Valoración Económica de Bienes Ambientales: Resumen
Valoración Económica de Bienes Ambientales: Resumen
Valoración Económica de Bienes Ambientales: Resumen
de bienes ambientales
Hernán Dario Aguiar Garcés*
Rafael A. Álvarez Jiménez**
“El porvenir de nuestras sociedades es una cosa demasiado importante para ser abandonada
a los solos mecanismos del mercado. Es a la política, en el sentido más noble del término, a la
que le corresponde apropiarse de lo que es un problema de civilización”.
Jacques Delors
Resumen
Uno de los aspectos que estudia la Economía ambiental, es la valoración económica
de los bienes ambientales; los resultados de dicha valoración además de contribuir a
su conservación, garantizan el uso adecuado de estos recursos naturales y una forma
óptima de alcanzar sus consumos. Para asignarle valora estos bienes, la Economía
ambiental emplea métodos de valoración económica que van desde los meramente
descriptivos o cualitativos, hasta los cuantitativos que permiten una evaluación siste-
mática de los bienes ambientales mediante el empleo de indicadores homogéneos que
incluyen la ponderación numérica de las características ambientales y la conversión de
valores de medidas a unidades conmensurables para facilitar comparaciones directas.
*
Docente de las Facultades de Economía Industrial y Contaduría Pública, Universidad de Medellín. Economista Industrial,
Universidad de Medellín. Especialista en Economía y Negocios Internacionales, Universidad de Medellín. Dirección
electrónica: Hhaguia@guayacan.udem.edu.co
**
Docente Facultad de Economía Industrial, Universidad de Medellín. Licenciado en Matemáticas, Universidad de Medellín.
Ingeniero Electricista, Universidad de Antioquia. Magíster en Educación, Universidad Javeriana-Universidad de Medellín.
Dirección electrónica: ralvarez@guayacan.udem.edu.co
Abstract
A theme of the environmental economy is the economical of the environmental goods.
The products of this valoration help to conservation and correct use of these natural
resources and the regulation of theirs demand. For that the goods have value, the envi-
ronmental economy applie methods of economical valoration descriptive or qualitative
and quantitative for to led a sistematic evaluation of the environmental goods by the
improvement of equality index that involve the numeric ponderation of the environmental
characteristics and the convertion of values of medition to units limited for to do direct
comparations.
A manera de introducción
Eíl medio ambiente es el entorno adaptado por el hombre a sus posibilidades y necesidades para
realizar sus actividades productivas y, de esta manera, garantizar su estadía en el planeta. Su
preservación se ve hoy como uno de los problemas más importantes a resolver de cara hacia el
futuro, con el fin de garantizarle a las generaciones venideras un desarrollo sostenido y sostenible
apropiado; así, entonces, la problemática concerniente a su conservación en los actuales momentos,
ha convocado a la comunidad mundial a plantear la discusión para aportar elementos importantes
que ayuden a su solución; tales discusiones responden a diferentes puntos de vista lindantes en
o con marcadas posiciones de índole filosófica, ética, política, social y, sobre todo, económica.
Identificada la problemática desde esta perspectiva, es de esperar, sin lugar a dudas, que cada
una de estas miradas, apoyadas desde sus respectivas disciplinas, deban aportar lo que les toca
para ayudar a mantener y sostener la vida en el planeta Tierra. A las primeras antes mencionadas,
les corresponde delimitar los estados viables de la naturaleza, los límites hasta dónde se puede
llegar, para que las funciones que cumple el medio ambiente no afecten de una manera marcada
el bienestar de la sociedad y el legado con el que podrían contar las futuras generaciones, siendo
muy importante y prenda de garantía en este aspecto, la decisión que la sociedad pueda dar sobre
la suerte de los activos ambientales.
