceso que nos guía desde el texto hacia el sermón puede ser
ilustrado por un camino que consta a su vez de tres fases: Exégesis,
teología y homilética (ver ilustración en la siguiente página).
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La predicación, de la teoría a la práctica
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Del texto al Sermón: el camino de la exposición
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CONCLUSIÓN
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Del texto al Sermón: el camino de la exposición
Guía de estudio
Referencias:
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CAPÍTULO 5
P
reparar un sermón no es tarea fácil, así lo reconoció Martyn
Lloyd-Jones, el gran predicador inglés de mediados del
siglo veinte cuando expresó que:
69
La preparación del Sermón -Primera Parte
PRIMERO LO PRIMERO:
COMIENCE CON UN ENFOQUE CORRECTO
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La predicación, de la teoría a la práctica
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La preparación del Sermón -Primera Parte
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La predicación, de la teoría a la práctica
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La preparación del Sermón -Primera Parte
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La preparación del Sermón -Primera Parte
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La predicación, de la teoría a la práctica
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La preparación del Sermón -Primera Parte
CONCLUSIÓN
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La predicación, de la teoría a la práctica
Guía de estudio
1. Exponga en sus propias palabras lo que afirmó Martyn Lloyd-
Jones en cuanto a la preparación del sermón.
2. ¿Cuál es el trabajo más difícil que demanda la predicación al
predicador?
3. ¿Alrededor de qué deben girar todas las ideas del sermón para
que dé en el blanco?
4. ¿Cómo encontrar un texto o tema para el mensaje? Escriba
algunas de las sugerencias del autor al respecto.
5. De acuerdo a lo estudiado en este capítulo, ¿cuáles son las
etapas del análisis exegético?
Referencias:
87
La preparación del Sermón -Primera Parte
88
La predicación, de la teoría a la práctica
19. Este ejemplo fue citado por John MacArthur, El poder de la Palabra
y cómo estudiarla (Grand Rapids, MI: Editorial Portavoz, 2010), p.
112.
20. Se haría un poco difícil entender la sentencia de Pablo en 1
Corintios —que a las mujeres no les es permitido hablar en la
congregación— sin analizar el contexto histórico en el cual esta
declaración se escribió. Según el Comentario Bíblico Adventista, era
indecoroso que las mujeres hablaran en la congregación “porque
las costumbres de los griegos y de los judíos ordenaban que las
mujeres se retiraran cuando se discutían los asuntos públicos. La
violación a esa costumbre sería considerada como una deshonra y
habría sido una vergüenza para la iglesia”.
21. Kenton Anderson, p.143.
22. Citado por Haddon Robinson, La predicación bíblica (Miami, FL:
Logoi, Inc, 2000),p. 35.
23. Haddon Robinson, p. 66.
24. Harold T. Bryson y James C. Taylor, Building Sermon to Meet
People’s Needs (Nashville, TN: Broadman, 1980), p. 61.
25. Ramesh Richard, Preparing Expository Sermon (Grand Rapids, MI:
Baker Books, 1995), p. 67.
26. Jilton Moraes, Homilética (Buenos Aires, Argentina: Editorial
Peniel, 2011), p. 66.
27. Juan Medina, Una predicación efectiva para el siglo XXI (Miami, FL:
Ministerio LOGOI, 2008), p. 51.
28. Teófilo Pichardo, Homilética para el siglo XXI (Santo Domingo, RD:
Publicaciones UNAD, 2009), p. 61.
29. Wesley Allen, Elements Of Preachig: Determining the Form
(Minneapolis, MN: Fortress Press, 2008), p. 7.
30. Donald R. Sunukjian, Volvamos a la predicación bíblica (Grand
Rapids, MI: Editorial Portavoz, 2010), p. 26.
31. Este bosquejo fue publicado por Daniel Overdorf, Sermones que
transforman vidas (Grand Rapids, MI: Editorial Portavoz, 2012).
32. Donald R. Sunukjian, p. 28.
89
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CAPÍTULO 6
E
n el capítulo anterior analizamos los primeros pasos en la
preparación del sermón: escoger el texto, hacer el análisis
exegético, descubrir la gran idea y por último bosquejar
el flujo del mensaje. En este capítulo, continuaremos los pasos
restantes en la ardua tarea de elaborar un sermón.
