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Best: Definición de un
Proyecto Científico
2. LA BIBLIA EN SUS TRADICIONES:
DEFINICIONES Y ORIENTACIONES
La Biblia de Jerusalén surgió a raíz de la encíclica Divino afflante Spiritu de Pío XII
(1943), que reconocía la legitimidad de los estudios históricos y críticos y recomendaba en
particular el estudio de los géneros literarios para reconocer la verdad de los textos inspira-
dos. Cosechando los frutos de varias décadas de crítica histórica de los textos sagrados, ella
permitía hacerlos accesibles a un público muy amplio. Con los años, La Biblia de Jerusalén
conoció tres ediciones en un volumen (1956, 1973, 1998) y numerosas adaptaciones en otros
idiomas.
Heredera de estos primeros logros, La Biblia en sus Tradiciones desea ofrecer al pú-
blico cultivado una edición actualizada de la Escritura, sin olvidar que atravesando siglos y
lenguas, llevados hasta su lector por las t radiciones de las comunidades que lo preceden, el
texto bíblico nunca ha sido un objeto fijo. Esto es lo que sugiere el prólogo de la Constitu-
ción dogmática sobre la revelación divina promulgada por Pablo VI en 1965, que comienza
citando este verso: “La Vida se manifestó, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os
anunciamos la Vida eterna” (1 Jn 1,2). Si es cierto que la Biblia recoge y suscita este anun-
cio, los primeros cristianos sin embargo pasaron sin el Nuevo Testamento oficial durante un
siglo. El texto estaba en curso de composición, pero no la confesión de fe: ella proviene de la
escucha, enseñaba entonces San Pablo…
Para expresar el proyecto en una imagen simple, se puede considerar la Biblia y sus in-
terpretaciones como un río con muchos afluentes que desembocaría en el mar. Si entendemos
que el mar representa el mundo actual, aquel en el cual el lector lee la Biblia, ¡nos gustaría
situarnos en la desembocadura, y mirar hacia arriba, preguntándonos de donde proviene todo
esto! Intentando volver a las fuentes, situados en muy variados paisajes; a veces descubrimos
que algunos ríos se dividieron en varios brazos para juntarse enseguida con aquellos remoli-
nos (remanentes, variantes); que otros se pierden y no vuelven a aparecer más que por casua-
lidad, como bien se testimonia con los hallazgos arqueológicos (los rollos del mar Muerto).
El cuestionamiento histórico guarda pues un lugar esencial, pero no se privilegia la bús-
queda de los orígenes con frecuencia inaccesibles al sólo método histórico. En la Biblia, du-
rante períodos, la memoria creyente recopila e interpreta en el lenguaje de su tiempo la acción
de Dios en la historia. Como un documento en bruto, la Biblia es una escritura.
La Biblia en sus Tradiciones se propone retomar en el texto bíblico la caja de resonancia
que es la historia de su recepción. Ella presenta la Escritura en tanto como recibida y transmi-
tida: su autoridad está atestiguada por una comunidad creyente que la ha recibido, producido
y llevado, que la celebra y la actualiza en su liturgia.
El canon aceptado es el de la Vulgata latina fijada por el Concilio de Trento en 1546, que
reprende aquel de la Septuaginta por la que los cristianos recibieron las escrituras.
En cuanto a la tradición, dos ideas claves guían el proyecto. En primer lugar, el hecho
que para la tradición católica, la Biblia no es la única fuente de los dogmas, sino que ella los
encuadra o los ilustra, como lo muestra su uso litúrgico. Enseguida, la constatación que la
Biblia nunca se ha esclavizado a las culturas circundantes; aunque inmersa en sus épocas, el
Antiguo como el Nuevo Testamento reflejan ciertas rupturas. Queremos resaltar en particular
las rupturas y continuidades del Nuevo Testamento, hacia arriba con el judaísmo variado del
primer siglo y hacia abajo con la patrística, empezando por los padres apostólicos.
Tres principios guían el proyecto.
