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La Prueba Pericial

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La prueba pericial – Sergio A.

Juárez
Ubicación en el proceso. Naturaleza jurídica.
Cuando las partes no están de acuerdo sobre los hechos alegados en un
proceso, surge la noción de hecho controvertido. En dicho marco, la
prueba pericial es una actividad procesal específica.
Cuando se inicia un proceso judicial en el que se plantean hechos
controvertidos, las partes interesadas tienen que arrimar al expediente
todos los medios de que intentan valerse para alcanzar la pretensión
que persiguen. Como el juez no tiene un conocimiento directo de los
hechos, la ley le posibilita conocerlos por medio de cosas o personas.
Estas herramientas legales se denominan medios de prueba.
Siempre que no hubiere conformidad entre las partes respecto de los
hechos alegados o existieren hechos controvertidos, el juez debe
decretar la apertura a prueba o recibir la causa a prueba (art. 358,
CPCCPBA).
Abierto el proceso a prueba, se deberán realizar todas las diligencias
necesarias para que el juez pueda, a través de estos medios, conocer y
apreciar indirectamente los hechos.
Los medios de prueba pueden definirse como las herramientas que
prevé la ley para la comprobación de la verdad de un hecho
controvertido, del cual depende el derecho que se pretende hacer valer
dentro de un proceso.

Aún cuando se encuentran previstos en los Códigos de fondo, su


incorporación dentro de los procesos judiciales está regulada por los
códigos procesales de cada provincia.
Las leyes de procedimiento de cada jurisdicción enumeran los distintos
medios de prueba que resultan admisibles en cada proceso. Así, en el
CPCCPBA, encontramos: documental, de informes, de confesión, de
testigos, de peritos y reconocimiento judicial.
La prueba pericial será admisible cuando la apreciación de los hechos
controvertidos requiriere conocimientos especiales en alguna ciencia,
arte, industrial o actividad técnica especializada (art.457, CPCCPBA).
Definición. Necesidad e importancia.
La peritación es una actividad procesal desarrollada, en virtud de
encargo judicial, por personas distintas de las partes del juicio,
especialmente calificadas por sus conocimientos técnicos o científicos,
mediante la cual se suministra al juez argumentos o razones para la
formación de su convencimiento respecto de ciertos hechos cuya
percepción o cuyo entendimiento escapa a las aptitudes del común de la
gente.
Objeto de la prueba por peritos.
La peritación tiene por objeto, exclusivamente, cuestiones concretas de
hecho, la investigación, verificación y calificación técnica o científica de
hechos que por sus características técnicas o científicas, exijan, para su
adecuada percepción y valoración, especiales conocimientos de la
misma naturaleza.
El perito no debe limitarse a exponer sus juicios de valor. En ocasiones
es necesario que primero observe hechos que aun existen o las huellas
de los hechos pasados y realice una narración fáctica exponiendo al juez
sus observaciones, para luego adoptar las conclusiones valorativas del
caso.
Los peritos (auxiliares de la justicia) sólo pueden emitir dictámenes
sobre cuestiones ajenas a la competencia del juez. El dictamen pericial
sobre cuestiones de derecho, está fuera del objeto de esta prueba y
carece de mérito probatorio.
Por regla general la interpretación de la ley es función del juez; pero
puede suceder que el legislador utilice términos científicos o técnicos,
cuyo entendimiento escape a la cultura normal del funcionario. En tal
hipótesis, no habría inconveniente en utilizar el auxilio de peritos para
que precisen el exacto significado de esa norma legal, correspondiéndole
al juez la libre valoración del dictamen.
Características generales.
La peritación es un medio de prueba que tiene además las siguientes
características genéricas y diferenciales:
a) Es una actividad humana, ya que consiste en la intervención
transitoria, en el proceso, de personas que deben realizar ciertos actos,
para rendir posteriormente un dictamen.
b) Es una actividad procesal, porque debe ocurrir siempre en el curso de
un proceso o como medida procesal previa.
c) Es una actividad de personas especialmente calificadas, en razón de
su experiencia o sus conocimientos, en relación con hechos también
especiales que requieren esa capacidad particular para su adecuada
apreciación e interpretación,
d) Exige un encargo judicial previo, porque no se concibe la peritación
espontánea. Las partes pueden tomar la iniciativa para promover la
peritación pero es requisito esencial para su existencia jurídica, que el
juez la ordene o decrete.
e) Debe versar sobre hechos y no sobre cuestiones jurídicas, ni sobre
exposiciones abstractas que no incidan en la verificación, la valoración o
la interpretación de los hechos del proceso.
f) Estos hechos deben ser especiales, en razón de sus condiciones
técnicas o científicas, es decir, cuya verificación, valoración o
interpretación no sea posible con los conocimientos ordinarios de
personas medianamente cultas y de jueves cuya preparación es
fundamentalmente jurídica.
g) Es una declaración de ciencia, porque el perito expone lo que sabe
por percepción y por deducción o inducción, de los hechos sobre los
cuales versa su dictamen, sin presentar ningún efecto jurídico concreto
en su exposición.
h) Esa declaración contiene, además, una operación valorativa, porque
es esencialmente un dictamen técnico o científico de lo que el perito
deduce sobre la existencia, las características y la apreciación del hecho,
o sobre sus causas y sus efectos. No es una simple narración de sus
percepciones.
Clases de peritaciones.
a) Según sea la finalidad de la peritación encomendada:
• Para verificar la existencia o las características de los hechos técnicos
o científicos.
• Para aplicar las reglas técnicas o científicas de la experiencia
especializada de los expertos, a los hechos verificados en el proceso, por
cualquier medio de prueba.
• Para enunciar simplemente las reglas de la experiencia técnica que los
califica, para que el juez proceda a aplicarlas a los hechos comprobados
en el proceso y a obtener las conclusiones.
b) Forzosas y potestativas o discrecionales, según que la ley exija o no
su práctica, para el caso.
c) Judiciales y prejudiciales, según que ocurran en el curso de un
proceso o en diligencia procesal previa.
d) De presente o de futuro, atendiendo lo expuesto en el punto anterior,
según que surtan de inmediato sus efectos probatorios o en un eventual
litigio futuro.
e) Oficiosas o por iniciativa de las partes, según que medie o no este
impulso del interesado.
Fundamento del mérito probatorio.
El fundamento del mérito probatorio de la peritación radica en una
presunción concreta de que:
a) El perito es sincero, veraz y posiblemente acertado, cuando es una
persona honesta, capaz, experta en la materia de que forma parte el
hecho sobre el cual se dictamina.
b) Ha estudiado cuidadosamente el problema sometido a su
consideración, ha realizado sus percepciones de los hechos o del
material probatorio del juicio con eficiencia.
c) Ha emitido su concepto sobre tales percepciones, y las deducciones
que de ellas se concluyen, gracias a las reglas técnicas o científicas que
conoce y aplica para esos fines, en forma explicada, motivada y
convincente.
La credibilidad que al juez le merezca depende de la experiencia del
perito, su preparación técnica sumada a la fundamentación del
dictamen.
En todo caso al juez le corresponde apreciar cual es el mérito de
convicción que debe reconocerle al dictamen, sin que esté obligado a
aceptarlo cuando no reúne los requisitos que para su validez y eficacia
necesita.
Requisitos para la eficacia probatoria.
Para que el dictamen del perito tenga eficacia probatoria, no basta que
exista jurídicamente y que no adolezca de nulidad, sino que es
necesario, además, que reúna ciertos requisitos de fondo o contenido:
a) Que sea un medio conducente respecto al hecho por probar.
b) Que el hecho objeto del dictamen sea pertinente.
c) Que el perito sea experto y competente para el desempeño de su
encargo.
d) Que no exista motivo serio para dudar de su desinterés, imparcialidad
y sinceridad.
e) Que no se haya probado una objeción por error grave, dolo, cohecho
o seducción.
f) Que el dictamen esté debidamente fundamentado.
g) Que las conclusiones del dictamen sean claras, firmes y consecuencia
lógica de sus fundamentos.
h) Que las conclusiones sean convincentes y no aparezcan improbables,
absurdas o imposibles.
i) Que no existan otras pruebas que desvirtúen el dictamen o lo hagan
dudoso o incierto.
j) Que no haya rectificación o retracción del perito.
k) Que el dictamen sea rendido en oportunidad.
l) Que no se haya violado el derecho de defensa, de la parte perjudicada
con el dictamen, o su debida contradicción.
m) Que los peritos no excedan los límites de su encargo.
n) Que no se haya declarado judicialmente la falsedad del dictamen.
o) Que el hecho no sea jurídicamente imposible por existir presunción
de derecho o cosa juzgada en contrario.
p) Que los peritos no hayan violado la reserva legal o el secreto
profesional que ampare a los documentos que sirvieron de base a su
dictamen.
Peritos. Concepto e importancia.
La peritación es un medio de prueba y el perito es el auxiliar de la
justicia que la aporta, por encargo del juez. Ser auxiliar significa ser un
tercero que colabora en la investigación y verificación de los hechos,
aportando el auxilio de su disciplina.
El perito es el tercero técnicamente idóneo, designado por el juez, para
dar su opinión fundada y con ello contribuir a formar la convicción del
juez acerca de los hechos cuyo esclarecimiento requiere conocimientos
especiales.
Cuando el juez que dirige un proceso posee los conocimientos
necesarios para apreciar una cuestión de este tipo sometida a su
decisión, e l juez no necesita la asistencia de un experto para poder
apreciar técnica o científicamente el hecho controvertido. Si puede
emitir una opinión fundada especializada sobre dicha cuestión, también
se plantea la posibilidad de que el magistrado no requiera el auxilio de
un perito para dictaminar sobre la cuestión sometida a su decisión.
No obstante, cualesquiera sean los conocimientos técnicos o científicos
que pueda tener el juez, el mismo no debería dictaminar como perito
por varias razones:
a) Si emite el dictamen pericial dentro de la etapa probatoria se puede
dar el caso de prejuzgamiento.
b) Luego, si las partes ejercen su derecho de defensa en juicio e
impugnan el dictamen por no estar de acuerdo, se plantea una
incompatibilidad, ya que él mismo deberá expedirse como juez sobre la
procedencia de la observación.
c) También es evidente que, en el momento de apreciar la prueba en su
conjunto, no podrá valorar objetivamente su opinión como perito.
d) Asimismo, para poder ejercer la actividad de la especialidad debería
estar habilitado, máxime si se trata de una profesión reglamentada.
e) Finalmente, como los jueces tienen incompatibilidades legales
respecto de la actividad jurisdiccional, solamente podría ejercer la
docencia.
El juez tiene el derecho de poseer y de ejercitar sus propios
conocimientos no jurídicos. Sin embargo debe prescindir de sus
circunstancias personales (por razones legales, éticas y de seguridad
jurídica), aprovechando sus conocimientos sólo para valorar más
adecuadamente los dictámenes de los peritos en la etapa procesal
oportuna.
Clases de peritos.
En cuanto a las distintas clases de peritos, puede hablarse en general de
esporádicos o accidentales (cuando adquieren esa condición para el caso
concreto y en virtud del nombramiento especial del juez) y de continuos
o permanentes (si desempeñan un cargo cuya función consiste en emitir
dictámenes, para cierta clase de procesos).
