Decisiones Individuales y Colectivas.
Decisiones Individuales y Colectivas.
Decisiones Individuales y Colectivas.
CHIMBOTE
CAÑETE – PERÚ
2018
TOMA DE DECISIONES I
ACTIVIDAD Nº 10
MONOGRAFIA
AUTORES:
DOCENTE:
CAÑETE – PERÚ
2018
La vida está compuesta por decisiones que tenemos que tomar para avanzar, en todos y
cada uno de los ámbitos y escenarios. Algunas las tenemos que tomar solos y otras de
manera colectiva, tanto en el plano personal como en el profesional. Al fin y al cabo,
somos dueños de nuestros actos y nuestras decisiones y sus consiguientes acciones van a
definirnos como personas.
En el terreno empresarial, las decisiones que se tomen van a ser las que van a determinar
el devenir inmediato de la corporación, así como a medio-largo plazo. Hay que tener en
cuenta que una empresa suele estar formada por un grupo de personas. Cada una realiza
funciones distintas pero al final, todas trabajan con un objetivo último común. Por ello,
directa o indirectamente, se está trabajando en equipo.
Cuando las cosas salen mal, siempre se suele apuntar a alguien a quien se responsabiliza
de haber tomado alguna determinada decisión. En cambio, cuando las cosas salen bien
suele suceder que todos quieren obtener reconocimiento de dicho éxito. Por lo tanto, es
difícil encontrar un balance en este sentido.
Según Forbes, el requisito principal para tomar una decisión debe de ser la existencia de
un problema y saber reconocerlo. Si las cosas están y funcionan bien, mejor no tocarlas.
La idea es proponer muchas soluciones a dicho problema y después, escoger una de ellas.
Es recomendable hacerlo en equipo para que así todos se sientan partícipes del proyecto
y estén más motivados. Un trabajador motivado siempre rendirás mucho más que uno que
no lo está.
Si todos participan en dicho proceso, después podrá haber reproches ni malentendidos.
Siguiendo la línea de Forbes, lo más importante en la elección de la solución y la
consiguiente toma de decisiones al respecto es que ésta última represente de alguna
manera el parecer del colectivo, al menos que se acerque. Hay que tener en cuenta que
cuando existen discrepancias, tratar de convencer e imponer una idea son dos acciones
muy distintas.
Todo tiene sus pros y sus contras. Por un lado, como se ha apuntado antes, si las cosas
salen bien todos serán partícipes de dicho éxito y si por el contrario las cosas salen mal
también todos serán los responsables en vez de que la responsabilidad caiga encima de
una sola persona.
Este proceso unifica al equipo de trabajo. Un equipo unido siempre se comunica mejor y
ello conlleva una mayor rapidez en el proceso de trabajo, por lo que se consigue un mayor
grado de eficiencia. Al fin y al cabo, la eficiencia es lo que diferencia y determina si un
equipo es bueno o malo o si es mejor o peor que otro.
Es recomendable que el líder del equipo de trabajo: trate con cercanía y respeto a sus
compañeros, los anime y motive, esté abierto a escuchar nuevas propuestas y sea exigente
sin ser dictatorial. También es muy importante que fomente la fluidez de la comunicación,
identifique los errores a tiempo para solventarlos lo antes posible y fomente la cohesión
entre los miembros del grupo. Pero sin duda lo esencial para seguir creciendo es no
conformarse nunca y estar siempre dispuesto a no dejar de aprender.
PARTICIPACIÓN DE LOS EMPLEADOS EN LA TOMA DE DECISIONES
Hoy en día realizar bien el trabajo no es suficiente para el éxito de los proyectos
empresariales por lo que no podemos olvidarnos de la influencia de la “inteligencia
emocional”; es decir, de adoptar una actitud abierta y responsable de cooperación y
adaptarla a las normas y modos de trabajar de nuestra entidad.
Hay que saber lo que puede rendir cada empleado, cuáles son las obligaciones que tiene
y exigirle que las cumpla, pero siempre con educación y asertividad, conductas que
indican seguridad en nuestra capacidad de liderazgo y confianza en las competencias de
los demás.