Más que un texto único como las Biblias ordinarias, La Biblia en sus Tradiciones pre-
tende reflejar la diversidad de las tradiciones textuales, especialmente aquellas que llevan
comunidades vivientes.
NUEVO TESTAMENTO
Nuestros principios se ilustran bien considerando en comienzo el Nuevo Testamento.
La Biblia en sus Tradiciones sigue pues cinco textos principales del Nuevo Testamento.
En la versión electrónica, todos estarán disponibles. Para la edición impresa, no es necesario
de traducirlos por separado: simplemente traducir uno y hacer aparecer las principales va-
riantes de los otros cuatro. La Biblia en sus Tradiciones tendrá una preferencia natural por
el texto mayoritario (Byz). Los otros cuatro textos aparecerán o bien en columnas paralelas
(cuando es toda una línea o más que debe ser retraducida), o bien en cuadros en el texto (para
las variantes de unas palabras), o bien en nota bajo la rúbrica Texto.
El texto bizantino, la Vulgata y la Peshitta, sufrieron múltiples revisiones; es por esta ra-
zón que sus ediciones impresas tuvieron un estudio crítico. La solución más rigurosa desde el
punto de vista hermenéutico sería sin duda traducir las ediciones diplomáticas de manuscritos
representativos de estas tradiciones. Por razones prácticas, traduciremos sin embargo edicio-
nes existentes, siendo conscientes del hecho que la Vulgata de Stuttgart, por ejemplo, no es
más que una edición fiable del texto latino según Jerónimo. Por supuesto, además del texto
bizantino, la Vulgata y de la Peshitta, hay otros testigos griegos, latinos o siríacos (o incluso
en otras lenguas antiguas) teniendo una real importancia tradicional. Volveremos al tema.
Del texto bizantino o mayoritario, dos ediciones recientes están disponibles: Zane C.
HODGES y Arthur L FARSTAD, The Greek New Testament According to the Majority Text,
Nashville, Thomas Nelson, 1982/1985 ; William G. PIERPONT and Maurice A. ROBIN-
SON, The New Testament in the Original Greek According to the Byzantine/Majority Text,
Además de los recursos electrónicos familiares a los colaboradores, las ediciones útiles
serán las más comunes. Para recordar:
Texto masorético:
La Biblia Hebraica Quinta para los libros que ya han sido publicados;
La Biblia Hebraica Stuttgartensia, 5a edición, para los otros libros;
Peshitta:
The Old Testament in Syriac according to the Peshitta version by The Peshitta Institute
(Leiden);
Pentateuco samaritano:
August VON GALL (éd.), Der hebräische Pentateuch der Samaritaner, Giessen, 1914-
1918;
Luis-F. GIRÓN BLANC (ed.), Pentateuco Hebreo-Samaritano: Génesis (Madrid, 1976).
Hay dos grandes familias de traducciones:83 aquellas que prestan toda su atención al
lenguaje del texto de partida, y aquellas que se adhieren sobre todo a producir el texto más
limpio e inmediatamente comprensible en el idioma de llegada. A la primera pertenece por
ejemplo la Septuaginta, adhiriéndose a la hebrea al punto de ser a menudo poco clara; a la
segunda, las traducciones de colecciones como Budé84 o Fuentes cristianas, que privilegian
la claridad del español o del francés (pero muestran al lado el texto original). Tomando cla-
ramente parte por el texto de partida, La Biblia en sus Tradiciones se esfuerza por conseguir
un equilibrio: el acto de traducir es menos un cálculo que un pensamiento85 y la traducción
será siempre un arte86.
He aquí dos “tablas de los mandamientos” de la traducción de La Biblia en sus Tradicio-
nes, que podríamos llamar “la tabla del significante” y “la tabla del significado”.
83 Cf. Jean-René Ladmiral, « Sourciers et ciblistes », en Revue d’Esthétique, 1986, nouv. sér., n°12 : La traduc-
tion, pp. 33-41 et Jean-Paul Vinay et Jean Darbelnet, Stylistique comparée du français et de l’anglais, Paris,
Didier, 1958.