Un caso particular lo constituyen aquellos profesionales que no trabajan
como peritos pero que se hallan inscriptos en listas especiales de
auxiliares de la justicia. Estas son confeccionadas para algunos fueros y
pueden ser utilizadas en aquellos casos donde el juez debe nombrar un
perito de oficio y la reglamentación lo autoriza para designarlo de esa
lista. Por esta característica tienen cierta continuidad como peritos;
mientas esté vigente la inscripción y no sean excluidos de las listas.
Teniendo en cuenta como está organizada la justicia en la Provincia de
Buenos Aires, estos auxiliares pueden clasificarse en: peritos de parte,
peritos oficiales y peritos de oficio o de lista.
a) Peritos de parte (ocasionales). Son auxiliares del juez, propuestos por
las partes. Las partes, de común de acuerdo, tienen la facultad de
designar un perito único. Si consideran que deben ser tres, cada una de
ellas puede proponer uno, con la conformidad de la contraria (art. 459,
CPCCPBA). Por lo general, son designados en los procesos penales, por
la calidad de los temas que abarca y por las cuestiones que están en
juego. En el fuero civil y comercial esto resulta excepcional, aún cuando
el código procesal establece dicha posibilidad.
b) Peritos oficiales (continuos). Son funcionarios de la justicia; se
encuentran en relación de dependencia con el Poder Judicial. Trabajan
en las Asesorías Periciales y perciben un sueldo. Son seleccionados por
concurso, debiendo contar con una antigüedad en la profesión de 5
años. Deberá designarse un perito oficial: 1) en los casos en que no
media conformidad de las partes para designar perito único, 2) en
aquellos de nombramiento de un tercer perito por el juez de la causa, y
3) cuando existen dictámenes contradictorios entre los peritos de parte
y los de lista. Los honorarios y gastos que devengue su actuación deben
ser depositados por la parte obligada en una cuenta especial de la
Suprema Corte. Estos fondos se destinan a solventar gastos de
mantenimiento y equipamiento de las Asesorías Periciales. Si no se
depositan los honorarios, el encargado de perseguir su cobro es el
agente fiscal.
c) Peritos de oficio (semicontinuos). Surgen de las listas para
designaciones de oficio confeccionadas al efecto, y en las cuales se
pueden incorporar los profesionales interesados, cumpliendo
determinados requisitos. Terminado el trámite de inscripción, sólo
aquellos incluidos en las listas quedan habilitados para actuar. Los
jueces pueden designar peritos de las listas en aquellos casos en que la
Asesoría Pericial carece de perito en la especialidad, o cuando la
cantidad de pericias sobrepase su capacidad de trabajo.
Actuación según el fuero.
Como principio general, los peritos oficiales deben intervenir en la
generalidad de los casos en todos los fueros. No obstante, en la
práctica, los peritos oficiales actúan con exclusividad solamente en el
fuero penal y en el contencioso administrativo.
En las causas civiles y comerciales, actúan indistintamente con los
peritos de oficio pero por excepción; por ejemplo, cuando las partes que
así lo solicitan cuentan con beneficio de litigar sin gastos.
Analogías y diferencias con el testigo.
Estas dos herramientas procesales son medios de prueba. Además,
existe cierta semejanza entre la peritación y el testimonio, atento que:
a) ambas son actividades humanas; b) en sentido estricto son
actividades procesales por naturaleza, y c) la actividad procesal del
perito y del testigo debe recaer sobre hechos.
Las diferencias entre el perito y el testigo, surgen de su distintas
naturaleza, objeto y función.
a) El perito debe verificar el hecho mediante deducciones y juicios
técnicos o científicos, sin haberlo percibido directamente, y le comunica
al juez la certeza que pudo adquirir por ese procedimiento. El testigo
debe narrarle al juez lo que haya percibido en el momento en que
sucedió el hecho. El dictamen pericial es fundamentalmente conceptual
y deductivo, sin desconocer su función perceptiva y declarativa. El
testimonio es simplemente reconstructivo y representativo.
b) El perito puede dictaminar sobre hechos futuros y el testigo no;
también puede conceptuar sobre hechos pasados que hayan dejado o no
vestigios materiales. El testigo debe limitarse a narrar sus percepciones.
c) El testimonio existe para todo aquel que pueda llegar a encontrarse
en esa situación. Testimoniar es un deber cívico y puede ser obligado
por medio de la fuerza pública, sobre todo en el proceso penal. Aquel no
recae sino sobre quienes voluntariamente han asumido el cargo oficial, o
han aceptado su inclusión en listas especiales. Es un deber procesal y
sólo puede ser sancionado administrativamente.
d) La condición de testigo nace con el acontecer de los hechos; en
consecuencia los testigos son creados por éstos. Los peritos son elegidos
por el juez y se encuentran en condición de desempeñar esa función
cuando aceptan el cargo en un proceso.
e) Al perito se le remunera su trabajo por su actividad profesional y al
testigo no. Este tiene derecho únicamente a la compensación de sus
gastos.
f) La diferencia más importante entre el perito y el testigo radica, sin
embargo, en que aquél actúa en el proceso en virtud de un encargo que
el funcionario judicial le hace. Respecto del testigo, esto no sucede
necesariamente ya que lo puede hacer espontáneamente.
Si un experto ha conocido los hechos que se investigan en un proceso y
se presenta espontáneamente ante el juez y emite declaraciones
técnicas o científicas sobre estos hechos, existirá un testimonio técnico.
En algunos casos puede suplirse el dictamen de peritos con los
testimonios de técnicos que hayan percibido los hechos que exijan
conocimientos especiales para su apreciación, porque esos testigos
pueden emitir juicios técnicos sobre el hecho percibido por ellos.
El testigo técnico relata lo que percibió, dándole las calificaciones
técnicas que corresponden gracias a sus conocimientos en la materia,
pero no puede emitir opiniones sobre las causas y los efectos de lo que
observó, porque para ello es indispensable el dictamen de peritos.
Diferencias entre la función del testimonio o la del testimonio técnico
con la de la peritación:
a) El testigo es citado a declarar porque se supone que conoció los
hechos antes de la constitución del proceso y sólo en razón de ese
conocimiento.
b) El testigo técnico también tiene esa característica y se le puede
requerir una opinión técnica sobre la base de sus conocimientos en la
materia.
c) El perito es llamado para que, en virtud de su condición de experto,
lleve a cabo las tareas necesarias para someter a procesamiento técnico
los datos a que se refieren los puntos de pericia o cuestionarios de las
partes.
El perito puede conocer los hechos, aún antes de ser encargado de la
tarea, pero no ha sido llamado al proceso para que dictamine sobre la
base de ese conocimiento previo de los hechos. En consecuencia, el
profesional deberá solicitarle al juez o tribunal que se lo releve de
contestar el requerimiento; por cuanto ha sido citado a la audiencia en
calidad de perito y no de testigo.
Las partes tienen, con carácter restrictivo, el derecho de denunciar esta
circunstancia como un hecho nuevo y ofrecer el testimonio del
profesional como prueba, siempre y cuando se realice en el momento
procesal oportuno.
Incorporación al proceso.
Ofrecimiento de la prueba pericial.
La prueba pericial puede ser incorporada a un proceso a solicitud de
parte o de oficio por el juez.
En el proceso ordinario civil y comercial, las partes deben ofrecer la
prueba dentro de los diez días del auto de apertura a prueba, de lo cual
se le da vista a la contraparte. En el proceso sumario (y en el laboral);
se debe ofrecer en la etapa introductoria junto con los escritos de
demanda, contestación de demanda, reconvención o contesta traslado,
en su caso (art. 365 y 484, CPCCPBA).
Al ofrecer la prueba pericial, se deberá indicar la especialización que han
de tener los peritos y proponer los puntos de pericia (art. 458,
CPCCPBA). Asimismo, se puede solicitar la designación de un perito
único de oficio o proponer un perito de parte.
La otra parte, al contestar la vista que se le conferirá en el juicio
ordinario, o la demanda, en los demás casos, puede optar por
manifestar su falta de interés en la producción de la prueba,
absteniéndose por tal razón de participar en ella (art. 476, CPCCPBA).
Finalmente, una vez substanciadas todas las presentaciones de las
partes, el juez dictará resolución, y si considerare admisible la prueba
pericial, señalará audiencia. En dicha audiencia se procederá al
nombramiento de los peritos y a la fijación de los puntos de pericia (art.
459, CPCCPBA).
En el fuero civil y comercial, el juez puede ordenar de oficio la prueba
pericial con fundamento en el inc. 2º del art. 36 del CPCCPBA. Aún sin
requerimiento de parte, los jueces pueden ordenar las diligencias
necesarias para esclarecer la verdad de los hechos controvertidos,
respetando el derecho de defensa de las partes. Se las conoce como
medidas para mejor proveer.
En el proceso penal el juez puede proveer de oficio al procedimiento
pericial y designar un perito oficial, o puede hacerlo a petición de parte,
la que puede proponer otro perito habilitado, a su costa (perito de
parte). Ordenada la pericia de oficio se notificará esta resolución al
ministerio fiscal y a las partes, antes que se inicie la pericia, bajo pena
de nulidad.
Puntos de pericia. Formulación y procedencia.
Cada parte puede proponer puntos de pericia, pudiendo también
observar la procedencia de los ofrecidos por la otra (art. 458,
CPCCPBA). Su formulación sigue el trámite previsto para el ofrecimiento
de la prueba pericial.
En los escritos pertinentes, cuando las partes ofrecen la prueba pericial,
deben proponer sus puntos de pericia. La otra parte, al contestar la
vista o el traslado de estos escritos, podrá a su vez: a) proponer otros
puntos de pericia que deban constituir también objeto de la prueba y b)
observar la procedencia de los mencionados por quien la ofreció.
En consecuencia, en esta instancia puede adherirse u oponerse parcial o
totalmente a los puntos de pericia ofrecidos por la contraparte, en este
último caso, sosteniendo su improcedencia. También puede solicitar su
ampliación y proponer otros puntos de pericia, en tal caso corresponde
dar nuevo traslado de los mismos a la contraria en virtud del principio
de bilateralidad.
En la audiencia prevista en el código procesal para el nombramiento del
perito, las partes pueden formular manifestaciones acerca de las
observaciones presentadas sobre los puntos de pericia. Oídas las partes,
y teniendo en cuenta todas las observaciones formuladas, el juez
procederá a fijar los puntos de pericia, pudiendo agregar otros, o
eliminar los que considere improcedentes o superfluos (art. 459,
CPCCPBA).
El juez debe determinar concretamente los puntos sobre los cuales ha
de versar el dictamen si es de oficio, y si procede a propuesta de parte
podrá remitirse a los que éstas indiquen. Determinados los puntos sobre
los cuales ha de versar el dictamen, se procede a la designación del
perito.
Por lo general, las partes no asisten a la audiencia y no ejercen la
facultad de realizar nuevas observaciones. Tampoco los jueces ejercen
su facultad de agregar o quitar puntos de pericia, salvo casos
excepcionales. Sólo se tienen en cuenta los cuestionarios periciales
presentados por las partes en los escritos iniciales.
Por esta razón, muchas veces los peritos se encuentran con que en los
pliegos periciales ofrecidos por las partes, constan puntos de pericia
improcedentes (por ejemplo, de otra incumbencia profesional) o
superfluos (inútiles o inconducentes para el esclarecimiento de los
hechos investigados).
