Soporte Pictórico
Soporte Pictórico
Soporte Pictórico
A lo largo de la historia se ha pintado sobre una gran variedad de soportes, cada uno de ellos con sus
características (textura y absorción). Estas circunstancias determinan el tipo de pigmento que puedan
aplicarse, así como el tratamiento del mismo. Los soportes más usuales han sido
El lienzo es el soporte más extendido de la historia de la pintura, que permite grandes superficies sobre
las que pintar con menos peso.
Pintura mural:
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Un ejemplo de ello lo encontramos en la Adoración de los magos (1423, Gentile da Fabriano),
conservado en los Uffizi.
Los sarcófagos egipcios que datan del año 2000 antes de Cristo, se encuentran en numerosas ocasiones
pintados, generalmente a la encáustica. No obstante, fue durante la Edad Media cuando se difundió la
pintura sobre tabla, alcanzando su máximo esplendor. En la época románica se pintaron diversas piezas
de mobiliario ejecutadas en madera (baldaquines, etc).
La madera que se pintaba era, generalmente de muebles y otros objetos de uso cotidiano que se
adornaba con la pintura. Especialmente durante la Baja Edad Media se pintó al temple sobre madera, en
tablas individuales o formando grandes retablos. Se considera el punto culminante de esta pintura la
obra de los primitivos flamencos que ya trabajaban con óleo, solo con combinado con temple. La pintura
sobre tabla se utilizó en menor medida en el siglo XVI, XVII y XVIII.
El lienzo es una tela hecha con lino, algodón o cáñamo. Dependiendo de las características de la tela, su
fragilidad o el relieve de la urdimbre y la trama, la superficie pictórica es diferente y también es
diferente el resultado. En el siglo XV se utilizó una tela fina (tela rensa). En el siglo XVI, en cambio, la tela
era de tejido cruzado, más basta. La tela de lino es considerada la mejor tela que existe, fuerte, difícil de
romper, con textura variable. Es también la más cara, con el tiempo se destensa por efecto de la
humedad. El algodón es una buena alternativa al lino, se tensa fácilmente y no le afecta tanto los
cambios climatológicos. También se puede pintar sobre arpillera, muselina, percal o cáñamo, que
pueden fijarse sobre tableros de madera.
Sobre el lienzo se ha pintado al temple, al óleo o con acrílico. Desde el Renacimiento hasta el siglo XX
generalmente se ha pintado al óleo. El lienzo se prepara mediante la imprimación, que consiste en
aplicar sucesivas capas de productos químicos (cola, glicerina, óxido de zinc, etc), hasta llegar a tener
una superficie lisa, generalmente blanca, sobre la que aplicar la pintura, generalmente óleo.
Los pintores del expresionismo abstracto prescindieron del bastidor, extendiendo las telas por el suelo o
fijándolas a las paredes. Trabajaron en lienzos sin imprimación, de manera que la tema absorbe toda la
pintura. formándose telas chorreantes y efectos de halo, como puede verse en la obra de Helen
Frankenthaler. Otros pintores posteriores como Lucio Fontana, han actuado sobre el soporte en sí,
cortándolo o perforándolo. Sigue siendo el soporte más utilizado para el óleo y el acrílico.
Otro soporte sobre el que se pinta es el papel, generalmente en formato pequeño debido a su
endeblez. También se ha pintado sobre el papel aplicando este a un soporte rígido como la madera o la
pared. Dependiendo de la textura del papel, éste capta el pigmento de la pintura de diferentes maneras,
permitiendo diversos efectos de dibujo.
Este soporte es adecuado para técnicas como la acuarela, el pastel o el grabado, técnica esta última que
permite reproducir láminas o estampas mediante la impresión. Además resulta perfecto para la
elaboración de esbozos, estudios preliminares o dibujos, empleando la tiza, el carboncillo o tinta y
pluma, el motivo es que resulta fácil de transportar de un lugar a otro, y el artista lo podía (y puede)
llevar consigo en cualquier momento.