91
La preparación del Sermón -Segunda Parte
1. Explicar
En todo mensaje bíblico hay algunos aspectos obvios que
el expositor tendrá que explicar. Las explicaciones muestran el
porqué de una cosa, de una actitud; aclaran o deshacen los malos
entendidos, justifican ciertos procedimientos. Nos ayuda saber qué
explicación es el antónimo de complicación. Por eso, una explicación
facilita el entendimiento del asunto.
Como expositores no podemos dar por sentado que nuestros
oyentes conocen el significado de los términos o palabras que
empleamos en nuestra jerga teológica. Delante del expositor habrá
personas que nunca han escuchado términos como justificación,
redención, nominalismo o antinominalismo. Por consiguiente, es
necesario que sea claro.
Por ejemplo, imagínense que decidamos desarrollar el
bosquejo sobre Génesis 22:1-19 que hemos usado como ejemplo. Si
el expositor decide predicar en cuanto a esta parte de las Escrituras,
es necesario que explique qué es un holocausto y por qué Dios
especifica el lugar del sacrificio, entre otras cosas que aparecen en
el texto.
92
La predicación, de la teoría a la práctica
2. Demostrar
El expositor no solo debe quedarse en campo de la
explicación, sino que también debe incursionar en el de la
demostración, por lo que debe responder la pregunta: ¿Es verdad?
¿Realmente puedo creerlo? Haddon Robinson argumenta que
en la generación pasada, el predicador podía que contara con
un sentimiento de culpa en cuanto al pesar de la congregación.
Hoy en día eso ha cambiado ya que en la actualidad solo se puede
esperar una actitud de duda y cuestionamiento por parte de los
oyentes. Robinson dice que “la publicidad ha creado un público
de gente escéptica que se sacude las afirmaciones dogmáticas y las
confirmaciones entusiastas, no importa quién las haga”.2
Para ilustrar este punto permítame utilizar la afirmación
hecha por Pablo en Romanos 8:28, escojo este texto pues es el
mismo que utiliza Haddon Robinson para explicar cómo reacciona
una congregación moderna ante la verdad.
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les
ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito
son llamados”.
93
La preparación del Sermón -Segunda Parte
3. Aplicar
Por último, el expositor debe desarrollar su bosquejo en
base a la aplicación. Aplicar no es tarea fácil. Según Will Willimon,
es el “área más peligrosa de la homilética, donde la mayoría de
predicadores tenemos a menudo dificultades”.4 Creo esto y lo
comparto de todo corazón ya que es en el terreno de la aplicación
cuando la mayoría de los predicadores nos vemos tentados a añadir
algunas demandas de fabricación humana. Como predicadores
debemos tener claro que la aplicación no es el momento de libertad
del predicador para que este diga lo que quiera. La aplicación, así
como todas las partes del sermón, debe estar sometida al texto
bíblico escogido para la predicación. El predicador debe presentar
el principio que Dios demanda y mostrar el poder que Dios otorga
para el cumplimiento de dicho principio.
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La predicación, de la teoría a la práctica
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CONCLUSIÓN
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102
La predicación, de la teoría a la práctica
Guía de estudio
Referencias:
103
La preparación del Sermón -Segunda Parte
104
CAPÍTULO 7
P
redicar se parece al acto de pilotear un avión. Hay dos
momentos críticos: el despegue y, uno mucho más difícil,
el aterrizaje. Estas dos acciones —despegar y aterrizar—
demandan del piloto un extra de habilidad, concentración y
atención. Un descuido tanto en el despegue como en el aterrizaje
puede degenerar en la pérdida del avión y llevar a la muerte a
cientos de vidas. En la aviación es importante que un vuelo
comience bien, pero más importante es que termine mejor.
En la predicación pasa algo similar. Si le preguntara a
algún predicador cuál es la parte más difícil del sermón, seguro
que la mayoría le responderá que es el inicio y el final, o sea, la
introducción y la conclusión. Al igual que el piloto, el predicador
debe colocar un extra de habilidad, concentración y atención al
acto de comenzar y finalizar su sermón pues si no lo hace corre el
riesgo de perder todo el tiempo invertido en el sermón y, lo más
doloroso, perder la atención de sus oyentes.
En este capítulo abordaremos en detalles el tema de
la introducción y la conclusión del sermón. Estudiaremos la
105
Comience bien, termine mejor
COMIENCE BIEN
1. La importancia de la introducción
Los primeros tres minutos del sermón son los más
importantes, los más desafiantes y también los más difíciles.