En el momento de preparar un cuestionario pericial, el profesional
deberá seguir ciertas pautas básicas que tienden a: 1) facilitar la labor
del perito, 2) no recargar su tarea con puntos que no sean relevantes y
3) aprovechar al máximo el trabajo del perito, en pos de alcanzar la
pretensión de la parte asesorada.
Designación.
En la audiencia prevista para el nombramiento de peritos, se pueden dar
distintas variantes (art. 459, CPCCPBA):
a) Que las partes de común acuerdo designen un perito único.
b) Si consideran que deben ser tres, cada uno proponga uno, con
conformidad de la contraria, y el Tribunal designe el tercero.
c) Si no existe acuerdo, el juez nombre uno o tres según el valor y
complejidad del asunto.
El Código Procesal otorga la facultad a las partes para acordar entre
ellas la designación de los peritos antes de la audiencia. En este caso,
las partes deben presentar un escrito proponiendo peritos y puntos de
pericia, y la audiencia no se lleva a cabo (art. 460, CPCCPBA). Siempre
que las partes, consideraren que deben ser tres, los peritos deben ser
nombrados conjuntamente, sean propuestos por éstas o designados de
oficio (art. 459, CPCCPBA).
En los procesos sumarios, sumarísimos y en los incidentes, si fuese
pertinente la prueba pericial, el juez debe designar un perito único de
oficio (art. 138 y 492, CPCCPBA). Por lo general, la designación se hace
por sorteo entre los profesionales matriculados e inscriptos en las listas
formadas al efecto.
Idoneidad. Título habilitante.
Constituye un requisito sustancial que el perito sea experto y
competente para el desempeño de su encargo, ya que de ello también
dependerá la eficacia probatoria de su dictamen.
Según el código de procedimiento, al ofrecer la prueba pericial se
indicará la especialización que han de tener los peritos (art. 458,
CPCCPBA).
Si la profesión estuviese reglamentada, los peritos deberán tener título
habilitante en la ciencia o actividad técnica especializada a que
pertenezcan las cuestiones acerca de las cuales deban expedirse. En
caso contrario, o cuando no hubiere peritos en el lugar del proceso,
podrá ser nombrada cualquier persona entendida aun cuando careciere
de título.
La competencia del perito le es aceptada por poseer título habilitante en
una profesión, o bien cuando esto no existiera, por el concepto público
que merezca. Si la actividad no es de conocimiento público puede
aceptarse el reconocimiento de sus pares.
En jurisdicción de la Provincia de Buenos Aires, además del título
habilitante, a los profesionales se les requiere por ley que estén
matriculados en el organismo que tiene a su cargo el poder de policía y
el control de la matrícula de la profesión.
En consecuencia, los requisitos exigidos a los profesionales para actuar
como perito, son: título competente, inscripción en la matrícula, pago al
día del derecho de ejercicio profesional e inexistencia de la inhabilidad
especial para ejercer la profesión.
Aceptación del cargo.
A partir de la notificación, los peritos tienen tres días para aceptar el
cargo ante el secretario. A tal fin se los citará por cédula u otro medio
autorizado por el código (art. 467, CPCCPBA).
Cabe adelantar que estos son días hábiles judiciales y que el
emplazamiento comienza a correr a partir del día siguiente al de la
notificación. Asimismo, la persona designada tiene tiempo para
concretar este acto procesal hasta el día siguiente al del vencimiento del
plazo, dentro de las dos primeras horas del horario de atención de
tribunales (art. 124 y 156, CPCCPBA).
Las disposiciones sobre requisitos para la aceptación del cargo regían
también para los peritos propuestos por las partes, que no estuvieran
inscriptos.
Incompatibilidades.
La parte que alegue la incompetencia de un graduado universitario por
cualquier circunstancia tiene la carga de probarla plenamente.
Asimismo, deben tenerse en cuenta las incompatibilidades que tienen
los graduados para el ejercicio de las incumbencias previstas en las
leyes que regulan la profesión. Estas incompatibilidades son establecidas
por las disposiciones de los códigos de Ética, que son a su vez dictados
por las entidades encargadas del control de la matrícula de dichos
profesionales.
El código procesal establece que los peritos nombrados de oficio pueden
ser recusados por justa causa, hasta cinco días después de notificado el
nombramiento (art. 463, CPCCPBA). Cómo éste último no se comunica a
las partes mediante cédula, se entiende que la notificación es por días
de notas.
Son causales de recusación, la falta de título o competencia en la
materia, y las previstas respecto de los jueces (art. 17 y 464,
CPCCPBA):
1. Parentesco por consanguinidad dentro del cuarto grado y segundo de
afinidad con alguna de las partes, sus mandatarios o letrados.
2. Tener el perito o sus consanguíneos o afines dentro del grado
expresado en el inciso anterior, interés en el pleito o en otros
semejante, o sociedad o comunidad con algunos de los litigantes,
procuradores o abogados, salvo que la sociedad fuese anónima.
3. Tener el perito pleito pendiente con el recusante.
4. Ser el perito acreedor, deudor o fiador de alguna de las partes, con
excepción de los bancos oficiales.
5. Ser o haber sido el perito denunciador o acusador del recusante ante
los tribunales, o denunciado o acusado por éste, con anterioridad a la
iniciación del pleito.
6. Haber emitido el perito opinión o dictamen o dado recomendaciones
acerca del pleito, antes o después de comenzado.
7. Haber recibido el perito beneficios de importancia de alguna de las
partes.
8. Tener el perito, con alguno de los litigantes, amistad que se
manifieste por gran familiaridad o frecuencia de trato.
9. Tener contra el recusante enemistad, odio o resentimiento, que se
manifieste por hechos conocidos. En ningún caso procederá la
recusación por ataques u ofensas inferidas al perito después que
hubiese comenzado a conocer el asunto.
Remoción.
La remoción es una sanción que puede imponer el juez a los auxiliares
de justicia, en ejercicio de sus facultades disciplinarias, cuando existan
causales que justifiquen la misma.
El código procesal establece que será removido el perito que después de
haber aceptado el cargo: 1) renunciare sin motivo atendible, 2)
rehusare dar su dictamen o no lo presentare oportunamente.
En estos casos, el juez de oficio nombrará otro en su lugar y lo
condenará a pagar los gastos de las diligencias frustradas y los daños y
perjuicios ocasionados a las partes, si éstas lo reclamasen. El perito
reemplazado perderá el derecho a cobrar honorarios (art. 468,
CPCCPBA).
Deberes y derechos de los peritos.
Los deberes del perito se descomponen de la siguiente manera:
a) De asumir el cargo, cuando la designación no es hecha por la parte.
b) De comparecer ante el juez o secretario.
c) De practicar personalmente las operaciones necesarias para su
dictamen, en la forma que la ley procesal determine.
d) De obrar y conceptuar con lealtad, imparcialidad y buena fe.
e) De fomentar su dictamen y de rendirlo en forma clara y precisa.
f) De guardar el secreto profesional cuando el caso lo requiera y siempre
durante el proceso.
Cuando rige el sistema de las listas previas de peritos, la designación
que el juez hace tiene el carácter de obligatoria, salvo las excusas por
salud, ausencia u otra causa consagrada en la ley o el reglamento. Es
decir, la aceptación de formar parte de una de tales listas, impone el
deber legal de ejercer el cargo siempre que resulte designado, salvo una
excusa legal.
Los derechos que le corresponden al perito son de dos clases: a) el
derecho patrimonial, a que se le suministre el dinero para los gastos y a
recibir una remuneración por su trabajo; b) el derecho a que se le
faciliten los medios adecuados para el estudio de las cuestiones
sometidas a su consideración, y a gozar de absoluta libertad de
investigación.
Los derechos patrimoniales del perito.
El encargo que al perito se le da tiene carácter contractual cuando es
escogido libremente por la parte que lo designa, y es de naturaleza
procesal cuando el juez lo nombra; pero en ambas hipótesis el perito
desempeña una actividad profesional que debe remunerársele.
El perito puede obtener directamente de la parte interesada o por orden
del juez, que se le facilite el dinero necesario para los gastos de su
trabajo, antes de iniciarlo. Estos gastos deben ser pagados al perito con
independencia de sus honorarios.
El dinero necesario para solventar los gastos que los peritos deben
realizar en el cumplimiento de su encargo, debe ser consignado
previamente. En cambio el valor de los honorarios se consigna os e
cancela después de rendido el examen.
La regla general es que el costo de la peritación debe ser atendido por
las partes, y como excepción se exime de esto a quien goce del
beneficio de gratuidad. En este último caso, se aplica el principio de
solidaridad y se puede requerir el pago a la otra parte.
El perito pierde el derecho de recibir honorarios cuando es reemplazado
por no rendir el dictamen oportunamente, o se declara la nulidad de
éste por vicios de los cuales es responsable, o el juez ordena repetir la
prueba con otros peritos por haber prosperado una objeción al dictamen
por error grave, dolo u otra causa legal, o se declara su falsedad en
juicio penal separado.
Libertad para la investigación y derecho a que se le faciliten los medios
adecuados para realizarla.
El perito tiene el derecho de investigar libremente la cuestión dentro de
los límites de las instrucciones impartidas por el juez.
Para el caso en que las partes o terceros, se nieguen a exhibir
documentación necesaria para realizar la peritación, los jueces deberían
contar con amplias facultades para obtener su exhibición coactiva, sin
perjuicio de la imposición de multas, de la indemnización de perjuicios y
de la presunción de ser ciertos los hechos objeto de la prueba, cuando
se trate de una de las partes, con las salvedades del respeto al secreto
profesional, de los casos en que se perjudique al tenedor y de reserva
legal expresamente consagrada.
En Argentina, el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación consagra
la exhibición de las cosas en poder de la parte contraria, pero no se le
otorga al juez la facultad de recurrir a la fuerza pública para obligarla a
hacerlo, y mucho menos cuando se trata de un tercero; pero impone la
presunción de ser cierto el hecho, en contra de la parte renuente a
exhibir documentos (art. 387 a 389, CPCCN).
Cuando el documento se encuentra en poder de un tercero, puede
intimárselo para que lo presente. El requerido puede oponerse a su
presentación si el documento es de su exclusiva propiedad y la
exhibición puede ocasionarle perjuicios. No se consagran sanciones para
el tercero, cuando el juez considere infundada su oposición, pero la
parte perjudicada le puede exigir resarcimiento por el perjuicio en
proceso separado.
También se le debe permitir al perito el acceso al expediente para
conocer las otras pruebas que sobre los mismos hechos se hayan
practicado.
Responsabilidades del perito.
Responsabilidad penal.
Penalmente es responsable el perito cuando dolosamente: afirma o
niega falsamente hechos, circunstancias o calidades; oculta hechos o
circunstancias que harían modificar sus conclusiones; dice haber
realizado verificaciones sin que esto sea cierto; afirma una conclusión
sin tener certeza de ella; da un concepto contrario a la realidad por
interés económico o personal.
También se puede castigar penalmente al perito que alegue falsa
capacidad para ejercer la función, o que viole el secreto profesional, o
cuando perjudique la investigación. Tales actos constituyen delitos
siempre que estén tipificados y tienen mayor gravedad cuando se
cometen en el marco de un proceso penal.