Uno de los problemas con los cuales se ha topado el análisis económico en lo referente a los
estados de la naturaleza, es que por ser ellos considerados bienes públicos o comunes que
presentan externalidades positivas o negativas, no tienen mercado; ello debido a la ausencia de
unos derechos de propiedad y a la carencia de precio, situación que no debe confundirse con
valor, pues intrínsecamente, los bienes ambientales lo poseen por el sólo hecho de existir. Sin
embargo, lo que hace la valoración económica del medio ambiente escontar con el concurso de
unos elementos que sirvan de indicadores para medir la importancia de ésta y su relación con el
bienestar demandado por la sociedad.
Para valorar el medio ambiente, como ya se ha dicho, por sus características de bien público, el
análisis económico plantea como alternativa la creación de mercados hipotéticos o artificiales en
los cuales tal valoración pueda llegar a realizarse; sin embargo, ésta llega a ser discutible cuando
se anteponen cuestionamientos éticos, de orden consensual (consenso en lo que tiene que ver con
lo que más le conviene a los integrantes de una sociedad), de equidad y preferencias, entre otros.
Visto desde esta última perspectiva, la valoración económica, habida cuenta de la presencia de
estos obstáculos, tendrá que apoyarse en otro tipo de disciplinas para hacer de ella un problema
lo menos complejo posible.
Cuando al medio ambiente no se le asigna ningún precio, los mercados por sí solos, no expresan
todas sus preferencias por él; no obstante, es posible hacerlo, a través de los instrumentos eco
nómicos existentes para tal fin. Una vez logra superarse este escollo, el bien ambiental puede ser
valorado a través de los métodos tradicionales1 de asignación de precios utilizados para cualquier
producto en una economía de mercado.
Las familias y las empresas que constituyen tales mercados, expresan la demanda de bienes y
servicios de consumo con referencia a sus gustos y preferencias; ello obedece, es apenas lógico,
a intereses personales y racionales, dando como resultado la maximización de sus utilidades. Tal
postulado permite suponer que al asignarle un precio al medio ambiente, estos comportamientos
cambiarían la conducta de los consumidores, lo cual determinaría un uso socialmente “óptimo”2 de
los recursos naturales, definido como aquel punto donde los beneficios de quienes participan en
el mercado exceden a sus costos en el máximo monto posible, generándose un beneficio social
“óptimamente” aceptable.
El marco general neoclásico, como puede verse, aporta su poder analítico para explicar, por
ejemplo, las causas de la degradación ambiental, de igual forma brinda técnicas y herramientas
útiles para la implementación de políticas redistributivas a través de “impuestos ambientales” que
pueden ser utilizados para lograr un mayor bienestar, no sólo individual sino también colectivo.
Sin embargo, las estrechas suposiciones de comportamientos, del marco neoclásico, están siendo
cuestionadas; la gente no sólo tiene preferencias privadas, como las que suelen ser expresadas
en los mercados, sino que también poseen preferencias públicas, como el caso particular de
los bienes ambientales, los cuales podrían manifestarse de manera más apropiada a través del
proceso político.
Es verdad que en el sentido económico, gran parte del comportamiento del individuo es interesado
y “ racional”, pero otra parte no lo es; adicionalmente no se pueden ignorar los gustos y preferencias
de él, parece evidente que la propia economía pueda afectar esas fuentes y por tanto, sea necesario
tenerlas en cuenta para el desarrollo de un análisis específico.
a) Recursos naturales renovables. Se incluyen en esta categoría, la energía solar, los ciclos
biológicos y bio-geoquímicos (el ciclo del carbono, el del nitrógeno y el de la fotosíntesis, entre
otros); igualmente, han sido incluidos los bosques en sus procesos de tala y reforestación, las
poblaciones de animales y de plantas que han tenido un buen manejo ambiental (como la caza
y la pesca) y las aguas con vertimientos que pueden ser fácilmente tratadas y reutilizadas.
b) Recursos naturales no renovables. Hacen parte de este grupo los combustibles fósiles, los
minerales, los bosques tropicales talados sin reposición (o cuando la tasa de deforestación
es mayor que la de reforestación), y los componentes de la fauna y flora utilizados de manera
incontrolada por el hombre.
c) Recursos naturales abstractos. Estos por su parte están conformados por las especies animales,
la flora y fauna que, junto con el paisaje natural, se utilizan para actividades de ocio, para darle
rienda suelta a la capacidad de asombro y para el esparcimiento turístico, como ocurre con
la conservación de parques y reservas naturales, donde se quiere preservar las especies allí
asentadas.