“Los oyentes determinarán —dice Lloyd J. Ogilvie— dentro de
los primeros tres minutos del sermón, la efectividad de todo el
mensaje”.1 Es dentro de esos primeros tres o cuatro minutos cuando
el predicador puede salir airoso con su sermón o derrumbarse
por completo. “Es en la introducción”, dice H. C. Brown, “que se
encuentra la primera crisis en la predicación. Desde el momento
en que se pronuncia la primera frase, y por un espacio de tres a
cuatros minutos, la batalla para captar la atención se puede perder
o ganar2”.
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Comience bien, termine mejor
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La predicación, de la teoría a la práctica
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Comience bien, termine mejor
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La predicación, de la teoría a la práctica
TERMINE MEJOR
2. El contenido de conclusión
James D. Crane, en su Manual para predicadores, nos dice
que “la conclusión de un mensaje cristiano debe comprender
cuanto menos dos elementos importantes, a saber: un resumen de
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Comience bien, termine mejor
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La predicación, de la teoría a la práctica
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Comience bien, termine mejor
Termine con una cita. Una cita bien escogida a veces resume
la idea del sermón en palabras más fuertes y vívidas que
las que el predicador mismo puede encontrar.
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La predicación, de la teoría a la práctica
CONCLUSIÓN
Guía de estudio
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Comience bien, termine mejor
Referencias:
116
CAPÍTULO 8
D
avid, rey de Israel, el hombre que un día fuera llamado
“varón conforme al corazón de Dios”, pecó y el Señor
—en su inmensa misericordia— le envió un mensaje de
amonestación a través de un siervo escogido, un profeta llamado
Natán. Pero, ¿cómo darle el mensaje al rey?, se preguntaba el
profeta. Natán, sabio orador y gran comunicador, decidió tras
analizar la situación entregar el mensaje utilizando una simple y
conmovedora historia.
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Ilustre, ilustre, iluestre
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La predicación, de la teoría a la práctica
Si alguien conocía el valor que tiene contar una historia o usar una
ilustración para comunicar con eficacia la verdad, ese alguien era
Jesús. A través de los evangelios, el Señor expuso innumerables
temas. Habló del dinero, del cielo, del infierno, del fin del tiempo,
del legalismo, la hipocresía, la salvación, el pecado y el amor
de Dios, entre otros temas. Sin embargo, llama la atención que
expusiera la mayoría de esos puntos a través de relatos, sobre todo
mediante figuras literarias como la parábola. El evangelista Mateo
nos dice que: “Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin
parábolas no les hablaba” (Mateo 13:34). ¡Increíble! Jesús todo lo
enseñaba a través de parábolas. Es más, según los estudiosos cerca
del setenta y cinco por ciento de las enseñanzas de Jesucristo en el
Nuevo Testamento contienen algún tipo de ilustración o relato.4
Comentando acerca del uso que Jesús hacía de las
ilustraciones, una famosa escritora cristiana nos cuenta que:
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Ilustre, ilustre, iluestre
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La predicación, de la teoría a la práctica
121
Ilustre, ilustre, iluestre
otra parte del sermón; muchas veces, las verdades del sermón son
recordadas solo en relación con la ilustración. Si queremos que la
verdad quede grabada en la mente de nuestros oyentes y la misma
sea recordada por más tiempo, es necesario que usemos material
ilustrativo.
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La predicación, de la teoría a la práctica
1. Ilustraciones verbales
Hay decenas de ilustraciones verbales, las cuales pueden
utilizarse en la predicación del sermón. Mencionaremos a
continuación algunas de las más empleadas.
123
Ilustre, ilustre, iluestre
2. Ilustraciones visuales
Las ilustraciones visuales producen resultados asombrosos.
Aunque el sermón sea claro e interesante, las ayudas visuales
agregan claridad y persuasión. La gente retiene más una prédica
si se usan ayudas visuales. F. B. Edge declara: “Se calcula que de
un setenta a un noventa por ciento de lo que aprendemos llega a
nuestra mente por medio de la vista”.11
Por otro lado, una de las razones más poderosas por las que
el predicador apela tanto a la vista como al oído es que la gente en
la actualidad es mucho más visual que la de hace cincuenta años.