• Falso dictamen. Según el Código Penal, será reprimido con prisión de 1
mes a 4 años, el perito que afirmare una falsedad o negare o callare la
verdad, en todo o en parte, en su informe, hecha ante la autoridad
competente. Además, se impondrá al perito inhabilitación absoluta por
el doble tiempo del de la condena (art. 275, CP).
• Agravantes. Si el falso dictamen se cometiere en una causa criminal,
la pena será de uno a diez años de reclusión o prisión. Asimismo, la
pena del perito falso, cuya declaración fuere prestada mediante
cohecho, se agravará con una multa igual al duplo de la cantidad
ofrecida o recibida (art. 275 y 276, CP).
• Secreto profesional. El Código Penal establece que será reprimido con
multa e inhabilitación especial, en su caso, por seis meses a tres años,
el que teniendo noticia, por razón de su profesión, de un secreto cuya
divulgación pueda causar daño, lo revelare sin justa causa (art. 156,
CP).
Responsabilidad civil.
Civilmente es responsable el perito, por los daños y perjuicios que
dolosa o culpablemente ocasione a las partes en desempeño del cargo,
además de las multas que se le impongan. En todos los casos se deben
establecer los elementos generales de la responsabilidad civil: la culpa o
el dolo, el perjuicio y la relación de causalidad entre aquel hecho y este
daño.
La responsabilidad civil puede ser de tipo contractual (si es designado
por una de las partes y respecto de ésta) o extracontractual (si es
designado por el juez o respecto a la parte distinta de quien lo nombró).
Según el Código Procesal, si el juez remueve al perito por renunciar sin
motivo atendible, o por rehusarse a dar su dictamen o por no
presentarlo oportunamente, después de haber aceptado el cargo: de
oficio nombrará otro en su lugar y lo condenará a pagar los gastos de
las diligencias frustradas y los daños y perjuicios ocasionados a las
partes, si éstas lo reclamasen (art. 468, CPCCPBA).
Podrían aplicarse las normas civiles sobre responsabilidad en los
siguientes casos: destrucción de cosas o documentos, deterioro de
bienes, violación del secreto profesional, demora en hacer la
investigación o en presentar el dictamen y emisión de un falso
dictamen. En la culpa se incluye el retardo injustificado y el error
inexcusable.
En los casos citados se le podrá imponer al perito la obligación de
indemnizar los perjuicios ocasionados, más allá de las sanciones
disciplinarias que prevé la ley. Por ello, si el perito no tiene el
conocimiento técnico requerido o la experiencia necesaria, debe
abstenerse de aceptar el cargo.
Responsabilidad administrativa.
Esta surge de normas previstas en los códigos de procedimiento y en las
reglamentaciones de orden administrativo que dictan los organismos
jurisdiccionales.
El perito, como auxiliar de la justicia, debe desempeñar su cargo
fielmente; con lealtad, diligencia, capacidad y buena fe. En caso que
cometa una inconducta procesal, tendrá que responder ante la autoridad
jurisdiccional por ella.
Se impone que el perito conozca las normas de procedimiento del
ámbito en el que va a cumplir funciones, ya que el error de derecho no
es excusable.
Se incluyen dentro de la responsabilidad administrativa, todas las
medidas correctivas que los organismos jurisdiccionales pueden imponer
a los peritos en uso de sus facultades disciplinarias; tales como:
remoción del cargo, multa, apercibimiento, reducción de honorarios y
exclusión de las listas para designaciones de oficio.
Éstas se determinan más allá de la sanciones penales, civiles o
profesionales que los órganos correspondientes les puedan aplicar o no
a los auxiliares de justicia. Asimismo, no es necesario que sean
solicitadas por las partes; el órgano jurisdiccionales puede aplicarlas de
oficio.
1. Remoción. Será removido el perito que después de haber aceptado el
cargo: 1) renunciare sin motivo atendible, 2) rehusarse dar su dictamen
o no lo presentare oportunamente. El juez de oficio: nombrará otro en
su lugar (art. 468, CPCCPBA). Esta sanción importa la revocación del
cargo y el apartamiento del perito del proceso.
2. Pérdida de honorarios devengados. El perito reemplazo por haber sido
removido perderá el derecho a cobrar honorarios (art. 468, CPCCPBA).
Esta sanción económica es accesoria a la de remoción y es
independiente del derecho que tienen las partes a exigir el resarcimiento
de daños y perjuicios.
3. Exclusión de la lista. Los Órganos Judiciales de contralor pueden
disponer la exclusión de un perito de la lista respectiva, por las
siguientes causales:
a) No presentarse a aceptar el cargo dentro de los tres días de la
notificación, sin motivo debidamente justificado (art. 467, CPCCPBA).
b) Renunciar sin motivo atendible (art. 468, CPCCPBA).
c) Rehusarse a dar dictamen o no presentarlo en término (art. 468,
CPCCPBA).
d) No concurrir a la audiencia o no presentar, cuando se le requiera,
informe ampliatorio o complementario dentro del plazo fijado.
e) Negarse a dar explicaciones.
f) Cualquier otra circunstancia que por resolución fundada de lugar a la
exclusión del perito.
Responsabilidad profesional o ética.
Ésta resulta aplicable cuando la profesión del perito se encuentra
reglamentada y el organismo encargado de controlar la matrícula cuenta
con facultades para: 1) juzgar la conducta de los profesionales a través
de Tribunales de Ética, y 2) sancionarlos en caso de inconducta
profesional, conforme a lo establecido en los códigos de ética
respectivos.
Los códigos de ética prevén normas generales y especiales sobre:
principios técnicos, clientela, publicidad, secreto profesional, honorarios
y solidaridad. No obstante, estos códigos contienen normas
enunciativas; por su propia naturaleza no significan la negación de
otras.
En el caso de que un perito sea sancionado por un organismo
jurisdiccional, debe comunicarse dicha circunstancia a la entidad que
ejerce el poder disciplinario sobre la profesión del perito. Si su conducta
constituye una falta relativa a la ética profesional, éste será pasible de
las siguientes sanciones: advertencia, amonestación, censura pública,
suspensión en el ejercicio profesional o cancelación de la matrícula (art.
46, LEP).
Responsabilidad social.
Todos los profesionales deben contribuir con su actividad al
mejoramiento de la sociedad en general, aún sobre el interés particular
y el corporativo.
Reemplazo.
El perito puede ser reemplazo en los siguientes casos:
a) Si no acepta el cargo, o no concurre a aceptarlo dentro del plazo
fijado. El juez nombrará otro en su reemplazo, de oficio y sin otro
trámite (art. 467, CPCCPBA).
b) Cuando el perito se excuse de aceptar el cargo por causa fundada
debidamente acreditada.
c) En caso de ser admitida una recusación. El juez, de oficio,
reemplazará al perito o peritos recusados, sin otra substanciación (art.
466, CPCCPBA).
d) Cuando es el perito el que se excusa, en razón de comprenderle las
generales de la ley o una incompatibilidad respecto de una de las partes.
e) Si el perito es removido. El juez de oficio, nombrará otro en su lugar
(art. 468, CPCCPBA).
f) Por cualquier otra causa que de lugar al reemplazo del perito
(enfermedad sobreviniente, inhabilitación, jubilación, fallecimiento,
suspensión o cancelación de la matrícula, etc.).
Forma de practicar las diligencias periciales.
Comparecencia del perito.
Notificación.
El profesional toma conocimiento de la designación como perito con la
recepción de la notificación en su domicilio constituido. Al respecto, el
Código Procesal establece que al profesional designado se lo citará por
cédula u otro medio autorizado por el código (art. 467, CPCCPBA).
Por medio de esta notificación se le comunica su nombramiento en
determinada causa. A partir de ese momento tiene la carga de
comparecer ante el organismo jurisdiccional correspondiente, dentro del
plazo que las normas establecen.
Emplazamiento.
A partir de la notificación, el perito tiene tres días para aceptar el cargo
ante el secretario (art. 467, CPCCPBA). Los peritos sorteados se
presentarán para aceptar el cargo en el Juzgado o Tribunal donde
tramite el juicio.
Los días a computar son hábiles judiciales; de lunes a viernes, excepto
ferias judiciales, asuetos, días no laborables y los que la Corte declara
como no computables. Asimismo, estos deben ser completos, por lo que
el plazo comienza a correr a partir del día siguiente al de la notificación
y se podrá concretar dicho acto procesal válidamente hasta el día hábil
siguiente al del vencimiento del plazo, dentro de las dos primeras horas
de despacho.
Irrenunciabilidad del cargo. Excepciones.
Las designaciones de oficio son irrenunciables bajo apercibimiento de
exclusión de las listas, salvo que al profesional le comprendan causales
legales de excusación o que alegue razones de incompatibilidad. En caso
que el perito alegue en esta oportunidad enfermedad sobreviniente o
licencia previa, deberá acreditarlo debidamente. A tal fin deberá
presentar un escrito declinando la designación y acompañando los
justificativos correspondientes.
Asistencia.
En oportunidad de comparecer ante el juzgado o tribunal, el profesional
deberá hallar el expediente a su disposición en la mesa de entradas;
caso contrario deberá dejar constancia en el libro de asistencia de
Secretaría. Esta opción presenta como desventaja que el profesional
tiene que volver a comparecer al juzgado o tribunal los días de nota
(martes y viernes) subsiguientes, para poder seguir interrumpiendo el
plazo.
Aceptación del cargo. Requisitos.
En el momento de presentarse a aceptar el cargo, el perito acreditará su
personería con la cédula de notificación recibida en el domicilio
constituido y con su documento de identidad. Los peritos inscriptos en
las listas solamente deben acreditar su identidad, mediante la
presentación del correspondiente documento.
Formalidades.
Usualmente, deberá rubricarse el acta pertinente, en la cual se asientan
todos los datos del perito. La debida posesión del auxiliar de la justicia
es un requisito para la validez de la prueba pericial. Esto implica que el
perito debe aceptar el cargo en tiempo y forma, lo que incluye el
juramento o promesa de desempeñar fielmente el cargo (art. 467,
CPCCPBA). Los profesionales suplen esta última exigencia con el
juramento de ley que realizan en el momento de la matriculación. En
todos los casos el profesional debe presentarse personalmente, ya que
no es admisible la aceptación por poder.
Etapas de las diligencias periciales.
La peritación cumple una doble función: a) verificar hechos que
requieren conocimientos técnicos o científicos que escapan a la cultura
común del juez y de la gente, sus causas y sus efectos, y b) suministrar
reglas técnicas o específicas de la experiencia especializada de los
peritos, para formar la convicción del juez sobre tales hechos y para
ilustrarlo con el fin de que los entienda mejor y apreciarlos
correctamente.
La actividad del perito tiene al menos dos etapas: 1) la verificación o
examen, y 2) la presentación ante el juez suministrando una opinión
fundada en las reglas técnicas de su especialidad. A éstas se le debe
agregar una etapa previa, en la cual el perito organiza las tareas que
llevará a cabo para cumplimentar las funciones encomendadas.
En consecuencia las diligencias periciales comprenden necesariamente
tres etapas, a saber: 1) preparatoria, 2) de examen propiamente dicho
y 3) de dictamen. A las mismas suele agregarse una etapa eventual o
complementaria del dictamen; cuando el perito tiene que realizar
nuevas presentaciones o que le es requerida su asistencia a audiencias.