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Actualmente existe en el mercado una gran variedad de papeles para pintar, de diferentes texturas,
colores o tamaños. De esta manera, el pintor contemporáneo tiene amplia variedad donde elegir,
incluidos papeles tradicionales asiáticos, que proporcionan una superficie pictórica diferente a la
habitual, como los papeles de algodón, llamados Khadi, que se elaboran en la India imprimidos y que
admiten todo tipo de pintura, incluido el óleo. En Occidente pueden encontrarse papel y cartón
texturados, idóneos para pintar al óleo y al acrílico. Otro tipo de papeles son, el papel cartdrige, la
cartulina tipo bristol, cartones para dibujo e ilustración aptos para acuarela, pluma, tinta aerógrafo,
marcador y pluma técnica. Para la acuarela se fabrican papeles específicos, son tramados, libres de
ácidos y por lo general blancos, y se presentan en tres texturas: rugosa, prensada en frío y prensada en
caliente. Para pastel también hay cartones y papeles especiales, de superficie abrasiva, que permita al
pastel adherirse a su superficie, dentro de él se encuentra el llamado papel veludillo o aterciopelado,
que permite un acabado mate que recuerda más a las pinturas tradicionales que al dibujo.
También se utilizó para superficie pictórica el cuero, y en particular la vitela y el pergamino, superficies
adecuadas para caligrafía, pintura y pastel, si bien, al proceder de la piel de animales, siempre resultó un
soporte demasiado preciado.
El metal es otro soporte usado históricamente para pintar. Los metales más apropiados son el cobre, el
zinc y el alumino, pues otros, como el hierro o el acero se corroen fácilmente. El problema del metal es
que resulta caro, pesado y tiende a oxidarse. El cobre, en pequeñas láminas, se ha usado desde el siglo
XVI, pintándose sobre él con óleo.
En el siglo XX, la ruptura con los elementos tradicionales de la pintura (géneros, técnicas), ha
determinado la aplicación de la pintura sobre gran diversidad de soportes. Aparte de soportes
minoritarios como el metal, el pintor actual ha recurrido a materiales nuevos como el acetato. Se usa en
collages, ensamblajes y técnicas mixtas, siendo preciso que esté previamente tratado para que se pueda
pintar o dibujar sobre ella utilizando acrílicos, acuarela, guache, lápiz o tinta.
IMPRIMACION:
Las imprimaciones son las pinturas para preparar las telas o maderas y otros soportes aptos donde
vamos a pintar. A veces sirve para que el tramado del soporte sea más liso y se pueda empezar a
trabajar con la pintura. Sin embargo, la aplicación de una capa de imprimación es clave para obtener el
trabajo de pintura:
* de mejor estética;
* más duradero;
* más económico (en cantidad de pintura de color necesaria y en tiempo del pintor para lograr el
terminado adecuado)
según los que conocen de esto.
Desde un punto de vista práctico, el imprimante ayuda a que la pintura de terminado se adhiera
mejor, lo que reduce las posibilidades de que se pele o se embeba. Y puede hacer que la superficie
pintada parezca mucho más atractivo al lograr un color y brillo más uniforme.
IMPRIMACIÓN A LA CRETA
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Ingredientes y medidas:
1 pastilla de cola de conejo (50-75 gramos), dejada coagular durante 1 dia.
3/4 de litro de agua
200-300 grs de yeso mate o blanco de España
100 grs. de blanco de Zinc o blanco de Titanio (materias colorantes blancas)
y/o 100 grs. de almagra o bolo (materias colorantes rojas)
Se puede añadir una cucharada de miel o glicerina
La cola de conejo tensa muy fuertes las telas. En maderas aconsejo una menor proporción de cola de
conejo.
En general, se realiza una primera mano con una proporción más grande de cola de conejo y una
segunda que tapará el tramado de la tela con más pigmento.
Ingredientes y medidas:
IMPRIMACIÓN GRASA:
IMPRIMACIÓN AL HUEVO:
* las telas no deben tener arrugas. hay que estirar mucho la tela sobr el bastidor.
Se pueden crear texturas en el soporte de muchos modos. Los más utilizados son la arena, la piedra
pómez en polvo, pasta de papel, telas, algodón, etc. Esto dependerá de la idea que se tenga y la
experimentación con materiales. La textura creará relieves, formas sobre las que luego se pinta. Estas
imprimaciones con textura son más fáciles de preparar con látex.
Por ejemplo con la pintura pastel se luce mucho la textura hecha con piedra pómez en polvo.