En ese tiempo a la gente le atraía más la radio, pero la electrónica ha
124
La predicación, de la teoría a la práctica
3. Ilustración multisensorial
Aunque los manuales de homilética tradicional dividen
los tipos de ilustración en verbales y visuales, en la actualidad eso
ha variado; ya que los manuales de predicación moderna incluyen
un tercer tipo de ilustración: las ilustraciones multisensoriales.
Rick Blackwood, en su libro El poder de la predicación y la
enseñanza multisensorial, nos dice que tanto las ilustraciones como
la predicación deben involucrar no solo el sentido del oído sino
todos los sentidos. Blackwood afirma que “a diferencia de la
predicación, que estimula solo el sentido del oído, la comunicación
multisensorial estimula diversos sentidos, es decir, el oído, la vista, el
tacto y, en ocasiones incluso, el olfato y el gusto”.12
Según Blackwood las personas aprenden más cuando
incorporan la integración a la comunicación verbal y visual.
Blackwood indica que para que las personas aprendan con eficiencia
deben pasar de una experiencia de aprendizaje monosensorial
(solo el oído, por ejemplo) a una experiencia sensorial dual (oído
y vista) y de una experiencia sensorial dual a una experiencia
multisensorial (oído, vista, olfato y tacto). Blackwood defiende su
tesis a través de un simple proverbio chino que dice:
Oigo y olvido.
Veo y recuerdo.
Hago y entiendo.
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Ilustre, ilustre, iluestre
FUENTES DE ILUSTRACIONES
2. La Biblia
La Biblia es un océano de ilustraciones. Sus historias son
auténticas, creíbles y diversas. Los relatos del Antiguo Testamento,
126
La predicación, de la teoría a la práctica
3. Libros de ilustraciones
Los libros de ilustraciones son de gran apoyo a la hora
de buscar una para el sermón. Existen diversos libros impresos
tanto en inglés como en español, los cuales proveen una serie
de ilustraciones que —en muchas ocasiones— son divididas por
temas bíblicos. Entre los libros de ilustraciones en español podemos
mencionar la Enciclopedia de anécdotas e ilustraciones I y II, compilada
por Samuel Vila; Ilustraciones perfectas, compilado originalmente
en inglés por Craig Brian Larson, también recomendamos el libro
Más de 1001 ilustraciones y citas de Swindoll, compilado por el famoso
escritor Charles Swindoll. Otro que merece nuestra mención es el
libro titulado En aguas refrescantes, recopilado por Alice Gray, que
nos muestra relatos e historia contados por predicadores como
Max Lucado, Billy Graham, John MacArthur entre otros.
4. La lectura diaria
La lectura diaria del expositor es otra fuente inagotable
de predicación. La lectura sistemática y organizada por parte del
orador le proveerá de abundante material ilustrativo. El predicador
debe leer con lápiz y papel en mano a fin de tomar nota y archivar
algún pensamiento o ilustración que encuentre. La lectura de libros
devocionales así como de teología, historia, filosofía, biografía, le
dará al predicador abundante material ilustrativo fresco y muy
valioso para la comunicación del mensaje divino. Especialmente
127
Ilustre, ilustre, iluestre
128
La predicación, de la teoría a la práctica
129
Ilustre, ilustre, iluestre
CONCLUSIÓN
En verdad que hay mucho más que decir acerca del tema
de la ilustración. Existen actualmente libros que lo tratan de
manera amplia y analizando en detalles cada uno de los elementos
que presentamos aquí. De los libros que existen sobre el tema
recomiendo la lectura de Cómo usar ilustraciones para predicar con
poder, escrito por el gran predicador y maestro de homilética Bryan
Chapell; El arte de ilustrar sermones, escrito por Leslie Thompson,
los que serán de gran ayuda para ampliar el conocimiento del
tema.
Deseo concluir este capítulo con las palabras del gran
predicador londinense Charles Spurgeon, que afirmara que: “Es
feliz el predicador que encuentra una anécdota para el final de su
sermón. Una historieta o ejemplo que haga viva y patente toda la
enseñanza del mismo”.14
130
La predicación, de la teoría a la práctica
Guía de estudio
Referencias:
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Ilustre, ilustre, iluestre
132
CAPÍTULO 9
L
a preparación del sermón es apenas la mitad de la tarea del
expositor; la otra mitad consiste en predicarlo con éxito.