84 Nombre de un humanista francés (1467-1540), y también el de una colección actual en francés.
85 Cf. el famoso Non adnumerare sed tanquam appendere de Cicerón (De optimo genere oratoris, 14), retomado
por San Jerónimo, De optimo genere interpretandi, Epître 57 : Non verbum e verbo, sed sensum exprimere de
sensu, habeoque huius rei magistrum Tullium – “En lugar de representar una palabra por otra, busco expresar
el significado del texto: además Cicerón es mi maestro en esta materia.”
86 Cf. Georges Mounin, Les Belles infidèles, Paris, Cahiers du Sud, 1955.
Las palabras
Para decirlo Más en lugar de menos
Respeto escrupuloso de las « figuras » del Mantener en lo posible algún tradicional
texto de partida. Sensus altior
* Cola y commata se refiere a una disposición del texto por unidades de significación y no por versículos.
Antes de transferir una obra en una lengua-destino, cualquier traductor debe emprender
una profunda reflexión en los tres niveles de análisis del texto-fuente: de la palabra al texto,
pasando por la frase. Las páginas siguientes comentan los principios que la traducción de La
Biblia en sus Tradiciones se esfuerza por cumplir en cada una de estas tres escalas.
Respeto por la riqueza del vocabulario bíblico y de los matices entre “sinónimos”,
evitando una traducción sistemática de cada palabra del texto fuente por una misma
palabra del texto-destino
Este es un dominio en donde un trabajo profundo puede todavía mejorar una traducción.
En efecto, con demasiada frecuencia, son ignorados los matices que distinguen cada término
de un campo léxico original.
Para traducir en una lengua moderna la riqueza de los matices de la lengua original, se
debe precisar la importancia y los contornos de los campos lexicales hebreos o griegos en un
corpus determinado. El recurso del instrumento clave del traductor que es la concordancia del
texto original podrá dejar ver, de manera mucho más fiable que los diccionarios, los matices
sutiles que oponen los términos de un campo lexical determinado, para permitir llegar a una
traducción cuya riqueza debe ser comparable a la del texto fuente.
En diversos grados, el verbo de los textos bíblicos sale de una pregnancia aspectual dife-
rente según la lengua (griego de la Septuaginta, griego del NT, hebreo o arameo), el período o
el autor de que se trate. Así, para el NT, las oposiciones aspectuales al indicativo serán mucho
más marcadas en algunos textos joánicos (evangelio y epístolas) o en el evangelio de Mateo,
que en los otros corpus. La traducción deberá buscar dar cuenta de estos juegos aspectuales,
en la medida de lo posible, sin sobrecargar innecesariamente el texto.
El texto de la Vulgata manifiesta una profunda sensibilidad a esta dimensión lingüística
del griego. Así, el valor de futuro inminente que pue den comportar los presentes del Nuevo
Testamento es, a veces, dado por un futuro o un giro perifrástico en latín. Así, Lc 3,9 (pan oun
dendron mê poioun karpon kalon ekkoptetai kai eis pur balletai) es traducido: omnis ergo
arbor non faciens fructum excidetur et in ignem mittetur, “todo árbol que no dé buen fruto
será cortado y arrojado al fuego”. Lo mismo: Jn 1,15 (ho opisô mou erchomenos) se vuelve:
qui post me venturus est, “El que viene detrás de mí”… Del mismo modo, un imperfecto de
conatu puede ser dado en la Vulgata por un perfecto latino, cuando el contexto lo exija. Así,
en Jn 6,21: voluerunt ergo accipere eum in navim se traduce: êthelon oun labein auton eis to
ploion (“Quisieron recogerle en la barca”).
Uso de los corchetes para identificar un contenido implícito sin glosar el texto
El calco, termino extranjero al vocabulario de una lengua, que aparece por primera vez
en un texto, (así el árabe khalas, que significa “basta” en un texto en español), es distinto
del préstamo, término de origen extranjero aclimatado durante mucho tiempo en una lengua
determinada (tal como week-end o steeple-chase en francés).