A su vez, dentro de cada una se realizan distintas tareas.
Desde el punto de vista técnico la actividad auxiliar de la justicia tiene
también tres aspectos o etapas: 1) la programación; 2) la investigación
(o instrucción) y 3) la información de orden técnico (o declaración de
ciencia).
Esta actividad procesal se desarrollará dentro de la etapa probatoria,
salvo que sea solicitada como medida anticipada.
Etapa preparatoria.
En esta etapa el perito toma conocimiento del expediente, diagrama,
planifica y programa el desarrollo de la labor a realizar durante el
proceso; o sea, determina la forma en que practicará las diligencias
periciales. También deberá efectuar todas las presentaciones que la ley
procesal le impone dentro de los primeros días y toda otra que estime
necesaria para un mejor cumplimiento de su función.
Estudio del expediente.
Al presentarse en la mesa de entradas a aceptar el cargo, es
conveniente que en ese momento el profesional realice un primer
análisis de la causa; tomando del expediente todos los datos que
puedan resultar importantes para su labor durante el proceso.
Resulta aconsejable tomar nota de los cuestionarios periciales
propuestos por las partes; que se encuentran en los escritos
presentados oportunamente (demanda, contestación de demanda,
contesta traslado, reconvención). En el proceso ordinario, estos se
encuentran en el escrito de ofrecimiento de prueba obrante en los
cuadernos de cada parte. Si obran copias de estas presentaciones
agregadas al expediente, el perito puede solicitar su desglose y entrega.
Cuando soliciten prueba pericial contable; las partes incorporarán a los
autos copias para ser retiradas en el momento de aceptación del cargo
por el auxiliar de la justicia, del escrito de demanda, el de su
contestación, el de la reconvención o traslado, el de la petición de
puntos periciales y de la documentación que se agregue a dichos
escritos que haga a su específica función. Ante dicha omisión, el juez
ordenará que sea salvada dentro del 5º día de notificada la intimación
pertinente (art. 201, LEP). Si el juez no salva de oficio la omisión, podrá
entonces solicitarlo el perito, si entiende que necesita las copias.
Préstamo del expediente.
Para poder efectuar un mejor análisis de la causa, puede resultar
conveniente contar con el expediente. Es un estudio útil y aconsejable,
por lo que la legislación procesal le debe permitir al perito el acceso al
expediente para poder realizarlo cuando éste lo estime necesario.
El pedido deberá fundarse en lo normado por el Código Procesal; atento
que los expedientes únicamente pueden ser retirados de la secretaría
por los peritos, bajo su responsabilidad, para: practicar liquidaciones y
pericias; partición de bienes sucesorios; operaciones de contabilidad;
verificación y graduación de créditos; división de bienes comunes;
cotejo de documentos; etc. (art. 127, CPCCPBA).
Devolución.
En la práctica, cuando los jueces entienden procedente la petición, el
plazo por el que autorizan el préstamo por lo general no excede de tres
días.
Si vencido el plazo no se devolviese el expediente, quien lo retiró será
pasible de una multa por el retardo, salvo que manifestase haberlo
perdido. En este caso, si se comprobase que la pérdida fuere imputable
al profesional, éste será pasible de una multa, sin perjuicio de su
responsabilidad civil o penal (art. 128 y 130, CPCCPBA).
Recusaciones y excusaciones.
Aceptado el cargo y conocidas las partes, entran a jugar las causales de
recusación y de excusación. Como se ha expresado, los peritos
nombrados de oficio podrán ser recusados por justa causa, hasta 5 días
de notificado el nombramiento. Los nombrados por las partes, sólo
serán recusables por causas sobrevinientes a la elección, o cuya
existencia se hubiera conocido con posterioridad (art. 463, CPCCPBA).
Si el perito entiende que está alcanzado por alguna de las causales
previstas por el ordenamiento procesal o que existe alguna
incompatibilidad, debe presentar un escrito haciendo conocer esta
situación y solicitando se lo excuse de realizar la labor. Sui ha sido
designado de la lista de auxiliares de la justicia, en el mismo escrito
podrá requerir al juez o tribunal que se lo reintegre a dicha lista para
poder participar en los próximos sorteos.
Anticipo para gastos.
Del análisis del expediente puede surgir que existe la necesidad de
incurrir en determinados gastos para poder llevar adelante la diligencia
ordenada. Para atender los gastos originados en el desempeño de la
gestión, el profesional tiene derecho a solicitar se le anticipen los
fondos, con carácter previo a la realización de la labor.
Al respecto el Código Procesal establece que si los peritos lo solicitaren
dentro del 3º día de haber aceptado el cargo, y si correspondiere por la
índole de la pericia, la o las partes que han ofrecido la prueba deberá
depositar la suma que el Juzgado fije para gastos de las diligencias (art.
461, CPCCPBA).
Dicho importe deberá ser depositado dentro del 5º día de ordenado y se
entregará a los peritos, sin perjuicio de lo que en definitiva se resuelva
respecto de las costas y del pago de honorarios. La falta de depósito
importará el desistimiento de la prueba (art. 461, CPCCPBA y 238, LEP).
A tal fin, el perito debe presentar un escrito solicitando el anticipo para
gastos, debidamente fundado, con un presupuesto detallado de los
conceptos que lo forman. Se consideran especialmente los gastos de
traslado, alojamiento, viáticos diarios, movilidad en vehículo propio y
demás, que serán estimados por el auxiliar de la justicia (art. 234, LEP).
Específicamente, los gastos de traslado del profesional serán
establecidos desde la sede dl juzgado o tribunal hasta el lugar donde
deba realizarse la diligencia y su regreso. A los efectos de determinar el
importe de los gastos de movilidad en vehículo propio, el valor por Km.
a recorrer, está previsto como mínimo el 50% del precio de venta al
público del litro de nafta denominada “súper o especial” (art. 235, LEP).
En la práctica, los magistrados no fijan directamente el monto de los
gastos, sino que corren traslado a las partes de la petición realizada por
el perito, a fin de que se puedan expedir al respecto; por lo que el
escrito debe presentarse con copias. Este traslado se realiza por cédula
que confeccionará el profesional y que debe dejar para confronte en
mesa de entradas.
La ley de ejercicio profesional prevé la posibilidad de que el profesional
deba realizar erogaciones no previstas, pasados los 3 días de haber
aceptado el cargo; en tal caso el anticipo para gastos podrá solicitarse
dentro de los 3 días desde la toma de conocimiento de la necesidad de
incurrir en gastos. Asimismo, los plazos para la actuación del auxiliar de
la justicia no comenzarán a regir hasta tanto no se resuelva y ponga a
su disposición la asignación para gastos solicitada (art. 238 y 239, LEP).
Una vez que la parte interesada deposita el informe fijado por el juez en
el Banco de la Provincia, Sucursal Tribunales, el perito deberá presentar
en secretaría un escrito solicitando se emita una libranza judicial a su
nombre.
Si el anticipo se solicita en el fuero laboral, y la prueba pericial ha sido
solicitada por el trabajador, como éste goza del beneficio de gratuidad;
el perito igualmente deberá realizar la pericia y luego solicitar el
reintegro de gastos. Lo mismo vale para el caso en que una de las
partes, en el fuero civil y comercial, cuente con beneficio de litigar sin
gastos.
Cambio de domicilio.
Puede acontecer que mientras tramita un proceso en el que ha sido
designado como perito; el profesional cambie su domicilio constituido.
En tal caso, el auxiliar de la justicia deberá comunicar dicho cambio en
la primer presentación que realice en el expediente o en un escrito
preparado al efecto.
Los peritos inscriptos en las listas, deberán comunicar los cambios de
domicilio profesional, legal y/o real al organismo de contralor, el que
dejará constancia en el legajo personal del perito. Sin perjuicio de ello,
en el caso de cambio de domicilio legal deberán constituir nuevo
domicilio en cada proceso donde intervengan, requisito que no es
suplido por la comunicación al organismo de contralor.
Obligación y términos para expedirse.
En la audiencia en que se designan los peritos, el juez debe señalar el
plazo dentro del cual estos deberán expedirse. Si la resolución no fijare
dicho plazo se entenderá que es de 30 días (art. 459, CPCCPBA).
Dictamen inmediato.
Cuando el objeto de la diligencia pericial lo permita a los peritos, podrán
dar su dictamen inmediatamente por escrito o en audiencia (art. 470,
CPCCPBA). Ante esta posibilidad, dado que las pericias contables
requieren de cierto tiempo de trabajo, la ley de ejercicio profesional
establece que como mínimo el plazo será de 20 días contados a partir de
la fecha de aceptación del cargo (art. 226, LEP).
Para los procesos laborales, la ley de procedimiento fija un plazo
máximo de 20 días para la presentación de los informes y dictámenes
de los peritos.
En todo caso, si el perito se encuentra con que no podrá presentar su
dictamen dentro del plazo que le fijó el juez o tribunal, cualquiera sea el
motivo (por ejemplo, por la extensión y complejidad del cuestionario
pericial); tiene la posibilidad de presentar un escrito solicitando la
ampliación de dicho plazo y manifestando los motivos de tal pedido.
Examen propiamente dicho.
Funciones y actividades del perito.
Respecto de los hechos controvertidos, la actuación del perito
comprende actividades de examen, verificación, investigación,
constatación, apreciación y comprobación de los mismos.
Estas actividades deben ser realizadas en forma personal por el
profesional designado por el juez, quien deberá dejar constancia de las
mismas en el cuerpo de la pericia.
Esta etapa comprende el examen material de los hechos. Para ello, se
deberían cumplimentar determinados pasos y seguir una secuencia de
trabajo, adaptada naturalmente a la naturaleza de la pericia solicitada y
a la profesión del perito.
Entrevista.
Una vez estudiado el expediente y programada la actividad, el perito se
presentará en el lugar donde se encuentra la documentación a analizar.
A tal fin, es conveniente comunicarse con la parte para concertar una
entrevista, para un día y hora determinados.
Siempre es aconsejable contactarse con el colega sobre cuyo trabajo se
va expedir, por una cuestión de ética. Asimismo, éste puede facilitarle la
tarea, lo que generalmente ocurre por razones de solidaridad profesional
Forma de practicarse la diligencia.
Los peritos practicarán unidos la diligencia, si no tuvieren razón especial
para lo contrario. La negligencia de uno de los peritos no excusará a los
otros, quienes deberán realizar las diligencias y presentar el dictamen
dentro del plazo (art. 468 y 469, CPCCPBA).
Si un profesional, designado como perito conjuntamente con otro colega
en un mismo proceso, no puede concretar un encuentro para poder
practicar unidos la diligencia, en primer lugar, deberá agotar todas las
instancias para comunicarse con el otro perito, por una cuestión ética. Si
no lo logra tiene la alternativa de presentar un escrito solicitando que el
organismo jurisdiccional cite a todos los peritos para que comparezcan a
secretaría un día y hora determinados y juntos procedan a iniciar la
diligencia pericial.
Relevamiento de datos. Compulsa.