Se ha dicho que una prédica no es tal cosa hasta que haya
sido predicada. En otras palabras el bosquejo o manuscrito solo se
convierte en sermón cuando se predica. Así lo expresó Wayne V.
McDill cuando escribió que: “La idea del sermón no es un sermón.
El bosquejo del sermón no es un sermón. El manuscrito del sermón
no es un sermón. El sermón solo llega a existir en un momento,
cuando se predica”.1
Sí, la preparación del sermón es importante ya que la misma
comprende la teoría y la inspiración que le dan forma al mensaje.
Mas la segunda parte —que es la comunicación del discurso—,
al igual que la primera, es de vital importancia. Sin embargo,
por desdicha, se le ha dado más prioridad a la parte teórica de la
elaboración de la homilía, mientras que a la segunda parte —o sea,
la parte práctica de la entrega y la comunicación del sermón— a
menudo se la ha descuidado, pese a ser la más importante desde el
punto de vista del oyente.2
133
Predique con libertad...
PROCESO COMUNICATIVO
Antes de abordar las claves sobre la presentación efectiva del
sermón, es necesario que dediquemos un espacio a discutir la
relación que existe entre la comunicación y la predicación; ya que
predicar, como lo hemos venido discutiendo a través de este libro,
es comunicar de forma oral el mensaje divino.
La comunicación es el proceso mediante el cual se puede
transmitir información de una entidad a otra. Por su etimología,
la palabra deriva del latín communicare, que significa “compartir
algo”. Tradicionalmente, la comunicación se ha definido como “el
intercambio de sentimientos, opiniones o cualquier otro tipo de
información mediante el habla, escritura u otra clase de señales”.3
Según los eruditos todas las formas de comunicación
requieren un emisor, un mensaje y un receptor. El emisor es quien
emite el mensaje, puede ser una persona o no. El receptor se define
como el sujeto de la comunicación que recibe la información y
el mensaje es lo que se quiere compartir o comunicar. En el caso
particular de este libro, identificamos al emisor con el expositor o
predicador; al mensaje con el sermón y al receptor con la audiencia
a la cual se destina el sermón.
El proceso comunicativo —como se le llama a la acción
de comunicarse— implica la emisión de señales (sonidos,
gestos o señas, etc.) con la intención de dar un mensaje. Para
que la comunicación sea exitosa, el receptor debe contar con las
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La predicación, de la teoría a la práctica
Proceso Comunicativo
Emisor Mensaje Receptor
Predicador Sermón Oyentes
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Predique con libertad...
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CONCLUSIÓN
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Predique con libertad...
Guía de estudio
Referencias:
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La predicación, de la teoría a la práctica
145
146
Apéndice A
Estructuras sermonarias,
importancia y ejemplos
En el capítulo seis tratamos el paso número ocho en la
preparación del sermón y concluimos que el expositor debe
moldear su discurso siguiendo un modelo deductivo o inductivo.
También indicamos que existen diferentes modelos sermonarios
o estructuras que pueden ser usados para moldear el sermón. En
este primer apéndice analizaremos la importancia de usar diversas
estructuras o modelos sermonarios. También mostraremos varios
ejemplos de ello.
147
Apéndice A
1. Sermón tradicional
El primer ejemplo que deseo analizar es el que se conoce
como modelo tradicional. Este es el más usado en las iglesias y
como patrón a seguir en la mayoría de los tratados de homilética.
El modelo tradicional es deductivo y se desarrolla de la siguiente
forma.
Título.
Texto.
I. Introducción
A. Proposición (gran idea) y frase transicional
II. Cuerpo y divisiones
III. Conclusión
Introducción
1. La tentación a pecar es nuestra común realidad.
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La predicación, de la teoría a la práctica
Cuerpo
I. Debemos conocer la Palabra de Dios
II. Debemos creer la Palabra de Dios
III. Debemos obedecer la Palabra de Dios
Conclusión
Si nosotros, como Cristo en el desierto, conocemos, creemos
y obedecemos la Palabra de Dios, saldremos vencedores. Notemos
que el sermón tradicional tiene varias características distintivas.
Primero, la gran idea es presentada en la introducción. Segundo,
casi siempre —salvo algunas excepciones— está divido en tres
puntos. Y, por último, sigue un orden aliterado (note que en el
bosquejo anterior cada punto inició con la palabra “debemos”).
2. Modelos inductivos
La predicación inductiva nos llama a abandonar el bosquejo
homilético tradicional y nos invita a desarrollar nuevas opciones
sermonarias.