Los ejemplos son importantes aquí. A pesar de las apariencias, un término como messias
casi no hace parte del léxico de la lengua griega como también de la lengua española: así,
el autor del cuarto evangelio se ve obligado a traducirlo (por christos: 1.41; 4,25) para que
el lector pueda entenderlo. En un caso de este género, el error sería traducir esta palabra ex-
tranjera en griego por un término corriente en el léxico español (“Mesías”). Para mantener
el efecto de desarraigo que la forma messias produciría en la lengua original, como lo hace
también la Vulgata, se podrá recurrir a una formula tal como Messia o Messias, en cursiva.
En cambio, una palabra como didumos (“gemelo”) que es perfectamente griego siempre ten-
drá que ser traducido (proscribir la simple transliteración del término griego en “Didymus”).
Debido a los frecuentes fenómenos de doble significado, algunos textos bíblicos (Cantar
de los Cantares, Evangelio de Juan…) ofrecen una densidad figurativa extrema. Más allá de
la intención del autor, la tradición interpretativa ha podido a veces contribuir a enriquecer el
texto. Parafraseando a Gregorio el Grande, se podría afirmar que divina eloquia cum Tradi-
tione crescunt, “las palabras divinas crecen con la Tradición”.
Este podría ser el caso de archê del primer verso del Prólogo de Juan, que la mayor
parte de intérpretes antiguos comprenden como el “comienzo”, mientras que la corriente de
exégesis origenista comprende más bien como “el Principio” (es decir, el Padre: ac si aperte
diceret : in Patre subsistit Filius87). El texto de la Vulgata (que lleva aquí principio más bien
que initio) también está abierto a dos matices. Por el contrario, el español no permite guardar
los dos sentidos en una sola palabra.
Dos soluciones se ofrecen entonces al traductor, quien, después de sopesar las ventajas y
los inconvenientes de cada una de las posibilidades, será llamado a decidir:
87 DUNS SCOT ERIGENE, Homilia in Prologum S. Evangelii secundum Ioannem, PL 122, 286.
El vocabulario bíblico tiene la particularidad que ha penetrado las lenguas modernas oc-
cidentales. De esta manera, perdió su motivación primera aunque conservó su significación
profunda. Ignorar esta realidad apegándose obstinadamente a la motivación etimológica nos
conduciría a dejar la presa por la sombra y se volvería además a la negación de la historia
misma de la lengua española.
Todo el problema del traductor bíblico se encuentra aquí: se pretende traducir palabras
que son portadoras de una larga historia en su propia lengua, pero en el momento de su
empleo en los textos originales, constituyen a veces reales neologismos (baptisma) o de
expansiones semánticas nuevas (pneuma en el sentido de “espíritu”, christos en el sentido de
“Cristo”). Para realizar el cambio de desarraigo que han debido producir en los textos bíbli-
cos originales, uno podría verse tentado entonces a traducirlos sin tener en cuenta la tradición
cristiana, es decir, fuera del contexto de la comprensión que permitió la lectura de estas obras
(baptisma: “inmersión”; pneuma: “soplo”; christos: “consagrado por la unción”. Sin embar-
go, bajo pena de quedar en letra muerta, un texto nunca puede disociarse de su contexto de
comprensión: en el caso de la Biblia, esto podría deducirse, al menos en parte, de la historia
de su recepción. Además, un neologismo nunca está verdaderamente motivado sino en el
momento de la creación léxica.
Es importante no confundir figura y designación (a lo que el término se refiere). Mien-
tras la designación no ha atenuado la motivación primera de la palabra original, es legítimo
conservar una figura primitiva; pero ya que una imagen original se ha convertido en una
catacresis, es decir, tan pronto como se ha integrado en el léxico de una lengua, la decisión de
guardar la figura (“inmersión”) en detrimento de la designación (“bautismo”) equivale sim-
plemente a una traición del sentido. Aquí es además una prueba a contrario: para traducir la
palabra bautismo del español al griego koinè, no hay otra solución que el empleo del termino
baptisma...