En el diligenciamiento de la experticia, se aplicarán los conocimientos de
contabilidad, análisis de estados contable, auditoría, derecho comercial,
derecho laboral, y otros que resulten necesarios para poder
cumplimentar la tarea encomendada. De todo el relevamiento realizado,
el profesional dejará constancia en papeles de trabajo, los cuales se
agregarán a la ficha de control de ese expediente.
Cuando son varios los peritos, nada impide que uno de ellos sea
encargado por los demás, de ciertos trabajos puramente materiales
como la recolección de antecedentes y estudios relacionados con el
tema, y de ciertos trabajos auxiliares, si los demás verifican o revisan
estos trabajos y los consideran correctos, adoptándolos como suyos.
Asistencia de las partes.
Según lo establecido por el Código Procesal, las partes y sus letrados
podrán asistir a la diligencia y hacer las observaciones que consideraren
pertinentes, debiendo retirarse cuando los peritos pasen a deliberar (art.
469, CPCCPBA).
Las partes y sus letrados tienen el derecho de presenciar las
operaciones de los peritos, e incluso pueden realizar las observaciones
que consideraren pertinentes al efecto de facilitar su labor. No obstante,
no deberán permitirse aquellas intervenciones que sean improcedentes
o que resulten impertinentes para el auxiliar del juez.
Los peritos deben ser totalmente objetivos y su opinión no debe estar
influenciada por ningún vicio de la voluntad, ni siquiera por la seducción.
Por ello las partes deben retirarse cuando los peritos pasen a deliberar,
ya que pueden influir en la independencia de criterio de los peritos aún
con su sola presencia.
Si en el ofrecimiento de la prueba, una parte solicita que se le notifique
el momento en que el perito hará la diligencia, para así poder ejercer el
derecho de asistir a la misma, el profesional tendrá que presentar un
escrito aportando este dato al juez. Esto deberá efectivizarse con la
debida antelación, para que se le haga saber tal circunstancia a la parte
interesada, por días de nota. Caso contrario, la parte interesada podría
pedir la nulidad de lo actuado.
Imposibilidad de practicar la diligencia.
Cuando el perito se encuentre imposibilitado de practicar las diligencias
periciales, por la renuencia de una de las partes a permitir los exámenes
de las cosas o por los actos de ésa para obstaculizarlas; debe informar
al juez de dicha circunstancia a través de un escrito para que el mismo
tome conocimiento de lo sucedido. Esto permitirá al magistrado ordenar
las medidas necesarias para encausar el proceso o relevar al perito de
presentar el dictamen.
Existe una carga procesal para las partes de facilitarles a los peritos los
medios para realizar sus estudios, siempre que les sea posible hacerlo.
Si impiden la investigación del perito, obstaculizan sus labores o se
niegan a permitir sus exámenes e impiden que el dictamen se rinda;
incurren en conducta antiprocesal y desleal, por lo que se les debe
imponer la consecuencia procesal correspondiente.
El juez tiene libertad para apreciar esa conducta como indicio en contra
de esa parte y a favor del hecho que con la prueba pericial se trataba de
demostrar. Asimismo, cuenta con la facultad de ordenar a las partes o
terceros a que entreguen los objetos y documentos que están en su
poder, o que permitan su examen por los peritos en el mismo sitio
donde se encuentren. Los terceros pueden oponerse a su presentación si
demuestran que dicha exhibición les causaría perjuicio grave (art. 36,
385, 386 y 387, CPCCPBA).
Etapa de dictamen.
La etapa del dictamen implica la presentación ante el juez, de toda la
información de orden técnico o declaración de ciencia solicitada. Para
cumplimentarla tendrá que llevar a cabo actividades tales como la
valoración del análisis técnico realizado y la emisión de una opinión
fundada.
La presentación del dictamen pericial constituye una medida de
información, en la cual se consigna el resultado obtenido por el
profesional a través de un proceso verbal o en una relación.
Una vez efectuadas todas las compulsas y recabados todos los datos
necesarios para contestar los cuestionarios periciales, como resumen
final de todo el trabajo realizado, el perito procederá a la elaboración del
dictamen.
En esta instancia deberá preparar, redactar y presentar un escrito
judicial que contenga su opinión fundada, el detalle de las diligencias
realizadas y las operaciones técnicas que respalden sus conclusiones.
Asimismo, cuando se trata una cuestión compleja para la cual se
requiere cierta experiencia; recurrir a la asesoría de otros colegas que
orienten su criterio es aceptable y es una forma de actuar con
responsabilidad. También puede recibir informes de terceros y usar la
asesoría de expertos, o consultar y discutir el asunto para un mejor
fundamento; siempre que las conclusiones las adopte personalmente,
con base en su propio criterio.
El dictamen debe contener conceptos personales del perito. Si éste se
limita exponer los conceptos de otras personas, por autorizadas que
sean, existirán un relato o informe, pero no una pericia judicial.
Requisitos para su existencia jurídica.
Para que exista jurídicamente la prueba pericial se exigen los siguientes
requisitos:
a) Debe ser un acto procesal. Para que exista la peritación es
indispensable que el dictamen forme parte de un proceso o de una
diligencia procesal previa.
b) Debe ser consecuencia de un encargo judicial. El dictamen de los
expertos no puede ser espontáneo; es indispensable que esté precedido
de un encargo judicial mediante providencia dictada y notificada en
forma legal.
c) Debe ser un dictamen personal. El perito designado por el juez no
puede delegar su encargo a otra persona; si lo hace, el estudio que éste
presente no será un dictamen judicial y ni siquiera tendrá el valor de
testimonio. Sin embargo, nada impide que el perito se asesore
consultando a otro experto o discuta el punto, para llegar a su
conclusión personal con un mejor fundamento.
d) Debe versar sobre hechos y no sobre cuestiones de puro derecho. No
puede solicitarse ni decretarse un dictamen sobre cuestiones jurídicas.
Al juez le corresponden exclusivamente estas calificaciones jurídicas.
e) Debe ser un dictamen de un tercero. Se toma aquí el término tercero
en un sentido rigurosamente procesal, es decir, como persona que no es
parte principal, ni interviniente en ese proceso. Las partes nunca pueden
ser peritos en su propia causa, por obvias razones de parcialidad.
Falta de presentación del dictamen.
El perito, si no presenta el dictamen dentro del plazo fijado, puede ser
removido del cargo y también será pasible de sanciones económicas. Si
ha sido designado de oficio, esto implicará la exclusión de la lista
respectiva y la comunicación a la entidad que ejerce el poder de policía
sobre la profesión del perito.
En tales casos, el juez de oficio nombrará otro en su lugar y el perito
reemplazado perderá el derecho a cobrar honorarios. Asimismo, si las
partes lo reclamasen, el juez condenará al perito a pagar los gastos de
las diligencias frustradas y los daños y perjuicios ocasionados a éstas
(art. 468, CPCCPBA).
Sin embargo, en la práctica, antes de imponerle las sanciones referidas
se lo intima al perito para que presente el respectivo dictamen. Esto se
debe fundamentalmente a razones de economía procesal y en el
convencimiento de que generalmente el auxiliar de justicia no se
encuentra tan familiarizado con las reglas procesales.
Estas consideraciones son aplicables también al perito por no concurrir a
la audiencia o no presentar, cuando se lo requiera, informe ampliatorio o
complementario dentro del plazo que se fije. La sanción prevista es la
pérdida total o parcial del derecho a cobrar honorarios (art. 473,
CPCCPBA).
Asimismo, cuando sean designados 3 peritos, deberá tenerse en cuenta
que la negligencia de uno de ellos no excusará a los otros, quienes
deberán realizar las diligencias y presentar el dictamen dentro del plazo
(art. 468, CPCCPBA).
La pericia o dictamen pericial.
Concepto.
Se denomina dictamen pericial o simplemente pericia, a la presentación
judicial del perito en la que responde al cuestionario efectuado en el
proceso y emite su opinión fundada como profesional, en los casos en
que le hubiera sido solicitada.
El perito debe elaborar el dictamen una vez efectuadas todas las
compulsas y recabados todos los datos necesarios para contestar los
cuestionarios periciales. En esta instancia deberá preparar, redactar y
presentar un escrito judicial que contenga el resumen de las actividades
procesales cumplimentadas y de los procedimientos técnicos realizados
de conformidad con la normativa vigente.
Requisitos formales.
Normas generales.
En primer lugar, el dictamen pericial debe cumplir las normas exigidas
para todos los escritos judiciales (art. 118, CPCCPBA). Tratándose de
dictámenes presentados por los peritos de listas resultan aplicables, en
lo pertinente, las reglas señaladas para los escritos judiciales (Pto. 21,
Ac. 2524).
Normas particulares.
Al referirse específicamente a la prueba pericial, el dictamen contendrá
la explicación detallada de las operaciones técnicas realizadas y de los
principios científicos en que los peritos funden su opinión (art. 472,
CPCCPBA).
Presentación.
El dictamen se presentará por escrito, con copias para las partes.
Asimismo, si son tres los peritos, establece que: 1) los que concordaren,
los presentarán en un único texto firmado por todos, 2) los disidentes lo
harán por separado y siempre en un mismo escrito, salvo que por
circunstancias especiales ello no fuere posible (art. 472, CPCCPBA).
Formalidades.
Se presenta usualmente en papel judicial, con tamaño y márgenes
predeterminados, redactado a máquina con tinta negra y sin claros.
Pueden utilizarse computadoras personales y hojas de arrastre. En su
redacción se deben observar normas sobre espaciado, densidad y
tamaño de caracteres. Asimismo, como el informe está dirigido a una
autoridad judicial, el mismo debe guardar un estilo respetuoso.
Copias.
El informe pericial debe ser elaborado en varios ejemplares. El original
se agrega al expediente con el cargo; una copia sellada por el juzgado
queda en poder del perito como acuse de recibo y se deben acompañar
tantas copias como partes intervengan en el proceso, a los efectos de
corrérsele traslado de la pericia (art. 120, 124 y 472, CPCCPBA).
Estructura y contenido.
El dictamen pericial puede dividirse en tres partes: 1) el
Encabezamiento (con el objeto, el destinatario y la presentación del
profesional); 2) el Cuerpo del escrito (con el detalle de las diligencias
periciales, incluyéndose el dictamen), y 3) el Párrafo final (con el
petitorio y el cierre de estilo). Asimismo, si resultase conveniente, el
perito puede adicionar párrafos aclaratorios y anexos que formarán
parte del dictamen.
Objeto.
El escrito va encabezado con la expresión de su objeto (art. 118,
CPCCPBA); también llamada sumario o suma. Es el título del cual se
debe desprender el contenido del escrito (por ejemplo, Presenta
Dictamen Pericial). El sumario va en la parte superior del escrito
refiriéndose sintéticamente y con letras mayúsculas su contenido.
Destinatario.
A continuación se coloca el destinatario. El escrito se inicia consignando
la autoridad u organismo jurisdiccional ante quien se presenta el
profesional auxiliar de la justicia (por ejemplo: Señor Juez o
Excelentísimo Tribunal).
Párrafo de presentación.
En todos los casos deben exponerse los datos de quien se presenta ante
el órgano jurisdiccional. El perito debe acreditar la personería necesaria
para intervenir en el proceso y consignar todos los datos que hagan a su
identificación personal y profesional: nombres y apellido, tomo y folio de
inscripción en la matrícula, su calidad y especialidad (carácter), domicilio
constituido y la carátula completa del expediente. Este último permite
que el escrito pueda ser agregado al expediente correspondiente.