149
Apéndice A
150
La predicación, de la teoría a la práctica
3. Modelo narrativo
Podemos definir el modelo narrativo como “aquel que
presenta el mensaje de un texto bíblico por medio de la narración.
Es decir, este sermón transmite el mensaje del evangelio por medio
de la historia”.5
La predicación narrativa despierta gran interés en los
oyentes debido a que nada despierta tanto nuestros sentimientos
y nuestra conciencia como una buena historia. Las historias tratan
temas de la vida y sus complejidades, cosas con que todos podemos
identificarnos.
Por otro lado, la Biblia está repleta de material histórico.
El Antiguo Testamento trata mayormente acerca de personajes,
familias y países que vivieron eventos sobresalientes en su relación
con Dios. El Nuevo Testamento también contiene muchas historias.
Ejemplo de ello son los evangelios, los cuales cuentan la vida de
Jesús desde una óptica narrativa. También el libro de los Hechos
de los Apóstoles, cuyo relato contiene la historia de los discípulos
del Señor y de la iglesia naciente. H. Davis, hablando sobre el uso
de la narrativa en las Escrituras, nos dice que: “Nueve décimas
de nuestra predicación actual está compuesta de exposición verbal
151
Apéndice A
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La predicación, de la teoría a la práctica
4. Modelo YNDTN.
Este modelo o estructura sermonaria ha sido presentada
por Andy Stanley en su libro Comunicación: La clave para lograr
cambios duraderos. Según Stanley, el sermón debe estructurarse
siguiendo el patrón dado a continuación:
YO NOSOTROS DIOS Tú
NOSOTROS9
YO
Primero, el predicador introduce un dilema que ha
enfrentado o está enfrentando actualmente.
NOSOTROS
En esta sección el predicador debe encontrar un terreno
común con su audiencia alrededor del mismo dilema o de uno
similar.
DIOS
Luego el predicador se va al texto bíblico para descubrir lo
que Dios dice acerca de la tensión o la pregunta que usted como
expositor ha introducido.
153
Apéndice A
TÚ
Después de saber lo que Dios dice, usted desafía a su
audiencia a actuar de acuerdo a lo que acaba de escuchar.
NOSOTROS
Y, finalmente, concluya con varias declaraciones acerca de
lo que podrá pasar en su comunidad, en su iglesia o en el mundo,
si todos abrazaran esa verdad particular.
INTRODUCCIÓN
YO — A veces me pregunto cómo debería responder a las
situaciones en mi matrimonio.
NOSOTROS — Imagino que usted también se ha encontrado
en situaciones en las que no sabía qué hacer con seguridad.
CUERPO
DIOS — La Biblia enseña que debemos someternos uno al
otro; que debemos poner las necesidades y los deseos de nuestro
cónyuge antes que nuestros propios deseos y necesidades.
TÚ— La próxima vez que no sepa decir o qué hacer,
formúlese esta pregunta: “¿Cómo puedo poner los deseos y las
necesidades de mi cónyuge antes que los míos en este momento?”
CONCLUSIÓN
Conclusión: En el matrimonio, la sumisión casi siempre es la
mejor decisión.
NOSOTROS — Imagínese lo que pasaría en nuestra
comunidad si todos empezáramos a mostrar esa clase de sumisión
mutua delante de nuestros amigos y vecinos.
154
La predicación, de la teoría a la práctica
Conclusión
Los modelos sermonarios anteriormente mencionados son
algunos de los muchos que pueden emplearse para moldear el
discurso de forma atrayente e interesante para el oyente. Sé que no
será fácil dejar a un lado, en algunas ocasiones, el sermón tradicional
o la estructura deductiva. Permítame decirle que no tiene que
dejar de usarla. Antes bien, el propósito de este primer apéndice
es animarlo a usar otras estructuras para modelar su discurso.
Haga el experimento e incluya en su calendario de predicación la
presentación de un sermón narrativo o uno deductivo, siguiendo
uno de los modelos sugeridos por Craddock. Si así lo hace, su
congregación estará más atenta y esto añadirá a su sermón más
interés y suspenso.
Referencias:
155
156
Apéndice B
157
Apéndice B
158
La predicación, de la teoría a la práctica
159
Apéndice B
Introducción
(3 Minutos)
Desarrollo
(24 Minutos)
Conclusión
(3 Minutos)
160
La predicación, de la teoría a la práctica
Referencias:
161
6. ________, Testimonio para la Iglesia, t. 4, p. 261.