89 Cf. Gottlob FREGE, Sinn und Bedeutung, 1892, traducción al francés. «Sens et dénotation», dans Écrits
logiques et philosophiques, Paris, Seuil, 1971, pp. 102-126.
Como todas las lenguas, el texto bíblico tiene un orden habitual de las palabras (o neu-
tro), por los diferentes tipos sintácticos90 organizados, con respecto al cual las variaciones es-
tilísticas señalan una intención particular. Este dominio permite además caracterizar en gran
medida el estilo de un autor. En el momento de traducir, conviene pues evitar dos extremos:
- la transposición del relieve original por una trivialidad en la traducción, en razón de la
adopción sistemática de un orden de las palabras neutro en español
- la copia artificial del orden de las palabras del texto fuente cada vez que la lengua es-
pañola lo permita.
Por ejemplo, Jn 1,6: egeneto anthrôpos apestalmenos para theou. La Vulgata sigue exac-
tamente el orden original: Fuit homo missus a Deo (“hubo un hombre, enviado por Dios”).
Fundada como el griego sobre unas desinencias casuales, la frase latina es susceptible de
una notable plasticidad. Razón por la cual, sin forzar en lo más mínimo el genio del latín,
Jerónimo pudo optar en su traducción por una fidelidad general al orden de las palabras grie-
gas. Esta elección manifestaba en él una sensibilidad particular al alcance de las secuencias
lexicales del texto sagrado ([in] Scripturis Sanctis (…) et verborum ordo mysterium est)91
. Revela en todo estado de causa, la riqueza de la versión latina de la Biblia, que ha sabido
guardar en el estilo de cada libro su relieve particular.
Paradójicamente, algunos escuchas modernos, acostumbrados a leer o escuchar la Vul-
gata han podido adquirir una conciencia intuitiva del orden habitual de las frases bíblicas
originales y perciben de este hecho, por contraste, el peso extraordinario de un giro inusual.
Tal es el caso del famoso et Deus erat Verbum (Jn 1,1) en donde el primer lugar destacado del
atributo denuncia en seguida un énfasis estilístico.
Lo que el latín permitía, la mayor parte de las lenguas modernas occidentales lo recha-
zan: el orden de las palabras de una lengua tal como el español funda en efecto el sentido de
las frases (“el gato se come el ratón” / “el ratón se come el gato”). Por lo tanto, a menos que
se opte por una sintaxis absolutamente extranjera a la lengua actual, el principio de Jerónimo
resulta aquí inaplicable sin modificación profunda.
Eso es lo que muestran algunos intentos de imitación servil del orden de las palabras
bíblicas. Por ejemplo, la sintaxis de Jn 1,1 (kai theos ên ho logos: Atributo + Verbo en pasado
+ Sujeto) acusa fuertemente el peso estilístico del atributo: tal estructura frástica permanece
muy rara en el idiolecto Joánico y debe, a este título, ser subrayado en una traducción. Por no
haberlo detectado, el principio literalista de muchas traducciones españolas termina con una
90 Independiente por verbo predicativo en presente, independiente por verbo pr edicativo en pasado, indepen-
diente por verbo transitivo…
91 JERÓNIMO, Ep. 57, 5: “En las Sagradas Escrituras, incluso el orden de las palabras encubre un misterio”.
Indetectable a la sola escala de la frase, los conectores lógicos que estructuran el conjun-
to de una secuencia narratológica deben ser identificados y respetados por el traductor. Solo
un análisis a nivel de cada perícopa lo permite.