Todos hemos “sufrido” en más de una ocasión las consecuencias de decisiones ajenas y
sabemos que es fácil “descubrir” cuando son erróneas y que es más sencillo incluso
admitir la equivocación cuando no hemos sido partícipes de ella. También sabemos que
nos resulta mucho más sencillo sentirnos cómodos cuando sí hemos sido partícipes del
proceso de toma de decisión y es más, frases como “si me parece bien, pero me lo podías
haber consultado antes” son cotidianas.
Por su parte, algunas empresas están acostumbradas a los gerentes que no cuentan con
nadie y no trasmiten ninguna información. Sin embargo, son muy raras las situaciones en
las que este tipo de políticas pueden funcionar adecuadamente. Por lo general, las
organizaciones en las que un solo individuo toma las decisiones de forma completamente
autónoma se benefician de la rapidez en la toma de decisiones.
Una buena opción frente a esta situación se encuentra en establecer un pequeño intervalo
de consultas, donde el responsable de tomar la decisión recaba nueva información, tantea
a sus empleados, les invita a proporcionar ideas o nuevas orientaciones, asume que la
responsabilidad es suya pero fomenta la participación -siempre teniendo presentes cuáles
son los objetivos marcados-, y por último, comparte con todos su decisión. Al igual que
en el caso anterior, este proceso de toma de decisiones aporta muchísima flexibilidad pero
a diferencia del anterior, minimiza la posibilidad de error y no traslada a los empleados
la percepción de que ellos no cuentan.
Frente a los dos modelos anteriores, podemos encontrarnos con una tercera vía. En este
caso el responsable de la toma de decisiones reunirá a todos los implicados en este proceso
de toma de decisión, expondrá los motivos que impulsan a intervenir y conjuntamente
con su equipo definirán los objetivos. Una vez hecho esto, entre todos trazarán las
estrategias y reasignarán la responsabilidad y compromisos que cada uno debe asumir en
la nueva situación. Esta situación es la ideal para la mayor parte de las empresas y ante
situaciones de fuertes cambios ya que nos permite recopilar toda la información necesaria
al tiempo que ofrece la oportunidad de decidir a cada implicado. A pesar de ser un sistema
de toma de decisiones bastante lento, es uno de los más adecuados cuando el volumen de
información a manejar es muy elevado ya que cada responsable de área ofrecerá una
visión de la realidad y por tanto, la nueva orientación tendrá una percepción más completa
de lo que realmente está ocurriendo en el mercado.
Las desventajas:
Factor tiempo
La posibilidad de obtener soluciones satisfactorias
Disposición a arriesgarse
Racionalización
Emplee el análisis costo-beneficio
Evita las decisiones “al vapor”
Confié en los procedimientos establecidos
Consulte a los demás
Recuerde que nadie siempre tiene la razón
La toma de decisiones debe estar orientada, por tanto, hacia la mejora continua. La vida
es cambio constante, y si se está habitualmente adaptado a él, los conceptos de motivación
y de desafío personal continúan manteniendo su valor.
TOMA DE DECISIONES EN GRUPO
Si bien el supervisor casi siempre toma las decisiones solo, hay ocasiones en que debe
aprovechar la ventaja de contar con su grupo de subordinados para tomar ciertas
decisiones. La toma de decisiones en las organizaciones modernas son realizadas en grupo
o comités de trabajo, quedan individualizadas en el momento en que las mismas pasan a
formar parte de las bien estructuradas o estándar. Estas decisiones individuales o grupales
tienen cada una de ellas sus ventajas y desventajas, que influyen de manera determinante
en el rol de la gerencia de nuestras organizaciones.
Ventajas:
* Incrementan la Legitimidad: Los métodos democráticos son aceptados por todos los
componentes de la sociedad. Cuando el proceso es grupal, intervienen todos los ideales
democráticos. Si el tomador de decisiones no consulta a otros antes de tomar una de ellas,
el hecho del poder que tiene no le exime de quedar como una persona autoritaria y
arbitraria. Las decisiones grupales no tienen la varita mágica de la perfección, pero sin
lugar a dudas son las menos peligrosas y por lo tanto las que tienen un menor nivel de
error.
* Requieren mucho tiempo: El reunir al grupo toma su tiempo, pero con una buena
organización, las reuniones estarán programadas de antemano en un espacio de tiempo
oportuno (varía de acuerdo a la organización y no debe ser menor de dos semanas). El
resultado es que los grupos consumen más tiempo en alcanzar una decisión a diferencia
de un solo individuo.