También deben constar sus datos impositivos y previsionales.
Párrafo de introducción.
Es una breve reseña en la cual se detalla el lugar donde se realizó la
diligencia pericial, la identificación de la persona que atendió al perito y
cualquier otro dato de interés para la causa relacionado con la gestión
cumplida. Es testimonial, por lo que un relato mendaz sobre la diligencia
realizada se puede asimilar al falso testimonio. En este punto se destaca
que la responsabilidad del perito es personal e indelegable, así como su
trabajo en la faz técnica.
Dictamen.
Es la parte principal del escrito; contiene el cuestionario pericial y su
respuesta. En ésta se expone la información requerida por las partes y
el juez. Es práctica profesional transcribir los puntos de pericia,
subrayarlos y a continuación contestar cada uno en forma debidamente
fundada, con la debida referencia a la fuente informativa.
Petitorio.
Todo lo expuesto por el perito se concreta solicitando en forma sintética
las medidas que entiende se derivan de la presentación, a fin de que el
juez o tribunal provea en tal sentido. Es una forma de impulsar el
proceso. Suele requerirse que se lo tenga presentado en tiempo y forma
(dentro del plazo que tenía para presentarlo y en la forma en que debía
hacerlo), como así también que se le corra traslado a las partes de las
copias del dictamen acompañadas a tal efecto.
Fórmula final.
Con este apartado termina la redacción del escrito. Como cierre del
mismo se utiliza un requerimiento a la autoridad judicial para que
acceda a lo solicitado, atento a que resulta justo.
Firma y sello del profesional.
El perito debe dar estricto cumplimiento a este requisito impuesto por
los ordenamientos procesales y reglamentos administrativos. Los
escritos deben estar firmados por los interesados. Al pie de la firma o
contiguo a ella, debe consignarse la aclaración de la misma y demás
datos profesionales (art. 118 inc. 3º, CPCCPBA y Pto. 2, Ac. 2514).
Párrafo aclaratorio.
Cuando resulta necesario realizar alguna salvedad suele agregarse al
dictamen un párrafo bajo el título de “otro si”. También suele utilizarse
para estimar los honorarios del profesional, presentar la rendición de un
anticipo para gastos o pedir el reconocimiento de nuevos gastos. En
estos últimos casos se practicará liquidación, agregando los
comprobantes de los gastos mayores, siendo conveniente además dejar
constancia de las fechas.
Anexos.
Cuando la información no puede ser expuesta en forma clara en el texto
de la pericia, convendrá recurrir a la elaboración de planillas que se
presentarán en forma de anexo. Conviene entonces que en el texto del
escrito se haga un comentario de cada anexo, su contenido y las
conclusiones más importantes que pueden extraerse de los mismos.
Requisitos sustanciales.
Relevante.
Toda cuestión técnica o científica que interese para la solución de
cualquier tipo de proceso, puede probarse mediante dictámenes de
peritos; siempre que éstos resulten eficaces. El hecho objeto de la
pericia debe tener relación con la causa y la pericia debe ser útil para
probar ese hecho controvertido, como también otros casos que tengan
características similares. Esto significa que el dictamen debe ser
conducente, pertinente y significativo.
Objetivo.
El perito debe mantener su independencia de criterio y el dictamen ser
imparcial. Los vínculos personales con las partes y el interés económico
que pueda tener en el resultado de la causa, son motivos serios para
dudar de la sinceridad del perito. Las generales de la ley son una
garantía de su imparcialidad.
El dictamen debe ser un acto conciente, libre de coacción, violencia,
dolo, cohecho o seducción. Esto implica que el perito tenga el
convencimiento real de su opinión y que la misma no esté viciada por
aspectos que afecten su voluntad. En las circunstancias señaladas no
existe independencia de criterio.
Oportuno.
Los actos procesales son válidos cuando son realizados en tiempo
oportuno. En consecuencia, el dictamen debe ser rendido en término;
antes del vencimiento del plazo señalado para su presentación. No
obstante, cuando sea presentado fuera de término pero antes de ser
reemplazado el perito, puede ser considerado válido si así lo exigen la
economía procesal y la lógica.
Integro.
Los peritos deben procurar que su dictamen sea completo, sin omitir
ninguno de los puntos que le fueron planteados en los cuestionarios. El
dictamen debe contener la respuesta a todos los puntos de pericia.
Solamente debe contener la respuesta a todos los puntos de pericia.
Solamente puede el perito solicitar que el juez lo releve de ello, cuando
los mismos exceden el objeto de su labor.
Claro.
Además de explicar el tema técnicamente, resulta conveniente que el
perito elabore la exposición a nivel corriente, explicando el significando
de los términos o conceptos que resulten menos conocidos.
Suficiente.
El dictamen por si mismo debe poder satisfacer los requerimientos de
las partes y del juez, esclarecer todos los aspectos técnicos vinculados
con la causa y en tal sentido ayudar a dilucidar los hechos
controvertidos.
Prudente.
Los peritos deben limitarse a conceptuar sobre los puntos que las partes
o el juez les someten a su consideración. Si exceden el encargo y
dictaminan sobre cuestiones no contempladas en el cuestionario pericial,
incurren en abuso de dictamen, salvo que se trate de cuestiones
conexas cuyo estudio sea parte de la investigación.
Verificable.
El dictamen debe contener la explicación detallada de las operaciones y
razones técnicas que los peritos tuvieron en cuenta para adoptar sus
conclusiones; como así también la identificación precisa de las cosas o
documentos que hayan examinado.
Es importante que las partes puedan verificar los antecedentes tenidos
en cuenta por los peritos para llegar a tales conclusiones, para que se
cumpla con el principio de contradicción.
Cierto.
El dictamen no debe ser falso o mendaz. Las expresiones contenidas en
el mismo deben ser veraces; no debe contener afirmaciones falsas.
Tampoco debe el perito negar o callar una verdad.
Sistemático.
En su dictamen el perito debe seguir un orden de exposición lógico y
homogéneo, para que las partes y el juez se introduzcan en el tema en
una forma razonada. De esta manera, las conclusiones será una
consecuencia lógica de las motivaciones expuestas por el perito. A tal
fin, éste debe presentar toda la actividad realizada de una manera
ordenada, utilizando una estructura adecuada para la especialidad y los
usos judiciales.
Preciso.
El dictamen no debe ser vago ni evasivo, por el contrario, debe ser
concreto y terminante. Es decir, debe aparecer debidamente
fundamentado y convincente, pues de lo contrario carecerá de precisión
y de eficacia probatoria.
Alcance del dictamen.
Los límites de la labor del perito están dados por el principio procesal de
contradicción y por el requisito de prudencia.
El perito no debe exceder los límites de su encargo, que está
circunscripto por los términos de la providencia judicial que determine el
cuestionario o de la que exija ampliaciones. El dictamen sobre puntos
distintos carece de validez. Por ello, no debe introducir a través del
dictamen puntos que no hayan sido fijados oportunamente (excepto en
el fuero penal, si son útiles para esclarecer un delito).
Salvo excepción, en ningún caso debe dictaminar sobre cuestiones de
derecho, aunque por error del juez y de las partes les hayan sido
sometidas a su consideración, porque están fuera del objeto de esta
prueba. Asimismo, aun cuando las partes lo pidan, el perito no tiene que
agregar documentos al expediente, ya que ésta es una carga que las
mismas deben cumplir en el momento del ofrecimiento de la prueba.
No resulta procedente expedirse sobre el valor o mérito de la prueba,
actividad propia del juez y sobre lo cual podrán alegar las partes en la
siguiente etapa. Tampoco es correcto realizar apreciaciones que no se
hayan requerido expresamente. Siempre se habrá de referir a hechos
comprobados o interpretados técnicamente y nunca sobre teorías o
presunciones que el juez o los letrados no hayan pedido.
Cuando algún punto de pericia no sea de su incumbencia profesional, el
perito debe solicitar al organismo jurisdiccional que lo releve de
contestarlo. Sólo si existe cierta analogía y no hay profesionales de la
disciplina requerida; podrá actuar como cualquier idóneo.
El perito no deberá adoptar ninguna conclusión si no está
verdaderamente convencido de ella, de tal manera que si se considera
en estado de incertidumbre, deberá manifestarlo al juez y excusarse de
cumplir su encargo. El dictamen pericial no se basa en la certeza ni en la
razonabilidad, sino en la convicción.
Período de revisión.
En amparo del derecho de defensa en juicio, los ordenamientos
procesales contemplan la necesidad de darle a las partes oportunidad de
contradecir o discutir el dictamen ya rendido, antes de ser adoptado por
el juez como prueba (art. 473, CPCCPBA y art. 37, LPL). A tal fin, los
informes o dictámenes deberán presentarse con tantas copias como
partes intervengan.
Presentado el dictamen pericial se dará traslado a las partes de las
copias acompañadas por el auxiliar de justicia. La providencia que
disponga dicho traslado se deberá notificar mediante cédula al domicilio
constituido (art. 473, CPCCPBA). De ser necesario, la misma tendrá que
ser confeccionada por el perito y presentada en mesa de entradas para
su confronte.
Período de revisión.
En esta instancia las partes tienen la oportunidad de examinar
atentamente el dictamen, advertir alguna falla y realizar presentaciones
tendientes a repararlo. Asimismo, si existen causales para ello, tienen
también la posibilidad de realizar planteos respecto de su validez.
Para cumplimentar esta etapa, generalmente se les otorga a las partes
un plazo perentorio de cinco días, salvo que la complejidad o extensión
del dictamen justificare un plazo mayor, bajo apercibimiento de perder
el derecho a hacerlo. Vencido el plazo la prueba no puede volver a ser
observada, produciéndose en este caso un decaimiento del derecho de
las partes, sin perjuicio de los dispuesto para las audiencias de vista de
causa en el fuero laboral (art. 37, LPL).
Objeciones.
Antes del vencimiento del plazo citado, las partes pueden realizar
presentaciones de distinta índole según sea la objeción a plantear
respecto del dictamen. Procesalmente, las objeciones pueden definirse
como la razón que se propone o dificultad que se presenta para
observar una afirmación o impugnar una proposición.
De ello surge que, respecto a las presentaciones de eventuales
objeciones, éstas pueden diferenciarse primariamente en dos grupos: 1)
presentación de observaciones y 2) presentación de impugnaciones. Las
mismas a su vez pueden motivarse en distintas causales.
Observaciones.
Se entiende como tales a la acción y efecto de examinar atentamente,
advertir y reparar. Por su intermedio se busca mejorar el dictamen,
respecto de fallas que puedan perjudicar a las partes, antes que el
mismo sea apreciado por el juez. Tiene un sentido atenuado e incluyen
las omisiones, la falta de claridad y los errores técnicos, en tanto que
estas fallas no sean graves ni dolosas.
Dentro de las eventuales observaciones que pueden presentarse
encontramos las siguientes:
1. Pedido de explicaciones o aclaraciones.
2. Pedido de ampliaciones.
3. Pedido de rectificación del dictamen.
Impugnaciones.
Se entiende como tales al acto de combatir, refutar o contradecir una
actuación judicial, cualquiera sea su índole. A través de éstas se busca
atacar la validez del dictamen. Las mismas pueden afectar en mayor
medida el valor probatorio del dictamen y llegar hasta su nulidad, razón
por la cual pueden acarrear otro tipo de consecuencias para el perito.