Así, en el evangelio según Juan, el relato de la Pasión es recorrido por una tensión dramá-
tica que se despliega desde el arresto en el Huerto de los Olivos hasta la decisión de Pilatos
de entregar a Jesús a los notables judíos para que sea crucificado. Las etapas principales de la
discusión entre el procurador romano y los miembros del Sanedrín, donde se juega la suerte
A modo de conclusión
93 Ver el comienzo del prólogo del libro de Isaías (Biblia sacra iuxta uulgatam uersionem,4 éd. R. WEBER et R.
GRYSON, Deutsche Bibelgesellschaft, Stuttgart, 1994, p. 1096). Ver también R. GRYSON, “Introducción a la
cuarta edición”, ibid., p.XXVI.
94 Louis FREY, Analyse ordinale des évangiles synoptiques, « Mathématiques et sciences de l’homme 11 »,
Paris, Mouton/Gauthier-Villars, 1972.
95 Biblia sacra iuxta uulgatam uersionem,4éd. R. WEBER et R. GRYSON, Deutsche Bibelgesellschaft, Stutt-
gart, 1994.
96 MargueriteHARL, « Avant-propos » au Pentateuque d’Alexandrie, La Bible des Septante, Paris, Cerf, 2001,
pp. 11-12.
Propuestas de lectura
Perícopa por perícopa, estas proposiciones introducen el conjunto de las notas ofrecidas
al lector. Sintetizan las diversas maneras en que un pasaje fue leído durante los tiempos de
su recepción y puede pues hoy ser leído. Esforzándose en articular entre ellos los diversos
contextos de lecturas posibles - históricas, literarias, espirituales o teológicas –, estas notas
se quieren sinfónicas.
TEXTO
La zona de anotación *Texto considera el texto como un objeto lingüístico y literario. En
una lógica gradual yendo de las pequeñas unidades lingüísticas a los grandes conjuntos que
son los textos, van de la materialidad misma del escrito (crítica textual) hasta la determina-
ción del género literario del pasaje.
Texto
Este registro aprecia la diversidad de los textos existentes para un mismo pasaje bíblico.
La traducción propuesta ya incluye las variantes de las grandes versiones tradicionales, que
indican las principales líneas de interpretación en la recepción y la transmisión del texto. Las
notas del registro “texto” dan las variantes secundarias. Para el Antiguo Testamento, se trata
de variantes sacadas de los manuscritos del mar Muerto, Tárgumes o antiguas traducciones y
citaciones patrísticas. Para el Nuevo Testamento, ellas provienen de testigos importantes no
presentados en la traducción. Se describe brevemente el interés de estas variantes en la deter-
minación del sentido del texto, y cuando los testigos principales del texto presenten lagunas
o que los testigos secundarios muestren adiciones, se intenta delimitar las causas.
Vocabulario
Todos los comentarios de semántica tocando las palabras o las frases más importantes de
la perícopa son presentadas con concisión.
Si el sentido actual de las palabras o de las frases retenidas por la traducción se arriesga-
ra a alejarse del original, se precisa el valor del último. Si varias traducciones de un mismo
término original son posibles, se da las razones de la escogencia operada.
Gramática
Desde la fonética, hasta la sintaxis, pasando por cuestiones de morfología, este registro
describe los trazos gramaticales más destacados del texto, insistiendo sobre las posibilidades
de traducción distinta de la que ha sido retenida, o sobre los matices que la traducción no
puede dar, pero que son ofrecidos por la gramática del texto en su idioma original.
Procedimientos literarios
Géneros literarios
CONTEXTO
Desde el siglo XIX, se analizan los fenómenos del pasado, según tres categorías: tiempo,
espacio y medio de vida. Este enfoque permite restituir, al menos por aproximación, la caja
de resonancia original de los discursos humanos del pasado, conservados por el escrito en
todas sus formas. El texto bíblico no es la excepción. Las notas de *Contexto citan o resumen
las fuentes antiguas, en la ediciones y traducciones usuales, cuyas referencias bibliográficas
aparecen en anexo del volumen.