El desarrollo exitoso a largo plazo de aquellos países cuyo proceso de preservación ambiental se
ha iniciado, depende del uso racional de los recursos naturales y de la reducción, hasta donde sea
posible, de los impactos adversos de los proyectos de desarrollo que a pesar de su importancia
económica, puedan contribuir a la disminución del bienestar social.
La realización de una auditoría ambiental. Ésta consiste en construir un listado de todos los recursos
presentes en la zona, la cual resulta sencilla para el caso de los recursos no biológicos (como los
combustibles, los fósiles o los minerales); sin embargo, en el caso de los recursos biológicos, esta
herramienta resulta ser la más complicada debido a que actualmente existe un millón y medio de
especies conocidas para la ciencia, aunque la mayoría de los científicos estima que la biodiversidad
global se encuentra entre veinte y treinta millones de ellas.
En tal sentido, la formación del suelo, la degradación de los residuos, la purificación del aire y
el agua, los ciclos de nutrientes, la absorción de energía solar y el mantenimiento de los ciclos
biogeoquímicos e hidrológicos, dependen todos de las plantas y de los animales, razón por la cual
se establece que la biodiversidad es un servicio ambiental cuyo comportamiento puede concebirse
como un sistema de apoyo a la vida humana.
Es además necesario darle un valor a cada una de las especies conocidas y estimar otro para
las no conocidas, (de forma análoga, bienes ambientales como los parques naturales o las zonas
ecológicas de esparcimiento, también pueden ser valoradas siguiendo los mismos criterios), este
valor depende de sí pueden ser clasificadas en alguna de las tres categorías siguientes:
En este orden de ideas, se define la valoración económica como todo intento de asignar valores
monetarios a los bienes y servicios proporcionados por recursos ambientales, independientemente
de sí existen o no precios de mercado que ayuden a hacerlo.
1) La identificación y medición de los impactos producidos sobre los bienes ambientales por la
acción del hombre.
Estos dos elementos son herramientas fundamentales en el proceso de valoración porque permiten:
Incorporar mecanismos de análisis para definir montos de pago por daños ambientales que hacen
posible determinar una relación costo-beneficio, tendiente a lograr un mejor bienestar social.
Definir componentes del valor económico de un bien ambiental que, por algunas circunstancias,
puedan no ser obvias pero que revistan importancia en el momento de conservar o manejar un bien.
Adicionalmente, puede decirse que existen varios métodos para evaluar y valorar bienes ambien-
tales, sin embargo, a éstos se les critica porque han incorporado de una manera muy pobre el
componente socioeconómico, no por su estructura, sino por su contenido y, este aspecto, hace
parte integral del medio ambiente como se indicó en el preámbulo del presente artículo.
Dichos métodos van desde los más simples, cuya característica fundamental está en no pretender
evaluar numéricamente el patrimonio ambiental, sino solamente la descripción del mismo y que se
distinguen por ser más de corte cualitativo, hasta aquellos más complejos con los cuales, a través
de diferentes procesos de ponderación, se intenta presentar una visión global de la magnitud del
impacto, teniendo presente una característica que se perfila hacia lo cuantitativo.
Listas de chequeo. Comprueban los impactos que pueden producirse a través de las listas de
referencias; éstos están típicamente asociados con categorías particulares de proyectos próximos
a realizarse.
Técnicas de superposición. Hacen parte del uso de una serie de mapas superpuestos con
factores ambientales o territoriales; se basan en métodos de planificación ecológica, empleando
una serie de transparencias a fin de identificar, predecir y asignar una significancia relativa a los
impactos para consignarlos posteriormente sobre un mapa, base de referencia, con la escala que
exija la acción proyectada.
