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Sonido en El Agua

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En el agua, los sonidos se propagan con mayor rapidez y menor pérdida de energía que

en el aire; las ondas sonoras y ultrasonoras se transmiten en el mar a una velocidad


entre 1 400 y 1 600 metros por segundo, mientras que en la atmósfera la velocidad de
propagación es de 340 metros por segundo. Esto se debe a que el agua del mar no se
encuentra comprimida, es decir, no se puede reducir a un menor volumen, por lo que
la absorción de las ondas sonoras es mínima, contrariamente a lo que sucede en la
atmósfera, en donde los sonidos se absorben a distancias muy cortas.

Por las características del agua del mar la velocidad de propagación del sonido cambia
de acuerdo con las variaciones de temperatura, salinidad y presión. Cuanto más altas
sean estas características del agua, tanto mayor será su velocidad. Por ejemplo, en agua
dulce, a una temperatura de 30ºC, es de 1 509.6 metros por segundo, mientras que en
el agua del mar, con la misma temperatura, pero con una concentración de sales de
35%, será de 1 546.2 metros por segundo.

El efecto de la temperatura es considerablemente mayor que el de la salinidad y la


presión en las aguas superficiales, debido a que en ellas alcanza sus máximos valores.

Al atravesar los estratos del mar, el sonido experimenta fenómenos de reflexión y de


refracción como los que fueron descritos para la luz.

La superficie y el fondo del mar, así como cualquier objeto sumergido de tamaño
considerable provocan la reflexión del sonido, mientras que los estratos que forman el
agua del mar son los responsables de que cambie la velocidad del sonido, provocando
que la dirección de las ondas se desvíe dando lugar a la refracción.

En las zonas donde la temperatura se mantiene constante con la profundidad, las ondas
sonoras no sufren refracción; cuando decrece, se refractan hacia el fondo; y donde la
temperatura aumenta lo hacen hacia la superficie. Cuando hay refracción hacia abajo,
el sonido que llegue eventualmente al fondo del mar sufrirá en él absorción, pero se
reflejará como un "eco del fondo" hacia la superficie para refractarse nuevamente.

Los sonidos que presentan una frecuencia de 25 a 10 000 vibraciones por segundo son
registrados por el órgano auditivo humano, pero existen otros que sobrepasan este
último valor y que reciben el nombre de ultrasonidos, los cuales el hombre no percibe,
sin embargo, algunos animales sí.

Cuando un haz de ondas ultrasonoras se proyecta verticalmente hacia abajo en el agua


del mar, su velocidad varía progresivamente a medida que aumenta la presión; también
se observan variaciones de velocidad, irregulares e imprevisibles en las capas
superficiales debido a la temperatura y la salinidad de ellas.

Los cambios en la velocidad del sonido y del ultrasonido modifican el intervalo


necesario para que una señal recorra el trayecto entre dos puntos dados, por lo que las
ondas sonoras desempeñan un papel sumamente importante en la medición de las
distancias y en otros métodos de señalización a través del agua del mar.

El estudio del sonido y la resonancia en el agua, ha permitido el desarrollo de


tecnologías que son utilizadas por los buques mercantes y de guerra para su
navegación. Las flotas pesqueras más modernas utilizan métodos acústicos para la
localización de peces y para conocer la topografía del terreno, con lo que permiten al
pescador aumentar sus capturas y mejorar sus posibilidades de éxito.

En el estudio de la propagación del sonido en las aguas del océano hay que tomar en
cuenta un fenómeno del que, actualmente, se tienen escasos conocimientos, y es el
hecho de que diversas formas de vida marina son capaces de emitir sonidos. Esto abre
un nuevo campo de investigación para entender el comportamiento de estas especies
sónicas y lograr al máximo su aprovechamiento y conservación.

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