Historia y geografía
Medios de vida
El hombre vive siempre con y en medio de otras personas. Todo grupo humano obedece
a sus propias leyes de vida común, sus reglas de comportamiento, su ética, lo permitido y lo
prohibido. Será importante conocer el medio de vida del autor y del pueblo del que habla a
fin de captar el grado de integración en que estos últimos están en su cultura.
Bajo estas rúbricas, se comentan los hechos de orden histórico, geográfico o cultural
mencionados en el texto o a los que hace alusión; se pone igualmente a la luz los hechos que
ayudan a comprender el contexto histórico, geográfico y cultural en el que el texto parece
haber sido producido.
Textos antiguos
Bajo esta rúbrica se citan textos paralelos al pasaje bíblico en literaturas antiguas no
bíblicas.
Los autores bíblicos podrían utilizar o incluso copiar fórmulas literarias, relatos o textos
de otra cultura con la que estaban en contacto directo. Pero los préstamos no son solamente
verbales: puede tratarse también de leyes, de costumbres o incluso de normas éticas.
Por otra parte, sin importar donde vivan, los seres humanos a menudo comparten las mis-
mas experiencias de felicidad o de desgracia o descubren las mismas leyes para regir la vida
y a veces también las mismas expresiones para decirlo. Tales son notablemente los textos
de sabiduría en Egipto, Mesopotamia y en la Biblia. Se nota aquí estas convergencias de la
experiencia humana más allá de los límites del tiempo, del espacio y del medio.
RECEPCIÓN
Esta zona de anotación permite seguir los principales momentos de la recepción del tex-
to, si es posible desde su actualización, hasta nuestra época.
“Dios ha hablado una vez, dos veces, lo he oído” (Salmo 62,12). Estas notas describen la
riqueza de sentido y de interpretación contenida en las diferentes versiones. Más allá de las
simples variantes textuales señaladas en el registro *Texto, los testigos tradicionales mayores
prueban a menudo selecciones interpretativas originales en la recepción del texto por aque-
llos que los han transmitido en sus diversas comunidades. Cuando se observan distancias
importantes entre el texto masorético y el texto griego, estas notas intentan determinar si
estas divergencias suponen un “original” hebreo diferente del texto masorético para el griego,
o incluso si se trata de simples variaciones de estilo.
Lectura sinóptica
Estas notas comparan las diferentes versiones del mismo relato presentadas sea en los
evangelios, sea en los libros históricos o proféticos del Antiguo Testamento. Se describen
aquí sus diferencias de hecho – el contexto en el que ubican esta historia, sus formas de pre-
sentarla, los aspectos que pretenden destacar – para hacer resaltar la originalidad del pasaje
escrito.
Intertextualidad bíblica
Estas notas son el inventario de los otros pasajes bíblicos iluminando el texto. Exami-
nando el texto bíblico desde el punto de vista del lector en una perspectiva decididamente
dialógica, estas notas describen enlaces de hecho, al interior del corpus bíblico, en una escala
yendo de la simple palabra a la obra entera: el uso de una simple expresión, a un esquema
narrativo completo, pasando por tal motivo narrativo, tal idea, tal historia o tal práctica. La
hermenéutica tradicional de la “tipología” intra-bíblica y del “cumplimiento de las Escritu-
ras” encontrará aquí su lugar.
Nota bene: Para el Antiguo Testamento este registro aparecerá en la zona de anotación
*Recepción. Para el Nuevo Testamento, encontrará más naturalmente lugar en la zona *Con-
texto: La Biblia en sus Tradiciones considera las Escrituras antiguas como la lengua de los
autores del Nuevo Testamento.
Literatura para-testamentaria
Tradición judía
Estas notas citan pasajes de la tradición rabínica que iluminan la recepción multiforme
de todo o de una parte del pasaje narrado del Antiguo Testamento o que testimoniaría una
tradición posterior que el Nuevo Testamento habría podido conocer también. Se privilegian
las lecturas hagádicas y halákico tradicionales (comentarios rabínicos hasta Maimónides y
Rachi), sin prohibirse citar a veces lecturas judías modernas o contemporáneas.