Así, el procedimiento supone transparencias coloreadas sobre mapas que indiquen el grado de
impacto para determinados factores; el área de estudio se divide en unidades geográficas como
usos del suelo, topografía, entre otras, y luego, cada experto determina el efecto generado en cada
unidad. Esta metodología de trabajo tiene la ventaja de la representación espacial del impacto,
es efectiva para seleccionar alternativas e identificar tipos de ellos, pero no puede cuantificarlos;
generalmente se requiere elaborar una serie de reglas para estimar las diferencias en severidad
de los impactos de lugar a lugar.
Matrices. Intentan identificar factores causales (acciones del proyecto) que producen impactos
específicos. Son procedimientos cualitativos preliminares importantes para valorar las diversas
alternativas de un mismo proyecto; se trata de relacionar, por un lado, las acciones del proyecto
que puedan causar alteraciones y, por el otro, los componentes del medio físico y social afectados.
Estas matrices sólo identifican impactos, aunque puede hacerse más complejo el procedimiento,
adicionándoles diferentes criterios de evaluación.
Redes. Las redes amplían el concepto de las matrices introduciendo relaciones de causa - con-
dición - efecto que permiten la identificación de efectos acumulativos o indirectos no explicados
adecuadamente a través de las secuencias simples de causa - efecto representadas por matrices.
Existen varios métodos cuantitativos para la valoración de bienes ambientales, algunos más exactos
que otros a la hora de esperar un resultado satisfactorio. Los más conocidos son los siguientes:
Método del costo de viaje. Llamado también costo de desplazamiento. Se aplica cuando en la
fundón de utilidad de los usuarios, los bienes ambientales son complementarios. En otras palabras,
para disfrutar del bien ambiental se requiere del consumo de un bien privado, estableciéndose una
relación de complementariedad muy concreta. Es el caso, por ejemplo, de los parques naturales
donde las personas disfrutan de las áreas naturales (demandan sus servicios), pero para lograrlo
deben consumir algunos bienes privados, como el desplazamiento hasta el parque, consumo de
alimentos y recreación, entre otros.
disfrutar de ellos. Se trata de intentar la estimación de cómo varía la demanda del bien ambiental,
(el número de visitas por ejemplo), ante cambios en el costo de disfrutarlo. Con ello se tendría
estimada la curva de demanda de aquél, y se podrían analizar los cambios en el excedente del
consumidor producida por una modificación en la misma.
Método de la valoración contingente. Este método trata de averiguar la valoración que las
personas otorgan a los cambios en el bienestar que les produce la modificación en las condiciones
de oferta de un bien ambiental a través de la pregunta directa. Por tanto, el vehículo normal de este
método suele ser las encuestas, entrevistas, cuestionarios, entre otras, las cuales normalmente
vienen estructuradas en tres bloques bien diferenciados.
El primer bloque contiene la información relevante sobre el bien ambiental con el fin de que el
encuestado tenga una información suficientemente precisa acerca del tema. En el caso de los
bienes ambientales es normal acompañar este primer bloque de fotografías o dibujos que ayuden
a su comprensión.
Este método, como puede verse, se basa en la indagación sobre lo que prefieren, en este sentido,
los consumidores a través de encuestas directas; es, además, muy utilizado cuando no existe un
mercado para bienes o servicios ambientales o cuando hay ausencia de un mercado específico
o alternativo
Método de los precios hedónicos. El marco teórico de este método es similar al del coste de
viaje; presenta funciones de utilidad débilmente separables y complementariedad frágil entre el bien
ambiental y privado. Ambos bienes se diferencian en que al aplicar este método el bien privado no
se adquiere para disfrutar del bien ambiental, por el contrario, éste es una de las características
del bien privado.