7. Comentario Bíblico Adventista, t. 6, P. 383.
8. White, Testimonio para los ministros, p. 256.
9. James Crane, El sermón eficaz (El Paso, TX: Casa Bautista de
Publicaciones, 2003), p. 141.
10. White, El evangelismo, p. 133.
11. Citado por Alfonzo Valenzuela en La exposición del mensaje divino
(Pasadena, CA: Living Ministry, 2005), p. 67.
162
Apéndice A
La predicación y el iglecrecimiento
163
Apéndice C
164
La predicación, de la teoría a la práctica
La importancia de la predicación en el
crecimiento de la iglesia
165
Apéndice C
166
La predicación, de la teoría a la práctica
167
Apéndice C
4. Un llamado al arrepentimiento
Pedro, al final de su primer sermón, declaró: “Arrepentíos,
y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesús para
perdón de pecados” (Hechos 2:38). Pablo solemnemente testificaba
“a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios”
(Hechos 20:21), declarando a toda persona que “se arrepintiesen y
se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento”
(Hechos 26:20). Rick Warren afirmó: “Si quieres resumir en dos
palabras lo que hace crecer una iglesia son estas: Vidas cambiadas.
No son los programas, la publicidad, el mercadeo; son las vidas
cambiadas. La gente quiere ir donde las vidas son cambiadas”.15
Solo a través de un llamado al arrepentimiento veremos vidas
cambiadas.
168
La predicación, de la teoría a la práctica
Referencias:
1. Rick Warren, Una iglesia con propósito (Miami FL: Editorial Vida,
1998), p. 21.
2. Citado por Alfonso Valenzuela, La exposicion del mensaje divino
(Pasadena, CA: Living Ministry, 2005), p. 16.
3. David Eby, p. 9.
4. Oscar Hernández, Con la Biblia en mis manos (Miami, FL: APIA,
2000), p. 18.
5. David Eby, Power Preaching for the church growth (Christian Focus
Publications, 2009), p. 14.
6. C. B. Haynes, p. 18.
7. F. F. Bruce, The Act of the Apostles (Grand Rapids: Wm. B. Eardmans
Publishing, 1951), p. 18.
8. F. F. Bruce, Hechos de los apóstoles: Introducción, comentarios y notas
(Grand Rapids, Michigan: Libros Desafío, 1998), p. 149.
169
Apéndice C
170
Apéndice D
Introducción
La Carta de Pablo a los Efesios fue escrita indudablemente
mientras este estaba en prisión. Debido a su elevado pensamiento
teológico y práctico, esta epístola ha sido denominada como:
“la revelación doctrinal más grande que Dios le haya dado al
hombre”.1
Desde el primer capítulo, el propósito del apóstol es
recordarnos las riquezas de las bendiciones que tenemos como
cristianos, bendiciones espirituales que son nuestras debido a que
estamos en Cristo (Efesios 1:3).
En nuestro sermón de hoy meditaremos en la primera
bendición otorgada al creyente. Esta bendición está registrada
en Efesios 1:4 (NVI), donde se nos dice que: “Dios nos escogió en
él antes de la creación del mundo, para que seamos santos y sin
mancha delante de él. En amor”. De este texto extraeremos tres
importante verdades para destacar y recordar.
Desarrollo
1. Lo primero que deseo destacar es la bendición en sí. El
apóstol Pablo nos dice que: “Dios nos escogió en él antes de la
171
Apéndice D
172
La predicación, de la teoría a la práctica
173
Apéndice D
174
La predicación, de la teoría a la práctica
Conclusión
175
Apéndice D
Referencias:
176
Apéndice D
Libros en español
Aguilar, Abel, Homilética I: El arte de predicar, Miami, FL:
Editorial Vida, 2000.
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Bibliografía
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La predicación, de la teoría a la práctica
179
Bibliografía
180
La predicación, de la teoría a la práctica
181
Bibliografía
Libros en inglés
Adams, Jay. E., Preaching with purpose, Grand Rapids, MI:
Zondervan, 1982.
182
La predicación, de la teoría a la práctica
183
Bibliografía
184
Morris, Derek J., Powerful Biblical Preaching: USA: General
Conference, 2005.
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