La recepción de las Escrituras por autores literarios, artistas visuales o compositores
judíos encuentra su lugar en los registros dedicados respectivamente a estas artes.
Tradición cristiana
Desde los Padres de la Iglesia hasta los grandes autores de la Reforma y la Reformación
católica, pasando por los doctores medievales, se citan los principales autores cristianos que
han leído el pasaje. La magnitud del corpus es tal que se favorecen las obras que se presentan
propiamente dichos como comentarios del libro editado. Las obras que no hacen sino citar el
texto transitorio no serán señaladas sino en caso de importancia excepcional por su autoridad
o sus verdaderos resultados probados.
Estas notas pueden ser de cuatro tipos: (1) una síntesis de la interpretación dada por
varios autores o por un autor importante a lo largo de su carrera (las referencias son dadas
al final de síntesis); (2) una cita de tal autor especialmente esclarecedora (su nombre y la
referencia a su obra son dadas antes de la cita); (3) la lista de identificaciones alegóricas tra-
dicionales de diversos agentes del texto: cada uno es seguido por el signo “igual” [=], de su
identificación alegórica, luego referencias a los autores que la proponen; (4) una descripción
del método de exégesis de los Antiguos, señalando sus maneras de abordar tal o cual cuestión
disputada por la crítica moderna a propósito de este texto.
Nota bene: Algunos autores citados en el registro * Tradición cristiana, por ejemplo To-
más de Aquino o Calvino, aparecen también en la rúbrica * Teología. Se destacan en primer
lugar como autores de comentarios del texto bíblico, en segundo como usuarios de dicho
texto en obras teológicas propias.
Liturgia
La liturgia, arte total recurriendo a todos los sentidos, prescribe la actualización del mis-
terio referido por las Escrituras. Constituye pues el contexto privilegiado de la recepción
creyente de las Escrituras. Además, muchos textos de rituales son verdaderas fusiones de
las Escrituras. Las notas *Liturgia presentan la recepción del texto bíblico en el culto de las
Teología
Bajo esta rúbrica, se presenta la recepción multiforme del texto en la tradición magiste-
rial de los Concilios y de los papas, y en las obras de los grandes teólogos de la historia del
cristianismo, reubicada en sus contextos. Se distingue en lo posible las interpretaciones. Las
notas son organizadas según las distinciones clásicas de la teología latina (dogmática, moral
y espiritualidad o mística, con todas las sub-categorías necesarias) y tratadas en lo posible
según el orden cronológico.
Islam
Donde existe, la recepción musulmana (principalmente coránica) del pasaje anotado será
presentará en una rúbrica especial. Cuando esta recepción se ha desplegado también en ritos
o en obras de arte, estos son reagrupados bajo esta única rúbrica.
Literatura
Hay una recepción no verbal de los textos bíblicos. Esta rúbrica refleja las principales re-
presentaciones visuales (dibujo, pintura, escultura), de la escena o del episodio, narrados por
el texto. En la medida de lo posible, ella describe la primera representación conocida y trae
la historia de las variaciones en la representación por época y por espacio cultural, centrán-
dose en las obras mayores que forman parte de la cultura del educado hombre del siglo XXI.
Nota bene: Las dos observaciones hechas para las notas *Literaturas valen para esta
rúbrica.
Música
Bajo esta rúbrica, se enumeran época por época las principales obras musicales inspira-
das por el texto. Los libretas son citadas y las composiciones musicales analizadas en la me-
dida donde ellas presentan una interpretación original del texto bíblico. Las obras mayores
interpretando musicalmente un texto bíblico entero (por ejemplo las Pasiones de J.-S. Bach)
son objeto de un análisis sistemático.
Nota bene: Las dos observaciones hechas para las notas *Literaturas valen para esta
rúbrica.
Estas notas dan cuenta de la recepción del texto bíblico sobre escena o a la pantalla.
Nota bene: Las dos observaciones hechas para las notas *Literaturas valen para esta
rúbrica.