Cuando las personas adquieren bienes ambientales en el mercado, lo hacen porque éstos tienen
unos atributos que satisfacen unas necesidades; por lo tanto, el bien tiene un valor de uso. Muchos
bienes satisfacen varias necesidades al mismo tiempo; estos bienes se conocen como bienes
multiatributos; al comprador le interesan varias cualidades de este bien, por lo que está dispuesto
a pagar cierta cantidad de dinero.
Los llamados precios hedónicos (de allí el nombre del método), tratan de describir todos los atributos
del bien que explican su precio, y discriminan la importancia cuantitativa de cada uno de ellos;
en otras palabras, se atribuye a cada característica del bien su precio implícito ( la disposición
marginal a pagar de la persona por una unidad adicional de la misma). El método tiene especial
aplicación en el campo del medio ambiente; alguno de los bienes que se tratan de valorar son
atributos que se comercializan frecuentemente en el mercado.
Método de los costos evitados o inducidos. De la consideración que los recursos naturales
carecen de mercado por ser bienes comunes o públicos, no se sigue que no puedan estar relaciona
dos con otros bienes privados que si lo tengan. En este orden de ideas, pueden presentarse dos
casos:
b) El bien ambiental entra a formar parte, junto con otros bienes privados, de la función de
producción de utilidad de una persona, una institución o una región determinada. Dentro de la
teoría microeconómica actual existe una tendencia a considerar a cada una de estas instancias,
como un productor que combina diferentes bienes para la obtención de una determinada utilidad.
Es posible que los cambios producidos sean poco notables desde la óptica del individuo o la
instancia interesada, sin embargo, la utilidad generada aumenta el bienestar colectivo y ello
es lo que en última instancia justifica la razón de análisis de este método.
Método análisis costo-beneficio. El análisis costo beneficio para la valoración de bienes am-
bientales, implica comparar las pérdidas con las ganancias estimadas a corto o a largo plazo. Es
frecuente la utilización más formal de este tipo de análisis para evaluar la conveniencia de construir
una gran represa hidroeléctrica, limpiar un río contaminado o reducir la emisión de contaminantes
del aire a un nivel óptimo. El método pretende establecer una diferenciación para el usuario, de
tal forma que si el valor asignado al bien sobrepasa el costo de no tenerlo, aquél puede optar por
mantenerlo; de lo contrario estaría - igualmente si no le conviene - en la opción de prescindir de él.
En la clasificación anterior de los métodos de valoración ambiental, como el lector ha podido darse
cuenta, se enfatiza más en la descripción de cada uno de ellos, al menos los más empleados para
la actividad económica, que la pretensión de abordarlos en detalle; queda entonces, la opción
de estudiarlos por separado, sobre todo los métodos de tipo cuantitativo, teniendo en cuenta su
posibilidad conveniente de aplicación de acuerdo a los bienes en particular, que se deseen valorar.
5. A manera de síntesis
Los ecosistemas proporcionan una gran variedad de bienes y servicios; el conocimiento de ellos
permite, a través de la Economía Ambiental, iniciar un proceso de valoración económica, empleando
algunos de los métodos ya mencionados, que garantice su uso adecuado y adicionalmente poder
optimizar sus consumos.
Si un país quiere construir condiciones que le permitan alcanzar un desarrollo sostenible, lo primero
que debe hacer es definir unos métodos de valoración económica que sean consecuentes con
los recursos existentes; de esta forma se puede lograr su protección en el mediano y largo plazo
e igualmente, asignarles un valor económico que los inserten en el comportamiento de la oferta
y la demanda.
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Notas:
1 La economía clásica define el mercado, como el lugar donde oferentes y demandantes se dan cita, para a
través de las relaciones entre los precios de reserva de cada uno, establecer un precio en común.
2 El bienestar social óptimo según Hicks, se alcanza cuando se logra beneficiar a la mayor parte de los
integrantes de una sociedad, de tal forma que el beneficio obtenido por ellos sea mayor al perjuicio causado
a la parte restante.