* Presiones de aceptación: Si bien se supone que todos los miembros del grupo deben
sentirse libre para expresar sus opiniones, sugerencias y recomendaciones, no deja de ser
cierto que a veces existe cierta presión para que todo el mundo se reúna y acate el
consenso general, llamado con frecuencia "Pensamiento grupal". Esta presión puede
provocar que el grupo pase por alto un consejo o sugerencia positiva de algunos de los
presentes. Se presiona a los inconformes para que se ajusten y adhieran a la opinión de la
mayoría. En los grupos existen presiones sociales. El deseo de los miembros del grupo de
ser aceptados y por lo tanto ser protagonistas, puede resultar en un intercambio de
pareceres condicionado a deseos de una demostración de un liderazgo. Finalmente se
llegará a un mismo resultado que necesariamente debe ser aceptado por todos para tener
validez.
La gerencia debe tomar decisiones difíciles y eso hace imposible hacer felices a todos,
esto no es nada fácil ni agradable. Además, eso no demuestra que la gerencia sea
insensible.
Observar a una gran empresa pasar por una gran transición y cambio es como observar a
los participantes de un juego de cartas. Algunos ganan, algunos pierden y otros empatan.
Como el repartidor de cartas, la gerencia debe "trabajar para el bien" de la organización,
asumiendo que en el proceso, algunas personas serán más golpeadas que otras. Si usted
fuera la persona a cargo enfrentaría el mismo dilema.
Es fácil sentarse a criticar la manera en que la alta gerencia hace las cosas. También es
fácil acusar a la gerencia de no preocuparse por la gente. Cuando a uno no le gusta lo que
está sucediendo, la tendencia natural es buscar a alguien a quien culpar.
Pero en lugar de señalar a sus superiores, considere la posibilidad de que ellos sólo están
haciendo lo que deben hacer. Es muy común preocuparse profundamente por los demás,
y aun así, no poderles dar todo lo que quieren.
CONCLUSIÓN
Un Gerente tiene que familiarizarse con el circuito básico de toma de las decisiones y sus ingredientes.
Una vez reconocidos estos ingredientes básicos, debe prestarse atención al carácter de quien toma la
decisión, tanto individualmente como en grupo. Debido a que la mayoría de las decisiones tienen
efecto sobre la gente, el Gerente no puede ignorar la influencia de las relaciones humanas en una
decisión, especialmente cuando se selecciona una técnica para tomarla. La representación en diagrama
de un problema dado puede tomar diferentes formas y puede ser una ayuda invaluable para reunir y
mostrar el problema en particular o los parámetros de la decisión. Un conocimiento básico de las
teorías de las probabilidades y de la estadística ayudará en la presentación gráfica de esta información.
Sin embargo, una vez que se haya procesado toda la información y al mismo tiempo comprendido
cuáles son los ladrillos básicos para la construcción de la toma de decisiones, aún se requiere un
ingrediente más para que un Gerente tome las decisiones acertadas. La persona que no desee correr
riesgos nunca tendrá éxito como Gerente. Un Gerente debe tener el buen juicio para saber qué tanta
información debe recoger, la inteligencia para dirigir la información y, lo más importante de todo, el
valor para tomar la decisión que se requiere cuando ésta conlleva un riesgo. La cualidad personal del
valor para aceptar la responsabilidad de una decisión (sea ésta buena o mala) separa a las personas
ordinarias de quienes toman decisiones excelentes.
CONCLUSIONES
La toma de decisiones es el proceso mediante el cual las personas realizan una elección,
entre la que cree más adecuada para resolver un problema o decidirse por lo que crea más
conveniente, para ello debe utilizar su creatividad, su capacidad de innovación para que
la decisión que esta adapte sea la más precisa.
La toma de decisiones se puede tomar como una gran desafío, ya que se pueden
incrementar las condiciones de riesgo e incertidumbre, son estos los que determinan el
grado de complejidad de decidirse por alguna u otra opción, cuando las personas pasan
por estas condiciones lo más asertivo es que cuenten con un alto grado de certeza que
confíen en su capacidad para resolver el problema y disminuyan sus dudas de que
funcionara o no la alternativa seleccionada.