Los posibles casos en que resultaría procedente plantear impugnaciones
podrían ser:
1. Por ineficacia o incompetencia: si cometió errores inexcusables o si se
expidió sobre cuestiones que no son de su incumbencia profesional.
2. Por negligencia: si no presentó el dictamen en debida forma, lo
presentó fuera de término, no informó a las partes la fecha de la
diligencia cuando éstas lo solicitaron en el expediente, etc.
3. Por falsedad: si las afirmaciones realizadas no son veraces u se oculta
una verdad dolosamente. En tal caso puede ser acusado de falso
dictamen (art. 275, CP).
4. Por dolo o fraude: si el dictamen fue tendencioso para beneficiarse
personalmente o para favorecer a una parte.
5. Por abuso de dictamen: si se excede en el encargo o se pronuncia
sobre temas que no son objeto de la prueba.
Obligación y términos para contestar.
Si el juez lo considera procedente, necesario y conveniente, éste le dará
traslado al perito para que conteste las objeciones realizadas al
dictamen. El perito tiene la obligación de contestar las presentaciones de
las partes, ratificando su dictamen o rectificándose respecto de las
objeciones planteadas.
Cabe destacar que esta etapa es eventual y complementaria de la labor
del perito. En esta oportunidad podrá complementar o perfeccionar la
pericia; corrigiendo, explicando o ampliando el dictamen. Una vez
producidas las aclaraciones o adiciones al dictamen, forman parte de
éste y constituyen con él una unidad.
Según la normativa procesal, a instancia de cualquiera de las partes, o
de oficio, el juez podrá ordenar que los peritos den las explicaciones que
se consideren convenientes, en audiencia o por escrito, atendiendo a las
circunstancias del caso. Cuando el juez o tribunal lo estimare necesario
podrá disponer que se practique otra pericia, o se perfeccione o amplíe
la anterior, por los mismos peritos u otros de su elección (art. 473,
CPCCPBA y art. 37 LPL).
Salvo norma en contrario, debería permitírsele al mismo perito que
aclare o adicione su dictamen. Asimismo, si después de haberlo
presentado, lo revisa y llega a la conclusión de que incurrió en algún
error sobre la totalidad o parte de sus conclusiones; debería poder
retractarse de su dictamen, ya que los errores de valoración, de cálculo
y de conceptualización técnica, son más posibles que los de percepción,
memoria y narración, en que pueden incurrir los testigos.
Términos.
Del pedido de explicaciones y/o impugnaciones formulado por las
partes, se dará traslado a los peritos para que lo contesten en el plazo
de cinco días. La resolución que ordena dicho traslado se notifica por
cédula, con copia de las observaciones e impugnaciones presentadas por
las partes. En sede laboral, podrá hacerse en la audiencia de vista de la
causa, si se hubiese designado, atendiendo las circunstancias del caso
(art. 37, LPL).
Incumplimiento. Sanción.
El perito que no concurriere a la audiencia o no presentase el informe
ampliatorio o complementario dentro del plazo, perderá su derecho a
cobrar honorarios, total o parcialmente (art. 473, CPCCPBA). Es una
causas de exclusión de las listas respectivas, en su caso.
Cuando los peritos no se expidieron en término o citados para dar
explicaciones o evacuar impugnaciones no compareciere sin justa causa,
de oficio se dejará sin efecto su designación, dándoles por perdido el
derecho a devengar honorarios si correspondiese y excluyéndolos de la
lista. En el caso de peritos de la nómina del Poder Judicial se comunicará
a la Suprema Corte de Justicia a sus efectos (art. 38, LPL).
Renovación o repetición de los dictámenes.
Si se declara probada una objeción grave o prospera una impugnación;
el dictamen queda sin ningún valor y debería repetirse la prueba con
otros peritos. Igual criterio podrá seguirse si existe una rectificación
importante del perito. En tales casos, el juez podrá decretar una nueva
peritación si no existen en el proceso otras pruebas que la hagan
innecesaria.
Planteos improcedentes.
El perito podrá solicitar al juez o tribunal que lo releve de contestar
aquellas objeciones que resulten manifiestamente improcedentes, tales
como: a) requerimientos de puntos de pericias no fijados
oportunamente por el juez o tribunal; b) alegatos anticipados basados
en el supuesto mérito o valor de la prueba; c) ataques contra la persona
del perito o cuestionamientos a su idoneidad; y d) defensas meramente
dilatorias o sin fundamento técnico.
Actuación en audiencias.
Esta actuación se puede dar excepcionalmente en el fuero civil y
comercial, pero resulta usual en los procesos orales. En todos los casos
el perito debe tener presente su naturaleza de auxiliar de la justicia y el
alcance de su dictamen.
Vista de la causa.
Cuando se hubiere diferido la fijación de la vista de la causa, una vez
producida la prueba ordenada o vencido el plazo para hacerlo, el
Presidente del Tribunal, dentro de los diez días determinará la fecha en
que deberá realizarse la audiencia.
Durante la vista de la causa se observarán las siguientes reglas:
a) Se dará lectura a las actuaciones de prueba producidas antes de la
audiencia, si alguna de las partes lo pidiere.
b) A continuación, el Tribunal recibirá directamente las otras pruebas.
Las partes, los testigos y los peritos, en su caso, serán interrogados
libremente por el Tribunal, sin perjuicio de las preguntas que puedan
proponer las partes (art. 43 y 44, LPL).
Intervención de las partes.
Las partes tendrán intervención en la audiencia a los efectos del
contralor de la prueba y podrán hacer, con permiso del Presidente del
Tribunal, todas las observaciones que consideren pertinentes. Asimismo,
se podrá limitar dicha facultad cuando las interrupciones sean
manifiestamente improcedentes o con propósitos de obstrucción o
contrarios a los fines del proceso (art. 45, LPL).
Apreciación de la prueba en la sentencia.
Se trata de una actividad procesal exclusiva del juez. Por apreciación o
valoración de la prueba judicial se entiende la operación mental que
tiene por fin conocer el mérito o valor de convicción que pueda
deducirse de su contenido.
Existen tres sistemas de apreciación de la prueba: el de las pruebas
legales (tarifa legal), el de la sana crítica (remisión a criterios de lógica y
experiencia por acto valorativo del juez) y el de la libre convicción o
apreciación en conciencia (valoración personal).
El sistema de libre convicción implica la libertad de apreciar y valorar
pruebas producidas en la causa para alcanzar la convicción sobre los
hechos controvertidos. En contrapartida, impone la obligación de
explicar los motivos que llevan a la formación del convencimiento sobre
la base de dichas pruebas y exige una mejor preparación. Aparece en
procesos totales y de instancia única; en los cuales el veredicto se dicta
pronunciándose el Tribunal sobre los hechos apreciando en conciencia la
prueba ofrecida (art. 44 inc. d, LPL).
El Código Procesal Civil y Comercial establece que los jueces formarán
su convicción respecto de la prueba de conformidad con las reglas de la
sana crítica. No tendrán el deber de expresar en la sentencia la
valoración de todas las pruebas producidas, sino únicamente de las que
fueren esenciales y decisivas para el fallo de la causa (art. 384,
CPCCPBA).
Fuerza probatoria del dictamen pericial.
Según el Código Procesal, la fuerza probatoria del dictamen pericial será
estimada por el juez teniendo en consideración la competencia de los
peritos, la uniformidad o disconformidad de sus opiniones, los principios
científicos en que se fundan, la concordancia de su aplicación con las
reglas de la sana crítica y demás pruebas y elementos de convicción que
la causa ofrezca (art. 474, CPCCPBA).
La competencia de los peritos.
En el desempeño de su encargo, el perito debe emitir conceptos de valor
técnico o científico que escapan al común de la gente; es obvio entonces
que la eficacia probatoria del dictamen depende, fundamentalmente, de
la competencia del perito para el caso.
La uniformidad o disconformidad de sus opiniones.
La declaración de un perito puede estar en contradicción con la de otro
perito, lo que prima facie indica que el dictamen no puede tener plena
eficacia probatoria, atento a que no existe uniformidad entre los
expertos. En tal caso, si recaen sobre hechos técnicos, es menester
tener en cuenta los medios técnicos empleados para la observación, el
método seguido, el carácter racional de las conclusiones; para adoptar
al que aparezca mejor fundamentado.
Un caso análogo lo constituye la presentación, por parte del perito, de
una rectificación parcial del dictamen o que recaiga sobre puntos
secundarios. El juez debe considerarla y someterla a una crítica
rigurosa, que tenga en cuenta los fundamentos del dictamen inicial y de
la adición, para determinar la fuerza de convicción y el mérito probatorio
que en conjunto le merezcan.
Si el cambio de opiniones del perito es importante, ello es motivo
suficiente para negarle mérito probatorio, porque indica falta de
seguridad en los conceptos.
Los principios técnicos en que se fundan.
En el dictamen debe aparecer el fundamento de las conclusiones del
perito. Si éste se limita a emitir su concepto sin explicar las razones que
lo condujeron a esas conclusiones, el dictamen carecería de eficacia
probatoria. Lo mismo será si sus explicaciones no son claras o aparecen
contradictorias o deficientes.
El principio de la sana crítica.
En el código de procedimientos se reconoce la libertad de crítica del
juez, para que éste pueda controlar cabalmente si el dictamen cumple o
no los requisitos para su validez y eficacia probatoria. La premisa básica
es que las críticas sean bien intencionadas y sustentadas en criterios
objetivos, tales como la lógica, la experiencia, la psicología judicial, etc.
No basta que las conclusiones sean claras y firmes, porque el perito
puede exponer con claridad y firmeza tesis equivocadas. Si a pesar de
esa apariencia el juez considera que los hechos afirmados en las
conclusiones son improbables, de acuerdo con las reglas generales de la
experiencia y con la crítica lógica del dictamen, éste no será convincente
y no podrá adoptarlo como fundamento exclusivo de su decisión.
La concordancia con las demás pruebas.
Es obvio que si en el proceso aparecen otras pruebas que, según el
mérito que le merezcan luego de una crítica rigurosa, razonada y de
conjunto, desvirtúan las conclusiones del dictamen o las hacen dudosas
o inciertas, aquel no puede tener plena eficacia probatoria.
Es justo motivo de duda sobre las conclusiones del dictamen de
expertos, que autoriza al juez para rechazarlo, la existencia de otras
pruebas, de igual o superior valor, que arrojan resultados distintos y
contrarios al del dictamen.
Vinculación.
El dictamen del perito no es vinculante para el juez; o sea, no lo obliga y
tiene libertad para valorarlo y la facultad de criticarlo. Podrá entonces
abstenerse de considerarlo, mediante decisión debidamente
fundamentada.
Si el juez considera que los hechos afirmados en las conclusiones son
absurdos o imposibles, no debe tener en cuenta el dictamen del perito.
Por el contrario, si el juzgador considera que ,los fundamentos y las
conclusiones del dictamen reúnen todos los requisitos de lógica, de
técnica, de ciencia, de equidad, de validez, de eficacia, que para el caso
pueden exigirse, y no existen otras pruebas mejores o iguales en contra,
no puede rechazarlas sin incurrir en arbitrariedad.

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